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Colombia: ¿Cómo quedó el calendario académico de las universidades públicas tras el paro?

América del Sur/Colombia/12-01-2020/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

Por: Redacción Educación

El Sistema Universitario Estatal (SUE) informó que al menos 12 de las 32 instituciones públicas del país deberán culminar el segundo semestre de 2019 en los primeros meses de 2020. Entre ellas están la Universidad de La Guajira, la Universidad Pedagógica, la Universidad Nacional, entre otras.

Jairo Torres Oviedo, presidente del Sistema Universitario Estatal (SUE), informó que al menos 12 de las 32 universidades deberán reponer las clases que quedaron pendientes del segundo semestre de 2019 en los primeros meses de 2020. Oviedo aseguró que el calendario académico de las instituciones se modificó debido a factores como el paro nacional, que comenzó el 21 de noviembre de 2019; actos de corrupción; escasez de recursos; o actos violentos.

Según cifras del SUE, con el cese de actividades se han visto afectados cerca de 100 mil estudiantes. Además, añadió Torres, la cancelación del semestre generó efectos como “que muchos jóvenes no lograron graduarse en diciembre, las implicaciones en la economía familiar y el impacto en las economías locales. (…) Las instituciones también se ven impactadas porque tienen gastos fijos que se deben pagar, aunque no se trabaje».

La Universidad de La Guajira, Universidad del Atlántico, Universidad del Tolima, Universidad Surcolombiana, Universidad de la Amazonia, Universidad Industrial de Santander, Universidad Nacional, Universidad de Pamplona, Universidad Popular del Cesar, Universidad Pedagógica Nacional, Universidad de Caldas y Universidad Distrital, son las instituciones que deberán realizar tres semestres en un año. Estas son las situaciones en las que se encuentran algunas de ellas:

Universidad de La Guajira

Las directivas de esta institución se vieron obligadas a cancelar el semestre por la falta de recursos. «Fruto de la crisis que atraviesa esa parte del país, el departamento de La Guajira le adeuda más de $60.000 millones a la institución. Frente a eso, el plantel académico no tiene cómo funcionar y el rector se vio en la obligación de paralizar todas las actividades», aclaró Torres.

Para encontrar una solución, esta semana se reunieron Carlos Arturo Robles Julio, rector de la institución; Nemesio Roys Garzón, gobernador de La Guajira; estudiantes y sindicatos. Durante la conversación, Roys hizo un llamado al Gobierno para atender la crisis por la que atraviesa la institución, argumentó que si la situación no mejora 9.000 estudiantes se verían perjudicados.

Universidad del Atlántico

En la institución se canceló el semestre el 25 de octubre tras un paro convocado por los estudiantes, luego de que el entonces rector, Carlos Prasca, autorizara el ingreso del ESMAD a las instalaciones de la universidad.

Los estudiantes, además, presentaron un pliego de peticiones entre las que reclamaron la manera en la que se elige al rector y a los decanos. Su propuesta es que la elección sea con voto popular y que incluya la participación de los alumnos.

El retorno a las actividades académicas, que tiene en vilo a los más de 15.000 estudiantes de la institución, se definirá el 14 de enero luego de que se realice la “Gran Asamblea Estudiantil”.

Universidad del Tolima

El 25 y 26 de noviembre se realizó una reunión en la que participaron miembros del Consejo Académico de la universidad, con el objetivo de abordar algunos puntos solicitados por los estudiantes que se habían declarado en paro, desde el 23 de octubre.

En la reunión, además, se confirmó la modificación del calendario académico. La universidad en su página web explicó que “los estudiantes que no alcanzaron a culminar semestre como estaba previsto y que representan un 35% de la totalidad del estudiantado, retomarán sus actividades el 20 de enero de 2020; mientras que el 65% restante que alcanzó a terminar y que representan más de 13 mil estudiantes entre la modalidad Distancia y Posgrados, iniciarán semestre A 2020 el 2 de marzo de 2020”.

Universidad Surcolombiana

El 26 de noviembre de 2019 la universidad fue tomada por el Consejo Académico, hecho que indignó a estudiantes y algunos docentes que calificaron la medida como una decisión arbitraria. Ante los hechos, exigieron la renuncia del rector (e) Pablo Emilio Bahamón Cerquera, como también del vicerrector Administrativo, Camilo Núñez.

Posteriormente, fue declarada la Asamblea Permanente con cese de actividades, es decir, la universidad no cerró sus puertas, sino que en ese tiempo se desarrollaron actividades culturales, académicas y pedagógica. La reposición del segundo semestre de 2019 irá desde el 20 de enero hasta el 8 de febrero de 2020.

El 10 de diciembre de 2019, el Consejo Académico de la universidad anunció la suspensión de manera temporal de las actividades en la institución. Durante la asamblea estableció “que el número total de semanas que deberán recuperarse por parte de los programas de pregrado, para asegurar la adecuada terminación del periodo académico 2019-II, es de cinco, discriminadas de la siguiente manera: cuatro de actividades académicas, más una para la realización de habilitaciones en los casos en que proceda”.

Universidad Industrial de Santander (UIS)

El retraso en el calendario académico de la sede principal de la institución, ubicada en Bucaramanga, se debe a las asambleas estudiantiles que se desarrollaron para discutir el apoyo al paro nacional y desde el 21 de octubre los estudiantes entraron en paro.

Durante 2019, solo se pudo completar el 30% de dicho calendario y 15.000 estudiantes no alcanzaron a finalizar el semestre. Las actividades académicas retornarán el 13 de enero de 2020 y los estudiantes podrán finalizar semestre.

Universidad Nacional

La rectora Dolly Montoya anunció el cierre académico del segundo semestre de 2019, luego de la participación de alumnos de la institución en el paro nacional. Determinó que el 21 de diciembre se cerrará, de manera parcial, las notas.

Además, anunció, que las clases para finalizar el segundo semestre académico de 2019 será del 16 de enero hasta el 14 de febrero de 2020.

Universidad de Pamplona

Por medio de una resolución, la rectoría de la Universidad de Pamplona anunció que el 15 de enero de 2020 se retomarán las clases en la institución para que los alumnos puedan terminar el segundo semestre de 2019.

La universidad anunció la suspensión de las clases, el 4 de diciembre, luego de que el rector Leonardo Martínez sufriera abusos verbales, señalamientos directos, gritos y agresiones durante una mesa de negociación que se realizó en noviembre de 2019 con los estudiantes.

Hasta el momento, la universidad no ha definido la fecha en la que se retomarán las actividades, por lo que le recomendaron a los estudiantes “estar pendientes de las decisiones del Consejo Académico a través de la página de la Subdirección de Admisiones y Registro”.

Universidad de Caldas

La institución decidió un cese de actividades a raíz del paro nacional, sin embargo, algunas carreras consiguieron adelantar el programa académico hasta en un 63%. Por tal razón, la institución no entregó un balance general de la situación académica.

Informó, además, que para reponer las clases, el próximo 20 de enero se reiniciarán las actividades de recuperación, que irán hasta el 28 de febrero.

Universidad Distrital

El principal motivo de cierre de actividades en esta institución, que inició el 21 de octubre de 2019, se debe a hechos de corrupción, en los que está involucrado Wilman Muñoz Prieto, exdirector de Extensión (Idexud) de esa institución. Tras conocerse el caso, el cuerpo estudiantil convocó a una serie de protestas para exigirle al Consejo Superior la creación de la Asamblea Universitaria, y así poder tener participación en la toma de decisiones y generar control efectivo a los recursos.

A raíz del escándalo, se declaró el cese de actividades y solo se pudieron cumplir 11 de las 18 semanas que cumple el semestre académico. Sin embargo, hasta la fecha la institución no ha anunciado una fecha para reponer las clases del segundo semestre de 2019, situación que afecta a más de 10 mil estudiantes. Recientemente, los alumnos le pidieron a las directivas retomar las clases.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/como-quedo-el-calendario-academico-de-las-universidades-publicas-tras-el-paro-articulo-899073

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Fragmentada e insuficiente, la educación superior en México: OCDE

América del Norte/México/12-01-2020/Autor(a): José Antonio Román/Fuente: www.jornada.com.mx

México posee un sistema de educación superior sumamente fragmentado, con una cobertura y calidad insuficiente, con financiamiento y recursos públicos escasos y una escasa conexión con el mercado laboral, señala la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

Esta situación hace que casi uno de cada dos egresados trabaja en un empleo que no requiere educación superior, y más de cada cuatro trabaja en la economía informal, mientras que, paradójicamente, más de la mitad de las empresas reporta dificultades para cubrir vacantes en sus puestos de trabajo.

En dos amplios informes presentados por el secretario general de la OCDE, José Angel Gurría, el organismo, advierte también que las mujeres se encuentran especialmente desfavorecidas en este campo. Si bien sobrepasan a los hombres jóvenes en número de egresados, su tasa de empelo está 14 puntos por debajo de la de hombres, una de las brechas de empleo más altas de los países miembros de la OCDE.

En el evento, realizado en la Unidad de Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM, el secretario general Gurría, explicó que los informes “El futuro de la educación superior en México: promoviendo calidad y equidad” y “La educación superior en México: resultados y relevancia para el mercado laboral”, elaborado a petición de la Universidad Nacional, puede servir para la definición de políticas públicas en la materia.

En el primero de los estudios, se recomienda la creación de un sistema más justo y transparente de asignación de fondos públicos a las instituciones para reducir las disparidades en el nivel de financiamiento por estudiante entre instituciones y crear condiciones para brindar una educación de calidad.

También propone un sistema de acreditación obligatoria para las instituciones privadas -un fortalecimiento del sistema de Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE)- para garantizar que todos los proveedores de educación superior cumplan al menos las normas básicas.

Respecto al segundo estudio, afirma que el desfase que existe entre las habilidades que los estudiantes adquieren en la educación superior y las que demanda el mercado laboral es un obstáculo importante para la inclusión, la innovación y el crecimiento económico en México.

La OCDE, en este sentido, presenta doce recomendaciones clasificadas en tres áreas clave en las que el gobierno y las instituciones de educación superior pueden colaborar eficazmente con el fin de proporcionar a los estudiantes habilidades relevantes para el mercado laboral.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/ultimas/sociedad/2020/01/09/fragmentada-e-insuficiente-la-educacion-superior-en-mexico-ocde-5256.html

Imagen: Gerd Altmann en Pixabay

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La Formación Docente como problema

(Educación 2020-2050: un debate urgente Parte II)

 

Elementos del problema

Si algo expresa la actual crisis educativa es el terrible desenfoque epocal de la formación docente (inicial y continua). Esta situación se oculta detrás de un discurso que culpa a los docentes de aula de los problemas y atascos educativos, exonerando de ello a quienes forman a los educadores.  Claro está, todo ello es funcional al modelo de desmontaje de la educación pública que impulsa el neoliberalismo.

 

La inmensa mayoría de las reformas educativas en el mundo comienzan en la educación inicial, básica o en la secundaria. Esto es contradictorio con la imagen de poder del saber que tiene la educación universitaria o superior, que suele estar vinculada a las escuelas y centros de formación docente. Es decir, se pretenden cambiar los efectos y no la impronta de origen. Veamos algunos cuellos de botella al respecto:

 

  1. Subsiste una odiosa separación entre trabajo manual e intelectual en la formación. Los maestros hacen la práctica pedagógica y los formadores de formadores, la piensan, la teorizan. Muchos(as) de quienes trabajan en la formación docente hace ya años, década, que trabajaron en un aula real de educación inicial, primaria o bachillerato, otros nunca lo han hecho y, en muchos casos esa realidad se procura ocultar con turismo investigativo en las aulas. Con ello no pretende negar ni ocultar la presencia de compañeros y compañeras en las universidades, muy contados(as) por cierto, que combinan praxis en las aulas de los primeros niveles educativos con reflexión teórica, que se hibrida con esa praxis y encuentro dialógico;
  2. Esta realidad ha generado en muchos preescolares, escuelas y liceos, espacios de debate y reflexión sobre el saber pedagógico existentes en las aulas. Los colectivos pedagógicos constituyen una forma de resistencia y de construcción de alternativas para la ruptura entre trabajo intelectual y trabajo material. Pero allí surge otro problema, la presencia de los “pastores pedagógicos”, unos compañeros que sin ser docentes de aula ni formadores de formadores asumen no solo la animación cultural del movimiento pedagógico, sino que se convierten en especies de “gurus” caídos del cielo. Una cosa distinta y positiva, es cuando los colectivos pedagógicos se apoyan entre sí, comparten experiencias, pero creo que llegó el momento de revisar el papel de los coaching educativos;
  3. En algunos casos, al abordar e intentar corregir estas situaciones se entra en un terreno fangoso, el neo empirismo. Un discurso que pone de relieve que lo importante es la praxis y que desecha la tradición y el saber pedagógico construido en las aulas entre estudiantes, docentes y familias. Esta dinámica, aún con discursos muy radicales es una puerta abierta para generar el cambio de paradigma que requiere el capital para imponer su cultura evaluativa. El neo empirismo conduce a la pérdida de sentido y horizonte del hecho educativo. El caos de una escuela que se desdibuja en su endogamia practicista suele terminar en un giro hacia el eclecticismo y utilitarismo que fundamenta la epistemología de las iniciativas centradas en indicadores y evaluaciones estandarizadas como PISA;
  4. La integración de los maestros pueblo en los centros de formación docente, desde una perspectiva dialógica, puede contribuir a mover el foco, tensionando prácticas y saberes docentes. Pero es falso que el maestro pueblo puede sustituir al docente, al profesional de la docencia, visto este como un científico social. En ese sentido, debemos tener cuidado en no avalar el discurso de destrucción de la profesión docente que impulsa el neoliberalismo educativo con la intención de convertir los espacios educativos en lugares para trasmitir simplemente conocimiento operacional.
  5. La neo colonización cultural del hecho pedagógico tiene un capítulo especial en la literatura que se usa para orientar la formación teórica de los y las futuros docentes. Se suele tener como experticia la producción editorial foránea, desvalorando las producciones generadas por los y las docentes locales. Por supuesto que, en este momento, producto de esta desvaloración son escasas las producciones en formato de libros elaborados desde los colectivos pedagógicos, pero ello puede cambiar con una política correcta. No se trata de promover el localismo cognitivo, sino de generar dinámicas de reflexión pedagógica de carácter comparativo que permita, valorando lo propio y teniendo como lugar de enunciación la praxis del lugar, ir al encuentro de otras experiencias, de otros saberes pedagógicos. Esta hibridación pedagógica suele resultar potente, pero no es lo que caracteriza a la formación docente hoy;
  6. El desconocimiento del cambio de imaginario y narrativas del sujeto central del hecho educativo, los niños, niñas y jóvenes. La “experticia” sobre la cual se fundamentó la formación docente esta caduca, se corresponde a los paradigmas de la primera y segunda revolución industrial. Tenemos formadores de formadores que siguen viendo el mundo con los lentes de las dos primeras grandes transformaciones tecnológicas de los últimos doscientos años, pero que no entienden el impacto en la cotidianidad, el empleo, los modelos de aprendizaje que traen la tercera y augura la cuarta revolución industrial. Los maestros y maestras, los profes que trabajan con niñas, niños y adolescentes aprenden más rápido los nuevos paradigmas por la cercanía con los más chicos, que lo que lo hacen los formadores de los formadores, quienes oscilan entre recetas morales y un snobismo sin límites por la innovación tecnológica;

 

Maestros(as) a la hoguera

A los y las maestras(os) se les exige que hagan algo diferente a la “experticia” con la cual fueron formados, mientras que las instituciones de formadores de formadores hacen los posible por adaptar las interpretaciones de las transformaciones en curso a su visión del cambio, para que éstas les impacten lo menos posible en su modo de hacer lo propio.

Los centros de formación docente suelen construir narrativas sobre la crisis educativa en las cuales el ambiente queda impregnado con la certeza inducida que el saber pedagógico está en la universidad o centro de formación docente, y que los docentes o son unos desobedientes o unos testarudos que no entienden lo que se les enseña, lo cual es simplemente estúpido.

Quienes pueden saber mejor las expresiones de la crisis educativa son los y las docentes, fundamentalmente aquellos(as) que han roto con el adultocentrismo pedagógico. Entonces, ¿por qué no se construyen las reformas educativas dialogando con los y las docentes?  Por una razón política desde el poder. Aún, los sistemas educativos, especialmente en sus niveles inicial, primaria y bachillerato constituyen la red institucional más extendida en los territorios de todo el aparato gubernamental. Si esta red institucional comienza a operar con “cabeza propia”, no solo dejaría de cumplir con su rol reproductor de la cultura dominante, sino que se constituiría en un lugar de enunciación de los cambios radicales.  Por eso, mejor no dejar que los y las maestras opinen, reflexionen y tomen conciencia de su poder real.

En consecuencia, mientras los Estados con las iniciativas propias y las recetas de los organismos multilaterales y bancas de desarrollo, tratan de hallar la lámpara de Diógenes para resolver los “problemas educativos”, socialmente se destruye la profesión y el prestigio docente.  En el mundo, la desinversión en materia salarial de los docentes, la precarización del trabajo de los y las educadores constituye parte de la tarea de evitar que el magisterio se convierta en un sujeto político de transformación radical.

 

¿Qué es primero el huevo o la gallina?

Entonces, ¿las reformas educativas por donde deben comenzar?  En esta serie de artículos y en otros he insistido en señalar que una reforma educativa que procure avanzar de manera estructural en un cambio y no solo con gestos gatopardianos, debe iniciarse en las universidades, centros de formación docentes, en las escuelas pedagógicas, valorando y repensando lo que se hace ahí.  Estas instituciones son el molino qué lleva agua al rio, por ello, por mucho que se limpien las acequias si no se trabaja en las nacientes el cauce se enturbia.

Por ejemplo, el modelo de enseñanza y aprendizaje que se le pide poner en marcha en la escuela y el liceo para cambiar la educación, no se suele colocar en práctica en los centros de formación de educadores, convirtiendo cualquier bien intencionada reforma educativa en un ejercicio de sisifo.

De muy limitado alcance resultan las hermosas construcciones de colectivos pedagógicos desde la escuela, si la máquina que forma semestre a semestre, año tras año a los futuros docentes sigue egresando maestros(as) y profesoras(es) con lo viejo y caduco. Al final, los centros de formación docente y las universidades dirán que el problema del sistema educativo está en sus “raíces” la educación inicial, la primaria, el liceo, como si ellos no educaran a esos docentes. La expresión cínica de “haga lo que yo digo y no lo que yo hago”, pareciera conducir este ciclo vicioso de entropía.

Es urgente construir un nuevo lugar de enunciación para estas transformaciones. Localizarlo en un primer momento en las universidades, pero eso si en otro modelo de universidad docente, escuela pedagógica y centro de formación docente.

. No se trata de colocar en primer orden el practicismo, sino de construir de manera colectiva y participativa una nueva relación dialéctica entre praxis, reflexión, acción reflexiva, práctica transformadora, sistematización del saber pedagógico, pensamiento crítico, construcción de pedagogías críticas, apropiación consciente y radical del conocimiento, enfoque comunicacional de lo aprendido y capacidad de construir lo nuevo; es lo que llamamos el enfoque T (transformador). Se trata de relacionar de manera dialéctica la escuela y los centros de formación docente. Esto tiene dimensiones operacionales concretas, con sus dimensiones jurídicas, institucionales y de carrera que les corresponde operacionalizar y construir viabilidad a los operadores políticos.

 

Invertir la pirámide, iniciar el giro de 180 grados

Una universidad docente, escuela pedagógica, un centro de formación docente de nuevo tipo debe construir una lógica de rotación de sus formadores “arriba”-“abajo”, en la escuela, en la universidad, por intervalos largos.

Es decir, un formador de formadores que gane concurso o se incorpore a un centro de cuarto nivel destinado a formar educadores, debería provenir del aula de los primeros niveles, con experiencias significativas en ella y con trabajo permanente en colectivos pedagógicos que trabajen el enfoque transformador (ET).

Que maravilloso sería contemplar que cada cinco años esos formadores de formadores, cumplan ciclos de tres años en las aulas de preescolares, escuelas y liceos, poniendo en práctica su experticia abierta, aprendiendo haciendo, trabajando de manera permanente (no como refuerzo) sino directamente con grupos de estudiantes.

Si construimos una nueva lógica de la carrera docente, que integre el “arriba” y el “abajo”, es decir, que establezca qué a los diez años de trabajo docente en el aula (preescolar, primaria, secundaria), el maestro, la maestra, el profesor puede optar a entrar en el ciclo de rotación de los centros de formación de formadores (universidad, centros, escuelas pedagógicas), esto puede contribuir a relanzar el cambio estructural en la materia.

Pero ello implica repensar e integrar el sistema educativo, romper la odiosa diferenciación entre niveles. Significa volver a entender a los centros de formación docente como el albergue de científicos educativos ansiosos de ir al campo de experimentación y no como eruditos, a quienes se les agradece bajar de vez en cuando del olimpo.

Por otra parte, la formación de formadores tiene que combinar las experiencias colectivas y personales, esa interacción dialógica hace mucho más intersubjetiva la renovación de la praxis pedagógica. Una universidad, un centro de formación docente de nuevo tipo trabaja con lógica de colectivos pedagógicos. Pero no como colectivos para implementar ordenes, sino para pensar y recrear lo educativo.

 

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El ministro de Educación de Brasil quiere que la Policía pueda entrar en las universidades

América del sur/Brasil/03 Enero 2020/Sputniknews

El ministro de Educación de Brasil, Abraham Weintraub, afirmó que es favorable a que la Policía Militar pueda entrar en los campus universitarios, que según él en algunos casos albergan grandes plantaciones ilegales de marihuana.

«Las universidades están enfermas, están pidiendo nuestro socorro; yo estoy a favor de la autonomía universitaria para investigación, para docencia, pueden enseñar lo que quiera, hablar de Karl Marx, no hay problema; ahora bien, la Policía Militar tiene que entrar en los campus», dijo el funcionario durante una comparecencia en la Cámara de Diputados, según recoge el portal de noticias G1.

El ministro fue convocado por los parlamentarios para explicar las declaraciones que hizo el pasado mes de noviembre en una entrevista, cuando dijo que las universidades públicas son «madrazas de adoctrinamiento» —una referencia peyorativa a las escuelas islámicas, conocidas como «madrasas» o «madrazas»— y que tienen «plantaciones extensivas de marihuana», además de laboratorios de química en lo que se crean drogas sintéticas.

Weintraub se reafirmó el 11 de diciembre en sus palabras diciendo que hay una «epidemia de drogas» en las universidades y que en estos centros su uso duplica la media general en el país, por lo que se hace necesaria la entrada de la Policía en las facultades.

A principios de este mes, la Asociación Nacional de Dirigentes de las Instituciones de Enseñanza Superior, que reúne a la mayoría de rectores de las universidades federales, presentó una demanda en la Justicia para que el ministro explicara sus acusaciones.

Fuente: https://mundo.sputniknews.com/america-latina/201912111089611789-ministro-de-educacion-de-brasil-quiere-que-la-policia-pueda-entrar-en-las-universidades/

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El desafío de encarar la educación

Por: David Velázquez Seiferheld.

Mucho se discute y se habla sobre lo que es indispensable a la hora de diseñar y ejecutar los sistemas pedagógicos más adecuados a las necesidades del país. Por ello, este trabajo publicado por el investigador David Velázquez Seiferheld es de vital importancia.Y así lo expresa en el libro MBO’E, recientemente lanzado.

El 30 de enero de 2018, el entonces flamante Ministro de Educación y hoy Presidente de la Agencia Nacional de Acreditación y Evaluación de la Educación Superior (ANEAES), Raúl Aguilera, asumía el cargo con la siguiente premisa: “Queremos hacer una evaluación formal del sistema educativo; hacer una evaluación científica de la Reforma Educativa que lleva 24 años y darle un corte”1. Así, el más alto cargo de la Educación paraguaya anunciaba el final de la Reforma Educativa iniciada en las aulas en 1994.

La Reforma Educativa de 1994 gozó del más elevado de los consensos. Nadie discutía la necesidad de remplazar la educación verticalista y autoritaria, marcada por la Guerra Fría, pergeñada por el estronismo a través de dos reformas: las de 1957 y 1973, por una educación crítica y democrática. A esta exigencia histórica específica del Paraguay se sumaban las de un entorno mundial sociocultural y económico en cambio permanente, con problemáticas relativamente novedosas para la educación, como por ejemplo, el enfoque de Derechos Humanos, las nuevas concepciones acerca de la niñez y la adolescencia; el giro cognitivo en la Educación; la aparición del concepto de competencias; la diversificación del mundo económico-productivo y de los empleos; la caída del muro de Berlín y el derrumbe del bloque liderado por la URSS; la emergencia de los pueblos indígenas y de colectivos históricamente postergados como las mujeres; el surgimiento de una suerte de “pensamiento único” en educación a nivel mundial, un desarrollo tecnológico sin precedentes.

En este complejo escenario se desarrolló la Reforma. A las expectativas e ilusiones siguió el desencanto generalizado y las críticas. Lo que ocurría en las aulas estaba lejos de todo aquello que se imaginaba en 1994. Abundaron las críticas externas sobre la base de una negligencia insólita por parte del ente rector de la Educación: “nunca se evaluó integralmente la Reforma”, señaló también Aguilera en oportunidad de su asunción al cargo de Ministro, dejando así la impresión de un sistema educativo fracasado en buena medida por la falta de estabilidad en el liderazgo. Aquí cabe agregar un dato no menor: en los últimos 30 años, desde la caída de la dictadura de Stroessner, los gobiernos cambiaron de titular de la Cartera de Educación en 21 oportunidades. 16 personas alternaron en dicho cargo, algunas en más de una ocasión.

En ese marco comenzaron los más recientes estudios de historia de la educación paraguaya. Conocer ese pasado, especialmente el reciente, era parte de los esfuerzos de reparación histórica; pero también era necesario conocer los procesos de larga duración, siguiendo la feliz expresión acuñada por Braudel y la Escuela de los Annales para descubrir, con sorpresa, que las continuidades eran más de las que podíamos imaginar. Desde los sistemas pedagógicos verticales, directivos, propios de la época colonial (lo que incluso llevó al especialista Friedhelm Guttandin a caracterizar las escuelas contemporáneas con los conceptos de “escuela jesuita”, “escuela franciscana” y “escuela encomendera”), pasando por la incapacidad para que la educación pueda asumir la realidad de un Paraguay de muchas culturas y lenguas; el autoritarismo; el deterioro de la condición de vida de los docentes; el deterioro de la formación docente; la elevada centralización de las decisiones y la reducción de roles de las comunidades y autoridades locales al cuidado y mantenimiento de la infraestructura, sin incidencia en el currículum; la partidización educativa; hasta el escaso financiamiento para la educación, son apenas algunos de los aspectos que esta obra recoge tras un viaje a un pasado de por lo menos cinco siglos.

“No hay duda de que la realidad educativa está marcada por el signo de la historicidad. Porque la educación es una cualidad privativa del hombre y al hombre le es esencial el moverse en la Historia”. (MARÍA ÁNGELES GALINO).

Buena parte de la reiteración de fórmulas que fracasaron tienen que ver con la ignorancia y el descuido del pasado de la educación paraguaya. O, siguiendo el paradigma predominante en el Paraguay, con el sometimiento de la Historia a la política. Cualquiera sea la razón, la materia Historia de la Educación paraguaya no forma parte de la amplísima mayoría de planes de estudio de las universidades e institutos de formación docente del Paraguay. Y cuando aparece, lo hace con el tono biografista y heroico propio de la historiografía tradicional paraguaya, con maestros y maestras que son héroes, pero sin cuestionamientos acerca de los porqué de las precariedades que envolvieron su actuación. No se trata de impedir que los sujetos históricos sean vistos como agentes de procesos históricos: pero es muy distinto el aproximarse críticamente al concepto de agencia en la Historia, que la romantización del pasado y de las acciones de los personajes. “Desgraciado del pueblo que necesita de héroes”, dice Brecht por medio de uno de sus personajes célebres: Galileo Galilei. El Paraguay insiste en los héroes, sin darse cuenta que tal necesidad permanente es un indicador de la incapacidad para resolver sus tragedias, desgracias y fracasos también permanentes. Debería, entonces, la desgracia ser objeto de estudio y del mejor de su pensar, y no la vida de sus héroes solamente.

Este trabajo espera ir en esa dirección, en la dirección del conocimiento de cómo acontecieron los hechos, hasta configurar el presente. Quizás es mejor decir cómo acontecieron hechos, memorias, silencios y olvidos, hasta configurar el presente. Porque el libro además vuelve a la vida a las condiciones de la educación tanto como las condiciones de la exclusión en cada momento histórico desde el periodo colonial. Aparece la tensión entre las ideas educativas medievales que se hicieron presentes en los años de la colonia y la educación tal como se la entendía en los pueblos indígenas, originarios del continente. Aparece el “negro”, ese otro invento de la normativa colonial al igual que el “indio”, en cuyo concepto se oculta y destruye en una sola palabra la riqueza del África: su presencia permanente, recuperada en estas líneas, pigmenta nuestra piel y nuestra memoria, reconciliándonos con buena parte de nuestro pasado, ese que es nuestro en singular y en plural a la vez. Aparece el guaraní que puebla con sus voces buena parte de Sudamérica al mismo tiempo que es silenciado por la “civilización”. Reviven, finalmente, las resistencias contra la dictadura, mostrando cómo sus fisuras solo pudieron ser llenadas por la fuerza.

Ponemos en escena nuevamente los métodos pedagógicos y didácticos, los programas de estudio y el currículum, mostrando también en cuanto fue posible los juegos de poder y los conflictos ideológicos que subyacen a su elaboración. Recorremos la alfabetización en el aula, sin olvidar el masivo analfabetismo de la población paraguaya durante la mayor parte de su historia. Cuestionamos asertos sin base documental, o, si se quiere, con base ideológica, como aquellos acerca de una inexistente y fantasiosa edad dorada educativa de los tiempos de la primera República, uno de los refugios favoritos de la evasión ante tanto deterioro del presente. Mostramos los esfuerzos de los docentes, no –reiteramos— con el ánimo de romantizar sus esfuerzos, sino presentándolos como personas con conciencia histórica, que hicieron lo posible para cambiar sus realidades en la medida de sus escasas probabilidades, mientras la tierra era explotada a manos llenas por capitales trasnacionales instalados mediante los corruptos y descontrolados procesos de venta de las tierras públicas.

“La educación es el punto en que decidimos si amamos al mundo lo bastante como para asumir una responsabilidad por él (…) también mediante la educación decidimos si amamos a nuestros hijos lo bastante como para no arrojarlos de nuestro mundo y librarlos a sus propios recursos, ni quitarles de las manos la oportunidad de emprender algo nuevo, algo que nosotros no imaginamos para la tarea de renovar un mundo común”. (HANNAH ARENDT).

El libro es, entonces, no solo recopilación, sino recopilación y análisis, para sorprendernos de cuántas, demasiadas quizás, son las continuidades de un sistema educativo que se comporta de manera excluyente a lo largo del tiempo. El presente no tiene responsabilidades con el pasado, pero sí las tiene con el futuro: y para ser completamente responsables con el futuro, eficazmente responsables con el futuro, es necesario conocer el pasado para no presentar hoy como un gran logro al llamado complemento nutricional, que no es sino la repetición de la Gota de Leche, de los comedores comunitarios, de diversas épocas de la educación, que han sido invisibilizados y olvidados por estos mecanismos tan políticos del olvido y la destrucción de la memoria.

No podemos vivir en el pasado: no es posible, es ilusorio y, convertido en consigna política, es reaccionarismo puro. Pero tampoco podemos construir sin él, a riesgo de desconocer nuestra identidad, a veces edificante, a veces degradante y conflictiva, pero con la que hay que ser absolutamente honestos para planificar el futuro de manera humana. “La destrucción de los recuerdos es una medida típica de los gobiernos totalitarios” señala Metz. Y agrega: “A esclavizar a los hombres se comienza despojándolos de sus recuerdos. Toda colonización tiene ahí su principio”.

De manera que recuperar el pasado es un elemento de la descolonización, la fase negativa, el primer paso para dejar de ser quienes somos y construir un Paraguay democrático, plural e incluyente.

(Extracto de la Introducción del Libro MBO’E, recientemente lanzado).

Fuente del articulo: https://www.lanacion.com.py/gran-diario-domingo/2019/12/29/el-desafio-de-encarar-la-educacion/
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Berea College: la universidad privada en Estados Unidos que no cobra a ninguno de sus estudiantes por la educación

América del norte/Estados Unidos/12 Diciembre 2019/BBC mundo

El costo de la educación superior es un tema crítico en Estados Unidos. Pero, a medida que los precios se disparan en todo el país, una universidad en el estado de Kentucky ha encontrado la manera de seguir siendo gratuita. Sólo hay una condición: los estudiantes debe trabajar para ello.

Becas o préstamos estudiantiles. Esas eran las opciones que tenía Sophie Nwaorkoro, de 18 años, para cubrir los costos de sus estudios universitarios.

Una crisis familiar en su último año de secundaria descarriló la primera opción. Se encontró sin hogar y sin la asistencia financiera necesaria para completar los vacíos de cualquier beca que le ofrecieran.

La segunda opción -pedir un crédito- hubiera colocado a Sophie entre los millones de jóvenes que empiezan la vida de adultos atados a los pagos de sus préstamos estudiantiles.

La mayoría de los análisis estiman que la deuda estudiantil total en EE.UU. es de US$1,5 billones, más de los que los estadounidenses deben en sus tarjetas de crédito. Y casi la mitad de los prestatarios han caído en cesación de pagos.

«No me hubiera arriesgado a hacerlo», comenta Sophie. «La deuda significaba el fin de mi libertad».

Sophie se resignó a no continuar con su educación, hasta que recibió una llamada del Berea College, una pequeña universidad situada en una región rural de Kentucky.

La representante le dijo a Sophie que cubrirían todos los gastos.

«Cuando ella mi lo dijo me eché a llorar», recuerda. «Abrieron un puerta que pensé que estaba definitivamente cerrada».

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Berea College fue fundada en 1855 por John Fee, un pastor y abolicionista cristiano. Fue la primera universidad integrada y mixta en el sur de EE.UU.

Su campus moderno está localizado en la misma cresta donde estaba la construcción original, actualmente una constelación de edificios de ladrillos con columnas blancas que puede atravesarse a paso lento en 15 minutos.

Desde su inicio, Berea estaba destinada a estudiantes sin medios para pagar la universidad.Los estudiantes trabajaban para ayudar con su manutención.

Berea CollegeDerechos de autor de la imagenBEREA COLLEGE
Image captionEstudiantes frente a la residencia estudiantil James de Berea, construida en 1918.

Y en 1892 dejó completamente de cobrar la matricula.

«Lo que es inusual de Berea es que para entre 70% y 80% de nuestros estudiantes, esta es la única oportunidad de tener una experiencia educacional de alta calidad», expresó el presidente de Berea, Lyle Roelofs.

Más de la mitad de los estudiantes que empezaron en Berea en 2018 no contaba con ningún tipo de ayuda familiar.

El ingreso promedio de una familia de un estudiante de primer año es de menos de US$30.000. Casi 70% de los estudiantes son la la región Apalaches, donde uno de cada cinco habitantes vive bajo el nivel de pobreza.

«Siempre hemos sabido que hay personas que no pueden pagar por la educación necesaria», indica Roelofs. «El ‘cómo hacerlo’ es mucho más complicado».

Ese «cómo» tiene dos caras.

Primero, está el fondo financiero de Berea que, hasta la fecha, ha ascendido a US$1.200 millones.

«Si no tienes ingresos de matrícula, entonces vas a querer tener amigos poderosos como la bolsa de valores estadounidense», dice Roelofs.

El fondo está efectivamente protegido por el compromiso de la institución con una matrícula gratuita. Cualquier renovación o arreglo en el campus sólo es aprobada una vez la matrícula de cada estudiante está asegurada.

Su crecimiento también ha sido impulsado por un particular voto profético de la junta de Berea en 1920, que garantizó que cualquier legado no restringido -donaciones dejadas sin un propósito específico- se añadirían al fondo.

Actualmente, unos US$60 millones se retiran del fondo cada año para mantener el presupuesto operativo de Berea, incluyendo las matrículas.

Estudiante universitariaDerechos de autor de la imagenHOLLY HONDERICH
Image captionEmily Fannin, de 18 años, trabajando en el comedor.

La segunda característica especial de Berea es su programa laboral, que exige a cada estudiante trabajar en el campus por lo menos 10 horas a la semana, algo parecido al programa federal de estudio-trabajo de otras universidades en EE.UU.

«En Berea College, ningún estudiante paga matrícula para recibir una educación de alta calidad», afirma Roelofs. «No sólo admitimos a cada estudiante, sino que también empleamos a cada estudiante».

Los empleos son esenciales para la operación de Berea, tanto el trabajo de los estudiantes como la porción de su salario que se les deduce para mantener a la universidad operando.

«No es la cosa más romántica», señala Sophie quien, en su oficio en el comedor, trabaja con «los residuos de absolutamente todo el mundo».

«Sé que algunas personas lo menospreciarían, pero una entra ahí con un sentido que ‘estoy haciendo algo que ayuda a la gente'».

Y hay un obvio beneficio al final -en 2019 el 49% de los estudiantes de Berea se graduaron sin deuda, inclusive después de cubrir alimentación, alojamiento y otros gastos de vida. Para los que acumularon deuda, el promedio fue de US$6.693, una cuarta parte del promedio nacional.

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Berea es pequeña, tiene unos 1.600 estudiantes y, por razones obvias, no hace alarde de relucientes instalaciones que pueden ser utilizadas para promoverse en las feria universitarias.

«No añadimos ese tipo de características atractivas que sólo está ahí para atraer estudiantes ricos», explica Roelofs. «Sabes, un rocódromo contribuyen poco a la experiencia educacional».

No tiene la fama de las instituciones élites que están desparramadas a lo largo de las costas del país, y sólo es realmente reconocida por aquellos que viven en los alrededores de los Apalaches.

«Cuando escuché sobre ella, me sonó sospechosa», reconoce Sophie. «Si era gratis, entonces debería ser de baja calidad».

Pero Berea no se ve ni se siente como una universidad barata.

El campus es arquetípicamente universitario. La vida estudiantil sigue el compás de un campanariom y en los predios resaltan los patios cuadrangulares enmarcados por árboles.

Está situada entre 3.640 hectáreas de un verde frondoso, propiedad de la universidad, que se confunde con cientos de kilómetros de bosques en las faldas de los montes Apalaches del este de Kentucky.

Al visitar la universidad en octubre, los estudiantes hablaban sus «historias de Berea», de los desafíos que amenazaban sus posibilidades de ir a universidad, una característica común del alumnado.

Pero, con la misma facilidad, la conversación cambiaba a sus planes para fiestas o los exámenes venideros. Este es, tal vez, el mayor de los logros de Berea: para sus estudiantes, la vida diaria está aislada de las deudas estudiantiles pendientes.

Berea CollegeDerechos de autor de la imagenHOLLY HONDERICH
Image captionPara los estudiantes, la vida diaria está aislada de las deudas estudiantiles pendientes.

También es una de las instituciones educativas más selectivas del estado, según los registros de admisión de Berea. Los estudiantes son aceptados en base tanto a su desempeño académico como su estatus financiero.

En 2018, el 97% de la clase entrante era candidata a las becas Pell, una asistencia federal otorgada únicamente a los que «demuestran necesidad financiera excepcional».

Muchos de los estudiantes mencionan el rigor académico de Berea, que sorprende a muchos que presumieron que «matrícula gratis» era sinónimo de una educación de baja calidad.

«Definitivamente no puedes venir aquí y holgazanear», asegura Sophie.

«Creo que estamos acostumbrados a que las universidades sean tan caras que eso es lo que esperamos. Descartamos la idea que una universidad pueda ser asequible».

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La dificultad de pagar por la universidad es una de las características que definen a las familias trabajadoras en EE.UU., indica Caitlin Zaloom, profesora de la Universidad de Nueva York que estudia el efecto de la deuda estudiantil en las familias. «La escalada de costos universitarios no puede ir mucho más lejos».

Es una carga que llevan mucho después de la graduación, tanto padres como estudiantes, afirma. «La deuda y los costos definen sus vidas por muchos años».

Pero, a medida que ir a la universidad se ha convertido cada vez más en un «imperativo moral», un requisito para lograr un empleo estable y el ascenso social, el financiamiento del Estado para la educación superior se ha desplomado.

Aviso de BereaDerechos de autor de la imagenHOLLY HONDERICH
Image captionUn anuncio original de Berea hace alarde de la matrícula gratis y de tener 8.000 libros en su biblioteca.

Entre 2008 y 2017, la financiación general del Estado para instituciones de educación superior de dos y cuatro años cayó en casi US$9.000 millones, ajustados por inflación, según el Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas.

Estos recortes gubernamentales han sido enfrentados con pronunciadas alzas en las matrículas, efectivamente presionando a las familias estadounidenses a tomar préstamos.

«El mayor prestamista es el gobierno federal», explica la profesora Zaloom. «Está muy claro que el gobierno federal espera que sus ciudadanos paguen por su universidad con créditos. Ese es el mensaje que reciben muy claramente las familias desde el primer día».

Sólo la última década, la deuda estudiantil nacional se ha multiplicado más del doble, saltando de US$675.000 millones a los US$1,5 billones actuales.

«Creo que realmente estamos en un punto de quiebre», advierte Zaloom. «Simplemente no es moralmente justificable exigir que jóvenes adultos inicien sus vidas con tanta deuda».

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Entonces, ¿qué se puede hacer al respecto?

Hay amplio acuerdo de que la matrícula universitaria en EE.UU. es demasiado cara, pero no hay consenso sobre cómo resolverlo. La mayoría de las universidades estadounidenses ofrecen becas y préstamos para aliviar los costos.

Estudiante universitaria lavando platosDerechos de autor de la imagenHOLLY HONDERICH
Image caption Sophie dice que su trabajo en el comedor «no es romántico».

El concepto de cubrirlo todo para todos, como hace Berea, lentamente está ganando espacio.

El gobierno estatal de Nuevo México recientemente anunció un plan para hacer gratis todas las instituciones educativas estatales para todos los estudiantes, sin importar los ingresos familiares, utilizando las ganancias de la próspera industria petrolera del estado. Algunos de los principales candidatos demócratas para las elecciones presidenciales de 2020 han acogido el concepto de matrícula gratis.

Sin embargo, Roelofs cree que «matrícula gratis» puede ser un eslogan frágil si no se acompaña con algo.

El sólo declarar que la educación universitaria es gratis no es la respuesta. Debe ser gratis y de alta calidad, expresa.

Para sus 1.600 estudiantes, el modelo de Berea funciona. Pero tiene 126 años de ventaja.

«Para realmente hacer lo que hace Berea, se tiene que conseguir una suma bastante grande de dinero para poder apenas empezar», manifiesta. «El desafío, luego, es ir incrementándola».

Estudiante universitaria con un coroDerechos de autor de la imagenHOLLY HONDERICH
Image captionSophie, en un ensayo del Grupo Musical Negro de Berea.

El tamaño pequeño de Berea y su compromiso a largo plazo de desarrollar el crecimiento de su fondo de financiación para ofrecer matrículas gratis le ha dado una amplia ventaja sobre otras universidades que quieren imitarla.

Pero Roelofs piensa que el modelo de Berea puede ser influyente, si los gobiernos estatales dan más fondos a las universidades públicas.

«De veras creo que puede haber una Berea en cada estado», asegura Roelofs. «Sólo hay una y está en Kentucky, pero en cada estado hay jóvenes que los ves y dices, ‘caramba, se merecen una mejor oportunidad que la que tienen'».

Para Sophie, esta oportunidad era «una en un millón».

«Si me quitaran esta oportunidad, no sabría dónde terminaría. No sé en qué alcantarilla estaría metida», afirma. «Esta universidad significa todo en el mundo para mí».

Ahora, como una estudiante de primer año en la institución que ella llama su «unicornio», Sophie está estudiando física, cantando en un coro y declamando poesía «beat» en un programa universitario presentado por el Sindicato de Estudiantes Negros.

Después, espera graduarse como médico lo que significa cuatro años más de escuela de medicina, dice.

«Que espero que pueda pagar».

Fuente e imagen: https://www.bbc.com/mundo/noticias-50689735

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Chile: Tres de cada 10 planteles de educación superior cerraron el 2018 con pérdidas

La tercera 

Superintendencia del ramo identificó las instituciones con más riesgo para focalizar en ellas las acciones de fiscalización. De las 48 casas de estudios con gratuidad solo siete registran cifras negativas. Las privadas lideran el listado de ganancias.

Más de $ 218 mil millones en excedentes registraron en 2018 las instituciones de educación superior del país, un aumento de $ 41 mil millones (23%) respecto del año anterior, según cifras oficiales del Ministerio de Educación (Mineduc).

Pero el panorama hoy no es el mismo para todas las casas de estudios, porque de las 140 instituciones que entregaron información al Estado, 39 registraron cifras negativas. Es decir, tres de cada 10 planteles tuvieron pérdidas.

El caso más extremo es el de la Universidad de los Andes, que cerró el año con casi $ 11 mil millones en pérdidas. Pero el director de Finanzas, Álvaro Beltrán, dice que eso se explica por la inversión que realizaron hace unos años para construir su clínica universitaria.

“Este déficit está totalmente financiado, por lo que no tiene efectos directos en el resto de la actividad universitaria y es el resultado lógico de un proyecto de la envergadura como es la Clínica Universidad de los Andes”, agrega.

En el listado de los planteles con déficit le siguen el Instituto Profesional La Araucana, que está en proceso de cierre, y la Universidad de Las Américas. En esta última institución explican que los $ 5 mil millones en rojo son un arrastre de la pérdida de la acreditación que sufrieron en 2013, lo que derivó en que la admisión de estudiantes cayera en un 40%.

Sin embargo, afirman que hoy la situación patrimonial es sólida y que han realizado inversiones en la docencia de pregrado, en investigación y en infraestructura.

“Este plan considera llegar a una situación de equilibrio en 2020 y el resultado proyectado del ejercicio 2019 muestra un avance en esta dirección”, dicen. También destacan la recuperación de la acreditación.

Vigilancia del riesgo

Otros planteles que presentan pérdidas son la U. Gabriela Mistral y la Universidad Ucinf, que está en proceso de cierre y siendo “absorbida” por la primera.

La tarea de vigilancia y alerta le corresponde al superintendente de Educación Superior, Jorge Avilés, quien, cuenta, se ha dedicado a definir, junto a la Contraloría, las normas contables que aplicarán a todas las casas de estudio para supervisar sus finanzas.

Paralelamente, agrega Avilés, desarrollaron un modelo de supervisión que les permite “priorizar nuestras acciones fiscalizadoras en aquellas instituciones que se encuentran en situaciones más riesgosas”.

“Luego de aplicar el modelo, hemos identificado los casos de mayor riesgo, concentrando ahí diversas acciones de fiscalización, siempre con el objeto de conocer el real estado financiero de manera actualizada en cada caso y así poder aplicar las medidas que correspondan”, señala.

Avilés plantea que se debe revisar el estado de las instituciones caso a caso, pero reconoce que “hemos sido testigos en los últimos años de situaciones de gestiones deficientes en lo administrativo y financiero que, en los casos más graves, han provocado lamentables daños a sus comunidades educativas”. Por ello, valora la creación de la institución que dirige y el robustecimiento de la Comisión Nacional de Acreditación.

Efectos de la gratuidad

Este año, varias universidades plantearon que la gratuidad en la educación superior les generaba brechas financieras, pues el Estado no pagaría el valor real de las carreras. Pero eso parece no reflejarse en los resultados.

De las 48 instituciones con gratuidad, siete registraron pérdidas, entre ellas, cuatro universidades estatales. La Universidad Arturo Prat lidera el listado en rojo. En tanto, planteles como Duoc UC, Inacap, U. de Concepción y U. Autónoma encabezan el grupo con más excedentes.

Andrés Bernasconi, director del Centro de Justicia Educacional de la UC, cree que finalmente el estado financiero de las universidades “depende mucho más de las decisiones que se toman al interior de ellas que de los efectos de las políticas públicas, considerando incluso la gratuidad”.

Lo mismo cree Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar, quien dice que llama la atención que las universidades con gratuidad, en especial las estatales, pidan más recursos, siendo que estas últimas “reciben 19 veces más que las privadas por distintos fondos que se entregan a la institución, sin considerar becas, gratuidad u otros beneficios estudiantiles”.

El investigador de Nodo XXI, José Miguel Sanhueza, advierte que se debe hacer una diferencia entre los planteles con gratuidad, porque esta política “ha sido perjudicial en términos financieros para algunas universidades estatales y para el segmento tradicional de la educación superior, pero beneficiosa para las instituciones privadas que se incorporaron a esta política”.

(Para agrandar la imagen, hacer click sobre ella.)

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