Page 19 of 23
1 17 18 19 20 21 23

Eficacia de la afabilidad en la tarea docente

Por: Jorge Antonio Mansen Bellina

Cada profesor es diferente, pero aquel que está atento a las emociones y sentimientos de sus estudiantes, que da signos de valorarlos, que demuestra su estima y posee la cualidad de la amabilidad y la atención, además de confianza, tolerancia y sociabilidad; decimos es un profesor afable, pues pone de manifiesto uno de los sentimientos más valorados por los estudiantes. Un profesor afable siente que no hay nada tan recompensante como hacer que sus estudiantes se den cuenta de que son valiosas en este mundo (cf Bob Anderson).

La afabilidad, el agrado, la dulzura suponen la preocupación por el otro, sea quien sea, y el respeto solidario con él. Es, como solemos llamarlo ahora con otra palabra, la empatía. Y ésta es la manera de conectar con el otro, a un nivel más profundo, más allá de lo superficial y tangencial, y de tratar de responder a lo que necesita. Y esta virtud en el maestro acorta las distancias protocolares, abre las puertas para que sus estudiantes se acerquen, ayuda a una convivencia armónica (Definicion ABC).

«El hombre amable se distingue por su temple apacible y por la suavidad de sus modales; el afable por su llaneza, por su disposición a escuchar a todos. El amable lo es en su conducta; el afable lo es en su trato. Por lo común, se aplica el adjetivo afable al hombre de elevada jerarquía que no se desdeña de hablar con sus inferiores. De Federico II se cuenta que era amable con sus amigos y poco afable con sus súbditos» (José Joaquín de Mora).

Son estas actitudes positivas que hacen un profesor benevolente (que “quiere bien”) y benefactor (que “hace bien”) con sus estudiantes, con sus padres de familia, con sus colegas, con los cercanos y con las personas desconocidas. Un profesor afable provoca y hace que la gente le quiera y le respete; porque quien es afable es el que da el primer paso en este sentido, respetando y queriendo a los demás. ¿Vocación o formación? La Educación emocional docente, es el factor clave para la mejora de la convivencia en el aula y en el centro educativo, y para desarrollar esta virtud de la afabilidad en el aula.  Dice Daniel Goleman: «Las lecciones emocionales, incluso los hábitos más profundamente incorporados del corazón, aprendidos en la infancia, pueden transformarse. El aprendizaje emocional dura toda la vida», y empieza en el interior del maestro.

La Inteligencia Emocional entendida como la capacidad que tiene una persona de manejar, entender, seleccionar y trabajar sus emociones y las de los demás con eficiencia y generando resultados positivos (Álvaro Tineo); reviste, claramente, una importancia muy especial en la tarea docente, por lo que debe tener un lugar y un tiempo para “educarla” y para evaluarla durante todo el proceso de formación inicial y en el desempeño laboral. Sólo si el educador tiene la habilidad para gestionar bien sus emociones, podrá ayudar a que sus alumnos desarrollen su Inteligencia Emocional. Y ese proceso creará y potenciará un «respeto mutuo» de las propias sensaciones», y facilitará un ambiente positivo para el aprendizaje. Esto supone saber cómo nos sentimos y ser capaces de comunicar abiertamente nuestras sensaciones. Antes que intentar ser comprendido, el docente tiene que procurar comprender. Debe mostrarse comprensivo y empático y debe enseñar y modelar esas características tan preciadas de la interacción humana (cf Inteligencia emocional en el trabajo docente, sites.google.com).

“Si pensamos detenidamente en la trascendencia de nuestras emociones en nuestra vida diaria nos daremos cuenta rápidamente que son muchas las ocasiones en que éstas influyen decisivamente en nuestra vida, aunque no nos demos cuenta” (Bertrand Regader, Psicología y Mente). Una de las claves de la Inteligencia Emocional, es saber relacionarse con aquellas personas que nos resultan simpáticas o cercanas, pero también con personas que no nos sugieran muy buenas vibraciones. Y las expresiones del manejo de las emociones, son la sencillez por la que no se hace distinción entre las personas por su condición; la solidaridad por tomar en las propias manos los problemas ajenos haciéndolos propios; la comprensión, los buenos modales, el ponerse en el lugar de otros, consideración por los demás, respeto y atención a la exposición de sus interlocutores, dispuesto a la ayuda desinteresada y gratuita.

También será bueno tener en cuenta, entre otras cosas, nuestros bloqueos afectivos y emocionales con determinadas personas (dentro o fuera de la escuela), en algunas circunstancias. Esos bloqueos que se concretan y visibilizan de mil y una maneras diferentes, en acritudes, arrebatos, asperezas, durezas, enfados, rigideces, silencios, … seguramente, antes y ahora, en el pasado y en el presente, nos hace reconocer y agradecer a aquellas personas que nos han tenido estima, que nos han mostrado afecto, de manera gratuita, desinteresada, es decir, sin otra intención o interés que nosotros mismos. ¿Cómo superar esos obstáculos emocionales? El diálogo y el acompañamiento personal, son lo más recomendable para todo docente, que se valore como maestro por vocación y de corazón.

La afabilidad ejercitada diariamente por un maestro, que conduce a sus discípulos hasta la puerta de la Sabiduría (dicen los orientales), le convence que “la ternura y la bondad no son signos de debilidad y desesperación, sino manifestaciones de fuerza y resolución” (Khalil Gibran); y que, además le permite tomar las decisiones correctas en las situaciones más difíciles, propias de un profesor sabio (cf Plotino).

Y Usted, por ejemplo, ¿qué entiende por afabilidad en la vida escolar? ¿Recuerda alguna experiencia positiva de alguien que haya sido o esté siendo afable con Usted?

Fuente: http://educacioncmf.blogspot.com/

Comparte este contenido:

Pedagogía emocional: La fortaleza emocional en la escuela

Por: Jorge Antonio Mansen Bellina

La capacidad de amoldarse a un ambiente humano de trabajo y de relaciones, sin tener roces o diferencias, es un pensamiento muy ingenuo. En alguna medida todos (o algunos) hemos “pagado el noviciado” o nos “hemosganado el derecho de piso”, luego de uno o más tragos amargos en la comunicación y convivencia.

En algunos grupos esto puede pasarse como “un mal momento”, en no hacer caso, en “ignorarlos” y seguir para adelante; pero en una comunidad educativa, no es cuestión de “llevar la procesión por dentro”, o sobrellevar la vida. Un educador(a) tiene la imperiosa exigencia de identificar el porqué ha perdido la tranquilidad interior, porqué está así; enfrentar las adversidades, estudiar sus relaciones con personas “difíciles”, tomar alguna resolución, y descubrir lo que corresponde a su voluntad para convivir con la ayuda de la virtud de la tolerancia. Esto no se aprende en un instituto pedagógico o una facultad de educación, se aprende en la escuela de la vida.

Los que estamos en el mundo de la educación, tenemos que prepararnos para trabajar y vivir muchas horas de nuestra vida con gente que nos motive, que nos corrija con cariño, que nos respete, que nos escuche,… con gente extraordinaria y no tóxica (como la llama Tomás Navarro). Los padres de familia, directivos, administrativos, profesores y personal de apoyo de una escuela, debemos desarrollar la capacidad de tomarnos un tiempo para nosotros mismos, sin andar caminando en una dirección y velocidad que manejan los otros. Nos es necesario tener interiormente muy clara una escala de valores y prioridadespara tomar decisiones libres y responsables; y también, saber gestionar nuestras relaciones con personas perjudiciales a la estabilidad emocional de la comunidad educativa y sus integrantes.

El Psicólogo Tomás Navarro[1], especialista en conferencias de autoayuda, cree que siempre nos vamos a encontrar con retos, personas y situaciones difíciles, y cuanto más fuertes seamos emocionalmente, más fácil podremos decidir el camino a tomar. Si los directivos tienen la tarea de “animar a la comunidad” y por tanto potenciar en todo el personal de la comunidad educativa, no se puede dejar al azar el desarrollar y fortalecer esta capacidad de resiliencia emocional.

El Licenciado Lic. Oscar Anzorena[2] sostiene que “la forma de sentir y expresar nuestras emociones marca nuestro existir, determina nuestra calidad de vida y nos constituye en el ser que somos. Sin embargo, durante siglos se ha definido al ser humano como “ser racional”, entendiendo que es la racionalidad lo que nos determina como personas”. Y planea la importancia de mantener la  armonía y equilibrio entre la emoción y la racionalidad. “Es por esto que más que determinar la prevalencia de uno de ellos, es menester plantearse el desarrollo de ambos en un contexto”.

Y el conferencista sobre superación personal José María Vicedo[3], formula cuatro claves para construir una fortaleza emocional: a) aprovechar los momentos de calma para construir los sólidos cimientos para tomar decisiones, b) tener un Diario Personal para tener un orden de vida y repasar la propia historia, c) buscar el poder curativo del amor de las personas que nos aman y d) ante la crítica de los demás, nunca tomarla como algo que afecte al ser (a los más afectará a alguno de los comportamientos).

Les animo a seguir buscando y conociendo sobre un tema de la Fortaleza Emocional, que no es tan comúnmente tratada en las reuniones docentes, con padres de familia e incluso con los estudiantes: el cómo vivo y convivo en mi comunidad educativa, repercute mucho en la vida fuera de la escuela. “Las personas fuertes crean sus acontecimientos; las débiles sufren lo que les impone el destino” (Alfred Victor de Vigny).

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/pedagogia-emocional-la-fortaleza-emocional-en-la-escuela/

Comparte este contenido:

Entrevista: “La educación emocional es el corazón del desarrollo de la personalidad durante la adolescencia”.

Europa/España/25.04.2017/Autor y Fuente: http://www.webconsultas.com/

La adolescencia es la etapa más temida por muchos padres; y no es para menos, dados los estereotipos catastrofistas, los lugares comunes, y la falta de información que rodean a la misma. Como respuesta a esta preocupación de los padres, el doctor José Luis Carrasco, catedrático de psiquiatría y director de la Unidad de Personalidad y Comportamiento del Hospital Ruber Juan Bravo-Grupo Quirón Salud, ha creado, en colaboración con la doctora Marina Díaz Marsa, especialista en trastornos de la alimentación, y la psicóloga Nerea Palomares, la primera ‘Guía para padres de adolescentes malhumorados’. En ella se ofrecen herramientas para descartar posibles problemas futuros de construcción de personalidad de los menores, así como orientación y pautas para que los padres puedan afrontar esta etapa de la vida de sus hijos con mayor tranquilidad. Porque, al final, los hijos necesitan eso, padres que estén presentes y, sobre todo, tranquilos.

Has lanzado en colaboración con la doctora Marina Díaz Marsa, especialista en trastornos de la alimentación, y la psicóloga Nerea Palomares la primera ‘Guía para padres de adolescentes malhumorados’. ¿Qué vamos a encontrar en ella?

A través de la ‘Guía para padres de adolescentes malhumorados’ se ofrece orientación y pautas para que los padres puedan afrontar esta etapa de la vida de sus hijos con mayor tranquilidad. También da pistas sobre los casos en los que sí es necesario consultar con un especialista, ya que estamos acostumbrados a tachar todos los comportamientos como parte del crecimiento y del desarrollo personal de los adolescentes, sin ni siquiera entenderlos. No todos los menores tienen problemas, pero sí hay excepciones, y hay que estar alerta ante esas excepciones.

¿Por qué surge la necesidad de crear una guía así?

Por demanda de los mismos padres. Por lo general, se encuentran desorientados, desinformados y, muchas veces, hasta se sienten culpables pensando que están haciendo algo mal. Es importante transmitirles que muchas circunstancias psicológicas que encuentran en sus hijos y que les desconciertan son naturales, y no deben ser la razón para responder de forma excesivamente preocupada ni con dramas.

¿Dónde podemos encontrar la guía?

La guía está disponible de manera totalmente gratuita tanto en el Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid, como para su descarga online.

 

La ‘terrible’ adolescencia

La adolescencia es una etapa en la que se producen cambios físicos, hormonales y emocionales. A parte de los cambios de humor de los que habláis en la guía, ¿qué otras características marcan la adolescencia a nivel conductual?

Es muy frecuente la tendencia a estar aletargados y aislados cuando están en casa; una especie de pereza que suele desesperar a los padres. También suelen estar más descorteses y desorientados cuando les hablamos. Es muy normal durante esta etapa que adopten un aire de suficiencia, y que discutan prácticamente por todo lo que se les propone.

 “La adolescencia no es nada terrible, es un fenómeno natural; sólo debemos aceptar que es así, y no como nosotros desearíamos que fuera”

Desde tu experiencia, ¿tenemos los padres, en general, miedo a la adolescencia?

Más que a la adolescencia en sí misma, sobre todo se tiene miedo a esta etapa por los peligros que acechan en la calle, principalmente por las drogas, las peleas, y las conductas sexuales. También hay un cierto miedo a sentir que se hacen personas mayores, que han crecido.

¿Es tan terrible la adolescencia como nos la pintan, o quizás hay demasiados estereotipos catastrofistas?

No es nada terrible, es un fenómeno natural. Tan sólo debemos aceptar que es así, y no como nosotros desearíamos que fuera. La rigidez y la falta de aceptación de los cambios y de la inestabilidad que conllevan, sí puede hacerla terrible y complicarla más de lo natural.

¿Qué signos pueden alertarnos de que algo no va bien en el desarrollo natural de este etapa y de que sí puede haber algún problema?

Cuando aparecen conductas agresivas abiertas y graves, en forma de insultos, o en forma de agresiones a objetos, y de manera repetida. Entonces, es el momento de plantearse la consulta al especialista. Más aún si este tipo de comportamiento se asocia a fracaso escolar o alejamiento de los amigos habituales.

“Es muy normal durante esta etapa que los adolescentes adopten un aire de suficiencia y que discutan prácticamente por todo lo que se les propone”

¿Ayuda una buena base de educación emocional, de la que tanto estamos escuchando hablar en los últimos años, en esta etapa?

La educación emocional previa no solo ayuda, sino que es el corazón del desarrollo de la personalidad durante la adolescencia. Los valores y los sentimientos aportados en las etapas previas estarán debajo de la tormenta conductual de la adolescencia, y mantendrán la personalidad a flote hasta que pase.

Y durante la adolescencia, ¿hasta qué punto cumple un papel destacado mantener esa educación emocional?

En la adolescencia ya están incorporados los aspectos más profundos de la educación emocional, que ocurrieron en las etapas previas, pero hay que seguir manteniendo los afectos. Es muy importante mantenerse firme en los afectos y en los valores, impidiendo que se derrumben los límites, aunque siempre con una buena dosis de cariño, flexibilidad y paciencia.

Cuestión de carácter

¿Influye el ejemplo de los padres, y lo que transmiten, en el carácter de los hijos?

Es lo que más influye. El aprendizaje por observación y por identificación es la base de la personalidad, y sólo se produce si existe un apego afectivo y auténtico durante la infancia. Los consejos y sermones solo valen si son coherentes con lo observado; si no lo son, pueden incluso resultar inconvenientes.

“Los consejos y sermones solo valen si son coherentes con lo observado; si no lo son, pueden incluso resultar inconvenientes”

¿Y el temperamento?

El temperamento se trae puesto desde la lactancia. Y no existen temperamentos malos; cada uno tiene su lugar en el mundo. Se trata durante el desarrollo de que el niño crezca conforme a su temperamento, bien sea impulsivo, rápido, extrovertido, introvertido, hedonista, reflexivo, etcétera. Pero para todos ellos es importante el cariño, el apego, la comunicación, la seguridad, y el aprendizaje de valores y de límites.

¿Qué papel tiene la familia en el desarrollo de la personalidad del adolescente?

Antes de la adolescencia lo tuvo casi todo. Durante la adolescencia tiene el único papel, y no es poco, de mantenerse firme y de forma amorosa en medio de la tormenta. Y vigilar discretamente que no se introduzcan otros elementos que pueden ser importantes y negativos, como las drogas, las malas compañías, o la cultura del todo vale.

¿Qué consejos o recomendaciones le podría dar a unos padres que estén a punto de entrar en esta etapa con sus hijos?

Todo lo dicho anteriormente lo resume. Apoyarles, no mostrar superioridad, no insistir en sus dificultades, aguantar, ofrecer confort y sosiego, pueden ser algunas medidas útiles.

Fuente: 

http://www.webconsultas.com/entrevistas/bebes-y-ninos/dr-jose-luis-carrasco-perera-psiquiatra-experto-en-conducta-adolescente

Imagen: https://triskelate.com/wp-content/uploads/2017/01/emocional.jpg

Comparte este contenido:

Educación emocional o muerte

Por: Raúl Alguacil Titos

“¿Qué es lo que ladras, maestro?”. Esto fue lo que me respondió una alumna hace unas semanas cuando le indiqué que sacara su cuaderno. Tiene 14 años. A los cinco segundos se le olvidó.

Mala educación, faltas de respeto, intolerancia absoluta a la frustración, ausencia de empatía y de autocontrol de las emociones, baja autoestima, incapacidad para comunicarse y expresar sentimientos de manera asertiva…bajo rendimiento escolar. Es la realidad de muchísimos de los jóvenes en gran parte de los centros de enseñanza secundaria. He recorrido unos cuantos en diez años de profesión. Nuestros alumnos y alumnas carecen de herramientas básicas que eviten convertirlos en bombas de relojería. Todos los días asistimos a “explosiones” incontrolables en los que se llevan por delante a sus compañeros de clase, a sus profesores, a sus padres y, en definitiva, a ellos mismos. De hecho, ejercer la docencia en secundaria se ha convertido en una profesión de riesgo, con una altísima probabilidad de sufrir el síndrome de burnout. Pero las víctimas reales son ellos/as. ¿Alguien se ha parado a pensar en la necesidad imperiosa de desarrollar la inteligencia emocional de nuestros jóvenes?

El Informe Delors (UNESCO, 1996) reconoce que la educación emocional es un complemento indispensable en el desarrollo cognitivo y una herramienta fundamental de prevención, ya que muchos problemas tienen su origen en el ámbito emocional. La educación emocional tiene como objetivo ayudar a las personas a descubrir, conocer y regular sus emociones e incorporarlas como competencias.

Goleman definió la inteligencia emocional como la capacidad para reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de automotivarnos, y manejar de manera positiva nuestras propias emociones, sobre todo aquellas que tienen que ver con nuestras relaciones sociales. La inteligencia emocional es, por tanto, una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la curiosidad, la agilidad mental, etc., que configuran rasgos de carácter, como la autodisciplina, la compasión, la solidaridad o el altruismo, indispensables para una buena y creativa adaptación social.

Esas habilidades sociales tienen una relación muy directa con el rendimiento académico de los jóvenes y, sin embargo, le prestamos poca atención. Al menos, no toda la que merece aunque es algo fundamental. Los beneficios de la inteligencia emocional son tan esenciales que desde la comunidad científica se ha llegado al convencimiento de que constituye un importante predictor del éxito en la vida y del bienestar psicológico general. Su descuido, por tanto, puede producir importantes frustraciones a nivel personal, social y profesional, conduciendo a trastornos de la conducta, como los alimentarios o relacionados con el consumo de sustancias tóxicas, depresión, agresividad, aislamiento social y fracaso escolar. Además, situaciones como el acoso escolar o bullying poseen un trasfondo de problemas en la gestión de emociones, ya que la persona acosadora tiene dificultades que afectan a su capacidad de empatía y la gestión de límites.

¿Acaso no son estas razones más que suficientes para abordar la inteligencia emocional como una intervención prioritaria en los centros educativos? Yo pienso que sí. De hecho, la inteligencia emocional debería recibir una atención improrrogable y previa al resto de materias que se imparten en las aulas. Y para ello necesitamos flexibilidad y los instrumentos necesarios.

El Informe Delors (UNESCO, 1996) reconoce que la educación emocional es un complemento indispensable en el desarrollo cognitivo

Flexibilidad en cuanto a que tenemos alumnos y alumnas que, antes que aprender matemáticas, lengua o inglés, necesitan que los atendamos desde la perspectiva emocional. No debería ser problema emplear el tiempo necesario en trabajar las habilidades que antes enunciaba. Los docentes sabemos bien que los alumnos y alumnas que superan sus estudios satisfactoriamente son los que gestionan mejor sus emociones y, al mismo tiempo, aquellos que tienen dificultades para controlar sus emociones son los que registran mayor fracaso escolar. Más horas de inglés, de matemáticas o lengua, con diversos programas de refuerzo, no les va a ayudar mucho si no poseen las herramientas necesarias de gestión emocional y carecen de las capacidades que les permitan establecer rutinas de estudio o poner mayor atención en las actividades de clase. Es, sencillamente, un esfuerzo inútil en muchísimos casos, lo cual constituye un desperdicio de recursos y de muchísimo esfuerzo que el alumnado no puede aprovechar porque ya no es una cuestión de voluntad sino de carencia de habilidades.

En cuanto a los instrumentos necesarios creo que antes de tomar medidas hay que dejar que lideren las medidas a implementar los profesionales. La escuela, por tanto, debe asumir su parte de responsabilidad en este proceso dirigido al desarrollo integral del individuo, y propiciar dentro de su proyecto formativo, el valor añadido de la competencia emocional de los alumnos. Los departamentos de orientación, al respecto, tienen un personal valiosísimo que hay que aprovechar y son a quienes hay que escuchar. En mi opinión habría que actuar en un doble ámbito; en las aulas, con los alumnos y alumnas, y con las familias. El trabajo con éstas es fundamental pero debemos ser conscientes de que hay que ayudarlas y establecer planes de actuación conjunta. ¿De qué forma? Pues proporcionando pautas claras, manteniendo una comunicación fluida y diseñando estrategias de actuación específicas para que las puedan llevar a cabo en casa. El diseño de unos buenos materiales y una formación concreta para las familias tendrían un efecto muy positivo, porque muchas veces los padres y madres tienen voluntad de ayudar y hacer cosas en beneficio de sus hijos e hijas, pero no saben cómo hacerlo. La familia es la primera escuela para el aprendizaje emocional y el entorno familiar será el patrón original del comportamiento del individuo en su desenvolvimiento diario.

Los docentes tenemos, también, necesidades formativas en este aspecto que la administración debería atender. Además, estamos demasiado encorsetados dentro de currículos rígidos y asediados siempre por el tiempo y la necesidad de impartir determinados contenidos para su evaluación. Y es que, a pesar de las modas que algunos pretenden imponer (como por ejemplo la LOMCE), educar no es sinónimo de evaluar ni esto último implica lo que algunos pregonan como calidad; es una falacia. Insisto en que todo ese esfuerzo se diluye irremediablemente en ese océano de confusión en el que está buena parte de nuestros alumnos y alumnas. No quiero decir que evaluar no sea importante, sino que la evaluación no puede desplazar la atención que requiere cada alumno/a.

Además, entre los profesionales de la educación existe la conciencia creciente de la importancia de lograr las competencias emocionales que la inteligencia emocional comporta. La educación emocional, la educación para la vida (personal, social, familiar, profesional, etc.) en suma, es un pilar fundamental para alcanzar un mayor bienestar en todos esos ámbitos, incluyendo la salud física y mental, mayor bienestar social y, también, mayores cotas de felicidad. ¿Acaso no debemos contribuir, precisamente, a que nuestros jóvenes sean más felices, a que se sientan más plenos? ¿No es esa la base más adecuada para todo lo demás?

Si nuestros alumnos tuvieran las herramientas necesarias para desarrollar adecuadamente su inteligencia emocional muchos de los problemas de conflictividad, acoso escolar y fracaso escolar pasarían a ser absolutamente residuales. Otros sistemas educativos más exitosos ponen gran énfasis, precisamente, en hacer que sus alumnos/as adquieran una buena base emocional, pues a partir de ahí todo lo demás es mucho más sencillo de construir. Se aprovecharían mejor los recursos de los centros y esfuerzos del profesorado, y caminaríamos realmente hacia eso que algunos políticos llaman calidad educativa, cuando en realidad tratan de engañarnos, encubriendo los problemas reales, segregando al alumnado e implantando programas ineficaces en un entorno marcado por los recortes brutales en la escuela pública mientras se beneficia a los centros privados sostenidos con fondos públicos.

Por eso merece la pena prestarle atención a esta dimensión absolutamente crucial si queremos dar un vuelco a la situación, donde especialmente los docentes de secundaria sufren un panorama desolador. Es la realidad, y es lo que los pedagogos de plató y los políticos no quieren reconocer porque no pisan esa realidad que solo puede ver quien pisa a diario el suelo de las aulas. Por todas esas razones debemos tomar una decisión crucial: educación emocional o muerte. El analfabetismo más dañino no es el de las letras o los números, o el digital, sino el de las emociones.

Fuente: http://www.eldiario.es/murcia/murcia_y_aparte/Educacion-emocional-muerte_6_628247195.html

Comparte este contenido:

Libro: Educación Emocional: Programa y guía de desarrollo didáctico

Educación Emocional: Programa y guía de desarrollo didáctico

Autor: María Dolores Hurtado Montesinos
Año: 2015
Editor: Región de Murcia
Páginas: 226 páginas
Idioma: español
Desde: 27/03/2017
Tamaño: 2.73 MB
Licencia: CC-BY-NC-SA

Reseña:

Todos tenemos capacidad para aprender, pero en ocasiones o no reconocemos o no encontramos el camino apropiado. Aquí, es donde la enseñanza juega su papel protagonista, mostrando a cada persona cuál es el mejor camino para llegar a su meta.

Las emociones envuelven a la persona, por tanto, una enseñanza que parta de las emociones, dará lugar a una educación holística que alcance a toda la persona. Así, ser conscientes de nuestros propios sentimientos nos va a ayudar a controlarlos. De igual modo, conocer nuestros propios sentimientos nos acerca a la comprensión de lo que siente el otro. De este modo, la empatía se consigue cuando somos capaces de ponernos en el lugar de los demás. Las emociones se pueden controlar y dirigir cuando se las conoce. La práctica del autocontrol puede resultar difícil, pero cuando se consigue, nos ayuda a resolver muchos problemas.

Los docentes debemos ser como el hada o el mago que tienen la capacidad de hacer brillar en cada persona lo más valioso que guarda en su interior. Una buena motivación hace sacar lo mejor que hay en cada persona. La transversalidad y la tutoría pueden ser espacio y momento para asegurar el desarrollo de la educación emocional en nuestras aulas.

Las competencias emocionales no se desarrollan al margen de… Se deben integrar en la enseñanza de cualquier tópico o asignatura. Por otra parte, es imprescindible que exista motivación para comenzar a construir los aprendizajes. Y ahí, en el centro de la motivación, está la emoción como motor que la impulsa.

 

Para descargar: https://openlibra.com/es/book/download/educacion-emocional-programa-y-guia-de-desarrollo-didactico

Fuente de la reseña: https://openlibra.com/es/book/educacion-emocional-programa-y-guia-de-desarrollo-didactico

Fuente de la imagen: https://olcovers2.blob.core.windows.net/coverswp/2017/03/Educacion-Emocional-guia-OpenLibra-300×425.jpg

Comparte este contenido:

Colombia: Promover resiliencia en niños consolida lazos comunitarios según expertas

Por: Agencia de Noticias EFE

Promover la resiliencia en niños y adolescentes de países como Colombia, inmersos en el conflicto durante años, consolida lazos comunitarios y mejora la interacción de los individuos, según expertas que participaron en el Seminario Desarrollo Psicoafectivo y Educación Emocional realizado en Barranquilla.

En el evento participaron la académicas investigadoras de Israel Nira Kaplansky y de España Anna Forés Miravalles, quienes están de acuerdo en que el concepto de comunidad, con el apoyo de los padres y del Gobierno, es básico para tejer la resiliencia.buta en solitario con fuerte mensaje de igualdad

El V Seminario Internacional de Desarrollo Psicoafectivo y Educación Emocional se presentó en el marco de la Cátedra Europa que organiza la Universidad del Norte, y en el que se abordó el tema de la resiliencia, entendida como la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones adversas.

«El futuro está por hacer, está por construir. La parte positiva de este proceso es que, se basa en el realismo de la esperanza, de aceptar lo que tenemos y a partir de allí construir lo que queremos ser», explicó a Efe Miravalles, quien es presidenta de la Asociación de Investigación para la Resiliencia, con sede en España, Suiza, Argentina, Chile y México.

Para la académica española, en sociedades como la colombiana que ha vivido el conflicto armado durante mucho tiempo, el concepto de comunidad es básico para tejer la resiliencia.

«Es decir que si me caigo tendré una red que me va a sostener y si es una super red, lo que va a hacer es que me va a levantar», dijo.

En su opinión, «la escuela es un elemento clave porque los grandes referentes y modeladores de la niñez son la familia y la escuela y muchas veces ésta no es consciente de su papel en la sociedad. En este proceso el Estado tiene que hacer lo suyo, es decir, asumirlo y ser responsable por ese bien común, que son los niños».

Miravalles es doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación, y Licenciada en Pedagogía por la Universidad de Barcelona. De igual forma, actualmente es profesora del Departamento de Didáctica y Organización Educativa de la Universidad de Barcelona.

Sobre el mismo tema, la israelí Nira Kaplansky dijo a Efe que cuando queremos potenciar la resiliencia en los niños tenemos que reforzar a los padres y ese mismo modelo se puede trasladar a la coyuntura al Gobierno y población. «El Gobierno es un componente materno paternal del pueblo», indicó.

«Si los habitantes sienten que su gobierno está funcionando en su mejor interés, y está organizado para ayudarlos a sobrellevar eventos masivos, pues entonces la resiliencia nacional o comunitaria prevalece», anotó Kaplansky, quien además es magister en Arte-Terapia de la Universidad de Sury y licenciada en Trabajo Social de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

«Las autoridades deben comprender que algún tipo de evento terrible puede y va a suceder porque esa es la realidad de todos los países. Por eso tienen que definir las acciones en los temas de resiliencia comunitaria», agregó Kaplansky

La Universidad del Norte está celebrando la vigésima versión de la Cátedra Europa, encuentro académico y cultural entre el Caribe colombiano y el mundo académico europeo.

Fuente: https://noticias.terra.com.co/colombia/estimular-resiliencia-en-ninos-consolida-lazos-comunitarios-segun-expertas,5ca4a2fabdad29326e1daea9ee9d62capyrndmye.html

Comparte este contenido:

España: Directora de I Máster en Educación Emocional de la UPO aboga por «educadores valientes» para «cambiar el mundo»

Europa/España/18 Marzo 2017/Fuente y Autor: Europa PRESS

La directora ejecutiva de la primera edición del Máster en Educación Emocional e Inteligencias Múltiples de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, Alma Serra, ha manifestado que «necesitamos a personas y educadores valientes para cambiar la educación» y, por consiguiente, «cambiar el mundo», citando palabras del psiquiatra Claudio Naranjo.

Además, considera que existe «la imperiosa necesidad de cambiar la ortodoxa forma de enseñar por procesos adaptados a las actuales necesidades de las familias, de los niños y a un futuro cada día más dinámico, rápido y lleno de incertidumbres». Según recuerda la UPO en una nota, el presente máster, que se realiza en modalidad presencial, tiene como objetivo «conocer, integrar y aplicar las bases de la educación emocional y la teoría de las inteligencias múltiples en los diferentes contextos educativos, así como desarrollar las competencias y habilidades necesarias para saber cómo implementar y acompañar un programa de educación emocional, entre otras necesidades». A juicio de Serra, la principal aportación de la educación emocional es la «reducción del estrés en el alumnado, las familias y los docentes».

Sin dicho estrés, aumenta la capacidad retentiva de los alumnos, su motivación y su atención, al ser capaces de escuchar de una forma activa y facilitar la comprensión de contenidos respetando su estructura cognitiva, al tiempo que se ayuda a los estudiantes para que vayan «desarrollando otras competencias». En síntesis, «sólo se aprende lo que se ama», ha señalado, aludiendo al reconocido pionero en Neuroeducación Rafael Mora.

La profesora considera que en la actualidad existen «tres grandes carencias emocionales» que se ponen de manifiesto en las aulas. Por un lado, la «cada vez menor capacidad de atención»; los problemas en la «autorregulación emocional»; y, en tercer lugar, la falta de motivación o curiosidad por aprender». Alma Serra alerta de que un niño desmotivado y con una inmadura regulación de sus necesidades «está condenado a problemas de aprendizaje o de convivencia» si no hay un adulto que lo remedie a tiempo. Por ello, la educación emocional propone un «replanteamiento» de los principios, valores y pilares de una propuesta «obsolescente» que necesita cambiar para basarse en el respeto a los procesos emocionales de los niños, «facilitando la comprensión de contenidos y respetando la estructura cognitiva de los menores permanentemente en cambio».

ESTRÉS

La profesora advierte de que aprender a través de la propuesta clásica en la que el niño es un mero «contenedor de información» y el docente un instructor que ejerce su autoridad sin tener en cuenta los procesos emocionales de cada etapa genera estrés que, mantenido en el tiempo, «afecta a áreas del cerebro como por ejemplo el hipocampo», encargado de la memoria a corto plazo. Sin embargo, «cuando el niño o la niña se siente respetado, motivado y disfruta de lo que aprende, su organismo genera dopamina, serotonina o endorfinas, hormonas asociadas a la felicidad, por lo que aprende mejor, retiene más información y asocia a mayor velocidad», subraya.

Asimismo, le preocupa que algunas escuelas «mermen la creatividad de sus alumnos mediante la rigidez», si bien explica que hay muchas experiencias de educación formal que ya «están rompiendo esta ortodoxia educativa con unos resultados excelentes». Se trata de centros educativos «con un proyecto innovador, transformador, respetuoso, con docentes motivados y alumnos deseando de aprender» que han vencido la resistencia de un «sistema institucionalizado» que no favorece los cambios, según ha añadido Serra.

Por último, la directora ejecutiva del máster destaca que la educación emocional no es nada nuevo, siempre ha existido, porque educar sin emociones es imposible. «Sólo que ahora somos conscientes de que tenemos que acompañar de otra forma, que el modelo educativo clásico ya no da respuesta a las nuevas necesidades de las familias y, para ello, la nueva educación emocional propone acompañar a los niños en su desarrollo integral enseñándoles no sólo conocimientos instrumentales, sino a desenvolverse en la vida y resolver los conflictos del día a día», rompiendo así con el actual modelo «patriarcal que promueve la meritocracia y la diferencia en lugar de la interdependencia y el respeto», concluye Alma Serra.

Fuente de la noticia: http://www.20minutos.es/noticia/2988114/0/directora-master-educacion-emocional-upo-aboga-por-educadores-valientes-para-cambiar-mundo/

Fuente de la imagen:http://cdn.20m.es/img2/recortes/2017/03/17/441954-944-1259.jpg?v=2017031715170

Comparte este contenido:
Page 19 of 23
1 17 18 19 20 21 23