Page 15 of 246
1 13 14 15 16 17 246

El día después de la censura a Carlos Gallardo: ¿Cuáles son los desafíos del próximo ministro o ministra de Educación? Perú

América del Sur/Perú/24-12-2021/Autor: Diego Pajares Herrada/Fuente: rpp.pe

Tras la censura del ministro Carlos Gallardo, en las próximas horas se debería nombrar a su sucesor. ¿Qué debería tener en cuenta para lograr el consenso y sacar adelante temas tan importantes como el retorno a las clases presenciales?

La censura del ministro de educación Carlos Gallardo y el nombramiento de su sucesor a pocas semanas del anunciado retorno a las clases presenciales en marzo próximo ha encendido las alertas.

Solo poco más del 10 por ciento de alumnos han sido beneficiados en el Perú por las clases presenciales, de acuerdo con las últimas cifras de Unicef. en este sentido, en el país no existía un plan claro para un retorno seguro a las aulas.

«No teníamos un plan claro de regreso a clases [con el ministro Carlos Gallardo]. Es más, nunca supimos si el ministro tenía un plan detallado, ordenado, público, que tenga indicadores claros, métricas de seguimiento, recursos involucrados, actores, con reuniones coordinadas con las regiones y con información que sea de dominio público», dijo a RPP Noticias el especialista en educación Paul Neira.

El nuevo ministro o ministra, indican los expertos, tendrá el enorme reto de cumplir con el plazo anunciado por el propio presidente Pedro Castillo de que los alumnos vuelvan a las aulas de manera presencial, al 100 por ciento, en marzo.

Pero el aspecto político parece haber primado en los primeros cinco meses del gobierno de Perú LibreJuan Cadillo, quien fue ministro durante las primeras semanas de este régimen, recordó que los alumnos deberían ser el centro de las políticas públicas del sector y no los sindicatos de profesores. «Lo que uno tiene que tener es una visión de futuro y qué es lo que tiene que hacer para mejorar la calidad educativa. En función de esta visión, es clave tener en cuenta que el centro son los estudiantes y, a partir de ello, se puede tranquilamente conversar con los sindicatos. La idea clave es cómo nosotros empezamos a desarrollar esa calidad educativa que se requiere para nuestro país».

Carlos Gallardo
El censurado ministro Carlos Gallardo acudió al Congreso para ser interpelado. | Fuente: Andina

El impacto de la pandemia de la COVID-19 en la educación ha sido importante en la salud mental y el retraso de aprendizajes de los alumnos. Sin embargo, el Minedu necesita una reforma que, luego de ocuparse de lo inmediato, realice cambios mucho más profundos.

«En los últimos 60 años hemos tenido 55 ministros de educación. Más o menos uno por año», sostiene el especialista en educación León Trahtemberg. «Y eso habla de una fractura en cualquier proyecto de mediano o largo plazo que requiere la educación para realizarse y eso lo que hace es convertir al Ministerio de Educación en un ministerio conservador, que mantiene los mismos paradigmas hace 50 años. El Perú, obviamente, no está en la primera línea de los desarrollos educativos que hay en el mundo».

Salir del fondo de la tabla de alumnos beneficiados por la presencialidad en Latinoamérica debe ser una prioridad del gobierno. y esto se logrará estableciendo lineamientos claros para el regreso seguro a clases presenciales. Más allá de los sindicatos, los alumnos deben ser la prioridad de cualquier gobierno.

Fuente e Imagen: https://rpp.pe/politica/gobierno/el-dia-despues-de-la-censura-a-carlos-gallardo-cuales-son-los-desafios-del-proximo-ministro-o-ministra-de-educacion-cuanles-noticia-1376727?ref=rpp

Comparte este contenido:

El año de la Pandemia

Por: Miguel Casillas

En marzo de 2020 cuando iniciaba la Pandemia de la COVID-19 y se establecieron las medidas de restricción a la movilidad pública, uno de los sectores más afectados fue el educativo: las escuelas fueron de las primeras instituciones que cerraron sus puertas. Este fenómeno fue universal, por todas partes en el mundo se vieron suspendidas las clases presenciales y fueron afectados millones de estudiantes de todos los niveles educativos. Esta problemática se extendió durante 2021.

Después de los primeros días de alarma y desconcierto generalizado, los gobiernos de todos los países afectados tuvieron que improvisar el sostenimiento de los procesos educativos. Los que tenían mayores recursos y mejores condiciones sociales pudieron migrar a sistemas virtuales, otros que tenían extendidos sistemas de televisión adoptaron estrategias de desarrollo de los cursos sobre esas plataformas. Claramente se ampliaron las diferencias entre quienes pudieron dar continuidad a sus cursos y quienes no tuvieron manera de acceder a ellos.

En México, el resto del 2020 fue un periodo de improvisaciones y experimentaciones. Nunca hubo claridad en las políticas educativas, predominó la incertidumbre, y eso es relativamente explicable dado lo inédito de la pandemia.

2021 fue un año plano, bajo la nueva normalidad, pues en materia educativa predominó una deriva inercial con las modalidades a distancia sin mayor innovación ni previsión hacia el 2022. En efecto, durante todo 2021 se mantuvieron en nuestro país de modo estable las mismas directrices sanitarias y educativas. Es cierto que ocurrió la vacunación masiva, pero las medidas de sana distancia, distanciamiento social, cierre de actividades presenciales, se mantuvieron relativamente estables. Sólo hacia el final del año, y teniendo como base la vacunación de maestros y estudiantes, se hizo un llamado desde el gobierno federal para el retorno a las actividades presenciales, que no ha sido acatado del todo, y se han trasladado las expectativas del retorno a las actividades presenciales para el próximo año con escasa claridad sobre la educación híbrida y los criterios para desarrollar actividades presenciales.

El año que cerramos ha sido muy difícil para la educación superior. Tanto para sus agentes como para sus instituciones. Millones de universitarios tuvieron que sostener sus actividades educativas a la distancia, lo que implicó el acceso a dispositivos que favorecieran la comunicación y el desarrollo de ejercicios, lecturas, evaluaciones y trabajos escolares. Para miles de estudiantes fue imposible y se dieron de baja; para los que permanecen ha sido una época de aprendizajes que exige un fuerte compromiso personal con los estudios. Sólo algunas instituciones desarrollaron estrategias inclusivas y han distribuido equipos y otorgado becas de apoyo para la conectividad para los estudiantes más necesitados; el gasto familiar fue muy significativo. El año cierra sin claridad sobre las cifras de abandono, sin que las autoridades hayan favorecido una amplia reflexión sobre la experiencia escolar en esta situación de emergencia, sin un balance sobre los saberes digitales necesarios para ser un estudiante universitario exitoso. Los profesores e investigadores de la educación superior, por su parte, se hicieron cargo durante todo el año de mantener su trabajo desde casa sin mayor estímulo ni capacitación especial, con sus propios recursos y aprendiendo donde pudieron, pues durante todo el año la autoridad educativa fue incapaz de poner en marcha un programa emergente para apoyar la adquisición de equipos de cómputo y para capacitar masivamente al profesorado universitario. Al finalizar el año no tenemos un balance del gasto privado que el profesorado ha tenido que realizar para sostener su trabajo académico; tampoco hay claridad sobre su grado de habilitación tecnológica, ni estrategias para sentar las bases de una educación híbrida.

Las instituciones de educación superior tuvieron que adaptar sus actividades al trabajo a la distancia, lo que implicó la desmovilización de miles de trabajadores administrativos y manuales al tiempo que la rearticulación de las actividades en nuevos entornos. El cambio ha sido difícil, lo peor es la ausencia de directrices claras para dar continuidad al trabajo concreto. El año cierra con un déficit de información y conocimiento sobre los cambios en la naturaleza del trabajo universitario y sin claridad sobre las habilidades digitales necesarias para ejercerlo eficientemente.

Arrastrados por el optimismo, todos quisiéramos creer que la pandemia habrá de estar controlada el próximo año. Sin embargo, el destino es incierto y deberíamos estar preparados para la potencial adopción de nuevas disposiciones sanitarias restrictivas. Con pandemia o sin ella, el horizonte de una educación híbrida se perfila como ineludible, por lo que habríamos de hacer un balance crítico de lo que realizamos durante este año para aprender y poder mejorar.

Fuente de la información: https://www.educacionfutura.org

Comparte este contenido:

España: Educación admite que las «cifras del coronavirus vuelven a asustarnos»

Europa/España/17-12-2021/Autora: OLGA ESTEBAN/Fuente: www.elcomercio.es

La consejera defiende unos «presupuestos covid» que suman 780,8 millones, 44 más que el este año, gracias en parte a los fondos europeos.

«Volvemos ahora a estar inmersos en un momento complicado». La consejera de Educación reconoció ayer lo que está sucediendo en las aulas asturianas, reflejo del resto de la sociedad. Aumenta de nuevo la incidencia de la covid y los centros educativos sufren la cuarentena de cientos de aulas y alumnos. Por eso, Lydia Espina dedicó parte de su intervención ayer en la Comisión de Hacienda, en la que detalló el presupuesto de la consejería para el próximo año, a describir lo que está suciendo. Y pese a que quiso lanzar un mensaje de «tranquilidad» a toda la comunidad educativa, recordando además que «la vacunación infantil va a ayudar», no obvió que «las cifras del coronavirus vuelven a asustarnos» y dejó claro que «adoptaremos todas las medidas que sean necesarias. No tengan ninguna duda». Eso sí, «cuando los expertos sanitarios nos digan que tenemos que hacerlo».

El martes ambas consejerías, Salud y Educación, mantendrán un encuentro con los directores de los centros para valorar la situación, cómo se están gestionando los protocolos y los casos sospechosos, para hablar del plan de vacunación de los niños de entre 5 y 11 años, y para recordar una vez más los protocolos de ventilación y la obligación de que todas las aulas cuenten con medidores de CO2.

Hasta ahora, Educación no ha cambiado sus indicaciones y solo ha recordado a los colegios que los protocolos siguen vigentes y que debían extremar precauciones. Está por ver si, a poco más de una semana de las vacaciones escolares de Navidad, todo se mantiene igual.

Lo que está claro es que el presupuesto que ayer presentó Espina es aún un «presupuesto covid», que asciende a 780 millones de euros, lo que supone un incremento de 44,2 millones respecto a este ejercicio que ahora finaliza (un 6% más). El aumento se debe, en parte, a los 20 millones que la consejería recibirá de los fondos europeos, a través del Mecanismo para la Recuperación y la Resiliencia (MRR). Del total, 593 millones serán para personal (con un aumento del 5,50%, debido al aumento salarial del 2%, que supondrá 10,7 millones, y del segundo tramo de la carrera docente, con 13,8 millones) y 28 millones para inversiones.

Si bien esta última cifra supone un incremento de casi el 40%, la oposición afeó que buena parte «son cantidades de proyectos que se repiten año tras año» debido a la «baja ejecución». Sea como fuere, los proyectos de Secundaria se llevan las mayores cuantías (3,5 millones para La Corredoria; 2,6 La Florida y 3,4 el Rey Pelayo, en Cangas de Onís).

La mitad de los 3.136 alumnos de la red de0 a 3 no pagan nada

«Existe un debate sobre la gratuidad de esta etapa», dijo ayer la consejera de Educación. Un viejo debate en el que son muchas las voces que la reclaman. Lydia Espina quiso dar «cifras». La red pública de 0 a 3 en Asturias se compone de 71 escuelas en 43 municipios, con 3.136 alumnos. Pues bien, 1.569, el 50%, tienen una bonificación (en función de los ingresos) del 100%. Es decir, no pagaron nada. En total, el 83,77% tienen algún tipo de bonificación (2.627). Solo 509 alumnos pagan el 100% del coste. Dicha red contará con 22 millones el próximo año, entre recursos propios y fondos MRR.

Por otro lado, los presupuestos incluyen 7 millones de euros para la digitalización de las aulas y 10,8 millones para la Formación Profesional. Dentro de este último capítulo se firmará un acuerdo con Fade, por valor de 80.000 euros, para hacer un estudio de los perfiles profesionales demandados y más de 300.000 euros para aulas tecnológicas y aulas de emprendimiento.

Criticaron los grupos de la oposición la falta de apuesta que, a su juicio, existe hacia la Educación Especial, y Lydia Espina recordó que hay 50.000 euros para contratar el proyecto del nuevo colegio de Latores. «Es lo que podemos hacer este año porque la parcela aún no es nuestra». Además, explicó que se van a contratar diez profesores más de Pedagogía Terapéutica y 5 de Audición y Lenguaje. También recibieron críticas la gestión del transporte escolar y la diferencia salarial entre la pública y la concertada, entre otras cosas.

Malestar sindical

Por otro lado, CC OO se mostró ayer preocupado por la evolución de los contagios en las aulas y exigió a la consejería «la contratación de refuerzos covid en todas las etapas tras el parón de Navidad», unos refuerzos que ayer Lydia Espina aseguró que están garantizados para las actuales necesidades. El sindicato pide que se vuelvan a reducir las ratios a los niveles del pasado curso, manteniendo las distancias de seguridad para «garantizar una presencialidad segura». Una presencialidad que, por otro lado, la consejera volvió a comprometer.

Los datos, dice CC OO, «demuestran que las medidas contra el covid en los centros educativos acordados antes del verano han fracasado» y asegura que no se están siguiendo los mismos protocolos que el pasado curso para el confinamiento de aulas.

Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/asturias/educacion-admite-cifras-coronavirus-20211214205052-nt.html

Comparte este contenido:

El Salvador: Gobierno pide que préstamo para reducir brecha digital en escuelas sirva para pagar compromisos desfinanciados en el presupuesto 2021

América Central/El Salvador/17-12-2021/Autor(a): Eugenia Velásquez/Fuente: www.elsalvador.com

El crédito por $214.7 millones adquirido con el BCIE fue aprobado con dispensa de trámite hace dos semanas en la Asamblea. Según el BCIE es para beneficiar a 597,493 estudiantes, pero el Ejecutivo pide ocuparlo para lisiados del conflicto armado y para el subsidio de energía eléctrica, entre otros gastos.

“Es más deuda la que se está adquiriendo. El dinero no irá al Ministerio de Educación, sino que a Hacienda y no sabemos qué harán con este dinero”, afirmó la diputada del partido VAMOS, Claudia Ortiz, cuando en el pleno el resto de sus colegas votaron por el crédito de $214.7 millones para reducir la brecha digital en los centros escolares.

Lo anterior es el motivo del préstamo y bajo ese supuesto es que los diputados oficialistas defendieron su aprobación, incluso, así lo dijo también el jefe de fracción del partido del gobierno, Christian Guevara, en la comisión de Hacienda que se reunió ese día en el transcurso de la plenaria para emitir el dictamen favorable de primera vuelta el pasado 23 de noviembre.

“Lo que estamos viendo es la posibilidad de financiamiento con el BCIE para reducir la brecha digital”, aclaró Guevara en un hilo de tuits que publicó haciendo alusión a las críticas en Twitter que le estaba haciendo un periodista de que el dinero serviría para las finanzas del Estado. “Eso es falso”, alegó Guevara.

Sin embargo, el viceministro de Hacienda, Jerson Rogelio Posada Molina, envió a la Asamblea el pasado 7 de diciembre una petición para que se introduzcan modificaciones a la Ley del Presupuesto de 2021 en el Ramo de Hacienda para incorporar recursos por $214.7 millones. La solicitud será conocida este martes en el pleno.

En la iniciativa se explica que del préstamo ratificado el 30 de noviembre de 2021 denominado “Programa de Reducción de Brecha Digital en Centros Escolares de El Salvador”, el dinero servirá para reembolsar al Estado las erogaciones que fueron realizadas por el Ministerio de Educación dentro de su presupuesto institucional con cargo al fondo general.

“Dicho reembolso genera disponibilidad de recursos de fondos GOES por un monto de hasta $214.7 millones, en ese sentido actualmente el Ministerio de Hacienda requiere de un refuerzo presupuestario por un monto de $214.7 millones para financiar diferentes compromisos prioritarios relacionados con el pago de prestaciones económicas del Fondo de Protección y Rehabilitación de Lisiados y Discapacitados a consecuencia del Conflicto Armado, Obligaciones Generales del Estado, financiar diversas intervenciones tendientes a promover la modernización del Comercio Exterior, fortalecer el pago de contribuciones a Organismos Internacionales; así como para financiar el subsidio al consumo de energía eléctrica residencial, entre otros”, reza parte de la moción que ha llegado a la Asamblea.

Hacienda justifica que del Fondo General del Estado el gobierno aportó previamente dentro del presupuesto votado para el presente ejercicio fiscal la compra de recursos tecnológicos, lo cual incluyó, entre otros, computadoras portátiles y tablets, conectividad a internet como un elemento fundamental y transversal para docentes y estudiantes del sistema de educación pública, “a fin de lograr aprendizajes de calidad desde el nivel de Educación Inicial hasta Educación Media”.

Es así que el desglose de los $214.7 millones quedaría así: para aumentar las asignaciones de las Unidades Presupuestarias de la Dirección y Administración Institucional por un monto de $8.2 millones; financiamiento al programa de Rehabilitación de Lisiados con $9.4 millones; Obligaciones Generales del Estado con $191.5 millones, que incluye contribuciones a organismos internacionales, provisión para la devolución de ingresos de años anteriores, devolución del IVA a exportadores, y devolución del Impuesto sobre la Renta; y financiamiento al Fondo de Inversión Nacional en Electricidad y Telefonía con $5.5 millones.

Según una publicación en el sitio oficial del BCIE del 26 de noviembre de 2021, se explica que el contrato de préstamo que suscribieron con el gobierno de El Salvador es para la adquisición de 592,021 computadoras tipo laptop y 6,807 accesorios especializados para personas con discapacidad, profesores y estudiantes.

“Suscribir este préstamo es de mucha importancia para la educación en El Salvador, estamos muy contentos de lograr en tiempo récord esta formalización con la que tenemos la seguridad de que será de gran provecho, tanto para los niños y jóvenes, como para facilitar las actividades académicas de los docentes”, expresó el presidente ejecutivo del BCIE, Dante Mossi, según se desprende de la publicación en el sitio de Internet de ese organismo internacional.

Se añade que la operación beneficiará a 597,493 alumnos y docentes en todo el país facilitándoles una computadora para estudiar. Que dicho proyecto surgió en el contexto de la pandemia por COVID-19 que obligó a la suspensión de clases presenciales en las escuelas y mostró la necesidad de fortalecer la digitalización para aprovechar el abanico de herramientas educativas que se encuentran disponibles.

Según el BCIE se espera que mejoren los índices en materia de conectividad y acceso a Internet en 61 y 47 puntos porcentuales para estudiantes y docentes, respectivamente.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/ministerio-de-hacienda-asamblea-prestamos-deuda/909340/2021/

Comparte este contenido:

Informe: Los estudiantes podrían perder 15 billones a lo largo de su vida como consecuencia de la pandemia en el mundo

Banco Mundial, UNESCO y UNICEF piden Programas de Recuperación del Aprendizaje y una mayor inversión en educación en los paquetes de estímulo

Un informe sobre las consecuencias educativas de la pandemia de coronavirus cifra en 17 billones de dólares (unos 15 billones de euros) lo que perderán los actuales estudiantes a lo largo de toda su vida como consecuencia del impacto de la COVID-19. En su punto álgido, la pandemia ha interrumpido la educación de 1.600 millones de estudiantes.

El informe ‘El estado de la crisis mundial de la educación: Un camino hacia la recuperación’ recoge así que se podría perder en torno al 15 por ciento del PIB mundial actual por el cierre de centros educativos por el virus. El texto ha sido elaborado por el Banco Mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

La nueva proyección revela que el impacto es más grave de lo que se pensaba y supera con creces las estimaciones de 10 billones de dólares publicadas en 2020.

Además, muestra que en los países de ingresos bajos y medios, la proporción de niños que viven en situación de pobreza de aprendizaje –que ya era del 53 por ciento antes de la pandemia– podría llegar al 70 por ciento debido a los largos cierres de las escuelas y a la ineficacia de la enseñanza a distancia para garantizar la plena continuidad del aprendizaje durante los cierres de los colegios.

«La crisis del COVID-19 paralizó los sistemas educativos de todo el mundo», ha explicado el director mundial de Educación del Banco Mundial, Jaime Saavedra. «Ahora, 21 meses después, las escuelas permanecen cerradas para millones de niños y es posible que otros nunca vuelvan a las aulas. La pérdida de aprendizaje que están experimentando muchos niños es moralmente inaceptable», ha remachado.

La consecuencia directa es el impacto «devastador» en la productividad, los ingresos y el bienestar futuros de esta generación de niños y jóvenes, sus familias y las economías del mundo.

Las simulaciones que estiman que los cierres de escuelas provocan importantes pérdidas de aprendizaje están siendo corroboradas por datos reales. Por ejemplo, los datos regionales de Brasil, Pakistán, India, Sudáfrica o México muestran pérdidas sustanciales en matemáticas y lectura.

PÉRDIDAS PROPORCIONALES A LA DURACIÓN DE LOS CIERRES

El análisis muestra que en algunos países las pérdidas de aprendizaje son aproximadamente proporcionales a la duración de los cierres. Sin embargo, existe una gran heterogeneidad entre los países y según la materia, el estatus socioeconómico de los estudiantes, el género y el nivel de grado.

Por ejemplo, los resultados de dos estados de México muestran pérdidas de aprendizaje significativas en lectura y en matemáticas para los estudiantes de 10 a 15 años. Las pérdidas de aprendizaje estimadas fueron mayores en matemáticas que en lectura y afectaron de forma desproporcionada a los alumnos más jóvenes, a los estudiantes de bajos ingresos y a las niñas.

Salvo algunas excepciones, las tendencias generales en todo el mundo se alinean con los hallazgos de México, lo que sugiere que la crisis ha exacerbado las desigualdades en la educación. Los niños de hogares con bajos ingresos, los niños con discapacidades y las niñas tenían menos probabilidades de acceder al aprendizaje a distancia que sus compañeros.

Esto se debe a la falta de tecnologías accesibles y a la disponibilidad de electricidad, conectividad y dispositivos, así como a la discriminación y las normas de género.

Los estudiantes más jóvenes tenían menos acceso a la enseñanza a distancia y se veían más afectados por la pérdida de aprendizaje que los estudiantes de más edad, especialmente entre los niños en edad preescolar en etapas cruciales de aprendizaje y desarrollo.

DESIGUALDAD

El impacto perjudicial en el aprendizaje ha afectado de forma desproporcionada a los más marginados o vulnerables. Las pérdidas de aprendizaje fueron mayores para los alumnos de menor nivel socioeconómico en países como Ghana, México y Pakistán.

Los primeros indicios apuntan a que las pérdidas son mayores entre las niñas, ya que están perdiendo rápidamente la protección que la escuela y el aprendizaje ofrecen a su bienestar y a sus oportunidades en la vida.

«En algunos países, estamos viendo mayores pérdidas de aprendizaje entre las niñas y un aumento del riesgo de que se enfrenten al trabajo infantil, la violencia de género, el matrimonio precoz y el embarazo», ha señalado el director de Educación de UNICEF, Robert Jenkins.

El informe subraya además que, hasta la fecha, menos del 3 por ciento de los paquetes de estímulo de los gobiernos se han destinado a la educación. «Se necesitarán muchos más fondos para la recuperación inmediata del aprendizaje», destacan los autores.

PROGRAMAS DE RECUPERACIÓN DEL APRENDIZAJE

Por ello, piden que la reapertura de las escuelas sea una prioridad «máxima y urgente» a nivel mundial para frenar y revertir las pérdidas de aprendizaje. «Los países deben poner en marcha Programas de Recuperación del Aprendizaje con el objetivo de asegurar que los estudiantes de esta generación alcancen al menos las mismas competencias de la generación anterior», han planteado.

Estos programas deben cubrir tres líneas de acción clave: consolidar el currículo, ampliar el tiempo de instrucción y mejorar la eficiencia del aprendizaje. «Debemos hacer de los niños y los jóvenes una verdadera prioridad en medio de todas las demás exigencias de la respuesta a la pandemia. Su futuro y nuestro futuro colectivo dependen de ello», ha apuntado la subdirectora general de Educación de la UNESCO, Stefania Giannini.

El informe incluye una serie de recomendaciones para construir sistemas educativos más resistentes a largo plazo: Invertir en el entorno propicio para liberar el potencial de las oportunidades de aprendizaje digital para todos los estudiantes; reforzar el papel de los padres, las familias y las comunidades en el aprendizaje de los niños; garantizar que los profesores tengan apoyo y acceso a oportunidades de desarrollo profesional de alta calidad y aumentar la proporción de la educación en la asignación del presupuesto nacional de los paquetes de estímulo.

Fuente: https://www.europapress.es/internacional/noticia-estudiantes-podrian-perder-15-billones-largo-vida-consecuencia-pandemia-20211206144309.html

Contador
Comparte este contenido:

Un mundo que busca la seguridad

Por: Dinorah García Romero

Los pueblos tienen la necesidad de un mundo más seguro. Esta seguridad cada día se siente amenazada por imprevistos como las pandemias; y por hechos calculados y planificados, como las guerras y los distintos tipos de delincuencia.

Formamos parte de un mundo marcado por avances extraordinarios en órdenes diversos. Por ello participamos de escenarios en los que las ciencias y las tecnologías, con bastante frecuencia, sorprenden con cambios e innovaciones. Estos adelantos ponen en evidencia la gran capacidad que tiene el ser humano para la invención y la recreación. Los avances indicados permiten la solución de múltiples problemas que aquejan a la humanidad en muchos ámbitos; especialmente, en materia de salud, educación, comunicación y alimentación. En estos aspectos, el desarrollo es notable y su impacto en la vida de las personas y de los pueblos es evidente y, por tanto, innegable. Pero, los adelantos no llegan con el mismo potencial ni con la rapidez requerida a las diferentes naciones. Las más desarrolladas se benefician de forma directa e intensiva; de forma indirecta y lenta, las naciones más pobres. La distribución de los resultados de los avances es cada vez más desigual en el mundo. Los beneficios de las transformaciones generadas por las ciencias y las tecnologías son exiguos para los países en desarrollo; son exorbitantes para los países ricos. Esta situación acentúa el déficit de solidaridad y de voluntad política para compartir los bienes que  conllevan los progresos científicos y tecnológicos. La gestión y la distribución de los bienes que derivan de estos avances constituyen un obstáculo al desarrollo global de los pueblos. Se percibe una gestión y una distribución centralizada y poco alentadora de la fraternidad universal. Un ejemplo claro es la crisis que supone la desigual adquisición de las vacunas necesarias para contrarrestar la COVID-19. Mientras hay países a los que les sobran vacunas, a otros les falta la primera dosis, como sucede en África. Hay una voluntad clara de retener para sí los bienes científicos y tecnológicos, que deben ser de todos.

En medio de una crisis de la igualdad en el mundo, se produce una búsqueda intensa de la seguridad de las personas y de la sociedad en general. Vivimos la contradicción de un mundo que, por sus progresos científicos y tecnológicos, se ha convertido en una aldea global. Pero esta aldea cada día siente el peso de la inseguridad. Las variantes de la COVID-19 no dan tregua. Esta inseguridad, provocada por diferentes factores, particularmente por las variantes que se producen en este tiempo de pandemia, genera en las personas y en los pueblos una experiencia signada por condiciones de inseguridad y de inestabilidad. Somos parte de un mundo que tiene la necesidad de sentirse seguro; que busca cómo liberarse de todo aquello que limita su acción y sus capacidades. Es una búsqueda de nivel mundial. El poderío que exhibe el mundo a partir del uso inteligente de las innovaciones de las ciencias y de las tecnologías, contrasta con la inseguridad que viven las naciones en estos tiempos. Este fenómeno constituye un desafío para los científicos y para la gente común. En la base de esta inseguridad está la falta de visión del liderazgo mundial sobre la importancia de pensar y de buscar la seguridad colectiva. La superación de la inseguridad ha de ser un compromiso colectivo. Este requiere voluntad política y un ejercicio solidario real dentro de cada país y entre los países. La seguridad no solo se afecta con la aparición de variantes. Se lesiona de forma grave con la delincuencia social, con la corrupción y con la impunidad. Esta tríada está vigente en el mundo que habitamos. Los líderes del mundo han de hacer un esfuerzo conjunto para pensar de forma holística. Los ciudadanos también han de aportar sus conocimientos y experiencias para contribuir a la construcción de un mundo más solidario y seguro. Los pueblos tienen la necesidad de un mundo más seguro. Esta seguridad cada día se siente amenazada por imprevistos como las pandemias; y por hechos calculados y planificados, como las guerras y los distintos tipos de delincuencia. Hemos de apoyar la construcción de una sociedad global más sana, segura y resiliente

Fuente: https://acento.com.do/opinion/un-mundo-que-busca-la-seguridad-9012910.html

Comparte este contenido:

En 2020, 5.7 millones de niños dejaron de asistir a la escuela: Mejoredu. México

América del Norte/México/10-12-2021/Autor(a): Emir Olivares Alonso/Fuente: www.jornada.com.mx

Ciudad de México. En 2020, alrededor de 5.7 millones de niños y adolescentes de entre 3 y 17 años en México se encontraban fuera de la escuela, la cifra es equivalente a 17.5 por ciento de la población de ese rango de edad en el país.

Ese es uno de los hallazgos de los Indicadores nacionales de la mejora continua de la educación en México, cifras del ciclo escolar 2019-2020, realizado por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu).

El número de niños en ese rango de edad que no asisten en la escuela es aún mayor en las zonas indígenas y de muy alto rezago social, con 39.7 y 53 por ciento, respectivamente, de acuerdo al reporte.

La población que no asiste a los colegios en el país se concentra sobre todo en los grupos de edad de tres a cinco y de 15 a 17 años.

Al presentar algunos de los resultados en una conferencia virtual, Gabriela Naranjo Flores, titular de la Unidad de Apoyo y Seguimiento a la Mejora Continua e Innovación Educativa de Mejoredu, aseveró que en una década (de 2010 a 2020) “se registran avances magros en la disminución de la desafiliación escolar”.

La Mejoredu aclara en el reporte que se distancia del término “abandono escolar” al considerar que responsabiliza a los alumnos de la interrupción de sus estudios, sin tomar en cuenta factores de tipo social, económico, familiar e incluso escolar, que se pueden constituir como barreras y obstaculizar el desarrollo de trayectorias completas e ininterrumpidas. En su lugar, propone el concepto de “desafiliación escolar”.

El informe –del que dio cuenta la semana pasada La Jornada— indica que más de un millón de estudiantes que se habían matriculado a primaria, secundaria y nivel medio superior en el ciclo escolar 2018-2019 dejaron sus estudios. La problemática se acentúa sobre todo en el bachillerato.

Al desagregar los datos, se muestra que en primaria 96 mil 957 niños (0.7 por ciento de la matrícula de ese nivel) no concluyeron el nivel escolar referido; para secundaria la tasa de desafiliación escolar fue de 4.8 por ciento, es decir, 308 mil 923 adolescentes; mientras para educación media superior el indicador ascendió a 13 por ciento, esto es, 683 mil 544 jóvenes que se separaron de sus estudios antes de concluir el tipo educativo.

Como informó La Jornada el lunes pasado, al dar cuenta de los primeros resultados de este análisis, la pandemia influyó en el abandono escolar.

La especialista dijo en la presentación que los indicadores preliminares sobre el impacto del Covid-19 en la formación académica en el país arrojaron una reducción de la matrícula de 763 mil 299 niños, niñas, adolescentes y jóvenes de todos los niveles de formación obligatoria para el ciclo escolar 2020-2021.

Naranjo Flores agregó que la escolaridad promedio de la población de 15 años o más se ha incrementado en 1.1 grados en una década, lo que ha implicado un esfuerzo considerable para el sistema educativo.

A pesar de ello, acotó, “con este ritmo de avance tomarían casi 18 años para que toda la población alcance por lo menos a completar la educación media superior”.

También en entre 2010 y 2020 el porcentaje analfabetismo disminuyó al pasar de 6.7 a 4.8 por ciento de la población de 15 años o más en México que no sabe leer y escribir.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/12/06/sociedad/en-2020-5-7-millones-de-ninos-dejaron-de-asistir-a-la-escuela-mejoredu/

Comparte este contenido:
Page 15 of 246
1 13 14 15 16 17 246