Page 1 of 6
1 2 3 6

Discriminación, hostilidad y racismo: el día a día de migrantes en Tijuana, México. Estudio

La discriminación basada en documentos, hostilidad y racismo fueron una parte inexorable de la vida diaria de los migrantes durante la pandemia en Tijuana, ciudad mexicana fronteriza con Estados Unidos, que se ha convertido en una puerta para las personas que buscan refugio y asilo. Esta es una de las revelaciones de un estudio realizado por Espacio Migrante y Haitian Bridge Alliance con apoyo de Refugees International durante 2020 y mediados de 2021.

Luego de hacer una encuesta con 335 migrantes, sobre todo a centroamericanos, haitianos y africanos, determinaron que la población migrante en Tijuana, sobre todo las personas negras y no hispanohablantes, han enfrentado una mayor barrera institucional para tener acceso a documentos que les permitan trabajar, pagar un alojamiento y disfrutar de servicios públicos.

Mantente informado con los temas más relevantes de política, economía, comunidad latina y salud. Suscríbete aquí a nuestros newsletters.

“El aumento de la hostilidad hacia los migrantes sigue la línea de tiempo de la militarización de la aplicación de la ley de inmigración en México y las leyes de inmigración durante la administración Trump, políticas que obligaron a más migrantes a permanecer en las ciudades fronterizas, a menudo en condiciones de mayor precariedad, vulnerabilidad y mayor visibilidad”, dice el informe It’s very hard to have rights.

Documentación. El estudio señala que la población migrante que está en Tijuana carece de documentos para poder trabajar y conseguir alojamiento. Entre los indocumentados, que en su mayoría son africanos y haitianos, solo recibieron visas de tránsito para viajar al Norte y ya han expirado.

  • Hay haitianos que iniciaron un proceso de refugiados con la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) en Chiapas y recibieron visas humanitarias. Pero mientras esperan la adjudicación como refugiados, no han podido renovar sus tarjetas humanitarias en Tijuana.
  • Para los haitianos también renovar documentos cada año es un proceso que genera estrés y ansiedad. Algunos se sintieron abrumados por la difícil, si no imposible, tarea de obtener documentos oficiales de Haití y tener que pagar tarifas cada vez que renovaron sus tarjetas. También describieron sus interacciones con el personal del Instituto Nacional de Migración (INM) como confusas, debido a la falta de información disponible en su idioma.

Racismo. Desde 2019 ha habido un cambio en la percepción de los migrantes negros, debido a las políticas fronterizas que llevaron a que se quedaran mucho más tiempo en las ciudades fronterizas, afirma el estudio. “Los inmigrantes negros han llegado a ser percibidos como degradantes o contaminantes de la ciudad y como objetivos fáciles de que no recibirán protección de la policía”, explica.

  • Como ejemplo, señala que en una conversación con un grupo focal descubrieron que algunos mexicanos hacen uso de palabras como “masisi” en haitiano o “mayate” en español (ambas palabras se refieren al termino “maricón”) como insultos a migrantes negros. “Tales comentarios sobre el género, la sexualidad y la extranjería de los hombres negros se utilizan claramente para disminuir a los hombres negros frente a las normas mexicanas de masculinidad, y este caso ilustra la interconexión de varias formas de discriminación y estereotipos”, agrega el estudio.

Y la pandemia… El confinamiento que derivó la primera oleada de casos de covid-19 en todo el mundo también afectó de forma especial a los migrantes.

  • Empleo: De menos del 10% de los migrantes haitianos y africanos que estaban empleados durante el apogeo de la pandemia, 73% trabajaba en el mercado laboral formal y, por lo tanto, estaban empleados en empresas e industrias consideradas esenciales. Del 22 por ciento de los centroamericanos con un empleo remunerado durante la cuarentena, casi la mitad (47%) trabajaba de forma independiente o “fuera de los libros”. Muy pocos migrantes encuestados podían trabajar desde casa: africanos (11%), haitianos (19% y centroamericanos (9%).
  • Alojamiento: 97% de los africanos, 96% de los haitianos y 97% de los latinoamericanos y centroamericanos dijeron que la pandemia les había dificultado cubrir sus gastos de vivienda. El alquiler es una preocupación central en parte porque la mayoría de los migrantes encuestados vive en el centro, donde tienen más fácil acceso a la frontera y al transporte, pero donde los alquileres tienden a ser más altos.
  • Un dato del estudio es que los africanos no suelen quedarse en refugios, algunos por motivos religiosos, por lo que carecen de acceso a importantes redes de intercambio de recursos e información de las que disfrutan los haitianos y latinoamericanos que permanecen en albergues. A raíz de esta información, el informe sugiere que los trabajos para apoyar a los migrantes deben ir debe ir más allá de los albergues; de lo contrario, los africanos permanecerán invisibles y quedarán excluidos.
  • Acceso a la salud: Muchos migrantes y solicitantes de asilo en Tijuana, especialmente si eran negros o no hablaban español, no podían acceder a la atención médica necesaria. Las mujeres negras, especialmente si están embarazadas, sufren un absoluto desprecio por sus necesidades.

Recomendaciones. Espacio Migrante y Haitian Bridge Alliance enfatizan cinco demandas generales de los funcionarios e instituciones mexicanas:

  • Cumplir las “sólidas, pero rutinariamente ignoradas” leyes de derechos humanos del país y que trabajen juntos para desarrollar mecanismos para que los migrantes accedan a derechos
  • Normalizar la disponibilidad de información en los idiomas de los grupos de migrantes como práctica gubernamental y entre las organizaciones de la sociedad civil
  • Los gobiernos federales, estatales y municipales, junto con las organizaciones de la sociedad civil, incluyan el origen nacional como métrica para evaluar el acceso a los servicios y los datos de salud, educación y empleo
  • Capacitación en normas de derechos humanos, antirracismo y competencia cultural a los profesionales que trabajan en organizaciones de la sociedad civil, gobierno local, servicios de inmigración y refugiados, atención médica y educación.

Fuente: https://eltiempolatino.com/news/2021/dec/29/discriminacion-hostilidad-y-racismo-el-dia-a-dia-de-migrantes-en-tijuana/

Comparte este contenido:

Leonardo Tello Imaina: El impacto de la crisis en la educación indígena de la Amazonía

La crisis económica por la pandemia profundizó aún más las brechas en las comunidades indígenas de Loreto. Las familias debieron comprar celulares para que los niños estudien, pero no todos accedieron al programa estatal Aprendo en Casa. “Antes de la pandemia el sistema educativo ya era desigual e injusto con los pueblos indígenas. Es urgente que las autoridades promuevan una mejor educación”, dice en esta columna el periodista kukama.

La educación en la región Loreto es de muy baja calidad. Antes de la pandemia los medios de comunicación de Nauta denunciaron que los docentes no acudían a sus puestos de trabajo y que las escuelas estaban desatendidas por las autoridades. Con la crisis sanitaria por la Covid-19 el problema se agudizó.

Cuando el gobierno decretó el estado de emergencia durante la primera ola, muchas comunidades indígenas quedaron desatendidas por el Estado. Faltaban los alimentos y las medicinas también escaseaban en los puestos de salud. Las comunidades afectadas por la contaminación petrolera fueron las que más sufrieron en el contexto de la emergencia sanitaria.

Los primeros bonos otorgados por el gobierno, como ayuda para paliar la crisis económica, causaron desorden en las comunidades. Los niños indígenas necesitaban alimentarse y sus padres también debían pensar en cómo adquirir medicinas para sus enfermos. Y de pronto comenzó el programa “Aprendo en casa”. Sin mucha información, los padres tuvieron que comprar celulares para que sus hijos se conecten a las clases virtuales.

Algunas familias pudieron adquirir esos equipos en la ciudad de Nauta, ubicada a dos horas por carretera o doce por río desde la capital de la región. Pero no eran las únicas necesidades. También les hacía falta comprar un galón de gasolina diario en la ciudad para los generadores eléctricos. Solo así los niños podían seguir las clases. Eran pocos los estudiantes indígenas que accedían a clases mediante ese programa estatal.

ANTES DE LA PANDEMIA EL SISTEMA EDUCATIVO YA ERA DESIGUAL E INJUSTO CON LOS PUEBLOS INDÍGENAS».

En las ciudades amazónicas, donde la mayor parte de la población es indígena, las madres y los padres de familia se han convertido en docentes de sus hijos. Los profesores solo se dedican a enviarles tareas con poca orientación y pautas para su desarrollo. Las tablets, que llegaron al final de la segunda ola de la pandemia, vienen construyendo una generación de estudiantes alejados de la realidad. Los convierten en posibles víctimas de acoso sexual o trata de personas, como ocurrió con dos niñas de Nauta y Cuninico (distrito de Urarinas), que en agosto fueron captadas mediantes las redes sociales por personas mayores.

Si antes de la pandemia el sistema educativo era desigual e injusto con los pueblos indígenas, con la crisis sanitaria esas brechas se hicieron aún más profundas. Los recursos económicos, insuficientes desde antes de la pandemia, terminaron en manos de funcionarios que se aprovecharon de la situación y agravaron la vida de las poblaciones indígenas.

Es el caso de Ladislao, un niño de 5 años, que vive en la junta vecinal “El Mirador” de Nauta. El pequeño tiene una muela que no lo deja dormir. Además, no puede atender las clases debido a que sus padres  —que trabajan vendiendo golosinas en las calles de Nauta— no han podido comprarle un celular. No tienen dinero para los analgésicos. El Sistema Integral de Salud (SIS) no lo atiende todavía. Llora cogiéndose la carita.

A él no le contaron, pero algún día sabrá que el dinero con que debieron atenderlo para aliviarle el dolor de muela, se lo llevó un funcionario del gobierno. Entonces toca volver a las plantas medicinales. La escuela tendrá que esperar. La desigualdad para Ladislao y otros niños indígenas se ha expuesto más durante la pandemia.

Es urgente que las autoridades promuevan una educación de calidad, sin discriminación, sin exclusiones de los pueblos indígenas. Niños como Ladislao necesitan toda la atención del Estado peruano.

Fuente: https://ojo-publico.com/3078/el-impacto-de-la-crisis-en-la-educacion-indigena-de-la-amazonia

Comparte este contenido:

Según la Acnur El 66% de los jóvenes refugiados no podrán acceder jamás a la escuela secundaria

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados pidió a la comunidad internacional realizar un esfuerzo adicional para garantizar que estos jóvenes puedan acceder a la educación y alertó que “los recientes avances en la matriculación están ahora amenazados”.

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) alertó este martes que la brecha educativa es crítica entre la población refugiada y adelantó que es posible que dos tercios de sus jóvenes nunca lleguen a recibir educación secundaria.

Datos relevados por Acnur en 40 países indican que la tasa de matriculación en el ciclo 2019-2020 entre refugiados estudiantes de secundaria era del 34%.

Por ello, la Acnur pidió a la comunidad internacional realizar un esfuerzo adicional para garantizar que estos jóvenes puedan acceder no solo a la educación secundaria, sino también a la universitaria, pues los niveles de matriculación “siguen siendo críticamente bajos”.

“Los recientes avances en la matriculación escolar de niños y jóvenes refugiados están ahora amenazados. Enfrentarse a este desafío requiere un esfuerzo masivo y coordinado, y es una tarea que no podemos permitirnos eludir”, dijo el director del Acnur, Filippo Grandi, citado por la agencia de noticias Europa Press.

“La escuela secundaria debe ser una etapa de crecimiento, desarrollo y oportunidades. Aumenta las perspectivas laborales, la salud, la independencia y el liderazgo de los jóvenes vulnerables, y es menos probable que se vean presionados a someterse al trabajo infantil”, explicó la Acnur.

 

Estas demandas de esta oficina de Naciones Unidas integran su reciente informe sobre educación, “Manteniendo el rumbo: los desafíos que enfrenta la educación de los refugiados”, un documento que relata las historias de algunos de estos jóvenes “que intentan seguir aprendiendo en una era de trastornos sin precedentes causados por la pandemia de Covid-19”.

La Acnur apunta a todos aquellos estados que reciben a un gran número de personas desplazadas para que garanticen el derecho a la educación de todos los menores de edad, sobre todo aquellos en situación de exclusión social y se aseguren de que formen parte del sistema y los planes de estudio nacionales.

Sin embargo, reconoce que los sistemas educativos de todos estos países con mayor número de personas refugiadas necesitan asistencia para desarrollar en mayor medida su sistema educativo, lo que significa más escuelas, materiales de aprendizaje adecuados, inversión en tecnología para acortar la brecha digital y capacitación de sus profesores y profesionales.

“La escuela secundaria debe ser una etapa de crecimiento, desarrollo y oportunidades. Aumenta las perspectivas laborales, la salud, la independencia y el liderazgo de los jóvenes vulnerables”

FILIPPO GRANDI, DIRECTOR DEL ACNUR

La ONU mostró que entre marzo de 2019 y marzo de 2020 la tasa de matriculación en educación primaria entre los menores refugiados es del 68%, mientras que en educación superior creció hasta superar el 5%, dos puntos más que el año anterior.

Aunque se trata de una ligera suba, la Acnur destaca que representa “un cambio transformador para miles de refugiados y sus comunidades”, pues “es un aumento que también ofrece esperanza y aliento a los refugiados más jóvenes que enfrentan enormes desafíos para acceder a la educación”.

La agencia apunta que estas cifras no solo siguen siendo bajas en comparación con las mundiales, sino que tampoco suponen un aumento “importante” en relación a los niveles de educación secundaria.

En caso de seguir así, Naciones Unidas alerta que el objetivo fijado para 2030 de lograr la matriculación en educación secundaria de un 15% entre los jóvenes desplazados “seguirá fuera del alcance”. (Télam)

Fuente: https://laopinion.com.ar/el-66-de-los-jovenes-refugiados-no-podran-acceder-jamas-a-la-escuela-secundaria/
Comparte este contenido:

Posibles causas (condiciones de producción) de la violencia de, hacia y en la escuela

Andrés Marcelo Sarlengo

Desde hace bastante tiempo, incluso antes de la conocida “Masacre de Carmen de Patagones” en el 2004, la violencia en, hacia y de la escuela (Daniel Lemme) preocupa a docentes, alumnos, directivos, funcionarios, gobernantes y padres de los estudiantes, más allá de las diversas miradas que tienen sobre la problemática.

Lo que tratamos con este trabajo monográfico es aproximarnos a este fenómeno de un modo crítico, articulando la bibliografía leída, los audiovisuales vistos y escuchados y una experiencia docente de más de diecisiete años que nos permite comprender desde la práctica educativa una temática urgente que precisa “alumbrarse” también desde las teorías. De ahí, que al decir de Norberto Boggino en Cómo prevenir la violencia en la Escuela recurrimos al paradigma de la “racionalidad compleja”, cuyos referentes conceptuales relevantes son “la idea de relación” y que “pensar desde la complejidad supone apelar a formas de conocer e intervenir que no mutilen ni atomicen lo real, que no reduzcan el todo a las partes”. En las propias palabras de Boggino se afirma: “Para comprender y plantear cualquier estrategia preventiva o propuesta de resolución de escenas de violencia en el aula y en la escuela hay que conocer los procesos estructurales que impactan y atraviesan la institución educativa y el modo en que es percibido por los actores; aun cuando la resolución de los procesos estructurales escapen a las posibilidades de los directivos y docentes”.

A modo de resumen de nuestras primeras intenciones queremos pensar e indagar sobre las posibles condiciones de producción de la violencia en esa triple relación con la escuela: en ella, hacia ella y desde ella. Esa es nuestra unidad de análisis e intervención y desde el enfoque de la racionalidad compleja nos remitimos “siempre a lo multidimensional, a lo complejo, a los procesos, a las interretroacciones entre los componentes y entre lo nuclear y lo general” (Cómo prevenir la violencia en la Escuela. Norberto Boggino).

¿Cuáles son las posibles condiciones de producción de la violencia escolar? Precisamente debemos pensar en relaciones: qué sucede en los grupos, las instituciones escolares, el orden escolar y social…para que desde el bullying, el ataque y roturas a edificios y el aburrimiento acontezcan cotidianamente y resulten puntos ciegos en muchos casos. Tomando a Ana Quiroga y Josefina Racedo debemos examinar lo real concreto, las relaciones entre los individuos, los grupos, las clases sociales y el orden sociohistórico que atraviesa lo escolar.

En Venado Tuerto y su región aledaña, sur de Santa Fe, predomina el modelo extractivista sojero biotecnológico que se refleja en los medios masivos locales con sus noticias e imaginario social, al mismo tiempo que coexiste una estigmatización y barbarización de ciertos barrios populosos y sus escuelas donde concurren niños, adolescentes y adultos. He ahí un ejemplo de lo abordado por Daniel Lemme: las escuelas del “sojalismo” como frontera entre la inclusión y la exclusión social. “Los parias urbanos”- en efecto, diría Loic Wacquant- producto del orden socioeconómico.

En un artículo que escribiésemos en junio de 2020 sostenemos: “La pedagoga Ana Campelo se preguntaba: ¿cómo promover vínculos solidarios, pluralistas y basados en el respeto mutuo? Y nosotros nos preguntamos –complementando esa inquietud-: ¿cómo promover el aprendizaje social para que las palabras y el diálogo desplacen al accionar violento? Antes que nada vale traer nuevamente las reflexiones de Campelo: “La consecuente desigualdad económica y social tuvo como correlato el desmantelamiento de los mecanismos solidarios de protección social, lo cual provocó la ruptura de los lazos sociales indispensables para hacer comunidad”.

Y tras leer el material “Convivencia y conflicto en los centros educativos” del libro Debates y propuestas sobre la problemática educativa de Ezequiel Ander-Egg sus reflexiones van en la misma dirección: “Si bien la violencia en la escuela es un problema específico de las instituciones educativas, esta situación expresa también la violencia que se genera fuera de la escuela, es decir, la violencia que existe en la sociedad (…) A todo esto debemos añadir las situaciones de violencia estructural: una sociedad injusta con grandes desigualdades sociales y desigualdades entre hombres y mujeres que son también causa de violencia. No se puede comprender de manera clara lo que acontece en la escuela sin tener en cuenta lo que acontece en la sociedad”.

¿Cómo se cuela la desigualdad social y emerge como acto, drama, movimiento o discurso violento en las escuelas? Aún nos debemos la tarea de profundizar en estos interrogantes. Si los educandos son sujetos relacionados, también lo son producidos: Inés Rosbaco en El desnutrido escolar cita a Piera Aulagnier: “La realidad de la opresión social sobre la pareja desempeñara un papel en el modo en que el niño elaborará sus enunciados identificatorios”. En palabras de Ezequiel Ander-Egg resulta contundente: “Estas circunstancias de violencia estructural que se viven en el ámbito social penetran en la vida escolar. Cuando los centros educativos están en sectores muy empobrecidos, los que se sienten frustrados y marginados no tienen reparos ni escrúpulos de cometer actos de venganza contra la sociedad. El vandalismo que sufren ciertos locales escolares es prueba de ello”.

A nuestro entender no vale (y científicamente menos) mirar el “acto violento” por fuera del proceso socioecónomico y sus implicancias subjetivas. Si creemos que los “delincuentes u negros chorros” (como le dicen) eligieron ser eso y no otro cosa: es un enfoque que  termina en la pura represión, castigo y hasta la supresión de las personas. Se termina cayendo en un enfoque individualista y defensivo: los otros son nuestros enemigos. Otra vez Ana Campelo nos enseña a pensar: “Así, los dispositivos que se crean para abordar la violencia – en las escuelas y también en la sociedad- parten de una lógica de defensa. Sin embargo, nos encontramos ante una paradoja, la paradoja de la seguridad, ya que lejos de defendernos, estos dispositivos aumentan el circuito de la violencia”. Aquí lo social se combina con lo institucional en un orden trágico que recae en la pedagogía de la “seguridad”:  los funcionarios que hoy se preocupan por las “balas y los disparos” y “la delincuencia” en los barrios, como de la violencia escolar, con su decir y políticas refuerzan este esquema: desigualdad socioeconómica=fragmentación del lazo social= violencia=miedo y desconfianza en los otros=dispositivos de represión que fragmentan más aún los lazos= más violencia y miedo= más dispositivos de represión (y en muchos casos de supresión).

Para reafirmar lo anterior y que no quede como pura opinión nuestra deseamos destacar el importante párrafo que cita Daniel Lemme de Parias Urbanos (Loic Wacquant): «Mientras que antaño, en las metrópolis occidentales, la pobreza era en gran medida residual o cíclica, estaba fijada en comunidades de clase obrera, era geográficamente difusa y se la consideraba remediable mediante una mayor expansión del mercado, hoy parece ser cada vez de más largo plazo si no permanente, y está desconectada de las tendencias macroeconómicas y establecida en barrios relegados de mala fama en los que el aislamiento y la alienación sociales se alimentan uno al otro, a medida que se profundiza el abismo entre las personas allí confinadas y el resto de la sociedad….».

¿Dónde está la violencia cuando es el Estado (en crisis o no) quien con sus dos herramientas (el monopolio legítimo de la fuerza-M.Weber; el monopolio legítimo de la violencia simbólica-P. Bourdieu) establece y garantiza un orden y reglas de juego donde el mercado tiene las de ganar y caemos bajo su designios e intereses?

Hasta aquí podríamos sostener que nos centramos en cómo el orden social genera violencias en las escuelas: una relación dialéctica, compleja, que no vale simplificarla. Y a modo de indagar cómo la escuela misma (su organización institucional) produce y reproduce violencias sobre los sujetos (provocando respuestas que a la vez se naturalizan) vamos a tomar una definición de Norberto Boggino como guía y referencia de estudio: “En el marco de la complejidad y del entramado de los componentes de producción de escenas de violencia, proponemos como unidad de análisis para las intervenciones en el aula y la escuela, a las escenas que protagonizan los sujetos singulares en el seno del microsistema institucional donde se manifiestan, considerando conjuntamente, los atravesamientos contextuales y, específicamente, las relaciones vinculares entre los actores inmersos en dichas escenas”. Boggino propone estudiar desde esa perspectiva escenas y fenómenos como los siguientes: la violencia, la indisciplina, la formación de valores, la construcción de normas sociales, la convivencia escolar.

¿Cómo y por qué emerge la violencia en la escuela? ¿Acaso la escuela como institución no debe ser analizada (un analizador) en el proceso de producción de esos acontecimientos? Daniel Lemme pareciera tomar a Fernando Ulloa cuando plantea “los aspectos institucionales implicados en la emergencia de la violencia escolar”; si bien Ulloa no hizo análisis institucionales aplicados puramente a lo escolar, si aporta a pensar esos “aspectos institucionales” como la distribución de tiempo, espacio, roles/funciones/responsabilidades/normativas que se mueven generando fracturas o articulaciones. De ahí, como afirma Lemme, que la estructura normativa, su aplicación rígida, situacional o vaga pueden favorecer “las situaciones de violencia escolar”. Aun así, la escuela debería además de establecer normativas (jurídicas, sociales o éticas) promover espacios para un “insight” de los sujetos que la habitan, dicho de otro modo, espacios de aprendizajes que tomen a la convivencia, las normativas y la ley simbólica como objeto de estudio, abierto y enriquecedor. Asimismo, Lemme subraya que una inadecuada propuesta de enseñanza a los alumnos también puede producir comportamientos agresivos, autoagresivos, desvalorización subjetiva y violencia simbólica. ¿Qué es sino el aburrimiento y la indiferencia de los alumnos frente a las clases ofrecidas? Fastidiar con una perorata y cansar con un currículo arbitrario también es violencia, violencia materializada por el rol docente y la institución. Lemme especifica así las causas de la “indiferencia” de los estudiantes: – los contenidos –las acciones que realiza el docente para facilitar la actividad de aprendizaje – el tipo de actividad a resolver, en forma individual o grupal. Es decir, en esa dialéctica entre la estructura del contenido y la estructura de participación surge el aburrimiento o lo que la farmacología llama déficit de atención cuando uno niño o adolescente no deja de moverse. La interacción en el aula, en el grupo, puede dar lugar a la adaptación pasiva al mismo, la puesta en acto de malestares internos no reconocidos, o bien- promover la autoría de la palabra/pensamiento (Isabel Requejo). En definitiva, podríamos sintetizarlo así: o se construye en el aula un marco de referencia compartido, un universo de significados compartidos; o los malentendidos, el desprecio del capital cultural traído por los alumnos, la no escucha del otro…puede que cierre un momento de orden en la clase (y de clase) pero de alguna manera emergerá lo subyacente: calificado de violencia por la institución; pero según Silvia Bleichmar podría ser agresividad en respuesta a un intento simbólico de supresión. Por supuesto que la institución escuela es una frontera entre el derecho social de educarse o la exclusión. Pero en esta región- como en varias del país- el extractivismo sojero hace lo propio –mediante las relaciones sociales que genera- en nuestras escuelas. La biotecnología parece extraer toda la savia y nutrientes de vegetales y la tierra, al mismo tiempo que extrae nuestra sabia/sabiduría clivando nuestros conocimientos a un simple estar pasivo, a mirar el mundo desde una tecné que nos embrutece y nos hace más violentos. ¿No es violencia acaso poner el sistema educativo al servicio de la formación de recursos humanos que la concentración empresarial requiere? ¿Hay allí un marco referencial pedagógico compartido o es un corpus que se baja con la excusa de la teoría del capital humano y la modernización? Hay que readmirar que se excluye y que se incluye en los contenidos curriculares.

Asimismo, Lemme señala cómo se dan ciertos procesos de exclusión en las escuelas: “La exclusión como movimiento o acción de la institución escolar, «representante» de la sociedad, impulsa movimientos de inclusión (y pertenencia) en otros grupos – en general «marginales/dos»- que responden desde la agresión o violencia correlativa a esta acción de ser excluidos de la circulación de ciertos bienes, servicios o posiciones en las redes sociales y comunitaria”. O sea, la escuela que excluye motoriza que los excluidos se incluyan en otros grupos donde la violencia hace sincretismo con el sobrevivir. El investigador describe dos procesos importantes de tener en cuenta al respecto: 1) Se produce la exclusión social, hay una crisis de pertenencia e identidad y de ahí provienen las actuaciones agresivas. 2) El proceso es similar pero la crisis de pertenencia se “elabora” perteneciendo a grupos de riesgos (pandillas, patotas, etc) que actúan agresivamente hasta de modo delictivo.

Ana Quiroga resume –en efecto- esa relación entre escuela, orden social, marginación y subjetividad: “Fracasada la supuesta utopía del nuevo orden, los hechos devastan a los sujetos y la vida social. A la vez que el discurso, como hemos dicho, sentencia: “éste es el único mundo posible”. La máscara cae, desnudando la crueldad de las relaciones de poder y su presencia en el plano de lo interpersonal. La situación de desamparo que esto genera, daría lugar a diversas respuestas. Una de ellas es la sobre-adaptación, que lleva a la construcción de un falso self, una falsa identidad, en la que el sujeto se aliena, se desconoce en sus necesidades. Asume entonces, como conducta espontánea, lo que es mandato y discurso de otro, en una relación de sumisión. Otra forma de respuesta es la personalidad light, en la que el sujeto pareciera dispersarse en la superficie de las cosas, en una relación de exterioridad y banalización, hacia sí mismo y hacia los otros. La vivencia de futilidad y vacío, que subyace a esa conducta puede ser signo de una depresión silenciosamente instalada. Otros, ante la imposibilidad de simbolizar y elaborar su angustia, de dar la respuesta supuestamente adecuada, descargan la frustración e ira que les invade, en la acción destructiva, buscando aniquilar la fuente de ansiedad en el mundo externo, situación en la que fracasan una y otra vez, pero que no cesarán de repetir, yendo de víctima en víctima. En tanto han registrado y asumido, desde los inicios de su vida, la desvalorización social de su existencia, de su condición humana, buscarán hacer experimentar a otros su propio pánico, en un fallido intento de desprendimiento del mismo. Su refugio es la droga y la banda, que acompañan y potencian esta conducta de daño hacia sí y el otro. La violencia sin sentido, cruel, criminal, presente en nuestra cotidianidad, tiene una de sus causas en este proceso”.

Resta para terminar esta breve monografía el reflexionar sobre nuestra tarea e implicancia. Como docente, apostar al diálogo, a la creación de espacios donde la palabra y el sentido compartido disminuya la violencia puesta en acto (Proyectos de consejos de convivencia, asambleas de alumnos, talleres creativos, formación en resolución de conflictos grupales e institucionales, articulación de redes escuela-comunidad, talleres de educadores), conseguir demorarse, escuchar al otro y producir un curriculum cada día menos arbitrario. Y en lo personal, saber y apropiarnos de la idea que los proyectos siempre van de la mano de la esperanza colectiva. Enrique Pichon Riviere se repetía: “tirar de la sano”. Y seguir aprendiendo, por eso realicé este esclarecedor seminario.

Bibliografía:

• Convivencia y conflicto en los centros educativos. Ezequiel Ander-Egg. 2005. Debates y propuestas sobre la problemática educativa. Rosario. Homo Sapiens.
• Convivencia escolar. Construcción de un modelo para su análisis. Daniel Lemme. 2004. Convivencia escolar. Ensayos y experiencias. Horacio Maldonado Compilador. Buenos Aires. Lugar Editorial.
• Complejidad de escenas de violencias y construcción de la convivencia. Norberto Boggino. 2007. Cómo prevenir la violencia en la escuela. Rosario. Homo Sapiens.
• Los grupos y las quejas. Ana Quiroga. Marzo 2009. Primera Escuela Privada de Psicología Social A-1245. Buenos Aires.
• Inseguridad en Venado Tuerto: aprendizaje social o supresión. Andrés Sarlengo. Venado 24. 11-06-2020

Fuente: https://rebelion.org/posibles-causas-condiciones-de-produccion-de-la-violencia-de-hacia-y-en-la-escuela/
Comparte este contenido:

Noelia Tellez Tejada: Pedir conectar las escuelas de Brasil con 5G se convierte en un incordio burocrático

La licitación 5G en Brasil se retrasó tantas veces y por tantos motivos que resulta fácil imaginar que pronto se resolverá. Es sencillo suponer, entonces, que una nueva postergación podría propiciar grandes debates y reclamos, pero ¿qué pasaría si el motivo fuera justo?, ¿y si se planteara agregarle al pliego la obligatoriedad de dar conectividad a las escuelas con 5G?, ¿no tendría sentido, entonces, sumar una mancha más al tigre?.

La necesidad de que la conexión de 5G llegue a las escuelas de Brasil fue el pedido que Tabata Amaral, diputada federal en San Pablo del Partido Democrático Laborista y activista por la educación de aquel país, realizó este jueves ante el Tribunal Federal de Cuentas (TCU), objetivo para el que sugiere un incremento de 450 millones de dólares (unos 2,54 mil millones de reales) en las obligaciones previstas en la tan esperada licitación por el espectro para esta tecnología.

“Nuestro pedido es que los municipios que tendrán acceso a 5G no solo tengan sus carreteras incluidas, sino también sus escuelas”, sostuvo la autora de la iniciativa, aunque hay rumores acerca de que esta solicitud, válida por donde se la mire, no tendrá lugar porque podría agregar incomodidades a la tantas veces postergada convocatoria. Sí, aunque la posibilidad de negar la conectividad a los centros educativos resulte a todas luces un disparate y hasta justifique una nueva prórroga a unos plazos hasta ahora inciertos y postergables.

La solicitud de incluir en la letra de la subasta de 5G el compromiso de conectar y llevar fibra óptica al 40 por ciento de las escuelas públicas brasileras, unas 14.295, incrementa los valores establecidos en la ordenanza 1.924/2021 del Ministerio de Comunicaciones y cita, a su vez, un compromiso previo del Estado brasilero, definido con el retiro del veto presidencial a la nueva Ley Fust, y en el que se prometió dar conectividad escolar de alta velocidad en 2024.

“Estamos hablando con Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), el Ministerio de Comunicaciones y el TCU para que las escuelas públicas se incluyan como contraparte en el aviso 5G. Nos reunimos con el ministro Raimundo Carreiro, del TCU, relator del anuncio, y quien se comprometió con esta lucha. “¡La educación debe ser una prioridad!”, posteó este viernes Amaral en la red social Twitter.

La funcionaria hizo esta presentación al advertir que, sin la intermediación de una tecnología como 5G, es difícil lograr dicho objetivo, al tiempo que aseguró que esta solicitud “no representa un retraso” en el proceso de licitación, ni un impacto financiero significativo.

Sin embargo, la suma supera el costo de la polémica red de gobierno privado, estimado en unos 8,4 millones de dólares (780 millones de reales). “Este valor no considera todos los beneficios económicos que tendrían las empresas como una externalidad positiva debido a la implementación de la propuesta, debido a la posibilidad de ofrecer los servicios a todos los usuarios posiblemente beneficiados”, dice el texto presentado y por el que da fe Teletime.

“Un aviso público como el 5G bien podría implicar inversiones mayores, siempre que existan obligaciones relacionadas con esto. Dada la magnitud del desafío de conectar el 40 por ciento de las escuelas públicas a Internet de banda ancha para 2024, no hay forma más efectiva de promover este propósito que el anuncio de 5G”, reza la nota.

En el mundo actual, el acceso a internet es un derecho, al igual que a la educación, a la salud y a los alimentos. Sin embargo, la pandemia profundizó las brechas en todas esas necesidades básicas de la condición humana y resulta impensable que aún se escatime algunas de ellas.  Más aún, cuando los avances tecnológicos vienen cargados con promesas de accesibilidad, velocidad y capilaridad.

Fuente: https://www.telesemana.com/blog/2021/04/16/pedir-conectar-las-escuelas-de-brasil-con-5g-se-convierte-en-un-incordio-burocratico/
Comparte este contenido:

Chile: Violencia, hambre y exclusión. Las implicancias de la pandemia en la comunidad LGBTIQ+

Redacción: BiobioChile

El 17 de mayo pasado se conmemoró el Día Mundial contra la Homo, Bi y Transfobia, por primera vez en un contexto de confinamiento. Y si bien las cuarentenas debido a la pandemia del coronavirus afectan a todos, en mayor o menor medida, existen ciertos factores de riesgo adicionales en el colectivo LGBTIQ+ que evidencian la compleja situación de muchas personas que pertenecen a esta comunidad.

Pese a que el odio y la incomprensión hacia la diversidad sexual no es algo reciente, se vuelve aun más dramático cuando muchas de estas personas tienen que lidiar con estar encerrados en lugares donde no se les respeta, se les discrimina y/o se les acosa.

No son pocos los jóvenes, en particular, que deben aguantar el rechazo de su familia en silencio debido a que no pueden moverse a ningún lugar. Esta situación puede generar cuadros de ansiedaddepresión y otros problemas relacionados a la salud mental.

Producto de esta pandemia, además, han aumentado los prejuicios contra la comunidad en relación al virus. Y aunque las posibilidades de contraer o transmitir el COVID-19 no tiene nada que ver con la orientación sexual o identidad de género de las personas, es un hecho que los viejos prejuicios han cobrado fuerza una vez más.

Un sondeo del Movimiento de Liberación Homosexual (Movilh), arrojó que el toque de queda y las cuarentenas obligatorias han afectado la realidad de la comunidad LGBTIQ+, en cuanto a que se han registrado un aumento de actos discriminatorios y agresiones.

Lo más preocupante es que estos actos de homofobia y la transfobia ha ocurrido en la propia familia o el barrio, a raíz del mayor tiempo que las personas pasan en sus casas.

De acuerdo a esta encuesta, los ataques denunciados abarcan desde la violencia psicológica (58%) a la violencia verbal (41%) y la física (1%).

Asimismo, el 9,2% señaló que ha sido discriminado por su orientación o identidad de género desde la aparición del primer caso de COVID-19 en Chile. De estos, el 2,2% fue víctima de agresiones físicas; el 62% de ataques verbales y 35,8% de violencia psicológica.

Evidentemente, las cuarentenas y restricciones impuestas por las autoridades producto de la pandemia, también se ha traducido en dificultades para denunciar casos de discriminación por orientación sexual e identidad de género, y así lo aseguró el 45 % de las personas que sufrieron este tipo de ataques.

Recomendación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)

En abril pasado la CIDH hizo un llamado a los Estados a “garantizar los derechos de igualdad y no discriminación de las personas lesbianas, gay, bisexuales, trans, intersex y queer (LGBTIQ+), en las medidas de atención y contención adoptadas, en particular, asegurando el acceso de estas personas a servicios de salud y programas de atención social con una perspectiva de seguridad humana integral”.

Para la entidad, resultó preocupante que algunas de las disposiciones adoptadas en los Estados de la región, como respuesta a la pandemia, incurran en riesgos potenciales para los derechos de las personas LGBTIQ+ o aquellas que son percibidas como tales. Uno de los ejemplos que entregan es el de Perú, donde se determinaron días específicos para la libre circulación de las personas, diferenciando entre mujeres y hombres, lo que afectó de manera directa a las personas trans y de género diverso, quienes vieron vulnerados sus derechos por las fuerzas del orden.

En la misma línea, el organismo destacó la situación de pobreza que afecta a personas LGBTIQ+ de la región, producto de la exclusión social, falta de oportunidades, y escasas políticas públicas. Esta situación empuja a las personas hacia una economía informal como lo es el trabajo sexual.

“Las personas trans, en particular, enfrentan altas tasas de exclusión de las oportunidades de generación de ingresos y de acceso a programas de bienestar social y servicios de salud. En este sentido, la CIDH ha recibido información de mujeres trans y trabajadoras sexuales que continúan desarrollando sus actividades aún el contexto de la contención del COVID-19, debido a que no cuentan con otras fuentes de ingreso”, expresaron.

Un tema no menor considerando que para muchas este el único espacio en el que han podido insertarse laboralmente, y hoy en día ese mismo trabajo está siendo perseguido y eliminado por el tema de las cuarentenas.

Y es que tal como expresa la CIDH, no es solo la discriminación la que está causando estragos en la población LGBTI+, pues es la exclusión social la que está mostrando su peor cara en comunidades que ni siquiera tienen recursos para subsistir, y que un día sin trabajo es un día sin comida.

Ser transexual en Chile y en medio de una pandemia

Al igual que en otras latitudes, la comunidad transexual en Chile ha sido históricamente vulnerada y discriminada. La falta de oportunidades se manifiesta desde que las personas comienzan a vivir de acorde a su identidad de género, lo que viene acompañado de violencia y exclusión social.

Evidentemente, esta situación se agudiza en contextos de crisis como la que estamos viviendo actualmente. Si antes ya era complejo para una persona transexual tener acceso al trabajo formal y remunerado, ahora es casi imposible.

Así al menos lo manifiesta Leonel Catoni, Psicólogo comunitario y coordinador de Salud de la Asociación OTD (Organizando Trans Diversidades), quien comenta que “desde el estallido social muchas personas quedaron sin trabajo y ahora con la pandemia, las que pueden tener un trabajo dentro de la comunidad trans, que antes ya eran pocas, ahora son casi contadas con los dedos de una mano”.

Por lo mismo, han intentado ir en ayuda de algunos compañeros y compañeras pero sus medios son muy limitados.

Esta situación se ve empeorada por el hecho de que muchas personas trans no tienen Ficha de Protección Social (FPS), por lo que no reciben ninguna ayuda del Estado. “Tenemos compañeres que llevan varios días sin comer, incluso que los han echado de sus casas, entonces la situación es crítica”, indica, agregando que como Asociación han intentado brindar apoyo sicosocial, tener actividades comunicativas online y trabajar en recaudación de fondos que, para la magnitud del problema, siempre van a ser insuficientes.

Salud: suspensión de tratamientos y nulas respuestas

El tema de la salud es uno de los aspectos que más preocupa a la población transexual, pues en el contexto de la crisis sanitaria, personas que estaban siguiendo un tratamiento hormonizante, quedaron a la deriva.

Se suspendieron todas las horas médicas y en muchos lugares no se siguió dando la terapia de reemplazo y tampoco mucha información. A las personas les decían que no había hora y punto”, denuncia.

La situación puede ser más compleja, advierte, en parte de la población trans que, por ejemplo, ya no tiene gónadas. Para el sistema de salud, estas personas son enfermas crónicas porque necesitan de un medicamento de por vida.

Entre los riesgos de salud asociados a estos casos, Leonel comenta que una persona sin gónadas y sin tratamiento “se empieza a descalsificar, presenta cambios anímicos, en la energía, dolores articulares, y bajan las defensas”.

En el caso contrario, en una persona que aun tiene gónadas, y no tiene acceso al bloqueador hormonal, “se reactivan todos los cambios, sobre todo en mujeres trans, pues se reactiva la testosterona, y todos los cambios que se pudieron hacer en años de tratamiento, se revierten”.

Por otro lado, los programas de salud mental igual se han suspendido, y son las propias ONGs las que intentan implementar programas de acompañamiento, pero al tener problemas de financiamiento, se vuelve una tarea titánica.

También han recibido denuncias de personas que VIH positivas que han tenido problemas para acceder a su triterapia, pues no les han dado para tres o seis meses, considerando el escenario actual, sino que incluso, comenta, “hay personas a las que le han dado pastillas para días o no se la han dado, derechamente”.

La situación es súper crítica, y así como yo lo veo, de aquí a que termine esto, van a morir demasiades compañeres sin medicamentos, sin comida, sin trabajo. Hay compañeres que han sido diagnosticades con COVID-19 y les mandan para la casa. Compañeres que viven en hacinamiento, entonces al final es ándate a tu casa a morir callado”, lamenta.

Comunidad trans y el comercio sexual

Desde el estallido social que la comunidad transexual que se dedica al comercio sexual, se ha visto sumamente perjudicada. Esto porque con el regreso del toque de queda, no pudieron trabajar durante semanas. Por lo mismo, con esta pandemia por la que llevamos casi tres meses con toque de queda a las 22.00 horas, el panorama se ha vuelto complejo.

Alejandra Soto, presidenta del Sindicato de Trabajadoras Sexuales de personas trans Amanda Jofré, comenta que para ellas siempre ha sido complicado subsistir. Hace 20 años que vienen luchando por el trabajo sexual y por otra integración laboral trans, y esa lucha continúa aun en condiciones críticas de sobrevivencia.

“Para nosotras siempre ha sido complicado porque cada problema que pasa en el país, la trabajadora sexual se ve involucrada y aproblemada. Además, que muchas de nosotras no tenemos familia, hemos sido excluidas y vivimos siempre solas”, señala.

La discriminación hacia la población trans es mucho peor, incluso, que la que vive la gente que está en situación de calle, porque ellos pueden tener apoyo de hogares y otros grupos, pero a las trans no las apoya nadie”, agrega.

En ese sentido, cuenta que a través de campañas están pidiendo lo mínimo de ayuda, que si bien no es mucho a ellas igualmente les sirve, puesto que muchas ni siquiera tienen dónde vivir, y están siendo expulsadas de los departamentos donde arriendan por no tener dinero para pagar.

“Las trabajadoras sexuales viven el día a día. Hay compañeras viviendo de a ocho, de a cinco, en una pieza pequeña, en una cama, porque se están apoyando ellas mismas. A las que van echando las van apoyando otras”, relata.

Varias que han salido igualmente a trabajar, han sido multadas, agredidas y detenidas.

Otras tantas se encuentran en situación de calle y es ella quien intenta, a través de las pocas redes de apoyo con las que cuenta, conseguir casas de acogida.

La situación es aún más dramática para aquellas viviendo con COVID-19. “Tenemos compañeras con coronavirus y por cuidarse entre ellas se están contagiando todas. En una sola casa tengo a 12 con coronavirus. Les estamos yendo a dejar mercadería porque como no pueden salir, no tienen Ficha de Protección Social (FPS), no reciben ayuda de nadie”, describe Alejandra.

En este último punto, señala que han estado conversando con el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, desde donde le indicaron que debían tener la FPS para acceder a cualquier beneficio, incluidos los bonos por contingencia. El tema es que para la comunidad trans la situación es un poco más compleja que rellenar un formulario.

Lo anterior porque no todas las personas tienen regularizada si situación ante el registro civil, por el tema de la cédula de identidad y cambio de sexo registral, por lo que al momento de completar la información, esta no será del todo confiable.

“Si no podemos regularizar ese tema, ¿qué va a pasar cuando vean nuestra ficha? Van a ver que somos un hombre vago, porque no trabajamos, no tenemos carga, no tenemos estudios, pero sí salud. Entonces ellos dicen ‘¿para qué te voy a ayudar si puedes trabajar o es porque no quieres superarte?’. Entonces nos ponen como un tipo que no quiere trabajar, pero no ven que detrás de esa FPS, hay una mujer trans que sí trabaja, pero en comercio sexual, el que no está legalizado; que no ha tenido estudios porque la echaron por su condición de género; que no tienen hijos porque muchas de nosotras somos mujeres binarias que nunca hemos tenido una relación sexual con una mujer; entonces desde ahí viene toda esa dificultad que se nos presenta cuando queremos superarnos”, expresa la activista.

Por lo mismo, ella cree que debería existir un sistema de protección social más específico. “Es difícil vivir así, sin derechos de nada. Los hombres transgénero tienen cambiado su nombre, ellos pasan a ser del patriarcado y pueden conseguir trabajo más fácilmente que una mujer. A nosotras siempre nos han discriminado”, critica.

Dentro de las conversaciones que han entablado desde diciembre pasado con el MinMujeryEG, existen cuatro propuestas que como organización buscan que sean escuchadas. Acceso a trabajo formal y remunerado; oportunidades para que compañeras puedan emprender a través programas del Fosis y/o el Sence; nivelar estudios de trans adultas y, por último, tener una casa en comodato como tienen muchas otras organizaciones no gubernamentales, donde trabajar con la comunidad.

Al igual que Leonel, Alejandra señala que los tratamientos de hormonización están paralizados y en su agrupación solo han podido seguir haciendo testeos rápido de VIH, una realidad que también se ha visto afectada por la pandemia, pues muchas mujeres trans que no se habían hecho el examen por estar asintomáticas, han dado positivo.

Con esto de no tener comida, no alimentarse bien, les bajaron todas las defensas y todas las que vienen me han salido positivas”, revela.

Sabemos que nosotras nos podemos pegar el coronavirus pero no vamos a dejar de ayudar, tal como esas compañeras que saben que la otra puede tener coronavirus, pero igual la llevan a la casa a vivir. Nosotras nos ayudamos entre lo poco que tenemos”, comenta.

En el contexto actual, Amanda Jofré está con una campaña de recolección de alimentos, útiles de aseo y de desinfección, pues tienen 35 compañeras con coronavirus en la región Metropolitana. También tienen una cuenta donde reciben aportes en dinero. Son cerca de 300 compañeras que la asociación está ayudando de manera directa.

Niños, niñas y adolescentes de la comunidad LGBTIQ+ en confinamiento

El confinamiento también se ha vuelto, en muchos casos, una presión extra sobre la comunidad LGBTIQ+, y los menores de edad no son la excepción. La mayoría vive bajo el amparo de adultos, generalmente familiares, los que muchas veces no respetan su orientación sexual y/o identidad y expresión de género.

En ese sentido, la fundación Todo Mejora, que busca “promover el bienestar de niños, niñas y adolescentes que sufren bullying y comportamiento suicida, debido a discriminación basada en orientación sexual, identidad y expresión de género”, ha cumplido un rol vital en el contexto de la crisis sanitaria.

Rocío Faúndez, directora social de Todo Mejora, comenta que a través de uno de los canales de apoyo que tiene la ONG, llamado “La Hora Segura”, han intentado brindar apoyo y contención a niños, niñas y adolescentes que no lo están pasando bien y ven afectada su salud mental producto de la discriminación que enfrentan.

Si bien indica que normalmente brindan 40 horas a la semana de atención, ahora último han reforzado estos canales y se han ido preparando para el incremento de solicitudes que, con seguridad, va a venir. “Como ha dicho la OMS, la situación en salud mental va a ser como una segunda pandemia. Y uno de los grupos que está en mayor riesgo son los adolescentes. Acá en Chile, en el grupo de 15 a 19 años y de 20 a 24 años, el suicidio es la primera causa de muerte, y todo indica que lo que ahora va a ocurrir es que esa situación va a empeorar”, advierte Faúndez.

Asimismo, destaca que ha aumentado la complejidad del tipo de casos que les llega. Por un lado, han recibido consultas de personas que “han visto interrumpidos sus tratamientos habituales, tanto físicos como procesos de hormonización, su acceso a tratamiento de antirretrovirales, y también muchas personas que han visto interrumpidas su terapias sicológicas y espacios de autocuidado”.

Uno de los temas más preocupantes, señala Rocío, es que la pandemia ha aumentado la conflictividad en las casas, principalmente porque los adultos están estresados debido a que están perdiendo su fuente de ingresos y/o porque están viviendo precariedades. Esta situación aumenta la violencia, y en el caso de la comunidad LGBTIQ+, eso no se ha visibilizado.

“Se hablado mucho el tema de la violencia de género, entendida como la violencia hacia la mujer en contexto de cuarentena, lo que me parece muy bien; y lo han podido cuantificar con los aumentos de las llamadas al 1455, por ejemplo, pero todo lo que es la violencia por orientación sexual, expresión e identidad de género, no está registrado, no está visibilizado”, apunta.

Faúndez detalla que “en las denuncias por violencia, en contexto de maltrato infantil, no está cuantificada cuanta de esta violencia está relacionada con familias que no reconocen la orientación sexual, expresión e identidad de género de niños, niñas y adolescentes, por ejemplo, y muchos de esos chiques nos están contactando a nosotros”.

Como parte de su trabajo, Todo Mejora ha intentado transmitir a través de redes sociales y otras plataformas de interacción el mensaje de “no estás solo”, para que los niños, niñas y adolescentes que estén viendo vulnerados sus derechos sientan de alguna u otra forma que la comunidad LGBTIQ+ está entrando en sus casas.

La activista también critica la falta de una interlocución del Estado que esté pendiente de los temas que atañen a la comunidad LGBTIQ+, sobre todo en un contexto de pandemia.

A eso se suma la implementación de más campañas de educación y visibilización, que se comunique que existen otros tipos de violencia que están ahí escondidos, y establecer líneas de ayuda para eso.

“Nosotros tenemos líneas de ayuda, pero si no contamos con la información oficial no podemos darla, y ese es un problema, que la información está súper dispersa. No hay ninguna autoridad del Estado que centralice esto”, plantea.

Cabe señalar que la Red Nacional de Municipalidades con Oficinas de Diversidad, Inclusión y no discriminación de Chile, lanzó a mediados de mayo la “1ra Encuesta Nacional para la comunidad LGBTIQ+”, la que busca conocer la situación actual de la comunidad en el ámbito social, sanitario, laboral y psicosocial.

Image

Fuente: https://www.biobiochile.cl/noticias/sociedad/debate/2020/05/28/violencia-hambre-exclusion-las-implicancias-la-pandemia-la-comunidad-lgbtiq.shtml
Comparte este contenido:

Tik Tok elimina TODOS los VÍDEOS de usuarios “pobres, gordos y feos”

Redacción: Radio Fórmula

Los documentos que detallan esta manera poco ética de proceder de Tik Tok, fueron publicados por el medio británico Intercept

La red social Tik Tok, tan de moda entre los jóvenes, tiene estrictas reglas a la hora de publicación.

Y es que Tik Tok instruyó a sus empleados a eliminar los videos de usuarios que, en su opinión parecen demasiado feos, pobres o que, incluso, tengan alguna discapacidad física.

Los documentos que detallan esta manera poco ética de proceder de Tik Tok, fueron publicados por el medio británico Intercept.

En el texto se detalló cómo la compañía instruyó a sus empleados a seleccionar los mejores videos de los usuarios para la sección del feed For You.

En cambio, la instrucción que les da la red social es que eliminen, al momento, aquellos videos de usuarios con “una forma corporal anormal, que son gorditos, obesos o demasiado delgados”.

Así como aquellos que “tienen aspecto facial poco agraciado o deformidades faciales”, y es que, según describe el documento, “si la apariencia del personaje no es buena, el video será mucho menos atractivo y no merece la pena recomendarlo a nuevos usuarios”.

Y si tu casa luce “pobre” también eliminarán tus videos

El documento también develó que Tik Tok también eliminará los videos “si el entorno de filmación está en mal estado”, y es que este tipo de grabaciones, en opinión de la red social “son menos elegantes y atractivos”. 

 

Comparte este contenido:
Page 1 of 6
1 2 3 6