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Entrevista a Pressia Arifin-Cabo: “Los indicadores en educación y pobreza en México van a ser peores tras la pandemia”

Entrevista/06 Agosto 2020/Autora: Belén Hernández/elpais.com

Pressia Arifin-Cabo, representante adjunta de Unicef México, habla de los desafíos que afronta la infancia en el país latinoamericano, uno de los más castigados por la covid-19

Uno de los sismos más importantes que ha vivido México hasta ahora no ha sido provocado por un temblor de tierra. El coronavirus ha azotado al país latinoamericano y con 439.046 positivos y 47.746 muertos, hasta la fecha, lo ha convertido en el tercer país con más número de fallecidos por la covid-19 en todo el mundo. México, que vio cómo los primeros casos entraron por la capital por los barrios más acomodados, ahora se enfrenta a la cruda realidad de cómo el virus se está ensañando con las clases trabajadoras y las familias con menos recursos.

Sobre las consecuencias que sufrirá la infancia en México por la pandemia hablamos con Pressia Arifin-Cabo, representante adjunta de Unicef México, quien cuenta con más de 15 años de experiencia en gestión de programas de desarrollo y respuesta humanitaria en situaciones de conflicto y desastres. Fue la Especialista Regional de Emergencias para Unicef en Asia del Sur, donde trabajó en la respuesta tras el terremoto de Nepal en 2015 y en la crisis migratoria en Afganistán, en 2016. Esto nos respondía, al teléfono, el pasado 30 de julio.

Pregunta. México ha confirmado hoy —30 de julio— que ha sobrepasado los 45.000 muertos por la covid-19 y más de 400.000 positivos. ¿Cómo está viviendo la población esta situación?

Respuesta. Claramente se vive un problema de acceso a la salud pública y muchas personas que ni siquiera pueden acceder a la atención médica. Desde Unicef estamos muy preocupados por el impacto socioeconómico de la covid-19 en los niños, que parecen ser invisibles. Nadie habla del impacto mental, emocional que tendrán después de un año sin ir a la escuela. México tenía ya malos indicadores en educación y pobreza infantil y ahora con la covid-19 van a ser peores. En la encuesta a nivel nacional que realizamos el año pasado supimos que los hogares con ingresos reducidos en México son el 73,5%, mientras que los que no tienen hijos son el 57,9%. Además, el 48% de las familias del país están empleados en el sector informal, así que es fácil imaginar en qué situación se encuentran durante la cuarentena que no pueden salir ni trabajar. Solo tres de 10 hogares con niños reciben algún tipo de ayuda gubernamental,

P. Una amplía mayoría de la población mexicana vive de la economía formal y más de la mitad de los niños del país viven en situación de pobreza. A su vez, la ONU propone una renta básica temporal para 520 millones de latinoamericanos para frenar la pandemia, ¿qué supondría esto para las familias y sus hijos?

R. Es una buena medida y recomendación, pero va a depender de cada país y de su situación económica para poder implementarla. Lo que implicaría esta renta básica es que cada familia, independientemente de lo que ganen, van a poder comprar comida, medicinas y van a poder pagar su alquiler. Nos hemos dado cuenta a través de los sondeos que hacemos regularmente de que las familias se están adaptando a la pandemia a costa de dejar de pagar algunas obligaciones como la luz, el agua. También hacen frente a la situación suprimiendo las comidas diarias esenciales, o reduciendo las porciones. Al final están comprando comida más barata, y si se adaptan a las circunstancias de la covid-19 con estos métodos, podemos asegurar que van a empeorar las cifras de desnutrición infantil, particularmente las de sobrepeso y de obesidad, que ya sufren uno de cada tres niños en edad escolar en México. Esto es muy grave, porque según las estadísticas del número de niños que están afectados por el virus, los más vulnerables son aquellos afectados por esta dolencia.

P. De hecho, en junio se supo que en México la tasa de mortalidad infantil triplica a la de EE UU por la covid-19, y una de las causas era la obesidad…

R. Sí, esto es un problema muy grave en México y en Unicef estamos trabajando con el Gobierno para asegurar que hay medidas de prevención. Hemos conseguido que haya un etiquetado de los alimentos mucho más claro, y se está empezando a implementar, pero somos conscientes de que aún queda mucho trabajo por hacer.

P. En el informe anual de Unicef 2019 señalan que más del 63% de los niños han sufrido violencia en el hogar, ¿sospechan que esta cifra ha aumentado en la cuarentena?

R. Sí, claramente ha aumentado, aunque no tenemos aún cifras exactas, sabemos que las llamadas por violencia doméstica han crecido. El sondeo que hemos realizado durante la pandemia nos dice que los niños están sufriendo mucho estrés y el éste es uno de los indicadores que señalan que están viviendo violencia en sus hogares.

P. El 80% de los niños en sexto de primaria no han alcanzado los objetivos que se esperaban de ellos. Con el cierre de las escuelas esta situación se ha visto agravada ¿Hay ya medidas para parar esta brecha educativa?

R. Además de esta cifra anterior al covid-19, hemos averiguado que el 78,6% de los hogares con niños de edad escolar tuvieron dificultades para seguir la educación a distancia por falta de computadora o de Internet. Desde Unicef estamos trabajando junto a la Secretaría de Educación México para ver cómo se puede recuperar el aprendizaje que han perdido algunos niños. Estamos viendo cuáles son las alternativas para seguir estudiando, aunque resulta complicado. Sabemos que en el Estado de Chiapas ocho de cada 10 niños no tienen acceso a Internet. Estamos viendo como podemos ofrecer las llamadas low tech solution (soluciones de baja tecnología, en inglés) y así no solo dar cobertura educativa a quién tiene acceso a ella, sino especialmente a los que no.

P. En otros países se han puesto en marcha programas educativos a través de la radio o la televisión para hacer llegar este aprendizaje donde Internet no alcanza…

R. Sí, aunque estamos estudiando cómo de efectivo sería para la población en México. En un sondeo que realizamos a adolescentes nos arrojó datos de que la mayoría no escucha la radio, y la mayoría prefiere tener sus lecciones o su forma de comunicación con sus profesores sea por Whatsapp o Youtube o redes sociales, por lo que la radio es un medio muy marginal. Por otro lado, también tenemos que pensar si los docentes tienen acceso a estas herramientas. Hay personas en México que no pueden pagar el saldo de sus teléfonos para poder seguir comunicándose con sus alumnos y es un gran desafío.

P. ¿A qué otros retos se enfrenta la población mexicana ante la pandemia?

R. Antes de la pandemia, la inestabilidad económica también tenía consecuencias colaterales en la educación y en la violencia hacia la infancia. Ahora también nos preocupa mucho la inseguridad alimentaria, que ya existía y está muy presente en algunos hogares, pero con la covid-19, y según nuestro sondeo, uno de cada cuatro hogares con niños está afectado por falta de alimento. Unicef está trabajando en los cuatro Estados de México más vulnerables, entre ellos Tabasco, con el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) para distribuir cestas de comida, y que así las familias tengan acceso a una buena dieta. Desgraciadamente, y al mismo tiempo, ha habido un terremoto en Guajaca que ha afectado a 15.000 familias, y allí también estamos apoyando la crisis con esta medida.

Otro de los desafíos es el educativo. Para antes de la vuelta al colegio estamos capacitando y construyendo infraestructuras suficientes para que los niños puedan lavarse las manos en la escuela, algo clave en esta pandemia. En México, desafortunadamente, hay muchas que no las tienen. También estamos repartiendo insumos escolares para las familias que no tienen recursos.

P. Otro de los departamentos en los que Unicef da respuesta en el país es en el de niños migrantes que llegan a México, ¿cuál es la situación actual?

R. De momento el flujo es menor, al menos, de manera oficial. La preocupación es que se hace con los que llegan y tienen covid-19. Con o sin enfermedad, hay que determinar el interés superior del niño porque uno que tiene el virus y llega a México, no debería ser devuelto solo por eso y en esas circunstancias. Lo que estamos haciendo es sensibilizando, junto al Instituto Nacional de Inmigración, además de preparar los albergues con insumos de higiene, y monitorear constantemente su situación. Sus circunstancias son muy excepcionales y deberían tener acceso a una protección especial.

P. Una de las consecuencias de que se prolongue el cierre de las escuelas es que aumente el trabajo infantil, ¿este asunto es vital en México?

R. El trabajo infantil es una de las vías con las que las familias intentan sobrevivir en este tipo de situaciones. No podemos hablar aún de si ha aumentado o no la cifra oficial del trabajo infantil, pero sabemos que prolongar el tiempo en que un niño pasa fuera de la escuela lo hace más vulnerable para que trabaje de manera prematura para apoyar a la familia.

P. Unicef ha renovado el programa de 2020-2025 para dar cobertura humanitaria en México. Suponemos que la covid-19 ha cambiado las prioridades en este programa…

R. Fue una larga discusión de nuestro equipo porque no sabemos cuándo acabará la pandemia. Pero no es cuestión de cambiar prioridades, por qué los indicadores de antes en México no eran diferentes, solo van a empeorar. Vamos a tener los mismos problemas en nutrición, en educación, en inmigración, en violencia… En definitiva, nuestro planteamiento ahora es más cómo duplicar los esfuerzos y cómo jalar el retraso que van a sufrir muchos indicadores por esta pandemia.

P. ¿Ha crecido la solidaridad en México tras la pandemia?

R. No tenemos esa sensación. Es una de las peores situaciones que he visto, porque la pandemia ha afectado a todo el mundo y es difícil que la ayuda humanitaria se focalice en otros países. Si lo comparamos con el sismo que sufrimos en 2017, casi no hay ayuda ni apoyo del exterior, entre otras cosas, porque todo el mundo está sufriendo la misma crisis, así que tenemos que trabajar con lo poco que hay. Nuestra oficina está apoyada financieramente por el sector privado y las empresas están viviendo un momento muy delicado también. El impacto socioeconómico que viene tras la pandemia va a ser gigantesco.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/07/30/planeta_futuro/1596129163_367135.html

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La educación del mexicano ante la pandemia del Coronavirus

Por: José Carlos Buenaventura1

Las pandemias no matan tan indiscriminadamente como se cree.

Boaventura de Sousa Santos2

En este texto sostengo que las acciones y comportamientos de las y los mexicanos ante la pandemia del Coronavirus manifiestan la educación que se ha tenido a lo largo de varias décadas en México. Parto de concebir a la educación no sólo como aquella que se imparte en las aulas mexicanas sino como procesos y acciones que transmiten visiones del mundo, cosmovisiones, y se lleva a cabo en múltiples espacios pedagógicos,3 por lo cual construyen comportamientos y pensamientos sobre cómo se debe actuar ante una determinada situación. Ello nos lleva a preguntar: ¿por qué las y los mexicanos se han comportado de determinada manera durante la pandemia de COVID–19?

Las imágenes y noticias muestran que en menos de dos meses el número de contagios y muertes han sido más del doble en México por COVID 19. La nueva normalidad inició en México el 1° de junio de 2020 y al 2 de agosto de 2020 la cifra de muertos se ha triplicado por lo menos. Para el 1° de junio la Secretaría de Salud señalaba que habían fallecido 10,167 personas4, para el día 2 de agosto se cuentan 47,746 fallecidos5. Si comparamos estos dos datos resulta que las muertes en México, en 2 meses, han crecido 369.61%. A partir de estos datos oficiales, podemos decir que en México ha habido, en este periodo de nueva normalidad, un acelerado crecimiento de los muertos e infectados en México. Crecimiento que no se había dado con anterioridad. Ello nos lleva a un panorama de suma preocupación y miedo que se verbaliza en interrogantes: ¿por qué ocurrió esta situación?, ¿por qué en el periodo de sana distancia no ocurrió este crecimiento de la pandemia?, ¿qué podemos hacer con esta situación tan delicada que vivimos en México, ya que algunos especialistas señalan que para el mes de noviembre o diciembre alcanzaremos la cifra de 100 mil muertes?, ¿no seria necesario analizar con cuidado los términos de nueva normalidad y por ende la de la vieja normalidad que se vivía y vive en México?

La pregunta que considero clave y que me da vueltas en la cabeza es: ¿por qué ocurre esto en México? Hay, no obstante, una respuesta generalizada que, más que enfrentar el problema, lo reduce al señalar que el Covid-19 obedece una lógica natural igual en todos los países por lo que no es posible tomar otras medidas, menos que nadie los no especialistas en medicina. O peor aún, se suele pensar que estas interrogantes están orientadas a una crítica al gobierno actual en México; nada más lejos de la genuina preocupación que las motiva.

Hasta el 2 de agosto había 47, 472 muertes, que en términos porcentuales es un aproximado de 0.03% de la población de aproximadamente 127 millones de habitantes,6 se podría pensar que es un mínimo de la población, sin embargo, recordemos que las personas no son números, sino nuestras madres, padres, abuelos, hermanos, amigos, sobrino e hijos, que no pueden ser reducidos a una cifra. Quien ha perdido a alguien por Coronavirus no lo ve como un número más, sino como alguien querido, amado y de su familia. La pérdida produce dolor y una cierta conciencia de lo que está pasando. Por otro lado, quien se contagia y no fallece, la enfermedad se convierte en un desgates de la economía familiar o de la relación familiar, por quién lo cuidará, cómo lo hará y por cuánto tiempo. Recordemos que resguardarse se convirtió para algunos en un proceso de volver a conocer con quién vive: sus padres, su pareja, sus hijos, sus amigos… ahora pasan más tiempo en casa que en el trabajo o en el transporte. Esto trajo cosas tanto buenas como malas, como lo demostró el aumento de la violencia doméstica durante este periodo de cuarentena.7

El porqué de estos aumentos de contagios y de muertes es la pregunta que constantemente aparece. Por un lado, se podría responder que esto es una consecuencia de las incorrectas decisiones del gobierno. Sin duda esto es un factor importante, pero la premisa aquí es reflexionar en ese otro factor no visible a primera mano. El gobierno puede tomar decisiones adecuadas; sin embargo, no así la ciudadanía. Sin negar la responsabilidad del Estado mexicano, pongo sobre la mesa de discusión que la educación que ha recibido el mexicano promedio se ha convertido en uno de los factores que orienta sus decisiones más inmediatas. Una educación que no se reduce a los valores, conocimientos, creencias, mitos, cosmovisiones que se transmiten o se construyen en la escuela; sino que implica todos aquellos factores que se han convertido en elementos educadores de la sociedad mexicana, como son la televisión, la internet, las redes sociales, Facebook, Twitter, Netflix, películas norteamericanas, las relaciones entre los pares, así como muchos otros elementos, factores y espacios que se convierten en contenidos educativos y espacios pedagógicos, ya que producen determinados comportamientos, mentalidades y pensamientos. Se asume en este espacio que no sólo la escuela educa, sino todo aquello que implique formar al ser humano de determinado modo. En este caso al ser humano como mexicanas y mexicanos.

Y al hablar de las y los mexicanos se hace desde una gran mitificación que los ve como solidarios, fraternos, gentiles y buenas personas; seres de admiración. Mitificación que niega su humanidad y posibilidades de lo que pueden hacer. Si todos los mexicanos son buenos, ¿quiénes son los que agreden, violan y destruyen al otro? Debemos llevar tal mitificación a la problematización de que el mexicano es un ser humano que puede tomar decisiones correctas o incorrectas, pensarlo como un ser que está en constantes procesos formativos y educativos, ya que el ser humano está aprendiendo y se está educando constantemente8. Esta exploración debemos llevarla, a su vez, al terreno pedagógico, ubicando los conocimientos de las y los mexicanos como seres humanos que se educan y forman en diferentes realidades, condiciones y problemas. Si no rompemos con este tipo de mitificaciones no podemos construir otro tipo de procesos educativos que nos permitan modificar nuestro comportamiento, pensamiento y actuar, ya que somos muchas y muchos mexicanos los que somos parte del problema del por qué México tiene determinados problemas tan graves, y cómo intervenimos en la expansión del Covid-19. Hay una parte muy importante que le corresponde de responsabilidad a cada mexicana y mexicano para contagiarse, difundir o curar esta enfermedad. Responsabilidad individual que no deja de estar enclavada en procesos de socialización y colectivos.

Hay varios puntos que podemos poner en discusión a manera de hipótesis en relación al por qué los y las mexicanas nos hemos contagiado y por qué han sido los sectores más pobres los que han sufrido las consecuencias de la pandemia.

  1. Hay un nivel de población en México que no valora el papel de las ciencias en la comprensión de los procesos de salud-enfermedad, ya que el sistema educativo en las anteriores décadas impidió que se desarrollara una visión científica sobre la salud. La escuela básica se convirtió en una guardería, donde los contenidos educativos no eran lo esencial, sino pasar de grado a los estudiantes para sostener que se daba cobertura nacional, aunque ello no implicara tener saber; ello se veía reflejado en las pruebas PISA y ENLACE donde las y los mexicanos carecían de las competencias para leer y escribir. Sin saber leer y escribir no se puede valorar la ciencia ni comprenderla.

  2. Existe en algunas mexicanas y mexicanos la negación de los problemas sociales, culturales y económicos. Parecería que con no hablar de ellos no existen. Por ejemplo, se niega constantemente que existan problemas de violencia, agresiones sexuales, violación, desnutrición, se difunde la idea: “no te metas en problemas”, como una idea que niega, esconde y justifica los problemas graves que se viven en la cotidianidad. Esta negación del problema fue uno de los mecanismos que utilizaron muchas familias mexicanas para no tomar las medidas necesarias ante la pandemia de COVID 19; muchos señalaban que tal virus no existía, que era un plan macabro del gobierno. El problema fue que muchos de los que negaban y no creían se han infectado, siguen infectándose y hasta han muerto.

  3. Otro punto es que se ha educado tanto a mexicanas como mexicanos en una cultura de la violencia,9 que niega al otro, se niega su voz, su dolor, su preocupación. Se tilda que se debe de aguantar el dolor y que no se puede hacer nada. Además, de que esta cultura de la violencia transmite ideas de indolencia, por ejemplo: “mientras no me pase a mí, qué me importa, que ni de mi familia es”.

  4. Otro punto es que la educación mexicana formó consumistas en las últimas décadas, lo cual implicó que lo más importante era volver a tener una normalidad como consumistas, aunque aquello que consumieran no fuera verdaderamente necesario para la manutención y continuación de la vida. Era necesario salir de las casas para ir a comprar cosas innecesarias y muchas veces inservibles. El problema de haber formado consumidores es que se manejan a partir de principios individualistas, egoístas y muchas veces a partir de la ignorancia de la realidad. Ejes pedagógicos que hoy en día atentan contra la vida humana. Al consumista no le importa el otro, la otra o la naturaleza; sólo busca satisfacer su necesidad psicológica de sentir emociones en el momento en que está comprando determinado producto, ya no es el producto en sí mismo, sino la sensación y emoción que se produce en el momento de comprar. Un consumismo emocional de la negación de la realidad en la que vivimos, una realidad de extensión y continuación de una epidemia mundial.

  5. Varios de los comportamientos de las personas responden a contenidos transmitidos por medios virtuales, de la información, la comunicación, que ha producido subjetividades indolentes. Por ello es necesario analizar con mayor cuidado todos los productos culturales que estamos consumiendo para ubicar qué cosmovisión y comportamiento está transmitiendo, ya que estos productos, como películas, música, ropa y otros, no son neutrales, sino que son elementos que forman parte de entramados complejos que producen determinado tipo de ideas y acciones, en otras palabras, estos productos culturales influyen directamente en la formación de los seres humanos.

Ante la preocupación sobre el aumento de contagios proyectado para los meses de noviembre y diciembre [100 mil muertos y miles de contagiados], lo que nos queda a las educadores y maestros es todo menos quedarnos esperando a que los que se tengan que morir, mueran, a ver los datos estadísticos con las manos cruzadas o plantear ideas que pueden ser correctas, pero también incorrectas. En este sentido, proponemos regresar a una discusión que para nada es nueva o novedosa sobre crear una cultura de la prevención, haciendo acciones para que los resultados o proyecciones más funestos del coronavirus no se repitan en otras circunstancias. Prevenir, lo cual se dice fácil; sin embargo, en México sólo se ha utilizado para impulsar ciertas campañas sobre ciertos temas que no han tenido repercusión en las últimas décadas; por ejemplo, campañas para prevenir la violencia de género, que, como señalan distintos movimientos feministas, ha habido contradictoriamente un gran aumento de la violencia de género. En el caso del coronavirus no sólo nos debemos quedar en las medidas básicas sanitarias y de sana distancia, sino en proceso de reeducación, sensibilización y de análisis de nuestras circunstancias cotidianas y de otros problemas que están relacionados con la pandemia que estamos viviendo.

Tenemos que tomar muy enserio una “cultura de la prevención” frente a una “cultura del conformismo”, “del ya no se puede hacer nada,” “él ya qué”, que constantemente responden muchos mexicanos ante la imposibilidad de tener herramientas, conocimientos o instrumentos para poder tomar otro tipo de decisiones antes su salud, su vida y circunstancias. Una cultura de la prevención como instrumentos de la ciencia, las humanidades, las filosofías de los pueblos para evitar un daño o perjuicio, tomando y haciendo con anticipación ciertas acciones para lograr determinados objetivos.10 Esta cultura preventiva como articulación de saberes, conocimientos y creencias; y no como articulación de miedo, ignorancia y negación de uno mismo como es lo que nos ha estado ocurriendo a lo largo de esta pandemia, no hay que esperar que nos toque o el ya que, no hay que pensar que dios así lo quiso, sino que ayúdate que dios te ayudará. Esa cultura de la prevención como una ayuda a uno mismo y al otro, que, aunque no sea de tu familia es un ser humano que es parte de tu realidad y de tu salud. Necesitamos que los otros estén sanos y bien para que conservemos nuestra salud y vida.

La educación que necesitamos construir actualmente frente a esta gran pandemia debe estar basada en una cultura de la prevención, lo cual va a ser difícil en México, ya que la prevención se ha visto como algo menor o no importante, o como un gasto innecesario. Hoy tenemos como docente la necesidad de pensar en otros términos la prevención y al mismo tiempo sacarla del baúl del olvido y ponerla por delante en los problemas de salud que tenemos en México. Pero no sólo con el Coronavirus, sino también en los demás problemas que podemos evitar si pensamos en volvernos a educar todas y todos, para que las generaciones futuras no sigan teniendo los mismos problemas que hoy en día tenemos.

1 Coordinador del Seminario de Perspectivas Críticas en Educación de México y Latinoamérica: construcción de discursos y prácticas. Agradezco las correcciones y sugerencias de David Elías Hernández, Miriam Isabel Arciniega, Mauro Jarquín, José Ángel Gil y a Osmar Gómez.

2 Boaventura de Sousa Santos, La cruel pedagogía del virus, Buenos Aires, CLACSO, 2020, p. 65.

3 Carlos Lenkersdorf señalaba: “Las cosmovisiones, a nuestro juicio, representan los ‘carriles’ en los cuales nos movemos al percibir la realidad y al relacionarnos con ella. Corresponde, un poco y hasta cierto grado, a las presuposiciones de nuestra manera de percepción y comportamiento en el contexto en cual nos encontramos. (…) Escogimos los términos de “carriles” y “encarrilar” para señalar el efecto de las cosmovisiones. En el contexto social se está produciendo una predisposición que afecta a los hablantes de manera tal que perciben la realidad y se relacionan con ella conforme moldes aceptados por las sociedades correspondientes.” Carlos Lenkersdorf, Cosmovisiones, México, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, Universidad Nacional Autónoma de México, 2008, p.26.

4 Dato consultado en: https://coronavirus.gob.mx/2020/06/01/conferencia-1-de-junio-2/, el sábado 2 de agosto de 2020, a las 13:14 p.m.

5 Dato consultado en: https://coronavirus.gob.mx/2020/08/02/conferencia-2-de-agosto/, el sábado 2 de agosto de 2020, a las 13:28 p.m.

7 Consulta realizada en: https://www.jornada.com.mx/2020/05/19/politica/012n3pol, el domingo 2 de agosto de 2020, a las 14:16 p.m.

8 Esta pregunta de ¿Quiénes son los mexicanos? lo han trabajado autores tan importantes como Samuel Ramos en su libro El perfil del hombre y la cultura en México, otro autor ha sido Octavio Paz, El laberinto de la Soledad, así como otras y otros que han construido la Filosofía Mexicana.

9 A la cultura de la violencia se concibe como un sistema o totalidad que transmite y reproduce relaciones sociales violentas en diferentes niveles de la realidad socio-histórica: individual, familiar, escolar, estatal, nacional, internacional, global, etc., por lo cual al hablar de una cultura de la violencia, no se piensa como un sinónimo de cultura étnica, ni nacional, sino como una cultura transnacional que tiene diferentes formas de concreción en los niveles de la vida cotidiana, dicha cultura se produce de forma consiente e inconsciente, se cultiva por diferentes actores con el objetivo de producirla o no producirla.

10 Se toma “prevención” de “prevenir”. Entre algunas definiciones que da la Real Academia de la Lengua Española son: 1 Preparar, aparejar y disponer con anticipación lo necesario para un fin; 2 Prever, ver, conocer de antemano o con anticipación un daño o perjuicio. Consultado en: https://dle.rae.es/prevenir, el domingo 2 de agosto de 2020, a las 17:07 p.m.

Fuente: https://www.educacionfutura.org/la-educacion-del-mexicano-ante-la-pandemia-del-coronavirus/

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El profe Lalito y su triciclo escuela en tiempos de coronavirus

Reseñas/06 Agosto 2020/Autor: Asier Vera Santamaria/elpais.com

La suspensión de las clases en Guatemala por la covid-19 aboca a los niños más desfavorecidos al abandono escolar y al trabajo infantil. Un profesor idea una manera ingeniosa de llevar la educación en bicicleta a los alumnos sin acceso a las tecnologías

Las tres ruedas surcan desde primera hora de la mañana un camino sin asfaltar y embarrado por las últimas lluvias. A golpe de pedal, Lalito Gerardo Amílcar Ixcoy, de 27 años, avanza lentamente por las aldeas de Santa Cruz del Quiché, al norte de Guatemala, llevando a cuestas una escuela móvil en busca del encuentro con su próxima alumna. La niña ya se encuentra en la puerta de su casa colocando una pequeña mesa y un banco de plástico, que será su pupitre al aire libre. A lo lejos, ya atisba a su profesor de Primaria, quien pedalea lentamente su triciclo hasta aparcarlo frente a la estudiante.

Nada más llegar con su correspondiente mascarilla, Lalito se coloca su careta facial, se echa gel hidroalcohólico en sus manos e instala una varilla que mide metro y medio entre el triciclo y la mesa. La varilla finaliza con una mano de cartón en la que se detalla con dibujos en cada uno de los dedos las cinco maneras de saludar sin necesidad de que haya contacto físico: militar, japonés, tailandés, de cejas y apache. Todo ello “para prevenir contagios” de coronavirus, que ya ha provocado más de 1.800 muertes en el país centroamericano desde que se detectara el primer caso el pasado 13 de marzo.

Tres días después, el 16 de marzo, se suspendieron las clases en todos los niveles educativos y, desde entonces, las asignaturas se impartieron virtualmente para la minoría que tiene la posibilidad de conectarse a Internet. Según el último censo realizado en 2018 por el Instituto Nacional de Estadística de Guatemala, en el país solo dos de cada 10 hogares (21,2%) disponen de ordenador, mientras que únicamente el 17,2% cuenta con Internet. Esta situación aún es más precaria en el departamento de Quiché, donde únicamente el 9,3% de los hogares tiene computadora y el 4,1% acceso a redes.

“Como no había posibilidades de impartir clases de manera presencial, y conozco los problemas socioculturales que tienen mis estudiantes, cuyas familias muchas veces no saben leer ni escribir y carecen de recursos tecnológicos, como computadoras, teléfonos e Internet, me di a la tarea de buscar un triciclo para poder ir a impartir las clases a sus casas tomando las medidas necesarias”, explica Lalito. Además, indica que cuando se suspendieron las clases, “ya no había respuestas de la mitad de los estudiantes de las tareas que se estaban enviando”. Así fue como este profesor de una escuela privada de Santa Cruz del Quiché, que está realizando su tesis en la Licenciatura de Pedagogía, inventó una escuela móvil, que le permite continuar su labor docente de las materias de Comunicación y Lenguaje, y Matemáticas a sus diez alumnos de entre 11 y 12 años.

El profesor Lalito saluda en una aldea de Guatemala a una de sus alumnas desde la escuela móvil.
El profesor Lalito saluda en una aldea de Guatemala a una de sus alumnas desde la escuela móvil. A. VERA

Antes de poner en marcha su iniciativa, Lalito fue casa por casa a hablar con los padres y madres de sus estudiantes para que le dijeran si estaban o no de acuerdo en que llegara en triciclo para que los niños y niñas no perdieran sus clases por la pandemia. “Tras conocer que no habría ningún contacto físico y que iba a tomar las medidas necesarias para protegerlos, la respuesta fue afirmativa y eso me alegró mucho”, destaca.

Para ello, trabajó dos semanas con su hermano en una empresa de estructuras mecánicas a cambio de que le diera el material para construir la escuela en un triciclo al que le colocó un techo de plástico, una pizarra y un vidrio de cristal para evitar cualquier posibilidad de contagio. Gracias a un ahorro de 700 quetzales (85 euros) compró una bicicleta de segunda mano que pintó y en la que instaló toda la infraestructura para convertirla en una escuela móvil que debe recorrer hasta tres kilómetros para llegar a las casas de sus alumnos. Cada día, dependiendo de la distancia, atiende a tres o cuatro a quienes imparte clases individuales de hora y media.

Lalito reconoce que sí ha tenido un “poco de miedo” por la reacción que podían tener las autoridades del Ministerio de Educación, que le han llegado a pedir sus datos personales. “No sé si para decirme que pare o darme vía libre para seguir con este proyecto”. No obstante, señala que antes de poner en marcha esta iniciativa, se lo comunicó al director de la escuela privada en la que trabaja, quien le autorizó siempre y cuando las familias lo aceptaran, tal como sucedió.

“Muchos padres me dijeron que sus hijos no podían seguir las clases de manera virtual porque no tenían recursos. Y ahora la prioridad es la comida, de modo que, si la escuela iba a ser por Internet, iban a dejar que perdieran este año”, revela el maestro. En este sentido, recalca que el principal objetivo de su proyecto, que denomina tricieducativo, es que “no exista una deserción escolar”.

Abandono escolar y trabajo infantil

Precisamente, Lucía Verdugo, Oficial Nacional de Educación de la Oficina de la Unesco en Guatemala, advierte de que, de prolongarse la suspensión de clases, puede haber consecuencias negativas que “den como resultado un retroceso en los logros alcanzados por el país en términos de cobertura y calidad educativa”, teniendo en cuenta que al inicio de 2020, ya existían desafíos importantes con solo seis de cada diez niños en edad escolar estudiando, según el anuario estadístico del Ministerio de Educación.

“Es difícil precisar en qué medida puede aumentar la deserción escolar, pero sí es una de las consecuencias que podemos prever, principalmente ante las proyecciones que realizan entidades especializadas como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que estima un decrecimiento del PIB en la región latinoamericana de por lo menos un 5,3%, así como el aumento del desempleo y de la pobreza y la pobreza extrema”, que en Guatemala afectaba antes del coronavirus a seis de cada 10 personas (59,3%), según la última Encuesta de Condiciones de Vida realizada en 2014.

Así, la CEPAL advierte en un informe de que el cierre temporal de las escuelas como consecuencia de la pandemia “tiene el potencial de aumentar el trabajo infantil entre uno y tres puntos porcentuales, lo que implicaría que al menos entre 109.000 y 326.000 niños, niñas y adolescentes podrían ingresar en el mercado laboral”.

Todo ello en un contexto en el que Guatemala va a incumplir su compromiso adquirido en el 2009 a través de una hoja de ruta que buscaba erradicar el trabajo infantil en 2020, que ocupa a casi 800.000 niños, niñas y adolescentes, de los cuales 263.247 tienen entre 7 y 14 años, según la Encuesta Nacional de Empleo de 2018.

La Jefa de la Unidad de Protección a la Adolescencia Trabajadora del Ministerio de Trabajo de Guatemala, Claudia Peneleu recuerda que en 2016, el Gobierno programó una nueva hoja de ruta en la que, al igual que el resto de países de la región, adquirió el compromiso de alcanzar la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que establece “poner fin al trabajo infantil en todas sus formas de aquí a 2025”.

Peneleu afirma que para Latinoamérica y el Caribe se ha hecho una proyección según la cual, se reduciría en dos puntos porcentuales aproximadamente el trabajo infantil para el 2025 respecto a la situación actual.

La OIT prevé erradicar el trabajo infantil

Por su parte, el Director General de Previsión Social del Ministerio de Trabajo de Guatemala, William Godoy, a pesar de que reconoce que la situación “no es muy alentadora”, asegura que hay un informe de tendencias de la OIT que establece que para el 2040 se podría erradicar el trabajo infantil.

Para evitar que la suspensión de las clases aboque a sus estudiantes a trabajar, el profesor Lalito defiende seguir impartiendo clases. «La educación es esencial para que nuestro país salga adelante». La pobreza, añade, es un “flagelo” que se vive en Santa Cruz del Quiché, de mayoría indígena, que ha provocado que “muchos niños y niñas ya no lleguen a estudiar y opten por un trabajo informal como vender frutas en la calle”.

Por este motivo, decidió llevar la escuela a la puerta de las casas de sus alumnos, a pesar de que el colegio privado en el que trabaja solo le paga una mínima cantidad económica tras cancelarse las clases por la pandemia. E incluso le invitaron a buscarse otro empleo: “Yo no quería dejar a mis niños; quería seguir enseñándoles”. Tras impartir las clases desde su triciclo en el que se lee «Profe Lalito 10», en honor a su número favorito en el fútbol, este maestro sigue trabajando en la empresa de estructuras mecánicas de su hermano para poder sufragar los gastos de su casa, donde vive junto a su esposa e hijo de tres años. “Él es mi motivo de lucha”.

La original iniciativa de Lalito cuenta con el respaldo de su comunidad: “Es increíble el cariño que me tienen. A veces, desde las casas me piden que siga adelante y que me cuide, lo que me anima a seguir”. Lalito se muestra sorprendido por la repercusión en la prensa nacional e internacional que ha tenido su escuela a pedales. “Jamás me imaginé que fuera así, únicamente quería hacer felices a mis diez niños y niñas”, añade. Por ello, siempre comienza las clases con ejercicios de estiramientos y calentamientos, y cantando temas infantiles para que «se motiven un poco», teniendo en cuenta que sus estudiantes “se sienten un poco aburridos y estresados”, debido a que no van al colegio.

“Me preguntan cuándo va a acabar esto y si van a regresar a clases”, revela. Durante sus ocho años como docente, dice, sus estudiantes han marcado su vida. “Por su inocencia, su honestidad, su solidaridad y lo buenas personas que son”. Por eso considera que Guatemala “sí tiene futuro, pero hay que motivar mucho a los niños para que sean optimistas. Hay que creer en ellos”. Y arranca de nuevo a pedalear su triciclo educativo en dirección a la casa del siguiente alumno.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/07/27/planeta_futuro/1595847149_271344.html

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Escuelas deben ser las últimas en cerrarse, advierten en Reino Unido

Europa/Reino Unido/06 Agosto 2020/prensa-latina.cu

La comisionada para los derechos de los niños de Inglaterra, Anne Longfield, afirmó hoy que las escuelas deberían ser las últimas en cerrarse en caso de un nuevo confinamiento por la pandemia de Covid-19.
La educación debe priorizarse sobre otros sectores, y deben ser las primeras en abrir y las últimas en cerrar, recalcó Longfield en una ponencia publicada este miércoles en la página electrónica de esa entidad pública.

En opinión de la activista, incluso en caso de ser necesario mantener al mínimo la interacción social por un segundo brote de la pandemia, el espacio destinado a la educación debe ser respetado, a expensas de otras actividades y sectores.

La reducción de la transmisión del coronavirus a nivel de la comunidad es muy importante, pero no se debe asumir de manera automática que conlleva el cierre de las escuelas, apuntó.

Longfield sustenta su reclamo en criterios científicos que aseguran que comparados con los adultos, los niños juegan un papel relativamente pequeño en la propagación de la Covid-19, y son menos propensos a contraer la enfermedad.

El Reino Unido, y en particular Inglaterra, experimenta desde hace varias semanas un incremento en los casos positivos a la Covid-19, lo que hace temer que se produzca una segunda ola de la pandemia en el invierno.

Aunque el primer ministro Boris Johnson afirmó días atrás que tratará de evitar un nuevo confinamiento de la población, en algunas ciudades inglesas se decretaron cuarentenas locales para tratar de contener los rebrotes.

El principal asesor médico del gobierno, Chris Whitty, advirtió, por su parte, que ya se llegó al límite de lo que se puede hacer en términos de reabrir la sociedad, por lo que no se descarta el cierre de bares y restaurantes para poder reiniciar el curso escolar en septiembre.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=387162&SEO=escuelas-deben-ser-las-ultimas-en-cerrarse-advierten-en-reino-unido
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La ONU pide reabrir escuelas para evitar una “catástrofe generacional”

Noticia/06 Agosto 2020/elpais.com

Crece el temor a que 24 millones de alumnos de todos los niveles en el mundo abandonen el sistema educativo para siempre a causa de los cierres por la crisis del coronavirus

«Nos enfrentamos a una catástrofe generacional que podría desperdiciar un potencial humano incalculable, minar décadas de progreso y exacerbar las desigualdades arraigadas». Así de preocupado y contundente se mostraba, en un mensaje en vídeo, el secretario general de la ONU, António Guterres, sobre el cierre prolongado de las escuelas en todo el mundo por la pandemia. Naciones Unidas llamó este martes a todos los países a dar prioridad a la reapertura de sus colegios en cuanto tengan controlada la transmisión local del coronavirus, advirtiendo de que la situación actual de cierre plantea el riesgo de una «catástrofe generacional».

La Unesco teme que 24 millones de alumnos de todos los niveles en el mundo abandonen su educación para siempre a causa de los cierres inducidos por la crisis del coronavirus y pide que se mantenga la continuidad en el aprendizaje, sobre todo para los más vulnerables. De esta predicción, las regiones más afectadas, de acuerdo con la organización a favor de la educación, serán el sur y el oeste de Asia, con 5,9 millones de alumnos que dejarán colgada su educación, y el África subsahariana, con 5,3 millones.

La covid-19 solo ha venido a agudizar la crisis de educación que ya vivía el mundo antes de la pandemia, con más de 250 millones de niños en edad escolar que no estaban escolarizados y, en los países en desarrollo, con solo una cuarta parte de los alumnos de secundaria terminando sus estudios con competencias básicas, según el análisis presentado por la ONU y que analiza el impacto del cierre de los colegios, institutos y universidades y ofrece recomendaciones a los responsables políticos.

La mayor disrupción que ha sufrido nunca la educación

La pandemia, subrayó el secretario general de la ONU, ha causado «la mayor disrupción que ha sufrido nunca la educación». «Vivimos un momento decisivo para los niños y los jóvenes de todo el mundo. Las decisiones que los gobiernos y los asociados tomen ahora tendrán un efecto duradero en cientos de millones de jóvenes, así como en las perspectivas de desarrollo de los países durante decenios», señaló Guterres.

Según datos del organismo, a mediados de julio las escuelas permanecían cerradas en más de 160 países, lo que afecta a más de 1.000 millones de estudiantes, y más de un centenar de naciones aún no han anunciado fechas para la reapertura. Actualmente en África los países que han abierto de nuevo sus escuelas son Botsuana y Níger; en América Latina solo Uruguay, Ecuador y Nicaragua, mientras que en Europa son Francia, Suecia, Noruega, Austria y Suiza quienes han retomado su actividad educativa presencial.

Estado de los centros escolares en el mundo

16 de febrero

17 de marzo

China tiene parcialmente abiertos sus colegios mientras que Mongolia opta por cerrar las escuelas en todo el país.

El cierre de escuelas llega a casi toda Europa y Latinoamerica.

3 de agosto

4 de abril

La práctica totalidad del mundo ha paralizado su actividad educativa. Muchos países imponen medidas estrictas de confinamiento.

En la actualidad, algunos países han comenzado a tener escuelas abiertas.

Fuente: UNESCO.

LUIS SEVILLANO PIRES / EL PAÍS

¿Cuándo será demasiado tarde para toda una generación que vive sin ir a la escuela? Para la ONU, será esencial encontrar un equilibrio entre los riesgos para la salud y los riesgos para la educación y la protección de los niños, en palabras de Guterres. «Va a depender del nivel de resiliencia que tenga el sistema educativo de cada país: si es de renta alta, media o baja, de las circunstancias de la familia… En un país pobre, aunque el tiempo de volver a la escuela sea menor, te encuentras con que miles de niños tienen poquísimas posibilidades de volver», explica Carmen Molina, directora de sensibilización y políticas de infancia de Unicef España.

Una generación perdida por el abandono escolar

Entre las cosas que más preocupan a la organización destaca el tiempo perdido por millones de niños de educación preescolar, una etapa considerada clave y que es «el gran igualador», según apuntó en una conferencia de prensa Stefania Giannini, la directora general adjunta para Educación de la Unesco. La organización explica que la educación superior será en términos relativos la más afectada por los abandonos, con un 3,5 % menos de inscripciones, que equivale a 7,9 millones de estudiantes. En los niveles de preescolar, el descenso previsto será del 2,8 %, con cinco millones de niños menos, mientras en primaria la baja será del 0,27 % y en secundaria del 1,48 %. En total, eso supondrá que 5,2 millones de niños y 5,7 millones de niñas dejarán la primaria y la secundaria.

La educación a distancia, con clases por radio, televisión y en línea, deja a muchos alumnos atrás, un especial riesgo que sufren aquellos con discapacidades, de comunidades minoritarias o desfavorecidas, los desplazados y refugiados y los que viven en zonas remotas. La ONU anima a aprovechar la pandemia para transformar los sistemas educativos a través de una mejora en la infraestructura digital. «Tenemos una oportunidad generacional de reimaginar la educación y la enseñanza. Podemos dar un salto y avanzar hacia sistemas progresistas que impartan educación de calidad para todos, como trampolín para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible«, aseguró Guterres.

Así, la pandemia está aumentando las desigualdades educativas y amenaza con deshacer de golpe los progresos logrados en las últimas décadas. En México se teme que la pandemia haga retroceder todos los avances alcanzados hasta ahora en materia de educación. Y no es el único país donde se esperan consecuencias a largo plazo. «En países como Siria, con una guerra desde hace nueve años, o países con emergencias de larga duración, se pierde una generación entera. Allá donde había ingenieros, médicos… Te encuentras con un país con ese capital humano empobrecido. Tener gente formada requiere de una educación superior, y para llegar a ella hay que pasar por la educación primaria. Si empieza a fallar en lo más básico, sabemos que ese país va a sufrir un retroceso en capital humano de hasta 50 años», asegura Molina.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/08/04/planeta_futuro/1596529108_149231.html

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Abracadabra

Por: David Brooks.

 

Las cúpulas de ambos partidos son cómplices en llevar a esta república a una crisis existencial con graves consecuencias para el planeta. Sólo en estos últimos días, los legisladores suspendieron labores sin aprobar asistencia básica para decenas de millones que están enfrentando a la crisis económica en medio de la peste, pero sí avanzaron en aprobar un presupuesto militar de 740 mil millones de dólares.

Nerón juega golf (no tiene el talento musical como el romano original) mientras su imperio está en llamas, entre la pandemia descontrolada que insiste en que está mejorando mientras mata a más de mil personas por día en su país, y declara que “ America será grandiosa otra vez”, mientras más de 30 millones están no sólo desempleados, sino que ahora enfrentan el desalojo de sus hogares por no poder pagar rentas e hipotecas; durante la pandemia más de la mitad de los hogares han perdido ingresos, mientras unos 490 multimillonarios han incrementado su riqueza por más de 700 mil millones de dólares. Todo, mientras cuestiona el proceso electoral democrático y juega con anularlo.

Todo eso mientras agrega combustible al fuego nutriendo el odio, ingrediente secreto de su proyecto, con la agenda antimigrante en el centro. Vale subrayar que este lunes marca el aniversario de la masacre en El Paso, donde un joven blanco en Texas fue a matar a 22 personas (ocho de ellos nacionales mexicanos) para frenar, dijo, la invasión hispana. Aunque no fue un acto oficial, sus órdenes habían sido giradas en ese contexto desde la Casa Blanca.

Pero Nerón no está actuando solo: las cúpulas de ambos partidos (o sea, el equivalente tal vez del Senado romano) son cómplices en llevar a esta república a una crisis existencial con graves consecuencias para el planeta. Sólo en estos últimos días, los legisladores suspendieron labores sin aprobar asistencia básica para decenas de millones que están enfrentando a la crisis económica en medio de la peste, pero sí avanzaron en aprobar un presupuesto militar de 740 mil millones de dólares. Ah, y también, según nos cuenta un colaborador de este periódico, que en la cámara (bajo control demócrata) no sólo ignoraron a la mayoría de la opinión pública que favorece una reforma policiaca, sino tampoco anularon programas para trasladar equipo militar a departamentos de policía, incluyendo vehículos blindados y bayonetas (sí, leyeron bien, bayonetas).

Para intentar hacer uno de esos análisis dizque sesudos sobre este panorama político primero uno tendría que resistir la primera reacción obvia de que todo esto es un manicomio para después proceder a explicar todo esto con gran sofisticación, pero a veces es imposible ser más elegante.

Pero en medio de todo esto se abre un secreto, como si millones lograron encontrarse en pleno caos y a pesar de los cubrebocas, susurraron y después gritaron: ¡abracadabra!

Las claves para entender esta coyuntura estadounidense no se pueden detectar sólo mirando a las cúpulas, sino en el hecho de que esta estallando una rebelión expresada en el movimiento de protesta social más grande en la historia de este país.

Y esa expresión, como hemos repetido, no se ve sólo en enfrentamientos con fuerzas de seguridad, sino en acciones como una en Nueva Orleans, donde a caseros llegando a las oficinas de las autoridades para solicitar ordenes de desalojo de sus inquilinos un muro de activistas en las puertas no les permitió ingresar; como en las bandas de jazz y de funk que invitan a músicos a dar ritmo a las movilizaciones; como en los círculos de estudio y lectura que rescatan la historia de y desde abajo.

Todo esto son partes de un tejido de redes rebeldes que se han estado organizando en años recientes en varias partes del país, desde el profundo sur –cuna de resistencia histórica y su cultura– como en la construcción más reciente de iniciativas de asistencia mutua en incontables colonias de ciudades por todo el territorio. De ahí nacen diálogos con nuevos discursos donde se aborda el objetivo de la democracia radical, el anticapitalismo, el rescate de la historia para crear visiones del futuro; también la alegría como ingrediente vital de la resistencia y la rebeldía. Se abre algo nuevo, y el futuro de este país depende de su luz.

Eduardo Galeano, en la introducción del libro de las obras de Chomsky publicado por La Jornada, recuerda que abracadabra, “la mágica fórmula que se usa en el mundo entero, proviene de la lengua hebrea… y significa ‘envía tu fuego hasta el final’”.

Foto de portada: Luego de un acuerdo entre la gobernadora demócrata de Oregon, Kate Brown, y la administración de Donald Trump para reducir a los agentes federales en Portland, las protestas del movimiento Black Lives Matter continúan y se desarrollan sin grandes enfrentamientos entre manifestantes y uniformados. Foto AP.

Fuente del artículo: https://rebelion.org/abracadabra-2/

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La educación perdida de las regiones rurales de Perú

América del Sur/ Perú/ 04.08.2020/ Por: Jacqueline Fowks/ Fuente: elpais.com.

Perú inició el año escolar a distancia en abril, tres semanas después de lo usual debido a la pandemia, con clases disponibles en una página web y a través de emisiones de las cadenas de radio y televisión, estatales y privadas. Sin embargo, quedaron fuera de ese programa, bautizado como Aprendo en casa, cientos de miles de alumnos que no tienen acceso a Internet o incluso electricidad y que ni siquiera pueden escuchar la radio. Para garantizar su formación, el pasado 18 de abril el presidente, Martín Vizcarra, anunció la compra de casi un millón de tabletas para estudiantes de zonas rurales y urbanas vulnerables y 90.137 para maestros. Pero la compra se frustró por una serie de irregularidades.

El proveedor de los equipos informáticos falsificó documentos para aparentar un vínculo comercial con la casa matriz fabricante, la firma china Lenovo, sin ofrecer otras garantías. La licitación de las tabletas incluía también la compra de 203.000 baterías solares, más de medio millón de dispositivos móviles con planes de datos y la distribución de esos teléfonos hasta las localidades rurales más aisladas. El Gobierno calculó que entregaría los equipos en junio y luego postergó la distribución a mediados de este mes. El miércoles, sin embargo, la ilusión de las tabletas se desvaneció por completo, al menos para este año. El contrato que la empresa Topsale logró con el Ministerio de Educación ascendía a 265 millones de dólares, pero su información era falsa. Las autoridades informaron de que el proveedor no cumplió los plazos. El medio peruano El Foco reportó además que esa compañía -la única que se presentó a la licitación- comunicó en abril a sus trabajadores que como consecuencia de la emergencia sanitaria y de la caída de ventas carecían de fondos para pagar el salario de ese mes.

El ministro de Educación, Martín Benavides, proyecta un esquema para compensar la formación de los escolares que no hayan podido seguir los contenidos de Aprendo en casa, dijo en una entrevista con la emisora Radioprogramas. Aseguró que a partir del lunes retomarán la convocatoria a un nuevo concurso. Desde que empezó la educación a distancia, cientos de vídeos y fotos han documentado el esfuerzo de estudiantes que caminaban horas para llegar a la cima de los cerros a captar señal de Internet o de una emisora de radio.

Los maestros han optado por el WhatsApp como el medio principal para comunicarse con sus alumnos o con las familias para verificar el aprendizaje o asignar las tareas, pero en las comunidades de extrema pobreza las familias no cuentan con un móvil inteligente. Cientos de educadores han ido, sin estar obligados, en busca de sus alumnos, respetando la distancia social y con mascarilla, llevando una pizarra, para dar clases en la puerta de las casas. Dada la demora en la compra de las tabletas, algunas municipalidades, como la de Corani (en Puno, en la frontera con Bolivia) y Gobiernos regionales han instalado antenas de Internet satelital e, incluso, ciudadanos han recolectado dinero para contratar Internet en la localidad donde nacieron.

El ministro Benavides destacó el apoyo de las administraciones regionales que también han colocado antenas para que los estudiantes puedan captar la señal de radio. Desde abril, unos 5.000 alumnos recurren también a locales públicos para ver las clases en televisión o seguirlas a través de la web. Estos establecimientos son administrados por el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, ubicados en comunidades rurales pobres, en las que hay ordenadores y conexión a la red. Antes de la pandemia en estos espacios los ciudadanos podían hacer trámites en línea.

La Defensoría del Pueblo calcula que la cancelación del contrato de compra de las tabletas afecta a estudiantes de 27.837 escuelas públicas. La entidad identificó que la región Ayacucho (en el centrosur del país) necesita 1.872 antenas de telefonía móvil para alcanzar la cobertura adecuada para la educación a distancia. Si bien el Ministerio de Educación señala que el 94% de los estudiantes “están conectados” a Aprendo en Casa, la Defensoría del Pueblo indica que en provincias de Huánuco (centro) cerca del 30% de escolares no tiene acceso a los contenidos y en la región Pasco (también en el centro del país), más de 7.000 estudiantes tampoco pueden seguir la educación a distancia.

El especialista en medios digitales Eduardo Villanueva comentó a EL PAÍS que el problema en la adquisición “fue haber pensado que habría en el mercado una tableta barata, adecuada, y que estuviera disponible en un millón de unidades en tiempo récord”. ”No es solo que los fabricantes tienen cronogramas estructurados de producción con base en expectativas de ventas, sino que la demanda aumentó porque no solo Perú pensó en comprarlas, además, las cadenas de abastecimiento de partes estaban estresadas”, explicó Villanueva.

Fuente de la noticia: https://elpais.com/internacional/2020-08-01/la-educacion-perdida-de-las-regiones-rurales-de-peru.html

 

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