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Ecuador, Leónidas Iza: “Los pueblos indígenas no podemos seguir cargando sobre nuestros hombros el desarrollo capitalista”

Ecuador enfrenta unas nuevas elecciones este 20 de agosto para elegir nuevo gobierno en un clima de inestabilidad y crispación. Ese mismo día también se ha convocado una importante consulta popular sobre la explotación petrolera del Yasuní, una de las mayores reservas de la biosfera. En medio de este escenario, se mantiene la centralidad de la CONAIE como principal movimiento social del Ecuador, que cuenta con un renovado prestigio desde el estallido social de octubre de 2019.

Una comitiva de la CONAIE, encabezada por Leónidas Iza, realizó una gira por Europa el pasado julio para hablarnos de la lucha de los pueblos indígenas y otras luchas campesinas, ecologistas, feministas, de colectivos de diversidad sexual, con quienes mantienen un nivel de coordinación desde el movimiento indígena. La campaña del Sí por el Yasuní y también la presentación del libro Estallido. La rebelión de octubre en Ecuador, escrito por Iza, junto a Andrés Tapia y Andrés Madrid, es parte de esta gira de la cual se hará réplica en América Latina. Entrevistamos a Leónidas Iza sobre su libro y la coyuntura actual ecuatoriana.

Maureen Zelaya: Entre otras cosas, estás de gira para la presentación de Estallido. La rebelión de octubre en Ecuador, un libro que profundiza en la experiencia de octubre de 2019, ¿qué nos plantea Estallido?

Leónidas Iza: Hemos definido política e ideológicamente hacer una sistematización teórica-académica para el debate sobre lo que ocurrió en octubre de 2019. Normalmente, lo que se cuenta sobre las luchas sociales se hace desde una neutralidad académica y por eso creemos que es importante contarlo desde los sujetos que construimos las luchas. Eso hace Estallido. Hemos dicho “vamos a escribir desde adentro”, desde los sujetos políticos, desde los sujetos luchadores, desde los sujetos que sostenemos la lucha. Y, a partir de lo que contamos, poner en cuestionamiento la situación económica, social, política del Ecuador y eso nos permite llevar toda la situación a un debate más amplio a nivel internacional.

Pero con ese espíritu académico y teórico no solo queremos analizar, sino cambiar esa realidad. Aspiramos a que sea un aporte para las otras luchas a nivel continental. Uno tiene que ser respetuoso con la generación de pensamiento a nivel global pero yo defiendo que el pensamiento indígena no debe quedarse solo para los pueblos indígenas, sino que debe buscar las corrientes con las que puede unificarse a nivel global, identificar la correlación de fuerzas, siempre manteniendo la autonomía política, la autonomía de pensamiento, organizativa, e incluso tener la posibilidad de anclar con una corriente a nivel global.

Hay compañeros que dicen “somos indígenas, no somos ni de izquierda ni de derecha”, y cuando llegan momentos políticos decisorios, se van con cualquiera y eso no me parece correcto. Hay que tener una mirada desde nuestro posicionamiento y saber con quién anclamos a nivel global. Yo creo en el campo de la izquierda y ese campo de la izquierda, claro que es diverso, hay un sinnúmero de corrientes, pero hay que hacer un esfuerzo para aglutinar en el campo popular a nivel global, junto con académicos críticos, con sindicatos, obreros, trabajadores, ambientalistas, ecologistas y movimiento indígena que recrea su propio pensamiento. El libro Estallido recoge la lucha desde la práctica, pero también haciendo un aporte de proyección hacia adelante.

Z.: El próximo 20 de agosto están convocadas elecciones generales en Ecuador, ¿cuál es el contexto político y social preelectoral? ¿qué sentires hay en la calle, en el movimiento social?

I.: El 20 de agosto va a marcar un cambio de un momento político, no de coyuntura, sino de momento político. No sabemos cuál va a ser la decisión del pueblo ecuatoriano, pero finalmente va a permitir tener claro las condiciones políticas. La fuerza en las calles, la fuerza de las organizaciones determinó este momento político. Si no se habría dado la lucha del 2019, del 2022, muy difícilmente se habría dado la muerte cruzada del [presidente] Lasso. Se ha llegado aquí no por voluntad propia sino por la presión en las calles de los movimientos populares en el Ecuador.

En este momento político se ha cesado a la Asamblea Nacional, pero también se ha cesado al presidente de la República y el Gobierno en este tiempo que queda está gobernando vía decreto. Todo lo que en este momento el Gobierno está definiendo, la Asamblea siguiente tiene que ejecutar esas decisiones, tiene que tirar a la basura todas decisiones que son antidemocráticas, las de una dictadura utilizando la Constitución.  Entonces este cambio político a partir de las elecciones va a depender del gobierno que venga y su legitimidad vendrá dada en la medida que acepte nuestras demandas o que se posicione en contra. Ahí el movimiento indígena y los sectores populares en general igual vamos a estar muy atentos sobre el programa de gobierno. Hay temas que son líneas rojas donde no estamos dispuestos a ceder. Para los pueblos indígenas, para los sectores populares el momento estará definido por la capacidad de unidad a nivel de todo Ecuador.

Z.: ¿Cuáles son esas líneas rojas? ¿Qué se espera del gobierno que surja este 20 agosto y ese cambio de momento político?

I.: Sobre los resultados de las elecciones, preferimos no especular. Vamos a esperar el escenario que se dé y las condiciones que se den con los resultados. Pero para nosotros hay tres cosas claras:

Primero, posicionar nuestro programa. El proyecto político que tenemos como movimiento indígena y sectores populares es de conocimiento público, y lo vamos a sostener y a defender frente a cualquier gobierno que venga.

Segundo, vamos a defender las líneas rojas que no estamos dispuestos a aceptar, no importa si el gobierno resultante sea de izquierda o de derecha. Hemos tenido una respuesta de nuestras bases, en nuestra gente sobre cuáles son esas líneas rojas. En los últimos 50 años la economía ha dependido del petróleo y ahora se pretende suplantar esa dependencia por la minería a gran escala. Eso nosotros no estamos dispuestos a aceptarlo y tenemos la capacidad organizativa instalada en el territorio: no se puede avanzar en la minería a gran escala. Hay minería artesanal que es necesario regular y garantizar mejores condiciones, pero la minería a gran escala, no. Y lo tienen que saber los gobiernos que vengan.

Hemos escuchado a políticos que dicen que no podemos seguir siendo pobres sentados en un saco de oro, pero el problema es que ese saco de oro para nosotros es el equilibrio de las condiciones ecológicas. Porque, en el caso de la minería, ¿cuál sería el saco de oro? ¡La montaña! Y es de la montaña que viene el agua que bebemos y que nos brinda las condiciones ecológicas para poder seguir sosteniendo el sistema de agricultura. El 70% que consumimos los ecuatorianos depende de estas condiciones ecológicas ambientales.

Otra línea roja, hemos dicho, es que no se puede avanzar en la flexibilización laboral. Ahí estamos unidos con los trabajadores, con sindicatos. Una tercera línea roja que no se puede cruzar es avanzar en los procesos de las privatizaciones. Más bien lo que hay que hacer es potenciar, repotenciar la capacidad productiva de los sectores estratégicos que son públicos.

Se ha hecho una valoración de 14 empresas estratégicas públicas que indica una producción de 13 mil millones de dólares: petróleo, en cierta medida la minería, telecomunicaciones, seguro social; el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social -BIESS- y así podemos determinar que ceder derechos privados para la explotación de lo público es una línea roja en la que no podemos ceder.

Y otra línea roja es que se tiene que avanzar en una agenda programática y pragmática sobre los puntos que quedaron pendientes en la lucha de 2022 de manera inmediata y son los aspectos que tienen que ver con los diez puntos que llevaron a la lucha del movimiento indígena. Entonces, por un lado, tenemos un proyecto político amplio, grande. Por otro lado, estos puntos que son líneas rojas y, además, la implementación de las demandas que fueron levantadas en 2019 y 2022 en el Paro Nacional, de manera concreta.

Z.: Sobre el Paro Nacional de junio 2022, ¿qué balance se hace de los resultados? ¿Cómo fue esta negociación de los diez puntos con el Gobierno?

I.: Como fue conocido para todo el Ecuador y a nivel internacional, la negociación se dio a partir de unos puntos públicos. Se intentó generar presión política hacia nosotros diciendo que lo único que queríamos era la salida de Lasso, que esa era la única intención.

Cuando nosotros sostuvimos 18 días de lucha, demostrando “no hemos venido a sacar a Lasso”, pero si es que cae por su propio peso, será porque no escucha, porque no entiende y no tiene voluntad política de cumplir nuestras demandas. Pero el objetivo eran los diez puntos, resolver el problema de los subsidios. En el Ecuador los subsidios son una política general, donde decimos que hay que llegar a una focalización en los combustibles. Nosotros identificamos que los sectores económicos liberalizados del Ecuador son los que más aprovechan los subsidios generales. Entonces propusimos al Gobierno Nacional ocho subpuntos para que los sectores que aman el libre mercado no sean los más beneficiados: si realmente creen en el libre mercado, pues que produzcan de acuerdo con sus reglas y no favorecerse de los subsidios. Demostramos que unos 1.200 millones de dólares están focalizados en sectores que deberían producir sin subsidios, tales como los atuneros, la pesca industrial, el sector camaronero entre otros.

También pedimos el alivio económico para la gente, que se controle el precio de los productos de primera necesidad, que no se permita la especulación con estos productos y que se garantice políticas de fomento productivo para los campesinos.

También pusimos sobre la mesa el defender la vida, que es un NO al extractivismo minero principalmente. Exigimos la implementación de los 21 derechos colectivos de los pueblos indígenas en todos los programas estatales y en coordinación con los diferentes poderes del Estado. Lucha por la salud, la educación y también por la inseguridad. Esos fueron los temas que, de acuerdo con el reporte del mismo gobierno nacional, llegamos a 218 acuerdos en puntos: se trataba de acuerdos procedimentales, acuerdos generales que permitían avanzar a la posibilidad de construir un Estado plurinacional, de las cuales el Gobierno cumplió en aspectos procedimentales en un 10%. El resto quedó allí. Por eso para nosotros en este momento es de vital importancia poder posesionar en la nueva coyuntura estas demandas con el gobierno que venga pues no han sido resueltos después de la lucha 2019 y 2022, del paro nacional.

Z.: ¿Qué defiende la campaña del Sí al Yasuní en rechazo a su explotación? ¿qué implicaría para las poblaciones que habitan esos territorios que esta consulta se perdiese?

I.: La gente suele pensar que estamos sosteniendo una oposición en la consulta al Yasuní, de manera general, por oponernos. Pero no, tenemos razones y argumentos para defender el Yasuní y decir que defender el Yasuní es defender la vida. Primero, la UNESCO declaró que es una de las zonas más biodiversas del mundo. Esto debido a que en el período de la glaciación de la Tierra todo lo que ahora es la cuenca amazónica fue un área que no se congeló y de ahí la diversidad inmensa que tiene este ya ahora declarado Parque Nacional, y que antes era un territorio sagrado de los pueblos indígenas.

Para hacernos una idea de la capacidad de contención de las especies a nivel global que está guardado ese territorio en términos cualitativos y cuantitativos, en una sola hectárea del Yasuní podría sumarse toda la diversidad de anfibios, reptiles, vertebrados, invertebrados, plantas, animales mayores, menores, etc., que recoge toda Norteamérica. Pero ¿qué pasaría si la humanidad genera presión petrolera? Causaría un desequilibrio ecológico.

Por eso proponemos que en lugar de extraer petróleo se pueda desarrollar un turismo científico, pues estudiar la selva podría dar respuestas a muchos males que tiene la humanidad, respuestas que se pueden encontrar en la cuenca amazónica. También impulsar un turismo ecológico, que permita recuperar la economía al mismo tiempo que respete el equilibrio de la Madre Tierra.

Un segundo argumento es que en la Reserva El Yasuní, en el Parque Nacional, viven dos pueblos en aislamiento voluntario: el Tagaeri y Taromenane. Ya se dieron matanzas en 2003, 2006 y 2013 porque las petroleras han ido tomando fuerza y control en los territorios y con la presión que ha generado la explotación, ha reducido el territorio de los pueblos en aislamiento voluntario. Al verse roto el aislamiento y el equilibrio todo ha acabado en matanzas. Para esos pueblos es una manera forzada de relacionarse con el mundo y si se sigue generando presión solo se van a producir más matanzas. Por lo tanto, se exige que paren este genocidio de las poblaciones que están allí.

Y un tercer argumento es que mientras en otras regiones se ha dado un desarrollo por el extractivismo, ¿qué han dejado las petroleras en 50 años a los pueblos indígenas? Solo territorios contaminados, agua contaminada, compañeros y compañeras con diabetes, con cáncer, un suelo que no produce porque está contaminado. No puede ser que los pueblos indígenas sigamos cargando sobre nuestros hombros el desarrollo que necesita el Ecuador.

Cincuenta años de extractivismo petrolero no han dejado una economía sustentable para los pueblos indígenas, no se puede decir que, una vez que se sacó el petróleo, tenemos una economía sustentable y un futuro para las nuevas generaciones de todas las nacionalidades indígenas, para seguir viviendo. Esto no ha pasado. Lo que ha pasado es que se han destruido los territorios. Por lo tanto, estos tres argumentos para nosotros son tremendamente fuertes, por lo que decimos sí a la vida y sí al Yasuní.

Z.: La destrucción del capitalismo extractivista es común a muchos países de América Latina y otras partes del mundo, donde son los pueblos originarios e indígenas los que cargan con el peso de sostener la civilización moderna, y -el mal llamado- desarrollo. ¿Hay alianzas en esta lucha a nivel continental?

I.: Sí, porque esa es una realidad compartida. Están acabando con los territorios de vida de los pueblos indígenas, eso pasa en Ecuador, en Colombia, Perú, Bolivia, Brasil, en toda la cuenca amazónica y en otros lados.

¿Por qué los territorios de los pueblos indígenas tienen que sostener el desarrollo? ¿Por qué tenemos que asistir a la explotación de la madre Tierra para sostener la matriz productiva capitalista a nivel global? No creemos que deba ser así. Hay que pensar en otra economía. Otro tema relacionado y cuya lucha compartimos es contra el racismo imperante y una visión colonial de la sociedad. ¿Nos pueden imponer a los pueblos indígenas todo esto que está tan asentado en la sociedad? ¡No! Y no podemos seguir aceptando eso como normal.

Un tercer tema es que se está avanzando en este cambio de la matriz energética, del petróleo a las energías limpias. En ese proceso, además del control territorial también hay control de nuestros ríos: las gargantas principales de los ríos están siendo concesionadas para generar hidroeléctricas y todo eso sin respetar al derecho a la consulta previa, libre e informada. Esa es otra lucha compartida.

Creemos que es importante hacer entender a la sociedad y a la humanidad que hay territorios que están regulando el equilibrio de la naturaleza y que los ríos, la selva, los páramos son centrales en ese equilibrio. También, en nuestros territorios están invadiendo con el monocultivo, el agronegocio, concentración de las tierras, concentración del agua. También aquí en Europa, en Francia, hemos visto estas luchas contra la concentración de la tierra, la privatización. Todo esto nos permite llamar en primera instancia a una unidad continental a nivel de Latinoamérica, pero también con ese empuje creo que podemos llevar la lucha a nivel global.

Z.: Para cerrar, volvamos al libro. Todo lo que has puesto en perspectiva sobre la lucha de los pueblos indígenas y las necesidades de cambio, ¿qué receptividad has encontrado en la academia sobre los planteamientos que expones?

I.: Hemos encontrado mucha reticencia realmente. O sea, hay una forma dominante de producción de pensamiento conservador y eso hace que también haya un rechazo de una parte de la población que sigue cuestionando, que no encuentra respuestas. Muchas personas de izquierda han optado por no participar de esos espacios, aunque estén luchando. Yo creo que hay que dar opciones y eso no rompe la capacidad organizativa sino buscar la capacidad de aglutinar desde distintas formas de lucha. Si no lo hacemos nosotros, vemos que ya lo está haciendo la derecha y la extrema derecha. Miremos lo que pasó con los gobiernos progresistas de América Latina o lo que está pasando en Europa, están cogiendo las dudas de la juventud, cogiendo argumentos donde la ciudadanía está pidiendo respuestas.

Aunque en Ecuador estemos luchando, aunque podamos tener condiciones de cambio, en un país que está anclado al modelo económico capitalista global va a ser muy difícil ganar. Ya tenemos experiencia de lo que pasó con Chile, Perú, Cuba, Venezuela.

Si nosotros desde el campo popular no estamos dando respuestas, entonces será la derecha quien propicie tesis que terminen llegando a los sectores populares.

Yo creo que la academia a nivel global no puede producir ciencia y teoría solo para analizar. Eso es lo que ha pasado con todas las fuentes de construcción política ideológica. Más bien acaba ocurriendo que las posibilidades de cambio desde una línea política diferente a la de la derecha terminen atentando contra la propia posibilidad de cambio. Y acabamos nosotros, quienes defendemos un cambio, como responsables. En ese sentido, yo creo que si queremos dar un salto cualitativo en el cambio que necesita ahora mismo la humanidad, hay que unir luchas a nivel global. Así que estamos para esto poniendo un granito de arena.

Maureen Zelaya es militante de Anticapitalistas

Fuente: https://vientosur.info/los-pueblos-indigenas-no-podemos-seguir-cargando-sobre-nuestros-hombros-el-desarrollo-capitalista/

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El regreso del trabajo infantil es la última señal del declive de Estados Unidos

Por: Steve Fraser

En 1906 un anciano jefe amerindio visitó Nueva York por primera vez. Tenía curiosidad por la ciudad y la ciudad estaba interesada en él. Un reportero de una revista le preguntó al jefe amerindio qué fue lo que más le sorprendió de sus viajes a la ciudad. ”Los pequeños niños que trabajan”, respondió el visitante.

El trabajo infantil podría haber sorprendido a este extranjero, pero era demasiado común en ese momento en los Estados Unidos urbanos e industriales (y en las granjas donde había sido común durante mucho tiempo). Más recientemente, sin embargo, se ha vuelto mucho más raro. La ley y la práctica casi lo han hecho desaparecer, suponemos la mayoría de nosotros. Y nuestra reacción a su reaparición podría ser como la de ese jefe: conmoción, incredulidad.

Pero será mejor que nos acostumbremos, porque el trabajo infantil está volviendo. Un número asombroso de cargos electos están realizando esfuerzos concertados (The New Yorker, “Child Labor is on the Rise”, 4 de junio de 2023 en la web) para debilitar o derogar leyes que han impedido durante mucho tiempo (o al menos han reducido seriamente) la posibilidad de explotar a los niños y niñas.

Recuperad el aliento y considerad esto: la cantidad de niños/as que trabajan en los Estados Unidos aumentó en un 37 % entre 2015 y 2022. En los últimos dos años, 14 estados introdujeron o promulgaron leyes que revocan las regulaciones que rigen la cantidad de horas que los niños pueden trabajar, reducen las restricciones al trabajo peligroso y legalizan los salarios mínimos para los jóvenes.

El estado de Iowa ahora permite que los jóvenes de 14 años trabajen en lavanderías industriales. A la edad de 16 años, pueden aceptar trabajos en los sectores de techado, construcción, excavación y demolición y pueden utilizar maquinaria motorizada. Los jóvenes de 14 años pueden incluso trabajar de noche, y a partir de los 15 años pueden trabajar en cadenas de montaje. Todo esto, por supuesto, estaba prohibido no hace mucho tiempo.

***

Los electos dan justificaciones absurdas para estas desviaciones de las prácticas establecidas desde hace mucho tiempo. El trabajo, nos dicen, alejará a los niños de los ordenadores, videojuegos o televisión. O privará al gobierno del poder de dictar lo que los niños pueden o no hacer, dejando a los padres el control, una afirmación que ya se ha convertido en una fantasía por los esfuerzos para eliminar la legislación social protectora y permitir que los niños/as de hasta 14 años trabajen sin la autorización formal de los padres.

En 2014, el Instituto Cato, un grupo de expertos de derecha, publicó “Un caso contra las prohibiciones del trabajo infantil”, argumentando que tales leyes sofocan las perspectivas de futuro de los niños pobres, especialmente los niños negros. La Foundation por Government Accountability [Fundación para la obligación del gobierno de rendir cuentas], un grupo de expertos financiado por una serie de donantes conservadores adinerados, incluida la familia DeVos [Betsy DeVos, Secretaria de Educación bajo la administración Trump], ha encabezado los esfuerzos para debilitar las leyes de trabajo infantil, y Americans for Prosperity, la fundación multimillonaria de los hermanos Koch

 

[muy involucrada en inversiones petroleras]

, se ha unido a ellos.

Estos ataques no se limitan a los estados rojos (republicanos) como Iowa o los del Sur. California, Maine, Michigan, Minnesota y New Hampshire, así como Georgia y Ohio, también han sido objeto de este tipo de intervenciones. Durante los años de la pandemia, incluso Nueva Jersey aprobó una ley que aumenta temporalmente las horas de trabajo permitidas a los jóvenes de 16 a 18 años.

***

La cruda verdad es que el trabajo infantil da sus frutos y se está volviendo notablemente generalizado. Es un secreto a voces que las cadenas de comida rápida han empleado a trabajadores menores de edad durante años y solo consideran las multas ocasionales como parte del coste de funcionamiento. En Kentucky, niños y niñas de hasta 10 años han trabajado en dichos centros de restauración y los niños mayores han excedido los límites horarios prescritos por la ley. En Florida y Tennessee, los techadores ahora pueden tener 12 años.

Recientemente, el Departamento de Trabajo descubrió a más de 100 niños de entre 13 y 17 años que trabajaban en plantas empacadoras de carne y mataderos en Minnesota y Nebraska. Y estas no eran operaciones raras. Empresas como Tyson Foods y Packer Sanitation Services, propiedad del fondo de inversión BlackRock, la empresa de gestión de activos más grande del mundo [consulte el artículo sobre estos fondos publicado en la web de À l’Encontre], también están incluidas en la lista.

En este punto, casi toda la economía está notablemente abierta al trabajo infantil. Las fábricas de ropa y los fabricantes de piezas de automóviles (que abastecen a Ford y General Motors) emplean a niños inmigrantes, a veces en jornadas laborales de 12 horas. Muchos de ellos se ven obligados a abandonar la escuela para evitar ser sancionados. De manera similar, las cadenas de suministro de Hyundai y Kia dependen de los trabajadores infantiles en Alabama.

Según lo informado por el New York Times el pasado mes de febrero (“Alone and Exploited, Migrant Children Work Brutal Jobs Across the US” de Hannah Dreier, 25 de febrero de 2023) –ayudando a crear conciencia sobre el nuevo mercado de trabajo infantil– los niños menores de edad, especialmente los migrantes, trabajan en plantas empacadoras de granos y plantas de procesamiento de alimentos. En Vermont, los “ilegales” (porque son demasiado jóvenes para trabajar) operan máquinas de ordeño. Algunos niños ayudan a hacer camisetas de J. Crew [una importante empresa de ropa lista para usar] en Los Ángeles, hornean bollos para Walmart [el minorista más grande de los Estados Unidos] o trabajan en la producción de Fruit of the Loom [muy conocida firma]. El peligro acecha.

La periodista Hannah Dreier ha hablado de una “nueva economía explotadora”, especialmente cuando se trata de niños inmigrantes. Un maestro de escuela en Grand Rapids, Michigan, al observar la misma situación, comentó: “Estás tomando niños de otro país y casi poniéndolos en la servidumbre industrial”.

Hace mucho tiempo, hoy

Hoy en día podemos estar tan asombrados por este espectáculo deplorable como lo estaba este jefe nativo americano a principios del siglo XX. Nuestros antepasados ​​no lo habrían estado. Para ellos, el trabajo infantil se daba por descontado.

Además, los miembros de las clases altas de Gran Bretaña que no estaban obligados a trabajar duro consideraron durante mucho tiempo el trabajo como un tónico espiritual capaz de frenar los impulsos rebeldes de las clases bajas. Una ley isabelina de 1575 preveía la asignación de fondos públicos para el empleo de niños como “profilaxis contra los vagabundos y los pobres”.

En el siglo XVII, el filósofo John Locke [1632-1704, autor de Essay on Human Understanding, uno de los principales actores de la Royal African Company, pilar de la trata de esclavos], entonces célebre “defensor de la libertad”, argumentó que los niños de tres años de edad debían ser incluidos en la fuerza laboral. Daniel Defoe, autor de Robinson Crusoe, se regocijó de que “los niños de cuatro o cinco años pudieran ganarse el pan”. Más tarde, Jeremy Bentham [1748-1832, precursor del liberalismo], padre del utilitarismo, optaría por los cuatro años, porque de lo contrario la sociedad sufriría la pérdida de ¡“años preciosos en los que no se hace nada”! Nada para la industria! ¡Nada para la mejora, moral o intelectual”.

El informe sobre la industria manufacturera publicado en 1791 por el “padre fundador” estadounidense Alexander Hamilton [1757-1804, Secretario del Tesoro de 1789 a 1795] señaló que los niños “que de otro modo estarían ociosos” podrían convertirse en una fuente de mano de obra barata. La afirmación de que el trabajo a una edad temprana evita los peligros sociales de la “holgura y la degeneración” siguió siendo una constante de la ideología de las élites hasta bien entrada la era moderna. Obviamente, esto sigue siendo así hoy en día.

***

Cuando la industrialización realmente comenzó durante la primera mitad del siglo XIX, los observadores notaron que el trabajo en las nuevas fábricas (especialmente las fábricas textiles) “lo hacían mejor las niñas de 6 a 12 años”. En 1820, los y las niños constituían el 40% de los trabajadores de las fábricas en tres estados de Nueva Inglaterra. En el mismo año, los y las niños menores de 15 años representaban el 23% de la mano de obra manufacturera y hasta el 50% de la producción textil de algodón (“Child Labor in the United States”, Robert Whaples, Wake Forest University).

Y estos números no harán más que aumentar después de la Guerra Civil [1861-1865]. De hecho, las y los hijos de antiguos esclavos fueron re-esclavizados a través de acuerdos de aprendizaje muy vinculantes. Mientras tanto, en Nueva York y otros centros urbanos, los padroni italianos aceleraron la explotación de niños inmigrantes tratándolos con brutalidad. Incluso el New York Times se ofendió: “El mundo ha dejado de robar hombres de las costas africanas para secuestrar niños en Italia”.

Entre 1890 y 1910, el 18% de los niños y niñas de 10 a 15 años, o sea unos dos millones de jóvenes, trabajaban, a menudo, 12 horas al día, seis días a la semana.

Sus empleos cubrían el frente de mar, demasiado literalmente ya que, bajo la supervisión de padroni, miles de niños desvainaban ostras y recogían gambas. Los niños también eran pregoneros y vendedores de periódicos. Trabajaban en oficinas y fábricas, bancos y burdeles. Eran “rompedores” y “abridores de puertas de madera que permiten el acceso de aire” en minas de carbón mal ventiladas, trabajos particularmente peligrosos e insalubres. En 1900, de los 100.000 trabajadores de las fábricas textiles del sur, 20.000 tenían menos de 12 años.

Los huérfanos de las ciudades eran enviados a trabajar en las fábricas de vidrio del Medio Oeste. Miles de niños y niñas se quedaron en casa y ayudaron a sus familias a confeccionar ropa para los talleres clandestinos. Otros empacaban flores en tiendas mal ventiladas. Un niño de siete años explicaba: “Prefiero la escuela a la casa. No me gusta la casa. Hay demasiadas flores”. En la granja, la situación no era menos sombría: niños de tres años trabajan pelando bayas.

En la familia

Está claro que, hasta el siglo XX, el capitalismo industrial dependía de la explotación de los niños, más baratos de emplear, menos capaces de resistir y, hasta el advenimiento de tecnologías más sofisticadas, se adaptaban bien a las máquinas relativamente sencillas existentes en ese momento.

Además, la autoridad ejercida por el jefe estaba en consonancia con los principios patriarcales de la época, ya fuera dentro de la familia o incluso en las más grandes de las nuevas empresas industriales de la época, que eran propiedad mayoritariamente de familias, como las acerías de Andrew Carnegie. Este capitalismo familiar dio origen a una alianza perversa entre patrón y subcontratistas que transformó a las y los niños en trabajadores asalariados en miniatura.

Mientras tanto, las familias de la clase obrera estaban tan gravemente explotadas que necesitaban desesperadamente los ingresos de sus hijos e hijas. Como resultado, en la Filadelfia de principios de siglo, el trabajo infantil representaba entre el 28 % y el 33 % de los ingresos de las familias biparentales nacidas en el país (Monthly Labor Review, “History of child labor in the United States -part 1: Little children working”, enero de 2017). Entre los inmigrantes irlandeses y alemanes las cifras fueron de 46% y 35% respectivamente. Por lo tanto, no sorprende que los padres de clase trabajadora se hayan opuesto a menudo a las propuestas de ley sobre el trabajo infantil. Como señaló Karl Marx, cuando el trabajador ya no puede mantenerse a sí mismo, “ahora vende a su esposa e hijo/a, se convierte en un traficante de esclavos”.

Sin embargo, la resistencia comenzó a organizarse. El sociólogo y fotógrafo Lewis Hine escandalizó al país con desgarradoras fotos de niños trabajando en fábricas y minas (pudo acceder a estos lugares de trabajo fingiendo ser un vendedor de Biblias). Mother Jones [1837-1930], la militante sindical, encabezó una “cruzada de niños” en 1903 en nombre de los 46.000 trabajadores en huelga en Filadelfia. Doscientos delegados de trabajo infantil marcharon a la residencia del presidente Teddy Roosevelt [1901-1909] en Oyster Bay, Long Island, para protestar, pero el presidente simplemente pasó la pelota, diciendo que el trabajo infantil correspondía a la competencia de los estados y no al gobierno federal.

Aquí y allá, los niños intentan escapar. En respuesta, los propietarios comenzaron a rodear sus fábricas con alambre de púas o hacer que los niños trabajaran de noche, cuando el miedo a la oscuridad les impedía escapar. Algunas de las 146 mujeres que perecieron en el infame incendio de la Triangle Shirtwaist Factory de 1911 en el Greenwich Village de Manhattan (los dueños de esta fábrica de ropa cerraron las puertas con llave, lo que obligó a las trabajadoras atrapadas a saltar desde las ventanas de los pisos superiores hacia la muerte desde las ventanas de los pisos superiores) no eran mayores de 15 años. Esta tragedia no hizo más que alimentar la creciente ira contra el trabajo infantil.

***

En 1904 se creó un comité nacional sobre trabajo infantil. Durante años, presionó a los estados para prohibir, o al menos limitar, el trabajo infantil. Las victorias, sin embargo, fueron a menudo pírricas, ya que las leyes promulgadas eran invariablemente débiles, tenían docenas de exenciones y se aplicaban de manera deficiente. Finalmente, en 1916, se aprobó una ley federal que prohibió el trabajo infantil en cualquier lugar. En 1918, sin embargo, el Tribunal Supremo la declaró inconstitucional.

De hecho, no fue hasta la década de 1930, después de la Gran Depresión, que las condiciones comenzaron a mejorar. Dada la devastación económica, se podría suponer que el trabajo infantil barato habría sido muy apreciado. Sin embargo, ante la escasez de puestos de trabajo, los adultos, y especialmente los hombres, tomaron el relevo y comenzaron a realizar tareas que antes estaban reservadas a los niños. Durante estos mismos años, el trabajo industrial comenzó a incorporar maquinaria cada vez más compleja que resultaba demasiado difícil para los niños/as pequeños/as. Al mismo tiempo, la edad de escolarización obligatoria siguió aumentando, lo que limitó aún más el número de niños/as trabajadores disponibles.

***

Más importante aún, el espíritu de la época cambió. El movimiento obrero insurgente de la década de 1930 odiaba la idea misma del trabajo infantil. Las fábricas sindicalizadas y las industrias enteras eran zonas prohibidas para los capitalistas que buscaban explotar a los y las niños/as. En 1938, con el apoyo de los sindicatos, la administración New Deal del presidente Franklin Roosevelt finalmente aprobó la Fair Labor Standards Act que, al menos en teoría, puso fin al trabajo infantil (aunque eximió a la industria agrícola, en la que este tipo de trabajo seguía siendo corriente).

Además, el New Deal de Roosevelt transformó las mentalidades en todo el país. Un sentido de igualitarismo económico, un nuevo respeto por la clase trabajadora y una desconfianza sin límites hacia la casta corporativa, hicieron que el trabajo infantil fuera particularmente repugnante. Además, el New Deal marcó el comienzo de una larga era de prosperidad, que incluyó mejores niveles de vida para millones de hombres y mujeres trabajadoras que ya no necesitaban el trabajo infantil para llegar a fin de mes.

Vuelta hacia el pasado

Es tanto más asombroso descubrir que una plaga, que creíamos desterrada, vuelve a vivir. El capitalismo estadounidense es un sistema internacionalizado, sus redes se extienden prácticamente por todas partes. Hoy en día, se estima que hay 152 millones de niños y niñas trabajadores en todo el mundo. Por supuesto, no todos ellos/as están empleados directa o indirectamente por empresas estadounidenses. Pero estos millones ciertamente deberían recordarnos cuán profundamente retrógrado se ha vuelto el capitalismo una vez más, tanto en nuestra casa como en otras partes del planeta.

Los alardes sobre el poder y la riqueza de la economía estadounidense son parte del sistema de creencias y la retórica de las élites. Sin embargo, la esperanza de vida en los Estados Unidos, una medida fundamental de la regresión social, ha estado disminuyendo durante años. La atención médica no solo es inasequible para millones de personas, sino que su calidad se ha vuelto mediocre en el mejor de los casos si no se pertenece al 1% superior. Asimismo, las infraestructuras del país están en declive desde hace mucho tiempo, debido a su antigüedad y a las décadas de abandono.

Estados Unidos, por lo tanto, debe ser considerado como un país “desarrollado” azotado por el subdesarrollo y, en este contexto, el retorno del trabajo infantil es profundamente sintomático. Incluso antes de la gran recesión que siguió a la crisis financiera de 2008, el nivel de vida había caído, especialmente para millones de trabajadores/as golpeados por un tsunami de desindustrialización que duró décadas. Esta recesión, que oficialmente duró hasta 2011, solo empeoró la situación. Ejerció más presión sobre los costos laborales, ya que el trabajo se volvió cada vez más precario, cada vez más desprovisto de beneficios y desorganizado. En estas condiciones, ¿por qué no recurrir a otra fuente de mano de obra barata: los niños y niñas?

Los más vulnerables entre ellos provienen del extranjero, inmigrantes del Sur, que huyen de economías en crisis, a menudo vinculadas a la explotación y dominación económica estadounidenses. Si este país está experimentando hoy una crisis fronteriza – y lo está-, sus orígenes se encuentran de este lado de la frontera [y no principalmente en Centroamérica o México].

La pandemia de la Covid-19 de 2020-2022 creó una breve escasez de mano de obra, que se convirtió en una excusa para que los niños y niñas volvieran a trabajar (a pesar de que el regreso del trabajo infantil en realidad es anterior a la pandemia). Estos niños trabajadores del siglo XXI deben ser considerados como un signo distintivo de la patología social actual. Estados Unidos todavía puede tiranizar partes del mundo, mientras hace alarde constantemente de su poderío militar. Pero en su casa, están enfermos.

Steve Fraser es autor, entre otras obras, de Mongrel Firebugs and Men of Property: Capitalism and Class Conflict in American History, Ed. Verso, 2019.  Sus libros anteriores incluyen Class Matters: The Stange Career of an American Delusion, Yale University Press, 2018, The Age of Aquiescence: The life and Death of American Resistence to Organised Wealth and Power, Little, Brown and Company, 2015.

Artículo original publicado en la web de Tom Dispatch el 6 de julio de 2023.

Texto original: https://alencontre.org/ameriques/americnord/usa/le-retour-du-travail-des-enfants-est-le-dernier-signe-du-declin-des-etats-unis.html

Traducción: viento sur

Fuente: https://vientosur.info/el-regreso-del-trabajo-infantil-es-la-ultima-senal-del-declive-de-estados-unidos/

 

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Azahara Palomeque: La Inteligencia Artificial vapulea el futuro del trabajo. Europa

Varios estudios pronostican la desaparición de millones de puestos de trabajo como consecuencia de los diferentes usos y desarrollos de la Inteligencia Artificial. La clase media y los trabajos feminizados serían los más afectados.

Se puede afirmar sin titubeos que una de las mayores preocupaciones en los centros de poder occidentales es el futuro del trabajo. Desde quienes apuntan a las sustanciales mudanzas en el mercado laboral como consecuencia de la crisis climática, hasta los fenómenos azuzados por la COVID-19 –como la llamada ‘Gran Dimisión’– pasando por el impacto que tendrá la Inteligencia Artificial (IA), los debates no paran de sucederse. Específicamente, los efectos de la IA en el empleo ocuparon buena parte de la reunión que mantuvieron los congresistas estadounidenses en el Capitolio con Sam Altman, creador de OpenAI (la empresa que inventó ChatGPT), quien no supo detallar las disrupciones que traerá su criatura. Aunque los distintos actores políticos y económicos difieren en cuanto a los números, existe unanimidad a la hora de afirmar que habrá cambios drásticos, una gran conmoción que, dependiendo de cómo se gestione, puede acabar con millones de personas en la calle.

Millones de afectados

Los peores augurios vienen de la mano de Goldman Sachs. Según un informe reciente de la multinacional bancaria, 2/3 de los trabajos actuales en EE.UU. y en Europa podrían estar sujetos a algún tipo de automatización provocada por la IA generativa, y sería esta tecnología la causante de la pérdida de 1/4 del empleo en dichas regiones. Extrapolados los datos a nivel global, se estima que desaparecerían 300 millones de puestos de trabajo. Aunque algunos expertos apuntan a la creación de nuevas profesiones y un posible incremento de la productividad en algunos sectores, estos avances son más difíciles de predecir y dependerían tanto del desarrollo de la tecnología como del marco regulativo en que esto ocurra. En este sentido, es significativo que la nueva Ley europea sobre Inteligencia Artificial haya dejado fuera de la clasificación como “alto riesgo” el uso de estos sistemas generativos en el mercado laboral y en entornos educativos, lo cual añade más incertidumbre a un tejido social atravesado por la inflación y la guerra en Ucrania.

Mucho más detallado es el último estudio realizado por el Foro Económico Mundial (FEM), conocido como “Foro de Davos” y radicado en Suiza. FEM pronostica que un 23% del mercado mundial experimentará una sacudida debido a varios factores, entre los que destaca la IA, pero también una tendencia a la desglobalización –o relocalización, el término utilizado en la investigación medioambiental– y la transición hacia una economía verde. Así, proporciona números más halagüeños: 83 millones de puestos de trabajo serían eliminados, pero, a cambio, se crearían 69 millones a nivel global. En cualquier caso, los riesgos seguirían siendo notables, principalmente impulsados por la ralentización del crecimiento económico, una subida del coste de los insumos y la reducción del poder adquisitivo de la ciudadanía. Es relevante que en los ámbitos académicos ecologistas se estén discutiendo circunstancias similares, relacionadas con el agotamiento de los recursos naturales y las adversidades climáticas, cuestiones que no suelen tenerse en cuenta en los círculos financieros. El último libro de Gonzáles Reyes y Almazán realiza un análisis pormenorizado por sectores en un contexto de colapso ecosocial, y prevé la disminución de empleos (en el turismo, la pesca, la ganadería, etc.) bien por su carácter insostenible o el daño medioambiental que causan.

Trabajos de clase media y feminizados

La dominación del tejido productivo por parte de la IA presenta algunas novedades: a diferencia de otras épocas en que las máquinas han sustituido el trabajo manual, ahora estaríamos hablando de “tareas que requieren razonamiento, comunicación y coordinación”, asegura el informe del FEM, o, como afirma The Guardian“trabajos de clase media”. Una lectura comparativa de los documentos citados, junto a la investigación de Business Insider, nos devuelve los siguientes empleos amenazados: aquellos que requieren análisis o procesamiento de datos en el ámbito tecnológico (incluyendo programadores e informáticos); análisis de mercado o financiero (asesores fiscales, gestores, profesionales del marketing); asistentes de varios tipos; diseñadores gráficos, periodistas y creadores de contenido en general; y hasta abogados y profesores, aunque en torno a la docencia hay discrepancias, pues para el éxito de los procesos pedagógicos son importantes la interacción humana y la empatía. Además, un estudio citado por Bloomberg subraya el sesgo de género en los peligros laborales que entraña la IA, la cual podría reemplazar a miles de mujeres en puestos tradicionalmente feminizados, como el de secretaria, traductora, o personal de recursos humanos. A grandes rasgos, el análisis del mercado laboral español efectuado por FEM coincide con los sectores identificados como en decadencia internacionalmente, aunque el mayor varapalo estaría desencadenado por la caída del crecimiento global.

Ante este panorama nada alentador, cabe preguntarse, con pensadoras como Yayo Herrero, qué sentido tiene el trabajo como vía de acceso a distintos derechos sociales (sanidad, pensión) y de qué manera orientar la política hacia la obligación de “proteger personas”, no sectores económicos; o por qué las cifras de empleo siguen dominando la opinión pública en lugar de hacerlo la utilidad social del mismo, de acuerdo con David Graeber. Este último autor ya abogaba por la implementación de una Renta Básica Universal (RBU) con el objetivo de blindar cierto bienestar al ciudadano y ahorrarle el desgarro moral que conlleva dedicarse a un “trabajo de mierda”. Puede parecer mentira, pero no hace tanto que los empresarios de Silicon Valley, incluido el mismísimo Altman, abrazaban también esta medida, conscientes de la inestabilidad social que provocarían sus hazañas algorítmicas. Buscar herramientas de protección colectiva, comunitaria, y no sólo predecir la catástrofe empieza a tornarse perentorio en un mundo plagado de incertidumbres.

Fuente: https://www.lamarea.com/2023/07/12/la-inteligencia-artificial-vapulea-el-futuro-del-trabajo/

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Dimitri Konstantakopoulos: Necesitamos un paradigma económico y social global alternativo

El actual sistema económico mundial, aún dominante, es una forma generalizada, ampliada y globalizada del que prevaleció en el capitalismo occidental durante el siglo XIX, basado en las mismas doctrinas económicas neoclásicas.

El capitalismo «neoclásico» ha provocado las dos grandes crisis económicas (1873 y 1929), dos guerras mundiales, la Revolución Rusa y el ascenso del nazismo en Alemania. Es natural que el mismo modelo, aunque ampliado y globalizado después de 1980 y 1990, haya provocado la crisis económica mundial en la que vivimos desde 2008. Crisis que nos ha llevado al borde de una guerra mundial que ya se habría iniciado, de no ser por la existencia de las armas nucleares.

Este modelo también está acelerando nuestro descenso hacia un holocausto climático y medioambiental. Después de todo, este comportamiento del capital es natural, en la medida que el valor básico que subyace a la economía «neoclásica» y «neoliberal» es la competencia «sin trabas» -y de hecho una lucha mortal- de todos contra todos.

Una guerra mundial o un mundo contra nuestro entorno natural no es más que el resultado inevitable de la búsqueda del poder absoluto y de una acumulación siempre acelerada -por todos los medios- del Capital, que ha caracterizado el funcionamiento de este sistema social . El sistema es donde se encuentran la economía, la geopolítica, la ecología y la cultura.

1980-90: El triunfo neoliberal y neoconservador

Sólo en las condiciones políticas creadas, como resultado de la victoria principalmente soviética sobre el nazismo, en 1945, hemos asistido a la realización del New Deal en Estados Unidos, al establecimiento del compromiso socialdemócrata entre el Trabajo y el Capital en Europa y al surgimiento de regímenes más independientes en China y en algunas antiguas colonias.

Este equilibrio posterior a la Segunda Guerra Mundial se empezó a liquidar con el ataque del Gran Capital , con los neoliberales liderados en su momento por Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Fue en los años 80 cuando se impuso un nuevo modelo económico, codificado en el Consenso de Washington.

El colapso, del régimen burocrático soviético entre 1989 y 1991, en una dirección neocapitalista, neoliberal y cleptocrática, constituye un triunfo global para el nuevo paradigma dominante. Las instituciones internacionales básicas como el BM, el FMI y la OMC se reforman de acuerdo con el nuevo modelo económico. Se suprimen todas las restricciones a la acticidad del capital financiero, impuestas tras la crisis de 1929. Europa adopta el Tratado de Maastricht por el que se reconoce el neoliberalismo como principio constitucional básico de un nuevo «superestado» europeo, un tanto sui generis.

Este Tratado también oficializa la autoridad última de la OTAN sobre la política exterior y militar de la UE. El ascenso de los Neoconservadores, la desaparición de la estructura internacional de Control de Armamentos, la constante expansión de la OTAN y las guerras en Yugoslavia y en todo Oriente Medio no son sino el corolario geopolítico de este cambio masivo de la correlación de fuerzas entre Capital y Trabajo, entre naciones dominantes y explotadas.

Mirando las crisis del siglo XX y en analogía con lo que ocurrió en ese pasado reciente , es aconsejable que busquemos en el triunfo del modelo capitalista neoliberal la razón profunda y última por la que estamos de nuevo al borde de una nueva Guerra Mundial . Una Guerra que ya se habría iniciado de no ser por la existencia de las armas nucleares. Por cierto, esto es propio de este sistema: si la lucha general de todos contra todos es la regla principal en la economía, entonces todo tipo de guerras son un resultado normal.

La integración del antiguo Bloque «socialista» en el capitalismo mundial ha sido un momento triunfal del modelo y el fundamento de la “unipolaridad», aunque sen han producido tres importantes excepciones a esta subordinación, cuya trascendencia se ha hecho ahora evidente.

En primer lugar, Rusia conservó parcialmente algunos de los mecanismos y el grado de independencia del Estado soviético, nacido de una revolución anticapitalista y socialista y, con un arsenal nuclear que garantiza la paridad estratégica con Estados Unidos.

En segundo lugar, en China, a pesar del amplio uso del capital extranjero y de concesiones al capitalismo, el régimen ha conservado el grado de independencia que heredó de la Revolución de 1949. China sigue siendo un país no capitalista con una economía planificada, aunque no dirigida por métodos administrativos sino por el mercado, y el país se niega con firmeza a sucumbir a la globalización financiera, es decir, al poder mundial de las Finanzas internacionales.

En tercer lugar, las intervenciones militares masivas de Occidente en el Oriente Medio han transformado una gran parte de éste en una zona de ruinas, aunque occidente no ha sido capaz ni derrotar las fuerzas de resistencia de la región, ni de integrarlas en Occidente.

El momento de la crisis

Hoy, más de cuarenta años después de Reagan y Thatcher, más de treinta años después del colapso soviético y de la creación de la UE, el modelo económico mundial dominante no ha logrado ninguno de los objetivos básicos que se había fijado y que sus teóricos creían que alcanzarían gracias a su aplicación sin trabas.

Por el contrario, el modelo ha exacerbado una multitud de graves problemas y crisis, algunos de los cuales amenazan incluso la propia supervivencia de la humanidad, y nos ha puesto al borde de una nueva Guerra Mundial:

– El capitalismo occidental ha entrado en una crisis económica permanente desde 2008, algo no previsto por el modelo. Los Estados volvieron a asumir papeles críticos para rescatar, regular y «guiar» a los «mercados». La crisis causó una destrucción social generalizada, incluso la destrucción de la economía de Estados enteros (como en Grecia, el chivo expiatorio de la crisis de la deuda europea) y mantiene bajo una enorme presión lo que queda de democracia y de los Estados-nación en Occidente, por ejemplo en Francia. El sistema dominante no dejó que los mercados hicieran su trabajo, es decir, que quebraran los bancos, ya que se argumentó que eran «demasiado grandes para quebrar». En lugar de quebrar los bancos, ahora están quebrando a Estados y a sociedades enteras.

– El modelo actual se basa en una «competencia económica leal y sin trabas» entre múltiples actores económicos. Sin embargo, con el modelo nunca hemos tenido en toda la historia del capitalismo una concentración internacional del capital tan enorme, con estructuras monopolísticas tan grandes y vitales sectores para la alimentación, la medicina, la información, etc. Toda la pequeñas y medianas empresas están sucumbiendo al control oligopolístico, bajo los auspicios generales del capital financiero.

– El modelo se basa en el supuesto que el «mercado global» es acéfalo, no tiene un líder que decida y mucho menos un «dictador» que pueda violar sus propias leyes. Pero, el papel del dólar, el sistema SWIFT, el control de Internet por un puñado de grandes empresas, el papel de las agencias privadas de calificación, etc., combinados con la centralización del capital financiero y el secuestro de procesos que tradicionalmente han pertenecido al poder de los Estados (como el secuestro indirecto de la producción de dinero a través de la industria de derivados) desmienten esta imagen. Hoy, el Gran Capital Financiero Mundial actúa violando la ley del valor si sus resultados no se ajustan a sus normas. Washington ha impuesto sanciones a docenas de países en todo el mundo, mientras declara abiertamente que es completamente inaceptable que China se convierta en una potencia económicamente más fuerte que Estados Unidos. Algo que, por cierto, nunca se planteó cuando se aceptó a China como miembro de la OMC. Occidente proclama todo el tiempo su apoyo a un «orden internacional basado en reglas», pero viola constantemente esas reglas.

– Se supone que el modelo dominante garantiza, mediante los mecanismos del mercado y la competencia, el aumento continuo de la productividad y, en última instancia, una distribución equitativa tirando «hacia arriba» a las capas sociales más pobres y a los países más atrasados. La realidad es diametralmente distinta , asistimos a una explosión de las desigualdades tanto entre los Estados como dentro de los Estados, mientras que la estructura de los productos incluye cada vez más elementos antisociales y antiecológicos. En lugar de caminar hacia la «paz eterna» kantiana y al «fin de la historia» como lo sostienen los teóricos de la escuela, neoliberal, pasamos a la generalización de guerras cada vez más peligrosas, pero también a la generalización de una inseguridad desintegradora de los ciudadanos y de países enteros en todo el planeta. Una gran parte de la humanidad se debate bajo una enorme Deuda mientras que un pequeño número de empresas e individuos han acumulado una gran parte de la riqueza del mundo, amenazando con esclavizar a toda la humanidad. En la actualidad, tras el rápido retroceso del Movimiento Obrero en Occidente, sólo la multipolaridad puede ser una condición necesaria, aunque no suficiente, para evitar esa esclavización de todos los humanos.

– Como el sistema de «mercados libres” se ha mostrado completamente incompetente es la hora de abordar problemas vitales e incluso de supervivencia de la humanidad, en particular porque estamos traspasando los límites naturales del planeta. Nos enfrentamos a una contaminación generalizada del medio ambiente, a una crisis climática, al control de la información en manos de puñado de empresas privadas y , también, al desarrollode tecnologías muy peligrosas y socialmente incontroladas, como la biotecnología, la inteligencia artificial, la bioquímica, la neurociencia y muchas otras, tecnologías capaces de provocar la destrucción de la especie humana o de constituir la base de una «sociedad» totalitaria.

– Además, el sistema económico, objetiva y subjetivamente, fomenta la formación de élites locales que socavan el esfuerzo de las naciones o las regiones que tratan de conquistar soberanía e independencia.

Éstas son algunas de las razones por las que urge sustituir el Consenso de Washington por un Nuevo sistema económico, a escala nacional, regional y mundial. Si la búsqueda de la multipolaridad es la condición necesaria, sólo la creación progresiva de un nuevo orden económico, social y ecológico mundial es la condición necesaria para hacer frente a las crecientes amenazas que se ciernen sobre la civilización humana y sobre nuestra propia existencia.

Pero, ¿sobre qué principios puede y debe fundarse una alternativa al modelo actual?

¿Una alternativa al modelo actual?

A la luz de los múltiples problemas del modelo soviético y de todos los modelos económicos y políticos ultracentralizados, no se puede, negar la utilidad de los mecanismos de mercado, al menos durante un período largo, tanto por razones económicas como psicológicas y culturales.

Sin embargo, la función del mercado debe estar limitada por la existencia del Plan. El “mercado» podrá funcionar sólo en la medida que contribuya al aumento de la productividad, pero, al mismo tiempo, deberá estar “corregido» y «limitado» por la existencia de un plan general nacional, regional y mundial, que debe dar prioridad a las necesidades sociales básicas, a nivel nacional e internacional, y a la protección del medio ambiente natural.

Dado la crisis ecológica que coloca en peligro la supervivencia de la humanidad no tiene sentido hablar de economía ni de política. Por lo tanto, los mercados y su combustible propulsor, el beneficio y la acumulación perpetua de capital, deben ser sustituidos por el papel del Estado y su poder debe ser reducido y limitado por la ciudadanía.

La «corrección» también puede hacerse utilizando herramientas económicas. Sin embargo las medidas administrativas deben evitarse en la medida de lo posible. Por ejemplo, China ya está experimentando limitaciones entre el capital natural gastado en la creación por un producto.

En realidad, cuando un avión transporta, por ejemplo, ensaladas de Chile a Noruega, nadie tiene en cuenta el daño causado a la estratosfera terrestre a la hora de calcular costes y precios. Por cierto, cada vez hay más actividades económicas que exponen a los ecosistemas al riesgo de cambios irreversibles. Cuando una actividad empresarial crece sin controles el «daño esperado» al medio ambiente tiende al Infinito. Estas actividades deben eliminarse gradualmente.

No se puede permitir la propiedad privada en las fuerzas productivas muy grandes o estratégicas . Es inaceptable que un puñado de personas/empresas puedan controlar fuerzas productivas críticas o tecnologías de vanguardia. Como, por ejemplo, las relacionadas con el ADN y los organismos genéticamente modificados, la fabricación de virus, la circulación de información en Internet, las armas cibernéticas, los flujos de energía y dinero, la inteligencia artificial y muchas otras actividades económicas o tecnológicas, que puedan influir decisivamente en la alimentación humana, la educación la medicina y los medios de comunicación (Prensa, televisión, Internet).

El control estatal o social no es suficiente, porque los dueños de estos medios adquieren un poder tan desproporcionado que se imponen, como ha demostrado la experiencia de todas las supuestas regulaciones

La propiedad en estos sectores debe pasar a manos de los Estados y las sociedades. Pero, también la gestión debe alejarse del modelo clásico de control estatal, que crea una clase de gestores que, en última instancia, operan para su propio beneficio y no para el de la sociedad. Además, tanto la experiencia soviética como la de los sectores estatales de los Estados capitalistas han demostrado que la eficacia -incluso en el plano puramente económico- es limitada.

Para ello, es necesaria la aplicación simultánea de métodos de autogestión y de control social, a fin de tener en cuenta los intereses generales de la sociedad y no sólo los intereses de los trabajadores de una unidad de producción o de una industria.

La gestión de las nuevas fuerzas y tecnologías productivas por un sistema hipercentralizado no es posible ni deseable, en el largo plazo. Los problemas a los que se enfrenta la humanidad se deben abordar mediante una elevación general del nivel de la inteligencia colectiva de la sociedad, con colectivos cada vez más conscientes y responsables que participen activamente en la toma de decisiones.

También es evidente la necesidad de una democratización progresiva del sistema monetario internacional, quizá mediante el establecimiento de instrumentos monetarios regionales, pero también mediante la creación de un sistema de intercambios internacionales que intente anular la ley del «intercambio desigual», tal como la formuló Argyris Emmanuil, teniendo en cuenta la necesidad de elevar el nivel de las naciones más pobres y la crisis ecológica.

Es importante recordar en este punto que la Unión Soviética era, a diferencia de la Unión Europea, una organización que realizaba por principio la transferencia de excedentes de las regiones más ricas a las más pobres, una idea que Maynard Keynes, defendió, en términos diferentes, para el sistema económico internacional. Al regular los intercambios económicos internacionales hay que tener en cuenta la necesidad de hacer frente a las desigualdades a escala mundial y la necesidad de proteger el medio ambiente que hace posible la vida y la civilización.

Por supuesto se puede decir como dijo el Fausto de Goethe: Muéstrame la meta, pero también muéstrame el camino. Nos parece que nuestra tarea no es el «camino» sobretodo porque es imposible describir en detalle ese camino. En realidad, pienso, que no hay un camino prediseñado para lo que Marx describió como la transición de la prehistoria a la historia.

Todavía estamos muy lejos de poder implementar estas ideas a escala global. En la actualidad, y dadas las tendencias políticas y sociales que prevalecen en Occidente, una etapa de transición debe incluir necesariamente la lucha por un mundo multipolar y la formación de asociaciones regionales independientes tanto en América Latina como en África, por ejemplo. Es apropiado, sin embargo, introducir en este proceso elementos que contribuyan a la reforma general del sistema mundial capitalista.

Dimitris Konstantakopoulos, experto griego en economía y medio ambiente (Intervención en el Foro Económico de Petrogrado)

Fuente: https://observatoriocrisis.com/2023/07/04/geopolitica-guerra-clima-y-economia-necesitamos-un-paradigma-economico-y-social-global-alternativo/

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“African Women’s Voices”: un estudio pionero de BCG sobre el papel de la mujer en las sociedades africanas

Redefinir el papel de la mujer en las sociedades africanas es clave para el crecimiento económico.

Un nuevo informe de Boston Consulting Group pone de relieve las diferentes percepciones del papel de la mujer en las sociedades africanas, y el importante impacto de estas narrativas en la participación económica de las mujeres, un importante vector de crecimiento para el continente.

A modo de recordatorio, el Banco Mundial ha estimado que la participación igualitaria de las mujeres en el empleo podría generar un crecimiento del 20% del PIB africano, y de hasta el 40% en Marruecos.

Además de los proyectos estructurales relativos al acceso de las mujeres a la educación, la sanidad, el capital, etc., el crecimiento económico de África pasa necesariamente por un cambio de esta narrativa, con un papel central de los legisladores, los educadores y los medios de comunicación.

Hace una década, la participación económica de las mujeres estaba aumentando en muchos países, y África estaba haciendo progresos significativos en la reducción de la desigualdad de género. Sin embargo, una oleada de desafíos macroeconómicos, seguida de la pandemia del COVID-19, han provocado un descenso más acusado de la participación económica de las mujeres en África desde 2016 que en cualquier otra parte del mundo. Según un nuevo informe de The Boston Consulting Group (BCG), solo será posible avanzar hacia una mayor participación económica de las mujeres si cambia el discurso sobre su lugar en las sociedades africana.

El estudio, titulado «African Women’s Voices: Reframing the Narrative on Women’s Roles in African Societies», se basa en una encuesta realizada a 6.000 mujeres y hombres de Sudáfrica, Egipto, Etiopía, Kenia, Marruecos y Nigeria (que representan el 60% del PIB del continente). Su objetivo es conocer mejor su percepción de los principales obstáculos a la emancipación económica de la mujer y su papel en sus sociedades.

AFP PHOTO/FLORENT VERGNES - Mujer africana
AFP PHOTO/FLORENT VERGNES – Solo será posible avanzar hacia una mayor participación económica de las mujeres si cambia el discurso sobre su lugar en las sociedades africanas

Descenso de la participación económica de las mujeres africanas desde 2016

Entre 2010 y 2016, África redujo las desigualdades entre hombres y mujeres más rápido que cualquier otra región del mundo. En 2016, este ritmo se ralentizó debido a la crisis de los productos básicos, seguida de una recesión mundial y la aparición de la pandemia.

A medida que el mundo vuelve a la normalidad tras la COVID-19, el continente africano debe redoblar sus esfuerzos para reducir las disparidades entre hombres y mujeres. «Si la participación económica de las mujeres africanas vuelve al ritmo registrado entre 2010 y 2016, el continente podría superar las disparidades de género 60 años antes de lo que sugiere el ritmo actual», comenta Zineb Sqalli, Managing Director & Partner de BCG en Casablanca.

A escala continental, el índice de paridad de género en África es ahora similar a la media mundial. Según el Informe sobre la Brecha de Género 2022 publicado por el Foro Económico Mundial (FEM), la puntuación africana es de 0,69 y la media mundial de 0,71 (1,0 representa la paridad de género). Sin embargo, existe una gran disparidad en la paridad en todo el continente. De los 146 países incluidos en el informe del FEM, Ruanda ocupa el 6º lugar, Namibia el 8º y Sudáfrica el 20º, mientras que la mitad de los 50 últimos países de la clasificación mundial son africanos, entre ellos Nigeria el 123º, Marruecos el 136º y el Congo el 144º.

El análisis de BCG sobre el nivel de educación y participación económica de las mujeres africanas reveló que los países pueden clasificarse en tres arquetipos, cada uno con un perfil específico.

  • Norte de África: en los últimos 20 años, países como Marruecos y Egipto han mejorado considerablemente el acceso de las niñas a la educación primaria y secundaria. Sin embargo, las mujeres siguen en gran medida fuera del mercado laboral y el principal obstáculo parece residir en creencias muy arraigadas sobre el papel de la mujer en la sociedad, mantenidas tanto por hombres como por mujeres. Alrededor de la mitad de los encuestados en Marruecos y Egipto, tanto hombres como mujeres, afirmaron que las mujeres no deben trabajar si el marido o el padre ganan suficiente dinero para mantener el hogar. Por el contrario, sólo el 12% de las mujeres y el 15% de los hombres del África subsahariana opinan lo mismo. Casi el 90% de los hombres encuestados en este segmento afirmaron que las mujeres deberían ir a la escuela para ser educadas y respetadas, no para ser independientes económicamente; y el 39% de las mujeres piensan que la educación superior es más importante para los hombres que para las mujeres.

«El modelo de éxito para una mujer marroquí es ser una mujer cuyos hijos (varones) tengan éxito», afirma una participante en el estudio de Casablanca.

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PHOTO/FILE – Sanitarias en Marruecos

Estos países cuentan con una gran número de mujeres instruidas, pero sus economías no se benefician suficientemente de esta narrativa, lo que es responsable de su escasa participación en el mercado laboral. A modo de recordatorio, Marruecos tiene la octava tasa más baja (139 de 146 países) de participación femenina en la economía del mundo, estimada en un 20%. Para superarlo, es necesario valorar a las mujeres como agentes económicos, capaces de generar valor para sus empresas, comunidades y países, más allá de su papel de educadoras y madres.

  • África Austral y África Oriental (excluida Etiopía): en lo que respecta a la emancipación económica de la mujer, esta región ha realizado importantes progresos, no sólo gracias a los constantes esfuerzos por promover la educación de las niñas, sino también gracias a diversos programas e iniciativas de apoyo a las mujeres empresarias y emprendedoras. Sin embargo, las mujeres de este arquetipo siguen enfrentándose a importantes obstáculos. Casi el 75% de ellas afirma haber sufrido violencia de género, y más del 30% violencia doméstica (frente al 25% y el 4%, respectivamente, en el Norte de África). Más del 60% de las adolescentes dijeron haber sido víctimas de acoso en la escuela, que es una de las principales razones del abandono escolar. En estos países, la «narrativa» en torno al papel de la mujer ya ha cambiado de hecho en los últimos quince años. Las mujeres han invertido masivamente en diferentes sectores de actividad y se reconoce su contribución a la economía, como demuestra «Mbokodo», la expresión utilizada en Sudáfrica para describir a las mujeres fuertes.

«Tengo la sensación de que la autonomía que hemos adquirido las mujeres sudafricanas trabajando hace que se nos perciba como una amenaza, lo que puede explicar la amplitud de la violencia, sobre todo doméstica», afirma una de las personas entrevistadas en Johannesburgo para el estudio. Por lo tanto, debe producirse un nuevo cambio en la narrativa si queremos lograr una convivencia más armoniosa y un mayor valor generado por la participación económica de las mujeres en la economía: las mujeres como socias de los hombres en la creación de riqueza para sus países y sus comunidades, por el bien de todos.

  • África Central y Occidental: En países como Nigeria y Etiopía, las mujeres tienen niveles de educación extremadamente bajos, los más bajos de África y del mundo. De hecho, el 40% de las niñas abandonan la escuela después de la primaria, casi el 50% antes de los 18 años (frente al 30% y el 20% en el norte y el sudeste de África, respectivamente) y sólo el 5% llega a la universidad. Como consecuencia, aunque más del 80% de estas mujeres están empleadas, su falta de educación significa que están confinadas a trabajos muy mal pagados, lo que significa que tienen pocas posibilidades de emancipación económica en comparación con las mujeres de otras partes de África.

El 42% de las mujeres encuestadas hablaron de su falta de independencia (frente al 27% en el sur y el este de África y el 14% en el norte de África). Las entrevistas y los grupos de discusión revelaron que los padres a veces piensan que educar a los niños es más importante que educar a las niñas, dado que se les considera el principal sostén de sus hogares; por otra parte, piensan que casar a sus hijas a una edad temprana podría mejorar su situación económica. Irónicamente, no enviar a sus hijas a la escuela tiene más probabilidades de limitar sus ingresos.

También en este caso hay que cambiar el discurso. En lugar de ser consideradas como un actor económico de segundo nivel en el hogar, que sólo proporciona unos ingresos complementarios, las mujeres deben ser vistas como individuos independientes y económicamente autónomos.

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PHOTO/FILE –  En países como Nigeria y Etiopía, las mujeres tienen niveles de educación extremadamente bajos

Combatir la violencia contra las mujeres

Aunque los retos a los que se enfrentan las mujeres difieren en toda África, la violencia y la inseguridad son omnipresentes y afectan a mujeres de todas las edades, niveles de renta y nivel educativo en todos los países del continente.

La violencia doméstica está muy extendida en el África subsahariana. Sudáfrica es, con diferencia, el país más afectado, con un 84% de mujeres que afirman que es el mayor problema al que se enfrentan en su país, seguido de Etiopía (70%), Kenia (64%) y Nigeria (61%).

En el norte de África, la violencia adopta otra forma, la de la inseguridad en los lugares públicos, citada como la 2ª mayor dificultad (después del acceso al empleo): el 36% de las mujeres de Marruecos y el 33% de las de Egipto afirman que la seguridad en los lugares públicos es el principal reto al que se enfrentan.

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PHOTO/FILE – El 36% de las mujeres de Marruecos y el 33% de las de Egipto afirman que la seguridad en los lugares públicos es el principal reto al que se enfrentan

Legislación, educación y medios de comunicación para renovar la narrativa

Por el momento, la mayor parte de la inversión nacional y de la ayuda internacional para la emancipación de la mujer en África se centra en las necesidades de infraestructuras en los ámbitos de la sanidad, la educación y el empleo. Aunque es innegable que estas palancas son realmente importantes, las acciones proactivas dirigidas a cambiar las normas sociales y el papel de la mujer en la sociedad también son vitales, y a menudo no se invierte lo suficiente en ellas.

La legislación es un poderoso medio para abordar la cuestión de las normas sociales. Además de imponer comportamientos diferentes, suscita el debate dentro de las comunidades y sensibiliza al mismo tiempo. Por ejemplo, las leyes que establecen cuotas de representación se consideran un primer paso en la dirección correcta. En particular, la ley de paridad española ha contribuido a que el país sea líder mundial en 2022 en términos de paridad de género para los trabajadores profesionales y técnicos, con un 50% de mujeres en esta categoría.

La educación -desde la más temprana edad- tiene un papel vital que desempeñar en la deconstrucción de los estereotipos de género. En los países más avanzados en este ámbito, los programas escolares y la formación del profesorado hacen hincapié en la igualdad de género y en los roles no estereotipados. «Este enfoque puede ser especialmente eficaz en África, dada la juventud de la población y la atención que muchos gobiernos africanos prestan a la educación como prioridad nacional», explica Zineb Sqalli.

Los medios de comunicación tradicionales, y en especial las redes sociales, que actualmente utiliza más de la mitad de la población africana, también pueden influir considerablemente en las percepciones y creencias de la sociedad sobre la mujer. Es necesario destacar y celebrar más modelos femeninos por sus contribuciones económicas a sus empresas y países, más allá de su papel de madres.

La capacitación económica de las mujeres es una palanca fundamental para el desarrollo de los países africanos. Para lograrlo, el papel de la mujer en las sociedades africanas debe evolucionar, en beneficio de todos.

Acerca de BCG en África

BCG tiene una presencia fuerte y duradera en África, con cinco oficinas en todo el continente que apoyan el impacto social ayudando a las organizaciones a anticipar y responder mejor a los cambios económicos, sociales, medioambientales y normativos en el continente. BCG apoya a una amplia gama de clientes en los sectores público, social y privado, y cubre una amplia gama de temas, incluyendo la transformación digital, el clima y la sostenibilidad, la tecnología y la innovación, y el fortalecimiento de los sistemas de salud y alimentación.

Acerca de Boston Consulting Group

Boston Consulting Group se asocia con líderes empresariales y sociales para abordar sus mayores retos y oportunidades. BCG fue pionero en estrategia corporativa cuando se fundó en 1963. Hoy en día, trabajamos estrechamente con nuestros clientes para adoptar un enfoque transformador que beneficie a todas las partes interesadas, capacitando a las organizaciones para crecer, crear una ventaja competitiva sostenible y generar un impacto social positivo.

Nuestros diversos equipos internacionales aportan una profunda experiencia sectorial y funcional y una serie de perspectivas que desafían el statu quo e impulsan el cambio. BCG ofrece soluciones a través de consultoría de gestión, tecnología y diseño de primera clase, así como servicios de asesoramiento empresarial y digital. Trabajamos en un modelo de colaboración único en toda la empresa y en todos los niveles de la organización del cliente, impulsados por el objetivo de ayudar a nuestros clientes a prosperar y permitirles hacer del mundo un lugar mejor.

Fuente: https://www.atalayar.com/articulo/sociedad/african-womens-voices-estudio-pionero-bcg-papel-percibido-mujer-sociedades-africanas/20230621160932187024.html

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Estrena Cuba Observatorio sobre igualdad de género

La actualización de la información se realizará el 30 de junio de cada año.

Las brechas entre mujeres y hombres en el tiempo dedicado al trabajo remunerado, no remunerado, doméstico y de cuidado, la desocupación, ingresos, acceso a Internet, a la educación superior y a la toma de decisiones, entre otros reveladores datos, recoge el Observatorio sobre Igualdad de Género.

Esta herramienta, presentada a principios de junio, recopila, procesa y visibiliza indicadores acerca de la situación y la posición de mujeres y hombres, desde un enfoque de género y de derecho, basados fundamentalmente en los datos oficiales que genera la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).

El observatorio responde a una de las necesidades planteadas por el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM), adoptado en 2021, que promueve acciones para lograr mayor integralidad y efectividad en la prevención y eliminación de manifestaciones de discriminación contra las mujeres.

El PAM recogió la pertinencia de un observatorio que “posibilite dar seguimiento a la utilización correcta del enfoque de género en la construcción de indicadores y captación de estadísticas, así como realizar análisis integrales, cuantitativos y cualitativos, en materia de igualdad, que contribuyan a la adopción de políticas públicas”.

En coincidencia con las áreas de especial atención del PAM, el observatorio se enfoca en el empoderamiento económico de mujeres, en los medios de comunicación, la educación, la prevención, el trabajo social y el acceso a la toma de decisiones.

Se trata de siete dimensiones diferentes, que por su contenido están dirigidas a lograr la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres en la sociedad. Cada área contempla un grupo de medidas encaminadas a conseguir la eliminación de las brechas de género, en concordancia con los tres ejes de la autonomía de las mujeres: económica, física y en la toma de decisiones.

La herramienta incluye descripción, gráficos, tablas de datos y análisis de cada uno de los indicadores seleccionados, metadatos para cada indicador así como investigaciones e informes con enfoque de género seleccionados. Su actualización se realizará el 30 de junio de cada año.

La construcción y actualización metodológica e informativa son responsabilidad de la ONEI y de la Federación de Mujeres Cubanas, en su condición de mecanismo nacional para el adelanto de las mujeres.

Con mirada de equidad

Incorporar el enfoque de género a las estrategias económicas y sociales demanda disponer de estadísticas e indicadores de género que permitan identificar dónde se encuentran las brechas a eliminar, tanto para mujeres como para hombres.

El observatorio incluye también en los análisis variables como edad, lugar (zona urbana o rural), color de la piel, legislación y derecho, marco normativo y sistemas de protección contra todas las formas de discriminación y violencia, salud sexual y reproductiva y estadísticas e investigaciones.

Aunque existen avances en materia de igualdad de género, persisten desafíos que enfrentar en el empoderamiento económico de las mujeres, el uso y distribución del tiempo, la baja fecundidad, la maternidad temprana, los cuidados, la violencia, el envejecimiento poblacional con un predominio femenino, entre otros.

En Cuba, evidencian las estadísticas y gráficos del observatorio, cerca de tres de cada 10 mujeres se ocupan exclusivamente de realizar actividades de trabajo doméstico por el cual no reciben pagos. La situación se agrava para las residentes en zonas rurales, quienes en más del 40 por ciento se dedican solo a estas labores.

A su vez, existen otras aristas. Según muestra el observatorio, “ocho de cada 10 personas que ejercen como fiscales en el país son mujeres, lo que evidencia una inequidad de género que desfavorece a los hombres. Esta diferencia puede estar dada por un acceso y culminación de estudios universitarios a favor de las mujeres en esta especialidad”.

¿Qué y para qué?

El recién nacido observatorio proveerá insumos e información sobre la situación y condición de las mujeres y las relaciones entre los géneros, claves para la toma de decisiones, desde una perspectiva de género y su relación directa e indirecta en los procesos económicos y sociales del país.

Como instrumento relevante para el cumplimiento de la política aprobada para atender el adelanto de las mujeres en el país, al ofrecer información a todos los niveles para la toma de decisiones, deberá difundir periódicamente información sobre la situación de mujeres y hombres desde una perspectiva de género.

A su vez, participará en el monitoreo y evaluación del impacto del plan de medidas gubernamentales para el adelanto de las mujeres y facilitará se incluya la visión de género en los planes de desarrollo económico y social aprobados en los territorios y en los indicadores de sus observatorios sociodemográficos.

De igual manera, el observatorio deberá identificar necesidades de investigación para profundizar en los procesos que se encuentren, en correspondencia con los problemas y las necesidades sociales.

Fuente: https://www.ipscuba.net/genero/estrena-cuba-observatorio-sobre-igualdad-de-genero/

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Venezuela: Morrocoy no sube palo … ni cachicamo se afeita

El Panorama se aclara

Por: Luis Bonilla-Molina[1]

Primera Parte

  1. El tema salarial y los mecanismos para conformar burguesías en Venezuela

La discusión del salario mínimo y las remuneraciones por empleos en Venezuela, es central para entender la forma mediante la cual se ha constituido históricamente la burguesía como clase social en el país.

En situaciones de “normalidad”, en las cuales el salario de la clase trabajadora y el personal docente alcanza para cubrir la canasta básica, pagar servicios y los gastos recurrentes del hogar, esta relación “salario-conformación burguesa” se oculta mediante el régimen de negociación laboral, las contrataciones colectivas y los ajustes salariales periódicos. Al final se privilegia que cada trabajador se concentre en la situación particular y pierda la mirada de conjunto.

El problema actual para las burguesías, es que ante la situación de miseria salarial en la cual ha venido cayendo la clase trabajadora en el periodo 2014-2023, especialmente entre 2018 y 2023, en la cual las negociaciones colectivas fueron congeladas por el decreto 2792, a pesar que luego esta dinámica fue flexibilizada parcialmente y atada en muchos casos a las burocracias sindicales, la clase trabajadora comienza a preocuparse por la economía general, por entender el presupuesto del país y su desagregación, es decir, a hacer economía política, para buscar por sí misma salidas al tema salarial.

Históricamente, las burguesías venezolanas se han constituido, no por su trabajo de montaje y conducción de fábricas, sino por el perverso mecanismo de apropiación de la renta petrolera por los siguientes mecanismos:

  1. Acceso a divisas a precio preferencial (por lo general por debajo del 50% de su valor nominal en el mercado) destinadas a la importación de mercancías o partes de maquinarías e implementos. Un porcentaje de estas divisas a precios preferenciales son depositadas por sus beneficiarios en cuentas personales en el exterior, mientras el resto sirve para comprar los productos que venderán a precios de más de 100% de costo original. Así la apropiación de la renta es triple, por retención directa en la banca, por ganancia exorbitante y por inflación;
  2. Este mismo mecanismo en fábricas de ensamblaje, accediendo a dólares preferenciales para comprar las partes, que terminan en la triple fuente de ganancia descrita el literal anterior;
  3. Exoneración de impuestos, intereses y otros tributos que terminan siendo apropiación de la renta petrolera;
  4. Terciarización de la actividad del Estado, convirtiéndose el negocio de la construcción, mantenimiento, dotación de materiales y equipos en una fuente de brutal apropiación de la renta petrolera por parte de los privados. A esto se le suma la corrupción derivada de la sub ejecución de obras, es decir cumplimiento de un 30% de las metas, pero cobro del 100% de los montos previstos, así como el mecanismo de recalculo de costos;

Si hiciéramos arqueología financiera para estudiar a quienes se le dieron las concesiones de importación, exoneraciones arancelarias, divisas a precio preferencial, condonación de deudas por prestamos industriales y agrícolas, permiso para montar importadoras y fábricas ensambladoras, contratos de infraestructura y grandes obras, funcionarios a quienes ha correspondido el otorgamiento de estas medidas, tendríamos las partidas de nacimiento de las burguesías de ayer y hoy.

En la medida que la economía se constriñe, la voracidad y el canibalismo de las burguesías se multiplica exponencialmente, limitando, disminuyendo y haciendo desaparecer inversiones del área social, para trasladarlos al de la importación o la infraestructura nacional. En la medida que la economía se cierra aún más, el asalto a los salarios se da por vía de la inflación y limitar los aumentos salariales hasta dejarlos en saldo negativo con tendencia a cero.

En la época de la bonanza petrolera de la primera década del siglo XXI, la apropiación brutal de la renta petrolera comenzó a golpear el salario real, pero ello fue disimulado por incrementos constantes que al estilo fordista alimentaban el consumo y daban la sensación de expansión permanente de la capacidad adquisitiva.

El problema ocurre con la caída brutal de los precios del petróleo a partir de 2013, en un contexto de exacerbación de las disputas inter burguesas (vieja y nueva burguesía) y la llegada de las medidas coercitivas unilaterales (MCU), que achican los ingresos fiscales del país y desatan el canibalismo burgués (de la cuarta y quinta República) sobre el salario de la clase trabajadora.

Estas gráficas de los compañeros de Tatuy muestra esta situación en el periodo 2018-2023, en el cual la caída del salario no se detiene con la mejora de ingresos al país.

Es decir, lo que está ocurriendo es una nueva fase de la disputa burguesa por la renta petrolera, escudada con el tema de las sanciones imperialistas. No estamos diciendo que las sanciones no son ciertas o no afectan la economía, lo que afirmamos es que el gobierno nacional con los argumentos de que aumentar salarios dispara la inflación (monetarismo) o que no hay recursos para un aumento salarial, está facilitando una apropiación burguesa de la renta en detrimento de la clase trabajadora.

Segunda parte

2. La primavera magisterial y la política gubernamental

Desde marzo de 2022, con las movilizaciones de los jubilados y pensionados, que luego se ampliarían en mayo de ese mismo año con el conflicto de SIDOR y posteriormente de los y las docentes se abril de ese año, Venezuela vive una nueva etapa en la lucha social. Sus rasgos distintivos son:

a. Desbordamiento de las burocracias sindicales en el terreno del conflicto laboral, que ha tenido un capítulo especial en SIDOR y el magisterio. En el caso de las federaciones del magisterio se da el fenómeno que la mayoría de sus dirigentes se reúnen con los representantes del gobierno, pero están deslegitimados para hablar en las movilizaciones y protestas de calle. Los sindicatos regionales y de base clasistas han sido parte de las movilizaciones, pero el signo distintivo de la conflictividad es la auto convocatoria por parte de las bases magisteriales. Las federaciones sindicales están a la cola del movimiento, viéndose obligadas a no desistir de las demandas de aumento salarial, pero han llegado a actuar como esquiroles argumentando que los paros desarrollados por la base magisterial carecen de legalidad porque los únicos facultados para introducir los pliegos conflictivos son ellos.

Sin embargo, la base magisterial no se plantea construir nuevos sindicatos ni desplazar a la burocracia, prefiere concentrarse en la lucha salarial, viendo con desdén la actividad orgánica sindical, lo que evidencia el impacto de la propaganda neoliberal contra el sindicalismo de clase.

b. Despolarización de la lucha reivindicativa. Durante las últimas décadas las movilizaciones y protestas de calle se habían dado en el marco de la polarización gobierno versus oposición(es) de derecha. El monopolio de las narrativas de izquierda la había tenido el gobierno y las disidencias en este campo eran tan débiles que no tenían influencia de masas.

Lo novedoso en la nueva etapa es que la clase trabajadora, ha decidido marchar junta (opositores y partidarios de gobierno) exigiendo la urgencia de un aumento salarial. Esto abre paso a una reconfiguración política muy importante, que en este momento no se puede prever todas sus implicaciones futuras

c. Agotamiento del discurso de las sanciones imperialistas como justificación para los problemas de distribución justa de la riqueza nacional. Ciertamente las criminales Medidas Coercitivas Unilaterales (MCU), implementadas por los Estados Unidos y las naciones imperialistas europeas, han causado estragos en la economía nacional, pero aún en este contexto se podría hacer una redistribución del Producto Interno Bruto del país mucho más justo, que garantizara salarios dignos y suficientes para la clase trabajadora.

Resulta insoportable e inadmisible para la clase trabajadora, la ostentación con la cual vive la clase política (oposición y gobierno), así como muchos altos funcionarios, mientras maestros, profesoras y obreros deben ir a sus trabajos con los zapatos rotos y sin garantía que su familia pueda comer ese día.

Esto ha generado una pérdida de eficacia política del discurso de las sanciones imperialistas para justificar las terribles situaciones de vida material. Es una paradoja, pues algo que es real comienza a ser percibido como falso, porque solo expresa una cara de la moneda, ocultando los problemas de gestión para garantizar equidad y justicia salarial.

d. El drama salarial: desde el punto de vista del trabajo este es uno de los peores momentos en las últimas cinco décadas en la historia del magisterio venezolano. Con un salario mínimo mensual por debajo de los siete (7) dólares, con escalas salariales para los y las trabajadoras de la educación que oscilan entre 50 dólares mensuales (Docente de aula VI con 53,33 horas docentes semanales) y 20 dólares mensuales (Docente I recién ingresado) y la canasta básica familiar alrededor de 500 dólares mensuales (sin tomar en cuenta medicamentos, pagos de servicios y transporte) y que de manera integral puede llegar a los 800 dólares mensuales, los y las docentes están viviendo un drama laboral y de vida en sobrevivencia. Para poder subsistir han tenido que disminuir la calidad de su alimentación mientras se ven forzados a hacer cualquier cosa en sus horas libres para obtener recursos adicionales.

Esta situación choca con la ostentación y estilo de vida pequeño burgués o burgués de altos funcionarios, burócratas y la clase política (gobierno y oposición), que ha puesto a la clase trabajadora a pensar que algo no está bien entre el discurso y la realidad. Esto no solo ha generado rebeldía sino una pléyade de profesionales que le “están metiendo coco al asunto”.

Intelectuales de la talla de Pascualina Curcio, Tony Boza y Valdéz, todos ellos vinculados al partido de gobierno, han publicado sendos trabajos e investigaciones que muestran que es posible conseguir salarios dignos y suficientes para la clase trabajadora en las actuales circunstancias. Por distintas vías se llega a conclusiones similares, estamos en presencia de un problema de distribución justa y solidaria de la riqueza nacional.

El problema es el modelo de acumulación y conformación de burguesías en Venezuela. Si se aumentan los salarios habrá menos dinero para direccionar hacia los mecanismos que garantizan la apropiación, conformación y consolidación de las burguesías. En consecuencia, estamos ante un problema propio de la lucha de clases.

e. Indexación salarial:

Tony Boza, en su libro “En defensa del salario (Indexación y lucha de clases)” (2023) señala que la indexación es

“El procedimiento que se aplica para mantener constante en el tiempo el valor de la compra en toda transacción. Un bien o un servicio se fija su valor, por ejemplo, al índice de precios al consumidor, es decir a la inflación. Dicho de otra forma, al indexar el precio del bien o servicio que se trate, se va adecuando, se va cambiando en la misma proporción y el mismo ritmo de la inflación, en tiempo real. El precio no cambia solo, lo cambia el actor económico respectivo que controla ese bien o ese servicio” (pág. 6)

Quienes defienden la indexación no se plantean un aumento salarial en lo inmediato, sino frenar el impacto de la inflación en las remuneraciones. Es decir, establecer un mecanismo permanente que defienda el salario. Esto no debería asustar al gobierno, pues se trata de garantizar las condiciones mínimas de trabajo para quienes crean realmente la riqueza, la clase trabajadora. Sin embargo, el gobierno se niega a estudiar seriamente este mecanismo, que ya se ha instalado como una aspiración consensada de la clase trabajadora venezolana.

A partir de la indexación, se puede plantear una estrategia de aumentos salariales en tiempo y espacio, así como de discusiones de contratos colectivos que recompongan los salarios, por lo menos a niveles de 2012.

La discusión de la indexación y del salario son elementos claves para posibilitar que la clase trabajadora retome la iniciativa en la lucha de clases.

f. Periodos de movilizaciones

Un elemento que preocupa, es la falta de experiencia del liderazgo de base emergente y algunos sindicatos clasistas que han acompañado las movilizaciones, respecto a los periodos históricos de la lucha de calle. Históricamente hablando las movilizaciones docentes se han dado por periodos de mes y medio a dos meses, después de lo cual decae la presencia en las movilizaciones, no por abandono de la aspiración, sino como una especie de inteligencia colectiva que recomienda pausar para recomponerse, acumular fuerzas y volver a tomar la ofensiva.

Las actuales movilizaciones iniciaron el 9 de enero de 2023, así que en términos de regularidades pareciera que estarían a punto de iniciar un descenso. Si esto es cierto, hay repensar la estrategia, para acumular y volver a la ofensiva, siendo errado el intento de tensionar hasta reventar.

Lo cierto es que se ha abierto una nueva etapa en la lucha social y que lo que se ha ganado en unidad de la clase puede propiciar victorias salariales en el corto mediano plazo.

g. Algo huele mal en las centrales sindicales

El desespero de las centrales sindicales burocráticas, especialmente la CTV[2] y la CBST[3], es enorme porque las movilizaciones han puesto en evidencia su falta de canales de comunicación con la clase trabajadora y muchos de sus sindicatos clasistas de base. Quizá por ello han apelado a señalar que las movilizaciones que se iniciaron el 9 de enero no tienen legalidad porque no son el resultado de introducir ante el Ministerio del Trabajo pliegos conflictivos aprobados por ellos, o el extremo de plantear unificar la contratación de la administración pública para eliminar derechos adquiridos conquistados por sectores como educación, salud o eléctricos; unificar para desmejorar pareciera ser su consigna.

Una parte importante de la burocracia sindical vive en otra realidad material, política e ideológica y pareciera tener muy pocas capacidades de recuperar su vínculo orgánico con la clase trabajadora. Sin embargo, en contraparte no vemos la construcción de corrientes sindicales que apunten a la renovación de las estructuras sindicales, sino que en el mejor de los casos se mantienen en los límites de los comités autónomos de conflicto por un salario digno y suficiente.

Este des-orden sindical tiende a parecerse mucho a la crisis del buró sindical de Acción Democrática después del inicio de la crisis burguesa de 1983 y el cisma estructural de la CTV en la década de los noventa.

Un caso distinto son las centrales sindicales como UNETE, CUTV (vinculada al PCV y otros factores) y CODESA (socialcristiana) que a pesar de su debilidad numérica respecto a las grandes centrales, han acompañado las movilizaciones, de manera correcta y comprometida con la causa de los y las trabajadoras. Otro caso es el de la nueva central ASI, que si bien se sienta regularmente con el gobierno y ha sido invitada a las sesiones con la OIT, ha mantenido de manera declarativa una posición progresiva y su presidenta ha estado en una que otra movilización.

3. Mal consejo: olvidar la historia

La historia no se repite de manera idéntica, pero al ser la historia humana una construcción social, hay elementos que intentan repetirse de manera cíclica, en sus aciertos, pero también en sus omisiones y errores.

La situación actual, en el marco del ciclo de la crisis capitalista en Venezuela 1983-2023, pareciera intentar repetir elementos, procesos y quiebres parecidos a los que ocurrieron en el periodo 1987-1994, en el cual los factores políticos fueron incapaces de ver, entender y prever la marea que se les venía encima producto de la desconexión de las representaciones (partidarias, sindicales) con la cotidianidad de la población, especialmente de la clase trabajadora.

El tsunami en conformación no tiene por qué expresarse necesariamente en un nuevo Caracazo, sino en otros fenómenos que intenten dar un vuelco de la situación a favor de quienes vivimos del trabajo. La recomendación es estar atentos a las formas y mecanismos que use la inteligencia social para intentar cambiar el orden y producir un nuevo des-orden.

Tercera parte

4. El panorama electoral

Todo lo que se mueve hoy en el mundo de la macro política, bajo el cielo de Venezuela, tiene el signo de ingeniera electoral. El problema que vemos es que estas planeaciones para el día D de las elecciones presidenciales del 2024, parecieran estar enunciadas desde lo súper estructural, tanto desde el gobierno como desde las oposiciones.

Esto no ocurre por desinformación sino por el hecho objetivo que todas las representaciones (salvo el PCV) y el sector de María Corina Machado (MCM), han entrado en un cuadrante del sistema de gobernanza que se ha venido conformando desde el gobierno. Estos cuadrantes tienen variados tonos, mediados por intentos de negociación entre las facciones burguesas en disputa (de la cuarta y la quinta República).

El gobierno ha unificado de manera forzosa al espectro de su alianza electoral, judicializando a los partidos rebeldes, colocándoles directivas ad hoc vinculadas al partido de gobierno, sometiendo a las disidencias y usando el terror de la cárcel y el enjuiciamiento contra líderes sindicales para evitar que la llama del conflicto laboral se extienda más allá de lo controlable. Tienen la sensación que todo lo tiene “controlado” por arriba, salvo al Partido Comunista de Venezuela, sobre el cuál se cierne la espada de Damocles de la judicialización para evitar que presente candidatura propia a la izquierda del gobierno.

Dentro de esta reingeniería política, los analistas políticos presentan como un logro la despolarización sui generis, porque ahora son una docena de oposiciones de derecha, cada una de ellas con una puerta trasera que les comunica con el gobierno, salvo el caso de María Corina Machado, que pareciera ser un “error” en el diseño o un cálculo no previsto.

Este reordenamiento súper estructural, orientado a la continuidad política del Madurismo tiene un problema estructural, desestima el papel movilizador de la ciudadanía, le confiere un mínimo margen de autonomía a los electores y considera que todos pueden ser orientados hacia los cuadrantes, especialmente al del PSUV que emergería como la minoría más grande.

El diseño de los escenarios electorales, evidencian que el gobierno no está preparado para abandonar el poder, por razones políticas y económicas. En el plano político, a pesar de la fragmentación de la derecha, inducida por el propio gobierno, vuelve a resonar el discurso de “pasar factura”, “perseguir” y “meter presos” a los líderes del Madurismo, lo cual cierra la posibilidad de una elección realmente neutral, porque los líderes del gobierno harán lo imposible para no perder, pues su propio destino en libertad está en juego. En el terreno económico, quien detente el poder tiene la capacidad de orientar el proceso de acumulación y apropiación de la renta venezolana, por lo tanto, alejarse del poder político implica dejar de acumular riquezas como clase burguesa; mientras no exista un acuerdo firme entre las dos burguesías sobre cohabitación y formas de compartir el asalto a la renta pública, una elección imparcial es altamente improbable.

Los dos electrones libres, que escapan del férreo control de la arquitectura gubernamental y el diseño de cuadrantes son el partido Vente de María Corina Machado y el Partido Comunista de Venezuela.

4.1. El emperador está desnudo

Nicolás Maduro es el hombre fuerte de la política venezolana, casi nada se mueve con autonomía sin que tenga un hilo atado a la lógica de Miraflores. Sin embargo, su fuerza es dialécticamente hablando su mayor debilidad, porque hoy la mayoría de la población sabe que esto ocurre y, qué si bien Nicolás Maduro está sólido en su mando, eso se debe al reino de las ideas de Maquiavelo y Fouché en el palacio de gobierno, que parecieran haber llenado de auto suficiencia al inquilino de Miraflores, a tal punto que se comienzan a mostrar signos de insensibilidad ante la tragedia salarial del pueblo venezolano.

Su popularidad y rechazo fluctúan en las encuestas, según los incidentes y su manejo mediático, pero en el fondo comienza a quedar una franja permanente que siente que nada va a cambiar. Esto se debe al uso exagerado por parte del gobierno del impacto de las sanciones económicas, incluso como justificación para no otorgar aumentos salariales. La crispación permanente en el lenguaje entre Caracas y Washington, hace ver lejano el levantamiento de las sanciones y eso para el ciudadano común, para él y la trabajadora, para el personal docente significa que los próximos cinco o diez años van a ser una larga prolongación del actual suplicio personal. Paradójicamente la solidez del mando presidencial se traduce en desesperanza por su incapacidad real para cambiar la situación del conflicto con los Estados Unidos.

En política lo que siempre puede hacer modificar cualquier escenario previsto es lo imprevisible de la respuesta social ante una situación material de vida deplorable. La ecuación que debe preocupar a Miraflores es: MCU-norteamericanas-europeas + salarios de hambre + incapacidad del gobierno para lograr que se levanten las sanciones + impacto diferenciado de las MCU /sobre/ indignación + rabia + desesperanza = salidas imprevistas, incluida la electoral.

Sin embargo, lo que se puede prever en febrero de 2023 es una candidatura compacta de Nicolás Maduro (altamente improbable otro candidato del PSUV), que cohesiona todo el espectro del madurismo, que puede arrastrar el voto crítico del chavismo que se asuste ante un posible triunfo de la derecha o peor aún de la ultra derecha. A esto se le suma a su favor, la posibilidad de que las derechas cuenten con dos o tres candidaturas con impacto de masas que fraccionen sensiblemente las simpatías.

Lo que se ve en febrero de 2023 es una candidatura de Maduro, aunque sin épica social, capaz de ganar las elecciones de 2024 por cuatro factores centrales: a) cohesiona a su base electoral que sigue siendo numerosa, aglutinada alrededor del aparato del gobierno y el PSUV, b) dispersión, guerra intestina y fraccionamiento de las derechas que divide el voto y no logra despertar ansias de votar, c) el discurso del sector más conservador de las derechas que sigue planteando aniquilación del chavismo y el madurismo, no solo electoral sino físicamente (prisión, persecución, aniquilamiento) lo cual genera un polo de atracción alrededor de Maduro de parte de todos y todas quienes en algún momento han estado vinculados al proceso bolivariano (1999-2023)  d) la evidente decisión de no incluir el voto en el extranjero, que producto de la fuerte migración es electoralmente importante, que tiende a buscar un cambio de gobierno para ver si la situación nacional cambia y pueden regresar.

4.2. La derecha al desnudo en su laberinto

En la derecha todos parecieran compartir el sentimiento que la persona a derrotar es María Corina Machado, quien en reiteradas oportunidades se ha expresado criticando a una oposición que concilia con el gobierno, algo que pareciera retratarles. Por eso lo sondeos para las primarias la colocan en los primeros lugares, muy por encima de liderazgos como el de Capriles, y Rosales. El nuevo incluido en esta disputa es Benjamín Rausseo “Er conde del Guácharo”, cuya línea discursiva es menos beligerante que la de Machado.

Luis Vicente León uno de los más reconocidos líderes de encuestadoras nacionales señaló a través de twitter, a mediados de febrero, que quién lideraba las encuestas era Benjamín Rausseo (30%), seguido de Manuel Rosales de segundo y María Corina Machado quedaría de tercera. Estos resultados serían el mejor escenario para el gobierno del presidente Maduro y el candidato 2024 del PSUV, porque significarían un aislamiento de los radicales y dos potenciales candidaturas con las cuales el gobierno tiene enormes posibilidades de entenderse e incluso no presentarían un peligro en caso de darse una sucesión presidencial.

En anteriores artículos hemos señalado que el factor más dinámico de la política hoy es el movimiento social, especialmente la franja que se moviliza por aumentos salariales, que pareciera estar imbricada al conjunto de la sociedad. Solo el universo docente que se moviliza, en el mejor pico serían unos 500.000, con un promedio de cuatro integrantes por cada núcleo familiar (2.000.000) y una influencia social de unos quince por cada uno (7.500.000) sumarían un impacto de casi diez millones de electores, la mitad del electorado que sufragaría. Lo interesante es el carácter despolarizado de este movimiento que no significa que cada uno(a) haya abandonado sus preferencias electorales. En ese escenario, la confrontación electoral que se proyecta es entre Maduro y María Corina Machado, veremos cómo evoluciona este tema los próximos meses.

Más allá de lo que digan las encuestas, el sentimiento que se palpa en la calle, la evidencia empírica en estos días señala que la opción con más chance de ganar en la oposición es la María Corina Machado (MCM). Sin embargo, esta anuncia que solo se medirá electoralmente si las primarias son auto organizadas y manuales, no regidas por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Esta situación la diferencia del resto de las oposiciones de derecha quienes con el argumento del costo económico han aceptado la escogencia de su candidato(a) bajo la supervisión y logística del CNE. Esta diferencia pública de MCM la conecta con el sentimiento de las bases opositoras quienes tienen dudas sobre la auténtica lealtad del liderazgo opositor. Incluso en un escenario de elecciones primarias regidas por el CNE en la cual todos los demás candidatos corran y MCM decida no participar, ello no significa que no sería candidata. Tampoco descartamos que al final quiera apelar a su anacrónica política de abstención, que ya ha impulsado en otros momentos. Sin embargo, pareciera que la Sra. Machado si quiere ir hasta el final esta vez.

Esta situación podría repetir lo ocurrido en 1998 cuando las posibilidades electorales de la derecha se fueron diluyendo facilitando el triunfo de Chávez, pero en esta oportunidad sería a favor de una candidatura de ultra derecha. María Corina Machado pareciera apostar a esta estrategia y escenario, planteándose la posibilidad de ganar la elección presidencial con una derecha negociadora debilitada y un madurismo de retirada. Al ser una hija de la burguesía más rancia del país, esta opción puede generar simpatías entre propietarios de medios de comunicación, empresas de publicidad, los restos de la clase media y sectores populares radicalizados contra el gobierno de Maduro, haciendo posible que crezca en términos electorales.

En síntesis, un escenario que es posible ver en febrero de 2023, son dos candidatos de las oposiciones de derecha, uno (Rausseo, Capriles o Rosales) electo en primarias controladas por el CNE y otra anti sistema (desde la derecha) liderada por María Corina Machado, pero como sabemos hay que estar muy atentos al desarrollo de los acontecimientos porque la política es muy dinámica.

4.3. ¿El Partido Comunista podrá creérselo?

La única posibilidad de construir un polo electoral que sea realmente de referencia y se muestre como alternativo lo representa la tarjeta del Partido Comunista de Venezuela. Sin embargo, la experiencia de la Alternativa Popular Revolucionaria no ha sido la mejor en ese sentido, porque en medio del malestar social, el PCV se concentró en intentar aglutinar a la izquierda dispersa y los sectores políticos cuyos partidos y tarjetas electorales habían sido judicializados e intervenidos (PPT[4], Tupamaros, MEP[5] y otros más pequeños). Es decir, quedó atrapado en la lógica de acumulación partidaria, el rol central del partido de vanguardia y el trabajo electoral como un frente de masas. Los precarios resultados electorales, más allá que les pudieron usurpar un par de diputados más, mostro que esa táctica no los presentaba como una alternativa electoral de masas, privando la economía del voto, es decir votar por quienes tengan opción.

Su fortaleza es también su debilidad. El PCV ha estado al lado de la clase trabajadora, siendo un factor determinante, a través del tiempo, en la implantación de la idea comunista en Venezuela, que de manera falsa ha asumido como suya el Chavismo y el Madurismo bajo la etiqueta de “socialismo del siglo XXI”.

El PCV, atrapado en la defensa de las experiencias de socialismo real no ha logrado explicar adecuadamente que Maduro no es socialista ni comunista, pero tampoco en explicar que socialismo no es igual a precariedad de vida, sino a distribución justa de la riqueza. Resolver eso implicaría un giro decisivo que le lleve a conectarse con una parte importante de la población que le asusta la radicalidad verbal (pueblo contra pueblo) de Maduro, pero también de María Corina Machado.

El PCV no ha sabido aprovechar a su favor las iniciativas que desde el gobierno se han impulsado este mes para intervenirlo o judicializarlo. A pesar de tener capacidad organizativa y logística no ha podido presentar el intento de asaltar al partido por parte del gobierno, como el terror del Ejecutivo a la posibilidad que surja una alternativa de masas que se distancie del rencor, el odio y la división, expresado en su tarjeta electoral.

Los y las potenciales candidatas que se asoman para presentar una candidatura alternativa a las derechas y el madurismo tienen el perfil de despertar las simpatías del sector militante de izquierda, no de las masas. Algunos de estos(as) potenciales candidatos construyen un discurso desde el hígado, no desde la alegría, la esperanza y la ternura, algo que necesita el electoral despolarizado. Una síntesis del discurso alternativo lo presentamos en el artículo “Proyecto PAIS (2023)”.

El PCV posee una estructura territorial más fuerte que la de muchos candidatos de la derecha, cuenta con una base militante disciplinada capaz de llevar hasta sus últimas consecuencias la línea del partido, tiene locales e infraestructura conexa en todo el territorio nacional, cuenta con equipos de propaganda con amplia tradición. Si a esto se le llegara a sumar la decisión política de ir al encuentro del país nacional, más allá de las fronteras ideológicas, con tres o cuatro consignas básicas: a) aumento salarial digno y suficiente para todo el que trabaje, mostrando cómo es posible lograrlo disminuyendo la inflación, b) crear las condiciones para que vuelvan al país todos los migrantes y encuentren un país plural, creativo, eficiente y en paz, c) la necesidad de llevar a los cargos los mejores para que los servicios públicos sean eficientes y de calidad y, d) reconstruir el país a partir de la educación, encarnado por un rostro de alguien que no sea militante del PCV y que aglutine al país nacional, el PCV podría construir una alternativa de masas en las elecciones presidenciales de 2024.

Esto pasaría por la disposición pública a liberar al candidato presidencial de cualquier condicionamiento ideológico, para que haga los pasos necesarios para distensionar las relaciones con los Estados Unidos y realizar los pasos necesarios para eliminar las Medidas Coercitivas Unilaterales. Esta tarea es la más difícil de asumir para un partido como el PCV, pero lo colocaría en sintonía con el sentimiento nacional de dejar atrás las sanciones y el bloqueo para que la economía del país mejore. Para ello, el discurso de que el PCV coloca su tarjeta al servicio de la sociedad y el pueblo venezolano y no de sus intereses particulares, puede ayudar enormemente.

El PCV tiene por primera vez en la historia (y quizá la única) de colocar un candidato de sentimiento nacional, por sí solo, que unifique a la familia venezolana y sea presidente de la República. El problema es que el propio PCV tiene que creérselo, sino nadie más lo creería. En febrero de 2023, veo un PCV preocupado por servir de la mejor manera al país, pero aún atrapado en sus demonios y ángeles, veremos cómo lo resuelven.

4.4. El chavismo de base se mueve sin dar saltos

Con la llegada de la nueva etapa de la lucha social se viene dando un fenómeno subterráneo y complejo que no ocurría a comienzos de 2022. Se multiplican día a día las reuniones de líderes sociales, militantes de base y uno que otro dirigente político del madurismo, que intentan buscar mecanismo para luchar por mejores salarios y que cuestionan la política del gobierno al respecto, produciéndose entre ellos diferentes tipos de ruptura y distanciamiento. La mayoría sigue sosteniendo el discurso que lo principal es evitar que llegue la derecha al poder, pero son críticos de la improvisación en la política económica, la ostentación de bienes y dinero de algunos dirigentes del partido y el gobierno.

La mayoría de este sector no ve clara una opción electoral a la izquierda del madurismo y parecieran asumir la tarea de construir mecanismos sociales de presión desde los bordes para intentar que el gobierno rectifique y vuelva a colocar la agenda social en su centro. Su identidad es el chavismo como rebeldía contra las distintas formas de opresión, no reconocen en Maduro esas cualidades, pero si defienden que es el legítimo presidente ante Guaidó y su “sucesor”.

En este sector las condiciones materiales de vida de la población son el factor que lo aglutina, pero aún no terminan de vincularse en las calles al movimiento social de protesta. Es como un movimiento de la base que no termina de saltar en dirección alguna.

Este sector en febrero de 2023 votaría por Nicolás Maduro como el mal menor, no por convicción.

4.5. La izquierda radical se mueve lentamente

Las izquierdas radicales no tienen tarjeta electoral, partido legalizado ni cuentan en este momento con influencia de masas que les permita incidir en el terreno electoral. Muchas de estas pequeñas organizaciones siguen atrapadas en el discurso de partido de vanguardia que intenta orientar la protesta social, en vez de imbuirse en el movimiento social y re-aprender muchas cosas de la lucha social, que les permita construir liderazgo arraigado.

Algunos van a optar por seguir siendo grupos de propaganda que reivindican que tienen el análisis correcto pero la conciencia de las masas no lo capta, mientras otros están planteando la posibilidad de construir un frente único revolucionario que tácticamente se pueda acercar o no, en el escenario electoral, al PCV, apostando más por una construcción autónoma de largo plazo.

En síntesis, no existe en este momento, febrero de 2023, una izquierda radical con capacidad de disputa del movimiento de masas.

4.6. ¿Qué pasaría si las elecciones presidenciales fueran el próximo domingo?

Con este cuadro electoral, descrito en los puntos anteriores, Si las elecciones presidenciales fueran el último día de febrero de 2023, la confrontación central sería entre Maduro y María Corina Machado. En un escenario como este el enorme malestar social por la precariedad salarial tendría la disyuntiva de “mejor malo conocido que bueno por conocer” o de “cambiar hoy y mañana veremos cómo se pelea con el que venga”. Considero que esta disyuntiva no ha podido ser captada por las encuestadoras, ni es percibida por los aparatos súper estructurales del gobierno y la oposición.

Nuevamente el gobierno y el PSUV tendrían la mayor posibilidad de contener, maniobrar y reorientar ese descontento, pero la percepción que tiene ese partido, es que una “sorpresa electoral” por el descontento estaría descartada.

Haciendo una analogía popular, es posible decir que el sentimiento que hay hoy en la calle es parecido al de un hogar en el cual el esposo comienza a tener problemas financieros en su pequeña empresa  (gobierno), la esposa lo apoya (el pueblo) y le da aliento para que diseñe una estrategia alternativa (no permita que eso dañe a la familia), pero mes tras mes el hombre llega y dice que los impuestos y los precios no le dejan avanzar (sanciones), la mujer (el pueblo) pone todos sus ahorros, hace economía familiar, trabaja el triple pero no ve mejora alguna, llega un momento (pueblo) en el que le dice a su marido (gobierno), que vea lo que va a hacer, que monte otro negocio (resuelva lo de las sanciones), consiga otro empleo (mejore la economía nacional) o se vaya de la casa (le deje el poder a otros).

Una polarización electoral entre Nicolás Maduro y María Corina Machado no auguraría paz y acuerdo nacional, sino pugnacidad y conflicto, por lo radical de ambos discursos en un escenario como ese.

Sin embargo, las elecciones no son hoy, así que tendremos que estar atentos al desarrollo de las variantes políticas de los próximos meses.

5. El panorama social

Venimos sosteniendo que a partir de marzo de 2022 Venezuela entró a una nueva etapa de la lucha social, algo que no termina de ser entendido por el gobierno y las oposiciones de derecha. Los datos de la encuestadora Delphos (2023) elaborado a nivel nacional, permiten descomponer algunos elementos del descontento social que acompañan esta nueva etapa:

  1. La identidad política mayor es con ninguno (37%). La segunda identidad es con la oposición (35,6%) y la tercera con el Chavismo en general (26,5%).
  2. Solo el 21% de la población, en su mayoría chavistas perciben la situación nacional como positiva.
  3. Entre los principales problemas del país identifican: la economía en sus expresiones cotidianas (25,2%), el alto costo de la vida y la inflación (15,5%), el precio del dólar (7,3%), los bajos salarios (5,7%)
  4. Sin embargo, para mejorar la situación los auto identificados como chavistas expresan que el aumento de salarios es central en la solución de los problemas del país (29,0 maduristas) y (32.3% chavistas no maduristas), mientras que para los no identificados con nadie la dolarización (31,1%) y el aumento de salarios (23%) son significativos, mientras que para los opositores duros ((36%) y opositores críticos (42,5%) la dolarización es la solución.

La tesis que sostenemos es que la situación material de vida está desdibujando las diferencias políticas y acercando los consensos ciudadanos respecto a que hay que buscar una solución a esta situación, lo cual se muestra en la despolarización de las movilizaciones por mejores salarios.

6. Conclusión

Si bien la historia no se repite igual dos veces, aunque puedan surgir elementos comunes, hoy estamos ante un escenario electoral muy parecido al de 1996-1998, con la diferencia que el desgaste es de un gobierno “progresista” y la alternativa que puja es la de la derecha, pero la alternativa despolarizada aún no se muestra en las encuestas.

Esta es la fotografía que capta nuestro análisis para febrero de 2023, veremos cómo evolucionan los hechos, actores y políticas. Será hasta la próxima entrega.

Lista de referencias

Bonilla-molina, Luis (2023) Venezuela; una nueva etapa en la lucha social. Ediciones CII-OVE, disponible en https://luisbonillamolina.com/2023/01/10/venezuela-una-nueva-etapa-en-la-lucha-social/

Boza, Tony (2023) En defensa del salario (Indexación y lucha de clases). Ediciones parlamentarismo de calle. Venezuela

Delphos (2023) Estudio de coyuntura política electoral. Versión electrónica


[1] Doctor en Ciencias Pedagógicas, Postdoctorados en Pedagogías Críticas y Propuestas de Evaluación de la Calidad Educativa. Miembro del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).  Socio de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la educación. Integrante de la Asociación latinoamericana de Sociología (ALAS) y la Fundación Kairos.  Director de investigaciones del Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en educación (CII-OVE). Profesor universitario.

[2] Central de Trabajadores de Venezuela, vinculada a las derechas, aunque hay posiciones clasistas marginales a su interior

[3] Central Bolivariana Socialista de Trabajadores, vinculada al gobierno de Maduro y el PSUV

[4] Patria Para Todos

[5] Movimiento Electoral del Pueblo

Venezuela: Morrocoy no sube palo … ni cachicamo se afeita

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