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Covid-19 y una brutal neoprivatización educativa en América Latina

Desde el año 2015 venimos denunciando el riesgo que ocurriera un Apagón pedagógico Global (APG), que tendría una expresión concreta en la virtualización y la relocalización de una parte importante de los procesos de enseñanza-aprendizaje en la casa. Esta tendencia al APG había sido anunciada en varios documentos de las Bancas de Desarrollo y de los organismos multilaterales.

Escalamiento del Apagón Pedagógico Global

Sin embargo, buena parte de la izquierda pedagógica desestimó este escenario al considerarlo improbable. Comprender esta realidad implicaba reconocer que estamos ante un reseteo planetario de la cultura educativa, lo cual desafiaba muchas de las certezas construidas en el campo de las alternativas pedagógicas. La más reciente publicación del Foro Económico Mundial de Davos “Covid-19: el Gran Reseteo” (julio, 2020) confirma las valoraciones y análisis prospectivos que hacíamos hace años.

Siempre señalamos responsablemente, que no sabíamos cuál sería el evento o el mecanismo para ello, pero que la tendencia del capitalismo cognitivo de la tercera revolución industrial apuntaba en esa dirección. El Covid-19 se convirtió en el evento que construyó las condiciones de posibilidad para el desarrollo a escala planetario del Apagón Pedagógico Global.

La transición entre la tercera revolución industrial a la cuarta revolución industrial hizo inminente este acontecimiento. Esta transición comportaba la consideración, por parte del capital, de la obsolescencia de la máquina ducativa newtoniana de la primera y segunda revolución industrial. Obsolescencia determinada por el impacto de la aceleración de la innovación en los procesos educativos.

La cuarentena sanitaria por la pandemia del Covid-19 obligó a generar respuestas en materia de escolaridad y educación. Las medidas educativas elaboradas por las burocracias de los ministerios de educación, fueron construidas a partir de la apelación al concepto de “emergencia”. La real emergencia sanitaria, fue usada para desarrollar un giro inusitado, dramático y excluyente en la educación.

La llamada emergencia educativa sirvió de pretexto para que en la mayoría de países se intentara dar continuidad a las labores escolares, ya no en las escuelas, liceos y universidades sino “en casa” y por mecanismos remotos, en su mayoría codificados al público bajo las expresiones de “educación virtual en casa” y “universidad en casa”.

El paradigma neoliberal de la sociedad educadora

Esta “nueva Realidad” nos obliga a revalorar el paradigma educativo neoliberal de la “sociedad educadora”, que desembarcó con fuerza en la región en la década de los ochenta del siglo XX.  Esta iniciativa, en la era de la transnacionalización del capital y de la mundialización cultural contemplaba la intención de ir transfiriendo a las familias, docentes y estudiantes, las condiciones mínimas para el cumplimiento al derecho a la educación.

El fortalecimiento de los mecanismos para garantizar el pago de las matrículas y “colaboraciones para las sociedades de padres y representantes” en las escuelas públicas, sirvieron como caballo de Troya para intentar recargar en las familias los costes del mantenimiento de los planteles escolares, las actividades extraordinarias, los docentes suplentes, etc., en la ruta para que las madres y los padres fueron asumiendo la responsabilidad educativa que correspondía a los Estados.

Cada vez más se le fue transfiriendo a las familias muchas de las responsabilidades que otrora habían asumido los Estados. Esta intención pudo concretarse solo parcialmente y de manera desigual en los países de la región, gracias a la movilización del magisterio, los profes universitarios y los estudiantes; las familias lo hicieron en menor medida, atrapadas porla cultura evaluativa de la calidad educativa..

La exigencia de mayores aportes a los sistemas escolares por parte de las familias se encubría con el discurso funcional de la co-responsabilidad para alcanzar una educación inclusiva de calidad, algo que se convertía en un chantaje funcional para la desmovilización de las familias.

Esa “noción” de la co-responsabilidad comporto un salto en la construcción de hegemonía, sobre la necesidad que los Estados “compartieran” con las familias los costes de la educación pública. Esta operación de propaganda, abrió las puertas a reformas en las constituciones nacionales y las leyes de educación que implicaron un abandono drástico de las responsabilidades del Estado, encubiertas con discursos progresistas.

La obligación de los Estados en garantizar el derecho a la educación

Desde una perspectiva emancipadora y de Estado Docente, la responsabilidad de garantizar el derecho a la educación es de los Estados Nacionales. Es decir, los Estados entre otras cosas, deben garantizar que:

  1. a)el presupuesto destinado a la educación no sea inferior al 6% del Producto Interno Bruto o menor del 20% presupuesto público;
  2. b)exista unalegislación educativa que garantice el acceso universal a la escolaridad y en igualdad de condiciones, por lo menos, a los estudiantes de educación inicial y primaria. En algunos países esta obligación se extiende al bachillerato;
  3. c)elaborar los planes de estudio y los modelos de enseñanza-aprendizaje que garanticen un aprendizaje contextualizado a cada realidad,desafíos epocales y necesidades de la población;
  4. d)construir lainfraestructura necesaria (escuela, liceos, preescolares, universidades) para garantizar la igualdad de condiciones de aprendizaje;
  5. e)dotar las escuelas, liceos y universidades de loselementos, equipos y contenidos inherentes a la aceleración de la innovación y garantizar que todes los y las estudiantes tengan las mismas condiciones de acceso a estas tecnología y conocimientos;
  6. f)desarrollar unacontinua actualización de la formación inicial y permanente de los y las docentes que permita  garantizar el papel de la escuela como institución democratizadora del conocimiento entre los sectores populares.

Previo a la pandemia muchas de estas condiciones mínimas de partida no eran cubiertas por los Estados nacionales, lo cual generaba resistencias, movilizaciones y denuncias del movimiento magisterial y estudiantil. La desinversión en educación y la precarización de las condiciones de trabajo de los y las docentes actuaban como disparadores de la premisa neoliberal de abandonar la responsabilidad de los Estados con la educación pública, dando paso al modelo de sociedad educadora.

Debemos tener cuidado que el logro del 6% del PIB como piso mínimo no sea usado en buena medida para la firma de contratos con las grandes transnacionales tecnológicas en materia de contenidos educativos digitales y virtuales, ni para construir la infraestructura base para la transición a la cuarta revolución industria.

Continuando recargando en las familias, estudiantes y docentes el grueso de la inversión en equipamiento tecnológico básico (computadores, laptops, celulares) y la conectividad al internet. Subrayar siempre que esto es y sería privatización educativa y triunfo del paradigma neoliberal de sociedad educadora.

En el plano internacional el neoliberalismo educativo cada vez más se aseguraba que en muchos de los protocolos de los organismos multilaterales, el derecho a la educación apareciera sin sus apellidos sustantivos de gratuita, popular, científica y laica. Cada vez más en estos protocolos aparece el compromiso de vincular el sector privado al cumplimiento del derecho a la educación, que no es otra cosa que la transición a la construcción de hegemonía respecto a la educación como una mercancía.

El tránsito abrupto de un modelo de educación presencial en las escuelas, al modelo de “educación virtual en casa”, de “universidad en casa” y, el temor del contagio mortal, posibilitó un acelerado abandono de estas premisas de responsabilidad de los Estados Nacionales de garantizar las condiciones mínimas para el desarrollo del derecho a la educación.

La neoprivatización educativa en el marco de la pandemia

El Coronavirus aceleró y escaló a una dimensión impensable solo meses atrás, las tendencias privatizadoras de la educación. El modelo de “educación virtual en casa”, de “universidad en casa” que han impulsado los sistemas educativos en América Latina ha comportado una privatización de hecho. Las responsabilidades de los Estados de garantizar las condiciones mínimas para desarrollar los procesos de enseñanza y aprendizaje han sido abandonadas y se ha entrado en la lógica del neoliberalismo educativo.

Ahora, en el marco de la pandemia del Covid-19 son las familias, les estudiantes y los y las docentes, quienes deben asumir los costes del pago del internet, la suscripción a plataformas privativas para poder dar clases, la compra o reparación de sus computadoras para dar clases. Los Estados se desentienden usando el acostumbrado lenguaje de la “vocación docente”, de la “mística de los educadores”, para desentenderse de su responsabilidad.

Muchos de los contenidos educativos en este contexto de “virtualidad en casa” son los que están disponibles en las plataformas privativas. Los y las docentes no fueron formadas y no están siendo formados adecuadamente para trabajar en entornos digitales, lo cual ha implicado una serie de déficits y problemas derivados del ensayo y error, de “como va viniendo vamos viendo”.

Se pretende culpabilizar de los errores a los docentes, convirtiéndose el Estado en un evaluador, en expresión de la cultura evaluativa sobre los docentes, escondiendo con ello que se está produciendo una brutal privatización educativa.

Las condiciones en las cuales se están desarrollando los procesos de enseñanza aprendizaje son desiguales y estratificadoras. Muchos estudiantes no cuentan siquiera con una casa donde estudiar de manera estable, otros no poseen familia que les apoye, la mayoría no tienen textos o acceso a internet, ni computadoras.

La escuela, con sus programas alimentarios procuraba garantizar que toes comieran por lo menos una vez al día, precisamente para igualar las condiciones de partida para aprender a aprender. Las medidas tomadas por los ministerios de educación. han roto en solo meses, la conquista social de asociar el derecho a la educación con garantías de igualdad de condiciones para desarrollar los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Esa “nueva normalidad” está siendo poco denunciada, por el contrario, en muchos casos está ocurriendo con el silencio cómplice de importantes sectores de la academia y los sindicatos burocráticos patronales.  Como en todo proceso de opresión, las resistencias marcan la diferencia y hoy casi un centenar de organizaciones del magisterio en la región, educadores populares y pedagogos críticos han comenzado a denunciar y movilizarse en contra de esta realidad.

Educación de primera para incluidos en la tecnología

Para colmo, con el pretexto de la emergencia sanitaria se está produciendo una estratificación de la educación. Los que tienen acceso a computadores e internet, cuyo porcentaje no excede el 50% de la población en América Latina y el Caribe, tienen la posibilidad de participar en la educación remota que intenta darle continuidad a los procesos de escolarización, accediendo a información actualizada derivada en gran medida de su capacidad de navegación conducida por la red de internet.

Los otros y otras, la mayoría de estudiantes, que no tiene acceso a computadora e internet están recibiendo enseñanza por televisión o radio, con contenidos y metodologías de la televisión educativa de los sesenta del siglo XX, transitando el aprendizaje con una mirada desde el retrovisor, no hacia el presente y el futuro.   Esto redundará en nuevas formas de exclusión.

Por otra parte, quienes viven en zonas de difícil acceso y precaria conectividad, con limitadas posibilidades incluso de acceder a una señal de radio, están recibiendo una educación por módulos, educación de tercera, que trata de ocultar que les están dejando en los bordes de la marginalidad intelectual.

La apelación a la contingencia y la emergencia no tiene justificación alguna, cuando las autoridades educativas desoyeron las advertencias que hicimos desde cinco años sobre un inminente Apagón Pedagógico Global (APG) y la obligación que tenían los Estados para prepararse para escenarios como estos, con la mirada pensada en la inclusión educativa y la justicia social.

La escuela no volverá a ser lo que era

Esta realidad no puede hacer que nos refugiemos de manera conservadora en intentar volver a las condiciones existentes antes de la pandemia. La escuela, liceo y universidad que teníamos en febrero del 2020 tampoco representaban la aspiración de los sectores populares y críticos respecto a lo que debería ser una educación liberadora y emancipadora.

Se trata entonces de comprender y trabajar de manera renovada por una nueva escuela gratuita, popular, democrática, laica, científica y presencial, que reivindique la tradición y el saber pedagógico acumulado por décadas, pero que sea también sea capaz de empalmar con lo nuevo, lo emergente en clave de resistencia anticapitalista.

Alternativas

Ciertamente lo peor que puede pasar es que un niño, niña o adolescente quede desconectado del sistema escolar. El hecho que consideremos que es necesario como remedial urgente, la educación por televisión, radio o módulos, no nos impide advertir que ello está comportando una nueva estratificación, con un claro sentido de clase.

Son los pobres, las mujeres trabajadoras, la clase obrera, los campesinos, quienes viven en condiciones de marginalidad en los barrios quien están resultando más afectados por la neo privatización educativa en marcha y la estratificación de la escolarización determinadas por el acceso a computadores y conexión a internet.

Las alternativas están en el plano epistémico y en la organización para la resistencia.  En el primer plano, la sorpresa y la sensación de vértigo que esta situación de la cuarentena por el Covid-19 ha causado en amplios sectores progresistas nos lleva a afirmar que lo urgente es clarificar lo que está pasando y el horizonte inmediato de la opresión neoliberal.

Lo segundo, reivindicar que las experiencias de colectivos pedagógicos en las escuelas, liceos y universidades emerge con fuerza como una práctica muy potente para avanzar de manera colectiva, desde abajo en la comprensión de lo ocurre y la elaboración de resistencias anticapitalistas.

Tercero, fortalecer la unidad de los sindicatos y gremios docentes combativos, con los movimientos de educadores populares y pedagogos críticos para de manera conjunta elaborar una ruta de acciones coyunturales y estratégicas.  Es momento de inventar para no errar.

 

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Enseñar en tiempos de COVID-19: una guía teórico-práctica para docentes

ISBN: 978-84-09-20986-6
Collation: 37 pages
Language: Spanish
Year of publication: 2020
Licence type: CC BY-SA 3.0 IGO [7378]
Type of document: book
Descargar: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000373868
Fuente: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000373868
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Las tendencias de microaprendizaje transforman el panorama de la formación continua y personalizada

Por: Nacho Meneses

Las plataformas de aprendizaje, la educación a distancia y los contenidos gratuitos o de bajo coste multiplican las posibilidades de formación a lo largo de la vida laboral

Las consecuencias económicas, laborales y sociales provocadas por la pandemia se han dejado sentir con fuerza en los meses de confinamiento, pero el desempleo, que creció en 5.107 personas en junio, se ha ralentizado por segundo mes consecutivo e invita a un moderado optimismo: la Seguridad Social ganó una media de casi 70.000 afiliados, aunque los datos interanuales muestran casi 900.000 afiliados menos que hace 12 meses. La incertidumbre por el futuro es la nota predominante en un mercado laboral en el que, si sumamos a los 3,8 millones de parados inscritos en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) los 1,8 millones de trabajadores acogidos a un ERTE, comprobamos que uno de cada cuatro trabajadores españoles están inactivos o en pausa.

El estado de alarma supuso una acentuada ralentización de la actividad económica, pero por otro lado estimuló la transformación digital de la sociedad: toda una “alfabetización” a marchas forzadas incluso para aquellos que eran reacios a las nuevas tecnologías. Las empresas buscan perfiles tecnológicos para digitalizarse y las instituciones educativas aprovechar la inercia de esta metamorfosis para dar respuesta a las necesidades futuras: “La crisis sociosanitaria ha acelerado lo que iba a pasar en el mundo de la educación en los próximos cinco o seis años, que va a pasar a suceder en apenas año y medio”, afirma Sergio Calvo, vicerrector de Estudiantes de la Universidad Europea. “Los formatos más tradicionales van a beber de otros más parecidos a la formación continua, que a su vez va a adquirir un valor mayor. Ese lifelong learning, ese aprendizaje a lo largo de toda la vida, será una realidad aún más palpable”.

Es en este contexto en el que las tendencias de formación apuntan a un modelo mucho más flexible, accesible y personalizado, “un continuo proceso de aprendizaje para ser relevantes, redefinir los roles y / o adaptarse a funciones y trabajos que ni siquiera existen todavía”, apunta Gema Requena, directora de la consultora Nethunting, que acaba de publicar junto a EAE Business School el estudio Microtrends 2020: Educación y Trabajo. Un informe del que se desprende que el líder del futuro será un “educador empresarial” con la función de integrar empleados, conocimientos, proveedores y retos empresariales y sociales (como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030) en su cadena de valor, y con un amplio dominio de habilidades como la resiliencia, el pensamiento crítico, redes globales, inteligencia cultural y geopolítica, analítica de datos o sostenibilidad: porque no se trata ya tanto de vender más, sino mejor. El negocio no solo se mide ya en términos económicos, sino sociales y medioambientales.

Plataformas de aprendizaje

Más que nunca, la educación ha de ser un traje digital accesible y a medida, y las nuevas tecnologías ofrecen multitud de modelos de gran utilidad a lo largo de nuestra carrera profesional. Herramientas educativas como las de Goodhabitz u Odilo permiten a las empresas crear sus propias plataformas personalizadas de cursos en habilidades profesionales o de crecimiento personal, entre millones de opciones disponibles. Un concepto parecido al de Netflix, pero de formación continua, y que han abrazado otras instituciones educativas como IEBS, a través de Akademus, un canal de microaprendizaje disponible para cualquier usuario (24,90 € de suscripción mensual) con cursos que van desde el marketing digital y los negocios hasta los recursos humanos, la tecnología, la programación y el diseño de fotografía y vídeo.

La transformación, indica Calvo, acabará por extenderse entre las universidades. “El esquema que tenemos ahora, en el que te dices que tienes que estudiar primero, y luego segundo, tercero, cuarto… está condenado a desaparecer”, asegura. “Todo va a ser mucho más modular, y el estudiante va a poder ir conformando su propio currículo en función de lo que quiera realmente”; un modelo híbrido que mezcle la educación presencial (normalmente más práctica) y la online, que combine lo mejor de ambos mundos y se adapte al momento vital y profesional de cada estudiante.

Becas y ayudas a la formación

El aumento del teletrabajo provocado por la pandemia ha facilitado también las posibilidades de formación online, normalmente a un precio mucho más asequible que el de la educación presencial. Así, por ejemplo, el buscador de cursos Emagister puso el pasado mes de mayo a disposición de sus usuarios una iniciativa de becas de formación por valor de un millón de euros, de los que se han consumido ya más de 600.000, en programas que van desde los MBA del Instituto Superior Europeo de Barcelona (ISEB), a los másteres en logopedia de la Escuela de Postgrado de Medicina y Sanidad o la formación en ciberseguridad de Select Business School, entre muchos otros.

Herramientas como el aprendizaje automático, la inteligencia artificial o el Big Data han facilitado además que Emagister, junto con Majorel y GSS Grupo Covisian, puedan ofrecer al usuario formaciones que se adapten mejor a sus necesidades tanto de conocimientos como económicas, gracias a un equipo de especialistas académicos que asesorarán a partir a los estudiantes en todo el proceso, desde la elección del curso y centro hasta las posibles opciones de financiación.

Ironhack, por su parte, ha dispuesto becas por valor de 300.000 € para los profesionales que quieran hacer la transición a carreras tecnológicas con alta demanda en la actualidad. Las ayudas cubrirán, total o parcialmente, los bootcamps de Ironhack en Madrid, Barcelona y Lisboa, así como los programas de Ironhack Remoto. Y si lo que te interesa es el mundo de las ventas, otra opción es la Sales School de IEBS y Grupo Edutech, para formar comerciales en dos meses y ayudarles después a encontrar trabajo. Además, para facilitar la inserción laboral de los desempleados, estos no tendrán que abonar nada por su formación hasta estar trabajando.

La formación gratuita también existe

Los MOOCS, un acrónimo en inglés que designa a los cursos online, abiertos y masivos de muy diversas disciplinas, constituyen una ingente fuente de conocimiento en muchas ocasiones gratuito, generalmente en formato de vídeo y disponible en inglés (EdX, Coursera, Udemy) o español (Miríadax). Se trata de cursos en muchas ocasiones elaborados por profesores universitarios, investigadores o especialistas en cada campo, lo que los convierte con frecuencia en formaciones de alta calidad y reputación. “Por ejemplo, en el área de la ciencia de datos o la inteligencia artificial, es poco probable encontrar a alguien que no haya realizado los cursos de Andrew NG (cofundador de Coursera) sobre Deep Learning, es casi un requisito”, explica José Pedro Manzano, graduado de la Universidad Complutense y doctorando en Neurociencia Computacional en el Reino Unido.

Con frecuencia, los MOOCs abordan contenidos para los que no existen grados o másteres especializados, algo muy útil cuando las universidades carecen en muchas ocasiones de la flexibilidad o la rapidez necesarias para adaptarse a las últimas demandas del mercado laboral. Sin embargo, el avance de la formación virtual ha empujado a muchas de ellas a pasar a formato digital gran parte de sus programas, como en el caso de los cursos abiertos del Massachusetts Institute of Technology (MIT): “Al igual que con los MOOCs, son una gozada, porque en ocasiones es el mismo descubridor de algo el que te está explicando cómo funciona o cuál ha sido el recorrido hasta llegar allí”, cuenta Manzano. Aparte de los vídeos, sueles tener acceso a apuntes, tareas y materiales, si bien tiene la pega de que, “aunque hagas toda la carrera, no obtienes el título de graduado, aunque en ocasiones (previo pago) emiten certificados”.

YouTube es también fuente de numerosos recursos educativos. Una búsqueda en la popular plataforma de vídeo te puede llevar a Missing Semester, un canal del MIT creado a raíz de la covid-19, a Oxford Mathematics (donde está el mismo Stephen Hawking dando clase), o a tutoriales, charlas y conferencias. Kaggle es una plataforma de competiciones de ciencia de datos; y SpainAI te abre las puertas al aprendizaje colaborativo. Y hay muchas más; tan solo hay que buscarlas.

En el mundo de la tecnología, por ejemplo, está muy extendida la cultura del Open Science, la ciencia abierta: compartir tu propio código para que repliques un algoritmo, documentar y generar contenido explicando tus avances… En Github hay miles de repositorios con tutoriales y código que puedes reutilizar, Google te deja ejecutar código de forma gratuita en sus servidores y empresas como Amazon AWS y Azure tienen servidores a muy bajo precio.

Fuente: https://elpais.com/economia/2020/07/23/actualidad/1595495304_025886.html

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Educación a distancia y vida saludable

Por: Carlos Ornelas.

El nuevo eje abordará temas de nutrición, higiene, limpieza, activación física, prevención de adicciones, salud mental y determinantes sociales y comerciales de la salud. Las secretaría de Salud y del Medio Ambiente, el IMSS, la Profeco y el Instituto Nacional de Salud Pública acompañarán a la SEP en el diseño de esta innovación curricular

26 de Julio de 2020

El covid-19 trastocó todo, acabó con rutinas instituidas hace décadas en el sector escolar. Es casi seguro que no regresará la normalidad a la que estábamos acostumbrados. El fastidio es que no sabemos cómo le vamos a hacer, si bien experimentamos con ciertas innovaciones.

Las tecnologías de la información y comunicación y la educación a distancia estaban presentes antes de la pandemia, pero se usaban de manera marginal, con pocas excepciones. Hoy parecen ser pertrechos insustituibles para enfrentar lo que viene. Claro, con la experiencia acumulada en los meses anteriores.

El miércoles 22, el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, encabezó una sesión del Consejo Nacional de Autoridades Educativas, la Conaedu. Se acordaron dos asuntos y el secretario refrendó sus creencias y apuestas.

El primer concierto corrobora que no hay una fecha segura para el regreso a las escuelas y que en el futuro se ensanchará el modelo híbrido —presencial y a distancia—, pero no será homogéneo. Los estados hicieron valer sus particularidades.

El segundo es la emergencia de una nueva materia en el currículo (el secretario dijo currícula) oficial, “vida saludable”. Se integrará en los programas de humanidades como eje articulador, no como una asignatura adicional.

El punto no es despreciable, responde a la emergencia y a problemas de salud de larga data. Diabetes, hipertensión y otros males degenerativos no nacieron con la pandemia y, no obstante que en planes y programas de estudio había nociones de higiene y salubridad, eran insuficientes.

El nuevo eje abordará temas de nutrición, higiene, limpieza, activación física, prevención de adicciones, salud mental y determinantes sociales y comerciales de la salud. Las secretarías de Salud y del Medio Ambiente, el IMSS, la Profeco y el Instituto Nacional de Salud Pública acompañarán a la SEP en el diseño de esta innovación curricular.

¡Qué bien que se tome la iniciativa!, aunque sea en respuesta a la contingencia, no producto de un diagnóstico previo. Sin embargo, la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación señaló hace semanas que el currículo de la educación básica está sobrecargado. Será un cargamento más y otra faena para los maestros, que demandarán la capacitación apropiada.

En su arenga, el secretario Moctezuma porfió en que la mayor parte del alumnado continuó y terminó con su aprendizaje y que el cierre del calendario fue un éxito. Dudo que haya evidencia de ello; tal vez haya más pruebas de las insuficiencias. Empero, insisto, la SEP hizo lo que pudo.

Moctezuma también reiteró en que el gobierno central y los estatales aplicarán nueve intervenciones con el ánimo de proteger la salud de alumnos y maestros en el eventual regreso a clases. Son operaciones indispensables, pero que costarán mucho dinero, no dijo de dónde saldrá.

*

Moraleja: una narrativa de esta naturaleza, que pinta a la educación color de rosa, le resta valor a los que sí son logros.

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/educacion-a-distancia-y-vida-saludable/1396088

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Brasil: Pandemia deve intensificar abandono de escola entre alunos mais pobres

No litoral cearense, há alunos do ensino médio que já não conseguem mais acompanhar as aulas online, porque têm de trabalhar durante o dia inteiro. No interior do Piauí, educadores recorrem a visitas domésticas e vídeos motivadores para tentar atrair os estudantes que não têm aparecido nos encontros virtuais. Em São Paulo, alunos de baixa renda atendidos por uma organização sem fins lucrativos temiam «voltar para a estaca zero» nos estudos em meio à pandemia.

Em todos esses lugares, são vários os relatos de estudantes sem equipamentos ou conexão à internet, famílias em situação econômica cada vez mais frágil, professores com crescentes dificuldades em manter os alunos engajados nas aulas remotas e pais tanto ansiosos quanto temerosos pela perspectiva da volta às aulas presenciais — marcada, em alguns Estados, para agosto ou setembro.

O resultado dessa combinação é que cresce o temor, entre educadores e pesquisadores, de que as circunstâncias impostas pela pandemia façam com que mais estudantes simplesmente desistam da escola neste ano, engordando as estatísticas de evasão escolar no Brasil.

«Em uma turma do 1° ano (do ensino médio), dos 40 alunos, só uns 15 têm participado» das aulas remotas, diz à BBC News Brasil a professora de biologia Joseline Souza Nascimento, que dá aulas na rede estadual na cidade de Cascavel, na costa do Ceará.

A equipe da escola chamou psicólogos para darem palestras aos estudantes e fez apostilas aos alunos que não têm internet ou celular, mas teme que alguns percam a motivação ou as condições de voltarem à escola.

Homem no computadorDireito de imagemMARCOS SANTOS/USP IMAGENS
Image captionProfessores ouvidos pela BBC News Brasil dizem que alunos estão cada vez menos motivados com aulas remotas

Pais e mães dos alunos, diz ela, também manifestaram receio de mandar os filhos de volta à escola quando for hora de reabrir, por temer o contágio pelo coronavírus.

Para completar, «na escola temos uma sala de EJA (educação para jovens e adultos). De 20 alunos, só três ficaram. Muitos acham que o ano está perdido e não sabem se vão voltar.»

O preço que o Brasil paga pela evasão

A evasão escolar é um problema crônico, com altos custos humanos, sociais e econômicos para o Brasil.

Dos quase 50 milhões de brasileiros entre 14 e 29 anos, mais de 20% — ou seja, 10,1 milhões de jovens — não completaram alguma das etapas da educação básica (que engloba os ensinos fundamental e médio), segundo a pesquisa Pnad Contínua 2019, divulgada na última quarta-feira (15) pelo IBGE.

As principais causas apontadas para o abandono escolar foram necessidade de trabalhar, desinteresse pelas aulas e gravidez. A ampla maioria (71,7%) desse contingente de jovens é negra ou parda.

Por cada jovem que abandona a escola, o Brasil perde R$ 372 mil reais por ano, apontam cálculos de Ricardo Paes de Barros, economista-chefe do Instituto Ayrton Senna, em estudo feito neste mês em parceria do Insper com a Fundação Roberto Marinho.

No total, o custo anual da evasão escolar é de R$ 214 bilhões, ou 3% do PIB (Produto Interno Bruto), com base na redução das possibilidades de emprego, renda e retorno para a sociedade das pessoas que não concluem a educação básica.

«Isso porque os jovens que têm a educação básica completa passam, em média, mais tempo de sua vida produtiva ocupados e em empregos formais, com maior remuneração; têm maior expectativa de vida com qualidade — estima-se que cada jovem com educação básica viverá quatro anos de vida a mais que um jovem que não terminou a escolaridade — e tendem a ter um menor envolvimento em atividades violentas, como homicídios», diz o estudo.

EstudantesDireito de imagemGABRIEL JABUR/AG BRASILIA
Image captionTaxas de abandono haviam sido reduzidas na última década, mas problema é ainda crônico no Brasil

«O cálculo é de que a evasão representa uma perda de 26% do valor da vida de um jovem.»

A despeito desse enorme contingente de jovens que abandonaram a escola, o Brasil havia conseguido alguns avanços positivos na última década: a taxa de abandono do ensino médio na rede pública de ensino havia caído 7 pontos percentuais, de 13,7% em 2008 para 6,7% em 2018, segundo dados oficiais compilados pelo Observatório de Educação do Instituto Unibanco.

A taxa de jovens de 15 a 17 anos fora da escola, embora alta (8,8% em 2018), também vinha em queda.

Agora, porém, existe o temor de que alguns desses ganhos possam ser perdidos no pós-pandemia, diante de uma confluência de pressões negativas.

‘Depois que ele sai, é difícil trazê-lo de volta’

«Muitos jovens têm pais que são trabalhadores informais e tiveram uma queda abrupta na renda. Então eles próprios podem ser os únicos capazes de gerar renda para a família», explica à BBC News Brasil Ricardo Henriques, superintendente-executivo do Instituto Unibanco.

Considerando o histórico brasileiro de índices baixos de aprendizado nos anos finais do ensino fundamental e ao longo do ensino médio, além de um cenário de desinteresse dos jovens pelas aulas, «este longo tempo longe da escola pode acabar sendo o empurrão final (para a evasão), para a sensação de que ‘já não estava interessante, então não vale a pena’ prosseguir na escola», agrega Henriques.

«E depois que o aluno sai, é muito maior o esforço para trazê-lo de volta.»

Em algumas regiões pobres do Brasil, como áreas do Nordeste, Henriques teme por um outro impacto da covid-19: muitos dos idosos vítimas da doença eram (por meio de suas pensões) responsáveis por prover grande parte da renda da família. Isso também deve aumentar a pressão sobre jovens para que migrem ao mercado de trabalho.

Essa entrada precoce no ambiente profissional, em um momento particularmente ruim da economia, pode cobrar seu preço ao longo das décadas seguintes da vida desse jovem: sem a escolaridade, ficará mais difícil conseguir empregos qualificados.

«O prêmio pela educação ainda é alto no Brasil, mesmo se essa educação for ruim. Completar o ensino médio brasileiro define uma trajetória de vida muito mais positiva do que não completá-lo, quanto a mobilidade de vida», diz Henriques.

Criança estudandoDireito de imagemRAUL SANTANA/FIOCRUZ
Image captionPor cada jovem que abandona a escola, o Brasil perde R$ 372 mil reais por ano

Dificuldades de acesso às aulas

Com o celular quebrado e sem computador para acompanhar as aulas remotas, Sabrina Oliveira Lopes, 17, estudante do 3° ano do ensino médio na rede estadual de São Paulo, perdeu o ânimo quando as aulas passaram ao ambiente remoto por conta da pandemia e chegou perto de não conseguir acompanhar os estudos.

«Ficou meio bagunçado. Algumas lições estavam em uma rede social; outras estavam em outra. Não acho que eu teria desistido tão fácil da escola, mas a gente (alunos da turma) meio que entrou em desespero», conta à BBC News Brasil.

Sabrina acabou retomando o ímpeto com a ajuda dos professores e de um notebook doado pelo Instituto Proa, organização social onde fazia um curso extra.

«Não tem muita gente nas aulas online (da escola). Tinha no começo, mas foi baixando. Teria que chamar um por um, ligar para eles. Sei que é trabalhoso, mas vale a pena. Você se sente acolhido, sente que não é só mais um», diz ela.

Ela acabou perseverando na escola, também formou-se no curso do Proa e agora estuda com vistas para o Enem e para a faculdade — ela pensa em cursar administração de empresas.

O Proa atende jovens de baixa renda e de escolas públicas, com aulas suplementares, atividades que aumentem seu repertório cultural, apoio emocional, mentoria e, depois, ajuda para entrar no mercado de trabalho.

Tudo isso também precisou ser transportado para o ambiente virtual quando veio a pandemia, além de doações de equipamentos e cestas básicas aos alunos.

«A primeira aula online foi só para ouvi-los soltarem suas angústias», conta Rodrigo Dib, executivo-chefe do Proa. E entre essas angústias, havia frases como «meu pai perdeu o emprego»; «não mais sei o que faço da minha vida»; «não vai dar mais, vou voltar para a estaca zero».

«Tivemos que agir super-rápido e fazer com que eles continuassem acreditando. O mundo depois disto (pandemia) vai ser mais desafiador, e eles tinham que continuar, por eles próprios», diz Dib.

A centenas de quilômetros de distância dali, em Bocaina, no interior do Piauí, a professora de matemática Maura Silva vê angústias semelhantes entre seus alunos do ensino médio.

«No primeiro mês, eles tiveram participação muito ativa nas aulas online. No segundo mês, pararam de dar retorno das atividades. Alguns já desistiram das aulas remotas», lamenta Silva.

«Estamos sempre em contato com eles, pedindo calma e paciência neste período. (Mas) o atendimento remoto deixa um vazio grande, nem sempre conseguimos falar com todos de modo individual.»

A professora pediu a alguns alunos que fizessem vídeos motivacionais para os colegas, enquanto a direção da escola fez visitas domiciliares aos estudantes sem acesso à internet.

Mas o cenário é de «muita dificuldade», diz ela. «Alguns pensam em refazer o ano letivo, porque acham que este não está sendo útil.»

Uma pesquisa do Datafolha feita em junho com pais ou responsáveis de 1,5 mil estudantes da rede pública do país apontou que um índice relativamente alto deles (79%) estava recebendo atividades não presenciais de suas escolas.

Mas quase um terço dos pais temia que seus filhos desistissem da escola se não conseguissem acompanhar as aulas em casa. Quase dois terços dos responsáveis disseram que seus filhos estão ansiosos neste período e 37% deles contaram que os filhos estão tristes, aponta a pesquisa, encomendada pelas fundações Lemann, Itau Social e Imaginable Futures.

O ineditismo da pandemia atual impede a comparação com outros momentos da história, mas locais que viveram catástrofes e epidemias (como o oeste da África durante o surto de ebola entre 2013 e 2016) costumam sofrer posteriormente o aumento da evasão escolar.

Em palestra online no evento Bett Educar, no final de junho, o secretário-executivo de Educação do Estado de São Paulo, Haroldo Rocha, citou a desconexão dos alunos e o possível aumento do abandono escolar como as grandes preocupações atuais.

Como vai ser a volta à escola?

Existe, também, o receio de como vai ser a volta às aulas com as exigências sanitárias necessárias para impedir o contágio do coronavírus.

Para Carlos Roberto Cardoso, diretor de uma escola de ensino fundamental em uma das áreas mais carentes da zona leste da capital paulista, «a pandemia só acentuou a dura realidade» vivida por famílias e escolas vulneráveis.

Entre os educadores, diz ele, há muitas dúvidas de como vai ser possível manter o distanciamento social e as regras de higiene, por exemplo na alimentação dos estudantes e na limpeza de banheiros.

Na pesquisa do Datafolha, os pais de 87% das crianças disseram que elas temem a contaminação pelo coronavírus na volta às aulas.

«Tenho três pessoas para fazer a limpeza em uma escola grande (cerca de 900 alunos)», diz Cardoso. «E como controlar (o espalhamento do vírus) em um ambiente tão fechado como são as escolas públicas? Tenho lido muitos relatos de pais, e não só os daqui da escola, inseguros com a questão sanitária. Li a postagem de um na internet dizendo ‘meu filho perde o ano, mas não volta para a escola tão cedo’.»

No Estado de São Paulo, a previsão é de que a volta às aulas presenciais comece em 8 de setembro, escalonada e sujeita às decisões individuais de cada rede municipal de ensino. Na capital paulista, a Secretaria Municipal de Educação informa que ainda está definindo as datas do retorno e o secretário, Bruno Caetano, está se reunindo virtualmente com todas as diretorias regionais de ensino para ouvir suas preocupações.

Haverá, segundo a pasta, distribuição de kits individuais com máscara, sabonete e copo, além de álcool gel, controle de temperatura e demarcação de lugares.

LivroDireito de imagemGETTY IMAGES
Image captionNa volta às aulas presenciais, será preciso lembrar que, mesmo que os alunos vão à escola, «mantê-los ali vai ser mais difícil do que antes», opina especialista

Sobre o tamanho das equipes de limpeza, a assessoria da secretaria diz em nota que «conforme está descrito na minuta do protocolo de retorno às aulas, os contratos de limpeza serão revistos. E as empresas precisarão também se adequar a essa nova realidade sanitária». A assessoria diz também que já estão ocorrendo reuniões entre a prestadora de serviço e a diretoria regional de ensino «para pensarem formas de adequar o protocolo seguido pela secretaria ao novo modelo de higienização que será adotada no pós pandemia» na escola de Cardoso.

Problemas antigos

Para além das questões de higiene, especialistas em educação preveem que, para conter a alta na evasão, será necessário buscar ativamente os alunos e lidar com problemas antigos e complexos do ensino brasileiro — por exemplo, reduzindo os abismos da desigualdade social do país, melhorando o ambiente escolar, acolhendo emocionalmente alunos e professores, e fazendo com que o conteúdo ensinado fique mais próximo da realidade e das necessidades dos estudantes e do mundo atual.

«A cada 100 crianças brasileiras que entram no ensino fundamental, apenas 65 concluem» os estudos, afirma Ricardo Henriques, do Instituto Unibanco. «Os que terminam, já são sobreviventes.»

Na volta às aulas presenciais, opina ele, será preciso lembrar que, mesmo que os alunos vão à escola, «mantê-los ali vai ser mais difícil do que antes».

«Os estímulos negativos para a evasão vão continuar intensificados e os alunos vão estar mais vulneráveis. Se o aluno não se sentir acolhido, se houver um clima escolar ruim, com bullying, ele pode ir embora», diz.

«E é algo duradouro, que não vai se resolver em uma semana, porque vidas inteiras de famílias vão se reconfigurar (por causa da pandemia).»

Fuente: https://www.bbc.com/portuguese/brasil-53476057

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En materia educativa Venezuela está retrocediendo a nivel de países subdesarrollados

La educación que están recibiendo nuestros alumnos en la actualidad, no le garantiza ni a ellos ni al Estado Venezolano, la formación de auténticos profesionales que puedan hacerle frente con eficiencia al futuro del país, lo cual significa que Venezuela, lejos de apuntar a su  desarrollo como  Nación está retrocediendo  a  niveles  de  países  sub-desarrollados,  que precisamente por no poseer una educación de calidad, no han podido avanzar como sociedad

Así lo advierte en un extenso comunicado, la Federación Venezolana de Maestros en representación de sus 27 sindicatos filiales en todo el País, cuestionando la utilización de la  educación como un elemento de  sostenibilidad de un proyecto político partidista y no como el vehículo para la construcción de una verdadera sociedad moderna que apuntale  el  desarrollo de Venezuela dentro  del  proceso de globalización que se está dando a nivel mundial.

Advierten que los Docentes en el país, hoy padecen el más inhumano y  denigrante trato que el Estado Venezolano le haya dado en las últimas décadas, exigiendo salarios acordes y advierten que si no cambian las condiciones no se incorporarán al nuevo año escolar.

A tal efecto hacen el siguiente balance:

1.-La modalidad de Educación a Distancia Online, decretada por el  actual Gobierno, fracasó, porque  en  el  país  no  existen las  condiciones  idóneas  para  el  desarrollo  de  este  programa. Venezuela  cuenta  con  el  peor  internet  de  América  Latina;  la  gran  mayoría  de  docentes  y estudiantes   no   cuentan con   recursos   tecnológicos,   como laptop, computadoras,   teléfonos inteligentes  para  el  desarrollo  y  evaluación  de  los  contenidos programáticos y  además  es  un hecho público y notorio que hay estados del país que pasan entre ocho y doce horas sin servicio eléctrico.  En  consecuencia fue discriminatorio y excluyente por  cuanto  no  llegó  a  toda  la población estudiantil. Los profesores perdieron la interacción con sus estudiantes.

2.-El programa “Cada Familia una escuela” que se transmitió por  las  televisoras del  Estado, promovido por el Ministerio del Poder Popular  para  la Educación, estuvo  cargado  de  mucha improvisación. Se observo que los docentes o las personas que daban las tele-clases no tenían la preparación ni dominio de los contenidos, presentando una imagen muy mediocre de nuestros Educadores, que dista de la realidad; despertando la indignación de la comunidad educativa, no sólo por la falta de preparación de quienes dictaban las clases y de su baja calidad pedagógica, sino también  por  la  inacción  del  Ministerio  Del  Poder  Popular  Para  La  Educacion, para  llevar educación de calidad a los niños venezolanos.

3.-Los bajos salarios que perciben los educadores.“El docente tiene un salario de hambre, gana  menos de  1.500.000 bolívares  mensuales es  decir 6.5$ (con  tendencia a  la baja),que  no alcanza para tener  un  mínimo  de  calidad de vida,  por  cuanto  los  coloca en un nivel de pobreza extrema al percibir en una economía dolarizada de facto como lo es la Venezolana,0.3 $ diarios por su trabajo. Los docentes, en esas condiciones no están dispuestos a incorporarse a un nuevo año  escolar. La Federación Venezolana de Maestros ha exigido al Ejecutivo Nacional el equivalente a 600 dólares de salario para los educadores.

4.- Con  respecto al acceso a la educación, datos recientes aportados  por la ENCOVI 2019-2020,  reveló  que  cuatro  millones  de  niños,  niñas  y  adolescentes  tienen  limitado  el  ejercicio  del derecho a la educación, por problemas de transporte, de alimentación, de servicios básicos lo que ha generado una gran deserción escolar. La educación no llega a los más necesitados. Todo ello agravado por la situación generada por el Covid-19 y las deficiencias del programa de educación a distancia promovido por el MPPE, donde ni docentes, ni estudiantes cuentan con los recursos tecnológicos para impartir ni recibir clases a distancia. Más de la mitad de la población más pobre no completa la educación secundaria. La oferta educativa que ofrece el Estado no satisface, ni es atractiva.

5.-El  Servicio de Alimentación Escolar no llega a los más necesitados. Según la ENCOVI 2019, el 18% de los estudiantes recibe alimentación  completa  todos  los  días,  quiere  decir  que más del 80% de estos recibe alimentación irregularmente o no la recibe..

6.-La Infraestructura Escolar sigue en las mismas condiciones de deterioro y en algunos casos ha  empeorado.  No  se  les  hace  mantenimiento  a  los  centros  educativos.  Tenemos  centros educativos sin agua, sin servicio eléctrico, donde 700 estudiantes hembras y varones utilizan un baño común.   Fachadas   muy   deterioradas.   Los   centros   educativos   se   han   convertido   en cementerios  de  pupitres  y  escritorios,  que  el  Ministerio  de  Educación  no  renueva.

Proyección inicio año escolar 2020 -2021

1.-Muchos docentes no se incorporarán a su puesto de trabajo en  septiembre; no están motivados para trabajar a distancia on line, debido a los bajos salarios y al  incumplimiento en el pago de la deuda salarial que el Ministerio del Poder Popular Para la Educación, mantiene con el magisterio. Seguirán  incorporándose  a  actividades  laborales  que  le  proporcionan  mayores ingresos.

2.-El programa de educación a distancia on line seguirá fracasando, mientras el estado no invierta en optimizar los servicios públicos de Internet y electricidad, y el docente no tenga la posibilidad de adquirir equipos de comunicación que le permitan trabajar en línea

3.-El  Servicio  de  Alimentación  para  el  próximo año escolar seguirá  siendo  ineficiente con cobertura a menor  número de estudiantes. Los  efectos de la pandemia agravan la situación alimentaria del país, y el programa de alimentación escolar no escapará de ello.

4.-La deserción estudiantil se incrementará, y menos niños tendrán acceso a la educación.

5.- Si el Ministerio de Educación no dignifica la calidad de vida de los educadores asignándoles un salario que le permita cubrir sus necesidades,  cada día la profesión docente será menos atractiva, y un país no puede progresar sin educación, ni educadores.

Propuestas de la FVM

1.- Exigir al ente rector revisar las condiciones salariales de los educadores de acuerdo al artículo 91 de nuestra Constitución Nacional, pagar la deuda del contrato con sus incidencias y hacer un ajuste al salario docente que no puede estar por debajo del equivalente a 600 dólares de salario como sigue  siendo  la  propuesta  de nuestra  organización,  basados  en el  costo de  la  Canasta Básica Familiar (CENDAS) y el promedio de los salarios Docentes en toda Latinoamérica.

2. El Ministerio del Poder Popular Para La Educación, debe exigir al órgano competente recursos económicos  importantes  para  el  mantenimiento  de  la  infraestructura  escolar. Reiteramos  la propuesta  de la  incorporación  de  la  empresa  privada  al  proceso  educativo, mediante  el  plan “ADOPTA UNA ESCUELA” que consiste en la ayuda que la o las empresas del sector donde se encuentre  el  centro  educativo,  puedan  prestarle al  mismo.

3.- En cuanto al Sistema de Alimentación Escolar, como se le denomina actualmente, somos de la idea y así lo hemos propuesto, que se debe descentralizar hasta la propia institución escolar, que los recursos  económicos del costo de los alimentos sean asignados directamente a  la  Dirección del  plantel y que sea ésta, conjuntamente con una comisión  de contraloría quien vigile la sana administración de los mismos, a  fin  de garantizar una alimentación diaria, sana y balanceada a nuestros Niños y Docentes en los más de veinte mil planteles administrados por el MPPE.

4.  Para que el programa de Educación a  Distancia On line, sea eficiente y  de verdad produzca logros positivos, el Ministerio de Educación debe asesorarse con los especialistas en Tecnología Educativa de las  universidades a fin de construir una plataforma idónea para impartir  clases a distancia on line, y paralelo a eso, diseñar otras estrategias pedagógicas para garantizar que  los contenidos programáticos lleguen  a  todos  los  estudiantes, valiéndose de todos los recursos comunicacionales con los que cuente el país.

5.-  El  Ministerio del Poder Popular Para La Educación, debe exigir  al  órgano competente inversión, para optimizar los servicios de  comunicación e internet, a fin de garantizar la comunicación y conexión entre los docentes y estudiantes, entre la familia y la escuela.

6.- En aras de preservar la salud y la vida durante la cuarentena el Ministerio del Poder Popular Para la Educación, debe definir instrucciones  coherentes y bajarlas a sus  subalternos, a saber jefes de zonas educativas,  supervisores y  personal directivo, para evitar la convocatoria a reuniones con docentes, padres, representantes y estudiantes, exponiendo de manera irresponsable a los principales actores del hecho educativo al contagio de COVID-19, señala el comunicado

Fuente: https://www.elimpulso.com/2020/07/22/en-materia-educativa-venezuela-esta-retrocediendo-a-nivel-de-paises-subdesarrollados/

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AEVE: Educación a distancia sin conectividad, una modalidad incierta en Panamá

De los 877,142 estudiantes en escuelas oficiales y particulares -primaria, pre-media y media-, solo 350 mil recibirán clases a distancia.

 

Ante el reinicio de clases la Asociación de Educadores Veragüenses (AEVE), expresó una vez más su preocupación debido a que tanto los estudiantes y educadores están poniendo a su disposición sus herramientas y recursos en lugar del Estado.

Luis Sánchez, secretario general de AEVE, manifestó que el Ministerio de Educación (Meduca), no se ha preparado para el modelo de la la educación a distancia.

Sánchez, explicó que hasta la fecha el Meduca no ha proporcionado los cuadernillos, a pesar de haber comunicado con anterioridad que se entregaría el material didáctico de los diferentes niveles del sistema educativo panameño.

De los 877,142 estudiantes en escuelas oficiales y particulares -primaria, pre-media y media-, solo 350 mil recibirán clases a distancia.

Otros de los puntos que ha resaltó el secretario general de AEVE, es que “hay hogares que tienen 5 niños y un solo celular, en ocasiones sin data, y se dificultan las clases a distancia”.

Se espera que el Meduca distribuya equipos a estudiantes a doceavo grado y Tablets en zonas comarcales.

Con anterioridad, AEVE indicó que ha solicitado al presidente Laurentino Cortizo, que liberé la banda ancha del Internet que es del Estado.

Agregó que, hasta el momento el Gobierno no ha respondido esta petición que ayudaría a gran parte de la población que no tiene acceso a un servicio de Internet.

Fuente: https://ensegundos.com.pa/2020/07/21/aeve-educacion-a-distancia-sin-conectividad-una-modalidad-incierta-en-panama/

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