Page 170 of 213
1 168 169 170 171 172 213

G20 reconoce que coronavirus expone fallas en sistemas de salud

Mundo/22/04/2020/Autor y fuente: www.telesurtv.net

Ministros de Salud del G20 se reunen por videoconferencia para abordar el impacto de la pandemia en los sistemas sanitarios.

El G20 realizó este domingo 19 de abril, la cumbre de ministros de Salud para comparar experiencias y evaluar las respuestas aplicadas por cada país miembro para mitigar los efectos del Covid-19.

El encuentro virtual fue presidido por el titular de Arabia Saudí, país que ejerce la presidencia pro tempore del mecanismo, Taufiq al Rabia, quien afirmó que ha quedado al descubierto «los huecos en los sistemas de salud y las innumerables oportunidades para mejorarlos».

El ministro de Salud saudí, al Rabia, agregó que se requiere del compromiso de una colaboración global que apoye a países que presentan mayores necesidades en materia de investigación y tecnologías para producir herramientas, vacunas y terapias para mitigar esta o cualquier otra pandemia.

Tras finalizar el encuentro, el G20 emitió un comunicado donde reconocen los estragos de la pandemia que «ha evidenciado la debilidad sistemática de los sistemas sanitarios» y «mostrado las vulnerabilidades de la capacidad de la comunidad global para prevenir y responder a la amenaza de las pandemias».

Por su parte, el representante de Rusia, Mikhail Murashko, resaltó tres puntos importantes para superar la crisis sanitaria: mantener el apoyo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), mejorar los mecanismos de respuesta global para enfrentar este tipo de retos y plantear el problema global del acceso a los suministros médicos.

Murashko señaló que «la pandemia permitirá hoy pensar en la modernización de los sistemas sanitarios, sobre todo para hacer frente a estos retos» en el futuro.

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, también presente en el encuentro, tuvo la oportunidad de gradecer el apoyo del mecanismo a la Organización, así como su compromiso en la lucha contra la enfermedad.

Tedros Adhanom también instó al G20 a “aumentar la producción y la distribución equitativa de suministros esenciales, y eliminar barreras comerciales”.

Fuente e imagen: https://www.telesurtv.net/news/g20-admite-coronavirus-expone-fallas-sistemas-de-salud-20200420-0004.html

 

Comparte este contenido:

OPINIÓN | Morir de COVID – 19 en Nueva York

Por: Tlachinollan

En la zona del barrio de Manhattan, sobre la calle 117, en el quinto piso, vive Reyna. En un departamento con tres recámaras habitado por 9 personas. Desde hace 25 años se casó con Ángel y procrearon cuatro hijos. Durante más de dos décadas Reyna empezó a trabajar en labores de limpieza. Comenta que hay familias ricas de Brooklyn que son las que peor pagan, porque te dan 12 dólares por hora”. Ella, por ser hablante del tu’un savi y del castellano, tuvo la oportunidad de trabajar como perito intérprete en el consulado de México en Nueva York. Posteriormente una agencia privada la contrató por dos años. Con la experiencia que adquirió, desde el año 2000, es perito intérprete en las Cortes de los cinco condados de la ciudad de Nueva York.

Este domingo, con gran pesar nos comentó: Estoy muy triste porque se murió mi esposo Ángel. El lunes 23 de marzo, cuando regresó de trabajar se mojó mucho. Le dije que se quitara su ropa y que se sacara su pelo. Se quejó de que estaba muy cansado y luego se recostó. El martes amaneció con calentura y ya no fue a trabajar si no hasta el jueves. En la casa tomó Tylenol y mejoró un poco. El viernes cuando llegó a trabajar, su jefe le dijo que ya no iban a laborar por tres semanas. Fue en esos días en que anunciaron que se suspenderían las actividades de las empresas. El problema fue que la calentura no se le quitaba. Le dije que fuera al hospital, pero por miedo no se animó. Yo le insistí que tenía que ir para saber qué era lo que tenía.

El sábado fue al hospital y le dijeron que no tenía nada. El médico le indicó que estuviera en su casa por catorce días y que siguiera tomando Tylenol. Así estuvo el sábado y hasta el martes con calentura y dolor de pecho. Él mismo me decía que no se sentía bien y, además, empezaba a tener malestar en su pecho. Yo le puse agua con vapor y vaporub. También le di té y le quemé con un trapo caliente su cuello. Me empezó a preocupar porque ya no respiraba bien.

El martes llamé a una ambulancia para que se lo llevaran de urgencia al hospital. Lo recibieron en el Monte Sinaí. No me dejaron acompañarlo y solo me comentaron que se comunicarían más tarde. Me quedé sola con mis hijos esperando la llamada. El miércoles ninguna persona nos llamó. Por eso el jueves salí a buscarlo, pero para mi mala suerte, nadie me dio información. Más tarde hablé con mi cuñada. Ella es ciudadana americana y le dije lo que estaba pasando. Me consoló diciendo que ella se comunicaría al hospital. Así fue, el viernes por la mañana me dio un teléfono para que hablara con Ángel. Le llamé y le pregunté cómo se sentía. Al escucharlo me alegré porque me dijo que estaba un poco mejor. Solo me cuesta respirar, pero ya estoy bien. Me pidió que le llevara jugo y atole de granillo. Bien recuerdo que eran como las 10 de la mañana. Colgué y le comenté a mis hijos más chicos que su papá ya estaba bien, y que le iba a preparar su atole para llevárselo. También se lo compartí a los familiares de Ángel. Estábamos contentos porque el fin de semana estaríamos en casa juntos. Como a las 12 del día recibí una llamada de un número desconocido. La voz fue de una persona que hablaba inglés y que al mismo tiempo se apoyó de un perito intérprete. Me preguntaron primero si yo era Reyna, la esposa de Ángel. Les contesté afirmativamente y es cuando me dijeron que hablaban de parte del hospital para informarme que Ángel había fallecido. Fue como un golpe en el corazón. No supe que decir. Solo me puse a llorar y ya no pude seguir la comunicación. Al principio no creí en lo que me decían, porque había escuchado su voz y sentía que estaba bien. Es más, sus palabras fueron muy claras y por algo me había pedido lo que más le gustaba; su atole de granillo. No sé qué pasó en esas dos horas. Lo más trágico es que no hay alguien que conteste el teléfono para dar alguna información, que nos ayude a entender lo que pasó. Solo fue la noticia fría, de que Ángel estaba muerto.

Fueron momentos de mucho dolor y de mucha impotencia, porque no hay nadie que te preste auxilio y, además, no te permiten verlo. Solo la familia es la que por teléfono nos contestaba las llamadas y nos consolaba. No hay forma de saber dónde acudir para pedir informes. Lo único que pudo investigar mi cuñada es que buscáramos una funeraria, que tuviera algún espacio para poder cremarlo. Nunca creí que la mayoría de funerarias a las que hablé me dijeran que sus servicios estaban saturados y que no me podían programar una fecha para cremar a mi esposo. Gracias a Dios que encontramos un lugar esta semana.

Ahora viene lo más difícil, porque hay que conseguir el dinero. No hay esperanzas de que el gobierno nos ayude. Tampoco la empresa donde trabajaba Ángel, porque ahorita todo está cerrado y solo se puede hablar por teléfono. Como son oficinas nadie contesta. También hemos hablado al consulado de México y ni ahí nos contestan. Por eso, no hay a quién llamar ni a quién pedirle ayuda. Los familiares de Ángel son los que me van ayudar, porque tengo que pagar este lunes mil 700 dólares para el servicio de cremación. No sé cómo le voy a hacer para pagar ese dinero y para seguir comiendo con mis hijos. Hasta que pague me van a decir el día y la hora de la cremación. Solo espero que me entreguen sus cenizas, para que por lo menos podamos llorar y tener sus restos en una urna. Ojalá nos los puedan entregar, para sepultarlo como es nuestra costumbre. Ya que pase todo lo pensamos traer al pueblo, en Chimaltepec, municipio de Alcozauca, para que esté al lado de sus padres y abuelos.

Vivir en Nueva York en estos momentos del coronavirus es un gran sufrimiento, porque no existes para nadie. No hay una persona que te atienda. Cada quién está encerrado como en una cápsula. Todo mundo busca cómo sobrevivir y protegerse de los demás. No sabemos qué vamos a hacer, porque las autoridades de salud no nos han visitado para informarnos qué medidas vamos a tomar y qué estudios nos tienen que realizar. Además del dolor por haber perdido a mi esposo, quien se vino a Nueva York para darles una mejor vida a sus hijos, ahora nos encontramos también en riesgo. No sabemos si somos portadores del COVID – 19. Nos preocupa porque mi hermano y mi sobrino, con quienes compartimos el departamento, también tuvieron los mismos síntomas, aunque ahora están recuperándose. Nadie nos informa sobre lo que tenemos que hacer, para que no se vaya a repetir la historia de mi esposo.

Apenas una amiga mía que vive en el Alto Manhattan y es de Ixcuinatoyac, municipio de Alcozauca, me habló por teléfono, porque supo de la muerte de Ángel. Me compartió llorando de que su primo también había muerto a finales de marzo. Jhonny, es otro paisano, originario de San José Lagunas que también murió el mismo viernes 3 de abril. A los tres días tuvimos noticia de la muerte de Juan, quién radicaba en el Bronx y que era originario de Lomazoyatl, del mismo municipio de Alcozauca. Por último, nos informaron nuestros familiares que viven en la región, que en el periódico salió que otro paisano de Tlapa de nombre Armando, residente en Queens, también falleció el 27 de marzo.

Por los testimonios que hemos registrado con los familiares de las personas que residen en Nueva York son cinco las que han fallecido por la pandemia del coronavirus. Lo más grave es que los consulados no están proporcionando información sobre estos decesos y mucho menos están documentando y estableciendo contacto con las autoridades sanitarias, para atender a las familias de las personas que han fallecido, para prevenir mayores contagios y proporcionarles la atención médica que requieren. El caso de Reyna es un ejemplo de la desatención y discriminación que enfrenta la población migrante en la gran urbe donde se han reportado 9,385, siendo en su mayoría población latina y afroamericana. Un reporte reciente registra que el 34% es población latina y el 28% población afro, es decir el 62% de las defunciones corresponden a poblaciones marginadas. Se estima que alrededor de un millón de los hispanos en Nueva York son inmigrantes indocumentados sin seguro médico, según estimaciones del gobierno municipal. El mismo alcalde de Nueva York expresó que se trata de una “disparidad flagrante». Es decir, de la profunda desigualdad social y racial que existe en la ciudad más poblada de Estados Unidos, donde la población indígena de la Montaña enfrenta los estragos del COVID – 19, sin el apoyo de las autoridades mexicanas. El sueño se ha transformado en pesadilla para centenas de familias cuya sobrevivencia depende de las remesas que envían los migrantes de Nueva York, que en sus hogares ronda la muerte, y que en su horizonte, pesa la incertidumbre de cómo sobrevivir después del COVID – 19.

Fuente e imagen: http://www.tlachinollan.org/opinion-morir-de-covid-19-en-nueva-york/

Comparte este contenido:

Coronavirus: avances de reflexiones desde la cultura de paz y la noviolencia

Por: Pietro Ameglio

I- Ya no hay dudas: la raíz neoliberal pone en riesgo real a la especie humana

Estamos ante la mayor crisis global humanitaria -en cuanto a la totalidad de afectados directamente- de la historia universal: no hay una persona de los 7500 millones de habitantes del planeta que esté libre de ella. Sus consecuencias irán mucho más allá de la coyuntura, no será algo que “va a pasar pronto si nos aplicamos”, sino que -en gradaciones distintas según las realidades- quedarán potencialmente instaladas acciones, valores o tendencias hacia nuevas formas en los estadios del Orden Social. Se ha instalado casi uniforme y globalmente una “supra-normalidad” ante la emergencia, que se pregona como pasajera aunque no se tiene idea de su temporalidad, pero la “normalidad” que volverá después ya no podrá ser idéntica a la que le antecedió, en aspectos de fondo de cultura-economía-política-sociedad, aunque los conflictos sociales previos seguirán estando allí y deberán enfrentarse. En el caso mexicano, por ejemplo, donde las cifras normalizadas de muertes y desapariciones por la violencia son elevadísimas desde hace más de una década, la guerra de exterminio masivo y selectivo no se ha detenido: el sábado 4 de abril hubo 52 asesinatos (La Jornada, 5-4-20); fueron victimados selectiva y representativamente en estos días el alcalde Obed Durón de Mahahual (Q.Roo), la periodista maría Helena Ferral de Papantla (Ver), y los activistas sociales Isaac Medardo en Jiutepec (Morelos), Benito Peralta en Texcoco (Edomex) y en este preciso momento a Adán Vez Lira, ambientalista de Actopan (Ver).

De fondo en esta crisis, lo primero que ha quedado desnudado es nuestra fragilidad como especie, como sociedades y como individuos, en lo biológico, económico, geográfico, ambiental, en el modelo del mal llamado desarrollo…con la particularidad que toda esta toma de conciencia se ha dado al mismo tiempo. ¡Un absoluto estado de shock! Creíamos vivir en un mundo casi de “seguridad total” para muchas clases sociales relativamente acomodadas, y descubrimos, en cambio, que la única totalidad existente es la inseguridad.

Intentaremos sólo “pensar en voz alta”, desde algunos conceptos básicos de cultura de paz y noviolencia, aunque estas dos ideas estén totalmente relegadas hoy ante las 4 “S” que marcan el orden social: Sobrevivencia-Seguridad-Salud-Solidaridad. Claro que todavía no sabemos nada muy real, son sólo especulaciones, hipótesis, dudas y preguntas recogidas y compartidas por otros muchos más, pero puede ayudarnos el plantearse algunos “inobservados sociales” presentes y futuros.

Como premisa, ha emergido mundialmente, sin discusión, la importancia -ahora sí vital- de guiar acciones y políticas claves del orden social a partir del conocimiento científico de rigor, y la necesidad de ser solidarios con los demás miembros de la especie, pues ahora sabemos que la sobrevivencia no es sólo un acto individual. Es indiscutible la necesidad, urgencia y obligación moral y física de seguir las indicaciones científicas ante el virus en su cura, prevención y propagación: quedarse en casa, higiene total, sana distancia, atención especializada hospitalaria…También es cierto, e importante, tomar conciencia de que puede haber matices o divergencias en las opiniones científicas, y hay que ser capaces de construir conocimientos comparados e integrados. Uso adrede la palabra “conocimiento” -exige procesar y contextualizar la información- para distinguirlo de la simple “información”, pues ésta sola en sí misma -aunque sea en grandes volúmenes- no es suficiente, y por el contrario muchas veces está construida desde el poder y los medios, para que precisamente la gente se sature, desanime, aterrorice, obedezca ciegamente y no entienda la verdadera realidad.

A su vez, el neoliberalismo ha “quedado desnudado” frente a la totalidad de las poblaciones, en sus mentiras o medias verdades en cuanto a la perversidad de colocar al libre mercado y las ganancias -de minorías- frente a las grandes necesidades de las masas y el medio ambiente, generando y ahondando permanentemente las desigualdades sociales. Se está evidenciando que se trata de un modelo económico que pone en riesgo la continuidad de nuestra especie. Y agregaría con poca esperanza, que cada vez es más evidente que con este modelo de desarrollo y devastación ambiental y humana, estas crisis biológicas, humanitarias, sociales y económicas ya no podrán detenerse y serán cada vez más cíclicas. El Covid-19 en su origen tocó y desnudó una de las bases más profundas del sistema capitalista actual, como bien sostiene una activista mexicana en EU: la alimentación animal. Fue transmitido por una mutación animal a humana, en un mercado de animales. En el modelo de nuestra alimentación, ligada íntimamente a la devastación ambiental del planeta, está unas de las raíces más centrales, degradadas y peligrosas para la sobrevivencia de la especie. Ahora eso ha quedado mucho más evidente, y no se toca ese problema para nada en todas las discusiones políticas y mediáticas, porque no se está dispuestos a poner en tela de juicio ese aspecto. He ahí una lucha fundamental para la etapa que seguirá, porque ahora ya sabemos que no es sólo una postura elitista de pocos conscientes, sino de sobrevivencia.

¿Creemos verdaderamente que con la vacuna acabarán estas mutaciones de virus? Así llegamos a una pregunta más profunda, ineludible, con la que tendremos que acostumbrarnos a convivir: ¿qué nos garantiza que en los próximos meses no habrá otra mutación de virus, igual o peor? Creo que, en este sistema y desarrollo es más probable que sí a que no. Estamos entrando tal vez en otra etapa de la humanidad en la relación dialéctica y biunívoca entre ser humano-naturaleza, y si no se realizan cambios de fondo en nuestro modelo actual, la que aumentará no será sólo la curva de muertos por región o país, sino la de la destrucción de la especie en su conjunto.

Una de las mayores banderas neoliberales sacralizada -las privatizaciones- constituye una de las principales causas de esta catástrofe humanitaria que vivimos: se han desmantelado mundialmente los sistemas de salud pública por décadas, y ahora no hay capacidad de ningún tipo para atender tantos casos a la vez. Otra gran debacle de este sistema-mundo, está en la fragilidad y precariedad de su aparato industrial y laboral flexible, donde la crisis de desempleo, comercio, servicios y producción será pronto inimaginable, con las debidas consecuencias inmediatas en hambre y violencia masiva. En un país como México, sumido en una guerra de más de diez años por el monopolio del delito organizado en cada poblado, imaginemos lo que eso puede significar para una sociedad donde, como dicen investigadores de la Unam: “el narcotráfico es el que genera más empleos: 600 mil” (La Jornada, 17-7-11).

Asimismo, uno de los dos principales motores industriales del capitalismo, y ejes de la cultura de seguridad que instala, es el armamentismo, donde se busca vayan las mayores inversiones de los países. Ahora nos preguntamos, ¿de qué sirven esas inversiones descomunales frente a nuestra sobrevivencia y cotidianidad? Como bien dice una valiosa activista norteamericana: ¿Cómo es posible que gastemos tanto en Defensa y estemos tan In-Defensos?

Para concluir con la evidencia demoledora de la in-humanidad e irracionalidad del desarrollo capitalista neoliberal, estamos asistiendo a la construcción de la mayor “mercancía” de su historia en cuanto a cantidad de gente y consumo: la Vacuna contra el Covid-19. ¿Habrá una persona en el mundo que no la compre? Más aún bajo sugerencia -u obligación- de gobiernos y científicos. ¿Podemos imaginar 7500 millones de humanos comprándola aterrorizados el mismo día? Parece una escena de novela de ciencia-ficción, pero es totalmente real. La vacuna -en un realismo extremo-, es el único medio que realmente podría garantizar que se detenga esta pandemia, porque las otras medidas, tan necesarias, son para mitigarla pero no para detenerla, algo que aparece casi imposible con los niveles de pobreza, hacinamiento, insalubridad de las grandes mayorías de la población mundial.

Por otro lado, en la posmodernidad que vivimos pocos piensan en la sobrevivencia o extinción humana como especie, pues la mirada profundamente individualista está sobre todo dirigida a lo que afecta mi extinción y la de mi entorno. Esta crisis nos ha obligado también -por su carácter global e interdependiente- a pensar más como especie interrelacionada y coligada: lo que pasa en el otro extremo del planeta me afecta, en una Coligación de Destinos para la vida o la muerte. Se está produciendo así un cambio en la idea colectiva de Otredad, y podría entonces estarse tomando conciencia de una nueva dimensión más incluyente de la otredad e individualidad globalizadas. Ya sabemos que el hecho que yo me cuide y cure no es suficiente para mi sobrevivencia ni de la gente cercana, porque si los otros no lo hacen o no pueden hacerlo por sus condiciones sociales, mis cuidados no detendrán en absoluto la pandemia. Mi destino vital depende y está íntimamente ligado al de los otros.

Una de las claves de este proceso de otredad, central en temas de cultura de paz, ha sido la “Proximidad” del hecho social con lo más primario de nuestra identidad: su sobrevivencia; no existe nadie en el planeta que no se sienta en peligro, lo sepa o no. Aunque paradójicamente la mejor proximidad sea la Lejanía. Además, no hay duda que la proximidad de un sufrimiento es lo que más cambios genera en cada uno: la comunidad científica, organizaciones de todo tipo, millones de personas (entre ellas recientemente Greta Thurnberg y su movimiento) han estado por décadas alertando sobre las consecuencias irreversibles para nuestra especie del Cambio Climático, o de una catástrofe nuclear, dos hechos mucho más riesgosos para la especie que el coronavirus, pero pocos les han hecho caso, y menos los gobiernos.

II-¿Encerrarse en casa o pasar hambre? Un problema no sólo de salud sino de principio de realidad y clase social

Profundicemos ahora, con humildad y sin certezas, acerca de algunos aspectos y valores de la cultura de paz y noviolencia que se están observando en este proceso humano global de sobrevivencia-seguridad-salud-solidaridad que nos atraviesa, en el sentido de qué está pasando en el orden social y hacia dónde pueden derivar esas tendencias.

1- Debe notarse que se ha instalado con una enorme fuerza y unanimidad la “Obediencia a priori a la autoridad” -gobiernos y especialistas científicos-, ante el valor supremo de la sobrevivencia y la seguridad. Cierto es que seguir las indicaciones consensadas de los científicos es la única garantía de una lucha efectiva contra este enemigo mortal, y, a su vez, los estados y sus gobiernos son los únicos capaces de lograr la cohesión necesaria para esta acción de “totalidad masiva”. Nadie discute esto, ni propone lo contrario en absoluto. La mayoría de las acciones son necesarias y positivas para el 3er estadio (Piaget) de la co-operación social (igualación y respeto mutuo), pero son instrumentadas desde una cultura del 2° estadio (egocentrismo y respeto unilateral), por varias razones históricas comprensibles de cohesión social en cada realidad, además profundamente presionadas por la emergencia vital, el terror, la prisa de acción del contagio y la letalidad del virus. Eso está claro y aceptado en la coyuntura presente; pero siempre hay algo más adelante para reflexionar…

A su vez, también es cierto que, como concepto y valor de fondo, éste de la “obediencia a priori” representa todo lo opuesto a la tradición y conocimiento de la cultura de paz, noviolencia y autonomía, por lo que exige una reflexión más compleja que decir simplemente que sólo se trata de una excepción temporal por ser una emergencia, que al ser un enemigo tan ignoto, violento e invisible, no queda más que la sumisión a esa “Orden masiva de fuga” (E. Canetti). Sobran experiencias en el orden social donde ha quedado instalado ese valor de obediencia, en aras de la excepcionalidad, y luego es transferido en el futuro inmediato a formas de “sumisión” y “disciplinamiento” de gran inhumanidad. O sea, este proceso inevitable y científicamente consensado de vuelta de tuerca en la cultura de “obediencia a priori a la autoridad”, militarización de los espacios públicos ahora en nombre de la sobrevivencia…podría quedar socialmente instalado mucho más allá del coronavirus. Por ello, nos parece importante no reproducir mecánicamente, por la emergencia y terror, sólo estas formas de obediencia sino sobre todo una “Obediencia Consciente y con Conocimiento” científico plural y comunitario, organizada colectivamente. No debemos dejar sólo en manos del fortalecimiento estatal -ahora parecería necesario sólo temporalmente, pero es una temporalidad que podría ser muy larga pues no tiene fin visible-, ya que se trata sobre todo de un problema colectivo, no sólo de expertos y autoridades en quienes delegar un “respeto ciego unilateral”.

2- El fenómeno cultural y social de fondo que está creciendo es el Aterrorizamiento Social: cada vez más el miedo se va convirtiendo en terror, ante un enemigo invisible, desconocido, inversamente poderoso respecto a su tamaño, imbatible hasta ahora, letal. En el imaginario colectivo, en los medios y los discursos, las curvas empiezan a sobreponerse -se borra su frontera-, la de los contagios se convierte también en la de las muertes, aunque existan diferencias muy grandes entre ambas, desaparece la curva de los recuperados en las comparaciones y análisis. Se construyen permanentes ”ruidos mediáticos” de confusión, por comparaciones sin el mínimo principio de realidad entre países tan diversos como distantes en todo sentido, promoviéndose mecánica, mesiánica e infantilmente medidas de una realidad para otra. ¿Por qué se habla tan poco de los avances de la vacuna?

¿Cómo se combate el terror? Con un “principio de realidad” medible y empírico -distinguiendo las curvas, cifras, tendencias y realidades nacionales, por ejemplo-, y con el verdadero conocimiento científico, que ahora coincide con la necesidad imperiosa del Encierro. De esto no hay dudas. Pero no es lo mismo un encierro de aterrorizamiento y egocéntrico, que uno solidario y constructivo. Además, el encierro es una medida que corresponde sólo para una cierta clase y realidad social; en México -por ejemplo- con la mitad de la población económicamente activa que vive del comercio informal y al día, cómo se le va a pedir a la gente que se encierre, sería como decirles “no coman”. Asimismo, en todos los países del mundo hay miles de millones de personas que viven en espacios físicos, sin agua o de violencia intrafamiliar completamente imposibles de estar encerradas -ni siquiera por horas- o directamente viven en la calle. ¿Qué tipo de encierro y políticas de apoyo se proponen para esta gigantesca porción de nuestra especie?

El encierro, la tecnología a distancia, son medidas indispensables pero que, ni por asomo, pueden hacerse extensivas en forma real y uniforme a la mayor parte de la población mundial, y menos en nuestros países latinoamericanos, africanos y asiáticos. Sin darnos cuenta, hemos normalizado y generalizado el relato mediático oficial-científico, que por supuesto que es altamente indispensable de hacer, pero es también en parte una gran “ilusión social”. Este modelo difundido como la gran panacea de lucha contra el coronavirus es también una burbuja y encierro de clase social, inalcanzable para las grandes mayorías, y que colaborará justamente a aumentar la distancia entre clases sociales, y a ir aumentando la curva de mortandad cada vez más hacia los sectores más pobres e indefensos, para quienes no existen alternativas reales de cuidado preventivo, más que ir a un hospital saturado cuando ya esté contagiado. Y paradójicamente, los más pobres sostendrán –a riesgo incluso de sus vidas-nuestros servicios de encierro: empleados de la basura, supermercados, tiendas, policía, ejército…Para ello, sería muy importante empezar a considerar en las curvas de contagiados y fallecidos, también su identidad social y situación económica.

3- En cuanto a la cotidianidad, lo normal es lo excepcional: quedarse en casa. En un mundo de la mayor Movilidad social que nuca se detiene, se ordena la In-Movilidad. La rutina da la cotidianidad se impone en un mundo que busca permanentemente la Novedad. Todos los días parecerán cada vez más iguales entre sí, al no haber un trabajo en lo externo, espectáculos colectivos, vida social, diversiones, deportes…

En este aspecto está habiendo también un gran desarrollo de las Relaciones Virtuales, de la tecnología a distancia: clases, conferencias, reuniones de empresarios, políticos, científicos, juegos, compras, etc. etc. Un medio que puede aislar y encerrar, como pasa socialmente hoy a gran escala, ahora está sirviendo también para comunicar realmente, para pensar colectivamente, para solidarizarse, para romper el encierro físico, mental y espiritual. Se está así adelantando en los tiempos y en lo masivo, una etapa de la humanidad hacia la que vamos inevitablemente. Pero se trata también de una realidad de exclusión social pues una gran mayoría de la humanidad no tiene ni mínimamente los medios digitales para poderse comunicar así, y quedarán más aislados aún.

El Estrés de todo tipo, por su parte, nos está arrojando a todos en un nivel de incertidumbre brutal, por la impotencia en la propia salud y la de los seres queridos, por la Indefinición Temporal de la crisis, por la inestabilidad laboral…

4- A su vez, todo está sucediendo a una Velocidad demasiado alta, en el cambio de fases, nuevas medidas, etapas…estamos en un permanente estado de Shock (N. Klein), donde no hay tiempo de pensar, organizarse, ante la “lluvia de órdenes como flechas” (E, Canetti). Preguntar o reflexionar puede ser visto enseguida como “egoísmo total”, “atentar” contra los Otros y la especie, traicionarlos, ideologización, estupidez, pero nada más alejado. El conocimiento conciente y la reflexión son la primer arma contra el coronavirus. La velocidad se impone, aunque la medicina obligada sean la In-Movilidad y la Des-Movilización.

5- Se está experimentando también un gran desarrollo mundial en la tecnología digital de la Vigilancia, donde habrá un “salto de calidad” notable, igual que sucede en las guerras con la industria armamentista. Esta es una guerra viral. Puede quedar totalmente normalizada -en aras de la seguridad y la sobrevivencia- la “vigilancia sobre y bajo la piel” (Yural Noah, Finantial Times, 19-3-20). Asimismo, como bien describe el filósofo coreano Byung-Chul Han (El País, 23-3-20), en China y Corea para disminuir la pandemia ha existido un control difícil de imaginar en occidente y casi total de cada persona en sus datos, celular, movimientos, edificios que visita, etc.

6- Por otro lado, los estados y sus gobiernos representan la única forma social e institucional capaz de aglutinar y disciplinar a la gran mayoría de la sociedad, para el cumplimiento estricto y simultáneo de medidas sanitarias y de seguridad, avaladas por la comunidad científica local e internacional. El medio usado, en menos o mayor grado según la cultura e historia nacional, ha sido a través de órdenes estrictas. Sobre la urgencia de esto no hay mayor discusión. Pero, asimismo, estamos ante la paradoja histórica y social que autoridades con muy poca legitimidad y muchos cuestionamientos morales públicos -empezando por Trump pero hay una larga fila, por ejemplo, de América Latina, Filipinas…- aparecen casi como héroes que nos salvan, que se preocupan por nosotros, abnegados, decididos, con gran poder público y militar, que hasta arriesgan su vida para salvarnos (una excepción sería el presidente Lenin Moreno de Ecuador, fugado a las Galápagos). Estos estados y autoridades –que estaban tan decadentes hace décadas- son los que hasta ahora verdaderamente se han empoderado con esta crisis.

Así, muchos gobiernos ilegítimos, junto a las mayores trasnacionales farmacéuticas totalmente cuestionadas, son los líderes de nuestra “salvación” como especie: los responsables de impulsar el descubrimiento del “arma exterminadora” y la gran “mercancía capitalista”: la vacuna contra el Covid-19. Algunos de los peores sujetos políticos en cuanto a legitimidad y violencia, están colaborando a construir un arma exterminadora, con toda la población encerrada en su espacio privado, aterrorizada y atomizada en obediencia ciega…suena a película de pesadilla social…Y lo peor es que “no hay de otra”. Su escudo, y el nuestro, es que están ellos también “obedeciendo ciegamente” a los científicos rigurosos, al menos en esta etapa.

Por otro lado, ver las calles con Ejército y Policías como nuestros guardianes, en algunos países incluso como ejecutores de las órdenes de castigos ejemplares por desobedecer mandatos de encierro, es también -en parte- inevitable y hasta se agradece su trabajo valiente y generoso, pero no deja de ser algo riesgoso en el contexto anterior de muchas realidades humanas de pueblos en resistencias sociales y civiles, luchas por la justicia y los ddhh, luchas contra el neoliberalismo y por el medioambiente.

7- Finalmente, observamos entonces, que no es sólo un tema de salud pública, sino también de construcción de cambios en el orden social existente en cuanto a nuevas Identidades Sociales, nuevas formas de Ciudadanía y Ciudadanización. De este proceso, podría salir la Sociedad Civil empoderada, pero quizás también suceda lo contrario, saldrá reforzado el poder estatal con una vigilancia omnipresente sobre la población, a través de sus ejércitos y policías, dejando luego de lado las opiniones de la comunidad científica, como casi siempre han hecho, cuando ya no les sea funcional. La sociedad civil no se va a fortalecer si la gente no se une y organiza, y en ese sentido resultan alentadoras y algunas heroicas las muchas experiencias de solidaridad humana y profesional, así como acciones para romper el encierro, que están habiendo cada día en todo el mundo.

Para que ello suceda, creemos que podría tal vez ayudar el impulsar procesos sociales -además de la solidaridad total con las medidas solicitadas por gobiernos y científicos- que permitan regredir situaciones de aterrorizamiento a tener sólo temor y prudencia controlados (que ayudan a protegerse y proteger, a defenderse); a obedecer en forma consciente con conocimiento y toma de conciencia de lo que realmente sucede en nuestra realidad y en el contexto mundial; a organizarse lo más colectiva y horizontalmente posible en conjunto con las autoridades.

Fuente: https://desinformemonos.org/coronavirus-avances-de-reflexiones-desde-la-cultura-de-paz-y-la-noviolencia/

Imagen: https://pixabay.com/photos/environmental-protection-326923/

Comparte este contenido:

La incertidumbre epistémica y las crisis de salud

Por: Sofía García-Bullé

La ciencia es falible, los líderes que la comunican no necesitan ser perfectos, solo sinceros.

Cuando una pandemia alcanza dimensiones globales, la comunicación, la veracidad y la agilidad con la que se comparten los datos es clave. En artículos anteriores, hemos hablado sobre el peligro de las noticias sin fondo y de la información falsa durante el desarrollo de una crisis de salud. Sin embargo, aún si toda la información es verdadera, expedita y clara, existe otro problema en el área cognitiva y social que complica cómo procesamos situaciones como esta: la incertidumbre epistémica.

El término se refiere a ese margen de error en datos o cifras científicas, consecuentes de una falta de conocimiento en el proceso modelo. Este grado de inexactitud es común cuando se trata de traducir a números el avance de un virus con el que no nos habíamos enfrentado antes, cuyos patrones de avance no pueden predecirse con facilidad a números, porcentajes, estadísticas o datos que proyecten certeza.

¿Qué efectos tiene la incertidumbre epistémica?

La ciencia y la incertidumbre van de la mano. Cualquier académico podría explicar sin problema que sin importar la disciplina que se estudie, la incertidumbre es una compañera habitual al camino al conocimiento y la obtención de datos factuales. Podría decirse que la incertidumbre jugó un papel importante en la elaboración del método científico, diseñado para trabajar con base en la hipótesis, algo que creemos pero no de lo que no tenemos pruebas, para llegar a una comprobación y un conocimiento factual.

Idealmente, es a través de la comprobación y el conocimiento factual que la comunidad científica y líderes de diversas esferas obtienen la confianza del público al que responden. Pero la cosa se complica cuando no es posible producir conocimiento factual a la misma velocidad que la gente se contagia, padece la enfermedad y en casos extremos fallece.

Como consecuencia, científicos, periodistas y servidores públicos se han vuelto reacios a proporcionar información que implique entrar en áreas de incertidumbre epistémica, algo muy difícil de evitar cuando se está tratando de comentar sobre el avance de una epidemia nueva.

¿La transparencia ayuda?

Ante un panorama que parecía denotar un hartazgo y falta de confianza hacia los expertos, científicos en el Centro Winton de Riesgos y Comunicación de Evidencia de la Universidad de Cambridge, realizaron un estudio para analizar los efectos de comunicar verdades de incertidumbre epistémica y su correlación con la con la confianza del público que recibe estas comunicaciones.

Los investigadores probaron la reacción del público ante datos presentados en forma cualitativa, usando términos como “se estima que” o “aproximadamente”, además de datos presentados en forma cuantitativa, en la que los comunicadores se centraban en cifras, porcentajes y rangos numéricos. Las reacciones fueron más positivas ante comunicaciones con base en datos, asimismo cuando los comunicadores intentaban ser certeros y honestos.

 “Como público, debemos esperar que  perspectivas científicas sobre la naturaleza del virus y cómo combatirlo cambien conforme se descubren más evidencia, y estar preparados para cambiar nuestra conducta acorde a esto”. 

Generar confianza no se logra con base en la proyección de infalibilidad, más bien de honestidad. En la mayoría de los casos, comunicar verdades a medias o limitar la información puede ser contraproducente, ya que tiene un impacto negativo en la veracidad percibida sobre la información que comparte un comunicador ya sea un líder político, científico o periodista.

Existe un espectro amplio de cosas que no sabemos y no podemos predecir con exactitud en la ocasión de una pandemia como esta, pero esto no debe detener o asustar a las personas responsables de compartir información, es importante que lo sigan haciendo para mantener un nivel de confianza alto entre quienes están a cargo de las estrategias para manejar la crisis de salud y el público general.

Esta confianza es crucial, no solo para mantener la credibilidad de quienes comunican, sino la paz mental de los que reciben la información y el orden social en las comunidades, estados y países afectados por la pandemia. De la misma forma en que es necesaria esta comunicación a pesar de la incertidumbre epistémica, este frágil equilibrio entre locutores y receptores depende de la flexibilidad del público a adaptarse a datos nuevos y a remarcar los límites de la incertidumbre al tiempo que van recibiendo más información.

“Como público, debemos esperar que  perspectivas científicas sobre la naturaleza del virus y cómo combatirlo cambien conforme se descubre más evidencia, y estar preparados para cambiar nuestra conducta acorde a esto”, explica Lorraine Daston, historiadora de ciencia en el Instituto Max Planck para la Historia de la Ciencia en Berlín.

La incertidumbre en una situación de pandemia es imposible de evitar, pero esto no es algo intrínsecamente negativo, mientras se tenga en cuenta que esta abre un camino a la adaptabilidad, el análisis, el pensamiento crítico, la practicidad y la calma, no solamente a la posibilidad del miedo o el desorden social.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/incertidumbre-epistemica

Comparte este contenido:

Coronavirus: investigación señala que distanciamiento social podría ser necesario hasta el 2022

Mundo/22/04/2020/Autor y fuente: www.fayerwayer.com

La pandemia del coronavirus ha generado que muchas naciones opten por el distanciamiento social para evitar contagios, algo que podría extenderse más aún.

Una reciente investigación de Harvard sobre el coronavirus y el distanciamiento social ha entregado preocupantes datos. El estudio publicado en Science  señala que las medidas de cuarentena podrían ser necesarias hasta el 2022.

Para llegar a estas conclusiones, los expertos utilizaron diversos parámetros durante su análisis. Entre estos se destacan los siguientes patrones: estimaciones de estacionalidad, inmunidad normal y cruzada.

Por otra parte, otro de los escenarios posibles podría ser un rebrote de la enfermedad. Ante esto, los expertos estiman que estas medidas podrían ser válidas por los siguientes dos años.

Coronavirus: investigación señala que distanciamiento social podría ser necesario hasta el 2022

Coronavirus y distanciamiento social

Durante la reciente pandemia del coronavirus, una de las medidas sociales más efectivas ha sido el distanciamiento social. Este tipo de resguardo, que llama a la población a no salir a la calle en caso que no sea necesario, es la forma para enfrentar el virus.

La falta de una cura o tratamiento efectivo genera que por ahora, la cuarentena y el distanciamiento sean medidas efectivas. Los investigadores que realizaron el estudio enfatizaron que extenderlas podría ser necesario debido al tiempo de tener una vacuna potencial.

Coronavirus: investigación señala que distanciamiento social podría ser necesario hasta el 2022

«Proyectamos que los brotes recurrentes de SARS-CoV-2 durante el invierno probablemente ocurrirán después de una onda pandémica inicial más grave. En ausencia de otras intervenciones (vacunas), una métrica clave para el éxito del distanciamiento social es si se exceden las capacidades de atención crítica. Para evitar esto, puede ser necesario un distanciamiento social prolongado o intermitente en 2022».

También se hace énfasis en que el coronavirus SARS-CoV-2 puede proliferar en cualquier época del año. Esto ocurre luego de que, en la investigación, los científicos utilizaran diversos escenarios modelados.

Coronavirus: investigación señala que distanciamiento social podría ser necesario hasta el 2022

En ellos, el coronavirus fue capaz de producir brotes sustanciales independiente del tiempo, estación de año o lugar en los que fue expuesto. Ante esto, los expertos plantean que, luego de que se encuentre una vacuna para enfrentar la enfermedad, esta podrá tener una circulación regular dentro de tres años en las personas.

En los diferentes escenarios posibles, el distanciamiento social sigue siendo, según la investigación, una forma exitosa de controlar los contagios. «Bajo las capacidades actuales de cuidados críticos, la duración de la epidemia SARS-CoV-2 podría durar hasta el 2022. Esto requeriría establecer nuevas medidas de distanciamiento social de un 25% para otoño y un 75% para el invierno».

Fuente e imagen: https://www.fayerwayer.com/2020/04/coronavirus-distanciamiento-social-2022/?utm_source=Push%20Chrome&utm_medium=Referencia&utm_campaign=Push%20Chrome&push_id=5e97b943ce789b001bff0dfd
Comparte este contenido:

Día Mundial de la Creatividad y la Innovación

Por: Francisco Henry Leonardo.

El 21 de abril ha sido designado por Naciones Unidas como el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación mediante la Resolución 71/L61 adoptada por la Asamblea General en fecha 13 de abril de 2017. Entre los argumentos considerados para asumir la declaratoria de esta efeméride destacan los siguientes:

  •  El desarrollo sostenible es un concepto holístico que exige que se fortalezcan los vínculos interdisciplinarios entre las distintas ramas del conocimiento, lo cual implica actuar a escala mundial para promover los entornos, los procesos y los productos creativos, así como la cooperación entre las naciones en todas las ramas de la actividad intelectual, especialmente los ámbitos económico, social, cultural, educativo y sanitario.
  • La creatividad humana y la innovación tanto a nivel individual como colectivo han pasado a ser la verdadera riqueza de las naciones en el siglo XXI. Por tanto, las industrias creativas deberían ser parte de las estrategias de crecimiento económico. En este sentido, es clave centrar la atención en la importancia de las micro, pequeñas y medianas empresas en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

De acuerdo con la perspectiva estructural de Naciones Unidas, República Dominicana avala la promoción de la creatividad y la innovación en su Estrategia Nacional de Desarrollo,[1]  cuyo Tercer Eje Estratégico postula:

Desarrollar una economía territorial y sectorialmente integrada, innovadora, diversificada, plural, orientada a la calidad y ambientalmente sostenible, que crea y desconcentra la riqueza, genera crecimiento alto y sostenido con equidad y empleo digno, y que aprovecha y potencia las oportunidades del mercado local y se inserta de forma competitiva en la economía global.

De este se derivan los siguientes objetivos generales:

  1. Economía articulada, innovadora y ambientalmente sostenible, con una estructura productiva que genera crecimiento alto y sostenido, con trabajo digno, que se inserta de forma competitiva en la economía global.
  2. Energía confiable, eficiente y ambientalmente sostenible.
  3. Competitividad e innovación en un ambiente favorable a la cooperación y la responsabilidad social.
  4. Empleos suficientes y dignos.
  5. Estructura productiva sectorial y territorialmente articulada, integrada competitivamente a la economía global y que aprovecha las oportunidades del mercado local.

Como se puede apreciar, el Tercer Eje Estratégico de la END 2030 y los objetivos generales que de él se derivan guardan una absoluta coherencia en relación con las consideraciones tomadas en cuenta por Naciones Unidas para la proclamación del Día Mundial de la Creatividad y la Innovación.

Este marco estratégico de acción también está vinculado directamente al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), así como al número 9 (Industria, innovación e infraestructura). Igualmente, esta alineación se corresponde de manera transversal con el resto de los ODS.

Partiendo del referido marco estratégico, es importante tener presente que, de hecho, la innovación y la creatividad han sido el motor del progreso civilizatorio desde que la humanidad aprendió a manipular el fuego; desarrolló la agricultura; inventó la rueda, la escritura y las matemáticas; aplicó los conocimientos de la astronomía en el desarrollo de la navegación marítima, y dio paso a la primera,[2] la segunda[3] y la tercera revolución industrial.

En todos los hitos históricos enunciados, ha habido una contribución significativa de los migrantes, ya que muchos de los inventos tecnológicos que espontáneamente se asocian con algún país, en realidad fueron creación de extranjeros o descendientes de estos.

El programa Word de Office fue diseñado por Charles Simonyi, inmigrante húngaro radicado en EE. UU. Dos de los fundadores de YouTube, Jawed Karim y Steve Chen (de nacionalidad alemana y taiwanesa, respectivamente) también son inmigrantes establecidos en este país, al igual que los grandes científicos Antonio Meucci,[4] Nikola Tesla[5] y Albert Einstein,[6] por solo citar algunos ejemplos.

El incentivo y la promoción de la innovación y la creatividad, a través de las correspondientes políticas públicas y el capital financiero, han sido los factores más determinantes para el desarrollo de los países. La introducción de avances tecnológicos desata procesos de crecimiento económico que impactan en el bienestar de la población, la transformación de los perfiles sociodemográficos vinculados a la migración interna e internacional, así como en el potencial de reinversión en investigación y desarrollo.

El posicionamiento industrial y tecnológico de Estados Unidos y Europa Occidental (que concentran la mayor cantidad de emigrantes dominicanos) se ha debido en gran medida a la capacidad de financiar investigaciones para el avance científico, así como a la política de apertura a la inmigración cualificada, lo que ha sido decisivo en la atracción de capital humano, sin dejar de lado la contribución masiva de los migrantes comprendidos en otras categorías, para la creación de riqueza material e intangible a través de la cultura.

Bajo la tremenda presión de la pandemia del COVID-19, se ha desatado una carrera global contra el tiempo por encontrar una vacuna, así como un tratamiento eficaz y de bajo costo. Esta coyuntura, sin duda, representa un gran reto que desafía la capacidad creativa y de innovación y reinvención de la humanidad.

En el contexto de la actual crisis sanitaria, el riesgo de contagio y sus potenciales implicaciones para la salud de las personas, imponen condiciones de distanciamiento social que impactan en el desempeño de las economías de los países y presentan fuertes desafíos a la capacidad de respuesta de los sistemas de salud e innovación en la aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para la normalización del trabajo y la educación a distancia, como estrategias que buscan mitigar los impactos negativos asociados a esta enfermedad.

La compleja e inédita situación por la que atraviesa la humanidad debido a los efectos del COVID-19 no representa en modo alguno el preludio de su colapso definitivo, sino más bien la oportunidad de dar un salto colosal hacia el futuro a través de la cooperación y la solidaridad en procesos de creación e innovación.

La otra cara de la moneda es que, en estos momentos, la humanidad se encuentra situada a las puertas de la cuarta revolución industrial, la cual estará signada por la expansión de la conectividad 5G, el Internet of Things (IoT), la automatización masiva de los procesos de producción y servicios, así como el despliegue de la Inteligencia Artificial (IA).

Salim Ismail, emprendedor canadiense de origen indio, embajador y cofundador de Singularity Universityal referirse al impacto y alcance de las transformaciones tecnológicas, afirmó:

Atravesamos un momento de cambios tecnológicos masivos. En el siglo XV la imprenta de Gutenberg transformó completamente la sociedad y el mundo al democratizar la literatura. Creemos que hoy tenemos unos 20 impactos de ese calado sucediendo al mismo tiempo. Blockchain, los drones, la energía solar, la inteligencia artificial, la neurociencia y la nanorrobótica son quizás los más destacados. El impulso de estas tecnologías está alterando todas las instituciones del mundo. La mayoría de ellas, como la educación, la democracia o los sistemas legales y sanitarios se desarrollaron hace dos o tres siglos, cuando la información era escasa y se movía de forma lenta. Nuestros líderes políticos y empresariales no están formados para afrontar este momento.[7]

Estas tendencias disruptivas crearán nuevos paradigmas de interacción social, gestión corporativa y gobernanza a escala nacional y global. República Dominicana sabrá colocarse a la altura de los tiempos.

 

[1] Ley 1-12 Estrategia Nacional de Desarrollo. Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo. República Dominicana, 2012. Disponible en:https://mem.gob.do/wp-content/uploads/2019/01/Ley-No.-1-12-sobre-Estrategia-Nacional-de-Desarrollo-2030.pdf

[2] Creación de la máquina de vapor.

[3] Uso de los hidrocarburos en la generación de energía e introducción del automóvil, el avión, la radio y el teléfono. Este periodo se caracteriza por la internacionalización de la economía, los desplazamientos de poblaciones de los campos a las ciudades y las grandes migraciones internacionales.

[4] Antonio Santi Giuseppe Meucci fue el inventor del teléfono. Nació en Florencia, Italia, en 1808 y se estableció definitivamente en Estados Unidos en 1839, donde falleció en octubre de 1889 a la edad de 81 años. En vida nunca recibió reconocimiento alguno por su invención. Uno de los problemas fundamentales a los que se enfrentó en el país de acogida fue su escaso conocimiento del idioma inglés.

[5] Nikola Tesla nació en el Imperio austrohúngaro (actual Croacia) en 1856, y en 1891 se nacionalizó como ciudadano estadounidense. Descubridor de un método para la transferencia inalámbrica de energía eléctrica, inventor del generador de corriente alterna, la bombilla de filamento y otras numerosas invenciones en el campo del electromagnetismo, es uno de los científicos más populares del mundo. Murió en enero de 1943 en la ciudad de Nueva York.

[6] Albert Einstein fue un físico alemán, de origen judío, que obtuvo la nacionalidad de varios países (Suiza, Austria y Estados Unidos). Nació en 1879 en el Reino de Wurtemberg, Imperio Alemán, y falleció en 1955, a la edad de 76 años, en Princeton, Estados Unidos. Desarrolló las teorías de la relatividad general y especial.  Recibió el Premio Nobel de Física en 1921 por sus contribuciones a la física teórica. En la inauguración del Muro de la Fama, en la Exposición Universal de Nueva York en 1939, señaló que “[Los inmigrantes] han contribuido a su manera al florecimiento de la comunidad, y su lucha y sufrimientos individuales son desconocidos”. Asimismo, apunta que “El desempleo no decrece restringiendo la inmigración […]. La inmigración hace aumentar el consumo en la misma medida que pide trabajo. Los inmigrantes refuerzan no sólo la economía interna de un país […], sino también su poder defensivo” (Albert Einstein. El libro definitivo de citas. Plataforma Editorial, cuarta edición, 2014).

[7] Salim Ismail. “La energía solar provocará el mayor cambio sistémico que verá nuestra generación”. Entrevista de Manuel G. Pascual. El País. Madrid, 15 de abril de 2020. Disponible en https://retina.elpais.com/retina/2020/04/14/talento/1586844122_534785.html

 

Fuente de la reseña: http://www.inm.gob.do/index.php/noticias/item/501-dia-mundial-de-la-creatividad-y-la-innovacion

Comparte este contenido:
Page 170 of 213
1 168 169 170 171 172 213