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Banco Mundial: Indicadores de derechos humanos para migrantes y sus familias

Fuente Banco Mundial:

La serie de documentos de trabajo de KNOMAD difunde la labor en curso realizada en el contexto de la Asociación Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD, por sus siglas en inglés). KNOMAD, que es un centro mundial de conocimientos y experiencia técnica en la formulación de políticas sobre migración y desarrollo, tiene como objetivo crear y sintetizar conocimientos y pruebas multidisciplinarias; generar una gama de opciones de políticas para responsables de formular políticas sobre migración, y brindar asistencia técnica y creación de capacidad para proyectos piloto, evaluación de políticas y recopilación de datos. KNOMAD cuenta con el respaldo de un fondo fiduciario de múltiples donantes establecido por el Banco Mundial. El Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ), el Ministerio de Justicia, Migración y Política de Asilo de Suecia, y la Agencia Suiza de Desarrollo y Cooperación (SDC), son las entidades que efectúan contribuciones al fondo fiduciario. Las opiniones expresadas en el presente estudio no representan las del Banco Mundial ni las de las entidades patrocinadoras. Todas las preguntas deben dirigirse a KNOMAD@worldbank.org. Los documentos de trabajo y varios otros recursos de KNOMAD sobre migración están disponibles en www.KNOMAD.org

 

Pueden leer el documento en el siguiente enlace:

Indicadores de derechos humanos para migrantes y sus familias

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El mito del Tec de Monterrey y la formación de profesores

México/Abril 2016/Autora: Mayra Castañeda

El 18 de febrero de este año se dio a conocer en México la noticia del Convenio firmado entre la Secretaría de Educación Pública y el Instituto Tecnológico de Monterrey con la finalidad establecer “la unión de esfuerzos y capacidades, en el ámbito de sus respectivas competencias, para llevar a cabo la organización y desarrollo de proyectos de formación, capacitación, investigación y desarrollo de planes y programas de especialización o actualización profesional para el  fortalecimiento del Sistema Nacional de Educación”1 .

El acto se llevó a cabo dentro del foro denominado Reunión de Consejeros 2016 ‘Experiencias que inspiran. Líderes que trasforman’ que tuvo lugar el día 16 de febrero y que fue organizado por el Tecnológico de Monterrey (ITESM) al que el Secretario de Educación, Aurelio Nuño, se presentó (en la Ciudad de Monterrey, desde luego) para firmar el mencionado convenio con el Presidente del Consejo del ITESM, José Antonio Fernández Carbajal. Posterior a este evento mediático la SEP se encargó de difundir que la mencionada institución se sumaría ala“Estrategia Nacional de Formación Continua de Profesores de Educación Básica y Media Superior”ofertando, de manera “gratuita” (desde luego con cargo al erario), diversos cursos de capacitación docente en línea, presenciales y de modalidad mixta para todos aquellos profesores de educación básica y media superior que deseen fortalecer sus competencias en las áreas en las que fueron o serán evaluados, como si esto se tratara de una novedad, pero, como veremos, el ITESM viene capacitando a docentes del SEN desde hace más de diez años en diversos programas.

El pasado 25 de marzo el secretario Nuño Mayer anunció que el próximo 15 de abril se iniciará con laEstrategia Nacional de Formación Continua de Profesores de Educación Básica y Media Superior y quedaron a disposición de los docentes adscritos al Sistema Educativo Nacional 550 cursos con la intención de obtener mejores resultados en su próxima evaluación. El presupuesto destinado para este programa es de mil 809 millones de pesos lo que significa un aumento de más del 800% en este rubro en contraste con el año pasado (2015), aquí hay muchos puntos por aclarar pero iniciemos por el que nos atañe en este análisis: ¿Cuánto de este presupuesto será asignado al Tecnológico de Monterrey? Aunque entraremos en el terreno de la especulación, por la magnitud del evento, el mensaje enviado con la presentación del secretario de educación y la difusión que se ha dado al acto, podríamos pensar que una buena parte de esos casi dos mil millones será adjudicada a la mencionada institución privada, que, sin mayor análisis, es calificada, entre los empresarios por lo menos, como una de las mejores de México.

Pero si observamos con un poco más de detalle encontramos que: el “Tec” (como se le llama coloquialmente) ha venido realizando programas de “fortalecimiento” docente desde 2006 con un programa denominado “Formando Formadores” en colaboración con el IUCE de la Universidad Autónoma de Madrid, Fundación Televisa, representada por el Programa Bécalos, así como con Excelencia Educativa A.C., la Cátedra de Movimiento Educativo Abierto para América Latina de la UNESCO, el gobierno federal y los gobiernos estatales. Este programa que imparte diversos trayectos formativos, según la información difundida en su propio portal (http://www.formandoformadores.org.mx/acerca-de/resultados-obtenidos)  ha “capacitado” a 72,634 docentes de educación básica en toda la República Mexicana, entre ellos 7,875 en Veracruz, estado que en la evaluación del desempeño obtuvo un 14.55% de docentes con resultado insuficiente y el 8.06% de destacados con 7,691 docentes evaluados2, es decir, un número menor de los que fueron capacitados por el ITESM; 6,911 en Puebla (con 10.25% de insuficiencia y 8.04% de docentes destacados, con 12,829 evaluados), siendo estos dos estados los que cuentan con mayor número de docentes participantes en los cursos y diplomados referidos;  1,663 fueron “capacitados” en Oaxaca (con 31 docentes con resultados destacados en la evaluación de INEE y 1,134 evaluados),  1,453 en Chiapas ( 43 destacados de 973 evaluados), 559 en Guerrero (con 96 docentes destacados y 1,606 evaluados) y 1,061 en Michoacán (con 36 docentes destacados de 821 evaluados), los 4 estados donde no se ha podido culminar el proceso de evaluación docente y 5,606 en la Ciudad de México que cuenta con la mayor densidad poblacional y de escuelas(con 8.50% de docentes calificados como insuficientes contra 9.21% de destacados).

A estos más de 70 mil docentes capacitados por el Tec de Monterrey en educación básica se suman 9,750 de educación media superior, que según una investigación publicada en la Revista de Investigación de la Escuela de Graduados del propio instituto (abril-septiembre de 2014)3 habrían cursado su diplomado de Formación Docente de Educación Media Superior en más de 6 años, con 7 generaciones. Según estos datos el ITESM ha formado, capacitado o fortalecido las competencias docentes de 82,384 docentes mexicanos esto supone casi un 7% del total de docentes que están adscritos al SEN, esto sin mediar el “macro-convenio” que se firmó el pasado febrero, lo cual supondrá un alza exponencial de docentes que serán inscritos en estos trayectos formativos.

Aquí cabría preguntarse si, de casualidad, algunos de estos docentes capacitados por el ITESM fueron evaluados en el primer grupo y sería muy interesante conocer sus resultados en dicha evaluación, porque, no sé a Usted, pero a mí me entra la duda de por qué una institución que se encuentra en el ranking internacional “QS WorldUniversity Rankings bySubject 2016” muy por debajo de la UNAM ( con 11 tablas por materias diferentes y tres veces en el Top 100, mientras la máxima casa de estudios aparece en 35 de las 42 tablas por materias y 23 veces en el Top 100 de las mismas)4 merece la absoluta confianza de la Secretaría de Educación Pública y de su titular desde luego, para “capacitar” ( que al parecer a la autoridad educativa le gusta emplearla en el sentido de “componer”) a los maestros que la propia institución se supone que formó y acreditó para que ejercieran su labor con la mayor calidad dentro de un aula de las millones que funcionan diariamente en las instituciones públicas de nuestro país ¿Cuáles son los resultados “reales” y “tangibles”, que tanto exige la autoridad a los docentes en servicio, de la institución en cuestión?. Desde luego no hemos mencionado la ideología que ostenta esta organización y la “eficiencia” con la que forma a sus egresados que sería materia de un amplio análisis, pero quedándonos un poco en la superficie, estas interrogantes y muchas más permanecerán abiertas y seguramente en brevepodremos atisbar o por lo menos adivinar algunas respuestas que, debemos estar tranquilos, seguramente nada tendrán que ver con “compadrazgos” o fortunas inexplicables… por lo pronto quedan para el debate.

 

REFERENCIAS:

1SNC Portal Informativo del Instituto Tecnológico de Monterrey http://www.itesm.mx/wps/wcm/connect/snc/portal+informativo/por+tema/educacion/tec_conveniosep18feb16#sthash.ffQAtJU2.dpuf

2 Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente, portal.Evaluación del Desempeño Docente. Educación Básica Ciclo Escolar 2015-2016. http://servicioprofesionaldocente.sep.gob.mx/ba/permanenciadocentes/estadisticas/

3 Alemán de la Garza, L;  Gómez Zermeño, M. “PROFORDEMS-TECNOLOGICO DE MONTERREY: Caso de éxito en la formación docente de la educación media superior”. Revista de Investigación Educativa de la Escuela de Graduados en Educación, Año 5, Núm. 9. http://rieege.tecvirtual.mx/

4 PROCESO, Revista, portal electrónico. “UNAM ocupa 10 lugares en el Top-50 de las universidades por disciplina en 2016”. 22 de marzo de 2016. http://www.proceso.com.mx/434337/unam-ocupa-10-lugares-en-top-50-las-universidades-disciplina-en-2016

Fuente de la Fotografía:

http://www.oronoticias.com.mx/nota/141869/Necesario-que-inventores-posean-una-vision-empresarial

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Sobre el trabajo académico, el asalto neoliberal a las universidades y cómo debería ser la educación superior

Lo que sigue es la traducción castellana de una transcripción editada en inglés de un conjunto de observaciones realizadas por Noam Chomsky vía Skype el pasado 4 de febrero para una reunión de afiliados y simpatizantes del sindicato universitario asociado a la Unión de Trabajadores del Acero (Adjunct Faculty Association of the United Steelworkers) en Pittsburgh, PA. Las manifestaciones del profesor Chomsky se produjeron en respuesta a preguntas de  Robin Clarke, Adam Davis, David Hoinski, Maria Somma, Robin J. Sowards, Matthew Ussia y Joshua Zelesnick. La transcripción escrita de las respuestas orales la realizó Robin J. Sowards y la edición y redacción corrió a cargo del propio Noam Chomsky. La traducción castellana del texto ingles la realizó parawww.sinpermiso.info Mínima Estrella.Sobre la contratación temporal de profesores y la desaparición de la carrera académicaEso es parte del modelo de negocio. Es lo mismo que la contratación de temporales en la industria o lo que los de Wall Mart llaman “asociados”, empleados sin derechos sociales ni cobertura sanitaria o de desempleo, a fin de reducir costes laborales e incrementar el servilismo laboral. Cuando las universidades se convierten en empresas, como ha venido ocurriendo harto sistemáticamente durante la última generación como parte de un asalto neoliberal general a la población, su modelo de negocio entraña que lo que importa es la línea de base. Los propietarios efectivos son los fiduciarios (o la legislatura, en el caso de las universidades públicas de los estados federados), y lo que quieren mantener los costos bajos y asegurarse de que el personal laboral es dócil y obediente. Y en substancia, la formas de hacer eso son los temporales. Así como la contratación de trabajadores temporales se ha disparado en el período neoliberal, en la universidad estamos asistiendo al mismo fenómeno. La idea es dividir a la sociedad en dos grupos. A uno de los grupos se le llama a veces “plutonomía” (un palabro usado por Citibank cuando hacía publicidad entre sus inversores sobre la mejor forma de invertir fondos), el sector en la cúspide de una riqueza global pero concentrada sobre todo en sitios como los EEUU. El otro grupo, el resto de la población, es un “precariado”, gentes que viven una existencia precaria.

Esa idea asoma de vez en cuando de forma abierta. Así, por ejemplo, cuando Alan Greenspan testificó ante el Congreso en 1997 sobre las maravillas de la economía que estaba dirigiendo, dijo redondamente que una de las bases de su éxito económico era que estaba imponiendo lo que él mismo llamó “una mayor inseguridad en los trabajadores”. Si los trabajadores están más inseguros, eso es muy “sano” para la sociedad, porque si los trabajadores están inseguros, no exigirán aumentos salariales, no irán a la huelga, no reclamarán derechos sociales: servirán a sus amos tan donosa como pasivamente. Y eso es óptimo para la salud económica de las grandes empresas. En su día, a todo el mundo le pareció muy razonable el comentario de Greenspan, a juzgar por la falta de reacciones y los aplausos registrados. Bueno, pues transfieran eso a las universidades: ¿cómo conseguir una mayor “inseguridad” de los trabajadores? Esencialmente, no garantizándoles el empleo, manteniendo a la gente pendiente de un hilo que puede cortarse en cualquier momento, de manera que mejor que estén con la boca cerrada, acepten salarios ínfimos y hagan su trabajo; y si por ventura se les permite servir bajo tan miserables condiciones durante un año más, que se den con un canto en los dientes y no pidan más. Esa es la manera como se consiguen sociedades eficientes y sanas desde el punto de vista de las empresas. Y en la medida en que las universidades avanzan por la vía de un modelo de negocio empresarial, la precariedad es exactamente lo que se impone. Y más que veremos en lo venidero.

Ese es un aspecto, pero otros aspectos que resultan también harto familiares en la industria privada: señaladamente, el aumento de estratos administrativos y burocráticos. Si tienes que controlar la gente, tienes que disponer de una fuerza administrativa que lo haga. Así, en la industria norteamericana más que en cualquier otra parte, se acumula estrato ad administrativo tras estrato administrativo: una suerte de despilfarro económico, pero útil para el control y la dominación. Y lo mismo vale para las universidades. En los pasados 30 0 40 años se ha registrado un aumento drástico en la proporción del personal administrativo en relación el profesorado y los estudiantes de las facultades: profesorado y estudiantes han mantenido la proporción entre ellos, pero la proporción de administrativos se ha disparado. Un conocido sociólogo, Benjamin Ginsberg, ha escrito un muy buen libro titulado The Fall of the Faculty: The Rise of the All-Administrative University and Why It Matters(Oxford University Press, 2011), en el que se describe con detalle el estilo empresarial de administración y niveles burocráticos multiplicados. Ni que decir tiene, con administradores profesionales más que bien pagados: los decanos, por ejemplo, que antes solían miembros de la facultad que dejaban la labor docente para servir como gestores con la idea de reintegrarse a la facultad al cabo de unos años. Ahora son todos profesionales, que tienen que contratar a vicedecanos, secretarios, etc., etc., toda la proliferación de estructura que va con los administradores. Todo eso es otro aspecto del modelo empresarial.

Pero servirse de trabajo barato –y vulnerable— es una práctica de negocio que se remonta a los inicios mismos de la empresa privada, y los sindicatos nacieron respondiendo a eso. En las universidades, trabajo barato, vulnerable, significa ayudantes y estudiantes graduados. Los estudiantes graduados son todavía más vulnerables, huelga decirlo, La idea es transferir la instrucción a trabajadores precarios, lo que mejora la disciplina y el control, pero también permite la transferencia de fondos a otros fines muy distintos de la educación. Los costos, claro está, los pagan los estudiantes y las gentes que se ven arrastradas a esos puestos de trabajo vulnerables. Pero es un rasgo típico de una sociedad dirigida por la mentalidad empresarial transferir los costos a la gente. Los economistas cooperan tácitamente en eso. Así, por ejemplo, imaginen que descubren un error en su cuenta corriente y llaman al banco para tratar de enmendarlo. Bueno, ya saben ustedes lo que pasa. Usted les llama por teléfono, y le sale un contestador automático con un mensaje grabado que le dice: “Le queremos mucho, y ahí tiene un menú”. Tal vez le menú ofrecido contiene lo que usted busca, tal vez no. Si acierta a elegir la opción ofrecida correcta, lo que escucha a continuación es una musiquita, y de rato en rato una voz que le dice: “Por favor, no se retire, estamos encantados de servirle”, y así por el estilo. Al final, transcurrido un buen tiempo, una voz humana a la que poder plantearle una breve cuestión. A eso los economistas le llaman “eficiencia”. Con medidas económicas, ese sistema reduce los costos laborales del banco; huelga decir que le carga los costos a usted, y esos costos han de multiplicarse por el número de usuarios, que puede ser enorme: pero eso no cuenta como coste en el cálculo económico. Y si miran ustedes cómo funciona la sociedad, encuentran eso por doquiera. Del mismo modo, la universidad impone costos a los estudiantes y a un personal docente que, además e tenerlo apartado de la carrera académica, se le mantiene en una condición que garantiza un porvenir sin seguridad. Todo eso resulta perfectamente natural en los modelos de negocio empresariales. Es nefasto para la educación, pero su objetivo no es la educación.

En efecto, si echamos una mirada más retrospectiva, la cosa se revela más profunda todavía. Cuando todo esto empezó, a comienzos de los 70, suscitaba mucha preocupación en todo el espectro político establecido el activismo de los 60, comúnmente conocidos como “la época de los líos”. Fue una “época de líos” porque el país se estaba civilizando [con las luchas por los derechos civiles], y eso siempre es peligroso. La gente se estaba politizando y se comprometía con la conquista de derechos para los grupos llamados “de intereses especiales”: las mujeres, los trabajadores, los campesinos, los jóvenes, los viejos, etc. Eso llevó a una grave reacción, conducida de forma prácticamente abierta. En el lado de la izquierda liberal del establishment, tenemos un libro llamado The Crisis of Democracy: Report on the Governability of Democracies to the Trilateral Commission, compilado por Michel Crozier, Samuel P. Huntington y Joji Watanuki (New York University Press, 1975) y patrocinado por la Comisión Trilateral una organización de liberales internacionalistas. Casi toda la administración Carter se reclutó entre sus filas. Estaban preocupados por lo que ellos llamaban la “crisis de la democracia” y que no dimanaba de otra cosa del exceso de democracia. En los 60 la población –los “intereses especiales” mencionados— presionaba para conquistar derechos dentro de la arena política, lo que se traducía en demasiada presión sobre el Estado: no podía ser. Había un interés especial que dejaban de lado, y es a saber: el del sector granempresarial; porque sus intereses coinciden con el “interés nacional”. Se supone que el sector graempresarial controla al Estado, de modo que no hay ni que hablar de sus intereses. Pero los “intereses especiales” causaban problemas, y estos caballeros llegaron a la conclusión de que “tenemos que tener más moderación en la democracia”: el público tenía que volver a ser pasivo y regresar a la apatía. De particular preocupación les resultaban las escuelas y las universidades, que, decían, no cumplían bien su tarea de “adoctrinar a los jóvenes” convenientemente: el activismo estudiantil –el movimiento de derechos civiles, el movimiento antibelicista, el movimiento feminista, los movimientos ambientalistas— probaba que los jóvenes no estaban correctamente adoctrinados.

Bien, ¿cómo adoctrinar a los jóvenes? Hay más de una forma. Una forma es cargarlos con deudas desesperadamente pesadas para sufragar sus estudios. La deuda es una trampa, especialmente la deuda estudiantil, que es enorme, mucho más grande que el volumen de  deuda acumulada en las tarjetas de crédito. Es una trampa para el resto de su vida porque las leyes están diseñadas para que no puedan salir de ella. Si, digamos, una empresa incurre en demasiada deuda, puede declararse en quiebra. Pero si los estudiantes suspenden pagos, nunca podrán conseguir una tarjeta de la seguridad social. Es una técnica de disciplinamiento. No digo yo que eso se hiciera así con tal propósito, pero desde luego tiene ese efecto. Y resulta harto difícil de defender en términos económicos. Miren ustedes un poco lo que pasa por el mundo: la educación superior es en casi todas partes gratuita. En los países con los mejores niveles educativos, Finlandia (que anda en cabeza), pongamos por caso, la educación superior es pública y gratuita. Y en un país rico y exitoso como Alemania es pública y gratuita. En México, un país pobre que, sin embargo, tiene niveles de educación muy decentes si atendemos a las dificultades económicas a las que se enfrenta, es pública y gratuita. Pero miren lo que pasa en los EEUU: si nos remontamos a los 40 y los 50, la educación superior se acercaba mucho a la gratuidad. La Ley GI ofreció educación superior gratuita a una gran cantidad de gente que jamás habría podido acceder a la universidad. Fue muy bueno para ellos y fue muy bueno para la economía y para la sociedad; fue parte de las causas que explican la elevada tasa de crecimiento económico. Incluso en las entidades privadas, la educación llegó a ser prácticamente gratuita. Yo, por ejemplo: entré en la facultad en 1945, en una universidad de la Ivy League, la Universidad de Pensilvania, y la matrícula costaba 100 dólares. Eso serían unos 800 dólares de hoy. Y era muy fácil acceder a una beca, de modo que podías vivir en casa, trabajar e ir a la facultad, sin que te costara nada. Lo que ahora ocurre es ultrajante. Tengo nietos en la universidad que tienen que pagar la matrícula y trabajar, y es casi imposible. Para los estudiantes, eso es una técnica disciplinaria.

Y otra técnica de adoctrinamiento es cortar el contacto de los estudiantes con el personal docente: clases grandes, profesores temporales que, sobrecargados de tareas, apenas pueden vivir con un salario de ayudantes. Y puesto que no tienes seguridad en el puesto de trabajo, no puedes construir una carrera, no puedes irte a otro sitio y conseguir más. Todas esas son técnicas de disciplinamiento, de adoctrinamiento y de control. Y es muy similar a lo que uno espera que ocurra en una fábrica, en la que los trabajadores fabriles han de ser disciplinados, han de ser obedientes; y se supone que no deben desempeñar ningún papel en, digamos, la organización de la producción o en la determinación del funcionamiento de la planta de trabajo: eso es cosa de los ejecutivos. Esto se transfiere ahora a las universidades. Y yo creo que nadie que tenga algo de experiencia en la empresa privada y en la industria debería sorprenderse; así trabajan.

Sobre cómo debería ser la educación superior

Para empezar, deberíamos desechar toda idea de que alguna vez hubo una “edad de oro”. Las cosas eran distintas, y en ciertos sentidos, mejores en el pasado, pero distaban mucho de ser perfectas. Las universidades tradicionales eran, por ejemplo, extremadamente jerárquicas, con muy poca participación democrática en la toma de decisiones. Una parte del activismo de los 60 consistió en el intento de democratizar las universidades, de incorporar, digamos, a representantes estudiantiles a las juntas de facultad, de animar al personal no docente a participar. Esos esfuerzos se hicieron por iniciativa de los estudiantes, y no dejaron de tener cierto éxito. La mayoría de universidades disfrutan ahora de algún grado de participación estudiantil en las decisiones de las facultades. Y yo creo que ese es el tipo de cosas que deberíamos ahora seguir promoviendo: una institución democrática en la que la gente que está en la institución, cualquiera que sea (profesores ordinarios, estudiantes, personal no docente) participan en la determinación de la naturaleza de la institución y de su funcionamiento; y lo mismo vale para las fábricas.

No son estas ideas de izquierda radical, por cierto. Proceden directamente del liberalismo clásico. Si leéis, por ejemplo, a John Stuart Mill, una figura capital de la tradición liberal clásica, verán que daba por descontado que los puestos de trabajo tenían que ser gestionados y controlados por la gente que trabajaba en ellos: eso es libertad y democracia (véase, por ejemplo, John Stuart Mill,Principles of Political Economy, book 4, ch. 7). Vemos las mismas ideas en los EEUU. En los Caballeros del Trabajo, pongamos por caso: uno de los objetivos declaradis de esta organización era “instituir organizaciones cooperativas que tiendan a superar el sistema salarial introduciendo un sistema industrial cooperativo” (véase la “Founding Ceremony” para las nuevas asociaciones locales). O piénsese en alguien como John Dewey, un filósofo social de la corriente principal del siglo XX, quien no sólo abogó por una educación encaminada a la independencia creativa, sino también por el control obrero en la industria, lo que él llamaba “democracia industrial”. Decía que hasta tanto las instituciones cruciales de la sociedad –producción, comercio, transporte, medios de comunicación— no estén bajo control democrático, la “política [será] la sombra proyectada en el conjunto de la sociedad por la gran empresa” (John Dewey, “The Need for a New Party” [1931]). Esta idea es casi elemental, y echa raíces profundas en la historia norteamericana y en el liberalismo clásico; debería constituir una suerte de segunda naturaleza de la gente, y debería valer igualmente para las universidades. Hay ciertas decisiones en una universidad donde no puedes querer transparencia democrática porque tienes que preservar la privacidad estudiantil, pongamos por caso, y hay varios tipos de asuntos sensibles, pero en el grueso de la actividad universitaria normal no hay razón para no considerar la participación directa como algo, no ya legítimo, sino útil. En mi departamento, por ejemplo, hemos tenido durante 40 años representantes estudiantiles que proporcionaban una valiosa ayuda con su participación en las reuniones de departamento.

Sobre la “gobernanza compartida” y el control obrero

La universidad es probablemente la institución social que más se acerca en nuestra sociedad al control obrero democrático. Dentro de un departamento, por ejemplo, es bastante normal que al menos para los profesores ordinarios tenga capacidad para determinar una parte substancial de las tareas que conforman su trabajo: qué van a enseñar, cuando van a dar las clases, cuál será el programa. Y el grueso de las decisiones sobre el trabajo efectuado en la facultad caen en buena medida bajo el control del profesorado ordinario. Ahora, ni que decir tiene, hay un nivel administrativo superior al que no puedes ni eludir ni controlar. La facultad puede recomendar a alguien para ser profesor titular, pongamos por caso, y estrellarse contra el criterio de los decanos o del rector, o incluso de los patronos o de los legisladores. No es que ocurra muy a menudo, pero puede ocurrir y ocurre. Y eso es parte de la estructura de fondo que, aun cuando siempre ha existido, era un problema menor en los tiempos en que la administración salía elegida por la facultad y era en principio revocable por la facultad. En un sistema representativo, necesitas tener a alguien haciendo labores administrativas, pero tiene que poder ser revocable, sometido como está a la autoridad de las gentes a las que administra. Eso es cada vez menos verdad. Hay más y más administradores profesionales, estrato sobre estrato, con más y más posiciones cada vez más remotas del control de las facultades. Me referí antes a The Fall of the Faculty de Benjamin Ginsberg, un libro que entra en un montón de detalles sobre el funcionamiento de varias universidades a las que sometió a puntilloso escrutinio:  Johns Hopkins, Cornell y muchas otras.

El profesorado universitario ha venido siendo más y más reducido a la categoría de trabajadores temporales a los que se asegura una precaria existencia sin acceso a la carrera académica. Tengo conocidos que son, en efecto, lectores permanente; no han logrado el estatus de profesores ordinarios; tienen que concursar cada año para poder ser contratados otra vez. No deberían ocurrir estas cosas, no deberíamos permitirlo. Y en el caso de los ayudantes, la cosa se ha institucionalizado: no se les permite ser miembros del aparato de toma de decisiones y se les excluye de la seguridad en el puesto de trabajo, lo que no sirve sino para amplificar el problema. Yo creo que el personal no docente debería ser integrado también en la toma de decisiones, porque también forman parte de la universidad. Así que hay un montón que hacer, pero creo que se puede entender fácilmente por qué se desarrollan esas tendencias. Son parte de la imposición del modelo de negocios en todos y cada uno de los aspectos de la vida. Esa es la ideología neoliberal bajo la que el grueso del mundo ha estado viviendo en los últimos 40 años. Es muy dañina para la gente, y ha habido resistencias a ella. Y es digno de mención el que al menos dos partes del mundo han logrado en cierta medida escapar de ella: el Este asiático, que nunca la aceptó realmente, y la América del Sur de los últimos 15 años.

Sobre la pretendida necesidad de “flexibilidad”

“Flexibilidad” es una palabra muy familiar para los trabajadores industriales. Parte de la llamada “reforma laboral” consiste en hacer más “flexible” el trabajo, en facilitar la contratación y el despido de la gente. También esto es un modo de asegurar la maximización del beneficio y el control. Se supone que la “flexibilidad” es una buena cosa, igual que la “mayor inseguridad de los trabajadores”. Dejando ahora de lado la industria, para la que vale lo mismo, en las universidades eso carece de toda justificación. Pongamos un caso en el que se registra submatriculación en algún sitio. No es un gran problema. Una de mis hijas enseña en una universidad; la otra noche me llamó y me contó que su carga lectiva cambiaba porque uno de los cursos ofrecidos había registrado menos matrículas de las previstas. De acuerdo, el mundo no se acabará, se limitaron a reestructurar el plan docente: enseñas otro curso, o una sección extra, o algo por el estilo. No hay que echar a la gente o hacer inseguro su puesto de trabajo a causa de la variación del número de matriculados en los cursos. Hay mil formas de ajustarse a esa variación. La idea de que el trabajo debe someterse a las condiciones de la “flexibilidad” no es sino otra técnica corriente de control y dominación. ¿Por qué no hablan de despedir a los administradores si no hay nada para ellos este semestre? O a los patronos: ¿para qué sirven? La situación es la misma para los altos ejecutivos de la industria; si el trabajo tiene que ser flexible, ¿por qué no la gestión ejecutiva? El grueso de los altos ejecutivos son harto inútiles y aun dañinos, así que ¡librémonos de ellos! Y así indefinidamente. Sólo para comentar noticias de estos últimos días, pongamos el caso de Jamie Dimon, el presidente del consejo de administración del banco JP Morgan Chase: acaba de recibir un substancial incremento en sus emolumentos, casi el doble de su paga habitual, en agradecimiento por haber salvado al banco de las acusaciones penales que habrían mandado a la cárcel a sus altos ejecutivos: todo quedó en multas por un monto de 20 mil millones de dólares por actividades delictivas probadas. Bien, podemos imaginar que librar de alguien así podría ser útil para la economía. Pero no se habla de eso cuando se habla de ”reforma laboral”. Se habla de gente trabajadora que tiene que sufrir, y tiene que sufrir por inseguridad, por no saber de donde sacarán el pan mañana: así se les disciplina y se les hace obedientes para que no cuestionen nada ni exijan sus derechos. Esa es la forma de operar de los sistemas tiránicos. Y el mundo de los negocios es un sistema tiránico. Cuando se impone a las universidades, te das cuenta de que refleja las mismas ideas. No debería ser un secreto.

Sobre el propósito de la educación

Se trata de debates que se retrotraen a la Ilustración, cuando se plantearon realmente las cuestiones de la educación superior y de la educación de masas, no sólo la educación para el clero y la aristocracia. Y hubo básicamente dos modelos en discusión en los siglos XVIII y XIX. Se discutieron con energía harto evocativa. Una imagen de la educación era la de un vaso que se llena, digamos, de agua. Es lo que ahora llamamos “enseñar para el examen”: viertes agua en el vaso y luego el vaso devuelve el agua. Pero es un vaso bastante agujereado, como todos hemos tenido ocasión de experimentar en la escuela: memorizas algo en lo que no tienes mucho interés para poder pasar un examen, y al cabo de una semana has olvidado de qué iba el curso. El modelo de vaso ahora se llama “ningún niño a la zaga”, “enseñar para el examen”, “carrera a la cumbre”, y cosas por el estilo en las distintas universidades. Los pensadores de la Ilustración se opusieron a ese modelo.

El otro modelo se describía como lanzar una cuerda por la que el estudiante pueda ir progresando a su manera y por propia iniciativa, tal vez sacudiendo la cuerda, tal vez decidiendo ir a otro sitio, tal vez planteando cuestiones. Lanzar la cuerda significa imponer cierto tipo de estructura. Así, un programa educativo, cualquiera que sea, un curso de física o de algo, no funciona como funciona cualquier otra cosa; tiene cierta estructura. Pero su objetivo consiste en que el estudiante adquiera la capacidad para inquirir, para crear, para innovar, para desafiar: eso es la educación. Un físico mundialmente célebre cuando, en sus cursos para primero de carrera, se le preguntaba “¿qué parte del programa cubriremos este semestre?”, contestaba: “no importa lo que cubramos, lo que importa es lo que descubráis vosotros”. Tenéis que ganar la capacidad y la autoconfianza en esta asignatura para desafiar y crear e innovar, y así aprenderéis; así haréis vuestro el material y seguir adelante. No es cosa de acumular una serie fijada de hechos que luego podáis soltar por escrito en un examen para olvidarlos al día siguiente.

Son dos modelos radicalmente distintos de educación. El ideal de la Ilustración era el segundo, y yo creo que el ideal al que deberíamos aspirar. En eso consiste la educación de verdad, desde el jardín de infancia hasta la universidad. Lo cierto es que hay programas de ese tipo para los jardines de infancia, y bastante buenos.

Sobre el amor a la docencia

Queremos, desde luego, gente, profesores y estudiantes, comprometidos en actividades que resulten satisfactorias, disfrutables, actividades que sean desafíos, que resulten apasionantes. Yo no creo que eso sea tan difícil. Hasta los niños pequeños son creativos, inquisitivos, quieren saber cosas, quieren entenderlas, y a no ser que te saquen eso a la fuerza de la cabeza, el anhelo perdura de por vida. Si tienes oportunidades para desarrollar esos compromisos y preocuparte por esas cosas, son las más satisfactorias de la vida. Y eso vale lo mismo para el investigador en física que para el carpintero; toenes que intentar crear algo valioso, lidiar con problemas difíciles y resolverlos. Yo creo que que eso es lo que hace del trabajo el tipo de actividad que quieres hacer; y la haces aun cuando no estés obligado a hacerla. En una universidad que funcione razonablemente, encontrarás gente que trabaja todo el tiempo porque les gusta lo que hacen; es lo que quieren hacer; se les ha dado la oportunidad, tienen los recursos, se les ha animado a ser libres e independientes y creativos: ¿qué mejor que eso? Y eso también puede hacerse en cualquier nivel.

Vale la pena reflexionar un poco sobre algunos de los programas educativos imaginativos y creativos que se desarrollan en los distintos niveles. Así, por ejemplo, el otro día alguien me contaba de un programa que usa en las facultades, un programa de ciencia en el que se plantea a los estudiantes una interesante cuestión: “¿Cómo puede ser que un mosquito vuela bajo la lluvia?” Difícil cuestión, cuando se piensa un poco en ella. Si algo impactara en un ser humano con la fuerza de una gota de agua que alcanza a un mosquito, lo abatiría inmediatamente. ¿Cómo puede, pues, el mosquito evitar el aplastamiento inmediato? ¿Cómo puede seguir volando? Si quieres seguir dándole vueltas a este asunto –dificilísimo asunto—, tienes que hacer incursiones en las matemáticas, en la física y en la biología y plantearte cuestiones lo suficientemente difíciles como para verlas como un desafío que despierta la necesidad de responderlas.

Eso es lo que debería ser la educación en todos los niveles, desde el jardín de infancia. Hay programas para jardines de infancia en los que se da a cada niño, por ejemplo, una colección de pequeñas piezas: guijarros, conchas, semillas y cosas por el estilo. Se propone entonces a la clase la tarea de descubrir cuáles son las semillas. Empieza con lo que llaman una “conferencia científica”: los nenes hablan entre sí y tratan de imaginarse cuáles son semillas. Y, claro, hay algún maestro que orienta, pero la idea es dejar que los niños vayan pensando. Luego de un rato, intentan varios experimentos tendentes a averiguar cuáles son las semillas. Se le da a cada niño una lupa y, con ayuda del maestro, rompe una semilla y mira dentro y encuentra el embrión que hace crecer a la semilla. Esos niños aprenden realmente algo: no sólo algo sobre las semillas y sobre lo que las hace crecer; también aprenden algo sobre los procesos de descubrimiento. Aprenden a gozar con el descubrimiento y la creación, y eso es lo que te permitirá comportarte de manera independiente fuera del aula, fuera del curso.

Lo mismo vale para toda la educación, hasta la universidad. En un seminario universitario razonable, no esperas que los estudiantes tomen apuntes literales y repitan todo lo que tu digas; lo que esperas es que te digan si te equivocas, o que vengan con nuevas ideas desafiantes, que abran caminos que no habían sido pensados antes. Eso es lo que es la educación en todos los niveles. No consiste en instilar información en la cabeza de alguien que luego la recitará, sino que consiste en capacitar a la gente para que lleguen a ser personas creativas e independientes y puedan encontrar gusto en el descubrimiento y la creación y la creatividad a cualquier nivel o en cualesquiera dominios a los que les lleven sus intereses.

Sobre el uso de la retórica empresarial contra el asalto empresarial a la universidad

Eso es como plantearse la tarea de justificar ante el propietario de esclavos que nadie debería ser esclavo. Estáis aquí en un nivel de la indagación moral en el que resulta harto difícil encontrar respuestas. Somos seres humanos con derechos humanos. Es bueno para el individuo, es bueno para la sociedad y hasta es bueno para la economía en sentido estrecho el que la gente sea creativa e independiente y libre. Todo el mundo sale ganando de que la gente sea capaz de participar, de controlar sus destinos, de trabajar con otros: puede que eso no maximice los beneficios ni la dominación, pero ¿por qué tendríamos que preocuparnos de esos valores?

Un consejo a las organizaciones sindicales de los profesores precarios

Ya sabéis mejor que yo lo que hay que hacer, el tipo de problemas a los que os enfrentáis. Seguid adelante y haced lo que tengáis que hacer. No os dejéis intimidar, no os amedrentéis, y reconoced que el futuro puede estar en nuestras manos si queremos que lo esté.

Traducción para www.sinpermiso.info: Miguel de Puñoenrostro

 Fuente:
http://www.counterpunch.org/2014/02/28/on-academic-labor/27}
Fuente de la Imagen:
http://blog.eternalvigilance.me/2013/04/why-mandatory-state-education/pink-floyd-the-wall-alan-parker/
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Colombia: Trabajadores y académicos discutirán sobre defensa de lo público y del agua

Fuente: Colombia Informa/ 8 de Abril de 2016

Este viernes 8 de abril se realizará en Bucaramanga el Foro en Defensa del Patrimonio Público y el Agua, convocado por actores sociales de la región entre los que se encuentran centrales obreras y organizaciones ambientalistas.

La Unión Sindical Obrera -USO-, la Central Unitaria de Trabajadores  -CUT-, en Sindicato de Trabajadores y Empleados de Servicios Públicos Autónomos e Institutos Descentralizados de Colombia -Sintraemsdes- y el Comité para la Defensa del Agua y el Páramo Santurbán organizan en Bucaramanga una jornada de discusión que pretende impulsar al movimiento ciudadano que surgió en los últimos meses en Santander y en todo el país para defender lo público, el agua, la vida y el territorio.

Los aportes sindicales

En el evento intervendrá Sintraemsdes, sindicato fundador y miembro destacado del Comité durante seis años de trabajo ininterrumpido. El objetivo de su intervención será compartir los aprendizajes adquiridos en esa experiencia organizativa que ha logrado éxitos resonantes en la defensa del agua y el páramo.  Además, Sintraemsdes lidera hoy una cruzada de suma importancia: impedir la privatización del Acueducto de Bucaramanga, la joya de la corona de la ciudadanía en esa ciudad capital.

Otra intervención esperada en la del Sindicato de Trabajadores de la Energía de Colombia -Sintraelecol-, organización sindical que analizará, desde el gremio energético, la situación privatización latente de las entidades públicas, que tiene como telón de fondo  el desafortunado episodio de la venta irregular de Isagen y los amagues de apagón producto de la falta de planeación gubernamental.

Por el mismo sector, los trabajadores, estará el presidente de la USO regional, Cesar Loza. En su intervención presentará apreciaciones al respecto de la defensa de la empresa pública más importante de Colombia, Ecopetrol, que el Gobierno Nacional pretende privatizar a través de estrategias como permitir el deterioro de sus activos físicos, principalmente al abandonar en el óxido a la refinería de Barrancabermeja, con la excusa la falta de fondos producto del inmenso fraude de la Refinería de Cartagena -Reficar-. Cabe resaltar que la USO es una agremiación baluarte en la defensa de la soberanía y de lo público en el país a lo largo de sus 93 años de existencia.

Otras miradas

El evento contará con los aportes del senador Alexander López del Polo Democrático Alternativo, quien ha apoyado constantemente al Comité por la Defensa del Páramo de Santurbán.  Miguel Ramos, miembro del Equipo Jurídico Pueblos, del Comité y de la Unidad de Trabajo Legislativo del Senador Alberto Castilla, presentará los aportes en defensa de lo público que se desarrollan desde los escenarios institucionales.

Una de las intervenciones más esperada es la del académico Jairo Estrada, experto en temas ambientales y minería de la Universidad Nacional de Colombia, quien ha realizado contribuciones invaluables al pensamiento crítico de América Latina para la defensa del agua y el territorio.

El cierre del foro será con broche de oro, expondrá sus tesis el profesor Gregorio Mesa, también de la Universidad Nacional.  Este investigador es quien más ha avanzado en el tema del derecho ambiental en el país y le ha dedica grandes y valiosos esfuerzos a la causa de Santurbán.

Santurbán: ecosistema estratégico

El sistema de páramos de Santurbán es el mayor colchón de agua en el departamento de Norte de Santander. Provee el agua para el área metropolitana de Bucaramanga y otros municipios de Santander del Sur, convirtiéndose en uno de los más importantes ecosistemas del nororiente colombiano y de esta zona fronteriza con la República Bolivariana de Venezuela, ya que sus aguas alimentan en un 60% el Lago de Maracaibo, reserva acuífera de esta nación.

La riqueza del área se fundamenta en su paisaje de rocas sólidas que bordean el complejo de lagunas, la variedad de flora y fauna que solo se encuentra en este tipo de ecosistemas. La conexión regional con Maracaibo y su posición geográfica refuerzan el valor hídrico de este territorio en primer lugar por las lluvias y por los numerosos ríos que se originan en el área del páramo, que se convierten en fuentes que alimentan aguas superficiales y subterráneas, acuíferos, en gran parte de la cordillera oriental.

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Mientras ayer se conmemoraba el Día Mundial de la Salud, acciones contra el virus del Zika se intensificaron en el Brasil

Fuente ONU Mujeres/ 8 de Abril de 2016

Las mujeres brasileñas en edad reproductiva son las más afectadas por la epidemia causada por el virus del Zika y quienes sufren su peor consecuencia: el síndrome de Zika congénito, que puede causar microcefalia y otros trastornos del sistema nervioso. En el Brasil, actualmente se están evaluando en la actualidad 4.046 posibles casos de microcefalia, según un nuevo informe presentado el 5 de abril por el Ministerio de Salud. Las autoridades nacionales estiman que, a finales de 2016, la epidemia se habrá extendido a todo el Brasil, llegando a alcanzar entre 500.000 y casi 1,5 millones de personas infectadas, aunque solo el 20 por ciento de ellas presenta síntomas.

En este Día Mundial de la Salud (7 de abril), ONU Mujeres, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y la Secretaría Especial de Políticas para las Mujeres, la Igualdad Racial y los Derechos Humanos dieron inicio a la segunda fase de iniciativas de comunicación dirigidas a las mujeres y sus derechos en respuesta al virus del Zika.

Las citadas organizaciones produjeron tarjetas digitales para publicar en redes sociales e imprimieron más de 50.000 folletos y 15.000 carteles con mensajes como “¿Estás embarazada? ¡Infórmate!” y “Mujeres: ustedes deciden cuándo quedar embarazadas”. Con el objetivo de divulgar información y generar conciencia entre mujeres embarazadas y en edad reproductiva, hombres y profesionales de la salud, las organizaciones están reclutando la ayuda de la sociedad civil y las organizaciones de base. Los materiales, producidos con el apoyo de la Embajada del Canadá, se distribuirán en dependencias sanitarias básicas, hospitales, escuelas, organizaciones de mujeres, centros y asociaciones comunitarias, especialmente en los estados más afectados, los del norte y del noreste.

Programas de radio

La primera fase de la campaña de comunicación de ONU Mujeres en el Brasil comenzó en marzo, con la participación de la Embajadora Nacional de ONU Mujeres Camila Pitanga en la campaña de información dirigida por el Ministerio de Salud para combatir los mosquitos Aegypti Aedes. También figuró la producción de una serie de programas de radio llamados «Viva María, con salud» (Viva Maria com Saúde) presentados por la periodista Mara Regia. En estos programas, expertas y expertos en cuestiones de género, activistas feministas y profesionales de la salud hicieron hincapié en la importancia de la salud y los derechos de las mujeres. La compañía de comunicaciones estatal de Brasil Empresa Brasil de Comunicação ofreció los programas para difundir a casi 2.000 emisoras de radio.

En el lanzamiento de los programas radiofónicos, la Directora Regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, Luiza Carvalho, destacó que la respuesta a la epidemia debía tener como objetivo principal el empoderamiento de las mujeres: «Hoy más que nunca tenemos que recurrir a los servicios sanitarios disponibles para que brinden información y asesoramiento fiables, incluida la referente a los derechos de las mujeres. Por encima de todo, las mujeres deben tener el derecho a decidir sobre sus cuerpos y a tomar sus decisiones libres de estigmas, prejuicios y presiones sociales», aseveró.

El derecho a decidir

Cartel: Mujeres, ustedes tienen el derecho de decidir

La activista y ex miembro de los Grupos Asesores de la Sociedad Civil de ONU Mujeres Jacqueline Pitanguy afirma que las mujeres deberían poder decidir sobre la interrupción o la continuación de un embarazo tras haber recibido un diagnóstico positivo del virus del Zika, lo que requeriría modificar la legislación del Brasil en cuanto a los derechos reproductivos.

Esta semana, el Gobierno del Brasil anunció capacitaciones especializadas para al menos 2.000 profesionales durante este año, y para más de 3.000 en 2017 y 2018. Las capacitaciones abarcan cuidados prenatales, preparación para el parto y obstetricia, estimulación temprana, supervisión de bebés nacidos con microcefalia y otras complicaciones relacionadas con el virus del Zika.

La enfermera Emanuele Goés, miembro del Consejo Nacional de Salud y habitante de Salvador de Bahía, asegura que el virus tiene efectos desproporcionados según género y raza. Además, indica que los primeros casos del virus del Zika se registraron en el estado de Bahía, donde predomina la etnia afrobrasileña, y que el 65% de las infecciones corresponde a mujeres. “La Alianza de Mujeres Negras Brasileñas se está cuestionando quiénes son las mujeres más afectadas”, dijo la enfermera.

Sala de situación

En marzo de este año, ONU Mujeres, el UNFPA y la OPS/OMS organizaron una reunión con 25 organizaciones de la sociedad civil y especialistas en salud femenina, en la que instalaron una Sala de Situación Virtual para coordinar, supervisar y fomentar los derechos y el empoderamiento de las mujeres en el contexto del virus del Zika. La segunda reunión presencial del grupo está prevista para los días 14 y 15 de abril en Recife, estado de Pernambuco, el epicentro de la epidemia.

Inminente tercera fase

A mediados de mayo comenzará una tercera fase de actividades de comunicación, desarrollada por las Naciones Unidas y el Gobierno del Brasil. El canal de televisión del Brasil emitirá una serie de reportajes en el programa periodístico de televisión Repórter Brasil. Entre ellos destaca un especial sobre las mujeres y su derecho a la salud en el contexto del virus del Zika. Estos reportajes mostrarán la realidad de las mujeres en los estados de: Pernambuco, la zona más afectada, con más de 1.800 casos de los casi 7.000 actuales; Bahía, un estado con sistemas de elaboración de informes más consolidados; Paraíba, donde se concentran las investigaciones del virus del Zika; y Maranhão, el estado más afectado en la región amazónica. Se encuentra en desarrollo una radionovela, diseñada para la radiodifusión pública en la región amazónica y, específicamente, para las comunidades indígenas y quilombola (antiguas comunidades esclavas).

 

Noticias relacionadas:

Women must be at the centre of the response to the Zika virus, says UN Women Executive Director (Las mujeres deben recibir prioridad en la respuesta al virus del Zika, afirma la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres)

La Organización Panamericana de la Salud divulga información sobre la salud de las mujeres y el virus del Zika

Las Naciones Unidas y organizaciones de la sociedad civil definen acciones en favor de las mujeres en la lucha contra el Zika

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Lo que nos ha pasado

El director de cine Fernando Colomo deplora en una entrevista que “lo único importante ahora sea tener dinero sin importar de dónde venga. ¿Qué ha pasado en este país para que ese sea el único valor? ¿Por qué la persona que es honrada es considerada un pobre hombre? Nada que ver todo esto con los ideales que nos enseñaron de pequeños…”[1]

Bueno, lo que ha pasado en este país está bastante claro: han pasado sobre nosotros tres decenios de políticas neoliberales, aplicadas tanto por gobiernos del PSOE como del PP. El gran Karl Polanyi nos enseñó a distinguir entre economía de mercado y sociedad de mercado: “El mecanismo oferta- demanda- precio, cuya primera aparición dio origen al concepto profético de ‘ley económica’, se convirtió rápidamente en una de las fuerzas más poderosas que jamás haya penetrado en el panorama humano. Al cabo de una generación –de 1815 a 1845 (…)— el mercado formador de precios que anteriormente sólo existía como modelo en varios puertos comerciales y algunas bolsas demostró su asombrosa capacidad para organizar a los seres humanos como si fueran simples cantidades de materias primas, y convertirlos, junto con la superficie de la madre Tierra, que ahora podía ser mercantilizada, en unidades industriales bajo las órdenes de particulares especialmente interesados en comprar y vender para obtener beneficios. En un período de tiempo extremadamente breve, la ficción mercantil aplicada al trabajo y a la tierra transformó la esencia misma de la sociedad humana. (…) La esencial dependencia del ser humano respecto de la naturaleza y de sus iguales en cuanto a los medios de subsistencia se puso bajo el control de esa reciente creación institucional de poder superlativo, el mercado, que se desarrolló de la noche a la mañana a partir de un lento comienzo. Este artilugio institucional, que llegó a ser la fuerza dominante de la economía –descrita ahora con justicia como economía de mercado–, dio luego origen a otro desarrollo aún más extremo, una sociedad entera embutida en el mecanismo de su propia economía: la sociedad de mercado.”[2]

En el siguiente siglo y medio, múltiples resistencias -comenzando por la organización del movimiento obrero- frenaron o hicieron retroceder (temporal y localmente) la dinámica arrolladora del capital, con su esfuerzo incesante por transformar nuestras sociedades en sociedades de mercado. Luego, de forma fatídica, hacia 1980 se rompieron importantes barreras de contención y entramos en la desdichada fase de la historia humana que llamamos capitalismo financiarizado neoliberal. En este último tramo histórico –tres decenios aproximadamente- no sólo se ha avanzado decisivamente hacia ese estado de sociedad de mercado en casi todas partes, sino más allá: más hondamente, penetrando en las mismas raíces de la subjetividad humana de acuerdo con el lema thatcheriano según el cual “la economía es el método, el objetivo es cambiar el alma”.[3] Por eso hoy, en España y en otros lugares, tenemos no solamente sociedades de mercado –lo cual en sí mismo ya sería catastrófico— sino algo mucho peor: cada vez más sujetos de mercado en esas sociedades de mercado, vale decir, individuos que han interiorizado hasta lo más profundo la ontología del capitalismo neoliberal –no hay otra cosa que empresas compitiendo en mercados, y las personas han de verse a sí mismas como empresas unipersonales que necesitan sacar provecho de sus capacidades en los mercados competitivos— y sus valores. O más bien su valor único, ese que deploraba Fernando Colomo: “lo único importante ahora es tener dinero sin importar de dónde venga”.[4]



[1]Diego Galán, “Toda España es una comedia”, El País, 28 de marzo de 2016.

[2] Karl Polanyi: La gran transformación: crítica del liberalismo económico. La Piqueta, Madrid 1989 -ed. original de 1944; hay otra traducción al español en FCE-, p. 126. El importante análisis de Polanyi continúa en la media docena de páginas siguientes, cuya conclusión es: “Los mercados de trabajo, de tierra y de dinero son sin ninguna duda esenciales para la economía de mercado. No obstante, ninguna sociedad podría soportar, ni siquiera por un breve lapso de tiempo, los efectos de semejante sistema fundado sobre ficciones groseras, a no ser que su sustancia humana y natural, así como su organización comercial, estuviesen protegidas contra las devastaciones de esta fábrica del diablo” (p. 129).

[3] Sunday Times, 7 de mayo de 1988.

[4]Un buen estudio sobre estas cuestiones es La nueva razón del mundo de Christian Laval y Pierre Dardot: (Gedisa, Barcelona 2012), sobre todo el excelente capítulo 9 (“La fábrica del sujeto neoliberal”).

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South African Minister Rob Davies calls for pro-development approach to IP policy, at WIPO conference

Fuente: South Centre /8 de abril de 2016

Keynote Address by Rob Davies, Minister of Trade of the Republic of South Africa, at the WIPO Conference on IP and Development (April 2016)

I want to start by situating my remarks on IP protection in a wider historical view that all countries that have succeeded in breaking out of poverty and underdevelopment – beginning with Venice in the middle ages, through Britain in the 18th and 19th century, to the Asian newly industrializing economies, and to China and India today – all of them without exception have done so by nurturing a cluster of industrial activities characterized by increased, rather than diminishing, returns.

Nurturing has involved the identification and targeting of appropriate value adding activities, the deployment of public and private resources to support innovation, entrepreneurship and infrastructure development as well as the judicious use of tariffs and other forms of protection.

This understanding has informed South Africa and indeed Africa’s recognition that its sustainable development will, in great measure, be dependent on pursuing structural transformation of its economies through industrialisation.

Let’s step back for a moment: Over the last decade or so, Sub-Saharan African countries have shown impressive economic growth, outpacing advanced economies. That growth rate has also been above the average for all emerging and developing economies and while only Asia has recorded higher growth rates, the differential has been narrowing.

Seven of the top ten fastest growing economies in the global economy are African and Africa now offers the highest return on investment of any region in the world economy. Africa’s abundant natural resources, the growing consumer power of Africa’s emerging middle class and favourable demographics offer enormous potential for sustainable economic growth and development across the continent.

While all this has been positive, and suggests prospects for future growth and development are much improved, Africa’s growth path has been based primarily on commodity exports, particularly to Asian countries, as well as by strong consumption based on the rise of middle class consumers.

There is a now widening consensus among African government and business leaders that growth on this path will not be sustainable in the longer term and that, to place the continent on a firmer footing towards sustainable development, Africa will need to pursue structural transformation of its economic base and build a more diversified productive capacity, through industrialisation. The recent dramatic decline in a range of commodity prices, many of which are the mainstay of African production for export, should only redouble our efforts at industrialisation and economic diversification.

South Africa’s Industrial Policy Action Plan

In South Africa, the Government has chosen a growth and development path that prioritises industrial upgrading in more labour intensive sectors to generate sustainable and decent employment. Upgrading South Africa’s industrial base in this way and encouraging the production and export of more sophisticated value added products, require purposeful intervention in the industrial economy aimed at achieving dynamic, competitive advantages.

Our National Industrial Policy Framework and Trade Policy and Strategic Framework depart from the view that deliberate policy interventions are needed to address impediments to economic diversification, and that specific measures are considered on a sector-by-sector basis, dictated by the needs and objectives of sectoral strategies.

Two dimensions of this process may be instructive for the remarks I will make later more directly on IPR and economic development. First, our sectoral work is grounded in a ‘self-discovery’ process of engagement between government, business and labour, through which we collectively identify the specific measures and programmes needed to advance industrial development.

Second, our approach to tariff policy is one in which we make no a priori presumption of the benefits or costs of maintaining either low or high tariffs. Instead, tariff setting is assessed on the evidence obtained at firm and sector levels through detailed investigations that consider the impact of proposed tariffs on, amongst other things, economic output and employment across the value chain.

In short, tariff setting is evidence-based and the product of intensive consultations between affected stakeholders. Of course, the upper limits for tariffs are set by the binding obligations South Africa has undertaken in the WTO and in bilateral trade agreements.

IPR and Economic Development

If the proposition that industrial development and structural transformation are necessary for sustainable development in many developing countries is correct, a relevant question is whether and how IP protection can be designed to support these objectives.

Considerable work has been undertaken in the relationship between IPR and economic development, including excellent work under the aegis of WIPO. In our reading of this literature, it seems clear that the international community is far from reaching a convergence on the question. Indeed, this field of work remains a site of contestation.

While few policymakers, commentators or academics deny the importance of IP protection and enforcement, the questions revolve around nature of the standards that should be implemented and enforced, and whether this changes over time as countries industrialize and develop.

Strengthening and extending IPR regimes and enforcement are strongly advanced by countries at the cutting edge of innovation globally. One may recognise that, for those countries, it is of strategic value to use IP protection as a mechanism to preserve the rent-generating and other advantages that arise from the technological capabilities built up by their firms. In this sense, such an approach could well be understood as a de facto industrial policy and there is a compelling argument to be made that this should be balanced by approriate diffusion policies in catching-up countries.

In any case, in the history of development and ‘catching up’, successful strategies always appear to have involved ‘emulation’ that requires measures that are targeted at acquiring knowledge in increasing returns activities. Furthermore, all successful catching-up episodes occurred under condition of weak IPR regimes that permitted easier knowledge acquisition and imitation. During the 19th Century, today’s advanced economies used the IP system and the flexibility it accorded in a judicious manner as they pursued their industrialization. This allowed those countries to strengthen their IP regimes at their own pace, and in support of overall progress in their economic development.

We may recall that Switzerland did not institute a national patent law until 1888. When the law was introduced, it was narrow in scope and did not provide protection to chemical inventions. It is argued that this allowed domestic chemical industries to develop imitative capacity. Today, Switzerland boasts some of the most innovative and accomplished chemical and pharmaceutical industries in the world. Similarly, countries such as Germany, Switzerland, France and Japan only introduced pharmaceutical product patent protection in the 1960s.

Only a handful of countries have made the transition from “developing” to “developed”. If one looks at the performance of the “Asian Tigers”, it is clear that they relied on a heterodox of policy measures to achieve industrialisation.  For example, Korea relied less on FDI and initially acquired most of its technology through trade, reverse engineering and technology licensing. When it became competitive, its own companies began to invest heavily in R&D to develop their own innovative technology.

Singapore followed a different model. Singapore has long had an open trade regime and depended very much on FDI for its technology. While generally working with market principles, the government was heavily involved in attracting the kind of foreign investment that it believed would bring cutting edge technology that could underpin wider economic development. The development story of Singapore may be characterised as one of moving quickly from cheap unskilled labour to a knowledge-based economy. The government continued to invest heavily in education, skills and, in time, research and development. It has now become an important regional hub for many knowledge-based services.

More recently, we see that India pursued an alternate path in so far as it has taken advantage of the transitional provisions in TRIPS to develop a globally competitive pharmaceutical industry. By so doing, India has been able to increase global output and competition, thereby enhancing economic welfare. In the process, the industry in that country has become increasingly innovative and has sought to make greater use of the patent system.

The essential point of drawing on these examples is simply to reiterate that countries have taken different paths in pursuing economic development and they have used IP protection in different ways and at different times to support their development effort.

Some Theoretical and Empirical Questions

Opponents of strong IPR typically raise concerns that stronger IPR raises the costs of protected goods and reduces the accessibility of innovations. They often argue that a stronger IPR regime is costly including with respect to the fact that stronger patents confer a greater degree of monopoly power on the patent holder that are often foreign-based multinationals.

Opponents also contend that stronger IPR regimes can retard industrial development, as weak IPR can function as a kind of infant industry policy, allowing indigenous firms to learn from, absorb and experiment with foreign technology at low cost. Said differently, establishing a strong IPR regime prematurely limits the diffusion of innovative technology more widely and by imposing high prices for patent-protected goods, lower consumer welfare.

The role of patent protection in promoting innovation has also been controversial. There are arguments that patents are unlikely to foster innovation in developing countries at early stages of industrialization. The evidence on the extent to which patent protection contributes to encouraging innovation is, at best, inconclusive. This point is of particular relevance to industrial policies since some studies contend that other factors, notably ‘first mover’ advantages, are more decisive in promoting innovation.

Proponents of stronger IPR regimes, by contrast, suggest that IPR protection fosters innovation in reforming countries. They also argue that stronger IPR facilitates transfers of technology to reforming countries, increases foreign direct investment (FDI), and spurs industrial development. They point to the growing literature that shows a correlation between IPR reform and industrial development and argue that the concerns that a shift to stronger IPR would undermine industrial development are overstated.

As the policy debate unfolds, there nevertheless seems to be a wide acceptance that research on these and related topics must be extended and deepened if we are to have a better grasp of the complex relationship between IPR reform and FDI flows, technology transfer and industrialization.

While generalized conclusions can offer insightful guidance, it may not be applicable at all times to all countries. If that is the case, it is vital that research is undertaken in a manner that is context specific, taking into account the level of development of the country under consideration, with a clear focus on its industrial profile and capabilities.

In countries at an early stage of industrialization where technologically mature technologies may be embedded in equipment, strong IPR regimes may be unnecessary. As the manufacturing production of a country becomes more diversified and higher value added is sought (e.g. fine chemicals, electronic equipment and consumer goods) IPRs may growingly narrow down the freedom to operate in the absence of a license authorizing the use of the protected technologies and designs. Where countries begin to develop their own innovation through greater investment in R&D, the demand for stronger IPR protection is likely to grow in tandem.

What are we to make about these complex, varied, and sometimes divergent accounts of the historical, theoretical and empirical dimensions of the question of IPR and industrialization?

I would summarize the answer as follows: First, historically, different paths have been taken to economic development and the IPR protection provided. Second, IP protection has been strengthened and evolved in different countries over time. Third, there is no unambiguous evidence that stronger IPRs foster industrial development, and countries may require different approaches and policies depending on their level of industrial development.

This all suggest the need for a cautious approach to the reform of IPR. It also suggests the need to strengthen capacity to assess the costs and benefits of IPR reform in the specific contexts where the reform is being considered or undertaken. Reform should be based on robust evidence and should be the product of extensive consultations with affected sectors, industries and firms. There are no simple answers or short-cuts.

TRIPS and Flexibilities

Having made all these points, it is also clear that as many developing countries pursue industrialization, they do so in the context of an international IP regime that is more constrained than it was in the 19thcentury. The Agreement on Trade Related Aspects of Intellectual Property Rights (TRIPS) establishes extensive standards of IP protection that are almost without exception legally binding on all WTO Members.

While developing countries are committed to implementing and enforcing these standards, it is also clear that the TRIPS Agreement contains flexibilities that can be exploited to craft a greater developmental role for IP protection in respect to industrialisation.

Patents are likely to impact technologically dynamic sectors where domestic value added is higher as compared to sectors where more mature technologies predominate. Therefore, as countries pursue industrialization, we need to explore how best patent regimes can be designed to expand the opportunities for access and diffusion of technology.

As noted, whether or not IPRs in fact generate net benefits or costs to any particular country will depend on its productive profile, its R&D infrastructure, and the extent to which policy space is preserved to adapt the IPRs regime to local conditions and needs. In that context, governments retain an important role in ensuring that patentability standards such as the requisite level of inventiveness are appropriate and rigorous in order to avoid the introduction of patents that unnecessarily stifle local innovation and production.

Compulsory licenses are another avenue of policy flexibility permitted under the TRIPS Agreement that may be used as an instrument to promote domestic production where voluntary licenses are not available on reasonable commercial terms. There are several examples around the world where compulsory licenses were issued and employed successfully to ease access to affordable medicines.

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