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Juan Rodríguez Zapatero: “La LOMLOE no avanza en la educación inclusiva, consagra el artículo 74 de la LOE, incompatible con la Convención de la ONU”

Juan Rodríguez Zapatero es abogado. A más señas, es uno de los abogados que más causas está llevando en relación con la inclusión de niñas y niños con discapacidad en centros ordinarios. Es también el responsable de la redacción de un manifiesto de una plataforma recién creada de familias que reclaman el cambio de los dictámenes psicopedagógicos que abocan a menores y a sus familias a transitar por la educación especial aunque no quieran. Hablamos con él de la situación hoy por hoy en España, con la mirada puesta a los próximos meses, con la tramitación de la LOMLOE.

Juan Rodríguez Zapatero se ha convertido en un referente en la lucha por la educación inclusiva en España. Este abogado aterrizó en este mundo casi de casualidad, por echarle una mano a una amiga que tenía un niño con discapacidad y lo estaba pasando muy mal. “Estaba promoviendo una asociación en este terreno, se acercó a mí. Empecé a ver casos, muchos más de los que parece, y me metí”. Ya no pudo salir. “Te va llevando, y me comprometí. Jurídicamente ha sido gratificante, hemos abierto caminos que estaban por abrirse”, comenta. Desde entonces, ha peleado por el derecho de las familias a escolarizar a su hijo en el centro de su elección, y los dedos de la mano se le empiezan a quedar escasos para contar las sentencias favorables. Aunque no todas son positivas, poco a poco, explica el abogado, se va creando un cuerpo jurídico favorable a madres y padres, incluyendo una sentencia clave del Tribunal Supremo de 2017.

La última batalla de este colectivo, que lucha por el derecho a la educación en centros “mal llamados” ordinarios de todos los alumnos, es que se eliminen los informes psicopedagógicos que se les hacen para determinar sus capacidades y que, en muchas ocasiones, acaban en resoluciones de escolarización por las que la administración envía a alumnos a centros de educación especial sin contar con la opinión de las familias. Estos informes, que solo se les hacen a los alumnos con diversidad funcional, son segregadores, explica el colectivo, y van contra la ley.

¿Cuál es vuestra propuesta alternativa a los informes psicopedagógicos?

La primera petición es el reconocimiento pleno del derecho a la educación inclusiva, con la derogación del 74 de la LOE y del 18.3 de la Ley General de los Derechos de las Personas con Discapacidad. Se pide también que los informes psicopedagógicos y los dictámenes de escolarización se supriman en su orientación actual. Con esto me refiero a la orientación clínica de señalar los déficits de los alumnos, problemas de inteligencia, hacerles tests, etc. Creemos que se deben hacer informes de actuación educativa. Que reseñen de verdad cuáles son las capacidades de cada alumno, sus puntos favorables y los negativos o las barreras, y establecer, en función de ello, los apoyos necesarios. También se pide un tema importante, que es que estos alumnos ni siquiera son oídos. Con esto me refiero a que todo niño con uso de razón puede tener el derecho a ser oído en estos informes. Los padres tampoco participan en estas evaluaciones, solo al final y para decir en una casilla si están conformes o disconformes con el dictámen. Creemos que debe haber una participación activa de las familias, pudiendo aportar sus propios informes de expertos para valorar las necesidades de los alumnos.

Otro tema importante es que no hay mecanismos de impugnación ágiles cuando los padres no están de acuerdo con los dictámenes y tienen que acudir a la vía judicial, que lleva unos trámites largos en el ámbito educativo y muchas veces tarde, y, además, tienen unos costes económicos. Por ello se proponen comisiones de medicación y arbitraje independientes para resolver estas diferencias.

La petición final es una ley integral de inclusión educativa. Una ley transversal que recoja todos los aspectos de la educación en igualdad. La ley actual y la reforma que se está haciendo es insuficiente, tiene que haber una ley orgánica integral y específica de la inclusión educativa.

Con los informes psicopedagógicos tenéis ya buenos argumentos, muchas veces en forma de sentencias que han tumbado dictámenes de escolarización precisamente porque no estaban bien hechos.

Ya hay un cuerpo jurisprudencial, un conjunto de sentencias importantes y armadas jurídicamente en el sentido de que consideran estos informes y las resoluciones de la administración educativa cuando deciden que un niño vaya a un centro de educación especial no reúnen las motivaciones exigidas. No suelen señalar que se hayan agotado las posibilidades de inclusión educativa o ni explican por qué los apoyos y refuerzos que necesita ese niño no los puede prestar un centro ordinario y tienen que ir a un centro de educación especial. Se ha abierto una jurisprudencia importante que, sin duda, es un material jurídico trascendente en defensa del derecho a la educación inclusiva.

¿Tienen esperanzas reales de que esto salga adelante o lo hacen también con la intención de ir acumulando iniciativas y hacer ruido?

Creo que el tema va a tener recorrido. En mi opinión, como alguien que trabaja en temas de derecho a la educación, hay otros aspectos que llaman más la atención, como los informes PISA, la calidad, segregación por sexo… A este tema de los derechos de las personas con discapacidad necesita una expansión, más visibilidad mediática y, por tanto, el primer objetivo del documento es que se conozca por la sociedad. Pero se ha hecho con la idea de que tenga recorrido, si no inmediato si a medio plazo con el objetivo mencionado.

¿Hemos avanzado en educación inclusiva desde que España se adhirió a la Convención de la ONU?

En el panorama jurídico y del derecho a la educación inclusiva ha habido avances en algunos aspectos. Probablemente, los mayores se han dado con algunas sentencias, que han establecido los límites y las obligaciones que la Administración educativa tiene en este ámbito. Concretamente, una sentencia del 14 de diciembre de 2017 del Tribunal Supremo deja claro el contenido de la educación inclusiva. Pero falta lo esencial: que tengamos un único sistema educativo, como dice el artículo 27 de la Constitución: “Todos tienen derecho a la educación”; y sin exclusión: no solo para personas con discapacidad: para personas con discapacidad, sin discapacidad, con razón de ideología o cualquier otra circunstancia, como dice el artículo 14. Los artículos 27 y 14 de la Constitución no se cumplen porque seguimos teniendo un sistema dual. Dual quiere decir que hay uno ordinario para los niños sin discapacidad, y luego están quienes tienen algún grado de discapacidad o diversidad funcional, que deben pasar por todo un sistema específico (evaluación psicopedagógica, dictamen de escolarización) y luego se decide si van a un centro ordinario o especial, qué apoyos o ajustes razonables tienen. El sistema dual es radicalmente incompatible con la Convención. Lo más urgente e importante es derogar el artículo 74 de la LOE de 2006, que después de decir que la escolarización del alumnado con necesidades educativas especiales se rige por el principio de inclusión, lanza la excepción: la escolarización de estas personas en unidades de educación especial solo se llevará a cabo cuando sus necesidades no puedan ser atendidas en el marco de las medidas de atención a la diversidad de los centros ordinarios.

Es decir: la ley vigente de educación, en su artículo 74, establece la facultad, además en gran medida discrecional a la Administración educativa, para escolarizar alumnos con necesidades educativas especiales en centros de educación especial. Estos centros no son compatibles con la Convención porque solo escolarizan alumnos que presentan diversas discapacidades o diversidades funcionales. O sea, se produce segregación y el agrupamiento de alumnos según su discapacidad. ¿Qué une a esos alumnos? La discapacidad. Sin entrar a valorar a los profesionales, los centros son segregadores y eso no es compatible con la Convención de la ONU.

Y si ese artículo específicamente atenta contra una ley superior, como es la Convención, ¿no se puede denunciar que es ilegal?

Puedo responder con una pregunta. ¿Cómo esto se puede mantener a día de hoy jurídicamente? ¿Cuál es la razón de que se mantenga un precepto incompatible con la Convención? Creo que la respuesta es política, no ha habido voluntad de abordar esto de manera urgente, prioritaria y necesaria, y que este tema entre de lleno en la agenda política.

Las vías jurídicas no son sencillas, de ahí que se haya producido una demora, pero se están abriendo ya algunas sentencias del TS en otros ámbitos, no educativos, sobre los informes de la ONU que se refieren a una convención ratificada por España y, por tanto, norma jurídica de obligado cumplimiento con valor superior a la ley, solo debajo de la Constitución. Lo que se está estudiando es la posibilidad de requerir al Gobierno ya en el ámbito más bien jurisdiccional para llevar esto a efecto.

¿Qué rol les queda a los centros de educación especial en su propuesta?

No entro a valorar su calidad ni la de sus profesionales, que seguro que los hay excelentes. Pero tienen que convertirse en centros de recursos materiales, humanos, etc. para los centros ordinarios. Hay que establecer un plan progresivo para que se reconviertean, dejen de ser centros de escolarización separada y quede un único modelo de escolarización. Los otros centros serían de apoyo a los ordinarios (que no deberían ni llamarse así).

Les habrán dicho a menudo que si unos padres quieren llevar a sus hijos a un centro de educación especial, sin obligar a nadie más a hacerlo, cuál es el problema.

Tiene una respuesta clara: no es un derecho de los padres. El derecho a una educación en igualdad es de la persona que lo recibe, lo dice la ONU. Los padres tienen que apoyar el interés del menor, que no es otro que recibir una educación en igualdad. Eso le va a permitir al niño o la niña desarrollar todas las potencialidades. Cuando se dice que un padre quiere o no quiere el problema es que no existe un derecho subjetivo del padre. Es del alumno y, por tanto, los poderes públicos deben apoyar que se realice en un centro ordinario. Los padres lo hacen de buena fe, por supuesto, pero hay que decirles que todas las necesidades se pueden cubrir con un sistema único. Los países que han dejado sin efecto los centros de educación especial tienen un sistema educativo mejor que el español y no ha pasado nada. Italia suprimió los centros especiales de la noche a la mañana y no pasó nada. La experiencia comparativa dice que donde un niño desarrolla toda su potencialidad es en un entorno ordinario, con sus iguales. En socialización, relación con otros chicos y chicas, etc.

¿Cree que las administraciones abusan del desconocimiento que suelen tener las familias sobre sus derechos en este asunto?

No sé si la Administración se aprovecha, pero sí creo que falta sensibilización e información a las familias. Cuando estas reclaman, el sistema educativo reacciona a la defensiva. Por ahí falta sensibilización. Y también falta información, y el deber de la Administración pública es informar, pero a veces se transmiten opiniones subjetivas.

Como profesional que lleva casos de educación inclusiva puedo decir que, aunque no siempre, en bastantes ocasiones las familias se sienten indefensas ante el poder de la Administración o una autoridad educativa, que le dicen “esto es lo mejor para su hijo”, a veces más como recomendación, pero otras de manera más impositiva. Pero es cierto que están indefensas. Por eso abogamos por instancias de medicación independientes, que no existen. Es curioso que uno reclame por un tema de consumo y haya juntas arbitrales de consumo en las comunidades autónomas, pero no existen en el ámbito educativo instancias para mediar cuando hay discrepancias de las familias con la Administración.

¿Supone algún avance la LOMLOE en la materia?

No hay avance e, incluso, hay una disposición adicional, la cuarta, donde se cita y consagra el artículo 74 y se habla de un plan de diez años para que los centros ordinarios cuenten con los recursos necesarios, pero dejando bien claro que se continuará prestando los apoyos necesarios a los centros de educación especial. Esta disposición es claramente contraria a la convención también. No solo no hay avances, sino que esta disposición adicional si no se modifica viene a consagrar los centros de educación especial como centros de educación.

Entramos un poco en el terreno de lo especulativo, pero pregunto igual. ¿A qué cree que se debe este interés de las administraciones –unas más que otras– en mantener los centros de educación especial incluso aunque vayan contra la ley? ¿Cree que tiene que ver algo con el hecho de que muchos de ellos son concertados y hay mucho dinero moviéndose ahí?

En cuanto al peso del apoyo a los centros de educación especial es porque es un sector en el que hay unos intereses económicos fuertes, y no está desligado todo ello de la educación concertada, que es otro reto pendiente de nuestra educación. Creo que efectivamente es así, tienen un peso económico y social importante. También utilizan muy hábilmente los medios de comunicación y las plataformas sociales.

En cuanto a la actitud del Gobierno le falta claridad y valentía política. Claridad porque no han visto que esto es un tema importantísimo, que no es un tema cuantitativo que afecte a 30.000 o a 100.000. Es un tema de dignidad. Es como si cuando se habló del matrimonio homosexual nos hubiéramos preguntado a cuántos afecta. Es un tema de dignidad de país. Insto desde aquí al Gobierno, desde este texto, que cuenta con un número importante de padres, madres y expertos comprometidos con la educación inclusiva, para que asuma este reto de realmente adaptar las leyes educativas a la Convención y que España tenga una ley educativa digna, que no se produzcan los casos lamentables de marginación.

Vamos a ahondar mínimamente en esto, porque estas situaciones se dan. La gente igual lo desconoce, porque si no tienes un caso cercano de un pequeño con discapacidad lo más probable es que no conozcas estos periplos. Que hay niños de ocho años que se pasan uno en casa sin escolarizar por el choque entre la Administración educativa y las familias, que se niegan a llevarlos a centros de educación especial.

Cuando he dicho que el Gobierno le falta visión es que le falta de verdad conocer. La Comisión del Congreso debía haber llamado a los padres y madres. Los expertos están muy bien, pero la realidad es que se producen situaciones muy lamentables de discriminación, marginación y sufrimiento de los padres y madres, y por supuesto de los niños. Creo que esto no se visibiliza en la medida en que una situación de este tipo requeriría. Este documento debe servir para que se oigan la voz de los más directamente afectados, las familias.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/07/23/la-lomloe-no-avanza-en-la-educacion-inclusiva-consagra-el-articulo-74-de-la-loe-incompatible-con-la-convencion-de-la-onu/

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Videoconferencia: «Buenas prácticas educativas para garantizar la equidad».

Por Aulaintercultural

Este ha sido un curso escolar extraño. Con la suspensión de las clases presenciales a causa del COVID-19 hemos vivido momentos de gran incertidumbre, donde se han mezclado miedos y preocupaciones, pero también esperanzas.

La crisis sanitaria ha dejado al descubierto varias necesidades y es fundamental en el contexto actual promover espacios para la reflexión. Este momento puede ser, en parte, una oportunidad para avanzar hacia una educación más inclusiva, justa, equitativa y solidaria. En consecuencia queremos sumarnos a crear espacios para dialogar y reflexionar sobre los recursos y propuestas que hacen efectivo el derecho a la educación en la actualidad.

Siempre ha sido importante tener presente las situaciones más vulnerables para pensar la educación que queremos. Sin embargo, en estos momentos es aún si cabe más urgente partir de esas realidades con el objetivo claro de no dejar a nadie atrás.
En este sentido y de la mano de dos miembros del profesorado os proponemos el encuentro en la red AULA DE VERANO “Buenas prácticas educativas para garantizar la equidad”.

Fuente:https://aulaintercultural.org/2020/07/01/aula-de-verano-buenas-practicas-educativas-para-garantizar-la-equidad/

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¿Cómo afecta COVID-19 a la educación de las personas con discapacidad en Ghana?

Por: Wunpini Fatimata Mohammed.

 

Inesperadamente, estudiantes con discapacidad tuvieron que cambiar al aprendizaje en línea.

En Ghana, la educación ha sido objeto de una serie de reformas, pero las experiencias educativas de personas con discapacidad suelen dejarse de lado.

Cuando el coronavirus llegó a Ghana, los investigadores examinaron su impacto en los estudiantes de la clase obrera y en los estudiantes de las zonas rurales, pero no de manera especifica en los estudiantes con necesidades especiales, sobre todo en lo que respecta al aprendizaje en línea.

Los estudiantes con discapacidad auditiva y visual se enfrentaron a varios retos técnicos, económicos y sociales cuando el COVID-19 llegó y la escuela tradicional se convirtió en una escuela en línea.

Actualmente, esos estudiantes con discapacidades de muchas instituciones de educación superior utilizan Zoom, Telegram y WhatsApp para el aprendizaje. Son plataformas digitales que no fueron creadas para el aprendizaje virtual ni para personas con discapacidad.

Muchos de los estudiantes con discapacidad auditiva fueron separados de sus intérpretes de lengua de signos y no tenían dispositivos de asistencia, como audífonos. Esto impactó mayormente los estudiantes con conocimiento limitado del lenguaje de señas. Los estudiantes invidentes fueron separados de sus amigos “videntes” que normalmente los asisten.

En una conversación por WhatsApp con Global Voices, Esinam Aleawoubu, estudiante con problemas auditivos del Colegio Presbiteriano de Educación de Akropong, contó sus experiencias con el aprendizaje electrónico:

 

A veces, algunos tutores utilizan audios en vez que textos; pero yo soy sorda, no puedo escuchar audios. Esto significa que hay un intérprete que se supone debe traducirlo a las personas sordas. Tengo que reunirme con el intérprete a través de Zoom. Desafortunadamente, no podemos reunirnos a menudo por problemas de conexión de red y algunos problemas de teléfono.

Cuando los tutores se dieron cuenta de que las conferencias audiovisuales en video aplicaban el gasto de los datos de internet a los estudiantes, cambiaron a otros métodos, como conferencias de audio de PowerPoint que seguían utilizando elementos audiovisuales pero reducían el gasto de Internet. En Ghana, en promedio, un gigabyte de datos de Iiternet cuesta 10 cedis (1.72 dólares estadounidenses).

Según Julius Yaw Klu, estudiante con discapacidad visual del Colegio Presbiteriano de Educación de Akropong, su teléfono de cuatro años es anticuado y no permite un acceso fácil a las conferencias en línea:

El problema al que me enfrenté con lo audiovisual es el mismo que tengo con PowerPoint. A veces necesito media hora para poder acceder a la conferencia. A veces tengo que esperar a que la clase termine para poder pedir prestado un computador y utilizarlo para acceder a la conferencia.

Daniel Kwarko, otro estudiante con discapacidad visual del mismo colegio, contó un problema similar con el uso del móvil para participar de las clases en línea:

El móvil puede abrir la mayoría de los documentos que recibimos, pero no puede leerlos, y es difícil para los que son ciegos. A veces no encuentras a nadie que te lo lea. No puedes encontrar a alguien que siempre esté para leer tus notas. Los teléfonos no pueden leer PowerPoint ni las diapositivas, pero el computador portátil hace todas esas funciones. Incluso puedes usarlo para convertir documentos para que sean accesibles para JAWS [programa lector de pantalla].

Estos estudiantes dicen que proporcionar tecnología actualizada para computadores portátiles podría facilitar enormemente el aprendizaje en línea.

Hacía la inclusión en la educación

La política de educación inclusiva de Ghana de 2015 “garantiza un entorno de aprendizaje sin barreras y permite a todos los alumnos, incluidos los discapacitados, desplazarse con seguridad y libertad, utilizar las instalaciones y participar en el aprendizaje y en todos los aspectos de la vida escolar”.

Sin embargo, los estudios muestran que uno de cada cinco niños de 6 a 24 años con alguna discapacidad “no asiste a la escuela y los que lo hacen a menudo son estigmatizados y enfrentan discriminación”.

Pese a los esfuerzos de hacer que la educación sea más inclusiva, los estudiantes con discapacidad audiovisual enfrentan una brecha digital sobre el aprendizaje en línea. Esta brecha no solo margina a los estudiantes discapacitados sino que exacerba aún más las desigualdades en el sistema de formación de docentes de Ghana.

Mohammed Salifu, profesor y secretario ejecutivo del Consejo Nacional de la Educación Superior, dijo en una entrevista telefónica a Global Voices que las partes interesadas están aplicando medidas para abordar las necesidades de aprendizaje electrónico de los estudiantes con necesidades especiales:

Tenemos que asegurarnos que todas las intervenciones que estamos haciendo está realmente adaptadas a sus necesidades. Así que los directores de la universidad han sido proactivos en comunicarse con nosotros. Nos estamos asociando con varias organizaciones para abordar estas intervenciones. En estos días hay socios globales que vienen a hacer presentaciones sobre cómo pueden ayudar. Incluso la UNESCO [Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura] está tratado de proporcionar estos fondos para apoyar a los estudiantes con necesidades especiales. No diría que hemos abordado todos los temas de manera integral, pero estamos trabajando para lograrlo.

El proyecto Transforming Teacher Education and Learning (T-TEL) también está trabajando en Ghana para garantizar un aprendizaje en línea inclusivo para los estudiantes con discapacidad auditiva y visual. Por ejemplo, asignan fondos para el material de los planes de estudio en Braille, proporcionan teléfonos inteligentes para el acceso digital y ponen a disposición convertidores de texto a voz.

Ampliar el acceso a la educación

La ley sobre las personas con discapacidad de 2006 estipula que los edificios públicos deben ser accesibles, pero un estudio mostró que la mayoría no están adaptados a las necesidades de esas personas.

Los espacios educativos convencionales no son ptropicios para personas con discapacidad, y en Ghana, las pocas escuelas especializadas no tienen fondos ni recursos suficientes.

En las Escuela para Ciegos de Akropong, tres estudiantes comparten el mismo equipo para aprender el Braille porque los fondos son limitados, según un informe de la Corporación de Radiodifusión de Ghana (GBC, en inglés). Simon Adedeme, jefe del departamento de enseñanza primaria, describió la situación como obstáculo para la enseñanza y al aprendizaje.

En muchas instituciones de enseñanza superior, personal docente, administradores y estudiantes suelen tener conocimiento muy limitado y carecen de los recursos necesario para lidiar con la marginación estructural de los estudiantes con discapacidad.

Se alienta a muchos discapacitados a que sigan una formación profesional y otros tipos de trabajo físico, y a la vez se les disuade de la formación intelectual en distintos rubros de la educación superior.

Solo tres de los 46 colegios de educación de Ghana han sido designados como centros de educación inclusiva donde los discapacitados pueden obtener una licenciatura en educación y capacitarse para convertirse en maestros de escuela básica.

La inscripción a esas tres instituciones sigue siendo muy baja a pesar de los recientes esfuerzos por mejorar las estructuras y atraer a más gente con discapacidad a la profesión de maestro.

Es imperativo trabajar en estrecha colaboración con estos estudiantes para asegurar que la inclusión y el acceso genuinos se realicen y se mantengan. Esto requiere trabajar activamente para aplicar todas las políticas pertinentes a fin de que las personas con discapacidad no queden al margen de la educación en Ghana, durante o después de la pandemia.

Fuente del artículo: https://es.globalvoices.org/2020/07/14/como-afecta-covid-19-a-la-educacion-de-las-personas-con-discapacidad-en-ghana/

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La escuela tiene que ser inclusiva para acoger a todos y todas

En las últimas semanas hemos visto con expectación cómo se ha reactivado el movimiento “Educación inclusiva sí, Educación Especial también”, hecho provocado aparentemente por la  aprobación del proyecto de ley orgánica de modificación de la LOE/LOMLOE (dejaremos para otro momento esto de tener una ley educativa con cada gobierno), y más concretamente con lo dicho en su Disposición adicional cuarta:

“Evolución de la escolarización del alumnado con necesidades educativas especiales. Las Administraciones educativas velarán para que las decisiones de escolarización garanticen la respuesta más adecuada a las necesidades específicas de cada alumno, alumna, de acuerdo con el procedimiento que se recoge en el Art. 74 de esta ley. El gobierno, en colaboración con las Administraciones educativas, desarrollará un plan para que, en plazo de diez años, de acuerdo con el artículo 24.2. e) de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas y en cumplimiento del cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, los centros ordinarios cuenten con los recursos necesarios para poder atender en las mejores condiciones al alumnado con discapacidad. Las Administraciones educativas continuarán prestando el apoyo necesario a los centros de educación especial para que estos, además de escolarizar a los alumnos y alumnas que requieran una atención muy especializada, desempeñen la función de centros de referencia y apoyo para los centros ordinarios».

Antes de entrar a dar nuestro punto de vista sobre ello, nos parece conveniente hacernos una pregunta; ¿Qué es la inclusión?”. Y para dar respuesta acudo a la Unesco (2006, pág.14) que señala:

“La Educación Inclusiva puede ser concebida como un proceso que permite abordar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los educandos a través de una mayor participación […]. El objetivo de la inclusión es brindar respuestas apropiadas al amplio espectro de necesidades de aprendizaje tanto en entornos formales como no formales de la educación. La educación inclusiva, más que un tema marginal que trata sobre cómo integrar a ciertos estudiantes a la enseñanza convencional, representa un enfoque que examina cómo transformar los sistemas educativos y otros entornos de aprendizaje, con el fin de responder a la diversidad de los estudiantes […]”.

De modo que, como punto de partida la inclusión ha de ser concebida como un proceso de cambio, a través del cual se generan nuevos contextos en los que todos participen, aprendan y se desarrollen, haciendo mayor hincapié en aquellas personas más vulnerables.

La educación del alumnado y, por tanto, su escuela ha de ser inclusiva, algo que no consiste solo en escolarizar dichos niños y niñas en un centro ordinario, sino en generar centros educativos ordinarios en los que la participación y el aprendizaje de todos sea posible. Por esto, una de las bases que han de plantearse y que en pocas ocasiones observo en este debate, es que hay que repensar las estructuras, los contenidos, las metodologías, etc. de los centros educativos. No se trata de integrar, sino de incluir y para incluir hay que pensar en todos; y, además, la experiencia demuestra que así nos beneficiamos como sociedad. A modo de ejemplo; en los 80 en el mundo de la arquitectura surgió un movimiento, el Diseño Universal, que buscaba generar edificios accesibles para todo el mundo y así no tener que hacer modificaciones  a posteriori. Así, la rampa fue un elemento de accesibilidad pensado para las personas con movilidad reducida pero al cabo de un tiempo no solo han sido beneficiadas las personas con movilidad reducida sino otros muchos colectivos.

También la educación inclusiva ha de serlo por derecho, un derecho reconocido a todo nuestro alumnado tanto a nivel internacional como nacional. En el plano internacional tenemos como referencia la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad de 2006 y ratificada por España en 2008. En su artículo 24 dice: “Los Estados Partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a la educación. Con miras a hacer efectivo este derecho sin discriminación y sobre la base de la igualdad de oportunidades, los Estados Partes asegurarán un sistema de educación inclusivo a todos los niveles así como la enseñanza a lo largo de la vida

2. Al hacer efectivo este derecho, los Estados Partes asegurarán que:

a) Las personas con discapacidad no queden excluidas del sistema general de educación por motivos de discapacidad, y que los niños y las niñas con discapacidad no queden excluidos de la enseñanza primaria gratuita y obligatoria ni de la enseñanza secundaria por motivos de discapacidad;

b) Las personas con discapacidad puedan acceder a una educación primaria y secundaria inclusiva, de calidad y gratuita, en igualdad de condiciones con las demás, en la comunidad en que vivan;

c) Se hagan ajustes razonables en función de las necesidades individuales;

d) Se preste el apoyo necesario a las personas con discapacidad, en el marco del sistema general de educación, para facilitar su formación efectiva;

e) Se faciliten medidas de apoyo personalizadas y efectivas en entornos que fomenten al máximo el desarrollo académico y social, de conformidad con el objetivo de la plena inclusión”.

En el ámbito educativo, ya la Ley Orgánica de Educación de 2006, uno de los principios que la regían era el principio de inclusión. Y a nivel autonómico, en Castilla y León,  el Decreto 26/2016 que regula la Educación Primaria en nuestra comunidad en su art. 3. Principios generales señala: “4. La educación inclusiva orientará la respuesta educativa del alumnado en esta etapa”.

Por otro lado, la diversidad se acepta y se normaliza al convivir con ella. En este sentido, el foco no lo pondría en las personas que normalmente denominamos “con discapacidad” sino a las que nos dirigimos con el calificativo de “normales”; ya que para que incluir sea posible tenemos que cambiar nuestra mirada. ¿No creen que un adulto será más respetuoso, afectuoso y tratará como un igual a una persona diferente si aprende a vivir desde pequeño con la diferencia?

Podemos pensar que los centros ordinarios no están preparados y, por ello, tenemos que pensar que uno de los grandes retos que se nos presentan es repensar esos centros. La cuestión no se reduce solo a disponer de recursos. Consiste también en un cambio de mirada, tenemos que creer que la inclusión es posible; si no lo creemos, nunca lo lograremos y, por supuesto, solo con creerlo tampoco será suficiente; será necesario formación, eliminación de barreras de participación y aprendizaje (vease Ainscow y Booth), compromiso… y también recursos. En segundo lugar, la nueva propuesta de ley señala que se dotarán en mayor medida a los centros ordinarios y los centros específicos también podrán escolarizar a alumnado que precise apoyo muy especializado, por ello creo que sí cabe el principio de prudencia en este sentido.

Vivimos en una sociedad en la que la información nos llega muy rápido, de forma superficial y, en ocasiones, sesgada y en la que no es fácil escuchar también a las personas que sí creemos en una inclusión real. Será un camino largo, con muchas piedras en el camino pero creo que también bonito y con grandes satisfacciones y, desde luego, no será posible sin las familias.

Creemos que lo fundamental en estos momentos para que haya una mayor atención hacia el alumnado más vulnerable son las siguientes medidas:

  • Reducción de las ratios. No podemos permitir que en educación infantil y primaria haya clases de 25 alumnos y alumnas y pretender dar clases individualizadas. Para que la función de maestro no quede en el mera transmisión de conocimientos la reducción de ratios es fundamental, como garantía de personalización de la atención a los alumnos y alumnas.
  • Se hace necesaria, más que nunca, la autonomía de los centros, para que cada equipo docente pueda plantear objetivos centrados en sus alumnos y no en estándares de aprendizaje únicos y comunes a los diferentes contextos y situaciones.
  • La posibilidad de organizar los centros, flexibilizando, espacios, agrupamientos no sólo por edad, el horario… Es otro elemento fundamental si nos planteamos una educación en la que todos tengan cabida.
  • Se hace necesario incentivar, formar y motivar al trabajo docente como equipo de trabajo y no como células aisladas dentro del sistema escolar.
  • La apertura de los centros a las familias desde la colaboración y recogiendo las experiencias que juntos se puedan crear.
  • Plantear escuelas abiertas al contexto en el que se encuentran y con capacidad para dar respuesta a cada niño y niña, lo que requerirá de nuevos profesionales que puedan atender a las diferentes necesidades. Así enfermeras y enfermeros, auxiliares técnicos educativos, fisioterapeutas… deben ser parte de una escuela que quiera ser inclusiva.
  • El desarrollo de metodologías activas y diversas que garanticen la adaptación del currículo y el entorno escolar a cada niño, garantizando que a través de la diferencia existan objetivos comunes y que estos sean para cada niño y niña según su potencialidad. Los docentes no son meros transmisores de conocimientos, su tarea va más allá de dar clases magistrales. Tenemos un marco legal que se encarga de dar una mayor importancia a la competencia en lugar de al trabajo colaborativo y cooperativo.
  • Creación de individuos críticos y empáticos. Junto al punto anterior de una nueva metodología tenemos claro que para crear unas personas que sepan respetar y empatizar con otras es importante crear individuos que sepan ser críticos con lo que tenemos a nuestro alrededor. No es una cuestión de libros, sino de una educación más allá de los libros de texto.
  • Supresión progresiva de los conciertos con la escuela privada e integración progresiva en una red pública única. Cada centro debe garantizar la atención a la diversidad de cada persona, y esto sólo es posible en una red pública, con recursos humanos y materiales adecuados, con docentes preparados y con autonomía para desarrollar su competencia profesional.

Desde IU CyL pensamos que al igual que los centros ordinarios, los centros de Educación Especial deben permanecer abiertos y han de experimentar un proceso de transformación, repensando su organización, estructuras, metodologías, y aumentar su plantilla para seguir apoyando al alumnado más necesitado. La apertura y conexión entre estos centros es clave para la inclusión de todo el alumnado, especialmente aquellos más vulnerables y la valoración social de la diversidad como riqueza y oportunidad. Se ha de dar una buena red de comunicación y cooperación y seguir potenciando la red pública a su máxima potencia.

Por nuestra parte y creo que es compartido por mis compañeras y compañeros en nuestra función docente y como agente social priman los derechos y bienestar de los niños y niñas que pasan por nuestras manos.

Nos gustaría acabar con una frase del escritor Eduardo Galeano:

“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.”

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Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/07/09/la-escuela-tiene-que-ser-inclusiva-para-acoger-a-todos-y-todas/

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Seminario web de análisis del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo sobre inclusión y educación

El 9 de julio, la Internacional de la Educación, la UNESCO, el Equipo Especial Internacional sobre Docentes para Educación 2030 y el Informe GEM coorganizaron un seminario web para analizar el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2020 —publicado recientemente— desde la perspectiva de los docentes. Se desgranó el informe, titulado Inclusión y educación: Todos sin excepción. Sus conclusiones se basan principalmente en información anterior a la COVID-19; sin embargo, la repercusión de la pandemia ha sido una parte importante de las presentaciones y las reacciones. Las crisis mundiales de salud y económica han hecho que la necesidad de inclusión en la educación sea más apremiante todavía.

Como dijo la Presidenta de la Internacional de la Educación, Susan Hopgood, en su intervención introductoria, “nos encontramos en mitad de una crisis mundial de la educación provocada por la pandemia de COVID-19 que ha exacerbado más las desigualdades, especialmente para los docentes y estudiantes más vulnerables”. Uno de los aspectos que planteó en ese sentido fue: “Una gran preocupación es que los gobiernos, en sus respuestas a la pandemia, a menudo han dejado atrás a las personas más marginadas”.
La Sra. Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO, en su intervención, destacó que “nuestro mundo, que se transforma tan rápidamente, está afrontando importantes dificultades —que abarcan desde la pandemia de COVID-19 hasta el cambio climático, los conflictos, los desplazamientos, la tecnología, la intolerancia y el discurso del odio—, que acentuarán aún más las desigualdades y tendrán repercusión en las décadas venideras a menos que tomemos medidas”. Argumentó que la recuperación debe incorporar la financiación adecuada de la educación, y habló de la importancia central de los docentes en relación con la inclusión en la educación al declarar, “el Informe nos indica que no se puede conseguir una educación inclusiva sin los docentes, unos docentes que tengan respaldo y estén preparados para crear aulas donde todos los estudiantes tengan su lugar”.
En una mesa redonda, Mark Potter, director de la escuela Berhampore de Wellington, Nueva Zelandia, y miembro del Ejecutivo Nacional de la NZEI Te Riu Roa, expuso ejemplos prácticos del modo en que funciona la inclusión en su centro educativo. Puso de relieve que es esencial “adaptar la escuela al niño, y no al contrario”.
Sonia Alesso, Secretaria General de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina, señaló que, a fin de garantizar una plantilla diversa que refleje la diversidad en las aulas, “será fundamental analizar y adaptar los marcos y los reglamentos vigentes de trabajo decente, incluso para los docentes y el personal de apoyo escolar con discapacidad o de otros grupos marginados. Y, por supuesto, esto debería ocurrir tras realizar consultas con el profesorado”.
Aunque en el Informe GEM se ha respaldado la importancia de la inclusión y la función fundamental de los docentes, Hopgood planteó la preocupación de que “las recomendaciones del Informe GEM podrían haber prestado mayor atención a la importancia del diálogo con los docentes, y acogemos con agrado que este seminario web dé voz a los docentes y sus organizaciones representativas para debatir la educación inclusiva desde el punto de vista del profesorado”.
A la mesa redonda también estuvo invitado el Dr. Jobicks Kalumba, Secretario Permanente del Ministerio de Educación de Zambia, para ofrecer un punto de vista gubernamental. Señaló que estaba convencido de que, como parte de las reformas en curso, en todas las escuelas de formación se impartirán a los docentes conocimientos básicos sobre la educación inclusiva. El profesorado es un componente esencial para hacer realidad la educación inclusiva.
En el informe y el seminario web se enumeró una gran cantidad de grupos a los que la educación inclusiva debe afectar. Baguma Filbert Bates, Secretario General del Uganda National Teachers’ Union, abordó la importancia de la equidad y la inclusión en la educación de los refugiados y las comunidades de acogida. También destacó los graves problemas existentes en los campamentos de refugiados, especialmente las altas cifras de violencia sexual y de género contra mujeres y niñas.
El seminario web forma parte de un proceso en curso de reflexión, debate y acción sobre la inclusión y la educación. Los coorganizadores de este seminario web seguirán colaborando en un aspecto que es fundamental para la educación, pero también para construir sociedades más decentes y sostenibles.
Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/detail/16860/seminario-web-de-an%C3%A1lisis-del-informe-de-seguimiento-de-la-educaci%C3%B3n-en-el-mundo-sobre-inclusi%C3%B3n-y-educaci%C3%B3n
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Entrevista a Pamela Molina: “La discapacidad es una construcción social e ideológica, exactamente igual que el concepto de género”

Entrevista/16 Julio 2020/Autora: Meritxell Freixas Martorell/eldiariolaeducacion.com

La experta de la OEA, Pamela Molina, habla de los desafíos de la educación inclusiva en América Latina (y el mundo) y el rol de la comunidad educativa para transformar un sistema basado en la educación segregadora.

Pamela Molina tenía 13 años y vivía en Chile cuando quedó sorda y tuvo que aprender a convivir con una discapacidad auditiva. Hoy lleva 11 años trabajando en temas de inclusión y derechos humanos de las personas con discapacidad en la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington. Desde 2004 y hasta 2006 fue parte del comité de expertos que redactaron la Convención Internacional por los Derechos de las Personas con Discapacidad en Naciones Unidas.

Su mirada sobre la discapacidad sitúa la educación inclusiva en el centro. Apuesta por la “pedagogía de las diferencias” y defiende la basada en el concepto de “interseccionalidad” para visibilizar todas las identidades de una persona. Las de ella las define así: “Soy mujer, soy persona sorda, soy migrante y soy heterosexual”. Ninguna, dice, está por encima de la otra.

¿Cómo podemos educar de forma inclusiva cuando los aprendizajes de los estudiantes se evalúan bajo la lógica de lo que usted llama “capacitismo”, en referencia a la lógica de la “normalidad” entre las personas?

Para poder educar de forma inclusiva hay que transformar el sistema de enseñanza porque lo que hoy tenemos no es inclusivo. Se basa en la lógica de “lo normal”, en un paradigma excluyente y competitivo que selecciona al estudiante excepcional. No incluye los propios ritmos y maneras de aprender de todas y todos los estudiantes, la elección de lo que quieren o necesitan aprender, según sus habilidades. Hay que construir un nuevo sistema y eso significa trabajar en todos los ámbitos del sistema educativo: estudiantes, familias, comunidad educativa, directores de colegios, profesores, autoridades públicas… No puede ser un parche, tiene que ser una transformación real, estructural y basada en la pedagogía de las diferencias.

¿Qué dice la pedagogía de las diferencias?

Apunta a revertir la dirección desde donde fundamos la pedagogía, la enseñanza, el conocimiento. Desde inicios de la historia, para definir al ser humano, se ha buscado lo que hay «en común” entre nosotros para identificar características supuestamente «representativas de lo humano» y –de ahí– generalizar una definición. Sobre estas concepciones antropológicas se funda la pedagogía. Pero, ¿y si la característica que nos define como seres humanos no es la que homogeneiza al ser humano, sino la que atiende a la diferencia? Desde ahí no hablamos de «las personas diferentes», sino de la diferencia en la humanidad, la diversidad humana como esencia de la definición de lo humano. Esta pedagogía apunta a concentrarse en lo que es diferente para fundar la enseñanza o el conocimiento, no en lo que es común. Si nos concentramos en las diferencias de quienes estudian, podemos diseñar currículums y procesos de aprendizaje que sirven a cada una y cada uno.

¿Cómo abordar la inclusión de las personas que conviven con una discapacidad en contextos educativos marcados por la desigualdad, como ocurre en países como Chile, por ejemplo, y otros en América Latina?

La desigualdad marca toda la región de América Latina. Para abordarla hay que atacar a la brecha de desigualdad y enfocarnos en quienes están fuera del sistema, los grupos en situación de vulnerabilidad. Hay que priorizarlos a ellos y preguntarnos ¿por qué están fuera?, ¿quiénes son?, ¿dónde están?… A partir de ahí, diseñar e implementar una educación que los incluya. Hemos naturalizado la posición que ocupa ese grupo por sus características y por eso los mantenemos ahí, donde están. Tenemos que atacar la naturalización de la desigualdad y eso implica una transformación cultural, actitudinal, social.

Precisamente, usted habla de la “barrera cultural” como obstáculo de la educación inclusiva.

Hay paradigmas conceptuales heredados de la familia y de la sociedad que vienen del patriarcado, del machismo, del capacitismo y de todos los ismos culturales e ideológicos que son parte de estructuras de discriminación y desigualdad múltiples. La teoría del género está muy vinculada con la teoría de la discapacidad porque en ambos casos la diferencia y la discriminación están basadas en una corporeidad distinta. Aquí entra en juego el concepto de interseccionalidad: las personas no pertenecemos a una sola categoría social, sino a múltiples. Yo tengo, al menos, cuatro identidades que coexisten al mismo tiempo y no las puedo dividir: soy mujer, soy persona sorda, soy migrante y soy heterosexual. No soy más mujer que persona sorda o más persona sorda que migrante. Sin embargo, no actuamos y pensamos interseccionalmente.

¿A qué se refiere?

Los distintos grupos defienden los derechos basándose en una sola etiqueta y de forma homogénea. Incluso los mismos colectivos de personas con discapacidad (las personas sordas o ciegas, personas con discapacidad física, o intelectual…) defienden sus espacios y derechos de manera aislada. También, el movimiento feminista defiende y lucha por la igualdad de género, pero no piensa en las afrodescendientes de las zonas rurales que ni siquiera tienen acceso al concepto de igualdad de género; ni en las mujeres y niñas con discapacidad que tenemos falta de acceso a los derechos sexuales y reproductivos, por ejemplo. No sabemos cuántos indígenas con discapacidad hay, cuántos son, dónde están. Y no lo sabemos porque no pensamos bajo la lógica de la interseccionalidad.

Habla, también, de la “segregación” como una medida de “pseudo-protección”. ¿A qué se refiere?

Una forma de justificar la segregación es el paternalismo. No es una cuestión nueva o de la época moderna: el código civil de la época romana ya era paternalista. Existía la interdicción, es decir, el reemplazo en la toma de decisiones por causa de discapacidad. Se piensa que de esa manera se está protegiendo el interés de la persona con discapacidad, que no sabe o no puede tomar decisiones. La idea del “pobrecito” que no puede, que tiene que ir a un sistema segregado porque sufrirá en un sistema regular. Pero las personas que vienen de un sistema segregado después tienen muchas dificultades para incluirse en la sociedad y vivir autónomamente, porque no se les han entregado las herramientas para eso. El paternalismo también es una discriminación. Mientras exista un sistema de educación especial, no habrá educación inclusiva. Los recursos de educación especial deberían estar en el sistema regular para apoyar a todo el sistema, a que las personas aprendan juntas. No se trata de forzar que una persona con discapacidad aprenda lo mismo que la que persona sin discapacidad porque el objetivo de la educación es aprender para la vida y eso se puede hacer a distintos ritmos y de diferentes maneras.

Usted es muy crítica con el “paradigma médico” y dice que delimita las posibilidades de aprendizaje. ¿Cuál debería de ser el rol de la ciencia y la medicina en el ámbito de la educación inclusiva?

La ciencia puede ayudar en la tecnología para la autonomía del estudiante, pero la medicina no debería tener ningún rol en el ámbito de la educación inclusiva. No deberíamos definir a nuestros estudiantes por un diagnóstico. El problema no es el estudiante, es el sistema el que discrimina, la escuela y a sus políticas educativas. La discapacidad es una construcción social e ideológica de la sociedad, exactamente igual que el concepto de género. No es una característica individual de la persona.

¿Qué características debiera tener una escuela verdaderamente inclusiva?

Enfocada en los que se quedan atrás del sistema; muy enlazada con la comunidad que la rodea, donde las familias también sean parte de la toma de decisiones; con una jerarquía más horizontal y un currículum flexible, que incluya a los estudiantes para diseñarlo; basada en la pedagogía de la diferencia. El diagnóstico queda fuera de la escuela. Todas y todos los alumnos están en la misma aula, con profesores con lenguas de señas, tecnologías de la información y comunicación distintas y materiales en braille. Con rampas y no escaleras, con intérpretes de lengua de señas. Que incluya profesores sordos (50% sordos y 50% oyentes) y que todos los docentes sean bilingües o multilingües y que todos también aprendan braille. Las escuelas deberían ser inclusivas desde el parvulario. De esta forma, ya no entenderíamos la exclusión, la discriminación y el paternalismo porque no habríamos sido formados bajo ese esquema.

¿Qué porcentaje de avance en materia de educación inclusiva ha habido América Latina en los últimos años? ¿Quiénes lideran en ese ámbito?

Todavía no tenemos una evidencia suficiente de cómo está eso porque no hay recolección de datos suficientemente fiables en la región. Estamos buscando apoyo para realizar proyectos que nos permitan recolectarlos. Desde la Convención de la ONU, casi todos los países han elaborado leyes que promueven la educación inclusiva, el problema es que algunas se contradicen con otras que mantienen los sistemas segregados. Eso impide implementarlas de manera efectiva. Pese a eso, diría que –desde la Convención– los países han avanzado un 10%. Todavía falta muchísimo y hay un tremendo desconocimiento de lo que significa la educación inclusiva.

¿Alguna experiencia de buenas prácticas que pueda destacar?

La Red Regional de Educación Inclusiva (RREI) ofrece webinarios de capacitación para todos los actores clave dentro y fuera de la escuela. La escuela puede tomar decisiones para hacerse inclusiva, no depende solo de las autoridades o de las leyes. Todas y todos los actores cuentan

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/07/15/la-discapacidad-es-una-construccion-social-e-ideologica-exactamente-igual-que-el-concepto-de-genero/

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Abandono escolar en la pandemia: clases en línea

Por: Elin Guerrero.

Los números dejan ver que la educación está amenazada por la precariedad de la vida. Las clases en línea, lejos de ser una opción de educación inclusiva para todo el conjunto de estudiantes, se han vuelto una oportunidad destinada solo para quienes puedan costearla

En diferentes partes del mundo la continuación de la educación con las clases en línea ha sido una medida recurrente. Sin embargo es evidente que su implementación no ha funcionado. Por una parte, ha significado una carga laboral excesiva para los profesores, ya que los planes de estudio ni siquiera están diseñados para llevarse a cabo distancia. Y por otro lado, los estudiantes han manifestado que las clases en línea son estresantes y (al igual que el home office) se empeñan en desconocer las condiciones particulares de quienes se ven obligados a tomarlas.

De acuerdo con el Informe de Monitoreo Global de Educación 2020 (GEM) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), publicado en junio de 2020, hasta 40 % de los países de ingresos bajos y medios no han estado en condiciones de sostener la educación del alumnado en forma digital durante el cierre temporal de las escuelas.

Manos Antoninis, director del GEM reconoció que “La clave para garantizar que nadie se quede atrás durante esta crisis, y más allá, es comprender y atender todas las diferentes necesidades que los estudiantes puedan tener. El aprendizaje en línea podría ser una solución brillante para algunos; pero ninguna solución única es perfecta para todos y hay algunos estudiantes desfavorecidos, cuyo apego a asistir a la escuela puede debilitarse. Además porque es probable que sus familias se vean sumidas en la pobreza”.

Ejemplos en nuestro país son los alumnos de Educación Media Superior a distancia de Nueva Rosita, en Coahuila, que en esta semana concluyeron el semestre. En entrevista su director, Juan García Ríos señaló que tuvieron que asistir a clases durante tres semanas para poder “recuperar” el semestre, ya que, añadió, la mayoría de jóvenes no tienen herramientas tecnológicas para estudiar en línea, o las universidades públicas de Quintana Roo que perdieron contacto con el 16% y hasta el 30% de sus estudiantes a distancia.

Xóchitl Carmona Bareño, directora del Instituto Tecnológico de Cancún (ITC), explicó que varios docentes reportaron esta situación dentro de sus grupos, por lo cual se inició una búsqueda a través de los jefes de grupo.

Pero el ITC no fue el único: en la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (UIMQRoo) ubicada en la zona maya, se tuvieron varios casos de estudiantes que cuando empezó la cuarentena ya no pudieron establecer comunicación con sus docentes por falta de señal e internet en sus comunidades.

La deserción escolar ya se expresa en cifras, como se pudo ver en Guanajuato, donde hasta la semana pasada la Secretaría de Innovación, Ciencia y Educación Superior (SICES) había registrado la entrega de 54 mil fichas para acceder a las universidades públicas de la entidad, lo que equivale a 11 mil solicitudes de ingreso menos a las que esperaban recibir hasta esa fecha.

El titular de la SICES, Eusebio Vega Pérez, reconoció que la economía es uno de los principales factores para que incremente el abandono en las aulas educativas. «Tenemos jóvenes que perdieron la posibilidad de tener una buena alimentación en la escuela con las becas alimenticias que se otorgan y hoy están atendiendo sus estudios desde casa tal vez sin una buena alimentación, por lo que nuevamente los estudiantes más pobres se vuelven aún más vulnerables”.

Los testimonios de abandono escolar se cuentan por miles

Los números dejan ver que la educación está amenazada por la precariedad de la vida. Las clases en línea, lejos de ser una opción de educación inclusiva para todo el conjunto de estudiantes, se han vuelto una oportunidad destinada solo para quienes puedan costearla.

Esto es una realidad, ya que según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019, el 23.4% de la población en zonas urbanas carece de internet, porcentaje que se eleva a 52.3% en las zonas rurales. Otra cifra interesante es la que apunta a que de toda la población mexicana sólo el 44.3% cuenta con una computadora para uso personal.

Pese a todo esto, instituciones educativas han impuesto su voluntad sobre la de profesores y alumnos decretando que el regreso a clases será en modelos “híbridos”, es decir, combinando la actividad presencial con clases el línea, aun cuando ya está demostrada la ineficiencia de éstas para educar y lo inaccesibles que son para numerosos alumnos, además de que posibilitan la evasión de responsabilidades por parte de las instituciones hacia empleados y estudiantes.
La mayoría de jóvenes vienen de familias que han sido golpeadas por la crisis con despidos, recortes salariales y de más.

Hay quienes gracias a eso han tenido que emplearse en trabajos basura para hacer rendir más los ingresos del hogar. Encima de eso tendremos que enfrentarnos a tener menos posibilidades de acceso a terminar la escolaridad.

Desde la Agrupación Juvenil Anticapitalista hemos impulsado campañas como #CeseInmediatoDelSemestre en respuesta al recorte del acceso a la educación porque consideramos que en una crisis tan devastadora como la que estamos viviendo, la prioridad de las instituciones educativas y el Estado debe ser usar todos sus recursos para combatir la emergencia sanitaria y preservar la integridad de la juventud escolarizada, cosa que evidentemente no se logrará a partir de sistemas que segregan a quienes peor están económicamente.

Fuente del artículo: http://www.laizquierdadiario.mx/Abandono-escolar-en-la-pandemia-clases-en-linea

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