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Inteligencias múltiples y competencias

Por. Laia Mestres

La Teoría de las Inteligencias Múltiples fue desarrollada por el psicólogo estadounidense Howard Gardner en 1983 y propone que existen 8 tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, corporal, intrapersonal, interpersonal y naturalista. Todas las personas desarrollan estas inteligencias en mayor o menor medida, en función de sus potencialidades, oportunidades y motivaciones.

Esta teoría favorece una nueva perspectiva de la enseñanza en el aula, centrada en el alumnado y en sus particularidades. Los centros que llevan a cabo actividades basadas en esta teoría aplican metodologías de aprendizaje individualizado, teniendo en cuenta las necesidades del alumnado y el tipo de inteligencia que tiene más desarrollada. Para conocer mejor los proyectos que se llevan a cabo, en este nuevo monográfico de Educaweb, hemos propuesto a los expertos que nos envíen artículos narrando su experiencia.

Inteligencias múltiples y competencias

La teoría de las Inteligencias Múltiples está estrechamente ligada con el modelo de educación emocional de Daniel Goleman, pues ambos apuestan por dotar con la misma importancia las habilidades verbales y matemáticas y las competencias emocionales. La Educación Emocional tiene como objetivo ayudar a las personas a descubrir, conocer y regular sus emociones e incorporarlas como competencias.

Actualmente, el currículum educativo hace especial hincapié en la enseñanza y evaluación de las competencias que podríamos agrupar en el área de las inteligencias lógico-matemática y lingüística. Los centros educativos que impulsan proyectos basados en las Inteligencias Múltiples reclaman una mayor presencia del resto de Inteligencias en el currículum. Existe correlación entre algunas de las competencias básicas y transversales que se trabajan en el aula y la teoría de las inteligencias múltiples, como por ejemplo, la competencia para aprender a aprender puede vincularse con la inteligencia intrapersonal, pero no aparecen de forma explícita.

Para Alba García, Profesora adjunta de la Universidad a Distancia de Madrid, la teoría de las Inteligencias Múltiples «implica un punto de partida idóneo para trabajar competencias transversales como el trabajo en equipo, el conocimiento de otras culturas y costumbres, o la sensibilidad hacia las diferencias individuales, necesarias todas ellas para la formación de personas que no solamente acepten la diversidad humana, sino que se sientan parte integrante de ella».

Mar Andreu, Docente y Estudiante Investigador de Doctorado, considera que la clave está en la formación del profesorado, «los nuevos tiempos requieren profesores que fomenten la creatividad y la colaboración y creen alumnos competentes para el futuro próximo. Aplicando las inteligencias múltiples al aula y trabajando por competencias, podremos, entre todos los docentes, ayudar a desarrollar las destrezas vinculadas al desarrollo natural y real de las situaciones cotidianas, para conseguir capacidades que aportan al individuo flexibilidad e iniciativa al enfrentarse a nuevos retos.»

Pero, ¿cómo incorporamos las competencias en el currículum? Amparo Acereda, Profesora Agregada del Departamento de Psicología en la Universitat Abat Oliba CEU, propone «montar todo un plan de intervención para el desarrollo de estas competencias, planificando sistemas de programas integrados, o una integración curricular interdisciplinaria, o bien a partir de objetivos o ejes transversales, o en un plan de acción tutorial, etc. Todo ello, dirigido a introducir la educación emocional en la escuela, con el objetivo de  que los docentes ayuden a los niños a desarrollar y gozar de una situación más ventajosa en la vida, siendo más eficientes y más capaces de «dominar» su propia productividad, sus hábitos mentales que les conduzcan al éxito, a la vez que permitiéndoles crecer y desarrollarse en base a valores y principios sociales de cooperación y entendimiento, consigo mismos y con los demás».

¿Qué nos aportan las Inteligencias Múltiples?

Los expertos afirman que trabajar las inteligencias múltiples en el ámbito escolar aporta muchos beneficios. Para Núria Miró, directora titular del Col·legi Montserrat de Barcelona, uno de los centros pioneros en la aplicación de las Inteligencias Múltiples, las ventajas son claras: «la atención y desarrollo de las Inteligencias Múltiples lleva al alumno a ser competente, es decir, a saberse desenvolver de una forma flexible y fluida en los distintos contextos donde aplica sus comprensiones».

En este sentido, podríamos decir que la educación emocional y las inteligencias múltiples tienen un valor estratégico, no solo para favorecer el desarrollo cognitivo y emocional de los niños y adolescentes, sino en la edad adulta, pudiéndose aplicar las competencias adquiridas y una forma de hacer y pensar al contexto laboral. A continuación podemos ver 5 aspectos clave que aportan las Inteligencias Múltiples:

  • Trabajo de las competencias emocionales. El sistema educativo tradicionalmente se ha centrado en el desarrollo cognitivo y en los conocimientos propios de las áreas curriculares, sin prestar demasiada atención al desarrollo emocional. La educación emocional no sólo repercute en la persona a nivel individual, sino que repercute en la capacidad de relacionarse mejor con otras personas.
  • Autoconocimiento, autoevaluación y autorregulación. Trabajar las competencias emocionales favorece que el alumnado se conozca más a sí mismo, sus reacciones ante situaciones complejas, sus habilidades y los aspectos que necesita mejorar.
  • Introducción de metodologías activas en el aula. La necesidad de adaptar las actividades a la diversidad del aula y a las necesidades concretas de cada alumno contribuye a personalizar el aprendizaje. El docente debe ser flexible, ser capaz de innovar y mantenerse actualizado.
  • Motivación del alumnado. Los expertos coinciden en afirmar que una metodología basada en las Inteligencias Múltiples puede captar la atención del alumnado de forma mucho más eficaz, mejorando el clima en el aula y la autoestima del alumnado.
  • Atención a la diversidad. Alba García afirma que «trabajando con las Inteligencias Múltiples y dando a conocer los distintos perfiles de inteligencia existentes en el aula, por un lado se puede ayudar a los docentes a personalizar la educación y ofrecer una respuesta educativa adecuada a cada estudiante, y por otro, lograr que los propios alumnos se enriquezcan con la diversidad del grupo-clase, sintiéndose miembros de ella.»

Finalmente, las personas necesitamos desarrollar las competencias emocionales para hacer frente a las situaciones personales y sociales que nos encontramos a lo largo de la vida, para interactuar con aquello que nos rodea y para lograr el éxito y el bienestar.

Fuente: http://www.educaweb.com/noticia/2015/11/11/inteligencias-multiples-competencias-9114/

Imagen: www.diariovasco.com/noticias/201510/25/media/8330550–575×331.JPG

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8 pasos INFALIBLES para que le enseñes a tus hijos a manejar la FRUSTRACIÓN

Por Emma E Sánchez

Todo va bien, la familia se encuentra muy contenta en el parque, los niños juegan tranquilos cuando de pronto tu hijo explota, llora y se enoja. Todos se quedan sorprendidos, los menores dejan de jugar y algunos otros padres deciden retirar del juego a sus hijos.

¿Qué sucedió? ¡Casi nada! Tu pequeño se enojó porque alguien más ganó en el juego y no tolera perder. Le gusta ganar y cuando no lo logra, se pone rojo, avienta las cosas, grita y ha llegado a pegarle o aventar al que se ríe de él. Estas consciente de que este tipo de conductas no son sanas y que en la vida en general solo le traerán consecuencias negativas, por lo que es necesario comenzar a trabajar en la mejora de este tipo de reacciones.

Déjame decirte que lo primero que debes evitar es angustiarte, ya que muchos niños tienen problemas para manejar la frustración, la diferencia está en lo que hacen sus padres para ayudar a sus hijos a progresar. Segundo, para manejar la frustración se necesita mucha paciencia y todavía más, constancia. Así que no te desesperes, sé ejemplo de tolerancia y entereza. Aquí, algunoas ideas que pueden servir:

1. Diálogo apacible

Junto con tu hijo y mediante una charla tranquila, sin discutir, juzgar o regañar, encuentren qué es lo que le hace estallar, así como sus motivos. Generalmente hay situaciones o emociones que hacen que los pequeños se sientan sensibles o vulnerables, tal vez puedas encontrar algunas de ellas en tu hijo. Las más frecuentes suelen ser las siguientes:

2. Cansancio

A cualquiera de nosotros le puede pasar que al sentirnos cansados solemos reaccionar mal. Ahora, imagina la misma situación en un niño. Las madres y padres debemos vigilar que nuestros hijos descansen durante el tiempo y las condiciones apropiadas. Hoy en día, creemos falsamente que mandar al niño a la cama quiere decir que se va a ir a dormir, lo cual no necesariamente es cierto. Actualmente, el Internet y los juegos de video están provocando que muchos niños y jóvenes no se duerman temprano, duerman poco o simplemente no descansen. Cerciórate de que al irse a la cama, tus hijos no lleven consigo aparatos electrónicos que les dificulten conciliar el sueño y alcanzar un descanso apropiado.

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3. Sentirse acosado

Para algunos niños, a veces es demasiado lo que se les requiere en cuanto a relacionarse con quienes no les agradan, hacer cosas que no le simpatizan o que se les exija lo que no están en condiciones de dar. El diálogo de los padres con sus profesores es fundamental para revisar que las cargas de trabajo o el proceso de socialización no le estén rebasando y se siente agredido por ello.

4. Búsqueda de la perfección

Es posible que a tu hijo le guste tomarse más tiempo del regular para hacer las cosas y cuando se le pide que lo haga más rápido o de otra manera, entra en una confrontación o explota en enojo. Intenta darle su espacio y tiempo para realizar sus propias cosas y pídele que haga otras conforme se le pide. Esto puede dar equilibrio a lo que se exige a sí mismo y el cumplir con lo que otros le requieren. En este aspecto, revísate a ti misma en cuanto a las expectativas que depositas sobre tu hijo, porque tal vez tú misma estás generando su intolerancia y frustración.

5. Se le exige mucho

Revisa las cargas de trabajo y deberes de tu hijo. Escucha y hazle caso si te dice que es demasiado, que está cansado o que algo no le gusta hacer. Los cambios y adaptaciones son necesarias y posibles, considera sus gustos y opinión para que su desarrollo sea el óptimo y juntos disfruten de cada etapa de éste.

  • 6. Relajarse y respirar

    Cuando platiques con tu hijo, anímalo a identificar cómo se siente su cuerpo cuando comienza a enojarse y a perder el control. Muéstrale cómo sentir su corazón y comenzar a respirar profundo y pausado. Contar hasta 10 o caminar un poco puede ayudarle a tomar el control de sus emociones y sentimientos.

  • 7. Pedir ayuda

    Si esa sensación de estallar comienza a ganar terreno, se vale pedir ayuda, a un maestro o alguien más. Dale las palabras que necesita para comunicar su necesidad y recibir apoyo, o hasta un permiso para salir a respirar y caminar un poco.

  • 8. Apoyo y elogio

    Cuando hablas con tu hijo, influyes en su corazón y su mente. Tu hijo sinceramente buscará mejorar pero no lo va a lograr pronto, ni de manera fácil. Anímalo, aliéntalo y reconoce sus esfuerzos cada vez que lo intente.

    Sé un ejemplo de lo que predicas controlando tus impulsos y mal genio, él te observa y aprende la lección. No lo olvides.

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Inteligencias múltiples y educación

“El diseño de mi escuela ideal del futuro se basa en dos hipótesis: la primera es que no todo el mundo tiene los mismos intereses y capacidades; no todos aprendemos de la misma manera. La segunda hipótesis puede doler: es la de que en nuestros días nadie puede llegar a aprender todo lo que hay para aprender” Howard Gardner

En mi entrada anterior presentaba la teoría de las inteligencias múltiples desarrollada por Howard Gardner en la que expone que todas las personas no tenemos una inteligencia única sino múltiples inteligencias relativamente independientes que interactúan entres si,  que pueden operar aisladamente o trabajar juntas según la tarea que realicen. Las inteligencias no se desarrollan todas por igual, todos tenemos varias predominantes y tenemos la capacidad de desarrollarlas hasta un determinado nivel de competencia si recibimos el estímulo adecuado

Estas inteligencias se combinan de manera diferente en cada uno de nosotros haciéndonos únicos y haciendo que cada uno de nosotros aprenda de manera diferente.

Si cada uno de nosotros es único y aprende de manera diferente, la teoría de las inteligencias múltiples tiene una gran implicación en la educación.

Estas implicaciones son principalmente, la individualización y pluralización. Individualizar para tratar a cada niño de forma diferente, conociendo sus diferentes inteligencias y enseñarle y evaluarle atendiendo a sus capacidades y pluralizar para decidir que conceptos, temas o ideas son importantes y presentarlos de diferentes formas según las capacidades de cada niño.

“La educación que trata a todos de la misma  forma es la más injusta que puede existir”  Howard Gardner

Gardner recomienda «atender a las diferencias individuales de los niños en las escuelas y tratar de individualizar las evaluaciones y los métodos de instrucción»

Cada uno de nosotros pensamos y aprendemos de maneras distintas, la educación debe ser distinta para cada uno, debe ser una educación personalizada. Gracias a las nuevas tecnologías esto es posible ya que disponemos de las herramientas necesarias para que cada uno aprenda de manera diferente.

«La teoría MI representa un esfuerzo por fundamentar de forma amplia el concepto de inteligencia en los más amplios conocimientos científicos actuales posibles, pretende ofrecer un conjunto de herramientas a los educadores con las que ayudar al desarrollo de las potencialidades individuales, y creo que aplicada de forma adecuada puede ayudar a que todos los individuos alcancen el máximo desarrollo de su potencial tanto en la vida profesional como privada » (Gardner, 1998)

Descubrir cómo aprende una persona, cuáles son sus pasiones, sus fortalezas y talentos servirá para educar a cada persona de manera personalizada utilizando todo los recursos tecnológicos y humanos a nuestro alcance. Es un ideal al que nos acercamos cada día más

La escuela tradicional valora mucho el coeficiente intelectual y tenerlo alto te hace destacar en la escuela, sin embargo seguro que todos conocemos a compañeros del colegio o universidad que sacaban notas excelentes y sin embargo no sabían relacionarse con otras personas y actualmente  no tienen tanto éxito como pensábamos que tendrían y sin embargo otros compañeros que solían suspender y eran expertos relacionándose con los demás, eran muy creativos o tenían buena autoestima, actualmente tienen un trabajo que les apasiona, han creado su propia empresa o disfrutan lo que hacen. Un coeficiente intelectual alto no predice el éxito o las oportunidades que tenemos en la vida, sin embargo la calidad de la enseñanza recibida y los recursos propios de los que disponeos tienen mucho que ver

Los maestros deben cambiar para enseñar a cada alumno de manera diferente. El maestro debe convertirse en un guía para ver la mejor manera de aprender de una persona, cada persona aprende de manera diferente y el maestro debe ser capaz de saber cómo enseñar a cada estudiante haciendo equipo con los padres, ayudándole a reconocer cuáles son sus tipos predominantes de inteligencias y ayudarles a utilizarlas para acceder al conocimiento ayudándole a estimular y desarrollar también el resto de sus habilidades.

Identificar las inteligencias requiere un proceso continuo de observación contrastado con diferentes fuentes de información, padres, profesores y el propio alumno

Gardner recomienda dos técnicas para identificar las fortalezas de los estudiantes

  1. Llevarlos a un museo para niños un par de veces (o parque infantil con muchos tipos de juegos) y observar detalladamente qué hacen y cómo lo hacen. Completarlo con lo que se observa en la clase.
  1. Dar un pequeño cuestionario sobre sus puntos fuertes a los propios estudiantes y su los padres y, si es posible, el maestro del año pasado. En la medida en que los tres informan de los mismos puntos fuertes y débiles, tendrá fiabilidad.

A nivel personal y profesional, conocer nuestras inteligencias predominantes nos puede ayudar a desarrollar todo nuestro potencial y dedicarnos a aquellas actividades para las que tengamos habilidades naturales y desarrollar aquellas que creemos nos pueden ayudar al desarrollo de esa actividad

Actualmente se necesitan nuevas competencias que antes no se valoraban, trabajar en equipo, en red, cooperar, colaborar, construir confianza, conocerse y comprenderse uno mismo, gestionar nuestras emociones. Todas estas competencias son necesarias para desarrollarnos en el mundo laboral y en la escuela deberían enseñarnos a desarrollarlas

Gardner sugiere crear dentro de las escuelas entornos que modelen este tipo de comportamientos entre maestros, entre maestros y padres y entre chicos mayores y los pequeños, donde se trabaje en equipos donde existan personas que tienen distintas perspectivas. Formar equipos en los que las personas tengan habilidades, intereses y pasiones complementarias donde todos puedan sumar es muy necesario, enriquecedor y se disfruta más.

Me gusta esta visión de la educación y pensar que es posible y que quizás algún día la educación pública pueda tener en cuenta este enfoque es un sueño,

Me parece una buena manera de tener adultos felices

Fuente: http://eleslaboninvisible.com/inteligencias-multiples-educacion/utm_campaign=shareaholic&utm_medium=twitter&utm_source=socialnetwork

Imagen: http://eleslaboninvisible.com/wp-content/uploads/2016/06/Inteligencias-M%C3%BAltiples-y-Educaci%C3%B3n-1024×776.jpg

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Educación para la igualdad y la diversidad: acabar con las fobias sociales

Por Coral Herrera Gomez

Conozco a mucha gente que pide ayuda a psicólogos y terapeutas para tratarse la tristeza, el vacío existencial, las angustias y los miedos, pero no conozco a nadie que quiera curarse de enfermedades sociales como el racismo, el machismo, el clasismo, la xenofobia, la homofobia, la lesbofobia o la transfobia.

Vivimos en un mundo competitivo, violento y jerárquico en el que unos seres humanos tienen más valor que otros: no nos educan para amarnos los unos a los otros en las escuelas ni en las universidades, yno hay especialistas a los que acudir cuando experimentamos un odio profundo hacia colectivos de personas o minorías.

Las religiones tampoco promueven el amor hacia la gente diferente: generalmente los curas, sacerdotes, rabinos o imanes nos incitan al odio acusando de herejes e infieles a todos aquellos que no siguen su doctrina. Es frecuente escuchar en las iglesias, las mezquitas y las sinagogas discursos de odio hacia las mujeres que no se someten a los dictados del patriarcado, o hacia lesbianas y gays, pero sus autores no son acusados ni encarcelados por hacer apología de la discriminación y la violencia desde sus púlpitos.

Vivimos en una cultura muy romántica, pero muy poco amorosa. Si bien el racismo es una enfermedad social que con los años se ha convertido en un fenómeno políticamente incorrecto, los chistes sobre negros, latinos, árabes, etc siguen fomentando el uso de estereotipos negativos  que se asumen como algo «natural» y gracioso, lo mismo que los chistes machistas que denigran a las mujeres. Cuando nos acusan de ser personas que discriminan, que odian o que rechazan a otros seres humanos,generalmente nos justificamos empezando con la tan conocida y estúpida frase: «Yo no soy racista pero… no soporto a los gitanos», «Yo no soy homófobo pero… a mi que no se me acerque un gay», «Yo no soy machista pero… las mujeres no están capacitadas para ciertas tareas», «Yo no soy clasista pero… creo que los pobres son unos vagos».

Es curioso que a poca gente le de vergüenza expresar en voz alta su miedo o su odio hacia otros seres humanos y que nadie quiera curarse de estas enfermedades sociales que provocan tanta violencia. Hasta cierto punto es demencial que enseñemos a los niños y a las niñas a comportarse con corrección en público (dar los buenos días, no tocarse los genitales en público, rezar por las noches), pero luego tengan que oir en casa chistes y comentarios despreciativos hacia los inmigrantes, las lesbianas o las personas transexuales como si discriminar a otras personas no fuera un acto violento.

Los seres humanos sentimos terror hacia las personas que no son como nosotras, por eso siempre estamos buscando la integración en los grupos, y por eso buscamos a los que son semejantes para formar grupos frente a otros grupos de gente que no son como nosotros. En nuestro sistema patriarcal, nos han convencido de que hay gente «normal» y gente «anormal», que hay un «nosotros» y un «ellos», que están los «buenos» y los «malos», que por fuerza has de ser «masculino» o «femenina»… todo nuestro pensamiento es binario, es decir, nuestra forma de pensar está determinada por los opuestos: blanco/negro, positivo/negativo, válido/inválido.

La gente normal es aquella que cumple con los patrones y las normas del capitalismo patriarcal, es aquella que se puede etiquetar y definir, es aquella que encaja con una definición exacta. Toda la gente que no «encaja» es rara, es extraña, es extravagante, y por lo tanto es susceptible de recibir nuestro rechazo y nuestras burlas. Esto es lo que ocurre con las personas transexuales o las personas transgénero: nuestro cerebro trata de averiguar si estamos frente a un hombre o una mujer, y nos sentimos mal si no logramos definir con exactitud el género al que pertenece la persona que tenemos en frente.

Y sin embargo, en la naturaleza nada es blanco o negro: vivimos en un mundo diverso con gente de todos los colores, tamaños, creencias, habilidades, capacidades, costumbres y formas de ser. En nuestro mundo hay mujeres masculinas, hombres femeninos, hermafroditas, personas que transitan, personas que se disfrazan, hombres travestidos, y toda clase de gente que no se adapta a ninguna etiqueta patriarcal. Nos cuesta gozar con esta ruptura de esquemas porque necesitamos que nuestro mundo sea estable, parecido al mundo simple que nos muestran los medios de comunicación: la diferencia nos da miedo, y por eso atacamos a personas que tienen otras creencias religiosas, otras formas de vestir, otros acentos e idiomas, otras orientaciones sexuales, otras costumbres y tradiciones….

Las enfermedades sociales producen discriminación, y la discriminación lleva a la violencia. Por eso la gente que vive esa violencia por ser diferente sufre tanto, por eso hay tantos niños y niñas diversas que se suicidan, por eso hay tantas personas adultas que son asesinadas cada año en todo el mundo. Por ser diferentes, por ser extranjeros, por ser raros…

Para acabar con las fobias sociales, hace falta integrar en la educación el respeto hacia las personas, y el amor hacia la diversidad del mundo en el que vivimos. No sirve de nada que nos aprendamos los nombres de los ríos y sus afluentes, o la lista de los reyes visigodos, si somos incapaces de entender que no se puede discriminar a nadie por su color de piel, por su forma de amar, por su identidad de género. No sirve de nada que tus hijos e hijas saquen buenas notas si luego acosan a sus compañeras con insultos, humillaciones, golpes y desprecios… no sirve de nada que hablemos de paz y de amor en Navidad si seguimos fomentando el odio contra colectivos de personas que no son como nosotros.

Tenemos que ir más allá de las etiquetas y condenar todos los discursos de odio que nos hacen creer que hay personas inferiores y superiores, y que justifican la violencia contra las personas diversas. Tenemos que callar la boca a toda esa gente que utiliza esa maldita frase de: «Yo no soy machista pero…, yo no soy racista pero… yo no soy homófobo pero….»

No hay peros que valgan. Todas las enfermedades sociales tienen cura: la mejor medicina contra la intolerancia, los miedos y la violencia es la educación en valores. Tenemos que romper con las etiquetas que nos reducen la libertad para ser y para sentir, y cuestionar profundamente los conceptos de «normalidad» y «anormalidad», porque en realidad somos todos gente diversa. Tenemos que ensanchar nuestras pequeñas mentes para que ser capaces de entender que la diversidad no es ninguna amenaza, que nos enriquece en la medida en que nos abre horizontes de realidad, y que la gente diversa merece respeto y amor. Tenemos que trabajar colectivamente, junto con los medios de comunicación, las familias y las instituciones, para promover una ética basada en el amor hacia la gente que nos rodea, sin exclusiones ni discriminaciones de ningún tipo.
Tomado de: http://haikita.blogspot.com/2015/12/las-fobias-sociales-y-el-miedo-la.html

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Libro: Plantando semillas

Plantando semillas

La práctica del mindfulness con niños

  • Autor:  Thich Nhat Hanh
  • Traducción: David González Raga y Fernando Mora
  • ISBN: 9788499884622
  • Páginas: 256
  • Editorial: Kairos

Sinopsis: . Comprende las prácticas que ha utilizado durante una década el monje budista Thich Nhat Han en su labor con niños. Es un libro repleto de actividades didácticas que pueden ayudar a niños y adultos a liberarse del estrés, aumentar la concentración y la confianza en sí mismos, enfrentarse a las emociones difíciles, mejorar la comunicación o cultivar la paz. Incluye cerca de 30 ilustraciones a todo color y un CD con canciones y ejercicios de meditación fáciles de practicar.

 

Fuente de la reseña: http://editorialkairos.com/catalogo/plantando-semillas

Fuente de la imagen: http://editorialkairos.com/files/uploads/Plantandosemillasweb.jpg

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¿Cómo educar las emociones? La inteligencia emocional en la infancia y la adolescencia

Por: Observatorio FAROS Sant Joan de Déu. Observatorio de Salud, Infancia y Adoslescencia

 

En el presente cuaderno se ofrece un concepto actual de las emociones, y quiere ser una exposición de cómo se ha pasado de la inteligencia emocional a la educación emocional y de las aplicaciones que de ello se derivan en la educación formal y en la familia, situando siempre al niño y al adolescente como nuestro punto central de interés.

En varios capítulos se presenta la situación de la educación emocional en el mundo, y más concretamente en los Estados Unidos, en el Reino Unido y en España, que se pueden considerar los países donde se está difundiendo de forma más visible.

El informe termina con un decálogo de los aspectos más relevantes que aparecen en toda la obra, a modo de resumen, y unas referencias bibliográficas con la intención de orientar la formación posterior de las personas interesadas. Esperamos que todo ello contribuya a educar las emociones y poner inteligencia emocional en la infancia y la adolescencia para garantizarles un mejor estado de salud y bienestar a largo plazo.

Para leer, descargar aqui:

http://www.caib.es/sacmicrofront/archivopub.do?ctrl=MCRST151ZI120742&id=120742

 

 

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¿Cómo podemos educar las emociones en la escuela?

España/ Autora: Nati Bergadá Bofill

Las emociones son importantes y es necesario que las trabajamos en la escuela. La educación emocional afecta el desarrollo de los alumnos, ya que incentiva su motivación, predispone a actitudes más positivas, mejora sus relaciones y obtiene mejores resultados académicos.

Para conseguir que un niño crezca, en toda la dimensión de la palabra, no basta con la adquisición de conocimientos. Generar un clima emocional positivo también influirá de forma decisiva en su desarrollo. Si la educación debe ser un proceso de aprendizaje para la vida, las emociones son muy importantes y debemos tener en cuenta.

Como maestro / a es importante que enseñes a tus alumnos a gestionar las propias emociones: controlar la rabia, conocer el miedo, aceptar los errores, tener empatía, tener una buena autoestima … La relación con los demás es esencial y necesario que ayudemos a los nuestros alumnos a forjarse una inteligencia emocional.

Hay una gran frase de Aristóteles que me gusta mucho: «Educar la mente sin educar el corazón, no es educación en absoluto.»

Te recomiendo que visualice el vídeo siguiente: En este programa de Redes, Elsa Pulzet habla con el psicólogo y experto en educación emocional René Diekstra con quien veremos en qué situación se encuentra actualmente el aprendizaje de esta disciplina y qué ventajas concretas tiene en el desarrollo de niños y jóvenes.

¿Qué son las emociones?

Una emoción es un proceso que se activa cuando el organismo detecta algún peligro, amenaza y desequilibrio con el fin de poner en marcha recursos que se encuentran a su alcance para controlar la situación (Fernández – Abascal y Palermo, 1999)

¿Cuáles son las emociones básicas? Miedo, Sorpresa, Aversión, Ira, Alegría, Tristeza …

La inteligencia emocional está muy relacionada con las emociones. Es la capacidad de reconocer nuestras propias emociones, las emociones de los demás y saber gestionar. Esta inteligencia emocional es una habilidad que se va aprendiendo a lo largo de la vida desde que somos pequeños.

Inteligencia emocional en el aula

Trabajar la inteligencia emocional en el aula tiene muchos beneficios, como por ejemplo:

  • Disminuir la ansiedad.
  • Control del estrés.
  • Gestión de los conflictos.
  • Mejora la autoestima.
  • Más éxito académico.
  • Aumenta la tolerancia a la frustración.
  • Equilibrio emocional.
  • Menos conflictividad.
  • Mejora las habilidades sociales.
  • Más salud mental.
  • Mejorar la empatía.
  • Mejor comportamientos prosocial.

¿Por qué tienen problemas emocionales nuestros alumnos?

De manera breve haré un listado de los problemas emocionales que detectamos actualmente en las aulas. A los niños:

  • Les cuesta identificar las propias emociones.
  • No saben expresar los propios sentimientos.
  • Los cuesta tener empatía y ponerse en el lugar de los demás.
  • No están acostumbrados a hablar de sus emociones.
  • No saben regular sus emociones sino que las reprimen.

Cuando hay que empezar a educar las emociones?

La inteligencia emocional se aprende a lo largo del desarrollo de los niños desde que nacen. Es un proceso que se va haciendo poco a poco influenciados por el entorno, desde casa y desde la escuela.

Hay que trabajar las emociones lo antes posible, por eso es necesario que lo hacemos desde pequeños.

¿Cómo podemos educar las emociones en el aula?

En el aula podemos trabajar los siguientes aspectos:

Identificar las propias emociones. Tomar conciencia de las propias emociones, significa darnos cuenta de lo que sentimos y lo que sienten los demás: tristeza, felicidad, miedo, alegría, amor, rabia, pena, celos …

  • Para enseñar a los niños a identificar las propias emociones es útil que se formulen la pregunta: ¿Cómo me siento?

Es importante que identificamos las emociones y las etiquetamos, las llamamos por su nombre: ira, alegría, tristeza …

Comprender las emociones. Es necesario que el niño entienda que aquellas emociones aparecen por un motivo o situación concreta. Tanto las emociones propias como las emociones de los compañeros.

  • Para enseñar a los niños a comprender las propias emociones es útil que se formulen la pregunta: ¿Por qué me siento así?
  • Para enseñar a los niños a comprender las emociones de los demás es útil que se formulen la pregunta: ¿Cómo creo que se siente el otro? Y trabajar así la empatía.

Es importante que trabajamos la empatía para aprender a comprender a los demás.

Expresar las emociones. Hay que aprender a expresar nuestras emociones ya que compartiéndolas nos sentiremos mejor y los demás nos podrán ayudar.

  • Para enseñar a los niños a expresar las propias emociones es útil que se formulen la pregunta: Me gusta sentirme así?

Es importante que aprendamos a expresar las emociones para que los demás nos comprendan. Es necesario que las expresamos de manera adecuada y correcta.

Controlar las emociones. Es necesario que los niños aprendan habilidades para regular y controlar sus emociones.

  • Para enseñar a los niños a controlar las propias emociones es útil que se formulen la pregunta: ¿Qué puedo hacer para controlar lo que siento?

Es importante que controlamos nuestras emociones ya que si no lo hacemos estas nos limitarán y nos harán actuar de manera incorrecta.

Gestionar las emociones.   A partir de las emociones que sentimos debemos ser capaces de elegir qué hacer y cómo actuar.

  • Para enseñar a los niños a manejar las propias emociones es útil que se formulen la pregunta: ¿Qué puedo hacer para cambiar y sentirme mejor?

Es importante que aprendamos a gestionar las emociones para que esto nos ayudará a actuar de manera correcta y tomar las decisiones acertadas.

¿Cómo podemos gestionar el aula para hacer un buen trabajo de emociones?

En el aula hay que trabajar mucho la empatía, que es la capacidad de reconocer, comprender y conectar las emociones de los demás ya que de esta manera los niños toman conciencia tanto de sus emociones como de las emociones de los demás.

Cualquier situación de la vida cotidiana, que se da en la escuela, es buena para practicar y desarrollar la conciencia emocional.

Es importante dedicar tiempo al trabajo emocional, esto quiere decir que a veces hay que dejar lo que está haciendo para aprovechar esa situación para hablar con los niños, para hablar de lo que ha pasado y de cómo se han sentido los implicados en esa situación .

Hay que transmitimos a los niños que no hay emociones buenas y emociones malas, sino que todas las emociones son válidas, no pasa nada si estamos enfadados o tristes, lo más importante es saber manejar estas emociones.

A través de este diálogo con los niños, aparte de trabajar la empatía, también ayudamos a desarrollar su conciencia emocional, que sean conscientes de cómo se sienten.

También podemos aprovechar el juego para trabajar las emociones. Podemos realizar actividades como pedirles que dibujen cómo se sienten, que pinten la cara con la emoción que sienten, que representen teatralmente o haciendo mímica diferentes emociones …

Los cuentos son un gran recurso para hablar de las emociones y los sentimientos. A partir de la lectura de un cuento podemos establecer diálogos muy enriquecedores con los niños interpretando como se sienten los personajes, que les ha pasado, como han actuado …

Recursos para trabajar la educación emocional

  • Te recomiendo estos dos artículos con un grande de recopilación de cuentos que pueden ser útiles para trabajar las emociones:
    • 35 cuentos imprescindibles para trabajar las emociones.
    • Cuentos imprescindbles para trabajar las emociones II.
  • Te recomiendo la película «Inside Out» de Pixar.
  • Te recomiendo que visualices los vídeos siguientes:

Documental- Educación Emocional. Interesante trabajo de eduación emocional explicado por una maestra del Colegio Sagrada Familia de Gavà (Barcelona). Este es el documental sobre educación emocional realizado en el colegio Sagrada Familia de Gavà. La producción y realización del reportaje ha sido realizada por el equipo integrado por Andrea Czajkowski, Artur Cruz, Gerard Rodríguez, Laura Niubó y Joana Garcia, de la ESCAC.

Pautas para educar las emociones desde la infancia. María Ángeles Mairena, doctora y psicóloga clínica del Hospital San Juan de Dios y experta en emociones, nos detalla en el siguiente vídeo algunos de los principales consejos y recursos prácticos para educar las emociones de los pequeños.

«Sólo Respira»; el original cortometraje que ayuda a los niños a manejar las emociones. Julie Bayer Salzman y Josh Salzman hablan con diferentes chicas y chicos sobre sus emociones y cómo se sienten.

  • Te recomiendo los siguientes documentos:

Cómo educar las emociones. La inteligencia emocional en la infancia y la adolescencia. Un informe muy útil elaborado por el Observatorio FAROS Sant Joan de Déu (www.faroshsjd.net) es la plataforma de promoción de la salud y el bienestar infantil del Hospital San Juan de Dios (HSJD) de Barcelona.

Dossier el bosque encantado. Dossier elaborado por la asociación española contra el cáncer. Un pdf en el que encontrarás mucha información de las emociones y una buena selección de actividades para trabajar con tus alumnos.

conclusión

En la escuela nos preocupamos fundamentalmente de la parte cognitiva, la adquisición de conocimientos. Pero debemos preocuparnos también del aprendizaje social y emocional. No podemos educar sin tener en cuenta el corazón. Es necesario que los maestros acompañamos y ayudamos a los niños en su desarrollo emocional.

Es importante que los niños sean conciencia de las propias emociones y sean capaces de regularlas. Descubrir, identificar, diferenciar y gestionar las emociones es una forma de educar a nuestros alumnos, para que se descubran a sí mismos y que acaben convirtiéndose en adultos autoconscientes, con una buena base emocional para enfrentarse a los retos de la vida.

Un niño que conoce y sabe gestionar sus emociones no sólo tendrá buenos resultados académicos, sino que también estará más preparado para el mundo laboral. Construir una buena educación emocional es futuro !!

Las personas con más inteligencia emocional son más felices, tienen más bienestar, menos ansiedad y más recursos para enfrentarse a las dificultades que se encontrarán en la vida.

¿A qué esperamos para educar a los niños para su desarrollo integral?

Trabajas las emociones con tus niños? Cómo lo haces? Compartir haciendo un comentario. Muchas gracias.

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