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El sello postal de la Universidad Nacional

Por: Ignacio Mantilla

Los Servicios Postales Nacionales 4-72 han querido sumarse a la celebración del cumpleaños 150 de la Universidad Nacional de Colombia realizando una emisión conmemorativa de 12 sellos postales con motivos alusivos a la institución, los cuales representan los distintos campos del saber junto al escudo que lleva el lema que desde siempre ha guiado el quehacer de la universidad del Estado: “Busca la verdad en las aulas de la academia”. Complementan la emisión postal ocho bandeletas con imágenes de todas nuestras sedes.

Esta emisión, puesta a disposición de los colombianos desde la semana pasada, ofrece una cuidadosa presentación y calidad. Es uno de los primeros homenajes que recibe la Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos, en este mes de celebración de su sesquicentenario.

El hecho se convierte en una oportunidad para auscultar el origen de las estampillas en los sobres de correo y para hablar de la transformación del sistema de correos a través del tiempo, y sobre su incuestionable importancia (antes de la aparición de las formas electrónicas modernas de comunicación), cuando saber de nuestros seres queridos distantes era todo un rito y el correo marcaba la forma preferida de relacionarse. La literatura de los siglos XIX y XX está plagada de turbios, en otros casos apasionados y, en los casos más tristes, virginales relatos de amor que se conocieron y fortalecieron a través del intercambio epistolar.

Los historiadores y arqueólogos coinciden en que la consolidación de las civilizaciones y el establecimiento de las rutas de intercambio comercial posibilitaron la adopción del sistema de comunicaciones y la especialización en el desarrollo de las mismas, pasando de los atletas que podían durar meses enteros corriendo de un punto a otro para entregar un mensaje verbal o escrito, hasta un sofisticado sistema de comunicación, haciendo uso de la tecnología disponible.

Las tablillas más antiguas que se usaron para llevar un mensaje datan del año 4.000 a. C. y son provenientes de Babilonia. En Egipto, en los tiempos del matemático Ahmes, es donde los estudiosos han señalado que se consolidó un sistema de mensajería mediante el cual el gobernante podía saber qué estaba sucediendo en las tierras más lejanas de su territorio. Persas, griegos y romanos desarrollaron sus propios sistemas de comunicación, de la mano de la expansión militar.

La masificación de los correos trajo consigo la necesidad de identificación, y antes del surgimiento del sello postal algunas precarias marcas servían de referencia para reconocer la ruta de una carta. Aun así, se presentaban algunos inconvenientes relacionados con los pagos, ya que los debía hacer el destinatario. Fue por ello que el inglés sir Rowland Hill, originario de la ciudad de Kidderminster, puso en venta la primera estampilla en 1837, para asegurar que el correo llegara a su destino y que no se perdiera por falta de pago al recibirlo.

En 1843, Brasil fue el primer país latinoamericano en adoptar el sistema de sellos postales, y en 1859 apareció en circulación la primera estampilla en nuestro país.

Un sello postal es mucho más que un pequeño y colorido papel, un pasatiempo o una forma en que el servicio de correo puede obtener ingresos. Un sello postal es un espacio estratégico de comunicación que puede llegar a concentrar en un momento específico los valores más destacados de una sociedad o simplemente captar la realidad territorial de un país y congelarla en el tiempo.

Sin ser experto en filatelia, debo confesar que siempre me ha atraído el aporte artístico y el detalle con que las estampillas son producidas. Me llaman especialmente la atención aquellas que buscan salvaguardar la riqueza ambiental de nuestro país, como las que pertenecen a la serie “Biodiversidad endémica de Colombia en peligro de extinción”.

A nivel internacional se han hecho famosas las que reproducen los rostros de los padres fundadores de Estados Unidos, en especial George Washington, así como los héroes de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), de la China de Mao y de la Segunda Guerra Mundial, entre otras. Conocí hace unos cinco años, a través de una revista alemana de divulgación científica, una enorme colección de sellos postales de diversos países dedicada a exaltar a ilustres matemáticos. Sobresalen, por ejemplo, el sello dedicado a los 400 años del natalicio de René Descartes, publicado en 1996, y la estampilla a todo color que aborda la vida y los desarrollos de Arquímedes, publicada en 2010. Hay una estampilla emitida en 1977 por la empresa alemana de correos para conmemorar los 200 años del nacimiento de Carl Friedrich Gauss, uno de los más grandes matemáticos que ha habido.

Afortunadamente hay personas en todo el mundo que cultivan la filatelia y nutren diariamente sus colecciones de estampillas, pues el registro de todas las emisiones permanecerá como un invento valioso de la humanidad.

Que sea esta entonces una oportunidad para que la experiencia, el conocimiento y la historia de la Universidad Nacional recorran los rincones del territorio nacional a través de las 89.856 estampillas puestas a disposición de los ciudadanos por los Servicios Postales Nacionales 4-72 desde la semana pasada.

Ojalá muchos lectores adquieran esta edición especial. Una apuesta de colección, que, al igual que la estampilla que se emitió hace 50 años para celebrar el primer centenario de la Universidad Nacional de Colombia en 1967, forme parte de los símbolos que enaltecen la institución.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/el-sello-postal-de-la-universidad-nacional-columna-712300

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Argentina: Docentes en defensa de la educación superior pública de Mendoza

Argentina/17 de Julio de 2017/La Izquierda Diario

Reproducimos una carta abierta redactada por docentes de los Institutos de Educación Superior Docente y Técnica mendocinos sobre la situación de la educación en la provincia.

Profesores y profesoras de los Institutos de Educación Superior Docente y Técnica mendocinos iniciamos el receso invernal con una preocupación sobre la realidad que muchos estudiantes están sufriendo: la baja en las becas del Plan Progresar, la suba del pasaje del transporte público (que se agrava fuera del Gran Mendoza), la discontinuidad del Plan Conectar Igualdad entre otras políticas educativas En un marco de aumento creciente de la canasta básica, la precarización laboral y la desocupación. Como lo demuestran múltiples estudios realizados en nuestro país (Toer, Coraggio, García Guadilla) los determinantes económicos son centrales en la posibilidad de continuar los estudios superiores.

Es por esta preocupación que consideramos alarmante los dos artículos sobre la educación superior de nuestra provincia aparecidos los domingos 2/07 y 09/07 en el Diario UNO y las declaraciones brindadas por funcionarios de la Dirección General de Escuelas del Gobierno de Mendoza en el segundo de los mencionados.

En el artículo del 09/07 se afirma, entre otras cosas, que 9 cada 100 estudiantes de formación docente egresan a término. Pero no se da a conocer la fuente de estos datos, ni las políticas orientadas para acompañar trayectorias formativas, ni el fundamento teórico desde donde se reivindican lo que Flavia Terigi nombra como trayectorias teóricas en detrimento de las trayectorias reales. Declaraciones que se realizaron a solo una semana de haber dado a conocer también -sin explicitar fuentes certeras- que en la Universidad Nacional de Cuyo egresan 23 de cada 100 ingresantes mientras que tendenciosamente se refuerza la idea de que el egreso en las universidades privadas es del doble.

Si consideramos las relaciones fluidas que mantiene Jaime Correas con el multimedio del Grupo UNO que cuenta con la universidad privada Congreso, se puede comprender mejor la campaña de desacreditación que continuamente recibimos los docentes de parte la Dirección General de Escuelas. En consecuencia, estas notas apuntan a desprestigiar la educación pública y para nada en fortalecerla.

Respecto del descrédito a la educación superior en general, nos parece importante aclarar que las universidades son evaluadas y las carreras que ofrecen son acreditadas por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), organismo igualmente cuestionado por múltiples sectores de la comunidad educativo. Consideramos que la comparación entre universidades públicas y privadas es muy discutible dado que las segundas trabajan en promedio con estudiantes de ingresos económicos más altos que las públicas y esto claramente impacta sobre los rendimientos educativos como se indicó más arriba. Además, entendemos que esconde intenciones de privatización de la educación superior y limita el acceso a solo un sector de la población.

Al mismo tiempo en ambos artículos (publicados ambos en tapa) se habla de “malgasto” del dinero invertido en la educación superior en relación con la supuesta “baja” tasa de egreso en la misma. Esta idea de la educación como “gasto” está anclada en las más conservadoras y antiguas teorías sobre la educación. La UNESCO habla sólo de inversión educativa y aún instituciones relacionadas al pensamiento neoliberal como el Banco Mundial priorizan el término “inversión”, lo que muestra a las claras la intención desacreditante de los artículos. La idea de analizar los presupuestos universitarios y de los institutos provinciales con criterios mercantilistas no es nueva en nuestro país ni en América Latina, se desarrolló con fuerza en las dictaduras militares de la segunda parte del siglo, creció en el vendaval neoliberal de fin de siglo y parece revivir en este momento, sin ocultar los obvios intereses privados que la difunden. Si para muestra alcanza un botón, el grupo Vila-manzano, propietario del diario UNO, lo es también de la Universidad de Congreso, institución privada y difusora de las ideas del capital concentrado en la provincia.

Al mismo tiempo estas concepciones mercantilistas de la educación son rechazadas por la mayoría de los docentes y sus organizaciones gremiales tal como se ha expresado en nuestro país en la larga lucha antineoliberal desde la dictadura cívico militar de 1976.

En relación con el supuesto terrible diagnóstico que tiene la formación de docentes en los institutos de educación superior nos parece importante decir que esta formación se encuadra en un diseño curricular provincial, fruto de un trabajo cooperativo y mantenido en el tiempo donde muchos docentes que se desempeñan en los IESDyT tuvieron un alto grado de participación, que se sustenta en los lineamientos nacionales y que su concreción local está dada en el contexto de cada instituto. Este diseño curricular se construyó desde una mirada sociocrítica de la educación; así lo explicita en las definiciones de los referentes conceptuales de base, en la propuesta de formación desde campos y trayectos y en la consideración de docencia. Destacamos particularmente que se concibe la docencia como práctica de mediación cultural reflexiva y crítica, como un trabajo profesional institucionalizado, que se lleva a cabo en las instituciones educativas, en el marco de la construcción colectiva de intereses públicos, de significados y aspiraciones compartidas y del derecho social a la educación y como una práctica pedagógica construida a partir de la transmisión de conocimientos y de las formas apropiadas para ponerlos a disposición de sus alumnos/as y que toma a la diversidad como contexto.

Entonces el análisis de la práctica cotidiana que incorpora dimensiones contextuales es una capacidad que se pretende formar en futuros docentes y que muchos docentes sostienen desde hace tiempo. Son los y las docentes que leen muy bien su realidad en el patio y en el aula y por eso llevan los materiales para todos, pintan sus escuelas, organizan ferias de platos o de ropas para sostener el edificio escolar, arman roperos para vestir estudiantes, llevan de sus casas lo necesario para que los estudiantes se alimenten o lo ponen de su sueldo con o sin ítem aula. Son docentes que sostienen el sistema educativo con voluntades cuando las políticas estatales se corren de su responsabilidad indelegable: garantizar la educación.

Por otra parte, la idea de “docente motivador” expresadas por la Prof. Ema Cunietti, no es parte de ningún diseño curricular de las carreras de los institutos provinciales ni de la bibliografía en ellos indicados porque no corresponde con la perspectiva crítica con que este se sustenta sino con miradas neoconductistas basadas en las técnicas del mercado ,simplificación de las teorías neofuncionalista norteamericanas, que apuntan a la construcción de agentes dinámicos de comercialización en el sector de servicios, o sea “vendedores”. Es claro que esta poco feliz y poco fundamentada expresión de la funcionaria, nada tiene que ver con nuestra tradición educativa, ni aún con sus vertientes más conservadoras.

Al mismo tiempo en esta y en otras partes del artículo aparece una postura negativa hacia los docentes de la educación superior, cuya máxima expresión material en toda la docencia mendocina es el extorsivo “Item Aula”, postura que parece ser la impronta de las políticas educativas nacionales y provinciales.

Es por todo lo mencionado que los abajo firmantes hacemos notar nuestro descuerdo con los análisis realizados como así también nuestra preocupación ante la agresión que la educación pública mendocina está sufriendo. Entendemos que es nuestro trabajo defender el derecho a la educación y hacer notar cuando esto no está garantizado. Defendemos la educación, queremos escuelas públicas con estudiantes críticos de nuestra realidad.

Firmas:

Martin Elgueta DNI 22423562 IFDyT N° 9-030 Del Bicentenario
Claudia Fava DNI 16006509 IFDYT N° 9004 Toribio Luzuriaga
Laura Montoya DNI 25415694 IESDyT N° 9-010 Rosario Vera Peñaloza
Patrick Boulet. DNI 16.122.399. IESDyT N°9-002 Tomás Godoy Cruz
Verónica Paiz. DNI 29.340.966. IES 9-010 Rosario Vera Peñaloza
Silvana Yomaha. DNI 2506845. IES 9-011 Del Atuel
Susana Cuello. DNI 17626143 IESDyT 9027
Clelia Valdez DNI 23525611 IESDyT 9027
José Luis Castillo DNI 18107776 IES 9-010 Rosario Vera Peñaloza
Ana Amico DNI 20984650 IFDyT N° 9-030 Del Bicentenario
Pablo Aceña. DNI 26239073 IES 9-019 Insutec
Flavia Soledad Cabello DNI 30542250 IES 9-011
Federica Bonoldi Rufener DNI 35184062 IES 9-010 -Rosario Vera Peñaloza
Anabel Costella DNI 26527824 IES 9-010 Rosario Vera Peñaloza
Paola Vignoni DNI 23536142 Secretaría de Finanzas SUTE Seccional Guaymallén
Rosana Elizabeth Quiroga DNI 22059946 IES 9-010 – Rosario Vera Peñaloza
Luis Navarro DNI 18447836 – IES 9-005 – Fidela Amparan
Juan Manuel Lucas DNI 27453178 – IES 9-010 – Rosario Vera Peñaloza
Celeste Rubia Carrizo DNI 24057885 – IES 9-008 – Manuel Belgrano
María del Carmen Abal DNI 13489920 – Docente jubilada IES 9-010 y PT14 Asociación de Escuelas Italianas
Claudio Agustín Sosa DNI 22988063 – IES 9-010 Rosario Vera Peñaloza
Evangelina Marconi DNI 18184623 – IES 9-030 del Bicentenario
Flavia Manoni DNI 18506532 – IES 9-026
Antonio Araya DNI 16441560 – IES 9-027

Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/Docentes-en-defensa-de-la-educacion-superior-publica-de-Mendoza

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Un grupo de activistas okupa el Colegio Mayor Luis Vives de la Universitat de Valencia

Por: Enric Llopis

“La Ingovernable. Espai alliberat”. La consigna se divisa en lo alto de la fachada del Colegio Mayor Luis Vives de la Universitat de Valencia, okupado por un grupo de activistas con el fin de recuperarlo, dotarlo de vida y generar un nuevo espacio de “cultura, pensamiento crítico y empoderamiento para la lucha”. Los jóvenes okupas abrieron el pasado primero de mayo las puertas de las instalaciones, que la Universitat de Valencia mantenía cerradas desde el verano de 2012. El día festivo de la clase trabajadora se hizo pública la okupación del Colegio Mayor Luis Vives, tras un proceso iniciado por una veintena de personas hace quince días, informan fuentes de la asamblea de okupas. Los activistas trabajan actualmente en la limpieza y adecuación de “La Ingovernable” (denominación del espacio okupado), y por el momento han rehabilitado cuatro grandes salas. Asimismo dan cuenta, en conversación telefónica, de la situación de abandono y deterioro en el que se encontraron el espacio: “Estamos tragando mucho polvo”.

Los medios de comunicación informaron de incidentes en las inmediaciones del edificio la tarde del dos de mayo. Se produjeron cuando los activistas que se hallaban dentro del colegio mayor pretendían salir de las instalaciones, con el fin de realizar relevos y abastecerse de alimentos y agua. Previamente realizaron un llamamiento, al que acudieron, con bienes de primera necesidad, una treintena de personas de círculos afines. Pero los guardias de seguridad, que custodian el recinto, “no dejaron que entrara ni saliera la gente, ni tampoco que se proporcionara comida y bebida al interior”, aseguran los jóvenes okupas. Habilitaron entonces un “pasillo” para sortear a los vigilantes. “Hubo forcejeos, porrazos y golpes por parte de los agentes”, detallan, “mientras se empezaba a lanzar la comida por encima de las vallas”. Fuentes de la asamblea señalan que los vigilantes de seguridad llamaron a los servicios de ambulancia, con el fin de notificar supuestas heridas y lesiones a los agentes de las que pudieran responsabilizar después a los activistas; “así podrían además justificar una posterior denuncia”, agrega la asamblea de Okupas.

El mismo día de las agresiones, explican activistas que permanecen en el interior del edificio, se permitió que agentes de la Policía Nacional entraran en el recinto universitario, “lo que consideramos gravísimo”. Afirman que además de los guardias que mantienen la vigilancia en el colegio mayor, “la zona está todas las noches llena de ‘secretas’ rondando”. El tres de mayo la asamblea de “La Ingovernable” tachó de “invención” las versiones sobre lo sucedido el día anterior propagadas por los medios informativos y los agentes de seguridad contratados por la Universitat de València, que en ningún caso hicieron referencia a las agresiones de los guardias. Por el contrario, añaden los okupas en un comunicado, los vigilantes “fuera de sus funciones, retuvieron de manera violenta a una joven, a la que agarraron por el cuello y golpearon contra la pared; asimismo propinaron golpes a otras personas con las porras”.

La asamblea señala la responsabilidad de la Universitat de València en los hechos violentos. Además califican la situación actual de “asedio”, aunque la Universitat destaque ante los medios de comunicación un supuesto estado de “normalidad” en el Colegio Mayor Luis Vives, ya que los jóvenes pueden, según la institución universitaria, abandonar el edificio cuando consideren y finalmente se ha habilitado una zona para el suministro de vituallas. Sin embargo, el autor de este artículo pretendió ayer conversar directamente con los jóvenes okupas, lo que le fue impedido por dos vigilantes después de realizar una llamada telefónica. El interlocutor de los guardias de seguridad les dijo a estos que remitieran al periodista al gabinete de comunicación de la Universitat de València.

La okupación del colegio mayor se inspira en principios netamente anarquistas, tal como se infiere de los comunicados del grupo promotor. Los activistas hacen referencia al “control de nuestras vidas”, la fuerza colectiva, la libertad, la horizontalidad y la autogestión. “La solidaridad y el apoyo mutuo son nuestras mejores armas, nos mantenemos ingobernables”, afirman. Destacan la necesidad de espacios de grandes dimensiones en la ciudad, donde los movimientos sociales puedan desplegar actividades culturales, conciertos y asimismo recaudar fondos con los que afrontar las causas por represión. También manifiestan su solidaridad con las luchas universitarias, por ejemplo contra la subida de las tasas, el Plan Bolonia o las dificultades de los jóvenes con menos recursos para acceder a las licenciaturas. “Hay gente que ha tenido que abandonar una carrera por no poder pagar la matrícula”, afirma un activista de la asamblea.

Uno de los puntos de polémica es el estado del edificio. Ubicado en el campus universitario de la avenida Blasco Ibáñez, el Colegio Mayor Luis Vives fue inaugurado en los años 50 del siglo pasado como residencia para estudiantes y centro cultural, informó la Agencia Efe. En un teletipo emitido el primero de mayo, la agencia añade –citando fuentes de la Universitat- que el edificio cerró sus puertas el 31 de julio de 2012 para su restauración, ya que los informes técnicos aconsejaban una reforma estructural. La denuncia cursada por la Universitat de Valencia ante la Policía Nacional subraya estas deficiencias y alerta sobre la peligrosidad del edificio. Sin embargo, los jóvenes respondieron en un comunicado que las versiones sobre la falta de seguridad y las fallas estructurales son “fraudulentas”, y se difunden “para deslegitimar nuestras acciones”. Sustentan esta tesis en las declaraciones de la Fundación Goerlich (por el nombre del arquitecto autor del colegio mayor, Javier Goerlich) y en la observación sobre el terreno de las instalaciones. Además, “se trata de un pretexto ya desmentido desde hace tiempo por algunos medios de comunicación”, concluyen fuentes de la asamblea.

Los jóvenes se encontraron las instalaciones en situación de “total abandono”, según afirman, “con una capa de alrededor de un centímetro de polvo por todo el edificio; casi no se puede ni respirar”. Enumeran ejemplos del caos en el interior del colegio mayor: sillas arrojadas, la cocina “hecha una mierda”, neveras tiradas por el suelo, montones de libros desparramados… Otro aspecto denunciado por los activistas es el trato por parte de los guardias de seguridad. “Algunos intentan manipularte, otros ‘pasan’ de ti y hay otros vigilantes que se emplean con modos agresivos, te increpan y coaccionan; en alguno de los casos la provocación es continua”. En las redes sociales han difundido las expresiones de alguno de los vigilantes: “Si yo os pillo por aquí fuera os vais a acordar de mí después de esto”; “Os va a salir cara la bromita” y “os vais a arrepentir para toda la vida”, afirmaba este guardia al tiempo que movía las esposas de modo intimidatorio, siempre según la versión de los activistas.

Los okupas de “La Ingovernable” han constatado un aumento de la vigilancia –de efectivos privados y de la policía- desde que se iniciara la okupación. Lo consideran una estrategia de “desgaste”, para “bloquear cualquier apoyo desde el exterior”. Mientras, lanzan un llamamiento de apoyo, al que se han sumado la mayoría de los sindicatos universitarios. “Estamos en fase de resistencia y rehabilitación del espacio, no vamos a ceder ante ningún chantaje o amenaza”, concluyen vía telefónica, al tiempo que insisten en la crítica a la Universitat y al rector, Esteban Morcillo, “la cara más autoritaria de la institución”. “Es un cobarde, que sólo sabe mandar a sus esbirros”. Critican que la Universitat de València se haya negado a dialogar, con independencia del posterior resultado de las conversaciones: “nadie se ha pasado por aquí”. Así, desde el tres de mayo los jóvenes okupas reciben por una ventana del edificio, según confirman, agua y alimentos: “Gracias a ello sobrevivimos en el interior”.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=226248

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Entrevista a la Dra. Ethley London: «Es necesario aumentar la conciencia pública sobre el valor del aseguramiento de la calidad en la Educación Superior» .

Centro América/Jamaica/28.02.2017/Autor y Fuente: http://iesalc.unesco.org.ve/

La Conferencia Caribeña de Educación Superior fue una oportunidad para que los diferentes actores involucrados en los temas de enseñanza superior en el Caribe pudieran interactuar entre ellos y debatir sobre los principales desafíos que enfrentan como región. Aprovechando esta ocasión, UNESCO-IESALC conversó con la Dra. Ethley London para conocer cómo se encuentra el estado de la acreditación universitaria en el Caribe.

La Dra. Ethley London, quien se desempeña como Directora Ejecutiva del Consejo Universitario de Jamaica, sugiere alternativas para asegurar la calidad de la Educación Superior y habla particularmente, de los avances que en este sentido ha adelantado Jamaica.

P.  ¿En qué etapa de desarrollo están la evaluación y las políticas de acreditación de la Educación Superior en Jamaica?

Las políticas de acreditación de la Educación Superior en Jamaica comenzaron en 1987 con la creación del Consejo de la Universidad de Jamaica,  que a su vez, dio paso a la creación del  Consejo Universitario de Jamaica (UCJ),  órgano que controla a nivel nacional la calidad en la educación  terciaria. Con los años, el Consejo ha cumplido su mandato mediante el registro de instituciones de enseñanza superior y los programas de acreditación en estas instituciones. El registro de las instituciones es un  primer paso necesario hacia la acreditación de los programas.
La misión de la UCJ es aumentar la disponibilidad de la Educación Superior y la formación en Jamaica, a través de un sistema de aseguramiento de la calidad  que garantiza la excelencia, transparencia, integridad y el apego a los niveles de calidad aceptados en la región. La UCJ establece y aplica criterios para el registro y la acreditación, así como estimula y facilita el mejoramiento de la calidad de las instituciones. Además de asegurar la calidad de los programas locales, la UCJ también tiene la responsabilidad de asegurar la calidad de los programas extranjeros que se ofrecen en Jamaica.

Hasta la fecha, el Consejo Universitario de mi país ha registrado 50 instituciones de Educación Superior, públicas y privadas, que han cumplido los criterios de calidad establecidos en el país.  Se han acreditado  unos 176 programas, en varias disciplinas en 41 instituciones. Esto incluye 23 programas ofrecidos por 10 instituciones extranjeras en Jamaica.

La UCJ trabaja actualmente en la acreditación institucional. Se cree que, para estas entidades, la acreditación institucional servirá para lograr una  mayor eficiencia en la planificación y el funcionamiento de estas instituciones, y evitar así la duplicación de esfuerzos en el proceso de acreditación.

Gracias a sus actividades de acreditación, la UCJ ha influido en el desarrollo de las instituciones de Educación Superior en Jamaica de varias maneras:

• Facilitando la creación de instituciones.

• Enfrentando el reto, de llevar a cabo el ejercicio de auto evaluación, un requisito previo necesario para la continuidad del desarrollo de las instituciones

• Creando de un entorno educativo profesional que busque la excelencia.

• Proveyendo criterios aceptables de las normas no sólo en Jamaica, pero también a nivel regional e internacional.

• Creando una cultura de calidad en el sistema de Educación Superior.

La UCJ mantiene estrechas relaciones de trabajo con otras agencias de aseguramiento de la  calidad en todo el mundo, a través de la Red Internacional de Agencias de Aseguramiento de Calidad en la Educación Superior (INQAAHE).  Eso ha permitido la formación de la Red Caribeña para el Aseguramiento de la Calidad en la Educación Superior (CANQATE, por sus siglas en Ingles) una subred de (INQAAHE) en la cual la UCJ ha tenido un rol muy activo apoyando a otros países el Caribe en el establecimiento de sus propios órganos nacionales de acreditación.

 P. ¿Cuáles son los obstáculos más comunes que actualmente enfrenta el  proceso de acreditación en instituciones de Educación Superior del Caribe?

Hay varios factores que influyen en la Educación Superior en la región del Caribe, que tienen implicaciones en el aseguramiento de la calidad. Estos factores incluyen:

• Búsqueda de recursos (financiamiento, sustentabilidad).

• Aparición y diversificación de nuevos proveedores privados.

• Falta de conocimiento y comprensión del ethos de la Educación Superior entre algunos proveedores.

• Aumento de la internacionalización de la educación.

• Desarrollo de profesionales en el área de control de calidad.

• Inadecuada búsqueda en el aseguramiento de calidad

• Falta de profesores cualificados en determinados medios especializados.

P. ¿Cuáles son las estrategias que se deben implementar a fin de minimizar la disparidad en los niveles de calidad de las instituciones de Educación Superior?

 • Todas las instituciones deben ser sometidas al proceso de aseguramiento de la calidad. Por lo tanto la regulación es necesaria.

• Llevar a cabo la capacitación para los administradores y los oficiales de aseguramiento de la  calidad en las instituciones.

• Proporcionar formación en liderazgo para los administradores y alentarlos para invertir en actividades relacionadas con el aseguramiento de la calidad tales como;  el currículo y los procesos de enseñanza y aprendizaje, y así aumentar la capacidad de los profesores locales para diseñar los currículos de los programas de estudio.

• Alentar a las instituciones locales a participar en asociaciones de colaboración.

• Proporcionar oportunidades para compartir las mejores iniciativas, y facilitar la realización de investigaciones en el aseguramiento  de la calidad y la difusión de los resultados de la investigación para informar los diseñadores de políticas públicas.

• Aumentar la conciencia pública sobre el valor del aseguramiento de la calidad en la Educación Superior.

Dr. Ethley London es la Directora Ejecutiva fundadora del Consejo Universitario de Jamaica (UCJ, por sus siglas en inglés), el órgano de control de calidad de la educación terciaria en Jamaica, establecida en 1987. También asesora al Ministro de Educación en materia de acreditación de las Instituciones de Educación Superior. Bajo su dirección, la UCJ ha acreditado a más de cien programas en treinta centros de Educación Superior – entre universidades, colegios e institutos.

La Dra. London ha participado activamente en importantes avances en la Educación Superior a nivel nacional y regional, incluida la creación de dos nuevas universidades. Ella es también responsable del establecimiento en 1991 del Comité Conjunto para la Educación Superior, una asociación de más de 40 Instituciones de Educación Superior públicas y privadas.

Actualmente, se desempeña como Directora de una serie de organizaciones nacionales, incluyendo el Consejo Nacional de Enseñanza Técnica y Profesional y Formación, el Consejo de Colegios Comunitarios de Jamaica y de la Comisión de Profesores Servicios.

Fuente: http://iesalc.unesco.org.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=1945:entrevista-a-la-dra-ethley-london-es-necesario-aumentar-la-conciencia-publica-sobre-el-valor-del-aseguramiento-de-la-calidad-en-la-educacion-superior&catid=32&Itemid=600&lang=pt

Imagen: http://iesalc.unesco.org.ve/images/stories/boletin/206/interview_new.jpg

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Educación Superior: Régimen de lo público, financiamiento y calidad

Chile / elmostrador.com / 28 de Septiembre de 2016

El proyecto de Reforma a la Educación presentado por el Ministerio no se orienta por una comprensión de la educación como un derecho, tampoco busca el fortalecimiento de la Educación Superior al interior de un régimen de lo público. Cuestiones, ambas, que debieran constituir la columna vertebral y horizonte de la reforma.

No es suficiente que una universidad se declare «de vocación pública» para que así sea. Debe regirse por normas internas que hagan posible este compromiso con lo público. Pero, más importante aún es que el Estado opere con un sistema de regulación que oriente a que todas las instituciones de educación superior que reciben financiamiento estatal operen bajo un régimen de lo público. Esto es: sin lucro efectivo, pluralistas, laicas, autónomas respecto de cualquier interés de grupos ajenos a la propia universidad, es decir, sin sujeción al control unilateral de algún interés particular, sea este de orden económico, político o religioso.

Un régimen de lo público significa investigación, creación y extensión pertinente a las necesidades del país, con una perspectiva crítica y propositiva hacia las políticas públicas, aportando al bien común y al desarrollo inclusivo y sostenible del país y sus regiones; con libertad de expresión y de cátedra; con participación de sus estamentos en los órganos colegiados; con políticas estudiantiles de acceso e inclusión; con transparencia y rendición pública de sus recursos.

De esta forma, el financiamiento del sistema bajo un régimen de lo público, debe incorporar a todas las universidades acreditadas: estatales, no estatales del CRUCH y privadas que acepten operar bajo este régimen.

Las universidades estatales deben constituir el eje del sistema y deben tener el financiamiento que les permita «liberarse» de un régimen de mercado que -aún sin dueño ni grupos controladores- las expone a intereses particulares, las obliga a competir y termina, en cierto sentido, privatizándolas en tanto las lleva a alejarse de su autonomía y función pública. Financiamiento para la docencia vía gratuidad y aporte fiscal directo para la investigación nos parecen los mecanismos apropiados.

En el proyecto de reforma la calidad se asocia directamente con los procesos de acreditación, manteniendo una lógica «productivista», de  «ranking» y de competencia entre las universidades, por sobre lógicas de colaboración intra e inter instituciones o de valoración de proyectos autónomos y singulares, que tengan como horizonte la búsqueda de la justicia, la inclusión o la contextualización del proceso educativo, coherentes con la misión y visión que determinadas universidades puedan darse en el marco de su autonomía.

El acceso a la gratuidad que se estableció en la glosa presupuestaria del año 2015 no puede circunscribirse a los años de acreditación de las instituciones, más aún cuando en el propio proyecto se expresa que » No es claro lo que significa un año más o un año menos en las decisiones de acreditación » (pp. 15).

Los recursos hoy disponibles permiten extender la gratuidad a la gran mayoría del sistema educacional en todos sus niveles. En el nivel terciario se puede extender de inmediato la gratuidad a más de la mitad de todo el estudiantado, redestinando a esta partida los cuantiosos recursos fiscales que hoy se desembolsan en el desprestigiado, injusto y discriminador sistema de créditos y becas. Vemos necesario el término inmediato de los llamados «Créditos con Aval del Estado (CAE)», que en realidad son créditos con dinero y aval del Estado. Este ítem constituye de lejos la principal partida del presupuesto respectivo, lo cual significa que en los hechos determina la esencia de la política actual.

Si bien estos mecanismos han proporcionado un porcentaje importante de los recursos que muchas de nuestras instituciones han necesitado para formarse y sobrevivir, ello ha sido a costa de endeudar a cientos de miles de estudiantes que provienen de familias modestas.

Al transferir a gratuidad los recursos destinados a CAE y becas, que representan dos tercios de las denominadas «ayudas estudiantiles», se pueden triplicar de inmediato los recursos destinados al nuevo esquema.

La mercantilización del sistema de educación superior en Chile y el afán de lucro que lo alimenta han generado en muchas instituciones el alejamiento de criterios académicos de excelencia, y ha instalado la demanda por mejorar la calidad de la educación y puesto en evidencia la débil regulación y lo mucho que requerimos avanzar en este ámbito.

Tal discurso, instalado principalmente por los estudiantes, propone que puede haber calidad fuera de la lógica mercantil y, a la inversa de ésta, que el lucro no es compatible con la calidad en el mundo universitario, puesto que cuando hablamos de calidad necesariamente aludimos a una cierta noción o entendimiento de lo que es una universidad, cuál es su carácter, la función pública que cumple y que le da su especificidad como institución.

En el proyecto de reforma la calidad se asocia directamente con los procesos de acreditación, manteniendo una lógica «productivista», de  «ranking» y de competencia entre las universidades, por sobre lógicas de colaboración intra e inter instituciones o de valoración de proyectos autónomos y singulares, que tengan como horizonte la búsqueda de la justicia, la inclusión o la contextualización del proceso educativo, coherentes con la misión y visión que determinadas universidades puedan darse en el marco de su autonomía.

Resulta evidente que algunos indicadores de calidad utilizados son discutibles. Urge una mirada crítica, capaz de analizar la calidad y su relación con la reproducción de la desigualdad social. Nos inquieta el hecho de que las universidades que mejor califican en los rankings sean justamente aquellas donde se forman los  jóvenes que han tenido las mejores oportunidades de aprendizaje.

Fuente:http://www.entornointeligente.com/articulo/8995368/Educacion-Superior-Regimen-de-lo-publico-financiamiento-y-calidad-25092016

Imagen: http://www.definicionabc.com/

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A favor de la Filosofía

Autor: Carlos Andradas

Europa/España/Julio de 2016

La polémica de la filosofía
No, la Filosofía no sobra. La respuesta a la pregunta que hacen Fernando Savater, José Luis Pardo y otros insignes filósofos en EL PAÍS del viernes 1 de julio, es clara y contundente: necesitamos la Filosofía. Creo que el “más Platón y menos Prozac”, el “pensar antes de hablar” son hoy, donde la inmediatez, el vértigo de la velocidad y los titulares marcan nuestros ritmos, más importantes que nunca. No hay oscuros propósitos para acabar con la Filosofía en la Complutense, una disciplina, metodológicamente diferenciada y con el mismo estatuto científico que otras y, desde luego, no menos importante que ellas.
El Plan de Reestructuración de la Complutense habla de otra cosa y así como no conviene confundir el contenido con el continente, ni la calidad de un objeto con la del envoltorio que lo contiene, no debemos confundir una disciplina con la organización administrativa y académica de la Universidad. Algo no hemos conseguido explicar adecuadamente cuando tan ilustres y respetados pensadores piensan que la Filosofía puede verse amenazada, y les agradezco la oportunidad de intentar arrojar un poco de luz sobre el asunto.
Coincido plenamente en que el objetivo fundamental de la Universidad es la enseñanza y la investigación. Por eso sorprende la extraordinaria atención que se presta a la estructura externa, al “envoltorio”. Las preguntas importantes son: ¿Dónde están hoy los mejores filósofos de nuestro país y del mundo? ¿Qué podemos hacer para traerlos a la Complutense? Algunos de los firmantes del artículo del 1 de Julio conocen bien mi preocupación, y mis iniciativas, en torno a estas cuestiones. ¿Cómo mejoramos la investigación en Filosofía en la UCM? ¿La estructura que tenemos nos ayuda a ello?
La Filosofía existe en casi todas las Universidades del mundo, pero en muchas de ellas no hay una Facultad de Filosofía. En Harvard existe un Departamento de Filosofía en la Faculty of Arts and Sciences (exactamente igual que ocurre con Matemáticas, por cierto). Lo mismo ocurre en Stanford, donde el departamento de Filosofía se encuadra en la School of Arts and Humanities, o en Berkeley. Cambridge y Oxford sustituyen el departamento por la Facultad de Filosofía, encuadrada en la Escuela de Artes y Humanidades. En la Sorbona, la Filosofía constituye una UFR (Unidad de Formación e Investigación) que sustituye a la Facultad y al Departamento. En La Sapienza (Roma) existe una Facultad de Filosofía y Letras integrada por ocho departamentos, uno de los cuales es el de Filosofía. También en la Humboldt (Berlín), el departamento de Filosofía es uno de los que integran la Facultad de Artes y Humanidades I. Como se va viendo, los modos de organización son diversos, pero prácticamente todos tienen una cosa en común: la Filosofía constituye una única estructura (normalmente llamada departamento) que suele encuadrarse en una estructura más amplia, en forma de Facultad o Escuela de Artes y Humanidades.
La Filosofía existe en casi todas las Universidades del mundo, pero en muchas de ellas no hay una Facultad de Filosofía
En nuestra propuesta, en lo referente a Filosofía, el cambio que planteamos es tan “revolucionario” que podría pasar desapercibido para cualquier alumno o profesor. Ninguna titulación se ve alterada, los planes de estudio siguen siendo los mismos, los alumnos van a cursar las mismas asignaturas, en las mismas aulas, con los mismos profesores, que van a seguir en sus mismos despachos. Lo que proponemos es crear una Facultad de Filología y Filosofía (o viceversa, u otro nombre) que aúne las actuales Facultades de Filosofía y Filología. Parece un juego de palabras pero no lo es. No se trata, por tanto, de cerrar la Facultad de Filosofía para transformarla en un Departamento de Filosofía dentro de una Facultad de Filología.
Pero, efectivamente, el cambio supone transformaciones organizacionales importantes: una única Junta de Facultad, reducción de cargos académicos y una estructura organizativa única de varios servicios, ahora duplicados, a pocos metros unos de otros. Lo cual permitirá dedicar recursos administrativos y docentes a necesidades ahora sin atender, o hacer una gestión más racional de los espacios, evitando que aulas o laboratorios por estar asignados a una facultad o departamento puedan estar sin utilizar al 100%, mientras que en otros existen necesidades.
Los números sirven para medir e introducir indicadores que ayuden a una mejor organización y, de paso, a una distribución más equitativa del trabajo y los recursos. Se nos achaca que la propuesta de reestructuración supone un ahorro de apenas un 1% del presupuesto de la Universidad y que aún no hay una memoria económica exhaustiva. La habrá. Pero ese “apenas” 1% de ahorro son 5 millones de euros. Nada menos que el coste de 100 catedráticos de Universidad. O de 200 contratos pre o posdoctorales. Recursos que podremos reinvertir en docencia e investigación y que ahora se van en gastos de administración y organigrama.
El proyecto supone un ahorro del 1% del presupuesto de la Universidad: cinco millones de euros (el coste de 100 catedráticos)
Pero volvamos al ámbito académico, que es, sin duda, lo más importante. La preocupación natural, que comparto, es cómo compaginar el hecho de vivir en estructuras más amplias, con que la toma de decisiones, la planificación de lo relativo a la Filosofía, sea hecha, esencialmente, por los filósofos. Contamos con ello, está contemplado en la propuesta y será objeto de desarrollo. Es cuestión de definir claramente cómo y quién tiene las competencias para las decisiones pertinentes.
Por supuesto que no se pretende que los especialistas en ética impartan literatura, o los filólogos ingleses den clases de italiano. A nadie se le ocurriría. Pero, eso no significa que áreas afines no puedan convivir en una misma estructura departamental que, entre otras cosas, incite al diálogo. La configuración de muchos de los grados, másteres y doctorados actuales podría haber presentado una estructura más transversal, interdepartamental e internacional, que mejoraría aún más la calidad de los estudios. Mi experiencia es que la excesiva compartimentación en que vivimos (heredera de las obsoletas áreas de conocimiento y de nuestra historia anterior) resta capacidad de atracción de talento externo, reproduce esferas y escuelas de pensamiento a veces poco abiertas y desatiende las necesidades que surgen en los temas que caen en la frontera de dos departamentos y, por lo tanto, en ninguno. Por ejemplo, todos defendemos la importancia de la Historia de las Matemáticas en la formación de los estudiantes y, en sí misma, como objeto de investigación. Pero, ningún departamento va a “sacrificar” una de las plazas de su área para dotar una plaza en Historia. Seguramente, la situación cambiaría si hubiera un único departamento de Matemáticas. Imagino que otro tanto ocurrirá en otras disciplinas donde surgirán nuevos ámbitos derivados de las nuevas tecnologías, del vuelo de los drones o del derecho de los mercados financieros, por ejemplo, con ramificaciones en varias áreas pero que no caen plenamente en ninguna y terminan no existiendo.
Termino como empecé. Todo mi aprecio, valoración y defensa de la Filosofía. Pero estamos hablando de otra cosa: de diseñar cómo organizarnos académica y administrativamente. Queremos hacerlo con el máximo sentido institucional y escuchando a la comunidad universitaria. Sin excluir ninguna posibilidad ni siquiera la de avanzar hacia una única Facultad de Ciencias, otra de Humanidades, etc. si pareciera más conveniente. De momento el debate está sobre la mesa y, en particular, se habla de las enseñanzas de Filosofía en la Complutense, en la que hay magníficos filósofos. Por eso, animo a todos los estudiantes interesados en la Filosofía a matricularse en la UCM. Como ven, dinamismo y dialéctica no le faltan.
Foto: El campus de la Universidad Complutense de Madrid. KIKE PARA
http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2016/07/06/opinion/1467806527_988913_1467810304_noticia_normal_recorte1.jpg

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/07/06/opinion/1467806527_988913.html

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Articulo: ¿Por qué sobra la Filosofía?

Fernando Savater

El rectorado de la Complutense prepara un plan de reorganización de sus centros que supone el cierre de la facultad donde se enseña a Platón, Kant y Nietzsche. Hace falta ofrecer una explicación que no sea solo contable

Los profesores de la Universidad Complutense de Madrid se han enterado por los periódicos del plan que el rectorado de esa institución prepara para la reorganización de sus centros. Lo esperaban con interés, porque las universidades públicas están muy necesitadas de atención, como en general todo nuestro sistema educativo. La mala noticia es que, descontando la cansina muletilla retórica de la “calidad docente e investigadora”, el plan no contiene más que números. Los números son importantes. Las facultades superiores son también centros de gestión, y la gestión es en buena medida cosa de números. Pero en cuestión de números los supuestos beneficios del proyecto no están mínimamente cuantificados (no hay memoria económica, aunque se anuncia un ahorro que no llega al 1% del presupuesto de la universidad), sino ocultos por otra muletilla, la del “dinamismo y la flexibilidad”, inconcreta e insuficiente para justificar el destrozo académico que dichos números esconden.
La finalidad de la universidad no es la gestión, sino la enseñanza y la investigación. Y en este punto no todo se puede reducir a números. Aunque en todas las facultades podamos contar personal, estudiantes, asignaturas y titulaciones, el conocimiento científico implica una diferencia cualitativa irreductible entre la economía y la termodinámica, entre el arameo y el derecho romano o entre la fonética y la química, aunque sus horas de enseñanza se cuenten en créditos y las de investigación en plazos cuantitativamente homogéneos. Y aquí es donde el plan sí tiene grandes ambiciones. Tras años de cháchara sofística acerca de la búsqueda de la excelencia en la investigación, y de su necesaria vinculación con la docencia para garantizar la calidad de esta última, el nuevo plan dibuja unas facultades y departamentos convertidos en cajones de sastre donde los profesores no se reunirán por la especificidad de sus investigaciones o por su cualificación en un área de conocimiento, sino por sedicentes “afinidades académicas” que convierten por decreto sus especialidades en “homogéneas” y que nada tienen que ver con las articulaciones teóricas del saber científico. En la enseñanza secundaria recordarán este sistema: el de las “asignaturas afines”, que obliga a un profesor de Latín a explicar Ética o a uno de Geografía a impartir Historia del Arte. Porque en realidad se trata de convertir las universidades en centros de enseñanza secundaria y de someterlas al proceso de degradación profesional que se ha llevado a cabo en este sector, a fuerza de descualificar los perfiles académicos de las titulaciones, los docentes y los estudiantes, quienes después de todo tendrán que incorporarse a un mercado laboral que considera la cualificación científica y la formación humanística como un obstáculo para la empleabilidad.
Así que no es extraño que una de las principales propuestas de este plan sea la desaparición de la Facultad de Filosofía, una materia que ya desde hace años sufre el acoso de las autoridades educativas del país, que prácticamente la han desterrado de la enseñanza secundaria, principal destino profesional de los graduados en las Facultades de Filosofía. También en este caso se aducen números. Unos números muy poco convincentes, porque no es en absoluto cierto que la Facultad de Filosofía de la UCM haya perdido alumnos en los últimos 10 años, y porque algunos de esos números son muy parecidos a los de otras facultades que sin embargo se salvarán de esta poda, pero que en cualquier caso no dejan de ser solamente números. Desde luego, la Filosofía no es más importante que la Geología, la Odontología o el Turismo (otros de los estudios que pierden también su autonomía según este plan); puede que lo sea mucho menos en determinados aspectos, pero no vale escudarse solamente en los números para hacerla desaparecer como en un espectáculo de prestidigitación. Hay que tener al menos la valentía de dar una explicación que no sea solamente contable y ofrecer algún argumento acerca de por qué se ha decidido marginar del sistema educativo español estos estudios, aducir, en fin, alguna razón académica para la clausura de una facultad que, aunque no pueda competir en tamaño con la de Ciencias Económicas y Empresariales, es un centro de referencia internacional de la producción de filosofía en una lengua con 500 millones de hablantes. Puede que haya motivos de peso para considerar que la filosofía es un estorbo grave para el “dinamismo y la flexibilidad” que repiten como un mantra quienes diseñan estos planes, pero si no se explicitan esos motivos terminaremos pensando que la molestia que les produce una facultad tan pequeña e insignificante obedece a razones públicamente inconfesables.
De acuerdo con el proyecto que hemos conocido, Filosofía se convertiría en un departamento de una Facultad de Filología ampliada. Lo cual resulta, desde el punto de vista académico, una propuesta enteramente arbitraria: ¿por qué la filosofía es más afín a la lingüística que a la matemática, a la historia o a la sociología, más aún cuando la Facultad de Filosofía de la UCM imparte actualmente un doble grado con la Facultad de Derecho y otro con la de Ciencias Políticas? No se puede esgrimir como precedente la gloriosa Facultad de Filosofía y Letras de la Segunda República, que integraba en una común cultura humanística especialidades hoy metódicamente muy separadas, y a la vez mantener la escisión completa de la no menos vieja y gloriosa Facultad de Ciencias de la UCM, que se disolvió en especialidades cuya autonomía de facultades independientes el mencionado plan deja intacta, sin que sepamos por qué, aunque se pueda sospechar el interés particular que obra en el trasfondo. Mientras las supuestas ganancias no se cuantifican ni se concretan, las pérdidas son ya muy claras: de acuerdo con los vientos dominantes, un departamento minoritario de Filosofía en el seno de una facultad ajena carecerá de toda posibilidad de planificación propia, de acceso a los recursos necesarios y de esa visibilidad pública que una materia amenazada requiere para su simple supervivencia. El nuevo plan es para la filosofía, a la que solo en la universidad le dejan ya un lugar, un golpe letal.
Es cierto que, como se insiste desde el rectorado, se trata únicamente de un borrador que ha de someterse a debate y discusión. Esperemos, por tanto, que llegado ese momento podamos todos argumentar y tengamos la obligación de hacerlo no solamente con razones cuantitativas sino también con conciencia de la responsabilidad que la universidad pública tiene en el sistema educativo de un país democrático. De este sentido de la institución ha hecho gala siempre el actual rector de la Universidad Complutense, a él apelamos hoy.
Firman este artículo con Fernando Savater y José Luis Pardo, Manuel Cruz, Juan Manuel Navarro Cordón, Ramón Rodríguez García y José Luis Villacañas Berlanga, todos filósofos.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/06/22/opinion/1466601557_652759.html

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