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Ecuador: Estudiantes con mejores puntajes en examen de educación superior podrán ir a las mejores universidades del mundo

Quito / 17 de agosto de 2016 / Fuente: http://www.andes.info.ec/

Los dos estudiantes que alcanzaron los máximos puntajes en la Evaluación Nacional de Educación Superior (ENES) pasaron a ser parte del Grupo de Alto Rendimiento educativo del país y ahora podrán ingresar a las mejores universidades del mundo, gracias a un programa de ayuda estatal.

Los integrantes del GAR tienen varios beneficios: si deciden optar por estudiar en el país recibirán un incentivo económico correspondiente a medio salario básico unificado hasta la finalización de sus estudios.

Por otra parte, si deciden convertirse en GAR internacional, pueden acceder a una beca del 100% de colegiatura para realizar sus estudios de tercer nivel en las mejores universidades del mundo. Esta beca cubre en su totalidad los costos de matriculación, colegiatura, boletos aéreos y  manutención.

En la última evaluación realizada en julio, el estudiante Daniel Bustamante alcanzó un puntaje de 995/100, mientras que Grace Aigaje logró 990/100.

Para el secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, René Ramírez, el Grupo de Alto Rendimiento (GAR) busca cazar a los mejores talentos que antes pasaban desapercibidos en el Ecuador y este programa estatal es parte de una política que reconoce la excelencia del 0,1% de estudiantes que sobresalen por su puntaje en el examen.

Los jóvenes que decidan ser parte del GAR nacional deberán realizar su postulación a instituciones del país del 18 al 23 de agosto, mientras que quienes decidan formar parte del GAR internacional iniciarán en los últimos meses del año una Nivelación Especial que los preparará académicamente y en el idioma respectivo, para postular a las mejores universidades el mundo.

Este componente de la política pública busca fortalecer y preparar el talento humano a través de jóvenes profesionales comprometidos con el desarrollo del país y la transformación de la matriz productiva.

Fuente noticia: http://www.andes.info.ec/es/noticias/estudiantes-mejores-puntajes-examen-educacion-superior-podran-ir-mejores-universidades

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Educación superior gratuita, el fin de un mito.

Los derechos sociales universales no sólo abren las puertas para un gasto insostenible que termina perjudicando a todos los ciudadanos, sino que son  contrarios al gasto focalizado en los más desaventajados.

Por: Axel Kaiser.

El año 2013 escribí una columna sosteniendo que la educación era un bien económico y no un derecho. La tormenta que desató fue considerable pero todo lo que la columna afirmaba era que la educación costaba dinero esa es la definición de un bien económico y que nadie tiene un derecho al dinero ajeno.

Sostener lo contrario significa decir que la educación no tiene costo alguno y negar la propiedad privada, pues obviamente usted tiene derecho sobre los frutos de su trabajo sólo si puede excluir de ellos al resto aunque los demande para educarse. Cuando sus promotores dicen que los derechos “sociales” son el camino para construir el socialismo están precisamente reflejando la idea de que estos son incompatibles con la propiedad privada y el mercado.

Ahora bien, ¿qué ha pasado desde 2013? Pues, los que advertimos que prometer educación gratuita para todos era demagógico, porque nada es gratis, nos hemos visto reivindicados por la dura realidad, a saber, que los recursos son escasos. A los liberales, esta verdad insoslayable nos lleva a concluir que los recursos deben destinarse a aquellos que más los necesitan vaya inmoralidad-. Esa es una de las razones por las que rechazamos la idea de derechos “sociales” universales, pues estos no sólo abren las puertas para un gasto insostenible que termina perjudicando a todos los ciudadanos, sino que son esencialmente contrarios al gasto focalizado en los más desaventajados.La educación superior gratuita, por lo mismo, lejos de ser un derecho “social”, es, si se quiere, un derecho “antisocial” porque en lugar de beneficiar a los más desvalidos da privilegios a un grupo ya aventajado de la población, que invierte en su capital humano a costa de impuestos que pagan todos los demás y que otros necesitan de modo más urgente.

Esto no significa que no debiera haber becas para alumnos talentosos de escasos recursos, por supuesto, sino que la idea de derecho “social” universal como condición de ciudadano en realidad lo que consigue es crear una clase privilegiada que camufla sus privilegios bajo el concepto “social”. Porque, ¿qué se reclama en realidad con educación superior gratuita si no es lucro unilateral, es decir, un bien que beneficia al estudiante sin que éste dé nada a cambio? Así, vaya paradoja, los grandes críticos del lucro se convierten en sus principales receptores exigiendo que el Estado se los garantice a expensas de otros. Precisamente por eso la literatura económica señala que la educación superior gratuita es regresiva y genera desigualdad.

La figura del derecho “social” sin duda suena bien y es emocionalmente atractiva como tantas ideas socialistas. ¿Quién podría oponerse a un derecho llamado “social” salvo un desalmado “neoliberal”?

Lo cierto es que analizada fríamente se trata de una ficción conceptual que logra todo lo contrario a lo que se propone: desigualdad en lugar de igualdad, exclusión en lugar de inclusión, privilegio en lugar de cancha pareja. Pero lo peor, además de crear una corrosiva mentalidad paternalista donde el Estado se encarga de nuestras vidas, es que, en la lógica de los derechos “sociales” sólo el Estado puede proveer cuestiones como la educación, ya que de lo contrario emerge desigualdad y eso, según la teoría comentada, es incompatible con la condición de ciudadano, la que por definición debe ser igualitaria. Así desaparece la libertad de elegir dejándonos a merced del control estatal en las áreas más sensibles de nuestras vidas, todo en nombre de la igualdad.

En suma, tanto la realidad económica, que ha destrozado la fantasía de la educación superior gratuita universal, como el resguardo de la libertad de elegir, exigen que abandonemos el mito de los derechos “sociales”, universales y garantizados.

Fuente: http://tiempo.hn/educacion-superior-gratuita-fin-mito/

Imagen: http://i2.wp.com/otrasvoceseneducacion.org/wp-content/uploads/2016/05/Foto-educacion-gratuita.jpg?resize=526%2C384

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¿Cómo la inteligencia artificial puede ayudar a las universidades?

16 de agosto de 2016/Fuente: universia

La Inteligencia Artificial puede incidir en el trabajo de las universidades y sus métodos educativos.

La automatización lograda gracias al avance de la robótica y la Inteligencia Artificial ha cambiado diversos aspectos del mundo laboral. Numerosas profesiones hasta el momento realizadas por personal capacitado en la materia dejan de necesitar al hombre, para sustituirlo por máquinas o programas informáticos. La educación pronto se verá alcanzada por este avance, para el que debe prepararse con firmeza.

Las posturas contrarias al avance de la tecnología no tienen sitio en la educación, pues esta es por naturaleza renovación constante. Todo elemento externo al proceso educativo que pueda colaborar con el mismo merece cierta consideración, y en algunos casos inclusión. La Inteligencia Artificial no es la excepción a esta norma, pues al parecer promete beneficiar de diversas formas a la educación superior.

Considerando esta realidad de automatización inevitable, que cada vez quitará más empleos a los egresados universitarios nos preguntamos ¿Cómo podría la Inteligencia Artificial ser beneficiosa para las universidades?

En primer lugar, hay que destacar que el pasaje por la universidad podría tomarse como el punto de partida necesario para preparar a los graduados para convivir en un mundo automatizado. ¿Cómo encontrar empleo? ¿Cómo hacer que una empresa prefiera contratar a una persona que puede enfermarse o presentar determinadas complicaciones personales que lo lleven a ausentarse del lugar de trabajo en lugar de elegir a una máquina perfectamente diseñada para no fallar? ¿Cómo convivir en el día a día con la Inteligencia Artificial? ¿Cómo aprovechar las ventajas de la IA para el beneficio de la empresa? Todas estas cuestiones deben ser planteadas y correctamente aclaradas por la universidad.

Como centros de investigación, las universidades pueden transformarse en el sitio ideal para conocer aún más sobre la Inteligencia Artificial. Es esta la segunda ventaja que se podría obtener de una asociación que busque la colaboración desde un lugar de cooperación en lugar de plantear un combate directo en el que el más fuerte resulte vencedor y el más débil quede destrozado y sin norte.

Por último, es importante reconocer que el abandono del sistema educativo también verse favorecido por la IA. Para disminuir este fenómeno, es importante detectar en tiempo y forma las causas que llevan a los adolescentes a la deserción, meta que las universidades no logran hasta el momento.

Tomando como punto de partida un análisis sincero de la realidad del mundo educativo y laboral actual, la colaboración entre universidades e Inteligencia Artificial de cara a una mejora de determinados indicadores parece inminente.

Fuente: http://noticias.universia.es/ciencia-tecnologia/noticia/2016/08/12/1142670/como-inteligencia-artificial-puede-ayudar-universidades.html

Imagen: http://noticias.universia.es/net/images/ciencia-tecnologia/i/in/int/inteligencia-artificial-1466096758390.jpg

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México: En el mundo global, la educación ya no puede concebirse sólo con criterios nacionales: Enrique Graue

América del Norte/México/Morelia/16 de agosto de 2016/ Fuente: Noventagrados

La educación superior ya no puede ser concebida sólo a partir de criterios nacionales, afirmó el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, y agregó que la instrucción superior debe ser tan local como sus problemas se lo exijan y tan internacional como sus soluciones lo requieran.

El mundo globalizado exige crecer, progresar y que nos eduquemos para competir eficazmente, sostuvo.

Durante la firma del convenio marco de colaboración entre la UNAM y Santander Universidades, así como del convenio entre Fundación UNAM (FUNAM); la Fundación Mexicana para la Educación, la Tecnología y la Ciencia (FUNED) y el Banco Santander para impulsar el Programa “Líderes en Desarrollo”, el rector agregó que es una necesidad inaplazable el reconocer que a los estudiantes se les debe brindar la oportunidad de confrontarse con otras culturas, ideologías y costumbres.

Esta experiencia, añadió, les permitirá contrastar realidades y aprender de ellas para contribuir al progreso de la nación.

“En el mundo global de hoy, las universidades deben ser el puente que una al conocimiento, la ciencia y la innovación, con las necesidades sociales, culturales y económicas del entorno en que se desarrollan y al que se deben”, resaltó Graue en la ceremonia efectuada en el auditorio de la Torre de Rectoría.

En el ciclo escolar pasado, agregó, tres mil 404 alumnos de la UNAM estudiaron en el extranjero y seis mil 347 foráneos se formaron en las aulas de esta casa de estudios.

Mediante el programa “Líderes en Desarrollo” se ayudará a 80 estudiantes sobresalientes de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) con apoyos económicos o clases extracurriculares de inglés y matemáticas, o bien, cursos en línea sobre exámenes de admisión estandarizados y apoyos logísticos para que puedan ser aceptados para cursar un posgrado en alguna de las 200 mejores universidades extranjeras y 100 mejores programas.

El presidente del Consejo de Administración de Grupo Santander México, Marcos Martínez Gavica, explicó que el objetivo del convenio es ayudar a prepararse mejor a los alumnos que se instruyen en el extranjero.

A ellos, comentó, además de realizar sus tareas académicas con excelencia, se les pide llevar a cabo actividades extracurriculares.

En tanto, el presidente de FUNED, Carlos Rojas Mota, expuso que desde 1993 su organización ha apoyado a cerca de cuatro mil jóvenes para que sean aceptados en las mejores universidades del mundo y se conviertan en líderes de México.

Además, celebró el trabajo conjunto con la UNAM, a fin de incidir en el activo más importante que tiene México: sus jóvenes.

En la firma del convenio también estuvieron el presidente del Consejo Directivo de Fundación UNAM, Dionisio Meade; la directora ejecutiva de la misma fundación, Araceli Rodríguez; la directora ejecutiva de FUNED, María Elisa Rojas Coello, así como el director de la FCA, Juan Alberto Adam Siade; y el director ejecutivo de Santander Universidades y director general de Universia México, Arturo Cherbowski Lask.

Fuente: http://www.noventagrados.com.mx/educacion/en-el-mundo-global-la-educacion-ya-no-puede-concebirse-solo-con-criterios-nacionales-enrique-graue-.htm

Imagen: http://www.noventagrados.com.mx/library/imagen/18993-en-el-mundo-global-la-educacion-ya-no-puede-concebirse-solo-con-criterios-nacionales-enrique-graue-/0-grande.jpg

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Gasto inercial: un desincentivo para la calidad y equidad educativa

Fiorentina García Miramón

La educación es el mayor gasto del gobierno federal. De acuerdo con el reporte “Gasto público para una educación de calidad” presentado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), los recursos que se destinan a la educación equivalen a toda la recaudación de Impuesto al Valor Agregado (IVA).1 En otras palabras, la educación es el servicio público en el que más gastamos los mexicanos. Valorando cuánto se destina a la educación y considerando que, el gasto es la principal herramienta para ejecutar cualquier política, resultó lógico pensar que la reforma educativa traería consigo una planeación del gasto más efectiva y eficaz. Sin embargo, esto no sucedió. Por lo que hoy seguimos gastando los recursos educativos inercialmente –de la misma manera– que antes de la reforma, aunque las expectativas han cambiado.

A tres años de la aprobación de la reforma, algunos debates se centran sobre cuál es el impacto que ésta ha tenido y sobre cuál sería el método más adecuado para evaluarla. En lo que respecta a cómo se han gastado los recursos, el debate se encuentra en un nivel más superficial. No se ha discutido con mayor profundidad sobre el desempeño de los programas presupuestarios “estrella” (Reforma Educativa o Programa para la Inclusión y la Equidad Educativa) y tampoco se han examinado los costos y beneficios de los nuevos esquemas de financiamiento (Escuelas al CIEN). En enero del 2015 se anunció la elaboración de un presupuesto base cero, sin embargo, lo que en realidad se hizo fue unasimplificación en la administración de los recursos. En otras palabras, se fusionaron programas presupuestarios dirigidos a poblaciones vulnerables (PRONIM, PROMAJOVEN, PAED), con la justificación de evitar duplicidades y de asignar los recursos operativos y administrativos estrictamente necesarios. Por lo tanto, seguimos con la misma planeación del gasto y sin evaluar si quiera, si ésta representa un incentivo o desincentivo para llevar a cabo la reforma.

Actualmente, México tiene una oportunidad única para mejorar la calidad y equidad de la educación de los niños, niñas y jóvenes, y con ello aprovechar el bono demográfico. No obstante, el país también atraviesa por un periodo serio de austeridad, del que todo parece indicar costará trabajo salir. Dado lo anterior, mejorar cómo, en qué y para qué gastamos los recursos educativos se vuelve impostergable. Son tres objetivos que tenemos que considerar cuando hablamos de cómo mejorar la planeación del gasto educativo: equidad, calidad y sostenibilidad del financiamiento. Con la actual planeación del gasto educativo y en la búsqueda de alcanzar dichos objetivos, se han aprendido al menos tres lecciones principales que a continuación se explicarán.

La primera es que mover el gasto de acuerdo con el aumento de la cobertura no implicó reducir la inequidad. En las décadas pasadas, los esfuerzos del Sistema Educativo Nacional(SEN) se concentraban en incrementar la cobertura de la educación básica. Esto se hacía bajo el supuesto de que una mayor cobertura significaba una mayor disponibilidad de lugares para las personas excluidas del SEN. Hoy se sabe que esta relación es más compleja de lo que parece. A raíz de este supuesto, el gasto educativo ha estado planeado –principalmente– con base en el aumento de la matrícula, sin considerar las necesidades y diferencias que existen por el lado de la demanda, ni las necesidades y diferencias que existen por el lado de la oferta. ¿Qué nos ha traído gastar de esta manera? Por un lado, ha significado una educación básica que está cerca de lograr una cobertura universal, pero con inequidad y baja calidad en sus servicios. Como se sabe, existen estados, como Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Tabasco, donde la mayoría de la infraestructura es precaria y, en cuanto a servicios públicos, la mayoría de los estados –con excepción de la Ciudad de México– tienen escuelas sin acceso a la energía eléctrica. Por otro lado, a pesar de que uno de los elementos insignia de la reforma es la formación profesional docente, se destina apenas un 0.04% del gasto educativo para este rubro, mientras que, para la nómina educativa se va un 85.6%. No por nada somos el país miembro de la OECD que más gasta en salarios de maestros de educación básica.

La segunda lección es que la estructura del gasto educativo no ha servido para alinear los incentivos de todos los actores involucrados en el SEN. Hoy en día, el gasto está estructurado de tal forma que la asignación y ejecución de los recursos es de arriba hacia abajo. Esto desincentiva la autonomía de gestión y la presión ciudadana e incentiva el control y la corrupción. Tener una alineación de incentivos permite que la educación de calidad sea un objetivo en común y que la evaluación sea el camino para alcanzarlo. En la actualidad, las evaluaciones no tienen una vinculación entre ellas. Esto nos llevar a tener una evaluación que realmente no evalúa al sistema educativo, como el conjunto de actores que lo conforman. 

Por último, la tercera lección es que para seguir gastando en la educación de las generaciones presentes y futuras, es necesario que ésta otorgue retornos al sistema fiscal mexicano. Es decir, se debe buscar asegurar la sostenibilidad del gasto educativo. Dicha sostenibilidad sucede cuando las personas tienen salarios formales y bien remunerados, pues el gobierno puede recibir recursos a través de impuestos. Se ha estimado que, únicamente las personas con estudios de nivel profesional alcanzan a devolver al Estado, en forma de Impuesto sobre la Renta (ISR), el gasto en educación realizado en ellos. De continuar en una situación donde un 70.0% de los jóvenes más pobres se encuentran sin estudiar y un 20.4% de ellos son “ninis”, se ve complicado que el gasto educativo pueda ser sostenible a largo plazo.

Si bien, la reforma educativa se enfocó en la evaluación y el servicio profesional docente, que son elementos necesarios para medir la calidad de la educación y mejorar el aprendizaje, tampoco resultan aspectos suficientes para mejorar la calidad y el financiamiento del SEN. Ya se acabó el México con bonanza petrolera y hoy, son más los compromisos que el gobierno federal debe cumplir. La educación empieza a competir, en términos de recursos, con otras funciones como pensiones, deuda pública o protección ambiental. Si queremos que la educación sea un servicio público de calidad, equitativo y sostenible, es el momento de ponernos a trabajar en una planeación más eficiente y eficaz del gasto educativo. Únicamente así, el gasto será el combustible para mover a la reforma educativa en la dirección correcta.


El gasto educativo en el ejercicio fiscal 2016 asciende al 3.8% del PIB (15.2% del Presupuesto de Egresos de la Federación) y la recaudación del IVA representa el 3.9% del PIB, en el mismo ejercicio.

Fuente: http://educacion.nexos.com.mx/?p=303

Imagen: http://educacion.nexos.com.mx/wp-content/uploads/2016/08/1.jpg

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La política de modernización de la educación superior en Venezuela: efectos y espacios para la investigación socio-educativa

América del Sur/Venezuela/Agosto del 2016/María Egilda Castellano de Sjostrand/ess.iesalc.unesco.org.ve

Por:María Egilda Castellano de Sjostrand

El presente trabajo se dirige a cumplir dos objetivos: 1) describir las políticas que han orientado a la educación universitaria y superior en Venezuela, desde el inicio de la democracia representativa, en 1958; 2) señalar algunas de las manifestaciones y efectos de la política de modernización de la educación universitaria y superior y sugerir algunos problemas que pueden ser objeto de investigación socio-educativa.

El trabajo ha sido organizado en tres partes cuyo c’ontenido da respuesta a los dos objetivos planteados. En la primera parte se describen las políticas que para la educación universitaria y superior han formulado los gobiernos de la democracia representativa y su vinculación con el proyecto de desarrollo que se ha venido impulsando, señalando en ese proceso los cambios que se han introducido en cuanto a la prioridad concedida a una u otra orientación política en función de estrategias económicas e ideopolíticas que en cada momento histórico se han instrumentado para dar respuesta a exigencias concretas del modo de desarrollo que hemos asumido.

En la segunda se analizan algunas de las manifestaciones y efectos de la política de modernización de la educación universitaria y superior, los cuales se evidencian tanto al interior del nivel como en los distintos grupos y estratos sociales que han accedido o aspiran acceder a él.

Estas manifestaciones y efectos configuran espacios para la investigación socioeducativa por cuanto constituyen la concreción de la política, y de alguna manera expresan las alianzas, las presiones y los intereses en juego presentes en el Estado tanto en el momento del diseño y formulación de la política corno en el de las decisiones y acciones concretas.

En la tercera parte, a manera de conclusión, señalamos algunas líneas hacia las cuales creernos debe poner énfasis la investigación socioeducativa, vía a través de la cual las universidades, por medio de sus postgrados y centros de investigación, pueden contribuir a la búsqueda de opciones y al diseño de propuestas para que la educación superior colabore en la superación de los problemas de los otros niveles del sistema escolar, y a la vez pase a jugar papel estratégico en la producción y comunicación de conocimientos que ayuden a superar la crisis en la cual se encuentra sumida la sociedad venezolana.

1. Las políticas explícitas e implícitas para la educación universitaria y superior y el proyecto modernizador Corno consecuencia de un complejo de procesos desencadenados en Venezuela y relacionados con la orientación que se le dio a la sociedad a partir del acuerdo político que en 1958 impulsó la conquista de un régimen democrático y un modelo societal fundamentado en el paradigma del desarrollo y de la modernización 1 la universidad venezolana y las instituciones no universitarias, creadas en su mayoría a partir de la década del setenta, conjunto que se conoce corno «Subsistema de Educación Superior,» han sido orientadas fundamentalmente por dos políticas que se han explicitado como democratizaci6n y modernización.

Él proyecto modernizador para la sociedad se fundamentó, en lo ideopolítico, en la democracia representativa, y en lo económico en el desarrollo de las industrias básicas, bajo la conducción del Estado; en el crecimiento industrial a través de la sustitución de importaciones y en la modernización de la agricultura y expansión de los servicios, estos tres últimos aspectos conducidos por el sector privado, protegido y subsidiado por el Estado, quien administraría y redistribuiría los ingresos derivados de la explotación del petróleo, el cual seguiría siendo la fuente fundamental de los ingresos del país.

El Estado se mantendría como ente regulador de la vida social cumpliendo primordialmente con sus funciones de garante e interventor y en menor medida de acumulador (Giordani, 1986). En este proyecto la educación se valoró como altamente positiva para formar,a la fuerza de trabajo en el desempeño de los nuevos roles que exigiría la diversificación de la economía, consecuente con el modelo de desarrollo que fue adoptado, y para socializar a la población en los valores de la vida democrática ymoderna lo que coadyuvaría a la aceptación y legitimación del nuevo régimen socio-político.

Por ello durante la primera década de la democracia representativa a pesar de que los Planes de la Nación recogieron como políticas para la educación universitaria la democratización y la modernización, el énfasis se puso en la democratización.

La orientación democrática se dirigió a ampliar las oportunidades de acceso a las universidades existentes para el momento, y para garantizarlo la Ley de Universidades promulgada en 1958 legitimó la gratuidad, el financiamiento por parte del Estado, la autonomía académica y administrativa, junto a otras conquistas relacionadas con la vida democrática.

La educación universitaria a puertas abiertas quedó así garantizada y la autonomía, gratuidad y democracia se reconstituyeron como principios universitarios en el proyecto socio-político que se impulsaba.

Como resultado de este esfuerzo se produjo una importante expansión de la matrÍCula la que de 16.795 alumnos que se distribuían entre las Universidades y los Institutos Pedagógicos existentes para el período 1958-59, pasó a 62.449 en el lapso de diez años 1968-69 (OPSU, 1985).

La política de modernización de la educación postsecundaria se consideró el complemento necesario para que la educación pudiese formar parte de la estrategia de desarrollo económico y por ello se concretó en ese primer período de vida democrática en la creación de nuevas carreras y en la diversificación de la Ingeniería en las especialidades requeridas por el crecimiento industrial, cambios que se propusieron y realizaron en las universidades existentes.

Pero también, dentro de esta estrategia modernizadora se incluyó la creación de dos nuevas universidades dependientes del Estado, las Experimentales de Oriente y Lisandro Alvarado, y el primer Instituto Politécnico, el cual se dedicaría a la formación de profesionales en especialidades técnicas: Ingeniería Eléctrica y Mecánica.

Ya a finales de la década del sesenta se empezaron a mostrar con cierta intensidad los síntomas del agotamiento de la primera fase del proceso de industrialización substitutiva (Giordani, 1986; Hausmann, 1983).

La diversificación y crecimiento de la economía no se concretó en los niveles ~perados y aparecieron incongruencias, problemas e incoherencias entre el proceso expansivo de la educación postsecundaria y el modelo económico, a la par que las Universidades Nacionales Autónomas se habían involucrado en las luchas políticas que caracterizaron a la década, y se convirtieron en un foco disidente a la política gubernamental.

Este complejo de procesos explica la redefinición de la política económica y educativa que correspondió al primer gobierno Social-cristiano, quien propuso en el IV Plan de la Nación para el período 1969-73 una opción estratégica dirigida a una economía industrial moderna, para lo cual se consideraba necesario:

a) la ‘ racionalización y el uso de la renta petrolera como principal fuente de recursos; b) el tener una economía no petrolera; c) aumentar la eficiencia del sector público como promotor del desarrollo; y d) buscar una mayor autonomía externa.

La modernización de la economía debía ser acompañada por la correspondiente a la educación, y una vez reformada la Ley de Universidades, en 1970, el Presidente Caldera en su primer mensaje al Congreso Nacional señaló que su política educativa se concentraría en la modernización del sistema, poniendo énfasis en cambios cualitativos en vez de los cuantitativos que habían caracterizado a los anteriores gobiernos demoeráticos.

Acorde con este planteamiento anunció el proyecto de creación de Institutos Regionales Superiores como respuesta a las exigencias del desarrollo regional y del crecimiento industrial y de los servicios que generaría la estrategia de modernización de la economía.

Estos institutos ofrecerían carreras cortas prefere, temente en el campo tecnológico (Caldera, 1971). De allí que a partir de la· década del setenta el énfasis se puso en la modernización de la economía, del Estado y de la vida cotidiana, y los parámetros de la racionalidad instrumental rigieron cOn más fuerza el comportamiento de todas las instancias de la sociedad.

La educación postsecundaria al formar parté de esta estrategia debía ser repensada y reformada para responder a las exigencias de la modernización.

La política de modernización se instrumentó primariamente por medio de: la diversificación institucional y académica, la regionalización, y una mayor centralización y control político en la organización y funcionamiento de las instituciones. Implícitamente abrió el camino para el incremento de la participación del sector privado en la educación universitaria y superior.

En la segunda mitad de la década se incluyó la estrategia dirigida a la racionalización del crecimiento. Como puede apreciarse, la política de modernización impulsó una reforma trascendental en este nivel de la educacjón .

Para justificar los cambios que exigía la política se utilizó como argumento principal «la necesidad de formar los técnicos y tecnólogos que necesitaba el país». En estas razones explícitas encontramos coincidencia con las ideas que durante toda la década anterior y sobre la educación postsecundaria venía expresando un sector de los estratos dominantes, aquel agrupado en FEDECAMARAS.

2 La diversificación de la educación postsecundaria se fundamentó en la concepción de que la función primordial de la educación era la preparación de los recursos humanos necesarios para el funcionamiento del sistema económico el cuál por su modernización crearía espacios para nuevos y diferentes desempeños laborales, cada vez más especializados con preferencia en los niveles medios de la producción y de la gerencia.

De allí la proposición que se incluyó en el programa diseñado para el quinquenio 1969-74, en la cual se conceptuó a la educación postsecimdaria como «un esquema aglutinante de una constelación de centros de formación» (Fernández, 1975) que conformarían el subsistema de educación superior constituido por cuatro subniveles:

Educación superior básica, educación superior profesional intermedia de carreras cortas, educación superior profesional de carreras largas, y postgrado. esta manera la reforma se dirigía a dar respuesta a la segmentación del mercado de trabajo y a las necesidades expresadas por los industriales 3 ya que «tendría por finalidad la preparación de cuadros calificados para atender los diversos niveles de empleo, desde el obrero calificado hasta el llamado nivel superior» (Pérez Olivares, 1976).

La estrategia dirigida a la diversificación incluyó la intención, que valoramos positiva, de establecer la necesaria diferenciación entre las instituciones que conformarían el «subsistema»de educación postsecundaria en cuanto a sus misiones y fines, lo cual exige que cada institución además de cumplir con fines y objetivos universalistas (Brunner, 1991), lo haga con los particulares en acuerdo con la misión encomendada académico-científica o técnico-profesional (Gómez, 1991).

Diferenciación que también ha debido expresarse en el diseño curricular unos con preeminencia en lo cognitivo y otros con preeminencia en lo manipulativo (CERPE,1983).

La regionalización de la educación formó parte de la estrategia de desarrollo regional y su objetivo se expresó así: » .. ;colaborar en atender la demanda creciente fundamentalmente de las comunidades de mayor presión demográfica y establecer un sistema de carreras cortas que sean transitor;amente terminales.

Pero que dejen abierta la posibilidad de prosecución hacia carreras tecnológicas de mayor duración» (Hernández Carabaño, 1970) y » … como elementos fundamentales para impulsar el desarrollo regional se ubican, naturalmente en una red polos … » (Hernández Carabaño, 1970).

«La idea era realizar una estrategia de nú- cleos y comenzar en ella a hacer el diseño de las coordinaciones, asignando a cada unidad la tarea de responder a los requerimientos concretos que el polo plantea en materia de servicio, de asistencia técnica, de investigación y capacitación profesional» (Pérez Olivares, 1976).

La centralización y control político de las instituciones de educación superior se instrumentó a través de diversas vías.

En el caso de las universidades por medio de las nuevas funciones que la Ley de Universidades de 1970 confirió al Consejo Nacional de Universidades: planificación, coordinación, control y evaluación académica, administrativa y financiera de las universidades.

Así como también por vía del carácter de experimentalidad con el cual se crearon las nuevas Universidades Nacionales lo que permitió justificar la carencia de autonomía y en consecuencia el control político del gobierno de tumo por medio del nombramiento y remoción de las autoridades.

En el caso de los Institutos y Colegios Universitarios por vía de su dependencia del Ministerio de Educación, e igualmente del nombramiento de sus autoridades por el gobierno de tumo, así como a través de sus reglamentos internos. Como señalamos anteriormente, la estrategia de racionalización del crecimiento no formó parte de la política de modernización en su diseño inicial, ella surgió como respuesta a los conflictos generados por el comportamiento .de la población aspirante a ingresar a la educación superior.

Efectivamente, a mediados de la década del setenta, a pesar de los esfuerzos hechos por diversificar ampliar la oferta educativa a través de la creación de Institutos de Tecnología y Colegios Universitarios de carreras cortas, los egresados de la educación media seguían prefiriendo a las universidades y entre ellas, las Nacionales Autónomas.

Esta preferencia por las Universidades Autónomas generó los conflictos por el cupo que caracterizaron el resto de la década, cuando paradójicamente los Institutos y Colegios, contaban con vacantes.

Fue también en esta década cuando empezaron a manifestarse los enfrentamientos entre las universidades y el poder gubernamental debido al financiamiento.

La crisis generada en el ahora llamado «subsistema de educación superior» fue afrontada por el Consejo Nacional de Universidades mediante la proposición de la reorientación y racionalización de la matrícula en función de la diversificación de la educación postsecundaria.

La racionalización del crecimiento se instrumentó a través de la selección, proceso que se encomendó a la OPSU, creándose el Sistema Nacional de Admisión a la Educación Superior. A través de este Sistema el ingreso al nivel se haría selectivo en función de «méritos académicos previos y aptitucles para uno u otro tipo de educación» (Liprandi, 1990-91), tratando de adaptar por esta vía los egresos a los distintos requerimientos del aparato productivo y a las prioridades del mercado ocupacional, lo que exigiría una definición de cupo (CNU /OPSU,1976).

Se señalaron tres requisitos para esta estrategia: 1) «Una implementación adecuada de la política de democratización de la enseñanza ya que en ella queda explícitamente definido que no todo ciudadano tiene que recibir el mismo tipo de educación, porque no todos poseen un mismo potencial ni la misma vocación; 2) la correcta implementación del Ciclo Diversificado a fin de que capacite al individuo para optar favorablemente al mercado laboral, y para la prosecución de los estudios a nivel superior; y 3) la aplicación sistemática y adecuada de un régimen de orientación vocacional de naturaleza longitudinal que actúe como agente canalizador de vocaciones» (CNU /OPSU, 1976).

A la par el Consejo Nacional de Universidades venía trabajando en el diseño de un conjunto de Políticas para la Educación Superior, y en julio de 1977 aprobó el documento titulado: BASES SOBRE POLITICAS y ACCIONES CONCRETAS PARA EL DESARROLLO DE LA EDUCACION SUPERIOR VENEZOLANA, el cual contiene seis Políticas con sus respectivas estrategias. Estas son:

Democratización, Desarrollo Autónomo, Renovación Institucional, Innovación, Crecimiento y Financiamiento (CNU /OPSU, 1977). Con excepción de la primera, las cinco restantes responden a la orientación modernizadora, y legitiman a través de un documento aprobado por el máximo organismo planificador y coordinador de la educación universitaria como lo es el Consejo Nacional de Universidades, las tendencias observadas desde el inicio de la década.

La década del setenta se vio favorecida por el alza de los precios del petróleo lo que permitió que para la segunda mitad, en el V Plan de la Nación, se expusiera una audaz estrategia para alcanzar «un desarrollo acelerado del país» MODERNIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN VENEZUELA… M.E. CASTELLANO DE SJOSTRAND /11 y «rescatar la soberanía de sus recursos», para lo cual se diseñaron programas que requerían cuantiosas inversiones dirigidas a construir una infraestructura física para el desarrollo de industrias consideradas básicas lo que exigió redimensionar el papel del Estado como acumulador.

La educación se continuó considerando como prioritaria para el desarrollo del país y la formación acelerada de recursos humanos para «formar a los profesionales que se requerían para los planes de desarrollo en marcha» (Pérez, 1976).

Se propuso el programa de becas Gran Mariscal de Ayacucho a fin de enviar numerosos estudiantes a universidades e institutos de educación superior en países extranjeros, fundamentalmente de Estados Unidos y Europa.

Internamente en el V Plan se propuso no sólo mejorar y ampliar la diversificación y regionalización de la educación superior sino insertarla en el proyecto de la «Revolución Educativa» haciéndola descansar en los principios de democratización, renovación y desarrollo autónomo, e incentivar el crecimiento de la educación superior privada (CORDIPLAN, 1976).

La década del ochenta y lo que va de los noventa se ha caracterizado por la emergencia de una crisis que toca a todas las instancias de la sociedad, colocando a la educación universitaria y superior ante un nuev’o escenario y ante nuevos retos.

Esta crisis desencadenada en el mundo y en América Latina con bastante anterioridad, tardó en manifestarse en Venezuela debido a las «favorables coyunturas petroleras» (Gamus, 1994), pero al hacerlo requirió cambios importantes en la estrategia del Estado para orientar las reformas necesarias en un escenario caracterizado por una importante deuda externa que exige la puesta en marcha de «programas de ajuste estructural implementados en respuesta a las dificultades en las balanzas de pago.

El ajuste estructural implica reducciones en el gasto público y en éste, el gasto educativo se ha reducido substancialmente y en especial en los niveles más bajos del sistema»(Reimers, 1991). Esta crisis ha estado condicionando las estrategias .

 El VII Plan se dirigió al logro de la recuperación económica, el pacto social y el pago de la deuda externa; la reforma del Estado, la creación del sistema nacional de salud, la elevación de la calidad de la educación y ampliación de la democratización y la reforma de la educación superior.

El VIII Plan se inscribe con más vigor en la política económica de ajuste, en la cual las privatizaciones tuvieron un papel central, el Estado se declara como promotor de la iniciativa privada, controlador y regulador del funcionamiento de la producción de bienes y servicios más que productor directo.

Como el Plan anterior, pone el énfasis en: mejorar la calidad de la educación superior, entendiendo por tal el refuerzo de aquellos conocimientos que la vinculen más estrechamente con el mercado de trabajo yen especial con el sector productivo, por 10 cual se fortalecerían las carreras cortas del área tecnológica ofrecidas por los Institutos de Educación Superior no universitarios, restricción del crecimiento de las universidades en carreras consideradas tradicionales, la recomposición de la distribución del presupuesto en favor de los niveles de preescolar y básica, así como no incrementar el correspondiente a la educación superior, incentivar a la iniciativa privada para que participe significativamente en este nivel educativo.

El IX Plan de la Nación augura la construcción de un nuevo país sobre la base de la conciencia de la crisis, factor que permitirá iniciar los cambios que permitan aprovechar las potencialidades propias y las oportunidades que están presentes en la coyuntura; unas y otras se reconocen como el aprovechamiento de las tendencias de la globalización, de las condiciones productivas, tecnológicas y de  recursos naturales, de los recursos humanos y del propio sistema político (CORDIPLAN,1985).

El Plan señala la necesidad de realizar reformas estructurales en la Educación Superior, por cuanto ésta está llamada a jugar un Ptlpel relevante en el desarrollo del país.

 Las acciones que se proponen son: fortalecimiento del rol de las universidades regionales en la dinamización del proceso de descentralización educativa; redimensión del papel de la OPSU y del Consejo Nacional de Universidades con el fin de difundir las experiencias y programas que están en marcha.

Lla vinculación de los sectores académicos, de producción de ciencia y tecnología y el sector productivo y que puedan fortalecer los objetivos de inserción y competitividad; la definición de un enfoque alternativo de recursos humanos que dé prioridad a las áreas claves para la inserción internacional; el desarrollo tecnológico de las actividades productivas de mayor dinamismo y la modernización de los servicios estratégicos; la flexibilización de los postgrados y elevación del rendimiento de los centros de investigación.

La atención ~ centrará más que en la expansión del sistema, en una mayor equidad, excelencia y calidad. Igualmente debe orientarse a la búsqueda de alternativas de financiamiento que liberen recursos para apoyar la Educación Básica y Media, una de cuyas opciones la constituye el Fondo para el Financiamiento y el Desarrollo de la Educación Superior, el cual se nutrirá con aportes del Ejecutivo Nacional, del sector empresarial y de los egresados del sistema.

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Fuente:

http://ess.iesalc.unesco.org.ve/index.php/ess/article/viewFile/253/210

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/5QCtc6gq32BoGPYorhkfrMST-g6IsVfTigxhBVlqGIrgyvohoZiM2ttU1kTzjuhJ2lI1=s162

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Namibia: Africa unite for quality assurance in higher education

Africa/Namibia/12 de Agosto de 2016/Fuente: New Era

RESUMEN: Los legisladores de toda África deben garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a una educación de calidad de la enseñanza primaria, secundaria hasta el nivel terciario.De hecho, se estima que en el África subsahariana, con una población de unos 740 millones de personas, hay unas 200 universidades públicas y un número cada vez mayor de las instituciones privadas de educación superior que en los últimos años han empezado a prestar una mayor atención a las cuestiones de la calidad en el nivel terciario (Banco Mundial 2007).Por su parte, el Ministerio de la Dirección de Programas y aseguramiento de la calidad de educación tiene el mandato de formular las políticas generales para la educación formal en general: políticas, marcos regulatorios y lineamientos que apoyen las buenas prácticas en la escuela y en el nivel de gestión. La Dirección trabaja en estrecha cooperación con las direcciones regionales de educación para apoyar la interpretación y aplicación de esas políticas. Esto se debe a que en Namibia la educación en los últimos años ha sido descentralizada en las 14 regiones.

It is the dream of every parent in Africa to send their children to school to obtain a “good education”.

What is rarely emphasised is the need for quality education and it ought to be what every parent must aspire for their children.
In the same vein, lawmakers all over Africa must ensure that every citizen has access to quality education from primary, secondary to tertiary level.

The World Bank’s Constructing Knowledge Societies: New Challenges for Tertiary Education underscores the importance of establishing robust quality assurance systems as necessary instruments for addressing today’s challenges (World Bank 2002).

In fact, it is estimated that in Sub-Saharan Africa, with its population of about 740 million people, there are some 200 public universities and an increasing number of private higher education institutions that in recent years have begun to pay greater attention to issues of quality at the tertiary level (World Bank 2007).

The publication, ‘Improving Quality and Equity in Education in Namibia: A Trend and Gap Analysis’ (UNICEF 2011) defines quality education as “education that works for every child and enables all children to achieve their full potential.”

On its part, the Ministry of Education’s programmes and quality assurance directorate has the mandate to formulate overall policies for general formal education: policies, regulatory frameworks and guidelines that support good practices at school and at management level.

The directorate works in close cooperation with regional directorates of education to support the interpretation and implementation of such policies. This is because in Namibia education has in recent years been decentralised to the 14 regions.

In the foreword to the government publication, titled ‘Education For All: Plan of Action 2002-2015’, then president Sam Nujoma stated that “education is… an avenue for poverty alleviation, human development and social advancement… to this end education is a fundamental human right and all are entitled to receiving an education of good quality.”

At the level of secondary education, therefore, the quality of education is as per the Plan of Action “characterised by many factors, amongst others, teachers’ qualifications, resource allocation, teaching materials and equipment.”

It follows therefore that Namibia, wants to ensure that quality education for Namibian students starts from secondary to tertiary level in order for tertiary education graduates to compete in an environment shaped by the country’s needs, as well as international expectations and standards.

Tertiary education in Namibia came into being shortly after independence with the University of Namibia, which was founded in 1992. Namibia’s first private university, the International University of Management, was second in 1994, while the then Polytechnic of Namibia (now the Namibia University of Science and Technology) followed in 1996. There is also a second private university that has undergone accreditation process, namely the Welwitchia University.

The education offered in Namibia must be competitive within Namibia but also at the level of SADC, AU and overseas, in line with public demands for transparency and accountability in tertiary education.

Namibian lawmakers, would appear to have had this in mind when it was decided to establish appropriate standards and quality assurance institutions that draw not only on the recent colonial past, but also reflect the unique history, needs, and expectations of stakeholders in education, namely parents, students and government.

In this regard, mechanisms had been put in place to enforce the above-mentioned standards and to monitor performance of their tertiary education systems with a view to taking appropriate and timely measures to adapt to new realities.

The University of Namibia adopted its Quality Assurance and Management Policy on October 29, 2015 and it is expected to be reviewed on October 30, 2020. The policy applies to all UNAM staff and students alike and is “to ensure the delivery and maintenance of excellence in instruction, learning, acquisition, research, academic and administrative/support services, student welfare, governance and community service.”

It must also be complemented or supported by “excellence in service delivery by management, academic and administrative/support services with quality infrastructure and physical facilities to ensure the realisation of the vision, mission and strategic priorities of UNAM.”

Government has also been proactive in establishing quality assurance in higher education. This has been done through dual responsibilities given to the National Qualification Authority (NQA), as per the Namibia Qualifications Authority Act 1996 and to the National Council for Higher Education, as per Higher Education Act of 2003, respectively.

There are indications (recently) that the line ministry responsible for higher education may be working on harmonising this overlapping function into one piece of legislation. Specifically, the NQA promotes quality education and training in Namibia through the development and management of a comprehensive and flexible National Qualifications Framework.

In this context, quality is also promoted by the NQA through the accreditation of education and training providers in Namibia and their courses. On the other hand, the Quality Assurance System of the National Council for Higher Education (NCHE) consists of two sub-systems: programme accreditation and institutional audits.

Africa needs to pull together in order to implement quality assurance in higher education. It is therefore timely that the Ministry of Higher Education recently announced that the NCHE in collaboration with the University of Namibia will host the 8th International Conference on Quality Assurance in Higher Education in Africa.

The upcoming conference includes six high-class plenary sessions bundled with discussions on good practices; six workshops to learn new skills in quality assurance; a meeting of the African Quality Assurance Network and a symposium of vice-chancellors, rectors and presidents of African universities on effective management of higher education institutions to improve quality.

In conclusion, the success of quality assurance, in my view, depends on the support of governments, universities and the general citizenry of all African countries.

Fuente: https://www.newera.com.na/2016/08/11/africa-unite-quality-assurance-higher-education/

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