Page 8 of 13
1 6 7 8 9 10 13

Examen absurdo, agonía inútil.

Por: Joseba Santamaria.

No ha llegado todavía a mi casa si todo va bien, será el año que viene, pero conozco a algunos de esos alumnos y alumnas que padecen estos días la prueba de la selectividad. Sé de sus nervios de los últimos días y de la tensión que viven desde el miércoles hasta finalizar hoy los exámenes. Es, seguramente, la prueba más absurda de todo el periplo educativo y académico.

Cambian las generaciones, los modelos educativos, los profesores y los alumnos, pero la prueba de selectividad se mantiene con modificaciones en el sistema -como este año-, desde 1975. Un obstáculo añadido, y bastante inútil, dado que aprueban la inmensa mayoría de los estudiantes que se presentan, en la larga carrera de la formación y cualificación que culmina, en este caso, en la universidad.

Quizá por lo absurdo de tener que examinarte después de haber finalizado el bachillerato -sería más lógico que la media de la suma de las notas de esos estudios fijase el acceso a la universidad-, es también el examen que más pone de los nervios. Una situación de tensión que se suma a la incertidumbre que suele acompañar estas mismas semanas ante la decisión de qué carrera elegir. No se trata de edulcorar la llamada cultura del esfuerzo -para bien o para mal, en eso te educa la propia vida, guste o no-, sino de ahorrar un sufrimiento absurdo por una prueba de más que es de dudosa utilidad.

¿Por qué prolongar la agonía, entonces? Un sinsentido más de un modelo educativo cada vez más obsoleto.

Fuente: http://www.noticiasdenavarra.com/2017/06/09/opinion/mesa-de-redaccion/examen-absurdo-agonia-inutil

Imagen: http://www.bromasaparte.com/wp-content/uploads/2015/05/20-respuestas-examenes-absurdas-14.jpg

Comparte este contenido:

Mitomanías sobre educación.

Por: Miguel Ángel Santos Guerra.

Mi amigo Marcelo David Sosa, ex ministro de educación de la provincia de San Luis (Argentina), me regaló hace unas semanas un interesante libro de Alejandro Grimson y Emilio Tenti Fanfani, antropólogo el primero y sociólogo el segundo, que se titula “Mitomanías de la educación argentina” (Editorial Siglo XXI). Creo que hubiera sido preferible utilizar en el título la preposición “sobre” que la preposición “de”. He leído el libro de un tirón. Abordan en él los autores un tema del que ya me había ocupado hace algunos años, en un escrito titulado “Mitos y errores sobre la profesión docente”.

Comenzaré haciendo una sencilla y espero que clara distinción entre mito y mitomanía porque, como es obvio, no son lo mismo. Un mito es “un relato compartido por un significativo número de personas que explica una dimensión del mundo pero de forma errónea o poco fundamentada”. Mitomanía es la tendencia o inclinación a fabular o transformar la realidad al explicar o narrar un hecho.

Los mitos son muy perjudiciales para comprender un fenómeno complejo porque simplifican, distorsionan, falsean y enturbian el conocimiento. Y, desde esas perspectivas erróneas, se pervierte también la actitud y la acción.

El libro de Grimson y Tanti Fanfani está estructurado en diversos bloques temáticos. En cada uno de ellos analizan, con tino y claridad, los mitos más usados y dañinos. En total, 63, agrupados sobre estos ejes temáticos: 1. La decadencia educativa (6 mitos). 2. Los alumnos (3 mitos). 3. Los docentes (11 mitos). 4. Lo que la escuela debe enseñar (8 mitos). 5. La autoridad, el orden, la disciplina y la violencia escolar (9 mitos). 6. La escuela pública y la privada (3 mitos). 7. La educación y la igualdad (4 mitos). 8. Las soluciones mágicas para la educación (7 mitos). 9. El presupuesto y el federalismo (4 mitos). 10. Las universidades (8 mitos).

Dicen los autores en la introducción: “Circulan de boca en boca frases que construyen estereotipos, sin matices, sobre los docentes, los alumnos, los padres, la escuela, la nación, la pedagogía. Son fórmulas que implicas profundas simplificaciones y no dejan lugar para los grises y las relativizaciones”.

Me ha sorprendido comprobar que la inmensa mayoría de los mitos, por no decir todos, tiene plena vigencia entre nosotros y, sospecho que, en mayor o menor medida, en todos los países del mundo. ¿Quién no ha oído alguna vez decir: “La LOGSE fue un fracaso”, “estamos en el tren de cola de PISA”, “el nivel educativo ha bajado”, “ha desaparecido el esfuerzo de las aulas”, “los alumnos no se interesan por nada”, “los profesores solo quieren muchas vacaciones y poco trabajo”, “antes había más orden y disciplina”, “las familias de hoy no colaboran con la escuela”, “todo se resuelve con la educación”, “se mejora si se invierte más”…?

Esas frases hechas empobrecen el debate y lo acaban cerrando. Se dan por indiscutibles esas supuestas verdades y, como consecuencia, no se considera necesario estudiar con más profundidad la cuestión.

Las creencias versan sobre dos dimensiones diferentes, aunque complementarias,. Por una parte describen como está la realidad educativa y por otra dicen qué se debería hacer para mejorarla. Se centran en los problemas y en las soluciones. Siempre con falta de rigor. Siempre de forma simplista.

Muchas de esas frases hechas se contradicen entre sí como sucede con los refranes. Alguien decía: “A ver si se aclaran de una vez porque con eso de “a quien madruga Dios le ayuda” y “por mucho madrugar no amanece más temprano”, estoy hecho un lío y no sé a qué hora levantarme”.

Las mitomanías educativas tienden a desentenderse de la complejidad. “No es posible una sociedad sin mitos, dicen los autores de esta obra. El problema son las mitomanías, es decir, la incapacidad de reflexionar y tomar distancia respecto de esas creencias que se convierten en verdades absolutas”.

Si se profundiza un poquito, se descubre que responden a una mera conjetura, a una suposición o a la repetición de un tópico sin fundamento alguno. Se repiten en las tertulias, en las conversaciones de café, en los diálogos de amigos, en las reuniones de padres, en los pasillos de las escuelas, en las sobremesas familiares… Y pocos se atreven a contestarlas o a ponerlas en entredicho.

Es importante manejar la duda como un mecanismo protector contra las verdades absolutas que acechan en todos los dogmas, en todas las mitologías.

El estado de opinión se construye sobre frases hechas, sobre eslóganes, sobre estereotipos. En definitiva, sobre falsedades y simplificaciones. Se hacen unas generalizaciones (me sorprende que los autores no trabajen más con esta idea de la generalización) que desvirtúan la realidad. Y, además, con frecuencia, conducen a un estado de ánimo negativo y pesimista sobre la realidad.

Voy a elegir tres mitos para que lector se haga una idea del planteamiento de los autores y, sobre todo, de la necesidad de desmontar esas falsedades que hacen tanto daño.

Primer mito: Las escuelas privadas son mejores que las públicas. Pues si, un mito. Cuando los alumnos de las escuelas privadas obtienen mejores resultados en pruebas estandarizadas no es porque estas escuelas tengan una mayor calidad de la enseñanza sino porque han seleccionado previamente a los mejores alumnos, a los hijos de familias más cultas, con más medios, con más expectativas. “La evidencia empírica disponible, dicen los autores de la obra citada, indica que no se aprende más en las escuelas privadas”.

Segundo mito: La docencia es un oficio para mujeres. A primera vista esta afirmación no parece un mito sino un hecho. Otra cosa es la idea de que así debería ser. Este mito recoge la idea de que la escuela es una extensión del hogar y de que las mujeres tienen cualidades naturales para hacerse cargo de la primera educación. Según este mito no sería de hombres ejercer el oficio de la enseñanza. “Sobra decir que, cuando en una sociedad machista determinado oficio u ocupación se define como “para mujeres”, eso quiere decir que es un oficio subordinado, menos importante que las ocupaciones de los varones”, dicen Grimson y Tenti Fanfani. A medida que se asciende en el nivel educativo la feminización disminuye o incluso llega a revertirse.

Tercer mito: A los alumnos de hoy no les interesa nada. Este mito que manejan interesadamente muchos docentes no responde a la realidad. Cuando un docente lo da por bueno dirigirá su enseñanza hacia aquellos que muestras interés. Por lo tanto si los chicos no aprenden lo que deben, dicen Grimson y Tantoi Fanfani, es porque no estudian, y si no estudian es porque no tienen interés por aprender. En términos generales el argumento es correcto. Pero el nudo del problema radica en saber si el maestro y la escuela sólo tienen el deber de enseñar o bien deben contribuir a suscitar el interés y la curiosidad de los jóvenes alumnos por la cultura y el conocimiento”.

Detrás de esos estereotipos se esconden la pereza mental, los intereses egoístas y la actitud servil hacia a las ideologías. Algunos confunden pereza de pensamiento con firmes convicciones. ¿Cómo se desmontan los mitos? Con más estudio, con más investigación, con más rigor en el análisis, con más honestidad, con más exigencia en la búsqueda de la verdad. Así sea.

Fuente: http://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2017/06/10/mitomanias-sobre-educacion/

Imagen:

 http://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/wp-content/uploads/sites/11/2017/06/Mitos1.jpeg

Comparte este contenido:

Licencia para innovar.

Por: Mayte Perez.

Celebramos hoy 9 de junio el Día de la Educación Aragonesa con el curso escolar 2016-2017 en su recta final. Al asomarnos a las aulas aragonesas, vemos que algo está cambiando. Mientras unos alumnos de Infantil se familiarizan con la enseñanza musical para potenciar sus habilidades comunicativas y desarrollo cognitivo, otros de Primaria programan un mini robot y sus compañeros de aula aprenden geografía, idiomas y estadística analizando asuntos de actualidad como el drama de los refugiados. En Secundaria nos encontramos deportistas que por primera vez cuentan con un programa flexible para compatibilizar entrenamientos y estudio, institutos que abren sus instalaciones a los barrios, proyectos artísticos que nacen en un centro y llegan a las mejores salas y alumnos que trabajan por unas redes sociales seguras.

La educación aragonesa se mueve y lo hace al ritmo de la innovación. Las experiencias que docentes comprometidos han desarrollado en los últimos años por su cuenta han encontrado por fin una red que los sustente y en la que darse impulso. Han encontrado un Gobierno de Aragón convencido de que el cambio metodológico es el pasaporte hacia un mejor y más estable sistema educativo.

Por esta razón, desde el inicio de legislatura, hemos implantado un plan estratégico, promovido foros de expertos, impulsado proyectos innovadores pioneros en música, deporte, robótica, convivencia e idiomas y creado un plan de formación del profesorado para responder a las necesidades no solo de los alumnos del siglo XXI, sino a las que estos se deberán enfrentar dentro de diez o veinte años, cuando se incorporen al mercado laboral.

En las aulas aragonesas ha calado una lluvia fina y fértil que empieza a dar sus frutos: este ha sido el curso más innovador que ha habido en Aragón y, el próximo curso, el 65% de nuestros centros aragoneses tendrán incorporados proyectos de innovación. Desde el Departamento de Educación, Cultura y Deporte seguiremos agitando esas nubes.

Sabemos que contamos con la complicidad de los docentes. Basta ver la respuesta que hemos tenido a nuestra última iniciativa. Los días 22 y 23 de septiembre celebraremos en Zaragoza el I Congreso Internacional de Innovación Educativa con algunos de los expertos más prestigiosos: María Acaso, Richard Gerver, David Johnson, Fernando Trujillo, David Cuartielles o César Bona, entre otros. Solo en diez horas agotamos las 700 plazas que ofrecíamos. Hay ganas de innovar y desde el Departamento de Educación damos todas las licencias para hacerlo. Estáis todos invitados.

Fuente: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/opinion/licencia-innovar_1207061.html

Imagen: http://www.aragonhoy.net/uploads/imagenes/destacada2/imagenes__MG_9112_Foto_Luis_Correas_GA_ff900fa5.JPG

Comparte este contenido:

Segregación educativa.

Por: Antonio Galván González.

Por cosas del azar, me enteraba el otro día de que la Consejería de Educación y Empleo de la Junta de Extremadura publicaba, vía DOE, una nueva orden para regular los programas de las secciones bilingües en los centros educativos extremeños.

Según dicha reglamentación, los alumnos que hubieran cursado estudios primarios en centros educativos con secciones bilingües tendrían prioridad, sobre aquellos que no hubieran disfrutado de esta posibilidad, a la hora de cursar estudios secundarios en una sección bilingüe. ¿Y qué supone esto? Pues, sencillamente, que los niños que hayan tenido la suerte de cursar estudios en centros de educación primaria con secciones bilingües podrán continuar su educación bilingüe en la etapa de la educación secundaria, y que los que tuvieron la mala fortuna de no poder estudiar en colegios con sección bilingüe continuarán, mayoritariamente, sin poder hacerlo en la secundaria. Y, claro, en esas estábamos cuando la Secretaría General de Educación, ante los primeros conatos de protesta de padres y madres de niños de centros de primaria sin sección bilingüe, emite una circular para tratar de endosarle «el muerto» a los centros de Educación Secundaria, apuntando que «los centros […] podrán formar tantos grupos para la impartición en el idioma de la sección de las áreas no lingüísticas como sus recursos propios le permitan». Y resulta que los centros tienen los recursos que tienen, y no pueden permitirse la creación de más grupos por la limitación del personal docente, habilitado para la impartición de clases bilingües, que les asigna (¡oh, casualidad!) la propia Junta de Extremadura. En conclusión: que la Consejería de Educación ha impulsado una orden que, a todas luces, fomenta la discriminación entre alumnos, y que relega a gran parte del alumnado a un vagón de cola que los mantendrá, por siempre jamás, alejados de la oportunidad de aprender idiomas. Y que, por si fuera poco, ha publicado una circular vergonzante, a través de la que se pretende trasladar «la patata caliente» a unos centros escolares que se limitan a trabajar con las herramientas que la propia Administración les proporciona.

Y, claro, ante todo esto, uno no puede por menos que preguntarse: ¿Es este el mejor modo de fomentar una educación de calidad y en igualdad de oportunidades? Aún están a tiempo de rectificar…

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/segregacion-educativa_1020519.html

Imagen: https://gcdn.emol.cl/adolescencia/files/2016/02/segregaci%C3%B3n-escolar.jpg

Comparte este contenido:

Inspección de Educación y éxito escolar.

El éxito escolar del alumnado puede resultar indirectamente influido por actuaciones de la Inspección de Educación con sostén en habilidades pertinentes.

Por: Antonio Montero Alcaide.

El éxito escolar del alumnado se subraya como objetivo principal del sistema educativo y esta declaración es compartida por distintas instancias, agentes y sectores. Cuestión distinta es cómo se alcanza tal éxito y qué factores tienen una incidencia más significativa. A su vez, el éxito se vincula a una revisión del principio de igualdad de oportunidades: no se trata ya de igualar las posibilidades de acceso a la escolarización, como ocurría cuando no estaban garantizados los puestos escolares para la educación obligatoria, sino de hacerlo en lo que atañe a las posibilidades de lograr éxito educativo. En este caso, sin asimilar igualitarismo con equidad: es decir, no es el caso de procurar que todos los alumnos alcancen el mismo éxito, sino aquél más ajustado al desarrollo de las capacidades de cada cual, de modo que se ofrezcan oportunidades de éxito a todos.

Pues bien, recientemente se ha debatido sobre la posibilidad de una incidencia relevante de las actuaciones de la Inspección de Educación en el éxito escolar del alumnado. Complejo asunto en el que es necesario preguntarse, para empezar, si tal vínculo puede advertirse, identificarse y, todavía más, establecerse una particular relación entre causa y efecto. La respuesta no va a tardar ni a perderse en circunloquios: tal relación es indirecta, puesto que las intervenciones de la Inspección de Educación, aunque se adviertan algunas actuaciones directas, inciden en el éxito escolar del alumnado a través del ejercicio de la dirección de los centros, del funcionamiento de los órganos de gobierno y de coordinación didáctica, de los equipos de profesores y, principalmente, de las prácticas de estos últimos en las aulas.

Cabría pensar, entonces, en el ejercicio de los inspectores de Educación como agentes de cambio, pero procurando que tales cambios no concluyeran como Lampedusa puso en boca del príncipe don Fabrizio Salina (El Gatopardo, 1958): que todo cambie para que todo siga igual. Además de tener en cuenta la recomendación de un inspector de Educación con sabios años de experiencia -no confundir con antigüedad-: «Procura que al concluir una visita de inspección la situación del centro no quede peor de lo que estaba antes de realizarla».

Por otra parte, es posible constatar el efecto algo más directo de la Inspección, sobre todo desde perspectivas supervisoras, en la adecuación o mejora de aspectos formales que pueden tener determinada influencia en el éxito escolar del alumnado, advertido ya el efecto de los cambios «gatopardescos» o «lampedusianos». Si bien el ejercicio de la supervisión puede condicionar, más que determinar, las prácticas docentes, el cambio de éstas, cuando no son satisfactorias, requiere la mejora de las capacidades profesionales del profesorado. Y resultaría algo pretencioso considerar que las actuaciones de la Inspección, por sí mismas, puedan contribuir significativamente a ello.

Así las cosas, los cambios profundos, que afectan a los procesos de enseñanza y de aprendizaje, a la organización y el funcionamiento de los centros para alcanzar objetivos compartidos, a la extensión del liderazgo como cultura que afecte tanto a la dirección como al desarrollo profesional docente, pueden resultar influidos por intervenciones de la Inspección que se sostengan en habilidades o competencias pertinentes.

Entre éstas, cabe señalar la capacidad de análisis, a partir de numerosas y distintas variables, para describir el estado y orientar la mejora de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Como, a su vez, el desenvolvimiento en situaciones de complejidad, para las que son contraproducentes respuestas simples o expeditivas; sin menoscabo de intervenciones, generalmente ocasionales, con un pronto carácter resolutivo. Otras habilidades no menores son la consideración y adecuación a las situaciones particulares, que recomiendan el ajuste de los protocolos generales; o la articulación de procesos factibles que, en función de las situaciones de partida o de los conflictos advertidos, permitan dinámicas de revisión y mejora progresiva. Destaca, de manera particular, la capacidad de priorizar los procesos de enseñanza y de aprendizaje como referencia de las actuaciones de la Inspección, aun cuando éstas sean de distinta naturaleza o entidad, a partir del conocimiento de la realidad y de las situaciones propias de los centros.

En definitiva, las intervenciones de la Inspección de Educación pueden contribuir al éxito escolar del alumnado, principalmente de manera indirecta, cuando la legitimidad de su ejercicio se sostiene en habilidades que propicien la mejora. Y, a tal efecto, conviene referir el equilibrio entre la capacidad legal, potestas, y el saber y el desempeño socialmente reconocidos, auctoritas.

Fuente: http://www.diariodesevilla.es/opinion/tribuna/Inspeccion-Educacion-exito-escolar_0_1139586543.html

Imagen: http://images.diariodesevilla.es/2017/05/27/opinion/tribuna/Inspeccion-Educacion-exito-escolar_1139596420_69057239_667x971.jpg

Comparte este contenido:

Una panorámica de la (in)equidad educativa

Cuatro dimensiones de la equidad educativa

Aunque nuestras administraciones educativas siguen sin ser un ejemplo en cuanto a la recogida y buen uso de datos para las políticas públicas, el debate de la educación basada en la evidencia empieza a cobrar un papel cada vez más importante. Por incomparecencia de datos propios, PISA es a día de hoy la fuente que sienta cátedra sobre lo que ocurre en nuestro sistema educativo, sobre todo desde una perspectiva comparada. Aunque no es una encuesta con la que se puedan tomar decisiones relevantes y profundas, sirve al menos para plantear el marco del debate de nuestro sistema educativo en un contexto internacional.

Por ejemplo, muchos utilizan la encuesta PISA y los resultados de aprendizaje de los alumnos para afirmar que nuestro sistema educativo es razonablemente equitativo. Uno de losindicadores más populares de la OCDE es cuanta variación de los resultados de los aprendizajes (lectoescritura, matemáticas, ciencias) está explicada por el origen socioeconómico del alumno. Y en efecto, en este indicador, el peso que tiene el origen socioeconómico en los resultados es parecido a la media de la OCDE y al de otros países de nuestro entorno.

El desarrollo de las competencias y habilidades de los niños y jóvenes es un ingrediente fundamental para todo sistema educativo, desde una perspectiva tanto de calidad como de equidad. Sin embargo, como ya he argumentado en otras ocasiones, lo que define el ADN de nuestro sistema educativo no son los aprendizajes (que son razonables en cuanto a calidad y equidad), sino las dificultades de cada alumno para progresar de acuerdo al potencial de su cesta de competencias. Por tanto, quedarnos anclados en este indicador sería hacer un flaco favor a un debate que es profundo y tiene múltiples aristas. Para contribuir a dicho debate sobre equidad educativa, es necesario ir más allá de la relación entre origen socioeconómico y aprendizaje, y poner nuestro sistema educativo ante el espejo de otras tres dimensiones de la equidad. Es decir, de indicadores que relacionan otro tipo de resultados con el origen social, económico y cultural de cada alumno.

  1. La equidad en el acceso a centros con compañeros de distintos entornos socioeconómicos (que tiene por reverso la segregación escolar);
  2. La equidad en la idoneidad de curso (que tiene por reverso la inequidad de la repetición);
  3. La equidad en el progreso educativo (que tiene por reverso la inequidad en el abandono temprano).

Segregación escolar: cada vez más sombras

Una red de escuelas fragmentada o segregada por origen socioeconómico es un freno para el desarrollo de muchos niños, hasta el punto de que una excesiva fragmentación frena al sistema educativo en su conjunto. Esto lo he tratado de argumentar en otras ocasiones (aquí y aquí), pero el resumen es que los compañeros del aula y el centro importan. Y mucho. Si la mayoría de los alumnos de una escuela tienen bajas expectativas, viven situaciones de vulnerabilidad, tienen dificultades en su desarrollo, no dominan la lengua de instrucción, acumulan retrasos, inevitablemente los problemas en la escuela se multiplican y el ciclo de las oportunidades se rompe.

El reverso de este modelo es un sistema de tipo inclusivo, donde cada escuela es una foto microscópica de la sociedad en su conjunto. No es una sorpresa para nadie observar en la Figura 1 que los países nórdicos,  Corea del Sur, Japón o Canadá tienen las escuelas más inclusivas del mundo, donde cada escuela es un espejo de toda la sociedad. En el otro lado del espectro (sólo he incluido unos pocos) se encuentran los países latinoamericanos o del este de Europa (en especial a partir de secundaria), con escuelas socialmente muy homogéneas. España ya mostraba unos niveles preocupantes de segregación en 2012*, pero estos se han disparado en 2015, situándonos cerca de los sistemas más segregados de la OCDE.

Si miramos esto por Comunidades Autónomas (Figura 2), vemos que la segregación en la mayoría de ellas es menor que en la media española (lo cuál denota que la segregación estatal se explica mayoritariamente por diferencias entre territorios), con las excepciones de Cataluña y sobre todo Madrid. De hecho la segregación social en la escuelas de la Comunidad de Madrid tiene hoy niveles comparables a los de Brasil, Hungría o México.


(In)Equidad y repetición: campeones mundiales

En Politikon hemos insistido desde hace un tiempo que la repetición es otra dimensión de la disfuncionalidad de nuestro sistema educativo y que lo es también desde la perspectiva de la equidad. España tiene un sistema educativo donde prevalece la repetición de manera sistémica, con casi un tercio de los jóvenes de 15 años habiendo sido repetidores durante primaria o secundaria (la media de la OCDE está en torno al 11%). La evidencia empírica es bastante aplastante al respecto: se trata de un mecanismo que normalmente no logra sus objetivos compensatorios y una de las políticas educativas menos eficaces. En muchos países, como el nuestro, es además un mecanismo sumamente injusto, ya que no afecta a todos por igual. Los alumnos de entornos desaventajados tienen muchas más posibilidades de haber repetido que los alumnos de entornos socioeconómicos aventajados, incluso después de comparar dos niños con las mismas habilidades y competencias básicas. Como mostrábamos recientemente,España es líder entre los 70 países que participan en PISA, con una proporción que es de casi 6 a 1. Dicha proporción se ha disparado progresivamente con respecto a 2012 (3.1 a 1) y 2003 (2.1 a 1).

Se podría pensar que estas divergencias se deben principalmente a las diferencias territoriales. Pero esto no es del todo cierto: en Comunidades Autónomas con buenos resultados, por ejemplo Navarra (19%) o La Rioja (30%), las tasas de repetición en promedio siguen siendo bastante altas en relación a las de otros sistemas educativos avanzados. De hecho, si miramos la inequidad (**) en la repetición por Comunidades Autónomas aún comparando estudiantes con los mismos niveles de aprendizaje, observamos en la Figura 3 que las diferencias en la probabilidad de repetir por grupos socioeconómicos siguen siendo bastante altas en muchas CCAA, lo cuál confirma la idea de que la inequidad se reproduce a igual o mayor escala en muchas Comunidades Autónomas. De nuevo la Comunidad de Madrid lidera con cifras preocupantes este indicador: a igualdad de competencias de lectura y matemáticas, la probabilidad de repetir de un estudiante de un entorno socioeconómico bajo es 8 veces mayor que la de un estudiante de entorno socioeconómico alto.


(In)Equidad y abandono: una brecha que no para de aumentar

Si el abandono educativo es nuestro mayor problema, es necesario comprender si se produce de una manera homogénea o por el contrario está muy ligado al origen social de cada alumno. Las evaluaciones externas que miden el desarrollo competencial son fundamentales, pero no sirven para mucho si luego los alumnos no pueden progresar debido a las múltiples vallas y barreras que van encontrándose. El abandono educativo temprano ha disminuido mucho desde 2008, lo cuál es una gran noticia. Sin embargo, a partir del último informe de Save the Children, vemos que lo ha hecho de manera desigual. Mientras que todos los grupos socioeconómicos medios y altos han visto reducido el porcentaje de alumnos que o bien no obtienen el título de ESO o bien abandonan los estudios después de obtenerlo, no ha ocurrido lo mismo para el grupo del 20% con menores ingresos. La brecha, por tanto, se ha disparado.

La reducción del abandono es una gran noticia para nuestro sistema educativo, pero el hecho de que esta reducción haya sido tan desigual resulta intrigante a la par que preocupante. Un análisis futuro debería comparar dichas brechas con respecto a otros países de la UE. También debería incluir un análisis por CCAA, aunque la ECV, de momento, no es representativa a nivel autonómico. Pero esto lo dejamos para otra ocasión.


Coda 

Hablar de equidad educativa no es sólo algo que debe responder a una legitima prioridad de preferencias por la redistribución y las oportunidades: la inequidad de nuestro sistema educativo es el reverso de los problemas de falta de excelencia del mismo, y en consecuencia, debemos abordarlos de manera conjunta. De forma cada vez más preocupante, la tozuda realidad de los datos nos muestra fotos de muy difícil digestión. Aunque la dimensión de la adquisición de competencias se produce en relativa igualdad de oportunidades, en otras dimensiones relevantes nuestro sistema educativo es muy poco equitativo. El origen socioeconómico importa cada vez más. Y no sólo refleja diferencias entre territorios. También lo hace a gran escala dentro de muchas CCAA.


Notas:

El índice de segregación social en la escuela se calcula como la correlación entre el nivel socioeconómico del alumno y el nivel socioeconómico promedio de la escuela, de forma que si la correlación es cercana a 1, nos encontramos con escuelas relativamente segregadas y si es cercana a 0, la composición socioeconómica de las escuelas es relativamente diversa. Este índice tiene una correlación mayor a -0.95 con el índice de Inclusión Social escolar de la OCDE, que mide el concepto inverso.

** Cálculos propios a partir de un modelo logístico de repetición con respecto a una variable que toma el valor 1 si el estudiante pertenece al 20% socioeconómico bajo y 0 si el estudiante pertenece al 20% socioeconómico alto. Dicho modelo controla por competencias de lectoescritura y ciencias. Los resultados presentados son los “odds ratio” de dicho modelo estadístico.

Fuente: http://politikon.es/2017/05/11/una-panoramica-de-la-inequidad-educativa/

Imagen de archivo OVE

Comparte este contenido:

Los niños con los niños.

Por: Pilar Galán Rodríguez.

La estulticia, al contrario que los yogures, no tiene fecha de caducidad ni de consumo preferente.

Una vez que se instala en un sistema, queda latente pero luego despierta con más fuerza, como las liendres, para invadirlo todo.

Hace años escribí una columna titulada Los niños con los niños, una reflexión sobre la educación separada por sexos, una crítica a una segregación que yo suponía pasada de moda. Pero no.

En Madrid, un colegio concertado, además de separar a los niños de las niñas en las aulas, siguiendo criterios ignotos, solo conocidos por la inspección educativa que les deja continuar con su proyecto, separa también a los alumnos en las actividades extraescolares.

Este colegio (financiado con fondos públicos, no se nos olvide) ofrece talleres de ganchillo y visitas a comedores sociales solo para las niñas, y visitas al Bernabéu solo para los niños.

No hace falta ser un lince para sacar conclusiones. Labores para ellas, deporte para ellos. La polémica no resulta nueva para el director del centro, sancionado hace poco por comparar la ley contra la homofobia con el fanatismo terrorista.

Ahí es nada.

Lo preocupante no es que este señor campe a sus anchas por nuestro sistema educativo. Haberlos, haylos, como en todas partes.

Lo vergonzoso es que se haga con mi dinero y que en pleno siglo XXI haya padres que piensen aún como en las canciones antiguas que los niños con los niños deben estar, no vaya a ser que se maleen, se vuelvan blandos y no sirvan como tiburones para los negocios.

Y al revés, que a las niñas, pobres, les dé por pensar, o por ponerse a trabajar, y el orden establecido se resienta.

En la página web del centro se pide respeto para quien ha elegido este ideario con libertad, palabra que el director parece desconocer cuando se trata de educar niños, no estereotipos.

Lástima que haya columnas que nunca pasen de moda.

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/ninos-ninos_1011659.html

Imagen: http://www.escuelasinfantilesvelilla.com/blog/wp-content/uploads/2014/12/como-educar-en-el-valor-de-amistad-en-ni%C3%B1os.jpg

Comparte este contenido:
Page 8 of 13
1 6 7 8 9 10 13