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Entrevista: «Si nos quedamos en casa, no tenemos cómo sobrevivir y si salimos a buscar cómo subsistir nos arriesgamos a contagiarnos… es un dilema muy perverso»

Por: Silvia Arana.

En la sexta entrevista de la serie, una joven estudiante cuenta que en su barrio no se han realizado fumigaciones indispensables para combatir el mosquito transmisor del virus que causa el dengue, enfermedad endémica de la región, cuyos síntomas tienen similitudes con el COVID-19. Esto incrementa el pánico en la población.

Entrevista a L. S., estudiante universitaria. Reside en Jardines del Salado, Guayaquil.

1) ¿Cómo describiría el nivel de organización del municipio de Guayaquil frente a la epidemia? ¿Le transmite seguridad?

NO, no me logra trasmitir seguridad, pues el proceso de acción fue tardío ante esta epidemia que iba en crecimiento cada día. La municipalidad no movió ni un dedo hasta que ya fue demasiado tarde, y aún sigo creyendo que no está dando el cien por ciento de su labor, pues decidió dejar en manos del gobierno nacional todo el trabajo, y no se responsabilizó por tomar medidas adecuadas a tiempo.

Comenzando, porque las únicas limpiezas de transporte que ha hecho la municipalidad son de las metrovías, y no proporcionando a los transportes públicos y a la ciudadanía seguridad al utilizar los otros medios de transportes como buses, taxis, furgonetas y transportes de carga. Sumándole a esto, las fumigaciones que se han hecho por sectores seleccionados, que no logran cubrir las necesidades de los barrios más alejados de la ciudad, ya que no solo tememos a la nueva pandemia, sino a distintas plagas que azotan en este invierno, que hacen preocupar aún más, ya que la similitud que existe entre los síntomas de estas enfermedades (dengue, por ejemplo) y la nueva pandemia, es alarmante; haciéndonos preocupar por las distintas manifestaciones que presentan en nuestros cuerpos, provocando así el pánico en la población.

2) ¿Qué piensa del rol del gobierno nacional en asistir a la ciudad y a la provincia del Guayas durante la pandemia de coronavirus?

Es decepcionante, desde el inicio de la pandemia nunca estuvieron atentos a la ciudad ni a la provincia del Guayas. Creo que si desde que se supo del caso cero se hubieran tomado medidas de precaución, el panorama sería diferente. Lamentablemente tuvimos que ser el mal ejemplo ante la sociedad internacional para que recién recapacitaran y pudieran poner en marcha la supuesta “ayuda” que se está brindando y el protocolo a seguir; la impotencia y frustración fue muy grande al saber que no se hacía nada, hasta que fueron expuestos por dichos medios. Antes de eso el gobierno nacional trataba a la información que se presentaba por redes sociales de «falsas» y «complot de correístas», que solo tenían el propósito de desestabilizar al país; ignoraba las declaraciones de la ciudadanía por redes sociales; aquellas personas solo tenían el propósito de manifestar su dolor e impotencia, al ver que ni el gobierno ni la municipalidad de Guayaquil mostraron preocupación ante esta grave pandemia.

3) ¿Ha podido adquirir víveres y remedios sin problema en los lugares de abastecimiento de su vecindario? ¿Se ha podido guardar la distancia recomendada entre las personas evitando las aglomeraciones?

Es difícil, ya que lamentablemente las tiendas no se abastecen con las diferentes mercancías, haciendo que se aprovechen de la situación para subir el precio de los productos más básicos, como los huevos, el verde, los limones, queso, algunas verduras, entre otras; dada la dificultad de obtenerlos en la ciudad, pues los mayoristas que los abastecen ya casi no llegan a estos lugares. En las tiendas del barrio la distancia no es respetada del todo y por todos, pues debido a este desabastecimiento, la gente intenta conseguir lo más rápido los alimentos para regresar a sus casas antes del toque de queda o que se agoten. En los supermercados el panorama no es muy diferente, ya que afuera se logra respetar  de alguna manera esta distancia por parte de algunas personas, pero la situación es diferente en el interior, ya que debido al apuro de ciertas personas por salir de esos lugares, pierden la noción de la distancia y el orden e irrespetan estas medidas al momento de andar por los pasillos de los supermercados o en las propias cajas registradoras.

4) ¿Tiene familiares o vecinos afectados por el coronavirus?

Hasta el momento no. Y deseo que así se mantenga.

5) ¿Qué piensa sobre los hospitales y centros de emergencia públicos y/o privados de la ciudad?

Fatal, realmente pienso y siento que la prioridad no es el pueblo. La falta de aseo y la precariedad de la atención y de la administración de los diferentes espacios hacen que se marque una clara incompetencia por parte de las gestiones administrativas de los hospitales públicos del estado como el IESS de Guayaquil, en el cual se ha visto como la falta de organización ha provocado un colapso en su sistema de atención, teniendo que atender de forma improvisada en espacios que no son adecuados para el tratamiento del COVID-19. Un ejemplo de esto son las largas filas de espera afuera del establecimiento,  dando así como resultado las lamentables e irreparables pérdidas de nuestros queridos familiares y allegados.

6) En su opinión, ¿la deficiencia del sistema de salud pública de Guayaquil es el mayor problema para confrontar la epidemia? ¿O piensa que el mayor problema es otro? ¿Cuál?

En mi consideración pienso que estos espacios deberían estar adecuados para contener y combatir esta grave pandemia, pero lamentablemente no es así,  la precariedad de la institución, se ve reflejada por el poco interés del personal administrativo para ejercer un verdadero control en las actividades dentro de los hospitales, creando así un desempeño laboral ineficiente, que marca preferencias solo para ellos mismos y no salvaguarda la salud y la integridad de las personas que asisten día por día a estas instituciones, sin mencionar el desinterés de unos cuantos especialistas de la salud, que no tienen una devoción por la vida de los paciente que se encuentran afrontando esta enfermedad. Aparte del poco empeño del personal de limpieza, que no logra desempeñar sus actividades laborales correctamente, haciendo que la gente se enferme aún más por asistir a estas instituciones, en donde el ambiente de trabajo no es adecuado, ya que este tiene que ser lo más limpio posible. Pero no todo el peso recae en el personal que se encarga de la salud, sino en la poca ayuda del gobierno nacional que no proporciona los insumos adecuados que otros tantos personales médicos piden a gritos, para salvaguardar su vida y la de las personas que enfrentan al COVID-19.

Barrio Jardines del Salado en cuarentena y toque de queda. Foto de L.S.

7) ¿Sigue recibiendo el mismo salario con la cuarentena y suspensión laboral o se ha quedado sin ingreso?

No, soy una estudiante universitaria y me he quedado sin ingresos debido a eso, estoy sobreviviendo con los pocos recursos que tenía antes de la cuarentena.

8) Si es un trabajador independiente, ¿puede seguir trabajando en esta situación?¿Y los integrantes de su familia más cercana?

Casi todos mis familiares están en la misma situación, debido a que ninguno cubre las modalidades de trabajos permitidos por el gobierno.

9) ¿Cuánto tiempo más cree que podrán subsistir (económicamente) en estas condiciones de cuarenta y suspensión laboral?

Incalculable, lamentablemente es una situación que no sabemos qué será de nuestro destino, si nos quedamos en casa, no tenemos como sobrevivir y si salimos de casa a buscar la forma de como subsistir nos arriesgamos a contagiarnos y a contagiar a nuestros seres queridos, es un dilema muy perverso. El gobierno dice beneficiar a los más necesitados, pero habemos una lista muy larga de personas que no somos favorecidos con ningún tipo de subsidios.

«Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador» consiste en una serie de entrevistas a residentes días posteriores a que su ciudad estuvo en la primera plana de las noticieros internacionales por los muertos sin sepultura y sus familiares clamando por ayuda a un Estado aparentemente inexistente. Trabajadores, artistas, estudiantes, docentes comparten sus vivencias en la ciudad que es el centro económico y financiero más importante del país, y que paradójicamente también es la ciudad con mayor concentración de pobreza. Se estima que un 17% de los 2.700.000 habitantes de la urbe viven en condiciones de pobreza. Recostada sobre las aguas terrosas del río Guayas, con un clima muy cálido y húmedo que no hace mella en la actividad intensa y el carácter hospitalario y amable de sus habitantes, Guayaquil tiene la mayor densidad de población del país y el sistema de transporte público con mayor cantidad de usuarios. Estos elementos unidos a las profundas deficiencias del sistema de salud pública nacional cuyo presupuesto fue reducido un 36% en el último año y la desorganización de una alcaldía de corte marcadamente neoliberal son factores que ayudarían a explicar por qué la ciudad concentra el 70% de los casos de COVID-19 en Ecuador, y la mayor cantidad de contagios per cápita en toda América Latina.

Fuente de la entrevista: https://rebelion.org/dolor-e-impotencia-al-ver-que-ni-el-gobierno-nacional-ni-la-municipalidad-de-guayaquil-mostraron-preocupacion-ante-esta-grave-pandemia/

 

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Chile debe educar a Chile

Por: María Victoria Peralta.

En estas últimas semanas con motivo de la cuarentena que deben mantener las familias chilenas para el resguardo de su salud, una nueva situación se ha presentado a nivel nacional: el desarrollo del año escolar en los hogares.

No es menor el tema, cerca de 4 millones de párvulos, escolares y jóvenes están en sus viviendas y bajo variadas condiciones tratando de realizar algún tipo de actividad que no los lleve a perder el año de estudios.

Por supuesto, las diferencias y las enormes brechas se presentan una vez más.

Unos están en cómodas casas, con buenos computadores y conexiones, pudiendo recibir clases on line casi igual que de manera presencial y siendo parte de todo tipo de plataformas y experiencias virtuales que enriquecen su formación.

Otros, la mayoría del país (municipales y particulares subvencionados 88%), están en estrechos hogares, con familias muy comprometidas por el sustento diario, con alguna forma precaria de equipamiento y conexión  en el mejor de los casos, tratando de subirse a la plataforma del MINEDUC  “Aprendo en línea” o comunicándose con algunos de sus profesores o compañeros para tratar de hacer alguna actividad escolar. Y ya llevamos un mes así.

Esta situación ha llevado a que diversas organizaciones sociales lideradas por el Colegio de Profesores, impulsemos una petición nacional para que la televisión abierta, pública y privada, se ponga al servicio del país, y realice televisión educativa en algún horario adecuado.

Todos los hogares tienen televisión, por lo que se puede llegar a todos los estudiantes por este medio.  Ello, es un tema “ético” ha dicho el profesor Aguilar, y en efecto, lo es.

El Mineduc, el Consejo Nacional de TV y algunas organizaciones han estado trabajando en iniciativas que se valoran, pero es necesario un impulso mayor y sistémico por parte de todos quienes tenemos responsabilidades para que esta iniciativa se haga realidad.

Sabemos las dificultades que tiene la televisión comercial en estos momentos y los problemas que están pasando muchas empresas, pero qué buen rating e inversión es la de 4 millones de espectadores y sus familias. Hay que pensarlo.

Ya es hora de que Chile, dentro de toda esta tragedia que estamos viviendo ponga al centro de su quehacer la educación de las nuevas generaciones, que es en definitiva la razón para la cual queremos salud, vida y sustento. Es el “para qué” de todo nuestro actuar.

Por cierto, los objetivos y contenidos oficiales priorizados para cada nivel educativo deben estar en esta propuesta, aprovechando mucho de las clases que ya están hechas televisivamente en el país y en el extranjero, pero también debemos avanzar para realizar ese gran cambio que deseamos hace mucho de la educación y que no hemos logrado instalar.

Es central propiciar una formación más humana, centrada en valores, en el bien común, en formación ciudadana, en el desarrollo sostenible o en estilos de vida saludable, que es todo lo que nos está fallando en nuestra sociedad.

Por eso, nuestra propuesta es organizar un “Chile Educa a Chile”, donde en un diseño sistémico y articulado, se integren en torno a una televisión educativa en los canales abiertos y de cable, los diversos agentes educativos y se ofrezca a la comunidad en forma generosa, sin personalismos que es lo que nos divide, sino como una tarea social de todos.

Por supuesto que los responsables “oficiales” deben encabezar esta red, y abrirse a los otros protagonistas, los que están en la realidad del diario vivir, y a su vez el mundo empresarial, debe disponerse a ceder espacios televisivos y patrocinar otros nuevos, que pueden ser muy vistos.

Por eso, el Chile debe Educar a Chile como título de esta columna, tiene que transformarse a la brevedad en el “Chile Educa a Chile”, sin más dilaciones.

Podemos hacerlo dejando ciertos protagonismos y uniéndonos en esta causa por nuestros niños, niñas y jóvenes, el Chile de hoy y del mañana, que no puede farrearse una mejor educación.

Fuente del artículo: https://opinion.cooperativa.cl/opinion/educacion/chile-debe-educar-a-chile/2020-04-13/112734.html

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Chile: Expertos analizaron debilidades de educación a distancia y coinciden en que «no estamos preparados»

América del Sur/ Chile/ 21.04.2020/ Fuente: www.elmostrador.cl.

A los problemas de conectividad que poseen muchos estudiantes, especialmente los  de menores recursos e incluidos los residentes en zonas rurales, se suma la insuficiente capacitación de los docentes, sobre todo los de mayor edad. «En este contexto, los sistemas educativos en todos sus niveles no están preparados para la educación a distancia. Los docentes se formaron para dar clases en forma presencial, no online, además no se capacitaron. Si bien se les ha impuesto hacerlo y se están creando repositorios y el ministerio lo que ofrece es un repositorio de recursos virtuales, nadie se está haciendo responsable de crear una escuela online y entornos virtuales de aprendizaje», sentenció el académico de la Universidad de Santiago, Juan Silva.

Chile no está preparado para brindar educación virtual –a nivel básico, medio ni superior– en tiempos del coronavirus. Esa es la conclusión de varios académicos de diversas universidades y expertos en el tema ante la medida adoptada de brindar enseñanza remota a los 3,5 millones de escolares y 1,1 millón de universitarios que están sin clases presenciales, debido a la pandemia.

A los problemas de conectividad que poseen muchos estudiantes, especialmente los de menores recursos e incluidos los residentes en zonas rurales, se suma la insuficiente capacitación de los docentes, sobre todo los de mayor edad. «En este contexto los sistemas educativos en todos sus niveles no están preparados para la educación a distancia. Los docentes se formaron para dar clases en forma presencial, no online, además no se capacitaron. Si bien se les ha impuesto hacerlo y se están creando repositorios y el ministerio lo que ofrece es un repositorio de recursos virtuales, nadie se está haciendo responsable de crear una escuela online y entornos virtuales de aprendizaje», sentenció el académico de la Universidad de Santiago, Juan Silva.

A eso se suman problemas de orden práctico, por ejemplo, contenidos que no se pueden dictar de manera virtual, como los laboratorios de física, química o educación física. Sin embargo, a pesar de las falencias, los especialistas también afirmaron que esta crisis es una oportunidad para reforzar los programas virtuales existentes.

La académica de la Universidad de Concepción, Marcela Varas, señaló que las condiciones mínimas para la educación virtual son contar con un espacio tranquilo, un dispositivo adecuado –notebook, tableta o computador de escritorio con una pantalla de buena resolución–, con una buena conexión a Internet, estable y con un ancho de banda de unos 512Kb. «Considerando los índices de vulnerabilidad, sospecho que son muy pocos los estudiantes que cuentan con las condiciones adecuadas en esta contingencia. El problema del acceso a Internet empeora en comunas rurales o alejadas», recalcó.

«La situación en que estamos no la elegimos y, considerando eso, me parece que Internet es una tremenda oportunidad para que los profesores sigan vinculados con sus estudiantes y para generar oportunidades de aprendizaje en este tiempo», reflexionó la experta de la Universidad Católica, Magdalena Claro. Eso sí, admitió que «para eso hay que repensar las actividades que se dan a los estudiantes, considerando el contexto virtual y las diferencias de acceso».

Conexión insuficiente

Chile es uno de los países más interconectados de Latinoamérica y con un alto uso de aplicaciones digitales, pero eso no implica que se tengan las competencias para un uso educativo, alertó José Albuccó, académico de la Universidad Cardenal Raúl Silva Henríquez. «Acceder a la virtualidad y su información no es sinónimo de aprendizaje. La pandemia de COVID-19 es, entonces, una oportunidad para que la comunidad educativa use estos recursos en bien de la adquisición de las competencias educativas que cada nivel implica», dijo.

Un problema no menor es que la conectividad a Internet no está garantizada para toda la población, incluidos los estudiantes. «El acceso a Internet es variable en cuanto a cantidad y calidad, además de las regiones y las clases sociales (…), pero no necesariamente calidad, porque, si vives en la periferia, por más recursos económicos que se tenga, la Internet no llega o es de mala calidad», apuntó Silva.

Al respecto, la experta de la UC agregó que «dada la situación actual de cuarentena, lo relevante serían cifras de acceso a Internet en los hogares de los estudiantes y sobre eso no hay datos».

Según cifras del Ministerio de Desarrollo Social de 2019, 632 localidades distribuidas en 170 comunas del país no poseen acceso a Internet, lo que implica más de 76 mil personas sin conectividad digital. Dichos datos son liderados por la Región de La Araucanía con 136 sectores, seguida de la Región de Los Lagos con 107 y Coquimbo con 70. Incluso, en la Región Metropolitana hay dos sectores donde no se puede acceder a la web.

Para Albuccó, si se mira por ciclo educativo, también se dará una segregación en la conectividad y calidad del acceso de acuerdo a dónde estén matriculados los estudiantes, según la escuela o la universidad a la que pertenezcan.

La académica de la Universidad de Concepción, Marcela Varas, señaló que las condiciones mínimas para la educación virtual son contar con un espacio tranquilo, un dispositivo adecuado –notebook, tableta o computador de escritorio con una pantalla de buena resolución–, con una buena conexión a Internet, estable y con un ancho de banda de unos 512Kb. «Considerando los índices de vulnerabilidad, sospecho que son muy pocos los estudiantes que cuentan con las condiciones adecuadas en esta contingencia. El problema del acceso a Internet empeora en comunas rurales o alejadas», recalcó.

Así, aunque en esta contingencia no ve otra opción, Varas afirmó que es necesario trasparentar que en muchos casos no se podrá llegar con los programas educativos.

«Lo principal es entender que los profesores no pueden pretender pasar toda la materia en forma normal (…), hay que concentrarse en lo fundamental, tener paciencia y tolerancia con los estudiantes que tendrán más problemas –conectividad, concentración en casa, etc,–. Será un enorme esfuerzo de todo el sistema educativo», acotó  José Miguel Piquer, de la Universidad de Chile

Capacitación insuficiente

Aparte de este tema de conectividad, hay otro factor, el que los docentes no tienen suficiente capacitación para enseñar sus contenidos de manera virtual. «Mientras mayor es la edad promedio, menos digitales son», sintetizó Piquer.

Punto en el que coincidió Silva. «Los profesores de todos los niveles educativos, incluidos los de educación superior, no están capacitados. La gran mayoría no posee competencias para una docencia online efectiva. Algunos han sido tutores de cursos online, pero no es lo mismo. El diseñar espacios virtuales no es sencillo, se requiere formación y experiencia».

Para Varas, eso se debe a que la enseñanza virtual no había sido tan necesaria como hasta ahora. «Los profesores tienen conocimientos y capacitación en la elaboración de material didáctico de apoyo, el uso de tecnologías de información para apoyo educativo, pero muy pocos tendrán experiencia suficiente en una modalidad 100% virtual», añadió.

«Aún tenemos el modelo clásico de aprendizaje en aula, la relación profesor-estudiante en forma directa en un espacio físico concreto», puntualizó Albuccó.

Contar con los dispositivos de virtualidad no asegura un exitoso proceso de enseñanza-aprendizaje, si no se cuenta con una arquitectura de soporte computacional que asegure la estabilidad de las plataformas que utilicen los profesores. Muchos docentes que son innovadores en las metodologías a distancias, ven frustrado su trabajo y esfuerzo en la preparación de los módulos de aprendizaje por la inestabilidad de las plataformas, que es –para Albuccó– otra forma de segregación en la calidad.

«La educación a distancia se realiza generalmente como tutorías en que el estudiante es el que debe ser dueño de su aprendizaje, es responsable primero de su educación, los docentes son tutores que colaboran en los aprendizajes, ayudan a avanzar modelando el aprendizaje. Entonces el estudiante es más activo, desde que enciende el computador, se conecta y revisa lo que debe aprender, realiza preguntas y luego la evaluación, con una constante retroalimentación de su docente. Esto implica mucho tiempo de preparación de material, lecturas, cuestionarios, videos, etc. Luego, el acompañamiento de cada estudiante, lo que muchas veces es más tiempo, sobre todo la primera vez, como pasa en esta oportunidad», explicó Albuccó.

En Chile no hay casos de colegios que estén haciendo solo educación virtual, ni tampoco las facultades de educación se han planteado un escenario tan extremo como el actual. En lo que sí están capacitando desde la Facultad de Educación de la UC es en la metodología de clase invertida, que, dicho de manera simple, supone trasladar los contenidos al espacio virtual –videos, lecturas, screencasts, entre otros– para dar tiempo dentro de la sala de clases para un aprendizaje más activo de ejercitación, aplicación, colaboración, entre otros.

«Sin embargo, este es un trabajo reciente y hay unos pocos ejemplos de colegios privados en Chile que han aplicado esta metodología en algunas de sus clases. En ese sentido, prácticamente no existe experiencia de enseñanza virtual en el mundo escolar», admitió Claro.

Contenidos a enseñar

Solo algunos contenidos pueden ser transmitidos de manera virtual, ya que hay habilidades, como las sociales, que dependen de la interacción propia como la presencial. «Para las (materias) más teóricas será más sencillo que las prácticas», comentó Silva.

Albuccó coincidió en que las más complicadas son todas aquellas áreas de las disciplinas que requieren el desarrollo de competencias y habilidades in situ, como las artes, ámbitos de la salud o de las ciencias que necesitan la experiencia de laboratorio.

A esto se suma que la enseñanza personal, las vivencias, experiencias y emociones no son virtualizables de manera sencilla, según Varas.

Para Claro, el espacio virtual favorece la entrega de contenidos, pero limita las posibilidades de interacción, aplicación, experimentación, entre otros. Si bien se pueden generar algunas oportunidades de este tipo, como por ejemplo hacer una discusión en una videoconferencia o un foro, dadas las distintas condiciones de acceso, estos encuentros no siempre son muy fluidos, afirmó.

El proceso educativo es más que contenido y habilidades tecnológicas: tiene un importante proceso de socialización, lo que implica el desarrollo de competencias sociales, culturales y ciudadanas, recalcó Albuccó: «Hay instituciones que están dispuesta a perder eso y solo ser un medio de recursos de capital humano para la economía y no del desarrollo humano integral».

La académica Varas advirtió que»en el contexto de esta contingencia, que encuentra al sistema educativo nacional sin las herramientas, capacidades y recursos, se podrán lograr los aprendizajes cognitivos con algún grado de facilidad, pero las habilidades de pensamiento superior, las que se logran a través de la discusión, experimentación y el intercambio con otros, se podrían postergar para el segundo semestre o después de la pandemia».

En ese sentido, dijo que «los profesores ingeniosos sabrán cómo motivar a sus estudiantes y lograr sus aprendizajes, pero los profesores, como todos, están viviendo su propia cuarentena y hay que tener en cuenta que también deben contar con las condiciones para poder trabajar».

Métodos de enseñanza

Actualmente, ya hay una serie de métodos para la enseñanza virtual como video, conferencias, chats, mails, foros, blogs y creación de videos, entre otros. Por la experiencia que ha tenido Silva, lo más usado es una plataforma que articule la entrega de materiales y el uso de las herramientas de plataforma, que se puede complementar con videollamadas. El mail, en cambio, es lo menos aconsejable, porque no queda la interacción en un solo lugar.

En palabras de Varas, para lograr aprendizajes en modalidad no presencial se deben utilizar recursos diversos como se hace en una clase presencial y aprovechar las ventajas de la tecnología, en el uso de wikis o creación de documentos compartidos, simulaciones y animaciones.

En tanto, para la entrega de contenidos se pueden usar videos y dejarlos disponibles en alguna plataforma de streaming. Para discusión y retroalimentación, se pueden usar videollamadas, audiollamadas, foros de discusión, correos electrónicos.

Hay plataformas –LMS Learning Management Systems– que están especialmente diseñadas para que las instituciones educativas manejen el proceso de aprendizaje de sus estudiantes, y estas plataformas proveen muchas herramientas de apoyo. Incluso, hay varias que no requieren pago. «Lo importante es considerar los objetivos de aprendizaje y diseñar secuencias didácticas combinando diferentes métodos», complementó Claro.

Por ejemplo, una clase expositiva puede ser transformada en un video o screencast que los estudiantes pueden consultar en alguna plataforma que se disponga para el curso. Aquí, sin embargo, es fundamental entender que no se puede hacer un video con una exposición estática de 45 minutos o una hora: en general se recomienda hacer videos de entre 7-12 minutos.

Esto implica revisar la materia y seleccionar los nudos críticos, además de subdividir por temas y producir videos separados para cada uno de ellos. Estos contenidos se pueden complementar con otros recursos, como lecturas o videos disponibles en Internet.

«Luego, si teníamos planificado realizar una actividad de discusión en clases, se puede hacer en una videoconferencia breve –45 minutos a una hora–, que permite hacer la discusión de manera sincrónica, o foros, si nos parece que puede hacerse de forma asincrónica», explicó Claro.

Un trabajo grupal puede organizarse con herramientas de creación de grupos que tienen algunas plataformas y que permiten trabajar de manera sincrónica o hacerlo de manera asincrónica, pidiendo a los estudiantes que se coordinen aprovechando sus redes sociales o herramientas para trabajar documentos de manera colaborativa. En todas estas actividades, agregó la académica de la UC, el rol del docente es clave para estructurar, guiar, retroalimentar y acompañar.

«Pero la pregunta, más que por el método, es por el propósito y objetivo educativo que se pretende lograr. La sabiduría que el profesor debe tener es elegir los métodos más adecuados para aprendizaje del estudiante. Cantidad no es calidad y esa calidad debe ser inclusiva para las personas con capacidades diferentes», remató Albuccó.

Dificultad por niveles

A esto se suma la diferencia según el nivel de enseñanza de los estudiantes. En ese sentido, son las mismas que en presencial, pero acentuadas: mientras más jóvenes, más difícil es retener su atención y comunicar directamente con ellos, según Piquer.

Por eso, es más sencillo con los estudiantes mayores. Hay universidades online en el mundo que dictan sus carreras en esta modalidad, lo mismo para el área técnica, «pero ya en primaria y secundaría es menos pertinente, pues hay menos autonomía, sobre todo en los más pequeños, que no saben leer, no manejan el computador», afirmó Silva.

La educación primaria pone en contacto al niño o niña con los aprendizajes y contempla la enseñanza de hábitos, socialización, respeto, corresponsabilidad, que en forma virtual es más difícil de modelar. En cambio, «en la educación universitaria este es un recurso muy usado, aunque existen competencias que necesitan modelamiento con prácticas y capacitaciones efectivas y pertinentes para cada disciplina en las universidades», recalcó Albuccó.

Más allá de los problemas de las actuales circunstancias por la pandemia,Varas precisó que la educación y la tecnología son aliados y que la necesidad hará que, tanto los profesores busquen y generen material de apoyo, como que los estudiantes ordenen su tiempo.

«La situación actual nos ha forzado a pensar en las oportunidades para el aprendizaje que existen en el espacio virtual y para muchos docentes aprender a usar varias de las herramientas que están disponibles por primera vez», afirmó Claro.

En este plano, agregó que «la gran mayoría habrá tenido que probar algunas herramientas digitales y en ese sentido tendrá una experiencia de enseñanza en línea. Creo que, luego de esto, muchos docentes y estudiantes tendrán más claro cuál es el aporte que hace al aprendizaje el espacio virtual y qué aspectos de la presencialidad, sencillamente, no se logran reemplazar. Sin duda, eso significará que muchos sigan usando las herramientas descubiertas en este período y se abrirán a seguir explorando estas oportunidades».

Silva, en tanto, indicó que «esperaría que después de esto se tome más en serio la formación virtual, las instituciones fortalezcan esta área, existan en el país universidades, institutos, escuelas en modalidad virtual o al menos que complementen la presencialidad con la virtualidad. Es una gran oportunidad para formar a los docentes, a los estudiantes, para estar preparados para la enseñanza virtual».

Otros, como Piquer, creen incluso que el futuro de la educación es totalmente digital y a distancia. «Esta pandemia cambiará nuestra forma de vivir para siempre. En muchos niveles. Pero en el uso y valorización de la tecnología, para mí, es claro que será radical», concluyó.

Fuente de la noticia: https://www.elmostrador.cl/cultura/2020/03/30/educacion-a-distancia-para-millones-en-plena-crisis-sanitaria-expertos-advierten-que-no-estamos-preparados/

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Pasar de curso

Por: El Diaro El País. 

 

El Ministerio de Educación y las comunidades autónomas acordaron esta semana los términos en los que se procederá a la finalización del curso académico. Los alumnos de todas las etapas, desde primaria hasta bachillerato, pasando por formación profesional, promocionarán salvo en casos excepcionales. La fórmula no es un aprobado general, pero se parece bastante. Las circunstancias singulares que han marcado el tercer trimestre escolar, con las aulas vacías y unas precarias condiciones para impartir clases telemáticas, dificultan notablemente la evaluación de los alumnos en la recta final de curso.

No obstante, el acuerdo prevé que los docentes tendrán en cuenta las calificaciones de los dos primeros trimestres a la hora de determinar la nota definitiva y que el último tramo, dedicado a repasar y reforzar contenidos, solo contará para beneficiar al alumno, nunca para perjudicarlo. Esta salvaguarda permite que sean calificados de forma justa, valorando sus logros durante la etapa de confinamiento y sus necesidades de aprendizaje.

Las autoridades educativas coinciden en que, para ocho millones de alumnos no universitarios, repetir curso es una medida excepcional que deberá ser adoptada, y convenientemente argumentada, de forma colegiada por el equipo docente atendiendo a la evolución académica del estudiante antes del cierre de las aulas, hace ya más de un mes. La situación socioeconómica de las familias es un aspecto que no puede quedar al margen, toda vez que condiciona el acceso a la educación online y a las herramientas pedagógicas digitales.

Es de lamentar, no obstante, que las comunidades de Madrid, Andalucía y Castilla y León (presididas por el PP) hayan decidido desmarcarse del documento presentado por el ministerio y se empeñen en exigir al Gobierno que fije el número máximo de asignaturas suspensas para que los estudiantes puedan pasar de curso o titularse. El País Vasco apela a la defensa de las competencias para aplicar su propio plan y Cataluña ultima su particular decreto. La disparidad de criterios en función del territorio redunda, a efectos prácticos, en una evidente desigualdad de los estudiantes, que verán condicionada la obtención de un título o la posibilidad de presentarse a la prueba de acceso a la universidad.

Actitudes como las exhibidas por el PP y grupos nacionalistas ponen de relieve las dificultades intrínsecas a la hora de alcanzar pactos estables y duraderos en el ámbito educativo y sitúan una materia tan sensible en el centro de la rencilla política, una vez más. Perseguir un provecho partidista o actuar con afán de desgastar al Gobierno central en una situación extraordinaria como la actual tiene difícil defensa, más cuando los afectados son niños y niñas.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2020/04/17/opinion/1587138399_750715.html

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España: Educación en la crisis. Intuición ignorante

Europa/ Epaña/20.04.2020/ Fuente: www.laopiniondemurcia.es.,

 

«Sería deseable que las decisiones sobre algo tan trascendente como la educación pública se tomaran por expertos capaces de proponer programas de adaptación y progreso que no dependan del día a día o de lo que ocurra a corto plazo»

«En un alarde de compromiso, esfuerzo y optimismo, profesores y alumnos se han lanzado a un tipo de enseñanza para el que no se les ha preparado técnica ni intelectualmente»

Está claro que el estado de alarma sanitaria que el Gobierno de España decretó hace ya más de un mes ha cambiado mucho y de forma radical e inesperada lo que consideramos normal. Aceptamos con resignación las diferencias con las que cada familia esta viviendo el confinamiento, porque lo vemos consecuencia de la historia personal y familiar. Se activan todos los mecanismos de resiliencia viendo a través de los medios de comunicación y, sobretodo, la ‘ventana indiscreta’ de la televisión, cómo evoluciona la pandemia. Nos sentimos impotentes y asombrados por el creciente número de personas infectadas, enfermos ingresados en UCI y muertos por la infección. Nos resignamos ante la presencia en escena de personajes que hacen gala de la opulencia de sus casas, mientras que nuestro entorno es más reducido y con menos diseño, alentados quizás por el espejismo de nuestra imaginación e ilusiones y el hecho de que el coronavirus nos asusta a todos por igual.

En este escenario de desigualdad hemos aceptado el teletrabajo, sabiendo que no es lo mismo teletrabajar en una habitación con intimidad y con medios informáticos potentes, que en una mesa de camilla con nuestros hijos haciendo los teledeberes y compartiendo unas exiguas velocidades de red. Creo que lo aceptamos porque nos atañe a los adultos dentro de nuestra responsabilidad ciudadana y porque no nos queda otro remedio.

Ahora bien, es vivir en la inopia admitir que estas diferencias de capacidades dentro del ámbito de la familia y su entorno no afectan al desarrollo adecuado de las capacidades de aprendizaje y rendimiento escolar de los alumnos que están sufriendo el confinamiento.

España es un Estado social en el que existe el compromiso de la igualdad de oportunidades cuyo pilar es la enseñanza pública. El acceso igualitario al desarrollo intelectual es el mayor valor de nuestra convivencia social democrática; una sociedad inteligente identifica y asegura el resto de servicios básicos para todos los ciudadanos. Sin este principio y por la falta de oportunidades, es seguro que muchos profesionales no hubiéramos llegado a bachiller y a la universidad. La enseñanza pública presencial equilibra muy significativamente las diferencias económicas y sociales, ya que los alumnos tienen acceso por igual a los medios necesarios para desarrollar sus capacidades. Sabemos también que las diferencias socioeconómicas juegan un papel complementario, pero no es excluyente. La educación pública presencial es un vínculo fundamental de equidad social y, a su vez, motivador para el esfuerzo, puesto que no se ven coartadas las capacidades de los estudiantes.

Estos últimos días se ha abierto el debate sobre qué hacer con este curso escolar tan atípico, con un tercio del programa sin desarrollo presencial. En un alarde de compromiso, esfuerzo y optimismo, profesores y alumnos se han lanzado a un tipo de enseñanza para el que no se les ha preparado técnica ni intelectualmente. También, siguiendo son ese optimismo temerario, las Administraciones están recogiendo datos de conexión, seguimiento, aprovechamiento del programa (todo virtual), con conclusiones dispares según a quien se le pregunte. Pero creo que es necesario imaginar varios escenarios:

1) un estudiante con medios adecuados, intimidad espacial en el hogar y asesoramiento particular;

2) varios hermanos compartiendo medios informáticos entre ellos y con el tele-trabajo de papá y/o mamá, en la mesa de camilla o el comedor familiar, sin acceso a asesoramiento adecuado; y para terminar,

3) alumno en un hogar empobrecido al extremo sin medios informáticos ni capacidad de intimidad en el entorno familiar. Es imposible que se cumpla en ellos el pilar social de la igualdad de oportunidades, como es evidente. Pues bien, hay políticos y Gobiernos que se instalan en la inopia y consideran que el rendimiento escolar en estas circunstancias puede ser evaluado con equidad, cuando para unos ha supuesto un esfuerzo equivalente a un paseo por la playa (escenario 1) y comparado con el de subir una pared vertical sin ayuda técnica (escenario 3). El esfuerzo en cada escenario es absolutamente diferente y es un insulto a la inteligencia natural pensar que una evaluación del rendimiento sería justa. Solo cuando haya aulas de estudio en cada esquina de las ciudades, informatizadas y con profesores de apoyo, podríamos decir que todos los estudiantes pueden acceder a teleenseñanza en igualdad de condiciones. Y este no es el caso.

Me asombra mucho el ver cómo la sociedad acepta estas posturas expresadas por los representantes de la Administración con competencias educativas. No sé por qué no hay una respuesta solidaria y contundente contra tal desatino. Me pregunto si no estamos un poco anestesiados por el confinamiento, o porque tanta noticia WhatsApp/Twiter/etc, nos está haciendo insensibles e inactivos.

En el desarrollo de las capacidades intelectuales, la posibilidad para alcanzar las metas es el motor de la motivación para el esfuerzo personal. La equidad de medios y oportunidades para que cada estudiante alcance el máximo de sus capacidades es un compromiso social, que no puede verse fracturado en ninguna situación. Ahora se está poniendo encima de la mesa que se evalúe por igual el rendimiento escolar que depende de situaciones diametralmente opuestas. Creo que esto significará truncar por motivos arbitrarios (posiblemente en el marco de ineptitud e interés político) las expectativas de muchos jóvenes con capacidad de llegar a ser grandes profesionales. Cualquiera de ellos puede ser quien descubra la vacuna definitiva contra el coronavirus, el remedio contra el cáncer, asegure nuestra seguridad y salud, encuentre la solución a los problemas del hambre y el deterioro medioambiental del planeta; y casi todos ellos serán buenos ciudadanos que harán mejor a nuestro país. No podemos permitir que decisiones de estrategia política nos priven de ello.

Sería deseable que las decisiones sobre temas trascendentes se tomaran por expertos capaces de proponer programas de adaptación y progreso que no dependan del día a día, o de lo que ocurra a corto plazo. Lo que estamos viendo es que las decisiones van en un sentido u otro como reacción a lo que ocurra en el momento inmediatamente anterior a la espera del posterior inmediato. Esto produce una sensación de vértigo, que aceptamos como normal en el caso de la sanidad, que ha de reaccionar ante la urgencia de la enfermedad; pero no entiendo por qué ha de ser así en educación.

Se debería plantear un programa de respuesta y adaptación de largo recorrido y con mucha probabilidad de poder ser aplicado. Por ejemplo, el destino de la EBAU (antes selectividad) es tan incierto que nadie es capaz de apostar a que se pueda celebrar un examen multitudinario en el mes de junio o julio. Sin embrago, no se ha puesto encima de la mesa un plan alternativo a este examen, que sea equitativo y justo. Seguimos esperando hasta el ultimo momento y ya improvisaremos, guiados por la intuición ignorante (como se esta poniendo de manifiesto hasta el momento).

La intuición ilustrada está brillando por su ausencia para la toma de decisiones en educación. Parece que esta intuición ilustrada está siendo utilizada únicamente por los profesionales de la sanidad a pie de cama, menos mal que ahí sí esta funcionando.

Fuente de la noticia:  https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2020/04/20/educacion-crisis–intuicion-ignorante/1108238.html

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Italia renuncia a abrir las escuelas este curso por la pandemia

Europa/ Italia/ 21.04.2020/ Fuente: www.leonoticias.com.

Tras cinco semanas de confinamiento en todo el territorio nacional, Italia comienza a imaginar cómo podrá ser la vida una vez que expire el cerrojazo el 4 de mayo. Mientras parece confirmarse que las escuelas permanecerán cerradas como pronto hasta el próximo curso, los presidentes de 4 regiones (Lombardía, Véneto, Piamonte y Sicilia) presionan al Gobierno de Roma para que no alargue las restricciones y permita la reapertura de las actividades económicas lo antes posible.

La pandemia se acerca ya a los 170.000 contagiados, de los que 40.000 se han curado y 22.000 han fallecido. Más de la mitad de esas muertes se han registrado en Lombardía, cuyo presidente regional, Attilio Fontana, estaría barajando considerar también el sábado y el domingo como días laborables, según informan los medios locales. Se pretenden establecer turnos con jornadas y horarios diferenciados dentro de las empresas para reducir así los flujos de trabajadores tanto en las oficinas como en el transporte público.

Es al Gobierno central al que le corresponde decidir cuándo levantará las restricciones. Antes de tomar esa decisión, el primer ministro, Giuseppe Conte, analizará los pros y los contras con los dos comités que le asesoran: uno formado por médicos y científicos y otro por expertos encargados de proponer nuevas formas de organización laboral. Son cada vez más los sectores que piden una reapertura cuanto antes de las actividades económicas en las empresas donde se pueda garantizar la distancia de seguridad y el resto de medidas para evitar los contagios.

En la llamada ‘fase dos’ se podrían mantener las restricciones a la movilidad de las personas de más de 70 años, las más vulnerables al coronavirus, y a los menores de edad, por la dificultad para que respeten la distancia de seguridad. A los niños y jóvenes les cayó este viernes otra jarra de agua fría al reconocer la ministra de Educación, Lucia Azzolina, que resulta casi imposible que se vayan a retomar las clases en lo que queda de curso.

«El Gobierno tomará una decisión en breve. Pero con la actual situación sanitaria cada día que pasa se aleja la posibilidad de reabrir en mayo. Significaría hacer que cada día se movieran más de ocho millones de estudiantes», comentó Azzolina en una entrevista con el ‘Corriere della Sera’. Respecto al modo de reapertura en septiembre, la ministra informó de que se ha constituido una comisión para estudiar las diversas posibilidades, pues es necesario «un gran proyecto de innovación».

Dentro del sector educativo hay serias dudas de que se puedan retomar las clases presenciales antes de que haya una vacuna contra el coronavirus. «Las personas que frecuentan las escuelas son casi nueve millones. Lo que significa que harían falta nueve millones de mascarillas que habría que ir sustituyendo. Y habría que mantener la distancia de seguridad entre estudiantes, lo que resulta imposible en el 80-90% de las escuelas italianas, porque son muy antiguas y tenemos clases masificadas, las llamadas clases gallinero», advirtió Mario Rusconi, dirigente de la asociación nacional de directores de escuelas, en el canal TV2000.

Fuente de la noticia: https://www.leonoticias.com/internacional/union-europea/italia-renuncia-abrir-colegios-20200417150718-ntrc.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.co.ve%2F

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