América del Sur/Perú/10 Junio 2017/Fuente: Andina
La deserción universitaria en el Perú alcanza el 30 % y es motivada especialmente por la falta de una buena orientación vocacional y por razones económicas.
América del Sur/Perú/10 Junio 2017/Fuente: Andina
La deserción universitaria en el Perú alcanza el 30 % y es motivada especialmente por la falta de una buena orientación vocacional y por razones económicas.
Jusoh declaró en conferencia de prensa que las universidades Malaya, Putra Malasia, Kebangsaan Malasia, Teknologi Malasia y Universiti Sains Malasia mostraron una mejoría en la clasificación mundial para el año 2017-2018 emitida por emitida por Quacquarelli Symonds (QS).
QS es la primera agencia de calificación universitaria del mundo reconocida por el Grupo de Expertos de Clasificación Internacional, y es considerada una referencia importante para las partes interesadas en todo el mundo, publicó el sitio digital www.thestar.com.my.
Los rankings de QS basados en seis indicadores como son la investigación, enseñanza, comercialización y la internacionalización de cada universidad, además la reputación académica.
Por otra parte, Jusoh aseguró que el centro de enseñanza superior Malaya fue evaluado como el más alto del país y espera ubicarse entre los 100 mejores del mundo.
“Mi hijo, el doctor”. “Mi hija, la arquitecta”. Estas expresiones, tan típicas de los padres, muestran el orgullo de quienes, al no haber podido acceder a la universidad, sueñan desde el primer momento en el que sus hijos comienzan a transitar el camino de la educación superior.
Más allá del anhelo de los progenitores, en América Latina y el Caribe diferentes políticas públicas y el ascenso de la clase media en la década pasada han empujado a muchos más jóvenes a las puertas de las universidades.
Los números así lo demuestran. La cantidad de personas entre 18 y 24 años que asisten a una institución de educación superior aumentó del 21% en 2000 al 43% en el 2013 con una mayor cantidad de estudiantes provenientes de sectores medios y bajos, algo que no se veía años atrás.
Hoy existen más de 20 millones de estudiantes que asisten a las más de 10 mil instituciones, las cuales ofrecen más de 60 mil programas de formación, según los hallazgos del estudio Momento Decisivo: La Educación Superior en América Latina, del Banco Mundial.
Nada mal en comparación con otras regiones donde ir a la universidad o a un instituto de educación superior es solo un lujo que algunos pocos se pueden dar.
Pero hoy, la educación universitaria se encuentra en una encrucijada. Su rápida expansión, las características de los «nuevos» estudiantes y regulaciones laxas han llevado a muchos a cuestionar la calidad de sus programas.
Millones de estudiantes entran en sus aulas, pero no todos acceden a opciones de calidad. Esto significa que no solo no cuentan con un plan de estudios atractivo que los retenga hasta terminar si no que, al graduarse, tampoco están preparados para enfrentar las demandas del mercado laboral actual. Se calcula que solo el 50% de los estudiantes que inician sus estudios superiores llegan a terminar y se gradúan.
Y en un mundo que afronta nuevos desafíos como la automatización, las demandas de nuevas habilidades y un escenario político cambiante, las carreras tradicionales consideradas más exitosas han sido destronadas por otras más acordes a los requerimientos del mundo actual.
Los ránkings, que a menudo se usan como indicadores de la calidad de la educación superior, no presentan buenas noticias para América Latina. Entre los 500 mejores institutos de educación superior, solo hay 10 de la región, siendo África la única región con menos:
El estudio del Banco Mundial investiga tres aspectos clave de la educación superior en la región: calidad, variedad y equidad.
Un buen sistema de educación superior ofrece programas de calidad que maximizan el potencial de los estudiantes. Una variedad de ofertas permite a los estudiantes encontrar su mejor opción: entrenar no solo a los médicos necesarios en un hospital, sino también a las enfermeras y los asistentes administrativos. Dado que la mera disponibilidad de la variedad y la calidad no garantizan el acceso o éxito de los estudiantes, un sistema de educación superior muestra la equidad cuando los estudiantes tienen acceso a iguales oportunidades.
La equidad muchas veces comienza desde temprano. No todos los jóvenes y sus familias cuentan con la información ni los recursos necesarios para tomar una decisión correcta con respecto a la elección de una carrera profesional. En muchos casos, elegir es una oportunidad única en la vida y equivocarse puede ser el final de una carrera: la transferencia de programas es bastante dificultosa y burocrática.
Continuar o abandonar
A pesar de los escollos a los que se enfrentan, los estudiantes considerados más pobres representaron el 45% del aumento de la matrícula en los últimos años. Sin embargo, estos “nuevos” estudiantes provienen de familias con menores recursos y muchas veces no están preparados académicamente para enfrentar los desafíos de la educación superior, lo que muchas veces explica la falta de completación de las carreras de educación superior.
En promedio, solo la mitad de las personas entre 25 y 29 años que estaban matriculadas no completaron sus estudios, ya sea por abandono o porque aún continúan estudiando. De los que abandonan, la mitad lo hace en el primer año de su carrera.
El sistema no ayuda. Las carreras son largas y tediosas. Se estima el tiempo que tardan los estudiantes de América Latina y el Caribe en completarlas es un promedio de 36% más que en el resto del mundo. Esto implica que los estudiantes pasan más años como tales y, por ende, durante sus años facultativos ganan salarios acordes a su nivel secundario. El tiempo excesivo también tiene un costado filoso: los estudiantes muchas veces necesitan salir a trabajar para completar sus estudios, pero al mismo tiempo terminan abandonándolos por estar abrumados por las responsabilidades laborales y no ver la luz al final del túnel.
Dada la urgencia de la región en mejorar su productividad en un contexto de crecimiento lento, es clave la formación de capital humano de manera rápida y eficiente. De acuerdo al estudio, los hacedores de política pública tienen que tener en cuenta que no necesariamente acceso implica completación y calidad.
El estudio también recomienda que se deben diseñar políticas multidimensionales que no solo evalúen la calidad de los contenidos brindados en las instituciones, si no también apoyo a estudiantes que no están académicamente listos para la educación superior, e incentivos tanto para las universidades como para estudiantes para terminar la carrera.
Por: Rosalía Nalleli Pérez
Trabajar en educación superior reditúa frutos y recompensas inmediatas: Grandes satisfacciones se viven cuando el alumno egresa de una institución y en poco tiempo se le encuentra ya laborando, con auto o empresa propia e incluso con propia familia. Por otro lado, también se vive preocupación cuando el alumno deserta para siempre. Pareciera que nada impide ver los resultados inmediatos, cualquiera que estos sean y poder compartir la felicidad que esos alumnos, ya formados, van dejando o al mismo tiempo compartir la inquietud que la deserción trae, cuando no hay un plan de acción definido en el desertor.
Para quien ve a la educación superior como una meta de formación, podría pensar que los alumnos ya sólo necesitan aprender contenidos y desarrollar su conocimiento para aplicarlo. Parecería también que su conocimiento es igual al éxito y que a esa edad no existe ningún tipo de problemas ni secretos. Sin embargo, para el docente, siempre existe un reto oculto que enfrenta constantemente y las exigencias son cada vez mayores de acuerdo al nivel.
De esas exigencias en cada grado, se puede hablar de los diferentes conocimientos ya desarrollados, dependiendo del contexto de cada alumno en el que ha estudiado, de las miles de creencias ya asimiladas, de la crítica constante del alumno quien llega a la universidad con criterios diferentes para cada vivencia, del cuestionamiento continuo repetido en casa, a veces sin fundamento y de la definición total por su formación, entre otros aspectos. Todos ellos representan un reto continuo para cualquier docente. Los alumnos, -aunque adultos ya- que llegan con su competencia comunicativa más desarrollada y su competencia digital incuestionable, con capacidades más específicas en convivencia, aún reflejan en clase su cultura y sus creencias adoptadas en su entorno y se aprecian los problemas sociales que les afectan. La influencia familiar es indiscutible y sus valores están más cimentados. Además, sus problemas de autoestima se reflejan de manera diferente que con los niños, en ocasiones la toma de decisiones es burda o lenta, y su concepción del mundo se nota, esporádicamente, apagada y morosa. Hay vicios ya adoptados y sueños por cumplir ya más definidos, muchas veces volátiles y del logro inmediato; que en ocasiones los vuelven apáticos hacia su propio avance, sordos a la teoría e incluso a los docentes que se piensan consejeros.
Un desafío real por ejemplo, se presenta en el aprendizaje de los idiomas, específicamente del idioma inglés; ya que a pesar de que la mayoría tiene más de 5 años con el contacto continuo con este idioma, aún encuentra uno 15 de cada 20 alumnos, con problemas de estructura, pronunciación, vocabulario, comunicación o de conocimiento básico, pero sobre todo de compromiso. Además, la toma de decisiones entre aprender el idioma en clase o esperar a estudiar después el idioma, afecta también su avance.
Con respecto a los retos de la educación superior, Sánchez Castañeda dice que “Las instituciones de educación superior enfrentan una serie de desafíos, que resultan trascendentes para la vida nacional, en la medida en que en ellas se finca gran parte de expectativas de desarrollo de un país”. Si se piensa que la educación superior en general es la solución para los problemas de un país, se debe de pensar también que el compromiso de los alumnos para su aprendizaje es un determinante para que se logre el 100% de un perfil de egreso de cualquier institución, y que además, el estudiante, junto con todo su bagaje cultural y todos sus conocimientos previos, pone en juego los resultados para que la educación de un país se mejore. Por lo tanto, la concientización del alumno de su propio involucramiento en este nivel es urgente, pero de manera formativa, y desde los niveles anteriores, junto con una revisión exhaustiva y completa del modelo educativo que las instituciones siguen, más la concatenación de los perfiles de egreso de cada nivel, así como la revisión de contenidos y del logro educativo para que un país pueda evolucionar en muchas áreas de conocimiento, pero sobre para que evolucione en la concientización del ser.
Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-retos-de-trabajar-en-educacion-superior/
Venezuela/08 junio 2017/Fuente: mppeuct
Estos galardones los otorga la Real Sociedad de Química del Reino Unido en la modalidad de póster.
Dos estudiantes del Doctorado en Física del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) alcanzan el primer y segundo lugar de la Conferencia de Pósteres en Twitter 2017, organizado por la Real Sociedad de Química del Reino Unido, totalmente en línea.
En el evento se registraron 1.650 colaboradores, 6.473 tuits, una audiencia de 2.770.749 y 11.841.519 impresiones. Solo en la subcategoría de física participaron más de 300 pósteres, “lo cual nos da una idea del gran mérito que tienen los trabajos presentados por los muchachos”, informó Jhoan Toro, jefe del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Física (Ceif) del Ivic y tutor de los jóvenes.
Durante 24 horas continuas, la comunidad virtual intercambió comentarios, opiniones, innovaciones, avances, ideas y datos en torno a los carteles postulados, usando la etiqueta #RSCPoster.
Andrea Villa obtuvo el primer lugar con su investigación sobre los grados de libertad de las partículas blandas, en tanto Gieberth Rodríguez ganó el segundo lugar gracias a su proyecto sobre la difusión anómala de una gota browniana bajo maduración de Ostwald.
Fuente: https://www.mppeuct.gob.ve/actualidad/noticias/fisicos-venezolanos-son-reconocidos-por-sus-aportes-mundiales
Argentina / web.elancasti.com.ar / 7 de Junio de 2017
Colombia / www.semana.com / 7 de Junio de 2017
Algunos de los jóvenes que integran esta generación ya están cursando estudios universitarios. Se caracterizan por el uso de la tecnología, no solo para el consumo, sino como una herramienta de educación.
Nacidos entre 1997 y el 2017, los centennials son el grupo demográfico que marcará el futuro, por lo que muchos han empezado ya a analizar sus comportamientos y características. The Futures Company, empresa líder en análisis del comportamiento humano, realizó un estudio en el que identificó características que los hacen muy diferentes a sus antecesores los millennials. Las principales son: buscan privacidad y exhiben menos su vida en redes sociales, son pragmáticos, menos idealistas y en vez de quejarse del sistema, innovan. De hecho, los centennials han crecido en un mundo mucho más incluyente, por lo que valoran y aceptan la diferencia, y su conciencia medioambiental es mucho más acusada.
Son la primera generación cien por cien nativa digital. Es decir, nacieron con la tecnología y la emplean como si fuera una extensión más de su cuerpo. Debido a esto, son muy independientes a la hora de acceder a la información, por lo que las Instituciones de Educación Superior (IES) se enfrentan a un gran desafío. Según Jorge Rubio, director nacional de mercadeo, comunicaciones y SEGE de la Fundación Universitaria del Área Andina, “son mucho más visuales y mediáticos y buscan plataformas que se adecuan a la inmediatez que necesitan. Cuestionan todo lo que se les dice y lo confrontan con distintos estudios, términos y teorías que encuentran en la red”. Para ellos, los profesores ya no son su principal fuente de información, concluye el experto
Instituciones universitarias como Areandina, a través de programas presenciales y virtuales, están reestructurando los modelos educativos tradicionales en unos donde la labor del docente, más que transmitir conocimientos, sea la de generar discusiones, guiar y aclarar las dudas de los estudiantes. Los centennials tienen un sentido arraigado sobre el consumo responsable (C-Commerce), entendido como la economía colaborativa. De la misma manera requieren que la educación sea un espacio de corresponsabilidad donde ellos puedan dar y recibir, compartir conocimiento, visiones y posturas.
Según The Futures Company, el 70 % de los centennials opina que para salir adelante es necesario un título universitario. Entre los matriculados en Areandina, los principales motivos para elegir sus carreras son las oportunidades laborales, la calidad de su propia vida y la familiar, la posibilidad de seguir estudiando y la superación personal. Para esto requieren tener conocimientos más especializados en idiomas, estudios en el exterior y posgrados. Uno de los retos de la educación superior está dirigido precisamente a generar programas por ciclos propedéuticos que permitan que los estudiantes obtengan títulos en menos tiempo, pero con diferentes enfoques que les permitan especializarse en su tema de interés y así ser más competitivos.
Ofrecer educación superior para los centennials implica conocerlos y entender sus intereses. Si las universidades quieren ser más atractivas para esta nueva generación, es imperativo que las nuevas tecnologías formen parte estructural de su oferta educativa y que cuenten con un enfoque pedagógico colaborativo donde el profesor tenga más un rol de curador de la información que de dueño del conocimiento y el estudiante un papel más participativo y empoderado.
Fuente:http://www.semana.com/educacion/articulo/educacion-universitaria-para-los-centennials/527555