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Entrevista con Raúl Rodrigo: «A alguien que está sufriendo acoso escolar le diría que deje de responsabilizarse y que pida ayuda»

Por: Carlota Fominaya

Entrevista con Raúl Rodrigo, autor de «Mi receta contra el acoso escolar» (Desclée).

Si hay que escuchar a alguien en los casos de bullying, es a las propias víctimas. En este caso, se trata del propio testimonio de Rodrigo, cuya historia personal le ha llevado a escribir este libro: «Mi receta contra el acoso escolar» (Desclée). En su libro encontramos una historia de superación y crecimiento personal en primera persona, donde el autor nos regala un manual con el que afrontar y poner fin de una manera pacífica y constructiva a esta lacra.

¿Cuál sería su principal receta para combatir el acoso escolar?

Una de mis primeras recetas es no buscar un por qué. Si buscas un por qué, cometes el error de responsabilizarte a ti. Durante mucho tiempo llevé a cabo esa búsqueda, aunque afortunadamente hace ya unos años que pude salir de ella. A la conclusión que llego es que no hay que buscar el por qué, porque además corres el riesgo de disfrazarte de quien no eres, y eso tiene unas conclusiones muy peligrosas. El ejercicio pasa más por reflexionar en por que ellos ponen el foco en tu persona. El responsable siempre es quien te acosa.

De alguna forma, ¿se suele acosar siempre al diferente…?

La conclusión es que no, pero siempre hay un punto común, que es algo que en ti no pueden soportar ver. Por ejemplo, la niña con la que se meten porque es adoptada… Quizás lo que hay detrás de ese caso es la envidia de saber que esa chica tiene unos padres que se han recorrido miles de kilómetros para formar una familia en la que sí hay amor. O, por ejemplo, si el foco se pone en alguien gay, quizás lo que está detrás es la envidia de que ese joven tiene para mostrar una opción sexual en una edad tan temprana. Siempre hay un motivo, pero no hay que buscarlo en la víctima, sino en la otra persona. Lo resumiría diciendo que el acosador es una persona herida y que tiene problemas. Pero esto también tiene dos lecturas: que ya no lo vemos como un monstruo, sino como una persona que lo está pasando mal, y que también necesita ayuda.

Ahora usted utiliza su experiencia para ofrecer charlas en los colegios. ¿Cuál es su objetivo con los alumnos?

Parte de mi labor pasa por hacer reflexionar a los chavales y hacerles tomar partido. El acoso es muy doloroso. El aislamiento y la soledad que supone son muy perjudiciales, y muy difíciles de detectar. Las cicatrices del aislamiento todavía perduran en mi. Hoy ya no duelen, me sirven como mapa de mi pasado, pero durante muchos años quemaron a rabiar. Para los docentes, los padres e incluso las víctimas luchar contra ese acoso es harto difícil.

¿Por qué a los adultos, padres, profesores, nos resulta tan difícil de identificar este tipo de acoso?

Porque normalmente quien lo ejerce «se disfraza» o se comporta bien en casa y en clase, saca buenas notas…. No tiene por qué ser una persona agresiva, ni con malos comportamientos. Son personas muy inteligentes, y ejercen un maltrato orquestado y premeditado, que requiere de intelecto y planificación.

Creo que poco a poco está cambiando la percepción del acoso, y del papel del acosador…

Poco a poco, aunque a lo mejor no veo toda la realidad. Creo que en los colegios los profesores en general están muy alerta, están implicados… . Los propios compañeros hoy están muy vinculados. Existen alumnos mediadores, los hermanos mayores supervisan a los jóvenes… Hay mucho por hacer pero en este sentido, estoy muy esperanzado.

Pese a este avance, todos los años se suicida algún chaval.

Es que el acoso sigue existiendo y es un problema. Por eso me sumo a esta lucha. Por desgracia tenemos que aceptar o asumir que probablemente nunca llegaremos a conseguir que desaparezca, porque hay algo intrínseco al ser humano que es la maldad. La maldad existe, y los malos comportamientos y las situaciones injustas también. Otra cosa es que por supuesto tengamos que establecer los mecanismos para que sean mínimos y se solucionen a la mayor celeridad posible.

¿Cuál es la gran diferencia entre este libro y otros escritos sobre recetas contra el bullying?

Sobre todo hablo desde mi experiencia, acompañada eso sí de un gran crecimiento emocional y un trabajo psicológico. Esto creo que me permite analizar las cosas sin rencor, sin revanchismos, ni victimismos. Creo que eso es a nivel general la gran diferencia con otros textos: la ausencia de triunfalismo. Y sobre todo, insisto, mi experiencia personal, porque creo que sí que hay cosas buenas o interesantes, escritas desde el rigor de un psicólogo, o un pedagogo, que te dan buenas pautas pero que no lo han vivido.

¿Por dónde crees que deberíamos empezar para luchar contra este grandísimo problema?

El primero, y aunque suene a cliché o a obviedad, es pedir ayuda. Porque primero, si no lo cuentas, los demás no lo saben. Mis padres se enteraron cuando yo tenía 35 años… Cometemos el error de dar por hecho de que la gente más próxima o de nuestro entorno conoce nuestro sufrimiento, y no es verdad.

En segundo lugar, porque un adolescente no tiene los recursos suficientes para gestionar una situación tan compleja. Este segundo mensaje iría enlazado con el primero, e iría dirigido a padres y profesores. Hay una frase de Almudena Grandes que me gusta mucho, que utilizo siempre, que dice que hay que ser muy valiente para pedir ayuda, pero más valiente todavía para aceptarla. ¿Por qué digo esto? Porque un menor que esté sufriendo acoso escolar va a estar muerto de miedo y, por tanto, no va a pedir ayuda.

¿Alguna recomendación directa para padres y profesores u otros adultos de referencia?

Sí, les diría que intenten generar un clima de confianza en el que los niños o adolescentes se sientan en la tranquilidad de poder contarnos. También que estén muy atentos a los cambios de comportamiento.

¿Y para alguien que está siendo víctima de acoso?

Y como tercer ingrediente, yo le diría a alguien que está sufriendo acoso escolar que no busque porqués, que deje de responsabilizarse. También le aconsejaría que se construyese un mundo que le haga feliz. Eso no significa resignarse a lo que está ocurriendo, no significa no luchar por volver al instituto con confianza y tranquilidad… Pero sí saber que fuera del centro escolar hay un montón de cosas y de gente con la que puedes conectar, entablar nuevas amistades, y reconstruir tus fortalezas y tu autoestima.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-alguien-esta-sufriendo-acoso-escolar-diria-deje-responsabilizarse-y-pida-ayuda-202001160141_noticia.html

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Entrevista a Joan Elias: “La universidad pública necesita más dinero y más autonomía, el modelo actual nos encorseta”

Entrevista/Autor: Victor Saura/eldiariodelaeducacion.com

Dividir universidad e investigación en dos ministerios “no tiene ni pies ni cabeza”, afirma el rector de la UB, Joan Elias. Con todo, a ambos ministros les pone deberes: a Ciencia, que recupere los presupuestos precrisis. Y a Universidades, que emprenda una nueva reforma como la que representó la LRU de 1983.

En los últimos meses, Joan Elias (Barcelona, 1956), catedrático de Matemáticas y rector de la Universitat de Barcelona desde 2016, ha alzado la voz para alertar sobre el deterioro de la universidad pública. Le tocaba hacerlo no solo como rector de la primera universidad catalana, sino sobre todo como presidente de la ACUP (Asociación Catalana de Universidades Públicas), cargo rotatorio en el que acaba de ser relevado por la rectora de la Universidad Rovira i Virgili, María José Figueras.

Elias reconoce que a comienzos de curso, con el resto de rectores, se plantearon convocar una concentración en la calle si se confirmaba que en los nuevos presupuestos de la Generalitat el incremento de la dotación para universidades resultaba pírrico. Es una idea que está ahora aparcada, pero no descartada, explica. En lugar de eso, el 8 de octubre hicieron un acto entre académico y reivindicativo en el Paraninfo de la UB con los ocho rectores de las universidades públicas catalanas como protagonistas. Un acto que tuvo un amplio eco mediático. Desde entonces queríamos sentarnos con él y finalmente hace unos días lo hemos logrado.

Después de todas las movilizaciones que tuvieron lugar en el primer trimestre del curso, parece que les han escuchado…

Hicimos aquel acto público en el Paraninfo que fue tan masivo porque había una razón clara de falta de financiación, sabíamos que se estaba empezando la discusión de presupuestos y sabíamos que la cosa no mejoraba. Después de aquel acto fuimos a ver al vicepresidente y confirmamos que el incremento que ellos proponían se agotaba con el tema de los atrasos salariales y la rebaja de tasas, y después de esto ya quedaba muy poco de incremento real. Esto fue antes del 14 de octubre, que es cuando se publica la sentencia del Procés, que lo paraliza todo, pero nosotros hemos continuado trabajando con los grupos parlamentarios, explicándoles cómo estamos.

En aquel momento se hablaba de 100 millones más, en el acuerdo de presupuestos entre el Gobierno y los Comuns esta cifra se eleva a 140, además de una partida de 57,4 millones para compensar la rebaja de tasas. ¿Cómo lo valoran?

Las sensaciones son buenas, pero esto va por semanas. Lo que se ha anunciado no es 100% seguro. Cuando lo sea haremos una valoración.

Lo que es seguro es que habrá una rebaja de tasas del 30%, como pedía la ILP Universidades.

Sí, pero lo que nadie pide, y esto se lo explicamos al vicepresidente, es que la rebaja de tasas sea de golpe. Ni la ILP Universidades, ni los sindicatos de estudiantes, nadie pide que sea el próximo año; comprenden la situación financiera de las universidades y por tanto entienden que, por ejemplo, se pueda hacer una rebaja del 10% durante tres años.

Se supone que es para favorecer la equidad.

Y por eso tiene que hacerse bien. Desde mi punto de vista, sería razonable que no fuera generalizada, sino que tuviera en cuenta el nivel socioeconómico de la familia. De acuerdo que aquellos que tienen un alto poder adquisitivo pagan más impuestos, pero teniendo en cuenta el sistema que tenemos, y el país que tenemos, que no es un país rico, creo que esta rebaja de tasas se tiene que modular.

Además de la financiación de la universidad, el otro gran tema es la situación de precariedad laboral de un gran número de profesores asociados, o falsos asociados.

No tenemos falsos asociados. Lo que tenemos son asociados cuya situación no es correcta. Durante la crisis, las universidades no podían contratar a nadie, y esto provocó que tuvieran que hacerse muchos inventos, sencillamente porque nuestro objetivo social es asegurar la docencia. Todo el mundo hizo lo que pudo y, entre otras cosas, en algunas facultades, ante la imposibilidad de dotar plazas de profesores titulares, agregados, catedráticos e incluso lectores, se suplió con asociados. Hay asociados que tenían fuera una actividad profesional muy potente cuando entraron en la universidad, pero que después la perdieron. Y también los hay que tuvieron que usar plazas de asociados porque no había becas doctorales. O eran insignificantes. Hablo de la época de la crisis dura. Pero esto ahora se está normalizando. De hecho, el movimiento de asociados está parado, ¿por qué motivo? Porque estamos sacando muchas plazas de lectores. Aquellos asociados que son doctores y se han acreditado salen como lectores. En el caso de la UB, la previsión es que en 2020 saquemos una media de 2,5 plazas de lectores por departamento.

¿Y esto no incrementará el gasto en nóminas?

No, porque también se está jubilando mucha gente, obligatoria o voluntariamente. Y como son nóminas muy potentes, porque son personas con muchos años de antigüedad y de investigación, eso genera esta capacidad de contratación. El capítulo 1 del presupuesto no se puede tocar. No se puede incrementar y no lo incrementamos, entre otras razones porque estamos bajo la lupa del Departamento de Economía. O sea que estamos incorporando a gente joven, y lo estamos haciendo a una velocidad alta, pero mucho me temo que no será bastante alta para tapar el agujero que se creó en su momento. Y como que hay este agujero, en algún momento lo sufriremos.

Perdone, pero no acabo de entender a qué agujero se refiere.

En su momento, no entró gente joven de lector. Y esto quiere decir que cuando llegue el momento que tengamos que empezar a coger gente para ser agregado o titular, en algunas áreas no tendremos suficientes candidatos. Esto es un flujo: salen unos y tienen que entrar otros; pero si esto se rompe, llega el momento en que no tienes a suficientes candidatos con méritos para sustituir a los que salen.

Los docentes precarios denunciaban que trabajan full time cobrando 400 o 500 euros al mes. ¿Esto, por lo tanto, se está acabando?

No están full time. Tienen contratos de obra y servicio para hacer unas horas de docencia, y vigilamos que hagan lo que tienen que hacer y no otras cosas. Evidentemente que puede haber abusos, como pasa en cualquier empresa, pero cuando nos enteramos de algún abuso actuamos. Ha bajado la presión porque estamos sacando muchas plazas; piense que ha habido más de uno que ha pasado de asociado a fijo, directamente, o incluso a catedrático. Porque son gente que estaba ahí, que no pudo acceder a ninguna plaza fija porque no las había, y estamos intentando que toda la gente pueda entrar.

Pep Vilalta dice en su libro que en Cataluña tenemos un gran sistema universitario que está en un momento muy delicado. ¿En relación con el resto de universidades españolas, este riesgo es mayor o menor?

El riesgo financiero se puede arreglar de un día para otro si el ministro o el consejero de turno sacan el talonario. Pero el problema es el personal. Esto no se improvisa. Formar a un senior en la universidad son diez años. Una persona consolidada lo está entre los 35 y 40 años. Si esto lo pierdes, es muy difícil rehacerlo. Un gran investigador no se improvisa, un gran equipo no se improvisa. Este es el riesgo fundamental, deshacer todo aquel esfuerzo que se hizo en los años ochenta y noventa, y que es la razón por la cual tenemos una gran universidad. Si esto lo perdemos, no sé si podremos reconstruirlo.

Es decir, que todavía no hemos acabado de ver las consecuencias de lo que pasó durante los años de la crisis.

Estamos muy bien en los indicadores internacionales –la Universidad de Barcelona es la mejor de España y del espacio iberoamericano–, pero a la vez lo que estamos viendo, tanto en la universidad catalana como en la española, es que nuestro crecimiento es más lento; es decir, que los otros crecen mucho más rápidamente y nosotros nos estamos frenando.

¿Qué deberes le pone al nuevo ministro… o a los dos ministros: el nuevo y el que continúa?

Lo ha dicho el ministro Castells, que no estaba de acuerdo. En la CRUE [Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas] también lo hemos dicho. Luchamos para conseguir un ministerio de investigación y universidades… y ahora va, y nos lo dejan en dos. Es un error. La docencia y la investigación no se pueden separar en la universidad. Más del 70% de la investigación en España se hace en las universidades. Por lo tanto, separarlas en dos ministerios no tiene pies ni cabeza. Estamos convencidos. Es un error.

¿Y los deberes?

En relación a Ciencia, es evidente. Tenemos que recuperar los presupuestos que teníamos hace unos años dedicados a investigación, porque estamos perdiendo posiciones respecto a los objetivos que dice la Unión Europea, y nos tendríamos que situar en la media de la UE. Y, en cuanto a Universidades, también está claro. El modelo actual de universidades ha sido muy útil, la LRU [Ley de reforma universitaria, de 1983] supuso la ruptura con la universidad franquista y fue muy buena, estamos donde estamos gracias a aquella reforma en profundidad. Pero ahora nos hace falta otra reforma. Otro pacto social sobre qué modelo de universidad pública quiere la sociedad española. El modelo que tenemos ahora es un corsé. Nos impide salir adelante, hacer otro salto de calidad, y estamos en disposición de hacerlo.

¿Por qué motivo es un corsé?

Nos falta autonomía. La gobernanza me preocupa poco, porque es cuestión de que el rector quiera mandar. El problema fundamental es la captación de profesorado, esto está demasiado encorsetado. ¿Por qué tenemos tan pocos profesores o profesoras extranjeros? Y, de hecho, muchos de los que tenemos lo son porque el marido o la mujer son españoles, y ya viven aquí. Es decir, la universidad española sería un polo de atracción si no fuera por las barreras que lo impiden. En la UB, por ejemplo, hemos demostrado que sabemos hacer bien las cosas, y por eso en los rankings estamos donde estamos. Si nos dejaran hacer, y con algo más de presupuesto, nos situaríamos entre las 100 primeras del mundo.

Por lo tanto, más flexibilidad en la contratación.

Totalmente. Yo eliminaría las acreditaciones, esto ya se lo he pedido al ministerio. Solo dejaría una, quizás: la de hacer funcionarios. Pero también pongo en duda que los profesores universitarios tengan que ser funcionarios. No hace falta. Como en otros casos de profesionales que son funcionarios y tampoco hace falta. Esto es algo del siglo XIX. Pero claro, como los profesores tienen que ser funcionarios, entonces entramos en la Ley de Función Pública, y eso lo complica todo. Si nos fijamos en el modelo anglosajón, es otra historia. O en el caso de los nórdicos, que cuando tienen que contratar a un catedrático convocan un concurso internacional, se presenta quien quiere, hacen un proceso de selección y eligen. Y se ha acabado. Pero, claro, aquel catedrático o aquel departamento después será evaluado por su rendimiento. Si eliges mal, tu rendimiento en investigación bajará y a la larga lo pagarás.

¿Los nórdicos tienen más controles de calidad que nuestra universidad?

No, nosotros tenemos muchos más controles que ellos. Tenemos de todo tipo, pero no tengo tan claro que sean los más eficaces para mejorar. Por lo tanto, ahora se tiene que hacer un cambio para desregular esta estructura que nos impide que entre gente de fuera. Y de las titulaciones ya no digo nada.

Si quiere decir algo, adelante…

Mi pregunta es: ¿por qué un titulado de matemáticas de nuestra universidad –hablo de matemáticas porque es lo que conozco–, tiene que ser igual que en la Complutense de Madrid? Hay algunas titulaciones que sí, como Medicina, que tienen un control especial en el ámbito europeo, y esto es razonable. Pero ¿por qué motivo un químico de la UB tiene que ser muy parecido a un químico de la Autónoma? No tiene ni pies ni cabeza. Yo defiendo la autonomía de las universidades. Obviamente, tiene que haber una evaluación, porque es dinero público y si no se está usando bien, a la calle. Pero creo que tendrían que dar la oportunidad a las universidades, sobre todo a aquellas que hemos demostrado estar en un nivel muy bueno en el ámbito internacional, lo que por tanto quiere decir que tan mal no lo hacemos. Esto se le he dicho al president Torra: “Hemos demostrado que lo sabemos hacer, dadnos los medios y la autonomía para subir aún más arriba”. Pero necesitamos esto: más dinero y más autonomía.

¿En la evaluación sobre la calidad de una universidad pesa mucho más la investigación que la docencia, verdad?

Una universidad sin investigación no es universidad, y una universidad solo con investigación, tampoco. Es decir, nosotros tenemos que hacer docencia e investigación a altísimo nivel. Si no, seríamos una escuela o un centro de investigación, y no somos ni una cosa ni la otra. Somos una universidad. Nuestra docencia es de calidad si estamos en la línea de poder comunicar las últimas noticias en cualquier disciplina. Es decir, lo que estos días está hablando el doctor Massagué seguramente será explicado en poco tiempo en nuestros másteres o cursos de doctorado.

En la universidad no hay ningún conflicto entre una cosa y la otra, el único conflicto es que el día tiene 24 horas. Una docencia de altísima calidad viene alimentada también por la investigación de gran nivel. El investigador de altísimo nivel tiene que hacer docencia, porque tiene que transmitir lo que sabe. Y un profesor no puede ser bueno si no está al día de lo que se cuece a nivel internacional. Esto no quiere decir necesariamente que lo expliques, sobre todo si estás haciendo un curso de primero, aunque yo siempre digo que los profesores de primero tienen que ser los mejores, puesto que son los que tienen una visión estratégica de la disciplina.

Investigador y docente parecen dos perfiles muy diferentes. Al primero te lo imaginas metido en su mundo y sus análisis, y al segundo con una gran capacidad didáctica y divulgadora…

No, no es así. Paul Dirac, premio Nobel de Física que descubrió la antipartícula del electrón, el positrón, daba clases de física de primero. Tenía que ser un lujo. O le pongo el caso de otro Nobel, Richard Feynman, considerado uno de los físicos más importantes del siglo XXI; ves videos suyos y te das cuenta de que era un gran comunicador. También le podría hablar de grandes matemáticos que han sido grandes comunicadores. Gente que hace el esfuerzo de explicarse. En mi área, que es el álgebra computacional, mi experiencia es que los científicos son grandes comunicadores. Porque al científico le gusta explicar lo que hace.

Hablemos un poco de la función social de la universidad. Hace unos meses la ACUP participó en el lanzamiento de la Agenda de Innovación Social, con un diagnóstico muy pesimista en cuanto a la cohesión social y el papel de la educación.

El diagnóstico es terrible. Pero los trabajos que se han hecho desde el Pacto Nacional por la Sociedad del Conocimiento demuestran claramente que el problema no es de las universidades. La universidad es equitativa, puesto que una vez has llegado, tu extracción socioeconómica prácticamente no tiene ninguna influencia con tu resultado académico. El problema no es lo que nos llega, sino es lo que no nos llega. Lo que no es equitativo es aquello previo a la universidad. Es decir, el nivel socioeconómico es lo que hace que muchos chicos y chicas no lleguen a la universidad, pero cuando llegan no hay ningún sesgo en los resultados, o es muy poco significativo. Las cifras son clarísimas.

¿Esto quiere decir que cada vez llegan menos alumnos que son hijos de familias pobres?
Vamos mejorando, pero poco. Es aquello de “dime la parada de metro más cercana a tu casa y te diré tu esperanza de vida, probabilidades de fracaso escolar… y, también, qué posibilidades tienes de llegar a la universidad”. Y no digo que la universidad sea totalmente equitativa, porque también tenemos problemas, pero el problema gordo está antes.

¿La selectividad influye en este sesgo?

No, la selectividad es simplemente ordenar a la gente. La aprueba casi todo el mundo.

Pero después hay unas notas de corte.

Es que esto depende de la oferta que podemos hacer. Los diferentes centros tienen la capacidad que tienen, y de esto depende la cifra que pueden admitir. Hay otros países en los que cada universidad hace su examen de acceso, y los candidatos tienen que ir aplicando en varios centros, pero al final siempre hay un número limitado de plazas. Aquí es un examen para todo el mundo igual, les ordenas y el primero elige. Es como aquello de la democracia y el sistema parlamentario, del que se dice que es el menos malo que hemos inventado hasta ahora. Pues esto sería el mismo, es el sistema menos malo que tenemos.

Hay elecciones en la UB a finales de año. ¿Se volverá a presentar?

Sí. Ya he expresado esta voluntad a la gente de mi equipo.

Déjeme aprovechar su condición de matemático para preguntarle por la escuela. ¿Cómo le parece que se imparten las mates en los institutos?

No soy un especialista, pero visto lo que ocurre, hay algo que no debemos estar haciendo bien. Ya sé que matemáticas es una disciplina dura (aunque a mí siempre me pareció muy fácil), con un elevado nivel de abstracción y que para los chicos y las chicas es un hueso, y les cuesta entrar. Y, por tanto, algo tenemos que hacer, porque es una disciplina preciosa. Las facultades de matemáticas tenemos contacto con los institutos, y es algo que nos preocupa a todos. No digo que lo estemos haciendo mal, sino que tenemos que reflexionar sobre ello, pero la realidad es que ningún país del mundo ha encontrado una solución.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2020/01/27/la-universidad-publica-necesita-mas-dinero-y-mas-autonomia-el-modelo-actual-nos-encorseta/

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Torreón y Columbine: violencia y seguridad

Por: Mauro Jarquín Ramírez

La vestimenta del agresor no es la única semejanza entre las tragedias de Torreón y Columbine. Ambas ocurrieron en colegios de excelencia académica; las dos gozaron de una cobertura mediática excepcional; comparten además ser el último eslabón de la larga cadena de violencias que México y Estados Unidos reproducen en sus sistemas educativos y por igual generaron como respuesta políticas de seguridad en el espacio escolar.

Para poder encontrar soluciones a los problemas de violencia que vive nuestro sistema educativo, es importante revisar las experiencias previas de otros actos trágicos, más allá de la espectacularidad con la cual ha sido tratado el tema por ciertos medios de comunicación y autoridades. El asesinato de personas al interior de una escuela es de hecho un síntoma, sumamente doloroso, de una desfavorable condición sistémica que, constituida por varias expresiones de violencia (sexo-genérica, étnica, clasista, etcétera) se ha desplegado a lo largo y ancho de nuestro sistema educativo, en todos los niveles.

Tomar esto en consideración nos permite superar ciertas posiciones idealistas que consideran a la escuela como un espacio impoluto, autónomo de la vida social en la cual se encuentra inmersa. Un espacio que, en todo caso, debe ser protegido de amenazas externas que puedan generarle un daño determinado. Tal perspectiva es el punto de partida de distintas políticas de carácter inmunitario que, en la búsqueda de preservar la armonía en los espacios escolares, asientan el problema de violencia escolar, circunscribiéndola únicamente a agentes peligrosos, que representan una amenaza a la comunidad educativa. Es por ello que la primera aproximación a la tragedia de Torreón se realizó en función de la presunta inspiración de un videojuego hacia el asesinato, para después señalar un acto de 20 años atrás.

Tal lógica es, a todas luces, equivocada. La escuela no es un espacio libre de violencia. La escuela vive y reproduce un amplio abanico de violencias en el bullying, el ciberacoso, el autoritarismo docente, el trato de las familias hacia los estudiantes, el currículum oculto de los planteles, etcétera. En distintos sentidos, es la escuela misma la que desarrolla y reproduce la violencia que ha derivado en grandes tragedias como Columbine y Torreón. ¿Acaso no recordamos los casos de acoso sexual en escuelas primarias? ¿O el sistemático bullying del que son objeto miles y miles de estudiantes en las más distintas condiciones socioeconómicas?

Reconocer esta realidad no es culpar a la escuela de los males de nuestra sociedad. Al contrario, nos invita a reconocer la gran dificultad que tienen los planteles educativos en atender prácticas plenamente institucionalizadas en el entorno en el cual se encuentran. Esto nos permite impulsar un enfoque de prevención de la violencia que ponga por delante el bienestar de los estudiantes y no únicamente su seguridad. Después de Columbine, las políticas de seguridad tomaron un nuevo aire, ya que habían sido llevadas a cabo desde los años 80 bajo el lema de tolerancia cero, el cual partía de la idea de que la mejor forma de disminuir el crimen en las escuelas era el señalamiento y la punitividad. En este contexto, se impulsaron políticas de control y disciplinamiento del espacio escolar enfocadas a incrementar la seguridad en los planteles, por ejemplo, con la contratación de servicios de seguridad privados, la revisión de mochila con rayos X y cámaras, entre otros. No obstante, la evidencia empírica nunca mostró resultado claro sobre su efectividad; de hecho, efectos negativos se hicieron patentes, tanto a escala de la integridad de los estudiantes, como en el rubro de su desempeño académico. Ello sin tomar en consideración el gasto incremental que dichas políticas representaron para algunas escuelas, con el fortalecimiento de un redituable mercado de seguridad privada escolar.

Ante la tragedia de Torreón, es comprensible que la respuesta inmediata del gobierno sea revivir el programa Mochila segura, debido a que, pese a su costo e ineficiencia señaladas por la Auditoría Superior de la Federación, permite generar una sensación de seguridad a muchas angustiadas familias, bombardeadas por el espectáculo mediático. Lo que no se entiende es cómo, a más de un año de inicio de su gestión, la actual Secretaría de Educación Pública no haya desarrollado un programa nacional de pacificación escolar, que consista en construir paulatinamente y de manera transversal el bienestar necesario para atender la diversidad de casos de violencia en las escuelas.

Impulsar un programa de esta naturaleza requerirá más que hacer de las familias y el profesorado los policías de las escuelas; se necesita formación docente, atención sicológica en los planteles educativos, programas sólidos de educación para la no violencia, que tendrían como antecedente el Proyecto de Educación para la Paz y Derechos Humanos impulsado por Pablo Latapí a finales de la década de los 80. Estas políticas podrían armonizarse con los trabajos del fantasmal Consejo para la Construcción de la Paz, presente en el Plan Nacional de Desarrollo, pero ausente en el trabajo cotidiano.

Construir paz desde las escuelas requiere de una auténtica política de Estado.

Por cierto, hace algunos meses la SEP invitó a empresarios cerveceros de Constellation Brands a deliberar sobre el futuro educativo de nuestra nación, y participaron en el Laboratorio Educativo de Aspen Institute y Méxicos Posibles. En días recientes, contra las denuncias ciudadanas y el riesgo ecológico, se ha anunciado que dicha cervecera, en Mexicali, va, ya que no representa peligro alguno al abasto de agua. Habrá que recordarle al gobierno que anteponer los intereses privados a los del pueblo no es necesariamente procurar la paz

* Profesor FFL-UNAM

Twitter: @MaurroJarquin

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/01/25/opinion/013a1pol

Imagen: Gerd Altmann en Pixabay

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La tabla periódica incita a la educación ambiental para la sostenibilidad

Por: Carmelo Marcén

De lo que se trata con esta propuesta es hablar de cosas cotidianas en las aulas; de hacer una verdadera ecoescuela que se pregunte dónde estamos en relación con el medioambiente global a través de la consideración de cosas pequeñas.

Así dicho suena raro, pero sí. Pongamos que la naturaleza es una mezcla de elementos diversos, de los cuales solamente reparamos habitualmente en los más nombrados: carbono, oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, oro, plata, hierro y unos pocos más. Estos, como el resto, están por ahí combinados con otros y dan forma y propiedades a todo lo que vemos o utilizamos. Casi seguro que el medio ambiente es eso. De ahí que haya que hablar de ellos, poco a poco, sin grandes aventuras, simplemente leyendo, viendo, oliendo, tocando y, cuando se despierte el interés, investigando. En la vida son omnipresentes (cualquier roca, el agua que se mueve, los animales que podamos encontrar en la naturaleza, las cosas que cada día vemos o utilizamos, el aire que nos trae lluvias y sequía, etc.); en la escuela ya aparecen sin darles importancia, pero a veces sí, inundan en los cursos más altos el mundo de la química, que es el mundo real: las experiencias de cada día.

Dicen quienes saben de esto que un objeto tan corriente ahora como es un móvil puede estar fabricado, contener, más de 30 elementos distintos. También hemos leído por ahí que el cuerpo humano podría llegar casi a 60. Más asombro todavía: por la vida circulan unos 120 elementos diferentes, que se sepa hasta ahora. La lista no ha hecho sino crecer desde que los primitivos humanos apreciaron las propiedades del hierro, cobre u otros metales, allá por la Prehistoria; en el siglo XIX aparecían identificados poco más de 60.

No se trata de organizar una aburrida clase de química. Si los sacamos del medio ambiente y los traemos aquí, a la ecoescuela, es porque son importantes. Además, en este caso, los queremos recordar porque alguien se empeñó en organizarlos en una tabla para que se entendieran mejor y se pudieran enseñar, también en el instituto. El año pasado se cumplían 150 años desde que un científico ruso Dimitri Ivánovich Mendeléiev había “ordenado” su comprensión, con unos criterios que ya aprenderán quienes estudien química en los últimos cursos de Secundaria o en Bachillerato. Como no sabemos si esos estudiantes se manejan con soltura o no por la tabla, se nos ocurre encaminarlos a una tabla periódica muda. Tan importante fue la tarea de Mendeléiev que la Unesco decidió declarar al 2019 como Año Internacional de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos. Es posible que no todos los colegios e institutos se habrán hecho eco de la efeméride, aquí está explicada.

Entender esto de los elementos presentes en el medio ambiente requiere tiempo y dedicación. Una manera de abordarlos es buscando su relación con la vida diaria, por ejemplo, en los aparatos electrónicos que empleamos. Para entender el asunto merece la pena leer con detenimiento el artículo “Tres tablas periódicas que explican el irracional consumo de muchos aparatos eléctricos” que publicaba Clemente Álvarez en Ballena Blanca de eldiario.es, cuando empezaba el año de la tabla periódica. En primer lugar hay que fijarse en la “Tabla periódica de la escasez”, con 98 elementos no sintéticos, que ha propuesto la Sociedad Química Europea (EuChems). En ella se aprecian cuestiones tan importantes para la vida económica y social, tal como la entendemos ahora, como su abundancia o no en el medio ambiente –algunos tienen su disponibilidad limitada, otros están en riesgo por su uso creciente, y los hay en grave riesgo en los próximos 100 años). Alguno, como el caso del litio, aparece en color amarillo, que indica riesgo futuro de abastecimiento. Este supuesto se podría aprovechar para hablar de las baterías de los coches eléctricos, de lo que podría suceder si todos los coches funcionasen con ellas. Seguro que el debate traería ideas para fortalecer el uso del transporte público, para hablar de dónde se concentran los pocos “yacimientos” de litio; incluso en Cáceres provocará opiniones encontradas acerca de la pretendida explotación de litio que supondría ser la segunda de Europa. Como vemos, medioambiente y tabla periódica van de la mano en la vida aunque no nos lo propongamos.

En el mismo gráfico, la EuChems ilustra sobre aquellos elementos químicos que están presentes en nuestros móviles. Este asunto también es aprovechable en clase. Puede emplearse para ver sin son muchos o pocos, para revisar si alguno de ellos está marcado en rojo o amarillo, pero, sobre todo, para cuestionar si la tendencia compulsiva a cambiar de móvil beneficia al medio ambiente o a nosotros; el artículo alude a que en la Unión Europea se tiran o reemplazan 10 millones de estos dispositivos todos los meses. Es indudable que merecerá la pena hablar de la recuperación de sus componentes, elementos de la tabla una buena parte de ellos.

Los elementos químicos nombrados se obtienen del medio ambiente, la naturaleza para quien así lo prefiera. Para extraerlos se utilizan complejos procesos de minería, que tienen más o menos repercusión ambiental. En otra tabla del artículo se señalan los elementos cuya extracción tiene un impacto bajo, medio o alto (cuidado con el oro, el mercurio o el platino). El asunto daría para hablar largo y tendido con el alumnado de determinados cursos de las huellas que conlleva en la naturaleza disponer de unos cuantos elementos implicados en la fabricación de los aparatos electrónicos, que hoy mismo mandan en nuestras vidas.

Finalmente, la tercera tabla se pregunta por el porcentaje de reciclaje de los distintos elementos. Su recuperación o no tiene una alta repercusión en nuestras vidas, en su disposición posterior o no, en el medio ambiente próximo y global, en el resto de los seres que forman la ecosfera. Aquí se podría reconocer de dónde, cómo y en qué países se “recuperan” parte de esos elementos químicos tan valiosos, de si hay riesgos ambientales en la recuperación. Hay muchos portales de Internet que lo abordan.

Habría más cosas de las que hablar: Por ahí está el paladio, un metal que instalado en los tubos de escape de los nuevos coches híbridos y a gasolina reduce la emisión de gases contaminantes. O ese arsénico que viaja en pinturas e insecticidas hacia las corrientes de agua en donde encuentra cadmio y otros metales pesados, que hacen casi imposible la vida de los peces, entro otros seres acuáticos. Y cómo olvidar a las tierras raras, esos 17 materiales que provocan conflictos bélicos o económicos, ambientales y sociales también, a cualquiera que tiene relación con ellos. Para quienes sean curiosos, hay una tabla que identifica los elementos químicos en los objetos de usos cotidianos.

Al final, de lo que se trata con esta propuesta es hablar de cosas cotidianas en las aulas; de hacer una verdadera ecoescuela que se pregunte dónde estamos en relación con el medio ambiente global a través de la consideración de cosas pequeñas. Se quiere proporcionar una visión general de lo que suponen algunos elementos químicos, en este caso contextualizados en la vida, utilizando como escusa una efemérides científica para hablar de un contenido escolar que, si bien servirá más en unos niveles que en otros, seguro que al profesorado le vendrá bien refrescar lo que en su formación aprendió sobre la tabla periódica para exponer al alumnado la complejidad ambiental de ciertas maniobras productivas o comerciales, al fin y al cabo el consumo, que en principio nos hacen más cómoda la vida. Esto es un avance de la Educación Ambiental para la Sostenibilidad, que tanta falta nos hace.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2020/01/24/la-tabla-periodica-incita-a-la-educacion-ambiental-para-la-sostenibilidad/

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Nuevos propósitos de 2020, el año de la educación en valores

Por: Educación 3.0

Elaborar una lista de buenos propósitos para trabajar valores como la igualdad, el compromiso social o el fomento de la lectura con el objetivo de incentivar el pensamiento crítico es un buen plan para comenzar el año. Para ello, te invitamos a participar en diversas iniciativas promovidas por distintas organizaciones para concienciar a tu alumnado.

La educación en valores debe estar presente en la vida de niños y jóvenes de todas las edades y en todos los ámbitos. En el aula puede transformarse en una serie de propósitos con los que comenzar un nuevo año profundizando y concienciando acerca de diversos aspectos.

La solidaridad, la empatía o el compromiso social son valores con los que los estudiantes del presente pueden llevar a cabo cambios que transformen su futuro. Así lo muestran los distintos movimientos sociales a favor del planeta y la conciencia medioambiental, como Fridays For Future encabezado por la activista Greta Thunberg, o las manifestaciones a favor del feminismo en muchos países del mundo.

De este modo, y desde clase, se pueden seguir los siguientes propósitos para alcanzar una mayor inclusión, igualdad o conciencia medioambiental entre el alumnado:

1.   Trabajar la sostenibilidad medioambiental

Mision #plasticfree

El comienzo del año significa seguir preocupándose por la responsabilidad ambiental como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En su necesidad de atravesar todos los ámbitos, tiene que estar presente en las escuelas para lograr un impacto positivo y permanente en la comunidad educativa y cívica. Esta concienciación se puede ver en iniciativas como la de Leroy Merlin, que por cuarto año consecutivo pone en marcha su programa de educación ambiental. En esta edición, Misión #plasticfree, el programa se ha propuesto que alumnado y profesorado reflexionen sobre su patrón de consumo hacia posturas más sostenibles y responsables con el medioambiente.

2.   Fomentar la inclusión

Once Upon a time

No sólo hay que centrarse en el entorno que nos rodea. Para que los propósitos de este año sean verdaderamente responsables también hay que enfocarse en las personas, en todas y cada una de ellas. Aquí es donde entran en juego conceptos como el de inclusión y solidaridad que concursos como el del Grupo Social ONCE quieren desarrollar. Este año, su 36 edición “ONCE Upon a time: La mirada de tod@s” pretende romper con el modelo que trata de forzar a las personas a encajar de manera rígida y sin profundizar en su contexto personal, emocional y social. ¿Cómo? A través de la innovación pedagógica que permite que los estudiantes sean protagonistas de su propia educación.

3.   Poner la responsabilidad en el centro

Abanca propósitos educación en valores

La característica común de estos valores es la responsabilidad. Desarrollar este concepto en los centros es otro de los objetivos a conseguir y para ello se deberían abordar todas sus dimensiones. La educación debe fomentar tanto la responsabilidad social como la económica e introducirlas en el aula es muy sencillo si se cuenta con la ayuda de programas de sensibilización. El que lleva a cabo la Fundación CASER “La Misión, por la inclusión ¡pasa a la acción!, quiere fomentar a través de la investigación una mayor conciencia social en clase. Por su parte, la 2ª ed Segura-Mente de Abanca es una iniciativa sobre educación financiera pensada para ayudar a que los estudiantes adquieran una capacidad crítica en cuanto a la asunción de responsabilidades y toma de decisiones. En este punto, se habla del fomento de la cultura de la prevención, necesaria en los futuros adultos.

4.   Trabajar la igualdad en los centros educativos

Tú puedes ser lo que quieras Barbie propósitos educación en valores

Uno de los propósitos más claros es trabajar por la igualdad de todas las personas: incluso las más pequeñas reivindican su lugar en el mundo y reclaman tener más referentes femeninos, escasos en los libros de texto. Una injusticia histórica con la que ha querido romper por ejemplo la 2º edición del programa educativo de Barbie. Bajo el lema “Tú Puedes Ser lo Que Quieras”, recupera a las profesionales olvidadas y ayuda a que el alumnado se plantee sin límites su futuro, trabaje en colaborativo y reflexione sobre lo que quiere ser.

5.   Leer más y fomentar la lectura en el alumnado

Agus& Monsters propósitos educación en valores

Es necesario fomentar la lectura en los más pequeños. En los libros también encontramos un altavoz social que se dirige directamente a la generación que transformará el futuro como se muestra en concursos editoriales como el de Casals, que presentó el año pasado la 5ª edición del concurso educativo de dibujo Agus& Monsters, una iniciativa para fomentar la creatividad y la animación entre niños y niñas.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/nuevos-propositos-2020-ano-educacion-valores/122327.html

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¿Qué hacer en caso de una crisis en un centro educativo?

Por: Paulette Delgado

¿Están preparados los docentes para afrontar este tipo de situaciones? ¿Cómo saber qué hacer en caso de un ataque en un centro educativo?

Aunque la escuela debería de ser un lugar seguro para los estudiantes y personal educativo, no siempre es así. El pasado 10 de enero, por ejemplo, ocurrió una balacera en Torreón, México, además de los más de 40 tiroteos que ocurrieron en Estados Unidos tan solo en 2019. Ante este tipo de ataques violentos en centros educativos, ¿de qué manera deben actuar los docentes ante situaciones de peligro?

En 2012, el Gobierno de México publicó el “Manual de Seguridad Escolar”, una publicación que como parte del programa Escuela Segura, contiene instrucciones sobre qué deben de hacer los docentes y directivos en caso de inseguridad. A siete años de su publicación, muchas instituciones siguen sin tener una estrategia de seguridad escolar.

El manual está enfocado a escuelas y consejos escolares. Para los estudiantes, el manual sugiere que los temas de seguridad sean vistos dentro de las clases de Formación Cívica y Ética.  Se enfatiza en el manual que, al momento de encontrarse en una situación de peligro, todas las acciones deben tener un sentido pedagógico; seguir procedimientos no es suficiente, se necesita una estrategia que ayude a tornar esa situación en una oportunidad de crecimiento personal y social para toda la comunidad, incluyendo a los padres.

Para lograr transformar una situación de peligro o crisis en aprendizaje, se necesita la participación de toda la comunidad en conjunto con las autoridades. Esta cooperación permitirá proteger física y emocionalmente a todos, brindar la atención necesaria en caso de secuelas y apoyar a los padres de familia y a los estudiantes en los procedimientos legales y psicológicos que necesiten.

Para lograr esta unidad todos deben de participar. Los alumnos deben de aprender sobre el autocuidado, qué hacer en caso de estar en una situación de peligro, participar en los simulacros y crear campañas de concientización. Esto los ayudará a saber cuales son sus capacidades y qué tanto pueden ayudar a docentes y compañeros.

En el caso de los padres, más allá de cuidar a sus hijos y cooperar con la comunidad, deben evitar divulgar chismes o  información proporcionada por la institución educativa. Además, el manual sugiere reunirse en la escuela en momentos de inseguridad y tratar de evitar acciones emocionales que pueden poner en riesgo a los demás.

La comunidad cerca de cualquier institución educativa  también tiene un papel importante, principalmente, el de no esparcir rumores así como ofrecer refugio para alumnos, docentes y padres de familia. Aunado a eso, pueden servir como conexión externa con el mundo en caso de que la escuela cierre sus puertas, así como la vigilancia del área y advertir a los maestros o autoridades en caso de notar algo extraño.

El papel de las autoridades recae en proteger a la población. Deben informar a la comunidad educativa sobre lo que está ocurriendo, promover acciones preventivas, ayudarlos a detectar las zonas seguras en la escuela, enseñar tanto a alumnos como a docentes sobre cómo manejar evidencia y cómo denunciar sin ponerse en riesgo. En caso de una emergencia, deben acudir rápidamente a las instalaciones educativas.

Aunque cada escuela es diferente, las decisiones que se tomen deberán enfocarse en la enseñanza de habilidades clave como la autorregulación, saber qué actitudes pueden ser de riesgo, aprender a resolver conflictos de manera pasiva y a fomentar los derechos humanos, el respeto, la solidaridad y más valores que pueden salvar sus vidas y la de sus compañeros.

Al inicio de cada ciclo escolar, cada escuela debe elaborar una autoevaluación de los problemas y riesgos que enfrentan. También es necesario definir estrategias para manejar posibles situaciones de seguridad que incluyan:

  • Asignar responsables

  • Fortalecer la protección uno del otro

  • Establecer redes de comunicación con los padres

  • Incluir a Protección Civil (o entidad similar, dependiendo del país) en el  Consejo Escolar

  • Organizar brigadas

  • Tener señales de alerta secretas, como timbres o palabras clave para alertar a otros maestros

  • Hacer constantemente simulacros con Protección Civil o Seguridad Pública presente y documentar las situaciones de riesgo para trabajar sobre ellas

  • Revisar constantemente los reglamentos de seguridad, incluido el “Manual de Seguridad Escolar

  • Tener un directorio con los contactos de las autoridades y miembros de la comunidad que pueden ayudar, estos contactos deben estar a la mano

Igual que es importante tener un plan de acción durante y después de una crisis, al finalizar la situación de riesgo se deben de analizar las consecuencias materiales, físicas y emocionales. El estallido de una bala o la sensación de un temblor se van, pero el miedo, ansiedad, estrés y más problemas emocionales, se quedan, por lo que es importante hablar de lo sucedido con el alumnado y profesorado y tratar de convertir la situación en aprendizaje. Tener una bitácora de los hechos donde se registre qué sucedió, cómo se manejó, qué se hizo bien y qué se puede mejorar, ayudará a aprender de estas situaciones.

A continuación señalamos algunos ejemplos más específicos de qué hacer en circunstancias de inseguridad:

¿Qué hacer en el caso de rumores de hechos violentos?

Esparcir rumores puede generar tensión y pánico entre la comunidad. El “Manual de Seguridad Escolar” recomienda que para evitar este tipo de problemas es importante tener  buena comunicación con las autoridades y fuentes confiables de información. Una vez que se tienen los datos verídicos, distribuirlos a los padres de familia y a la comunidad a través de medios de información internos como pueden ser el correo electrónico, hablando directamente por teléfono con los padres o a través de un comunicado en el portal de la escuela. Entre mejor comunicación exista entre la comunidad sobre el tema o acontecimiento, menos tensión se generará. El manual enfatiza que la clave es no esconder información. La escuela también debe encargarse de acudir a las autoridades para que se proceda a investigar el rumor y descubrir si es un peligro real.

¿Qué hacer en caso de armas dentro de la escuela?

Para evitar incidentes con armas, el manual recomienda evitar no tenerlas al alcance de los hijos. Esto incluye navajas u otras herramientas que puedan ser usados como armas. Si de igual forma nos encontramos con que un alumno porta un arma, tratar de averiguar las intenciones del alumno: ¿fue para intimidar o para impresionar a alguien? ¿La quiere mostrar? ¿Es para atacar a otros?

Si no es una situación de peligro, el docente o alguien de su confianza, debe tratar de hablar con el alumno sin tratarlo como delincuente, ver de qué manera pueden ayudarlo y hablar con sus padres. En caso de que el alumno sí esté amenazando usando un arma, es necesario tomarlo en serio y buscar que lo llevó a actuar así. ¿Acaso el alumno sufre de bullying? ¿Quiere atacar a alguien en específico? ¿Ha intentado herirse a si mismo?

El riesgo aumenta si el alumno ha presentado comportamientos violentos anteriormente, ha tenido tendencias suicidas, viene de un entorno de violencia familiar o ha amenazado en ocasiones anteriores. En medida de lo posible, el maestro debe intentar de hablar con él y brindarle soluciones, sin violencia, y buscar el apoyo de un psicólogo. Nunca se debe regañar, juzgar o hacer movimientos repentinos al agresor, siempre se debe tratar de tratarlo con integridad. Es necesario hablarle a sus padres e informar a las autoridades.

En el caso de un tiroteo escolar, Larry Banaszak, Jefe de Policía en Otterbein University, aconseja seguir los siguientes pasos: correr, esconderse, crear una barricada, y solo como último recurso, atacar. El último paso solo aplica en el caso de que el atacante ya esté en el aula y no haya manera de correr o esconderse. Banaszak recomienda que el primer alumno en ver la pistola o arma grite: “¡arma!” y todos los demás compañeros, al mismo tiempo, comiencen a lanzar libros u objetos al atacante para que se le dificulte darle a un blanco. Mientras unos compañeros estén aventando objetos, otros deben intentar tumbar al tirador mientras que otros intenten quitarle el arma. Una vez que logren desarmarlo, ya sea el maestro o sus compañeros, deben inmovilizar al atacante, ya sea sentándose en cada una de sus extremidades en lo que llegan las autoridades.

La única manera en la que esta técnica de ataque funciona es si se les enseña a los alumnos cómo actuar a tiempo. Como se mencionó anteriormente, los alumnos deben saber si tienen la fuerza suficiente para taclear al atacante, lanzar objetos o quitar el arma, así como estar en control de sus emociones y no dejar que el pánico los domine. Por su parte, el Manual de Seguridad Escolar del Gobierno de México también describe qué hacer en caso de balaceras cerca de la escuela, amenazas de explosivos y más situaciones de riesgo en centros escolares.

¿Cómo mantener la calma?

Si los maestros no autorregulan sus emociones, no podrán ayudar a sus alumnos. Es por eso que es importante que los docentes  aprendan a manejar sus emociones y saber cómo actuar en situaciones de riesgo. Lo ideal es crear una clase donde se hable del autocontrol emocional, en donde puedan participar tanto docentes como alumnado, para que puedan reconocer  sus fortalezas y debilidades emocionales y de esta manera evaluar si tienen la capacidad de mantener la calma en este tipo de situaciones. Los simulacros pueden ayudar a saber cómo actuar y son una buena oportunidad para enseñar técnicas de respiración y análisis de situaciones de peligro y crisis. Después de un simulacro es importante preguntarse:  ¿Qué sienten? ¿De qué manera están hablando? ¿Cuál es su actitud? Siempre es importante tratar de no gritar y no dejar que el miedo los paralice.

La importancia del bienestar socioafectivo de la comunidad

Si el docente no se encuentra bien emocionalmente, no podrá ayudar a sus alumnos. Tras una  crisis, normalmente los esfuerzos se centran en el alumno y no en la comunidad escolar. El manual del Gobierno de México recomienda que los docentes tengan una junta en un ambiente cálido, de preferencia, para hablar de cómo se sintieron, evaluar lo que pasó y buscar la manera de hacerlos sentir seguros para que puedan seguir protegiendo a los alumnos. Este tipo de reflexión permite a los docentes valorar y reconocer que, aunque no tienen el control, sí cuentan con las herramientas necesarias para sobrellevar una crisis.

Por último, el manual vuelve a insistir en la importancia de la unidad de la comunidad. Es importante recordar que la escuela no está sola. Si se unen tanto padres de familia, personas cercanas a las instalaciones escolares, y las autoridades, es más fácil prevenir una crisis y actuar de la mejor manera posible en caso de que llegue a ocurrir.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/que-hacer-en-caso-de-crisis-escuelas

Imagen: Clker-Free-Vector-Images en Pixabay

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Cuentos para trabajar la inclusión en casa y en los centros

Por: ABC Sociedad

La maestra Pilu Hernández Dopico ofrece algunas ideas para progenitores y docentes.

La inclusión educativa es un tema muy recurrente en los últimos tiempos. Pero, ¿sabemos lo que significa realmente? Pilu Hernández Dopico, maestra, asegura que a menudo se confunde inclusión con integración. «La inclusión educativa significa incorporar a todos los alumnos en la comunidad educativa, independientemente de su condición, raza, género o religión», añade la responsable del blog «El Pupitre de Pilu». Es que todos los que pertenecen a una misma aula, trabajen lo mismo independientemente de sus características físicas, psíquicas, psicológicas, sociales y/o culturales.

Para ello, propone cuentos dónde trabajar la inclusión en casa y en los centros:

1. «¿De qué color lo ves?», de Laia Membrive: Manuel es un niño que tiene daltonismo. No entiende por qué el otoño le gusta tanto a la gente. A él no le parece tan bonito, todas las hojas tienen el mismo color. Este libro ayuda a comprender que todo es especial para cada persona, aunque sea diferente.

2. «El curioso incidente del perro a medianoche», de Mark Haddon: Christopher Boone es un joven de 15 años con Síndrome de Asperger y conoce las capitales de todos los países del mundo. También es capaz de recitar los números primos hasta el 7.507, pero no tiene habilidades sociales. El libro relata en primera persona la historia de cuando Christopher intenta resolver un crimen.

4. «Los zapatos de Marta», de Meritxell Margarit y Marta Montañá: Marta, una niña con espina bífida, tiene dificultades para andar y se ve en la necesidad de utilizar unos zapatos especiales y bastones. El cuento descubre características de esta discapacidad y hará partícipes a los lectores de los valores que vive Marta junto con su hermano Lucas y su amigo Nico.

5. «María cumple 20 años», de Miguel Gallardo: es un libro en el que el autor muestra la relación de María, que tiene TEA, con el mundo. Relata el mes y medio de veraneo padre-hija.

6. «¡Alex, basta ya!», de Lidia Arroyo: un niño inquieto se enfada cuando no consigue lo que quiere y nunca acaba lo que empieza. Interesante relato de esta familia a la hora de salir de casa.

7. «Mi hermana Lola», de Miguel Gallardo: Javier habla de su relación con su hermana Lola que tiene discapacidad intelectual.

8. «Un bicho raro», de Emilio Urberuaga y Paz Rodero: un cuento interesante para reflexionar sobre las rarezas que nos atribuyen los demás. También para aceptar y explicar nuestras diferencias.

9. «Mis amigos especiales», de Francisco Capdevila Blanco: este cuento habla sobre descubrir nuevos amigos, de niños con discapacidades físicas y psíquicas, y cómo ellos pueden enseñarnos muchas cosas.

10. «Piedras en los bolsillos», de Marta Brule: narra la historia de superación de una madre a la que su hijo le han diagnosticado cáncer. Marta cuenta en primera persona su positividad y amor hacia su hijo.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-cuentos-para-trabajar-inclusion-casa-y-centros-202001130048_noticia.html

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