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Nuestros cuerpos, nosotras decidimos

Por: Najat El Hachmi

De pequeñas nos lo enseñaron, nos dijeron: niñas, chicas, cuando empecéis a ser mujeres, vestíos como es debido, ocultad vuestros cuerpos porque en ellos está la tentación, la vergüenza, el demonio. Nuestro deseo de hombres es impetuoso, irrefrenable y no lo podemos controlar, es más fácil que seáis las mujeres las que os disimuléis bajo las telas para no provocarlo. En la zona de donde yo vengo, al norte del sur y al este del oeste, nos mandaban cubrirnos las cabezas una vez casadas para distinguirnos de las solteras, porque nada era más deshonroso que asediar a la mujer ajena.

Asediar a la hija o la hermana de otro no era tan grave. Nos decían que nos cubriéramos las partes que incitaban a las conductas prohibidas y antes incluso de tener tetas ya sabíamos que estas eran carnes delictivas. Tampoco era tanta controversia; entonces, los vestidos de madres y abuelas, generosos trozos de tela, no dejaban mucho margen a la transgresión. Por eso no insistían mucho en los mensajes para reglamentar la indumentaria de las mujeres. TRES HURACANES Pero de repente todo se trastocó. Tres huracanes que no habíamos elegido lo convulsionaron todo.

El primer huracán fue la modernidad que entró en las casas y en nuestros gustos, y que nos hizo descubrir nuevas formas de vestir, de llevar el pelo, de modificar nuestra apariencia más allá de los antiguos tatuajes, la henna temporal o el khol recién molido por las abuelas. Descubrimos pantalones y camisas, y después puntos y licras que se pegaban al cuerpo, aberturas nunca imaginadas.

 El segundo huracán fue la emigración que envió a pueblos enteros hasta las desconocidas tierras europeas, donde tendríamos que pensar de nuevo como si hubiéramos salido de la nada, donde tendríamos que esforzarnos en picar piedra para entender las raíces y decidir libremente, se supone que ahora sí, cómo queríamos conjugar todas estas piezas: la tradición, la feminidad, la religión, la democracia y el gusto y la estética, por supuesto.

Todavía no habíamos empezado a pensar sobre ello cuando llegó el tercer huracán, el del miedo, el de la contrición, el que nos instaba a frenar las ansias de cambio, el que nos dice, en boca de turbios telepredicadores de poca monta -con toda la barba, eso sí- que el principal peligro para la supervivencia de nuestra religión, la quisiéramos o no, éramos nosotras mismas y sobre todo, sobre todo, nuestros cuerpos.

ANTE EL ESPEJO. Con todo esto crecimos, cada mañana ante el espejo teníamos que decidir qué nos poníamos, algo tan superfluo que se convirtió en el centro de todo. Según qué llevábamos o no sobre el cuerpo significaría unas cosas u otras; lleváramos lo que lleváramos seríamos siempre un mensaje, un posicionamiento en medio de una frontera que no sabíamos dónde empezaba y dónde terminaba, al ser más de los unos que de los otros. Que si te pones pañuelo eres de los unos, que si pantalones ajustados, de los otros, que si maquillaje, de estos, que si falda larga hasta los pies, de aquellos. Por eso no tardaron en llegar las contradicciones, pantalones que cortan la respiración y cabeza tapada, enormes ojos sombreados, labios rojos y chilaba. Unas optaron por cubrirse porque eso las hacía sentirse seguras, protegidas.

También hubo que lo decidieron a conciencia después de leer las fuentes y hacer el esfuerzo de interpretar ellas solas su propia religión, sin barbudos de medio pelo de por medio. Hubo quienes, hartas de que les pidieran que se camuflaran en las nuevas tierras, de que les dijeran mira que eres mora, un buen día se hicieron más moras que nunca con un pañuelo bien vistoso, así, en medio de la clase y ahora sí que tendréis motivos para decirme que no me integro. Muchas otras decidimos, contra todo tópico, deshacernos de las ropas de nuestras madres, quitarnos la vergüenza del cuerpo femenino, destaparlo hasta donde permitía el gusto estético y no la moral.

Elegimos esta opción para no pagar con nuestras carnes ninguna supuesta lucha de civilizaciones ni de religiones, para no marcarnos la piel con telas convertidas en símbolos identitarios. A las que elegimos no taparnos nos cogió un orgullo de cuerpo de mujer, fuera lo prohibido, fuera la vergüenza y fuera la deshonra. Si es tentación, que lo sea, es vuestro problema. Enseñaríamos lo que nos diera la gana para deshacernos precisamente de todos los escupitajos que se deslizaban sobre nuestra piel desde hacía siglos y que nos tildaban de impuras.

Nos aferramos a esta actitud porque nos daba poder, suponía desafiar los preceptos, encararse con la herencia patriarcal con la carne y los huesos y reclamar, de paso, también nuestro derecho al deseo. Lo pagamos, claro, no fue fácil. CON ELLOS NO SE ATREVEN Según cómo vistes es que pides guerra, así que trágate las persecuciones diarias, las miradas y las palabras malsonantes en según qué barrios, trágatelo todo porque tú te lo has buscado.

Pero hemos resistido, aunque a veces eran los propios autóctonos, los sin religión y criados en democracia, los que nos decían: chica, te has pasado, ¿en tu país te dejarían ir así de fresca y ceñida? Nos hicimos inmunes a los comentarios de unos y otros porque por encima de todo queríamos defender la presencia de nuestro cuerpo, nuestra presencia, en el espacio público, sin restricciones. Hasta al toples y las playas nudistas llegamos algunas. Casi ya lo habíamos conseguido, ya habíamos olvidado que nuestras carnes pudieran ser campo de batalla. Y de repente nos llega la fotografía que plasma una agresión en toda regla: dos policías se acercan a una mujer en Niza y la obligan a desvestirse. Estaba la señora allí tumbada, ni siquiera había entrado en el agua, pero los policías no se fueron hasta que ella enseñó bastante carne. Un puñetazo, una humillación. Porque es mujer, porque su origen, reciente o remoto, es el que es, porque es de una clase social determinada. No se atreverá, no, el francés que gobierna a hacer desvestir las mujeres de los jeques del Golfo que se pasean por los Campos Elíseos negras hasta los ojos. Nos hierve la sangre ante la instantánea y de repente hemos retrocedido en el tiempo y estamos, de nuevo, en el punto de tener que conquistar de nuevo el espacio público.

A ellos, los hombres, nadie les hará desnudarse, ni les dirá cómo deben vestir. Nos hierve la sangre y el nosotros que creíamos tan sólido cambia, nos engloba de nuevo a todas, tapadas y destapadas, porque ante todo es el nosotras de ser mujeres.

Fuente: http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/nuestros-cuerpos-nosotras-decidimos-5343438

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“El papel que desempeñan los medios no es pasivo ni inocente” Entrevista a Argentina Casanova

América del Norte/México/03 Septiembre 2016/Autora: Fernanda Sánchez Jaramillo/Fuente: Rebelión

-FSJ: ¿Qué papel cumplen los medios de comunicación en la multiplicación de la violencia contra la mujer?

-AC: Junto a quien comete el feminicidio o la tortura, un medio que le da cobertura – la mayoría de las veces- con un discurso cuyo efecto es sembrar terror en otras mujeres alecciona y multiplica su efecto a través de las redes sociales. Por sí mismo, el “terrorismo sexista” de los medios debe ser visibilizado para ser desmontado. El papel que desempeñan los medios de comunicación no es pasivo ni inocente.

-FSJ: ¿Qué elementos se requieren para informar con rigor sobre violencia contra la mujer?

-AC: Identificar los elementos que criminalizan a las víctimas de la violencia feminicida y evitar hacer uso de estos; además, comprender y asumir que existe responsabilidad social de los medios de comunicación como reproductores de la violencia, pero también entender su rol en la prevención, evitando la reproducción de modelos, estereotipos y figuras sexistas o discriminatorias que naturalizan la violencia contra niñas y mujeres.

-FSJ: ¿Qué se debe evitar al reportar sobre violencia contra la mujer?

-AC: Exhibir los cuerpos desnudos, sus rostros, ofrecer datos personales que faciliten su identificación y de familiares, ya que esto contribuye a la violencia comunitaria. Evitar aportar elementos que contribuyan a la criminalización en la sociedad y, por el contrario, ocultar o minimizar aquellos que permiten comprender los contextos de violencia e identificar las intersecciones de la discriminación. Los medios “ocultan”, por ejemplo, los datos cuando son menores de edad, su situación de discapacidad y violencias previas para evitar que haya una “idenficación o empatía” con la víctima y, en cambio, generan morbo y enjucian con frases como estas: “era puta”, “era bailarina”, era “mala madre”, “era drogadicta”, todo lo que apunta a justificar la violencia y al agresor.

-FSJ: ¿Es “epidémica” la violencia contra la mujer en México?

-AC: Recientemente la ONU consideró la violencia contra la mujer como una “pandemia mundial”, que afecta a algunos países, entre ellos México. Esto se relaciona con las anquilosadas estructuras de género que contribuyen a la violencia; además de ser, en sí mismas, formas de violencia contra las mujeres pues restringen el pleno desarrollo y la libertad de elegir sobre las vidas y los cuerpos de las mujeres. La ONU estima que 70% de las mujeres sufren violencia en su vida.

-FSJ: ¿Los medios revictimizan a la mujer, a su familia y a las supervivientes de violencia?

-AC: Sí, por supuesto. En el ensayo Los derechos humanos de las mujeres y la criminalización de las identidades femeninas en las coberturas periodísticasi expongo este proceso de victimización. Cuando las mujeres son víctimas de un hecho de violencia que vulnera su dignidad, lo que tenemos son páginas de periódicos, notas en radio o en televisión en las que entrevistan a familiares o a las mismas víctimas, se replica información en la que sus datos personales son expuestos con la consecuente sobre-victimización y riesgo de discriminación en sus espacio de trabajo y convivencia social. Incluso en casos de víctimas de violencia sexual la información se convierte en un factor detonador de violencia comunitaria y/o escolar.

-FSJ: En México varios medios de comunicación parecen haberse especializado en la necrofilia, relatan el número de muertes y de muertas, pero… ¿Analizan la violencia machista contra las mujeres?

-AC: Creo que se ha abordado una cobertura necrofílica, pero no con perspectiva de género. Por eso proponemos una metodología más allá del “uso del lenguaje incluyente” o que evite la criminalización. Proponemos una pauta de análisis que identifique, y elimine, los elementos de la criminalización y la discriminación y la cobertura periodística que contribuyen al terrorismo sexista. El terrorismo sexista de los medios se manifiesta en cinco formas: por un lado, está lo que Rita Segato ha llamado “pedagogía de la crueldad”; una segunda forma es la criminalización de las identidades femeninas; la tercera, la reproducción de los discursos patriarcales de control, especialmente sobre el cuerpo de las mujeres; la cuarta es la propaganda-proclama de los hechos violentos contra el cuerpo de las mujeres y, la quinta, violenta y alecciona. Así las he clasificado para el análisis para “desmontar” estas formas de redacción, edición, estilo y diseño periodístico.

-FSJ: ¿Qué impacto tiene en una niña o en una adolescente la información que recibe a través de los medios?

-AC: La propaganda-proclama de la violencia ocurre cuando la cobertura hace apología de los hechos violentos, que se cometen contra el cuerpo de las mujeres, naturalizándolos, e incluso utilizando palabras que las despojan de su identidad y su condición de persona para referirse a ellas como cosas sin vida y sin valor. Un ejemplo son los títulos de noticias como: “Encuentran enmaletada”. Los medios pueden ser reforzadores de estereotipos/roles y las coberturas-enfoque-lenguaje, son distintas formas de una violencia, estableciendo causas-efectos ligadas a conductas femeninas, es decir, plantean lógicas de castigo frente a ciertos actos de las mujeres. Por eso encontramos portadas ilustradas con hechos que relacionan una mujer desnuda tipo playboy y, simultáneamente, la fotografía de una víctima de violación o feminicidio desnuda. El impacto de esos enfoques es el terror en el cual vivimos las mujeres en México en donde hemos aprendido que transgredir tiene consecuencias que se pagan con la vida.

-FSJ: ¿Pueden los medios contribuir a disminuir la violencia contra la mujer?

-AC: Sí. Creo que el trabajo de análisis, observación, monitoreo y documentación tiene como fin encontrar esos “hilos conductores” que atraviesan estas coberturas y plantear su deconstrucción a partir de nuevas propuestas y ejercicios. Personalmente creo que no se trata solo de incorporar un lenguaje incluyente o evitar la discriminación, ya que la información visual, el lugar que se otorga a las notas, la forma como se aborda, lo que se enuncia y lo que se omite contribuye a la criminalización y al terrorismo en las coberturas periodísticas.

-FSJ: Finalmente ¿Qué impacto tienen las guías para periodistas que muchas veces permanecen en los escritorios sin ser utilizadas?

-AC: He mirado muchas guías y creo que cada una tiene sus propios aportes, pero no bastan. Se requiere el compromiso de los propietarios de los medios, la aprobación y aplicación de leyes que sancionen la apología a la violencia y los discursos de odio; además el compromiso del profesional de la comunicación. En México hemos formado redes y alianzas de comunicadoras feministas, periodistas con perspectiva de género.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216011&titular=%93el-papel-que-desempe%F1an-los-medios-no-es-pasivo-ni-inocente%94-

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Susana Chávez, directora general de Promsex: “Minedu dejó atrás la educación sexual”

América del Sur/Perú/27 Agosto 2016/Autor: Ricardo Monzón/Fuente: Perú 21

“Hay un programa (de educación sexual en colegios), pero no le han dado fuerza. Es una deuda pendiente del ministerio de educación. Por eso es que la primera causa de abandono escolar es el embarazo. Es una política, pero no se cumple”.

La problemática de la violencia contra las mujeres en el Perú sigue estando sobre el tapete. La directora general de Promsex, Susana Chávez, comenta en esta entrevista qué se viene haciendo mal desde el Gobierno para cambiar el panorama. Apunta al Ministerio de Educación.

¿Existe una estadística de cuántas mujeres son agredidas sexualmente al año?
Lo que existe es el número de reportes o denuncias que hacen las mujeres víctimas de violación. Pero se estima que ese reporte no refleja la dimensión de la violencia. La mayoría de casos no son denunciados. En ese sentido, 1 de cada 5 mujeres son víctimas de violación sexual antes de cumplir los 15 años.

¿Cuántas mujeres denuncian ante el Poder Judicial?
Se estima que al año denuncian alrededor de 26 mil a 30 mil. Un 25% de la población general de mujeres violentadas. Nosotros hemos hecho un estudio local, como un censo, que arroja que la tasa de denuncia es el 0.02%.

En caso de que todas las mujeres agredidas denunciaran…
No habría capacidad de atender tanta demanda… La violación, por lo general, se descubre cuando hay de por medio embarazo, pero hay violaciones que se vienen dando de manera sistemática. La violación sexual, especialmente en niñas y adolescentes, es perpetrada por integrantes del entorno familiar. Por lo menos el 60% de violaciones en menores de 15 años es perpetrado por su tutor.

Ayer una niña de 11 años fue violada. ¿Cómo evitarlo?
Ese es el drama. Creo que nosotros todavía no hemos medido el impacto en toda su dimensión. Sabemos que la violación sexual podría significar, casi en un 56% de los casos, embarazo. O sea, no significa que todos los embarazos en adolescentes sean producto de una violación, pero la violencia sexual induce a iniciar más rápidamente la vida sexual, a engancharse rápidamente en relaciones forzadas.

¿En dónde radica el problema de la violencia sexual?
Hay varios aspectos. La nuestra es una sociedad donde se considera que las mujeres están hechas para satisfacer sexualmente a los hombres. Y donde, además, hay un rol subordinado. Esa es la explicación más macro.

¿Es únicamente la sociedad?
Es la sociedad pero también son las instituciones que refuerzan este pensar.

¿Qué instituciones?
Las que han dejado detrás todo el tema de la educación sexual, como el mismo Ministerio de Educación. A veces actúan basados en prejuicios de carácter religioso, conservador.

¿El Ministerio de Educación no educa sexualmente bien a través de los colegios?
Hay un programa, pero no le han dado ninguna fuerza. Es una deuda pendiente del Ministerio de Educación. Por eso es que la primera causa de abandono escolar es el embarazo.

¿La educación sexual no es una política del ministerio?
Es una política pero que no se cumple o que, por lo menos, no da resultados. Pero también se tomaron decisiones políticas cerradas en el país. En el marco de la ley de violencia contra la mujer se aprobó una norma que criminalizaba las relaciones sexuales de los adolescentes, pensando que así se iba a evitar las violaciones. Declararon las relaciones sexuales de personas menores a 18 años como actos de violación sexual. Lo único que se logró fue que no haya ninguna acción preventiva ni información.

Luego de la marcha #NiUnaMenos han seguido sucediendo innumerables casos de violencia contra la mujer. ¿Cuál fue su real impacto?
La marcha fue un hecho histórico y nada debería hacernos pensar que el resultado fue adverso. Lo que ocurre es que hay personas que apoyaron la marcha, pero sin comprender realmente el sentido de la misma. Han estado ahí porque sencillamente no podían estar fuera. Por ejemplo, todo el debate que viene ocurriendo sobre el Anticonceptivo Oral de Emergencia (AOE)…

¿A quiénes se refiere?
A los propios políticos. Hace poco coincidí en un programa de televisión con el señor (Héctor) Becerril, y de pronto dio toda una explicación de cómo funciona el AOE absolutamente cerrada, errada, y él decía que la marcha fue algo positivo.

También hubo una participación de la Iglesia en la marcha y respecto al AOE. ¿Cómo califica su actitud?
Yo no sé si la Iglesia ha estado en la marcha, yo no he visto a sus líderes allí ni pronunciándose a favor de ella. Además, ellos tienen su propia marcha en contra de las mujeres, que es su marcha Por la Vida, entre comillas.

¿Y sobre el AOE?
Hay que ubicar su postura dentro del rechazo total que tienen hacia los métodos anticonceptivos. Su posición es coherente, ellos están en contra de los métodos anticonceptivos modernos. Con las justas aceptan los métodos de abstinencia. Por lo tanto, su conducta sobre elAOE y sobre cualquier método anticonceptivo va a ser beligerante, opuesta, tenazmente resistente.

¿Cómo cree que acabe la discusión sobre la AOE?
El debate es posterior a la obligación que el Ministerio de Salud debe tomar. Nosotros con la Iglesia no vamos a debatir porque nunca vamos a llegar a ningún acuerdo.

Fuente: http://peru21.pe/opinion/minedu-dejo-atras-educacion-sexual-2255583

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Las escalofriantes cifras del aborto en Ecuador me convirtieron en pro-choice

Por: Esteban Ortiz

Cada año, más de  210 millones de mujeres cursan un embarazo. De ellos, al menos 85 millones son considerados no deseados. Por otro lado, los datos a nivel mundial nos indican que de todos los embarazos anuales,  más de 41 millones terminan en abortos. Un estudio del Instituto Guttmacher encontró que la proporción de embarazos no deseados varía de región en región: América Latina y el Caribe (con un 56%) son las zonas más afectadas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 21 millones de mujeres a nivel mundial experimentan algún tipo de aborto clandestino o inseguro, a raíz de los cuales, más de 47 mil mujeres mueren cada año, principalmente en países en vías de desarrollo. Estos datos me obligaron a mí y a varios colegas a emprender un estudio en el Ecuador para entender el problema del aborto en nuestro país. Sabemos que es un tema muy complejo, incisivo, hiriente para muchos, sin embargo, creemos que se debe retomar la discusión. Es que con ley o sin ley que lo prohíba, nadie va a parar los encuentros sexuales entre hombres y mujeres y los  embarazos no deseados son inevitables. Pasé de haber sido un estudiante de medicina y médico rural antiaborto a convertirme en un médico e investigador pro-choice o pro-opción. Estas cifras explican mi cambio de pensamiento.

Dentro de nuestros principales hallazgos y según los datos del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC)  desde 2004 hasta 2014 431.614 mujeres tuvieron alguno de los siguientes tipos de abortos: espontáneo (9%), médico justificado (6%), o algún otro tipo de embarazo que terminó en aborto (85%). Cuando desglosamos estos números, nos llamó la atención que en 2013 se presentó la tasa más alta de abortos por cada 1000 niños nacidos vivos (122 por cada 1000 nacidos vivos), sin embargo, esta tendencia bajó en 2014 (112 por cada mil), coincidiendo con la aprobación del Código Integral Penal ecuatoriano. Lo que podría significar que la cifra de abortos clandestinos creció como lo indica esta investigación del New England Journal of Medicine.

Los números son claros: en el Ecuador las mujeres que más abortan son menores de 25 años, tienen menos años de educación formal, son más pobres y viven en lo que los citadinos llamamos provincia. Por otro lado, no podemos dejar de lado que más de 45  de cada 100 mil mujeres mueren cada año a causa de un aborto en el Ecuador —la provincia que más registra por cada 1000 nacimientos es Pastaza (186/1000) seguido por Pichincha (174/1000) Guayas (166/1000) Galápagos (165/1000) y Esmeraldas (164/1000). Si bien estos números de abortos oficiales parecen ser muy claros y transparentes, también nos imposibilitan abordar un tema clave: los abortos autoinducidos o los abortos clandestinos. Una de nuestras mayores limitaciones fue no poder diferenciar cuando un aborto fue autoinducido (por la mujer, con medicamentos para este fin) o clandestino (por gente no preparada y en lugares poco adecuados).

De cualquier manera, los dos tipos de abortos (autoinducido o clandestinamente ocasionado) tiene tres posibles consecuencias. En la primera, la paciente aborta, sin complicaciones, sin acudir al médico y por ende sin registro oficial. En la segunda, la paciente aborta completa o incompletamente, se complica, acude al hospital (miente porque si no va presa) y egresa como aborto espontáneo, médicamente justificado, u otros tipos de embarazos que terminan en aborto, se registra y se oficializa. En la última, la mujer aborta completa o incompletamente, se complica, acude (o no acude) al hospital, muere en el intento, egresa como mortalidad materna, se registra. Existe un gran vacío en relación a poder identificar los abortos clandestinos, pero sabemos que están ahí y están ahí desde siempre.

El aborto sucede en todos los países del mundo, en todos los estratos sociales. Ha sido tratado desde el punto de vista legal, moral, religioso, pero nunca desde la salud pública y los derechos de la mujer. Las leyes que lo quisieron proscribir, han fracasado. Es más, está demostrado que su prohibición se asocia con un aumento de abortos clandestinos y sus inherentes complicaciones médicas.

En el Ecuador está prohibido desde el primer código penal publicado en 1837. Hoy sigue considerado como un delito de drásticas, desproporcionadas y anacrónicas sanciones: prisión para el médico de entre 7 a 10 años y entre 6 meses a 2 años para la mujer que lo autorice. Solo hay dos excepciones: que la vida de la mujer esté en riesgo inminente,  o que sea una mujer con una discapacidad mental que ha sido violada. Este es el nivel de satanización de un procedimiento médico que si se sigue haciendo en la clandestinidad seguirá causando muertes prevenibles. El debate alrededor de la legalización tiene que ir de la mano del progreso, la libertad y los derechos ciudadanos. El debate debe girar en base a cifras, a evidencia científica, a  protocolos médicos y a recomendaciones profesionales, y no a leyes punitivas ni curuchupismos.

Una vez que la discusión se centre en derechos, evidencia  y cifras, uno entenderá lo que yo entendí: Las mujeres que quieren abortar lo harán, independientemente de dónde o con quién lo hagan. La medicación abortiva usada off-label (o fuera de su indicación) es fácilmente accesible en el Ecuador (Misoprostol o metotrexato). Además, los contactos anónimos que ofrecen supuestos abortos seguros abundan en nuestras calles. La vida humana comienza desde la concepción, es cierto. Pero al menos durante su primer trimestre depende 100% de la madre, por ende no se la puede considerar una entidad separada o un individuo (de individual) al menos antes de las veinte semanas de gestación. Además, si la vida comienza desde la concepción, ¿por qué no nos preocupamos por los “óvulos” fertilizados in vitro que son muchas veces desechados durante los procesos de fertilización artificial? ¿Es eso un aborto también? Por otro lado, qué pasa si una mujer es forzada a tener un hijo de un violador, ¿no podría esto generar daño psicológico ulterior? Es probable que como sociedad estemos contribuyendo a violentar los derechos de esas mujeres, y a obligarlas a criar hijos con severos problemas sociales debido a su difícil inicio de vida.

Hay otras consideraciones, muchas veces coyunturales. Por ejemplo: En Brasil, país amazónico, más de 3 mil casos sospechosos de madres infectadas con ZIKA han sido reportados. ¿Qué pasa si una mujer es picada por el mosquito trasmisor del ZIKA en el Ecuador (lo que seguramente ya pasó), enfermedad viral asociada a serios defectos neurológicos en el niño (no en la madre)? ¿Hay que obligar a que ese embarazo continúe? ¿Metemos presas a esas madres o a esos médicos que buscan el bienestar de una vida? ¿Dejamos arbitrariamente que nazca un niño con defectos neurológicos a pesar de saber que el aborto (adecuadamente realizado) es un procedimiento muy seguro? Estas y tantas otras preguntas e ideas me llevaron cambiar de opinión. Reconozco que este tema genera una fuerte fricción desde el punto de vista religioso, pero me queda mucho más claro que existe evidencia científica de que la prohibición del aborto incrementa el riesgo de prácticas clandestinas que terminan en muertes. La Asamblea Nacional del Ecuador debe retomar la discusión sobre el aborto y emitir una ley que permita en ciertos casos y bajo ciertas circunstancias, despenalizarlo. Es que el deber fundamental del Estado es garantizar el derecho a la salud de sus ciudadanos, el derecho de poder acceder a un tratamiento médico de calidad de así requerirse. Ejemplos existen muchos: la gran mayoría de países donde los derechos de las mujer sobre su cuerpo son respetados y prevalecen ante cualquier ley y tienen reglas claras a favor de un aborto seguro, son más avanzados y tienen menos tasas de mortalidad materna por esta razón.

Fuente: http://gkillcity.com/articulos/la-vida-los-otros/las-escalofriantes-cifras-del-aborto-ecuador-me-convirtieron-pro-choice

Fuente de la imagen: http://1.bp.blogspot.com/_32NkDunJ8B4/TKG_BVQMkzI/AAAAAAAAJss/AdHAspyaE-U/s1600/AbortoLegal.jpg

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Entrevista a Zahra Ali, socióloga especializada en el estudio de la mujer y del género en relación con el Islam y Oriente Próximo Las mujeres y el género en Iraq

Iraq/23 Julio 2016/Autor: Elodie Descamps/Fuente: Rebelión

Zahra Ali, socióloga especializada en el estudio de la mujer y del género en relación con el Islam y Oriente Próximo, está a punto de publicar un libro sobre “las mujeres en el Iraq después de Sadam”. La autora estudia la evolución del marco jurídico relativo a la mujer desde la formación del Estado iraquí al periodo posterior a la invasión estadounidense. Aunque esta invasión exacerbó las tensiones etno-confesionales ya presentes en el seno del país, también contribuyó a crear una visión retrógrada de los derechos de las mujeres en la sociedad. De este modo, Zahra Ali reivindica la necesidad de “descolonizar el feminismo” e invita a tener en cuenta la complejidad de los contextos de emergencia en el análisis de los movimientos sociales. Al suprimir las cuestiones políticas y económicas en la interpretación de los fenómenos sociales y al tratar las consecuencias sin analizar nunca las causas, los medios de comunicación crean miedo y división ahí donde deberían unir.

Dentro de poco va a publicar una obra sobre el tema de «las mujeres en Iraq después de Sadam» donde examina el activismo político de las iraquíes y la evolución de la cuestión del género en el seno de la sociedad. ¿Cuál es la conclusión principal de este trabajo de campo?

 Si nos remontamos un poco en la historia se constata de entrada que la formación del Estado iraquí por el imperio británico se hizo excluyendo a la mayoría de la población. En aquella época las mujeres estaban «tribalizadas».

Dicho de otra manera, únicamente se tuvo en cuenta a las mujeres de la elite urbana cercana al poder colonial y se relegó a ser ciudadanos de segunda categoría a los hombres y las mujeres de los medios rurales que, sin embargo, eran la mayoría del país. Las mujeres de los medios rurales fueron las más desfavorecidas en esta configuración ya que no disponían de derechos jurídicos formales.

En el periodo revolucionario de 1958, marcado por la lucha contra el imperialismo británico y una militancia comunista que dominaba el paisaje político, las mujeres se van a organizar en un movimiento de defensa de los derechos de las mujeres.

Es en este contexto donde aparece el Código del Estatuto Personal, que representa el marco jurídico del conjunto de los derechos de las mujeres, como la herencia, el matrimonio, el divorcio, etc. Se establece en 1959 y revela dos cosas. En primer lugar, la unidad de la nueva «nación» iraquí, puesto que el Código une las jurisprudencias sunní y chií. A continuación, una visión muy progresista de los derechos de las mujeres, ya que en esta época es el código más avanzado de la región de Oriente Próximo en materia de derechos de las mujeres. De hecho, en su elaboración participaron militantes del movimiento de las mujeres.

¿Evolucionó este Código del Estatuto Personal en el curso de los diferentes regímenes?

En la década de 1970 el régimen quería poner de relieve una ideología nacionalista y moderna. El Código se modificó entonces varias veces y de manera muy progresista reforzando el derecho al divorcio para las mujeres o prohibiendo los matrimonios al margen del tribunal, por ejemplo.

Más adelante, en la década de 1990, cuando Sadam se presenta como un líder «musulmán» y lanza su «Campaña de fe» con el trasfondo del embargo y la crisis política, social y económica del país, se volverá a modificar el Código a favor del conservadurismo. Por ejemplo, se van a tolerar los llamados crímenes de honor.

En 2003 el régimen de ocupación estadounidense institucionalizará el comunitarismo. La sociedad iraquí, que ya estaba herida por décadas de guerras, de autoritarismo y de sanciones internacionales, verá cómo se le impone un sistema político basado en la pertenencia etno-confesional.

Las identidades etno-confesionales en Iraq ya eran objeto de tensiones vinculadas a las políticas nacionalistas excluyentes y genocidas de Sadam Husein, sobre todo contra la población kurda y chií. Con la invasión estadounidense en 2003 estas tensiones se van a llevar a su paroxismo.

Es como si en Francia o Bélgica se institucionalizara el racismo; las consecuencias de ello son fáciles de imaginar. En Iraq se cayó en la guerra civil y desde 2003 no ha terminado el ciclo de violencia.

¿Qué impacto tuvo la invasión estadounidense sobre este Código?

En este contexto de fragmentación extrema la elite política chií en el poder va a proponer una confesionalización del Código del Estatuto Personal, siguiendo el ejemplo del Código de familia libanés, de manera que cada confesión se rigió por su propio código. Este periodo estuvo marcado tanto por un aumento del conservadurismo social y religioso como por una violencia confesional generalizada.

Por consiguiente, la reforma del Código va a suponer un auténtico cuestionamiento de los derechos jurídicos elementales de las mujeres, pero también de toda la herencia revolucionaria de izquierda. Se trata de una verdadera regresión en lo que concierne a la igualdad de tratamiento de las mujeres y de los ciudadanos de todas las confesiones.

En definitiva, al igual que en la época colonial, la ocupación e invasión estadounidenses impusieron una vez más su propia visión de la sociedad iraquí, una visión comunitaria y arcaica. Hoy esta visión sigue siendo el origen de la fragmentación de la ciudadanía y del territorio iraquíes, al norte los kurdos, al oeste DAESH y al sur los chiíes.

Esta fragmentación tiene un carácter de género y las cuestiones referentes a los derechos de las mujeres desempeñan un papel fundamental en ella. El régimen de ocupación las instrumentaliza en una retórica neocolonial que pretende «liberar a las mujeres». Pero también las instrumentalizan las fuerzas políticas conservadoras que siguen el juego de las identidades confesionales bajo el pretexto de una supuesta «autenticidad islámica».

En sus obras habla mucho de la necesidad de «descolonizar el feminismo», ¿qué entiende por esta expresión?

Descolonizar el feminismo significa a la vez reivindicar unos modelos alternativos de lucha contra el patriarcado, emancipados de las normas de las feministas hegemónicas blancas y burguesas, y también rechazar todo esencialismo. Hay que entender que los feminismos toman forma en y a partir de sus diferentes contextos y no a partir de unos modelos de emancipación predefinidos. Se trata de una emancipación contra todas las formas de opresión, ya sean de raza o de clase.

En su opinión, la religión no se puede entender ni definir fuera del contexto. ¿Puede decirnos algo más sobre ello, quizá poniéndonos algunos ejemplos concretos?

Entender la religión fuera de aquellas personas que la practican y la reivindican, y no situar a estas personas es caer en el esencialismo. Es decir, se hace existir lo religioso como una esencia que se sitúa fuera de sus diferentes realidades de práctica y de expresión.

En mis investigaciones he demostrado que lo religioso siempre ha estado imbricado en cuestiones de nacionalismo y de régimen político. Si en la década de 1950 lo religioso se interpretó y practicó de manera bastante igualitaria y progresista, sobre todo en materia de los derechos de las mujeres, después de la ocupación lo dominante es una lectura confesional y conservadora.

Hay que volver a los contextos que desarrollé antes para comprender por qué se interpreta el Islam de determina manera en una época dada y de manera diferente en otra época.

Se observa en nuestros medios de comunicación y en nuestros políticos una tendencia a reproducir un discurso islamófobo, por ejemplo, relacionando directamente yihadismo e islamismo. ¿Cómo interpreta usted este discurso y qué retos presenta?

Este discurso es producto de esta esencialización del Islam. En vez de contextualizar y de mirar en su complejidad los grupos y movimientos en cuestión, se les mete a todos en el mismo saco diciendo que es a causa del Islam y del fundamentalismo religioso.

En el fondo, este discurso mediático y el discurso yihadista coinciden. Los grupos que utilizan el Islam para justificar sus actos de violencia y quienes interpretan esta violencia como un producto del Islam tienen en común esta misma esencialización del Islam.

De lo que se trata es del culturalismo y el racismo. En vez de interpretar un fenómeno social utilizando unos esquemas analíticos que implican cuestiones sociopolíticas y económicas, se crea un esquema a medida: la causa y las consecuencias son idénticas. Sería a causa del Islam, debido a su fundamentalismo. Analizando de esta manera no se avanza mucho y lo único que se hace es crear odio y racismo.

Militante desde los 15 años, Zahra Ali fue una de las fundadoras del Colectivo Feminista para la Igualdad. En 2011 dirigió Féminismes Islamiques, la primera recopilación de trabajos feministas musulmanes publicada en Francia. Es investigadora de la Universidad Chester de Reino Unido y de IFPO-Iraq, y está a punto de publicar su tesis, Les femmes et le genre en Irak: entre construction nationale et fragmentation [Las mujeres el género en Iraq: entre construcción y nacional y fragmentación].

Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=214740

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España: Méndez de Vigo a las deportistas de Universo Mujer: “En los Juegos de Río habrá 46 millones de españoles detrás y nos sentiremos muy orgullosos de todas vosotras”

Europa/España/22 de Julio de 2016/Fuente: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, y el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, han suscrito hoy en el Centro de Alto Rendimiento del Consejo Superior de Deportes en Madrid, el protocolo de adhesión de la compañía eléctrica al Programa Universo Mujer para el desarrollo de la mujer a través de los valores del deporte femenino.

Íñigo Méndez de Vigo ha comenzado su intervención explicando que, cuando fue nombrado ministro de Educación, Cultura y Deporte, uno de los proyectos que le planteó el presidente del Consejo Superior de Deportes fue el Proyecto Universo Mujer cuyo objetivo era el fomento y el desarrollo del deporte femenino.

El ministro ha manifestado que “el deporte femenino necesita mayor visibilidad, mayor fomento y aceptación”. “Con esta iniciativa se va a dar mayor profesionalidad al fútbol femenino y se van a potenciar los programas de fomento de deporte base en el que están implicadas las federaciones de Piragüismo, Gimnasia, Triatlón, Natación, Rugby y Bádminton, hoy aquí presentes». Además, ha destacado la importancia del ejemplo de los deportistas, de los que ha explicado “son los referentes para muchos niños. Referentes en esfuerzo, en superación, en compañerismo y en trabajo en equipo”.

El ministro de Educación Cultura y Deporte ha concluido su intervención destacando los numerosos éxitos del deporte femenino y ha valorado positivamente el crecimiento de la práctica deportiva entre las mujeres en los últimos años, añadiendo “España tiene una buena salud deportiva y ahora vamos a demostrarlo. En los Juegos de Río habrá 46 millones de españoles detrás y nos sentiremos muy orgullosos de todas vosotras. Nos alegramos de que este programa mejore el deporte femenino. Ánimo, muchas gracias y mucha suerte”.

Por su parte, Ignacio Galán ha explicado que “para Iberdrola es una tremenda satisfacción colaborar con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para apoyar el deporte femenino en nuestro país. Mediante esta colaboración con el área de Mujer y Deporte del CSD vamos a apoyar a las federaciones nacionales de Fútbol, Gimnasia, Rugby, Triatlón, Natación Piragüismo y Bádminton, que cuentan ya con programas de deporte femenino desde la base y nos gustaría que se incorporaran más en el futuro”, concluyó Galán.

En el acto también han estado presentes el presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, el director general de Deportes del Consejo Superior de Deportes, Óscar Graefenhain, el presidente de La Liga, Javier Tebas, los presidentes de las Federaciones de Piragüismo, Gimnasia, Triatlón, Natación, Rugby y Bádminton, así como un numeroso grupo de destacadas figuras del deporte femenino, como la campeona del mundo de bádminton, Carolina Marín, la capitana de la selección absoluta de waterpolo, Pilar Peña, las gimnastas Ana Pérez y Claudia Heredia, la triatleta Miriam Casillas, las componentes de la selección femenina de Rugby y una amplia representación de deportistas femeninas de distintas federaciones españolas y los presidentes de las Federaciones de Piragüismo, Gimnasia, Triatlón, Natación, Rugby y Bádminton.

Fuente: http://www.mecd.gob.es/prensa-mecd/actualidad/2016/07/20160721-mujer.html

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Insta ONU a apoyar e invertir en las adolescentes

Los líderes políticos y empresariales, así como la sociedad civil deben enfocarse, apoyar e invertir en las adolescentes para proteger sus derechos humanos, instó el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

En el marco del Día Mundial de Población, el alto funcionario de la ONU afirmó que un objetivo fundamental de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es que nadie se quede atrás.

«Si bien se han logrado avances significativos en la reducción de la pobreza y la mejora de las oportunidades y del bienestar para muchas personas en todo el mundo, cientos de millones siguen aguardando desesperadamente la posibilidad de un futuro mejor», dijo.

Agregó que las niñas, en particular las adolescentes en sus años de formación, se encuentran entre las personas a las que se ha prestado menos atención en las iniciativas de desarrollo.

«Cuando las niñas deberían estar estudiando en la escuela y soñando con todo lo que tienen por delante, las trabas sociales y culturales impiden a un número demasiado elevado de ellas hacer realidad sus ambiciones», expuso.

«Mientras las opciones y las oportunidades de los niños tienden a aumentar cuando llegan a la adolescencia, las de las niñas se reducen con demasiada frecuencia. La mitad de las agresiones sexuales en todo el mundo se cometen contra niñas de 15 años o menos. En los países en desarrollo, una de cada tres menores contrae matrimonio antes de cumplir los 18. Además, en comparación con los adolescentes, las adolescentes tienen menos probabilidades de comenzar o acabar la escuela secundaria», agregó.

Por lo tanto, Ban Ki-moon afirmó que corregir estas desigualdades es fundamental para el éxito de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la cual busca lograr, entre otras metas, la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas.

«Insto a todos los gobiernos, las empresas y la sociedad civil a que apoyen a las adolescentes e inviertan en ellas. Todas las personas merecen beneficiarse del crecimiento económico y el progreso social. Trabajemos codo con codo para poder disfrutar de una vida en que haya seguridad, dignidad y oportunidades para todos», enfatizó.

En su mensaje, el Director Ejecutivo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Babatunde Osotimehin dijo: «Cuando [una adolescente] tiene nada que decir en las decisiones sobre su educación, salud, trabajo o estado incluso civil, ella nunca puede alcanzar su máximo potencial o convertirse en una fuerza positiva para la transformación en su hogar, comunidad y nación.»

Explicó que en algunas partes del mundo, una niña que llega a la pubertad es considerada por su familia o comunidad como lista para el matrimonio, el embarazo y el parto. Puede casarse y ser forzada a abandonar la escuela. Sus derechos humanos pueden ser violados.

«[Sin embargo], cuando una adolescente tiene el poder, los medios y la información para tomar sus propias decisiones en la vida, es más probable que pueda superar los obstáculos que se le interponen y alcanzar un futuro saludable y productivo. Esto le beneficiará a ella, su familia y su comunidad», resaltó Osotimehin.

También destacó que invertir en las adolescentes es necesario para proteger su salud, incluyendo su salud sexual y reproductiva, para recibir una educación de calidad y ampliar las oportunidades económicas y tener un trabajo decente.

El Representante del UNFPA subrayó que una adolescente, cuyos derechos son respetados y que sea capaz de alcanzar su máximo potencial, es una persona que puede tener más probabilidad de contribuir al progreso económico y social de su comunidad y nación.

Fuente:http://www.cinu.mx/noticias/la/insta-onu-a-apoyar-e-invertir-/

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