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Otra forma de evaluar (más allá del examen y la nota) es posible

Por: Saray Marqués

La lógica explicación-deberes-examen-nota está, poco a poco, dejando de ser la única. Cada vez más centros recurren a herramientas múltiples para lograr una evaluación que supere la mera calificación.

Hace unas semanas, Toni Solano, director del IES Bovalar de Castellón, daba a conocer en Twitter cómo ha sido su primer trimestre sin exámenes a la vieja usanza. Profesor de lengua y literatura castellana, matiza que ha sido posible gracias a que, por su cargo, imparte clase solo a tres grupos en un centro, además, volcado en hacer desdobles en 1º y 2º de la ESO, lo que supone una ratio de unos 20 alumnos por grupo.

Entiende que no siempre es fácil en un contexto en que “todos los miembros de la comunidad educativa han confundido calificación con evaluación, han asimilado la evaluación con una cifra que aparece en el boletín al final del trimestre”. “Creo que los docentes evaluamos bien por lo general y creo que nos resultaría más fácil hacer informes cualitativos que poner una nota numérica, pero para ello no debería haber 30 alumnos por clase y seis o siete grupos por docente. Una evaluación diversa requiere tiempo y esfuerzo, y es imposible para 150 o 200 alumnos por trimestre”, insiste.

Su idea partió de una experiencia que había desarrollado años atrás con el PCPI, con trabajo por proyectos y un portafolio para recopilar los resultados que hizo innecesarios los exámenes. Este trimestre la ha trasladado a los dos primeros cursos de ESO. Los alumnos han trabajado en tareas con objetivos concretos (lectura de un libro en el aula, redacción de una noticia a partir de unos elementos dados, identificación básica de clases de palabras, elaborar un final alternativo para un libro…) y la evaluación se ha realizado a partir de la libreta de clase y de los trabajos realizados en el aula. Los instrumentos empleados han sido una rúbrica de autoevaluación y un informe cualitativo en que Solano ha señalado los puntos débiles y fuertes de cada uno. El profesor no descarta introducir a lo largo del curso rúbricas de coevaluación o, incluso, algún examen para comprobar la sintonía con el currículo oficial. “La intención no es demonizar el examen sino comprobar que se puede realizar una evaluación válida y eficaz más allá de las pruebas escritas tradicionales”, apunta.

El examen como lastre

Estas, reconoce, se habían convertido en un lastre para sus tareas de clase: “La evaluación mediante un control nos obligaba a parar, a diseñar una especie de corte artificial en el desarrollo del currículo. Las competencias requieren mucho tiempo para ser desarrolladas y los exámenes obligan a impartir contenidos de manera apresurada”. Ahora siente que dispone de más tiempo en el aula para trabajar esas destrezas y que no está desviando la atención del alumnado de lo importante, esto es, las competencias. No cree que con ello esté bajando ningún listón, que sus clases sean “para entretener” o que estos alumnos vayan a tener problemas para superar ningún examen: “Lo que trabajamos en el aula son competencias clave que les permiten aprender lo esencial y les dan recursos para enfrentarse a lo nuevo”, insiste.

En su caso, asegura que esta línea, en un centro “sin deberes” que fomenta el trabajo por proyectos, no responde al afán de novedad, sino a la búsqueda de respuestas desde hace una década al fracaso y abandono escolar. Una de ellas son las rúbricas, tablas que evalúan el grado de consecución de una determinada destreza: “No es la panacea de la evaluación, es un instrumento más, y no es necesario hacer rúbricas de todo. Son especialmente útiles para evaluar procesos y para coevaluaciones y autoevaluaciones”, analiza Solano.

En la Escola Sadako de Barcelona hace tiempo que empezaron a reformular su sistema de evaluación dentro de un trabajo colectivo y compartido por todo el equipo docente. La querían convertir en un elemento más al servicio del aprendizaje, hacer al alumno protagonista de un proceso con permanente autoevaluación y coevaluación. Hoy, señala su director, Jordi Musons i Mas, ha dejado de ser “una foto finish de la capacidad de memorización del alumnado” para convertirse en “un instrumento que les permite reconocer sus puntos fuertes y sus debilidades e implicarse para mejorar”. Al tiempo, sienten que no están solos, que cada vez hay más centros que no les miran raro cuando hablan de su nueva cultura evaluativa e “incluso la propia administración catalana es francamente cómplice de este viraje hacia una evaluación competencial y formativa”.

Habla Musons de ganancia no sólo en términos de implicación sino también de inclusión. La evaluación no reposa en las competencias académicas tradicionales sino que se fija también en otras, indispensables a su juicio en un aprendizaje significativo y actual. Son el liderazgo, la empatía, la creatividad, el pensamiento crítico o el trabajo en equipo. Y reconoce que no ha sido fácil esta adaptación a nuevos formatos y propósitos y objetivos educativos, sobreponerse a la herencia educativa recibida. “En nuestros inicios a menudo se producía una asincronía entre nuevos formatos de evaluación y antiguos objetivos de aprendizaje”, relata. Pronto repararon en que una nueva evaluación no tenía sentido si no se fundamentaba en nuevos propósitos educativos. Y el alumnado descubrió también su nuevo rol: “En la autoevaluación su tendencia inicial era sobrevalorarse porque todavía el valor de la evaluación se centraba en la nota, no en la toma de conciencia del progreso individual en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Es lo que les habíamos enseñado”.

Hoy, a cualquiera que se le pregunte en la escuela, sabría qué son las rúbricas, que Musons define como “herramientas simples que permiten sintetizar, de forma visual, qué es un proceso de aprendizaje de calidad, de manera que el alumnado conoce de antemano los criterios con los que será evaluado”. Para él sus virtudes son la objetividad que añaden al proceso evaluador y la posibilidad que introducen de contrastar perspectivas de alumnos y docentes acerca del proceso de trabajo y evaluación.

La sombra de la selectividad

No han llegado al punto de desterrar el examen, pero ya no lo consideran el único instrumento de evaluación: “¿Qué pasaría si los alumnos de 2º de bachillerato hicieran el examen de selectividad un año después? ¿Aprobarían? ¿Qué porcentaje recordamos de lo que sólo memorizamos? Y si, supuestamente, hacer exámenes es una herramienta adecuada para evaluar el conocimiento, ¿por qué se dedica tan poco tiempo en la escuela a aprender técnicas de memorización o desarrollar mecánicas de preparación de exámenes?”, se pregunta Musons. Sus alumnos salen capacitados para preparar una prueba y memorizar o para sintetizar, hacer un mapa visual o expresarse correctamente, pero el énfasis está en “la utilización de los instrumentos disponibles para mejorar esas capacidades, no sólo en el resultado obtenido”.

Para Musons, sin embargo, una transformación a gran escala de la evaluación -“una dinámica tremendamente consolidada dentro de la educación”- todavía suena remota. En parte, “por la sombra de la selectividad, la prueba referente de todo el sistema, y que de alguna manera sostiene todo un argumentario basado en el examen y la memorización que condiciona el formato de evaluación del sistema educativo”.

Cuando Rafa Pericacho, jefe de estudios adjunto del IES Rosa Chacel de Colmenar Viejo (Madrid), llegó al centro en el curso 2014-2015 sentía que las rúbricas eran tema frecuente de conversación, que pertenecían a la “cultura del centro”. No era culpa sólo de los profesores del Bachillerato Internacional, que trabajaban con ellas, sino que había docentes como David Rosa o Begoña Lemonche empleando diferentes métodos de evaluación–autoevaluación, cuadernillos de seguimiento, rúbricas, etc.-.

El curso siguiente, Pericacho las empieza a utilizar. “El principio del camino comienza por la acción de un grupo de profesores pero, poco a poco, el método se extiende y dado que el trabajo por proyectos comienza a ser una prioridad las rúbricas comienzan a tener más peso”, explica.

En este proceso, todos, alumnos y profesores, están aprendiendo a usar las rúbricas correctamente y, en el caso de los docentes, también a generarlas. “Va mejorando la fluidez a la hora de incorporarlas a su rutina y de aplicarlas a sus clases”, prosigue Pericacho, que apunta que hoy “la mayoría de institutos hablan ya cotidianamente de rúbricas y su uso en el aula” y que pronostica que, si bien hoy combinan diversas formas de evaluación, exámenes incluidos, “se podría ir hacia la eliminación de los exámenes si dejamos de pensar en números y comenzamos a pensar en descripciones de habilidades”. Para ello deben cambiar dos percepciones. Una, la del aprendizaje: “No ha de ser tan enciclopédico sino ir más orientado hacia capacidades y gestión de recursos y uso de herramientas”. Otra, la del tiempo: mientras se sigan queriendo resultados inmediatos el único medio seguirá siendo la evaluación tradicional.

También en infantil

Del instituto, donde los alumnos acaban acostumbrándose a arañar decimales en sus notas finales, a la escuela infantil, donde las familias comienzan a familiarizarse con el “Iniciado/ En proceso/ Conseguido”. Sobre todo con el “En proceso”, reconoce Marisa Carrera, directora de la escuela infantil Los Arcos, también en Colmenar Viejo: “Existe la tendencia a quedarse en el medio. Ante la duda, es más cómodo”. En esta escuela, de 0-3, están experimentando este curso con rúbricas y dianas. Así se decidió en el último claustro, por unanimidad. En el proceso, cuentan con el respaldo del pedagogo y miembro del proyecto Atlántida, Florencio Luengo, y con el de la inspección de zona: “Nos han informado, formado, y nos han hecho sentir arropadas. Creemos que esta ayuda externa es muy importante, que no basta con cursos de formación. En nuestro caso, tenemos muchísimas horas de atención al niño y muy pocas de conjunto, necesitamos ese tiempo de reflexión, de trabajo con un profesional especializado que revise”.

En este trimestre cada semana el equipo de orientación ha ido revisando los indicadores que se han sugerido desde fuera, viendo si son reales y ajustados. Han llegado a 20 y aspiran a que sean 50 a final de curso. Además, al “Iniciado/ En proceso/ Conseguido” han añadido un rango más, y en ocasiones un quinto. Por ejemplo, al hablar de autonomía, un rango inicial sería ponerse el gorro y la bufanda. El siguiente, ponerse el pantalón, el siguiente, ponerse prendas de todo tipo, y el último, no sólo quitarse y ponerse todo tipo de prendas sino saber distinguir tonos o si son de verano o invierno. “Ahora tenemos unos indicadores mucho más secuenciados que nos ayudan a observar, a hacer el salto. Las maestras, con las rúbricas, y las familias, con las dianas, que les permiten observar a su hijo y motivarle: ‘Ya sabes ponerte el pantalón, ¿qué nos queda?’”.

“Gracias a esto podremos hacer unos informes por escrito mucho más precisos y detallados del desarrollo de aprendizaje, pensando en las familias pero también en los colegios”, señala Carrera. Desde la escuela procuran reunirse con la tutora del colegio del año siguiente y contarle cómo está el niño, cómo ha evolucionado y, sin duda, estos indicadores ofrecen una información mucho más rica que la habitual.

Visibilizar el proceso de aprendizaje

Florencio Luengo reconoce la ilusión que está caracterizando esta experiencia piloto. Férreo defensor de las rúbricas, considera que permiten que alumnos, familias y docentes “visibilicen el proyecto de aprendizaje”. “La rúbrica es para que el profesor observe. Pone la cruz donde está el alumno y se pretende que vaya avanzando al rango siguiente. En consecuencia, las actividades serán diferentes para cada uno según el rango en el que esté”. El alumno, por su parte, ahora sí sabe por qué tiene un 4 o un 7. Y él mismo se sitúa en la diana en el punto en que se encuentra.

Para él, este cambio será más difícil en las etapas más duras, “pero incluso en la universidad se empieza a evaluar por rúbricas, que no entran en contradicción con el examen escrito y se conjugan con este según la ocasión, pero también con las dianas, la coevaluación… técnicas que se fijan en todo el proceso de aprendizaje, no sólo en el producto”.

“¿Que si el cambio debe empezar por la evaluación? También puede hacerlo por las tareas o por la metodología, pero si empezamos a trabajar por rúbricas veremos, por ejemplo, cómo los alumnos aprenden más si trabajan y se ayudan entre ellos, con lo que tocando la evaluación has de tocar la metodología e, incluso, las tareas”, reflexiona Luengo.

Subdirector de la Fundación Trilema, Martín Varela asevera que, más importante que las herramientas que se introduzcan es “el cambio de cultura y mirada sobre la evaluación”. Por ello, valora las rúbricas “porque expresan diferentes criterios y grados de adquisición de los aprendizajes y los alumnos pueden reconocer previamente qué se espera de ellos y cómo mejorar en diferentes aspectos”, pero también los portafolios de aprendizaje o los diarios reflexivos sobre qué les permite aprender mejor o cómo afrontar los errores y necesidades. Todas ellas son interesantes “porque ayudan a poner la pelota también en el tejado del alumno para que pueda gestionar su aprendizaje” en un cambio de paradigma en que el docente ha de acompañar.

“Cada vez hay más ejemplos que pueden compartirse, ya no necesitamos emplear tanto tiempo en construirlas pero quizá sigue costando dar el salto a la hora de trasladar esto a un sistema de calificación que al final exige un número”, prosigue Varela. “Al final, el examen y la nota dan mucha seguridad”, reconoce, “pero muchos aprendizajes competenciales no pueden evaluarse por pruebas tradicionales”.

Formativa y ética

Neus Sanmartí, autora, entre otros, de 10 ideas clave: Evaluar para aprender (Graó), comienza acotando: “Evaluar comporta recoger datos, analizarlos y tomar decisiones -calificar resultados de aprendizaje y compartirlos con las familias-. Por tanto, cambiar la evaluación comporta cambiar los datos que se recogen y cómo, cambiar cómo se analizan y qué se hace con este análisis -la toma de decisiones- en función de si la evaluación es para superar dificultades que se detectan (formativa) o para calificar resultados (sumativa, calificadora o acreditativa)”.

Para ella, existe consenso en la actualidad en que la finalidad de la escuela con relación al aprendizaje es “el desarrollo de competencias entendidas como la capacidad de actuar -no de recordar- en situaciones complejas -que no se pueden evaluar a partir de preguntas simples- e imprevisibles -no repetitivas- en función de conocimientos -importantes-, estrategias para gestionar la información o las emociones, habilidades, valores o experiencia, con todos estos saberes interrelacionados”.

Una prueba escrita -para recoger datos- tradicional -que pide recordar o aplicar mecánicamente algoritmos o fórmulas- fundamentada en una memoria mecánica y de corto plazo no nos informa sobre estas competencias. (“Sí se pueden plantear pruebas escritas en las que se pida al estudiante cómo actuaría y en qué fundamente su actuación -PISA es una prueba escrita que evalúa competencias-. Es la diferencia entre preguntar los nombres de las partes de una flor -cuando en Harvard ya se deja el móvil para hacer los exámenes- o pedir cómo explicaríamos a un amigo por qué no nos hemos de llevar las flores de un bosque”, aclara).

En cuanto a las rúbricas, permiten analizar datos recogidos a partir de actividades complejas, con grados de competencias: no competente, básico, intermedio, experto y los que se quieran añadir -PISA matiza más incorporando otros dos-. Frente al examen tradicional, que tasa las preguntas simples con 1, 0,5 o 5 puntos y, de la suma de estas determina si el alumno ha aprobado (si llega al 5, esto es, si ha dado una respuesta correcta a la mitad de las preguntas), la rúbrica -“si está bien planteada, que no es el caso de la mayoría de las que se utilizan”- nos dirá si es competente.

Su historia es reciente, explica Sanmartí: “Es un instrumento que nació a finales del siglo pasado para dar respuesta a un problema -analizar situaciones complejas-”. “No sirve para analizar lo que se miraba anteriormente en un examen convencional y no se pueden establecer correlaciones entre las notas de antes. Las graduaciones de la rúbrica se podrían transformar en valores numéricos, pero lo importante es que a partir de ella se analizan y valoran aprendizajes distintos. Si es para valorar lo mismo, no vale la pena utilizarla”, concluye Sanmartí, que considera que la autoevaluación es la intervención educativa más eficaz para aprender y que entiende, asimismo, que haciendo un examen se puede aprender -aprenden sobre todo los que obtienen buenos resultados- y que escribir es una forma necesaria de interiorizar el conocimiento, aunque hay otros instrumentos que favorecen la escritura y recordar, como el portafolio o el diario de clase.

“Nos cuesta mucho imaginar otra evaluación. Son siglos de hacer lo mismo y todos -profesores, familiares, la sociedad en general- han mamado las prácticas convencionales, las tienen interiorizadas, rutinizadas”, reflexiona Sanmartí, “Si metodologías como el trabajo por proyectos tienen más de 100 años y aún no se han generalizado, los cambios en la evaluación se han empezado a plantear sólo hace unos 30 años”. Unos cambios que, para ella, requieren que toda la comunidad educativa apueste por ellos: “No puede ser la manía o el estilo de un profesor o de una parte”.

Miguel Ángel Santos Guerra acaba de publicar Evaluar con el corazón (Homo Sapiens). Para él, “unos instrumentos de evaluación pobres dan lugar a un proceso de enseñanza pobre”: “En un aula puede haber tareas de memorizar, aprender algoritmos, comprender, opinar, crear… Las más pobres son las primeras, aunque todas son necesarias. La mayoría de las pruebas se centran en ellas, lo que da lugar a un proceso de enseñanza y aprendizaje pobre”.

De las funciones de la evaluación también invita a quedarse con las pedagógicamente más ricas. “Evaluar sirve para clasificar, seleccionar, medir, aprender, dialogar, mejorar, motivar… Las más deseables no coinciden con las más presentes en el sistema. El cómo evaluamos importa, pero aún más el para qué”.

Al tiempo, invita a reflexionar sobre el proceso de atribución: “Cuando no se adquieren los logros, no se aprende, no se tienen las competencias, ¿quién es el responsable?”. Para el experto, la evaluación de los alumnos constituye un proceso de aprendizaje para los profesores, también en este punto. Relata cómo pidió poder presenciar una sesión de evaluación en un instituto para analizar un componente de la evaluación, sin desvelar cuál. Este era la atribución, las explicaciones de los profesores acerca del fracaso: “Todas resultaron exculpatorias -‘No tiene materia gris’, ‘No estudia’, ‘Viene con un nivel muy bajo’- con lo que estaban condenados a no mover nada. Ni una sola interrogación sobre el currículum, la metodología, la evaluación, la coordinación entre profesores, su actitud hacia la enseñanza.

De esa sesión no hubo ni un solo resultado para la mejora. Todo fueron recomendaciones hacia los demás -familia, alumnos, colegas de niveles anteriores-. La educación debe educar al que la hace y al que la recibe. Y los profesores deben preguntarse si la evaluación que están haciendo es educativa. Si mejora al alumno o le aturde, asusta, tortura o desanima. Porque la evaluación no es solo un fenómeno técnico, sino ético”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/12/21/otra-forma-de-evaluar-mas-alla-del-examen-y-la-nota-es-posible/

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Argentina. Cierre de escuelas nocturnas: Una política de Estado

Por: Roxana Perazza 

Roxana Perazza, especialista en Educación, indaga en algunas falacias que esgrimió el Gobierno de la Ciudad para fundamentar el cierre de las nocturnas. La fragmentación entre ricos y pobres que construye el macrismo desde el inicio hasta el fin del trayecto escolar. Y su respuesta a los “problemas” educativos: eliminar o recortar.

Profesores, directores y supervisores de las escuelas secundarias de la ciudad, casi cortando el pan dulce, se enteraron que el Gobierno decidió cerrar 14 escuelas secundarias nocturnas y cursos de nueve bachilleratos (Res. 4055/2018). La época del año para este anuncio no es casual, ya que la mayoría de las instituciones están finalizando su ciclo escolar. Desde el ejecutivo porteño se afirma que son instituciones que implementan planes de estudios “antiguos” y que no tienen “muchos alumnos”. Con lo primero, lo que se espera es que el Ministerio de Educación genere procesos de consulta para modificar dichos planes y proponerle a este sector de jóvenes –que solo pueden optar por estudiar de noche– una propuesta de aprendizajes intensos, interesantes y actualizados.

Estos jóvenes, en general, trabajan durante el día y buscan una escuela cercana para finalizar sus estudios secundarios. Esta aclaración resulta obvia a los ojos de cualquier lector, sin embargo pareciera que esta “obviedad” es desconocida (o ignorada) por quienes están conduciendo el sistema educativo porteño. ¿Es preciso caracterizar el tipo de empleo al cual acceden? ¿O sus condiciones de vida? ¿O es necesario aclarar que muchxs de ellos son padres y/o madres adolescentes? ¿Las respuestas más pertinentes a estas preguntas se podrían traducir en políticas públicas que prioricen los mejores y más eficaces recursos y herramientas para garantizar una escolaridad de calidad?

Las alumnas y alumnos que estudian en las escuelas nocturnas trabajan durante el día. ¿Hace falta aclarar el tipo de empleo al que acceden? ¿O sus condiciones de vida?
Pero esta decisión, que una vez más nos sorprende, entra en diálogo y se articula con un conjunto de medidas que esta misma gestión ha tomado. En noviembre del 2017, a través del diario Clarín, anunciaban el cierre de 29 profesorados para concentrar la oferta de formación docente en una Universidad. Bajo formato de ley, la tan mentada UNICABA pasó por la legislatura y, a pesar que tuvieron que presentar otro proyecto más adornado que el primero, siguieron proponiendo lo mismo. Al año del anuncio, con mayoría propia, Cambiemos votó solo la creación de una universidad que nadie sabe por qué va a ser “mejor” que las 29 instituciones. De la mano de la UNICABA, venía la venta de los terrenos cercanos al Tiro Federal y el edificio del Romero Brest, un instituto formador de profesores de educación física, que pasó a formar parte del listado para la venta.
La tendencia a concentrar oferta educativa va a contramano de la de expandirla, democratizarla y diversificarla.
Unos días más tarde, nos enterábamos que se cerraba la inscripción para el jardín maternal del Hospital del Ramos Mejía. Es decir, que esa oferta educativa no iba a ofrecerse más y que los niños más pequeños de la Ciudad iban a poder optar por los Centros de Primera Infancia (CPI, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social). Desde los primeros años de vida, se promueve así, la fragmentación de la población: a los niños pobres les corresponde una propuesta empobrecida de los CPI y a los niños ricos el circuito privado.

En medio de la discusión sobre la UNICABA, a cuatro institutos técnicos superiores les comunicaron su fusión con otras instituciones. Es decir que ellos como institución educativa no iban a existir más. La fusión es un cierre encubierto. Lo que desconocen los tomadores de estas decisiones es que esta medida implicará sí o sí pérdida de alumnxs.

Al mismo tiempo, la política de concentrar la oferta educativa, también, llegó al área artística: allí también quieren trasladar una escuela secundaria (Cerámica Uno) de Almagro a otra en Mataderos. Esto no sólo deja a ese barrio sin esa oferta educativa, sino que, seguramente, se perderán en el camino muchos chicos y chicas.

Además, hay que tener en cuenta que, en todos los casos mencionados, están en peligro los puestos labores de maestrxs, profesores y personal no docente.

A partir de esta rápida descripción podemos asegurar que esta última resolución no es una medida aislada. Observamos que se mantiene casi “constante” un modo de accionar, el cual podría sintetizar a partir de cuatro puntos:

1. El poder ejecutivo es el único que toma las decisiones: dado que –en ningún caso–  ha generado ámbitos de debate y consulta con la comunidad educativa.

2. Las organizaciones gremiales no son interlocutores válidos para consensuar y lograr acuerdos.

3. Es posible tomar estas medidas sin fundamentos, ni estudios previos, ni investigaciones que las sustenten.

4. Si una institución educativa o nivel presenta “problemas” no se planifican políticas para su mejora sino se implementan medidas para su cierre.

La tendencia a concentrar oferta educativa va a contramano de la de expandirla, democratizarla y diversificarla. Y, además, pone en jaque un pilar fundante de la escuela pública en la Argentina que sostiene que es el Estado el que debe garantizar los derechos educativos de todos los ciudadanos.

Por último, cabe subrayar tres puntos más: el primero hace referencia a la cuestión presupuestaria: desde que el macrismo está a cargo de la Ciudad de Buenos Aires (2007) el presupuesto educativo ha decrecido. Cada vez se destina menos plata para el sector (solo el 17,86 % para el 2019). Este presupuesto decreciente es una de las explicaciones para entender estas medidas.

Un segundo aspecto se vincula con lo nacional: muchas de estas medidas se están llevando a cabo en el resto de las provincias. Quizá, CABA, quiere hacer los deberes primero, pero en Mendoza, en Jujuy ya se han cerrado profesorados. En Provincia de Buenos Aires no sólo están cerrando carreras de formación docente inicial sino de otras áreas y niveles. A nivel nacional también hay una la baja en el presupuesto destinado al área. Es decir, que existe un marco nacional que acompaña y está atento a lo que sucede en esta ciudad.

Desde los primeros años de vida, se promueve, así, la fragmentación de la población: a los niños pobres les corresponde una propuesta empobrecida de los CPI y a los niños ricos el circuito privado.
Un tercer aspecto, y en relación, al primer punto que señalamos queremos subrayar que las escuelas secundarias nocturnas son, en la mayoría de los casos, la única oportunidad que tienen los jóvenes de estudiar y terminar sus estudios. Que se pueden mejorar, sin duda se puede. Pero con los chicxs y los profesores adentro. Los planes de estudio se modifican, las escuelas no se cierran.

Sabemos que no hay futuro sin escuelas que es bien distinto a las secundarias del futuro o cualquier spot marketinero al que nos tienen acostumbrados y nos quieren vender y que todas las medidas tienen una misma dirección: vaciamiento de lo público.

Fuente: https://kaosenlared.net/argentina-cierre-de-escuelas-nocturnas-una-politica-de-estado/

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Comunicación Educativa (II) ¿Cuántos maestros y maestras de educación básica hay en México?

Por: Sonia del Valle Lavín

Aunque parezca increíble, la respuesta al título de este texto, entraña una enorme complejidad.

De acuerdo con el Sistema de Información y Gestión Educativa (SIGED) de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en el ciclo escolar 2016-2017 (la cifra más actual), había 1 millón 11 mil 589 docentes de educación básica.

Hasta aquí la cosa pinta relativamente bien si aceptamos que la autoridad educativa es la encargada de allegarse de la información sobre la planta docente en el país. Información que recaba a través del Formato 911 que entregan los directivos de las escuelas al inicio y al término del ciclo escolar a la autoridad educativa estatal, y de ahí pasa a la autoridad educativa federal para conformar los indicadores educativos.

Insisto, hasta aquí todo bien. De acuerdo con el SIGED, que concentra en una plataforma la información que envían las autoridades educativas estatales a la Federación, hay 1 millón 11 mil 589 “docentes”, y en su mayoría son mujeres, 712 mil 487, en contraste con la minoría que son hombres, 299 mil 102.

Pero el SIGED también advierte al pie de página que cuando se refiere a “docentes” significa el “conjunto de individuos adscritos a un centro de trabajo, de acuerdo a la función que realizan en el mismo. A cada uno se le considera tantas veces como en centros de trabajo esté adscrito”.

Esta acotación cambia la respuesta sobre el número de maestros y maestras que hay en México, pues si un docente trabaja en dos escuelas o tres, no se puede saber cuántos maestros y maestras hay en México.

La misma estadística señala que hay 1 millón 874 mil 775 “personal” que trabajan en la educación básica, pero quien consulta no puede saber si todas esas personas trabajan como docentes en las escuelas; si trabajan todos en las escuelas o en cualquier tipo de centro de trabajo, porque para la SEP y sus homólogas, un centro de trabajo puede ser una escuela, una supervisión escolar, las oficinas de la burocracia estatal o las oficinas de los maestros comisionados a cuestiones sindicales.

Así que de la cifra anterior no se puede saber cuántos son docentes y lo otro que no se puede saber es si la SEP y yo entendemos lo mismo por esa categoría, para mí el docente es una persona que trabaja con un grupo de alumnos; hay otras personas que tienen plaza de maestro, pero que son supervisores escolares, asesores técnicos pedagógicos, subdirectores, jefes de sector, directores de área, y hasta líderes sindicales, pero que no están frente a grupo.

Además de la definición, se advierte otro asunto. Cuando la SEP desagrega la información señala lo siguiente:

Directores con grupo: 90, 303

Educación Física: 101,824

Educación Artística: 53,180

Educación Tecnológica: 56,237

Idiomas: 68,551

En total tenemos 370,095 “docentes” que realizan labores de enseñanza con las y los estudiantes en diversas asignaturas de educación básica, pero desconocemos cuántos dan clases frente a grupo en preescolar y primaria y cuántos dan clases en secundaria de las asignaturas clave, como Español, Matemáticas, Ciencias.

También la estadística de la SEP al referirse al “personal” que trabaja en la educación básica, arroja otros dos datos: 359,477 realizan funciones administrativa y 106,164 son directores sin grupo.

Tomando en cuenta los datos que desglosa la SEP, tanto de docentes con asignatura, directores y administrativos, hablamos de 835,736, lo que significa que hay 1,039,039  que no están en estas categorías y que podrían ser maestros frente a grupo.

Lo interesante de la información estadística de la SEP, es que el dato no cuadra.

Si lo comparamos con la categoría “docentes”, que eran 1,011,589, la diferencia son 27 mil 450 y la cuestión se complica, con otro dato que proporciona la SEP. Dice que hay 1,071,950 grupos de educación básica.

Si tomamos como cierto el dato de 1,011,589 de la categoría “docentes”, la diferencia con respecto al número de grupos revela un problema de grandes proporciones, pues hablamos de 60 mil 361 grupos sin maestros.

Si tomamos como referencia el dato del 1,039,039, el cual se infiere al descontar de la categoría “personal” a quienes son docentes de asignatura, directores y administrativos, el drama disminuye a casi a la mitad, pues habría 32 mil 911 grupos sin maestros.

Este ejemplo de las estadísticas de la SEP muestra claramente que no hay el más mínimo esfuerzo por parte de la autoridad educativa por informar sobre el principal activo del sistema educativo mexicano que son las y los maestros.

No solo desconocemos cuántos maestros y maestras hay en México; cuántos son hombres y cuántos son mujeres en el caso de los directores, los maestros de educación física, artística, idiomas, o del personal administrativo.

Tampoco sabemos nada sobre lo que la SEP llama “docentes”. Y esto es quizá lo que me parece más grave. ¿Todos los docentes están frente a grupo, tienen las mismas condiciones de trabajo o perciben el mismo ingreso?

No sabemos, igualmente, si todos los grupos están cubiertos y si entendemos lo mismo al hablar de un grupo. Si un grupo, por ejemplo en primaria, solo requiere de un docente o requiere, además, del docente de educación física y de idiomas.

No sabemos como sociedad cuántos grupos debe atender un docente, una vez definido el mejor esquema posible. Es decir, un grupo de primero de primaria debe tener: un docente frente a grupo, un docente de idiomas, un docente de tecnología y un docente de educación física o no, con uno es suficiente.

Navegamos a ciegas en el sistema educativo mexicano y lo seguiremos haciendo e  insistiendo sobre lo mucho que falta por hacer o sobre el avance o el fracaso de una reforma, mientras no sepamos, si son todos los que son, son los que están y los que necesitan estar.

Por ello, la necesidad de contar con una política de comunicación educativa, que es mucho más que emitir un boletín de prensa, lanzar un video, hacer un informe o subir un conjunto de números inconsistentes en una plataforma web.

Una política de comunicación educativa podría centrar sus esfuerzos en explicarle a la sociedad mexicana cada parte del sistema educativo nacional, para construir un diálogo informado, y una base de conocimiento público común sobre el sistema educativo mexicano. Y bien podría empezar por explicarnos la estadística educativa, y sus categorías.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/comunicacion-educativa-ii-cuantos-maestros-y-maestras-de-educacion-basica-hay-en-mexico/

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UNESCO: Preparar a los docentes para el futuro que queremos

UNESCO / 16 de diciembre de 2018 / Autor: UNESCO / Fuente: Virtual Educa

Durante su reunión anual en Montego Bay, Jamaica, entre el 5 y el 9 de noviembre, el Equipo Especial Internacional sobre Docentes para la Educación 2030 aprobó una declaración centrada en garantizar que las cuestiones vinculadas con los docentes continúen siendo el centro de interés de la agenda mundial de educación.

Mediante esta declaración, el Equipo Especial sobre Docentes refuerza su visión de que en el centro del derecho a la educación se halla la profesión docente altamente valorizada, cualificada y correctamente formada. De este modo, se formulan las siguientes recomendaciones:

  • Los socios internacionales deben intensificar sus esfuerzos para desarrollar definiciones robustas y clasificaciones sobre el significado de “docentes cualificados” y fortalecer la cooperación y los mecanismos de reporte con el fin de asegurar el monitoreo integral de la Meta 4.c del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4.
  • Los gobiernos deben procurar una adecuada financiación de todos los bienes públicos, incluida la fuerza de trabajo docente, a través, principalmente, de la movilización nacional de recursos a través de políticas fiscales que sean socialmente justas, de medidas rigurosas contra la corrupción y los flujos financieros ilegales, de políticas docentes y de asignación docente efectivas y eficientes desarrolladas con la participación de docentes y sus organizaciones, y de un énfasis continuo en la movilización externa de recursos para complementar los recursos nacionales en los países.

Por otra parte, la doble perspectiva de la Agenda 2030 de Educación sobre equidad y aprendizaje sitúa a los docentes en el centro de las respuestas políticas en aras de la igualdad participativa y del aprendizaje a escala mundial. Los docentes pueden constituir una fuerza potente que contribuye a la igualdad con miras a superar las desigualdades de oportunidades al nacer. La contratación masiva de nuevos docentes poco formados o sin ninguna formación, en particular en los países menos desarrollados, es un motivo real de preocupación.

El Equipo Especial sobre Docentes expresó también su preocupación en cuanto al hecho de que la formación de los docentes no ha crecido al ritmo deseado con miras a preparar a los nuevos docentes para que puedan hacer frente a los cambios rápidos debido a la globalización, la migración, el cambio demográfico y los avances tecnológicos que determinarán el futuro de la educación.

Además, la formación de los docentes en un mundo cada vez más complejo debe orientarse hacia el futuro y prepararlos, a su vez, para el aprendizaje continuo. La formación debe facilitar la reflexión por parte de los docentes sobre cuestiones vinculadas con el tipo de educación que resulta más pertinente y adecuada según las necesidades de los jóvenes en un entorno de aprendizaje diferente como el del siglo XXI.

El Equipo Especial sobre Docentes reconoce la importancia de las tecnologías de la información y la comunicación en la educación. No obstante, las tecnologías deben ser consideradas como una herramienta de apoyo para los docentes y no como instrumentos de sustitución. La formación de los docentes deberá entonces facilitar la utilización por parte de estos de las tecnologías como respaldo al aprendizaje en un marco educativo holístico y centrado en el ser humano.

Asimismo, el Equipo Especial recordó que la formación de los docentes debe considerarse como una formación a lo largo de toda la carrera y que resulta conveniente dar una atención particular a la naturaleza del desarrollo profesional de los docentes, a los marcos de competencias, al desarrollo de los planes pedagógicos y a las comunidades de aprendizaje/comunidades de práctica profesionales. Al ser la docencia una profesión basada en el conocimiento, se debe estimular a los docentes y formadores para que actualicen su base de conocimientos.

A través de esta declaración, el Equipo Especial sobre Docentes estimula un tipo de formación para los docentes que les permite gestionar los cambios y hallarse en medida de forjar un futuro justo y equitativo que no excluya a nadie.

Fuente de la Noticia:

Preparar a los docentes para el futuro que queremos

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 16 de diciembre de 2018: hora tras hora (24×24)

16 de diciembre de 2018 / Autor: Editores OVE

 

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 16 de diciembre de 2018. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

 

00:00:00 – Tito Pineda, el músico venezolano que enseña a través de su cultura en esta escuela chilena

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296699

01:00:00 – Libro: Experiencias de educación indígena en Colombia: entre prácticas pedagógicasy políticas para la educación de grupos étnicos (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296683

02:00:00 – Cuba ratifica ante Unesco compromiso con la educación (+Foto)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296705

03:00:00 – Aprendizaje basado en el fracaso. La asignatura pendiente. #innovacioneducativa (Artículo de Ángel Fidalgo)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296708

04:00:00 – Guatemala: El 90% de los estudiantes de 15 años no logra el nivel básico de conocimientos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296711

05:00:00 – Los 8 buscadores académicos que todo estudiante debe conocer

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296696

06:00:00 – Siete consejos de la UNESCO para favorecer la educación inclusiva de migrantes y refugiados

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296720

07:00:00 – 9 razones por las que No Cualquiera elige estudiar pedagogía (Artículo de Camila Londoño)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296758

08:00:00 – Costa Rica: Siguen los recortes a la educación superior

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296727

09:00:00 – Libro: Cómo mejorar las competencias de los docentes. Guía para la autoevaluación y el desarrollo de las competencias del profesorado (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296688

10:00:00 – Chile – Ecuador: La poesía de Mistral visitará las escuelas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296730

11:00:00 – Fortalecer la vocación docente (Artículo de Daniela Leiva Seisdedos)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296761

12:00:00 – Canales de Youtube para maestros

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13:00:00 – 5 formas de usar Instagram en el aula

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296702

14:00:00 – Pepe Mujica insiste en que la educación es un camino para acabar con la desigualdad

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296737

15:00:00 – Una pedagogía para el aprendizaje profundo (Artículo de José Blas García Pérez)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296749

16:00:00 – UNESCO: Preparar a los docentes para el futuro que queremos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296740

17:00:00 – Libro: Educación y Comunicación. Del capitalismo informacional al capitalismo cultural (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296692

18:00:00 – Paraguay: Reforma educativa: Más protestas contra acuerdo con Banco Mundial

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296752

19:00:00 – El INEE también… (Artículo de Alberto Arnaut Salgado)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296743

20:00:00 – Huelga en la educación primaria de Costa de Marfil

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296746

21:00:00 – Historia De Las Organizaciones Revolucionarias En ALC Entrevista A Edgar Sánchez (2), Luis Bonilla-Molina en SoundCloud (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296755

22:00:00 – Ecuador: Trabajadores universitarios defienden presupuesto 2019

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296717

23:00:00 – Embajador de Finlandia: “Antes de ser embajador fui profesor, un buen docente puede hacer milagros”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296714

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Italia entre los países con más tiempo dedicado a la docencia

Redacción: Prensa Latina

Italia clasifica entre los países europeos con mayor cantidad de horas dedicadas a la docencia en el sistema de enseñanza, confirmó hoy la agencia de noticias Agi.

Tomando como referencia el informe ‘Un vistazo a la Educación 2018’, publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), Agi comprobó las declaraciones formuladas en ese sentido por el ministro italiano de ese sector, Marco Bussetti.

En Italia, indica la fuente, las horas docentes obligatorias son como promedio 891 en la enseñanza primaria, 990 en la secundaria y 924 en la universitaria, sólo superada en el nivel elemental, por Dinamarca con mil 51; Holanda, 940; Luxemburgo, 924; e Irlanda, 910, entre los países europeos miembros de la Ocde.

Ocupa asimismo el cuarto puesto en el nivel secundario, detrás de Dinamarca con mil 200 horas; España, mil 54; y Holanda, mil y el mismo lugar en el universitario, a la zaga de España y Francia, con mil 36 horas, Hungría, 951 y la parte flamenca de Bégica, con 948.

Para más detalles Agi consultó además el informe ‘La organización del tiempo escolar en Europa’ (2018-2019) de Eurydice, red de instituciones europeas encargada de los sistemas educativos, según el cual Italia y Dinamarca lideran con 200 días de clases la clasificación en los tres niveles de enseñanza.

El sistema nacional italiano de educación ocupa también uno de los primeros lugares a nivel regional en cuanto a la cantidad de días de vacaciones en el verano junto a Portugal, Estonia, Letonia y Rumania, de acuerdo con esa fuente.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=236332&SEO=italia-entre-los-paises-con-mas-tiempo-dedicado-a-la-docencia
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Científicos de usar y tirar: la ciencia contemporánea se asienta sobre la precariedad de los jóvenes investigadores

Redacción: Xataka

Si es verdad aquello que decía Max Planck de que “la ciencia avanza funeral a funeral”, la ciencia debe de avanzar cada vez más rápido. Porque en una de las más grandes innovaciones de la ciencia contemporánea es que ya no hay ni que esperar a la muerte. La “vida activa” de los investigadores ha pasado de los 35 años en 1960 a solo 5 en la década de los 2010.

Al menos eso es una de las cosas que ha sacado a la luz un análisis de las carreras de centenares de investigadores en astronomía, ecología y robótica. La comunidad científica se ha convertido en una fábrica de producir trabajadores temporales que dedican sus veintenas a trabajar en investigación buscando un futuro que no van a alcanzar.

Un indicador de la precariedad de la ciencia

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De hecho, el estudio publicado en PNAS es mucho más devastador: no solo los investigadores cada vez duran menos, entre los que quedan hay un grupo cada vez más grande que pasan toda su carrera como “segundos autores” y no llegan a liderar investigaciones propias.

Por si fuera poco, da igual cuánto trabajes, el reconocimiento que tengas o el grupo de investigación donde empieces: ni la productividad, ni el factor de impacto, ni el nivel de colaboración inicial predicen la supervivencia de los investigadores en último término.

Según los investigadores, el sistema científico internacional se ha ido moviendo progresivamente hacia un sistema fuertemente jerarquizado con una ‘clase’ de investigadores principales (prestigiosos, bien financiados y con trabajos muy estables), un grupo pequeño de colaboradores relativamente permanentes y un continuo ir y venir de jóvenes investigadores que abandonan la carrera científica a los pocos años de iniciarla.

La trampa de las vocaciones

Vlad Tchompalov 248830 Unsplash 1

No se puede decir que sea una sorpresa. En los últimos años, conforme crecían los esfuerzos públicos para incrementar las ‘vocaciones científicas’, crecían las voces contra ellas (o que reflexionan críticamente sobre el problema). Esta misma semana, a propósito de las noticias sobre la incipiente crisis demográficavarios investigadores y divulgadores científicos explicaban en las redes sociales cómo se habían quedado ‘atrapados’ por un modelo que les incentiva a superespecializarse en campos con poca salida laboral, pero que es incapaz de ofrecerles empleos estables a medio plazo.

El asunto central aquí no es la precariedad (que tristemente parece que se está convirtiendo en un mal endémico de la salida de la crisis), sino las insistencias de las administraciones públicas por ‘promover las vocaciones científicas’. ¿Tiene sentido promover un sistema que se basa, de facto, en la precariedad de los jóvenes investigadores (o docentes) cuando, como administración pública, es tu responsabilidad que eso no sea así? Ahí es donde está el quid de la cuestión.

Hace unos años, Sydney Brenner, Nobel de medicina en 2002, reflexionaba sobre cómo la deriva del sistema académico estaba provocando una profunda erosión de las bases sociales de la investigación. Si no reaccionamos pronto, las consecuencias pueden ser peligrosas para el futuro mismo de la ciencia.

Fuente: https://www.xataka.com/investigacion/ciencia-contemporanea-se-ha-convertido-maquina-usar-tirar-jovenes-investigadores

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