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Argentina: La vuelta a clases será decidida por cada provincia según su situación sanitaria

América del Sur/Argentina/15-01-2021/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

El Ministerio de Educación recomendará iniciar el ciclo 2021, pero los gobernadores tendrán la última palabra.

El Ministerio de Educación de la Nación recomendará a las provincias iniciar el ciclo 2021 con clases presenciales, pero la decisión final quedará en manos de cada gobernador, según pudo saber TN.com.ar en base a fuentes oficiales. Antes de tomar la determinación, las jurisdicciones analizarán su escenario sanitario y el nivel de infectados en la región.

Lo mismo ocurrió con las restricciones de circulación nocturnas, que el Gobierno de Alberto Fernández le propuso a los mandatarios provinciales. Eran en rigor, una recomendación pero nunca de cumplimiento obligatorio.

El objetivo del Gobierno es generar consenso entre las 24 jurisdicciones para promover la presencialidad por lo que se trabajará en un esquema de acuerdo a la actualidad sanitaria de cada región del país.

Trotta se encuentra en este momento en el interior del país, en el marco de un viaje por diversas provincias. Allí dialogará con las autoridades locales y les transmitirá la intención de la Casa Rosada de iniciar el ciclo lectivo 2021 con los chicos en las aulas, siempre y cuando la situación sanitaria lo permita. Este miércoles el funcionario se reunió con el gobernador Juan Manzur en Tucumán y un día antes había estado con Gerardo Morales en Jujuy. Antes, también había estado con Martín Cánepa su par salteño.

De esta forma la idea de la Casa Rosada es instrumentar una herramienta similar a la utilizada para recomendar que las provincias adopten restricciones nocturnas para frenar la circulación de personas y detener la suba de casos de coronavirus. En este caso el Ministerio de Educación de la Nación emitirá un documento en el que se detallarán pautas para la vuelta a la presencialidad. Se espera un semáforo sanitario educativo que indique si se puede avanzar o no con el regreso a clases.

Los gremios ponen en duda la fecha del ciclo lectivo presencial

Desde los gremios plantearon que no saben si las clases presenciales van a empezar el 17 de febrero, en el caso de Capital Federal. López, de Ctera y UTE, dijo que “todo indica que no”. Afirmó que si se guían “por los indicadores de los semáforos del ministerio de Educación de la Nación aprobados el año pasado ni se tendría que estar discutiendo”. Entre otras cuestiones, el gremialista afirmó que los indicadores demuestran que la curva de contagios crece y que “no tiene que haber clases”.

Fuente: TN

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/argentina/La-vuelta-a-clases-sera-decidida-por-cada-provincia-segun-su-situacion-sanitaria-20210113-0043.html

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Toque de queda y su impacto

Por: Tahira Vargas García

Se necesita una revisión de las medidas desde la escucha a la población desde los distintos estratos sociales, grupos generacionales, contextos y provincias tomando en cuenta las zonas con mayor y menor propagación.

El toque de queda parece haber logrado hasta cierto punto la sensibilización frente al COVID 19 y sus formas de contagio. Sin embargo, no ha tenido todo el impacto esperado en la disminución de la presencia de la pandemia en el país. El punto de partida de los horarios establecidos en el toque de queda es el supuesto de que las personas se juntan principalmente los fines de semana y en la tanda nocturna para divertirse y las aglomeraciones, lo que no necesariamente responde a la realidad en su totalidad.

Las personas en los barrios y comunidades están continuamente en interacción produciéndose una presencia permanente del carácter festivo en los días de semana en las distintas tandas, matutinas, vespertinas y nocturnas que se mezcla con las actividades cotidianas tanto domésticas como laborales y del sector informal. Juntarse para consumir alcohol no es una conducta únicamente nocturna ni de fin de semana, es continua y constante. Siendo así una conducta de riesgo no solo por la agrupación de personas sino por los efectos del alcohol en la salud física y mental de las personas. Junto a este elemento hay que indicar las resistencias en varios grupos poblacionales de distintos lugares del país para cumplir y acoger a cabalidad el toque de queda. Algunas posibles razones son las siguientes:

  •  Razones económicas. Gran parte de nuestra población vive del sector informal y microempresas y teje estrategias de sobrevivencia desde la interacción social Las restricciones de movilización, apertura de negocios y espacios de diversión los fines de semana afectan notablemente una gran parte de la población que obtiene sus ingresos por esas vías.
  • Hacinamiento. El hacinamiento permea la vida de las personas vulnerables en barrios y comunidades en el ámbito nacional. Las calles y callejones son extensiones de los hogares y en ellas se desarrollan actividades domésticas, interactivas y recreativas. Los hogares no están cerrados sino abiertos en determinados contextos.
  • Barreras culturales al cumplimiento de normas. La débil educación ciudadana y la poca aplicación de regímenes de consecuencias ante las violaciones a normas influyen en su cumplimiento, se entiende con relaciones primarias, complicidades y corrupción (dadivas) se logra impunidad. En todo este período desde marzo hasta ahora de toque de queda se ha reproducido esta práctica en varios lugares del país.

La aplicación del toque de queda está afectada por prácticas de violencia y violaciones de derechos por algunos miembros de la Policía Nacional y la DIGESETT contra ciudadanos y ciudadanas lo que debilita (la ya débil) confianza hacia estos organismos de seguridad por la población.

Igualmente, es importante desarrollar campañas de educación en salud que favorezcan a mejorar en la población sus condiciones de salud física y mental desde la disminución del consumo de alcohol, ingesta de alimentos, frutas y vegetales que favorezcan el sistema inmunológico y el contacto diario con el sol a través del ejercicio al aire libre. Estas campañas deben contar con distintas herramientas de difusión que no se reduzca a las redes sociales (aunque son importantes) y que aprovechen el tejido social existente en las distintas comunidades.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/toque-de-queda-y-su-impacto-8901085.html

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Prioridades claras: Europa apuesta a la educación presencial

Europa/15-01-2021/Autor(a) y Fuente:lahora.com.ec

La vuelta al colegio en Europa tras las vacaciones de Navidad varía según la realidad de cada país. Muchos países enfrentan agresivos rebrotes del coronavirus y, a pesar de endurecer las medidas de confinamiento y restricciones ciudadanas, apuestan por mantener reforzar la educación presencial.

Italia empezó por los menores

Las regiones italianas retrasaron el retorno que el Gobierno central había fijado para el 7 de enero y después retrasado al próximo lunes 11.

El regreso presencial para los secundarios iniciará entre el 18 de enero y el 1 de febrero, pero la mayoría de los escolares de infantil y primaria retornaron el pasado viernes.

Países Bajos ayuda a la ‘primera línea’

El Gobierno aplazó el retorno hasta el 18 de enero. Hay colegios abiertos para hijos de los profesionales “vitales” para el control de la pandemia, como sanitarios o policías, aunque allí no reciben lecciones: están supervisados por un adulto mientras siguen las clases virtuales.

Alemania aplaza a febrero

Para atajar la propagación del coronavirus, se pospuso la reapertura de las aulas al menos hasta el 31 de enero.

Todos a las aulas en Francia

En Francia, más de 12 millones de alumnos de preescolar, primaria y secundaria volvieron a clase el pasado lunes 4 de enero.

El protocolo sanitario exige que los niños de más de seis años lleven mascarilla.

Los secundarios combinan clases presenciales y virtuales, y refuerzan con más pruebas de Covid-19.

Bélgica aisla a viajeros

Los escolares belgas volvieron a las aulas el 4 de enero, pero los alumnos que viajaron al extranjero deben guardar una cuarentena de 10 días antes de reincorporarse a las clases.

El día escolar es completo, a excepción de los últimos años de secundaria.

Cada escuela define su protocolo.

España insiste en lo presencial

Autoridades españolas defienden que la Covid-19 tiene mínima incidencia en los centros educativos y que son esenciales las clases presenciales.

Algunas comunidades iniciaron el 7 de enero, otras aplazaron por el frío.

Reino Unido mantiene guarderías

Reino Unido cerró centros primarios y secundarios, salvo para alumnos vulnerables o hijos de trabajadores esenciales. Para ellos y quienes deben ir a trabajar, las guarderías permanecen abiertas.

Es un ‘salvoconducto’ en Grecia

La enseñanza primaria, los jardines de infancia, las guarderías y la educación especial reabren hoy. Las escuelas establecen distintos horarios de entrada y salida, así como el uso de varias entradas si las hubiera.

El uso de la mascarilla es obligatorio y los adultos que acompañen a los alumnos podrán salir de su domicilio pese al confinamiento obligatorio.

Los niños primero en Portugal

Portugal reanudó clases el lunes 4 y no se plantea cerrar las escuelas a pesar de que se prepara para un nuevo confinamiento general.

Los brotes de Covid-19 que surgen en las aulas se atajan con cuarentenas y enseñanza a distancia para los alumnos obligados a aislarse.

Pruebas gratis en Austria

Los alumnos austríacos aún no tienen fecha de retorno, desde diciembre.

El Gobierno anunció un sistema de test rápidos, gratuitos y voluntarios.

Hungría toma la temperatura

Guarderías y alumnos de hasta 14 años volvieron la semana pasada, el resto lo hará en febrero. Los centros educativos controlan la temperatura corporal de los alumnos y profesores a la entrada. EFE

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102337744/prioridades-claras-europa-apuesta-a-la-educacion-presencial

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El Salvador: Cada día, 50 mujeres fueron víctimas de violencia entre enero y junio de 2020

América Central/El Salvador/15-01-2021/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

Entre enero y junio del año pasado se registraron 9,176 casos, de acuerdo con el Informe semestral Hechos de violencia contra la mujer. No solo incluye violencia física, sino también de otros tipos.

El confinamiento por la pandemia del COVID-19 se ha sumado a los patrones culturales ya existentes, como el caso del machismo, para que se repitan actos violentos contra centenares de salvadoreñas. Foto Referencia. Archivo

Cincuenta casos diarios de violencia contra la mujer fueron reportados en el primer semestre del año pasado, de acuerdo con el Informe semestral Hechos de violencia contra la mujer, de enero a junio 2020. El dato total es de 9,176 hechos, que incluye violencia sexual, física, patrimonial, laboral y otra, según el informe hecho por el Gobierno.

En 1,569 de los casos se trata de mujeres menores de 18 años.

Los datos que se recolectar a través de la Juntas de Protección de la Niñez y de la Adolescencia son igual de preocupantes; solo el año pasado, entre enero y septiembre, a través de esa institución se recibieron 6,779 casos por posible amenaza o vulneración de los derechos de infantes y adolescentes. Aquí se incluyen casos de violencia física ( 3,890); sexual (1,955), psicológica (1,194), emocional 761, moral (89) y cultural (2).

En el año 2019, hubo 562 mujeres que recibieron atención a causa de violencia sexual, en los diferentes establecimientos de salud del país. Los departamentos con mayor egreso fueron: San Salvador (27.9%), Santa Ana (13.5%), Ahuachapán (11.2%) y La Libertad (11.0%).

Pero también hubo 3,655 atenciones ambulatorias. El departamento con mayores atenciones es San Salvador (15.2%), seguido de Usulután (15.0%) y San Vicente (11.0%).

Las alcaldías apoyan de diferentes formas en el combate a la violencia sexual y la estrategia para detectar y ubicar a víctimas se desarrolla en el seno de los talleres que imparten, ya sea de panadería, bisutería u otras, pues es ahí donde acuden las personas atraídas por la oportunidad de aprender.

Luis Edgardo Silva, encargado de la Unidad de la Mujer, en el municipio de Delicias de Concepción, Morazán, explicó que “los talleres son un imán para que la mujer se acerquen. Para nosotros es un requisito que las mujeres deben de pasar un proceso de por lo menos ocho talleres de género para que tengan una base de cómo entender cuando hay agresiones y poder exigir sus derechos”.

El representante municipal comentó que cuando solo se ofrece el taller de género no existe demanda por parte de la población, por ello este tipo de talleres es parte de otro que brinda la comuna.

En el municipio de San Miguel, la Unidad de la Mujer y la Secretaria de la Familia de la alcaldía trabajan con otras organizaciones para ayudar a las mujeres violentadas y para orientarlas a trazar un plan de vida.

Las afectaciones psicológicas y el círculo de violencia llevan a que la víctima pueda desconocer su valor como persona, comentó Rosa Ochoa, encargada de la Secretaria de la Familia.

“Las mujeres violentadas son remitidas por la Oficina de Atención a Víctima o el ISDEMU. Nosotros les damos el seguimiento en formación. Y en paralelo el ISDEMU viene y les da charlas sobre sus derechos y cuales son las rutas de denuncia que pueden hacer de forma confidencial”, añadió Ochoa. A través de este mecanismo, el año pasado lograron ayudar a 12 mujeres violentadas.

“Cuando son remitidas, ellas vienen de un tratamiento psicológico de primeros auxilios. La mayoría vienen tímidas con miedos e inseguridades, mucho desconocimiento sobre sus habilidades y capacidades, y cuando se trabaja con ellas sus proyectos de vida, la mayoría no tiene claridad para que son buenas”, expuso.

En su mayoría las Unidades de la Mujer cuentan con programas preventivos o de acompañamiento si la víctima así lo solicita.

“Nosotros intervenimos a veces no de una manera directa porque puede existir riesgos sociales, pero transferimos la información a las autoridades pertinentes y ellos se encargan. Con nosotros es más que todo la orientación y si la víctima lo solicita se le da el acompañamiento, de lo contrario manejamos sólo cierta información, no manejamos la información precisa”, explicó a Luis Silva, de la alcaldía de Delicias de Concepción.

El año pasado, la municipalidad de San Francisco Gotera en Morazán, trabajó junto al ISDEMU un Plan de prevención contra la violencia, el cual se centró en capacitar a la mujer “para que conozca que no puede ser violentada y que hay diferentes tipos de violencia”, explicó Karina Flores, jefa de la Unidad de la Mujer, de esa comuna.

El plan fue diseñado para ser desarrollado en las comunidades con pequeños grupos de mujeres que estén informadas a donde acudir en caso de violencia sexual.

“Nosotros podemos recibir las denuncias acá y la trasladamos a la autoridades correspondientes, hasta el momento no hemos recibido ningún tipo de denuncia y podemos decir que el año pasado según la Policía Nacional Civil no hubo violencia en el municipio” , comentó Flores.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/cada-dia-50-mujeres-victimas-de-violencia-enero-junio-2020/794914/2021/

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Coronavirus: 12 momentos clave de la pandemia que cambió al mundo

Desde su descubrimiento en Wuhan hasta la esperanza de las vacunas

A poco más de un año, resumen de la pandemia de coronavirus en 12 momentos clave, desde el surgimiento en China de una enfermedad desconocida a finales de 2019 a la esperanza suscitada por las vacunas un año después.

El 31 de diciembre de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recibe información de la existencia de unos preocupantes casos de neumonía «de origen desconocido» en la ciudad china de Wuhan.

El 7 de enero de 2020, se identifica la causa: se trata de un nuevo virus de la familia de los coronavirus. Cuatro días después, Pekín anuncia el primer muerto oficial de una enfermedad que más tarde se llamará covid-19.

Wuhan, aislado del mundo

El 23 de enero, Wuhan queda aislado del mundo para intentar contener la epidemia. Varios países empiezan a repatriar a sus ciudadanos desde China.

El primer deceso oficial fuera de Asia se registra el 15 de febrero: un turista chino hospitalizado en Francia.

Pandemia

El 6 de marzo, la epidemia supera el umbral de los 100.000 casos en el mundo. El primer país europeo afectado, Italia, impone un confinamiento en el norte, que más tarde extiende al resto del territorio.

El 11 de marzo, la OMS califica a la covid-19 de pandemia. Los mercados bursátiles se hunden. Gobiernos y bancos centrales anuncian las primeras medidas masivas de apoyo a la economía.

Europa se atrinchera

El 16 de marzo, Alemania insta a su población a «quedarse en casa» y el Reino Unido a evitar todo «contacto social».

Un día después Francia entra en confinamiento. La Unión Europea anuncia el cierre de sus fronteras exteriores.

Aplazamiento de los Juegos Olímpicos

El 24 de marzo, los Juegos Olímpicos de Tokio de julio de 2020 son aplazados al año siguiente. 

Un día después, la ONU advierte que la pandemia «amenaza a toda la humanidad».

Media humanidad confinada

Por todo el mundo se decretan medidas de confinamiento. El 2 de abril, más de 3.900 millones de personas, es decir, la mitad de la humanidad, están obligadas o se les insta a confinarse, según un recuento de la AFP.

Se supera el umbral de un millón de casos de contagios de coronavirus.

Economía devastada

El 29 de abril, el constructor de aviones estadounidense Boeing elimina 16.000 puestos de trabajo. Numerosos sectores sufren las consecuencias de la pandemia y anuncian fuertes recortes de plantilla, desde el transporte aéreo a la fabricación de automóviles, pasando por el turismo o la gran distribución de productos de diversa índole.

La polémica hidroxicloroquina

Promovida por el profesor francés Didier Raoult y apoyada por el presidente estadounidense Donald Trump, la hidroxicloroquina es clasificada como un tratamiento ineficaz por un estudio internacional de gran alcance publicado el 22 de mayo.

Sin embargo, la publicación tiene errores y acaba siendo retirada. El 5 de junio, un ensayo británico también concluye que el producto es ineficaz.

Fuerte avance en América Latina

El 7 de junio, la pandemia supera los 400.000 muertos y avanza rápidamente en América Latina. Brasil se convierte en el segundo país con más víctimas mortales, detrás de Estados Unidos, mientras que su presidente, Jair Bolsonaro, resta importancia a la enfermedad, a la que tilda de «gripecita».

Él mismo acabará infectado, como Donald Trump, después del primer ministro británico, Boris Johnson.

Boicot a los tapabocas

El aumento de casos lleva a varios países europeos a imponer el uso de mascarilla en los transportes, las calles, las escuelas o las empresas. Al final del verano, se convocan manifestaciones antimascarillas en Berlín, Londres, París y Roma.

Segunda y tercera ola

El 28 de septiembre se supera el umbral del millón de muertos. En Europa, los contagios empiezan a dispararse de nuevo en octubre y varios países vuelven a decretar medidas de confinamiento y toques de queda.

Las medidas se aligeraron parcialmente con motivo de las fiestas de fin de año. Pero la aparición en Inglaterra de una variante más contagiosa obligó a Londres el 5 de enero a imponer de nuevo un confinamiento y al resto de Europa a endurecer las restricciones.

En medio de la agitación política por la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales, puesta en duda por el mandatario saliente Donald Trump, Estados Unidos se hunde en una crisis sanitaria: el 5 de enero llega a 3.930 muertos en 24 horas. El país sigue siendo el más enlutado del mundo (más de 366.000 víctimas el 9 de enero).

La esperanza de las vacunas

El 9 de noviembre, el gigante farmacéutico estadounidense Pfizer, asociado al laboratorio alemán BioNTech, desvela los resultados positivos para su vacuna, justo cuando se superan los 50 millones de casos de covid-19 en el mundo.

Una semana después, la estadounidense Moderna realiza un anuncio similar.

Las campañas de vacunación comenzaron en diciembre en el Reino Unido, Rusia, Estados Unidos, Argentina y en la Unión Europea. China vacuna desde julio.

El 9 de enero, unos 50 países habían iniciado campañas de vacunación y se habían administrado más de 17 millones de dosis en todo el mundo, según un recuento de AFP basado en datos oficiales.

Fuente: AFP

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Jordi Riera: Tenemos que hacer todos los esfuerzos necesarios para cubrir la brecha digital que la pandemia está suponiendo

Por: educaweb

Jordi Riera (Barcelona, 1962) es Catedrático de Educación en la Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y del Deporte Blanquerna de la Universitat Ramon Llull. Ha sido decano de la misma facultad y vicerrector de la URL, presidente de la Asociación Catalana de Pedagogos de Catalunya y del Colegio de Pedagogos de Catalunya, miembro del Consejo Superior de Evaluación del Sistema Educativo de Catalunya y del Consell de Expertos de Bienestar Social de la Generalitat de Catalunya. Ha publicado numerosos libros y artículos científicos en prensa, así como en revistas especializadas sobre temas educativos. Es el investigador principal del Grupo de Investigación Consolidado de Pedagogía, Sociedad e Innovación con el apoyo de las TIC (PSITIC). Ha dirigido el Anuario: Retos de la educación en Catalunya 2018, de la Fundación Jaume Bofill.

¿Cuál cree que ha sido el impacto del COVID-19 en la educación?

En términos generales, la pandemia ha impactado en el ámbito educativo de una manera determinante, convulsa y disruptiva, tanto en un sentido negativo como positivo.

Negativamente, y más allá del grave problema sociosanitario que estamos viviendo, porque a nivel educativo ha supuesto una ruptura repentina, no prevista, con la presencialidad justo en medio de un curso escolar, con todo el que esto supone de improvisación y emergencia de actuación. Esta emergencia también ha puesto en evidencia la necesidad de mejorar en competencias digitales docentes en general y también la clara brecha digital que existe en la sociedad, donde en torno a un 10-15% de chicos y chicas de Primaria y Secundaria han desconectado de la escuela, por falta de recursos tecnológicos o infraestructurales necesarios para seguir «conectados» de forma no presencial.

Pero positivamente también por lo que está suponiendo de provocación de cambios y movilización de energías individuales y colectivas en torno a la innovación en el uso de recursos sociotecnológicos – digitales centrados en la comunicación y el aprendizaje en línea, como apoyo o sustitución provisional de la presencialidad. Después de la pandemia, todos habremos avanzado unas cuantas pantallas en esta dimensión transformativa, que quizás se nos resistían años atrás y que ahora las circunstancias nos han forzado, por pura necesidad, a mejorar y a profundizar.

¿En qué medida siguen vigentes los ejes de la nueva relación educativa y de las nuevas dinámicas de la innovación educativa que expuso al inicio de la publicación?

No solo siguen vigentes, sino que todavía se ha puesto más en evidencia en el momento actual de la pandemia. Sostengo que, mientras queramos seguir arraigados a los viejos parámetros de esta relación, superar momentos y retos como los que supone la pandemia, es más difícil encontrar soluciones. Aquí radica, a mi parecer, la enorme dificultad que estamos sufriendo para ligar normativas sociosanitarias con los objetivos, metodologías y espacios de aprendizaje. En la introducción del Anuario, ciertamente, defendí que los tres esos clavos de la relación educativa tenían que evolucionar para avanzar hacia la sociedad y la educación que aspiramos. Tanto en lo que se refiere al tiempo, al contenido como a la forma de esta relación. Y mire usted como esto se ha puesto todavía más de manifiesto en tiempo de pandemia.

En primer lugar, defendíamos allá que había que revisar la coordenada tiempo de esta relación. Nos preguntábamos si podíamos conseguir una escuela donde el horario, los tiempos y los espacios de aprendizaje permitan el emprendimiento en el acto de aprender, la libre relación educativa, intergeneracional y cargada de momentos únicos y significativos en los que en ningún caso nunca más interrumpiera el timbre. Imaginábamos pues una nueva concepción del tiempo de la relación menos sujeto a horarios encapsulados y más abierto e integrador de las experiencias educativas, que priorice la calidad de las mismas (enfoque Kairos del tiempo de educar) a la cantidad (enfoque de Cronos actual). Si ya tuviéramos esta nueva escuela, la pandemia no habría sido tanto problema en la reimaginación de lo que toca hacer ahora.

En segundo lugar, hablábamos de los cambios necesarios en la revisión del contenido de la relación. Hace poco el Departament d’Educació de la Generalitat de Catalunya enunciaba que, dada la situación que vivimos, quizás nos teníamos que plantear una revisión del currículum competencial que vaya al core de lo que es objeto de aprendizaje y de manera interdisciplinar, es decir, no tanto dividida por asignaturas y materias, dado que habrá que trabajar con grupos más reducidos y estables, con menos diversidad de profesores itinerantes por los grupos. Esto, si lo sabemos aprovechar, querría decir una revisión transformadora de todo el currículum, desde esta perspectiva más holística e integradora del saber. Aquí pues tenemos también una nueva y gran oportunidad, en la línea que defendíamos en la introducción del Anuario en cuanto a la revisión del contenido de la relación educativa.

Y, finalmente, planteábamos una revisión del eje formal de la relación. Defendíamos allá que el momento prepandemia ya hace tiempo que pone en entredicho el propio concepto de una relación sostenida esencialmente por la díada histórica educadoreducando. Hemos de avanzar hacia nuevas formas de relación que amplían el concepto de la clásica díada y también de concepción del aula hacia un sistema multiagente de interacciones en el marco de un gran ecosistema de aprendizaje, en el que las aportaciones diversas, complementarias y significativas de la misma familia, de la comunidad, del territorio, en contextos de aprendizaje formal, no formal e informal, tanto de apoyo presencial como sociodigital, son el nuevo marco formal donde acontece la relación educativa, y donde el maestro se convierte en el principal líder-referente de continuidad de las varias experiencias, pero no el agente único. Si esto lo tuviéramos del todo asumido e integrado en la escuela actual, bien es verdad que la pandemia tampoco supondría una crisis tan decisiva en el momento de afrontar la problemática a la que nos abocan todas las medidas de seguridad sociosanitarias que tenemos que implementar. Entre todos, y desde una visión comunitaria-territorial del reto educativo, se encuentran más recursos y estrategias de superación del reto actual.

 «Desde una visión comunitaria-territorial del reto educativo se encuentran más recursos y estrategias de superación del reto actual».

 ¿Qué temas tratados en el Anuari 2018 requieren un replanteamiento tras la irrupción del COVID-19? ¿Por qué?

Lo que necesitamos no es un replanteamiento, sino que ¡todos ellos ganen en actualidad máxima de toma de conciencia de los mismos! Tanto desde la concepción de la evaluación que defendíamos en el primer capítulo, como desde la necesidad de avanzar en la aportación sociodigital en la educación, como una mejora de la orientación y, específicamente, en los contextos más vulnerables. Allá defendíamos justamente esta visión en red de corresponsabilidades e imaginábamos un sistema educativo más descentralizado y más empoderador de los centros y de los territorios. Y también, por eso, ¡teníamos que imaginar los mejores profesionales de la docencia y la mejor investigación! Ninguno de los temas tratados pues en el Anuari2018 queda en un segundo plano, más bien al contrario: habría que recuperarlos todos para avanzar.

Diversas entidades y organismos han constatado que la educación presencial no puede sustituirse por la virtual sin merma de la calidad educativa, sobre todo en las primeras etapas educativas. ¿Cómo se podría mejorar esta formación de manera ágil, teniendo en cuenta que todavía no existe vacuna para el COVID-19?

Mejorando la formación de los propios formadores. La calidad educativa tiene que ver con el máximo aprovechamiento de la relación educativa tanto en el sentido de aprendizaje como de la misma relación que se establece en ella.

Es evidente que la relación presencial es insustituible al 100%, con todo lo que aporta el contacto directo y próximo, por una relación virtual. Pero esto no quita que esta última no se pueda desarrollar con el máximo de calidad posible más allá de las limitaciones obvias que supone trabajar a distancia. Y, por eso, hay que seguir ofreciendo a nuestros profesores un plan de formación continua, justamente de carácter virtual, de forma que, implícita y explícitamente, la misma formación continuada sea fuente de aprendizaje sostenido por parte del maestro.

Al mismo tiempo que son necesarios los foros y debates virtuales en torno a esta praxis, ayudando a los maestros y las maestras a hacer su propia tira de recursos y estrategias según la edad y contexto de sus alumnos. Y también hay que seguir ampliando y mejorando todos los repositorios de recursos virtuales de acceso libre de los que disponemos actualmente, alimentándolos con todas las experiencias innovadoras que los mismos educadores y educadoras están desplegando a lo largo de estos tiempos de pandemia.

También se ha denunciado el crecimiento de las desigualdades educativas a raíz del coronavirus. ¿Qué medidas extra cree que deberían tomarse, además de las propuestas en la publicación?

En el Anuario proponemos muchas medidas proactivas y no reactivas como tenemos que tomar ahora. Pero, sin dejar de defender que las actuaciones a medio y largo plazo son las que nos tienen que permitir afrontar esta crisis con las mejores garantías, ahora mismo tenemos que hacer todos los esfuerzos necesarios para dar cobertura a la brecha digital que la pandemia está suponiendo.

Tenemos que diagnosticar dónde faltan aparatos, conexión o las dos cosas, y hacer llegar las dos cosas con los recursos que haga falta y con packs de comunicación. No nos podemos permitir lo que hasta ahora, en muchos contextos vulnerables, ha supuesto la brecha digital.

En estos entornos, la comunicación digital de la escuela con las familias ha cogido forma -en el mejor de los casos- como máximo de un móvil y un whatsapp, o incluso sin whatsapps, haciendo uso de los SMS’s. Y poca cosa más. Y esto está generando una brecha dentro de la brecha, lo cual es muy preocupante. Por lo tanto, es necesaria la máxima atención a estas bolsas de necesidades tecnológicas, si no queremos salir de la pandemia con una agudización grave de la desigualdad.

La orientación académica y profesional también ha sufrido el impacto del COVID-19. ¿Cómo podría ofrecerse un acompañamiento adecuado, sobre todo en periodos de transición?

Tal y como proponemos en el Anuario, incrementando los nodos de orientación y asumiendo que el paradigma de la orientación acontece cada vez más multiagente y multiprofesional. No hacemos bastante con los orientadores profesionales, que en todo caso nos tienen que liderar. Tenemos que asumir el rol orientador toda la tribu, para atender en diferentes momentos y lugares las necesidades y dudas de nuestros jóvenes.

Y, por tanto, tenemos que diseñar e implementar un modelo de orientación en red de conexiones con diferentes recursos y espacios de orientación. La escuela se queda corta en este reto. Muchos retos de la orientación pueden ser asumidos desde un enfoque comunitario en red con la escuela, y desplegarla en código de proximidad con los jóvenes. Sus transiciones y dudas más relevantes encuentran más cobertura en la red de capital social de la comunidad que en una atención particular. Hace falta que fomentemos pues un nuevo modelo de orientación a lo largo de toda la vida, que se base en la capacidad orientadora que puede desplegar una comunidad madura y rica en capital social, donde la escuela puede hacer un papel dinamizador, pero no solitario, de la orientación.

«Tenemos que diseñar e implementar un modelo de orientación en red de conexiones con diferentes recursos y espacios».

Si hoy le pidieran dirigir el anuario 2020 y seleccionar los retos a tratar, ¿cuáles calificaría de imprescindibles?

Desgraciadamente hemos avanzado poco en el marco de los retos que planteamos a lo largo de los 10 capítulos del Anuario del 2018, pero probablemente todavía enfatizaría más el reto de reconceptualizar la escuela como parte de una red de corresponsabilidades, con clara vocación de escuela comunitaria.

La pandemia lo está poniendo de manifiesto: las escuelas abiertas y muy integradas en el contexto comunitario al que pertenecen están encontrando mejor soluciones y más seguras (puesto que de seguridad sociosanitaria se trata también) que las que están endocentrades en ellas mismas.

Los retos de futuro, como estamos defendido e investigando hace muchos años desde mi grupo de investigación PSITIC de Blanquerna de la Universitat Ramon Llull, pasa por un cambio de modelo de la escuela y de la concepción de la educación que toca al currículum, la evaluación, la organización escolar, el rol del maestro y, en general a nivel macro, la reconceptualitzación del conjunto del sistema educativo en formato de red educativa descentralizada y de gran componente comunitaria, tal y como se recoge en el Anuario del 2018. Y si a alguno le quedaba alguna duda, el contexto en que vivimos, por suerte o por desgracia, todavía lo ha puesto más en evidencia.

Fuente e Imagen: https://www.educaweb.com/noticia/2020/10/28/tenemos-hacer-todos-esfuerzos-necesarios-cubrir-brecha-digital-pandemia-esta-suponiendo-19347/

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El COVID-19 golpeó fuertemente a los pueblos indígenas en el 2020

Por: Yvette Sierra Praeli

Hasta el 21 de diciembre de 2020, la cantidad de población afectada por coronavirus en la Amazonía superaba el millón de personas, mientras que la cantidad de fallecidos a consecuencia del COVID-19 estaba por encima de los 37 000.

Desde el inicio de la pandemia en Latinoamérica, en marzo del 2020, las comunidades indígenas optaron por cerrar las fronteras de su territorio, medida que esperaban los protegiera de la llegada del nuevo virus que paralizó al planeta. Pero el SARS-Cov-2, llegó hasta ellos.

indigenas ecuador covid
Indígenas de la nacionalidad siekopai, en Lagartococha, en la frontera entre Perú y Ecuador. Foto: Amazon Frontlines.

Los primeros días de abril se confirmaba el primer caso de COVID-19 en la Amazonía brasileña. Se trataba de una mujer kokama en el estado de Amazonas, frontera con Perú y Colombia. Después vendrían los reportes de casos en Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia, y el resto de países de América Latina con población indígena.

El coronavirus llegó como un tsunami para arrasar con la población más vulnerable del continente. Cuando empezó la pandemia, la antropóloga peruana especializada en pueblos indígenas, Beatriz Huertas, advirtió que la vulnerabilidad de las comunidades nativas se agravaría debido a  las deficiencias del servicio de salud en sus territorios. No se equivocó.

En los meses siguientes, desde las comunidades se reclamaba atención para los afectados por el COVID-19. Era una constante la falta de medicinas y de personal de salud en los centros de atención. “Con la pandemia se ha podido ver con más claridad cuáles son las necesidades de salud en el lugar que vivimos. Era triste no tener médicos ni medicinas. Cuando íbamos a las comunidades era terrible, las personas estaban con fiebre y no sabíamos cómo conseguir medicinas para atenderlos”, recuerda ahora la lideresa indígena peruana Betty Rubio, presidenta de la Federación de Comunidades Nativas del Medio Napo Curaray y Arabela (Feconamncua).

Las políticas de los gobiernos de América Latina para atender las necesidades de los pueblos originarios han sido criticadas por las federaciones indígenas. En unadeclaración del 23 de diciembre de 2020, la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) señaló que en la Amazonía se viven procesos constantes de exclusión, discriminación y explotación de los territorios, los mismos que “se vieron encrudecidos con la pandemia del COVID-19”.

Benjamín Rodríguez Grandez (a la derecha), presidente de la Federación de Comunidades Nativas Fronterizas del Putumayo (Feconafropu), falleció a consecuencia del COVID-19. Foto: Instituto del Bien Común.

En el mismo documento se recuerda que “las pandemias son solo un síntoma de un planeta enfermo que necesita sanar», por tanto, «es urgente restablecer el equilibrio, la armonía entre los seres y lograr un nuevo acuerdo para la Madre Selva Amazónica que permita evitar más asesinatos, más deforestación e incendios, y detener la extinción y las pandemias”. Coica exhorta, entonces,  a entender la importancia de la Amazonia y los pueblos indígenas que habitan en ella, para la supervivencia del planeta, y hace un llamado a la acción urgente para que se detengan los efectos del cambio climático.

Uno de los últimos reportes sobre el impacto del COVID-19 en los pueblos indígenas de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y COICA indica que la cifra de personas afectadas por el virus en los nueve países amazónicos llega a 1 610 130 casos confirmados. En tanto, el número de fallecidos alcanzó 37 747 personas, hasta el 21 de diciembre de 2020.

Brasil lidera esta triste lista con más de 25 931 muertos; le siguen Bolivia con 6 284 fallecidos, Perú con 3 126 y Colombia con 1 613. El resto de países amazónicos –Ecuador, Venezuela, Guyana, Guyana Francesa y Surinam– no superan las 500 personas fallecidas, según REPAM y COICA.

La partida de los líderes indígenas

El líder awajún Santiago Manuín (al centro) fue otra de las víctimas del COVID-19. Foto: CAAAP.

“Esta pandemia nos está quitando a nuestros sabios”, dijo el líder indígena peruano Zebelio Kayap, tras la muerte del líder awajún  Santiago Manuín Valera a consecuencia del COVID-19.

Santiago Manuín luchó por su vida durante dos semanas. Había sobrevivido a una ráfaga de metralleta durante el conflicto ocurrido en Bagua, Perú, en el año 2009 , pero falleció el miércoles 1 de julio por el coronavirus.

Benjamín Rodriguez fue otro líder indígena en Perú que falleció a consecuencia del COVID-19. Fue uno de los principales impulsores de la creación del Parque Nacional Yaguas y del Área de Conservación Regional Ampiyacu Apayacu, en la región Loreto

Humberto Chota, líder indígena peruano del pueblo Shawi, en la Triple Frontera en Loreto, la zona de frontera entre Perú, Colombia y Brasil; Silvio Valle, alcalde de Masisea y líder del pueblo Shipibo-Konibo en Ucayali y José Tijé, reconocido por ser la última persona que dominaba el Harakmbut, una lengua en peligro de extinción, son algunos de los 27 líderes y lideresas indígenas que fallecieron en Perú a causa del COVID-19.

Robinsón López, coordinador de Derechos Humanos de la Opiac.
Robinson López, coordinador de Derechos Humanos de la OPIAC, perdió la batalla frente al COVID-19. Foto: OPIAC.

En Colombia, Róbinson López,  coordinador de Cambio Climático y Biodiversidad de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) falleció a consecuencia del COVID-19 luego de varios días internado en una unidad de cuidados intensivos.

José de los Santos Sauna Limaco, gobernador del Pueblo Kogui, comunidad indígena de la Sierra Nevada en Colombia, también perdió la batalla frente al COVID-19. Tenía 44 años y falleció los primeros días de agosto. En Bolivia, la nación Sura perdió a Claudio Centeno Quito, uno de sus más importantes líderes.

Con esta pandemia “se han ido millones de conocimientos ancestrales sobre la selva. Conocimientos que pueden salvar al mundo, saberes sobre el manejo de plantas, el manejo de ecosistemas que no lo sabe ningún científico. Para nosotros el mayor dolor es que se va toda una historia de nuestros pueblos”, dijo José Gregorio Díaz Mirabal, quien está al frente de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA). Lea las historias completas en los siguientes enlaces:

Día Internacional de los Pueblos indígenas: perder conocimientos ancestrales por el COVID-19

“Esta pandemia nos está quitando a nuestros sabios”: la tragedia del COVID 19 en los pueblos awajún y wampis

Pueblos indígenas: los más vulnerables frente el avance del coronavirus en América Latina

Latinoamérica: pueblos indígenas cierran sus territorios frente al avance del coronavirus

“El día que desaparezcan los pueblos indígenas también desaparecerá la Amazonía»

Bolivia: el riesgo de las actividades extractivas

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Con la inmovilización decretada por el gobierno, las comunidades indígenas quedaron prácticamente aisladas Foto: Alejandro López.

El 22 de abril, el Gobierno transitorio de Jeanine Añez ordenó la cuarentena total del país y el cierre de fronteras. Esta inmovilización generó desabastecimiento de alimentos y problemas en el acceso a un servicio de salud adecuado para los pueblos indígenas.

Pero la cuarentena no detuvo las actividades extractivas en Bolivia. Los campos deextracción de gas y petróleo continuaron sus actividades. Las comunidades nativas denunciaron que el personal que se desplazaba a los pozos de hidrocarburos no siempre se cumplían con los protocolos de bioseguridad, situación que significaba un riesgo para los pueblos indígenas por cuyos territorios transitaban los trabajadores de estas empresas.

El último reporte de REPAM y COICA del 21 de diciembre indica que la cantidad de indígenas fallecidos por el coronavirus supera las 6 000 personas. Lea las historias completas en los siguientes enlaces:

Bolivia: pueblos indígenas aislados e indefensos ante el coronavirus

Bolivia: indígenas temen avance del COVID-19 por trabajadores de empresas de hidrocarburos

Colombia: Amazonas fue epicentro de la pandemia

Territorios indígenas de conservación. Los indígenas Uitoto, Bora, Muinane y Ocaina construyeron el análisis de los servicios ecosistémicos de sus territorios. Foto: Luisa Fernanda Ortiz - WWF Colombia.
Colombia reportó más de 1500 fallecidos de los pueblos indigenas de la Amazonía por la pandemia del coronavirus Foto: Luisa Fernanda Ortiz – WWF Colombia.

A inicios de abril, los pueblos indígenas de Colombia ya reportaban casos positivos del COVID-19 en dos comunidades: en el pueblo binacional Yukpa, en el departamento de Norte de Santander en frontera con Venezuela y en el pueblo Pastos, en el departamento de Nariño en frontera con Ecuador.

Un mes después se reportaba el avance del coronavirus en el departamento de Amazonas, uno de los más afectados por el nuevo virus en ese país. Desde el inicio de la pandemia, los líderes indígenas de los pueblos amazónicos tikuna, miraña, tariano, yukuna y ocaina, ubicados en la Triple Frontera entre Colombia, Perú y Brasil, reclamaban mayor atención para el departamento y su capital.

La falta de adecuados servicios de salud advertían una crisis sanitaria que, lamentablemente, se concretó. Carencia de equipos de protección para el personal de salud ocasionó una renuncia masiva en el hospital público. Amazonas, con una población mayoritariamente indígena, se convirtió en el departamento colombiano con más contagios por millón de habitantes en ese entonces. Ante este panorama, el gobierno anunció medidas extraordinarias para atender la pandemia en Leticia.

Los indígenas huitotos viven cerca de donde se tienen indicios de pueblos indígenas aislados. Foto: Cortesía Revista Semana - León Darío Peláez.
Los pueblos indígenas del departamento de Amazonas fueron los golpeados por el virus. Foto: Cortesía Revista Semana – León Darío Peláez.

Pero el coronavirus no fue el único peligro con el que lidiaron los pueblos indígenas en el 2020. Grupos armados asesinaron a indígenas en el norte del departamento del Valle del Cauca, mientras las comunidades embera del resguardo Pichicora Chicué Punto Alegre-Rio Chicué en Bojayá, Chocó, quedaron atrapados en medio de los enfrentamientos de dos grupos armados.

Actualmente, la cifra de indígenas fallecidos en Colombia por el COVID-19 supera los 1 500, mientras que los casos positivos están por encima de los 72 000, según estadísticas de REPAM y COICA. Lea las historias completas en los siguientes enlaces:

Grupos armados aprovechan la cuarentena para asesinar a indígenas y defensores en Colombia

Colombia: COVID-19 se dispara en Leticia y atemoriza a los pueblos indígenas de la Amazonía

Chile: el factor turismo para los pueblos indígenas

Indígenas atacameños pidieron al gobierno un cordón sanitario para la comuna de San Pedro de Atacama. Foto: Consejo de Pueblos Atacameños

El fallecimiento de una mujer mapuche de la comunidad indígena Carilafquén, en la región de la Araucanía, a causa del coronavirus, fue la señal de alerta para que líderes indígenas y expertos advirtieran sobre el peligro que significaba el desplazamiento de las personas desde las ciudades hacia las zonas rurales. Esta región con un 33% de población indígena, principalmente de la etnia mapuche, fue una de las que presentó la mayor cantidad de contagios y muertes producto del COVID-19.

Las autoridades de San Pedro de Atacama, una de las zonas turísticas más visitadas del país, solicitaron que se instalara un cordón sanitario para la comuna debido al ingreso sin autorización de turistas. Lea la historia completa aquí.

Ecuador: el reclamo de las nacionalidades indígenas

indigenas ecuador covid
Miembro de una brigada de salud realiza una prueba COVID-19 a la líder waorani Nemonte Nenquimo. Foto: Mitch Anderson / Amazon Frontlines.

Apenas el gobierno ecuatoriano decretó el estado de emergencia –el 3 de marzo– la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) tomó medidas estrictas para evitar el contagio de la enfermedad en sus comunidades: prohibieron la entrada y salida de personas de sus territorios, suspendieron actividades turísticas y cancelaron reuniones.

Sin embargo, para el 17 de abril falleció un anciano de nacionalidad Siekopai en la provincia amazónica de Sucumbíos con diagnóstico probable de COVID-19, además se reportó que alrededor de 20 personas estarían con síntomas del coronavirus. El Pueblo Shuar Arutam (PSHA), en la provincia de Morona Santiago, también informó de muertes que podrían haber estado relacionadas con el virus.

En mayo, la nacionalidad indígena waorani también reportó el fallecimiento de un integrante de la comunidad y otras dos personas en grave estado de salud. Por otro lado, los indígenas Cofán de Sinangoe reclamaron por no tener acceso a alimentos ni medicamentos, debido al rompimiento del puente que comunica su territorio con vías provinciales y nacionales.

Ahora, casi un año después del inicio de la pandemia, la cantidad de indígenas fallecidos en Ecuador suman 378 y las personas que han dado positivo al coronavirus alcanza las 14 264 personas, indica el reporte de REPAM y COICA del 21 de diciembre de 2020. Lea las historias completas en el siguiente enlace:

Ecuador: un anciano muere y los indígenas temen por falta de pruebas diagnósticas para COVID-19

Al menos 14 indígenas siekopai están contagiados con COVID-19 en Ecuador

Ecuador: COVID-19 llega a los indígenas waorani mientras que otros pueblos enfrentan nuevos problemas

Ecuador: las actividades mineras no están de cuarentena en la emergencia sanitaria por el COVID-19

México: las comunidades enfrentaron la pandemia

Cherán, Michoacán
La comunidad indígena de Cherán, en México, tiene entre sus prioridades el cuidado de los mayores y de los niños. Foto: Facebook del Consejo de Jóvenes de Cherán Keri.

Para los purépechas que habitan Cherán, abril es un mes especial, pues representa la época en que expulsaron a quienes talaban sus bosques, empezaron un proceso legal para que reconozcan su gobierno tradicional y celebran su fiesta patronal, motivo por el cual reciben a los migrantes que trabajan en los Estados Unidos.

Pero este año, la presencia del COVID-19 los obligó a suspender las celebraciones y más bien cerraron la entrada a la comunidad. Otras comunidades indígenas purépechas siguieron el ejemplo de Cherán y cerraron sus territorios. La medida de cerrar sus fronteras también la adoptaron comunidades en estados como Oaxaca, Chiapas, Chihuahua y Guerrero.

Abel Barrera, antropólogo del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, lamentó que no se diera una atención adecuada a las comunidades indígenas. Ante la falta de atención gubernamental, han sido las propias comunidades indígenas, las radios comunitarias y algunas organizaciones no gubernamentales las que han difundido información para prevenir la expansión del COVID-19. Lea la historia completa aquí.

Perú: la pandemia llegó pese al cierre de territorios

Pueblo shipibo konibo en Pucallpa. Foto: Ministerio de Cultura.
Pueblo Shipibo Konibo, en Ucayali, fue uno de los más afectados por la pandemia en Perú. Foto: Ministerio de Cultura.

A mediados de marzo, los pueblos indígenas en Perú decidieron cerrar las fronteras de sus territorios apenas se decretó la emergencia sanitaria en el país, como una forma de protegerse del coronavirus. Al mismo tiempo, solicitaron al gobierno que estableciera protocolos específicos de atención a los pueblos originarios ante una posible escasez de alimentos en las comunidades nativas, así como para revertir las deficiencias en los servicios de salud de una población vulnerable.

El 9 de abril, el presidente de entonces, Martín Vizcarra, anunció que su gobierno estaba preparando un plan específico para atender a las comunidades indígenas y amazónicas. Pero esta propuesta no se concretó hasta varios meses después.

Entre fines de abril y los primeros días de mayo, los reportes de casos de COVID-19 empezaron a llegar desde las comunidades nativas de Loreto y Ucayali. Los casos comenzaron a multiplicarse. La Triple Frontera entre Perú, Colombia y Brasil se convirtió en una zona crítica para el COVID-19 y el pueblo tikuna de Bellavista de Callarú en uno de los mas golpeados. Seis decesos por COVID-19 se reportaron en solo una semana.

Personal de salud en Santa Rosa de Serjali, en Sepahua, Ucayali. Foto: Microred de salud Sepahua.

El pueblo Shipibo-Konibo, en Ucayali y las comunidades awajún y wampis en Amazonas también fueron duramente golpeados por la pandemia. Sin medicinas, sin oxígeno y sin personal de salud suficiente, los pueblos indígenas vivieron una pesadilla.

Los planes de atención diferenciados del gobierno se empezaron a implementar dos a tres meses después de iniciada la pandemia. Perú se convirtió en uno de los países amazónicos con mayor cantidad de indígenas fallecidos por COVID-19. Según las estadísticas de REPAM y COICA, hasta el 21 de diciembre se han reportado 215 313 casos positivos del virus y 3126 fallecidos de COVID-19-

Lea las historias completas en los siguientes enlaces:

COVID-19: pueblos indígenas de Perú enfrentan escasez de alimentos y deficiencias en atención de salud

Perú: asesinan a líder indígena y mafias siguen operando durante emergencia por COVID-19

Perú: veinte comunidades indígenas expuestas al COVID-19 tras llegada de once casos positivos a su territorio

COVID-19: muerte y contagios en comunidades tikuna de la triple frontera

COVID-19: organizaciones indígenas demandan acciones concretas en la estrategia aprobada para estos pueblos en Perú

Perú: líderes indígenas reportan 58 fallecidos por COVID 19 en comunidades shipibo konibo de Ucayali

Perú: 221 indígenas han dado positivo al COVID-19 en Loreto

Perú: indígenas en aislamiento y contacto inicial cercados por el COVID-19

Perú: Pleno del Congreso no debate intangibilidad de territorios de PIACI pese a urgencia por COVID-19

Perú: mujeres awajún del bosque de las nuwas luchan contra el coronavirus

Imagen principal: Miembros de la nacionalidad Siekopai en territorio ancestral Siekopai, Amazonia ecuatoriana. Foto Amazon Frontlines y Alianza Ceibo.

Fuente e imagen: Mongabay Latam

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