«Siempre tenemos dudas y nosotros mismos buscamos las respuestas. En mi caso, suelo consultar con mis papás o en Internet en esos foros en donde hay conversaciones. Mis amigos, por ejemplo, se preguntan si el líquido pre seminal podría embarazar a una chica, esas cosas no las sabemos y es que a veces la vergüenza nos gana y no va con el tema del que nos habla el tutor cuando ha intentado hablarnos de sexo. Necesitamos un espacio dedicado a sexualidad y no quedarnos solo con dudas». Escolar de quinto grado de secundaria de un colegio público de Carabayllo.
Hablemos sobre educación sexual. La polémica que generó el error que cometió (y reconoció) el Ministerio de Educación (Minedu) al colocar un link de connotación sexual en textos escolares de tercero de secundaria, ha provocado preocupación (y desinformación) en los padres de familia frente a los temas sobre educación sexual que llegan a oídos de sus hijos.
En la página 83 del texto de Desarrollo Personal, Ciudadanía y Cívica de tercero de secundaria, el Minedu presenta un glosario en el que se define la conducta sexual. Al final del concepto, se incluye un link para que el escolar busque más información sobre el tema.
Este es el texto escolar del Minedu en donde se habla de conducta sexual. (Foto: Twitter @ErikaValdivies0)
Al hacer click, se ingresaba a la enciclopedia cubana EcuRed, en una página referida a conceptos sobre conducta sexual.
(Ecured)
Una de las definiciones que generó más rechazo es el referido al coito anal. La página lo definía así:
«El coito anal es una práctica que está cobrando fama en nuestros gustos en lo referente a relaciones sexuales, consiste en la introducción del pene en el ano, tanto en relaciones heterogéneo como homosexuales»
Hoy la página luce bloqueada.
Pese a que la ministra de Educación, Flor Pablo Medina, reconoció el error y pidió disculpas a los padres de familia, varios congresistas de Fuerza Popular están reuniendo firmas para presentar una moción de interpelación en su contra. El presidente Martín Vizcarra también opinó sobre el tema:
Presidente @MartinVizcarraC: A ellos les digo: inventen todo lo que quieran, sigan mintiendo. No van a lograr sus objetivos, no lo vamos a permitir; porque esta lucha es de todos.
Presidente @MartinVizcarraC: Quiero decirles, como padre, que los recientes errores conocidos en los textos escolares, son imperdonables. He dispuesto sancionar a los responsables y tomar las medidas correctivas inmediatas para salvaguardar la formación de nuestros hijos. pic.twitter.com/cAflPyTH6L
En Colombia, 6.500 niñas menores de 14 se quedan embarazadas cada año. Sin embargo, todavía hay sectores que debaten la pertinencia de brindar formación sexual en las escuelas.
Entró a la oficina de la orientadora con la cabeza agachada y las manos pegadas al cuerpo. Saludó como pidiendo perdón al mundo y se sentó. La entrevista se acabó más pronto de lo esperado: Diana*, de 16 años, comenzó a llorar. “Esta situación es demasiado dura”, dijo entre sollozos cuando le tocó hablar de su bebé de año y medio.
Ella es uno de los miles de casos de menores embarazadas que se reportan cada año en el país. Solo en Bogotá, la Secretaría Distrital de Educación (SED) contabilizó el año pasado 2.000 niñas en estado de gestación que asistían a instituciones de educación oficial. El Ministerio de Educación (MEN) estima que en el conjunto del territorio se producen 150.000 nacimientos anuales en madres entre los 15 y los 19 años y 6.500 nacimientos en niñas menores de 14.
“En mi casa no se habla de eso. Yo había escuchado que tener relaciones sexuales dolía, pero no sabía que así se hacían los bebés. Para mí era recocha y juego”, explica Diana sin dejar de llorar. La niña se enteró que esperaba un hijo tras realizarse una radiografía pélvica aquejada de dolores en la cadera. “Después busqué información en internet sobre los embarazos y el sexo porque nadie me hablaba de eso. Si hubiera sabido antes, no estaría en esta situación”.
El tema de las relaciones sexuales se maneja en muchos hogares como algo prohibitivo, señala Jenny Gaona, orientadora distrital. Este silencio informativo “imposibilita que los menores desarrollen una conciencia sobre los riesgos de mantener relaciones sexuales sin protección”, continúa. El colegio se convierte entonces en una de las pocas fuentes de información al respecto.
«Para prevenir hay que conocer»
Diego Carreño es orientador en un colegio distrital al sur de Bogotá. Ahí imparte talleres a niños de entre 14 y 17 años de estratos 1 y 2 a los que inculca nociones sobre educación sexual. “La sexualidad es una parte de la condición humana. Tiene que ver con el conocimiento de uno mismo y de los demás, y se debe hacer un uso responsable de ella. Va más allá de los embarazos, los genitales y las infecciones”, les dice a los 40 jóvenes reunidos en el aula, muchos de ellos con las manos levantadas para intervenir y hacer preguntas.
Una de las grandes críticas que hacen expertos como Carreño a la estrategia de educación sexual que impera en el país desde la Ley General de Educación de 1993 es exactamente esa: que se reduce a la planificación familiar, enfermedades de transmisión sexual y embarazo, pero no se contextualiza ninguno de esos conceptos a la realidad de los jóvenes ni se adecua el mensaje a las diferentes franjas de edad de los menores. Señalan también que se empieza a educar demasiado tarde en estas cuestiones: «estamos perdiendo un tiempo muy valioso para proteger a nuestros niños y empoderarles en el conocimiento de sus derechos humanos».
“El embarazo, por ejemplo, es mucho más complejo. Tiene que ver con la cultura y la situación familiar de los menores. No es una cuestión de ponerse el condón y ya, todo se soluciona. Lleva mucho más implícito, hay unos motivantes, y eso hay que contarlo, pero no se hace”, asegura una fuente de la SED que prefirió que su nombre se protegiese.
Historia de una educación sexual insuficiente
La Ley General de Educación incluyó hace 23 años la obligatoriedad de abordar la educación sexual “de acuerdo con las necesidades psíquicas, físicas y afectivas de los educandos según su edad”. Las falencias en su concepción hicieron necesaria una reformulación desde una perspectiva integral. Así es como en 2006 surgió el Programa de Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía (Pescc) del gobierno y del Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa).
En 2013 el presidente Juan Manuel Santos sancionó una ley que dio más cobertura al plan de derechos reproductivos: el Sistema Nacional de Convivencia Escolar y Formación para el Ejercicio de los Derechos Humanos, Sexuales y Reproductivos y la Prevención. Se concibió como una herramienta para combatir la violencia en las aulas, trazar una ruta para la prevención de embarazos y fortalecer la educación sexual.
Las aspiraciones del gobierno y de la ministra de Educación Gina Parody de incluir una educación sexual obligatoria, inclusiva y con enfoque de género (que no ideología) en los currículos se desvaneció casi de un día para otro a mediados de 2016.
La circulación de unas cartillas elaboradas supuestamente por el Ministerio de Educación y la posterior encuesta del Dane sobre comportamiento sexual (se realiza desde 2006 a menores de 13 años) dieron a los sectores más conservadores de la política y la opinión pública colombiana (como el ex procurador Alejandro Ordóñez y representantes de los credos católicos) la excusa perfecta para declararle la guerra a cualquier política, medida, decreto, iniciativa que incluyera los términos sexualidad y género.
“El Ministerio utiliza unos manuales para adoctrinar a nuestros hijos en la ideología de género, un pretexto para instrumentalizar el cumplimento de unos deberes y disolver la familia, corromper la niñez y quitarles la pureza”, denunció Ordóñez.
Para alguien que conoce la realidad de los niños en Colombia y la desprotección a la que se les somete por no tener acceso a información sexual pertinente, las declaraciones del ex procurador son “peligrosas, erroneas e incurren en una demagogia partidista e intencionada”, comentó a Semana Educación una fuente de Medicina Legal que en 25 años ha atendido más de 10 mil casos de menores abusados sexualmente. Para él carecer de información sobre sexualidad “es un condicionante de las relaciones sexuales tempranas, el embarazo adolescente, el abuso infantil y la violencia sexual, no al revés”.
La cara visible de un problema que no es aislado
Diana nunca acudió a una clase sobre sexualidad. Tampoco lo hace ahora, pero recibe asesoramiento en el colegio para sacar adelante sus estudios y conciliar su educación con la crianza de su hijo como madre soltera. El padre del pequeño murió a los 16 años en una balacera de pandillas en el sur de Bogotá antes de que el niño naciera.
La joven trata de seguir con su vida estudiantil y sus sueños mientras juega a ser adulta. “A veces no me queda tiempo, no hago las tareas por estar con el bebé cuando se enferma. Pero algún día quiero ser diseñadora de carros”.
Cuando habla sobre su futuro se le ilumina la cara: quiere ganar una beca para irse a estudiar a Alemania, la meca del sector automovilístico. Quizá consiga realizar su sueño, quizá no. Pero es el único momento de la entrevista en el que sonríe.
Fuente del artículo: https://www.semana.com/educacion/articulo/embarazo-adolescente-en-colombia-educacion-sexual-y-la-ideologia-de-genero/499051
En la Argentina, recibir Educación Sexual Integral (ESI) es un derecho avalado por la Ley Nº 26.150 y los alumnos lo saben. Por eso, cada vez que pueden, lo reclaman y expresan sobre qué les interesa hablar.
«Tuvimos un taller en 2° año, pero en 3° y 4° año, nada. Al ser adolescentes todos empezamos a experimentar cosas sobre la sexualidad. Me parece importantísimo que aprendamos lo que sucede y las consecuencias, tanto buenas como malas», dice Gala, de 17 años, que va al colegio porteño Martín Buber. Como ella, son muchos los chicos que piden tener más horas de ESI y que sea transversal a todas las materias.
Una de las preguntas realizadas a los estudiantes en el dispositivo de evaluación nacional Aprender 2017 fue cuáles temas querían que se brindaran en la escuela secundaria y el 80% respondió que necesitaban más contenidos de ESI. A partir de esta respuesta, para la versión 2018 de las pruebas, el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología decidió indagar e incorporó preguntas específicas sobre el alcance y la aplicación de la temática.
Según los resultados, el 98% de los directivos consultados declaran que en su escuela se trabaja la Ley de Educación Sexual Integral; el 99% de los docentes manifiesta usar materiales para abordar los contenidos en clase y el 72% asegura que recibió capacitación sobre el tema.
«Una cosa son los datos que surgen cuando se les pregunta a directivos y docentes, pero cuando se los interroga a los alumnos surgen otros muy distintos», advierte Mercedes Miguel, Secretaria de Innovación y Calidad Educativa.
Según los resultados, el 98% de los directivos consultados declaran que en su escuela se trabaja la Ley de Educación Sexual Integral; el 99% de los docentes manifiesta usar materiales para abordar los contenidos en clase y el 72% asegura que recibió capacitación sobre el tema
Cuando en Aprender 2018 se les preguntó a los alumnos qué vieron en el aula, el 86% respondió que tuvieron alguna clase sobre el cuidado del cuerpo y la salud, el 79% dijo que hablaron sobre el buen trato en la escuela, el 78% de los derechos de niñas, niños y adolescentes; y el 76% de los cambios del cuerpo. Sin embargo, en temas de mayor complejidad disminuyen considerablemente la cantidad de respuestas. Por ejemplo, solo el 43% mencionó que hablaron acerca de métodos de prevención del embarazo y enfermedades de transmisión sexual, y el 37% sobre cómo evitar un abuso sexual.
El año pasado se generó un debate y cuestionamiento de algunos sectores y padres sobre la enseñanza de ESI, bajo la idea de que se imponen contenidos no apropiados y que se «hipersexualiza» a los niños. Sin embargo, Miguel señala: «Estos temas son de altísima relevancia. Necesitamos que los adultos más comprometidos con el tema se den vuelta con toda esa información que reciben y generen un momento de aprendizaje con lo que los adolescentes necesitan saber: cómo prevenir enfermedades, cómo evitar el embarazo no deseado sabiendo los efectos negativos que tiene en una mujer para su trayectoria social, productiva y académica; cómo reconocer que alguien te está pidiendo hacer algo que no corresponde». De hecho, en muchas escuelas del país se detectaron posibles casos de abuso sexual gracias a lo discutido en clase.
El año pasado se generó un debate y cuestionamiento de algunos sectores y padres sobre la enseñanza de ESI, bajo la idea de que se imponen contenidos no apropiados y que se «hipersexualiza» a los niños
Más allá de Biología
Una de las barreras que más cuesta atravesar es sacar la enseñanza de la ESI del dominio de la Biología e incorporarla de manera transversal en distintas asignaturas. Si bien la ley es clara y dice que hay que trabajar todos los ejes y abordar también los derechos sexuales y reproductivos, la valoración de la diversidad, los roles de mujeres y varones, según los jóvenes esto no se cumple.
«Los chicos reciben algunas horas, mínimas, y algunos contenidos muy biologicistas. Entonces cuando vamos a dar los talleres, lo primero que nos dicen es que no les volvamos a hablar del ciclo reproductivo femenino y masculino. En cambio, preguntan sobre el placer, qué es la frigidez y otras cosas que tienen que ver más con su presente y no tanto con la genitalidad», cuenta Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), una ONG que lleva años trabajando junto a las escuelas en este aspecto.
Este recorte en los contenidos fue lo que impulsó a un grupo de estudiantes de la Escuela Secundaria Nº 14 Carlos Vergara, de La Plata, a desarrollar y publicar ¿Dónde está mi ESI?, su propio manual de Educación Sexual Integral. «Creemos que la Ley Nº 26.150 no se implementa de manera total en las escuelas de todo el país, o solo se tiene en cuenta la parte biológica-reproductiva, más no una visión que necesita estar enfocada en la perspectiva de género», escriben los estudiantes en la introducción. Son 180 páginas que recorren los ejes de la ley complementados con fragmentos de cuentos y canciones, recomendaciones de películas, preguntas para abrir discusiones y artículos periodísticos.
Los chicos reciben algunas horas, mínimas, y algunos contenidos muy biologicistas. Nos dicen que no les volvamos a hablar del ciclo reproductivo femenino y masculino. Preguntan por el placer
Mabel Bianco (Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer)
«Los jóvenes tienen inquietudes y preguntas, y lo más importante es que les habiliten la palabra. Muchas veces los adultos se recuestan en que los chicos saben un montón y que por eso no necesitan clases de ESI. Este es un error enorme, la información no está completa y sobre todo lo que no hay son espacios de conversación. Es clave permitir la circulación de la palabra para hablar también de lo que se siente», advierte Eleonor Faur, parte del equipo de investigación de «Escuelas que enseñan ESI», un relevamiento llevado a cabo junto a Unicef en 20 colegios de la Argentina que implementan correctamente la ley (ver aparte).
Acompañar a los docentes
Según Bianco, las capacitaciones online a los docentes no llegan a darles las verdaderas herramientas, es una comunicación unidireccional donde no hay posibilidades de discutir, entrar en detalle o sacarse dudas, y esto hace que no se sientan seguros para tratar ciertos temas frente a la clase. En este punto, distintas ONG como FEIM son de gran ayuda, porque trabajan junto al docente, planifican con ellos los contenidos y los acompañan en la presentación.
El año pasado, frente a la disparidad en la percepción de los contenidos entre los adultos y los jóvenes, el Ministerio de Educación aprobó la Resolución Nº 340/18 que no solo crea los núcleos prioritarios para el nivel inicial, primario y secundario sino también equipos ESI por escuela. Para monitorear la implementación, firmaron un convenio con Unicef y conformaron la Mesa Federal de Educación Sexual Integral que está integrada por referentes de ESI de cada provincia.
«Ponerse al hombre la ESI es algo más que cumplir una ley, es abrir un espacio para que las chicas y los chicos sean más felices, para que no tengan relaciones que no sean consentidas, para que no se apresuren. Muchas veces se piensa que cuando hay ESI las relaciones empiezan antes y lo que dice la evidencia internacional es que es todo lo contrario, comienzan después porque se dan a partir de decisiones fundamentadas», concluye Faur.
La voz de los alumnos
«Me parece buena, pero son pocas horas»
ESI en mi escuela se ve de una a dos veces por año, depende del grupo y cómo se comporten en la charla. Los talleres suelen durar una hora y media, son guiados pero los chicos pueden ir preguntando cosas y se va hablando lo que a nosotros nos interesa. Vengo teniendo ESI desde primaria y te hablan según lo que sería apropiado aprender para la edad que tengas. El año pasado me aportó un montón el taller que tuvimos, me gustaría que haya más, me parece muy poco uno solo en el año
Valentina, 15 años, 5° año, escuela católica, Ramos Mejía
«Hacemos proyectos anuales y proponemos temas»
Trabajamos con talleres, por lo menos dos anuales, y cada materia tiene un proyecto individual extra. La escuela también participa de un proyecto anual de ESI, el año pasado se hizo un mural. Los temas los proponemos los alumnos, según las dudas que tengamos. Nos sirve porque nos enseña sobre algún tema de sexualidad que no conozcamos, métodos de prevención e igualdad de género. Me parece que es importante saber todo lo posible para prevenir algún problema o enfermedad.
Gonzalo, 15 año, 4° año, EES N°63, Villa Luzuriaga
«Nos explicaron qué era el abuso»
En el cole la psicopedagoga viene cada 15 días al aula y nos da ESI. Vimos las diferencias entre una mujer y un hombre, cómo nos desarrollamos y cómo se hacen los bebés. No me da vergüenza el tema pero mucho no participo. Usamos láminas y empezamos en 4° grado con estas clases. Me gustaría aprender sobre las diferentes elecciones de las personas y una vez hablamos de que en la calle tenemos que estar atentos a lo que nos dicen los adultos y si hay algo raro, no hacerles caso.
Simona, 10 años, 5° grado, NEA 2000, CABA
«Es superútil porque nos enseña cómo cuidarnos»
Había tres profes de Espacios de Definición Institucional (EDI) hasta el año pasado y este año les sacaron las horas. Ellas daban contenidos de ESI en este espacio. Los temas que vimos fueron anticonceptivos, género, identidades, sexo, etc. En Biología también vimos aparato reproductor. Es superútil porque nos enseñan cómo cuidarnos a la hora de tener relaciones y acerca de nuestros derechos. Aprendo, aunque gran parte lo sabía de los talleres de primaria, pero ahora los temas se profundizan.
Fermín, 16 años, 4° año, escuela Julio Cortázar, CABA
«No todos pueden hablar estos temas en sus casas»
No trabajamos mucho ESI en la escuela. Una vez vino a hablar alguien, creo que una ginecóloga. Cada tanto sale el tema entre los alumnos. Nunca hablamos de los métodos anticonceptivos, la charla siempre es más científica, explicada desde la Biología. Me parece muy importante que se dé ESI en el colegio porque no todos lo pueden hablar en sus casas, con sus familias. La única vez que vinieron aprendí cosas que me aportaron mucho. Supuestamente este año vamos a hablar sobre trata de personas.
Julieta, 15 años, 3° año, Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, CABA
«No nos dieron materiales ni cuadernillos»
Vimos el cuerpo humano, los cambios de niño a adulto. Los temas los deciden los profes. En Artes Visuales hicimos un trabajo sobre las mujeres y armamos unas láminas para el aula con los distintos tipos de familias. Nunca nos dieron material aparte ni cuadernillos sobre estos temas, siempre los hicimos nosotros. Me gustaría saber sobre el uso del preservativo que no vimos. ESI es muy útil, porque mirá si vos quedás embarazada y no sabés qué hacer. Aprendo bastante.
Maite, 9 años, 5° grado, Mariano Acosta, CABA
«Hablamos de los cambios en el cuerpo, es aburrido»
Empezamos en 5º grado con estas charlas que se dan como cinco por año. Tuvimos un buzón en el aula durante 15 días y ahí podíamos ir poniendo preguntas anónimas. Mayormente hablamos sobre los cambios del cuerpo. Tenemos un espacio que se llama Tutoría donde se tratan temas como el maltrato, la violencia de género, la identidad sexual. Todavía no nos hablaron de cómo cuidarnos en las relaciones sexuales. La verdad que las charlas son un poco aburridas.
Oliverio, 12 años, 7° grado, NEA 2000, CABA
«Creo que es útil para cuando sea más grande»
Trabajamos las partes del cuerpo y el lenguaje inclusivo con los maestros. El año pasado empezamos a hablar del tema porque un compañero encontró un condón y a partir de ahí nos hablaron. Con la profe de Lengua y con la de Sociales hicimos un afiche con los cuerpos de un hombre y una mujer. Este año la profe de Naturales nos dijo que vamos a trabajar ESI. No me da vergüenza hacer preguntas, porque quiero saber. Me parece útil para cuando sea más grande. Por ahora, lo que vimos ya lo sabía.
Pedro, 11 años, 6° grado, Mariano Acosta, CABA
«No nos dan los talleres, hay debates de alumnos»
Actualmente en el colegio no tenemos ESI, solo tuvimos un taller en 2° año y una materia que se llama Educación para la Salud que hablaba de muchos temas, y uno fue educación sexual. Sería muy útil tenerla ahora y bien implementada, es muy necesaria. Estaría bueno que la dieran todos los años y enfocada para cada edad. Tres veces al año hay jornadas con un montón de charlas y algunas tienen una perspectiva de género. Las organizamos nosotros, los debates son entre las y los alumnos.
Amparo, 17 años, 5° año, Nacional Buenos Aires, CABA
«Aprendí a no contagiarme enfermedades»
Mi escuela trabajó ESI de una manera bastante particular. Antes la llamaban Orientación sexual, y se hablaba de anticonceptivos y procreación. Después en 2018, el consejo estudiantil le propuso al rector tener ESI. El colegio lo aprobó y vinieron distintos especialistas. Se presentaba un tópico y dentro de eso hacíamos preguntas. Gracias a eso aprendí a no contagiarme enfermedades, cómo tratarlas en el caso que pase algo o cómo cuidar a la otra persona. Se aprende bastante.
Facundo, 17 años, 5° año, escuela Lange Ley, CABA
Escuelas que tuvieron buenas prácticas
En Formosa, los directivos de la escuela Pablo Pizzurno les piden a los docentes que desarrollen al menos un contenido de educación sexual por semana. En el colegio Hipólito Yrigoyen de Mendoza se llevó a cabo un proyecto conjunto entre la maestra de 7º grado y el profesor de Informática para abordar el tema del ciberbullying, y en los patios y pasillos se observan afiches que hacen evidente que los distintos grados trabajan sobre contenidos de ESI.
Entre las estrategias que desarrolla la escuela cordobesa Páez Molina, cuentan con contenidos sobre abuso infantil a lo largo de los distintos grados de primaria y esta especial atención a la temática les permite detectar casos y aplicar un protocolo. En un colegio de Neuquén, tener una niña trans en el alumnado motivó la búsqueda de materiales para trabajar la transexualidad, uno de los ejes de ESI. En una escuela de San Pedro de Jujuy, la maestra de séptimo grado y el maestro se sexto formaron una pareja pedagógica para trabajar todos los viernes ESI con ambos grupos. Una docente de Alto Comedero, en Jujuy, aprovechó la «Maratón de lectura», para trabajar poesías referidas a la igualdad de género.
Estos hechos surgen de una investigación que hicieron Unicef y el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología para saber en qué medida la ESI está llegando a las escuelas argentinas. Visitaron 10 escuelas estatales primarias y 10 secundarias en cinco provincias del país (Córdoba, Jujuy, Mendoza, Formosa y Neuquén) donde existe un proyecto sostenido de ESI.
La conclusión a la que llegaron es que el éxito depende de la frecuencia y la sistematicidad con las que se abordan los contenidos. En todas estas escuelas la ESI es parte del Proyecto Educativo Institucional (PEI), atraviesa las distintas materias, muchas veces los directivos asumen el desafío, pero también son los maestros quienes impulsan la implementación; complementan los materiales del Ministerio de Educación con otros recursos, realizan acciones con las familias y entienden que el trabajo se potencia cuando se realiza desde una visión de género.
¿Qué contenidos propone el Ministerio de Educación?
Nivel inicial
Vocabulario para nombrar los órganos genitales; gestación y nacimiento; diversidad de familias; concepto y cuidado de la intimidad; decir «no» frente a interacciones inadecuadas con otros
Primaria
Cambios en la pubertad; equidad de género; métodos anticonceptivos; vulneración de derechos, abuso sexual y violencia de género, prevención del grooming, entre otros
Secundaria
Embarazo no intencional, métodos anticonceptivos y prevención de infecciones de transmisión sexual; marcos legales para el acceso a los servicios de salud; violencia, acoso, abuso y maltrato
Un programa que busca prevenir el embarazo adolescente
Uno de los puntos fundamentales de abordaje de la ESI tanto desde el Gobierno, las ONG y los especialistas es prevenir el embarazo no intencional en la adolescencia, la mayoría consecuencia de abuso sexual, que propicia el abandono escolar y dificulta la futura inserción laboral de las chicas.
Por esta razón los distintos ministerios vienen trabajando en el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA) que busca vincular a las escuelas con los centros de salud.
Según datos del Plan ENIA, 91.600 adolescentes y 2500 niñas menores de 15 años tuvieron un hijo o hija en 2016, lo cual representa el 13,4% de los nacimientos anuales. En los últimos cinco años este porcentaje se mantuvo estable alrededor del 15%.
Además, siete de cada 10 embarazos en adolescentes de entre 15 y 19 años no son intencionales; y en menores de 15, asciende a ocho de cada 10, la mayoría por abuso sexual. La maternidad temprana es la causa por la que el 30% de las jóvenes abandonan el secundario.
Según la socióloga Eleonor Faur, las investigaciones de todo el mundo muestran que incorporar una mirada de género es la clave para una educación sexual que tenga buenos resultados en relación con los derechos y la prevención de violencias y embarazos no intencionales.
Fuente del artículo: https://www.lanacion.com.ar/comunidad/educacion-sexual-chicos-piden-mas-horas-ampliar-nid2235684?utm_medium=Echobox&utm_source=Facebook#Echobox=1554810646
La actividad organizada por Organizando Trans Diversidades (OTD) tiene como objetivo concientizar a los adultos que trabajan en educación sobre la situación y las sensibilidades de los jóvenes trans.
Según encuesta hecha por el Movilh un 19.9% de la población trans ha sufrido discriminación por parte de un docente. OTD busca reducir estas cifras en las aulas. Por lo mismo el 18 de abril dictarán el Seminario «Infancia trans y educación» orientado a los profesionales del área de educación, es decir, a docentes, directores, educadores de párvulos, y psicólogos.
El Seminario tiene apoyo de la fundación Iguales y Todo Mejora. La actividad contempla la interacción de las y los profesionales con un panel de expertos, que incluye a la directora de la Encuesta Trans, la directora de educación de la fundación Iguales y el abogado de OTD, experto en la aplicación de la Ley de Identidad de Género.
«Efectivamente las personas trans indican que dentro de los establecimientos escolares son fuertemente discriminadas por las personas adultas y no por sus compañeros y sus pares. Normalmente los directores, profesores y personas dentro de los establecimientos escolares, lo que hacen es dudar y poner en cuestionamiento la identidad de género de las personas trans» indicó el presidente de OTD, Franco Fuica.
El seminario se desarrollará el jueves 18 de abril y se realizará entre las 8:00 y 14:00 horas. Estará ubicado en el auditorio del Campus Manues Montt de la Universidad Mayor. Para participar del evento hay que inscribirse en el siguiente formulario.
Avances de la comunidad trans
El 5 de marzo por primera vez en Chile una joven trans entró a estudiar en un establecimiento educacional de mujeres. Después de varias dificultades, Arlén Aliaga pudo matricularse en el Liceo 1.
Lo de Aliaga representa una victoria más de la comunidad trans en el respeto de sus derechos. Esto se suma a la inclusión de baños mixtos en distintos planteles universitrios, como en la Universidad de Chile, Católica, Diego Portales o de las Américas tras las moviliaciones feminists del año pasado.
La promulgación de la Ley de Identidad de Género también es una ganada concreta. Permitirá a las personas trans mayores de 14 años cambiar sum identidad sexual ante la Ley. Sin embargo la ley contempla que los jóvenes mayores de 14 y menores de 18 no podrán registrar su cambio a través del Registro Civil, sino que el proceso se dará por medio de un juez y la aprobación de sus representantes legales.
«La Ley no permite que personas menores de 14 años puedan hacer el cambio y al mismo tiempo no permite que personas mayores de 14 y menores de 18 que no tengan el apoyo familiar lo puedan hacer, deja una cantidad importante de gente fuera.»
«Esa cantidad de gente que queda fuera es la que es necesario que de alguna forma se contenga dentro de ese espacio donde pasa la mayor parte del tiempo, que es la escuela. Entonces el seminario tiene ese objetivo, de educar a los profesionales de la educación para que puedan entender y contener a las personas trans que solicitan que se les reconozcan en su identidad de género,» señaló Fuica.
Fuente de la noticia: https://www.elmostrador.cl/agenda-pais/2019/04/09/infancia-trans-y-educacion-el-proximo-seminario-para-los-profesionales-del-area-escolar/
Fuente de la imagen: https://www.elmostrador.cl/agenda-pais/2019/04/09/infancia-trans-y-educacion-el-proximo-seminario-para-los-profesionales-del-area-escolar/
Los autodeclarados defensores a ultranza de las niñas, niños y adolescentes del país, paradójicamente, los han terminado perjudicando. En el proceso oscurantista de luchar contra una educación sexual ambiciosa y transversal a todas las áreas de conocimiento se perpetúan las peores características de la sociedad colombiana.
La primera es que el Ministerio de Educación no está enfrentando el tema como debe y, de hecho, no ha planteado una propuesta que empiece a corregir el retroceso que se dio durante la administración pasada luego de las marchas masivas contra las supuestas cartillas de género.
La segunda es que debería ser una prioridad nacional entender que “educación sexual” no se refiere exclusivamente a un tema genital, sino que se trata de un aspecto fundamental para la identidad de las niñas, niños y adolescentes.
La tercera es que el principal obstáculo para que el país avance en el tema son los mitos y prejuicios que abundan entre los padres de familia y profesores.
El diagnóstico es nefasto. La última Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS) cuenta que el 80 % de los alumnos del país negaron haber recibido educación sexual en el último año. Además, la información les llega tarde: cuando tienen más de 15 años.
Esto se agrava cuando se observa que no hay docentes capacitados en el tema y que el Ministerio de Educación no tiene planes de acompañamiento que cubran todo el país.
Abundan los testimonios de padres de familia que identifican la educación sexual como una apelación al libertinaje y al esparcimiento de la “ideología de género”. Es todo lo contrario. Según un informe del Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas (Unfpa), la educación sexual retrasa la edad de iniciación sexual, reduce los embarazos, reduce la violencia y aumenta el uso de anticonceptivos. ¿No queremos esos resultados en un país donde el 31,9 % de las mujeres entre 13 y 49 años dicen que alguna vez fueron víctima de violencia física por parte de su pareja?
Lo más frustrante es que en Colombia sí se sabe cómo enseñar educación sexual de manera integral. Está el ejemplo del colegio Juan Pablo Segundo, en Villavicencio, donde la profesora Luz Mary Roldán cuenta que este tipo de educación dejó la tasa de embarazos en cero durante 2018 y redujo los casos de matoneo y violencia machista. Luis Miguel Bermúdez, docente del colegio Gerardo Paredes, en Bogotá, ha sido reconocido por diseñar un plan que también redujo los embarazos en esa institución educativa. Y hay muchos más.
¿Cuál es el miedo? Las marchas de hace un par de años demostraron que este es un tema explosivo políticamente, pero no debería serlo. No podemos continuar celebrando la ignorancia en los padres de familia y los docentes pues eso afecta el desarrollo adecuado de las niñas, niños y adolescentes. Entregarle el futuro al oscurantismo es construir una Colombia violenta, desigual y plagada de temores infundados.
Necesitamos que el país entero, incluyendo a sus líderes políticos y religiosos, entiendan lo que explica muy bien María Camila Vásquez, estudiante de grado 11 del colegio Miguel Ángel Martín: “Hemos aprendido que el sexo no son solo condones. Es saber que tenemos derechos sexuales y reproductivos y que lo clave es el respeto y el amor propio. Por muchos años nos hicieron creer a las mujeres que el mundo era una fantasía. Y al hombre… ¿Por qué nunca fomentaron el amor en un hombre? ¿No aman? ¿No son sensibles? ¿No sienten?”.
Fuente del artículo: https://www.elespectador.com/opinion/editorial/quien-le-teme-la-educacion-sexual-articulo-847718
La formación básica es fundamental para orientar a la sociedad. La SEP ya está difundiendo libros de biología que abarcan la diversidad sexual.
Alumnos y alumnas de primero de secundaria ya tienen acceso a una educación sexual enfocada en la diversidad sexual. Abordan el género como una construcción social, y contemplan la homosexualidad, la bisexualidad, la transexualidad y la homofobia.
De los 17 libros de biología para primer año de secundaria, al menos seis de ellos abarcan estos temas. Algunos incluso hablan sobre masturbación, erotismo, autoconocimiento y embarazo adolescente. Esta reforma educativa fue rechazada fuertemente por la Unión Nacional de Padres de Familia. Sin embargo, la existencia de estos libros refleja un avance en la consciencia de la diversidad sexual.
El doctor David Barrios Martínez, sexólogo, mencionó en una entrevista con Noticieros Televisa que “la educación sexual es un indicador social del desarrollo de un país”.
Dice que “hay cuatro ejes para la educación sexual: la equidad de género, la reinvindicación al derecho al placer, el respeto a la diversidad sexual y una concepción amplia de lo que es la educación y la salud sexual.
En la concepción amplia de qué es la sexualidad, el doctor Barrios señaló los aspectos orgánicos, psicoafectivos y culturales.
¿Por qué es importante para la comunidad LGBT+ que la educación pública hable de la diversidad sexual?
En un país donde el machismo, la homofobia, la transfobia y la discriminación son el pan de cada día, que el Gobierno comience a implementar una educación sexual amplia es un pequeño logro para nosotros.
Cada vez será más normalizada la diversidad. Que una persona de 11 años sea capaz de decir “Comprendo de qué va la transexualidad” o “Comprendo qué es la homosexualidad y la bisexualidad”es un avance social. Se formará como un individuo ético, y evitará y rechazará la discriminación.
También significa que los niños y las niñas transgénero comprenderán qué es lo que están sintiendo.Esto ayudará mucho a la población más estigmatizada de nuestra comunidad.
El bullying a los niños y niñas LGBT+ será visibilizado y, por lo tanto, combatido. Esto formará una sociedad cuyas cifras de crímenes por odio serán disminuidas drásticamente.
Todo esto se ve reflejado en que en países donde la educación sexual diversa es obligatoria, como Alemania y Francia, el índice de odio a la comunidad LGBT+ es bajísimo, según el raking gay friendly publicado por el portal Spartacus.
Homosensuales, nunca olvidemos que urge hacernos escuchar. Como individuos, necesitamos ser visibilizados, debemos informarnos y exigir que se nos deje de estigmatizar. Como diría Confucio:
Aunque el embarazo adolescente disminuye, América Latina sigue siendo la región con la segunda tasa más alta del mundo y los embarazos en menores de 15 años van en aumento. DW analiza el por qué de ese fenómeno.
Cada año nacen dos millones de niños de madres que tienen entre 15 y 19 años en América Latina y el Caribe. La región tiene la segunda mayor tasa de embarazo adolescente del mundo, con 66,5 nacimientos por cada mil jóvenes (período 2010-2015). Solo es superada por África subsahariana, mientras que la tasa mundial promedio es de 46.
Se trata no únicamente de un problema de salud pública, sino también de desarrollo, derechos humanos e inequidad. El 15% de todos los embarazos de la región se producen entre menores de 20 años, según el informe «Acelerar el progreso hacia la reducción del embarazo en la adolescencia en América Latina y el Caribe”, de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Los expertos coinciden en que el embarazo adolescente es multicausal, y en América Latina sobresalen dos factores: falta de acceso a una educación sexual integral y a servicios de prevención y anticoncepción.
«A esto contribuyen factores culturales y de la comunidad, que siguen oponiéndose a esta educación”, señala la Dra. Sonja Caffe, asesora regional en salud de adolescentes para la OPS/OMS, en diálogo con DW. Junto a campañas contrarias a la educación sexual del Estado y en las escuelas, hay desconocimiento y temor de muchos padres y madres.
«Cada familia puede reforzar sus valores religiosos o morales en el hogar, pero los estados tienen la obligación de dar educación sexual integral, basada en datos científicos, y que no solo consista en información biológica, para que los adolescentes puedan elegir cómo vivir su sexualidad o si la quieran posponer. Pero hacer de cuenta que ellos no eligen tener sexo, esconder el tema y obviar la discusión trae las tasas de embarazo que tenemos”, indica Doz Costa, directora adjunta de Amnistía Internacional para América Latina.
Barreras sociales, legales, familiares, pero también algunas dentro del propio sistema de salud, complican la situación. Doz Costa advierte que para los adolescentes es difícil acceder a métodos anticonceptivos, pues muchos servicios atienden solo si van con sus padres, lo cual inhibe la consulta: «El acceso debiera ser diferenciado, en servicios amigables y con privacidad, donde puedan buscar información, ayuda e insumo sin el acompañamiento de sus padres”.
Niñas y jóvenes vulnerables
El embarazo adolescente es también un reflejo de los altos niveles de desigualdad de la región, que perpetúan esta vulnerabilidad. Estudios han demostrado que hay mayores tasas de embarazo entre niñas y jóvenes de menor escolaridad, mayor pobreza y de sectores rurales o indígenas.
«En algunos países, las adolescentes sin educación o con solo educación primaria tienen cuatro veces más posibilidad de quedar embarazadas que adolescentes con educación secundaria o terciaria. Las menores de hogares en el quintil inferior tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de empezar a concebir hijos que las de quintiles más altos en el mismo país”, indica el informe.
Entre países, y al interior de los mismos, hay grandes diferencias. La mayor tasa de embarazo adolescente se registra en República Dominicana, con 100,6 nacimientos por cada mil menores. «En grupos rurales, el embarazo y la maternidad adolescente son mucho más aceptados, y hay tasas mucho más altas. En estos grupos hay que enfatizar el efecto de la maternidad temprana en la pobreza de la madre y también del hijo o hija, y educar mostrando que hay otras soluciones”, sostiene la Dr. Caffe. Un nuevo plan lanzado por el gobierno en febrero pasado, con un enfoque basado en la equidad y en grupos vulnerables, debiera atender estos aspectos.
Argentina, a pesar de que no tiene una tasa muy alta, es el único país latinoamericano en el cual ésta aumentó, lo que se explicaría, entre otras causas, por el incremento de la pobreza y el descenso de la escolarización en algunas provincias.
Planes que funcionan, y otros que no
Un error común en Latinoamérica es mantener planes no basados en la evidencia y sin monitorizarlos. Por bien intencionados o efectivos que parezcan, es clave medir cómo están funcionando y en qué grupos hay más vulnerabilidad, para enfocar allí las acciones.
«Debemos identificar cuáles son los grupos más vulnerables y con una carga más alta de embarazos, y desarrollar intervenciones que respondan a este contexto”, afirma la Dra. Caffe. Los estudios muestran que enfocar el embarazo no sólo como un tema biológico, sino social, en un trabajo multisectorial, ayuda a prevenirlo.
«En países como Uruguay, Costa Rica y Chile está dando resultado el acceso a información, servicios y a anticoncepción y, más importante, a anticonceptivos de larga duración, que son más afectivos en el grupo adolescente”, observa la Dra. Caffe.
Por el contrario, una medida poco efectiva es promover la abstinencia sexual. «La evidencia dice que esto no funciona. Hay algunas chicas que pueden beneficiarse de una recomendación para postergar el inicio de su vida sexual, pero las cifras indican que en general esto ocurre muy temprano en nuestra región. Si esa es la evidencia, un enfoque de abstinencia no apoya a quienes ya tienen sexo. Debemos implementar intervenciones que las apoyen para protegerse”, afirma la experta.
Embarazos de alto riesgo
La mortalidad materna es una de las principales causas de muerte en adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años en la región de las Américas, según datos de la ONU. En 2014, fallecieron cerca de 1900 a causa de problemas de salud durante el embarazo, el parto y el posparto.
A nivel global, el riesgo de muerte materna se duplica en madres de menos de 15 años en países de ingreso bajo y mediano, y hay un 50% más de muertes de recién nacidos de menores de 20 años, comparado con los de mujeres de 20 a 29 años.
Una situación especialmente grave y menos estudiada es la de los embarazos en niñas menores de 15 años. América Latina es la única región del mundo en que estos van en aumento. El 2% de las mujeres en edad fértil en la región tuvieron su primer parto antes de los 15 años, según el UNFPA.
Aún más grave, a esa corta edad esos embarazos, casi en su totalidad, tienen su origen en la violencia sexual. El caso de la niña argentina de 11 años embarazada tras ser violada reiteradamente por el hombre que era pareja de su abuela es una realidad más frecuente de lo que se piensa, y reabre el debate sobre la violencia contra la mujer en la región, el acceso al aborto seguro y la maternidad forzada, que organismos de derechos humanos denuncian como un tipo de tortura contra las niñas.
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