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I ❤️ #reaprovéchalo

Por: Rodrigo J. García

“Nuestra manera de alimentarnos y desperdiciar alimentos acaba con los recursos naturales y tiene una implicación ética, mucho más grave si cabe: provoca hambre” (Estudiante de 2º Bachillerato, IES ‘Antonio Calvín’, Almagro)

Cuando se inicia en el aula un nuevo proyecto, en las expectativas del docente reina la incertidumbre… ¿Motivará a los estudiantes? ¿Lograré que les llegue?

El compromiso de cualquier profesional de la enseñanza es crear un escenario en el que todos tengan posibilidades de aprender más, mejor y con el mayor sentido.

Esta inquietud y esta responsabilidad se acrecientan cuando se pretende desarrollar una propuesta curricular alternativa.

De esto trata la experiencia que relatamos, del establecimiento de un entorno de curiosidad y formación que fue construido a lo largo de tres cursos escolares (2016-17, 2017-18 y 2018-19) y que proporcionó el marco necesario al proyecto pedagógico denominado: ‘Síndrome de abundancia, no tires alimentos’ #reaprovéchalo.

Nos referimos a una iniciativa de organización curricular que afectaba a varias materias, desplegada hasta en 14 centros. El propósito fue propiciar un aprendizaje por indagación y comprometido con el estudio y la difusión de las consecuencias generadas por los desperdicios alimentarios.

En el siguiente vídeo Sandra Paz, estudiante de segundo de Bachillerato, nos explica las implicaciones, en el aumento del gasto de combustibles fósiles y despilfarro de agua, de un irracional comportamiento con los alientos.


El proyecto se inició en el curso 2016-17, en el Instituto Público de Educación Secundaria ‘Antonio Calvín’ de Almagro (Ciudad Real), y estuvo liderado por Inma Contreras, licenciada en Bellas Artes y profesora de Dibujo.

Comenzó su andadura utilizando como soporte metodológico el ‘Aprendizaje Basado en Proyectos y se hizo realidad en un grupo de estudiantes de la materia de ‘Imagen y sonido’ (optativa en segundo curso de Bachillerato).

Una ambiciosa propuesta de enseñanza para ir más allá del manejo `técnico’ de algunos aprendizajes clásicos de la materia (elaboración de guiones audiovisuales, captación de imágenes fotográficas y de vídeo, tratamiento digital de imágenes, edición de piezas visuales…). Se proponía transcender los contenidos habituales y alcanzar un mayor grado de concienciación social entre los estudiantes.

El proyecto quería convivir con los valores éticos, colaborar en la construcción de una conciencia colectiva sobre el comportamiento irracional para con los alimentos, y promover empatía y respeto hacia quienes no disponen de ellos. En definitiva, crear conciencia ecológica, frenar al consumo excesivo y favorecer la reutilización.

Después de los primeros debates y correspondientes consensos, pusieron en marcha algunas indagaciones sobre las repercusiones ambientales del desperdicio alimentario. Cuando los estudiantes contactaron con información acreditada y tomaron conciencia de las consecuencias de algunos comportamientos sociales (comprar más de lo necesario, dejar estropear frutas y vegetales, pedir en el restaurante más de lo que se puede comer…) descubrieron que la materia de Imagen y sonido ofrecía una magnífica oportunidad.

Era increíble contar con la posibilidad de aprender a manejar herramientas de edición, en diferentes formatos de comunicación y difusión de mensajes en favor de comportamientos conservacionistas y cuidado del medio ambiente.

Iniciaron su aprendizaje con ‘ganas’, trabajaron con técnicas de producción y edición de audios, imágenes interactivas, cortos de vídeo… La intención era ilustrar los mensajes que difundían en redes sociales (TwitterFacebookYouTubePinterest, e Instagram).

Desplegaron varias campañas de concienciación, colaborando con otros centros educativos, para hacer frente a la terrible realidad de que aproximadamente un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial se pierden o se desperdician (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO).

Los estudiantes se sentían concienciados y convencidos de la necesidad de esta labor de indagación y difusión y, en ese mismo curso, lograron contagiar su ilusión a otro grupo de alumnos y alumnas, también de segundo de bachillerato, de la materia de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, junto a su profesora Francisca Madrid.

Esta buena acogida del proyecto alentó a Inma Contreras, que lo extendió a otras etapas educativas y así ocurrió con los niveles primero y segundo de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), en la materia de Educación Plástica, Visual y Audiovisual. Otro de los profesores del instituto, Lorenzo Sobrino, decidió implicarse también desde la materia de Lengua Castellana y Literatura.

En clase de Lengua se debatía en público y se escribían artículos de opinión, que subían al blog del proyecto; en Ciencias de la Tierra y Medio Ambiente valoraban el impacto ambiental de la inadecuada e insostenible distribución de alimentos, visitando un centro de gestión de residuos. En Imagen y Sonido, confeccionaban imágenes y vídeos para los posts en redes sociales (rrss) y hacían de community manager. En Educación Plástica, Visual y Audiovisual preparaban murales de cartón reciclado, que transformaban en ‘gif’ e imágenes 3D.

Buscaron en la red y contactaron con iniciativas de colectivos, entidades y organizaciones que disponían de espacios web y aplicaciones (apps) móviles para compartir alimentos.

Entraron en relación con entidades como… Yo no desperdicio (una red virtual de suscriptores que colaboran en la reducción de desperdicios alimentarios, compartiendo aquello que no se consume), We Save Eat (una app que permite formar parte de una comunidad de SAVERS -ahorradores- de comercios y consumidores que dicen NO al desperdicio alimentario),I’m perfect food (tienda en línea de alimentos que podrían desperdiciarse), Too Good To Go (bajo el lema de ‘da valor a tu excedente’, pretende que cada establecimiento sea más sostenible)… Todas estas entidades defendían una causa común: evitar el desperdicio alimentario, colaborar con la campaña de la FAO de #HambreCero, luchar contra en el cambio climático y propiciar la supervivencia de las especies.

Con los mensajes elaborados y difundidos en redes sociales conseguían que profesores y profesoras de distintos puntos de la geografía española compartieran el proyecto y colaborasen en su expansión, con aportaciones, campañas de concienciación…

Lo que comenzó siendo un proyecto de una clase, se expandió a varios niveles de Bachillerato y ESO, a dos centros más de la localidad de Almagro (Instituto ‘Clavero Fernández de Córdoba y Colegio Público ‘Paseo Viejo de la Florida’) y tuvo incidencia en otros muchos centros de enseñanza. Hasta catorce centros se lanzaron a crear sus propias campañas. Se unieron centros de localidades como La LagunaHuércal de AlmeríaSevilla o Pamplona.

En unos meses, se trasformó en un proyecto de colaboración en red, que utilizaba un blog y las rrss (#reaprovéchalo) como medio de comunicación y trabajo conjunto.

Los estudiantes, de manera consciente, planificada y propositiva aprendían a utilizar de forma responsable las rrss, las tecnologías y los soportes móviles (Mobile Learning). Estas herramientas les permitían canalizar su malestar de una manera edificante, con pretensión de justicia social y planetaria.

Hacer un uso consciente de estas herramientas de relación y comunicación, respetuosa con los demás, se convirtió en objetivo educativo.

Ignorar las posibilidades educativas de este tipo de herramientas y ‘gadgets’ tecnológicos empobrece el aprendizaje en el siglo XXI.

Sabemos de las adiciones de jóvenes y adultos en el uso de estas tecnologías y su reprobable utilización en situaciones acoso. Pero es precisamente por esta razón, por lo que deben ser objeto de trabajo educativo y escolar. Todo esto, sin que sea contradictorio con cualquier regulación que democráticamente acordada se adopte en cada comunidad educativa; algo lógico, por otra parte, a considerar en la convivencia de cualquier comunidad y más aún en una institución educativa” (Inma Contreras).

Cualquier proyecto de colaboración necesita un espacio para compartir y construir juntos; este cometido lo cubría, entre otros recursos, el blog “Síndrome de abundancia: No tires alimentos, #reaprovéchalo”. En este lugar, estudiantes y profesorado compartían sus trabajos, actividades, reflexiones y sugerencias.

Y llegamos, de esta manera, al curso 2017-18, en el que deciden continuar con el proyecto. Necesitaban seguir recogiendo información y difundirla en sus comunidades escolares y en las rrss.

Contaron, además, con el apoyo y el empuje del saludo, en rrss, de Jordi Cruz, uno de los presentadores de televisión más recordados por las generaciones jóvenes, la cara visible de Art Attack, el programa de manualidades que atrajo la atención de muchos jóvenes a finales de los años 90 y principios de los 2000. Podemos escucharlo en el siguiendo vídeo.

En este curso también se unió al proyecto la profesora Natividad Sánchez del instituto ‘Antonio Calvín’especialista en Formación y Orientación laboral.

Aprovechando la sinergia de las redes y lo aprendido en los dos cursos anteriores, continuaron mejorando la campaña de concienciación medioambiental y de empatía con los que no tienen, sensibilizando a favor de evitar el desperdicio irresponsable de alimentos, por razones éticas y sociales, económicas y medioambientales.

Eran conscientes de que el deterioro del clima y el sentimiento de inseguridad instaurados en distintos órdenes de la vida, no se superaban, tan solo aumentando el número de efectivos policiales o la oferta de servicios de las empresas de seguridad. Tampoco era algo que se podría solucionar con sólo disminuir el desperdicio alimentario. Sabían que eran necesarias medidas globales y sistémicas, alternativas a una configuración social asentada en valores exclusivamente económicos, monetarios y comerciales, que se priorizan a las necesidades de la vida de las personas y a la supervivencia de las especies.

Cada vez existen más iniciativas, a este respecto. Después de la reciente ‘Huelga Mundial por el Clima’, en estos momentos, continúan en marcha otras acciones como las del movimiento ‘Extinction Rebellion (XR), defensor de la creación de una ‘asamblea ciudadana’ que, con la colaboración de expertos, participe en todo lo que afecta al clima.

Es evidente que estos cambios sociales necesitan decisiones y comportamientos institucionales, políticos y sociales sustentados en valores de justicia social y distributiva.

El proyecto ‘Síndrome de abundancia…’ les acercaba a este tipo de análisis y ponía en evidencia la organización de una sociedad adormecida. Sirva de lustración el visionado del siguiente corto, editado y producido por estudiantes de segundo de bachillerado del Instituto ‘Antonio Calvín’.

A lo largo del proyecto se crearon bancos de materiales que les sirvieron para iniciar cualquier indagación y avanzar en su profundización. Inma Contreras desempeñaba, en esta tarea, una labor de content curator (filtrado, agrupación, categorización y selección de información útil), montando, al mismo tiempo, un repositorio de materiales audiovisuales.

Eran materiales de trabajo para los estudiantes y se utilizaban también para compartir con otros docentes, favoreciendo que el proyecto tuviera presencia en otros centros educativos. Contaron, además, con una recopilación de tableros, en la red Pinterest, de enlaces con los que obtener documentación relevante.

La concienciación conseguida fue indudable y así se puede oír en la declaración que hace Luis, estudiante de segundo de Bachillerado del Instituto ‘Antonio Calvín… “Os cuento las razones que he encontrado con mis compañeros, a raíz de un proyecto de trabajo que hemos llevado a cabo en clase para evitar el desperdicio de comida. Nuestra manera de alimentarnos y desperdiciar alimentos acaba con los recursos naturales y tiene una implicación ética, mucho más grave si cabe: provoca hambre.»

Os invitamos a visionar su declaración completa en el siguiente clip de vídeo, con el que participó en la X Edición del Festival de ClipsMetrajes, organizado por Manos Unidas.

El desperdicio de comida se revela como un agente de destrucción del planeta que debemos erradicar de todos los modos posibles, y es una causa con la que debemos implicarnos. Por esto he decidido mandar este vídeo.”

Pero queda aún mucho más relato por delante. Debemos referirnos a muchas actividades desplegadas y mostrar parte de sus producciones; pero eso será el cometido del siguiente post.

Continuará…

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/10/08/escuelas_en_red/1570558773_769308.html

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Reabren escuelas de Ecuador luego de protestas ciudadanas

América del sur/Ecuador/17 octubre 2019/Prensa Latina

Las escuelas de Ecuador reabren hoy, cuando el país regresa paulatinamente a la normalidad, tras 11 días de paro nacional en demanda de restituir el subsidio a combustibles, eliminado por decreto presidencial.
La reanudación de la docencia la anunció el Ministerio de Educación en un comunicado difundido en las redes sociales.

De acuerdo con los detalles ofrecidos, las lecciones se retomarán en las tres jornadas educativas: matutina, vespertina y nocturna, así como en todos los niveles de enseñanza.

La medida la deben acatar instituciones fiscales, fiscomisionales, particulares y municipales que permanecieron cerradas a nivel nacional.

‘Reiteramos el compromiso de garantizar la calidad educativa, en beneficio de los niños y adolescentes’, recalcó la cartera de gubernamental.

El Ministerio dispuso la suspensión de la docencia, para proteger la integridad de 4,4 millones de estudiantes, desde el pasado 3 de octubre, cuando comenzaron las manifestaciones a partir de un paro transportista que duró 48 horas, al cual se sumaron otros sectores de la sociedad.

A la medida de interrumpir las actividades académicas se acogió además la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, que también dispuso el reinicio de lecciones esta jornada, en conservatorios e institutos técnicos y tecnológicos superiores públicos del país, sin precisar detalles sobre el caso de las universidades.

Varios centros de altos estudios fueron habilitados como zonas de acogida, acopio y refugio de miles de indígenas, quienes viajaron desde diversas provincias ecuatorianas a Quito, para encabezar las movilizaciones, que terminaron la noche del domingo último, tras el acuerdo alcanzado con el gobierno, a fin de derogar el decreto de corte neoliberal relacionado con los combustibles.

La resolución que liberó los precios en la gasolina extra y el diésel, forma parte del paquete de ajuste implementado por el gobierno nacional en cumplimiento de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, para obtener un fondo de cuatro mil 200 millones de dólares.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=312881&SEO=reabren-escuelas-de-ecuador-luego-de-protestas-ciudadanas
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La innovación docente en la universidad. ¿Es posible?

Por: Francesc Imbernon

Es verdad que la universidad necesita cambiar su práctica docente e innovar su metodología, pero también la formación pedagógica del profesorado (que tendría que ser obligatoria), la dotación presupuestaria, las estructuras, las relaciones laborales…

En los últimos meses han aparecido algunos análisis y documentos sobre la falta de innovación educativa en la Universidad. No digo que no sea así, pero es mucha casualidad que estas críticas aparezcan en todas partes y no lo hagan en la misma medida la carencia de recursos; la precariedad laboral, con mucho profesorado a tiempo parcial y mal pagado, y la falta de financiación de los últimos años que proletariza la universidad. A pesar de todo (sobre todo de la administración), la universidad sale adelante, con menos presupuesto, con políticas erráticas u orientadas al “salvarse vosotros” y con personal cada vez más precario y desmotivado.

Y sale adelante, también, por el compromiso de mucha gente que es consciente de que hoy ya no es suficiente poseer un razonable caudal de conocimientos. Es fundamental la capacidad de adaptación al cambio y a la incertidumbre porque, actualmente, el cambio es constante y vertiginoso en todas las áreas del conocimiento y de la actividad humana. Por eso, el profesorado universitario tiene que ser capaz de transmitir nuevas capacidades a sus estudiantes, pero ha de empezar por poseerlas él mismo. También porque el alumnado se aburre cada vez más, de tanta palabra y tantas presentaciones audiovisuales leídas.

Ello no justifica que no se haya dejado de lado el tradicional objetivo de transmitir o compartir conocimientos, mediante la sesión expositiva, que no es del todo mala (es malo quien la da y coómo la da). Nadie duda de que es necesario adoptar metodologías didácticas diferentes y eficaces para encarar los nuevos requerimientos.

Es lógico que algunos docentes se sientan muy satisfechos académicamente después de una clase puramente transmisora. Esto es el que han visto y vivido. Y nadie les ha dicho que hay otras maneras. La universidad se ha caracterizado, durante siglos, por la sesión expositiva en sus aulas como procedimiento metodológico, pero hoy día es obligado cuestionarse la pura transmisión expositiva en la que un docente mantiene el protagonismo absoluto de la comunicación obviando a quien le escucha y centrándose únicamente en lo que dice. Pero no hay metodologías de enseñanza puras y milagrosas e, incluso podríamos decir, no hay metodologías buenas y malas, sino buenas y malas prácticas metodológicas que se realizan en el aula.

Existe un ADN “profesoril” cuya concepción de la enseñanza universitaria es que el alumnado aprende asimilando los conocimientos tal como el profesorado los formula, puesto que se piensa que el estudiante no posee ningún conocimiento y que con la transmisión se inferirá automáticamente (y no pasa a la cabeza sino a los apuntes). Por lo tanto, se examinará sobre lo que se ha dicho (no sobre lo que aprende). Ya sabemos que es una falacia pensar que el ser humano aprende por transmisión verbal, al contrario, no aprende por transmisión verbal del conocimiento sino por construcción del conocimiento mediante la actividad. Una enseñanza útil y con sentido es la que utiliza una metodología complementaria que posibilita que se construyan los conocimientos para cambiar las estructuras del conocimiento.

Lo que es importante no es qué metodología se utiliza, sino cuál es la concepción, implícita o explícita, de enseñanza y de aprendizaje que se posee. Este es el problema. No será tan importante la técnica pedagógica como la concepción de la que se parte.

Hablar de innovación en la universidad son palabras mayores, puesto que implica aportar elementos que conduzcan a una actividad intelectual individual o en grupo, y a crear relaciones de retroacción y motivación para comprobar el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Tiene que activar en ellos el proceso de aprendizaje. Es decir, hay que centrar la formación en el aprendizaje y en la adquisición de competencias y destrezas, valorando adecuadamente el esfuerzo requerido y la calidad del aprendizaje de los alumnos.

Esto comporta nuevos retos para el profesorado y el estudiante: en los objetivos y en la metodología docente, en la reformulación de las estrategias de enseñanza-aprendizaje y en modificaciones en el sistema de evaluación y en la organización de los recursos y los espacios. Es una nueva forma de enfocar la enseñanza universitaria. Nada fácil con las condiciones actuales.

Por eso sería necesario que el docente universitario se sensibilice interiorizando su labor como una profesión educativa (no como la de un científico que enseña) y sepa cuáles son las tareas pedagógicas necesarias para llevarla a cabo, cuáles son los aprendizajes relevantes, los medios didácticos de que dispone y qué tiene que hacer para facilitar en el alumnado el desarrollo de la capacidad de comprensión más que la de repetición. Y muchos no lo saben hacer. Nunca han recibido una formación pedagógica. Y esto es responsabilidad de quienes gobiernan las universidades. No es únicamente “culpa” de los docentes.

Es muy bonito y complaciente decir que el profesorado tiene que ayudar a gestionar el proceso de aprendizaje del alumnado innovando, motivándolo y entusiasmándolo en un trabajo más provechoso y una actitud constante de aproximarse a las fuentes de nuevos conocimientos, pero no dando herramientas para hacer esta transformación. A coste cero, dirán.

Es verdad que la universidad necesita cambiar su práctica docente e innovar su metodología, pero también la formación pedagógica del profesorado (que tendría que ser obligatoria), la dotación presupuestaria, las estructuras, las relaciones laborales… Mucho trabajo después de los recortes y de la mala gestión administrativa. Supone un necesario cambio y eso sí que sería innovar. Cuando un alumno entra a la universidad no ve a grandes científicos, a grandes investigadores (como piden las agencias de acreditación); ve a un docente que está ante él intentando enseñarle algo. El cambio tendría que actuar sobre las personas y los contextos (procesos de comunicación, estructurales, políticas, agencias de acreditación, de relaciones de poder y categorías, de toma de decisiones, de relaciones laborales…) para promover innovaciones institucionales desde dentro y con el contexto de cada universidad para una institución de futuro. La miopía se cura con nuevas gafas y no con palabras escritas o de discursos.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/11/la-innovacion-docente-en-la-universidad-es-posible/

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Siria reconstruye escuelas destruídas por el terrorismo

Asia/Siria/17 Octubre 2019/Prensa Latina

Más de mil 500 escuelas fueron reconstruídas en Siria y otras mil están en ese proceso, informó hoy el ministro del sector, Imad Al Azab.
Esas cifras, precisó,implican un notable esfuerzo ante el dramático panorama de cinco mil centros educacionales que fueran arrasados total o parcialmente en más de ocho años de guerra impuesta al país.

Paralelamente se trabaja en la contratación de 10 mil maestros y personal docente para cubrir las necesidades de las zonas liberadas e implementar un nuevo plan educacional para el desarrollo y la actualización y entrega gratuita de materiales escolares.

De igual forma, señaló que el programa de textos y otros medios de enseñanza fue sobrecumplido al 109 por ciento y cubre la mayor parte de las demandas actuales ante al continuo retorno de desplazados y el aumento en algunas áreas de la densidad poblacional el sector.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=312889&SEO=siria-reconstruye-escuelas-destruidas-por-el-terrorismo
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Profesora se gradúa de doctora con tesis en idioma quechua en Perú

América del sur/Perú/17 octubre 2019/Prensa latina

La profesora universitaria Roxana Quispe se convirtió hoy en la primera doctora graduada con una tesis presentada en quechua, idioma de los incas que hablan tres millones 800 mil peruanos.
La docente obtuvo el grado de doctor en Literatura Peruana y Latinoamericana por la estatal Universidad Mayor de San Marcos, con la tesis ‘Yawar Para, Kilku Warak’aq, Andrés Alencastre Gutiérrezpa harawin pachapi, Qosqomanta runasimipi harawi t’ikrachisqa, ch’ullanchasqa kayninpi’.

El trabajo presentado se titula en español ‘Llanto de Sangre, transfiguración y singularidad en el mundo poético quechua del harawi (canción nostálgica andina) cusqueño Kilku Warak’aq, de Andrés Alencastre Gutiérrez’.

Quispe, cuyo apellido es quechua, recibió la calificación de excelente del jurado, que le asignó 20, el puntaje académico más alto, y fue incorporada a la plana de doctores docentes de la universidad más antigua de América, de la que es profesora.

La joven tenía ya el título magíster en Lingüística por la Pontificia Universidad Católica del Perú, y habla y escribe en quechua, español e inglés.

La flamante doctora se dedica al estudio y la investigación en las ramas de literatura, lingüística, educación intercultural bilingüe, antropología, arte y en manifestaciones de la diversidad y el legado de la cultura quechua.

La sustentación de la tesis fue transmitida en vivo por el canal de televisión por Internet Letras TV.

En Perú se hablan 47 lenguas originarias, siendo la principal el quechua, reconocido como lengua madre (la primera aprendida) por 13,6 por ciento de los peruanos mayores de cinco años, con aumento de tres millones 363 mil 603 quechua-hablantes registrados en el censo de 2007, a tres millones 805 mil 531 en el de 2017.

Ese incremento, según los expertos, contradice pronósticos de economistas neoliberales que auguraban la paulatina extinción del quechua y los demás idiomas nativos, desplazados por la modernidad.

fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=313129&SEO=profesora-se-gradua-de-doctora-con-tesis-en-idioma-quechua-en-peru
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Información y transparencia: Cuadros de indicadores de las escuelas en América Latina

Buenos Aires / IIPE / 16-10-2019

Ya está disponible la última publicación de nuestra exploración global de datos abiertos escolares para combatir la corrupción en la educación, analizando a profundidad iniciativas de toda Latinoamérica.

El libro presenta a los lectores un panorama regional de cómo los ministerios de educación y otros actores escolares están adoptando la información como un medio para lograr una mayor transparencia y rendición de cuentas. En una encuesta realizada en 15 países de la región, se identificaron más de 80 libretas de reportes escolares, de las cuales alrededor del 70 por ciento están disponibles en línea.

El libro Información y transparencia: cuadros de indicadores de las escuelas en América Latina (disponible en español), profundiza en siete de estas iniciativas:

  • Mejora tu Escuela (México),
  • Ficha Escolar (Guatemala),
  • Sistema de Análisis de Indicadores Educativos y Alerta Temprana (República Dominicana),
  • Índice Sintético de Calidad Educativa, ISCE (Colombia),
  • Semáforo Escuela (Perú),
  • EDU-Q Card (Perú),
  • Reportes de escuela in Jujuy (Argentina).

Libretas de reporte escolar

Los factores investigados por la autora, Alejandra Brito, incluyen qué tipo de información se comparte, cómo se recolectan y divulgan los datos escolares, así como el diseño, uso e impacto de los datos abiertos escolares en relación a la trasparencia y la rendición de cuentas, y la lucha contra la corrupción en el sistema educativo.

El análisis posteriormente destaca la tensión entre dos objetivos diferentes establecidos para las libretas de reportes escolares – por un lado, ayudar a las comunidades escolares a diseñar planes de mejoras escolares, y por el otro, mejorar la transparencia y la rendición de cuentas – y propone diferenciar productos informativos de acuerdo a sus públicos y objetivos específicos.

El libro concluye con recomendaciones sobre cómo maximizar el poder de los datos abiertos escolares en América Latina. Estos incluyen:

  • Dar prioridad a los datos que son de mayor interés para los padres de familia, ej.: recursos financieros, equipo e infraestructura escolar, estándares académicos, y logros educativos;
  • Involucrar a comunidades en el proceso de la recolección de datos;
  • Presentar los datos en un formato accesible, sencillo y fácil de entender;
  • Compartir los datos en un momento adecuado, cuando los usuarios puedan tomar acción sobre ellos;
  • Definir consecuencias claras por el cumplimiento o incumplimiento del desempeño esperados, así como de los comportamientos corruptos;
  • Dar a conocer a las comunidades los estándares de desempeño escolar, su derecho a participar y brindar su opinión, así como los canales para presentar denuncias contra la corrupción.

La investigación sobre datos abiertos escolares del IIPE, pronto culminará con la publicación de una síntesis sobre los principales resultados de Asia y el Pacífico, Africa Subsahariana y América Latina. Si desea recibir información tras su publicación, llene el siguiente formulario.

  ¿Qué es una libreta de reporte escolar?

Una libreta de resporte escolar se refiere a un conjunto de datos agregados, específicos a una escuela en particular, los cuales se hacen públicos. Puede cubrir diferentes aspectos como el financiamiento escolar, el número de alumnos y profesores, las instalaciones y libros de texto, o los resultados de los exámenes. Un ministerio de educación, determinadas escuelas, o cualquier otro tipo de organización pueden publicar la información ya sea en línea o en un tablero visible al público.

*Fuente: https://www.buenosaires.iiep.unesco.org/es/publicaciones/informacion-y-transparencia-cuadros-de-indicadores-de-las-escuelas-en-america-latina

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¿Hay que evaluar a los profesores?

Por: El país. 

 

¿Es miembro de la comunidad educativa? Participe y responda a la pregunta que esta semana plantea el Foro de Educación de EL PAÍS

España es uno de los países de la OCDE donde el profesorado es menos evaluado. Los partidarios de introducir un sistema de evaluación consideran que la rendición de cuentas mejoraría la calidad educativa. Un sector de los docentes advierte, por su parte, que ya soportan una gran carga burocrática, que un control de este tipo podría aumentar. Y de aplicarlo, ¿cómo debería hacerse? ¿Deben vincularse los resultados a un incentivo salarial? ¿Qué organismo debería encargarse de hacerla? ¿Deberían participar los alumnos en la evaluación?

¿Es miembro de la comunidad educativa? Participe en el Foro de Educación de EL PAÍS respondiendo a la pregunta de esta semana: ¿Hay que evaluar a los profesores? Publicaremos aquí una selección de las respuestas.

¿Estamos preparados?

Antes de responder a si hay que evaluar a los docentes, creemos que hay que dar un paso atrás y preguntarnos qué debemos evaluar, o lo que es lo mismo, qué características tiene un buen profesor. ¿Es aquel que es efectivo en sus clases y genera aprendizaje significativo en sus alumnos? ¿El que colabora con sus compañeros de claustro? ¿El que se implica en el centro y trabaja con las familias? ¿El que es capaz de movilizar todos los recursos a su alcance para proporcionar un apoyo integral a sus alumnos, trabajando y colaborando con la comunidad? En nuestra opinión, la respuesta a todas estas preguntas es que sí, pero… ¿está la comunidad educativa de acuerdo en esto? Y más importante todavía, ¿las estructuras del sistema educativo permitirían a los docentes acercarse a dicho modelo?

Pero, en caso de que tuviéramos claro el modelo profesional docente, ¿estaríamos preparados para evaluarlo? Seguimos anclados en la falsa creencia de que evaluación es lo mismo que calificación y perdemos de vista que la evaluación es una herramienta de aprendizaje. Por tanto, es fundamental que toda la comunidad educativa comparta que la evaluación es una herramienta que permite la reflexión sobre la propia práctica, potenciando el desarrollo profesional y, por ende, el aprendizaje de los alumnos, objetivo principal de todos los docentes.

Cambiar esta cultura no es tarea sencilla y no ocurrirá por ciencia infusa, pero sí mediante el pilotaje y divulgación de experiencias enriquecedoras de aprendizaje docente basadas en rutinas de evaluación que puedan escalarse a todo el sistema. Nuestra propia experiencia nos dice que sólo con este ejercicio estaremos logrando un cambio cultural en torno a la evaluación y avanzando hacia una educación de calidad que mejore el aprendizaje de todos los estudiantes.

«Me sorprende lo poco que las direcciones saben cómo enseñan sus profesores en España»

Soy inglesa, y he notado la gran diferencia entre Inglaterra y España en cuanto al tema de evaluación del profesorado. En Inglaterra los evaluamos demasiado, con mucho papeleo, y se evalúan las cosas que son fáciles de evaluar, y no las cosas más importantes. Sin embargo, en España me sorprende cómo los otros profesores y aun la dirección no saben cómo enseñan sus colegas, cuando con un poco de buena evaluación podrían saber cómo mejorar, y hacer unos pequeños cambios para enseñar mucho mejor. Con las plazas definitivas y ningún tipo de evaluación, hay profesores que ya no se esfuerzan, y no enseñan bien. Pero la evaluación debe diseñarse para ayudar a los colegas, no para pillarlos.

KIRA BROWNE | Auxiliar de conversación, Castellón.

La evaluación es clave para la mejora educativa

Si queremos ofrecer la mejor educación a los alumnos, la clave es tener buenos profesores: profesores que inspiran, despiertan sueños, abren caminos y hacen crecer… además de desempeñar toda la envergadura de tareas y responsabilidades que también asumen. Para desarrollar las competencias docentes que requiere el panorama educativo, es imprescindible no solo poner en práctica modelos de formación permanente basados en competencias, sino además complementarlos con un eficaz acompañamiento y evaluación de la práctica docente. Pero no de cualquier manera.

Entendemos que el proceso de evaluación del desempeño docente que se establezca, tanto de cada profesor como de los equipos de trabajo, ha de dejar claro: para qué se evalúa (como sistema que ayuda a la reflexión sobre la práctica educativa, no solo como control jerárquico, ni instrumento sancionador, o para establecer un ranking entre profesores); qué se evalúa (el desempeño docente para mejorar en clave de proceso, no solo de resultados, con indicadores y evidencias de cómo se trabaja el currículo, la gestión de aula, la evaluación de los alumnos, el clima emocional de las clases…); cómo se evalúa (con instrumentos objetivos y variados que incluyan protocolos de observación de clases, mentorización, coaching, porfolios, entrevistas, encuestas, hermanamientos…).

Las consecuencias del proceso en la carrera profesional de los docentes también han de estar definidas previamente, sobre todo si se considera incluir alicientes económicos y profesionales para los profesores evaluados positivamente. Animamos a los responsables políticos, sociales y sindicales, así como al conjunto de la comunidad educativa, a alcanzar un acuerdo sobre esta materia y así contribuir a mejorar la calidad de la educación, a consolidar el compromiso profesional de los docentes y a incrementar su reconocimiento social.

IRENE ARRIMADAS | Directora de Innovación Pedagógica en Escuelas Católicas

«Hay que evaluar respetando la diversidad del profesorado»

En mi opinión, por supuesto que hay que evaluar a los profesores. Respecto al cómo hacerlo, tengo dudas, pero hay algunos puntos que sí considero imprescindibles. Entre ellos que el organismo encargado de su diseño ha de ser la Inspección de Educación, y la elaboración ha de realizarse por los verdaderos expertos en el tema: los profesores, o en su caso, inspectores o miembros de la comunidad educativa con varios años de aula a sus espaldas. Por supuesto, abiertos a consideraciones y consejos de otros gremios como la Psicología, Pedagogía, etcétera, pero el timón del barco y la toma final de decisiones han de ser competencia de los expertos antes mencionados.

Y ha de tratarse al profesor con el respeto que merece su puesto. Es decir, igual que tanto se repite que hay que atender a la diversidad del alumnado (cosa con la que estoy de acuerdo), lo mismo debe ocurrir con la diversidad del profesorado. Por ejemplo, si un profesor «A» ofrece su mayor calidad de enseñanza utilizando la tecnología en el 80% de sus clases, ha de respetarse de la misma manera que al profesor «B», que demuestra que dicha calidad la alcanza si invierte ese 80% en la exposición oral y la pizarra.

Ha de focalizarse en la labor que pienso que es la que un profesor ha de desempeñar: la transmisión de conocimientos. La intervención de los alumnos en la evaluación, no la termino de ver. Una cosa es que el profesor les pase evaluaciones para que él mismo saque conclusiones sobre cómo puede mejorar el desempeño de su tarea. Eso es sano y recomendable. Pero para un adolescente, los criterios por los que un profesor es bueno o malo, son bastante personales y en muchos casos viscerales.

PEDRO JOSÉ MARTÍNEZ FAJARDO | Profesor de Secundaria, Murcia.

«¿Por qué no se habla constantemente de evaluar a los médicos, jueces y guardias?»

Somos profesionales como cualquier otro gremio. ¿Se habla constantemente de evaluar a los médicos, los guardias municipales o los jueces? Claro que cometemos errores, y hay malos profesores. Posiblemente, los malos obtendrían muy buena nota en la evaluación.

CATALINA ROIG TUR | Profesora de Secundaria, Ibiza.

«La calidad con la que el profesorado hace su labor no tiene consecuencias»

Es de las pocas áreas en que la labor del profesional no tiene consecuencias, sobre todo en la enseñanza pública. Motivo: el cliente (niño) no sabe ni es capaz de exigir. Hasta ahora, cuando los resultados son malos los alumnos son los culpables. Si algunas familias hablamos con la dirección del centro sobre como enseña algún profesor, se escudan en la libertad de cátedra. Otro problema es que Inspección educativa no inspecciona, sino que responden a sucesos que a través de denuncias han aflorado, pero no tiene iniciativa propia, es un órgano de despacho. De igual manera, los compañeros con gran dedicación y profesionalidad no ven reconocida su labor por la sociedad. Se les da el mismo valor que al resto, se valora en conjunto, mal. Así no se motiva, más bien se desmotiva al conjunto.

CELESTINO SALINAS DACAL | Padre, A Coruña.

«Hay que hacerlo; el problema es decidir qué está bien y mal en la docencia»

Creo que una evaluación puede ser positiva en todos los trabajos, no solo para los docentes, porque a veces nos acomodamos y no viene mal una llamada de atención, el punto de vista de otros compañeros o una crítica constructiva desde fuera. A nadie le gusta que le evalúen, tal y como está concebido. Las connotaciones de la palabra «evaluación» son muchas y todas negativas. Aunque sea un eufemismo, podría ser mejor hablar de observación entre docentes o de retroalimentación, por ejemplo. Proponer hablar de observación y de retroalimentación no implica una falta de sistematización. Aunque ahí radicaría el mayor de los problemas: ¿Qué es lo que está bien en la docencia y qué es lo que está mal? ¿Quién lo decide? ¿Qué hay que evaluar y cómo?

No hay recetas educativas milagrosas para todos los profesores ni para todos los estudiantes. Preparar una rúbrica o un cuestionario que pueda servir de apoyo al conjunto del cuerpo docente no es labor sencilla cuando no nos ponemos de acuerdo ni tan siquiera en cómo debe ser la educación, vilipendiándonos constantemente unos a otros en redes. Pero algo hay que hacer, todos tenemos la amarga experiencia de profesores que han hecho de sus aulas su cortijo particular en el que se creen amos y señores. Ahí es difícil que la buena onda de la observación y una suave retroalimentación puedan tener algún tipo de efecto.

INGRID MOSQUERA GENDE | Profesora de Didáctica. Universidad Internacional de La Rioja

«Evaluar al profesorado es otro paso hacia el pensamiento único»

¿Evaluar qué, exactamente? La «productividad», entendida como grado de satisfacción del «cliente» (padres) o como nivel alcanzado por el «producto» (alumnado). La lógica del pensamiento liberal-capitalista aplicada a la enseñanza se materializa, en los países del sur de Europa, en rankings que miden «resultados» (¿a quién le importa el proceso, ya?), en la doctrina de la «excelencia» empresarial aplicada a contextos educativos y en una burocratización llevada al paroxismo como norma general. Evaluar al profesorado es, sencillamente, otro paso más hacia la afirmación del pensamiento único.

SERGIO BARCELLONA | Docente

«Trabajo en el extranjero y soy evaluada dos veces al año»

Todos los profesores deben ser evaluados de manera permanente o caemos en la rutina, y la excelencia se pierde o diluye en el tiempo. Donde yo trabajo soy observada dos veces al año (una por mi director y otra por un colega). Además, en septiembre hemos de presentar una cosa nueva a añadir (no tiene que ser contenido, puede ser el método, a un grupo o varios —yo este año voy a incluir una clase de Tai-Chi—), que es revisable en febrero y en junio.

BEATRIZ MAGRO LUCAS | Profesora de español en el extranjero, Roma.

«Sí hace falta; parte de nuestros colegas no tiene las aptitudes necesarias para el trabajo»

La importancia de nuestra labor en la sociedad bien merece una evaluación de quien la desempeña. Todas y todos los que formamos parte de este colectivo sabemos muy bien que parte de nuestros y nuestras colegas están atendiendo al alumnado sin tener las aptitudes que se requieren para un trabajo de tamaña responsabilidad. Tal y como exigimos mejoras para nuestro colectivo y para nuestro alumnado, no podemos dejar de exigírnoslas a nosotros mismos. Recibiría con gusto esa evaluación, siempre hecha con sentido y con el apoyo que tendría que llegar después. Creo que saldrían a la luz muchas de las carencias de nuestro sistema educativo.

ESTEFANÍA LAMAS | Maestra, Santiago de Compostela.

«No; primero deberían formarnos mejor»

No. Primero deberían ofrecer cursos de formación gratuitos y dentro del horario lectivo de todo lo que se dice que debe saber hacer un profesor: Word, Excel, PowerPoint, Powtoon, Kubbu, Kahoot, detección de la dislexia, disgrafía y discalculia, mediación, evaluar por competencias, programar por competencias, gestión del aula con alumnos con necesidades especiales, gestión del aula con alumnos disruptivos, Google Classroom, Moodle, cómo gestionar la tutoría, actividades para hacer en la tutoría en cada curso… Yo hice el CAP (Certificado de Aptitud Pedagógica) en el 98. Nadie me enseñó todo eso y nunca di informática durante la carrera ni en la escuela. ¿Cuándo debería haber aprendido a hacer todo eso? Lo he hecho, claro, gastando un montón de dinero e invirtiendo tiempo, mucho, mucho tiempo cuando ya ejercía. Y me queda mucho por aprender, la lista está incompleta.

NOEMI ARNAU | Profesora, Barcelona.

«La evaluación la deben hacer docentes con experiencia»

Se debe evaluar a los docentes. Debe existir una rúbrica clara. Lo deben hacer docentes con experiencia y con años de implicación en proyectos, en innovación y en re ovación educativa. Una evaluación debe ser vista como una oportunidad para mejorar, para guiar a los profesores nuevos y para conducir a los que no sean nuevos. Los evaluadores deben dejar clara su tarea. Nunca se debe ver como una amenaza. Pero si se desoye los consejos, entonces deberá hacerse un seguimiento más serio del profesor. Si se ve una trayectoria exitosa, se le debe recompensar de alguna forma.

VALENTÍN VELASCO GEMIO | Profesor de Secundaria, Badajoz

«Las buenas prácticas deberían premiarse con una subida salarial»

Los maestros y profesores sí deberían ser evaluados con el fin de mejorar la calidad educativa. Se podría incentivar a aquellos que trabajen bien mediante una subida salarial. Mientras, los que presenten una práctica profesional deficiente, deberían tener de nuevo un año de prácticas o mayor número de evaluaciones. Asimismo, creo que la evaluación debería ser llevada a cabo por personal externo a cada centro. No obstante, la evaluación debería realizarse como ayuda hacia el docente y, por lo tanto, los alumnos. El fin no debe ser la búsqueda de errores sin más.

SANDRA RUIZ TORRECILLAS | Maestra.

«La evaluación debe ser habitual y servir al profesor para mejorar»

Sí, hay que evaluar a los docentes con el principal objetivo de ayudarles a crecer y asegurar consistencia en las prácticas llevadas a cabo en el centro educativo a lo largo de todos los niveles. También es necesario analizar los datos obtenidos por cursos y a escala de toda la escuela para hallar las fortalezas del centro y las áreas de mejora. En ningún caso debería utilizarse para que los docentes se sientan amenazados por la presencia de un superior en las aulas, sino que debería ser una práctica habitual y algo que celebrar, porque ayuda a crecer al profesorado, al centro y a los estudiantes que, en definitiva, son los principales beneficiarios.

HÉCTOR VALENCIA | Maestro, Lexington, Kentucky (EE UU).

«La evaluación por parte de los alumnos puede ser un problema»

La evaluación al profesorado es una herramienta muy útil para mejorar la calidad de la enseñanza. El problema está en cómo se realiza, ya que la única herramienta que se utiliza es la calificación unilateral del alumnado. Este poder otorgado a los estudiantes no sólo no es suficiente para saber si un profesor es adecuado o no, sino que puede generar en el docente, sobre todo de la enseñanza privada al tener un puesto de trabajo del que puede ser cesado, temor a confrontar al alumno con sus deberes. Evaluación sí, pero con criterios objetivos.

JOSÉ MARIA URETA | Profesor, Madrid.

«¿Evaluación?, sí, pero también a la gestión de las escuelas»

Toda evaluación es buena cuando está bien planificada, es transparente y realista pues muchas veces, aunque la intención es buena, las evaluaciones no son bienvenidas a menos que impliquen un sustantivo reconocimiento de su desempeño por lo cual es motivador participar. No es una exageración cuando mencionamos que los maestros están infravalorados en la sociedad y son víctimas potenciales del burnout [síndrome del trabajador quemado] por la labor que realizan. Atender las causas de este peligro implica evaluar también el sistema y la gerencia de las escuelas que tienen la facultad de organizar y exigir con sabiduría mayor calidad. Para ello hay que dar mayor confianza a la labor del maestro, permitirle ejercer su creatividad y no abrumarlo con documentos burocráticos y no funcionales. Premiar la innovación, permitir el descanso en espacios apropiados, promover sus capacidades con cursos elegidos por los maestros según su necesidad y no imponer las que otros consideren apropiadas. Todo esto beneficiaria sobre todo al estudiante.

No solo una evaluación al docente es necesaria evaluemos las gestiones de las escuelas, evaluemos el mismo sistema educativo que cada año nos sorprende con novedades que parecen lo mismo pero con otros nombres. Examen, sí. Pero reglas claras, exigencias realistas, honestidad, gente profesional que las aplique, transparencia y premios más que castigos.

SUSANA TERRAZAS | Profesora, Lima.

«¿A qué tienen miedo?»

La evaluación es santísima. A nosotros nos evalúan los alumnos cada año como docentes. Como investigadores, estamos continuamente evaluados. Y esto te ayuda a mejorar. Lo que no se evalúa se devalúa. ¿A qué tienen miedo?

CARLOS MARCELO | Profesor de universidad, Sevilla.

«Nos quitaría tiempo para hacer nuestro trabajo»

«Nos obligaría a estar más dedicados a superar esas evaluaciones (sea lo que fuere lo que estás nos exigieran) que a nuestro trabajo: contenidos de diferentes materias y niveles, procedimientos, TIC, legislación, innovación, resultadismo… La evaluación distorsionaría todo. Si se quiere mejorar el sistema educativo es simple: más dinero, menos ratio, menos horas lectivas, más consideración a nuestro trabajo, más respeto, centros menos obsoletos y viejos, dotación de instalaciones deportivas e informáticas, menos cambios de leyes educativas, más confianza y más atención a todos aquellos profesores y profesoras que no están en condiciones de estar trabajando por salud mental u otras circunstancias (que se dan más de lo que nos pensamos).

MARÍA ÁNGELES SÁNCHEZ SUÁREZ | Profesora, Melilla.

«Es imprescindible para establecer un sistema retributivo basado en incentivos»

Si no se realizan evaluaciones, ¿cómo determinar el desempeño de los profesores? La evaluación es imprescindible para implementar mejoras y establecer un sistema retributivo basado en incentivos.

DIEGO FERREÑO | Profesor de universidad, Santander

Fuente del artículo: https://elpais.com/sociedad/2019/10/06/actualidad/1570387662_005104.html

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