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Entrevista: “La educación emocional es el corazón del desarrollo de la personalidad durante la adolescencia”.

Europa/España/25.04.2017/Autor y Fuente: http://www.webconsultas.com/

La adolescencia es la etapa más temida por muchos padres; y no es para menos, dados los estereotipos catastrofistas, los lugares comunes, y la falta de información que rodean a la misma. Como respuesta a esta preocupación de los padres, el doctor José Luis Carrasco, catedrático de psiquiatría y director de la Unidad de Personalidad y Comportamiento del Hospital Ruber Juan Bravo-Grupo Quirón Salud, ha creado, en colaboración con la doctora Marina Díaz Marsa, especialista en trastornos de la alimentación, y la psicóloga Nerea Palomares, la primera ‘Guía para padres de adolescentes malhumorados’. En ella se ofrecen herramientas para descartar posibles problemas futuros de construcción de personalidad de los menores, así como orientación y pautas para que los padres puedan afrontar esta etapa de la vida de sus hijos con mayor tranquilidad. Porque, al final, los hijos necesitan eso, padres que estén presentes y, sobre todo, tranquilos.

Has lanzado en colaboración con la doctora Marina Díaz Marsa, especialista en trastornos de la alimentación, y la psicóloga Nerea Palomares la primera ‘Guía para padres de adolescentes malhumorados’. ¿Qué vamos a encontrar en ella?

A través de la ‘Guía para padres de adolescentes malhumorados’ se ofrece orientación y pautas para que los padres puedan afrontar esta etapa de la vida de sus hijos con mayor tranquilidad. También da pistas sobre los casos en los que sí es necesario consultar con un especialista, ya que estamos acostumbrados a tachar todos los comportamientos como parte del crecimiento y del desarrollo personal de los adolescentes, sin ni siquiera entenderlos. No todos los menores tienen problemas, pero sí hay excepciones, y hay que estar alerta ante esas excepciones.

¿Por qué surge la necesidad de crear una guía así?

Por demanda de los mismos padres. Por lo general, se encuentran desorientados, desinformados y, muchas veces, hasta se sienten culpables pensando que están haciendo algo mal. Es importante transmitirles que muchas circunstancias psicológicas que encuentran en sus hijos y que les desconciertan son naturales, y no deben ser la razón para responder de forma excesivamente preocupada ni con dramas.

¿Dónde podemos encontrar la guía?

La guía está disponible de manera totalmente gratuita tanto en el Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid, como para su descarga online.

 

La ‘terrible’ adolescencia

La adolescencia es una etapa en la que se producen cambios físicos, hormonales y emocionales. A parte de los cambios de humor de los que habláis en la guía, ¿qué otras características marcan la adolescencia a nivel conductual?

Es muy frecuente la tendencia a estar aletargados y aislados cuando están en casa; una especie de pereza que suele desesperar a los padres. También suelen estar más descorteses y desorientados cuando les hablamos. Es muy normal durante esta etapa que adopten un aire de suficiencia, y que discutan prácticamente por todo lo que se les propone.

 “La adolescencia no es nada terrible, es un fenómeno natural; sólo debemos aceptar que es así, y no como nosotros desearíamos que fuera”

Desde tu experiencia, ¿tenemos los padres, en general, miedo a la adolescencia?

Más que a la adolescencia en sí misma, sobre todo se tiene miedo a esta etapa por los peligros que acechan en la calle, principalmente por las drogas, las peleas, y las conductas sexuales. También hay un cierto miedo a sentir que se hacen personas mayores, que han crecido.

¿Es tan terrible la adolescencia como nos la pintan, o quizás hay demasiados estereotipos catastrofistas?

No es nada terrible, es un fenómeno natural. Tan sólo debemos aceptar que es así, y no como nosotros desearíamos que fuera. La rigidez y la falta de aceptación de los cambios y de la inestabilidad que conllevan, sí puede hacerla terrible y complicarla más de lo natural.

¿Qué signos pueden alertarnos de que algo no va bien en el desarrollo natural de este etapa y de que sí puede haber algún problema?

Cuando aparecen conductas agresivas abiertas y graves, en forma de insultos, o en forma de agresiones a objetos, y de manera repetida. Entonces, es el momento de plantearse la consulta al especialista. Más aún si este tipo de comportamiento se asocia a fracaso escolar o alejamiento de los amigos habituales.

“Es muy normal durante esta etapa que los adolescentes adopten un aire de suficiencia y que discutan prácticamente por todo lo que se les propone”

¿Ayuda una buena base de educación emocional, de la que tanto estamos escuchando hablar en los últimos años, en esta etapa?

La educación emocional previa no solo ayuda, sino que es el corazón del desarrollo de la personalidad durante la adolescencia. Los valores y los sentimientos aportados en las etapas previas estarán debajo de la tormenta conductual de la adolescencia, y mantendrán la personalidad a flote hasta que pase.

Y durante la adolescencia, ¿hasta qué punto cumple un papel destacado mantener esa educación emocional?

En la adolescencia ya están incorporados los aspectos más profundos de la educación emocional, que ocurrieron en las etapas previas, pero hay que seguir manteniendo los afectos. Es muy importante mantenerse firme en los afectos y en los valores, impidiendo que se derrumben los límites, aunque siempre con una buena dosis de cariño, flexibilidad y paciencia.

Cuestión de carácter

¿Influye el ejemplo de los padres, y lo que transmiten, en el carácter de los hijos?

Es lo que más influye. El aprendizaje por observación y por identificación es la base de la personalidad, y sólo se produce si existe un apego afectivo y auténtico durante la infancia. Los consejos y sermones solo valen si son coherentes con lo observado; si no lo son, pueden incluso resultar inconvenientes.

“Los consejos y sermones solo valen si son coherentes con lo observado; si no lo son, pueden incluso resultar inconvenientes”

¿Y el temperamento?

El temperamento se trae puesto desde la lactancia. Y no existen temperamentos malos; cada uno tiene su lugar en el mundo. Se trata durante el desarrollo de que el niño crezca conforme a su temperamento, bien sea impulsivo, rápido, extrovertido, introvertido, hedonista, reflexivo, etcétera. Pero para todos ellos es importante el cariño, el apego, la comunicación, la seguridad, y el aprendizaje de valores y de límites.

¿Qué papel tiene la familia en el desarrollo de la personalidad del adolescente?

Antes de la adolescencia lo tuvo casi todo. Durante la adolescencia tiene el único papel, y no es poco, de mantenerse firme y de forma amorosa en medio de la tormenta. Y vigilar discretamente que no se introduzcan otros elementos que pueden ser importantes y negativos, como las drogas, las malas compañías, o la cultura del todo vale.

¿Qué consejos o recomendaciones le podría dar a unos padres que estén a punto de entrar en esta etapa con sus hijos?

Todo lo dicho anteriormente lo resume. Apoyarles, no mostrar superioridad, no insistir en sus dificultades, aguantar, ofrecer confort y sosiego, pueden ser algunas medidas útiles.

Fuente: 

http://www.webconsultas.com/entrevistas/bebes-y-ninos/dr-jose-luis-carrasco-perera-psiquiatra-experto-en-conducta-adolescente

Imagen: https://triskelate.com/wp-content/uploads/2017/01/emocional.jpg

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¿Por fin un pacto educativo?

Un gran acuerdo sobre la enseñanza debería buscar la estabilidad, dejando a un lado las diferencias partidistas, y tener en cuenta que las familias y el entorno social son elementos esenciales del sistema.

Por: Victoria Camps.

De todos los derechos que un Estado social debe garantizar, el derecho a la educación ha sido el más damnificado por las rivalidades de los distintos grupos políticos. El comienzo fue bueno, con dos leyes (la LODE y la LOGSE) que nos situaron a nivel europeo en muy pocos años. Se sucedieron luego una serie de reformas, hasta cinco leyes más, que han sido motivo reiterado de críticas y querellas entre Administraciones y entre los profesores y la Administración. Son la prueba evidente de que algo tan básico para un país como es la educación no ha dejado de ser instrumentalizado por las luchas partidistas. Hasta la saciedad se ha dicho y repetido que la educación debiera ser una cuestión de Estado.

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 Ahora parece que nos encontramos en los prolegómenos de lo que sea. El resultado de las últimas elecciones es un Parlamento fragmentado, propicio para los pactos, en el que se han dado los primeros pasos a favor de un pacto por la educación. Aplaudamos la buena voluntad y crucemos los dedos para que el propósito no se tuerza. No puede decirse sin más que nuestro sistema educativo es malo, pero sí que muestra una serie de defectos no menores que deben abordarse con una actitud distinta a la que ha sido habitual hasta ahora. Sin intervencionismos inútiles y con valentía para constatar lo que no funciona. Un pacto por la educación debería proponerse, de entrada, dos cosas: dejar de lado las diferencias partidistas e implicar a toda la sociedad. Debe buscarse la estabilidad educativa que permita avanzar sin sobresaltos y retrocesos. Y hay que partir del supuesto de que el sistema educativo no lo constituyen solo las escuelas, sino también las familias y el entorno cultural. El diagnóstico previo para pactar posibles cambios y formas de proceder en el futuro tiene que ser compartido por los grupos políticos y por las fuerzas sociales que más pueden contribuir a la mejora del sistema en su conjunto.

El giro que debería producirse  es el que va de la cantidad  a la calidad

De la cantidad a la calidad, tal es el giro que debería producirse para que la universalidad de la educación, ya lograda en términos cuantitativos, llegue a ser realmente aprovechada por quienes ahora no la aprovechan, y responda al objetivo de ofrecer una igualdad de oportunidades que amplíe y asegure el nivel cultural de toda la sociedad. La falta de calidad que hoy detectamos se resume en dos puntos: fracaso y abandono. Tanto el fracaso escolar como el abandono del sistema son excesivamente altos si nos comparamos con la media europea. Son demasiados los alumnos que no consiguen la graduación mínima de la ESO y muchos los que abandonan los estudios a los 16 años. Añadamos lo que reflejan los temidos informes PISA: la comprensión lectora y el conocimiento de matemáticas y ciencias de nuestros alumnos no es para sentirse orgullosos de lo que aprenden. Saben, en efecto, muchas cosas que sus abuelos desconocían a su edad, pero tienen grandes lagunas en lo más básico. ¿Fallan los métodos de aprendizaje? ¿Falla la selección del profesorado? ¿Se tiene una idea equivocada de lo que debe ser educar? ¿Se está imponiendo una especie de educación terapéutica, dirigida más a que crezca la autoestima del niño que a enseñarle cosas? ¿Se ha discutido alguna vez cuáles son los conocimientos mínimos que deben mantenerse en el currículo a pesar de los cambios tecnológicos? ¿Hasta cuándo tendremos una formación profesional desprestigiada, poco atractiva y poco coherente con las ofertas de empleo?

Para plantear estos y otros interrogantes y encauzar bien las respuestas hay que analizar los contextos en que se producen. Dónde hay más fracaso escolar y de dónde salen los alumnos que abandonan tempranamente la formación. Sin duda, de las familias más desfavorecidas. Las estadísticas al respecto son claras y unánimes. Los informes corroboran que el derecho a la educación está garantizado solo formalmente. Todos los niños están escolarizados, en efecto, pero fracasan y abandonan los más vulnerables, los que no disponen de un entorno social favorable al estudio. Uno de los agujeros del sistema educativo es esa deficiencia en la equidad. Hay libertad para escoger escuela, en efecto, pero ¿quién escoge la escuela pública y quién puede preferir la concertada? ¿No hay escuelas públicas convertidas en auténticos guetos de la inmigración? Aunque la libertad para escoger esté garantizada, existen las llamadas “preferencias adaptativas”: no todos pueden de hecho preferir lo que quisieran. Unos límites invisibles eliminan posibilidades para aquellos cuya renta es demasiado baja.

El derecho a la educación es tan fundamental que es el derecho que hace posibles otros derechos. La salud, el trabajo, la cultura, la vivienda son menos accesibles para quienes han tenido que aparcar muchos deseos ante necesidades más perentorias. Nadie pone en duda que las desigualdades económicas y culturales afectan también a los resultados de la educación. Cuando lo único que de verdad crece en nuestro mundo son las desigualdades, un pacto por la educación no puede cerrar los ojos ante esta realidad.

Todos los niños están escolarizados, pero existe una gran falta de equidad entre ellos

Pero la educación no solo fracasa porque no todos llegan a aprovechar lo que formalmente se les ofrece, sino porque tampoco está claro que educar deba ser lo que en realidad se está haciendo bajo ese nombre. La Constitución lo dice: educar ha de consistir en el pleno desarrollo de la personalidad humana. Educar es formar una personalidad moral, nos guste o no la expresión; es formar personas autónomas y responsables, capaces de adquirir criterio y de dar cuenta de lo que hacen. Un objetivo nada fácil que, como afirma el dicho famoso, requiere el compromiso “de la tribu entera”. Si es casi imposible comprometer a toda la sociedad para ver la mejor manera de inculcar esos principios, por lo menos habrá que contar con una complicidad mínima entre la familia y la escuela para que el niño no reciba aquí y allá mensajes contradictorios. No siempre la institución docente ha sabido ganarse la confianza de los padres ni estos cuentan con la de los maestros de sus hijos.

La política, de izquierdas y de derechas, se ha hecho escaso eco de aquella máxima feminista que proclama que “lo privado es político”. En nuestro entorno, las políticas de protección familiar no han formado parte de las prioridades políticas: ni guarderías, ni medidas de conciliación laboral, ni reconocimiento efectivo del trabajo doméstico o de las obligaciones del cuidado. No son fallos menores. Afectan también a las deficiencias educativas.

Será bienvenido un pacto que acierte a analizar y discutir sin miedo qué impide que veamos la educación en España como uno de los logros más conseguidos. No basta que el pacto sea político, el conjunto de agentes sociales y culturales son también corresponsables de que se logre una buena educación.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/03/21/opinion/1490126436_777177.html

Imagen: http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2017/03/21/opinion/1490126436_777177_1491837125_miniatura_normal.jpg

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¿En qué trabajarán los niños de la sociedad actual?

Si hay algo a lo que debemos prestar atención y, sobre todo, de lo que debemos ser conscientes, es que las Tecnologías de la Información y la Comunicación forman parte de nuestra vida cotidiana y, es más, formarán parte de la vida de las nuevas generaciones, desde mucho antes de nacer.

Por: Emma Pérez Madorrán.

Hace unos años, hablar de un desarrollador web, un community manager, de un lingüista profesional o un programador de PHP, por ejemplo, era impensable, porque ni siquiera sabíamos que existían, pero debido a la transformación digital que el mundo está experimentando, en todos los aspectos, debemos fomentar en nuestros alumnos a esta competencia desde los primeros años académicos.

Según un análisis desarrollado por la consultora Randstad Professionals,algunos de los perfiles más valorados y demandados por las empresas en España y Europa, son los programadores .Net y Java, los consultores de CRM o los desarrolladores de aplicaciones móviles. La Inteligencia Artificial forma parte de nuestra vida y esto no hará más que incrementarse en un periodo corto de tiempo. Es evidente que todo ha cambiado, todo se ha digitalizado.  Así pues, ante esta realidad de la que todos somos conscientes, ha llegado el momento de que todo cambie en el sector educativo.

En la actualidad, hay multitud de nuevos perfiles tecnológicos que todavía no tienen una especialización concreta ni siquiera en las universidades, aunque pronto lo harán.  Ante este periodo de adaptación, los colegios debemos apoyar y potenciar esta formación académica desde la base de nuestro sistema educativo. Debemos empezar a ofrecer en el aula la oportunidad de trabajar con herramientas digitales y preparar así a nuestros alumnos para elfuturo real que les espera.

Los alumnos que ahora están en nuestras escuelas se dedicarán a profesiones que hoy en día ni si quiera existen pero, casi al cien por cien, todas ellas irán relacionadas con la era digital. Las tablets, los ordenadores y los teléfonos móviles serán fieles compañeros de su futuro laboral y, por ello, es importante que aprendan a utilizarlos como herramienta educativa desde los primeros años de escolarización.

No podemos anclarnos en la enseñanza tradicional únicamente, es imprescindible adaptarnos a los cambios de nuestra sociedad y colaborar en el crecimiento de esta, desde el ámbito educativo.

No podemos anclarnos en la enseñanza tradicional únicamente

Las pizarras digitales y aulas de informática, ya no son suficientes. Los estudiantes del siglo XXInecesitan desarrollar una competencia digital que favorezca su comprensión e integración en la sociedad de la que ya forman parte. Es necesario  desarrollar proyectos que puedan dotar a los alumnos de las herramientas para entender y experimentar con la tecnología. Este tipo de proyectos fomentan la creatividad y el espíritu innovador, habilidades imprescindibles para el éxito profesional de nuestros alumnos.

No sabemos en qué trabajarán los estudiantes del presente, pero estamos seguros que debemos ofrecer una propuesta metodológica diferente a la tradicional y en unos espacios educativos diferentes a los que se utilizan en la escuela actualmente.

Fuente: http://www.computing.es/mundo-digital/opinion/1097178046601/trabajaran-ninos-de-sociedad-actual.1.html

Imagen: http://www.computing.es/siteresources/files/790/10.jpg

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España-Dinamarca, cumbre en el aula.

Las escuelas Padre Piquer y el Ørestad Gymnasium, a 2.500 kilómetros de distancia, son centros innovadores. Sus alumnos se acaban de conocer.

Por: Pilar Álvarez.

En un repaso rápido se podría pensar que hay más diferencias que similitudes. Un centro español de barrio humilde del norte de Madrid frente a un instituto danés en un enclave de vanguardia. Ideario católico versus laico. Aulas más grandes a golpe de tirar tabiques frente a un edificio casi sin paredes con el diseño pensado al milímetro para aprender en el siglo XXI. Pero lo interesante es ver en qué se parecen estos dos centros escolares situados a 2.500 kilómetros de distancia. En el Padre Piquer de Madrid y en el Ørestad Gymnasium de Copenhague los profesores han decidido enseñar de otra manera: con el alumno en el centro de todo. Los dos aplican modelos de éxito citados en libros de innovación educativa y, esta semana, han celebrado su primera cumbre de alumnos en Madrid.

Son las nueve y ocho minutos de la mañana del jueves y un grupo de 43 estudiantes daneses enfilan la calle hasta la puerta esquinada del centro de formación Padre Piquer. Está en Ventilla, al norte de Madrid. Un antiguo barrio de traperos y chabolas a las que sustituyeron colonias de viviendas sociales, con una tasa de inmigración tres puntos por encima de la media de Madrid (en el distrito en el que hay un 17%, según datos regionales) que se traducía en unas aulas desbordadas por una diversidad difícil de asumir. Más de la mitad son de origen inmigrante, con 37 nacionalidades representadas. “Queríamos dar respuesta a la heterogeneidad de nuestros alumnos pero sin seguir sacando a los chicos de las aulas”, explica Gregorio Casado, coordinador de innovación del centro concertado jesuita, de la Fundación Montemadrid.

El giro de las aulas cooperativas

«ESTO NO SE LO PUEDEN PERDER NUESTROS CHICOS»

En el Padre Piquer, hasta 3º de la ESO se aprende en las aulas cooperativas y la mayoría del currículo se trabaja por proyectos (como el de las maquetas de religión) o por ámbitos de conocimiento en lugar de asignaturas. En el centro danés no se usan libros. Ninguno. Pero el hermanamiento se produce gracias a un libro. A principios de 2016, el director del Padre Piquer, Ángel Serrano, y el profesor Smith- Hansen se conocieron en Madrid después de que sus centros aparecieran recogidos en la obra Viaje a la escuela del siglo XXI, del investigador Alfredo Hernando. “Esto no se lo pueden perder nuestros chicos”, dijo el director. El centro madrileño fue además uno de los primeros que la fundación Ashoka nombró como escuela de cambio ChangeMaker. Cada semana reciben visitas de profesores y equipos directivos de distintas partes del mundo que quieren aprender de su modelo.

Hace ya 13 años que iniciaron un giro para diseñar las llamadas aulas cooperativas, en las que coinciden 60 alumnos y hasta cuatro profesores para trabajar con chicos a distinto ritmo en un mismo espacio. Las cosas se hicieron a golpe de obra: un tabique menos por aquí, otro por allí. Donde antes había dos aulas, un pasillo y un baño hay hoy un espacio diáfano que esta mañana está lleno de maquetas de los chavales. En este centro, con alumnos de 10 confesiones, aprenden sobre religiones haciendo pasos de Semana Santa y mezquitas a escala. “Esta es la subida al monte Calvario”, explica una chica con un cartón enorme doblado a modo de rampa en el que el verde de la hierba está representado con hebras de lana verde.

Los alumnos de ambos centros en el patio del Padre Piquer.
Los alumnos de ambos centros en el patio del Padre Piquer. ALVARO GARCIA EL PAÍS
 

 «¿Qué tal tu país?»

La visita del grupo de daneses ha revolucionado una de estas aulas esta mañana. A diferencia de España, en Dinamarca los alumnos cambian de ciclo a los 16 años hasta los 19, en lugar de empezar con 12. Así que el grupo de jóvenes de 18 y 19 de la visita -algunos rubios y pálidos y la mayoría en bermudas- llaman mucho la atención. “¿Qué tal tu país?”, “¿cómo es el logo de tu instituto?” “Ya tengo amigos de todo el mundo”, dice risueño un chaval de 12 años de 1º de la ESO. Abraza a un danés que le saca dos cabezas y que ha ido a parar a su aula en medio de una gymcana con pruebas y un plano para conocer el centro. La ruta recala en la cafetería, que huele a café y a bizcocho de chocolate, a 50 céntimos el trozo y cuatro el bizcocho entero. “You can buy here some food” (“puedes comprar comida aquí”) lleva escrito un alumno en su chuleta para los visitantes. No todos hablan buen español aunque lo estudien.

«No sirve el aula con la pizarra»

A Jeppe,de 18 años, le sorprende lo distintos que son ambos centros: “El nuestro tiene más espacio, no hay tantas habitaciones”. Y es que, aunque el edificio madrileño se ha ido transformando, el lØrestad Gymnasium de Copenhague se construyó en 2005 directamente sin tabiques, con una gigantesca escalera de caracol y salas enormes en las que los chicos trabajan en pequeños grupos. “A estas alturas no sirve un aula con una pizarra y 28 alumnos sentados tomando apuntes”, explica Morten Smith- Hansen, uno de los dos profesores de español que viaja con la comitiva. Habla con acento latino “como de la CNN”, según su propia definición. “Mi papel es más de mentor y guía más que de profesor tradicional”, añade. En su centro, totalmente digital, este docente abre un documento en la nube (un escrito compartido en red al que pueden tener acceso distintos usuarios) con cada alumno para ir revisando sus progresos de forma individual, como si fuera un profesor particular: “Cada chico aprende a su propia velocidad”.

Cobrar por estudiar

“¿Por qué llevan bata?”, pregunta el rubio Jeppe en el aula de ciencias. Los profesores de su instituto nunca van uniformados. Explica ante un grupo de españoles boquiabiertos que en su centro hacen prácticas de laboratorio con un acelerador de electrones.

A los daneses le sorprende lo “abiertos y simpáticos” que son los españoles, explica Victoria Kiehl, danesa de madre granadina que ha venido con el grupo de Copenhague: “Me ha llamado mucho la atención la diversidad, en Dinamarca la gente se junta por culturas”. A los españoles, que sus pares cobren por estudiar. “Les dan como 300 euros. He alucinado”, explica Pablo Hernán, de 17. Allí tampoco tienen selectividad (que desde este curso se llama EBAU) ni repiten curso, un asunto que lastra la educación española y sobre el que la OCDE ha alertado a España.

Hernán resume su centro con sus palabras: “En el Padre Piquer se aprende de una forma diferente al resto de colegios que yo conozco”. Las materias, añade, son menos importantes que “el compañerismo, llevar la tarea al día o trabajar en grupo”.

Alumnos críticos

“Este proyecto no se montó para sacar mejores resultados en lengua, inglés o matemáticas, para eso ya estaba el sistema de antes”, concede el coordinador de innovación, aunque los resultados del centro (un 92% de aprobados en selectividad, absentismo y conflictividad casi nulos) avalan también su modelo. “Se trata de que nuestros chicos tengan la oportunidad de ser protagonistas de su proceso”. A Smith- Hansen tampoco son las notas de sus alumnos lo que más le preocupa: “No es que sean mucho más sabios ni más inteligentes que otros daneses”, señala. “En el mundo del siglo XXI hay exceso de conocimiento y de interpretaciones. Lo importante es darles las herramientas para ser críticos en este mundo tan complicado”

La educación personalizada. Esa fórmula a la que otros aspiran y que tienen en común estos centros situados cada uno en una punta de Europa. Un giro con consecuencias importantes en un centro pionero situado en un antiguo barrio de chabolas. Así lo ve el director del Padre Piquer: “En nuestro centro hay todo tipo de chicos y algunos llegan a médicos o ingenieros. La diferencia ahora, es que eligen ellos, no el sistema”.

Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2017/03/31/actualidad/1490985417_565592.html

Imagen: http://ep02.epimg.net/politica/imagenes/2017/03/31/actualidad/1490985417_565592_1490987815_noticia_fotograma.jpg

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Por una pedagogía relacional.

En la escuela lo importante es el ambiente humano y la trama social que se configura en los espacios educativos.

Por: Anna Pages.

Hoy en día, quien más quien menos habla de educación. Dar una opinión sobre este tema es relativamente fácil: todos hemos tenido una experiencia educativa personal, en casa y en la escuela. Después, si se tienen hijos, se viven las dificultades y contradicciones de hacer pasar por el tubo a los más pequeños y, también en muchos casos, de constatar el caos que supone intentar poner límites.

La educación es un tema siempre actual. En todo momento se puede criticar para mejorar, aunque al final no se termine de mejorar nunca del todo (según Rousseau, esta es la gracia del asunto). La educación es una asignatura pendiente para todos: los problemas de los primeros años de infancia y juventud nos acompañan cuando nos hacemos mayores (si es el caso); los traumas escolares, la relación con padres más o menos autoritarios, aquella maldita asignatura que no conseguíamos aprobar porque el maestro «nos tenía manía», los primeros amores en la escuela  y las trompadas en el patio, los castigos y las excursiones. Un conjunto de recuerdos intensos que forman parte para siempre en delante de nuestro bagaje íntimo, en forma de batallita para explicar a nuestros nietos. Todo ello pasa por la educación.

VARIAR LA METODOLOGÍA

Hoy en día, la educación debe ser innovadora: esta palabra representa la divisa actual. Las escuelas se animan a variar las metodologías para adaptarse a los tiempos que corren: menos discursividad, más actividades y trabajo por proyectos, más cooperación y socialización de los aprendizajes. La presencia de los otros constituye el núcleo de las orientaciones pedagógicas de hoy: presentaciones orales, debates, discusión, argumentación, escucha, traducción de lo que nos han querido decir, intercambio, diálogo.

El modelo de la pedagogía técnico-instrumental de la década de los años 80 y 90 está dando paso a un paradigma de tipo relacional que aborda el trabajo sobre los contenidos desde el vínculo entre iguales y con los maestros. Las relaciones pasan por delante de la mecánica. Lo importante es el ambiente humano y la trama social que se configura en los espacios educativos. En la escuela, ya no hay un maestro por aula sino dos o tres: el papel de los equipos docentes se refuerza para dar un apoyo a los niños más personalizado y humano. Los niños dicen que lo prefieren: pueden elegir a cuál de sus maestros preguntar por la metodología y en cambio a cuál, en un momento dado, hacer una confidencia. Antes se lo jugaban todo a una carta: era el o la maestra que les había tocado ese curso.

HABLAR EN PERSONA

Las opiniones de los alumnos son siempre de lo más auténtico, aunque a veces nos pongan en cuestión: saben que no hay que ser políticamente correcto cuando se habla con los demás. Los niños tienen un don especial para decir las cosas tal como son, sin matices ni alegorías. Para los mayores no es tan sencillo.

Por eso es esencial restituir en la familia y la escuela la relación que nos hace hablar en persona (y no por Whatsapp). Pere Vergés dijo una vez que en educación lo importante son los detalles que surgen de una conversación dialogada en un tiempo común. En ese sentido, la pedagogía que debemos enseñar hoy será relacional… o no será.

Fuente: http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/por-una-pedagogia-relacional-5939507

Imagen: http://estaticos.elperiodico.com/resources/jpg/1/8/zentauroepp37771794-mas-periodico-educacion-clase-escuela170324214838-1490388687981.jpg

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Suspenso en la huelga educativa.

Por: Alfonso Ussía.

Detrás del escaso seguimiento de la jornada de huelga educativa celebrada ayer absolutamente minoritario entre el sector docente, subyace el consenso mayoritario de que nos hallamos, una vez más, ante el oportunismo político de una izquierda radical empeñada en hacer fracasar el gran pacto por la Educación que precisa España.

Por ello, ante el enésimo fiasco de la convocatoria, no es de extrañar que en algunos centros universitarios los piquetes de huelga tuvieran que emplearse con violencia hasta obligar a la intervención de la Policía, en una prueba más de lo que entienden los radicales sobre el ejercicio de la libertad individual.

No es sólo que sus reivindicaciones, a modo de foto fija, estén completamente alejadas de la realidad, sino que el objetivo buscado sólo es compartido por esa pequeña minoría de la sociedad española que entiende la enseñanza pública como vehículo de adoctrinamiento ideológico. No otra cosa se oculta tras el taxativo rechazo a la natural coexistencia de centro públicos y concertados –que siempre presentan más demanda que oferta– y a la libertad de cátedra.

Por otra parte, estamos ante la absurda pretensión de que se derogue la actual legislación –que, por cierto, ha propiciado que España elimine la brecha educativa con los países de la OCDE y reduzca, por primera vez en la historia la tasa de abandono escolar temprano sin que se haya elaborado la ley que debería sustituirla, lo que supondría dejar en el limbo a ocho millones de alumnos y a 680.000 docentes.

Tal despropósito sólo se justifica en la táctica de la doble presión, en la calle y en las instituciones, propugnada por Podemos, para deslegitimar el trabajo de la comisión parlamentaria. Por lo demás, las organizaciones convocantes –todas ellas vinculadas a la izquierda desprecian olímpicamente los hechos para denunciar una situación de recortes en la financiación del sector de la enseñanza que ya no son tales, gracias a la recuperación de la economía española.

Así, se ha elevado la tasa de reposición de funcionarios al 100 por cien, se han reducido los ratios entre el número de alumnos y el de profesores y en el proyecto de Presupuestos para 2017 se contemplan con su financiación correspondiente el aumento de las retribuciones de los docentes, el incremento de la partida de becas y la consolidación del empleo educativo con el objetivo de rebajar las tasas de interinidad al entorno del 10 por ciento.

Con todo, como señalábamos al principio, lo más preocupante es el intento deliberado de hacer fracasar los trabajos de la subcomisión parlamentaria de la que forman parte algunos de los grupos convocantes de la huelga, cuyo éxito significaría un logro fundamental de la democracia española que, hasta el momento, no ha sido capaz de generar una Ley de Educación consensuada por los partidos políticos que esté por encima de intereses y convicciones partidarias. Si desde estas misma páginas hemos defendido que la última ley elaborada por el Gobierno de Mariano Rajoy la Lomce significaba un avance notable sobre la situación anterior y los resultados nos avalan, también creemos que es de la máxima importancia para el futuro de España que algo tan trascendental como es el modelo educativo se elabore desde el mayor consenso político posible.

De ahí que el ataque constante de la izquierda radical, con descalificaciones personales a quienes llevan a cabo las negociaciones, suponga una amenaza mayor para alcanzar el resultado que la mayoría de los ciudadanos desean. Si bien el derecho a la huelga no entra en discusión, sí pueden rechazarse, como en este caso, motivaciones y objetivos que no buscan el interés general.

Fuente: http://www.larazon.es/opinion/editorial/suspenso-en-la-huelga-educativa-GE14679935

Imagen: http://images.eldiario.es/sociedad/escuela-publica-plantea-general-educativa_EDIIMA20170119_0182_4.jpg

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¿Hablamos de educación o de lo nuestro?

Ahora, con un gobierno en minoría, está por ver si la oposición busca un acuerdo de largo plazo o solo sustituir la agenda ajena por la propia.

Por: Mariano Fernandez Enguita.

El sistema educativo afronta a corto plazo retos de profundas consecuencias a medio y largo, en concreto la adaptación a un nuevo entorno global, digital, posindustrial, multicultural y altamente incierto, todo lo contrario de los pilares en que se fundó y del horizonte para el que se diseñó. Por si fuera poco, España arrastra hace mucho la losa de altísimas tasas de repetición, fracaso y abandono prematuro y, hace no tanto, la reducción sustancial del gasto público, que llegó a caer un 20 % por alumno. Esta crítica situación demanda una respuesta elaborada, ambiciosa y de amplio respaldo, lo que se ha dado en llamar un pacto por la educación, pero no está claro que progresemos en ello.

Cuando la crisis llevó al gobierno a los conservadores, recortaron, en parte porque había que recortar (no empezaron ellos), pero sobre todo avanzaron su agenda: segregación temprana frente al fracaso, control administrativo vía reválidas, mayor estratificación interna del sistema y ofensiva ideológica. Ahora, con un gobierno en minoría, está por ver si la oposición busca un acuerdo de largo plazo o solo sustituir la agenda ajena por la propia.

La huelga resulta más que explicable y comprensible ante este fondo, pero parece más pegada a una agenda particular que a las necesidades de todos. Por un lado, no le falta razón al ministro cuando afirma que para derogar una ley hay que tener otra, y esto no va a ser fácil. Por otro, se antoja miope revertir los recortes para volver a más de lo mismo. Más contrataciones y oposiciones amortiguarán el problema del empleo, pero no solucionarán ningún problema educativo de fondo. Más becas beneficiarán a esos cuatro de cada diez jóvenes que acceden a la universidad, pero no a los otros seis. Los insiders (docentes y universitarios) han impuesto su agenda a los outsiders (el público, los no universitarios).

Esto mismo apunta el doble filo de la otra gran reivindicación: que el pacto no sea (solo) político sino social. Debe hablar la sociedad, y sería una gran ocasión para la democracia deliberativa, pero cuidado con que la voz de la comunidad escolar no vaya a ser del profesorado en vez las familias, los buenos alumnos en vez de los malos y los lobbies en vez de la sociedad. Veamos la huelga, que ni es el problema ni será la solución, como una buena instantánea del paisaje.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/03/09/opinion/1489071196_206990.html

Imagen: http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2017/03/09/opinion/1489071196_206990_1489071381_noticia_normal.jpg

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