El nuevo capítulo Creative Commons México presenta sus objetivos

América del NOrte/México/R3D: Red en Defensa de los Derechos Digitales  –

“En estos momentos de privatización recalcitrante del conocimiento, ahí es donde queremos entrarle”, señaló Irene Soria, directora de Creative Commons México, durante la presentación del nuevo capítulo, celebrada el jueves 31 de enero en el Laboratorio de Tecnologías El Rule, en la Ciudad de México.

Ante un centenar de asistentes, Soria indicó que Creative Commons México forma parte de una red mundial de 30 capítulos. Esta nueva iteración -producto de una reorganización a nivel global- está conformada por personas activistas, abogadas, artistas, editoras, entre otros perfiles de individuos que “hemos luchado por años por la liberación de obras”.

La académica mencionó que el capítulo tendrá cinco ejes de trabajo prioritarios: 1) la promoción del uso de licencias libres; 2) la digitalización y liberación de archivos en galerías, bibliotecas, archivos y museos; 3) la producción y difusión de recursos educativos abiertos; 4) la incidencia política en la discusión sobre el derecho de autor y el dominio público; y 5) el desarrollo de la comunidad a través de talleres, cafés y maratones de liberación de obras.

La presentación del capítulo concluyó con la musicalización en vivo de la película Safety Last, del cómico estadounidense Harold Lloyd. El filme mudo, producido en 1923, fue acompañado por la música del pianista y activista José María Serralde, quien interpretó una composición original que, posteriormente, fue liberada bajo una licencia Creative Commons. “La ventaja de que una obra musical se encuentre en el dominio público es que puedes manosear ese legado, hacerla tuya. La puedes remezclar, reentender y reinterpretar”, declaró Serralde durante su intervención.


Imagen original de Twitter: @hacklib

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Por un acceso libre y legal a la educación

La falta de acceso a recursos educativos de calidad sigue siendo un problema mundial. Sin embargo, según Cable Green, la educación abierta está facilitando el acceso a esos recursos y abaratando su costo para mayor beneficio de los estudiantes del mundo entero.

EEUU/ Cable Green

Vivimos una época de información profusa que, por primera vez en la historia, nos da la posibilidad de tener acceso a los conocimientos que deseamos adquirir. Esta revolución ofrece nuevas oportunidades para instruirse y su clave estriba en los Recursos Educativos Abiertos (REA). Esta expresión designa el conjunto de materiales educativos de libre acceso que se pueden descargar, modificar y compartir en beneficio de los educandos, sin problema legal alguno.

CC David Kindler

Hace ya veinte años que existen recursos pedagógicos (manuales, vídeos, cursos, programas para titulaciones académicas, etc.) nacidos directamente en formato digital para enseñar a leer y escribir, adquirir rudimentos de física, o desarrollar el espíritu crítico. Aunque continúan utilizándose textos impresos y recursos pedagógicos creados fuera de Internet, todos esos materiales se pueden digitalizar o están ya digitalizados. Gracias a Internet, al bajo costo del espacio en disco y a los sistemas informáticos en nube, hoy en día se pueden copiar, almacenar y distribuir recursos educativos con un costo prácticamente nulo.

Sin embargo, ¿cómo pueden compartirse legalmente contenidos educativos digitalizados, sin infringir los códigos de propiedad intelectual?

La principal característica distintiva de los REA es contar con licencias de uso libres de derechos y gozar de las subsiguientes autorizaciones legales que facultan al público para utilizarlos, modificarlos y compartirlos. No son REA aquellos recursos educativos para los que no se especifica claramente que son de dominio público o que cuentan con una licencia de uso libre.

El medio más corriente para que los recursos educativos protegidos por el derecho de autor se conviertan en REA, consiste en dotarlos de una licencia “Creative Commons”(link is external) (CC). Estas licencias estandarizadas de uso libre son gratuitas y se aplican ya – según el “Informe ‘Creative Commons’ 2015”– a más de 1.200 millones de obras protegidas por el derecho de autor que se pueden encontrar en unos nueve millones de sitios web. Cuando un autor escoge una licencia CC para su obra, conserva sus derechos sobre ésta y la pone gratuitamente a disposición pública con las modalidades y condiciones que determine.

Aprovechar plenamente el potencial de los REA

Cabe destacar que “abierto” no significa “gratuito”. En efecto, todos los REA son abiertos, o sea libremente accesibles, pero no todos los contenidos abiertos son REA. Por ejemplo, muchos de los cursos masivos en línea (MOOC) son gratuitos, pero no abiertos. Aunque el acceso al contenido de algunos de estos cursos no sea de pago, sólo se consideran REA aquellos MOOC cuyos contenidos son de licencia abierta o de dominio público. Esta diferenciación es de suma importancia cuando se desea traducir un curso MOOC a idiomas diferentes del original o modificar su contenido para adaptarlo a contextos locales, a fin de responder a las necesidades de los estudiantes.

Sin infringir la legislación en materia de derechos de autor, los REA permiten realizar con toda libertad las siguientes operaciones: copiar sus contenidos originales para su reutilización; revisarlos con vistas a su adaptación, corrección o modificación; combinarlos con otros contenidos para elaborar un recurso nuevo; y difundirlos para su aprovechamiento compartido con terceros. Por lo tanto, si se quiere aprovechar plenamente el potencial de los REA, es preciso que la totalidad de los docentes y educandos tengan acceso en todo lugar a infraestructuras de tecnologías de la comunicación y la información (ordenadores, aparatos portátiles y conexiones con Internet).

En suma, los factores que hacen posible la existencia de los REA son: 1) la existencia de muchos recursos educativos en formato digital, que no sólo se pueden poner a disposición de los educandos de forma digital o impresa, sino que además se pueden copiar, almacenar y distribuir con un costo prácticamente nulo; 2) la utilización de Internet, que permite compartir fácilmente contenidos digitales y 3) las licencias de uso libre de “Creative Commons”, gracias a las cuales los creadores de recursos educativos conservan fácil y legalmente sus derechos de autor y pueden compartir con toda legalidad el fruto de sus creaciones.

Las ventajas de los REA

Los centros de enseñanza superior que optan por usar REA propician una serie de impactos positivos en el sistema educativo. El primero es acrecentar la igualdad de acceso a los recursos educativos, ya que desde el primer día de clase todos los estudiantes tienen a su alcance la totalidad de los contenidos pedagógicos concebidos para que culminen sus estudios con éxito. En este sentido, cabe señalar que incluso en los Estados Unidos dos tercios de los estudiantes universitarios carecen de medios para comprar el conjunto de libros de texto que se les exigen en sus clases.

El segundo impacto positivo es que todos los estudiantes pueden acceder a contenidos educativos pertinentes y contextualizados concebidos para ellos. Un docente de Mumbai (India), por ejemplo, puede descargar en Internet un manual bajo licencia de uso libre creado por una universidad de Barcelona (España), traducirlo al hindi y acompañarlo de ejemplos específicos pensados para sus estudiantes.

Un tercer impacto es que los resultados del aprendizaje mejoran o se mantienen al mismo nivel, mientras que los costos disminuyen hasta prácticamente cero. Cuando todos los alumnos de una clase tienen acceso a la totalidad de los recursos pedagógicos desde el primer día, su éxito académico está casi garantizado. Un estudio realizado en 2015 con más de 16.000 alumnos de enseñanza pública postsecundaria puso de manifiesto que los educandos usuarios de REA obtienen los mismos resultados, e incluso mejores, que aquellos de sus compañeros que usan materiales pedagógicos tradicionales (Lane Fischer, John Hilton, T. Jared Robinson y David Wiley: “A multi-institutional study of the impact of open textbook adoption on the learning outcomes of post-secondary students” [Encuesta en diversos centros de postsecundaria sobre las repercusiones de la adopción de manuales “abiertos” en los resultados de aprendizaje de los alumnos], artículo publicado en el Journal of Computing in Higher Education(link is external), 2015).

En cuarto lugar, se observa también una mejora de los índices de finalización de estudios. Un control del uso de los REA efectuado en el Tidewater Community College de Virginia (Estados Unidos) mostró que los índices de aprovechamiento escolar y finalización de estudios de los estudiantes usuarios de recursos abiertos en diferentes formatos fueron un 11% superiores a los de sus demás compañeros (Lane Fischer, John Hilton, David Wiley y Linda William: “Maintaining momentum toward graduation: OER and the course throughput rate” [Mantener la dinámica hacia la titulación – Los REA y el índice de rendimiento escolar],artículo publicado en 2016 en The International Review of Research in Open and Distributed Learning).Cuando se les da acceso a todos los recursos educativos que precisan, los alumnos aprueban y terminan sus estudios. Gracias a los REA, los centros docentes ayudan a los estudiantes a cubrir sus objetivos académicos con mayor rapidez y mejores resultados, lo cual redunda en la eficacia de las inversiones públicas.

El último impacto positivo es que, cuando se introducen los REA en las aulas, los estudiantes y profesores empiezan a “aplicar prácticas colaborativas consistentes en crear, utilizar y reutilizar esos recursos educativos abiertos, así como prácticas pedagógicas basadas en las tecnologías participativas, el aprendizaje entre colegas, la creación y el aprovechamiento compartido de conocimientos y la autonomía de los educandos”. Esto es lo que señala Catherine Cronin en su artículo “Openness and praxis: exploring the use of open educational practices in higher education” [Apertura y praxis – Exploración del uso de prácticas educativas abiertas en la enseñanza superior], publicado en 2017 en The International Review of Research in Open and Distributed Learning. Según Cronin, los estudiantes se convierten en coproductores y generadores de conocimientos, llegando a ser capaces de crear, actualizar y mejorar los REA en el transcurso de sus estudios.

Políticas de apoyo

Un medio sencillo al alcance de los gobiernos para la educación abierta es exigir licencias de uso libre para los recursos educativos financiados con fondos públicos.

Esto se logra insertando cláusulas obligatorias de incorporación de licencias de uso libre a los instrumentos existentes para financiar la creación de recursos educativos, ya sean subvenciones, contratos o acuerdos de otro tipo. Así, los contenidos de esos recursos financiados con fondos públicos se convierten en REA y se consigue que el acceso por defecto a ellos pase de ser “cerrado” a “abierto”. Esta propuesta en materia de políticas educativas se basa en un argumento sólido: habida cuenta de que es el público quien financia la creación de esos recursos, lo lógico es que sea él quien tenga derecho a usarlos sin costo adicional y disponga de todos los derechos requeridos para adaptarlos a las necesidades locales.

Aunque esto parece obvio, no es la regla general. Por desgracia, casi siempre esos recursos creados con fondos públicos se comercializan de tal modo que sólo pueden acceder a ellos los ciudadanos dispuestos a pagarlos por segunda vez. ¿En nombre de qué lógica se impone a la ciudadanía pagar dos veces un mismo recurso?

Los gobiernos, fundaciones y centros docentes pueden y deberían aplicar políticas de acceso abierto a los recursos educativos creados con sus presupuestos, exigiendo que a dichos recursos se incorporen licencias de uso libre. Una política firme en este ámbito requiere definir claramente esas licencias e imponer su obligatoriedad. A este respecto, lo ideal sería recurrir a la licencia “Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY)”(link is external) de “Creative Commons”, que otorga a cualquier usuario un pleno derecho a reutilizar los recursos educativos y sus contenidos con la mera condición de mencionar a sus autores.

Por fortuna, estas políticas existen. En junio de 2012 la UNESCO convocó en su sede el I Congreso Mundial sobre Recursos Educativos Abiertos, en el que se que adoptó la Declaración de París sobre los REA. El texto recomienda a los gobiernos “promover el uso de licencias abiertas para los materiales educativos financiados con fondos públicos”. Felizmente, son muy numerosos los gobiernos que han seguido esta recomendación.

Para concluir, diremos que la sensibilización universal a la importancia de los REA, el apoyo sistemático a su utilización y la adopción global de políticas de concesión de licencias abiertas en el ámbito de la educación son condiciones imprescindibles para generalizar estos recursos, disponer de contenidos que satisfagan las necesidades locales en todos los niveles de enseñanza, disciplinas e idiomas, y obtener una financiación sustancial que permita crear dichos recursos, implementarlos y actualizarlos. El día en que todos los educadores defiendan con pasión el acceso libre y gratuito a los REA y hayamos logrado cambiar las reglamentaciones sobre pagos y hacer que sea “abierto”, y no “cerrado”, el acceso por defecto a los recursos educativos financiados con fondos públicos, ese día viviremos en un mundo en el que cada uno de nosotros tendrá acceso a la educación que desee.

Cable Green dirige el Servicio de Educación Abierta de “Creative Commons”, una red mundial presente en 85 países que agrupa a más de 500 voluntarios, activistas, investigadores y expertos en derecho, educación, museología, ciencias y planificación estratégica.

Fuente: http://es.unesco.org/courier/2017-julio-septiembre/acceso-libre-y-legal-educacion?language=fr

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La educación digital y el internet abierto son fundamentales para la nueva era

09 Julio 2017/Fuente:eleconomista /Autor: ANTONIO BECERRIL

La organización sin fines de lucro Creative Commons ha sido uno de los impulsores del intercambio abierto de conocimiento y del uso de licencias libres para promover la educación y el arte.

Esther Wocjicki, miembro del consejo de Creative Commons, quiere ayudar a transformar la educación en todo el mundo y que todos los estudiantes tengan acceso a herramientas de conocimiento a través del internet libre.

La organización sin fines de lucro creada por el abogado de Harvard, Lawrence Lessig, en el año 2000 ha sido uno de los impulsores del intercambio abierto de conocimiento y del uso de licencias libres para promover la educación y el arte.

El proyecto de Creative Commons «es de tener acceso a todas estas cosas que le pertenecen a la humanidad y deberíamos de poder compartirlo”, dijo en Wojcicki en entrevista para El Economista.

La académica estadounidense se ha vuelto una promotora de la educación digital y aboga porque todos los jóvenes reciban esta formación y por más de 34 años ha estado ayudando a empoderar a sus estudiantes con las herramientas del conocimiento.

“Hoy en día no tenemos esa educación en las escuelas, en la mayoría de los distritos escolares [en Esrados Unidos] los teléfonos móviles están prohibidos y los dispositivos electrónicos son controlados por los maestros. Los estudiantes deben de aprender a utilizar estos dispositivos y controlarlos y es algo que podemos lograr, sólo es cuestión de permitirlo”.

Wojcicki cree que si todo el mundo pudiera tener acceso a esta educación digital podríamos ayudar a combatir la violencia que hay en internet. Esta tarea de desarrollo quiere, además de promover los valores cívicos de cómo comportarse en internet, que los jóvenes sean capaces no solo de consumir sino también capaces de crear.

“Creo que nos dirigimos hacia un mundo más rico con mayor intercambio, hay tantas ideas allá afuera y tantos jóvenes con grandes ideas. El mundo tiene todas estas semillas, pero hay algunas partes de la tierra que obtienen más agua, necesitamos que todas las semillas florezcan y el internet es la manera en la que todas estas semillas podrán florecer”.

Uno de los retos que deben combatirse son los ataques contra la neutralidad en la red y el acceso libre. Ella considera que debe de haber un retroceso con las compañías que quieren restringir el acceso a internet.

“La red es para todos. Los que la inventaron eran físicos del CERN en Génova y ellos pudieron haberlo monetizado, pero tuvieron una visión más amplia para que todo el mundo pudiera usar lo que llamamos la World Wide Web, y así debería de seguir”.

Uno de los temas que esta organización ha puesto a debate es la manera en cómo podemos usar los recursos que hay en internet. “Respeto los derechos de autor, yo también soy autora y creo que hay mucho en el espacio abierto. Si la gente sabe que hay un pozo libre y un pozo de los derechos de autor, van a respetarlos, pero necesitamos tener una mayor educación al respecto y mayores oportunidades para que la gente pueda licenciar su trabajo”.

“Cada minuto se suben 400 horas a YouTube, ¿te imaginas qué haríamos si no tuviéramos acceso a eso? Si eso no fuera una fuente abierta, sería un mundo de locos”.

Iniciativas como Creative Commons han sido fundamentales para hablar sobre el internet libre y el potencial que estos medios nos pueden ofrecer. “Desde que iniciamos en el 2000, hemos cambiado mucho. Ahora tenemos miles de millones de objetos con licencias, tenemos recursos educativos abiertos al público, que son auspiciados por la Unesco. Cualquier persona en cualquier parte del mundo puede obtener un libro de matemáticas o ciencias de manera gratuita. Creo que sin Creative Commons no habría habido el mismo impulso que hay por esta apertura digital”.

Wojcicki cree que los artistas han sido una pieza fundamental para iniciar la conversación y nuestra apertura sobre el potencial que ofrece este modelo abierto.

En marzo del 2008, la banda estadounidense Nine Inch Nails puso a disposición del público su álbum “Ghosts I-IV” sin ninguna restricción de derechos de autor para que los usuarios pudieran usar libremente ese material en sus propias creaciones.

“Lo que pasó con Nine Inch Nails fue que su música se hizo viral y la razón fue porque no tenía copyright. Si un artista quiere dar a conocer su obra, sólo ponla ahí afuera con una licencia de Creative Commons y pide una donación. Él [Trent Reznor] hizo mucho más dinero de lo que jamas podría haber vendido de otra manera. La gente tiene que ver eso. El humano promedio es muy generoso y ellos lo compartirán si saben que hay una oportunidad”.

La académica estadounidense considera que debe de haber más iniciativas como Campus Party, que es un semillero de intercambio del conocimiento. “Esto es lo que debería de estar pasando en las escuelas y hay estudios que han demostrado que 80% del aprendizaje ocurre fuera del salón de clases”.

Además considera que estas herramientas deben de estar disponibles para todos los estudiantes alrededor del mundo.

Para Wojcicki, quien le ofreció su garage a Larry Page y Sergei Brin cuando iniciaron Google y también fue maestra del actor James Franco, la educación es el arma más poderosa que tenemos hoy en día y es fundamental que haya un internet libre para que la educación pueda llegar a todas las personas y que las generaciones del futuro tengan las herramientas de conocimiento y digitales para que puedan desarrollar su potencial al máximo.

Fuente de la noticia: http://eleconomista.com.mx/tecnociencia/2017/07/08/educacion-digital-internet-abierto-son-fundamentales-nueva-era

Fuente de la imagen: http://eleconomista.com.mx/files/imagecache/eco2014_650x433/files/img_6347.jph

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Made with Creative Commons: una investigación sobre modelos de producción cultural abiertos

America del Sur/Argentina/Articaonline.com

Este 5 de mayo, luego de la presentación pública en la Cumbre Global de Creative Commons, se lanzó oficialmente el libro Made with Creative Commons, de Paul Stacey y Sarah Hinchliff Pearson. El proyecto, impulsado por la comunidad de Creative Commons y editado por la editorial danesa Ctrl+Alt+Delete, es una investigación acerca de modelos de producción cultural abierta y sostenible. Financiado a través de unacampaña de crowdfunding en Kickstarter en 2015, el estudio se desarrolló a lo largo de un año y medio en el que los autores identificaron personas, empresas e iniciativas representativas de distintas regiones y disciplinas, y entrevistaron a 24 de ellas para echar luz sobre las prácticas y estrategias de sostenibilidad de quienes producen bienes comunes culturales. Desde artistas que publican sus libros y discos con licencias libres, pasando por museos e instituciones culturales que abren el patrimonio a la comunidad y promueven los usos sociales, hasta grandes proyectos como Wikipedia y pequeñas iniciativas como la nuestra en Ártica. Las entrevistas les permitieron a los autores encontrar elementos coincidentes pero también estrategias variadas a través de las cuales es posible producir cultura de forma ética, aportando al procomún y cuestionando el modelo privatizador y excluyente de la propiedad intelectual y de las industrias culturales. Las licencias Creative Commons son el denominador común de este conjunto de proyectos, dado que sirven como herramienta legal para volcar las obras y materiales culturales al procomún. Pero además, en todas las iniciativas lo que sobresale es una manera de entender la producción cultural como una contribución y un intercambio dentro de una comunidad que necesita bienes comunes para el progreso y el bienestar mutuo.

Según cuentan los propios autores en la introducción, si bien la idea original de la investigación era centrarse de lleno en los modelos de negocio de lo abierto, a lo largo de las entrevistas se fueron dando cuenta de que no estaban ante empresas típicas volcadas a la mera maximización de ganancias. Por el contrario, se trata de empresas que buscan aportar al procomún, generando ingresos no para la acumulación de capital sino para sostener la producción, buscando cubrir necesidades sociales y culturales. Para ello, por supuesto, se desarrollan estrategias organizativas y formas de financiar la actividad muy variadas, que en el libro son analizadas caso a caso y que pueden servir de inspiración para otros artistas y profesionales de la cultura.

Para quienes no están familiarizados con las licencias Creative Commons, con el concepto de bienes comunes digitales o con la historia del movimiento de software y cultura libre, el libro dedica un capítulo a clarificar estos temas. Además, en un apartado se refuta de manera muy oportuna la idea equivocada de que las licencias más restrictivas (aquellas que están más cerca del modelo tradicional de “todos los derechos reservados”) son las únicas que permiten recibir una retribución por el trabajo cultural. En este sentido, nos honra constatar que el modelo de Ártica es un ejemplo que lleva más de seis años de actividad sostenible, licenciando todos los materiales producidos por nosotros bajo la licencia más libre: Atribución – Compartir Igual.

Made with Creative Commons se puede comprar en formato papel y en digital, y también se puede descargar gratuitamente en pdf, epub y mobi desde la página oficial del libro.

También, como siempre hacemos con los textos que más nos gustan, incorporamos el libro a la biblioteca de cultura digital de Ártica.

Fuente: https://www.articaonline.com/2017/05/made-with-creative-commons-una-investigacion-sobre-modelos-de-produccion-cultural-abiertos/?utm_content=buffer13279&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer

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