Page 18 of 54
1 16 17 18 19 20 54

Afganistán: Abusos en el parto

Redacción: Noticias ONU

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud evidencia el abuso que sufren algunas mujeres durante el parto, al menos 60 civiles fueron asesinados en bombardeos estadounidenses a supuestos laboratorios de droga en Afganistán, y Costa Rica y España reciben premio de la UNESCO por dos proyectos que apoyan la educación de las niñas.

Mujeres abusadas durante el parto

Un estudio dirigido por la Organización Mundial de la Salud en cuatro países dejó en evidencia que más de un tercio de las mujeres sufren maltrato en los centros de salud durante el parto.

Esto puede incluir abuso físico y verbal, estigmatización y discriminación, procedimientos médicos sin su consentimiento, uso de la fuerza y abandono o negligencia por parte de los trabajadores de salud.

El estudio, realizado en Ghana, Guinea, Myanmar y Nigeria, encontró que el 42% de las mujeres experimentaron abuso físico o verbal, estigma o discriminación. El 14% sufrió abuso físico, generalmente bofetadas y golpes. También hubo altas tasas de cesáreas y exámenes vaginales no consensuados.

La investigación también evidenció que el abuso trasciende más allá del parto con altos niveles de abuso verbal, la mayoría de las veces con gritos, regaños y burlas. Algunas mujeres reportaron estigma o discriminación, típicamente con respecto a su raza u origen étnico.

La OMS recomienda a los Estados apoyo y capacitación a los proveedores de atención médica para garantizar que las mujeres sean tratadas con compasión y dignidad.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2019/10/1463561

Comparte este contenido:

El racismo, un instrumento del poder en América Latina y el Caribe

Por: Javier Tolcachier

Mientras en una Europa arrasada por la pobreza, la enfermedad, las guerras intestinas,  contra el Islam y la inquisición medieval despuntaba no sin esfuerzo la luz del Humanismo renacentista, la Iglesia imponía su credo a sangre y fuego en los nuevos territorios.

El racismo, un instrumento del poder en América Latina y el Caribe

América, la llamaron tiempo después, en honor a un comerciante-navegante florentino allegado a la familia Médici. En adelante, la Corona española, la portuguesa y los violentos recién llegados se repartieron territorio y fortuna, compartiendo la triste gloria de sus delitos de lesa humanidad.

A compartir el triste destino de los menguados autóctonos – llamados “indígenas” en honor al mismo error fundacional de los colonizadores – émulos de Colón -, fueron traídos en cadenas africanos esclavizados. Para gloria y fortuna de los dueños de las plantaciones, pertenecientes a la aristocracia criolla.

Al abominable saqueo se sumaron ingleses y franceses hasta que una de las antiguas colonias –replicando las antiguas enseñanzas de su madre patria británica- barrió a los demás piratas y reclamó potestad -ya entrado el siglo XX- sobre un conglomerado de repúblicas dominadas por una oligarquía criolla surgida de la misma prosapia colonial.

Oligarquía  a la que se sumaron inmigrantes de Medio Oriente o expulsados de Europa del Este, cuya cultura de avezados comerciantes los hizo colocarse rápidamente en situación económica ventajosa.

Para los esclavos y los autóctonos, sus hijos y los descendientes de una cruza mayoritariamente forzada, quedó tan sólo la servidumbre y la aceptación de una cultura extraña como superior, a fuerza de látigo, hambre y plomo. Esa es la breve historia de la “civilización” de América y de la crucifixión de sus culturas originarias.

Una herida en llaga

La matriz económica fundada en la exportación de productos primarios, la imposición de deudas, el subdesarrollo tecnológico, la enorme desigualdad, la extranjerización de sus principales activos y la instalación de una minoría acaudalada al comando de los asuntos públicos son herencia directa del mundo colonial.

El sistema republicano, importado de la democracia burguesa del norte, es venerado como único posible a pesar de que hace agua a manos de la falta de real participación ciudadana, la manipulación mediática, la conspiración geoestratégica, la persecución política y la violencia estatal.

De un calado histórico determinante ha sido la extirpación y negación de la subjetividad cultural de los conquistados, condición de perdurabilidad que habitualmente intentan implantar los imperios, aunque siempre de manera imperfecta. En la época colonial, las clases dominantes miraban al “refinamiento” europeo como la cúspide de las buenas costumbres y el buen gusto. Igual a lo que sucede hoy, cuando los sectores medios y altos de las sociedades latinoamericano caribeñas miran al Norte con admiración, despreciando por completo la riqueza cultural del suelo que habitan.

Indio o negro continúan siendo términos despectivos y los indios y los negros continúan siendo los últimos de la tierra. Ser indio o negro es considerado hasta hoy sinónimo de atraso y aún exhibiendo en el propio rostro la historia y la cultura mestizada de indios o negros, muchos prefieren distanciarse de su memoria. Esta negación cultural fue exigida pero también utilizada por el poder blanco para impedir que indios y negros y sus descendientes tuvieran acceso a formación profesional y con ello a ascenso social y por supuesto a toda posibilidad de obtener incidencia política.

Por eso mismo, aquél que quería “escalar” socialmente debía abjurar de toda condición indígena o negra. Para ser aceptado y pertenecer, aunque de modo subalterno, el mestizo debía demostrar su desprecio por sí mismo, debía dividirse y combatir internamente su ligazón histórica con los sometidos, colaborando así con el sistema de opresión.

A esta porción de la población se agregó una nueva inmigración de europeos. Algunos trajeron su modelo de ideación técnico y conocimiento industrial. Otros tantos, su arraigada tendencia a la comercialización, lo que les permitió forjarse rápidamente una posición social intermedia. Su historia, hábitos e inserción generaron una nueva grieta, a distancia de los segregados parias americanos. Hubo también entre ellos muchos luchadores por sociedades equitativas, pero la empatía profunda llegó sólo a una minoría que se atrevió a reconocer la plena humanidad en el otro.

Sobre esta estructura psicosocial de oligarquías extranjerizadas, de sectores medios compuestos por inmigrantes diferenciadores y mestizos complacientes y de una casta segregada de negros, indígenas y mestizos pobres, se pretendió erigir la ficción de una república de iguales derechos.

La geolocalización social de América Latina y el Caribe

La pobreza es visible y fácilmente geolocalizable. No así la riqueza que se esconde detrás de gruesos muros electrificados, de exilios voluntarios u obligados, que se oculta en múltiples paraísos fiscales, que se fuga a casas matrices de corporaciones o a la órbita especulativa y de inversión internacional.

En las ciudades, donde hoy vive más del 80% de la población latinoamericana, debido al alto costo del suelo (producto de la especulación inmobiliaria) la pobreza se encuentra en los altos cerros y morros, pero también en las ciénagas y las periferias urbanas sin servicios públicos. Es habitual también que los marginados se asienten en zonas cercanas a donde las urbes desaguan sus desechos y olvidan sus derechos. En las zonas rurales la mayoría es indígena o proviene de su mestizaje.

La segregación tiene rasgos y color. Los marginados portan su origen en la piel, en sus ojos y cabello. Llevan la historia tallada en sus facciones.

La orografía humana de América Latina y el Caribe muestra además que las zonas más abandonadas, empobrecidas, subdesarrolladas o alejadas son habitadas mayoritariamente por indígenas y negros. El Nordeste brasileño, el Chocó colombiano, Haití y la mayor parte del Caribe, la Sierra y Amazonía ecuatorianas, el Ande peruano y boliviano, el Norte argentino, la selva paraguaya, el Sur mexicano, la ruralidad guatemalteca y salvadoreña, el Darién panameño, la costa del Pacífico en Nicaragua, Honduras y Costa Rica son ejemplos vívidos.

Huyendo a zonas liberadas de esclavitud, permaneciendo forzadamente en zonas portuarias y periurbanas o resistiendo a la termita devoradora del capitalismo en entornos difíciles y poco accesibles, más de un cuarto de la población latinoamericana continúa siendo discriminada y explotada.

La rebelión de los discriminados y la contrarrevolución racista

Las revueltas negras e indígenas fueron numerosas y han sido el germen inequívoco de posteriores gestas libertarias republicanas. Rebeliones que tuvieron en ocasiones relativo éxito aunque fueron invariablemente respondidas con represión, tormento y asesinato por parte del poder establecido.

En la mayor parte de los países de Latinoamérica y el Caribe, la abolición de la esclavitud se decretó en la primera mitad del siglo XIX, a excepción del Brasil, en la que hacendados y el Imperio se resistieron hasta 1888. En relación a la población indígena, los sistemas de mita y encomienda a favor de conquistadores fueron recién prohibidos hacia fines del siglo XVIII. En la práctica, indígenas y negros siguieron sirviendo con escasa remuneración y generalizado desprecio.

En tiempos más recientes, los pueblos indígenas y afrodescendientes optaron por distintos caminos. Uno de ellos fue adscribir a procesos nacionales de emancipación popular como en Cuba, Venezuela o Brasil, siendo masacrados en Guatemala y el Salvador por el terrorismo de Estado, lo mismo que en Perú, tanto por la dictadura fujimorista como por la insurgencia maoísta.

Una variante distinta y muy significativa ha sido la emergencia del EZLN en México, con la denuncia del Estado como mecanismo de sojuzgamiento y la afirmación del autogobierno local.

Casos sobresalientes lo constituyen Ecuador o Bolivia, donde el movimiento indígena adoptó la estrategia de la plurinacionalidad en defensa de sus reivindicaciones colectivas y derecho a la autonomía. En la nación andina, los movimientos indígenas y sociales llevaron a Evo Morales a ser el primer presidente de origen indígena. En Ecuador, como en Bolivia, las organizaciones indígenas emergen como sujetos políticos fundamentales en razón de su poder de movilización, pero cuya incidencia electoral disminuye debido a su concentración territorial y su menor peso demográfico.

A esta legítima rebelión de negros e indígenas, tal como en épocas pretéritas, los sectores dominantes oponen un racismo despiadado. En ocasiones sin cortapisas, como es el caso de la ultraderecha blanca en Bolivia, Brasil, Ecuador, Chile o Uruguay, por sólo citar algunas, en asociación con los nuevos fundamentalistas evangélicos y sectores del ejército. En otros casos con engaños mediatizados, clavando la cuchilla en el segregacionismo latente en parte de los sectores medios. Único modo de dividir a las mayorías poblacionales, que de otro modo, en unidad, no podrían dominar.

Reparación y reconstitución social

Los llamados a una conciliación social voluntarista, como muestran las estadísticas y un proceso que lleva ya varios siglos son ingenuas y poco eficientes. La recomposición del tejido social exige la nivelación de condiciones de vida y la diversidad de posibilidades vitales para todos.

Una efectiva nivelación de oportunidades afecta sin duda la estructura general de un sistema de lucro exorbitante para pocos y una geoeconomía cuyas posiciones dominantes están enclavadas – al menos hasta la reciente emergencia de China – en el Norte global.

La Comisión de Reparación del Caribe, organismo surgido del CARICOM en su Plan de 10 Puntos, señala que es imprescindible que las naciones europeas acepten su responsabilidad histórica por los crímenes cometidos. Dicho plan incluye como ejes fundamentales la repatriación y reinserción de aquellos descendientes de africanos que así lo quieran, ofrecer desarrollo con participación a las comunidades indígenas, erradicar el analfabetismo, ampliar el sistema de salud y el acceso a la educación y posibilitar un conocimiento más profundo de su propia y dolorosa historia.

Al mismo tiempo, se indica que el subdesarrollo tecnológico y la condena de la exportación de productos primarios generada por el sistema colonial deben ser reparadas, al menos parcialmente, con una abundante transferencia de capacidades tecnológicas y científicas y del mismo modo, ser canceladas las deudas impuestas por la usura anterior y actual.

Para que proclamas, declaraciones y planificaciones bienintencionadas se conviertan en hechos, es preciso remover las estructuras a través de fuertes movimientos emancipadores que promuevan la redistribución y el acceso al conocimiento al interior de sus países y conformen un poderoso eje de integración y unidad para equilibrar la relación de fuerzas existente.

A fin de proceder a una verdadera reconciliación, sin embargo, habrá de realizarse en simultáneo un ejercicio doblemente difícil. Será procedente comprender las corrientes subjetivas que fluyen en el interior de conjuntos e individuos, cuyos profundos significados culturales, generacionales y biográficos son condicionantes de su accionar. De allí surgen comprensiones transformadoras que constituyen el piso firme del mañana.

América Latina y el Caribe es sometida hoy a una intensa presión del poder del Norte, constituyendo una pieza clave en el sostenimiento del viejo mundo o en la apertura a uno nuevo, multilateral, libre, compartido, humanista. Un error en la elección de los pueblos no podrá detener la historia, pero sí retrasarla.

Fuente: https://www.telesurtv.net/bloggers/El-racismo-un-instrumento-del-poder-en-America-Latina-y-el-Caribe-20191014-0002.html

Comparte este contenido:

Cada vez más científicas obtienen un merecido reconocimiento por sus descubrimientos

Redacción: National Geographic

Las mujeres aún están infrarrepresentadas en las CTIM. Pero ahora algunas científicas están logrando un reconocimiento —y un crédito merecido— por sus avances.

Este artículo forma parte del número especial de noviembre de 2019 de la revista National Geographic, «Mujeres: un siglo de cambio».

No te pierdas el documental MUJERES (Women of Impact) el domingo 27 de octubre a las 22.00 en National Geographic.

«Tengo que contarle algo».

Estaba lista para volver a casa tras dar una conferencia sobre Inferior —mi libro, que documenta la historia del machismo en la ciencia y sus repercusiones actuales— cuando se me acercó una mujer de voz suave. Me contó que estaba estudiando un doctorado en informática en una universidad británica y era la única mujer del grupo. Su supervisor no paraba de contar chistes machistas y nunca la elegía para los talleres ni las conferencias.

«Todas las interacciones me resultan incómodas. Me siento intimidada», me contó. «Muchas veces acabo contando los minutos que quedan». Su plan consistía en sobrevivir a los últimos años del doctorado, abandonar la universidad y no mirar atrás.

He tenido cientos de encuentros pasajeros como este con científicas e ingenieras de todo el mundo en los dos años posteriores a la publicación de mi libro, que parece reflejar el tipo de machismo que experimentan las mujeres. Cuando estas mujeres hablan conmigo en los eventos y comparten sus historias en voz baja, lo que buscan por encima de todo es empatía, que les digan que no se imaginan su miseria. Sus relatos sobre discriminación, marginación, acoso y agresión ponen de manifiesto que, aunque se ha progresado, aún nos queda mucho camino por delante.

El historial de la comunidad científica en lo referente a las mujeres ha sido lamentable durante años.

Charles Darwin, nada más y nada menos, describió a las mujeres como inferiores intelectuales respecto a los hombres. En el siglo XVIII, hacia el final de la Ilustración europea, se asumía que no había cabida para las mujeres en el mundo académico. Muchas universidades se negaron a conceder grados a las mujeres hasta el siglo XX. Mi alma máter, la Universidad de Oxford, no lo hizo hasta 1920. La Real Sociedad de Londres —la academia científica más antigua que ha existido de forma continua— no admitió a las primeras mujeres científicas hasta 1945. (Por consiguiente, como indica la historiadora Londa Schiebinger, «durante casi 300 años, la única presencia femenina en la Real Sociedad fue un esqueleto preservado en la colección anatómica».)

En todos los ámbitos científicos, ha sido una práctica rutinaria que los hombres se llevasen el reconocimiento de investigaciones realizadas por las mujeres que trabajaban con ellos, no solo colegas, sino a veces mujeres y hermanas. Así fue cómo en 1974 la astrofísica pionera Jocelyn Bell Burnell perdió el Premio Nobel por su trabajo en el descubrimiento de los púlsares, que se otorgó a su supervisor, Antony Hewish. El año pasado, en un gesto de generosidad extraordinaria, Bell Burnell donó los tres millones de su Premio Breakthrough de Física Fundamental para financiar becas para mujeres y otros grupos infrarrepresentados en física.

Incluso cuando consiguen abrir por la fuerza las puertas a las ciencias, la vida de las mujeres que entran no es fácil. El machismo y la misoginia persisten de forma abierta y sutil. Por ejemplo, un análisis reciente de la autoría de casi 7000 informes de estudios en revistas revisadas por pares determinó que cuando la coautora que supervisaba el estudio era una mujer, casi un 63 por ciento de sus coautoras eran mujeres, de media; cuando el coautor supervisor era un hombre, solo el 18 por ciento de las coautoras eran mujeres.

Como es lógico, a las mujeres les exaspera esta situación y están promoviendo el cambio. El año pasado, la física Jess Wade del Imperial College London y la investigadora Claire Murray dirigieron una campaña de crowdfunding para poner una copia de Inferior en todos los colegios públicos del Reino Unido. Cumplieron su objetivo en dos semanas y, desde entonces, se han puesto en marcha campañas similares en Nueva York, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Al igual que Bell Burnell, mujas mujeres donan su dinero para cambiar un sistema que no está dispuesto a hacerlo por voluntad propia.

¿Por qué recae sobre las mujeres en ciencias la pesada carga de mejorar el funesto historial de este campo? Como demuestran las historias que me han contado, al menos parte del problema recae en determinados hombres y en las instituciones que posibilitan el machismo. Sabemos que cada vez más niñas y mujeres jóvenes escogen cursos de ciencia y tecnología, pero caen bruscamente conforme ascienden. Los embarazos y la maternidad están implicados, pero no son los únicos factores. Este año, una encuesta de la Universidad de Cardiff reveló que aun contabilizando las responsabilidades familiares, los académicos hombres del Reino Unido aún alcanzaban categorías superiores en mayor proporción que las mujeres.

Un físico que conozco, que es un aguerrido defensor de los derechos de las mujeres, encontró hace poco una nota en su casillero del trabajo. El autor de la nota lo tachaba de estúpido por asumir que las mujeres tienen las mismas «dotes mentales» que los hombres y afirmaba que «las mujeres no piensan en términos abstractos como los hombres». Estas afirmaciones espurias hacen que las mujeres se sientan incómodas en las ciencias. Con todo, cuando las mujeres —y las minorías— abandonan estos ámbitos, lo reducimos a una frase mecánica: el fenómeno de la «fuga de cerebros».

El machismo cotidiano es una cosa.

La otra sombra aún más oscura que se cierne sobre el ámbito científico y académico es el acoso sexual. El fenómeno global #MeToo ha dado voz a las supervivientes de las agresiones sexuales y ha puesto en primer plano los abusos y el acoso que sufren. Hay motivos para creer que estas vivencias están más generalizadas de lo que parece. Están aumentando los datos que respaldan las experiencias de las mujeres. Cuando Kathryn Clancy, de la Universidad de Illinois, y sus colegas hicieron una encuesta a más de 660 científicos sobre sus experiencias en el trabajo de campo académico, el 84 por ciento de las científicas jóvenes denunciaron acoso y el 86 por ciento, agresiones. La encuesta fue una de las primeras que sacó a la luz la amplitud del problema.

La física Emma Chapman, becada Dorothy Hodgkin de la Real Sociedad que trabaja en el Imperial College London, se vio tan afectada por el acoso que sufrió por parte de un colega en un puesto superior cuando estuvo en la University College London que se convirtió en defensora de las mujeres en la misma situación.

«Acabé envuelta en una cultura muy incómoda», cuenta, una en la que la informalidad se pasaba de la raya con abrazos no deseados e intrusión en la vida personal.

Una investigación acabó con una orden de alejamiento de dos años contra ese hombre. Pidieron a Chapman que firmara un acuerdo de confidencialidad y su acosador conservó su puesto. «Los despidos son rarísimos», me cuenta. A pesar de todo, se considera una de las afortunadas porque en casi todos los casos como el suyo, son las carreras de las mujeres que se atreven a hablar las que llegan a su fin.

Chapman estima que casi cien mujeres han contactado con ella desde que empezó a trabajar con el 1752 Group, una pequeña organización británica que trabaja para poner fin a los abusos sexuales en el ámbito académico. El grupo se llama así por las 1752 libras de los fondos universitarios para eventos con los que pusieron en marcha el grupo en 2015. Su mayor batalla consiste en persuadir a las universidades para que defiendan a las víctimas y no encubran a los agresores. «Hablamos de una fuga de cerebros todo el tiempo», afirma. «No es así. Están echando a las mujeres por la puerta trasera discretamente».

Es un sentimiento del que se hace eco la microbióloga australiana Melanie Thomson, que también fue víctima del acoso sexual. Cuenta que, en 2016, fue testigo de cómo el astrofísico Lawrence Krauss, que entonces trabajaba en la Universidad del Estado de Arizona, manoseaba a una mujer en una conferencia. «Ella le dio un codazo en el estómago», recuerda. Thomson presentó una queja oficial y en 2018 la universidad de Krauss confirmó que había incumplido su política contra el acoso sexual.

Según Thomson, el problema no se limita a unos cuantos hombres como él. «Es enorme. En ciencia es particularmente insidioso».

El periodista científico Michael Balter, que cubre casos de acoso sexual y ha adoptado un papel de apoyo, explica que estas conductas persisten en parte porque «la ciencia es muy jerárquica. Hay un director del laboratorio o un director del instituto y tienen muchísimo poder», cuenta. «Democratizar la ciencia y reducir los diferenciales de poder serían de gran ayuda para resolver muchos males».

Balter afirma que investigar las acusaciones de acoso entraña dificultades legales y cuesta documentar muchos casos de mala conducta. Azeen Ghorayshi, periodista de BuzzFeed News, lo vivió en 2015 cuando publicó un reportaje sobre las acusaciones de acoso sexual contra el célebre astrónomo Geoff Marcy, que entonces trabajaba en la Universidad de California, Berkeley. Marcy era tan conocido que las mujeres disuadían a otras mujeres de trabajar con él. Pero cuesta tanto que se examinen las acusaciones de mala conducta que presentan las mujeres que, cuando finalmente lo investigaron y lo castigaron, se descubrió que Marcy llevaba casi una década incumpliendo las políticas del campus contra el acoso sexual.

Ghorayshi me cuenta que decenas de mujeres han contactado con ella desde que escribió acerca de Marcy, una prueba de «lo extendido que está en instituciones importantes de Estados Unidos y otros lugares». Afirma que, en muchos de los casos que ha cubierto, las mujeres involucradas han abandonado el campo: «Es un tema de vulnerabilidad y de quién es vulnerable y quién es intocable».

La física Chapman sostiene que la conclusión es que las universidades deben pensar más detenidamente sobre su compromiso con la igualdad. «Podemos pasarnos todo el día hablando de políticas familiares, pero negamos el hecho de que existe una cultura activamente hostil», me cuenta. «Creo que es endémico».

Hoy en día, en las ciencias, aún existe la suposición implícita de que las carreras de las mujeres jóvenes son desechables, mientras que las de los hombres mayores deben protegerse a cualquier precio, aunque eso signifique encubrir un comportamiento inaceptable y poner en peligro a más personas. Siempre y cuando toleremos esta situación, pagaremos un alto precio.

Y no solo perjudica a las personas, que ya es bastante horrible. También perjudica a la ciencia.

Angela Saini es una periodista científica y escritora galardonada. Su último libro, publicado este año, es Superior: The Return of Race Science. Es la autora de otros dos libros: Inferior (2017) y Geek Nation: How Indian Science Is Taking Over the World (2011).

Fuente: https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2019/10/cientificas-obtienen-reconocimiento-por-sus-descubrimientos

Comparte este contenido:

Argentina: Investigadores de América Latina debaten sobre racismo y discriminación en Educación Superior

América del Sur/Argentina/13-10-2019/Autor y Fuente: www.nodal.am

La Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), a través de la Cátedra UNESCO Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina, en el marco de su Iniciativa para la Erradicación del Racismo en la Educación Superior, y el Centro Interdisciplinario de Estudios Avanzados (CIEA), presentan el 6° Coloquio Internacional “Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina. Las múltiples formas del racismo y la discriminación racial”, que se realizará el 6 y 7 de noviembre, de 10:00 a 20:00 horas, en el Auditorio de la Sede Rectorado Centro de la UNTREF, ubicado en Juncal 1319, CABA. La actividad es gratuita. Por consultas: redesial@untref.edu.ar

Diversas formas de racismo y discriminación racial persisten en los sistemas de Educación Superior en pleno siglo XXI, tanto abiertamente “visibles” en los comportamientos de las personas, como de carácter sistémico o estructural que están naturalizadas y frecuentemente resultan “invisibles”. Esta edición del Coloquio estará dedicada a dar a conocer e intercambiar reflexiones sobre las diversas formas en que el racismo y la discriminación racial se manifiestan hoy en la Educación Superior.

La conferencia inaugural estará a cargo de Marcia Mandepora Chundary, ex rectora de la Universidad Indígena Boliviana Guaraní y de Pueblos de Tierras Bajas “Apiaguaiki Tüpa” y directora ejecutiva de la Fundación para la Educación en Contextos de Multilingüismo y Pluriculturalidad (FUNPROEIB).

Participarán también Aníbal Jozami, rector de la UNTREF; Jaime Perczyk, rector de la Universidad Nacional de Hurlingham y Presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Alta Hooker Blandford, rectora de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense y Coordinadora de la Red de Universidades Indígenas Interculturales y Comunitarias Abya Yala (RUIICAY); Jorge Calzoni, rector de la Universidad Nacional de Avellaneda y vicepresidente de Organismos de Cooperación y Estudio y Redes de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL); Francisco Tamarit, coordinador general de la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES 2018) y Daniel Mato, director de la Cátedra UNESCO Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latna, director adjunto del Centro Interdisciplinario de Estudios Avanzados – UNTREF, Investigador Principal CONICET); entre otros.

Durante las dos jornadas se realizarán 31 presentaciones, que se desarrollarán en siete paneles. Diecinueve de ellas estarán a cargo de algunas de las más de sesenta universidades que forman parte de la Red Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina (Red ESIAL). Otras doce serán ponencias que fueron seleccionadas entre las enviadas en respuesta a la convocatoria pública de ponencias.

También se presentará el libro Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina. Colaboración intercultural servicio, investigación, y aprendizajes. EDUNTREF, 2019; a cargo de Pablo Jacovkis, secretario de Investigación y Desarrollo (SID-UNTREF) con la participación de los autores.

Además, habrá una mesa sobre los avances de la Iniciativa para la Erradicación del Racismo en la Educación Superior en la que se compartirán contenidos y experiencias (Colección de Apuntes, microvideos, talleres, etc.) realizadas a lo largo de este proyecto.

La actividad cuenta con el apoyo del Programa de Participación UNESCO; el Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (UNESCO – IESALC), la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL), y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.

El programa completo se puede consultar aquí.

Para más información de prensa comunicarse con tres l Consultores: 011-4780-4195/6
Agustina Veronesi averonesi@tresconsultores.com.ar prensa@untref.edu.ar

Fuente e Imagen: https://www.nodal.am/2019/10/investigadores-de-america-latina-debaten-sobre-racismo-y-discriminacion-en-educacion-superior/

 

Comparte este contenido:

Joven argentino representa la CLADE en Foro de la Sociedad Civil de la ONU

América del Sur/ Argentina/ 01.10.2019/ Fuente: redclade.org.

 

Durante su intervención, Felipe Urbas, de 18 años, llamó la atención para la importancia de la representatividad joven en la toma de decisiones sobre la educación y el desarrollo sostenible

“Lo que les estoy demandando es que se comprometan a acabar con esta correlación de fuerza entre experiencia y conocimiento para sentar y conversar. Solo entonces tendremos un mundo mejor”, afirmó el joven argentino Felipe Urbas, durante su intervención en el Foro de la Sociedad Civil sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), realizado en Nueva York el 24 de septiembre, en el marco de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los ODS. 

Felipe Urbas tiene 18 años y, como integrante de la Campaña Argentina por el Derecho a la Educación (CADE), representó la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) en la Cumbre de Naciones Unidas. Durante su intervención en el Foro de Sociedad Civil, representando al Grupo Mayor de Niñas, Niños, Adolescentes y Jóvenes de la ONU, llamó la atención para la importancia de la representatividad joven en la toma de decisiones sobre educación y desarrollo sostenible.

“Espero que la juventud esté presente especialmente cuando se habla de soluciones y de cómo avanzar. (…) La juventud es uno de los más importantes grupos porque somos los que no sólo vamos a vivir, sino que vamos a sufrir con las inhabilidades de los gobiernos en lo que se refiere a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible”, afirmó.

El Foro de la Sociedad Civil en Naciones Unidas tuvo el objetivo de crear un espacio para el diálogo constructivo y propositivo entre la sociedad civil y los Estados miembros de la ONU, las organizaciones internacionales y otros grupos interesados, respecto a las posibles respuestas y medidas que se pueden adoptar para enfrentar los desafíos que se verifican en la implementación de los ODS, en su cuarto año de vigencia.

Las y los participantes del debate discutieron, entre otros temas, la necesidad de: mayor alianza de los gobiernos con la sociedad civil y otras partes interesadas en los Foros de la ONU; caminos para medir los avances que vayan más allá del Producto Interno Bruto (PIB) y de números, y que de hecho evalúen la mejora de vida de las personas; sistemas tributarios progresivos y regulación macro-prudencial; acuerdos legales vinculantes respecto a corporaciones y derechos humanos; incluir y apoyar la participación de personas indígenas en la implementación de los ODS; superar la problemática de la violencia que enfrenta la juventud y garantizar a las y los jóvenes el derecho a la educación; tomar en cuenta la relevancia del voluntariado y de la inclusión de organizaciones de jóvenes en los foros y debates de la sociedad civil. Señalaron también la importancia de asegurar inclusión y el combate a la discriminación.

Fuente de la noticia: https://redclade.org/noticias/joven-argentino-representa-la-clade-en-foro-de-la-sociedad-civil-de-la-onu/

Comparte este contenido:

Venezolanos en Perú: Ordenanzas y otras medidas polémicas van contra la comunidad y tienen un trasfondo discriminatorio

América del Sur/Perú/29-09-2019/Autor(a) y Fuente: aporrea.org

El 62% de los ciudadanos venezolanos entrevistados en cinco ciudades del Perú (Cusco, Lima, Arequipa, Tumbes y Tacna) se han sentido discriminados, principalmente por su nacionalidad. Así lo revela el último informe de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur). reseñó el diario peruano El Comercio

Esta percepción sobre la comunidad venezolana también podría verse influenciada por las ordenanzas aprobadas el último año por algunas municipalidades del país, así como otras medidas que tendrían un trasfondo discriminatorio.

El pasado 27 de marzo, el alcalde de Huancayo (Junín), Henry Fernando López Cantorín, anunció que presentaría una ordenanza “frente a la creciente y descontrolada presencia de extranjeros”. Según un comunicado, el municipio expresó que esta situación “conlleva al crecimiento de la informalidad laboral, el comercio ambulatorio y actos vandálicos”.

La Municipalidad Provincial de Huancayo señaló que “se está trabajando una ordenanza municipal, que tiene como sustento legal la ordenanza regional N°108-2011-GRJ/CR, publicada en el diario oficial El Peruano el 9 de marzo de 2011, que en su artículo quinto establece «que las empresas privadas y sus respectivas concesionarias, que desarrollen sus actividades económicas de la región Junín, fomente el empleo regional en un porcentaje superior al 60% de la totalidad de su personal”. Sin embargo, la ordenanza buscará que se llegue a un porcentaje superior al 80%.

Ante este anuncio, el Ministerio Público abrió una investigación de oficio en contra de López Cantorín por el presunto delito de discriminación e incitación a la discriminación. El fiscal provincial Herik Henry Gonzáles Rivera, de la Tercera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Huancayo, es quien se encuentra a cargo del caso.

El proyecto y las declaraciones del alcalde fueron rechazados por la Defensoría del Pueblo. “Sobre la propuesta de alcalde provincial de Huancayo, recordamos que debe respetar principios constitucionales de igualdad y no discriminación”, publicó la en su cuenta de Twitter.

En Cusco, el 21 de julio pasado, el gobierno regional publicó en el diario oficial El Peruano una ordenanza para sancionar a las empresas que despidan a ciudadanos cusqueños para contratar a extranjeros “en informalidad y subempleo». Esta medida declara de necesidad pública la priorización de la mano de obra regional en la convocatoria de nuevos puestos de trabajo.

Vale precisar que ningún gobierno regional o municipalidad puede dictar competencias sobre trabajadores inmigrantes, pues estas le corresponden al Ministerio de Trabajo. Esta cartera consideró la medida como inconstitucional.

El municipio provincial de Pisco informó que desde el próximo 7 de octubre los ciudadanos venezolanos que residen en su jurisdicción deberían tramitar un “carnet de identificación y permanencia”. Así lo hizo saber mediante su cuenta de Facebook.

El municipio enfatiza que el empadronamiento es de “condición obligatoria para permanecer en Pisco y sus distritos». Asimismo, señala que los venezolanos residentes deberán presentar sus documentos personales, permiso temporal de trabajo y precisar su lugar de residencia.

“Hacemos extensiva esta comunicación a todas las personas de nacionalidad venezolana a acercarse desde el 07 de octubre del 2019 al Pool de Maquinarias (Esquina de Ramón Aspíllaga y López de Alarcón) de 8:00 a.m. a 3:00 p.m. portando sus documentos personales con el fin de obtener un carnet de identificación y permanencia”, indica el comunicado en la cuenta de Facebook.

Al respecto, la Superintendencia Nacional de Migraciones, entidad encargada de ejecutar la política migratoria interna, indicó a este Diario que dicha actividad no tienen valor migratorio y no participará. Fuente de esta superintendencia indicó que se trata de una iniciativa municipal. Del mismo modo, el Ministerio de Salud, cuyo logo aparece en la publicación, descartó alguna intervención en este evento.

Por su parte, la Defensoría del Pueblo ha rechazado esta medida, precisando se encuentra fuera de la ley. “La medida está absolutamente fuera del marco legal que permite trabajar a las municipalidades. Es una medida ilegal y que por sus tintes tiene carácter discriminatorio y puede traer graves consecuencias para los venezolanos”, dijo Percy Castillo, adjunto para los Derechos Humanos del referido organismo.

Fuente e Imagen: https://www.aporrea.org/ddhh/n347246.html

Comparte este contenido:

Estudio: ¿Quiénes son y dónde están los pobres del mundo?

Redacción: El País

La ONU advierte que la desigualdad así como las discriminaciones que sufren mujeres, minorías étnicas, el colectivo LGTBI y la población rural impedirán que se logren los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030.

Unos pocos tienen mucho y muchos tienen poco. Ocurre entre los países, también dentro de ellos e incluso en las comunidades y los hogares. Hay quienes disponen de menos oportunidades que otros para acceder a una educación de calidad o servicios sanitarios. Algunos sufren discriminación e incluso persecución por a quién aman, el color de su piel, etnia, religión o dónde residen. Todos ellos son ejemplos de la desigualdad instalada, en mayor o menor grado, en todo el mundo. Y amenaza con impedir los progresos necesarios para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2030. Es la advertencia que ha lanzado la ONU durante la celebración del Foro Político de Alto Nivel en Nueva York, un evento anual en el que se evalúan los avances en esta agenda internacional.

«La desigualdad hace que los pobres y marginados tengan menos oportunidades de salir de la pobreza», aseguró durante el debate de evaluación Máximo Torero Cullen, subdirector general del departamento de desarrollo económico y social de la FAO. En su opinión, no se podrá erradicar el hambre ni tampoco la pobreza si no se toman medidas para abordar el ODS 10 —reducir la desigualdad en y entre los países— cuya primera meta llama a «lograr progresivamente y mantener el crecimiento de los ingresos del 40% más pobre de la población a una tasa superior a la media nacional».

Quiénes son y dónde están los pobres del mundo
INFORME DE SEGUIMIENTO DE LOS ODS DE LA ONU.
Los datos que se disponen en este sentido son «limitados», dice el informe de seguimiento de los ODS, pues solo se cuenta con datos comparables para el período 2011-2016 de 92 países, de ellos apenas 13 son de África subsahariana. Con la información disponible, la ONU calcula que en 69 países, el 40% más pobre ha visto un aumento de sus ingresos, pero con grandes variaciones entre territorios. En 50 de esos 69, los ingresos de ese segmento de la población crecieron con mayor rapidez que el promedio nacional. «Sin embargo, cabe destacar que el 40% más pobre recibió aún menos del 25% del ingreso total», escriben los autores.

Las desigualdades que no tienen que ver (solo) con el dinero

En busca de estadísticas más detalladas y útiles para el propósito de reducir la pobreza «sin dejar a nadie atrás», como proclama la agenda de desarrollo sostenible, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford (OPHI, por sus siglas en inglés) elaboran anualmente el Índice Global de Pobreza Multidimensional. En la edición de 2019, publicada recientemente, se recuerda que hay 1.300 millones de personas multidimensionalmente pobres en los 101 países de renta baja y media que analiza el estudio, es decir, que sufren varias carencias de un listado de 10 relacionadas con salud, educación y calidad de vida. Son casi el doble de los 736 millones de los considerados pobres extremos, que viven con menos de 1,90 dólares al día.

En el mundo hay 1.300 millones de personas multidimensionalmente pobres.

«Para combatir la pobreza necesitamos saber dónde viven las personas pobres. No están distribuidas uniformemente en cada país, ni siquiera dentro de los hogares. Bajo un mismo techo pueden convivir dos hermanos, uno que esté desnutrido y otro que no», explicó Achim Steiner, administrador del PNUD durante el lanzamiento del estudio. «El Índice global de pobreza multidimensional de 2019 ofrece la información detallada que necesitan los responsables políticos para tomar medidas mejor dirigidas y más efectivas», agregó. Los países que lo han hecho, «han conseguido notables progresos», anotó. El que más, India: en una década (2006-2016), 271 millones de personas salieron de la pobreza.

«Hay países que no crecen económicamente, pero reducen la pobreza multidimensional porque usan mejor sus presupuestos en tanto que conocen mejor dónde están los pobres, en qué grado lo son y dónde están», detalló Sabina Alkire, directora de la OPHI. Así lo podría hacer Uganda, donde ahora se sabe que la pobreza afecta especialmente a las zonas rurales. En el país, el 55% de los ciudadanos sufren carencias graves. Sin embargo, en la capital, Kampala, este porcentaje es del 6%, mientras que en la región de Karamoja la proporción de población afectada se dispara al 96%, lo que la convierte en una de las más pobres de África subsahariana.

Quiénes son y dónde están los pobres del mundo
INFORME SEGUIMIENTO DE LOS ODS DE LA ONU

Entre grupos de personas, además de la población rural, las mujeres y los niños son los más vulnerables a la pobreza, según el Índice de Pobreza Multidimensional. La mitad de quienes sufren carencias como falta de acceso a agua potable, educación, malnutrición o una vivienda digna son menores de 18 años. Sobre todo, en África subsahariana, donde el 63,5% de sus pequeños son pobres. En países como Burkina Faso, Chad, Etiopía, Níger y Sudán del Sur, es todavía peor: lo son un 90% de los niños de menos de 10 años.

Pese a la peor situación de los países menos adelantados, la mayoría en África, los de renta media no están exentos de este problema. De hecho, dos tercios de los pobres (886 millones) viven en ellos, según este índice.

«Casi toda la discusión se centra en el crecimiento económico. Pero el crecimiento económico no resolverá el problema de la desigualdad», apuntó Justice Edwin Cameron, miembro de la Corte Constitucional de Sudáfrica, en su intervención en el hemiciclo de la ONU en Nueva York. «Hay muchas discriminaciones y una de ellas es la criminalización. Como un hombre gay orgulloso en una Sudáfrica homofóbica predemocrática, vi y experimenté el miedo a que te puedan detener, arrestar y condenar que puede sentir una persona gay», expuso. «69 países representados aquí en la ONU todavía criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo, la mayoría en mi continente: África», enfatizó arrancando el aplauso de los presentes.

Hay muchas discriminaciones y una de ellas es la criminalización.

JUSTICE EDWIN CAMERON, CORTE CONSTITUCIONAL DE SUDÁFRICA

El juez subrayó que la persecución de la homosexualidad, la prostitución y el consumo de drogas significa en la práctica una mayor vulnerabilidad. «Pensemos en el VIH. La criminalización solo hace que esas personas no tengan acceso a tratamiento».

Otro de esos grupos estigmatizados son los trabajadores informales, según Martha Chen, profesora de políticas públicas en la Harvard Kennedy School y asesora principal de la Red Global de Mujeres en Empleo Informal (WIEGO, por sus siglas en inglés). Ellos representan el 61% de los trabajadores en el mundo. «Un total de 2.000 millones. Y más del 90% vive en países pobres», apuntó la experta. De hecho, según las estadísticas publicadas por la Organización Internacional del Trabajo, «la mayoría son pobres y la mayoría son de minorías étnicas. Y hay más mujeres que hombres».

«Esto tiene vínculos con la desigualdad. Los trabajadores informales sufren carencias en cuanto a trabajo digno, derechos, protección y vías para expresarse, y por tanto, respecto a su calidad de vida decente, acceso a vivienda, servicios sociales…», continuó Chen. «Los trabajadores informales son estigmatizados, penalizados e incluso criminalizados por intentar ganarse la vida de manera honesta y los economistas les culpan de falta de productividad. Si todos los días tienen que mover su trabajo a casa, claro que van a producir menos».

Es el caso, dijo, de los vendedores ambulantes y los recicladores de basura en las urbes. «Son acosados por los Estados, sufren confiscaciones, arrestos…». Por el contrario, la experta solicitó que se apoye a los primeros con facilidades para trabajar en «espacios públicos centrales y seguros», y con «espacios de almacenamientos» para los segundos. «Tenemos que acogerlos en vez de estigmatizarlos y penalizarlos. El entorno político y jurídico tiene que priorizar a los empleados en la base de la pirámide. Se habla mucho de que hay que crear empleos, pero a veces se toman decisiones en las ciudades que, literalmente, destruyen decenas de miles de ellos, de vendedores ambulantes y recolectores de residuos», terminó.

Si no se abordan las causas de la desigualdad no se podrán lograr los ODS y la gente empezará a protestar. Nosotras lo haremos con una huelga el día de la mujer

NALINI SINGH, DIRECTORA EJECUTIVA DEL MOVIMIENTO POR LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES DE FIYI

En las tres horas de debate hubo tiempo para hablar, además, de otros colectivos que sufren especialmente la discriminación. Entre ellos, las personas mayores. «Hay que cambiar la narrativa: no somos una carga ni un problema. Contribuimos al tejido social y económico de las naciones», argumentó Jane Barratt, secretaria general de la Federación Internacional sobre el Envejecimiento. «Todas las personas, independientemente de su edad, tienen derecho a que sus temores, su talento o su pericia no se excluyan», añadió.

Pero hay una mitad de la humanidad que, pertenezca o no a los grupos anteriores, sabe bien lo que es la discriminación: las mujeres. Lo dicen los informes y lo recordó en su discurso Nalini Singh, directora ejecutiva del Movimiento por los Derechos Humanos de las Mujeres de Fiyi. «Como mujer del sur global sé lo que es la desigualdad. Las mujeres ganan menos que los hombres, se requerirán 202 años para cerrar esa brecha y 107 años para alcanzar la paridad en el ámbito político. Si no se abordan las causas reales de la desigualdad, no se podrán lograr los ODS y la gente empezará a protestar. Nosotras lo haremos con una huelga el próximo día internacional de la mujer porque si nosotras dejamos de trabajar, el mundo deja de trabajar». Los aplausos y los vítores fueron sonoros.

Mirar hacia arriba y otras recetas contra la desigualdad

La desigualdad no solo es un problema de pobres, sino también de ricos. La concentración de ingresos y patrimonio contribuye a aumentar la brecha entre unos y otros. Así lo destacó un grupo de organizaciones de la sociedad civil citadas a un debate paralelo al oficial sobre desigualdad durante el Foro Político de Alto Nivel para el seguimiento de los ODS. “Se olvidan de que también hay que tomar medidas para la redistribución de la riqueza, que las rentas más altas aporten más, que se luche contra la evasión de impuestos y los paraísos fiscales”, argumentó Marco Gordillo, representante de Futuro en común, una plataforma española de entidades aliadas para impulsar la agenda de desarrollo sostenible en España.

No solo contra la desigualdad, sino en los esfuerzos en lograr los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, «toda la atención está puesta en acelerar lo que estamos haciendo, pero no hay nada sobre lo que hay que dejar de hacer», lamentó Barbara Adams, directora ejecutiva de Global Policy Forum. Se refería a las cuestiones en las que las naciones ricas tienen mayor responsabilidad, como el cambio climático o la exportación de armas. Coincidió con ella el pensador uruguayo Roberto Bissio, secretario internacional de Social Watch. «En los exámenes nacionales de seguimiento de los ODS, los países no hablan oficialmente de la desigualdad, ni tampoco de los impactos extraterritoriales de sus acciones, no solo lo que tiene que ver con el clima, sino también los paraísos fiscales, la exportación de armas… No creo que nadie hable de su exportación de armas en sus informes», zanjó

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/07/13/planeta_futuro/1562972599_738643.html

Comparte este contenido:
Page 18 of 54
1 16 17 18 19 20 54