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Unesco resalta la educación como factor emancipador de las mujeres

Europa/ Francia, 11 de marzo de 2017, Fuente: Prensa Latina. Autor: UNESCO
La directora general de la Unesco, Irina Bokova, resaltó hoy la educación como factor emancipador de las mujeres y un elemento básico para alcanzar la igualdad de género.

En su mensaje por el Día Internacional de la Mujer, indicó que frente los desequilibrios que afectan a las féminas, ‘el primer motor de cambio es la educación, la formación y la posibilidad dada a todas las niñas y mujeres de hacer carreras en la investigación, la política y la cultura’.

De acuerdo con Bokova, la igualdad descansa también en el combate a los prejuicios que siguen presentes en los medios de comunicación y en las representaciones colectivas.

Frente a ello, abogó por dar mayor reconocimiento a las mujeres científicas, artistas o políticas que hacen avanzar a la humanidad en todos los ámbitos.

La directora de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) también defendió la necesidad de impulsar la igualdad de género en todos los sectores sociales: ‘desde los campos agrícolas hasta los bancos de los parlamentos, desde los consejos de administración de empresas hasta las calles de las ciudades’.

Las mujeres deben ejercer sus libertades y poder tomar sus propias decisiones, dominar sus cuerpos y sus vidas, y participar en las decisiones que determinan el curso de las sociedades, igual que los hombres’, afirmó.

La Unesco desarrolló este miércoles una amplia jornada de celebraciones con diversas actividades que tuvieron un hilo conductor: la mujer y las artes.

Con el título ‘El valor de crear: igualdad de género y arte’, se realizó una mesa redonda en la cual participaron expertos, investigadores y artistas.

También quedó inaugurada una exposición de artes plásticas que incluye obras de mujeres creadoras procedentes de 10 países de todos los continentes, muestra abierta al público hasta el 17 de marzo.

La jornada cerró con un concierto de la artista Louane y el grupo Her, así como un espectáculo de danza titulado ‘Pájaros’.

Fuente noticia: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=69402&SEO=unesco-resalta-la-educacion-como-factor-emancipador-de-las-mujeres
Fuente imagen: https://www.google.co.ve/search?q=unesco+mujeres&espv=2&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=
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Pedagogía de la resistencia y de las emancipaciones

Claudia Korol

Quiero realizar algunas consideraciones sobre los temas en debate, a partir de una experiencia teórico práctica: la experiencia de educación popular, concebida como pedagogía de la resistencia y de las emancipaciones, de la rabia y la indignación frente a las injusticias, de rebelión y de revelación de los nuevos mundos que pugnan por crecer y por crear relaciones políticas, culturales, sociales, económicas, de género, opuestas a las que reproducen y refuerzan la dominación.

No voy a detenerme en el diagnóstico de las formas en que se ejerce la dominación, ni en el relato de experiencias sobre ejercicios concretos de autonomía, de resistencia, de creación de una cultura emancipatoria, cuyos protagonistas están presentes y pueden realizarlo de manera mucho más contundente. Quisiera abordar algunos de los aprendizajes y desafíos que surgen de las últimas décadas, en las que se han constituido movimientos populares nacidos fundamentalmente como respuesta a las políticas de exclusión social del capitalismo y del patriarcado, o a partir del reconocimiento de diferentes modalidades con las que se ejerce la dominación, y en las que se han transformado profundamente las prácticas de muchos de los movimientos existentes previamente. Quisiera anclar este análisis especialmente en la Argentina post-rebelión. La Argentina que para muchos intelectuales y políticos pretende ser sepultada con más o menos honores, pero que entiendo que es una Argentina que más allá de los momentos de repliegue de nuestras fuerzas, a partir del restablecimiento de una precaria gobernabilidad, sigue pujando por nacer, e intenta cuidar y multiplicar lo ganado en las jornadas que imaginaron y propusieron el “que se vayan todos”, consigna que configura los alcances y límites de nuestro imaginario rebelde.

Las jornadas del 19 y 20 de diciembre en la Argentina, y la multiplicación de energías que de ellas se desprendieron, permitieron volver a plantear la diversidad de dimensiones emancipatorias de las resistencias, y anunciaron algunas tendencias que -al margen de avances y retrocesos coyunturales- marcan la subjetividad de nuevas franjas de protagonistas sociales y políticos, con señales que hablan de la recuperación de la confianza en las propias fuerzas, la deslegitimación del “orden” que nos condena, la posibilidad de pensar en la necesidad de una nueva institucionalidad y en consecuencia repensar la política, la insinuación de distintas maneras de amasar identidad y proyecto, sobre la base de un esfuerzo colectivo que al tiempo que sueña el proyecto, intenta construirlo en las prácticas cotidianas, modificando las relaciones de opresión y dominación. Es parte también de lo “ganado” en las jornadas de rebeldía, la cotidiana victoria sobre el terror introyectado por la dictadura y la impunidad, el desafío de dar una nueva vuelta en la historia de los vencidos, resignificando el sentido mismo de la victoria y la derrota, y achicando las distancias entre una y otra, en la medida que ambas forman parte del camino de creación de nuevos mundos humanizados por la resistencia y los proyectos fértiles que en ésta van echando raíces. Valorizar lo ganado no significa ilusionarse en que esto ya ha sido integrado “de una vez y para siempre” en la subjetividad popular; pero implica reconocer que estas experiencias, aún en los momentos en que ese impulso retrocede o encuentra un cierre parcial, han atravesado vivencialmente a millones de hombres y mujeres, y especialmente a las generaciones jóvenes que fueron protagonistas de la rebelión, dejando impresa su huella en nuestra historia colectiva.

Sin embargo, vale la pena -pasados algunos años desde el “que se vayan todos”-, reflexionar brevemente sobre la disputa de sentidos que se produjo en la interpretación posterior de esas jornadas. No fue el grito solo del movimiento social organizado. No fue el grito de los piqueteros, o de las “cacerolas” nacidas en esas jornadas como instrumentos de lucha. Fue el punto de encuentro de distintas indignaciones y rebeldías, que por aquellos días lograron realizar una tarea común, que iba más allá de sacarse de encima a un gobierno y a una política. Lograron poner en jaque al sistema de representación política, y cuestionaron el programa neoliberal sostenido por todos los gobiernos en la etapa pos-dictatorial. Se reconoció en los Bancos una de las caras del enemigo: el capital financiero. Se cuestionaron las privatizaciones y el pago de la deuda externa. La Argentina entró en default, y la mayoría creyó que correspondía no pagar al FMI y al Banco Mundial, cuya “confiabilidad” también quedó bajo la desconfianza generada en la crisis de representatividad.

El “que se vayan todos”, no cuestionó solamente a las expresiones políticas de las diversas fracciones del poder. Al tiempo que deslegitimó a los tres poderes, significó también una forma de cuestionamiento de las fuerzas políticas y sindicales pretendidamente populares, que actuando en los marcos de esa institucionalidad, no tuvieron capacidad de interpretar y actuar con eficacia, no sólo en el momento de la revuelta popular, sino en las acumulaciones previas e incluso en las posteriores de resistencias y de búsquedas alternativas. Se criticó la fragmentación de las izquierdas sostenidas en las peleas por mezquinos hegemonismos. Se cuestionaron las modalidades verticalistas de dirección política. Se multiplicaron los esfuerzos por construir maneras de democracia directa. Se puso en evidencia la tensión existente en las fuerzas organizadas de la izquierda que quedaron presas muchas veces de una institucionalidad burocratizada y decadente.

La conciencia social de los argentinos, en esas jornadas, adquirió algunas luces. Entre ellas, la revalorización de la capacidad de resistir, la decisión de no aceptar la condena al suicidio implícita en las políticas neoliberales para franjas cada vez más amplias de excluidos, la necesidad de fortalecer los movimientos y organizaciones que sirvan para la lucha, y de inventar las organizaciones o movimientos, o acciones que no existen, para satisfacer los derechos y expandir las posibilidades de una vida digna.

Se aprendió que “la lucha tiene sentido” (dicho en otras palabras, se reaprendió el sentido de la lucha), después de varias décadas en las que se pregonó desde el poder la imposibilidad de obtener ningún cambio a partir de la participación social. Se rechazaron las formas de representación vaciadas de legitimidad. Se intentaron diversas modalidades de dirección de los movimientos, basadas en prácticas sociales más horizontales y asamblearias, con mayor relación entre palabras y actos, entre teorías y cuerpos.

Es desde esa experiencia, que intento señalar lo que en este momento de reflujo del movimiento queda como algunas de las posibles enseñanzas y desafíos para nuestras prácticas emancipatorias, aclarando que entiendo por ellas a la cotidiana deconstrucción de las relaciones sociales de opresión, basadas en la batalla contra la alienación, que nos impide constituirnos como sujetos históricos. Se trata de la lucha individual y colectiva, contra todas las opresiones derivadas de una cultura que ha impuesto a sangre y fuego un patrón hegemónico “occidental”, blanco, burgués, patriarcal, homofóbico, racista, xenófobo, totalitario.

Un aspecto central de nuestra búsqueda, en la perspectiva de la formación política y de la educación popular, es la de promover la descolonización de nuestros paradigmas y teorías.

La conquista y colonización de América promovió la hegemonía de una cultura racista, legitimadora del saqueo de nuestros recursos naturales, de la devastación de nuestros territorios, del genocidio de nuestros pueblos, y la imposición de una visión del mundo sobre las muchas existentes en estas tierras.

Hasta la actualidad, la fractura entre las clases dominantes y los sectores populares fue profundizando una mirada agresivamente racista hacia las culturas originarias y hacia los descendientes de pueblos africanos. El mito de la Argentina “blanca y europea”, no sólo alimentó el desencuentro de los argentinos y argentinas respecto del resto del continente latinoamericano y caribeño. También reproduce sistemáticamente el racismo y la xenofobia, incluso al interior del movimiento popular. Estos datos de nuestra cultura son eficazmente manipulados a la hora de enfrentar a clases medias y piqueteros, al barrio y a la villa, a trabajadores ocupados y desocupados. Enfrentamiento que se prolonga hoy en el pánico que algunas franjas de las clases medias, e incluso de los trabajadores y de los intelectuales considerados progresistas sienten hacia la “Argentina plebeya”, que periódicamente irrumpe en la escena política y social, alterando las relaciones de fuerzas, desafiando las nociones de identidad forjadas en los períodos de aparente “calma social”, y escandalizando al sentido común construido por la cultura europeizante que promueve la segregación y el ocultamiento de las mayorías.

La cultura de la conquista dejó su huella en la subjetividad popular, instalando algunos núcleos ideológicos que fueron resignificados por las sucesivas dictaduras, y en la última etapa, por la “modernización” realizada bajo el nombre del neoliberalismo, que se sustentó en un nuevo genocidio -la dictadura del 76-83-, y en el despojo de los hombres y mujeres, tanto de la tierra como de las conquistas logradas en las luchas obreras y populares del siglo XX. Entre los núcleos ideológicos que con mayor fuerza golpean a los movimientos de resistencia, profundizados por el impacto del neoliberalismo, se encuentran: la cultura de la sobrevivencia, la cultura de la impunidad, la cultura de la exclusión. Algunos de los rasgos resultantes de estas “culturas” superpuestas son el pragmatismo, el adaptacionismo, la desesperación, el cortoplacismo, el inmediatismo y la corrupción.

En esta dirección, un tema que me interesaría plantear es el del reconocimiento de la historicidad de los procesos sociales y de los movimientos populares, de manera de cuestionar la división tajante que se intenta realizar muchas veces entre movimientos nuevos y viejos, proponiendo entonces que analicemos qué y cuánto de nuevo hay en los llamados nuevos movimientos, y qué y cuánto de viejo contienen; discutiendo esta categorización que inmediatamente entiende lo nuevo como mejor que lo viejo, tema a analizar, cuando verificamos que uno de los movimientos que tienen fuerte impacto en el desafío a la cultura hegemónica del neoliberalismo y a las relaciones de poder que establecen son por ejemplo los pueblos originarios.
Pensar a estos movimientos como nuevos movimientos sociales resulta una falacia que tal vez parta del criterio de que lo nuevo se constituye cuando el intelectual lo nombra, y no en el tiempo en que se producen las resistencias concretas y las acciones que los pueblos van realizando en el camino de su constitución como sujetos históricos.

Esto me lleva a otro tema: la necesidad de repensar colectivamente la experiencia histórica de nuestro país, de nuestro continente y del mundo, como camino para 1- avanzar en la elaboración teórica, a partir de la crítica de los modelos políticos que condujeron a numerosas frustraciones, y de la indagación de nuevas posibilidades políticas, organizativas, teóricas; y 2- crear memoria colectiva de las experiencias en la que se socialicen aprendizajes, se afiancen los símbolos de rebeldía frente al poder, y se pueda aprender del camino recorrido, tanto en sus éxitos como en sus reveses. La necesidad de que esta mirada hacia el camino, se realice de la manera más sistemática posible, y en un diálogo permanente entre los protagonistas de la experiencia, que en la reflexion sobre la misma y en su práctica se van constituyendo como sujetos históricos, con los intelectuales que acompañan el andar del movimiento, no como observadores o jueces, sino como compañeros de militancia. Las batallas emancipatorias, la posibilidad de crear nuevos sentidos a partir de nuestras prácticas, la formación de identidades que conjugan la historia con el proyecto, la rebeldía con la estrategia, nacen de las experiencias sociales de quienes siendo conscientes de su opresión, van buscando e intentando maneras diversas de luchar que apuntan a su supresión.

La constitución de los movimientos en lucha como sujetos históricos, implica una ardua batalla por transformar la cultura de la desesperanza en pedagogía de la esperanza, la desesperación en proyecto, el escepticismo en pasión transformadora, la cultura de sobrevivencia en la invención de nuevas modalidades de trabajo no enajenantes. Significa relacionar las transformaciones sociales a las que aspiramos, con el cambio de las relaciones en nuestros propios movimientos, incluso en las relaciones interpersonales; terminando con las disociaciones entre la esfera de lo público y de lo privado, que conducen a la incoherencia entre un discurso que proclama la solidaridad, y prácticas cotidianas que reproducen el autoritarismo, el egoísmo, el verticalismo, el sectarismo; entre un mundo público hegemónicamente masculino, y un mundo privado sostenido por las mujeres; entre un mundo público en el que no es posible verificar un cambio en las relaciones sociales que intentamos producir, porque en él se potencian viejas y nuevas modalidades de dominar, discriminar, y oprimir; ejerciéndose de manera despótica relaciones de poder autoritarias, en la administración de los frutos de la exclusión.

Otro tema a pensar, es la relación entre la dimensión de la vida cotidiana, y las perspectiva local, nacional e internacional de nuestras batallas, modificando la costumbre de concebir a las emancipaciones como un lugar de llegada futura, y no como camino. Si de lo que se trata es de cambiar las relaciones sociales de opresión por relaciones sociales fundadas en la cooperación y la solidaridad, en la libertad, en el placer; es necesario y posible que empecemos a ejercer experiencias que nos permitan fortalecer la subjetividad y creer en la viabilidad de esos cambios, asumiendo al mismo tiempo –y en experiencias concretas de intercambio, solidaridad y acción común- la dimensión mundial de los mismos. Anclando la batalla cultural en la transformación de la vida cotidiana, es imprescindible experimentar la dimensión internacionalista de las batallas emancipatorias, lo que permite que las batallas angustiantes por sobrevivir no ahoguen en la impotencia de las dificultades cotidianas a los movimientos, y que se puedan superar mejor las dificultades que surgen de la desfavorable relación de fuerzas. Esto al mismo tiempo, es parte de abonar la convicción de que es necesario terminar con todas las opresiones en escala universal.

En esta dirección, el sistemático cuestionamiento a las relaciones de género opresivas, es parte de la batalla necesaria de librar por los movimientos populares, que permita deconstruir las diversas formas de dominación que reproducen al sistema, incluso en las prácticas de nuestros movimientos. Esto es un aporte a la creación de una nueva subjetividad, y también al enriquecimiento de las teorías emancipatorias, sobre la base de prácticas sociales que al realizarse, van acumulando conciencia crítica sobre las formas de ejercer el poder del capitalismo patriarcal.

El manejo del saber como factor de poder se ha vuelto cada vez más evidente para los movimientos que luchan contra la exclusión, también en este campo, y que se han visto precisados de recurrir a saberes populares y a conocimientos ancestrales, para asegurar su sobrevivencia. Al mismo tiempo, estos saberes intentan ser apropiados por el poder, a través de diferentes mecanismos, patentes, investigaciones, etc. Se vuelve necesario establecer una clara alianza entre los intelectuales que trabajan en los diversos campos del conocimiento y los movimientos populares, para elaborar estrategias que permitan recuperar conocimientos existentes, y que los nuevos saberes sean puestos al servicio de las resistencias.

Un eje de los debates emancipatorios, sigue siendo el de la autonomía. Hablamos aquí de autonomía no como un estado a alcanzar en el futuro nuestro, sino como un proyecto a crear en este presente, que apunta a la superación de las situaciones de dependencia, de alienación, a la construcción de espacios propios en dónde se recobra la identidad histórico-cultural. Si entendemos la batalla por la autonomía no desde una lógica estrictamente economicista, sino como un modelo cultural de acción política, los avatares que los movimientos sufren en las políticas ligadas a la sobrevivencia, deben ser considerados como límites pero no como obstáculos insalvables en la generación de nuevas formas de relaciones sociales y en la creación de una nueva subjetividad, no alienada ni alienante.

Es fundamental en este sentido, todos los esfuerzos que se están desarrollando de debate de los modelos de autonomía, de análisis de sus logros y dificultades, de sistematización de prácticas, y de formación de nuevos valores que permitan que quienes sean parte del movimiento no se encuentren en él sólo por la respuesta material a las urgencias cotidianas, sino porque hallan también una manera de reintegrar su identidad, de ser parte de un proyecto, de sentir que su mundo privado es parte de un mundo social solidario, en el que sus pensamientos, sentimientos y acciones, no sólo son respetados y valorados, sino que son necesarios para dar oportunidad a la transformación social duradera.

Es por ello que cobran especial importancia las prácticas políticas concretas con que se constituyen los movimientos. El espacio real que hay en las mismas para que quienes los integran desarrollen, al tiempo que proyectos productivos o acciones de resistencia, diversas actividades tendientes a la formación colectiva de una nueva concepción del mundo.

Las prácticas de autonomía parten de los valores y creencias de la comunidad, como principal componente ético en la determinación de los proyectos y acciones. Tal decisión implica elegir un camino “más largo”, que el que supone una forma de dirección vertical sobre una masa de “necesitados”, que llegan al movimiento por el plan, y allí reciben “la luz” de una conducción que ha predeterminado estrategias, tácticas, y las acciones cotidianas. Este camino “más largo”, parece ser, sin embargo, el único posible a recorrer si lo que se busca es la emancipación

Señalaba el educador popular uruguayo José Luis Rebellato, que “la autonomía no es un dato de la realidad, como tampoco lo es el protagonismo del sujeto y su ejercicio de la iniciativa en las decisiones. En los hechos, somos constituidos como objetos por la sociedad y por las relaciones sociales que predominan en ellas… La imposición de una lógica exterior al sujeto, lo convierte en objeto. El verdadero sujeto pasa a ser el partido o la dirección sindical. Toda decisión que no emane del propio sujeto, lo aliena.”
La posibilidad de ejercicio de la autonomía, es condición para la constitución de sujetos históricos, protagonistas de las batallas emancipatorias. Es por ello que todas las prácticas de dominación intentan cercenar esta dimensión de las organizaciones populares, intentando medrar para ello con la cultura de la desesperación, que emerge de las condiciones de sobrevivencia. “Los modelos de beneficencia -señala Rebellato- no hacen más que prolongar esta situación de objetos, sólo que legitimada bajo la afirmación de que es bueno para nosotros que sigamos siendo así, que la gente no tiene otra alternativa y posibilidad”

Es una batalla cultural de dimensiones gigantescas. Esto requiere ser más conscientes de la dimensión histórica de la subjetividad en la lucha liberadora, que abarca no sólo la creación de lazos solidarios imprescindibles para la constitución de un bloque histórico, sino también la forja de una identidad de resistencia que favorezca el reconocimiento de quienes sufren la opresión en diversas formas, no sólo las que se originan en la explotación económica, sino también las diversas maneras con que se ejerce la dominación. Es imprescindible que la batalla por la creación de una conciencia nueva sea acompañada por una apertura a nuevos sentimientos, a nuevas sensibilidades, que posibiliten superar las rigideces que la cultura de la dominación introyectó en el saber popular e incluso en las organizaciones revolucionarias.

En la búsqueda de respuestas que aporten al desarrollo de una política emancipatoria, se plantea también el debate sobre qué tipo de organizaciones estamos creando. ¿Pensamos el desafío al poder y a la hegemonía capitalista y patriarcal, desde organizaciones o movimientos que reproducen o confrontan en su misma lógica a las políticas de Estado, definiéndose desde el apoyo o la oposición a las mismas?

Si las opciones políticas se achican al punto de reducirse a apoyar a gobiernos o a oponerse, sin creación de un concepto propio de política, de poder, de proyecto, no sería extraño que se reprodujera en estas organizaciones, las lógicas del poder que se creen combatir: autoritarismo, jerarquías, hegemonismo, clientelismo, verticalismo, machismo, homofobia, hipocresía, doble moral, individualismo, marginación de la crítica, pragmatismo, cortoplacismo, sustitución del diálogo por la orden, de la consulta por la voz de mando, de la solidaridad por la competencia. Por este camino, estas organizaciones o movimientos se vuelven tan espejo del Estado, que no resulta compleja su cooptación, su integración, su manipulación; y si esto no es posible, su fragmentación y disolución.

Creo que en los movimientos populares que se están desarrollando en la Argentina, ha habido aprendizajes que permiten pensar la superación de estos límites. Se van sorteando dicotomías establecidas con rigidez entre lo social y lo político, se va imaginando la posibilidad de crear momentos de unidad en un campo fragmentado y marcado por la diversidad, se va proponiendo modelos organizativos que parten de la organización de los excluidos, pero que no se agotan en la esfera de dar respuesta a la sobrevivencia. Se generan experiencias de poder popular, limitadas en el espacio o en el tiempo, pero que permiten acumular fuerzas, capacidad de desafío, iniciativa, protagonismo, ejercicio de la autonomía.

Frente a estos aprendizajes, el poder reacciona, manipulando y comprando conciencias, y avanzando en las políticas de militarización, judicialización de la protesta, combinado con políticas de contrainsurgencia en las regiones donde se encuentran mayores desafíos, y con descargas de asistencialismo para apagar los posibles incendios. Fue aprobada por el congreso la Ley Antiterrorista, vuelve a discutirse la posibilidad de dar inmunidad a las tropas extranjeras, para garantizar la presencia de Bush en la cumbre de Mar del Plata. Se continúa con la entrega de los bienes naturales fundamentales.

En este contexto, vale la pena pensar en una agenda de debates que nos permita pensar en ejes de acción común, que articulen nuestros esfuerzos hoy fragmentados en el terreno de la resistencia, pero que nos permitan también volver a pensar juntos en las posibilidades y dificultades del camino común. En esta dirección, creo que necesitamos conocer mejor las políticas del imperialismo, las modalidades con las que se ejerce la dominación, de manera de actuar cada vez más concretamente en el terreno de la denuncia o de la obstaculización de las políticas de saqueo de nuestros bienes o de militarización del pais.

La batalla cultural imprescindible para subvertir el sentido común y crear nuevos sentidos implica una práctica pedagógica. Éste es el espacio de la educación popular, a la que seguimos considerando como una pedagogía de los oprimidos y oprimidas, como una pedagogía de la resistencia y de las emancipaciones, que concibe a la esperanza como una necesidad ontológica, y que se reconstruye cotidianamente en la invención de los nuevos mundos posibles.

Entendemos a la educación popular, como acción cultural por la libertad. Como una pedagogía del conflicto y no del “orden”, del diálogo de saberes y no del pensamiento único, de la pregunta y no de las respuestas repetidas, de lo grupal y colectivo, frente a las prácticas y teorías pedagógicas que reproducen el individualismo y la competencia, de la democracia y no del autoritarismo. Es una pedagogía de la libertad, frente a las que refuerzan la alienación. Es una pedagogía que hace del acto de enseñar y aprender, una de las tantas maneras de comprender y transformar el mundo. Es una pedagogía del placer, frente a las que escinden el deseo de la razón. Es una pedagogía de la sensibilidad, de la ternura, frente a las que enseñan la agresividad y la ley del más fuerte, como camino para la integración en el capitalismo salvaje. Es una pedagogía del ejemplo, que hace de la relación teoría-práctica una base ontológica fundamental, afirmada en la vida cotidiana y en las resistencias de los pueblos. Es en esa perspectiva, una pedagogía anticapitalista, antiimperialista, libertaria, socialista.

Fuente del articulo: http://www.nodo50.org/americalibre/educacion/korol2_110705.htm

Fuente de la imagen: https://andumarevista.files.wordpress.com/2014/10/pedagogia-emancipadora.jpg

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México: Embate neoliberal contra maestros en toda América

México/10 de Octubre de 2016/La Jornada

El ataque a los derechos de los maestros y la imposición de reformas neoliberales, con las que buscan privatizar la educación pública, es un proceso continental que afecta a docentes y escuelas desde Canadá hasta la Patagonia, señalaron líderes sindicales magisteriales de Brasil, Chile, Venezuela, Canadá y México.

Al participar en los trabajos del segundo Foro hacia la Construcción del Proyecto de Educación Democrática, convocado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), afirmaron que frente a este contexto inició un esfuerzo por agrupar todas las resistencias nacionales y enfrentar como trabajadores del sector del continente el embate del capitalismo.

Destacaron que está en juego la defensa de la educación como un derecho humano irrenunciable frente a un modelo neoliberal que busca convertirla en una mercancía.

Joaninha de Oliveira, representante de la Coordinadora Nacional de Luchas de Brasil y líder del magisterio en el estado de Santa Catarina, afirmó que en toda América Latina se enfrenta el mismo embate de las políticas neoliberales contra la educación pública.

En Brasil, dijo, existe un proceso de privatización que permite que muchos de los recursos presupuestales vayan a planteles particulares, mientras el deterioro de los centros escolares públicos se agudiza.

A esto se suman reformas curriculares que están cancelando actividades como la educación física, la cual dejará de ser obligatoria, pero también la imposición de un esquema meritocrático que premia sólo a un pequeño grupo de docentes que son obedientes con los mandatos del gobierno y los empresarios.

Al respecto, Teri Mooring, vicepresidenta de la Federación de Maestros de la Columbia Británica, en Canadá, y representante de la coordinación general de la Coalición Trinacional en Defensa de la Educación Pública, indicó que en su país y en Estados Unidos los derechos de los maestros se ven afectados por la profundización de las reformas neoliberales.

Existe, dijo, un proceso de privatización de la escuela pública, pues la visión de los gobiernos y de la iniciativa privada es convertir a la educación, que debe ser un derecho humano irrenunciable, en una mercancía.

En el encuentro, Luis Bonilla Molina, coordinador internacional de la Red Global por la Calidad Educativa y presidente de la Sociedad Venezolana de Educación Comparada, y Michael Umaña, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de Chile, coincidieron en que los trabajadores del sector pueden impulsar en la región la construcción de proyectos pedagógicos democráticos que pueden ser llevados a la práctica, porque son los maestros quienes pueden transformar lo que ocurre en el aula y construir una escuela emancipadora.

Por su parte, Pedro Hernández, integrante de la dirección política de la CNTE y coordinador de la Comisión de Educación del magisterio disidente, señaló que hay muchos factores que retratan claramente que el ataque a los derechos de los docentes y contra la escuela pública está presente en todo el continente, concluyó.

Fuente: http://entrelineas.com.mx/mexico/embate-neoliberal-contra-maestros-en-toda-america/

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Entrevista a Nuccio Ordine: “La escuela está cada vez más enfocada al mercado”

22 septiembre 2016/Por:Tiching /Fuente: blog.tiching

¿Qué importancia tiene la enseñanza en una sociedad que se guía por la política del beneficio?
La escuela y la universidad son elementos fundamentales para la construcción del futuro de un país. Pero por desgracia, la escuela y la universidad están cada vez más enfocadas a los mercados, es decir, se están convirtiendo en empresas que venden productos (diplomas) a determinados clientes (estudiantes). Personalmente pienso que esta lógica es destructiva.

¿Por qué lo cree?
La escuela tiene la obligación de hacer entender a los estudiantes que no deben ir al instituto únicamente para conseguir un diploma, ni a la universidad para tener una licenciatura. La escuela y la universidad nos permiten aprender y mejorar, pero el problema es que no le damos valor al estudio por sí mismo.

¿A qué se refiere?
No estamos formando a ciudadanos con cultura, libres y con capacidad de analizar críticamente la realidad. Por el contrario, estamos pidiendo a estudiantes de 12 y 13 años que elijan la profesión que quieren ejercer en el futuro, centrando su enseñanza en el trabajo y el salario, una clara renuncia a educar a hombres y mujeres libres.

¿Cuál es la consecuencia para la sociedad de que la escuela se convierta en un mercado?
El resultado está claro, las escuelas y las universidades están cada vez más valoradas en base a la lógica del mercado. Pondré un ejemplo práctico sobre mi país, Italia, donde las escuelas han sido abandonadas por el gobierno y a causa de los recortes, algunos institutos han llegado a firmar acuerdos con supermercados. Los institutos compran en estas superficies y, a cambio, se les proporciona unos vales con “regalos” como ordenadores o pizarras digitales. Una serie de objetos necesarios que el gobierno no les puede proporcionar.

¿Qué les estamos enseñando a los estudiantes con este tipo de acuerdos?
Les estamos educando para que sean clientes de grandes superficies y, en consecuencia, para que sean víctimas de la publicidad. Pero debería ser al revés, la escuela debería representar una forma de resistencia a la lógica del dinero. El colegio tendría que hacer entender a los jóvenes que la dignidad humana no se puede medir por el dinero que tenemos en la cuenta corriente, sino que lo más importante son los valores que podemos abrazar como la honestidad, el respecto a los demás, la tolerancia, el amor por el bien común o el respeto por la justicia. Estos valores desgraciadamente, hoy no son prioritarios.

En su opinión, ¿cuáles son los conocimientos que se deberían enseñar en las escuelas y que no se están priorizando?
Actualmente  todo aquello que no genera beneficio está considerado inútil. Las lenguas antiguas están desapareciendo de la enseñanza. Cada vez se abandona más el estudio del griego, el latín, la historia del arte, la literatura o la filosofía, en favor de disciplinas como la economía o el derecho, unas materias que tienen más gancho para el mundo laboral.

¿Cuáles son las consecuencias de este abandono?
Si renunciamos a la enseñanza de las materias humanísticas, perderemos nuestra identidad. Si no conocemos el pasado, no podemos entender el presente, y nos resultará muy difícil prever el futuro. No es casualidad que en el Olimpo de los Dioses, la Diosa de la memoria fuera la madre de las nueve musas, de todas las sabidurías.

¿Cree que materias como la filosofía se están enseñando de forma correcta en las escuelas?
Esta es una buena pregunta. El enfoque de la escuela actual está alejando a los jóvenes del saber debido a que ya no se leen los clásicos. Pienso que necesitamos empezar a enseñar a partir de los clásicos, ya que si están bien explicados, no sólo nos permiten comprender la realidad o el contexto en el que vivió el autor, sino que también nos proporcionan respuestas a preguntas actuales.

¿Cómo cree que los profesores pueden hacer entender a sus estudiantes la importancia de materias como la filosofía o la literatura?
Todas las reformas que en algunos países europeos se están implementando no tienen en cuenta que la buena escuela la hacen única y exclusivamente los buenos profesores. Si hemos estimado la literatura, la filosofía, la historia del arte o las matemáticas, no es por herencia biológica, sino porque hemos tenido la suerte de tener un buen profesor que nos ha hecho apreciarlas.

Por tanto, necesitamos profesores con pasión.
Sí, pero también profesores que sean estudiantes eternos. Si un docente no se recicla y no explica a los alumnos los clásicos con las competencias adecuadas, está claro que los estudiantes no podrán apreciar aquella disciplina. Un buen profesor es aquel que hace ver a sus alumnos que no deben estudiar para aprobar la asignatura o tener un diploma, sino para aprender a vivir y a entender mejor el mundo.

¿Cree que los gobiernos están dando suficiente importancia a la educación?
Cada año se reducen los fondos gubernamentales destinados a las universidades, las escuelas e investigaciones científicas. Los gobiernos se justifican diciendo que no hay dinero, que estamos en época de crisis, pero esto es falso. Los mandatarios están destinando mucho dinero a luchar especialmente contra la corrupción y la evasión fiscal. Si todos los ciudadanos fueran personas honradas que no se dejaran corromper y que pagaran sus impuestos, los gobiernos podrían financiar las escuelas y las universidades y fomentar la cultura en general.

¿Pero cómo se puede luchar contra la corrupción?
La corrupción no se vence únicamente aplicando leyes. Se combate reforzando la educación, formando las nuevas generaciones con valores como el bien común. Pero el sistema actual se contradice. Para solucionar el problema de la corrupción se tendrían que reforzar las escuelas y la universidad y, en cambio, lo que se hace es debilitarlas.

Internet ha aportado mucha información pero no necesariamente conocimiento. ¿Qué papel debería tener los docentes y la escuela en este contexto?
El tema de internet es muy importante. En Italia, mientras las instalaciones escolares se están cayendo, el gobierno ha invertido millones de euros en proporcionar nuevas tecnologías para la escuela digital. Pero es una visión completamente errónea del problema. La escuela moderna no enseña gracias a Internet sino gracias al trabajo de los buenos profesores. Internet está pensado para quien sabe, no para quien no sabe.

¿Qué opinión le merece la educación digital actual?
Considero que los jóvenes están recibiendo una educación muy enfocada al mundo virtual. La escuela debería ser un lugar donde se desintoxicaran, en la que se les pudiera proporcionar una visión alternativa. En cambio, lo que hacemos es alentar cada vez más a los estudiantes a usar las herramientas digitales olvidando que internet o los ordenadores son simplemente instrumentos.

¿Qué valores y conocimientos cree que debería recuperar la escuela?
Ha de recuperar su valor esencial: formar a seres humanos con cultura, a personas con capacidad para abrazar la solidaridad humana, de razonar con espíritu crítico. La escuela debería ser un gimnasio de resistencia a los valores falsos de la sociedad y al utilitarismo, para intentar hacer entender a los jóvenes que no todo se puede comprar y que el conocimiento no se adquiere con dinero. Se debe enseñar el valor del conocimiento y evitar formar personas acríticas que se creen cualquier argumento que el poder les ofrece.

Fuente: http://blog.tiching.com/nuccio-ordine-la-escuela-esta-cada-vez-mas-enfocada-al-mercado/

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Libro: Pedagogía y política de la esperanza: Teoría, cultura y enseñanza

Pedagogía y política de la esperanza: Teoría, cultura y enseñanza

  • Autor: Giroux, Henry A.
  • Editorial:AMORRORTU EDITO
  • Año: 2004
  • Nro páginas: 384
  • ISBN: 978-950-518-829-1

Sinopsis: Si el microcosmos del aula es la réplica del macrocosmos de la sociedad, si las relaciones de poder actúan tanto en uno como en otro con el objeto de perpetuar un orden social dividido entre grupos dominantes y grupos subordinados, si los primeros universalizan sus pautas y sus criterios como una «herencia nacional» y un patrimonio de «valores comunes», ¿existe algún camino para salir de las condiciones que generan el racismo, el sexismo, la pobreza y la opresión en general? Y si existe, ¿tiene la pedagogía algún aporte que hacer a él? Sí, contesta Giroux; ese camino –y ese objetivo– es la democracia radical, y la pedagogía crítica puede contribuir a su realización elaborando un lenguaje de la posibilidad y la esperanza que muestre cómo opera el poder en el aula, cómo puede la consideración de las historias y experiencias que los alumnos llevan a ella fomentar un clima de respeto por la diferencia cultural y cómo, finalmente, actúa un proyecto político y pedagógico multicultural –la unidad en la diferencia– para convertir la relación entre el poder y el conocimiento en una lucha emancipatoria tanto en la escuela como en el mundo.

Fuente de la reseña: http://www.libreriapaidos.com/9789505188291/PEDAGOGIA+Y+POLITICA+DE+LA+ESPERANZA/

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La Andragogía como oportunidad y no como una simple práctica

Por Marcel Doubront

El termino  Andragogía para muchos, lo  conocen como el conjunto de técnicas de orientadas a educar personas adultas, en contraposición de la pedagogía, que es la enseñanza orientada a los niños, sin embargo y lejos de verla como una simple práctica, del mismo modo se puede decir también que la andragogía es un método  de formación bidireccional  y hasta multidireccional, orientada a personas adultas donde  el facilitador  (docente) y el participante (Educando)  aprenden mutuamente emprendiendo un dialogo de saberes relacionados en  experiencias e inquietudes adquiridas mediante su formación escolarizada y no escolarizada,  logrando  un aprendizaje significativo mediante la autogestión del conocimiento y la socialización de los mismos. En relación a lo planteado el Doctor Julio Valdez Facilitador  de la UNESR en su libro Andragogía: Una lectura Prospectiva establece:

«La Andragogía se centra en el aprendizaje, no en la enseñanza. Más que un proceso de “recorrer” una serie de pautas y unidades curriculares, la Andragogía tiene que flexibilizar los modos de llevar a cabo un proceso de formación, de generar situaciones que favorezcan al máximo el aprendizaje entre las personas» (Vadez, 2011)

 Ahora bien aunque los términos son sumamente claros ¿porque se habla de oportunidad y no como una simple práctica? La Educación es uno de los derechos universales más notables para la edificación de una mejor sociedad, esta se encuentra suscrita en la mayoría de las constituciones de cada nación, fruto de su importancia y pertinencia,  ya  que interviene de manera directa e indirecta en el progreso económico y social de cada país y del ser humano.

En la República Bolivariana de Venezuela esta se concibe como un derecho humano y un deber social, publica, gratuita y obligatoria  donde el estado asumirá de manera indeclinable y de  máximo interés  en todos sus niveles y modalidades tal como se establece el Art 102 de la Constitución  República Bolivariana de Venezuela (2000) sin embargo aunque las constituciones y leyes establezcan pertinentes postulados,   si no se forma al nuevo republicano y se mantiene bajo la doctrina tradicionalista no se  hablara del deber social que esta debe tener para el desarrollo  del país, en ese orden de ideas el libertador Simón Bolívar lo enfatizaba muy pertinentemente  en el discurso de Angostura, Bolívar 1819.

Uncido el pueblo Americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir ni saber, ni poder, ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros, las lecciones que hemos recibido y los ejemplos que hemos estudiados son los más destructores. Por el engaño se nos ha dominado más por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición

Es por ello que si realmente se quiere dar un verdadero viraje a los desmanes del capitalismo que no hemos sabido extinguir para el nacimiento de lo nuevo, debemos de entender que el problema es más de fondo que de forma, que lo urgente no puede sustituir a lo importante o lo necesario en ese sentido dice Freire: “…la educación revolucionaria, para desempeñar su cometido, no puede sufrir adecuaciones puramente metodológicas o tan sólo renovar materiales didácticos, de enseñanza –usando más proyectores que pizarrones-. La transición exige que la educación se revolucione, se reinvente, en lugar de simplemente reformarse. Si antes, sirviendo a los intereses de las clases dominantes, la educación reproducía su ideología y discriminaba a las clases populares, nunca escuchadas y siempre desatendidas, ahora, en la transición, las clases populares en el poder no sólo necesitan ser atendidas en la demanda por una educación para sus hijos e hijas, sino también poder participar activamente en su reinvención junto a los educadores profesionales.”

Si bien la universidad pudiera estar concebida como instituciones o casas de estudios con la potestad de  facilitar  teorías y saberes   un poco más complejos a los niveles educativos anteriores,  también es cierto que esta desde muchos años viene siendo sometida a críticas por su manejo unidireccional  subestimando  en oportunidades esa experiencia y verdad del educando, ahora bien  todavía  siguen vigente algunas  demandas del siglo pasado como lo es la horizontalidad, la participación y la construcción colectiva del saber entre adultos y con los adultos como se refleja la Reforma de Cordoba de 1918 “Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda.”

Por lo que se hace de la andragogía esa oportunidad no solo de empoderar al pueblo de conocimiento a través de la autodeterminación que si es posible sino de los valores transcendentales que su esencia establece para la concreción del país potencia, ya que la autogestión y colectivización del conocimiento serian uno de los grandes postulados para reencontrarnos como comunidad, nunca podremos vencer el viejo modelo rentista si se sigue formando con los perecederos métodos de la educación tradicional “Estudia para que seas alguien en la vida” como si se tratara de una competencia con el aliado y no la búsqueda de producir en colectivo para el colectivo, asistida a la necesidad de refundar la patria que tanto queremos y ameritamos.

Artículo enviado a la redacción de OVE por su autor

Facilitador UNESR

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Artículo: Educación Crítica Y Pedagogía En El Marco De La Integración “ALBA”

Autor: Gerson José Gómez Escobar

La integración latinoamericana ha estado signada por un proceso histórico complejo, que ha pasado contraproducentemente de una dinámica político – económica a un orden eurocéntrico impuesto, ordenado por la estructura colonial, dirigido por la corona y el clero en el orden latifundista imperante, conocido como Período Colonial. Este régimen semifeudal, orientó la economía de las colonias durante y después de dicho período en todo el territorio latinoamericano, fundamentalmente la de tipo agrícola, siendo el cacao y el café los rubros predominantes en los casos de la economía colombiana, brasilera y venezolana, mono-productor de dichos rubros, fundamentales en el consumo de las grandes metrópolis.
La política y el discurso entre Conservadores y Liberales y la relación intrincada entre éstos y los centros hegemónicos de poder, dieron origen a las relaciones comerciales y el desarrollo intelectual, imperantes durante todo el período colonial; siendo la formación intelectual, un privilegio que fundamentalmente se le otorgaba a quiénes formaban parte de las clases más preponderantes (Liberales o Conservadores), que se ligaban al ejercicio del poder como la lucha por éste, y las versiones intelectuales más innovadoras (el Liberalismo, el Enciclopedismo, el Teísmo Político y la acción de la Revolución Francesa y los Derechos del Hombre) reorientaron esta visión en pro de los nuevos tiempos.
Sobre la base de esta perspectiva, considerando lo anteriormente expuesto, el desarrollo del presente ensayo busca exaltar la Perspectiva Crítica Constructiva de la Educación en América, haciendo énfasis en los valores de cooperación y solidaridad, a fin de reorientar el discurso pedagógico de “Nuestra América”, realizando una comparación desde la perspectiva histórico cultural de la educación colonial con la evolución de la educación contemporánea y el discurso pedagógico de la América Latina
Para ello, primeramente, se inicia el estudio de la educación durante el período colonial, entre mediados del siglo XVIII e inicios del siglo XIX, resaltando las características principales que definen este proceso educativo, siendo de carácter netamente religioso y dogmático, donde el fin de la educación se orientaba a la adaptación y subordinación de los habitantes del nuevo continente a estos preceptos, regida por los comienzos del movimiento racionalista, apareciendo la concepción civilizadora como modelo educativo.
Es digno de mencionar que en la segunda mitad del siglo XIX en contraposición a las ideas imperantes, surgen grupos anarquistas y socialistas y gobiernos nacionalistas populares que proponen algunas prácticas pedagógicas de trascendencia política. Aunque la educación tenía la concepción de popular, el acceso a la misma era un privilegio sólo para las clases pujantes y poderosas predominantes (Liberales y Conservadores) del momento, ya que el fin de la educación consistía en formar a las élites que ocuparían puestos de poder, y era excluyente en el resto de los sectores de la sociedad (blancos de orilla, pardos, negros e indios).
La influencia de los Estados Unidos de América va a obstaculizar toda iniciativa de unión entre las Naciones Latinoamericanas, una de ellas es la propuesta de Simón Bolívar en el Consejo Anfictiónico de Panamá, en donde se plantea por primera vez, desde la Nueva Granada la visión histórica de la construcción de una Gran Nación. Este ideal se ve truncado por la falta de lealtad de quiénes participaban en la empresa “Libertaria Bolivariana Emancipadora de los Países Participantes”. Sin embargo, más adelante, en el siglo XX, surgen nuevas iniciativas con miras de integración de los pueblos de América, entre ellas cabe destacar el Pacto Andino, la Comunidad del Caribe (CARICOM), la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), entre otras.
En la actualidad, el Estado como estructura juega un papel importante en el seguimiento y control de los procesos educativos alineados con las instituciones a través de los organismos internacionales, pactos y convenios, que aún a pesar de los cambios y transformaciones que han ocurrido en la humanidad, siguen respondiendo a los intereses del orden mundial de la posguerra, ya no con el concepto de colonialismo sino con una visión neocolonial, siendo la Organización de las Naciones Unidas (UNESCO) el organismo que rige los lineamientos y principios educativos y/o culturales para la preservación de la estructura del poder imperante en el mundo occidental.
La formación en la América del siglo XXI debe tener en cada uno de los niveles de los sistemas educativos de los países que integran la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) el tema de las tecnologías de la Información y Comunicación (TIC); su uso académico debe estar direccionado desde la conformación curricular sobre todo en el tema desde las Políticas Públicas, ya que entre los miembros del ALBA las TIC, solo conforman el currículo de Educación en Ecuador y Venezuela; en el primero de los casos incluida en las Universidades Pedagógicas; y, en el segundo de los casos, en el Programa Nacional de Formación de Educadores (PNFE) en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV).
ALBA e Innovación en América Latina
El ALBA es una forma de integración nueva que surge como una alternativa a la pretensión de los Estados Unidos de América (EUA) por la caída del Muro de Berlín, en la creación de un mundo unipolar con la hegemonía del país antes mencionado y sus aliados del bloque capitalista como son la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la Unión Europea (UE), la Comunidad Económica Europea (CEE), entre otros, que en América pretendían imponer la Alianza de Libre Comercio de las Américas (ALCA) bajo la línea de la supervivencia del más apto y el más fuerte y el robusto cimiente de la tendencia neokeynesciana de capitalismo de Estado, donde la economía funciona en pro de los intereses del Estado Nación E.U.A, libertades hacia afuera y proteccionismo de mercado dentro y fuera según el caso, tendencia que nace del Liberalismo Puro de Adams Smith que premia el individualismo con una tendencia naturalista.
El ALBA, es una visión que reacciona o pretende crear un nuevo clima geo-político regional, a partir de una nueva visión de las relaciones internacionales impulsadas por el Expresidente Hugo Rafael Chávez Frías, quién toca elementos de manera integral: Políticos, económicos, sociales, educativos, del cuidado del ambiente, entre otras cosas de importancia en el mejoramiento de la calidad de vida de los pueblos de la Región. En este orden de ideas, y en lo que se refiere a la materia educativa, es necesario argumentar en tormo a posiciones asumidas y por asumir desde la integración del ALBA y el Discurso Pedagógico Latinoamericano como esencia de los pueblos de la Región.
Las grandes figuras públicas intencionales, promovidas por los grandes medios de comunicación, hacen gala de sus habilidades y destrezas para hegemonizar desde el discurso a las masas populares, donde el uso práctico del lenguaje y las imágenes de distintos planos es esencial para el uso y abuso del poder. La educación en valores iría en detrimento de ese uso práctico del lenguaje hacia la creación de una nueva conciencia crítica transformadora, que permita al ciudadano establecer un criterio con valores propios y de existencia digna. Para exaltar lo antes expuesto, se enfatiza en el discurso de Hugo Rafael Chávez Frías realizado el 27 de Febrero de 2005, en el cual señala, entre otras cosas, que:
“La democracia no es sustentable dentro de un modelo capitalista… Es necesario desde América Latina construir un socialismo al estilo del siglo XXI, que mueran los anteriores socialismos derrotados, y este socialismo puede tener su punto de partida en el desarrollo de espacios de integración de la economía, la política y la cultura, que como el ALBA. Busquen autonomía en los países oprimidos contra los habituales mecanismos disgregadores del imperialismo”.
Incuestionablemente, que el asunto de la educación es fundamental en el proceso transformador, con ética y todo un sinnúmero de valores que deben ser trabajados de manera integral en pro de la creación de una nueva cultura regional (ALBA), se debe hacer un estudio sistemático de los profesionales de la docencia, donde se profundice en el campo de las ciencias sociales, que rescate el discurso historio-geográfico y cultural como elemento esencial en el proceso de desarrollo de los pueblos de “Nuestra América”. De la misma manera, Calello y Neuhaus (2006, p.p. 70), en Hegemonía y Emancipación, señalan que:
“La propuesta no sólo implica construir la civilidad desde la más amplia participación y para derrotar las más antiguas representaciones, sino revertir la dirección del poder militar para enfrentarse al fundamentalismo que intenta saltar las fisuras del discurso hegemónico que engendra el aumento progresivo de la violencia planetaria… Sobre todo lograr la construcción ética de una nueva sociedad política, a través de la erradicación de la corrupción y el fanatismo y el travestismo político”.
Esto es indudable que la propuesta señalada por los autores citados, es indispensable en el plano de la geo-política de América Latina en correspondencia a los centros hegemónicos de poderes tradicionales, señalado al inicio de la redacción. En el campo educativo existe una estructura de poder que según los autores Calello y Neuhaus (2006, p.p. 72): “Está fraccionada por múltiples intereses, corruptela y complicidades que han caracterizado a los partidos políticos”. Son de manera reaccionaria la forma más compleja de resistencia a los cambios reales dentro del sistema educativo en Venezuela y su proyección en América Latina.
Hay que resaltar la importancia y el éxito que en los últimos 7 años ha tenido el gobierno del Expresidente Hugo Rafael Chávez Frías en cuanto al protagonismo internacional y la reestructuración del mapa geo-económico en América Latina, apelando a la fundamentación filosófica del marco legal de la LOE y a la proyección pedagógica de los grandes pensadores latinoamericanos como son Simón Bolívar, Simón Rodríguez, José Martí, Luis Beltrán Prieto Figueroa, entre otros. La educación latinoamericana debe orientarse en pro de las propias raíces culturales e idiosincrasia, características físico-naturales y potencialidades, lo cual implica que el pensamiento liberal tradicional latinoamericano tendría el trabajo acucioso de revisar el Discurso Pedagógico en América Latina.
En este caso es necesario que los maestros asuman el reto como prioridad de afianzar el poder popular y la aplicación de la LOE en políticas públicas, que se le permita a los sectores involucrados promover y consolidar la transformación real del sistema educativo en los distintos planos que amerite, ya sea por medio de Diplomados “Aplicación del Plan de la Patria” y Maestrías en Educación Comparada, que conlleve al maestro a ser educador e investigador al mismo tiempo, que permiten aplicar las estrategias transformadoras de la educación hacia la construcción del Socialismo del Siglo XXI, propuesto por Chávez en sus discursos.
Calello y Neuhaus (2006), en “Hegemonía y Emancipación” manifiestan que “la proclama <> le ha permitido a Chávez construir un escenario de gran protagonismo internacional, ha servido para algunos voceros mediáticos de la contra globalización lo asuman como una de sus figuras emblemáticas…” (p. 53). Partiendo de esta premisa, se tiene entonces que, estos diplomados y maestrías deben entonces vislumbrar logros, alcances y proyecciones en el proceso de trasformación venezolano como plataforma política con una visión de liderazgo regional y desde la perspectiva pedagógica de Venezuela hacia América Latina. Sería una necesidad de quiénes de una u otra manera, están inmersos en este proceso estimular la discusión teórico-metodológica en la cual ha estado inmersa la Nación Venezolana y proyectarlas regionalmente. Valderrama (2004), en “Rumbo Al Socialismo”, plantea que “el gran reto es integrar las ventajas de las empresas públicas (entre ellas la educación), generar una base económica sólida, un paraguas que permita la sostenibilidad de los distintos sectores nacionales, e incluye al 80% excluido e inmerso en una economía de subsistencia y la informalidad, en una economía participativa y protagónica” (p. 52).
Se hace indispensable mencionar que los Estados involucrados en esta forma de integración (ALBA) deben incorporar a los profesionales de la docencia en la formación y en el uso práctico de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, ya que en cada uno de los niveles del sistema educativo el uso de éstas como herramienta puede ser indispensable en los procesos de aprendizaje dentro y fuera del aula; por último, si la intención de las políticas educativas de los organismos internacionales está dirigida a la mejora de (la educación para la vida) en un mundo cada día más exigente, el Estado como política pública debe incluir a las nuevas tecnologías dentro de los programas de educación popular, (no debe ser solo atenuante a la educación privada por todas las limitantes) que genera en cuanto a la apropiación de éstas como herramientas en la vida cotidiana.
Partiendo de estas determinaciones fundadas en el autor citado por Rufino (2010), se puede afirmar que existe un orden que se debe tener en cuenta para organizar una estructura curricular y que las necesidades sociales deben ser determinantes al establecer la organización del mismo, en función a las necesidades reales que se determinen de manera sistemática en un espacio-tiempo determinado. En este sentido, debe haber un compromiso ligado al ejercicio de la profesión que tiene que ver con cualidades atenuantes a ésta, tal como lo señala Moacir (2008), cuando cita a Pablo Freire de “La Escuela y el Maestro”, en donde se argumenta que:
“Para ser maestro se necesita: Rigurosidad metodológica, investigación, respeto a los saberes de los educandos, criticidad ,ética, estética, dar cuerpo a las palabras a través del ejemplo, tomar riesgos, aceptar lo nuevo, rechazar cualquier forma de discriminación, reflexión crítica sobre la práctica y asumir identidad cultural, tener conciencia de lo infinito, reconocerse como un ser condicionado, respetar la autonomía del ser educando, tener buenos sentidos, ser humilde, tolerante, aprender de la realidad, ser alegre y esperanzador, estar convencido de que el cambio es posible, ser curioso. Ser competente a nivel profesional, ser generoso y comprometido y ser capaz de intervenir en el curso del mundo”.
Con lo antes mencionado, se puede afirmar que estas cualidades están estrechamente ligadas al compromiso con la sociedad, la pedagogía, la ciencia, el desarrollo emocional y ¿por qué no? con los procesos históricos en la formación de las nuevas generaciones.
REFERENCIAS
Bergoya W., y Sierra R. (2005). Pedagogía de los Valores. Colombia: Editorial San Pablo.
Calello, Hugo. (1970). La Ciencia en Venezuela. “Desintegración del Estado Liberal en América Latina.
Moacir, G. (2008). La Escuela y el Maestro. Centro Internacional Miranda. Caracas – Venezuela: Ediciones Río Turco.
Calello, H., y Neuhaus, S. (2006). Hegemonía y Emancipación. Caracas – Venezuela: Monte Ávila Editores, C.A.
Ruffino, J. (2010). Educación y Currículo. Venezuela: Universidad de Carabobo. Disponible en: http:/www.sihare.net. (Consultado en fecha, 12 de Septiembre de 2014).
Valderrama, T. (2004). Rumbo al Socialismo. Ediciones de la Gobernación de Anzoátegui
Santaella, C. (2010). Ética y Deontología. Venezuela – Maturín. Disponible en: http://www.monografias.com/trabajos87/etica-y-deontologia/etica-ydeontologia.shtml. (Consultado en fecha, 12 de Septiembre de 2014).

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