Como ocurrió con la salud hasta llegar a la crisis actual, la educación superior pública está sufriendo un desbalance en el presupuesto anual que mantiene preocupados a los rectores de toda Colombia.
América del Sur/Colombia/ Caracol.com.co
De cinco a seis puntos porcentuales de diferencia entre lo que se asigna y lo que se gasta en las universidades públicas del país es la causa de su crisis financiera, advierte el presidente del sistema universitario estatal y rector de la Universidad Tecnológica de Pereira.
Según un informe presentado por Luis Fernando Gaviria, mientras los estudiantes matriculados en las 32 universidades públicas del país pasaron de ser un poco más de 159 mil en el año 1993 a 560 mil en 2015, el aporte anual del Estado promedio por estudiante en vez de aumentar, se redujo, y pasó de 10 millones 825 mil pesos a 4 millones 894 mil en el mismo período, una evidencia del ‘hueco’ que se está formando anualmente en la educación pública.
«No pueden desconocerse aquí, las necesidades presupuestales que surgen de la evolución de nuestras universidades y la significativa ampliación de cobertura y oferta de programas, pues ello genera una mayor demanda de docentes y personal administrativo, recursos para dotación de aulas, laboratorios especializados, bibliotecas, auditorios, áreas deportivas, entre otros…Para atender las metas del sector y las brechas de calidad, se han estimado en $1,4 billones en funcionamiento y $13 billones en inversión», indicó el comunicado del SUE.
Según lo argumentó Gaviria, entre los aspectos que más presionan el presupuesto, se encuentra el sistema de remuneración establecido para los docentes de las universidades públicas, incrementando la nómina docente en más de tres puntos porcentuales (3%) por encima del IPC.
Finalizó el comunicado del Sistema Universitario estatal explicando que las peticiones se basan en «que se garanticen los recursos que fueron incluidos en la Reforma Tributaria para Educación Superior Pública, esto es el 40% del medio punto del IVA establecido en el artículo 184 y el 0,4 asignado originalmente a las IES Públicas de los recursos CREE, hoy Impuesto sobre la Renta y Complementarios definido en el artículo 243. Los recursos del IVA citados se estimaban $400.000 millones anuales para las universidades públicas y nos otorgaron $160.000 en la presente vigencia. Y de los recursos del CREE, la destinación que correspondía a las universidades públicas para esta vigencia era de $326.788 millones y nos otorgaron $161.00
Oct 18/17 Aquí no hay duda sobre la efectividad del aprendizaje. La universidad china Agrícola de Nanjingha lanzó un programa para luchar contra la obesidad a través de un curso destinado a alumnos con problemas de peso en el que perder kilos será indispensable para aprobar.
El 60 % de la calificación de un estudiante estará determinada por su pérdida de peso, mientras que para aprobar los estudiantes tendrán que perder al menos el 7 % de su peso original.
El curso es ofrecido por la Universidad Agrícola de Nanjing en la provincia de Jiangsu (este) y, según contó uno de sus profesores, Zhou Quanfu, tiene como objetivo alentar a los estudiantes con sobrepeso a controlar su dieta y a aumentar su ejercicio y con ello frenar la obesidad estudiantil.
Según un estudiante que se negó a dar su verdadero nombre, los estudiantes corren en cintas en la sala de ejercicios de la escuela y caminan 10 kilómetros todos los lunes y viernes por la tarde, mientras que los miércoles por la tarde el maestro los guía en una excursión de montaña.
«Usamos aplicaciones móviles para registrar la ingesta diaria de alimentos», dijo el estudiante. Antes de comer, envían fotos de sus alimentos a través de una aplicación móvil para recibir sugerencias de nutricionistas.
Según contó Zhou, solo los estudiantes con más del 30 % de grasa corporal o un índice de masa corporal superior a 28 pueden inscribirse en el curso.
Sin embargo, no especificó si el curso era una asignatura de alguna carrera o una actividad extracurricular de esta universidad, donde los datos de las pruebas de aptitud física mostraron que entre 2013 y 2014 alrededor del 13 % de sus estudiantes eran obesos.
Cada joven que entre en la educación es una persona con menos probabilidad de permanecer en la pobreza por ende, requerirá menores subvenciones del Estado.
Por Sebastián Pacheco Jiménez
El sesquicentenario de la Universidad Nacional de Colombia (UN) ha sido la ocasión para que los miembros de la comunidad académica expresemos a nuestra Alma Máter los sentimientos de orgullo y agradecimiento. Con ocasión de este acontecimiento, les presento a continuación tres reflexiones sobre la realidad de la corrupción y la educación pública:
1. La corrupción reina, el debacle en la administración gubernamental es un hecho evidente. Cerca de 50 billones de pesos se pierden año tras año por esta problemática, entre tanto los edificios de la UN se caen a pedazos. Colombia ocupa el puesto 90 entre 176 naciones en el índice de corrupción mundial (Transparencia Internacional) mientras en la UN escatiman los dineros para poder sostener el incremento anual en el número de estudiantes. La corrupción involucra a gobernadores, alcaldes, magistrados, senadores, ministros y en general, a muchos de los altos funcionarios del estado, quienes otorgan y reciben coimas de miles de millones de pesos, de manera concomitante, en la UN falta el dinero para la financiación de los grupos universitarios de investigación. En ese orden, si en un país escasean los recursos para la educación y sobran para la corrupción ¿qué tipo de sociedad estamos construyendo?
2. La Universidad Nacional ha demostrado durante décadas su valía, ocupando en múltiples escalafones nacionales y regionales las primeras posiciones. A su vez, es la institución universitaria con el mayor número de estudiantes y grupos de investigación en el país, lo que la erige como paradigma de eficiencia, al rendir grandes resultados en medio de la precariedad de recursos. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para superar estigmas mezquinos que algunos sectores sociales le han endilgado. Aun así, durante un siglo y medio, la UN ha cimentado las bases sobre las que se construye la nación.
La educación es sinónimo de paz y la UN es epicentro de esta, propiciando la reconciliación y una verdadera cultura de paz, Empero, el contraste de clases magistrales y de estudiantes prodigiosos en instalaciones precarias, es la fiel evidencia de una cultura de la mediocridad producto del robo y la negligencia de los sectores dirigentes.
Con ello se comunica a la sociedad que todo tiene que ser “a medias”. La errónea concepción de que lo público debe ser desfinanciado o mediocre se traduce en la admisión de lo atípico como normal y la perpetuación de la inequidad.
3. En ese orden, es un imperativo administrativo y moral que en Colombia la educación sea vista como un bien público e inalienable, para ello es necesaria la universalidad, la calidad y la obligatoriedad de proporcionar a los estudiantes espacios agradables, pertinentes y dignos.
La educación pública debe ser una de las bases del proyecto nacional, al igual que otros derechos fundamentales como la salud, la vida y la paz. Por ello, que la UN tenga un presupuesto insuficiente debe ser una preocupación general. Más allá de pensamiento sectarios, a todos los colombianos nos debe importar este asunto, ya que si hoy se desfinancia las instituciones públicas en detrimento del derecho a la educación de calidad y no sucede nada, el día de mañana se desmantelarán los demás derechos fundamentales, económicos y sociales.
Hay asuntos que una sociedad no puede negociar, límites que no se deben trasgredir. Si permitimos que se aniquilen a cuenta gotas las más básicas obligaciones estatales ¿en el futuro que podremos esperar? Por dignidad nacional y dolor de patria es necesario que la comunidad académica y la sociedad en pleno defiendan el derecho a la universidad pública.
Cada nuevo estudiante es un joven menos a merced del conflicto. Cada joven que entre en la educación es una persona con menos probabilidad de permanecer en la pobreza por ende, requerirá menores subvenciones del Estado. Es más económico y estratégico financiar y fortalecer la UN y salvar una generación, que tener que combatir a miles de jóvenes que sin oportunidades siguen la senda que marca la informalidad, la clandestinidad y la violencia.
En definitiva la solución para construir un país en el postacuerdo está cifrada en clave de educación y en particular de educación pública.
“La Unearte tiene una gran potencialidad y capacidad en música, artes plásticas, audiovisuales y teatro, que se pueden aprovechar a través de los poderes creadores del pueblo”, asegura el rector Rojas.
La Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte) desarrolla este miércoles el convesatorio “Universidad Socioproductiva y Artes”, con la participación de su rector, Alí Rojas, autoridades administrativas, docentes y estudiantes, desde el Centro de Enseñanza y Creación Artística (Ceca) “Armando Reverón” de la casa de estudios, en Caño Amarillo, Caracas.
Durante su participación, Rojas expone líneas discursivas de teóricos de la socioproductividad, como Simón Rodríguez, Antón Makárenko y Avelino Siñani. “La Unearte tiene una gran potencialidad y capacidad en música, artes plásticas, audiovisuales y teatro, que se pueden aprovechar a través de los poderes creadores del pueblo. Nuestro compromiso es sistematizar todas las propuestas para desarrollarlas y consolidar la universidad que queremos”, expresa.
Resalta la importancia de la participación de la comunidad estudiantil, administrativa y obrera “para vincular el trabajo con el hacer. Estamos formando individuos dentro de la cultura de las artes y nuestro compromiso es construir la universidad productiva que necesita el país. Somos productores de saberes”.
Zacarías García, director del Ceca “Armando Reverón”, comenta que la actividad busca orientar a los estudiantes hacia una universidad socioproductiva y autosustentable que consolide proyectos y propuestas. “Hemos venido trabajando las técnicas en las artes plásticas para obtener resultados en corto plazo, desde la producción del papel que necesitamos hasta ofrecer a la comunidad lo que hacemos. Es necesario producir y no depender de proveedores especulativos”.
Como parte de las actividades del XVIII Coloquio Nacional de Formación Docente de Educación Media Superior“Enseñanza innovadora y transversalidad curricular”, realizado en la Universidad de Colima, se desarrolló el panel “El panorama de la educación media superior en México”.
Alejandra Romo López, titular de la Dirección de Investigación y Educación de la Anuies, mencionó que desde la perspectiva de la Anuies, la implementación del nuevo modelo educativo en bachillerato “se ha convertido en un tema de debate público que merece mucha atención sobre lo que requiere”.
Además, comentó que se establece una línea de compromiso entre educadores y autoridades directas; esto es, desde quienes están frente a grupo hasta quienes diseñan y emiten estas políticas educativas.
Agregó que “la educación superior recibe lo malo y lo mejor de lo que ha ocurrido en niveles previos, y pensando que este modelo educativo se lleve a la práctica en la dimensión deseada, se le apuesta a generar una reforma de mayor calidad que impacte en la educación superior”.
Con base en lo anterior, argumentó que la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies) “no puede quedarse como espectadora pasiva de este proceso de cambio, sino que debe actuar a través de sus instituciones. Esto implica, según la experta, atender lo que ocurre en el aula y desarrollar investigaciones sobre este proceso de cambio a fin de detectar problemas y buscar soluciones”.
Asimismo, dijo que la Anuies participa en el diseño y la operación de programas de capacitación y formación del docente para el desarrollo de la educación del nivel medio superior.
En su turno, Armando Flórez Arco, director del Sistema de Educación Media Superior de la Universidad Autónoma de Sinaloa, expresó que las universidades han trabajado de manera intensa en el diseño de un marco curricular común, y que además han tenido el reto de que los bachilleratos universitarios no pierdan su identidad.
Asimismo, dijo que otros retos son: la creación de un mecanismo de apoyo personalizado para los alumnos, como tutorías educativas para disminuir el abandono escolar, el diseño de prácticas curriculares interdisciplinarias y transdiciplinarias, así como de sistemas de evaluación que den seguimiento del logro de competencias y la formación y actualización de los docentes y de su trabajo colegiado.
Dijo que los profesores tendrán que hacer frente a la implementación de este modelo educativo, para lo cual consideró que deberán realizar un andamiaje que lleve a los alumnos a tener un aprendizaje significativo que los motive a pensar.
Por último, comentó que es necesario intervenir oportunamente y enriquecer los conocimientos de los alumnos. Como reto principal, mencionó el de consolidar el trabajo colegiado y la investigación educativa con formas de financiamiento, socializar las experiencias exitosas que contribuyan a la innovación y hacer énfasis en la formación disciplinar.
La firma de un memorándum sobre la creación de la Asociación de Universidades de Rusia y Cuba fue uno de los acontecimientos más importantes dentro del programa de actividades del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que estos días se celebra en el balneario ruso de Sochi.
El documento fue sellado por Víctor Sadóvnichi, rector de la prestigiosa Universidad Estatal Lomonósov de Moscú, la más importante de Rusia, y ministro de Educación Superior de Cuba, José Ramón Saborido Loidi, quien dijo en entrevista con Radio Sputnik que se trata de «una nueva etapa» en la cooperación entre ambas naciones en materia de educación.
El memorándum contribuirá a «perfeccionar» tanto la educación superior cubana como la rusa, sostuvo nuestro interlocutor, quien se mostró «muy contento» y «muy satisfecho».
Consultado sobre las claves del éxito del sistema educativo cubano, considerado uno de los mejores de América Latina, José Ramón Saborido Loidi manifestó que radica, antes que nada, en «haber tenido una revolución que garantiza la prioridad de la educación».
Por su parte, Susely Morfa, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba, dijo a nuestra emisora que el memorándum que acaba de firmarse con Rusia «promueve, ayuda e impulsa una ampliación del conocimiento no solo de los académicos, sino también de los profesionales cubanos que son personas muy competentes y muy bien formadas».
Asimismo, aplaudió el hecho de que estudiantes cubanos puedan estudiar «en un grupo de universidades prestigiosas de Rusia».
A su vez, Arnaldo Tamayo Méndez, primer cosmonauta cubano y primero de América Latina y el Caribe en ver la Tierra desde el espacio, quien integra la delegación cubana en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, expresó su entusiasmo por cómo avanza «la colaboración no solamente científico-técnica, sino también económica y política» entre Moscú y La Habana.
En este contexto, subrayó que «hace unos días se reunió la comisión mixta ruso-cubana y se acordaron unos programas de colaboración muy fuertes que nos fortalecen y nos unen más».
Presidenta de la Junta del LAUSD cuenta su lucha para que el conocimiento llegue a todos.
Por: Jorge Luis Macias.
Por más de tres décadas, a estudiantes latinos y afroamericanos les fue negado el acceso formal a los cursos A-G un requisito fundamental para poder ingresar a un colegio comunitario o a los sistemas universitarios de California.
Pero todo cambió en 2006. Tras años de lucha, Mónica García se convirtió en una líder que empoderó a mujeres y familias a través de la educación. Con ello, logró la aprobación oficial de esos cursos: una oportunidad real de educación superior para estudiantes de minorías.
García recuerda que la postura de quienes ostentaban el poder en la Junta del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) era: “los latinos no pueden o no quieren ir a la universidad”.
Hoy la actual presidenta de la Junta Escolar señala que “es necesario que seamos parte de la conversación pública y económica… Los Ángeles, California y el país no pueden estar fuertes sin una comunidad fuerte”.
“La educación nos brinda oportunidades de crear nuestras propias soluciones”, dice la hija de Manuel y Guillermina García y la segunda de cinco hijos —Ana María, Martha Patricia, Lilia y Manuel. “Soy una mujer que lucha para llevar la agenda de buenas oportunidades a toda su comunidad”
Gracias a ella, y al respaldo de nuevos líderes en el LAUSD, a partir de la generación 2016 comenzaron los requisitos de una calificación “D” o mejor grado en la serie de clase A-G.
García (c) rodeada de jóvenes graduadas. / fOto: suministrada
Y a partir de la generación 2017, todos los alumnos tendrán que completar los 15 cursos A-G, y aprobar por lo menos con una “C” para poder tener una ruta adecuada a la universidad.
“Toda la vida del LAUSD estaba basada en que a algunos les toca y a otros no. Quien triunfaba y tenía una calidad de vida era porque tuvo suerte o era un estudiante dotado… Hoy tenemos un sistema basado en valores de calidad”, dice.
Inicios de una líder
El liderazgo de esta mujer de 49 años, comenzó cuando estudiaba en la escuela católica de San Alfonso, en el Este de Los Ángeles, donde aprendió a llevar una agenda, conducir una junta, representar las ideas de otros y la base del servicio comunitario que la motivó a ser voluntaria en los Juegos Olímpicos de 1984 en Los Ángeles.
En plena juventud, Mónica se unió a los esfuerzos del Proyecto de Registro de Votantes del Suroeste (SVREP); conoció al exalcalde Tom Bradley y se puso en contacto con el servicio en la vida pública y con gente que tomaba decisiones para impactar la vida de los angelinos.
“En esos momentos aprendí directamente cómo se maneja la vida sociopolítica y electoral”, dice.
Después fue parte de la Asociación del consejo estudiantil de California, en la secundaria Sagrado Corazón de María, en Montebello. Dicha oportunidad le mostró una triste realidad: pocos latinos participaban en la toma de decisiones.
García ha trabajado por años para lograr una institución educativa equitativa. / Foto: Jorge Luis Macías
Aunque pensaba ser abogada, a los 18 años su interés por las Ciencias Políticas en la Universidad de Berkeley fracasó. Dejó aquella idea y regresó a Los Ángeles.
Sin embargo, no se dio por vencida. Volvió a Berkeley, donde su caso fue revisado y le dieron una segunda oportunidad. Su promedio académico había subido a 3.7 y fue felicitada por los administradores universitarios.
En ese tiempo, UC Berkeley tenía apenas 0.07% de estudiantes de origen chicano/mexicoamericano y Mónica se involucró en programas de liderazgo y de Estudios Chicanos. Trataba de organizar mejores oportunidades en favor de los estudiantes latinos.
Ya graduada, en 1991, se desempeñó como asesora académica en el sur de Los Ángeles y durante seis años estuvo en el Programa de Búsqueda de Talentos Educativos de Voluntarios de América.
A través de su trabajo como consejera, solidificó su creencia de que cuando los adultos ofrecen oportunidades y apoyo, cada niño puede aprender.
“Llevábamos a los jóvenes a un colegio y les dábamos un poquito de inspiración”, señala. “Yo veía en los ojos de los jóvenes la emoción de las posibilidades que se abrían en su camino al éxito. Eso es un gran regalo para mí”.
Tras completar su maestría en trabajo social en encarriló en el programa de niños y familias. Hoy esta exitosa mujer entiende que todo mejora cuando se brinda instrucción y se mejora la calidad.
“En la lucha estábamos la pura chicanada; primero en Berkeley y luego nos metimos a los boicots a la uva [del líder de la Unión de Campesinos, César Chávez] y a diversas protestas por el coraje y enojo”, dijo.
En 155 años de historia, García, ha sido la tercera mujer latina elegida para la Junta Escolar del LAUSD y ha echado por tierra el pensamiento de que las mujeres no pueden ser líderes en posiciones importantes.
A nivel de distrito, esta mujer nacida en el Este de Los Ángeles lideró la campaña para aprobar un bono escolar de 7,000 millones de dólares para el programa de construcción de 131 nuevas escuelas, el proyecto más grande de la historia de los Estados Unidos.
Su orgullo hispano
García recuerda con alegría las vacaciones de verano que tenía de pequeña en Saucillo, en Chihuahua —la tierra donde nació su madre; también rememora La Parrilla, en Durango, lugar que dejó su papá para venir a Estados Unidos.
“Me encantaba el lugar donde mi tía Dora hacía tortillas, cuando lavaba la ropa a mano o cuando íbamos a traer pastura para las vacas”, dice. “Siempre es bonito visitar el rancho, estar con la gente del pueblo, oír sus historias y recordar nuestras raíces”.
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