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Colombia: Homeschooling. Una educación sin escuelas

América del sur/Colombia/20 Enero 2018/Fuente: El colombiano

Una educación alternativa empieza a implementarse en las familias colombianas. El homeducation o homeschooling es una tendencia que viene especialmente desde Estados Unidos, Australia, Canadá y algunos países europeos como España, en donde se impone un método de enseñanza que se realiza únicamente en casa sin necesidad de ir al colegio.

Gloria Aguirre, licenciada en Educación Básica Primaria de la Universidad de San Buenaventura y especialista en Tecnología e Informática aplicada a la Educación y en Pedagogía Grupal, afirma que en Colombia aún son pocos los casos de familias que desescolarizan completamente a los niños y niñassin embargo esta modalidad sí la utilizan muchos padres para complementar y reforzar algunos temas académicos que, en ocasiones, por falta de tiempo o disponibilidad, los maestros no logran profundizar en sus estudiantes.

“No todos los niños aprenden igual, cada uno tiene un ritmo de trabajo diferente y, a veces, algunos de ellos no logran entender la forma en que el profesor explica en clase. Allí empieza el bajo rendimiento académico y es cuando se hace necesario buscar alternativas en casa para reforzar y nivelar estos vacíos”, explica la docente.

Ahora bien, tomar la decisión de no enviar al niño al colegio y ofrecerle una educación de tiempo completo en casa por parte de los padres o tutores profesionales, va más allá de una intención de refuerzo y exige ciertos requisitos para lograr una formación exitosa.

Erwin Fabián García López, magister en Educación y coordinador del programa Educación sin escuela, investigación-acción de la Universidad Nacional, explica en su libro Un mundo por aprender, que los motivos son diversos: pedagógicos, ideológicos, morales, religiosos, y que corresponden a las necesidades educativas específicas de cada niño. “Las familias que educan en el hogar provienen de todo tipo de orígenes, niveles de formación, poder adquisitivo y creencias. Algunos padres realizan la educación en el hogar desde el inicio. Otros desescolarizan por problemas o dificultades; pero para todos, el factor común es la creencia en que la educación debe responder a un abanico de necesidades, intereses y estilos individuales de cada niño y que los padres, como primeros responsables, deben garantizar a su hijo la mejor educación posible”.

No hay que temerle a la enseñanza en casa, Gloria y Erwin, ambos profesionales y expertos en el tema, aseguran que los beneficios de esta metodología son importantes. Un niño que estudia en su ambiente familiar se convierte en un ser humano autodidacta, autónomo, responsable y más maduro, capaz de investigar y responder por sus obligaciones de manera independiente.

Sin embargo, se debe tener en cuenta no abandonar lo social. “Los niños, por naturaleza tienden a ser sociables, y la parte del juego con sus pares nunca será la misma que tienen con un adulto”, asegura la profesora Gloria. Esto se puede manejar desde la casa. Ana María Reyes, psicóloga clínica, explica que cuando en la familia hay hermanos o primos la socialización se hace permanente. Ella recomienda meterlos en actividades lúdicas como natación, fútbol, actividades artísticas, grupos de danza o de teatro. En todo esto encontrarán niños de las mismas edades y allí se podrá fortalecer la necesidad de socializar.

Los expertos coinciden en que esta modalidad de estudio no es nueva e incluso existe, históricamente, desde antes de que existiera la escuela. Que tanto la escolarización como la educación en casa son opciones de formación válidas, y, si se logra un adecuado proceso en casa, los niños y las niñas también saldrán perfectamente capacitados para iniciar su formación superior, con hábitos y valores adicionales que les permitirán tener éxito en el mundo profesional.

Fuente: http://www.elcolombiano.com/colombia/educacion/homeschooling-educacion-en-casa-XA8020066

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Colombia: En 2017 Medellín tuvo la tasa de deserción escolar más baja de los últimos 5 años

Colombia/27 de Noviembre de 2017/Tele Medellín

Medellín registró la tasa de deserción escolar más baja de los últimos 5 años, resultado que se debe, según la Secretaría de Educación, al trabajo hecho puerta a puerta en los barrios de la ciudad desde 2016.

Para Luis Guillermo Patiño, secretario de Educación de Medellín, lograr una disminución de casi 4 puntos porcentuales en la deserción escolar, al pasar de 3,5 en 2016 a 3,1 en el año que termina, es el resultado de la implementación de programas como ‘El Colegio Cuenta Con Vos‘ que buscó casa por casa, a 1.991 niños que estaban desescolarizados en la ciudad.

Alcaldía de Medellín busca disminuir la tasa de deserción escolar a un 2,8

Estas políticas públicas, ejemplos a nivel nacional y mundial tras el reconocimiento de la Unesco que incluyó a Medellín como una de las 17 ciudades inteligentes del mundo, continuarán en 2018, año para el cual la Administración Municipal tiene como meta disminuir a 2,8 la tasa de deserción escolar.

Los padres de familia y acudientes destacan las estrategias puerta a puerta que desarrolla la Alcaldía para estimular el regreso a las aulas de clase.

Actualmente en Medellín hay 351 mil cupos escolares para primaria y bachillerato en 228 instituciones educativas y las matrículas se extenderán hasta el 14 de diciembre.

Fuente: https://telemedellin.tv/disminuyo-desercion-escolar-en-medellin/230710/

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Argentina: Unión de Trabajadores de la Educación denuncia que cada vez menos chicos tienen acceso a la escuela pública

Argentina/20 de Noviembre de 2017/Filo

La UTE-CTERA apuntó contra el Gobierno porteño por la falta de vacantes para aquellos que quieren ingresar al colegio.

Una nueva disputa se abre entre el Gobierno y la educación: esta vez se trata de la falta de vacantes para los chicos que quieren ingresar a la escuela pública, revelado tras la publicación de los listados de asignación de las plazas disponibles para el ciclo lectivo 2018.

Así lo denunció la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-CTERA) a través de un comunicado publicado en su sitio oficial, en el que aseguraron que el Gobierno porteño «le impide a cada vez más niños ingresar a la educación pública».

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Sin Vacantes
La falta de vacantes, un nuevo problema en la educación pública | Foto: Sitio Oficial UTE

«Miles de familias se enteraron hoy que el Gobierno de la Ciudad volvió a cerrarles en la cara las puertas de la educación pública», disparó el gremio, para luego sostener que la situación se ha tornado más complicada que en 2016, cuando -según números oficiales- hubo 11.432 niñas y niños sin vacante en las escuelas públicas de la Ciudad.

Además, apuntó contra la administración de Horacio Rodríguez Larreta y aseveró que llevan una «política de vaciamiento educativo». «(El Gobierno) decidió dejar de brindar datos e ignorar el pedido de informes que en abril de este año aprobó la Legislatura», aseveró el sindicato.

Este año se sumarían 2.000 chicos a las alarmantes cifras anteriores | Foto: NA

Y agregó: «Con los datos oficiales escondidos, la comunidad educativa se organiza para conseguir vacantes y sistematizar las cifras del vaciamiento».

Por otro lado, destacó que «gracias a la movilización de la comunidad educativa» y el trabajo de familias reunidas en colectivos como «La Vacante es un Derecho» y «Vacantes para Todos», se tiene información de que este año «el problema ha crecido y que, a quienes quedaron fuera de la escuela pública en años anteriores, en 2017 se sumaron alrededor de 2.000 nuevos casos».

«Cuando hablamos de escolarización, puede verse con claridad que el problema es mucho más grave ya que, a la creciente falta de vacantes, hay que sumar a las y los 10.213 niñas y niños que concurren a Centros de Primera Infancia», espacios -advirtió- «no son opciones pedagógicas sino propuestas asistenciales».

Larreta
La UTE-CTERA asegura que Rodríguez Larreta lleva una «política de vaciamiento» | Foto: NA

La conducción de UTE-CTERA añadió que «lejos de trabajar en la búsqueda de una solución a la desescolarización de alrededor de 23.000 niñas y niños, el GCBA sigue sin respetar la Constitución de la Ciudad, que establece la responsabilidad del Estado de garantizarles el acceso a la educación pública» y remarcó que «por el contrario, el gobierno de Rodríguez Larreta reduce año tras año el porcentaje del presupuesto destinado a Educación».

«El crecimiento de la falta de vacantes no es producto de ninguna casualidad. La desinversión y la falta de política educativa, la situación económica cada vez más compleja y el aumento en las cuotas de los jardines privados son elementos que aportan a la construcción de una verdadera tormenta perfecta en la que las más perjudicadas son las familias que eligieron sin suerte la escuela pública», concluyó el sindicato conducido por Eduardo López.

 Fuente: https://www.filo.news/actualidad/Union-de-Trabajadores-de-la-Educacion-denuncia-que-cada-vez-menos-chicos-tienen-acceso-a-la-escuela-publica-20171118-0010.html

 

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Entrevista a Adriana Puiggrós: “El mercado de la educación va hacia la desescolarización”

Argentina/05 octubre 2017/Fuente: Página12 

A partir de la figura de Sarmiento y los debates aún vigentes en torno de sus ideas, Puiggrós analiza los cambios del sistema educativo y sus principales actores. Advierte sobre el avance de la mercantilización de la educación en el país y sus consecuencias sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje.

–¿Cuál es la actualidad de la disputa por la interpretación de Sarmiento? Su figura es reivindicada tanto por quienes defienden la educación pública como por sectores reaccionarios…

–Sarmiento es aún un significante fuerte de diversos problemas no resueltos de la sociedad argentina. En el propio Sarmiento había un conflicto que él nunca resolvió entre, por un lado, su mirada racista sobre la población americana y los inmigrantes del sur de Europa, y por otro lado, su idea de la educación común. A fines del siglo XIX, Sarmiento asume una defensa muy fuerte de la educación pública, obligatoria y gratuita, del papel principal del Estado, y de otro objetivo en el que fracasa, que es el de la educación laica –porque la Ley 1420, pese al mito instalado, no incluía a la educación laica, al contrario, habilitaba la enseñanza religiosa en el espacio escolar–. Por todo eso, Sarmiento se convierte en un símbolo de la educación pública argentina, de la educación para todos. Pero ¿qué pasa cuando asume como ministro de Educación Esteban Bullrich, se fotografía con la imagen de Sarmiento y habla de reivindicar su figura? ¿De cuál Sarmiento habla? Lo respondió el mismo Bullrich poco tiempo después, cuando dijo que hacía falta emprender una nueva campaña del desierto. Al Sarmiento que quieren reivindicar no es al que abre ideas y que piensa en modernizar la cultura argentina, sino al que simboliza la negatividad de la sociedad argentina. Por eso, cuando hoy se apela a su figura desde posturas decididamente discriminadoras, racistas respecto a los grupos aborígenes, desde posturas que buscan la desarticulación de la educación pública, tenemos que plantarnos y no dejar que le digan good bye a Sarmiento, y sí rescatar al Sarmiento de la educación pública y popular.

–Ese “adiós a Sarmiento” va asociado, según describe en el libro, a la creciente incidencia del neoliberalismo en el campo educativo: ¿cómo lo caracteriza?

–¿Qué diferencias observa entre ese proceso neoliberal de los 90 y la actualidad?

–Hoy en el campo de la educación están entrando directamente las corporaciones. Por ejemplo, el Gobierno de la Ciudad hizo un convenio con la Fundación Cimientos –que preside un miembro de la familia Blaquier, del Ingenio Ledesma–, que va a tener mucha vinculación con la nueva secundaria que están promoviendo. En Corrientes, hace muy poco, el Ministerio de Educación inauguró en una escuela secundaria las actividades de Gems, la organización de Sunny Varkey. Hay muchísimas fundaciones operando en el campo de la educación: con la máscara de la filantropía no sólo buscan evasión impositiva, sino fundamentalmente hacer negocios. Muchas están desde hace años, no es que llegaron a la Argentina cuando asumió Macri. Ahí nos cabe hacer una autocrítica a quienes participamos de los gobiernos kirchneristas, no alcanzamos a advertir el peligro que estas corporaciones implicaban para la educación pública. Tampoco nos imaginábamos que un nuevo gobierno iba a convocar expresamente a las empresas privadas, sobre todo a las internacionales, a invertir en la educación argentina. El modelo que están introduciendo es el de la internacionalización.

–¿Qué consecuencias tiene la inclusión de la educación entre los servicios comerciales?

– Desde fines de los 90 la OCDE viene exigiendo a los Estados miembros no pongan ningún tipo de barrera, ni nacional ni internacional, a la libre compra–venta de educación. Con lo cual, el concepto de educación pública queda destruido. Pero no es sólo un problema para la educación pública, sino también para la educación privada tradicional. Si vemos las modalidades hacia las cuales avanza el mercado libre de la educación, son modalidades que tienden a ser desescolarizadas. En lugar de educadores tienen líderes, animadores: las fundaciones los forman en pocos meses y después los ofrecen para “mejorar la calidad de la educación”. En algunos distritos del conurbano ya están en las escuelas. De esa manera, muestran que puede haber un educador que no es docente, que es contratado como monotributista y con un sueldo muy inferior. El gobierno bonaerense está haciendo un trabajo de convencimiento sobre las autoridades del sistema educativo para que permitan el ingreso de las fundaciones en las escuelas. Este es uno de los dos grandes reguladores del mercado: mostrar que se pueden bajar los salarios docentes, que se los puede contratar libremente, que la capacitación docente la puede hacer cualquier empresa privada, como de hecho ya se empezó a tercerizar. Además de que hace año y medio que el Gobierno no cumple con los acuerdos paritarios respecto de la formación docente. De los programas de postítulo sacaron los contenidos latinoamericanistas, están modificando los contenidos de derechos humanos y de educación sexual integral…

–¿Cuál sería el otro “regulador” del mercado?

–El más fuerte es la evaluación. Los pedagogos decimos que nos expropiaron la evaluación. La Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, México, los grandes sistemas educativos latinoamericanos siempre incluyeron a la evaluación, es una tradición latinoamericana, pero como parte del proceso de enseñanza–aprendizaje. Ahora nos acusan de que no hay evaluación, y establecen que para hacerla es necesaria una evaluación externa internacional… Más allá de si un test como el PISA es bueno o malo, es preciso saber quién lo hace: es la empresa Pearson Education, un desprendimiento de la gran editorial Pearson, la que era dueña el diario conservador inglés The Financial Times. Este test producido por Pearson Education fue adoptado por la OCDE para aplicarlo en muchos países y Argentina paga para usarlo. La evaluación es el rubro más redituable en el comercio de la educación. Y el comercio de la educación está entre los cinco primeros rubros del comercio internacional. Ahí vemos un cambio enorme entre la idea liberal democrática de la educación pública, luego tomada y modificada por el nacionalismo popular, y la idea neoliberal que empieza como un control de los sistemas educativos para producir endeudamiento y después se va deslizando hacia un gran mercado libre. Y ahí hay un paso más, que es el de la desescolarización, que daña a la escuela como institución. En ese sentido digo que hay que reivindicar a Sarmiento. Lo central de estas experiencias desescolarizantes que se están multiplicando en todo el mundo es demostrar que no hace falta la institución escolar, que no hace falta compartir nada en la educación, que la educación puede ser individual y por vía de medios de comunicación.

–La idea de que la escuela es solo un instrumento de transmisión de conocimiento, dejando de lado su rol como espacio de socialización y construcción de una comunidad.

–Claro, porque lo que se saca o reduce es el aspecto humano, el docente, los compañeros de clase… En el momento en que la educación –pública o privada– se convierte en otro espacio del mercado desaparecen todos los elementos sociales y políticos del proceso educativo, desaparece la idea pedagógica de que la transmisión de la cultura a las nuevas generaciones implica un proceso de enseñanza–aprendizaje que enriquece a la cultura, desaparece esa vinculación fuerte entre educación y democracia.

–¿Hay alguna diferencia en la incidencia de la mercantilización entre los distintos niveles educativos?

–Creo que el proceso empezó por el nivel inicial y por la educación superior. En el nivel inicial porque todavía falta bastante para completar la obligatoriedad. Y en la educación superior ya hace tiempo que hay grandes iniciativas globales de comercialización. Un lugar central por donde entran las corporaciones en las universidades es el gran negocio de la tecnología. Por ejemplo, tenemos a Microsoft o a Google poniendo aulas informáticas en nuestras universidades públicas. Esto también está vinculado a normativas que vienen de los 90, que son disciplinadoras de docentes e investigadores, y obligan a la utilización de determinados equipos y tecnologías. Otra cuestión es que se volvió natural que las cuentas sueldo de las universidades públicas las manejen los grandes bancos. Salvo honrosas excepciones, como la Universidad de La Plata, a la que los bancos le ofrecieron planes de becas a cambio de manejar los sueldos, pero la universidad resolvió que los maneje el Banco Nación.

–¿Qué cambios en las subjetividades de la comunidad educativa se vinculan, y de alguna manera hacen posible, a la mercantilización?

–Creo que este es un punto central, hay cambios importantísimos en las subjetividades. Nuestros discursos, los de mi generación, creo que están fuera del imaginario y del universo de lenguaje de las generaciones más jóvenes, que piensan el mundo de otra manera. Y no es sólo la tecnología lo que cambió, cambiaron muchas más cosas. Hay una desarticulación de la cultura moderna que nos exige un esfuerzo intelectual al conjunto de los sectores que aspiramos a una sociedad más digna y democrática. Una categoría que usamos mucho, como la de inclusión, es un buen ejemplo del tipo de concepto que hay que deconstruir y problematizar. En general, el nacionalismo popular incluye, pero hoy lo que necesitamos es una inclusión que sea desarticuladora de la alienación de las nuevas subjetividades, una inclusión que pueda aportar al imaginario de esas nuevas subjetividades la idea de emancipación. La idea de emancipación quedó borrada, reprimida, y hoy necesitamos que emerja, pero de un modo distinto a como la pensábamos hace algunas décadas.

–¿Cómo fue cambiando, en el contexto de estos procesos, el lugar de los docentes?

–Cuando se dictan las leyes fundantes del sistema educativo argentino, en la década de 1880, se produce un pasaje entre quienes eran los legítimos transmisores del saber desde la época de la colonia y los primeros años de la independencia, básicamente los sacerdotes, a una figura que es un civil y que comienza siendo “un apóstol del saber”, alguien que conserva algo del orden religioso. De alguna manera, el discurso religioso pasa a ser moral. Pero un siglo después, hacia 1973, cuando se termina de constituir la más sólida organización gremial de los docentes –me refiero a Ctera–, se termina de asumir también la figura del docente como trabajador de la educación, y esto es bastante insoportable para algunos sectores conservadores –y también liberales– de la sociedad. El docente ya no es el depositario de la sagrada palabra de esos sectores. Ese lugar del docente como trabajador es especialmente molesto para el avance de las empresas sobre la educación. El docente resulta un obstáculo porque tiene palabra propia. Y no quiero decir que los docentes argentinos antes habían repetido siempre lo que decían los sectores conservadores, no es así, hubo otras corrientes de pensamiento, pero el perfil dominante, la figura instalada en el imaginario social era la del apóstol. Cuando se abandona esa figura, tenemos un docente con opinión que, además, lucha por sus derechos.

–¿Cómo interpreta, en ese sentido, la tensión entre el actual gobierno y los gremios docentes, expresada por ejemplo en la negativa oficial a convocar la paritaria nacional, en el llamado a “voluntarios” para suplir a los docentes en huelga, o en el rechazo a pensar la desaparición de Santiago Maldonado en el sistema educativo?

–La reacción oficial frente a la iniciativa de los maestros de llevar a las escuelas la discusión del caso Maldonado desnuda el carácter prejuicioso de quienes están en el Gobierno, y su desconocimiento de la escuela y de los docentes. Los principales funcionarios de este Gobierno se han formado en un circuito de escuelas primarias y secundarias de elite, universidades privadas en Argentina y posgrados en universidades privadas de Estados Unidos. Por eso desconocen cómo funciona la escuela pública. Desconocen, por ejemplo, que los derechos humanos se enseñan desde la época de Alfonsín. Es elemental, es una obligación que en ese espacio se piense el caso Maldonado, así como es una obligación de toda la sociedad preguntar ¿dónde está Santiago Maldonado? Y, por otro lado, creo que en particular entre los funcionarios de Educación hay también falta de formación para trabajar con jóvenes y adolescentes. Solamente con leer algo de bibliografía del siglo XX se debería entender que a los adolescentes no hay que provocarlos: en escuelas de la Ciudad de Buenos Aires donde no había centro de estudiantes ahora hay, a raíz del rechazo que provocó la propuesta inconsulta de la nueva escuela secundaria.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/66454-el-mercado-de-la-educacion-va-hacia-la-desescolarizacion

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Un mundo sin escuelas

16 de agosto de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Luz Amparo Martínez

Tecnologías para un mundo sin escuelas.

Leí recientemente en un periódico argentino una entrevista a Mariano Narodowski, exministro de Educación de Buenos Aires, acerca de una publicación suya Un mundo sin adultos. Familia, escuela y medios frente a la desaparición de la autoridad de los mayores, en la que plantea cómo las relaciones están cambiando entre adultos y jóvenes y eso a su vez está modificando la lógica de las escuelas y del mundo en general.

Afirma Narodowski que el valor de ser adulto ya no existe porque el concepto de autoridad cambió; la experiencia ya no vale, vale lo nuevo, se buscan expertos-sin experiencia, porque probablemente la experiencia está asociada a algo que ya no existe y los adultos en general no tienen la flexibilidad para adaptarse al cambio, y en ese sentido el mayor riesgo de un adulto es su obsolescencia.

¿Qué pasa entonces en la escuela, lugar donde esos dos grupos generacionales se encuentran? ¿Cómo se puede educar en ese contexto?

Un nuevo contexto que además busca niños y jóvenes críticos, creativos, transformadores, originales, que se hagan preguntas e interroguen al profesor;  así que, el adulto maestro tiene cada vez menos legitimidad, porque además ya no cuenta con la obediencia como un valor. Nos guste o no, la concepción de crianza y en general de educación ya no está basada en la obediencia sino en la participación crítica, argumentada.

Hay ejemplos concretos en el mundo que se están desarrollando como es el caso de Nueva Zelanda donde la Ministra de Educación planteó la posibilidad de cursar desde la primera infancia hasta la educación media, on-line; es quizás la noticia más innovadora de la educación porque se trata de plantear la desescolarización como una política de Estado, y marcará sin lugar a dudas un cambio global que se va a ir dando con el tiempo.

Entonces se plantea el autor ¿Cómo pueden los adultos orientar a las nuevas generaciones? Dice Narodowski que la única forma de educar es configurando asimetrías; esto podría significar que la escuela debe convertirse en un lugar que no disuelva las asimetrías sino que las vuelva motor de trabajo y las ponga en diálogo y relación con las otras formas de relación (igualdad, diferencia, autonomía) entre estudiantes y maestros. “Hace 50 años un maestro era legítimo por ser adulto: hoy debe salir a ganar su legitimidad en cada hora de clase”.

Pero las reflexiones de Narodowski van más allá, se pregunta ¿Por qué las escuelas pueden mejorar pero no se modifican?, ¿por qué tienen esos límites a la innovación? Para pensar en estos asuntos creó el proyecto Panshofía que se dedica a desarrollar tecnologías para un mundo sin escuelas, para un mundo donde las escuelas sean superadas por otras instancias, tecnologías de interacción social e intergeneracional, intenta responder a cómo se educa en un mundo sin adultos.

Muestra ejemplos concretos que existen en el mundo como es el caso de Nueva Zelanda donde la Ministra de Educación planteó la posibilidad de cursar desde la primera infancia hasta la educación media, on-line; es quizás la noticia más innovadora de la educación porque se trata de plantear la desescolarización como una política de Estado, y marcará sin lugar a dudas un cambio global que se va a ir dando con el tiempo.

Sin duda nos encaminamos hacia grandes transformaciones en los sistemas educativos.

Termino con esta reflexión de Narodowski “Vivimos un tiempo en el que los adultos queremos parecer jóvenes y los más chicos no quieren crecer. Un tiempo de cambios tan vertiginosos que hacen que temamos ser obsoletos, inservibles. Un tiempo en el que hacerse viejo no tiene perdón”.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/articulos-informativos/un-mundo-sin-escuelas

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Bangladesh: Why so many children out of school?

Asia/Bangladesh/thedailystar.net

Resumen: en Bangladesh hay unos 10 millones de niños, adolescentes y jóvenes que no asisten a la escuela, como lo revela un nuevo documento de política de la Unesco. Algunas de las razones mencionadas en el documento en cuanto al por qué de la deserción estaban relacionadas con sus condiciones de vida, limitaciones financieras y adversidades sociales.

It is disheartening to note that there are about 10 million out-of-school children, adolescents and youths in Bangladesh, as revealed by a new Unesco policy paper. Some of the reasons mentioned in the paper as to why that is the case were related to their living conditions, financial constraints and social adversities.

Data from the study shows that approximately 7.1 million youths and 2 million adolescents in the country are not attending school. Despite the progress that has been made in the education sector over the years, the statistics clearly show that there is still room for much improvement, as Bangladesh right now has the fifth highest number of out-of-school adolescents and the third largest number of out-of-school youths in the world, only ahead of India and Pakistan.

Other studies have shown, meanwhile, that education has both direct and indirect impacts on economic growth and poverty reduction. One of Unesco’s own report suggests that with only minor improvements in the education sector, the world poverty rate could be reduced quite drastically. Thus, education is obviously a worthwhile investment. So what are the steps that the government is taking to address this shortfall? What programmes does it plan on introducing to plug the lacuna?

These are questions that the authorities should seriously consider. Moreover, the authorities should also come up with concrete plans to address the shortfalls in the sector and try to bring all youths and adolescents under the umbrella of having a decent education.

Fuente: http://www.thedailystar.net/editorial/why-so-many-children-out-school-1427326

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En los 10 países con mayores índices de desescolarización, un 40% de los niños carece de acceso a una educación básica

Nueva York / 07 de septiembre de 2016 / Fuente: http://www.unicef.org/

Según ha revelado hoy UNICEF, en los 10 países con mayores índices de desescolarización en educación primaria, al menos dos de cada cinco niños (un total de 18 millones) no van a la escuela.

En Liberia se encuentra el mayor porcentaje de niños sin escolarizar, con casi dos terceras partes de niños en edad de recibir educación primaria que no van a la escuela. El segundo país de la lista es Sudán del Sur, donde el 59% de los niños se está quedando sin el derecho a una educación primaria y donde una de cada tres escuelas ha cerrado sus puertas por el conflicto.

Afganistán (46%), Sudán (45%), el Níger (38%) y Nigeria (34%) también se encuentran entre los 10 países con mayores índices de desescolarización en educación primaria, lo que demuestra con claridad que las emergencias humanitarias y las largas crisis están obligando a los niños a abandonar la escuela.

El análisis de datos de UNICEF, publicado al tiempo que millones de niños regresan a la escuela este mes, destaca el alcance de una crisis en la educación que afecta a países ya deteriorados por conflictos, largos periodos de sequías, terremotos y altas tasas de pobreza extrema.

UNICEF teme que sin educación, toda una generación de niños de los países afectados por el conflicto, los desastres naturales y la pobreza extrema crezcan sin las destrezas necesarias para colaborar con sus países y sus economías, empeorando así la situación desesperada en la que ya se encuentran millones de niños y sus familias.

De los llamamientos humanitarios, la educación sigue siendo el sector con menos financiación. En 2015, las agencias humanitarias recibieron tan solo el 31% de sus necesidades de financiación para este sector, muy por debajo del 66% de hace una década. A pesar del aumento del 126% en los requisitos educativos desde 2005, la financiación se incrementó en solo un 4%. Además, los sistemas educativos preparados para resistir crisis prolongadas no se pueden construir sobre la base de unos llamamientos a corto plazo e imprevisibles.

Durante la Cumbre Humanitaria Mundial, celebrada en mayo de 2016, se lanzó la nueva plataforma mundial “La educación no puede esperar” (Education Cannot Wait) con la intención de crear un puente entre las intervenciones humanitarias durante las crisis y el desarrollo posterior a largo plazo mediante una financiación predecible.

Aunque no se encuentra entre los 10 países con los mayores índices de desescolarización infantil, Siria acoge a 2,1 millones de niños en edad escolar (de entre cinco y 17 años) que no van a la escuela, al igual que otros 600.000 niños sirios que viven refugiados en la región adyacente.

Los datos más recientes y fiables sobre países como Somalia y Libia no se encuentran disponibles ni en fuentes administrativas ni en otras procedentes de encuestas, lo cual se debe, en parte, a los conflictos existentes.

“Para los países afectados por un conflicto, la escuela prepara a los niños con los conocimientos y las destrezas que necesitarán para reconstruir sus comunidades cuando se acabe esta crisis. A corto plazo, les proporciona una estabilidad y un orden que les ayudan a sobrellevar el trauma. Además, las escuelas también protegen a los niños de los peligros físicos y traumáticos que los rodean. Cuando un niño no va a la escuela, aumenta el peligro de que sufra abusos y explotación o de que lo recluten en grupos armados”, aseguró Jo Bourne, Jefe de Educación de UNICEF.

Fuente noticia: http://www.unicef.org/spanish/media/media_92700.html

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