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México: Limitados, programas de igualdad de género en educación

México/10 de Marzo de 2018/El Economista

La ejecución de programas que buscan procurar la igualdad de género en la educación obligatoria es limitado.

En México hay, por lo menos, 20 documentos normativos que buscan procurar la igualdad de género en la educación obligatoria; sin embargo, la ejecución de programas que atienden la problemática es limitado.

En el informe “Documentación de la normatividad nacional e internacional relativa a la igualdad de género en la educación”, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación señala que entre los 20 documentos que tratan las obligaciones del estado sobre el tema sólo 10 de ellos tienen como respaldo leyes específicas en materia de igualdad de género y, en concreto, sólo cinco contemplan la perspectiva de género desde su diseño hasta su implementación y evaluación.

Entre las obligaciones que indica la normativa internacional para atender la igualdad de género en la educación obligatoria se cuentan: erradicar la discriminación y la violencia de género; asegurar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres; eliminar los materiales que hagan apología de la violencia contra las mujeres; desarrollar y disponer materiales, métodos y programas educativos e incluir contenidos curriculares sobre derechos humanos de las mujeres e igualdad de género, y promover la igual inclusión de la mujer en todos los ámbitos educativos, entre otros.

Fuente: https://www.eleconomista.com.mx/politica/Limitados-programas-de-igualdad-de-genero-en-educacion–20180308-0107.html

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Tendencias de las políticas educativas en Centroamérica

Centroamérica / 17 de diciembre de 2017 / Autor: Luis Armando González / Fuente: Radio La Primerisima

Imitando a las universidades privadas y a las escuelas de administración de las empresas estadounidenses en particular, los burócratas y los políticos de Gran Bretaña y de la Europa continental han adoptado una jerga empresarial que recuerda a la neolengua orwelliana para la gestión universitaria modelaba según el patrón de una corporación empresarial; y los más triste de todo, con ello respaldan la lógica de los resultados y logros rápidos”

Zygmunt Baumann y Leonidas Donskis, Ceguera moral. La pérdida de sensibilidad en la modernidad líquida.

No cabe duda que los conceptos científicos, particularmente los muy extensos, sí ayudan a cambiar las ideas extracientíficas”.

Thomas Kunh, La tensión esencial.

Introducción

Se ofrecen aquí algunas hipótesis y orientaciones metodológicas generales en torno a las tendencias de las políticas educativas en Centroamérica. La indagación acerca de las tendencias de las políticas educativas en la región exige el examen, como punto de partida, del contexto económico en el cual se gestaron las políticas educativas vigentes en la actualidad, lo mismo que el estudio del paradigma economicista del cual se nutrieron los gestores de aquéllas.

La hipotesis general que se propone en estas páginas es que lo específico de las reformas y políticas educativas de los años ochenta y noventa es su carácter fuertememente economicista, no sólo por su finalidad –hacer de la educación un soporte del modelo económico terciarizado que despuntaba en el marco de la globalización neoliberal—, sino por su filosofía educativa –una filosofía educativa inspirada en conceptos, hábitos y valores de cuño economicista neoliberal— y por sus consecuencias –dar pie a una privatización y mercantilización de la educación que debilitó extraordinariamente la educación pública.

Se trata, obviamente, de un planteamiento polémico. Pero en ningún ámbito como en el educativo es necesaria la polémica y el debate, especialmente cuando las fallas saltan a la vista. Hemos dado demasiadas cosas por supuestas en educación; por ejemplo, que hay conceptos, creencias y valores que deben aceptarse sin hacerse cuestión de ellos. Nada más contrario a la educación que la aceptación acrítica de lo dado. El acomodamiento a las modas educativas se ha convertido en cómplice de burocracias que, trabajando en función de un capitalismo rentista1, han convertido en dogmas educativos “respetables” lo que no son si no nociones tomadas de un economicismo, muy cuestionable desde criterios científicos y éticos, que se han integrado en un “constructivismo” igualmente débil en sus fundamentos filosóficos2.

Comenzamos, pues, con un planteamiento acerca de la necesidad de reflexionar sobre las tendencias de las políticas educativas en Centroamérica, para luego hacer una valoración sobre la relación entre reformas económicas neoliberales, economicismo neoclásico y educación. Cerramos en el documento con discusión acerca de las tendencias que se pueden identificar, en estos momentos, en las políticas educativas en la región.

  1. La necesidad de reflexionar sobre tendencias de las políticas educativas en Centroamérica

 

En el momento actual, el examen de las tendencias de las políticas educativas en Centroamérica se impone como una necesidad imperiosa. Los modelos educativos implementados después de la salida de las crisis y conflictos de los años ochenta han revelado, a estas alturas, severas deficiencias no tanto en cobertura, sino en la calidad de la educación3en todos sus niveles. Es evidente, en algunos países, la debilidad de la educación en los ámbitos científicos y técnicos, pero también en sus fundamentos filosóficos, éticos y humanistas. Lo mismo que es evidente el deterioro de la profesión docente, comenzando con una formación inicial docente poco sólida, hasta llegar a procesos de formación continua sumamente laxos y fuertememente orientados hacia un didactismo al que le es ajena la reflexión crítica sobre los dinámicas sustantivas de la realidad natural y social.

En algunos países, esas deficiencias han sido analizadas (o lo están siendo) de forma sistemática, y se han impulsado (o se están impulsando) cambios en orden a corregir sus fallas más significativas, por ejemplo en la formación docente4, en los contenidos y metodologías curriculares, y en el acceso a las tecnologías de la información y comunicación.

En otras naciones, reconociendo algunas falencias en los modelos educativos vigentes, los diagnósticos no son todo lo sistemáticos y realistas que debieran, y en consecuencia se introducen mejoras, según criterios de ensayo y error, que no tocan lo medular de aquéllos. En estas últimas naciones, hace falta una reflexión crítica sobre el conjunto de los procesos educativos y la lógica que los gobierna; hace falta una valoración –y no sólo un análisis— de los cambios educativos5, y las políticas a que los mismos dieron lugar, fraguados en los años ochenta y noventa, a la luz de su impacto no sólo en la calidad de la educación, sino también en la dinámica cultural y social.

Como quiera que sea, lo que no se puede negar es que las reformas educativas (y las políticas educativas) realizadas y ejecutadas en la era del postconflicto regional están siendo puestas en cuestión desde diferentes flancos y con distinta profundidad en cada una de las naciones centroamericanas.

Hay un importante debate educativo, ahogado muchas veces por otros debates –por ejemplo, el suscitado por la violencia y la inseguridad—, del cual se están generando diagnósticos, planteamientos críticos y propuestas de acción que, cabe esperar –no sin una gran dosis de optimismo—, den lugar a una reforma educativa (y las políticas educativas pertinentes) de nuevo calado, que permita superar lo que es para muchos una crisis educativa de enormes proporciones en países como El Salvador, Guatemala y Honduras.

2. Transformación económica y reforma educativa

Así las cosas, preguntarse por las tendencias de las políticas educativas en la región centroamericana supone, ante todo, reflexionar sobre las características de los modelos educativos que se diseñaron e implementaron al calor de la gran transformación económica inciada, con variantes nacionales, a finales de los años ochenta y principios de los noventa6, y que, consolidada como un modelo de acumulación centrado en la apertura comercial, la liberalización de los mercados financieros y el turismo –con una extraordinaria dependencia de las remesas y las maquilas en el caso salvadoreño7—, subordinó a sus necesidades el quehacer educativo, impregnándolo de una lógica privatizadora y mercantil.

La tesis de la mercantilización de la educación –que no sólo se escucha en Centroamérica8—es incomprensible sin hacerse cargo, por un lado, de la redefinición de los modelos económicos tradicionales –centrados en la agricultura y la industria— a partir de las exigencias de la terciarización de los aparatos económicos impulsada en el marco, y según los criterios y reglas, del neoliberalismo9. Y, por otro, de la ofensiva economicista de los años ochenta y noventa que permeó no sólo el quehacer económico y político, sino el conjunto de las prácticas, hábitos y creencias populares.

2.1. El economicismo de las reformas y las políticas educativas

El paradigma neoliberal10, con sus nociones del éxito fácil, consumismo, privatización, individualismo, acumulación, rendimiento, emprendedurismo, competencia…, y toda la gama de conceptos, palabras, creencias y estilos de comportamiento que son propias de ese paradigma se introdujeron con fuerza inusitada en la vida social y cultural (no sólo económica y política), impactando con particular eficacia el quehacer educativo en prácticamente todos sus componentes y niveles.

La tesis de la ofensiva de la economía neoclásica de los años ochenta sobre las ciencias sociales, planteada por Adam Przeworski11, se debe extender al pensamiento y a las prácticas educativas: la educación cayó en las redes de un economicismo de cuño neoliberal –del que por cierto aún no sale— no sólo por la lógica de rentabilidad que la terminó por caracterizar, sino por la “contaminación” de la filosofía de la educación (fines de la educación, contenidos curriculares, metodologías y didácticas de enseñanza, conceptos y valores educativos) de nociones, objetivos, propósitos y aspiraciones provenientes de la concepción económica que se erigió en dominante a lo largo de las décadas de los años ochenta y noventa.

Quizá el concepto de mayor influencia educativa desde los años noventa sea el de “competencia”, cuya carga economicista es indiscutible, como también es indiscutible el modo cómo intelectuales de las más diversa procedencia, incluidos figuras de izquierda, le han rendido un culto que ha resultado, en algunos contextos, verdaderamente vergonzoso. Una de las deudas pendientes del pensamiento crítico latinoamericano es el examen riguroso de la visión educativa sustentada en el “enfoque por competencias”, sus supuestos filosóficos y sus repercusiones en la educación.

Es un enfoque que no sólo se ha naturalizado, sino que se ha convertido en criterio de validación del ejercicio docente en todos los niveles del sistema educativo. Asimismo, el “enfoque por compencias” se ha convertido en un mecanismo para excluir del sistema a quienes o no lo conocen o se resisten al mismo por considerarlo insuficiente para apuntalar un proceso educativo sólido en lo congnoscitivo y éticamemente comprometido con la solución de los problemas sociales, económicos y culturales más graves.

En virtud de las exigencias planteadas por la transformación de los aparatos económicos y por el predominio creciente del paradigma neoliberal en el pensamiento social, político y cultural, en los años ochenta y noventa, se impulsaron reformas educativas encaminadas a articular de mejor manera el quehacer educativo con el modelo económico emergente.

El estudio a fondo de cada experiencia nacional seguramente arrojará modulaciones a la afirmación anotada; pero cabe sospechar que, en términos generales, se la pueda seguir sosteniendo como criterio de interpretación de la lógica de fondo de las políticas educativas emanadas de las reformas realizadas –a veces de forma abierta, como en el caso de El Salvador en los años 1996-1997, y a veces sin anunciarlas como tales— en el contexto, por un lado, de la transformación económica de los años ochenta y noventa, y, por otro, de la hegemonía del paradigma económico neoliberal.

2.2. La lógica neoliberal en la educación: la experiencia salvadoreña

En general, en los años noventa, la lógica neoliberal se impuso no sólo en el ámbito de la economía, sino también en el conjunto de la vida social y cultural. ¿En qué consiste esa lógica?

a) En la sujeción de las prácticas sociales a las reglas del mercado, con la subsiguiente mercantilización de la vida social. O sea, en virtud de esa sujeción, todo queda convertido en una mercancía que puede ser comprada o vendida.

b) En la privatización de todo, es decir, la conversión de bienes y prácticas sociales en propiedades individual o corporativa. La consecuencia de ello es que, por un lado, todo debe tener dueño y, por otro, los bienes públicos tienden a desparecer, siendo sometidos a una proceso de privatización.

El caso de El Salvador es extremo en el predominio de este espíritu privatizador en la vida social: desde el fin de la guerra civil (1992) ha sido indetenible la práctica de convertir en espacios privados espacios públicos (como calles, avenidas, pasajes, parques y zonas verdes) que, de la noche a la mañana, aparecen con verjas y portones por decisión de grupos de vecinos que habitan en las inmediaciones de los mismos12.

c) El debilitamiento del Estado, al cual se le van restando no sólo capacidades económicas, sino responsabilidades sociales, que precisamente se descargan en cada individuo del cual depende su propio bienestar y su propia seguridad13. En virtud de la lógica neoliberal, cada individuo es dueño de su destino, mismo que depende de lo que le haya tocado en suerte en esa rueda de la fortuna que es el mercado. Es problema de cada cual resolver las dificultades y trampas que la vida le depare, aunque estas sean generadas por un ordenamiento económico excluyente y empobrecedor.

d) La desaparición del ciudadano y el surgimiento del consumidor. El primero tiene derechos y deberes; el segundo capacidad o incapacidad de comprar o de vender algo. Si no tiene capacidad de compra, queda fuera del mercado y de los bienes que el mercado ofrece. Si tiene capacidad de compra, tiene “derechos de consumidor”: puede consumir las mercancías que se le ofrezcan y puede reclamar si las mismas no tienen la calidad debida o fallan en algún aspecto.

e) Consumismo extremo: el neoliberalismo alienta una cultura de consumir para llevar una vida fácil, ligera, cómoda, light,  sin más límite que la capacidad de compra al crédito o al contado. Si se paga un precio por un bien o un servicio, la idea es que el “cliente” gane en disfrute y en comodidad. Es un consumismo que, alentado por una cultura de marcas, atenta contra la ciudadanía, tal como lo hizo notar Naomi Klein en su libro No logo. El poder de las marcas14.

¿Cómo operó esta lógica en El Salvador, en el plano educativo?

En el caso de El Salvador, en los años noventa se realizó una proceso de reforma educativa inserto en el esquema neoliberal. Los gestores de esta reforma buscaron poner al sistema educativo en función de un modelo económico terciarizado y maquilero, y lo hicieron imbuidos, consciente o inconscientemente, del paradigma económico neoclásico. Para realizarla, había que formular una filosofía educativa que marcara el horizonte de la reforma que se estaba impulsando.

Esta nueva filosofía educativa –que se empapó del economicisimo predominante—, se caracterizó  por lo siguiente:

  1. El cambio del docente formador (del profesor) al docente facilitador, lo cual se hizo a partir de una “crítica” aparentemente sólida a las debilidades del docente tradicional. Junto con un rechazo a la educación bancaria y memorística (no se dudó en recurrir a Paulo Freire para sostener esta crítica), se desvirtuó el rigor, esfuerzo y disciplina intrínsecos a cualquier proceso de conocimiento (científico, literario o filosófico), cayendo en un facilismo poco propicio para el cultivo de las destrezas intelectuales superiores. La arremetida contra la “memorización” lo fue en contra de uno de los fundamentos de la identidad individual y colectiva: la capacidad de recordar. También se puso en jaque esa conquista humana sin la cual no hay educación: la palabra dicha y la palabra escuchada, la palabra escrita y la palabra leída (en una pizarra o en un libro). El diálogo socrático, pilar esencial de cualquier proceso educativo, fue ahogado por el practicismo didáctico y el uso de recursos tecnológicos en los cuales al profesor sólo le correspondía ocupar el lugar de “facilitador”15.
  2. La potenciación de la didáctica en detrimento de los contenidos cognoscitivos y críticos, bajo el supuesto de que había que orientar la educación hacia la práctica, o como se dice en la jerga didactista prevaleciente hacia el “saber hacer”, el “saber aprender” y el “aprender a aprender”. Se cayó en un “didactismo” de graves consecuencias para la educación, pues en virtud del mismo se dejaron de lado contenidos científicos, literarios y filosóficos sustantivos, lo mismo que se ahogó la reflexión crítica sobre la realidad y el compromiso con un conocimiento orientado a su transformación.

 

  1. El énfasis en hacer de la educación un proceso “suave”, “amigable”, light, en el que todos pueden construir el conocimiento en igualdad, pues nadie sabe más –y el facilitador menos que nadie—. Esta visión de la educación se nutrió de (y a su vez reforzó) la cultura de la globalización16 que se impuso con contudencia a lo largo de los años noventa y primeros años del 2000. Este trasiego de conceptos, valores, creencias, aspiraciones y hábitos desde la cultura globalizada hacia la educación, y viceversa, es algo a lo que no se le ha dado la debida atención, pero que reclama un examen detallado.

 

 

  1. Los estudiantes y sus padres, madres o tutores vistos como clientes, como consumidores individuales de bienes educativos, que les servirían para su éxito individual. Obviamente, ello dependiendo de su capacidad de pago, pues cada cual recibe la educación que pueda comprar.

 

  1. La implantación, como creencia compartida socialmente, de la que la educación que se paga (privada) es mejor que la gratuita (pública), y que entre más costosa es la mensualidad de mayor calidad y prestigio es la educación recibida. No sólo se introdujo una tajante separación entre la educación pública y privada, sin igualdad posible entre ambas en prestigio y reconocimiento social, sino una jerarquía entre las instituciones privadas, de la más cara a la más barata, y una competencia entre ellas por asegurarse las clientelas estudiantiles que hicieran rentable el negocio educativo.

 

 

  1. El deterioro de la educación pública que, de ser el principal foco de la educación en el pasado, se convirtió en el espacio para quienes no podían tener un lugar en el mercado educativo, es decir, para quienes no podían comprar los servicios ofrecidos por las empresas educativas privadas. Se dio por descontado que quienes no pudieran acceder a estas últimas no podrían presumir jamás de la educación recibida en las instituciones públicas, pues haber estudiado en ellas no sólo revelaba su situación de precariedad socio-económica (o sea, su condición de “perdedores”), sino la imposibilidad de salir de ella por no haber accedido a los conocimientos y habilidades –y también las relaciones y prestigio que dan las instituciones caras— que se requieren para triunfar en el mercado.

 

El deterioro de la infraestructura escolar pública, el descuido de la formación profesional docente, el ahogo presupuestario y la presión gremial en torno a demandas económicas, reforzaron en el imaginario social la idea de la inferioridad de la educación pública respecto de la privada, reforzando las ansias de las familias por buscar a toda costa alejarse de la posibilidad de enviar a sus hijos e hijas a escuelas públicas. Son los sectores medios los que más eco han hecho de esta visión, creyendo con los ojos cerrados que el éxito en la vida de sus hijos e hijas está en función de la inversión realizada en las colegiaturas escolares.

 

Se cayó en un círculo vicioso, del cual no sólo ha salido perdiendo la educación pública, sino la educación en general: el mito de que la educación privada es de calidad, y la pública no, ha impedido caer en la cuenta de que la primera, pese a las cuotas altas y a los lujos y comodidades en sus edificios, no ha escapado al empobrecimiento científico, filosófico y ético de la educación.

 

Antes bien, la educación privada ha sido una de sus generadoras, pues el facilismo, la falta de rigor académico y la implantación de valores consumistas, competitivos y poco críticos, han emanado de quienes la han auspiciado. Y lo que es peor, la visión educativa privada y privatizadora contagió el quehacer de la escuela pública, que no sólo fue vista y entendida como un instrumento que debe estar al servicio del mercado, sino que asumió, además de sus conceptos, palabras, creencias y hábitos, sus propósitos: en primer lugar, forjar consumidores y clientes de las empresas establecidas; y, en segundo lugar, crear una mano de obra lista para integrarse a las empresas que así lo demandaran en el marco de la transformación económica de los años noventa (maquilas, call center, comercio, servicios financieros).

2.3. Educación y economía: la particularidad del cambio educativo de los años ochenta y noventa

La subordinación de los sistemas educativos a las exigencias de los aparatos económicos no es un invento de los promotores de las reformas económicas neoliberales17. El modelo agroexportador dio pie a un quehacer educativo que le era funcional, y lo mismo sucedió con el modelo agroindustrial18. Desde las materias y las carrerras técnicas profesionales, pasando por los contenidos curriculares, hasta el calendario escolar y académico, no se entienden sin hacer referencia a los modelos económicos vigentes o emergentes en cada época histórica particular.

Sin embargo, lo singular de las reformas educativas y las políticas educativas de los años ochenta y noventa es su filosofía y orientación marcadamente economicista, lo cual las distingue de otros procesos de cambio educativo en los que los propósitos económicos coexistían e incluso se subordinaban a propósitos políticos e incluso culturales y religiosos.

Se trata, en las reformas y políticas educativas de los años ochenta y noventa, de un proceso de cambio educactivo no sólo orientado casi exclusivamente por objetivos económicos, sino embuido de un paradigma economicista que, como se dijo arriba, ha contaminado el quehacer educativo de una manera extraordinaria. Hablamos, pues, de reformas y políticas educativas de carácter economicista en sus objetivos, en su conceptualización y en su ejecución. Esa es la gran novedad del cambio educativo de los años noventa, respecto de otras reformas y transformaciones edicativas del pasado.

Es decir, en el pasado de la educación en Centroamérica, si bien es cierto que ella tenía un eje que la subordinaba a los aparatos económicos prevalecientes o emergentes, también tenía anclajes en exigencias políticas y culturales emanadas de los grupos de poder, especialmente en la línea asegurar la sumisión a la autoridad y el mantenimiento del orden establecido, que muy probablemente tenían la primacía respecto de las exigencias económicas.

Parte del éxito del economicismo y el mercantilismo predominantes es hacernos creer que han existido en todos los tiempos y lugares, con lo cual logran imponerse como algo “natural”.

El análisis histórico nos enseña que, si bien nuestro tiempo es fuertemente economicista y mercantilista, en otras épocas fueron otros los paradigmas (creencias, nociones, valores y aspiraciones) que prevalecieron. Se trató de paradigmas políticos y culturales en los que la nación, la patria, el orden, la autoridad y las jerarquías sociales eran lo esencial, y la educación bebió de ellos y se puso en función de sus objetivos.

Hasta las transformaciones economicas de los años ochenta y noventa, y la hegemonía creciente del economicismo y el mercantilismo en la cultura colectiva –incompresibles sin la globalización neoliberal y su cultura—, fueron otras las matrices conceptuales (no economicistas, no mercantilistas y no privatizadoras) y otros los objetivos (no principalmente o exclusivamente económicos) que sustentaron las reformas y las políticas educativas19.

De tal suerte que sin entender los fines (casi) exclusivamente económicos y el predominio del paradigma neoliberal en las reformas y políticas económicas de los años ochenta y noventa no se las pueda explicar a cabalidad en su singularidad y novedad. Tampoco se podrán entender los efectos negativos que ello ha tenido no sólo en la calidad de la educación, sino en la integración social y cultural. Al convertir a la educación en instrumento expreso de un modelo económico emergente, el economicismo y el mercantilismo vulneraron su anclaje social, cultural y político, erosionando sus capacidades como mecanismo de integración.

3. Reflexión final: el estudio de las tendencias de las políticas educativas

En síntesis, es ineludible el examen a fondo de la dinámica económica prevaleciente o emergente en una época determinada para entender las políticas educativas, lo mismo que los procesos de reforma educativa.

Y ello porque, en general, los sistemas educativos se han configurado históricamente a partir de un anclaje con los modelos económicos prevalecientes, lo cual es particularmente evidente en el contexto de la emergencia y consolidación de los modelos económicos de carácter neoliberal y globalizado.

Así, en el caso de las tendencias de las políticas educativas en Centroamérica es de rigor analizar, como punto de partida, el contexto económico de las reformas educativas de las que emanaron las políticas educativas vigentes en la actualidad. Y, a partir de este análisis, se debe hacer el esfuerzo por vislumbrar las dinámicas futuras de la educación en la región centroamericana.

También es ineludible el examen de los paradigmas predominantes (económicos, políticos, culturales) pues las matrices conceptuales –la filosofía educativa— de las reformas y las políticas educativas se nutren de ellos, lo mismo que sus fines y objetivos fundamentales. Así, es imposible entender a cabalidad las políticas educativas operantes en el presente sin hacerse cargo del predominio del paradigma neoliberal y del modo cómo este contaminó la filosofía de la educación que sostiene las políticas educativas vigentes.

¿Cuáles són, pues, las dinámicas de las políticas educativas de cara al futuro en Centroamérica? O sea, ¿cuáles son las tendencias de las políticas educativas en la región?

Para responder a esa pregunta se debe reconocer, ante todo, la existencia de un incipiente replanteamiento de los modelos económicos establecidos, los cuales han comenzado a revelar algunas de sus fisuras más profundas. Tanto del lado de determinados grupos empresariales como del lado de determinados actores políticos (de distinta filiación ideológica) se hace patente la preocupación por los límites de unos modelos económicos estancados productivamente, dado su anclaje en los servicios financieros, el comercio, el turismo, las maquilas y las remesas.

La crisis financiera de 2007-200820 sacó a relucir, de manera dramática, la inviabilidad de unas economías que descansan en la intensificación del consumo de servicios financieros, sin atender a la inversión productiva y a la innovación científica y tecnológica.

Hay grupos empresariales que han comenzado a presionar a los gobiernos para apuntalar un giro educativo que posicione, como algo central del quehacer educativo, a la ciencia y a la tecnología. Aquí, de nueva cuenta, lo que predomina es la visión economicista de la educación, tanto por los objetivos que se buscan con ella como por las matrices conceptuales que deben orientarla. En el caso de El Salvador, el modelo económico terciarizado está en crisis y las formas emergentes de actividad económica que vislumbran algunos de los grupos de poder exigen un replanteamiento de la educación, en función de una nueva agenda económica21.

Desde la derecha política vinculada a los grupos empresariales emergentes se suele respaldar esta demanda de una reforma educativa que se traduzca en una potenciación, desde la educación, del giro económico que aquéllos están promoviendo. En algunas instituciones educativas privadas, creadas expresamente para articularse con el aparato económico predominante, ya se realizan las adecuaciones pertinentes para dar respuesta a estas nuevas demandas empresariales.

Por su parte, la educación pública no sólo está sometida a la tensión que le provocan esa demandas, a las que de alguna manera intenta dar respuesta, sino que también está sometida a otras tensiones surgidas de objetivos que, desde una visión política de izquierda o de centro izquierda, se le imponen ahí donde las derechas políticas no gobiernan (o temporalmente dejaron de hacerlo).

Es decir, los gobiernos progresistas de la región, sin romper totalmente con el marco de políticas educativas fraguadas en los años ochenta y noventa –y sin renunciar a responder, desde los sistemas educativos, a las demandas de los grupos empresariales emergentes— han intentado generar enfoques, marcos conceptuales, objetivos y políticas educativas de un carácter distinto al de los vigentes, pero sin romper totalmente con ellos.

Entre los aspectos novedosos de estos enfoques, marcos conceptuales, objetivos y políticas destacan la apuesta por la inclusividad educativa; la visión de que la educación debe estar en función de la humanización y dignificación de niños, niñas, jóvenes, hombres y mujeres, y no en función de un modelo económico o de la reproducción de relaciones sociales y políticas de desigualdad; la idea de que el conocimiento científico (y sus implicaciones tecnológica) es esencial en el proceso educativo, pero que este es incompleto sin los saberes humanísticos y sin una ética de compromiso por parte de alumnos, profesores y padres de familia; la exigencia de apuntalar, desde la educación, los derechos humanos, la democracia y la participación ciudadana; la preocupación por articular al sistema educativo con las dinámicas de integración social y cultural22; y por último, el cultivo de un saber comprometido con la solución de los graves problemas de la realidad nacional. Como se ve, se trata de una visión de la educación no sólo distinta, sino contraria a la fraguada al calor de las reformas económicas neoliberales y del predominio del paradigma economicista.

Lo que sucede es que se trata de una visión de la educación que no ha sido traducida en un conjunto de reformas que las conviertan en un cuerpo de políticas educativas que le cambien el rostro a los sistemas educativos establecidos. Éstos, en lo fundamental, siguen operando según el marco de políticas fraguadas en las reformas educativas de los años ochenta y noventa.

De lo anterior, se pueden identificar tres grandes tendencias en las políticas educativas en Centroamérica: a) la primera es la de la continuidad de las políticas diseñadas en los años ochenta y noventa; b) la segunda, la del diseño e implementación de nuevas políticas educativas, coherentes con la filosofía y objetivos de las vigentes, pero orientadas a potenciar las áreas científico-técnicas, a tono con la emergencia de dinámicas empresariales vinculadas a la producción y no a los servicios; y c) una tercera, que apunta a un conjunto de acciones animadas por una nueva visión de la educación –no economicista, sino humanista, crítica y con sólidos fundamentos científicos, filosóficos y éticos— que pueden dar lugar una reforma educativa de envergadura, con el subsiguiente cuerpo de políticas educativas que le de viabilidad. Esta última tendencia está fuertemente condicionada por la contituidad de las gestiones de gobiernos progresistas que son las que han promovido cambios educativos desde una nueva visión de la educación.

Estas tres tendencias, al estar presentes en los sistemas educativos en estos momentos, tesionan a los ministerios de educación de la región. Por supuesto que el carácter de cada una de ellas es distinto en cada nación, lo cual depende de, al menos, estos factores: a) la manera como se concretó la reforma económica neoliberal y se instauró el modelo económico nacido de ella en cada país; b) la irradiación del paradigma economicista en el quehacer educativo; c) la forma cómo desde las reformas y las políticas educativas se encararon las dos dinámicas anteriores; d) las tradiciones institucionales y educativas propias de cada nación; e) la naturaleza de los gobiernos que administraron las reformas económicas y las reformas educativas de los años ochenta y noventa (y las políticas educativas surgidas de estas últimas); f) los movimientos docentes y su resistencia –o su no resistencia— a las reformas educativas de carácter neoliberal; y g) la naturaleza de los gobiernos que en el presente tienen que hacer frente, por un lado, al deterioro de los aparatos económicos terciarizados, por otro, a las deficiencias educativas (calidad de la educación, debilidades en la formación docente inicial y en servicio, deterioro de la infraestructura) y, por últlimo, a la erosión de la convivencia social no sólo por razones de inseguridad y violencia, sino por desigualdades socio-económicas de larga data.

Sin duda alguna, el estudio de cada uno de los casos nacionales enriquecerá, con evidencia firme, lo que aquí se ha esbozado de forma sumamente genérica. Como resultado de ello, seguramente contaremos con elementos de juicio más fundamentados para defender y proponer una reforma educativa de envergura (de la cual emanen las políticas educativas correspondientes), en la cual los sistemas educativos de la región –anclados en el cultivo de un conocimiento científico y filosófico, crítico y emancipador—, se pongan en función de la dignidad, bienestar y felicidad de sus ciudadanos.

San Salvador, 13 de octubre de 2017

Texto de la ponencia para el “Primer Congreso latinoamericano y del Caribe sobre metodologías para el análisis de reformas y políticas educativas”, realizado en Xalapa, Veracruz (México), del miércoles 29 de noviembre al sábado 2 de Diciembre del 2017.

1 L. A. González, “Capitalismo rentista”. En https://www.alainet.org/es/articulo/186841

2 L. A. González, “Educador: ¿facilitador o problemarizador?” En Educación, conocimiento y emancipación. San Salvador, EDIPRO, 2014.

3 L. A. González, “Una reflexión sobre la calidad de la educación”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/columnistas/una-reflexion-sobre-la-calidad-de-la-educacion

4 Por ejemplo, en El Salvador desde 2009, con el gobierno de Mauricio Funes, se inició un trabajo de largo aliento en la potenciación de la formación docente, efuerzo que ha continuado a partir de 2014, con el triunfo electoral de Salvador Sánchez Cerén. No se ha resuelto en este país el gran desafío de contar con una institución formadora de docentes de carácter público, pese que el tema ha estado presente desde 2011, cuando se ensayó la creación de la Escuela Superior de Maestros, proyecto que por diversas razones no prosperó. Una nueva iniciativa, en la misma dirección, es la creación del Instituto Nacional de Formación Docente (INFOD) que, cabe esperar, prospere en la dirección deseada.

5 Fueran calificados esos cambios o no como “reformas educativas”.

6 Cfr., E. Ganuza, R. Paes de Barrios, L. Taylor, R. Vos (Eds.), Liberalización, desigualdad y pobreza: América Latina y el Caribe en los 90. Buenos Aires, Eudeba, PNUD, CEPAL, 2001; L. A. González, “Exclusión versus inclusión: democratizaciòn y reforma económica cen Centroamérica”. En Sociedad y política. Reflexiones desde El Salvador.San Salvador, UDB, 2015, pp. 210-227.

7 Cfr., L. A. González, “El círculo vicioso de las remesas”. ECA, No. 684, 2005, pp. 997-999.

8 Cfr., Cfr., L. A. González, “El problema del mercantilismo de la educaciób superior”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/opinion/tribuna/el-problema-del-mercantilismo-en-la-educacion-superior

9 Cfr., N. Klein, La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre. Buenos Aires, Paidós, 2007.

10 Cfr., L.A. González, “Globalización y neoliberalismo”. ECA, 1999,pp. 53-67.

11 Cfr., Adam Przeworski, “Marxismo y elección racional”. https://es.scribd.com/document/206479827/Marxismo-y-eleccio-n-racional-Przeworski-docx

12 Cfr., L. A. González, “Defensa de los espacios públicos”. https://www.alainet.org/es/articulo/185223

13 Cfr., L. A. González “Responsabilidades del Estado ante la sociedad”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/opinion/columnistas/responsabilidades-del-estado-ante-la-sociedad

14 Barcelona, Paidós, 2001.

15 Cfr., L. A. González, “Educador ¿faciltador o problematizador?”.http://abacoenred.mayfirst.org/wp-content/uploads/2015/10/educador_-_facilitador_o_problematizador.pdf

16 Cfr., L. A. González, “Implicaciones culturales de la globalización”. ECA, No. 703-704, 2007, pp. 377-396.

17 L. A. González, “Educación y modelo económico”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/columnistas/educacion-y-modelo-economico

19 Incluso en als reformas impulsadas al calor de los proceso de industrialización por sustitución de importaciones, de los años 50 y 60, del siglo XX, los objetivos económicos, con todo y ser esenciales, no fueron los únicos, pues estuvieron acompañados de propósitos políticos y culturales (por ejemplo, a los objetivos de la modernización autoriraria de los gobiernos militares salvadoreños de la época).

20 L. A. González, “Crisis financiera muncial: su impacto social y político en Centroamérica”. En Sociedad y política…, pp. 228-257.

21 L. A. González, “Educación y modelo económico”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/columnistas/educacion-y-modelo-economico

22 L.A. González, “Cultura, educación e integración social en El Salvador”. San Salvador, CENICSH, Cuaderno de Trabajo, No. 1, junio de 2009.

Fuente del Artículo:

http://www.radiolaprimerisima.com/articulos/7406

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México: Democratización del conocimiento, reto de universidades latinoamericanas

México/27 de Noviembre de 2017/La Vanguardia

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas obligarán a las universidades latinoamericanas a transformar sus políticas educativas, democratizar el conocimiento e impulsar la cooperación, afirmó hoy el expresidente dominicano Leonel Fernández (2004-2012).

Durante el discurso inaugural de la Conferencia Internacional de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies), que se desarrolla en Guadalajara (oeste de México) hasta el 24 de noviembre, Fernández afirmó que uno de los retos para 2030 es hacer frente a la creciente demanda educativa que traerá consigo «una redefinición de los contenidos curriculares».

La masificación de la educación obligará a dejar atrás la idea de las «universidades de élite» para dar paso a un acceso universal a la enseñanza que responda al crecimiento demográfico y a la migración de los jóvenes desde las zonas rurales a las ciudades, sostuvo el también presidente de la Fundación Unión Europea-América Latina y el Caribe.

Fernández dijo que para 2025 se espera que haya 262 millones de estudiantes universitarios en el mundo, 112 millones más que en 2010. En América Latina y el Caribe se prevé que para ese mismo año las universidades alberguen entre 32 y 35 millones de estudiantes.

Esta creciente demanda obligará a las instituciones públicas a pensar en nuevos patrones de financiamiento pues «el Estado por sí solo ya no podrá cubrir los gastos derivados de esa masificación».

«Por tanto, habrá que esperar un incremento en el número de universidades privadas» y mayor cantidad de escuelas y centros de adiestramiento para el empleo y de enseñanza tecnológica, apuntó.

El exmandatario recordó que las instituciones latinoamericanas no figuran en la clasificación mundial de universidades de prestigio. La más destacada es la Universidad de Sao Paulo, en Brasil, la primera en América Latina pero que se ubica en el sitio 138 mundial.

«Tenemos universidades de rango medio y, por tanto, una meta a futuro para cumplir plenamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible es cómo lograr universidades de clase mundial», añadió Leonel Fernández.

Consideró que las instituciones de educación superior en el continente americano deben aprovechar la tendencia de la globalización que apunta a una mayor movilidad estudiantil, diseñando programas académicos mediante campus virtuales que combinen las modalidades presencial y en línea, y alentando a sus estudiantes, docentes e investigadores a realizar intercambios.

Y sostuvo que las universidades no deben temer a la fuga de cerebros, pues una de las tendencias para los próximos años es el concepto de «cerebro circular», que favorecerá que los alumnos salgan a estudiar un posgrado y regresen a su lugar de origen, pero sigan participando en eventos, proyectos y actividades profesionales en otros países.

Ello les permite nutrirse, crear redes y conocer nuevas fuentes bibliográficas para volver a su país más motivados para hacer su trabajo, afirmó.

Fernández pronosticó que la sociedad del conocimiento llevará a las instituciones educativas a un modelo de «universidad al desarrollo», vinculada a las empresas para generar riqueza con un impacto social, de manera que se convierta en «un eje al servicio del desarrollo».

La Conferencia Internacional Anuies reúne a decenas de rectores, directores, docentes, investigadores y especialistas en educación superior de instituciones educativas de México y de otros países de América Latina para discutir acerca de los retos y posibles alianzas para el desarrollo sostenible.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20171123/433093073230/democratizacion-del-conocimiento-reto-de-universidades-latinoamericanas.html

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Analizan panorama de la educación media superior en México

México/19 octubre 2017/Fuente: El Comentario

Como parte de las actividades del XVIII Coloquio Nacional de Formación Docente de Educación Media Superior “Enseñanza innovadora y transversalidad curricular”, realizado en la Universidad de Colima, se desarrolló el panel “El panorama de la educación media superior en México”.

Alejandra Romo López, titular de la Dirección de Investigación y Educación de la Anuies, mencionó que desde la perspectiva de la Anuies, la implementación del nuevo modelo educativo en bachillerato “se ha convertido en un tema de debate público que merece mucha atención sobre lo que requiere”.

Además, comentó que se establece una línea de compromiso entre educadores y autoridades directas; esto es, desde quienes están frente a grupo hasta quienes diseñan y emiten estas políticas educativas.

Agregó que “la educación superior recibe lo malo y lo mejor de lo que ha ocurrido en niveles previos, y pensando que este modelo educativo se lleve a la práctica en la dimensión deseada, se le apuesta a generar una reforma de mayor calidad que impacte en la educación superior”.

Con base en lo anterior, argumentó que la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies) “no puede quedarse como espectadora pasiva de este proceso de cambio, sino que debe actuar a través de sus instituciones. Esto implica, según la experta, atender lo que ocurre en el aula y desarrollar investigaciones sobre este proceso de cambio a fin de detectar problemas y buscar soluciones”.

Asimismo, dijo que la Anuies participa en el diseño y la operación de programas de capacitación y formación del docente para el desarrollo de la educación del nivel medio superior.

En su turno, Armando Flórez Arco, director del Sistema de Educación Media Superior de la Universidad Autónoma de Sinaloa, expresó que las universidades han trabajado de manera intensa en el diseño de un marco curricular común, y que además han tenido el reto de que los bachilleratos universitarios no pierdan su identidad.

Asimismo, dijo que otros retos son: la creación de un mecanismo de apoyo personalizado para los alumnos, como tutorías educativas para disminuir el abandono escolar, el diseño de prácticas curriculares interdisciplinarias y transdiciplinarias, así como de sistemas de evaluación que den seguimiento del logro de competencias y la formación y actualización de los docentes y de su trabajo colegiado.

Dijo que los profesores tendrán que hacer frente a la implementación de este modelo educativo, para lo cual consideró que deberán realizar un andamiaje que lleve a los alumnos a tener un aprendizaje significativo que los motive a pensar.

Por último, comentó que es necesario intervenir oportunamente y enriquecer los conocimientos de los alumnos. Como reto principal, mencionó el de consolidar el trabajo colegiado y la investigación educativa con formas de financiamiento, socializar las experiencias exitosas que contribuyan a la innovación y hacer énfasis en la formación disciplinar.

Fuente: http://elcomentario.ucol.mx/analizan-panorama-de-la-educacion-media-superior-en-mexico/

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Argentina: Hacia una reforma educativa

Argentina/31 de Julio de 2017/Entorno Inteligente

El anuncio de una reforma educativa generalizada de la escuela media, todavía en proceso de elaboración, genera expectativas e incertidumbre. Como causa determinante de una reforma de alcance estructural se menciona que nuestra escuela secundaria muestra síntomas de «una crisis terminal».

Ese severo juicio se basa en fallas conocidas: cinco de cada diez alumnos no la concluyen en tiempo y forma; otro 10% deserta; en las pruebas Aprender el 40% no alcanzó el nivel básico en matemática y tuvo bajo desempeño en lengua.

Los representantes de los 24 ministerios del país que han asumido la tarea de preparar la reforma, que sería introducida gradualmente, habrán de comprometer a los colegios a elevar sus proyectos educativos, que se iniciarían en la práctica -aunque parcialmente el año próximo.

La cuestión es compleja. Primero se habla de la obligación de todas las provincias de presentar proyectos. Se sumaría luego la planificación de las escuelas, en la que se especificarían las mejoras que se incorporan. En cuanto a la situación de los docentes, también requerirá adecuarse a los cambios en ciernes. Poco clara es la afirmación de «flexibilizar la clásica repitencia», que alude al funcionamiento escolar actual, que no ha sido exitoso y ha movido al abandono de los sectores sociales más vulnerables.

El cambio se impone porque los alumnos «se aburren», a pesar del aumento de las inversiones, que pasaron del 1,1% del PBI en 2005 al 1,8% en 2015, sin poder evitar el abandono escolar ni la deficiente formación. Puede afirmarse que el estado de ánimo de los alumnos en el desarrollo de un tema depende en parte de los contenidos temáticos, del interés que sabe suscitar el docente y de los recursos que emplea.

Otra cuestión de importancia es la reformulación de los contenidos curriculares, con menos materias, aunque sin dejar de garantizar las capacidades y conocimientos buscados. Construye una aspiración positiva, aunque difícil de lograrse. Se debe acordar cuáles son esas materias decisivas y es de suponer que el tema será objeto de debate, ya que cada docente defenderá la permanencia de la materia que dicta.

El Ministerio de Educación aspira a concretar una resolución del Consejo Federal por la cual todas las provincias han de comprometerse a realizar el plan de reformas. En ese sentido, ya se efectúan reuniones mensuales en todas las provincias. Se aspira también a promover la capacitación de los profesores y a crear una escuela de política educacional que elabore material apto para servir a directivos y docentes. Entre las cuestiones a tratar no se ha aludido al problema de paros y huelgas que han afectado severamente la actividad escolar y reclama soluciones; de lo contrario, la reforma se frustra. Desde luego, la cuestión de fondo reside en renovar la escuela media. Ahí están cifradas las expectativas.

Fuente: http://www.entornointeligente.com/articulo/10378620/ARGENTINA-Hacia-una-reforma-educativa

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Vía libre para que mineras y agroquímicas generen contenidos educativos

Por: Pablo Taranto

Un convenio firmado por los ministros de Educación y Agroindustria con transnacionales del sector y una cláusula del Acuerdo Nacional Minero abren la puerta a modificar la currícula

La aberrante concepción de la educación pública expresada en la ya célebre proclama de Esteban Bullrich en una conferencia de la UIA, cuando se presentó no como ministro de Educación sino como «gerente de recursos humanos», forma parte de un plan muy concreto: diseñar una escuela a imagen y semejanza del modelo de país que quiere Cambiemos, donde las palabras derecho o inclusión pierdan sentido, y el sistema educativo se convierta en un ancho campo de reclutamiento donde las empresas puedan elegir a los más capacitados. Y del mismo modo en que la historiografía oficial, mitrista, liberal, urdió la llamada «educación patriótica» y formateó luego los fundamentos doctrinarios y pedagógicos de la Argentina agroexportadora, «granero del mundo», el neoliberalismo del siglo XXI pretende avanzar en la construcción de nuevos contenidos curriculares, a tono con un modelo económico reprimarizado, extractivista, cuyos máximos beneficiarios son los agronegocios y la minería, los sectores concentrados a los que ya se les quitaron las retenciones a la exportación de sus productos, y que pasan a vertebrar el renovado axioma nacional. Repitan conmigo, chicos: «Somos el supermercado del mundo».

El 15 de junio pasado, el ahora saliente ministro a raíz de su precandidatura a senador por la alianza Cambiemos, firmó con su par de Agroindustria, Ricardo Buryaile, un convenio «para fortalecer la educación agraria», que incluyó un acta compromiso con más de 45 empresas de agronegocios y entidades del sector para que se constituyan en «fuente de capacitación» para escuelas rurales.

«Pensando en que debemos convertirnos en el supermercado del mundo, recorrimos todo un camino con el ministro Buryaile y hoy la agroindustria sabe que se puede apoyar en la educación», dijo Bullrich. Su colega, también próspero descendiente de una familia de productores agropecuarios, resaltó a su turno «la sinergia del sector público y el privado» que supone el convenio, apuntando a «la cantidad de empleo y oportunidades que generan estas empresas». El acuerdo descansa básicamente en otro convenio de cooperación, rubricado ese mismo día por ambos ministerios con la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), la UATRE y más de 45 organizaciones y empresas del agronegocio, con el objetivo de que aporten contenidos y generen acciones en pos de «una alta capacitación en docentes y directivos de las escuelas y una mejor inserción laboral de los alumnos».

Así, la educación agraria que postula Cambiemos no quedará en manos de académicos y universitarios, ni hablar de agricultores familiares o campesinos, sino de las grandes trasnacionales como Monsanto-Bayer, Syngenta o Dow-Dupont. Estas firmas –como bien explica el último informe de Greenpeace titulado «Ley de semillas: el lobby de las empresas químicas», que identifica los vínculos con estas de 30 funcionarios del actual gobierno– «apadrinan», a través de membresías y convenios de financiamiento, a las organizaciones que se presentan ante la sociedad como entidades «sin fines de lucro» pero que ocupan un rol clave en el lobby agrario: Aapresid y Aacrea, pero también Casafe (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes), Asacim (Asociación Argentina de Ciencia de las Malezas) o Argenbio (Consejo Argentino para la Información y el Desarrollo de la Biotecnología).

El convenio firmado por Bullrich y Buryaile oficializa una práctica que en realidad ya existe. Por ejemplo, el proyecto bautizado Aula Aapresid lleva cinco años recorriendo escuelas para difundir los beneficios del modelo de siembra directa. Sus objetivos: corregir «la poca, y a veces errónea, información existente acerca de las consecuencias y efectos que genera la producción agropecuaria en nuestro país», y «concientizar sobre el rol central de la Argentina como productor mundial de alimentos y la necesidad de dar respuesta a una creciente demanda de los mismos». La última visita fue al Instituto Provincial de Enseñanza Media N° 151 «Ignacio Urbizu», de Camilo Aldao, departamento de Marcos Juárez, Córdoba, el 11 de junio. El año pasado, un amparo colectivo logró frenar el programa «Mi escuela saludable», que desde 2012 había funcionado en 176 escuelas primarias porteñas, supuestamente para la promoción de buenos hábitos de alimentación, monitoreado por el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI). Entre las «empresas que brindan valiosa colaboración a ILSI Argentina», su sitio web enumera a Basf, Bayer, Dow Agro Sciencies. Monsanto y Syngenta, el oligopolio mundial de la producción de agroquímicos.

Así, las graves consecuencias para la salud de los agrotóxicos o la incidencia del modelo a gran escala de siembra directa en las recurrentes inundaciones difícilmente formen parte de los contenidos escolares. El 13 de junio pasado, un centenar de asambleas, ONG, académicos y universidades nacionales volvieron a exigir la sanción de la Ley de Humedales. «Estas catástrofes, cada vez más frecuentes, están vinculadas con el desmonte de bosques nativos y el relleno de zonas inundables para emprendimientos agropecuarios», dice la carta enviada a los diputados, y señala los peligros de «un modelo de desarrollo que en su afán productivista omite las condiciones más elementales de sustentabilidad socioambiental». Una discusión que no debería llegar a las aulas.

Minas fieles de gran corazón

El lavado de cara educativo será más arduo en la otra gran actividad extractiva que impulsa el gobierno macrista: la minería. Pero ya se puso en marcha. El mismo día 13, Mauricio Macri firmó con 14 gobernadores el nuevo Acuerdo Federal Minero. «Esto no significa sacrificar el medio ambiente, sino abrirle puertas al desarrollo», observó el presidente. El sistema educativo tendrá la dura misión de convertir esa máxima en una verdad pedagógica. El punto 3 del acuerdo, titulado «Aspectos educativos y formativos», fue prolijamente elaborado entre la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) y los ministerios que conducen Esteban Bullrich y Juan José Aranguren. Explica que «con el objetivo de que la comunidad educativa reciba conocimientos sobre la actividad minera y estos tengan fundamento científico –lo que contribuirá a una mejor y certera información de la sociedad–, las Partes se comprometen a llevar adelante acciones con los Ministerios de Educación Nacional y Provinciales para lograr la incorporación, dentro de la currícula de los niveles primario y secundario, de contenidos sobre: a) la constitución geológica del territorio nacional y provincial; b) los productos mineros que se generan en el país y en las provincias, su utilización en la vida cotidiana; c) la importancia del sector minero en la economía nacional y regional; y d) la regulación ambiental de la actividad minera.»

Varias provincias desistieron de firmar el acuerdo, sobre todo aquellas, como Chubut y La Rioja, donde la megaminería trasnacional generó importantes luchas sociales y fue prohibida por ley. Sería escandaloso que los alumnos de localidades como Famatina o Esquel –donde en 2002, el 82% de la población votó un concluyente «No a la mina»– recibieran manuales escolares laudatorios de la actividad minera.

Soslayando los pasivos ambientales que deja la actividad o repetidos incidentes como los de Veladero, Marcelo Álvarez, director de Asuntos Corporativos de la minera canadiense Goldcorp y titular de la Cámara, sintetizó las aspiraciones del sector: «Los manuales de educación de las escuelas primarias y secundarias siguen tratando a la minería como una actividad contaminante, cuando el país promueve su desarrollo. Hay que romper esos esquemas y poder explicarles a los colegios y a los chicos lo que significa la minería. Se podría cambiar parte de la currícula de Ciencias Naturales. Si tenemos un desarrollo minero como lo tuvo Chile, no solo se cambiará la currícula, también buscaremos generar más espacios de estudio en las universidades. No tenemos la cantidad de recursos humanos capacitados para el desarrollo minero que esperamos».

Otra vez, el Acuerdo Minero generalizaría en la educación pública una estrategia que las empresas ya practican. Desde 2013, el proyecto educativo «Un mundo de minerales», que motoriza CAEM , ya visitó 180 escuelas de todo el país, alcanzando a más de 13 mil chicos de tercero a sexto grado. Entre sus objetivos manifiestos, cita el de «transmitir con claridad la noción de que todo lo que hacemos o necesitamos está vinculado a la minería». Entre los materiales que reparte a los alumnos, está la simpática colección titulada «¡Pucha, qué tesoro!», que cuenta, por ejemplo, la historia de dos novios que se regalan anillos de compromiso, para luego explicar qué es el oro y cómo se extrae. Omite mencionar el cianuro que se utiliza para separarlo de la roca. «

En San Juan, la piedra que no quería ser extraída

En 2011, un manual de Educación Ambiental publicado por el Ministerio de Educación que conducía Alberto Sileoni, con fuertes críticas a los procedimientos contaminantes de la minería a cielo abierto, jamás llegó a repartirse en las escuelas de San Juan. El año pasado, el Ministerio de Minería provincial puso las cosas en su lugar, y editó tres libros infantiles que destacan los beneficios de la actividad. Entre ellos, Piedra y Montaña cuenta la historia de una piedra (que evidentemente contiene oro) que tiene miedo de ser extraída. «Solo así podrás transformar al mundo y beneficiar a mucha gente, convirtiéndote en autos, casas, juguetes, medicamentos, aviones, celulares. Todo lo que rodea al hombre es minería, piedra amiga», dice Montaña.

Cobre, una apuesta del Grupo Macri

La participación del Grupo Macri en el sector minero siempre fue marginal, pero el nuevo auge que impulsa el gobierno para la actividad le da nuevas perspectivas. En 1997, Franco creó Minera Geometales, apuntando a tareas de relevamiento geológico para la exploración de cobre y oro. Hoy la compañía forma parte del grupo Obras, Desarrollos y Servicios (ODS)y opera yacimientos propios en el «Anillo de Cobre El Teniente», en 5000 hectáreas del sudoeste mendocino.

Marco jurídico

La Ley General del Ambiente Nº 25.675 prevé en su artículo 14º la implementación de la «educación ambiental» como «el instrumento básico para generar en los ciudadanos, valores, comportamientos y actitudes que sean acordes con un ambiente equilibrado, propendan a la preservación de los recursos naturales y su utilización sostenible». Será complejo vertebrar en este marco jurídico los contenidos proagronegocios y promegaminería que quiere impulsar el gobierno.

Los bancos también

El sector bancario tiene un viejo proyecto en carpeta: el de incorporar a las finanzas dentro de los planes de estudio de las escuelas primarias y secundarias. En el último tiempo hubo algunas reuniones entre representantes de las cámaras que reúnen a los bancos con funcionarios para tratar el tema. Un ejemplo que se usó en esos encuentros es el caso español, en donde la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España trabajan con los ministerios de Economía y Hacienda en acciones conjuntas para difundir la educación financiera en todos los ámbitos. En la educación formal esto se ve en el programa de la materia Economía de cuarto año de la secundaria. Los estudiantes de 15 años aprenden a «saber si llegaremos a fin de mes con nuestro sueldo y si vamos a necesitar un plan de pensiones privado». La forma que buscan los banqueros para ingresar a los planes de estudio recuerda a la que se empleó para meter contenidos contra el derecho de huelga y de protesta en un manual educativo que detallaba los componentes de una noticia. Casualmente, se empleó un editorial del diario Clarín que criticaba una movilización sindical al Congreso en el año 2004 con argumentos similares a los que se emplean hoy para criticar la lucha popular.

Vidal cedió con los docentes bonaerenses

En la reunión número 14, celebrada días atrás, el gobierno bonaerense de María Eugenia Vidal se movió del techo salarial fijado por la Nación y ofertó un 27,4% de incremento salarial a los gremios que integran el Frente de Unidad Docente bonaerense que, en esta ocasión, resolvieron poner la propuesta a consideración de las bases. La respuesta llegará en unos días. Durante el encuentro en el Ministerio de Economía, los funcionarios de la gobernadora ofrecieron una recomposición global que incluye también parte de lo perdido por la inflación en 2016 y sumas en concepto de material didáctico pagado por la Nación. En concreto, la propuesta es 2,5% por 2016, lo que lleva el salario inicial de diciembre de 9800 a 10 mil pesos; más 21,5% por 2017 con cláusula gatillo; más un 3,4% conformado por los dos montos a cuenta que el gobierno pagó en marzo y en mayo –que no serán descontados sino que formarán parte de la recomposición 2016– y dos cuotas de 800 pesos en concepto de material didáctico, a pagar en septiembre y octubre, hasta dos cargos. La suba global, según estimaron los gremios, es del 27,4 por ciento.

Fuente: http://www.tiempoar.com.ar/articulo/view/68698/va-a-libre-para-que-mineras-y-agroqua-micas-generen-contenidos-educativos

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Ghana: Provocative Conscience – A case for French Language education

Ghana/Mayo de 2017/Autor: Frederick K. Kofi Tse/Fuente: Graphic Online

Resumen: Esto ha encendido un debate entre ghaneses, especialmente políticos e interesados ​​en el sector de la educación; Y como algunos piensan que las deliberaciones sobre la idea son hace mucho tiempo, otros argumentan que es un movimiento equivocado. Un cambio en la estructura educativa puede tener efectos dinámicos en la economía, así que aprecio los diversos debates sobre esta política que ha planteado el Presidente. A decir verdad, la llamada para la enseñanza de la lengua francesa ha sido hecha por varios otros, incluyendo a la Sra. Hannah Tetteh, que instó a los políticos el año pasado a aprender a hablar francés y portugués.

This has ignited a debate among Ghanaians, especially politicians and stakeholders in the education sector; and as some think deliberations on the idea are long overdue, others argue that it is a wrong move.

A change in the educational structure may have dynamic effects on the economy, thus, I appreciate the various debates on this policy that has been raised by the President. Truth be told, the call for French language education has been made by several others, including Ms Hannah Tetteh who urged politicians last year to learn to speak both French and Portuguese.

As a language lover, I find it an important policy by President Akufo-Addo to give a chance to all Ghanaian children to have a taste of one of the most influential languages on earth. Ghanaians, like many other nationals, go for holidays in France and brag about French brands such as Louis Vuitton, Chanel, Dior and Hermes and also enjoy French fries. Others also travel for business in Togo and Burkina Faso but French Language which will make trade easy for such businessmen and women has been denied many because of the education structure.

Curriculum

Adjusting the curriculum to make room for a bilingual population is good. Here is a country surrounded by three francophone countries―Togo, Burkina Faso and Ivory Coast― and in an Economic Community Of West African States (ECOWAS) which has eight French-speaking countries as majority members. What is more, Africa is the continent with the largest French-speaking population in the world and 31 countries in Africa have French as a first or second language.

It is true that Ghana’s structure of education calls for a review, and foreign languages are the least of our woes. However, if government wants to solve our problems starting from the least, we ought to be looking at the positives and suggesting ways of making government’s position more favourable to the interest of students and the economy at large. Apart from English language, French is one language which has a global reach. The French in their efforts to remain relevant after World War II set up Organisation International de la Francophonie, simply called La Francophonie.  It is a body representing countries in which a significant portion of their population speak French. La Francophonie is made up of 56 countries, almost a third of the world’s nations, and this includes rich countries such as Canada, Switzerland and Belgium.

 Today’s western and even Chinese millennials are either bilingual or multilingual. They are either switching codes from English to Mandarin to French or from French to English and to Spanish. So equipping our children with the French language opens up their capacity to work and compete with their equals around the world.

Language with reach 

As a language with a global reach, it will enhance our appreciation of art, history and literature, and this absorbs cultural shocks when we travel to any of Ghana’s three neighbouring countries. As the world’s institutions are calling for deepening globalisation, French is an essential tool for trade, business and diplomacy. Even in the recent election in France, the French language was projected by the President of the European Union (EU), Mr Jean-Claude Juncker, who stated that English was losing its relevance in the EU, in a bid to appeal to France to remain in the EU. Though this statement was mischievous, it still carries some weight as he himself switched to French immediately after he ended that statement. President Akufo-Addo himself knows how useful the French language has been to him as a lawyer and as a former foreign minister, and that is why he is so passionate about making it compulsory. I also know many development agencies that prefer bilingual employees to those who speak only one official language.

Reconsideration

Nevertheless, the government has to reconsider making any language compulsory; otherwise, it should not be examinable for all students. There are many who do not like French and as such do not perform well in the language. You can open their heads like coconut and force a Dictionnaire Français into it and add one terabyte of artificial memory and they will still fail to utter je parle Français. Forcing such students to write an examination on the subject will be disastrous.

The attitude of French teachers will also either be an incentive or disincentive to students to learn French. Those of us who attended “syto” started the French course in Junior High School (JHS) and it was hell. Our French teachers seemed to have had a different training from non-French teachers and so had a different attitude on the job; they beat us as if they were not happy we were learning a foreign language. One time, I was chased by Mr Nutsukpoe, my French teacher, in the class until I jumped through the window. Imagine that! Since then, I never stepped my foot into the class until I finished school.  En fait, j’avais fini.

Fuente: http://www.graphic.com.gh/features/opinion/provocative-conscience-a-case-for-french-language-education.html

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