El Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores en el marco del “Día del Trabajo Infantil” celebrado el pasado 12 de junio, pidieron a las autoridades el respeto a la participación en todas la decisiones que les afecten además de pedir al gobierno a favor de la generación de políticas de protección para que sean víctimas de abusos o explotación laboral.
COMUNICADO
Este 12 de Junio la Organización Internacional del Trabajo (OIT) recuerda el “Día contra el trabajo infantil”, fecha instalada por el organismo internacional con el propósito de recordar a los Estados que se han comprometido a erradicar el trabajo infantil. Por ese motivo, desde el MOLACNATs, los Niños, Niñas y Adolescentes trabajadores de América Latina queremos recordar al organismo internacional LA DIGNIDAD de nuestro trabajo en contextos de desigualdad e insuficientes políticas de protección para la infancia, adolescencia y nuestras familias y exigimos el respeto a nuestro derecho a la participación en todas las decisiones que nos afectan, así como el cese de la criminalización, propiciada desde el propio ente internacional con campañas como la del día de hoy.
Reafirmamos, asimismo, que existe una gran diferencia entre el trabajo digno y la explotación y exigimos el fomento, desde los Estados y los organismos internacionales, de trabajos decentes –sobre todo para las personas adultas- y la erradicación de todas las formas de explotación laboral para todas las personas, con especial protección a la infancia y adolescencia.
A la OIT queremos recordarle, una vez más, nuestro derecho a ser escuchados, garantizado en la Convención de los Derechos del Niño y la Niña, y que se encuentra sistemáticamente violentado por parte del organismo internacional. Durante la Cuarta Conferencia de la OIT, realizada en 2017 en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, no tuvimos representación e incluso nos impidieron ingresar al lugar del encuentro. Fue por ello que nos organizamos en un “Gritazo” que nos permitió, pese a todo, hacer escuchar nuestras voces en contra de las políticas de erradicación del trabajo infantil y a favor de la generación de políticas de protección de los niños, niñas y adolescentes trabajadores para que no suframos abusos ni explotación laboral y podamos contribuir al bienestar de nuestras familias y sociedades mientras crecemos con dignidad. Ese gritazo demostró a todo el mundo que nuestro movimiento es fruto de la unidad entre las diversas identidades políticas que emergen en la región, como expresiones colectivas de resistencia y dignidad.
Los niños, niñas y adolescentes trabajadores queremos ser protagonistas de un mundo sin males. Erradiquemos la corrupción de nuestros gobiernos que producen muerte, erradiquemos las guerras, erradiquemos la explotación.
Como Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores – MOLACNNATs hemos decidido enviar esta Carta de Reclamo al Comité de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en Ginebra. Denunciamos que los organizadores de la 4ta. Conferencia sobre Trabajo Infantil, a realizarse en Buenos Aires Argentina del 14 al 16 de Noviembre, particularmente la Organización Internacional del Trabajo (OIT), una vez más violan abiertamente la Convención de los Derechos del Niño, al prohibirnos la participación en dicho evento.
No solo nos negaron la participación a nosotros y nosotras, niñas, niños y adolescentes trabajadores organizados, sino a cualquier persona menor de 18 años.
Seguidamente compartimos la carta integra, en PDF y en formato JPG, para su socialización y en confianza al Comité de Ginebra esperamos una pronta respuesta.
La Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, que garantiza a los menores el acceso a anticonceptivos o que la enseñanza escolar se refiera a temas de preferencia sexual, es constitucional, determinó la segunda sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al reconocer la obligación del Estado de garantizar la salud y la educación sexual de los menores.
Al negar ayer un amparo a una mujer que impugnó la norma con el argumento de que violaba el derecho de los padres a educar a sus hijos, los ministros de la sala apoyaron el proyecto elaborado por Alberto Gelacio Pérez Dayán.
La demanda presentada por Rosario Celine Becerril, madre oriunda de Aguascalientes, argumentaba que la citada ley violaba los derechos de los menores al hacer referencia a la preferencia sexual, además de discriminar a los niños y adolescentes por razón de género y por garantizar indebidamente el acceso a métodos anticonceptivos.
Afirmaba que las disposiciones referidas vulneraban ilegalmente la patria potestad de los padres y generaban un ambiente nocivo en su detrimento, además de que imponían una restricción indebida al ejercicio de la patria potestad, respecto de la intervención de éstos en la educación de sus hijos.
Sin embargo, la sala resolvió que la citada norma no busca imponer una forma de sexualidad a los niños y adolescentes, sino asegurar una educación de calidad, así como establecer acciones afirmativas para los menores que enfrentan situaciones de vulnerabilidad por cuestión de género o por su preferencia sexual.
Respecto al uso de anticonceptivos, señaló que la ley no prevé que sea una imposición para el menor recibir éstos contra su voluntad, menos aún utilizarlos, sino que la norma garantiza el acceso a dichos métodos que el Estado está obligado a proporcionar.
La ley protege el derecho humano a la escala más alto posible de salud física y mental de los menores de edad, tanto lo relativo a toda aquella información que sea esencial para su salud y desarrollo –como es la educación, sensibilización y diálogo en servicios de salud sexual y reproductiva–, como lo relacionado con el acceso a los métodos anticonceptivos y difundir la información necesaria para prevenir y dar conciencia a los menores de edad sobre los daños que puede causar un embarazo prematuro, indicó la sentencia.
América del Norte/México/Octubre de 2016/Fuente: Telesur
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Gobierno de México, a través de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid) inició este viernes la convocatoria de expertos para “El Seminario Internacional hacia una mejor inversión en la infancia”, en el que se evaluará la importancia de invertir en la niñez y la adolescencia.
La actividad prevista para el 24 y 25 de octubre reunirá unos 300 participantes, y también contará con el apoyo de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes.
La finalidad del evento es que todos los niños, niñas y adolecentes tengan derecho a sobrevivir, alimentarse adecuadamente, gozar de buena salud, recibir una educación de calidad y a ser protegidos contra la violencia, el abuso y la explotación.
Los países miembros de las Naciones Unidas (ONU) aprobaron en septiembre de 2015 la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye 17 objetivos de los cuales 11 están relacionadas con las niñas y niños resaltó la Unicef.
El evento espera la presencia de representantes de Gobiernos de Latinoamérica y el Caribe, sociedad civil, organismos internacionales, entre otros sectores de la región.
21 Agosto 2016/Fuente: Unosantafe /Autor: Victoria Rodríguez
La vicepresidencia regional para América latina de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (Omep), Mercedes Mayol Lasalle, estuvo en la ciudad para firmar un convenio con la Municipalidad con el objetivo de elaborar un marco curricular para los jardines de infantes.En su paso por la capital provincial dialogó con Diario UNO y alertó sobre el impacto de la crisis económica en las políticas para la primera infancia y la necesidad de jerarquizar el derecho a la educación de las niñas y niños desde que son bebés.
«Hay una gran embestida para ofrecer formatos que solo contengan cuidado. Esas políticas que apuntan solo al cuidado, sin tener en cuenta los derechos educativos de los niños pequeños, son un riesgo importante para la construcción de la ciudadanía del niño y para la justicia, porque a esos circuitos de solo cuidado van los niños pobres», analizó.
Y continuó: «Entonces, de esa manera, se va marcando una fractura en la atención y la educación de la primera infancia en todo el mundo. Así los pobres van a circuitos pobres en lo educativo y los niños de sectores medios y altos gozan del privilegio de educarse. Y la educación no es un privilegio, es un derecho universal. Entonces para que pueda estar garantizado tiene que haber una gran fortaleza en la política».
—También en los sectores con ingresos económicos medios y altos existe una tendencia que apunta a buscar espacios no institucionalizados para niñas y niños en su primera infancia. ¿Por qué hay tanto miedo a la institucionalización?
—Porque en los 80 y los 90 se promovió, con distintas leyes, una crítica muy fuerte al sistema educativo y que se empezara a enseñar con el modelo de la primaria en el jardín de infantes. Entonces la educación inicial perdió una parte de su identidad que la hacía diferente e importante y, por lo tanto, generaba que los padres quisieran ofrecérsela a sus hijos. Y eso tiene que ver con el valor del juego, con los lenguajes artísticos, la centralidad del niño, su protagonismo, el movimiento y hasta con la magia que tiene el poder estar con otros, el descubrirse, el asombrarse y enamorarse del mundo que es propio de los niños pequeños.
«De todas maneras –agregó–, desde la Omep nosotros pensamos que la educación no es solo la que se da a través de los sistemas escolares formales, sino que el Estado debe garantizar y acompañar la educación que realizan las familias a través de la crianza. Por eso hay muchos países que tienen experiencia muy interesante apoyando la crianza que realizan los padres educándolos para que puedan garantizar que los niños gocen del derecho a la educación».
—¿Qué tiene que tener en cuenta una familia al momento de buscar un jardín de infantes?
—Hay criterios de calidad, como cuidar la cantidad de niños por adulto, que el jardín se abra a la comunidad y que la comunidad se abra al jardín, y que haya un balance y una integralidad en el enfoque. No porque a la maestra le guste música y no plástica se puede excluir esa formación. Tiene que haber un balance en lo que se ofrece a los niños. Los maestros y las instituciones estamos para enriquecer el derecho. O sea, el niño tiene derecho a jugar pero la escuela debe enriquecer ese juego.
Lo mismo ocurre con la música. Todos los niños escuchan algo de música en sus casas, aunque sea por la radio. Pero, si por ejemplo, en un barrio se escucha solo cumbia, que está muy bien, en la escuela hay que mostrarle que hay otros géneros para que el niño pueda elegir en el futuro y en el presente. Así va a poder comparar, valorar, rescatar y apreciar.
Las prioridades
La especialista se refirió también a los desafíos que surgen en el nivel inicial en la Argentina en un contexto de crisis como el que se atraviesa.
«Estamos en un momento difícil porque, desde el punto de vista de la Omep, creemos que hay algunas confusiones vinculadas con la atención de la primera infancia y sus derechos. Se ha vuelto a poner en tensión algo que no debe estarlo: el cuidado y la educación», indicó.
Y detalló: «Hace poco salió un proyecto nacional vinculado a la atención de la primera infancia. Nos parece perfecto pero nunca hay que olvidarse que un derecho no es más importante que otro. Los derechos son interdependientes y cuando no se cumple con uno se anulan todos los demás. Y el derecho a la educación no es cualquiera porque es también una herramienta que habilita para el desarrollo de los demás derechos. Entonces es un error político omitir el componente educativo en los programas y las políticas dirigidas a la primera infancia».
Respecto a las razones por las cuales se hace ese cambio de perspectiva y se omite la educación, marcó: «La verdad es que los proyectos que están ligados solo al cuidado requieren menos gasto público. En cambio los que tienen el componente educativo necesitan personal más especializado y otras cuestiones. De todas maneras, no creo que el problema es que haya una crisis y no haya fondos, sino que es un problema de prioridades. Si realmente queremos un futuro distinto para América latina, la prioridad tiene que estar en lo humano, en hacerse cargo del futuro de los que hemos traído al mundo».
Una carta de derechos para niñas y niños
El jueves Mercedes Mayol Lasalle –vicepresidenta regional para América latina de la Organización Mundial de Educación Preescolar– firmó un convenio con el intendenteJosé Corral para la elaboración, de manera colaborativa, de un marco curricular para los jardines de infantes. Una de las principales características es que, para ello, se consultará a todos los actores sociales involucrados.
Al respecto, Mayol Lasalle remarcó: «Este acuerdo implica tres cosas. La primera es que un currículum es una carta de derechos de los niños, ahí se plasma todo aquello valioso que una comunidad considera que un niño debe aprender y de los que debe apropiarse porque son parte de su cultura. Entonces el currículum debe tener definiciones, respecto a los saberes, que sean ética y epistemológicamente buenos».
Y siguió: «En segundo lugar, los maestros siempre necesitan una herramienta para poder organizar su planificación y su tarea. Hay que tener en cuenta que, en los primeros años de vida, es muy complicada esa planificación porque hay muchas cosas que están naturalizadas y que deben ser repensadas».
Además, como tercer punto, la especialista subrayó el hecho de que esta construcción sea participativa. «Ahí está la enorme riqueza que va a tener este proceso. Porque vamos a trabajar a partir de los saberes de todos los actores involucrados en la educación de los niños de la comunidad santafesina, y eso quiere decir que todos van a tener algo para decir sobre el currículum», manifestó.
Por último marcó que ese proceso «genera un debate sobre la primera infancia, la hace visible y la pone en un lugar de importancia porque involucra a sujetos activos que tienen derecho a la educación desde el momento en que nacen, y aun antes. Ese proceso es muy interesante».
La referente regional de Omep reconoció, en ese sentido, la importancia que tiene el apoyo político del intendente José Corral y su equipo de trabajo; y detalló que el proceso va a llevar un año y medio. «Seguramente va a dar como producto un documento que no será el acabado sino que el currículum va a tener que tener la cualidad de irse transformando en el tiempo», concluyó Mayol Lasalle.
Fuente de la noticia: http://www.unosantafe.com.ar/es-un-error-omitir-el-factor-educativo-las-politicas-la-infancia-n1212243
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VALENCIA. La reciente remodelación en el segundo y tercer escalón del Consell implicó la creación de una nueva dirección general de la Infancia y Adolescencia dentro de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas al frente de la que estará Rosa Molero, psicóloga y logopedacon más de 18 años de experiencia.
Entre sus 26 páginas de currículum destacan calificaciones «cum laude», numerosas publicaciones, estancias en otras universidades de España y su papel como consultora de EMDR, una terapia avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el tratamiento del trauma.
Dentro de la labor que desempeñará, su formación como «experta en orientación y mediación familiar», su papel como especialista europeo en psicoterapia o su desarrollo como mediadora familiar le ayudará a encaminar su trabajo hacia un cambio del modelo de institucionalización del acogimiento del menor. Un término que se ha esquivado, por otra parte, en el nombre del cargo por motivos que a continuación describe.
La directora general de Infancia y Adolescencia recibe a Valencia Plaza para realizar su primera entrevista. Habla con pasión de los retos que tiene esta nueva dirección y, de la misma manera que acostumbra su consellera, no deja pasar la ocasión para distanciarse de las políticas llevadas a cabo en esta materia por el gobierno anterior.
¿Con qué carencias y necesidades se encuentra la Conselleria de Igualdad para crear esta nueva Dirección General de la Infancia y Adolescencia?
Necesidades todas y carencias también. Esta dirección general nace desde la necesidad de darle una entidad propia y visible a la infancia y adolescencia. De hecho, todos los partidos políticos que tienen representación parlamentaria se unen y junto a entidades que trabajan con la infancia como Unicef, Save the Children, Cáritas o Cruz Roja, firman un Pacto en el mes de junio. Este Pacto por la Infancia es un punto de salida de las políticas que tenemos que hacer y es lo que verdaderamente permite darle forma a lo que queremos hacer, aunque el modelo aún tenemos que construirlo.
¿Qué perfil debía tener la persona que ocupara este cargo?
Es una dirección general transversal. Era muy importante tener una perspectiva holística, ponernos unas gafas para mirar con perspectiva y reconocerlo no con los principios, sino con los derechos del interés superior de los niños y las niñas. Era importante tener presente el precepto del niño y adolescente de ser escuchado. Por tanto, esto son dos máximas que debía tener clarísimas la persona que ocupara este cargo. Esta dirección general es de la Infancia y Adolescencia, no es de aquellos niños llamados «menores» que es un término jurídico, pero ni es amable ni es inclusivo.
¿Cuáles son las líneas básicas de esta nueva dirección general?
La infancia es todo y, precisamente por eso, pensamos que quien ostenta este cargo tiene que generar o tener clara una idea, nosotros la llamamos las cuatro P: Promoción, Participación, Prevención y Protección. El antiguo gobierno tenía olvidados los tres primeros ámbitos y solo aplicaba el de la protección. Pero la promoción de los derechos de la infancia y la participación tienen que ser apuestas muy potentes. Queremos promover políticas en este sentido de manera que se potencien espacios y recursos.
Pero sobre todo el bastión más importante es el de la prevención, ya que es la política más adecuada para evitar la protección. Sin embargo, antes se fomentaba la protección dentro de un lenguaje adultocentrista. Un lenguaje del que nosotros queremos huir. Hasta ahora la protección ha sido un espacio para atrapar a los niños. Con la protección lo que se hace es decidir que un niño se debe retirar de su espacio convivencial porque no es el adecuado, pero la administración pública, el antiguo gobierno no tenía los recursos, ni la voluntad, además de no tener implantado el modelo para trabajar con su familia biológica. Trabajar para el retorno. De manera que el niño y la niña quedaba atrapado en el sistema de protección hasta que tenía la mayoría de edad y cuando la tenía, en un acto absolutamente demencial, lo que hacían era echarlo a la calle sin herramientas con las que buscarse la vida.
Queremos hacer unas políticas donde la emancipación y los procesos de fomento de los recursos personales se establezcan especialmente para estos chicos y chicas que están en el sistema de protección y cumplen la mayoría de edad en ella, para que tengan un espacio de tiempo mayor y puedan desarrollar ámbitos que les permitan tener o cumplir los aspectos que te permiten tener un futuro, es decir, la preparación para el trabajo.
¿Podemos entender entonces que habrá acciones conjuntas con Educación, Sanidad y otras consellerias?
Sí. Una de las premisas fundamentales de este gobierno es entender qué es la transversalidad. En particular la vicepresidenta ha liderado y está liderando estos espacios transversales para, entre otras cosas, poder trabajar aspectos muy complejos como son los niños, niñas y adolescentes que tienen problemas de salud mental, dificultades en la escolarización o que necesitan espacios de ocio para facilitar la inclusión e igualdad de oportunidades. Es decir, no es una tarea exclusiva de esta dirección general que quiere fomentar e impulsar todo esto, sino que es una tarea de todos: Educación, Trabajo, Vivienda… La dirección general de la Infancia y Adolescencia es una tarea de todas las consellerias.
El Pacto por la Infancia que comentaba antes se crea tras conocerse el último informe sobre ‘El Estado Mundial de la Infancia’ del Fondo de la ONU, que refleja que en la Comunitat Valenciana hay más de 330.000 niños y niñas en riesgo de exclusión, ¿qué políticas debe poner en marcha esta dirección general para solucionar este problema?
Tenemos dos líneas de trabajo. Por un lado paliar y por otro prevenir. Ya tenemos este problema encima, tenemos algo más de un 37% de niños y niñas en situación de riesgo de exclusión social y tenemos un problema importante también en cuanto a la transmisión intergeneracional del empobrecimiento.
Pero es que estos 330.000 niños necesitan, se merecen, y la sociedad civil -que no solo el gobierno-, tenemos la obligación de paliar estas carencias a través de, por ejemplo, la ley que se va a trabajar y promulgar de renta básica. Es un aspecto que se va a tener muy en cuenta. Yo estoy muy esperanzada con el Pacto por la Infancia porque se reconoce, además del interés superior de los niños y de ser escuchados, la necesidad de incrementar a nivel presupuestario la dotación para este segmento de la población. Necesitábamos un modelo nuevo, pero también necesitamos una economía que nos permita llevar a cabo todo lo que queremos poner en marcha.
¿Con qué expectativas se llega a este nuevo cargo?
Con todas, con estas cuatro P. Pero somos conscientes de que tenemos que empezar por le principio y nuestra tarea es muy compleja porque se basa en construir deconstruyendo lo que ya había implantado. Además, a su vez, tenemos que ilusionar a los profesionales. Es verdad que necesitamos que estén más preparados, requieren de una formación muy específica porque, sobre todo los niños que están en el sistema de protección, son niños muy dañados que necesitan unos trabajos muy particulares. Pero el primer paso y el primer reto para nosotros es organizar. No digo reorganizar porque eso implicaría que había algo organizado y se ha desorganizado, sino que tenemos que organizar desde el principio lo que tenemos, conocerlo y territorializar los recursos.
Por ejemplo, los centros de día para niños y niñas están fundamentalmente en la costa, ¿qué pasa, que el interior no tiene niños con dificultades que necesitarían estos trabajos de prevención? El reto de organizar es fundamental. Hemos tenido durante muchos años una política fragmentadora, contenedora y asistencialista y esto ha hecho mucho daño. Sobre todo porque ha construido una manera de entender que a estos niños había que esconderlos, apartarlos.
¿Cuál es el reto más importante para usted?
Hay un reto que para mí es muy importante quizá por mi formación, porque aparte de psicóloga soy logopeda, y es el de la lengua. Para mí el lenguaje es fundamental. No se llama de infancia y adolescencia por casualidad, hemos huido del término «menor» porque es un término jurídico que no respeta la intimidad, la potencialidad. Siempre hablamos de necesidades y, ¿dónde quedan las potencialidades de los niños y niñas? Este reto del lenguaje permitirá generar un cambio de pensamiento, el pensamiento modificará las actitudes y las actitudes nos pondrán gafas para mirar con perspectiva, como decía antes… Y eso va a ser desde mi punto de vista fundamental.
«NO HAY CULTURA DE LA PREVENCIÓN, PERO LA PROTECCIÓN ESTABA EXTRAEXPLOTADA»
Otro reto es generar un cambio amable, tranquilo. Que no sea amenazante para la gente que está trabajando en los centros, no queremos decir que lo hayan hecho mal, simplemente seguían otro modelo que no es el nuestro ni el que nos gusta. Un modelo que queremos cambiar y que está muy interiorizado. Por eso queremos hacer un cambio respetuoso y que refuerce y trabaje mucho la pedagogía, que relaje la inquietud sobre las diferentes cosas que queremos modificar. Luego tenemos muchos más retos, por ejemplo en el campo de la protección tenemos que cambiar tantísimas cosas…
¿Cuáles?
Tanto la promoción como la participación y prevención son campos que no están explorados. No hay cultura de la prevención, pero la protección estaba extraexplotada. Por ejemplo, en el campo del acogimiento familiar nosotros apostamos por la desinstitucionalización. Queremos pasar del acogimiento residencial, al familiar. Creemos que es la forma más normalizada y natural para que un niño desarrolle de forma óptima sus capacidades.
De hecho, en octubre pondremos en marcha una campaña de desinstitucionalización llamada «Mejor en familia» de niños de 0 a 6 años. No queremos que ningún niño con esa edad esté en ninguna institución. Es verdad que los niños que tenemos institucionalizados tienen unas necesidades, pero estoy segura que hay una sociedad civil ahí fuera que responde a las necesidades que tenemos y no las conoce. Así que haciendo este tipo de campañas, aparte de hacerles conocedores de la situación, conseguiremos encontrarles familias a estos chicos.
Desde enero las familias de acogida no reciben las ayudas. ¿Cuándo podrán recibirlas?
Hay una diferencia importante entre las familias educadoras –que son las familias ajenas– que no tienen consanguinidad con el niño o la niña que tienen y luego las familias extensas. Estas eran las que estaban cobrando un módulo de cuatro euros frente a las familias educadoras que estaban cobrando nueve. Esto no sólo lo hemos paliado, sino que se ha igualado y subido a máximos, todas cobran 12 euros diarios. Es verdad que las familias educadoras, cobran el modulo por todo el año y lo que haremos el año que viene es que cobren por meses, como hacen las familias extensas.
Las familias educadoras han cobrado ya prácticamente todas, a excepción de alguna casuística, pero en principio las familias de urgencia y diagnóstico ya han cobrado todas y las de acogimiento permanente y temporal también. Lo que falta es que cobren las familias extensas. Y este retraso se debe a dos variables: en primer lugar, tuvimos que sacar una orden de base, esto fue un caramelito envenenado que nos dejó el antiguo gobierno y conllevó mucho tiempo. Además como queríamos que fuera un derecho subjetivo, no graciable, tuvimos que convertirlo en un decreto y posteriormente tuvo que salir la orden. Todo eso lo ha retrasado, pero es algo que no se repetirá en 2017. Y otra cosa que ha influido es que todavía hay ayuntamientos que no han firmado un convenio con nosotros.
¿Cree que era necesaria la obligatoriedad de incluir un informe sobre el impacto en la infancia que tienen todos los anteproyectos de ley que aprueba el Consell?
Esto es como todo. La perspectiva de infancia no ha estado nunca presente, ni se la esperaba. Es muy importante desde mi punto de vista que se haga un análisis de todo aquello que salga como norma. De hecho es un precepto legal, la propia legislación te obliga. Pero aunque no obligara, sería ética y moralmente un precepto, porque el interés superior del niño tiene que estar por encima de cualquier otro. Por lo tanto, esto no era algo cuestionable. Era una necesidad.
¿Qué nivel de participación tendrá la dirección general en estos informes?
Nosotros hemos liderado la defensa de este precepto siempre. Lo que hicimos fue introducir un curso con los profesionales que habían creado la guía para Unicef para crear estos indicadores para estudiar cuál era el impacto generado por las normas que se aprobaran y hemos introducido un curso en el Instituto Valenciano de la Administración Pública (IVAP) para que las distintas consellerias puedan prepararse. La idea es que quien genere la norma, genere el informe. Lo que pasa es que evidentemente, desde nuestra conselleria, no solo nos importa, sino que nos gusta liderar algo que es tan necesario. Pero simplemente ofreceremos una orientación.
Respecto a esta transversalidad que comentaba anteriormente, ¿podemos esperar interacción con los servicios municipales?
Sí, para nosotros los servicios de proximidad, el municipalismo es una máxima. Pero tenemos que tener en cuenta que los ayuntamientos han estado muy dejados de la mano, están muy faltos de personal, tienen muchas tareas asignadas y esta transición, por lo tanto, también debe ser muy amable. Y además debe ir acompañada de presupuestos que le permitan precisamente generar los recursos necesarios. Es una apuesta firme desde el primer momento.
¿Qué objetivos se marca a corto y largo plazo?
A medio plazo la reorganización, el cambio de lenguaje y tener claro el modelo. A largo plazo, que la brecha que existe de desigualdad, la inequidad desapareciera. Este es un trabajo de todos, de la dirección general, que la prevención fuera tan potente que no existieran porque no hicieran falta medidas de protección que arranquen a los niños de sus espacios vitales, etc. Pero esto es casi una utopía. No obstante, si invertimos en prevención, tendremos una sociedad mucho más justa y unos adultos –que ahora son niños– con muchas más posibilidades y romperemos la transmisión generacional del empobrecimiento. Esto sería todo un reto.
¿Cree que hay consenso en todos los partidos políticos respecto a la infancia valenciana?
Yo soy muy positiva. Por lo tanto, para mí este Pacto supone, y así se lo recordaré a cada partido que lo haya suscrito, que hay una promesa, un firme compromiso por incrementar los presupuestos para infancia.
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