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La educación, un derecho humano amenazado por la desigualdad

 Por: María P. Martínez

La vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, considera que es necesario que los líderes mundiales aborden esta situación de manera urgente.

Durante su intervención en una reunión de alto nivel sobre educación convocada por la Unión Europea (UE) en Bruselas, Mohammed rindió homenaje a los niños de la Franja de Gaza, que han sido privados de educación durante más de seis meses debido a ataques directos contra escuelas. «Hoy la luz se ha apagado para Gaza y sus niños. Necesitamos un compromiso para volver a encender esa llama para sus jóvenes y su comunidad. La educación es esperanza. La educación es el futuro», afirmó.

Este año se celebrarán una serie de reuniones que se basarán en la Cumbre para la Transformación de la Educación convocada por la ONU en septiembre de 2022 en respuesta a la crisis mundial educativa, después de que más del 90% de los niños del mundo perdieran el acceso a las aulas durante la pandemia de la Covid-19.

La número dos de la ONU hizo hincapié en la necesidad de que los líderes mundiales reconozcan la urgencia de “transformar la educación e invertir en ella como un imperativo mundial”. También enfatizó la importancia de lograr avances significativos en áreas críticas como “la reforma de la arquitectura financiera internacional, el fortalecimiento de la cooperación digital y una nueva agenda para la paz”.

UN DERECHO HUMANO

El desafío es monumental: se estima que para 2030, 84 millones de niños y jóvenes seguirán sin acceso a la educación, y aproximadamente 300 millones carecerán de habilidades básicas en aritmética y lectura. Mohammed recordó que “la educación es un derecho humano fundamental. Invertir en educación es la mayor inversión que podemos hacer en nuestro futuro común, en la paz y el desarrollo sostenible, y en particular en la igualdad de género”.

La vicesecretaria general también aprovechó su visita a Bruselas para presidir la reunión del Consejo de Administración de la Iniciativa Spotlight, un esfuerzo conjunto de la ONU y la UE para combatir la violencia contra las mujeres y las niñas.

Esta iniciativa, que opera en 30 países y regiones, se centra en áreas críticas como la violencia doméstica, la violencia sexual y de género, y el feminicidio, junto con la trata de personas.

Desde su lanzamiento en 2019, ha logrado importantes avances, permitiendo que millones de mujeres y niñas accedan a servicios contra la violencia de género y promoviendo la educación sobre masculinidad positiva entre hombres y niños.

https://www.mundiario.com/articulo/sociedad/educacion-derecho-humano-amenazado desigualdad/20240411222139304914.html

 

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“Debemos trabajar por el conocimiento como un bien público y un derecho humano”

Por: Karina Batthyány

El 22 de octubre hubo una reunión muy importante en Chiapas, México, concretamente en Palenque. Fue frente a una docena de presidentes y cancilleres de América Latina y el Caribe para tratar el tema de las Migraciones y los flujos migratorios hacia Estados Unidos.

El encuentro fue encabezado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y se llamó “Por una Vecindad Fraterna con Bienestar”. Contó con la presencia de jefes de Estado de Colombia, Cuba, Haití, Honduras y Venezuela. También estuvieron presentes el vicepresidente de El Salvador y el viceprimer ministro de Belice, así como ministros de Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Panamá. No estuvo, en cambio, Estados Unidos.

Esta cumbre de presidentes y cancilleres latinoamericanos, concluyó con una declaración que rechazó las medidas coercitivas a la migración, sostuvo la promesa de respetar el derecho humano a migrar y la petición de más alternativas legales para la migración. Quiero destacar esta declaración, porque es el enfoque con el que hemos trabajado siempre en CLACSO el tema de Migraciones y Movilidad Humana: entendiéndola como un derecho humano.

La declaración refería: “Acordamos exhortar a que los países de origen, tránsito y destino, implementen políticas migratorias integrales que respeten el derecho humano a migrar, resguardando la vida y dignidad de las personas migrantes y sus familiares, incluyendo la promoción de opciones de regularización permanente”. Este documento fue leido por la actual canciller mexicana, Alicia Bárcena, quién además participó en nuestra última Conferencia CLACSO 2022 en México.

– Sigues en México, ¿nos puedes contar un poco cómo está avanzando esta Cumbre Global sobre Acceso Abierto? Sabemos que es muy importante en el marco de una de las políticas centrales que tiene CLACSO con otras instituciones que también están participando. ¿De qué se trata y cuáles son los avances que hubo en los encuentros de esta jornada?

– Para decirlo en un lenguaje que todos y todas podamos comprender, La Cumbre de Acceso Abierto Diamante, que está sucediendo en Toluca, México desde el día lunes, es la cumbre de acceso abierto no comercial. CLACSO  la organizó junto a otra serie de instituciones, entre las que se destacan Redalyc y AmeliCA.

Esta cumbre reúne a representantes de países del Sur Global, por supuesto de América Latina pero también de África y de la India, junto con países del Norte. Hay personas que están trabajando a nivel institucional en esta temática, que tiene como propósito la defensa de tres elementos: el concepto de ciencia abierta, el conocimiento como bien público y el acceso sin ninguna limitación a los resultados de ese conocimiento o de esa ciencia abierta.

Partimos del entendimiento de que el conocimiento y la ciencia deben poder circular ampliamente, tener impactos a nivel social y mejorar las condiciones de vida de todos y todas. En el caso de América Latina y el Caribe quiero destacar que es una región donde la investigación y la comunicación científica o los resultados de esa investigación se financian con fondos públicos, es decir, se realizan principalmente en universidades públicas o en instituciones financiadas por fondos públicos. Por tanto, está muy presente esta idea de la ciencia como un bien común y como parte también del derecho reconocido y proclamado por la UNESCO: derecho humano a la ciencia.

Me detengo en el punto de que el financiamiento de ese conocimiento es público, como uno de los argumentos principales por los cuales los resultados de ese conocimiento no deben comercializarse o no deben convertirse en una mercancía objeto de comercialización, sino que deben circular abiertamente sin ningún tipo de restricción. Por eso, CLACSO hace más de 20 años apuesta a la política del acceso abierto y la practica directamente por medio de sus repositorios, su librería y su biblioteca virtual, donde hay un amplísimo catálogo de la producción propia de CLACSO. Pero también, a partir de la producción de los Centros Miembros y de otros Centros, que está disponible sin ningún tipo de barrera.

Además, quiero mencionar que en esta región, donde el conocimiento se financia principalmente con fondos públicos, tenemos un importante registro de revistas. En América Latina y el Caribe se producen más de 500 revistas científicas que están en acceso abierto para difundir ese conocimiento. Y ese acceso abierto está promovido y apoyado desde CLACSO y Redalyc, que es quien permite por medio de su generación de indicadores, catálogos, entre otros, que se convierta en una realidad.

Por eso,  estamos planteando con mucha fuerza la necesidad de que lo que en México se llama Acceso Abierto Diamante, o como lo llamamos nosotros, el Acceso Abierto No Comercial, sea una política a nivel mundial. Esta discusión tiene algunas tensiones por las diferentes visiones en función de los lugares geográficos. Además, en el Norte hay muchas instituciones que están a favor de este tipo de políticas, pero también tenemos que tener presente que es allí donde están las principales industrias comerciales que trabajan con el conocimiento ya no con esta idea de bien público, sino como una mercancía, cobrando para publicar, leer o difundir en sus revistas.

Esas revistas, además, se posicionan a nivel internacional y se vuelven una especie de círculo vicioso, porque por medio de los procesos de indexación y prestigio en la comunidad académica, se convierten en los lugares donde quienes hacemos investigación. Muchas veces es una obligación publicar allí si es que queremos estar rankeados correctamente en los índices científicos de nuestros países.

Esto también tiene que ver con la discusión que venimos impulsando desde el 2019 en CLACSO con mucha fuerza y con mucho reconocimiento a nivel regiona). Hace unas semanas, por ejemplo, estuvimos discutiendo en Lima sobre los principios de evaluación científica para las Ciencias Sociales en América Latina y el Caribe.

– Mientras te escuchaba, pensaba en lo potente que es este discurso relacionado con el acceso abierto a la ciencia, en un momento donde muchos países vuelven a tener un embate muy fuerte contra las comunidades científicas, y las ciencias sociales en particular, y en donde algunos sectores están hablando de la reducción de los fondos para la investigación científica. Lo pienso en dos sentidos: por un lado, el acceso abierto, pero por el otro ¿cuántas veces escuchamos la idea de que solo el sector privado tiene que ver con los avances científicos? Qué importante es ver estos datos que estás dando, relacionados con que la mayor parte de la producción científica  se financia con dinero público que termina generando conocimiento científico…

– Absolutamente. Esa es la realidad en nuestros países en términos de investigación científica. La mayoría se realiza con fondos públicos y asociados a los espacios universitarios. En México estamos discutiendo este tema. CLACSO ha traído en ese sentido aportes muy claros por medio de todo el equipo que está participando, que integran Pablo Vommaro, Laura Rovelli, y Fernanda Pampín. Quiero destacar también la participación virtual de Dominique Babini, que es pionera en estos temas para CLACSO y que es una referencia a nivel internacional.

Se están discutiendo varios ejes temáticos que tienen que ver con esta idea del conocimiento como bien público y de su implementación por medio de las políticas de acceso abierto no comercial en las infraestructuras y los sistemas de publicación. Es decir, cómo, dónde, cuándo y cuáles son las condiciones en términos diferenciales para el Norte y el Sur en esas infraestructuras y sistemas de publicación.

Esto está asociado también al multilingüismo. Hoy, el lenguaje impuesto y predominante en el campo de la ciencia es el inglés. En ese sentido, desde CLACSO estamos trabajando por el multilingüismo. Un desafío que se presenta es qué infraestructura y qué sistemas de publicaciones tenemos en los países de América Latina y el Caribe. Otro, corresponde al desarrollo de políticas y a los financiamientos para poder fortalecer este modelo no comercial de difusión del conocimiento y convertir efectivamente al conocimiento en un bien público. Y el siguiente desafío se trata de cómo cooperar internacionalmente en contextos que sabemos que son desiguales, pero garantizando que esa cooperación se dé en condiciones de igualdad. Esto, por lo menos en términos de la participación y representación, donde todas las voces, tanto las del Sur, como las del Norte, sean escuchadas en estos puntos.

También tenemos la necesidad casi imperiosa de avanzar en la implementación de las modificaciones a los sistemas de evaluación científica. Tenemos un círculo vicioso que se da entre la producción de conocimiento y los lugares por los que se canaliza su difusión. Mientras en los sistemas de evaluación de nuestros países perviva esta idea de que hay que publicar en las revistas de mejor ranking, de mejor posicionamiento, que normalmente son revistas comerciales y en inglés, no podremos avanzar en las políticas de acceso abierto.

La discusión es súper interesante y muy intensa. Seguiremos trabajando y apoyando esa convicción profunda que tenemos en CLACSO sobre el conocimiento como un derecho humano, la ciencia como un derecho humano, el conocimiento como un bien público y el acceso abierto sin ningún tipo de restricciones y absolutamente no comercial, como la herramienta y la forma necesaria para todo esto.

https://www.clacso.org/debemos-trabajar-por-el-conocimiento-como-un-bien-publico-y-un-derecho-humano/

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Nuevos abordajes para el derecho humano a la educación superior: Reflexiones y propuestas desde América Latina y el Caribe

CLADE: Campana Latinoamericana por el Derecho a la Educacion 

La educación es un derecho humano que se ejerce a lo largo de la vida; incluye, por lo tanto, la educación en la primera infancia, la educación técnica, vocacional, profesional y universitaria para todas las personas, en cualquier etapa de su vida.

La Declaración Universal de Derechos Humanos establece, en su artículo 26, el derecho a la educación superior: “el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos”. También el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales, Culturales (PIDESC), en su artículo 13, establece las obligaciones de los Estados de asegurar el acceso progresivo universal y gratuito a todas las personas a la educación superior, lo que debe realizarse sin ninguna condición. Otros instrumentos de derecho internacional relevantes son: la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (1979), que en su artículo 10 establece la igualdad de acceso a la educación para las mujeres y la eliminación de roles estereotipados que legitimen la violencia de género en el proceso educativo; la Convención de Derechos del Niño (1989), que señala en el artículo 32, que el derecho a la educación es necesario porque protege de la explotación económica y laboral, las cuales pueden entorpecer el proceso educativo del niño o la niña, y en el artículo 28 subraya que la enseñanza superior deve accesible a todos; y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006) que, en su artículo 24, exige que el proceso educativo sea inclusivo para todos y en todos los niveles.

Según el Instituto de Estadísticas de UNESCO, la tasa bruta de matriculación en América Latina y el Caribe (porcentaje de la población matriculada en relación con la población total del grupo de edad recomendado) aumentó considerablemente entre los años 2000 y 2018, pasando del 23 al 52%. Sin embargo, el Banco Mundial identifica que solo la mitad de las y los estudiantes entre 25 y 29 años que están matriculados completan su formación. Ello ocurre por distintas razones, muchas de ellas vinculadas al inclumplimiento de los Estados con sus obligaciones en temas de derechos humanos (World Bank; Latin America and the Caribbean: Tertiary Education; 2021).

El cumplimiento del derecho a la educación, en cualquier etapa, está basado en la realización de cuatro dimensiones del derecho: la disponibilidad de la oferta educativa en todas las partes de los territorios; la accesibilidad de todas las personas, sin cualquier forma de discriminación, a la educación y a las instituciones escolares; la aceptabilidad de los contenidos educativos brindados; y la adaptabilidad de la educación al contexto en el cual los sujetos de derechos están incluidos. Cuando no cumplen cualquiera de estas dimensiones, los Estados están concretamente violando el derecho.

América Latina y el Caribe tienen una larga trayectoria en la discusión sobre el derecho a la educación superior. Hace más de cien años, cuando en septiembre de 1918, estudiantes argentinos ocuparon las

facultades de Medicina, Derecho e Ingeniería de la Universidad de Córdoba, se planteó la laicidad y la democratización de la educación universitaria.

En oposición al modelo universitario milenario europeo, de tradición autocrática y religiosa, que había sido creado en 1088 en la Universidad de Bologna, estudiantes latinoamericanos exigieron que la Universidad de Córdoba se desvinculara de los padres jesuítas, que la habían fundado en 1613. Y reclamaron: participación de los sujetos de las comunidades educativas en la gestión administrativa universitaria; autonomía universitaria; libertad de cátedra; mecanismos de asistencia social para discentes; y el acercamiento de las universidades a las necesidades de los pueblos, a través del desarrollo de iniciativas de extensión universitaria y de conocimientos que contribuyan a la justicia socioeconómica. A estas demandas, más recientemente, se sumaron el cumplimiento de la justicia socioambiental, la realización de los derechos humanos y el buen vivir. Asimismo una producción crítica de conocimientos, plural y diversa, que reconoce incluso los saberes y cosmovisiones de los pueblos indígenas originarios, afrodescendientes y de otros grupos históricamente excluidos.

Este movimiento político, emancipatorio y liberador de estudiantes argentinos, rápidamente se diseminó por el continente, provocando la asunción de federaciones estudiantiles e inspirando reformas universitarias en distintos países del mundo. En un momento en el cual hay una corrida por la inclusión de estudiantes en los sistemas de educación superior, pero dejando de lado los principios fundamentales para la transformación social, nos parece urgente recuperar estos mensajes potentes de nuestra región, reiterando que las y los estudiantes de nuestra región continúan siendo víctimas de persecuciones y procesos de criminalización por el simple hecho de luchar colectivamente por la realización de sus derechos.

La democratización de la enseñanza superior no significa un crecimiento acelerado en la tasa de matriculación, o en el número de instituciones de enseñanza, o una ampliación en la diversificación de títulos y carreras, como observamos en nuestra región. Democratización con inclusión significa crear mecanismos para revertir las tendencias de reproducción de relaciones asimétricas de poder, exacerbación de las desigualdades y de las discriminaciones en los sistemas educativos, generando sociedades más igualitarias.

El crecimiento de la oferta educativa superior no estuvo debidamente acompañado de un financiamiento adecuado, que garantice el disfrute del derecho en igualdad de condiciones para las personas. Al contrario, se dió una tendencia a la precarización de las instituciones públicas y un crecimiento de la oferta privada. Por falta de reglamentación por parte de los Estados, ello generó la multiplicación de escuelas internacionalizadas y de elite para los ricos y universidades de baja calidad para estudiantes pobres, que hacen grandes esfuerzos para pagar por la educación superior – pensando que ello les permitirá tener mejores condiciones de vida – y que terminan por no conseguir puestos de trabajo decentes por la baja calidad de la educación a la cual acceden.

Nos preocupan los procesos de privatización – hoy un 53.2% de las y los estudiantes universitarios están en universidades privadas – y la financiarización de la educación superior. La educación superior ahora se presenta como una mercancía negociada en el mercado de acciones, un negocio interesante, que homogeniza y estandariza los conocimientos y formas de pensar, y produce ciudadanos útiles a la profundización de los modelos neoliberales. También nos inquieta la hiperconcentración de la enseñanza privada en manos de pocas instituciones, muchas veces extranjeras.

En este contexto, recuperar el contenido del derecho a la educación superior nos parece fundamental:

● Una educación superior disponible para todas y todos significa que las instituciones de educación superior públicas y gratuitas    deben de estar debidamente financiadas y presente en las distintas partes del territorio, con docentes con calificación y trabajando en condiciones de trabajo decente.

  • ●  Significa que, cuando sea necesario, el Estado brinde educación superior a distancia, pero de manera complementaria a la educación presencial, y garantizando las condiciones para que todas las y los educandos puedan estudiar – lo que supone el acceso universal a internet y a dispositivos tecnológicos y a plataformas accesibles, preferencialmente de código abierto y adoptando software libres. Durante la pandemia, los procesos de enseñanza-aprendizaje fueron asumidos por las familias, estudiantes y docentes, quienes tuvieron que comprar equipos de conexión, pagar el acceso a internet y plataformas; pero son los Estados los que deben asumir los costos de transformación digital, sin privatización.
  • ●  Ser accesible para todas y todos significa que todas las barreras que impiden el acceso a este derecho deben ser superadas. Así, la educación superior tiene que ser gratuita y no puede adoptar procesos excluyentes para el ingreso a las universidades, que suelen dejar afuera a los grupos históricamente marginados. Por otra parte, donde la gratuidad de la educación pública superior ya esté garantizada, es imperativo no retroceder justamente porque la gratuidad debe ser progresivamente cumplida para todas las personas. Tampoco pueden haber barreras en términos de infraestructura o de cualquier otra naturaleza, que impidan el acceso de personas con distintas discapacidades o minorías étnicas, migrantes y otros grupos a la enseñanza superior.
  • ●  La educación superior ha servido durante siglos para formar grupos sociales dominantes de la población. Urge ampliarla a los sectores históricamente excluidos y con perspectiva intercultural e interseccional. Crear y ampliar políticas de acción afirmativa para garantizar el acceso y políticas intersectoriales para garantizar la permanencia de estos grupos en la educación.
  • ●  La educación superior debe de ser un bien común, una inversión que la sociedad hace en colectivo, para generar justicia social y ambiental. Un instrumento habilitador de la realización de los demás derechos. En este sentido, nos preocupa la ofensiva del capital corporativo, muchas veces extranjero, que pretende habilitar al sector empresarial para la titulación en carreras cortas y rápidas y también influenciar los espacios de gobernanza global y de toma de decisión sobre políticas educativas, de manera poco transparente y democrática. Asimismo, nos inquietan los procesos de privatización y comercialización de la educación, que amplifican las desigualdades y segregaciones en los sistemas. Aquí, los Estados tienen un rol fundamental de regular la oferta privada y evitar el endeudamiento de las y los estudiantes y de sus familias, de manera de no seguir arrastrando las falencias de la educación básica.
  • ●  Ser aceptable significa que el contenido de la educación superior debe poner el centro de su proyecto político-pedagógico la dignidad humana, el pensamiento crítico, la transformación de las sociedades, la realización de todos los derechos humanos, la paz y la convivencia democrática. En tal sentido, la presencialidad es fundamental para cumplir con el derecho a una educación que enseñe a vivir, convivir, compartir y a crear colectivamente una sociedad de justicia social.
  • ●  Ser aceptable significa romper con la lógica del pensamiento único, estandarizado, hegemónico y mantenedor del status quo; significa aceptar y valorar la diversidad, incluso en los procesos evaluativos, que deberían seguir criterios formativos y no únicamente economicistas.
  • ●  Significa responder a las expectativas de los sujetos de derechos y de los distintos actores de las comunidades educativas, que deben participar en la gestión de las universidades y en la definición de las políticas educativas. Y garantizar las condiciones para que todas las personas puedan estudiar y seguir la trayectoria de vida que deseen.

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  • ●  Ser aceptable significa garantizar un ambiente libre de violencia, intimidación, acoso, hostigamiento, amenazas y demás agresiones contra las mujeres, personas LGTBQI+ o cualquier otro grupo, en razón de su participación en la comunidad académica o del ejercicio de actividades. También, libre de violencia contra las instituciones, los laboratorios y las bibliotecas universitarias.
  • ●  Las mujeres han tardado seis siglos en acceder a las universidades. Ahora hay que garantizar la ruptura de estereotipos de género y de la cultura patriarcal, de manera que ellas puedan permanecer estudiando en las áreas que deseen, incluso en Ciencias, Matemáticas, Ingeniería y Tecnología (STEM, por sus siglas en inglés) donde siguen poco presentes, y que logren concluir sus cursos elegido, participando en la toma de decisiones.
  • ●  Por otro lado, hay que volver a valorar las carreras humanistas, la filosofía, el arte, la música, el deporte porque ellas permiten comprender los procesos históricos, políticos, sociales y proponer alternativas para el desarrollo de las sociedades.
  • ●  Ser aceptable es reconocer que la educación superior universitaria debe de tener un compromiso con la enseñanza, con la investigación y con la extensión universitaria. Y garantizar la autonomía universitaria y la libertad de cátedra, elementos fundamentales para consolidar la democracia, el pluralismo de ideas, el progreso científico y el buen vivir.
  • ●  Ser adaptable significa que la educación debe de ser flexible para responder al contexto de cada estudiante, permitiendo que él o ella permanezca estudiando y culmine sus estudios, incluso en contextos de emergencia.
  • ●  La democratización de la educación superior implica que actores que tuvieron sus derechos violados en etapas anteriores de su vida estarán en las universidades y otras instituciones de enseñanza superior, y que por lo tanto las escuelas deberán adaptarse para acoger de manera adecuada a este nuevo grupo, brindando asistencia social y emocional cuando sea necesario, y adoptando una cultura de colaboración, en lugar de la cultura de la competición, meritocracia e individualismo.
  • ●  Considerando la indivisibilidad e indisociabilidad de los derechos humanos, también será necesario adoptar políticas intersectoriales y interseccionales para prevenir posibles nuevas violaciones de derechos, sea en la presencialidad o en la educación a distancia, y para evitar el desgranamiento que mayormente sucede en los primeros años de la educación.Finalmente, para garantizar la educación superior universitaria y no universitaria como derecho humano, es fundamental asegurar las condiciones para la realización de ese derecho. Urge garantizar buenas condiciones para las y los docentes, incluyendo buenos salarios, infraestructura laboral y libertad de cátedra. Es hora de descolonizar y despatriarcalizar la construcción de los conocimientos, incorporar los saberes y cosmovisiones de los pueblos indígenas, de las y los afrodescendientes, personas migrantes, minorías étnicas, las comunidades LGTBQI+ y otros grupos históricamente excluidos. Es hora de asegurar la libertad académica para proteger la diversidad de métodos, temáticas y fuentes de investigación acordes con las prácticas y reglas internas de cada disciplina.

    Es imperativo asegurar un financiamiento público y adecuado de la educación superior pública y estatal, que garantice el acceso y permanencia de las y los estudiantes, sin recurrir a “soluciones” basadas en los préstamos, que, en largo y mediano plazos, disminuyen los recursos disponibles para la educación debido al servicio de la deuda que deben de pagar los Estados, las y los estudiantes y sus familias individualmente. Para ello, es fundamental adoptar mecanismos de justicia fiscal y de control de la evasión y elusión de impuestos, con miras a disponer de más recursos para la educación.

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Asimismo, es urgente garantizar la presencialidad, la territorialidad, y las condiciones para la organización estudiantil y docente, así como la participación de las comunidades educativas en la definición de las políticas, adoptando una gobernanza transparente y democrática, basada en los intereses de la comunidad universitaria en diálogo abierto y permanente con la sociedad. Así, los órganos de gobierno y cogobierno universitario deben transmitir en vivo sus reuniones y dinámicas de toma de decisión para abrir paso a modelos de democracia directa y abierta.

¡La educación superior es un derecho; no es una mercancía! ¡Es imperativo que todos los Estados la asuman como responsabilidad primordial, cumplan con sus obligaciones, y hagan todos los esfuerzos para que ella se realice para todas y todos!

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SAME 2022 llama la atención para la educación en contextos de emergencias en América Latina y el Caribe

Género, endeudamiento y digitalización son algunos de los temas que la CLADE va ​​a tratar durante la Semana de Acción Mundial por la Educación

La pandemia nos hizo enfrentar una situación de alerta y emergencia durante un tiempo prolongado, sin embargo, como han evidenciado muchas reflexiones y estudios, vino a profundizar las desigualdades estructurales de empobrecimiento de muchos países de nuestra región latinoamericana y caribeña. 

La crisis sanitaria mostró intersecciones con la crisis socioeducativa, laboral, tecnológica, de inclusión y protección de derechos que los Estados atendieron de forma apenas tangencial, siendo aún insuficientes los esfuerzos para revertir la discriminación y marginación para la mayoría de la población. 

En este contexto, el derecho humano a la educación enfrenta desafíos determinantes en torno a la pertinencia de los contenidos, las estrategias educativas, el carácter comunitario y de socialización de los centros educativos, sumándose a la precariedad de infraestructura física, tecnológica y de condiciones de enseñanza, entre otros.

La virtualidad también tiene significado un gran desafío con múltiples impactos sobre los cuales las escuelas y centros educativos deben repensar sus propuestas para responder a la complejidad del horizonte que se nos dibuja.

Repensar y proponer en Emergencias

¿Cuáles emergencias educativas enfrentamos en América Latina y el Caribe?

¿Qué miradas comparten estas emergencias?

¿Qué exigimos como sociedad civil a los Estados ante el complejo contexto?

¿Qué debe hacer la escuela para responder a estos desafíos? 

Estas y otras tantas preguntas se nos presentan al poner la cuestión educativa al centro de la emergencia, no para desconocer las otras dimensiones socioeconómicas y sanitarias de importancia, sino para integrarlas desde una mirada intersectorial y una profundización contextualizada.

Webinar: Educación en contextos de emergencias en América Latina y el Caribe – género, endeudamiento y digitalización

La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) convoca abiertamente al Encuentro Virtual Educación en contextos de emergencias en América Latina y el Caribe: Género, endeudamiento y digitalización .

Fecha: 26 de abril (martes)

Duración: 2 horas

Objetivo: profundizar los tres ejes – género, endeudamiento y proceso de digitalización – que la educación latinoamericana y caribeña se ha enfrentado a la situación actual de emergencia, durante y post pandemia. 

Público: profesores/as, educadores/as, estudiantes, investigadores/as, activistas e interesados/as en el tema. 

Traducción: español, portugués, inglés y francés

>> Haz tu inscripción aquí 

El Encuentro tendrá 3 ejes de debate para profundizar la mirada sobre las emergencias en la región: Emergencias educativas vinculadas al género, Emergencias educativas y financiamiento, finalmente, Emergencias educativas e inclusión tecnológica.

Participantes: 

21 años de Acción Mundial por la Educación: SAME

La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) se suma con esta convocatoria, así como otras iniciativas locales, nacionales y regionales a la movilización internacional en el marco de una Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME) prevista para realizarse en la última semana de abril, enfatizando el tema educación en emergencias.

Desde 2001, la Campaña Mundial por la Educación (CME) coordina la SAME, una iniciativa internacional que se impulsa simultáneamente en más de 100 países, recordando el aniversario del  Foro Mundial de Educación de Dakar (2000) .

El objetivo es llamar la atención de la sociedad civil e instar los gobiernos, sobre la necesidad de hacer real y efectivo el derecho a una educación pública, gratuita y de calidad para todos y todas, destacando siempre a cada edición de esta movilización, un aspecto o tema clave con respecto a este derecho humano.

Fuente: https://redclade.org/noticias/same2022/

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Maestros sin salario. Injusticia laboral

Por: Erica Franco Lavín

“Primero le pago a un maestro que a un general”, una frase icónica del general Francisco Villa y que en pocas palabras resumía la importancia de la labor de un maestro en época de la revolución, pero al mismo tiempo se enfatizaba el compromiso moral de este caudillo revolucionario para que se le retribuyera salarialmente al maestro y lo señalaba como prioridad.

La obviedad en el tema de recibir un salario a cambio de un trabajo realizado salta a la vista, se reconoce como un derecho humano, pues sabemos que a partir de él se pueden resolver las necesidades de alimento, vestido, atención a la salud, vivienda y recreación, no solo para el trabajador, sino para sus familias. Este derecho constitucional establecido en el artículo 123 específica que el salario es la retribución que el patrón debe pagar a los trabajadores, de esta manera se establecen las obligaciones de la Secretaría de Educación Federal y Estatal con los trabajadores de la educación.

Sin embargo, es lamentable que en pleno siglo XXI, los gobiernos hayan olvidado su responsabilidad para dar lo que por ley corresponde a los maestros de México, un salario digno, pero más aun, garantizarlo en tiempo y forma, contrario a lo que está haciendo el gobernador de Michoacán, quien a la fecha no ha dispersado  el pago quincenal a  28,000 maestros estatales, no siendo esta la primera vez que ocurre,  de facto esto  debiera considerarse un delito, pues se está violando el contrato de trabajo establecido por la ley, generando afectaciones directas a los docentes.

Esta problemática no es nueva y se ha ido presentando en diferentes estados de la república y en todos los niveles educativos, desde el básico hasta media superior y superior, también se hace latente en perjuicio de maestros de diversos subsistemas como es el caso de Telebachilleratos, Tecnológicos y Normales.

En la Ley general de Educación en el eje de Revalorización de los  maestros y maestras, capítulo I , Del magisterio como agente fundamental,  textualmente señala en el apartado III “Fomentar el respeto a la labor docente y a su persona por parte de las autoridades educativas, de los educandos, madres y padres de familia y sociedad en general…”, es  claro que los primeros en faltar a lo establecido son las autoridades educativas, ¿ Cómo se puede hablar de respeto si gobiernos estatales no están pagando los salarios de los maestros?.

En este mismo documento  en el apartado VIII, se estipula “ Otorgar, en términos de las disposiciones aplicables, un salario profesional digno, que permita a las maestras y los maestros de los planteles del Estado alcanzar un nivel de vida decoroso para ellos y su familia; arraigarse en las comunidades en las que trabajan y disfrutar de vivienda digna; así como disponer del tiempo necesario para la preparación de las clases que impartan y realizar actividades destinadas a su desarrollo personal y profesional”.

 ¿Hasta dónde las autoridades gubernamentales y educativas han cumplido a cabalidad con lo estipulado en la Ley General de Educación? Si bien es cierto, el salario de los maestros  les permite subsistir, pero no podemos ignorar que el poder adquisitivo se ha ido perdiendo paulatinamente, esto genera que el sueldo sea insuficiente para la vida digna que se aspira a brindar a los docentes a través del salario que se otorga,  y no solo eso, sino que a raíz de la creación de plazas con sostenimiento estatal y federal, se abre una brecha en el ámbito de prestaciones y  ha generado un trato diferenciado entre docentes, contraviniendo el principio de “A trabajo igual, salario igual”.

La Ley General también contempla que el salario de un maestro debe ser suficiente para que pueda disponer del tiempo necesario para la preparación de las clases que imparta y realizar actividades destinadas a su desarrollo personal y profesional, es decir, los docentes deben contar con un sueldo que garantice cubrir de manera completa sus necesidades básicas pero al mismo tiempo les permita contar con recursos para actualizarse, capacitarse profesionalmente, especializarse, estudiar posgrados, de ser así se tendría un impacto positivo en la educación.

Contrario a esto, la realidad que se vive es muy diferente, un gran porcentaje de maestros vive al día, el salario no permite cubrir las necesidades de su familia y se ven obligados a tener que generar un ingreso extra con otro empleo o actividad comercial, solo complementando los salarios de sus diferentes ocupaciones logran tener un mejor nivel de vida, ya que la docencia como única profesión no se los ha garantizado.

La  indolencia ante la precariedad de los salarios de los trabajadores de la educación en México, dejar que pase hasta una semana de retraso en el pago quincenal sin que se finquen responsabilidades y se sancione a las autoridades  que no cumplen con lo que por ley corresponde; acostumbrarse a que existan maestros que aun realizando su labor tienen que esperar semanas, meses o años para obtener  su pago resulta  indignante, pero sobre todo,  que la titular de la Secretaría de Educación se mantenga ajena, mientras miles de docentes en diferentes estados de la República se encuentran en esta difícil  situación, encerrarse en una oficina y fingir que no pasa nada, solo refleja que la omisión también puede volverla cómplice del atentado  contra los derechos humanos, laborales y salariales de los maestros.

Fuente de la información e imagen: Educación Futura

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Relatora por el Derecho Humano a la Educación de la ONU: Un pacto social por la educación

La educación no se puede llevar a cabo sin que haya paz. La educación no puede hacerse sin que los niños tengan acceso al agua potable.

“La educación debe regenerarse, debe ser una educación en la que debe haber cada vez más un pacto social, que es indispensable poder organizar entre las comunidades, entre los individuos. Ya no se deben presentar estos temas de poder… este juego de poderes que existe, en el que una pequeña minoría que tiene el poder a nivel mundial y que impone a los demás sus criterios, justamente hay que cambiar esto. Y para que esto cambie, se requiere que la mayoría de la población reciba educación; pero una educación con pensamiento crítico y una buena capacidad de resiliencia”. Así lo afirmó la Relatora Especial de la ONU para el Derecho a la Educación, Koumbou Boly Barry, en entrevista con CLADE.

En la entrevista, la Relatora habló sobre la situación del derecho humano a la educación en América Latina y el Caribe, en el contexto actual de la pandemia del COVID-19, así como sus proyecciones para los próximos años y afirmó que, si bien ya conocemos la primera parte, “aún no conocemos todas las consecuencias de esta COVID-19 sobre la educación”, tanto desde el punto de vista de la calidad, como de la gobernanza y del acceso para los grupos más marginalizados. Ya antes de la pandemia se contaban mil millones de seres humanos analfabetos en el mundo, en su mayoría mujeres, y personas en situación de desventaja: refugiados, migrantes, familias pobres y otras minorías con necesidades específicas, señaló.

La COVID-19 reforzó las desigualdades en varios niveles, pero de manera escandalosa en la educación, donde “más de mil seiscientos millones de estudiantes, de todos los sistemas juntos, a nivel mundial, abandonaron las aulas porque hubo que cerrar bastante rápido las escuelas”. En eso, acotó, América Latina no fue una excepción, ni en cierres de las escuelas, ni en todo lo que esto implica, de no acceso y no efectividad de los procesos de aprendizaje. Es más, ella estima que todos los temas relacionados con las desigualdades van a agravarse aún más, tanto por los recortes de financiamiento como por el aumento de la violencia o el hecho que, al quedar fuera de los establecimientos educativos, muchos niños y jóvenes quedan a merced de traficantes de droga y de todo tipo.

Sin embargo, Barry considera que no todo el panorama es negativo y que hay importantes iniciativas ciudadanas en marcha: “América Latina tiene ese espacio en el que hay organizaciones como por ejemplo la CLADE o la Campaña Brasileña por el Derecho a la Educación”, que han presionado para el aumento de los recursos presupuestarios, lo cual “es realmente para mí una victoria de la sociedad civil a este nivel; y esa es también la esperanza, para mí es el potencial importante de América Latina, la fuerza de lucha de sus ciudadanos y ciudadanas que están movilizados y organizados”.

Derechos interrelacionados

En su último informe, publicado en julio pasado, la relatora afirma que el derecho humano a la educación está interrelacionado con otros derechos, como el de agua y saneamiento básico. Al aclarar esta relación la relatora explicó que se enmarca en la interdependencia de los derechos: “por ejemplo el derecho a la salud, el derecho al agua potable, el derecho a una vida decente, el derecho al desarrollo, todos los asuntos relacionados a la no discriminación, pero también al fortalecimiento del estatus de las mujeres y niñas, el derecho a la alimentación, el derecho a la seguridad, etc.”, que son necesarios para garantizar el derecho a la educación. O sea, “la educación no se puede llevar a cabo sin, por ejemplo, que haya paz. La educación no puede hacerse sin que los niños tengan acceso al agua potable. Cuando no hay agua potable en las aulas, y cuando no hay baños, y sobre todo baños separados para niñas y niños, esto tiene una gran incidencia, sobre la asistencia y también sobre la calidad de la educación”.

Cuando hay niños y niñas en estado de malnutrición, ello afecta su capacidad de aprendizaje, entonces “se puede ver que de cierta forma hay una relación entre el derecho a la alimentación, el derecho al agua potable; y sobre todo que el contexto del COVID-19 hace que el problema sea mucho más visible, por no decir mucho más escandaloso”, recalcó la relatora, considerando que, para luchar contra el COVID hay que lavarse las manos a menudo. Significa que todas las escuelas tengan puntos de agua potable y también jabón, como equipamiento mínimo, temas que se deben discutir con el servicio de salud cuando una escuela va a reabrir.

Para tomar estas decisiones, la relatora considera indispensable hablar con las familias, con las comunidades. “En mi último informe sobre la interconexión entre el derecho al agua, el derecho al saneamiento, pero también el derecho a la higiene y sobre todo a la higiene mensual para las niñas, propuse que se hiciera un enfoque desde los derechos antes de volver a abrir las escuelas. Es la lección fundamental que podemos sacar del impacto del COVID19 sobre el sistema educativo. Es la capacidad de los actores de dedicarse a trabajar a la vez a nivel local, pero también a nivel nacional y a nivel internacional para asegurarse justamente de que exista el diálogo y que se tomen buenas decisiones tomando en cuenta las opiniones de todos los actores”. Para ello, enfatizó que los gobiernos dialoguen con la red de sindicatos de profesores, dialoguen y los escuchen, antes de tomar decisiones y definir orientaciones.

¿Cómo garantizar la educación en el contexto de la pandemia?

En el contexto de la pandemia, una de las grandes cuestiones es la realización de las clases en modalidad no presencial. Muchas niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos en la región tienen dificultad para seguir sus estudios, sea por no tener acceso a una buena conexión de internet, o no tener un ambiente propicio para el estudio, entre otras cosas. La pregunta entonces, es ¿cómo garantizar el aprendizaje en este contexto? y ¿qué medidas deben tomar los gobiernos para garantizar la educación?

Koumbou Boly Barry recuerda que prácticamente todos los Estados de la región han firmado la Declaración Universal de Derechos Humanos, lo que implica que están obligados a garantizar el derecho a la educación. En tiempos de pandemia, esto significa garantizar la educación a distancia. El COVID reveló que el sistema educativo ya funcionaba con desigualdades —incluso en países ricos— y ello implica que, en las familias que no tienen una vivienda decente, los niños no disponen del espacio necesario para poder aprender; o familias pobres no logran comprar la línea de internet, o no pueden pagar la electricidad; o el caso de refugiados, viven en lugares donde es difícil conectarse; y además, se agravaron los casos de violencia intrafamiliar. En tal sentido, considera que es muy importante la transparencia y la rendición de cuentas del Estado y que, “la sociedad civil debe seguir haciendo este trabajo para obligar al Estado a cumplir con sus obligaciones mediante acciones de comunicación, mediante acciones de diálogo, mediante acciones de interpelación”.

No obstante, la relatora reconoce que el COVID19 también presentó oportunidades: dio pie a decir que el aprendizaje debe enfocarse en el niño, en el estudiante. Asimismo, se mostró la capacidad de innovar y adaptarse con flexibilidad: donde no había internet, en el campo se usó la radio; o en la ciudad la televisión; en otros casos se usó incluso documentos, por ejemplo, para niños con alguna discapacidad. Además, señala, reveló la capacidad de las mujeres para organizarse, sobre todo en América Latina, para hacerse cargo de la educación de los hijos en casa, y pienso que esto también es una gran lección que aprendimos del COVID. Y por último, mostró la creatividad de los y las docentes, quienes cuando se cerraron las escuelas y las instituciones educativas, se organizaron bastante rápido, y cada profesor y cada profesora tomó iniciativas individuales para asegurarse justamente de que, de alguna manera, se pudiera seguir ayudando a los niños a aprender. “Eso es una gran lección que hay que valorar: es el rol del docente. El docente es creativo, pero hay que darle sus espacios y sus oportunidades, escuchándolo más”.

Con respecto a la reapertura de las clases presenciales, Barry opina que va a ser indispensable que los Estados coordinen con todos los actores: la red de sindicatos de profesores, los padres, los estudiantes, la comunidad, la administración de la escuela; también con los otros ministerios que están a cargo, por ejemplo, del agua, de la salud, de la vivienda, etc. “Para mí, es esa capacidad de tener un enfoque holístico en términos de derechos humanos porque estos derechos son interdependientes y relacionados entre sí, que la coordinación debe realizarse a nivel nacional pero también de manera intrínseca al nivel de las municipalidades y de las escuelas… Sin este diálogo y sin esta coordinación, es peligroso abrir o reabrir las escuelas o instituciones académicas”. Y otro componente importante es el apoyo psicosocial, porque el COVID19 provocó mucho estrés y mucho miedo.

Por último, con respecto a las estrategias que los movimientos sociales, organizaciones e instituciones nacionales, regionales e internacionales deben tomar para que el derecho a la educación sea garantizado, la relatora enfatizó en el rol crucial de la sociedad civil. “Mencioné antes los asuntos de las relaciones de poder, en que una minoría impone sus puntos de vista a los demás. Pero son también los que tienen la mayoría de las riquezas a nivel mundial, cuando vemos a la gran mayoría estancada en la pobreza… Pienso que a la sociedad civil le corresponde poder a la vez continuar este trabajo de diálogo político con los gobiernos, de presión también, para asegurarse, por ejemplo, que los docentes que reivindican sus derechos no sean encarcelados; es indispensable que los estudiantes no estén en la cárcel, porque tienen derecho a expresarse, tienen derecho a la palabra, tienen derecho a defender los intereses intrínsecos de su cuerpo. Pienso que este es el rol de la sociedad civil: seguir haciendo este trabajo de diálogo, de información, de comunicación, pero también de propuestas al gobierno, porque la sociedad civil es capaz también de implementar acciones concretas en terreno, en términos de innovación educativa e innovación pedagógica”.

En tal sentido, Barry concluyó la entrevista afirmando que “en esto la sociedad civil tiene un rol fundamentalmente importante, y de verdad quisiera reconocerlo una vez más y felicitarlos, y darles aliento y apoyo para que sigan en este camino”.

Entrevista realizada por CLADE y editada por ALAI.

Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/210860

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Educación en Cuba «todos significa todos» (+ infografía)

Redacción: Radio Bayamo

“Ninguna medida del Gobierno Revolucionario irá jamás contra los principios de la enseñanza; ninguna medida tomará jamás el Gobierno que pueda ser en perjuicio de la enseñanza o del maestro”. Fidel Castro Ruz


La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoció los logros de las políticas educativas del Gobierno cubano para garantizar una Educación inclusiva y de calidad, según el Informe Mundial para el Seguimiento de la Educación 2020 (Reporte GEM, por sus siglas en inglés).

El Informe monitorea y divulga resultados sobre el desarrollo de la educación a nivel mundial y el seguimiento sobre la implementación del cuarto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Informa, además, sobre los avances en las estrategias nacionales e internacionales como parte del seguimiento, compromiso y revisión general de los ODS.

Esta edición, publicada bajo el lema Todos significa todos, evalúa los progresos globales para alcanzar una educación para todos, inclusiva, de calidad y a lo largo de toda la vida.

PANORAMA MUNDIAL

El informe de este año muestra que, a nivel mundial, las dimensiones de discriminación por motivos de género, lejanía, riqueza, discapacidad, etnia, idioma, migración, desplazamiento, encarcelamiento, orientación sexual, identidad y expresión de género, religión y otras creencias y actitudes niegan a muchos estudiantes el derecho a ser educados con sus compañeros o a recibir una educación de la misma calidad.

De igual modo se identifica se identifica una exacerbación de la exclusión durante la pandemia del COVID-19 y se estima que alrededor del 40% de los países de ingresos bajos y medios-bajos no han apoyado a los alumnos desfavorecidos durante el cierre de las escuelas.

Sin embargo, antes de la pandemia, 258 millones de niños y jóvenes estaban totalmente excluidos de la educación, siendo la pobreza el principal obstáculo para su acceso.

Otras cifras alarmantes evidencian que los estudiantes con una discapacidad también se enfrentan a desafíos. En 10 países de ingresos bajos y medios, se observó que era un 19% menos probable que los niños con discapacidades lograran un dominio mínimo de lectura que aquellos que no tenían discapacidades.

Se enuncia también que a pesar del objetivo proclamado de la finalización universal del ciclo superior de enseñanza secundaria para 2030, casi ninguna joven de un entorno rural pobre termina la enseñanza secundaria en al menos 20 países.

Así, solo 41 países a nivel mundial reconocen oficialmente el lenguaje de señas y, mundialmente, las escuelas están más interesadas en obtener acceso a Internet que en atender a los alumnos con discapacidades.

CUBA UN ESCENARIO DIFERENTE

En Cuba, el tramo de escolarización obligatorio se extiende por nueve años, desde la educación primaria hasta la secundaria básica, mientras que la Ley de Nacionalización general y gratuita de la enseñanza, emitida en 1961 establece la gratuidad de la enseñanza y asigna al Estado la responsabilidad de proveer educación a toda la población.

El Sistema Nacional de Educación es el conjunto de estructuras, funciones, órganos, políticas, planes e instituciones que, integrados en forma de sistema, desde el Ministerio de Educación hasta los centros educacionales, tiene la responsabilidad de dirigir científicamente la educación, conscientemente organizada, de los niños, adolescentes y jóvenes en el país, para lograr el fin de la educación.

Es también el Ministerio de Educación quien dirige las políticas del Estado y el Gobierno para garantizar una educación de calidad desde la primera infancia hasta el nivel medio superior, en coordinación con organismos, entidades, organizaciones y la familia.

La política educativa está conformada por el conjunto articulado, regulado y direccionado de inversiones, bienes, servicios y transferencias que el Estado orienta a garantizar el derecho la educación de la población. Asimismo, contempla las decisiones y la capacidad que este demuestra para sostener al sistema educativo y para reducir las brechas que afectan el logro de las políticas y prioridades que traza el Ministerio de educación y el Estado Cubano.

A continuación, se presenta un conjunto relevante de acciones que el Estado cubano lleva adelante para garantizar el cumplimiento efectivo del derecho a la educación de calidad.

Dentro del sistema educativo se diferencia la educación en primera infancia, de nivel primario, secundaria básica, educación de nivel medio superior y educación superior.

En paralelo, el subsistema de educación de jóvenes y adultos está organizado en tres niveles educativos diferenciados: Educación Obrero Campesina (EOC) de nivel primario; Secundaria Obrero Campesina (SOC) de nivel medio básico, y Facultad Obrero Campesina (FOC) de nivel medio superior.

La educación de jóvenes y adultos genera oportunidades para superarse y capacitarse para la vida, tanto en el contexto económico, político como social entre la que se destacan las escuelas de idiomas, los cursos especiales, los cursos preparatorios para el ingreso a la Educación superior, a los que se incorpora la participación de diversos sectores de la sociedad.

También incluye el trabajo con los centros penitenciarios, ya sean de la educación especial, el programa “Educa tu hijo” o la educación técnico profesional.

La educación especial atiende a niños, niñas, adolescentes y jóvenes con necesidades educativas especiales asociadas o no a discapacidades, desde 0 a 18 años y excepcionalmente hasta 21 años. Se ofrece atención por la vía institucional en círculos y escuelas especiales, así como en salones de los círculos infantiles generales. También se atienden por la vía no institucional en el programa Educa a tu Hijo, en aulas hospitalarias y en atención ambulatoria.

Las escuelas especiales tienen un carácter transitorio, los alumnos permanecen en ellas hasta tanto logran un nivel de desarrollo de sus habilidades que le posibilite su inclusión en los contextos regulares o su integración a la vida social y laboral.

La Educación Especial en Cuba se muestra como una de las ideas más nobles y optimistas de Fidel y de nuestra Revolución. Los datos son un ejemplo fehaciente de los avances alcanzados. De 8 escuelas, en el año 1959 que atendían a 134 niños y 20 docentes, a la existencia en la actualidad de 357 escuelas, con 35 607 educandos y 15 278 docentes.

Los resultados de Cuba en este ámbito demuestran la voluntad política del Gobierno de asegurar la educación como un derecho humano fundamental, a pesar del impacto del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos.

Una vez más, la Organización internacional resalta el liderazgo de la Mayor de las Antillas en esta materia. En este sentido, el informe subraya que la participación en la escuela preescolar en Cuba alcanza el 100% y resalta el programa Educa tu hijo que brinda apoyo, incluso en áreas rurales, para que los infantes con discapacidad estén incluidos en los programas principales de desarrollo de la primera infancia.

Fuente: http://www.radiobayamo.icrt.cu/2020/07/03/educacion-en-cuba-todos-significa-todos-infografia/

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