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Llueva, truene o relampaguee

Por: Carlos Ornelas

Como muchos, estoy convencido de que el presidente Andrés Manuel López Obrador es porfiado, hasta la necedad, según él mismo. Allá por 2007, corrió la chirigota de que al presidente Felipe Calderón lo habían hecho sin reversa. Pienso que López Obrador tiene las calificaciones necesarias para superar a su némesis, aun con la reversa puesta.

En la mañanera del 14 de julio expresó rotundo: “No hay nada que lo impida, hay un pequeño rebrote, afortunadamente, de contagios (por el covid-19), pero ya tenemos más vacunación y por lo mismo hay menos riesgos y ya no podemos seguir con las escuelas cerradas”.

Por la noche de ese mismo día, la Secretaría de Salud avisó de más de 12 mil contagios, muchos para “un pequeño rebrote”. Con todo y que el Presidente estipuló que hay menos riesgos, el número de personas contagiadas crece y, por desgracia, también el de fallecimientos.

Mas el Presidente construye su realidad alternativa —sus otros datos— y rechaza evidencias que muestran el contexto real. Y, si se da cuenta del problema, lo disimula, se fuga hacia adelante e insiste en su convicción.

El fin de semana pasado, en Boca del Río, Veracruz, el presidente López Obrador insistió —y con ardor— en su apuesta: “Vamos a reiniciar las clases, va a iniciar el nuevo ciclo escolar a finales de agosto, llueve truene o relampaguee no vamos a mantener cerradas las escuelas. Ya fue bastante” (Excélsior, 24/07/2021).

Tal vez el Presidente tenga un diagnóstico de la situación. En efecto, ciertos segmentos sociales demandan el retorno a clases presenciales —y lo hacen con razones de peso, por el agobio para todos los actores del sistema educativo—, pero siempre, aun los más vehementes, ponen por delante la seguridad sanitaria.

Obvio, el Presidente señala que debe hacerse con cuidado y la Secretaría de Educación Pública añade que con protocolos de sanidad. Pero nadie en el gobierno dice de dónde saldrán los recursos para poner en práctica esas reglas. Al contrario, el sector educativo sufre con frecuencia recortes en su presupuesto.

Sin embargo, el ambiente no es favorable a la prescripción del Presidente. No tiene una estrategia efectiva para combatir la pandemia, la tercera ola va en ascenso, se calcula que la cresta será en la segunda semana de agosto. Ergo, los riesgos mínimos que observa López Obrador no son tan exiguos.

En las dos ocasiones el Presidente fue perentorio; dio a entender que su palabra es la ley. Y, como espera lealtad ciega de subordinados y seguidores, es casi seguro que el 30 de agosto habrá ceremonias de inicio de cursos en muchas escuelas. En la SEP, cavilo, ya preparan directrices para los consejos técnicos escolares y cabildean con autoridades estatales para que cumplan con la línea que tiró López Obrador.

No obstante, si el Presidente no tiene reversa, algunos pueden ponerle frenos. Por ejemplo, a la persistencia del Presidente se opone la obstinación de sus antiguos aliados de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Sus líderes ratifican que no aceptarán clases presenciales hasta que todos estén vacunados, incluso los alumnos.

La corriente que capitanea Alfonso Cepeda Salas es más cauta. Asegura que apoya la propuesta del Presidente, pero que la seguridad de sus agremiados y los alumnos es prioritaria. Con su cuidada retórica, Cepeda Salas le dice sí, pero con mil condiciones.

El entorno es complejo, la pandemia no cede. Es cierto que el encierro fatigó a la niñez más que a los adultos. Pero regresar a clases en condiciones inseguras es un riesgo alto.

La bronca es que el Presidente ya dictó, no tiene dudas, lo cual, cavilo, inhibe a la SEP de buscar alternativas.

Fuente e Imagen: http://www.educacionfutura.org/llueva-truene-o-relampaguee/

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Argentina: San Juan y otras 7 provincias retornan a clases presenciales con protocolos tras el receso

América del Sur/Argentina/06-08-2021/Auto(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

La provincia de Buenos Aires, Jujuy, Santa Cruz, Santiago del Estero, Tierra del Fuego, San Juan, Corrientes y Salta retomarán a partir de mañana las clases presenciales con protocolos sanitarios, a raíz de la pandemia de coronavirus tras el receso escolar de invierno.

En tanto, en la Ciudad de Buenos Aires el plan de regreso a los colegios se irá implementando entre el 4 y el 31 de agosto próximo en forma escalonada en los distintos niveles educativos.

El plan de regreso será en burbujas que abarcarán a la clase completa de alumnos y se aplicará en etapas entre el 4 y el 23 de agosto próximos, después del receso escolar y las dos jornadas del 2 y el 3 para exámenes.

Puntualmente, desde el miércoles 4 volverán los alumnos de 4to y 5to año de secundaria, los de 5to y 6to año de técnica; en tanto que el 9 de agosto regresarán los restantes cursos de 1ero, 2do y 3ro de secundaria y 1ero, 2do, 3ero y 4to de secundarias técnicas.

El 17 de agosto retornarán los chicos y las chicas del nivel primario, los de modalidad especial, los de escuela para adultos, los del nivel superior no universitario y de los Centros de Formación Profesional.

Y el 23 de agosto será la fecha para el regreso de los niños y niñas del nivel inicial.

En la provincia de Buenos Aires, un total de 4.150.000 alumnos que cursan sus estudios en un total de 16.000 establecimientos regresarán a clases presenciales «cuidadas» en contexto de pandemia.

De esa manera, los 65 municipios de fase 3 y los 70 de fase 4 tendrán clases presenciales.

Mañana lunes, en Santiago del Estero retomarán las clases presenciales todos los niveles y modalidades del sistema educativo con el sistema de burbujas en escuelas de matrículas elevadas y cada grado o sección se dividirá en dos grupos, que se alternarán una semana cada uno en la presencialidad.

En Salta, los alumnos de los niveles inicial, primario, secundario y técnico retornarán a clases este lunes, tras el receso invernal que se extendió una semana más a raíz de las jornadas pedagógicas para instrumentar los criterios de promoción, evaluación, acreditación y cierre.

También mañana retoman las clases Jujuy, Tierra del Fuego, Santa Cruz y Corrientes.

Según el cronograma de vacaciones escolares de invierno, la semana del 26 de julio retornaron a clases Catamarca, Córdoba, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, Mendoza, Misiones, Neuquén, San Luis, Santa Fe, La Rioja y Tucumán, que iniciaron sus vacaciones el 12 de julio.

En Santa Fe las clases se reiniciaron con presencialidad en todos los niveles y la ampliación del tiempo de los alumnos en las escuelas de una hora en el nivel primario y de dos en el secundario.

En Córdoba, retomaron la presencialidad de alternancia, con el incremento de una hora más de clase en los niveles primario y secundario.

En Formosa, las clases presenciales volvieron de manera parcial, con horarios reducidos y de forma progresiva y no obligatoria.

En tanto, en Entre Ríos se reanudaron con la carga horaria completa.

Por su parte, en Tucumán, retornaron las clases presenciales todos los días con protocolos.

En Río Negro, 230.584 alumnos de todos los niveles volvieron a las aulas con el protocolo de presencialidad cuidada y el sistema combinado de clases virtuales y presenciales, en forma alternada, según voceros de Educación provincial.

También regresaron en Neuquén, con la asistencia de todo el trayecto educativo obligatorio, que va de las salas de 3 años hasta el secundario completo.

En San Luis, las clases regresaron con modalidades presencial, virtual o combinada y los tutores podrán elegir cualquier modalidad o combinar ambos sistemas de enseñanza, previa comunicación con sus escuelas.

Por su parte, la Dirección General de Escuelas de Mendoza había establecido el regreso a las aulas el jueves 29 de julio, tras el receso invernal y de las jornadas institucionales previstas entre el 26 y el 28.

A su vez, los alumnos de La Pampa volvieron a las clases con un sistema bimodal virtual y presencial.

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/San-Juan-y-otras-7-provincias-retornan-a-clases-presenciales-con-protocolos-tras-el-receso-invernal-20210801-0058.html

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China endurece medidas de contención epidémica en escuelas de todo país

Asia/China/06-08-2021/Auto(a) y Fuente: Spanish.xinhuanet.com

Los docentes y estudiantes de escuelas primarias y secundarias solo podrán regresar a las escuelas cuando sus condiciones de salud cumplan con los requisitos establecidos para la contención de la COVID-19, dijo este lunes el Ministerio de Educación de China.

Una circular emitida recientemente por la cartera y la Comisión Nacional de Salud pide a las escuelas de todo el país que comprendan que la prevención y el control de epidemias es una tarea dura y a largo plazo.

En este sentido, se deben endurecer las medidas de contención y monitoreo, asegurar la ventilación y desinfección y establecer la comunicación con las comunidades y autoridades, de acuerdo con la circular.

También pide a las escuelas que promuevan la educación física y el ejercicio, y empleen un número suficiente de personal sanitario como lo exigen las normas nacionales.

Fuente e Imagen: http://spanish.xinhuanet.com/2021-08/02/c_1310102870.htm

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Capitalismo y patriarcado, sin igualdad de género en el trabajo

Por: Eduardo Camín

Un año y medio después de entrar en la pandemia de la Covid-19, la igualdad de género en el mundo del trabajo ha empeorado, ya que este año habrá 13 millones menos de mujeres empleadas que en 2019, mientras que el empleo de los hombres podría recuperar los niveles de dos años atrás.

Un nuevo análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destaca que aunque el crecimiento del empleo femenino previsto para 2021 supera al de los hombres, no alcanzará para devolver a las mujeres a los niveles de empleo anteriores a la pandemia.

A pesar que todos nuestros países y sus gobiernos han aprobado convenciones, tratados y convenios internacionales, y se han comprometido en cuanta conferencia internacional les sale al paso, a reducir la discriminación, las brechas de desigualdad, y a generar mayor igualdad entre mujeres y hombres, la realidad muestra otra realidad. La igualdad de género en el trabajo ha empeorado. Las mujeres han sufrido pérdidas desmesuradas de empleo e ingresos, debido también en parte, a su sobrerrepresentación en los sectores más afectados, y muchas siguen trabajando en primera línea, sosteniendo los sistemas de cuidados, las economías y las sociedades y a menudo realizando también la mayor parte del trabajo de cuidados no remunerados.

A nivel mundial, entre 2019 y 2020, el empleo de las mujeres se redujo en un 4,2 por ciento, el equivalente a una caída de 54 millones de puestos de trabajo, mientras que el empleo de los hombres se redujo en un tres por ciento, o 60 millones de puestos de trabajo. En 2021 solo el 43,2 por ciento de las mujeres en edad de trabajar estarán empleadas, frente al 68,6 por ciento de los hombres en edad de trabajar.

 La OIT asegura en el informe  

Avanzar en la reconstrucción con más equidad: Los derechos de las mujeres al trabajo y en el trabajo, en el centro de la recuperación de la COVID-19 , que la desproporcionada pérdida de empleos e ingresos sufrida por las mujeres durante la pandemia seguirá en el futuro. Según la reseña de la OIT, las mujeres han sufrido una pérdida de empleo e ingresos desproporcionada, debido a su excesiva presencia en los sectores más afectados, como los servicios de alojamiento y servicio de comidas y el sector manufacturero.

Sin embargo, no todas las regiones se han visto afectadas de la misma manera. La región de las Américas experimentó la mayor pérdida de empleo femenino a consecuencia de la pandemia (-9,4 por ciento). El segundo mayor descenso en el número de mujeres empleadas se observó en los Estados Árabes. Entre 2019 y 2020, el empleo femenino se contrajo un 4,1 por ciento, y el de los hombres un 1,8 por ciento.

En Asia y el Pacífico, la crisis de la pandemia provocó una disminución del empleo femenino del 3,8 por ciento, frente a una disminución del 2,9 por ciento en el caso del empleo de los hombres. En Europa y Asia Central, la crisis de la COVID-19 ha reducido el empleo de las mujeres considerablemente más que el de los hombres, provocando una disminución del 2,5 por ciento y del 1,9 por ciento, respectivamente.

Trabajo decente, empleo indecente

En 1999, Juan Somavia –primer director general de la OIT (fundada en 1919) proveniente del hemisferio sur– presentó su memoria en la 87° Conferencia Internacional del Trabajo denominada “Trabajo Decente”.   En ella introduce el mencionado concepto, caracterizado por cuatro objetivos o pilares estratégicos: los derechos en el trabajo, las oportunidades de empleo, la protección social y el diálogo social.

A pesar que los términos «empleo» y «trabajo» se usan como sinónimos, destacamos que este alude a una categoría de actividad humana más amplia que aquel. Debemos indicar que la OIT  define al trabajo como el conjunto de actividades humanas, remuneradas o no, que producen bienes o servicios en una economía, o que satisfacen las necesidades de una comunidad o proveen los medios de sustento necesarios para los individuos. Mientras que el empleo es definido como «trabajo efectuado a cambio de pago (salario, sueldo, comisiones, propinas, pagos a destajo o pagos en especie)» sin importar la relación de dependencia (si es empleo dependiente-asalariado, o independiente-autoempleo). Actualmente, el trabajo decente es un concepto que busca expresar lo que debería ser, en el mundo globalizado, un buen trabajo o un empleo digno.

El trabajo que dignifica y permite el desarrollo de las propias capacidades no es cualquier trabajo; no es decente el trabajo que se realiza sin respeto a los principios y derechos laborales fundamentales, ni el que no permite un ingreso justo y proporcional al esfuerzo realizado, sin discriminación de género o de cualquier otro tipo, ni el que se lleva a cabo sin protección social, ni aquel que excluye el diálogo social.

Entre capitalismo y patriarcado, concepto y amnesia

Aun suele ocurrir que resulte difícil, y en ciertos casos imposible, distinguir exactamente la semántica de los organismos internacionales. Por eso a veces es necesario darle otra visión a esta parafernalia conceptual y ampliar la disyuntiva de los horizontes, generando el debate sobre  los (des)conocimientos que adolecen los informes, que se puede definir como un producto en constante construcción , pero siempre con los mismos materiales.

Urge  recordar que el capitalismo es un sistema económico basado en relaciones de explotación y de expoliación cuyo objetivo es la búsqueda de la mayor ganancia posible a través de la reducción progresiva de costos. Mientras tanto, el patriarcado es una forma de organización política, social, económica, ideológica y religiosa basada en la idea de la autoridad y superioridad de lo masculino sobre lo femenino, fundamentada ridículamente en mitos y que se reproduce a través de la socialización de género.

Dos evidencias conceptuales que en muchas ocasiones no se tiene conciencia de ello, y tampoco se cuestiona por haberlo visto siempre como algo “natural”. Si bien es un hecho inapelable que el patriarcado surgió mucho antes que apareciera el capitalismo, es precisamente con la aparición de éste donde se refuerza y profundiza la división sexual del trabajo: el trabajo para el mantenimiento de la vida (trabajo reproductivo o del cuidado) atribuido a las mujeres, y el trabajo para la producción de los medios de vida atribuído a los hombres.

Cuando aparece la producción excedentaria surge la necesidad de la acumulación de la riqueza y la división del trabajo en la familia sirvió de base para distribuir la propiedad entre hombre y mujer, como sostiene Federico Engels “el primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases, con la del sexo femenino por el masculino”. A partir de entonces, la esfera de lo reproductivo pasó a ocupar un segundo plano, después pasó a institucionalizarse mediante la costumbre, la religión y las leyes, que le asignaban la “superioridad” a lo masculino sobre lo femenino.

Las desigualdades de género se han ido reproduciendo hasta la fecha, por imposición social, lo que conlleva a que actualmente pervivan grandes desigualdades económicas entre hombres y mujeres. De esta manera, la diferencia biológica de ser hombre o ser mujer se convierte, en la práctica, en un determinante para acceder al empleo –y en particular, a determinados tipos de empleo– y limita, sobre todo, las posibilidades de las mujeres aumentando sus dificultades para insertarse o progresar en el mercado laboral.

El capitalismo y el patriarcado les niegan a las mujeres tener acceso y control sobre los recursos económicos internos y externos, y de esta manera permiten que se mantenga invisibilizado el aporte del trabajo doméstico o reproductivo en los agregados macroeconómicos. Bajo estas condiciones, las mujeres son explotadas y expoliadas, al igual que los hombres bajo el sistema capitalista; pero con un impacto diferenciado.

En las últimas décadas se han mantenido las desigualdades en cuanto al acceso y control de recursos económicos que permitan la autonomía económica de las mujeres. Los hombres tienen más acceso al trabajo remunerado que las mujeres debido a que las éstas son las que mayormente asumen las responsabilidades domésticas. Y en cuanto al acceso a propiedad de empresas existe una brecha muy marcada entre hombres y mujeres. El modelo neoliberal, a través de los ajustes fiscales y la reducción del gasto social, ha provocado que la carga del trabajo doméstico se incremente, puesto que la reducción del gasto social se traduce en eliminación o “focalización” de subsidios, escasez de medicamentos, reducción de los servicios sociales públicos, lo que contribuye a que se dediquen más horas de trabajo no remunerado a los cuidados de personas adultas, niñez, y discapacitados. Esto deriva en que los impactos ocasionados por los programas de ajuste no han sido neutrales con respecto al género.

Bajo la crisis actual -con pandemia o sin ella-, a la que nos ha llevado el capitalismo y que no sólo es económica sino también ecológica, social y política; es necesario integrar dentro de los paradigmas teóricos de la economía tanto la igualdad de género como el principio de la sustentabilidad ambiental en los procesos de producción y consumo.
Muchas veces nos invade el sentimiento que hablar de las injusticias del capitalismo, en las “multinacionales del humanismo”, está prohibido, es un tema tabú, no obstante este es el pecado original por el cual se desatan todas las catástrofes humanitarias, de un sistema condenado por la historia.

No sólo se trata de “incluir a las mujeres” en las cuentas y en los indicadores de las estadísticas nacionales, ni en  los informes internacionales,  sino más bien de cambiar la lógica del funcionamiento del sistema económico, cambiar la lógica de la acumulación por la lógica del mantenimiento de la vida, en todas sus formas. Trabajo decente sí… pero la historia sigue reproduciendo los vicios del pasado, en un presente digitado y un futuro inadecuado.

*Periodista uruguayo acreditado en la ONU- Ginebra Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
https://estrategia.la/2021/07/29/capitalismo-y-patriarcado-sin-igualdad-de-genero-en-el-trabajo/

 

Fuente de la información e imagen: https://rebelion.org

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Notas para una lectura crítica de Covid-19: el gran reinicio, de Schwab y Malleret (2020). Corte I

Por: Fernando J. Gómez


Apertura

Antes que nada quisiera agradecer a Luis Bonilla Molina por llamar mi atención sobre este y otros textos, que definen problemáticas de absoluta actualidad y de creciente relevancia.

Estas líneas proponen introducir una lectura crítica del texto de Schwab – Malleret que fue presentado al público en junio de 2020. Unas pocas notas biográficas de los autores son presentadas en el libro, aquí un resumen antojadizo: Klaus Schwab nació en Ravensburg, Alemania, en 1938. Es el fundador y director general del Foro Económico Mundial; es Doctor en Economía por la Universidad de Friburgo y Doctor en Ingeniería por el Instituto Federal Suizo de Tecnología. Thierry Malleret (1961, París, Francia) se formó en la Sorbona y en la Escuela de Estudios Superiores de Ciencias Sociales de París, así como en St. Antony’s College, Oxford. Es Doctor en Economía y posee Maestrías en Economía e Historia.

En la segunda carilla de la edición digital en español del texto que nos ocupa se lee, en letras mayúsculas:

COVID-19: EL GRAN REINICIO

RESETEO MUNDIAL

EL RELÁMPAGO ANTES DEL TRUENO

FORO ECONÓMICO MUNDIAL

WORLD ECONOMIC FORUM

FORO DE DAVOS, SUIZA

¿Por qué estas líneas? Se considera relevante la propuesta de adentrarse en el texto, ya que el mismo analiza y aporta reflexiones en cuanto al mundo globalizado, hiperconectado, pero desfalleciente y a punto de sucumbir, que fue afectado y transformado de manera radical por la pandemia de COVID-19. Por lo tanto, dicho interés se corresponde con el interés por la pandemia actual y las posibles transformaciones de las que, según la apuesta de los autores, ésta será motor. Es posible adelantar lo siguiente: esas posibles transformaciones son en realidad inquietantes.

Puede que la pandemia por sí sola no transforme el mundo por completo, pero es probable que acelere muchos de los cambios que ya se estaban produciendo antes de que estallara, y que a su vez pondrán en marcha otros cambios. (p. 11)

Los movimientos de (¿infames?) engranajes que se conectan, globalizados, son tratados como elementos sobre los que deducir conclusiones: en el texto la edición no es ingenua. Interesa resaltar que ya en la introducción, plantea abiertamente el “fracaso de la gobernanza y el liderazgo globales” (p. 10). Algo grávido de consecuencias tal como es planteado, ya que sin esfuerzos coordinados globalmente la salida de la pandemia y la recuperación se alejan fatalmente.

Esta anhelada recuperación contiene un alto porcentaje de incertidumbre que podría llamarse sistémica y no susceptible de ser evitada o sustraída a la suma final. Aparece inmediatamente la pregunta por el qué podemos hacer mejor, y la consideración de que el capitalismo neoliberal no cumplió todas sus promesas; por lo que en el libro se augura su desintegración final. Entre otras afirmaciones destacadas, que se leen apenas iniciado el libro, los autores plantean que: el Covid 19 hirió de muerte al neoliberalismo.

Continuaremos viéndonos sorprendidos tanto por la rapidez como por lo inesperado de dichos cambios, ya que al combinarse provocarán consecuencias de segundo, tercer, cuarto y sucesivos órdenes, efectos en cascada y resultados imprevistos. (p.11)

Este texto, escrito especialmente para las, les y los lectores de nuestro portal Otras Voces en Educación, abordará sólo lo atinente a la introducción y al punto uno del capítulo primero de Covid 19: el gran reinicio. Esta decisión es tomada teniendo en cuenta que en ese tramo del texto se tratan elementos que conforman un marco conceptual. Y que ese marco conceptual servirá para sostener las reflexiones y las preguntas que contiene en los restantes puntos y capítulos. Todo un arsenal para producir sentidos y cuestionamientos, pero que ofrece una imagen de conjunto. Se espera que quienes nos lean, se interesen también por la lectura del texto original.

La pandemia y los reinicios

Así es que los autores deciden considerar tres reinicios principales (que incluyen categorías y conceptos tanto como procesos y conflictos). Reinicio Macro, Reinicio Micro (Industria y empresa) y Reinicio individual. Este último aspecto (reinicio individual) es definitorio para justificar la curiosidad de un psicoanalista. (Creo que por eso estoy aquí, escribiendo).

Cada uno de estos temas, los tres reinicios, desglosados desde una mirada precisa, constituyen los capítulos del texto (son tres). Se suman a éstos una breve introducción y una conclusión. Una estructura limpia, consistente, clara. Las predicciones toman la vía del discurso Amo que se apresura a bautizar a su cría.

Dada su naturaleza intrínsecamente disruptiva, las epidemias han demostrado a lo largo de la historia ser agentes de cambios duraderos y a menudo radicales, provocando disturbios y enfrentamientos entre poblaciones y derrotas militares, pero también impulsando la innovación, modificando las fronteras nacionales y, a menudo, allanando el camino a las revoluciones. (p.11)
Dicen los autores que los confinamientos y otras medidas restrictivas, como las aplicadas para evitar la propagación de la COVID-19 han sido una práctica habitual durante siglos (p.12).
La idea de confinar a la población durante 40 días («cuarentena» viene de quaranta, que significa «cuarenta» en italiano) se originó sin que las autoridades entendieran realmente lo que querían contener, pero estas medidas fueron una de las primeras formas de «salud pública institucionalizada» y ayudaron a legitimar la «acumulación de poder» por parte del Estado moderno. (p. 12)

Agregan los autores: “En realidad, la pandemia está agravando dramáticamente los peligros que ya existían y que llevamos demasiado tiempo sin afrontar adecuadamente.” (p. 13). Concluyen al respecto que por la pandemia se acelerarán tendencias inquietantes que se han ido gestando durante mucho tiempo. ¿A qué se refieren?

Nada se ajusta al patrón y la magnitud del sufrimiento humano y la destrucción económica causados por la pandemia actual. Sus consecuencias económicas, en particular, no guardan semejanza con ninguna otra crisis de la historia moderna. (p. 14)
Dicho esto, la Segunda Guerra Mundial podría ser, pese a todo, uno de los anclajes mentales más pertinentes para intentar analizar lo que se avecina. La Segunda Guerra Mundial fue la guerra transformadora por excelencia, ya que no solo provocó cambios fundamentales para el orden mundial y la economía global, sino que además alteró por completo las actitudes y convicciones sociales que finalmente allanaron el camino a la adopción de políticas y disposiciones del contrato social radicalmente nuevas (como la incorporación de la mujer al trabajo antes de adquirir el derecho al voto). (p. 14)
Cuando menos, como argumentaremos, la pandemia acelerará cambios sistémicos que ya eran evidentes antes de la crisis: el retroceso parcial de la globalización, el creciente alejamiento entre Estados Unidos y China, la aceleración de la automatización, la preocupación por el incremento de la vigilancia, el creciente atractivo de las políticas de bienestar, el auge de los nacionalismos y el consiguiente miedo a la inmigración, el creciente poder de la tecnología o la necesidad de que las empresas refuercen todavía más su presencia en internet, entre muchos otros. (p. 15)

Resulta interesante hacer notar que el texto no está centrado en lo terrible que se acelera por la pandemia (concepto de Cisnes Negros) sino que también enfoca en lo que (la pandemia) en cuanto a tendencias o invenciones particulares fortalezca y que puedan resultar positivas para la humanidad. La idea de un futuro sustentable, limpio, consciente, en el que la sociedad civil finalmente encuentra canales para influir (¿accountability social?) la imagen del mundo, podría ser resultado de los cambios que vendrán.

El primer capítulo, Reinicio macro, es el más extenso. Se destaca para una lectura crítica, ya que en su primer apartado incluye lo que se denomina un marco conceptual constituido por categorías que permiten comprender los sucesos actuales y su posible evolución. Esta consideración es fundamental ya que ofrece en acto la puesta en juego de ciertas operaciones discursivas:

En la primera etapa de nuestro viaje exploraremos cinco categorías macro que constituyen un marco analítico integral para comprender los hechos que se están sucediendo en el mundo en la actualidad y cómo podrían evolucionar. Para facilitar la lectura, nos desplazaremos temáticamente por cada uno de ellos por separado. En realidad, son categorías interdependientes, y empezaremos por ahí: nuestro cerebro nos hace pensar de forma lineal, pero el mundo que nos rodea no es lineal, sino complejo, adaptativo, rápido y ambiguo. (p.18)

Para trabajar dentro del primer capítulo, se plantean como subtítulos cinco categorías, a saber: Reinicio económico, Reinicio Social, Reinicio geopolítico, Reinicio ambiental, Reinicio tecnológico. Cada uno de éstos resulta un mundo complejo de interrelaciones e influencias. Para analizar estos reinicios los autores anuncian un marco conceptual constituido por tres características definitorias del mundo actual. El autor de estas líneas (tendidas sobre el papel para Otras Voces en Educación)  debe disculparse: es difícil no recoger el texto de manera literal, ya que se apunta a destacar elementos presentes en el discurso. Esto es una lectura crítica. De no utilizar el texto de manera literal (o citar textualmente) se pierde la posibilidad de realizar inducciones (críticas) basadas en el mismo.

 

El marco conceptual ofrece: tres características definitorias del mundo actual

El reinicio macro se producirá en el contexto de las tres principales fuerzas seculares que determinan el mundo actual: interdependencia, velocidad y complejidad. Estas tres fuerzas influyen en mayor o menor medida sobre todas las personas, no importa quiénes sean o dónde se encuentren. (p. 18)

Entonces: interdependencia, velocidad y complejidad son tres características definitorias del mundo actual. El campo de acción de estas tres categorías son todas las personas. Su acción no es planteada como homogénea (en cuanto a intensidad) pero sí como omnipresente. Todos y cada uno sin importar quién sea o dónde esté.

Esto lleva a considerar lo siguiente como algo destacado: la linealidad de nuestro pensamiento contrasta con lo adaptativo, rápido y ambiguo que resulta el mundo que nos rodea. Por eso el marco conceptual refuerza las categorías de interdependencia, velocidad y complejidad. Para entender el mundo que viene deben ejercitarse, pero también éstas se encuentran (o se presentan) inefables, como motor de lo real constitutivo de ese mundo futuro.

Interdependencia, velocidad y complejidad contrastan con nuestro viejo pensamiento del siglo XX. Habrá que dejarlo atrás. Y el dejar atrás no es una metáfora ingenua, nunca. Las oleadas de neoliberalismo, en otras palabras, las políticas genocidas en nuestra América, implementadas de la mano de dictaduras o democracias (estas últimas, de Fujimori a Bolsonaro) consienten un discurso modernizador. ¿Supervivencia darwinista que cala hondo en el imaginario social?

Respecto a la Interdependencia

“Si tuviéramos que elegir una sola palabra que condensara la esencia del siglo XXI, esa palabra tendría que ser «interdependencia».” (p. 18) El texto de Schwab – Malleret advierte que esta interdependencia, en un mundo hiperconectado, aparece como un subproducto de la globalización y el progreso tecnológico. Se puede definir como “la dinámica de la dependencia recíproca de los elementos que componen un sistema” (p. 18).

Considerados de forma aislada, los riesgos individuales, sean de carácter económico, geopolítico, social o ambiental, dan la falsa impresión de que pueden ser contenidos o mitigados; en la vida real, la conectividad sistémica demuestra que este es un constructo artificial. En un mundo interdependiente, los riesgos se amplifican entre sí y, de este modo, producen efectos en cascada. Es por este motivo que el aislamiento o la contención son incompatibles con la interdependencia y la interconexión. (p. 19)

Respecto de la pandemia y la maquinaria de todo tipo (máquina rizoma podemos decir) puesta a contener o conjurar este fenómeno, en pleno 2020 afirmaban lo siguiente:

A los epidemiólogos, especialistas en salud pública, economistas, sociólogos y demás científicos y expertos que tienen la misión de ayudar a los responsables de las decisiones a comprender lo que se avecina les resulta difícil (y a veces imposible) cruzar los límites de su propia disciplina.  (p. 20)

Algo que no deja de ser una especie de profecía autocumplida respecto de los viejos modos de pensar ligados a finales del siglo XX. La hiperespecialización en el propio campo, implica levantar fronteras al pensamiento de la complejidad. La estructura epistemológica se ve conmovida, la pandemia que se inicia en Wuhan (China), opera como un catalizador también en este sentido.

Es por esta razón que resulta tan extremadamente difícil resolver dilemas complejos, como la contención de la pandemia frente a la reapertura de la economía. Es comprensible que la mayoría de los expertos acaben por especializarse en campos cada vez más acotados. Por lo tanto, carecen de la amplitud de miras precisa para combinar las numerosas perspectivas distintas que conforman la visión panorámica que los responsables de las decisiones tanto necesitan. (p. 20)

Respecto a la Velocidad

Los autores afirman que el progreso tecnológico y la globalización, principales responsables de la interdependencia, han creado una “cultura de la inmediatez”, en este sentido un elemento destacado para explicar el asombroso incremento de la velocidad a la que parece moverse el mundo, es internet (p. 22). En efecto: todo se mueve, o parece moverse, mucho más rápido que antes.

Más de la mitad (52 %) de la población mundial dispone actualmente de conexión a internet, frente a menos del 8 % hace 20 años; en 2019, se vendieron en todo el mundo más de 1.500 millones de teléfonos inteligentes, un símbolo y vector de velocidad a través del cual se puede contactar con nosotros en cualquier momento y lugar. Hay ya unos 22.000 millones de dispositivos conectados a la internet de las cosas (IdC) en tiempo real, desde automóviles hasta camas de hospital, redes eléctricas y bombas de agua, pasando por hornos de cocina y sistemas de regadío. Cabe esperar que lleguen a ser unos 50.000 millones o más en 2030. (p. 22)

Respecto a la Complejidad

La complejidad se relaciona con aquello que no comprendemos o nos resulta difícil de comprender. En cuanto a los sistemas complejos se destaca que están formados por múltiples elementos que mantienen entre sí una serie de interacciones complejas. Remarcaremos aquí la idea de interacciones complejas ya que implica alteración mutua, afectación. Avancemos, un poco a tientas, pero con esas referencias.

Los sistemas complejos a menudo se caracterizan por la ausencia de nexos causales visibles entre sus elementos, lo que hace que sean prácticamente imposibles de predecir. En lo más profundo de nuestro ser, notamos que cuanto más complejo es un sistema, mayor es la probabilidad de que algo salga mal y de que se produzca un accidente o una aberración y se propague. (p. 26)
Y en las primeras semanas de 2020, ¿cuántas personas con poder de decisión fueron capaces de prever el alcance de los estragos que podría causar una posible pandemia en los sistemas sanitarios más sofisticados del mundo y que infligiría un daño tan importante a la economía global? (p. 27)

Resulta de las ideas que aportan los autores que sobre estos objetos es impotente nuestro pensamiento lineal. En el texto se afirma que esta dificultad se encuentra en primera línea para hacer frente a los desafíos que impuso la pandemia ya que como se verá se debe definir a la pandemia como un sistema adaptativo complejo.

Una pandemia es un sistema adaptativo complejo que comprende numerosos componentes o elementos de información diferentes (tan diversos como la biología o la psicología), cuyo comportamiento está influenciado por variables tales como el papel de las empresas, las políticas económicas, la intervención gubernamental, la política sanitaria o la gobernanza nacional. Por esta razón, puede y debe considerarse una «red viva» que se adapta a circunstancias cambiantes… no algo inamovible, sino un sistema de interacciones complejo y adaptativo. (p. 26)
La cuestión fundamental en este punto es que la complejidad pone límites a nuestro conocimiento y comprensión de las cosas; por lo tanto, puede que la creciente complejidad actual sea literalmente abrumadora para la capacidad de los políticos en particular y de los órganos de decisión en general para tomar decisiones con conocimiento de causa. (p. 29)

Últimas imágenes ¿sin naufragio?

Un objetivo de estas breves e imperfectas líneas, ha sido aportar al interés de los lectores de nuestro portal Otras Voces en Educación, sobre un libro que debe ser abordado en profundidad. Analizar los puntos que siguen en el texto de Schwab – Malleret puede resultar una viaje lleno de sobresaltos para el lector, pero sin dudas no lo dejará indiferente. Las predicciones (inciertas) abundan tanto como las certezas. En estas últimas líneas es importante no dejar pasar la preocupación vertida por los autores al inicio del texto: la incompetencia de la gobernanza y el liderazgo globales ¿deberán tomar ese lugar las corporaciones? ¿Serán acaso tareas para la Inteligencia Artificial? ¿Volverán a estar a la altura de las circunstancias los gobiernos y las naciones? El punto es analizado, se insta a la lectura atenta y a leer entre líneas.

Cerramos aquí esta primera entrega de nuestras notas para una lectura crítica. Habiendo diseccionado lo que los autores refieren como un marco conceptual, entendemos que puestos a trasluz presentan lo fundamental para comprender la importancia del mismo. De aquí en adelante, el texto Covid 19: el gran reinicio. El relámpago antes del trueno, desarrolla su plan. Una brillante y destacada propuesta sobre el presente y el futuro que (como sus influyentes autores) tendrá repercusiones en múltiples ámbitos. Las ideas vertidas sobre la interconexión no dejan de ser profundas e inequívocas como aquello que trabaja (tal como Lacan dice del inconsciente y del analizante) y que están transformando nuestras sociedades. Comprometernos en el estudio de otros discursos, quizá algo lejanos, es tan importante como profundizar en los temas ligados a nuestros intereses más afines.

PD1:

Dos referencias sobre pandemia y mundo del trabajo: “En el ámbito laboral, se obtienen beneficios a expensas del capital, ya que los salarios reales tienden a aumentar después de una pandemia.” (p. 31) Luego de una pandemia los trabajadores podrían obtener mejoras salariales, los autores citan un ejemplo histórico, al que califican de extremo, pero que resulta un ejemplo repetido (¿o una conclusión parcial?) “los trabajadores ganan poder en detrimento del capital.” (p. 32.). Sin embargo algo más adelante en el texto afirman lo siguiente:

A diferencia de lo ocurrido en pandemias anteriores, no está nada claro que la crisis de la COVID-19 incline la balanza a favor del trabajo y en contra del capital. Por razones políticas y sociales, podría ser así, pero la tecnología cambia las cosas. (p. 32)

Una referencia de lectura imprescindible nos lleva a recordar que el texto Covid 19: el gran reinicio, debe ponerse en relación con un libro publicado en 2016, cuyo autor es Klaus Schwab y que lleva por título: La cuarta revolución industrial. Las premisas planteadas con anterioridad reflejan en la actualidad una serie de reflejos impactantes. De hecho en una entrevista Schwab afirma que no sólo el Covid – 19 tuvo gran cuota de responsabilidad en el tema de pérdida de empleos, sino que también debe considerarse la cuarta revolución industrial.

PD2:

Para finalizar, otra cita inquietante pero necesaria:

Dentro de algún tiempo (que pueden ser meses o años), habrá dos clases de personas que se encuentren en una situación laboral especialmente sombría: los jóvenes que accedan por primera vez a un mercado laboral devastado por la pandemia y los trabajadores susceptibles de ser reemplazados por robots. Estas son cuestiones fundamentales en la intersección de la economía, la sociedad y la tecnología, cuyas implicaciones definirán el futuro del trabajo. La automatización, en particular, será motivo de gran preocupación. La tesis de que la tecnología siempre ejerce un efecto económico positivo a largo plazo es bien conocida. La esencia del argumento es que la automatización es disruptiva, pero mejora la productividad y aumenta la riqueza, lo que a su vez genera mayores demandas de bienes y servicios y, por tanto, la necesidad de nuevos tipos de empleos para satisfacer esas demandas. Esto es correcto, pero ¿qué sucederá entre el presente y el futuro? (p. 44, negritas en el original)

Sobre las referencias bibliográficas, todas las citas corresponden a:

Schwab, K. Malleret, T. (2020). Covid-19: el gran reinicio. El relámpago antes del trueno. Colonia/Ginebra, Suiza: Forum Publishing.

Fuente:  el autor escribe para OVE

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ONU advierte sobre aumento de hambre extrema en próximos meses

El organismo multilateral señala que la pandemia, el cambio climático y los conflictos bélicos son los principales causantes de la hambruna.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), alertaron este lunes sobre el incremento del hambre extrema en el mundo, donde al menos 23 focos poblacionales la sufrirán en los próximos cuatro meses.

En un informe en conjunto señalan que los agricultores sentirán los mayores efectos de dicho fenómeno, entre otras causas por la burocracia y la falta de fondos, los cuales imposibilitan brindar ayuda alimentaria, y poder plantar cultivos a gran escala en el momento indicado.

Asimismo, advierte que a la problemática se suman otras variables como los efectos económicos causados por la pandemia de la Covid-19 y el cambio climático, los cuales acrecentarán la inseguridad alimentaria en al menos 23 sitios.

“Las familias que dependen de la asistencia humanitaria para sobrevivir penden de un hilo. Cuando no podemos llegar a ellos, este hilo se corta y las consecuencias son sencillamente catastróficas”, indicó el director Ejecutivo del PMA, David Beasley.

El documento de la ONU y del PMA destaca que Madagascar y Etiopía serán dos zonas de alerta roja, pues en el segundo país al menos 401.000 personas sufrirán de hambre extrema como consecuencia de los enfrentamientos bélicos entre las tropas federales y eritreas. Mientras, en Madagascar un aproximado de 28.000 ciudadanos padecerán escasez de alimentos, reflejo de una de las peores sequías en los últimos 40 años, el aumento de los precios de los alimentos, las tormentas de arena, y las plagas que dañan cosechas.

Otros polos de hambruna reseñados en el informe indican a Afganistán, Angola, la República Centroafricana, la zona del Sahel central, Chad, Colombia, la República Democrática del Congo, El Salvador, Honduras, Guatemala, Haití, Kenia, El Líbano, Mozambique, Myanmar, Nigeria, Sierra Leona, Liberia, así como Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen, como países de posibles mayores carencias.

Al respecto, el pasado mes de junio, la FAO y el PMA señalaron que 41 millones de personas corren riesgo de sufrir de escasez de alimentos a menos que reciban ayuda inmediata. En 2020, 155 millones de personas en 55 países se enfrentaban a inseguridad alimentaria.

Fuente de la información e imagen: https://www.tercerainformacion.es

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México: AMLO exige regreso a clases presenciales a toda costa

Por: Aldo Santos

Con más de 20 mil contagios diarios de Covid-19 en los últimos días, el presidente insiste en que a fines de agosto se volverá a clases presenciales, “llueva, truene o relampaguee”.

Poco o nada le importa la creciente saturación hospitalaria en diversas entidades del país; que las nuevas variantes del virus afecten más a los jóvenes, quienes no están vacunados; que la campaña de vacunación aún no concluye; o que la mayoría de las escuelas no cuentan con condiciones sanitarias óptimas. El presidente parece decidido a que el próximo ciclo escolar inicie a toda costa con clases presenciales. “No vamos a mantener cerradas las escuelas, ya fue bastante”, afirmó.

Su determinación no es nueva. Semanas antes de concluir el ciclo escolar pasado, a partir de dichos de AMLO en el mismo sentido, las autoridades educativas quisieron imponer el regreso a las escuelas, lo que solo pudieron lograr en algunas debido a la firme oposición de buena parte del magisterio, así como de madres y padres de familia. En el caso de la CDMX, a los pocos días tuvieron que suspender el experimento, ante el regreso del semáforo epidemiológico a color amarillo y luego de 12 alumnos contagiados, de lo que ninguna autoridad se hizo responsable. Ahora vuelven a la carga.

De mal en peor

Para el presidente, “el sistema de educación a distancia es bueno, pero no es lo mismo…”, ya que la escuela “…es donde se socializa el conocimiento”. También dijo que además de la salud física se tiene que pensar en la salud emocional de niñas, niños y adolescentes (NNA), quienes según él no sufren riesgos mayores con la pandemia.

Tendría que haber empezado por reconocer a los millones de alumnos rezagados y excluidos del sistema educativo con la educación a distancia, al no haberlos dotado de recursos tecnológicos y conectividad gratuitos como era necesario, lo que las autoridades educativas quisieron invisibilizar con su política de no reprobación. Pero la solución a esto no es exponer aun más a los alumnos y a sus familias al contagio, lo que sólo agravará los problemas educativos.

Es falso que lxs NNA no sufren riesgos con la pandemia. Está demostrado el aumento de casos entre las personas jóvenes con las nuevas variantes del virus. Por lo que se les niega el derecho a la salud al exponerlxs a la enfermedad, en un transporte público saturado y en escuelas sin condiciones sanitarias óptimas, con posibles secuelas que pueden mermar su calidad de vida, sin mencionar las consecuencias fatales que puede provocar que contagien a sus familiares de mayor edad con los que viven.

 

Ni que hablar de su “salud emocional”, cuando muchxs han tenido que enfrentar situaciones familiares críticas, con parientes graves en casa, internados o buscando hospital, pero también por el despido o la reducción de los ingresos de sus madres y padres durante la pandemia, que el gobierno federal dejó pasar impunemente en beneficio de los empresarios.

Si verdaderamente le preocupara la salud emocional de lxs NNA, el presidente debería haber decretado la prohibición de los despidos y rebajas salariales, además de dar apoyos suficientes a los pequeños comerciantes y trabajadores del sector informal para que sus familias no quedaran sin sustento durante la pandemia.

Escuelas inseguras

Hay que reconocer también, como hemos denunciado muchas veces desde la Agrupación Nuestra Clase, que las escuelas no cuentan con condiciones sanitarias óptimas. En las ciudades se padece hacinamiento en la mayoría de ellas, es decir, de espacio suficiente para poder guardar “sana distancia”; así como la falta de insumos sanitarios, como gel antibacterial, jabón e incluso agua corriente, que tendrán que obtenerse con las aportaciones de las madres y los padres de familia. Tampoco se cuenta con médicxs o enfermerxs, ni con personal especializado para la atención psicoemocional de lxs NNA, más allá de lxs docentes frente a grupo que debemos hacer de “todologxs”.

En estas condiciones, lo que las autoridades pretenden es que volvamos en una modalidad “híbrida”, es decir, unos días con clases presenciales y otros a distancia, sin que cuenten con los recursos necesarios ni las escuelas ni las familias, lo que promete seguir profundizando el rezago educativo a cambio de mayor carga laboral para las y los docentes.

No a la imposición

Con lo anterior, queda claro que al titular del ejecutivo federal no le interesa ni la educación, ni la salud física y emocional de lxs NNA que asisten a las escuelas públicas. Fue sincero al decir que está de acuerdo con los directivos de escuelas privadas, quienes presionan por el regreso a clases presenciales para poder seguir lucrando con la educación. Mientras ignora la opinión de lxs maestrxs, madres y padres de familia. Aunque el presidente dice públicamente que será “voluntario”, la línea de los directivos en las escuelas es imponer el regreso presencial a toda costa, recurriendo a chantajes y amenazas.

Las autoridades de los diferentes niveles de gobierno, independientemente de su filiación partidaria, tienen acuerdo en imponer cuanto antes la “nueva normalidad” para que continúen los negocios de los grandes empresarios, sin importarles la salud ni la vida de lxs hijxs y familias del pueblo trabajador. Para lo cual requieren del regreso a las escuelas, que movilizará a millones de personas diariamente.

 

Los trabajadores de la educación, aliados con las madres y padres de familia, debemos impedir que se imponga esta política irresponsable. Hay que exigirles a nuestros delegados sindicales que convoquen a asambleas por escuela, donde podamos discutir democráticamente cuáles son las condiciones mínimas indispensables para un regreso seguro, tales como: grupos reducidos de no más de 15 alumnos; todos los insumos necesarios, pagados con recursos públicos; médicos y psicólogos en cada escuela; pruebas de diagnóstico a toda la comunidad escolar, antes de iniciar el ciclo y periódicamente; que haya semáforo verde por al menos 3 semanas consecutivas y que esté toda la población vacunada, entre otras.

Para conseguirlo se requiere un plan de acción que movilice las fuerzas de todo el magisterio nacional. La CNTE debe romper con su pasividad y convocar a todas las organizaciones que se reivindican.

Fuente de la información e imagen:  https://www.laizquierdadiario.mx

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