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El crecimiento del hambre en el mundo y contradictorias políticas de las Naciones Unidas

25 septiembre 2017/Fuente: Actuall

Según un reciente informe de la FAO sobre el hambre, seis de cada diez personas que padecen hambruna en el mundo viven en países en conflicto. El cambio climático es otro factor de alto riesgo.

Acaba de publicarse un informe de la FAO -Institución de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en el Mundo- y otras organizaciones internacionales sobre el estado del hambre en el mundo a finales de 2016 [1]. El informe señala que si bien en el momento actual se producen suficientes alimentos para abastecer a toda la humanidad existen núcleos importantes de población que sufren una tremenda desnutrición.

En el informe se señala que había 815 millones de personas crónicamente desnutridas a finales de 2016, aproximadamente el 11% de la población mundial, con una especial incidencia en el África subsahariana, Sudán del Sur, Yemen, Somalia y el Norte de Nigeria, y también en el sudeste y oeste de Asia. Esto supone una marcha atrás respecto a la tendencia de reducción del hambre en el mundo que se venía registrando en los últimos años, que de 900 millones de personas desnutridas a principio de siglo se había reducido a 777 en 2015.

Tal como se refleja entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, uno de los mayores desafíos con los que se enfrenta el mundo es cómo asegurar que una población mundial en crecimiento –con una previsión de cerca de 10.000 millones de personas en el 2050– disponga de suficiente alimento para satisfacer las necesidades nutricionales de todos. Para alcanzar ese objetivo, según previsiones de la FAO, sería necesaria una producción de alimentos un 50 por ciento superior a la actual a nivel mundial.

Gran parte del reciente incremento de la falta de alimentos puede atribuirse a un aumento de la inseguridad ciudadana

En su análisis el informe señala que gran parte del reciente incremento de la falta de alimentos puede atribuirse a un aumento de la inseguridad ciudadana debida a la mayor cantidad de conflictos bélicos, a menudo exacerbada por incidencias relacionadas con el cambio climático. Si bien es cierto que ambas causas pueden dificultar el acceso y la producción de alimentos, sin duda no son los únicos factores a tener en cuenta.

Habría que preguntarse si, aun concediéndoles la importancia que tienen, se está haciendo lo suficiente por parte de los países más desarrollados por solucionar el problema del hambre en el mundo. Es decir, si las políticas de los países ricos son suficientes y sí las Naciones Unidas, que tan eficazmente se implica en otras causas, está impulsando las medidas necesarias con relación al hambre en los países subdesarrollados… Parece evidente que no. Pero vayamos por partes.

Sobre el cambio climático

Respecto al problema del cambio climático, que es una realidad que se viene denunciando desde hace varias décadas ¿se ha hecho algo mínimamente suficiente? A juzgar por los lamentables efectos crecientes del deshielo de los polos, las inundaciones, las sequías, la desertificación, las alteraciones meteorológicas por el desequilibrio atmosférico, etc., se siguen manteniendo dudas sobre qué hacer y quienes más podrían hacerlo miran hacia otro lado.

Muchas conferencias y declaraciones pero los principales países implicados en la emisión de gases contaminantes causantes del calentamiento global, con Estados Unidos y China a la cabeza, han hecho poco caso al problema, y lo poco que se había avanzado tras la celebración en París de la XXI Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático -COP21-, ha sido desestimado en cuanto han cambiado las circunstancias políticas.

Es muy significativo de la despreocupación galopante de los países ricos por los menos afortunados la indiferencia por los estragos causados por el huracán Irma en Cuba y el despliegue mediático y las noticias sobre sus efectos, significativamente mucho menores, en el opulento estado de Florida.

Dar soluciones al cambio climático basadas en una gestión adecuada de los recursos naturales y de la industria

En un artículo anterior publicado en Actuall analizamos el problema y dijimos que aún estamos a tiempo para dar soluciones al cambio climático basadas en una gestión adecuada de los recursos naturales y de la industria. La recuperación del medio ambiente proporcionaría comida y agua potable para todos y beneficios para la salud humana.

Es cierto que el uso sostenible de la biodiversidad y de los recursos genéticos tiene una especial incidencia en las poblaciones más vulnerables. Se trata de una obligación moral y un ejercicio de solidaridad intergeneracional, como con tanta insistencia reclama el papa Francisco, especialmente en su carta encíclica ‘Laudato si’.

La creciente presión de los conflictos

El segundo factor al que se achaca el aumento de la hambruna en los países africanos y asiáticos que la padecen es el incremento de los conflictos. Según el informe, seis de cada diez personas que padecen hambre en el mundo viven en países en conflicto. Si bien es cierto que existe un vínculo entre la paz y la seguridad alimentaria, como aducen los responsables de la FAO y restantes instituciones responsables del informe, habría que formular la misma pregunta que con el cambio climático ¿se está haciendo algo mínimamente suficiente?

Qué duda cabe que las emigraciones en masa, con el abandono de las pequeñas granjas o campos de cultivo, solo pueden conducir a aumentar el problema del abastecimiento de alimentos a la población. Por poner un ejemplo, la ofensiva militar contra Boko Haram, que mantiene un conflicto en el Norte de Nigeria, ha determinado que cerca de dos millones de personas se desplacen de sus campos de cultivo y de sus pequeñas granjas, y que pierdan los recursos que los alimentaban, sin ningún tipo de esperanza de encontrar un asentamiento similar u oportunidades sociales que les provean nuevos recursos alimenticios.

Lo grave es además que de la tragedia humanitaria que esto supone los países desarrollados ni la conocen ni la valoran, y aun menos se implican en darle solución, no mediante una intervención militar, sino con políticas de fomento de la paz o con inversiones para ayudar al desarrollo y la capacidad de prosperar de los países más pobres y vulnerables, o con políticas comerciales justas y adecuadas que permitan una mejor distribución de los alimentos en el mundo.

Lo que se está haciendo en las políticas de producción y distribución  de los alimentos es insuficiente

Si bien es cierto, como señala el informe, que la seguridad alimentaria requiere un enfoque global, está claro que lo que se está haciendo en las políticas de producción y distribución  de los alimentos es insuficiente. Probablemente, si analizáramos comparativamente la eficacia de lo logrado por las Naciones Unidas, sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, suscritos por 195 países en 2015, podríamos sacar algunas conclusiones.

Los objetivos eran los siguientes: fin de la pobreza; hambre cero; salud y bienestar; educación de calidad; igualdad de género; agua limpia y saneamiento; energía asequible y no contaminante; trabajo creciente y crecimiento económico; industria, innovación e infraestructuras; reducción de las desigualdades; ciudades y comunidades sostenibles; producción y consumo sostenibles; acción por el clima; conservar la vida submarina; conservar los ecosistemas terrestres; paz, justicia e instituciones sólidas; y alianzas para lograr los objetivos. Todo muy necesario, aunque si analizamos objetivo por objetivo, ni todos son de equivalente importancia para el bienestar de la humanidad, ni las Naciones Unidas se ha volcado con la misma intensidad en  todos ellos, ni tampoco se han valorado lo suficiente sus límites y sus consecuencias.

Por poner un ejemplo, mientras aumenta el hambre y la inseguridad alimentaria, se estimulan políticas pro-aborto y de deconstrucción de la familia, con una rapidez y una eficacia extraordinarias. En muchos países, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, y en España es evidente, se ha operado una eficacísima labor de “ingeniería social” que en nada va a beneficiar a nuestras futuras generaciones.

El VI “Congreso Mundial de las Familias”, que se celebró en Madrid en julio de 2012 aprobó un Manifiesto final, la “Declaración de Madrid” [2], en la que se denunciaban los ataques a la vida de los no nacidos y a la familia, que se están produciendo de la mano de las ideologías del estatismo, el individualismo atomista y la revolución sexual.

“La familia natural es la unión de un hombre y una mujer a través del matrimonio”

En esta declaración se afirma que: “El aborto, la eutanasia y todas las formas de manipulación de los seres humanos en estado embrionario o fetal… son ataques contra la vida humana”, y que “la familia natural es la unión de un hombre y una mujer a través del matrimonio creado con el fin de compartir el amor y la alegría, engendrar niños, proveer su educación moral, construir una economía doméstica, ofrecer seguridad en tiempos de crisis y unir a las generaciones…”.

Si traemos este ejemplo a colación es para reforzar algo que en el informe de la FAO se intuye como importante a tener en cuenta… que todos los objetivos que se desean para aumentar el bienestar de la humanidad pueden ser necesarios, pero que su aplicación debe hacerse de forma equilibrada y procurando no alterar o degradar aquello que supone nuestra mayor riqueza, como en este caso lo son el reconocimiento de la dignidad de todos los seres humanos, el derecho a la vida de los no nacidos y la defensa de la familia, una institución natural patrimonio de la humanidad.

[1] FAO, IFAD, UNICEF, WFP and WHO. 2017.  The State of Food Security and Nutrition in the World 2017. Building resilience for peace and food security. Rome, FAO.

[2] Declaración final del VI Congreso Mundial de las Familias. 27 de Mayo de 2012. Madrid.

Fuente: https://www.actuall.com/criterio/democracia/el-crecimiento-del-hambre-en-el-mundo-y-contradictorias-politicas-de-las-naciones-unidas/

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México: Calidad educativa y desigualdad social.

Por: Mario Torres López. Revolución 3.0. 15/09/2017

 Un punto nodal en la propuesta de la Reforma Educativa, es el que se refiere a la educación con equidad, 50 millones de mexicanos en condiciones de pobreza y más del 90 por ciento de la riqueza nacional concentrada en 20 familias, seguramente nos acercan al principio de equidad, echando por tierra la tesis de que no se puede garantizar la calidad y la equidad educativa si no hay equidad social, en el México perfecto de nuestros gobernantes resulta un eufemismo decir que si no se garantiza el ejercicio pleno de los derechos sociales como la educación, la seguridad social, el trabajo digno, el bienestar familiar y un salario justo, capaz de satisfacer lo anterior -más la cultura, la recreación y el deporte- no podremos hacer cuentas alegres del deber ser de la educación .

¿Cómo puede haber educación de calidad con bajos ingresos, tanto de los padres como de los docentes? Las becas y otros programas compensatorios no son la solución a la desigualdad social, sino un obstáculo en sí, pues obliga a los estudiantes a creer que han nacido para vivir de la caridad gubernamental y de programas evasores de impuestos de la iniciativa privada.

En condiciones de desigualdad social, no puede pensarse realmente en igualdad educativa; así sea como referencia de un ideario político o con fines propagandísticos. Además, no podemos olvidar que a las carencias alimenticias se suman las carencias escolares, las deficiencias administrativas y la ausencia de recursos académicos para fortalecer la formación integral de los estudiantes.

De esto no son culpables los docentes, aunque sí en mayor medida los burócratas de la educación y las manifiestas anomalías en las políticas públicas del sistema gubernamental.

Así pues, si en la aparente reconversión actual del discurso reformador de la educación pública, los tiempos de realización se han alargado para un futuro muy muy lejano, quedando rebasado el tiempo electoral, sería bueno que se empezaran a dar pasos lentos en un proceso dialógico entre las partes implicadas.

Sabemos que la catástrofe educativa es multidireccional; pongamos, entonces, en práctica nuestra capacidad diagnóstica, crítica y propositiva para marchar todos en la misma dirección. Para esto, se hace necesario reconocer la existencia de la diversidad de opiniones, de criterios de interpretación de los hechos sociales y de intereses económicos y políticos. De igual manera, aun cuando sabemos que en la interacción entre educación y poder, la primera está subordinada al segundo, es nuestra obligación encontrar las mejores condiciones para el reconocimiento y la interacción entre iguales y diferentes.

La cultura de la otredad implica el reconocimiento de lo múltiple, de la intersubjetividad y de las dinámicas grupales en un contexto de multiculturalidad histórica.

De esto saben más los especialistas en investigación en ciencias sociales, los docentes de todos los niveles y los pedagogos, que los burócratas y los expertos en imagen pública; no podemos ignorar que en manos de estos últimos, en México, más que en ningún otro país, el dinero destinado a la educación tiende a convertirse en basura y en bonos para el fomento a la corrupción gubernamental.

De hecho, aunque muchos mexicanos tenemos la impresión de que los resultados gubernamentales con que envuelven los programas sociales se miden por la cantidad de dinero que invierten ¡En Publicidad!, nos queda claro también que no podemos solucionar los problemas académicos y educativos al reducirlos a problemas netamente administrativos.

El reto, para todas las partes, es ganar en credibilidad, respeto y confianza para emprender acciones conjuntas teniendo por delante el bien común. Sin utopía no hay futuro.

Fuente: michoacantrespuntocero.com/calidad-educativa-y-desigualdad-social/

Fotografía: Revolución 3.0

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Africa: Why Africa needs a science synthesis centre to tackle complex problems

África/Agosto del 2017/Noticias/https://theconversation.com

Scientific research often requires sophisticated equipment like radio telescopes or laboratories. This infrastructure is essential for scientific discovery. But another form of infrastructure is now essential too: synthesis centres. These specialise in bringing together experts across academic fields and geographies.

Today researchers must address complex problems that cut across disciplines, countries and socioeconomic divides. Climate change, infectious diseases, biodiversity loss and poverty are all problems that cannot be solved by any individual research discipline.

To address this challenge, synthesis centres offer something rare. They dedicate resources, time and space for highly diverse teams of researchers from multiple disciplines, institutions and locations to immerse themselves in a complex problem. These teams meet often and bring together diverse knowledge and datasets. Synthesis teams are a powerful way to accelerate scientific discovery and connect these insights to action.

For example, a synthesis team from academia, business and government applied lessons on how shared resources like fisheries and forests cope with change. They used this knowledge to make recommendations to the United Nations on regulating antibiotic use to prevent antibiotic resistance harming people.

A synthesis centre in Africa would massively improve the ability of researchers to understand complex problems like this. This understanding is essential for countries and communities to successfully manage the impact of people on the environment. And the impact of changing environments on people. There would be advantages to setting up the first centre in South Africa given its record in putting together multidisciplinary teams.

A global gap in synthesis centres

Funding agencies have recognised the strengths and cost effectiveness of synthesis teams for tackling complex social and environmental problems. There are more than a dozen centres internationally. But not one in Africa.

There are also very low numbers of African scholars at international centres. African participants make up 2% of the approximately 2700 members of the synthesis teams funded by the National Socio-Environmental Synthesis Center in the US. The result is that valuable African perspectives and research priorities are often overlooked.

Another weakness is that existing centres focus almost exclusively on natural sciences. Only one, the National Socio-Environmental Synthesis Center, includes social scientists. No centre regularly includes humanities scholars in research teams. Yet many of the problems being investigated ultimately affect people.

For example, a synthesis team of public health scientists and marine biologists recently forecast that, due to a decline in fish catches, up to 1.4 billion people – many of them in Africa – won’t be getting enough essential nutrients for healthy pregnancies and childhood development.

What South Africa can offer

South Africa is a massively biodiverse country with rich data sets to test links among environmental, social and economic conditions. The country also has a history of success in acting on socio-environmental research.

One example is the Working for Water programme which was started in 1995 by then Minister of Water Affairs Kader Asmal. Ecologists used historical data to show that invasive trees were reducing water yields from rivers. Since then more than a million hectares of invasive plants have been cleared under the programme. And jobs have been created for 20 000 people (52% of them women. The initiative has been recognised globally as an outstanding example of conservation and socioeconomic development.

But combining research teams, data and policymakers to achieve social and environmental wins in South Africa is often a one-off project – or left to chance. And is frequently restricted in scope by traditional research settings where experts work in silos. A synthesis centre would change this by convening interdisciplinary teams regularly. This would achieve a diverse and sustained research impact.

A synthesis centre in Africa would broaden participation by African scholars and would enable global socio-environmental challenges to be looked at from an African perspective. It should include humanities scholars, as well as rich local and indigenous knowledge on human and environment interactions. In doing this it would be world leading and generate multiple novel insights.

South Africa’s location and history would shift research questions towards issues of concern in the Global South. For example, a South African synthesis centre should link environmental change to economic inequality and social justice. This would boost existing networks established under the umbrella of BRICS and South-Southcollaborations.

Synthesis centres may not be as tangible as radio telescopes. But their discoveries have the power to improve both the environment and people’s lives.

Fuente: https://theconversation.com/why-africa-needs-a-science-synthesis-centre-to-tackle-complex-problems-81846

Imagen: https://lh3.googleusercontent.com/w9NPm8rcFKXV_MRED_CoDSH_rD6sqPKvtcw_wCFiBqlrhFgWrYWkC8lUXpwSgKiGCcxBhg=s85

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Fuera de sistema de enseñanza mayoría de menores jornaleros mexicanos

América del norte/México/05 Agosto 2017/Fuente: Prensa Latina

 Apenas el 15 por ciento de los casi 350 mil menores jornaleros agrícolas mexicanos asiste hoy a la escuela, advirtió la consejera del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, Sylvia Schmelkes.
La experta dijo que si siguen sin atenderse las necesidades educativas de niños y adolescentes indígenas y jornaleros continuará reproduciéndose la desigualdad social en el sistema de enseñanza.

Se corre el riesgo, advirtió Schmelkes en entrevista con el diario La Jornada, de que ‘los invisibles sigan siendo invisibles o que adquieran visibilidad de otra manera, de forma conflictiva’.

Alertó que el presupuesto asignado para ese sector poblacional ha disminuido, mientras se presentan dificultades para la formación de maestros.

Por su parte, Guadalupe Mendoza, especialista del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana, afirmó que al agrupar a los niños indígenas y jornaleros agrícolas migrantes como grupos vulnerables también hay un proceso que borra las especificidades de la formación educativa.

Consideró que las condiciones para garantizar la verdadera inclusión de los 7,3 millones de niños y adolescentes indígenas ‘no están dadas ni se están construyendo’.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=105395&SEO=fuera-de-sistema-de-ensenanza-mayoria-de-menores-jornaleros-mexicanos
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Entrevista al profesor Italiano Michele Boldrin:“La desigualdad deriva de la innovación”

Por: elpais.com/Tiziana Trotta/28-07-2017

En una de las escenas iniciales de la película 2001, Una odisea en el espacio, un simio levanta un hueso y lo usa para golpear a otro. En el momento en el que entiende que puede utilizarlo como una herramienta, se coloca en una situación de ventaja. «Esta innovación inmediatamente crea desigualdad, porque hace que uno sea más fuerte que el otro», explica el economista Michele Boldrin.

El docente italiano, 61 años, profesor del Departamento de Economía en la Washington University de St. Louis (EE UU), visitó Madrid a finales de junio para participar en un foro organizado por la Fundación Ramón Areces y Centro de Estudios Monetarios y Financieros y hablar de una «hipótesis que da miedo sobre desigualdad».

Pregunta. ¿Por qué esta hipótesis da miedo?

Respuesta. La desigualdad deriva de la innovación. Y como no hay crecimiento sin innovación, la desigualdad es un efecto secundario del crecimiento económico. Cada cosa que inventas tiene tendencia a aventajar a algunas personas y sustituir a otras, las convierte en menos útiles desde el punto de vista social. Una vez empezado el juego, ya no hay vuelta atrás. Tú inventas algo que convierte a mis habilidades en inútiles. Si tengo la capacidad cognitiva y legal para imitarte, puedo recuperar, haciendo lo mismo y volviendo a ser útil.

Este mecanismo ha sido continuo a lo largo de la historia, pero hoy en día cada innovación origina una perturbación muy fuerte, con un impacto social mayor, así como los costes de reajuste. Todos somos capaces de imitar al mono que levanta el hueso. Copiar el software de búsqueda de Google, en cambio, es muy complicado. Cada innovación determina a un ganador –el que la realiza–, cuántas personas pueden imitarla y quién puede ser sustituido. Cada vez se eliminan sectores más amplios de la población, con más conocimientos. Dentro de algunos años, por ejemplo, los coches sin conductor ya estarán ampliamente presentes en el mercado. En EE UU, al menos unos 8 millones de personas trabajan conduciendo algún tipo de vehículo. Al cabo de poco tiempo, serán inútiles del punto de vista económico. La educación algo puede cambiar, pero la rapidez con la que se destruye empleo es mucho mayor frente a la velocidad para volver a formar al capital humano.

La imitación de innovación reduce la desigualdad y permite a los que habían sido excluidos del mercado de volver a recuperar su papel, aunque sea con un producto de peor calidad. Hay un factor tecnológico según el cual Google, por ejemplo, mantiene una posición de dominio: funciona mejor que los demás. Pero también hay un factor legal. La propiedad intelectual protege al que llega primero e impide al que intenta imitarlo que pueda competir. Estos mecanismos son cruciales en la generación de desigualdad y contribuyen a generar superriquezas, de manera mucho más rápida, con menos riesgos y menos inversiones en comparación con el pasado. Este fenómeno, sin embargo, se puede atacar a través de la política.

P. ¿Existen vías de escape?

R. Hasta ahora hemos logrado seguir adelante. Hay distintas medidas que pueden tomarse para paliar el problema. En primer lugar, reestructurar los sistemas educativos para que sean capaces de formar a estudiantes mentalmente flexibles. La cultura clásica en este mundo se ha convertido en un lujo. Leer a Horacio es algo muy bonito, pero para pocos. Puedo saberlo todo sobre Isabel la Católica, pero esto no me permitirá sobrevivir. Antes de hablar a un niño de seis años de las glorias pasadas de Egipto, tengo que enseñarle a entender el mundo que le rodea. Una vez que haya logrado su hueco en la sociedad, entonces sí que puede dedicarse a leer a Ovidio. No puede perder el tiempo en el que el cerebro está más activo, entre los 14 y los 19 años, a declinar rosa/rosae. Es algo criminal. No eres útil a la sociedad si lo sabes todo sobre el De Bello Gallico, no sabes producir nada que los demás puedan usar.

P. En su último libro, Against intellectual monopoly, critica la existencia de monopolios. ¿Por qué cree que el actual sistema no funciona, en especial en el caso de la industria farmacéutica?

R. Hay que abolir los monopolios. Punto. El caso de las farmacéuticas solo es un ejemplo, un dramático monopolio creado por el sistema de regulación del sector. La investigación se ha convertido en excesivamente cara y complicada. Pedir a las industrias farmacéuticas que sean las benefactoras en África y que regalen sus productos es una estupidez, porque nadie pide a Ferrari que haga muchas copias de sus coches y las distribuya.

Hay enfermedades difíciles de curar y otras, quizás más simples, pero raras, es decir, que la investigación sería cara y los potenciales beneficiarios, muy pocos. Los ancianos también representan un problema en Europa. Son un colectivo muy amplio con poder adquisitivo y las industrias farmacéuticas producen lo que ellos quieren. Su interés es vivir muchos años y su consumo del servicio nacional de salud se dispara, a costa de todos los contribuyentes.

Las farmacéuticas, en este contexto, pueden jugar con las patentes para mantener una situación de monopolio sobre algunos medicamentos, obteniendo enormes beneficios en algunos mercados, como el estadounidense. Eliminando las patentes, se solucionaría en parte este problema.

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Entrevista: Adela Cortina. “Hay que cultivar una ética que induzca a no dañar al otro”

La catedrática de Ética Adela Cortina ha participado en el ciclo ‘Encuentros de ética, humanismo y ciencia’ para conversar sobre las diferentes fobias sociales.

Una entrevista de E. Iribarren Fotografía de: J. M. Martínez.

La filósofa y catedrática de Ética Adela Cortina ha participado en Donostia el pasado jueves en el ciclo Encuentros de ética, humanismo y ciencia junto a Miguel Angel Von Wichmann, médico adjunto del Servicio de Enfermedades Infecciosas del OSI Donostialdea. La conversación de ambos giró en torno a un asunto de plena actualidad que obliga a los poderes públicos y a la sociedad en su conjunto a estar permanentemente alerta: las fobias sociales y los discursos del odio. Uno de los grupos más vulnerables a sufrir en sus carnes las expresiones de odio, tanto verbales como físicas, son los pobres, una condición a la que Cortina ha dedicado su último libro Aporafobia, el rechazo al pobre: un desafío para la democracia. Galardonada con innumerables premios y distinciones, Cortina es especialista desde el punto de vista de la ética y la filosofía de asuntos como ciudadanía, democracia o cosmopolitismo.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de fobia social?

-Al rechazo que sufren grupos sociales vulnerables por parte de quienes se sienten superiores a ellos.

¿Por qué surgen en la sociedad este tipo de expresiones? ¿Es algo espontáneo o inducido? Y si es inducido, ¿qué factores desencadenan este tipo de conductas?

-Hay tendencias biológicas hacia las fobias, pero se cultivan socialmente. El cerebro humano es muy plástico y se pueden potenciar unas tendencias u otras.

¿Hay colectivos especialmente proclives a sufrir delitos de odio? ¿Comparten alguna característica para sufrir este tipo de ataques contra su dignidad o es aleatorio?

-Los colectivos proclives a sufrir estas agresiones son los que se encuentran más desamparados en cada uno de los lugares sociales. Pueden ser los económicamente pobres, los mendigos, las personas sin hogar, pero también los que pertenecen a razas o etnias minoritarias, a la religión que no profesa la mayoría, a la orientación sexual que no se tiene por normal.

¿El Código Penal protege específicamente a algún grupo o colectivo, o cualquier colectivo es susceptible de sufrir un delito de odio?

-Cualquier colectivo que no cuenta con apoyo social puede sufrir el daño, y el Derecho cada vez se está ocupando más de castigar y prevenir estos delitos desde el Derecho Penal, el Administrativo y el Antidiscriminatorio.

No hace ni 70 años de la destrucción de los judíos europeos, el ejemplo más acabado de adónde conduce el discurso del odio. Y sin embargo, aquí seguimos a vueltas con ello. ¿Es innato al ser humano?

-Las fobias existen, y una de ellas es el antisemitismo, que sigue presente en muchos países. Pero existen otras fobias como la misoginia, la aporofobia, que es el rechazo al pobre, la islamofobia o la cristianofobia. Percatarse de que existen es esencial para combatirlas.

La reiteración de los delitos demuestra que el castigo no es suficiente. ¿Qué más se puede hacer desde los poderes públicos para proteger a los colectivos o sensibilizar a la ciudadanía para prevenir estas conductas?

-Educar en valores éticos como el respeto activo a todas las personas, porque todas tienen dignidad, y no un simple precio.

¿Dónde acaba la libertad de expresión y empieza el delito de odio? ¿Es posible establecer una línea?

-Es imposible trazar una línea. Por eso, el Derecho ha de buscar criterios para intentar detectar cuándo hay delito, pero no basta. Cultivar una ética que induzca a no dañar es la clave.

¿Internet ha venido para multiplicar los delitos de odio y las expresiones de fobia social? ¿Es su aparente anonimato una fuente para multiplicar este tipo de conductas?

-Sin duda. Precisamente por eso es necesario tomar medidas jurídicas preventivas y punitivas, y sobre todo formar personas que manejen las redes con responsabilidad, intentando no dañar.

Si en foros y chats no hay delito de odio, desde luego hay odio a raudales. ¿Cree que este tipo de expresiones están en aumento o ahora somos más sensibles a detectar los delitos de odio?

-Somos más sensibles a detectarlos, porque hay una conciencia moral social de que esos discursos dañan por sí mismos y por las consecuencias que conllevan. Pero también están en aumento porque hay más medios para difundirlos.

¿Cree que la clase política es consciente del efecto que sus discursos pueden tener para alimentar las fobias sociales?

-No existe “la clase política”. Existen políticos con nombres y apellidos. Algunos están encantados de alimentar algunas fobias sociales; otros, no.

¿Ve semillas de odio en la política del Estado o por ahora es una frontera que no se ha cruzado?

-No, no las veo.

¿Por los tuits y comentarios que ha hecho públicos desde que es presidente, se podría juzgar a Donald Trump por delito de odio?

-Un juez debería contestar a esa pregunta. Yo puedo decir que sus discursos contra los mexicanos son discursos de odio.

¿Y los medios? ¿Cuál es su responsabilidad?

-Muchísima. Deberían dar noticia de esos discursos lo indispensable para atender al derecho de información, pero no darles más publicidad, que es precisamente lo que desean quienes los pronuncian.

¿Qué opina de las caricaturas de la revista ‘Charlie Hebdó’?

-Que la revista es libre de publicarlas, pero yo no lo hubiera hecho, porque es mejor no dañar la sensibilidad.

¿Y del autobús homófobo? ¿Compartió la decisión de detener su recorrido?

-Siempre que se detuviera también el otro autobús, que dañaba a personas concretas sin más.

Hay quien se queja del lenguaje políticamente correcto, como si tuviera que existir el derecho a la ofensa. ¿Somos tolerantes con reírse a costa de herir a terceros?

-La cuestión no es tanto de tolerancia con quien se ríe hiriendo a terceros, sino de fomentar el respeto a los demás.

Acaba de publicar el libro ‘Aporafobia, el rechazo al pobre: un desafío para la democracia’. ¿En qué sentido es un desafío para la democracia?

-Porque la aporafobia causa exclusión y una democracia hoy debe ser incluyente. Nadie puede quedar fuera, menos aún los vulnerables.

¿Por qué nos causan rechazo los pobres?

-Esto es justamente lo que se cuenta en el libro, así como las propuestas para superar ese rechazo.

Tras la crisis, en Europa ha aumentado, si no la pobreza, sí la desigualdad y, desde luego, la precariedad. ¿Pone en riesgo el proyecto de la Unión Europea?

-Por supuesto. Porque atenta contra los valores que son el núcleo de la Unión.

A lomos del discurso neoliberal y el adelgazamiento del estado de bienestar, comienza a deslizarse la idea de que el pobre es dueño de su suerte. ¿Qué puede hacer el pobre para escapar a su situación?

-Exigir lo que por derecho le corresponde.

En Euskadi hay un fuerte debate a cuenta de las ayudas a los colectivos más desfavorecidos, ayudas que se plasman en una Renta de Garantía de Ingresos, que tiene la virtud de mantener a flote a sus perceptores y evitar el aumento de la pobreza. ¿Qué opina de este tipo de recursos?

-Que son un mínimo de justicia en una sociedad que valora a las personas.

Fuente de la Entrevista:

http://www.deia.com/2017/06/11/sociedad/euskadi/hay-que-cultivar-una-etica-que-induzca-a-no-danar-al-otro

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La pobreza infantil persiste en los países ricos

Por: Agencia EFE

Uno de cada cinco niños en países ricos vive en pobreza relativa, y una media de uno de cada ocho sufren inseguridad alimentaria, según el último informe publicado el 15 de junio por la Oficina de Investigación de Unicef (Innocenti).

El documento, “Creando el futuro: Niños y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG) en países ricos”, es el primero en evaluar la situación de los infantes en 41 naciones de ingresos elevados con respecto a nueve de estas metas, las más importantes para el bienestar de los menores.

Se trata de las metas para poner fin a la pobreza, acabar con el hambre, garantizar una vida sana y promover el bienestar, una educación de calidad, la promoción de trabajo decente y crecimiento económico sostenible, reducir las desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles, una producción y un consumo responsable y paz, justicia e instituciones fuertes.

Una persona sufre pobreza relativa cuando vive en una familia cuyas ganancias son inferiores al 60 por ciento del ingreso medio nacional.

Los países que de media mejores resultados obtienen en todos los objetivos son, por ese orden, Noruega, Alemania, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Islandia, Suiza, Corea del Sur, Eslovenia, Holanda, Irlanda, Japón, Reino Unido y Luxemburgo.

Les siguen Austria y en décimo sexto lugar España, que recibe las mejores notas en materia de salud (tercer puesto) y la peor en materia de trabajo y crecimiento económico (posición 36).

En España el 30.5 por ciento de los niños viven en pobreza relativa, la sexta tasa más elevada del ránking, y el 31 por ciento en pobreza multidimensional, que identifica múltiples carencias a nivel de los hogares y las personas en los ámbitos de la salud, la educación y el nivel de vida, según el informe.

No obstante, los beneficios sociales reducen la pobreza por ingresos en un 22 por ciento, lo que sitúa a España en el vigésimo octavo puesto bajo el objetivo de poner fin a la pobreza.

En cuanto a esta meta hay grandes disparidades, dado que en Dinamarca, Islandia y Noruega uno de cada 10 niños viven en pobreza relativa, mientras que en Israel y Rumanía son uno de cada tres.

Los países que peor se posicionan en el ránking general son Chile, el último en la clasificación, Bulgaria, Rumanía, México, EEUU, Turquía, Israel, Nueva Zelanda, Lituania, Hungría, Grecia, Eslovaquia y Malta.

En la parte media se encuentran, detrás de Austria y España, Estonia, Portugal, Francia, la República Checa, Australia, Croacia, Polonia, Italia, Canadá, Bélgica, Chipre y Letonia.

“Los países ricos están aún lejos de conseguir los SDG más relevantes para los niños. Si tuviera que dar notas a los países ninguno sacaría la mejor”, señaló el jefe de la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas de Innocenti, José Cuesta.

Entre las buenas noticias destacan mejoras en la educación infantil o la reducción de la mortalidad neonatal, pero en el lado negativo se encuentran “brecha sustanciales” en la reducción de la pobreza de los niños, una desigualdad creciente, una obesidad mayor y una salud mental peor, explicó.

Según el informe de Unicef, el índice de obesidad entre los niños de 11 a 15 años y el porcentaje de adolescentes que informan de dos o más problemas de salud mental por semana “está aumentando en la mayoría de los países”.

La especialista en Políticas Sociales de Innocenti, Yekaterina Chzhen, recalcó también que “ningún país rinde bien en todos los objetivos”, porque incluso el mejor posicionado, Noruega, solo consigue una nota media en “producción y un consumo responsable” y “paz, justicia e instituciones fuertes”, o lo que es lo mismo, el objetivo de la violencia.

Los países que se encuentran en la cola, no obstante, obtienen resultados malos en casi todos los objetivos y se observa que aquellos con más desigualdad tienden a rendir peor en los aspectos de pobreza, nutrición, salud y educación, explicó.

La experta destacó, además, la fuerte variación en la inseguridad alimentaria de niños en países ricos, ya que en EEUU y el Reino Unido, por ejemplo, uno de cada cinco niños sufren esta lacra, en tanto que en México y Turquía son uno de cada tres.

Fuente: http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/article156690169.html

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