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La guerra contra los niños de Iraq

Counterpunch.org
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

Los niños iraquíes son las víctimas de la terrible situación política en que se halla sumido el país desde antes del comienzo de la guerra liderada por EE. UU. Los efectos negativos sobre los niños se iniciaron con las duras sanciones de las Naciones Unidas contra el régimen de Saddam Hussein, considerablemente agravados por la guerra, cuyas consecuencias aún se sufren.

Incluso ahora, apenas pasa una semana en Iraq sin que los signos de violencia dejen tanto a niños como adultos con cicatrices físicas y mentales permanentes. Expertos como el Dr. Haithi Al Sady, del Centro de Investigación Psicológica de la Universidad de Bagdad, han advertido del alto número de niños que sufren trastornos de estrés postraumáutico (TEPT).

El TEPT puede tener consecuencias devastadoras en los cerebros infantiles, afectando negativamente en su desarrollo. Puede conducir a una reducción del área del cerebro conocido como hipocampo, que es fundamental para el procesamiento de la memoria y las emociones. Además, si no se trata, el TEPT puede provocar una amplia variedad de problemas de salud mental a lo largo de toda la vida.

La mayoría de los niños iraquíes que presentan problemas de salud mental se quedarán sin recibir tratamiento, ya que el número de psiquiatras infantiles en el país en insuficiente para atender con todos los que necesitan asistencia. El Dr. Haidr al-Maliki, que fue psicólogo militar durante el régimen de Sadam Husein, trabaja en la actualidad como psiquiatra infantil en el Hospital Ab Ibn Rushed de Bagdad. Es uno de los escasos psiquiatras infantiles que quedan en el país.

Un informe de UNICEF: “Nowhere to Go” [Ningún lugar adonde ir], detalla los efectos de la continuada violencia sobre los niños iraquíes. Según este informe, cinco millones de niños, en una población infantil total de 20 millones, necesitan ayuda humanitaria. Uno de cada cinco niños presenta retrasos en el crecimiento y más del 7% de los niños menores de cinco años sufren emaciación, una enfermedad que hace que el tejido muscular y el adiposo se “atrofien”.

Los niños están expuestos a metales pesados y neurotoxinas como consecuencia de las explosiones de las bombas y otras municiones, ya que ese armamento afecta no sólo a los atacados, también a quienes viven en las cercanías. Además, la contaminación provocada por el uranio empobrecido y otras poluciones relacionadas con los usos militares son probablemente la causa del aumento de malformaciones congénitas y cáncer. La Dra. Mozhgan Savabieasfahani, toxicóloga iraní, ha encontrado niveles “alarmantes” de plomo en los dientes de “leche” o “temporales” de los niños iraquíes con defectos congénitos.

La guerra y la continuada violencia en el país han tenido un impacto muy grave en la educación de los niños. Según los estudios de UNICEF, tres millones de niños no asisten a la escuela de forma regular y 1,2 millones de niños no asisten nunca. Además, la mitad de todos los colegios de Iraq necesitan de urgentes reparaciones.

Las infraestructuras de agua y saneamiento, dañadas por los intensos bombardeos y que aún no han sido reparadas, junto a un sistema sanitario debilitado, ponen en peligro la salud y supervivencia de los niños. Al menos el 70% de los niños desplazados (de un total de 1,5 millones) han perdido un curso entero de colegio. Los niños que sufren discapacidades no tienen acceso a la educación.

Entre enero de 2014 y mayo de 2017, 1.075 niños murieron asesinados y 1.130 resultaron heridos o mutilados. Además, 231 niños fueron reclutados para los combates. A pesar de las leyes contra el trabajo infantil, un gran número de niños se ven obligados a trabajar para poder satisfacer sus propias necesidades básicas y ayudar a sus familias.

Las fuerzas ocupantes británicas y estadounidenses y el gobierno iraquí no han cumplido sus deberes más básicos para con los niños de Iraq, según la Convención de la ONU sobre los Derechos de la Infancia. Iraq, Gran Bretaña y EE. UU. han firmado dicha Convención, pero EE. UU. es el único país estable en el mundo que no la ha ratificado. Los otros dos países son Somalia y Sudán del Sur.

Hay un imperativo moral de ayudar a los niños iraquíes para que tengan vidas normales. La guerra liderada por EE. UU. causó daños tremendos en la infraestructura sanitaria pública y en el tejido social del país. Aunque la guerra contra Iraq ha terminado, el ataque despiadado contra los niños iraquíes prosigue su curso.

El Dr. Cesar Chelala es asesor de salud pública internacional y ganador de varios premios de periodismo, entre ellos, el Overseas Press Club of America de 1979 por el artículo “Missing or Disappeared in Argentina: The Desperate Search for Thousands of Abducted Victims”.

Fuente: https://www.counterpunch.org/2017/12/22/the-war-on-iraqs-children/

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de la misma.

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Libro: Terminó la guerra, el postconflicto está en riesgo

Terminó la guerra, el postconflicto está en riesgo 
A un año del acuerdo de paz

León Valencia Agudelo. [Compilador] 
León Valencia Agudelo. Ariel Ávila Martínez. Carlos Montoya Cely. Juan Diego Castro León. Naryi Vargas Cáceres. Alejandro Jiménez Gonzáles. Diego Alejandro Restrepo Osorio. Laura Alejandra Alonso García. Esteban Salazar Giraldo. Lina Macías Montaño. Giorgio Londoño Medina. Mateo Alejandro Córdoba Cárdenas. Alejandra Saffon Escobar. [Autores de Capítulo]
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ISBN 978-987-722-286-9

CLACSO. Fundación Paz & Reconciliación. Redprodepaz. La Iniciativa – Unión por la Paz. Corporación Vivamos Humanos. Fundación Franz Weber.
Buenos Aires.
Noviembre de 2017
 

La guerra terminó. Lo que está en discusión es la calidad del post-conflicto. Las preguntas después de un año de firmado el acuerdo de paz tienen que ver con el camino que elegiremos en la transición: ¿Tendremos un post-conflicto especialmente violento como el de Centro-América? ¿Zanjaremos las enormes diferencias y controversias que en torno a las negociaciones de paz se han tejido con más ardor que razón? ¿Echaremos pronto las bases de la reconciliación nacional con verdad, con justicia, con reparación? ¿Los 281 municipios que han sufrido la guerra recibirán una verdadera atención del Estado, los empresarios y la comunidad internacional, para superar la presencia de economías ilegales y construir institucionalidad democrática, mercados legales y ciudadanía? ¿Se abrirá el país a un tiempo de reformas políticas, económicas y sociales en pos de la modernización, de la inclusión política y de la equidad social?
Fuente:http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1314&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1253
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Millions of children miss school because of war and drought in East Africa

Africa/Septiembre de 2017/Fuente: Norwegian Refugee Council

Resumen: Decidimos huir de Burundi porque había guerra. Echo de menos la escuela donde estaba estudiando en Burundi. Tenía suficientes materiales: zapatos y ropa, bolígrafos, goma de borrar y una bolsa de escuela «, dice Nyongere, de diez años, en el campamento de refugiados de Nduta, en Tanzania. Pero este año no tiene escuela para asistir. Con la guerra y la sequía golpeando a varios países del este de África, millones de niños como Nyongere que huyeron de sus hogares están abarrotados en los campamentos con pocas escuelas, y poca oportunidad para una educación. La falta de educación para los niños desplazados podría crear una generación perdida», dice Gabriella Waaijman, Directora Regional del Consejo Noruego para los Refugiados. «Mañana es el Día Internacional de la Alfabetización, y los niños tienen derecho a ir a la escuela. La educación puede salvar la vida de los niños durante las emergencias. Las escuelas proporcionan a los niños un lugar seguro, construyen estructuras sociales protectoras, enseñan conocimientos esenciales para la supervivencia y salvaguardan el futuro de los niños y las comunidades.

“We decided to flee Burundi because there was war. I miss the school where I was studying in Burundi. I had enough materials: shoes and clothes, pens, eraser and a school bag,” says ten-year-old Nyongere at Nduta refugee camp in Tanzania. But this year he has no school to attend.

With war and drought hitting several East African countries, millions of children like Nyongere that fled their homes are crammed into camps with few schools, and little chance for an education.

“The lack of education for displaced children could create a lost generation,” says Gabriella Waaijman, Regional Director for the Norwegian Refugee Council. “Tomorrow is International Literacy Day, and children have the right to go to school. Education can save children’s lives during emergencies. Schools provide children a secure location, they build protective social structures, they teach essential knowledge for survival, and they safeguard the futures of children and communities.”

Many children remain stuck in refugee camps for years, wishing that they could go to school. In the Kigoma district camps in Tanzania, some classes are held under trees, and the number of students in each class can be as high as 200. About half of 318,000 Burundian and Congolese refugees in Tanzania living in refugee camps are children. Only 65 percent of primary, and three percent of secondary students are in school.

In South Sudan 2.2 million children are out of school due to conflict in several regions. The country has the highest proportion of children out of school globally, with over 70% of children not getting an education. Over one third of all schools have been damaged or destroyed during the conflict.

In Somalia, over two decades of conflict meant that access to basic education was among the world’s lowest. This was worsened by the current drought which caused 766,000 people to flee their homes, imperilling the little but hard-won progress in education. 1.7 million children of school age are not in school, and 30 percent of children complete four years of schooling without learning basic elementary skills.

In Uganda, there are now over one million refugees from South Sudan, and more than half are children. 40% of 6-13 year olds are not enrolled in primary school; and 80% of secondary school-aged young people are not enrolled in secondary education. Each teacher has up to 128 children in their class.
In Kenya, 588,000 school age children need emergency education assistance due to the drought crisis. Over 1,200 schools do not have access to safe drinking water. Only seven percent of funding needs for emergency education have been met.

With the East African drought crisis, education receives far less funding than other emergency programmes. Out of the $970 million in funding committed to the drought crisis in Ethiopia, Kenya, and Somalia, only $16.5 million is for education projects, only 1.7 percent of total funds. Education funding for other crises in the region is also far below the need. The international aid community agreed in 2015 that four percent of humanitarian aid should go to education, but that target has not been reached for any country in the region. Among areas of humanitarian need, education is funded the least. This leaves a huge funding shortfall.

Education is lifesaving for displaced children. School attendance can keep children from joining armed groups. Lifesaving awareness on landmines and unexploded bombs can be taught in school. Without hygiene knowledge that children can learn in school, some refugee children can die of disease. Schools for refugees often provide lunches, reducing child malnutrition and vulnerability to disease.

“Everyone agrees on the importance of education, especially for children affected by conflict. Therefore, it is incomprehensible and unjustifiable that so little funding is provided for education for children in emergencies,” said Waaijman.

With more children fleeing their homes and with little humanitarian funding for schools, East Africa faces an education crisis. The Norwegian Refugee Council calls on the international community and donors to live up to commitments they made previously, asking them to ensure that education plays its role in alleviating humanitarian crises. More funding should be committed for the education response for the multiple crises in East Africa.

Fuente: https://www.nrc.no/news/2017/millions-of-children-miss-school-due-to-war-and-drought-in-east-africa/

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El terrorismo de los estados guardián

Por: Lidia Falcón

En Barcelona, la patria de todos y todas, lloramos doblemente el dolor de las pérdidas, de los heridos, de los tristes y desconcertados turistas y ciudadanos.

Porque en Barcelona en 2003 se celebró la más grande manifestación contra la guerra de Irak de toda Europa. Salimos a las siete de la tarde y regresamos a la una de la madrugada, cuando se leía por enésima vez el manifiesto y los helicópteros seguían volando encima de las multitudes que abarrotaban las calles, las avenidas, las plazas, desde hacía seis horas, y que no querían regresar a su casa sin haber dejado constancia de que Cataluña se oponía rotundamente a que ninguna guerra asolara el mundo.

Ya sabemos que no nos hicieron caso. Ya sabemos que a la destrucción de Afganistán –el país mártir- comenzada en 1978, cuando su gobierno se atrevió a declararse socialista con el apoyo de la URSS y la CIA armó y entrenó a los talibanes para destruirlo, siguió la de Irak, de Libia, y de Siria, objetivo ansiado desde decenios atrás por EEUU. Se olvida pronto que Reagan lo calificó de Eje del Mal.

“¿Qué es lo más importante para la historia del mundo?  ¿El Talibán o el colapso del imperio soviético?” Es la respuesta de quien fue el asesor de seguridad del presidente Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, a la pregunta de la revista francesa Le Nouvel Observateur (del 21 de enero de 1998) sobre las atrocidades que cometen los yihadistas de Al Qaeda, escribe en Público la periodista y politóloga Nazanin Armanian, desvelando una vez más el origen del terrorismo que ahora nos estremece. La financiación y organización de los talibanes por la CIA, con la colaboración de Arabia Saudí y Qatar,  para librar la guerra contra la URSS.

De aquellas inmensas y exitosas manifestaciones contra la guerra de Irak y antes contra la OTAN, no queda apenas recuerdo en la población española. Cuarenta, treinta años más tarde, una generación ha desaparecido, otras son ancianas, las jóvenes ignoran todo de la historia anterior. Pero como dice el conocido adagio, quien olvida su historia está condenado a repetirla y por tanto los horrores que estamos viviendo estos días, y que comenzaron en 2004 con el atentado de los trenes de Madrid, son la consecuencia lógica de cómo las potencias democráticas” se organizaron para acabar con el imperio soviético y los países de sus áreas de influencia. Porque la creación del terrorismo islámico fue obra de las democracias occidentales.

Esas potencias, comenzando por EEUU, con la inestimable cooperación del Reino Unido, Francia, Alemania y hasta España, sumada a la coalición para que constara que como en tiempos de Franco seguíamos siendo el “centinela de Occidente” –se ha olvidado que la primera guerra del Golfo la aprobó entusiasmado Felipe González, declararon la guerra a Irak.  Esa guerra se libró del 2 de agosto de 1990 al 28 de febrero de 1991 por una fuerza de coalición autorizada por las Naciones Unidas, compuesta por 34 países y liderada por Estados Unidos, contra la República de Irak, en respuesta a la invasión y anexión iraquí del Estado de Kuwait. De aquella guerra Irak, un país próspero y el de mayor tolerancia religiosa e igualdad entre hombres y mujeres de la región, salió destrozado. Era el prólogo para lo que sería su destrucción en 2003. Y después la invasión de los demás países de la zona que han acabado en ruinas.

Ciertamente a las poblaciones europeas, blancas y bien alimentadas, no estremecen los atentados que todos los días cometen los diversas facciones fanáticas del ISI, el Daesh, o como se quieran llamar, en Afganistán, Irak, Siria, Sudán, Yemen, donde en un solo día se amontan cientos de cadáveres, y cuyos Estados fallidos no podrán garantizar en decenas de años la construcción de una sociedad mínimamente organizada y civilizada..

Las poblaciones europeas, blancas y bien alimentadas, se horrorizan solamente cuando los muertos son suyos: es decir, o ciudadanos o turistas que vienen a gastar su dinero en nuestros territorios. Fuera de ellos solo existen las tinieblas exteriores. Y se escandalizan de que semejantes fanáticos se atrevan, cuchillo o furgoneta en mano, a atacar a los pacíficos y democráticos  ciudadanos europeos, que no nos metemos con nadie.

Una madrileña me decía esta mañana, cuando se difundió la noticia de un atropello en Marsella -que inmediatamente se atribuyó al terrorismo para alimentar el pánico en que viviremos a partir de ahora- que ella los mataría a todos. Cuando le repliqué que los culpables eran los que organizaban las guerras en esos países, se quedó tan desconcertada que no supo que contestar. En su vida, ya no corta, había oído que hubiese guerra en el Oriente Medio y aún menos que semejante tragedia nos concerniera.

Precisamente por eso, precisamente porque a las poblaciones europeas, blancas y bien acomodadas, no les importa nada que medio planeta se encuentre asolado por las contiendas y las hambrunas que organizan sus democráticos gobiernos, los vengadores de esas tragedias se lanzan a acuchillar a los pacíficos paseantes de las Ramblas de Barcelona, o de Niza, o de Bruselas o de Londres.

Resulta ridículo, si no fuera miserable, que los comentaristas que todos los días opinan en los medios de comunicación españoles nunca se refieran a la situación de guerra continuada que mantienen las potencias occidentales en el Medio Oriente. Solamente hablan de la radicalización de los musulmanes terroristas en los pacíficos países que los han acogido. Desde los tertulianos y periodistas que criminalizan a todos los que practican la religión islámica, pidiendo una nueva Reconquista, hasta los que, más comprensivos, se preguntan ingenuamente qué ha llevado a esos muchachos, nacidos o educados en España, a comprar explosivos para hacerlos estallar contra sus conciudadanos o a conducir coches y esgrimir cuchillos asesinos.

Ninguno de los opinadores se ha atrevido a recordar que Arabia Saudí es la principal fuente de financiación de las células islámicas terroristas al que España le vende toda clase de armamento, y que los reyes de nuestra Casa Real se abrazan ritualmente al tirano de Salman bin Abdelaziz, que hoy gobierna su país como en la época de los patriarcas del desierto. Supongo que para negociar  mejor las comisiones que reciben.

Ninguno de los opinadores, y mucho menos nadie del gobierno catalán, ha expresado algún malestar porque esa satrapía medieval de Qatar, igualmente soporte del terrorismo islámico, financie el Club de Fútbol Barcelona, el mítico Barça, aquel al que el indiscutible referente de la izquierda, Manuel Vázquez Montalbán, llamaba “más que un club”. Y ciertamente lo es, sobre todo un negocio. Un negocio que no tiene ningún escrúpulo en hacer que sus jugadores exhiban en el mundo entero la camiseta con el nombre de Qatar.

Ninguno menciona aún el drama palestino, que es el origen de la hegemonía israelí y la decadencia del mundo musulmán. Porque el alimento ideológico que los medios de comunicación nos suministran diariamente consiste en reducir el fenómeno terrorista a las proclamas de unos cuantos imanes fanáticos que han infectado a otros cuantos jóvenes desquiciados.

Este mensaje, mil veces repetido, es eficaz para tener aterrorizados a los buenos europeos, inocentes, que incluso, con toda ingenuidad, han dado asilo a los islámicos criminales. Se trata de convencer a la ciudadanía de que es preciso aumentar los recursos para la seguridad: presupuesto del Ejército, contribución a la OTAN, incremento del número de policías, compra de armamento; que asuma la reducción de los presupuestos sociales a favor de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que nos defienden del terrorismo; que olvidemos la tragedia del Medio Oriente y no nos planteemos nuevamente las olvidadas luchas por la Paz. Y que se recrudezca la represión policial y política sin protesta alguna.

Ni una sola voz se ha alzado contra la actuación de los policías que tiran a matar cuando creen localizado un terrorista. Por el contrario, hoy se menudean las fotos de mujeres –sobre todo mujeres- abrazando a los Mossos después de que abatieran a los perseguidos de Cambrils. Siempre es mejor que el sospechoso se calle para que no pueda contar lo que a los servicios de inteligencia no interesa. Sobre todo dada la inoperancia que han demostrado en la vigilancia de los que estaban organizando los atentados.

Porque ya se sabe que a los terroristas hay que matarlos por las calles, aún antes de haberlos condenado.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2017/08/22/el-terrorismo-de-los-estados-guardian/

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Banco Mundial: Los efectos visibles de la guerra siria pueden ser solo la punta del iceberg

Agosto de 2017/Fuente: Banco Mumdial

En un nuevo informe del Banco Mundial se estima que, para principios de 2017, el conflicto en Siria había dañado o destruido cerca de un tercio de las viviendas y casi la mitad de los centros sanitarios y educativos del país, y había provocado importantes pérdidas económicas. Una conclusión clave del informe es que el colapso de los sistemas que organizan tanto la economía como la sociedad, sumado a la erosión de la confianza que une a las personas, ha tenido un impacto económico mayor que la destrucción de la infraestructura física. En el informe se concluye también que cuanto más se prolongue el conflicto, más persistente será el impacto, lo que hará aún más difícil la recuperación y la reconstrucción.

Los seis años de conflicto en Siria han tenido efectos devastadores sobre sus habitantes, con más de 400 000 víctimas mortales estimadas y la salida forzada de sus hogares de más de la mitad de la población, en lo que constituye la crisis de refugiados más grande desde la Segunda Guerra Mundial. En el informe titulado The Toll of War: The Economic and Social Consequences of the Conflict in Syria (El costo de la guerra: Las consecuencias económicas y sociales del conflicto en Siria), se proporciona un análisis detallado de los daños físicos causados por la guerra, el impacto de las muertes y el desplazamiento forzado, el efecto sobre la economía y la situación general de la población siria. Para calcular la extensión de los daños se utilizaron imágenes satelitales que se verificaron con noticias publicadas en medios tradicionales y sociales, datos de la evaluación en curso de los daños en Siria e información de las organizaciones asociadas con presencia en el terreno.

“La guerra en Siria está desgarrando el tejido social y económico del país”, dijo Hafez Ghanem, vicepresidente de la Oficina Regional de Oriente Medio y Norte de África del Banco Mundial. “La cifra de víctimas es devastadora, pero la guerra también está destruyendo las instituciones y los sistemas necesarios para el funcionamiento de las sociedades, y su reparación será un desafío mayor que la reconstrucción de la infraestructura, un desafío que no hará más que acrecentarse a medida que continúe la guerra”.

En el informe se señala que se destruyeron alrededor de 538 000 empleos al año durante los cinco primeros años del conflicto, y que los jóvenes, enfrentados ahora a una tasa de desempleo del 78 %, tienen pocas opciones para sobrevivir. Los ataques específicos contra centros sanitarios han trastornado significativamente el sistema de salud: han resurgido enfermedades transmisibles como la poliomielitis, y se estima que la falta de acceso a la atención médica está provocando más muertes de sirios que los efectos directos de los combates. Los daños sufridos por los centros educativos y el uso de las escuelas como instalaciones militares han perturbado de manera similar el sistema de educación, y la escasez de combustible ha provocado que el suministro de electricidad en las principales ciudades se reduzca a dos horas por día, lo que afecta a toda una serie de servicios básicos.

“El hecho de que 9 millones de sirios no estén trabajando tendrá consecuencias mucho después del cese de las hostilidades”, señaló Saroj Kumar Jha, director del Banco Mundial para el Máshreq. “La partida de casi 5 millones de refugiados, combinada con la escolarización inadecuada y la desnutrición que provoca retraso en el crecimiento, causará un deterioro a largo plazo del activo más valioso del país, su capital humano. En el futuro, cuando Siria más las necesite, sufrirá una carencia colectiva de habilidades vitales”.

Al comparar las circunstancias actuales con una proyección de cómo habría sido el desarrollo del país sin el conflicto, en el informe se calcula que la guerra ha causado una pérdida de USD 226 000 millones en el producto interno bruto (PIB), equivalente a cuatro veces el valor del PIB en 2010. También se utilizaron modelos económicos para desentrañar los múltiples efectos de la guerra, medir sus impactos por separado y determinar las consecuencias de la prolongación del conflicto. Si bien la tasa de deterioro económico disminuye con el tiempo, sus efectos son más persistentes y dificultan la recuperación.

“Nuestros resultados muestran que, si la guerra terminara este año, la economía recuperaría el 41 % de la diferencia con el nivel anterior al conflicto durante los próximos cuatro años, y las pérdidas ascenderían a 7,6 veces el PIB previo al conflicto a lo largo de 20 años”, dijo Harun Onder, economista superior del Banco Mundial y autor principal del informe. “Sin embargo, si la guerra se prolonga hasta una década, se recuperaría menos de un tercio de esta diferencia en los cuatro años posteriores al final del conflicto, y las pérdidas totales ascenderían a 13 veces el PIB de 2010 a lo largo de dos décadas. También estimamos que, entre el sexto y el vigésimo año del conflicto, se duplicaría el número de sirios que huyen y cruzan la frontera en busca de seguridad”.

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2017/07/18/the-visible-impacts-of-the-syrian-war-may-only-be-the-tip-of-the-iceberg

 

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Unicef urge al G7 a resolver la crisis migratoria infantil con un plan global

Mayo de 2017/Fuente: Terra

El número de niños que emigran solos se ha disparado en todo el mundo y se ha multiplicado por cinco en la última década, señaló hoy Unicef con la intención de que estos datos despierten la atención de los líderes del G7, que se reunirán en Sicilia el 26 y el 27 de mayo.

El Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) urge a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido a adoptar un plan de acción para atajar el problema de la migración infantil.

Unicef pide que se luche contra el abuso y la explotación de los menores, que se acabe con las detenciones, se les permita la reunificación familiar, se les ofrezcan oportunidades de educación en los países de tránsito y destino, se combata la xenofobia y el racismo y que se aborden las causas que les empujan a emigrar.

«Los países más ricos del mundo deben unirse en favor de la infancia y dejar de ver a los niños como criminales, amenazas o cargas», dijo en una rueda de prensa la directora de Europa y Asia Central de Unicef, Afshan Khan.

Al menos 300.000 niños migrantes no acompañados se desplazaron clandestinamente entre las fronteras en 80 países a lo largo de 2015 y 2016, asegura Unicef en un informe publicado hoy.

En el mismo periodo, un total de 170.000 niños solos solicitaron asilo en Europa, mientras que en el otro lado del Atlántico la guardia fronteriza estadounidense interceptó a 100.000 niños cuando intentaban cruzar desde México.

Estas cifras son cinco veces superiores a las registradas hace más de quince años por Unicef.

La intensificación de los conflictos y la proliferación de fenómenos meteorológicos extremos en Oriente Medio, en África subsahariana y el sudeste asiático han provocado un aumento considerable del tránsito de inmigrantes ilegales y de refugiados en el mundo, y la mitad de ellos son niños.

Las rutas migratorias más peligrosas para los menores son la del mar Mediterráneo, la bahía de Bengala en India y el mar de Andamán en Birmania y Tailandia, el Mar Rojo y el Cuerno de África y la frontera entre Estados Unidos y México.

El endurecimiento de barreras a la inmigración ilegal y el aumento de la xenofobia en el Viejo Continente no han frenado la llegada de menores a Europa.

Nueve de cada diez niños navegaron en 2016 y en los dos primeros meses de 2017 solos a través de la ruta del Mediterráneo central, que une el norte de África e Italia, mientras que los menores no acompañados representaron un 75 % del total de inmigrantes indocumentados que emprendieron esta travesía en 2015, según Unicef.

Además, el porcentaje de niños solicitantes de asilo en países europeos se ha duplicado desde que representaron uno de cada cinco en 2008 hasta el tercio del total que supusieron el año pasado.

La desconfianza y el miedo a la detención y a la deportación empuja a los niños a proseguir vías migratorias ilegales y a caer en las redes de grupos de contrabandistas en vez de solicitar protección y apoyo a las autoridades, con lo que no pueden beneficiarse de programas de reunificación familiar o de visados humanitarios.

El 90 % de los inmigrantes ilegales, adultos y menores, que entraron en Europa recurrieron a grupos contrabandistas en algún momento de su viaje, una industria al margen de la ley que generó entre 4.700 y 5.700 millones de euros en 2015, descubrió Unicef.

Por otro lado, el organismo de la ONU en favor de la infancia reiteró que el tráfico ilícito de inmigrantes está estrechamente ligado a la explotación, y aportó datos de Europol que aseguran que el 20 % de los contrabandistas tienen vínculos con la trata de personas y el 22 % está ligado al narcotráfico.

Unicef denuncia, asimismo, que tres cuartas partes de los 1.600 inmigrantes de entre 14 y 19 años que llegaron a Italia en 2016 se vieron obligados a trabajar sin remuneración y permanecieron retenidos en contra de su voluntad.

A su vez, nueve de cada diez inmigrantes indocumentados procedentes de África Occidental sufrieron malos tratos en 2015.

Por otro lado, Unicef reconoció desconocer el número de niños inmigrantes y refugiados retenidos en centros de detención en el mundo, aunque sí sabe que al menos un centenar de países llevan a cabo esta «práctica peligrosa» para los menores.

En general, Khan alabó la respuesta alemana, italiana y canadiense a la crisis migratoria, y ha pedido a estos estados «defensores de los niños migrantes» que demuestren «liderazgo» y que trabajen para conseguir un acuerdo en favor de los menores refugiados con las otras potencias la semana próxima en Sicilia.

Fuente: https://www.terra.com.co/noticias/mundo/europa/unicef-urge-al-g7-a-resolver-la-crisis-migratoria-infantil-con-un-plan-global,c49ab248765a72061b9c1a0d3ccef76ated9em5y.html

 

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The triage of reconstruction in Syria’s north, and the schools left behind

Siria/Mayo de 2017/Fuente: Syria:direct

Resumen: El gobierno sirio y sus aliados llevaron a cabo «24 ataques» en instalaciones médicas sólo en abril, «matando a 10 trabajadores de salud e hiriendo a 16», anunció la Sociedad Médica Americana Siria en un comunicado reciente. Una rutina familiar sigue a cada uno de estos ataques: Defensa Civil primera raza de rescate para rescatar a los supervivientes, el personal del hospital se apresuran a evacuar a los pacientes y rescatar equipos médicos costosos y funcionarios médicos locales comienzan a planificar el proceso de reconstrucción. Pero la reconstrucción es costosa, y la financiación es escasa, a menudo dejando a los consejos locales con escasez de dinero en territorio de oposición, y al noroeste de la provincia de Idlib en particular, incapaces de restaurar otras instalaciones públicas dañadas después de un ataque aéreo.

The Syrian government and its allies carried out “24 attacks” on medical facilities in April alone, “killing 10 health workers and injuring 16,” the Syrian American Medical Society announced in a recent statement.

A familiar routine follows each of these attacks: Civil Defense first responders race to rescue survivors, hospital staff scramble to evacuate patients and salvage expensive medical equipment and local medical officials begin planning the reconstruction process.

But rebuilding is expensive, and funding is scarce, often leaving cash-strapped local councils in opposition territory, and northwest Idlib province in particular, unable to restore other damaged public facilities in the wake of an airstrike.

As a result of “continuous bombing,” Jamal a-Shahoud, Idlib province’s director of education, says more than 350 schools in Idlib are closed. Another 400 more are “40 to 50 percent destroyed;” still functioning but unable to be repaired. Syria’s northern Idlib province is the largest remaining bastion of rebel resistance and the focus of a months-long Russian and regime bombing campaign.

“We simply don’t have the financial resources for reconstruction,” the opposition official tells Syria Direct’s Bahira al-Zarier. “Hospitals take priority in light of the war.”

Q: When a hospital is bombed, it is more often than not rebuilt in a new facility. Why aren’t Idlib’s schools treated the same way?

We simply don’t have the financial resources for reconstruction. As you know, funding is given out by humanitarian organizations, and hospitals take priority in light of the war.

We have 1,446 schools in Idlib, while there are fewer than 50 hospitals in the province.

Q: Which costs are the Idlib Education Directorate able to defray in the aftermath of a school bombing?

Rebuilding efforts are limited to the essentials such as removing rubble. Otherwise, we’ll go on using the classrooms that were not bombed. We aren’t able to buy new supplies after a bombing.

We really do struggle financially after a bombing. Already, we don’t have the money to pay the wages of all of our teachers and staff; 50 percent of the educational staff work either for a small stipend or a food ration.

Q: The opposition’s interim government isn’t providing any funding?

They aren’t paying for salaries, not even for the provincial directors of education. Our organization—along with other directorates—hasreached out to major donor organizations to try to secure grants for monthly salaries, but we’ve only reached half of our requested amount.

Q: Describe what measures you do to take to keep schools safe amidst all of the bombardment.

The Education Directorate has a two-part plan in place when it comes to dealing with schools that could be targeted. First, we try to lessen the amount of time that students spend in the school by eliminating non-essential courses such as art and sports. Schools are in session for just four hours a day; it’s not enough, but students and teachers are all very cautious of any attack that may take place.

Second, we make sure that schools are located in either basements or shelters.

In the event that a school is bombed, students and teachers do not return until the attack ends. Afterwards, we try to restore whatever can be salvaged and bring the school back into operation. If there is a shortage in the number of rooms, then we’ll hold two sessions of schools hours. Essentially, one building serves as two schools.

It’s true that classes are periodically suspended, and as such, we’re adding an additional week of make-up classes. We also have a summer-school plan in place for children in elementary school.

Q: You mentioned that there are nearly 1,500 schools in Idlib. Are all of them currently active?

There are 1,080 schools that are operating in the province in varying degrees. I say “varying degrees” because we’ll cancel school if there is a bombing in the city, but we won’t close schools across the whole province. Of these, 400 schools are between 40 and 50 percent destroyed. There are nine schools that are operating out of private homes, in addition to schools based out of tents and caravans in the camps. Finally, there are 357 schools that are entirely destroyed.

Q: Can bombing kill education?

I want to be fully transparent here: Education has been severely damaged as a result of the continuous bombing of rebel-held areas. Parents are afraid to send their children to school. But despite all of these circumstances, more than 1,050 schools are still operating. This sends a powerful message to the world that we are a people who deserve life, who deserve respect. We will move beyond fear, danger and hunger to demand education.

Yes, the bombings are a major obstacle. But when school is in session, we are prepared to make the classroom better than it ever was before.

Fuente: http://syriadirect.org/news/the-triage-of-reconstruction-in-syria%E2%80%99s-north-and-the-schools-left-behind/

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