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La desvergüenza del Fondo Monetario Internacional

Por: Fernando Luengo

Como si formáramos parte de un engranaje que gira una y mil veces alrededor del mismo eje; como si el tiempo, perezoso, se resistiera a avanzar; como si estuviéramos condenados eternamente a contemplar la misma desgastada imagen. Esta es la abrumadora sensación que tengo cuando escucho o leo los diagnósticos y las recomendaciones de los economistas y los responsables del Fondo Monetario Internacional (FMI). Inquieta pensar el enorme poder que concentra esta institución para hipotecar las políticas de los gobiernos y vencer las resistencias de los pueblos.

Digo diagnósticos y debería decir recetas de supuesta validez universal, cualquiera que sea el país y el continente donde se apliquen; y digo recomendaciones cuando resulta más apropiado decir imposiciones, pues, como es sabido, la hoja de ruta establecida por esta institución es la referencia o la excusa utilizada por los gobiernos para justificar la implementación de políticas socialmente regresivas y es la llave que abre (o cierra) el grifo de la financiación internacional.

El documento elaborado por la delegación de economistas del FMI -del que ya conocemos un breve pero sustancioso avance—se centra, sobre todo, en las pensiones y el mercado de trabajo; temas, por lo demás, (obsesivamente) recurrentes en sus informes. Sugieren “prudencia y moderación” y advierten (amenazan) sobre los peligros de desviarse de la hoja de ruta que tanto el FMI como las instituciones comunitarias, al alimón, han bendecido.

Si las pensiones crecen al ritmo del índice de precios al consumo -es decir, si el gobierno se comprometiera con el muy moderado objetivo de preservar su capacidad adquisitiva- nos advierten que tendría un coste financiero insostenible e insoportable, que recaería sobre unas arcas muy debilitadas. Se omite (deliberadamente) que sí hay recursos y que estos se encuentran en la enorme cantidad de dinero y riqueza que concentran las elites (de las que los dirigentes del FMI forman parte).

Si los salarios no prosiguen su senda de moderación (un término más adecuado es el de represión), entonces se resentiría el potencial de creación de empleo de nuestra economía, que el FMI ensalza (aunque la mayor parte del mismo sea basura). También en este caso se omite (más por ideología que por ignorancia) que precisamente los bajos salarios están en la causa de la destrucción de puestos de trabajo y de la consolidación de una cultura empresarial depredadora y conservadora.

Si las reformas de los mercados de trabajo han dado tan buenos resultados en términos de contención salarial (empobrecimiento de los asalariados) y de empleo (indecente), habría que perseverar en el mismo camino, con más decisión si cabe, flexibilizando (desregulando) todavía más las relaciones laborales, resistiendo los intentos de redefinición de las mismas en el sentido de empoderar a los trabajadores. Pero es este empoderamiento, el pleno ejercicio de la negociación colectiva y de los derechos ciudadanos dentro de las empresas donde está la clave de la modernización del tejido productivo y del aumento de la productividad.

El tramposo discurso oficial proclamaba (fuegos de artificio, como siempre) que, pasados los años más duros de la crisis, superada la recesión, una vez que la economía recuperara el crecimiento, habría margen para redistribuir y mejorar la situación del conjunto de la ciudadanía, especialmente de los más vulnerables. El blablabla de siempre, adornado en esta ocasión de la sofisticación técnica de los muy distinguidos economistas fondomonetaristas. En realidad, las cartas están repartidas y las reglas del juego perfectamente establecidas para que el saqueo continúe, ¡qué siga la fiesta! Este es el mensaje del FMI.

Una última consideración (un brindis al sol, lo reconozco). Tendría un gran valor pedagógico conocer las retribuciones, en dinero y en especie, así como los fondos de pensión contratados (seguramente privados o respaldados por el FMI) de los economistas que integran y encabezan las delegaciones de esta institución. Ellos y la directora de la misma, Christine Lagarde, forman parte de una casta de privilegiados extraordinariamente bien pagados que habitan, respiran y contemplan con desdén y arrogancia al resto de los mortales desde su confortable urna de cristal.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=247391

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Estudio mundial sobre el potencial del capital humano: Chile escala al top 50, pero al motor de la economía le sigue faltando educación

Redacción:  Publimetro

Si bien somos líderes en Sudamérica y nuestra fuerza laboral goza de la misma salud que la de las grandes potencias del norte, seguimos lejos en calidad y especialización educativa.

El capital humano, conocido como el motor de las economías, se confirmó como uno de los fuertes de Chile. El Banco Mundial (BM) encargó un inédito sondeo al Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) para medir en 194 países el potencial de su gente para hacer crecer sus mercados. Y Sorpresa: el país se posiciona dentro del top 50, codeándonos con las naciones desarrolladas del hemisferio norte.
El estudio se basa en calcular el potencial de las personas en edad de trabajar, en este caso, entre 20 y 64 años. El ranking, por lo demás, se calcula poniendo en la juguera tres factores: salud de quienes integran la fuerza de trabajo, años dedicados a logros académicos y la calidad de la educación. Entre 1990 y 2016, Chile pasó del puesto 57 al 50, y se ubica como líder en el cono sur, superando a Argentina (66º), Brasil (71º), Uruguay (77º) y Paraguay (96º). En Latinoamérica, por lo demás, solo nos sobrepasa Cuba (41º).

«En términos absolutos, la posición 50 puede no ser tan vistosa, pero si analizamos el resultado respecto a los países de la región, nuestro mercado natural, estamos muy bien posicionados», dice Washington Saavedra, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Central.

Estos indicadores, dice el economista, «tratan de mostrar algo del país, hacen una especie de marca. Es particularmente bueno porque son índices que se consultan para invertir. Las compañías los revisan para entrar hacer negocios a Chile».

La tarea pendiente

Si hablamos de compararnos con los integrantes del top 50, hay dos consideraciones. La salud de nuestros trabajadores tiene poco que envidiarles a los de los países desarrollados. En escala de 0 a 100, Chile consigue 88 puntos. Finlandia, el número 1 de la lista, apenas nos supera en una unidad (89).

No obstante, eso contrasta fuertemente con la calidad y años que le dedicamos a la especialización laboral: mientras la fuerza productiva de los países top dedica entre 15 y 13 años a los logros educativos, nosotros solo destinamos 11, al igual que España, Grecia y Portugal. En cuanto a calidad de educación (learning), países como Singapur (13º) y Japón (14º) llegan a 98 y 94 puntos sobre 100, respectivamente, mientras Chile se queda en 78.

Mauricio Bravo, investigador del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo, explica que «el indicador clave es la calidad de educación. Sumar más años de educación sin la calidad son años perdidos. Está demostrado que el desarrollo económico está estrechamente ligado a eso».

El experto señala que es importante, ante el envejecimiento de la población, un país como Alemania que compensa la pérdida de fuerza laboral joven, con personas mayores bien capacitadas. Lo que sí destaca, es que  el estudio revela que»en 40 años Chile tendrá adultos mayores con muy buena salud», lo que es muy positivo.

¿Nos falta estudiar más años? Saavedra relativiza ese dato. «Más importante es la productividad. Probablemente países como Finlandia sacan 4 o 5 años de diferencia por la costumbre de hacer post grados y especializaciones, pero los jóvenes chilenos cada vez siguen más esa tendencia y pronto podremos equipararlos. Lo importante es trabajar en la brecha de la calidad, esa no se equiparará tan fácil si no se trabaja en eso».

Fuente: https://www.publimetro.cl/cl/noticias/2018/09/27/estudio-potencial-del-capital-humano-chile-escala-al-top-50-al-motor-la-economia-le-faltan-anos-educacion.html

 

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Afrodescendientes y Discriminación

Redacción: Fedora Carbajal

Si bien hay evidencia de que la discriminación existe, sus mecanismos de transmisión no necesariamente se alinean con las explicaciones que provienen de la economía

La integración de la población afrodescendiente a la sociedad uruguaya se ha dado históricamente en base a desigualdades. La discriminación existe y es un problema sistémico en los países latinoamericanos. La desigualdad de oportunidades se relaciona con desigualdades no aceptables y con características que no están bajo el control de un individuo (como la etnia, el lugar de nacimiento, el sexo de una persona, etc.) y su importancia en parte se fundamenta en su alta relación con la desigualdad de ingresos cuando los individuos llegan a la vida adulta. La existencia de igualdad de oportunidades en una sociedad, solo es posible si se eliminan las desventajas existentes por la existencia de discriminación. Existe discriminación cuando ante circunstancias idénticas los miembros de un grupo minoritario son tratados de forma menos favorable respecto a aquellos de un grupo mayoritario, aún cuando comparten características similares.
Si bien hay evidencia de que la discriminación existe, los mecanismos por los cuales esta se transmite no necesariamente se alinean con las explicaciones tradicionales que provienen de la economía (la discriminación basada en preferencias y la que se fundamenta en estadística). Sin embargo, en los últimos años, trabajos desde el campo de la psicología y de la evaluación experimental han avanzado en la comprensión de cómo se construye el prejuicio.
En este sentido, uno de los estudios experimentales pioneros y que se ha difundido en diferentes países para detectar si existe discriminación en el mercado laboral consiste en repartir Currículums Vitae (CVs) ficticios para cubrir vacantes laborales en llamados que efectivamente existen en la realidad (los que son publicados en los clasificados de un periódico de referencia, por ejemplo). Para ello se envían para cada vacante de forma aleatoria un conjunto de CVs idénticos respecto al nivel educativo alcanzado y la experiencia laboral, entre otras características relevantes, y se diferencian únicamente en algún elemento distintivo de la etnia o rasgo fenotípico del individuo (por ejemplo, a través de incluir una foto diferente en cada CV o un nombre o apellido identitario de una etnia específica). Estudios en Perú y Colombia, por mencionar algunos países latinoamericanos donde se aplicó este diseño, muestran evidencia de que los afrodescendientes reciben menos llamadas para entrevistas de empleo que los no afrodescendientes. Esto muestra mecanismos de discriminación explícitos o implícitos.
En Uruguay desde que se cuenta con información sobre ascendencia racial en la principal fuente de datos para estudios relativos a condiciones socioeconómicas, la Encuesta Continua de Hogares (ECH) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se han encontrado diferencias sistemáticas en términos de las remuneraciones que perciben trabajadores afrodescendientes respecto a los de ascendencia blanca, implicando que los primeros perciben ingresos alrededor de un 25% a 35% menores. Esto en parte se explica por diferencias en ocupaciones, ramas de actividad donde se emplean y tipo de empresas o instituciones donde están ocupados y por características propias de los trabajadores como es la educación y la experiencia laboral. Sin embargo, hasta un 32% de la brecha de ingresos laborales la explicaría lo que podría estar asociado a la discriminación. Asimismo, al desagregar empleos según sean de baja o alta remuneración, se ha encontrado que la discriminación se reduce en empleos de baja calificación lo cual implica que los afrodescendientes son segregados a este tipo de ocupaciones.
Adicionalmente, los afrodescendientes presentan mayores niveles de informalidad, subempleo y concentración en tipos de ocupación con menor calificación; mayor carga de trabajo no remunerado (principalmente las mujeres afro); mayor proporción de embarazo adolescente, resultados educativos menos favorables en términos de menos años de escolaridad promedio (los jóvenes afro alcanzan alrededor de dos años menos de educación), menor acceso a los niveles educativos más altos, mayor rezago educativo y deserción; mayores tasas de pobreza monetaria y de incidencia de pobreza multidimensional, hogares con mayor proporción relativa de niños y jóvenes y con necesidades básicas insatisfechas; mayor cobertura en la salud pública y peor percepción del estado de salud en general; se concentran (a excepción de Montevideo) como se observa en la Figura 1 en departamentos del país con menor Índice de Desarrollo Departamental de CINVE (Artigas, Cerro Largo, Rivera y Tacuarembó).
Fuente: elaboración propia en base a Censo de Población y Vivienda 2011 (INE) y CINVE (2018).
Nota: el Índice de Desarrollo Territorial (IDT) se elabora en función de las dimensiones: 1) seguridad ciudadana y sistema de derecho, 2) Sociedad incluyente, preparada y sana, 3) Mercados de factores eficientes y dinámicos, 4) Infraestructura física y tecnológica.
Sin embargo, estos antecedentes no son suficientes para determinar cuáles son los mecanismos donde mayormente opera la discriminación hacia la población afrodescendiente y en qué grado efectivamente existe discriminación en el mercado laboral uruguayo. Uruguay tiene que tomar muy seriamente la tarea de generar información y evidencia fuerte que permita dirigir las políticas públicas a eliminar la desigualdad de oportunidades que sufre la población afrodescendiente y diagnosticar la magnitud de la discriminación.
Para esto es necesario una serie de medidas. En primer lugar, se deben medir mejor las características étnicas de las personas, ya que la aproximación utilizada en la actualidad a través de la autoidentificación étnica es imperfecta. Esto es clave para la discusión y evaluación de políticas públicas ya que serán utilizadas como criterio de selección e identificación en acciones afirmativas, como por ejemplo por la Ley 19.122 que establece como obligatoria la contratación de personas afrodescendientes en un 8% de los puestos de trabajo en empleos. En segundo lugar, se debe recabar información de forma representativa, sistemática y periódica, en cada uno de los sectores de actividad y el sector público, que permita tener un mejor diagnóstico y por lo tanto, ofrecer políticas focalizadas para mejorar la condición de vida de la población afro más vulnerable. Finalmente, es necesario generar evaluaciones experimentales de la existencia de discriminación que ofrecen evidencia directa contundente sobre el fenómeno en Uruguay.
Afrodescendientes y Discriminación
Fuente: https://www.elobservador.com.uy/afrodescendientes-y-discriminacion-n1265785
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Vivir a lo ‘millennial’, los retos laborales que enfrentarán estos jóvenes

Por: Ánderson Zapata

La joven Bayça Açikalin nació en Turquía pero es de familia colombiana. Tiene 26 años y ha trabajado en varios países de Europa y en Estados Unidos.

“Mi primer intercambio fue durante un año a Bélgica cuando estaba terminando la secundaria. Doce meses después, durante mis vacaciones de verano, viajé a Estados Unidos y empecé a trabajar en el Parque Nacional de Montana durante tres meses. Posteriormente, viajé a México a pasear y 11 meses después regresé a Turquía para terminar mi carrera de leyes”.

Casos como el de Bayça Açikalin se repiten con muchos jóvenes colombianos millennials, es decir, nacidos entre 1980 y el 2000 y que cumplen con ciertas características.

Según expertos, los millennials, también denominados Generación ‘Y’, son personas que se adaptan fácil y rápidamente a los cambios, pues pasaron del Betamax al VHS, luego al DVD y finalmente al Blu-Ray y navegan con facilidad en Internet.

Usaron el teléfono fijo para comunicarse con sus amigos y toda clase de teléfonos móviles, hasta llegar a los hoy llamados teléfonos inteligentes. Migraron de usar disquetes para almacenar su información, a quemar CD, usar USB y hoy ya utilizan el almacenamiento en la nube. Estos cambios ocurrieron en menos de 20 años y ellos aprendieron a adaptarse.

 “Las personas millennials se caracterizan por ser hijos de la globalización, es decir, tienen una perspectiva más grande del mundo y aceptan los cambios de una manera más fácil que generaciones pasadas. Además, están mucho más abiertas a conocer e interactuar con otras culturas”, afirma Alejandro Perea, director del programa de Comunicación Social-Periodismo y maestro en tecnologías educativas de la Universidad Autónoma de Occidente.

Por su parte, la psicóloga Adriana Medina explica que a esta generación la caracteriza la inconformidad con los modelos tradicionales del mundo en cuanto a lo profesional, laboral, cultural y religioso.

“Son inmigrantes digitales, pues nacieron en una época de tecnología análoga, pero saltaron de manera muy rápida a la digital. Suelen ser más prácticos frente a lo que les interesa, si algo no es de su interés lo desechan fácilmente. Tienen mayor conciencia de la globalización gracias a la tecnología, por lo que pueden relacionarse muy fácilmente con diversos grupos culturales al mismo tiempo”, expresa.

Es importante saber que, en su mayoría, los millennials crecieron viendo cómo sus padres trabajaban sin descanso, por lo que buscan libertad laboral. Además, uno de sus fines es ser su propio jefe y ser dueños de su tiempo y horarios.

Bayça dice que cuando terminó su carrera en Turquía trabajó en una consultoría de abogados donde era la encargada de tratar todo lo relacionado con las expropiaciones.

Sin embargo, “después de un tiempo no me sentía bien trabajando en Ankara, la capital turca, y quería algo más internacional por lo que me mudé a Estambul donde trabajé en una compañía del gobierno. Fue lo mejor que pude conseguir en el momento, pero no era algo que me gustara mucho, por lo que decidí viajar a Nueva York”.

Inclusive, el viaje de Bayça a la Capital del Mundo, donde ahora trabaja con un programa de las Naciones Unidas relacionado con el medio ambiente, fue motivo para que terminara con su novio. “Terminé con él porque no quería vivir más en Ankara, quería hacer mi maestría y mudarme para conseguir otro trabajo. Estaba segura de que las cosas no iban a funcionar a distancia”.

 “Los millennials son personas con una capacidad tecnológica y con una agilidad para procesar información bastante importante. Tienen memoria selectiva y un estilo muy particular para trabajar. Pueden ser muy eficientes y exitosos si realmente tienen la decisión de realizar las actividades, pero si un trabajo no es de su interés se refleja de inmediato en su desempeño laboral”, explica Audrey Bahamon, asesora de comunicaciones y relaciones corporativas.

Los empleadores aprecian su creatividad y el hecho de que sean una generación sin taras sexistas o racistas, pero por otro lado concluyen que algunos millennials demuestran dispersión, falta de permanencia en los empleos, espíritu abandonativo, problemas con la autoridad, excusas para no hacer el trabajo que no les gusta, y que hay una fuerte interfencia de sus padres en el mundo laboral.

Es lo que los psicólogos identifican como padres “black hawk”, padres helicópteros que salen a salvar a sus hijos millennials del problema laboral, padres que van a la oficia a quejarse con el jefe de su hijo, padres que interfieren y no separan los límites entre casa y oficina.

Muchos millennials sienten que el mundo laboral debe ser el reflejo de la velocidad de las redes sociales; que su ascenso laboral y económico debe ser expedito, automático y con poco esfuerzo; que deben ser socios de la empresa al mes de haber llegado, pues le dan menos valor a los procesos y a la experiencia.

El proceso de aprendizaje y de formación les aburre, quieren todo ya y a su manera. Por otro lado, exigen jefes mentores y amigos y se les dificulta recibir un “no” como respuesta, pues lo consideran autoritario.

“Yo no elegí ser millennial, mi comportamiento, mi forma de ser y de ver el mundo es así. Lo que yo busco en un trabajo es ganar bien y no tener que cumplir un horario inflexible. Considero que las empresas deben adaptarse a sus colaboradores y no los empleados a la empresa. Uno como millennial sabe cuáles son sus fortalezas y debilidades. Tengo claro que si me ponen a hacer algo que yo sé que no es mi fortaleza, buscaré una excusa”, explica Valeria Araque, de 21 años.

Alejandro Perea sostiene que las compañías al momento de contratar un millennial deben tener en cuenta que ellos “no buscan servir a una causa corporativa, sino a un entorno en donde el crecimiento profesional sea acelerado, pero con un balance entre su vida laboral y personal”.

“En ocasiones me han salido contratos a termino indefinido a los cuales yo les temo un poco, pues me he dado cuenta que cuando se trabaja de manera independiente te queda tiempo para conocer varios lugares, personas, historias y realidades que quizás en un trabajo de oficina no habría podido ver tan de cerca”, afirma Lina Álvarez, una millennial caleña de 25 años que desde su graduación ha trabajado en numerosos proyectos laborales, en varias ciudades, en varias empresas.

Pero no todo es color de rosa para quienes prefieren ser independientes. “En un principio debo reconocer que tenía que cobrar poco por mi trabajo, o no cobrar. Sin embargo, después de un tiempo aprendí a valorarlo y a saber que hay cosas que uno no puede hacer gratis”, explica Lina, y agrega que ella no está de acuerdo con algunos millennials que utilizan sus redes sociales para subir estados y compartir todo lo que hacen en sus diferentes lugares de trabajo.

“He aprendido a manejar las redes sociales a mi favor porque son una hoja de vida en línea, donde se debe demostrar que se es un profesional en todo el sentido de la palabra”.

Los expertos aseguran que el hecho de que los millennials no estén interesados en trabajar mucho tiempo en una sola empresa, puede ser una situación que afecte positivamente al sector económico, pues activarían la economía. 

Otros advierten que a la vuelta de 40 años los millennials podrían afectar de forma negativa su economía personal pues por buscar experiencias placenteras inmediatas dejan de pensar en pensión y en adquirir vivienda, en hacer inversiones de largo plazo.

Alejandro Perea asegura que estos jóvenes también están buscando posibilidades laborales relacionadas con el teletrabajo, la innovación y creatividad. “Muchos han experimentado la transición de generaciones y también dirigen su mirada a las grandes empresas, buscando ser empleados en un modelo tradicional”.

Adriana Medina, psicóloga del Departamento de Desarrollo Humano  de la Universidad Autónoma, considera que la máxima lección que deben aprender los millennials es lograr el equilibrio entre su manera de concebir el mundo y las necesidades reales de los diversos entornos a los que lleguen, con propuestas ajustadas a la realidad.

Para Bayça Açikalin el mensaje millennial es claro: “Somos jóvenes y mientras lo seamos, no tenemos por qué estar en un lugar donde no encajemos. Es bueno cambiar y conocer diferentes áreas, a menos que seas feliz en una sol

Fuente: http://www.elpais.com.co/entretenimiento/cultura/vivir-a-lo-millennial-los-retos-laborales-que-enfrentaran-estos-jovenes.html

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Entrevista a Dídac Costa: «Los poderes fácticos globales son los que están infringiendo las leyes»

España/19 de Mayo de 2018/Rebelión
Entrevista a Dídac Costa, ecoactivista y escritor
«Los poderes fácticos globales son los que están infringiendo las leyes»
Por: La Guerrilla Comunicacional

Dídac Costa es un eco-sociólogo, activista y escritor que ha estado durante uno cuantos años en América Latina desarrollando tareas e investigación en el ámbito de la economía alternativa, comunidades, monedas alternativas, ecociudades y movimientos sociales, como miembro del comité de organización de los campamentos de juventud del Forum Social Mundial en Porto Alegre y Belem.

Dídac es uno de los creadores de la EcoXarxes Montseny i Ecoseny, la Colonia Colectivizada Ca La Fou y es también impulsor de la CIC (Cooperativa Integral Catalana) y de Ecolònia. También es impulsor del proyecto L’Ecovila Ca l’Amat a la Garrotxa.

Colaborador de la UB y la UOC, participó activamente en el movimiento 15-M y es un estudioso de la Revolución Social Catalana de 1936.

Como avanzábamos hace unos días, ¿Sería posible prescindir del euro, el dolar y restos de monedas que gobiernan el mundo? ¿Qué pasaría si nosotras mismas creásemos nuestra propia moneda, basándonos en la filosofía del trueque? ¿Por qué no creer, de una vez por todas, que nosotras mismas somos capaces de todo esto y… más?

De todo ello, Dídac, nos habla en la entrevista. Como siempre, una nueva oportunidad para el análisis y debate.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=241596&titular=%22los-poderes-f%E1cticos-globales-son-los-que-est%E1n-infringiendo-las-leyes%22-

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Los países donde los adultos tienen los mejores y peores resultados en matemáticas

Europa/25 Abril 2018/Fuente: BBC Mundo

De los 31 países participantes, los peores resultados en capacidades básicas financieras en adultos están en Turquía, Chile, Israel, Italia, España e Inglaterra, según el estudio de OCDE.

«Supongamos que un litro de gaseosa Cola cuesta US$3,15. Si compra un tercio de litro de Cola, ¿cuánto pagará?».

Esta simple pregunta esconde mucho más que una habilidad matemática básica como es dividir entre tres.

Se trata de uno de los cuatro ejercicios prácticos propuestos en el estudio «Las habilidades financieras de adultos alrededor del mundo», con que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) buscó medir el analfabetismo financiero en 31 países.

«Un gran número de adultos en todo el mundo luchan incluso con ejercicios financieros tan básicos» como el de la pregunta del principio, escribió John Jerrim, coautor del estudio y docente de economía del University College de Londres, en un artículo publicado en la revista académica The Conversation.

En concreto, según la investigación, uno de cada tres adultos no consiguió responder US$1,05, incluso con calculadora en mano.

El porcentaje de respuestas correctas es de poco menos de la mitad de los adultos en países como Chile, el único país de América Latina incluido en el informe.

De hecho, el país sudamericano fue uno de los que mostró los peores resultados de todo el informe.

«La habilidad para resolver problemas financieros es fundamental para el bienestar de los adultos de todo el mundo, dado que transacciones diarias como ahorrar, gastar e interactuar con bancos requieren de la comprensión de conceptos financieros clave», explica el estudio.

Y agrega: «No obstante, en muchos países existe preocupación por la falta de agudeza financiera entre adultos y por saber si los sistemas educativos están brindando las habilidades financieras básicas necesarias».

Es que, sin un alfabetismo financiero básico, las personas se exponen a diario a estafas y problemas económicos.

Las preguntas

El informe, que se basa en datos del Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de Adultos (PIAAC) de OCDE, midió la comprensión lectora, matemática y de resolución de problemas en situaciones de la vida cotidiana.

En este sentido, otra de las preguntas del estudio era: «Supongamos que va al supermercado y compra cuatro paquetes de distintos tés: té de manzanilla (US$4,60), té verde (US$4,15), té negro (US$3,35) y té de limón (US$1,80). Si pagó por todos estos artículos con un billete de US$20, ¿cuánto cambio recibiría?».

«La habilidad para resolver problemas financieros es fundamental para el bienestar de los adultos de todo el mundo».
Estudio «Las habilidades financieras de adultos alrededor del mundo».

Uno de cada cuatro personas de entre 16 y 65 años, es decir, 240 millones de entrevistados, no pudieron calcular que el cambio sería de US$6,10.

La tercera pregunta implicaba interpretar un gráfico lineal básico con un indicador económico. En concreto, los participantes debían calcular la tasa de desempleo promedio en el año, basándose en los valores de cada mes detallados en el citado esquema.

En este caso, el foco estaba en la correcta interpretación del gráfico, algo que la mitad de las personas no pudo hacer. El número aumentó a uno de cada cuatro adultos en Chile, Grecia, Italia y Turquía.

Según los investigadores, la cuarta y última pregunta era la que obligaba a mayores ecuaciones matemáticas, pues los entrevistados debían calcular un descuento en entradas para un partido de fútbol usando la llamada «regla de tres».

Fue, en consecuencia, el ejercicio que generó peores resultados.

De los 31 países abarcados en el estudio, Chile fue el que tuvo el peor promedio de respuestas correctas a esta pregunta: 9% para los entrevistados con menor formación y 14% para aquellos con mayor educación.

Los mejores y peores

El estudio no establece un ranking de cuáles países tienen mayor o menor alfabetismo financiero, sino que divide los resultados para cada una de las cuatro preguntas y, a su vez, según el nivel educativo.

No obstante, el informe detalla que «un puñado de naciones se desempeña comparativamente bien en los cuatro ítems», grupo que es encabezado por Estonia, Finlandia y Japón.

«En el otro extremo, los adultos en Turquía, Chile, Israel, Italia, España e Inglaterra tienen una de las habilidades financieras más débiles en los 31 países participantes», agrega.

También se detallan las diferencias por género y edad.

«Existen diferencias notables en los resultados entre los países y entre los grupos, con los hombres más hábiles financieramente que las mujeres y los jóvenes con mejores resultados en las tareas de PIAAC que los mayores».

«Los adultos en Turquía, Chile, Israel, Italia, España e Inglaterra tienen una de las habilidades financieras más débiles en los 31 países participantes».
Estudio «Las habilidades financieras de adultos alrededor del mundo».

En cuanto a la edad, el informe vuelve a colocar a Chile entre los países de la OCDE donde los jóvenes están peor formados en habilidades financieras, ocupando el final de tabla junto a Turquía, Israel y Rusia.

Pero también aclara: «Economías grandes y maduras como Inglaterra, España e Italia también caen en este grupo, con adultos jóvenes que comparativamente poseen habilidades financieras débiles».

Los investigadores reconocen que algunos críticos detallan que ser no todo el mundo precisa ser un alfabeto financiero, mucho menos en tiempos tan tecnológicos.

«Nuestro argumento —escriben— es que, si bien podemos confiar en la tecnología para hacer cálculos, los puntos de alfabetización financiera que usamos aquí deberían revelar si un individuo comprende o no algunos conceptos muy básicos y sin eso, es poco probable que puedan realmente entender asuntos financieros más complejos».

Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-43459528

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Las fronteras, entre muros y travesías

Por: Boaventura De Sousa Santos

Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez

La Europa moderna inventó las fronteras, en el sentido en que las conocemos hoy, como delimitaciones precisas entre países. Fue una de las muchas invenciones que posteriormente exportó al mundo que colonizó, culminando en la Conferencia de Berlín de 1884-85 y en el reparto de África con regla y escuadra. En contraste, fue también Europa, en la época moderna, la que abogó por la idea del mundo sin fronteras: el universalismo, el cosmopolitismo, el principio kantiano de la hospitalidad universal y sus propuestas de ciudadanía mundial o de federación global de Estados, o incluso la idea de la república universal defendida más adelante por los anarquistas. Esta contradicción entre un mundo sin fronteras y un mundo surcado por fronteras se remonta al inicio de la modernidad europea. Puede ilustrarse, por una parte, con la defensa del derecho de libre comercio de Francisco de Vitoria (1492-1546) en De Indis et de Iure Belli Relectiones (1532), y, por otra, con los monopolios comerciales y los consecuentes conflictos sobre la división del mundo, claramente visible por primera vez en el Tratado de Tordesillas de 1494 entre el Reino de Portugal y el Reino de Castilla.

Esta contradicción tal vez nunca ha sido tan visible como hasta ahora. Dos de los grandes poderes globales que controlan nuestras vidas más de lo que podemos imaginar no conocen el concepto de frontera. Me refiero a internet y al capital financiero. Sin embargo, por otro lado, el drama de los migrantes y de los refugiados nunca fue tan serio, tanto por la población que involucra como por el sufrimiento e injusticia que revela. En vista de ello, debemos revisar el concepto de frontera, el modo en el que se hacen y deshacen fronteras, e interrogar la frontera como un campo social, una forma de sociabilidad.

El concepto de frontera es estable, al menos desde el siglo XVII, y denota una línea que delimita sin ambigüedades un determinado territorio nacional o subnacional. La precisión de la frontera tiene en el mapa su mejor formulación. No obstante, la realidad de esta línea es mucho más dinámica y ambigua. La frontera puede ser estanca o porosa, y ser una cosa para unos y otra para otros, puede ser muro y travesía, barrera y puente, puede ser reconocida o ignorada, fija o móvil. Las fronteras que los colonos europeos diseñaron en las Américas fueron casi todas ellas objeto de conflictos (e incluso de guerras) en el periodo posterior a la independencia, algunos de los cuales duran hasta hoy. Por el contrario, en África las fronteras revelaron una notable estabilidad, a pesar de su carácter artificial. Pero tanto en un continente como en el otro, los pueblos desconocieron muchas veces esas fronteras en sus relaciones económicas, familiares o étnicas. Tal vez la mayor turbulencia en la realidad de la frontera se deriva en la actualidad del hecho de que la continuidad territorial ha dejado de ser determinante. Países como Grecia o Italia limitan, al fin y al cabo, con Siria, Irak, Afganistán, Somalia, Eritrea, la República Democrática del Congo. Por su parte, Costa Rica limita en parte con esos mismos países y también con Haití y Cuba. Y Costa Rica limita con Estados Unidos, el país de destino de los migrantes en tránsito o bloqueados en su frontera meridional.

Como las fronteras, territoriales o de otro tipo, nunca son naturales, cabe preguntarse por quién tiene poder para construir y demoler fronteras y determinar para quién representan muros infranqueables o travesías, o para quien la travesía puede acarrear riesgo de vida o ser una práctica trivial. La geografía desigual del acceso a la frontera es el producto del poder que la sostiene. Si tenemos presentes los tres modos de dominación moderna (el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado) y las instituciones que regulan y consolidan el poder que por medio de ellos se ejerce (Estado, derecho, educación), concluimos que las fronteras son instrumentales y que la densidad simbólica que a veces revelan (al punto de parecer naturales o inmutables) se deshace en el aire, siempre que el ejercicio y las contradicciones del poder así lo determinan. La frontera siempre es el resultado de quien tiene poder para responder a la pregunta y sacar provecho de la respuesta: ¿quién pertenece o somos «nosotros» quién no pertenece o son «ellos»?

Veamos tres ejemplos. Cuando se creó el espacio Schengen entre los países de la Unión Europea (originalmente cubriendo cinco países y hoy la gran mayoría de los países de la Unión), las fronteras entre los países adheridos casi desaparecieron con obvios beneficios para sus ciudadanos. Sin embargo, como contrapartida, el espacio Schengen ha hecho mucho más difícil el acceso a Europa por parte de ciudadanos no europeos. Así se hizo posible la fortaleza Europa. El tratado de libre comercio entre Estados Unidos y México, conocido por NAFTA, hizo creer a los mexicanos que las fronteras iban a ser abolidas. Por el contrario, Estados Unidos fue construyendo muros y vallas electrificadas, al tiempo que no cesaron de aumentar el cuerpo de guardias fronterizos. Así fueron aumentando los riesgos de quien quisiera atravesar la frontera. Las medidas de anteriores presidentes fueron reforzadas por el presidente Trump con la dramatización de construir un muro, que en parte ya existe, y, para colmo, construirlo a expensas de los mexicanos. ¿Es posible imaginar que los mexicanos denuncien el Tratado ante tal humillación? La frontera más cruel de nuestro tiempo es la que separa Israel de Palestina. Su crueldad se expresa tanto en el monstruoso muro ilegal como en las interacciones diarias en los infames checkpoints, los calvarios diarios de la humillación por la que tienen que pasar los palestinos para garantizar su subsistencia enfrentando un poder arbitrario.

Nunca tanta gente dependió tanto de las fronteras y, por eso, la experiencia de la frontera tenderá a ser un objeto de análisis sociológico cada vez más importante. Como siempre, los artistas son pioneros. Las fronteras siempre crearon una forma de sociabilidad fugaz en cuanto lugar de tránsito, bloqueado o no. En el presente hay que verlas como lugar de paso y como lugar de permanencia. En ambos casos la sociabilidad de frontera constituye, en muchos aspectos, la frontera de la sociabilidad. Para quien la frontera no es un pasaje trivial, la frontera configura una situación de extrema concentración de miedo y de esperanza. La vivencia de uno y de otra está en las manos de un poder tan regulado cuanto discrecional, tan transparente en lo que decide como opaco en las razones por las cuales decide, tan burocráticamente sometido como todopoderoso. Los aeropuertos son hoy una metáfora elocuente de la desigualdad entre «nosotros» y «ellos». Para los primeros, el paso es trivial y el poder se diluye en la rutina del poder; para los segundos, el paso es totalmente imprevisible y el poder se concentra a fin de ser tan excepcional como el caso que enfrenta. Quizá no haya otro lugar donde la jerarquía de la movilidad sea tan diferenciada.

Atravesar puede ser tanto el paroxismo de la esperanza cuanto el paroxismo del miedo. Es esperanza para el migrante que atraviesa la frontera o para el refugiado que obtiene asilo. Pero es miedo ilimitado para los jóvenes sin documentos que están a punto de ser deportados de Estados Unidos, a pesar de haber sido traídos a temprana edad y no conocer ningún otro país. Y ha sido miedo para quienes desde principios del siglo pasado fueron colectivamente deportados en Europa y hoy están siendo deportados en Birmania para garantizar la homogeneidad étnica o religiosa de los países en los que nacieron. Las sucesivas limpiezas étnicas en Europa del Este, en los Balcanes y en Turquía, y la división entre la India y Paquistán, son testimonios particularmente crueles.

Con todo, la frontera es hoy un lugar de permanencia, una permanencia siempre transitoria, aunque puede durar generaciones. Es ahí que la frontera se manifiesta como un campo social donde con mayor claridad la sociabilidad de frontera se revela como frontera de la sociabilidad. Son zonas de frontera los campos de refugiados que van creciendo por todo el mundo y que en Europa son particularmente vergonzosos (porque es más contrastante con la vida de los que están fuera de los campos). Allí se vive sin un futuro que no sea la esperanza de salir de allí. Esa suspensión de la vida digna es especialmente dura cuando partir o salir no significa llegar, sino pasar y seguir pasando. Es el caso de la frontera de Costa Rica, hacia donde la desastrosa política de refugiados en Europa lanzó tanto africano. La llegada está lejos de Costa Rica, en Estados Unidos; y si llegaran a Guatemala tendrán que enfrentar el poder mexicano que hace de stuntnorteamericano. El edificio de la embajada de Ecuador en Londres es una zona de frontera donde un tránsito mutante se transforma en permanencia para Julian Assange.

Son igualmente zonas de permanencia las zonas de tránsito en aeropuertos, sobre todo cuando el tránsito demora más de lo normal. La película de Steven Spielberg, La terminal, ilustra bien los juegos de poder posibles con el paso del tiempo, la ambigüedad de relaciones, la dilución de la distinción entre lo íntimo y lo extraño, entre la rutina y la sorpresa. Pero la situación más dramática es la de zonas de frontera en las que el tránsito, por ser tan humillante cuanto repetido, transforma la subjetividad de quien lo vive al transfigurarse en un estado mental permanente. Los checkpoints en Palestina son el ejemplo más degradante de nuestro tiempo. Los cineastas palestinos son quienes mejor han resignificado estéticamente esta vergüenza, habiendo creado un género fílmico nuevo, los roadblock movies.

La imagen del refugiado preso en un campo de internamiento o al borde de la carretera comunicándose por el móvil con la familia o con los compañeros que quedaron atrás o van al frente es la metáfora de este tiempo simultáneamente globalizado y localizado, en el que el miedo y la esperanza dejaron de tener la noción de equilibrio entre ellos y, por esa vía, destruyen tanto la dignidad de los que solo tienen miedo como la de los que solo tienen esperanza. Los primeros son fantasmas que deambulan en las fronteras, los segundos son constructores compulsivos de fronteras hasta quedar confinados en su infinita y estulta libertad, recluidos en condominios cerrados.

Fuente del Artículo:

https://www.aporrea.org/ideologia/a262113.html

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