Por: La Diaria.
En un informe sobre su actuación en el Codicen asegura que es necesario un “cambio sustantivo” en los bachilleratos.
Laura Motta renunció al Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) para sumarse a la campaña de su esposo, el precandidato por el Frente Amplio Daniel Martínez, pero antes de irse presentó un informe sobre su actuación, en el que repasa los avances globales del período y deja planteados cuatro desafíos en materia de educación. El primero, señala, es la mejora de los aprendizajes, al que menciona como “el desafío más importante de la educación”. De todas formas, asegura que la universalización de la educación inicial es un ejemplo “de políticas que tendrán un previsible impacto en los primeros años de escolarización y en los logros educativos de niños y niñas”. También destaca que el avance en programas para “dar coherencia a los procesos de enseñanza de la lectura y la escritura –como el Programa de Lectura y Escritura de la ANEP o la formación de posgrados para maestros en enseñanza de lectura y escritura– tendrá un impacto concreto en el descenso de la repetición en el primer año escolar”, lo que constituye un “fuerte predictor de trayectorias educativas vulnerables”.
El segundo desafío que menciona “es la adecuación de las propuestas educativas de educación media a las nuevas realidades adolescentes”, mediante el trabajo en proyectos, metodologías “que los desafíen y que les permitan la resolución creativa de problemas”. Si bien Motta reconoce que ya existen experiencias de este tipo, asegura que “se dan de forma aislada y en base a impulsos individuales”.
En tercer lugar, considera que la diversificación de las modalidades de cursado y acreditación de enseñanza media es otro reto de los próximos años: “Es necesario un cambio sustantivo en la propuesta actual de los bachilleratos. La realidad exige una adecuación a los requerimientos generales de la sociedad, tanto para una mejor inserción laboral como para garantizar la continuidad educativa. Es necesario también crear trayectorias variadas en las que estudiantes puedan realizar su propio camino, donde experiencias laborales y conocimientos académicos puedan ser parte del mismo”, señala Motta en su informe. Además, considera “indispensable la pronta aprobación de una prueba de acreditación de ciclo básico –similar a la prueba de acreditación de enseñanza primaria–, así como la implementación de un trayecto acelerado para la culminación del bachillerato” pensando en jóvenes y adultos que no terminaron el ciclo educativo. La atención a la diversidad es el cuarto desafío planteado por la hasta ahora consejera de la ANEP. “La atención a las personas en situación de discapacidad debe dar un salto cualitativo”, asegura.
En el informe también enumera algunos de los cambios estructurales en los que considera que se avanzó en este período. Menciona la construcción del presupuesto por proyecto, cambios en la gestión de la información para seguir las trayectorias estudiantiles (lo que resultó en que prácticamente 100% de los niños que egresan de primaria se inscriben en un centro de educación media), la descentralización de las políticas educativas en clave territorial y la construcción de una política curricular (con la aprobación del Marco Curricular de Referencia Nacional y la construcción de las progresiones de aprendizaje de Lenguas y Matemáticas). Por último, Motta destaca la inversión en infraestructura en este período: entre 2015 y 2018 se construyeron 38 edificios nuevos, hubo 291 ampliaciones, 3.333 obras de mantenimiento y se incorporaron 200 aulas móviles, detalla.