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España: El Gobierno elimina la horquilla que regía las tasas de matrícula para la universidad

Europa/España/07 Mayo 2020/eldiariolaeducacion.com

El Ministerio de Universidades quiere comenzar con la primera matrícula en los estudios de Grado para, después, ir aumentando hasta llegar a los estudios de Máster.

El Consejo de Ministros ha aprobado una disposición final en el Real Decreto Ley aprobado hoy que modifica la Ley Orgánica de Universidades. Dicha ley había sido modificada, a su vez, durante el primer Gobierno de Mariano Rajoy de manera que se introdujo el sistema de horquilla para fijar los precios públicos para las matrículas universitarias.

Dicho sistema supuso que, el precio de la matrícula de una asignatura fuera incrementándose desde el primer tramo, entre el 0 y el 25% del coste, hasta el último tramo, el cuarto, en el que podría llegar a pagar entre el 90 y el 100% del coste total de matrícula. Entre ambos lugares se encontraba el 2º tramo (entre el 30 y el 40%) y el tercero (que suponía entre el 65 y el 75%).

El sistema comenzó a implantarse a partir del curso 2012-2013 y, entre otras cosas, supone importantes diferencias entre comunidades autónomas que, a igualdad de estudios, pueden llegar a cobrar cantidades muy diferentes de dinero. Un palo en la rueda de la igualdad de oportunidades del estudiantado.

El Ministerio de Universidades ha anunciado que, a partir de ahora, tendrá que reunirse, en la Conferencia General de Política Univesitaria, con las comunidades autónomas para fijar un precio máximo para la primera matrícula de Grado. Esta reunión está prevista para este jueves 7 de mayo.

Esta reunión promete ser compleja ya que las universidades dependen, por un lado, de estos ingresos por matrícula y, por el otro, de la financiación pública de los gobiernos autonómicos. Si los primeros caen, más incógnita es ahora mismo cómo van a hacer frente los diferentes territorios al aumento del coste para las arcas públicas.

Durante estos años, además de haber supuesto un fuerte incremento de la desigualdad de estudiar en una autonomía u otra, se ha visto un alto crecimiento de las tasas universitarias, muy superior al crecimiento de los salarios.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/05/el-gobierno-elimina-la-horquilla-que-regia-las-tasas-de-matricula-para-la-universidad/

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OVE Entrevista a Fernando Abrego: No podemos hacerle el juego al MEDUCA repitiendo capacitaciones que reproducen la educación bancaria

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan a Fernando Abrego

 

Conocimos a Fernando Abrego en el marco de la gira internacional 2017 que realizamos para denunciar el Apagón Pedagógico Global, que ya se nos venía encima y que ahora se expresa en el modelo de “educación en casa”. En ese momento era uno de los dirigentes más destacados de ASOPROF, hoy es el secretario general de ese combativo gremio panameño.

Fernando es un militante a toda prueba de la causa de la transformación radical de la educación y de la justicia social. Es de esos hombres que parecen herméticos, pero que poco a poco se van abriendo para mostrar su cálida humanidad. Firme en sus posiciones ante la burocracia educativa, disciplinado en su trabajo de organización gremial, siempre está preocupado por el estudio, promoviendo el análisis crítico entre sus compañeros. Nos recibió en su despacho de la Asociación de Profesores de la República de Panamá con una sonrisa e iniciamos el diálogo que hoy compartimos con los lectores y colaboradores de OVE

 

Fernando, cuéntanos un poco tu historia de vida, ¿cómo llegaste a la educación crítica y contestataria, a la lucha gremial?

 Soy hijo de una Trabajadora manual y un Carpintero Albañil, ambos jubilados y nacidos en la Provincia de Veraguas, República de Panamá, Distrito de Las Palmas, Corregimiento de Pixvae, pueblito ubicado en la costa Pacífico, bañado por agua dulce y salada, donde sólo había una Escuela Primaria a la que se llegaba caminando por la playa, pero de la que tengo entrañables recuerdos de juegos, regaños, consejos y gimnasia, pero sobre todo la imposibilidad del ausentismo, pues los maestros iban a la casa y preguntaban a nuestros padres porque no había ido la escuela.

Posteriormente, ingresé al Primer Ciclo Tocumen, en la ciudad capital, cursé primero, segundo y tercer año hasta 1989, fecha en la que no hubo Acto de Graduación porque el 20 de diciembre del mismo año se dio la invasión norteamericana en nuestro país. Los últimos tres años de bachiller los estudié en el colegio donde actualmente laboro, Col. José Antonio Remón Cantera, ubicado en la ciudad de Panamá centro.

Cursé estudios superiores en la Universidad Nacional de Panamá desde 1993 hasta el 2002, primero en la Facultad de Humanidades, donde obtuve la Licenciatura en Humanidades con Especialización en español, luego en la Facultad de Educación cursé la Docencia Media Diversificada.

Seguidamente, terminé la Licenciatura en Derecho y Ciencias Políticas, y luego un Postgrado en Métodos Alternos de Resolución de Conflictos. Tengo 20 años en el ejercicio de la docencia, dos años en colegio particular y dieciocho años en el sistema oficial como Profesor de Español.

De manera simultánea, mientras estudiaba en la Facultad de Humanidades, ingresé al movimiento estudiantil universitario (Pensamiento y Acción Transformadora-PAT), siendo uno de los miembros responsable del movimiento estudiantil en la facultad y miembro de la directiva de la Asociación de Estudiantes de la Escuela de Español.

De igual manera, fui miembro fundador de otro movimiento estudiantil, el Bloque Popular Universitario (BPU). En aquellos años, además de la militancia política, se participó de manera activa en un círculo de lectura; por nuestras manos pasaron libros de choque de conciencia, recuerdo: Educación y Lucha de Clases de Aníbal Ponce; Ideologías y Aparatos Ideológicos de Estado de Louis Althusser; El Miedo a la Libertad de Erich Fromm; El Valor de Educar de Fernando Savater; El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, entre otros, además de aquellos propios de las licenciaturas anteriormente mencionadas.

Hemos tenido, igualmente, acercamiento, tanto en cursos formales como en la informalidad, con compañeras y compañeros de la Red Mesoamericana de Educación Popular Alforja, donde hemos podido problematizar y compartir aspectos fundamentales sobre la educación humanista, transformadora, emancipadora, pero también fomentadora de conciencia crítica del nunca olvidado Paulo Freire. Recientemente nos incorporamos a la Campaña Latinoamericana por el derecho a la Educación (CLADE) desde la Coalición Panameña por el derecho a la educación.

Actualmente, ocupo el cargo de Secretario General de la Asociación de Profesores de la República de Panamá, organización docente que el 30 de junio de este año cumplirá 75 años de existencia y proyección nacional, no sólo en el aspecto educativo, sino social, político, ecológico y cultural.

Asoprof cuenta con más de seis (6) mil miembros en todo el país, organizados en cada colegio por Capítulos, dirigida por una Junta Directiva y sus representantes de Capítulo que participan de las reuniones de Junta Directiva Nacional, convocada una vez al mes donde se toman las decisiones sobre todos los aspectos de interés nacional y educativo. Esta Junta Directiva Nacional está dirigida por el Comité Ejecutivo, presidida por el Secretario General.

¿Cuáles son los elementos relevantes de la crisis del sistema educativo panameño?

En el sistema educativo panameño existen muchos elementos que lo mantienen en una crisis estructural permanente, y no se resolverá, mientras no haya voluntad política, a pesar de las presiones permanente del Magisterio y de la misma sociedad panameña.

Por eso la falta de modernización de todo el sistema ha sido una constante, mientras se suceden gobierno tras gobierno. Aunque esta situación fue planteada en la Estrategia Decenal de Modernización de la Educación Panameña (1997-2006), que tuvo como base de análisis, la Ley 34 de 1995, sobre la descentralización del sistema educativo que incluyó entre otras cosas, la gratuidad y obligatoriedad de 11 grados (Básica General), muy poco se ha avanzado al respecto.

Otro elemento opaco es la precaria responsabilidad del Estado al no aportar al Presupuesto del Ministerio de Educación el 6% del PIB; en el caso de los Municipios no terminan de aportar el 20% de su presupuesto para financiar la Educación Básica General (Art. 124 y 127, de la Ley 34, respectivamente), actualmente artículos 266 y 270, de la Ley 47 de 1946, Orgánica de Educación. Menciono estas normas legales porque alguna de ellas fueron producto del trabajo y exigencias del movimiento magisterial en su momento, pero que con el transcurso del tiempo se quedaron en la normativa, vigente todavía.

Los cambios que se plantea el Ministerio de Educación deben trascender lo que actualmente garantiza la Constitución y la Ley, es decir, que la educación sea gratuita en todos los niveles, pero sólo obligatoria hasta la educación básica general (Primaria y Premedia-Art. 95 de la CN). Ello basado en principios orientados a la justicia social, principios universales, humanísticos, éticos, morales, democráticos, científicos y tecnológicos, todos ellos enmarcados en la idiosincrasia de nuestras provincias, comunidades y en la cultura nacional.

Sin embargo, la situación económica del país demanda un mayor compromiso por parte del Estado con la educación. A nosotros nos exige una lucha cada vez más firme por la defensa de obligatoriedad en todos los niveles de enseñanza (Básica General, Secundaria y Universitaria) y no sólo en el primer nivel de enseñanza.

Esta conquista sólo será posible alcanzarla a través de una Constituyente y no por reformas constitucionales. Cabe destacar que en Panamá se generó un movimiento a finales de 2019 por una Constituyente, pero esta iniciativa en estos momentos está siendo objeto de estudio (PNUD), y permanece paralizada por la Pandemia del Coronavirus o Covid-19.

Igualmente, estos cambios deben sustentarse sobre la base de una verdadera data o insumos reales y pertinentes de los cuales carece el Ministerio de Educación. Solo con datos confiables y verificables podemos tomar decisiones para un progresivo mejoramiento sostenido de la educación, que además sea coherente en todo el sistema escolar y educativo. Se requiere una transformación sostenida y coherente en todos los aspectos que involucra el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Esto lo mencionamos porque no existe una estrategia educativa que responda a una visión del Estado, producto de la partidización del Ministerio de Educación, pero también como resultado de las pugnas de intereses entre los partidos políticos que han dirigido la educación en el país.

En Panamá se ha hecho costumbre que en la agenda educativa imperen los Programas de cada gobierno. Pero ninguno termina de funcionar porque son solo para cinco años, el período que dura cada gobierno. La mitad del tiempo la pierden en lo que se llama la parte negativa de la curva de aprendizaje.

Además, todas las transformaciones curriculares que se han hecho responden única y exclusivamente a la oferta y la demanda del mercado, ambas determinadas por la estructura económica de nuestros países. Pero la orientación de la educación no puede ser sólo monetaria, las escuelas y colegios no pueden convertirse en fábricas de futuros trabajadores, perdiendo de vista otros aspectos fundamentales, como fortalecer la ciudadanía democrática, el pensamiento crítico, entre otros.

Un elemento relevante y que puede significar un cambio en el rumbo de la crisis educativa, que incluso abra la posibilidad de un verdadero desarrollo económico en nuestro país, es colocar en la Constitución Nacional la educación como el primer tema de Estado. Ello sólo es posible lograrlo a través de una Constituyente, donde el pueblo panameño y las fuerzas vivas del movimiento popular así lo plasmen.

Todas estas transformaciones sólo serán posibles, si se eleva el tema educativo a un tema de Estado, si se descentraliza, despartidiza y desburocratiza el sistema educativo, pero también si se elabora una estrategia clara, que involucre no sólo a los técnicos y los burócratas en la formulación de las Políticas Educativas que necesita el sistema en un corto, mediano y largo plazo, sino que sean elaboradas con la participación de quienes permanecemos en el aula de clases, gobiernos tras gobiernos.

Por ello, una transformación del sistema educativo sin la participación del educador panameño, no tendrá final feliz. El docente no sólo es administrador del currículo o fiscalizador de las infraestructura de los centros educativos y de los recursos del Fondo de Equidad y Calidad Educativa (FECE), sino que fundamentalmente es el corazón de la construcción y transformación de la conciencia y personalidad de nuestros estudiantes, así como el generador de pensamientos y creatividad en el proceso enseñanza-aprendizaje.

Por ello, es necesario empoderarlos de los cambios y esto se logra haciendo partícipe al docente y sus gremios magisteriales en las discusiones que originan las propuestas de esos cambios. El docente no puede seguir siendo el mero espectador y ejecutor de dichas políticas.

 

Fernando ¿La relación entre el gobierno y los gremios en Panamá es fluida? ¿Por qué?

En Panamá existen 17 gremios magisteriales, dos asociaciones de supervisores y dos de directivos de centros educativos. Este fenómeno ocurre en un país con algo más de 4 millones de habitantes y con una planilla de 47 mil educadores, a nivel nacional y aproximadamente 3,200 centros educativos en todo el país.

Desde hace tres administraciones de gobierno, los gremios hemos logrado establecer, producto de varias huelgas, una Mesa Bilateral con las autoridades del Ministerio de Educación, presidida por el Ministro o Ministra, donde se tocan aspectos relacionados al quehacer educativo e impulsan algunos consensos. Esto es posible gracias a normas legales como el Decreto Ejecutivo No.878 de 27 de septiembre de 2016, que crea el Sistema Integral de Mejoramiento de la Calidad de la Educación (SIMECE) y su componente de evaluación institucional denominado Programa Integral de Mejoramiento del Centro Educativo (PIMCE), consistente en una evaluación de los aprendizajes, evaluación institucional y la evaluación de todos los actores (docentes, supervisores, directores).

Los procesos inherentes a estas normas se iniciaron desde los años 2016 y 2017, cuando cada centro educativo después de las evaluaciones, entregó su Plan de Mejora. Este proceso que no se ha culminado porque falta el informe del Ministerio de Educación, que valide o no, el trabajo que se hizo. Mientras no se tenga un informe científico y objetivo de esos procesos no se puede avanzar.

Igualmente, producto de una huelga en el 2016 (Gobierno Arnulfista) se impulsó la creación del Decreto 879, del 27 de septiembre de 2016, el cuál ordena un aumento al sueldo base de los Educadores del Ministerio de Educación, del Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE) y del Instituto Nacional de Cultura.

Este decreto establece el pago de un aumento de 300 dólares a partir de 1 de julio de 2017, y 300 dólares en el 2020. Este último aumento el gobierno nacional (PRD) lo estaba considerando para la misma fecha que el pago anterior, sin embargo, el mencionado Decreto no habla de mes, sólo de año. Razón por la cual, en la Mesa Bilateral, pudimos lograr el pago de este aumento a partir de la segunda quincena del mes de abril de 2020, con el retroactivo del mes de marzo y la primera de abril del año en curso.

A lo anterior debemos añadir que en el 2014, producto de presiones de fuerza en la calle, acompañado de una paralización de labores (Gobierno del Partido Cambio Democrático), habíamos conseguido un aumento salarial de 300 dólares, mediante el Decreto Ejecutivo 155, de 27 de marzo de 2014, como parte de los Acuerdos de Terminación de Huelga de ese año.

Vale mencionar que este último Decreto contemplaba el aumento de 900 dólares en seis (6) años, que inicialmente habían sido contemplados sólo como una bonificación, pero que producto de la lucha en las calles y paralizaciones a nivel nacional se logró que fueran considerados aumentos al salario base del educador panameño. Estas negociaciones se han desarrollado con tres gobiernos diferentes.

Es decir, las relaciones entre el Ministerio de Educación con los distintos gobiernos, ha tenido confrontación, pero también procesos de negociación y entendimiento. Sin embargo, lo narrado ha sido sólo un aspecto de la lucha, toda vez no hemos podido hasta el momento, a pesar que está en la Ley, la implementación del artículo 266, de la Ley 47 de 1946, Orgánica de Educación, la asignación del 6% del PIB, para Educación.

Estamos en ese proceso como tema relevante, ya que a partir de ahí se pueden solucionar muchos aspectos que hoy son críticos, sólo por mencionar algunos aspectos, la eliminación de las escuelas ranchos, construcción de nuevos centros educativos, equipamiento de inmobiliario y tecnología en los centros educativos, la creación de internados para los estudiantes de áreas apartadas donde no existe la continuidad de estudios secundarios o bachiller, entre otros aspectos importantes.

 

¿Consideras que la formación de los y las futuras maestras(os) se corresponde a las necesidades del país y los desafíos pedagógicos del siglo XXI?

La formación de los maestros se circunscribe en dos instituciones, primero, la Escuela Normal de Santiago como se le conoció inicialmente, luego Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena, formadora histórica de maestros desde la década de los 40; cuyo trabajo se caracteriza por una formación pedagógicabancaria, humanística, científica y tecnológica.

La Normal de Santiago,  trabaja desde la perspectiva del sistema económico y político, aunque identificada, ciertamente con nuestra cultura nacional, fundamentados en los valores cristianos, la participación democrática y el trabajo productivo que promueva el mejoramiento de la calidad de vida; también aborda la práctica efectiva de los principios democráticos representativos, con el objetivo de lograr competencias básicas que le permitan a los futuros maestros y a los están, desempeñarse como docentes administradores de un currículo que responde a la visión y misión del modelo económico, más no emancipador desde todos los puntos de vista.

Una vez terminado el Bachiller de Maestro, el docente tiene la opción de cursar estudios en el Instituto Pedagógico Superior Juan Demóstenes Arosemena, donde se profundiza los métodos de enseñanza, didáctica y currículo por competencia; allí se ofrece el título de Licenciatura en Primaria.

Por otro lado, tenemos a la Universidad de Panamá, formadora de Licenciados en Preescolar y Licenciados en Primaria, a través de la Facultad de Ciencias de la Educación, con una visión y misión de formación bancaria, reproductora de todas las corrientes y modelos pedagógicos que respondieron a la primera, segunda, tercera y actualmente a la cuarta revolución industrial, es decir, sólo a la lógica del mercado.

Esta situación se reproduce en el sistema educativo panameño, de manera cíclica, en los tres niveles de enseñanza (Primaria, secundaria y Universitaria), aunado al reforzamiento que hace el propio Ministerio de Educación con capacitaciones didácticas estandarizadas, donde hay compañeros docentes cuyo planeamiento es conductista, otros constructivista, la mayoría por competencias y algunos que otro, la mezcla de los tres anteriores; ello ocurre a pesar que en las políticas educativas que emanan del Despacho Superior, ni siquiera existe un mecanismo de evaluación sostenida y coherente sobre estos aspectos.

Dicho sea de paso, el Magisterio tampoco ha podido incidir para generar un cambio, no sólo en la falta de coherencia, sino fundamentalmente en lo que estamos enseñando y cómo lo estamos enseñando. Quizás sea una de las tareas más difíciles, pero no imposible, pero que tienen que ir de la mano con la lucha de mayor inversión en educación para la innovación y la investigación sobre los aspectos mencionados.

 

 

¿Qué ha significado el Coronavirus en lo educativo? ¿Consideras que las medidas educativas tomadas en el marco de la pandemia afectan al derecho a la educación?

El Coronavirus ha significado una experiencia para nunca olvidar y exige de nuestra parte repensar lo educativo, no sólo desde la perspectiva del aula de clases, sino la educación desde el hogar, desde la comunidad.  Lo tecnológico, en el contexto de la Cuarta Revolución Industrial, ha mostrado como puede permitirnos impulsar aprendizajes significativos en todas las asignaturas y en todos los niveles de enseñanza. Sin embargo, ello implica una dosificación del currículo, no sólo en el contenido, sino en lo evaluativo, lo cognitivo, incluso lo afectivo.

Lo anterior plantea la urgente necesidad de un giro de ciento ochenta grados en lo que estamos enseñando y cómo lo estamos enseñando, incluyendo el uso de las tecnologías. Realidad que para ser revertida se necesita más que ideas, demanda organización y unidad del Magisterio; no podemos seguir siendo administradores de currículo. Debemos superar la idea que es suficiente que en nuestras aulas le facilitemos a los muchachos contenidos a los muchachos, se requiere un renovado enfoque de generación de pensamiento crítico.

Mientras no haya una estrategia transformadora de todo lo que implique lo pedagógico, con organización e innovación en los planteamientos educativos, sólo nos quedará la posición contestataria respecto a lo que impulse el Ministerio; que no siempre puede estar mal, pero que tenemos que desarrollar capacidades para analizar y formular alternativas.

Las prácticas educativas en el contexto del Coronavirus han significado una extensión de la educación bancaria, ahora de manera virtual. Es decir, el desarrollo de las ciencias y la tecnología seguirán creciendo y buscando soluciones a situaciones como la que se nos presenta actualmente, pero desde la perspectiva y la lógica del mercado.

Las respuestas asociadas a la prevención del contagio al Coronavirus o Covid-19, parecieran estar orientadas a solucionar el desafío del capital de hacernos más productivo desde el hogar, en lo laboral y lo educativo. O es que ya olvidamos que desde hace tiempo, muchas cosas se hacen desde la casa, como pagar los servicios en línea desde nuestros dispositivos, ver en el tv juegos deportivos en vivo, mandar trabajos de investigación desde nuestros correos electrónicos así como el uso cada día más frecuente de “delivery”, la entrega de servicios y bienes al cliente.

Es decir, la superestructura jurídico-política del sistema económico mundial y de nuestros países está comenzando a hacer los ajustes en base a las exigencias del mercado, para que nuestras sociedades cada vez más se preparen para la reorganización del mercado mundial. Esto sólo sirve como antecedente para abordar otra cuarentena si se diera un repunte del virus o surgen nuevas pandemias, sino que se conforma como el protocolo ante para guerras biológicas, nucleares o desastres naturales por efecto de la creciente contaminación del planeta.

Ante estas circunstancias, el derecho a la educación tal cual como lo concebimos sufre la presión del capital para irla desapareciendo tan rápido como llegó el Covid-19, de sorpresa y frente a nuestras narices. Las medidas tomadas actualmente sí han afectado el derecho a la educación, debido a la brecha tecnológica existente entre los estudiantes, docentes y padres de familia. No puede haber calidad ni inclusión si no hay equidad en el sistema educativo, aunado a las condiciones materiales de vida de nuestros estudiantes, que no es la misma por región geográfica, incluso en las áreas urbanas, los estudiantes no cuentan con acceso a un dispositivo electrónico y si lo tienen, o no hay wifi o simplemente no tienen señal.

Esta situación es de vieja data y forma parte de las grandes desigualdades económicas, donde un pequeño puñado de familias controlan el 80% de las riquezas y el resto de la población tiene que repartirse el 20% restante. Esto genera una brecha social que lógicamente tiene su impacto en lo educativo, incluso en las instituciones educativas privadas donde la mayoría ni siquiera tiene una plataforma para desarrollar las clases virtuales.

La mayoría de los estudiantes no están recibiendo la “educación formal”, y los que sí, de manera virtual, ha representado en la mayoría de los casos, el repudio de los padres de familia, porque lo que se ha hecho es escolarizar a los estudiantes, pero no educar.

Los pocos centros educativos, tanto oficial como privados que anunciaron clases virtuales saturaban a los estudiantes de contenidos; sólo se calificaban resultados, y en las asignaturas que exigen pensamiento lógico-matemático.  Prácticamente son los padres de familia, con el poco o nada conocimiento que tienen del tema, quienes se convierten en los tutores de sus hijos.

En Panamá algunos estudiantes estaban sentados frente a un monitor, la misma cantidad de horas del período de clases, mientras que otros, sólo reciben quince minutos de explicación de los temas.

 

¿Cuáles consideras que son las propuestas más importantes para iniciar un proceso de transformación radical del sistema educativo?

Elaborar por el Magisterio una estrategia propositiva a corto, mediano y largo plazo con el objetivo de transformar los sistemas educativos de nuestros países. Este debe ser un proceso lógico, guardando las características e idiosincrasia de nuestros pueblos. Podemos iniciar un movimiento por etapas, por ejemplo, elevar el tema educativo a un tema de Estado; para ello es necesario generar movimientos bien organizados que impliquen incidencia en este tema difícil, pero no imposible. Para todo ello es necesaria la unidad del magisterio.

En el caso panameño hemos propuesto a las autoridades, ahora más que nunca ya que ha quedado evidenciada su necesidad, la asignación del 6% del PIB, para el sistema Educativo (Infraestructura física, equipamiento y tecnológica). Necesitamos modernizar la educación panameña y para eso vamos a necesitar recursos (Escuelas dignas y equipadas).

En Panamá, la unidad del magisterio se ha logrado, con sus contradicciones, pero hemos podido sumar a las bases a los procesos de luchas con objetivos claros. Esto no ha sido fácil, sin embargo, ha permitido poner sobre la mesa temas de mejoramiento del sistema educativo junto con reivindicaciones laborales, haciendo de estas peticiones un proceso integrado.

Otra etapa de lucha necesaria consiste en descentralizar, despartidizar y desburocratizar el sistema educativo, en un corto, mediano y largo plazo. Quizás en algunos países latinoamericanos este proceso ha sido medianamente resuelto, pero no es efectivo porque no se da con la participación de quienes permanecemos en el aula de clases, gobierno tras gobiernos: los docentes.

Debemos exigir la conformación de espacios compartidos de toma de decisiones en los aspectos importantes, no solo en lo adjetivo sino también en lo sustantivo. En las comunidades educativas regionales, se le debe dar el valor y protagonismo que se requiere a sus integrantes, para desde allí hacer las propuestas que se requieren. Ello pasa por empoderar a las bases magisteriales de la importancia que significa salir de las aulas de clases y ver el tema educativo de manera global y regional.

La transformación del sistema educativo sin la participación del educador no tendrá final feliz. Los cambios requieren de maestras y profesores para llevarlos adelante, porque el docente no sólo es administrador de currículo, sino que también cumple funciones de fiscalizador de las infraestructuras de los centros educativos y de los recursos de cada centro escolar.

El sistema educativo construye condiciones de posibilidad para mejorar el ejercicio de la democracia.  El docente está en el centro de cualquier estrategia democratizadora de la sociedad. Más aún, si entendemos que los profesores somos parte fundamental de transformación de la personalidad de nuestros estudiantes, de la generación de pensamientos y creatividad en el proceso enseñanza-aprendizaje.

Los y las maestras y profesores debemos empoderarnos de los cambios y eso sólo se logra haciendo partícipe a los compañeros de base en ellos, para que discutan los temas, la logística de la transformación.

Es necesario plantearnos el acercamiento a nuestros aliados naturales, estudiantes y padres de familia, que vean que el tema educativo no es un asunto de gobierno o la clase en el poder, sino de una sociedad que debe definir lo que quiere en educación.

Es necesario exigir cambios al Ministerio sobre las capacitaciones estandarizadas y descontextualizadas que ofrecen a los docentes, pero también desde nuestras organizaciones gremiales es necesario capacitar a nuestros compañeros sobre la base del pensamiento crítico. No podemos hacerle el juego al Ministerio de Educación repitiendo capacitaciones que reproducen los conceptos, principios y la filosofía de la educación bancaria que tanto hemos criticado. Por eso hemos dicho que debemos ser creativos e innovadores en la formación de las bases magisteriales.

En el caso de Panamá, hemos luchado, no sólo contra la eliminación de asignaturas, sino oponiéndonos a la reducción de carga horaria de materias humanísticas. Todas las asignaturas tienen igual importancia, no sólo las “socialmente relevantes”, que considera el mercado que deben prevalecer.

Las asignaturas que legalmente imparte el sistema educativo y son conquistas sociales debemos defenderlas, para que nuestros estudiantes sepan afrontar situaciones como la que estamos viviendo, que tenga inteligencia emocional, que sea capaz de convivir en familia y socialmente, que tenga sentido de ciudadanía, que sean empáticos y sobre todo, solidarios en un mundo donde la mezquindad y el egoísmo parecen agarrar fuerza. Así lo estamos viendo en esta coyuntura de la Pandemia por Coronavirus.

El Estado está obligado a invertir en educación, y debemos recordárselo más que con comunicados, a través de campañas y de lucha en las calles. Pero se requiere que se puedan canalizar los resultados de la lucha. Ello demanda establecer con claridad los objetivos que queremos alcanzar y porqué lo hacemos. Requerimos la unidad de los educadores, estudiantes, padres de familias y otros sectores del movimiento popular, sólo así es posible pasar de las ideas a lo tangible.

Finalmente quiero agradecer a la compañera Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina, y a todos los colaboradores del portal “Otras Voces en Educación” la oportunidad de compartir opinión sobre el sistema educativo panameño, pero también aspectos relacionados a la formación docente, la transformación del sistema educativo latinoamericano, el derecho a la educación y los desafíos pedagógicos del siglo XXI. Un saludo fraterno a todos sus lectores.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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FILIPINAS Universidad, directores universitarios se oponen a ‘promoción masiva’ de estudiantes

Asia/Filipinas/Universityworldnews

MANILA, Filipinas – Los presidentes y directores de 75 universidades y colegios locales en el país «desalentaron» la promoción masiva de estudiantes durante la pandemia de coronavirus.

En un aviso conjunto, la Asociación de Colegios y Universidades Locales (ALCU) y la Comisión de Acreditación de Colegios y Universidades Locales (ALCUCOA), dijeron que la medida para desalentar la promoción masiva busca «preservar la integridad académica de todos los cursos, especialmente los programas basados ​​en la junta y OJT (capacitación en el trabajo) donde la calidad y el contenido no pueden verse comprometidos «.

«Estamos en contra de la promoción masiva, lo que significa hindi na tatapusin yung sem (el semestre no habrá terminado), todos simplemente pasarán», dijo el Dr. Albert D. Madrigal, director de ALCU, a INQUIRER.net por teléfono.

El grupo dijo que el rendimiento académico de los estudiantes se puede medir mediante un sistema de calificación adoptado por las universidades y colegios.

En su lugar, propusieron la implementación del programa Seamless-Blended-Digital (SBD) para el segundo semestre y el verano del año escolar (SY) 2019-2020.

«Esta puede ser nuestra modesta muestra y gesto de apoyo a nuestro gobierno en el desempeño de nuestro deber como educadores preocupados», dijeron los grupos.

ASESORAMIENTO CONJUNTO PARA UNIVERSIDADES Y UNIVERSIDADES LOCALES POR LA ASOCIACIÓN DE UNIVERSIDADES Y UNIVERSIDADES LOCALES (ALCU) Y LA COMISIÓN DE ACREDITACIÓN PARA UNIVERSIDADES Y UNIVERSIDADES LOCALES (ALCUCOA)

Publicado por Alcu Phil el  martes 21 de abril de 2020

Su propuesta también incluía fondos para la adquisición de equipos de TI y otros recursos en línea y fondos para la capacitación de miembros de la facultad en la instrucción en línea, entre otros.

Además, también instaron a los colegios y universidades locales a «intensificar los compromisos de voluntariado entre el profesorado y los empleados».

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Según informe de Studyportals: 40% de los estudiantes considera cambiar los planes de estudio en el extranjero, dice encuesta

UniversityWordl

Un creciente número de futuros estudiantes internacionales está considerando cambiar sus planes de estudio en el extranjero, una cifra que está aumentando a medida que más países introducen bloqueos más estrictos para abordar la propagación y el creciente número de muertes por el coronavirus, según la última encuesta de seguimiento semanal realizada por una empresa europea. sitio web de búsqueda de estudiantes.

Las cifras publicadas el 14 de abril por Studyportals, la plataforma global de elección de estudios con sede en Holanda, muestran que el 40% de los posibles estudiantes internacionales que respondieron a su última encuesta dijeron que estaban cambiando sus planes. Esto es superior al 31% hace tres semanas.

Studyportals encuestó a la muestra general de 850 estudiantes, la mayoría de los países de origen clave para estudiantes con movilidad mundial, incluidos Nigeria, India, Pakistán, Kenia, Ghana y Bangladesh, a medida que el número de casos confirmados y muertes por el coronavirus se disparó en los Estados Unidos y muchos países europeos.

Muestra el número de posibles estudiantes móviles que dicen que siguen con sus planes originales de estudiar en el extranjero, cayendo del 69% cuando se encuestó a fines de marzo al 60% en la semana del 6 de abril.

Este período comparativo coincidió con el rápido aumento de casos confirmados y muertes por COVID-19 en países de destino clave para estudiantes con movilidad internacional como el Reino Unido, España y los Estados Unidos.

De los 307 estudiantes que dijeron a Studyportals que estaban reconsiderando sus opciones: 152 quieren posponer su inscripción hasta el próximo año o el año siguiente, 128 estaban considerando inscribirse en un curso en línea, 66 ahora no planeaban ir al extranjero y se inscribirían en una universidad en su país de origen, 36 estaban considerando un país diferente y 33 no iban a estudiar en absoluto. Los encuestados podrían dar respuestas de opción múltiple.

Acceso gratuito al panel de control

Para ayudar a dar sentido a la imagen que cambia rápidamente, Studyportals anunció el 8 de abril que otorgaría acceso gratuito a su panel de control interactivo , que realiza un seguimiento semanal de las tendencias de movilidad de los estudiantes.

«Esto debería ayudar a los profesionales de la educación superior a comprender cómo COVID-19 está cambiando los comportamientos de búsqueda de los estudiantes y el probable impacto en la ingesta global y local este otoño y en 2021-22», dijo a University World News Carmen Neghina, consultora senior de análisis de marketing de Studyportals. .

El panel de Studyportals utiliza dos fuentes de datos: el conjunto de datos del Centro de Ciencias e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins en los EE. UU., Que rastrea el número de casos y muertes de coronavirus reportados, y el conjunto de datos patentado de Studyportals para medir el interés de los estudiantes en los programas enseñados en inglés global .

El año pasado, Studyportals atrajo a más de 36 millones de usuarios individuales a sus sitios web, lo que permite a los estudiantes comparar las opciones de estudios de pregrado y posgrado impartidos en inglés de todo el mundo.

El panel muestra:

• Cambios en el tráfico del sitio web para estudiar programas versus número de muertes por brotes
• Interés estudiantil por programas ofrecidos en el campus y en línea
• Interés estudiantil a diferentes niveles de educación
• El efecto del virus en cada país
• Cambios en el interés estudiantil de países de enfoque clave.

«Normalmente, no hay muchos cambios de un mes a otro, pero desde que el brote del virus golpeó a Europa y ahora a los Estados Unidos, las cosas se están moviendo a una velocidad vertiginosa», dijo Neghina a University World News .

“Observando las percepciones de los estudiantes durante el brote de COVID-19, nuestra última encuesta muestra que el 83% cree que sus opciones de viaje estarán restringidas y el 68% cree que los ahorros de sus padres disminuirán debido al virus.

«Las universidades también deben tener en cuenta que el 81% quiere una mejor higiene en el campus y el 56% quiere asesoramiento y apoyo en línea, y el 55% dice que el período de solicitud debe extenderse», dijo Neghina.

El intercambio de datos dio

la bienvenida al consultor internacional de reclutamiento de estudiantes Alan Preece agradeció la decisión de Studyportals de compartir sus datos libremente con la comunidad global de educación superior.

Le dijo a University World Newsque las instituciones de educación superior estaban luchando «para tomar decisiones importantes e inmediatas para apoyar a los estudiantes actuales mientras buscan la continuidad del negocio» con información limitada.

“La disponibilidad de datos de mercado casi en tiempo real, que brindan información sobre la mentalidad de los estudiantes potenciales, es un poderoso apoyo para la planificación y la acción, y proporciona un recurso que puede ser referenciado a datos cualitativos de otras fuentes, además de permitir lagunas en datos de los países de origen que se identificarán.

«Tener un estudio longitudinal y actualizado es particularmente útil para comprender cómo se desarrollan las tendencias, particularmente cuando hay comparaciones año tras año», dijo Preece.

Los datos del panel de Studyportals comparan las tendencias semanales sobre el interés de los estudiantes de diferentes países e incluyen, por ejemplo, datos comparativos sobre el interés de la India en estudiar en el Reino Unido. Esto aumentó en los primeros meses de 2020 después de que el gobierno británico relajó las reglas de visas de trabajo posteriores al estudio y, a pesar de caer bruscamente desde mediados de marzo, tuvo una ligera recuperación a principios de abril y aún está por delante del año pasado a pesar de COVID-19.

Preece le dijo a University World News que las instituciones ‘inteligentes’ con enfoque global deberían estar encuestando a sus agentes de reclutamiento, ex alumnos y estudiantes actuales para obtener una imagen más completa de lo que está sucediendo e instó a las universidades a ser cautelosas de confiar en cualquier encuesta «solo porque apoya lo que quieren creer «.

Recomendó: «Siga pidiendo detalles, incluidos los tamaños de muestra, el margen de error y la metodología».

Entre las fuentes de datos que señaló como útiles, además de Studyportals, se encontraba una encuesta del Consejo Británico de casi 11,000 estudiantes chinos a fines de marzo.

Esto mostró que el 39% de los encuestados que habían solicitado estudiar internacionalmente, la mayoría de ellos en el Reino Unido, no estaban decididos a cancelar sus planes de estudio para el próximo año académico. Un total del 22% dijo que era probable o muy probable que cancelara sus planes de estudio, y el 27% dijo que no es probable o poco probable que lo haga.

La encuesta fue realizada por el equipo de investigación y consultoría del British Council en Beijing y solicitó 10,808 respuestas de estudiantes en China entre el 27 de marzo y el 3 de abril.

Esto es útil para proporcionar una imagen más amplia porque el tablero de instrumentos de Studyportals tiene información limitada de China, a pesar de que el país es la mayor fuente de estudiantes internacionales en todo el mundo, ya que el 90% del tráfico del sitio web de Studyportals proviene de búsquedas orgánicas de Google y las políticas restrictivas de Internet de China restringen el acceso a Google.

El impacto varía según el país

Neghina dijo que el impacto varía de un país a otro en los estudiantes que cambian sus planes de estudio en el extranjero, con los últimos datos que muestran que el 72% de los estudiantes internacionales se apegaron a los planes para estudiar en Alemania, que ha visto menos muertes por el virus, en comparación con el 65% que todavía quiere estudiar en el Reino Unido; 63% en los EE. UU. Y 61% en los Países Bajos.

El interés por estudiar más cerca de casa parece estar aumentando, con la búsqueda de opciones de estudio en países como España, el Reino Unido y Alemania que aumentan desde su hogar y otros estudiantes europeos mientras caen desde Asia y África.

“Si bien las búsquedas de estudiantes en nuestras plataformas parecen disminuir a medida que aumenta el número de muertes por COVID-19, una no causa la otra. Más bien, es el impacto de las muertes por coronavirus en las acciones del gobierno, como los bloqueos y otros factores políticos y económicos, lo que parece influir en las intenciones de los estudiantes de estudiar en el extranjero «, dijo Neghina a University World News .

También dijo que el impacto de COVID-19 podría estar acelerando las tendencias que ya existían, como la reducción del mercado internacional de estudiantes en los EE. UU., «Donde en este momento es casi imposible que los estudiantes internacionales hagan una cita para la visa» .

Mientras que algunos expertos mundiales en educación superior, como el profesor Simon Marginson, director del Centro para la Educación Superior Global, han advertido que podrían pasar cinco años antes de que la movilidad global de los estudiantes se recupere de las consecuencias de COVID-19, como informó University World News el 26 En marzo de 2020, Neghina advirtió que se pronosticaron consecuencias nefastas similares para las universidades del Reino Unido después del Brexit.

«Se especula mucho sobre lo que podría suceder cuando el mundo salga de la pandemia y todos quieran reclutar a países como China e India, particularmente el Reino Unido.

“Con Brexit, se habló mucho de que la marca del Reino Unido estaba siendo golpeada con fuerza, pero lo que mostraron nuestros datos fue que ha sido muy comercial como de costumbre y el interés de los estudiantes incluso aumentó en varios países.

«Con nuestros datos sobre el impacto del coronavirus, está claro que si bien el interés en estudiar en el extranjero todavía está allí, hay más interés en comenzar programas en 2021 o más adelante», dijo a University World News .

Neghina también dijo que el impacto financiero en cualquier colapso de la demanda de estudiantes internacionales para estudiar en el extranjero sería diferente de un país a otro. Las universidades en Noruega, Dinamarca y Alemania obtienen más apoyo del gobierno que en países como el Reino Unido, donde las universidades dependen más de las tarifas iniciales de los estudiantes internacionales.

Nic Mitchell es un periodista independiente y consultor de relaciones públicas con sede en Gran Bretaña que dirige De la Cour Communications y blogs sobre educación superior para la Asociación de Oficiales de Información y Relaciones Públicas de las Universidades Europeas, EUPRIO, y en su sitio web . También proporciona soporte de comunicación en inglés para universidades europeas y medios especializados de educación superior.

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La Universidad Autónoma Metropolitana y el coronavirus

Por: Carlos Ornelas

«La pandemia nos agarró desprevenidos; aunque los discípulos de Nostradamus ya sabían que venía, la ciencia y la política no les hicieron caso. Hoy estamos en apuros, no podemos hacer lo ordinario.»

En mi Casa Abierta al Tiempo, las autoridades se pusieron las pilas. Este viernes, el Colegio Académico aprobó la iniciativa del rector general para poner en marcha el Proyecto Emergente de Enseñanza Remota (PEER). Tiene el propósito de apoyar a docentes y alumnos durante la contingencia, a partir del trimestre de invierno, que iniciará el 11 de mayo, ya bien avanzada la primavera. Ya traíamos rezago por la huelga del año pasado.

El proyecto, a pesar de la brevedad con que se elaboró, tiene aciertos. En primerísimo lugar, rompe la parálisis en la que habíamos caído desde hace un mes. Además, es flexible, no hace yunta con pertrechos, aunque sí hay plazos. Nuestro trimestre regular es de 55 días de clases, éste será de 54, trabajaremos nueve sábados.

Los docentes que estarán a cargo de grupos podrán elegir una herramienta de comunicación: correo electrónico, redes sociales, audioconferencia, foros de colaboración, plataforma virtual o videoconferencia. Agarra enseres de Google, Microsoft y otros ya probados, además de los de creación doméstica, como Envía, que usamos desde el siglo pasado.

Un punto vital: “Tanto alumnos como profesores tendrán formas de capacitación distintas, mediante talleres con videoconferencia o con guías tutoriales, pensadas para el manejo de medios de comunicación, almacenamiento y elaboración de materiales y trabajos”. La Universidad Autónoma Metropolitana también apoyará con becas en especie a más del 11% de su población estudiantil que proviene de segmentos sociales desfavorecidos, con una tableta y conexión a la red.

La sesión del Colegio fue virtual, participaron 54 colegiados, entre autoridades, representantes de profesores, alumnos y trabajadores. Y, dados nuestros hábitos de discusión asambleísta, habló quien quiso; duró 12 horas. Hubo oposición de profesores y estudiantes. Esgrimieron argumentos de peso, unos; otros, sin sustento, pero ambos abogaban por el inmovilismo, por actuar como si fueran tiempos normales.

Cierto, el proyecto no repara todos los daños: colegas con contratos temporales entran al desempleo, compañeros que por décadas se resisten a usar los medios digitales, estudiantes sin medios para estas posibilidades, pero hay ofertas para todos; imperfectas, claro está, pero es buscarle una salida al letargo. La mejor en las condiciones vigentes, pienso.

Cavilé que los compañeros que se oponen, no todos, por supuesto, siempre esperan salidas perfectas. Y en eso estaba cuando vino a mi mente una frase de El principito. “La perfección se logra al fin, no cuando no hay nada que agregar, sino cuando ya no hay nada que obtener”.

Me convence la máxima de Antoine de Saint-Exupéry. Con el PEER podemos obtener mucho; inmóviles con lo ordinario, nada.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-universidad-autonoma-metropolitana-y-el-coronavirus/

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Rosa Cañadell: No se debe tampoco agobiar a los chicos y chicas ni a sus familias con demasiadas obligaciones escolares

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan en exclusiva para OV

Rosa Cañadell es Licenciada en Psicología y Magisterio. Profesora de secundaria durante más de veinte años y cuatro como directora de Instituto; además ha sido delegada sindical y Portavoz del sindicato USTEC•STEs (IAC) durante 8 años.

Ha publicación artículos en varios medios, tanto nacionales como internacionales: entre ellos, Cuadernos de Pedagogía, Perspectiva escolar, El Viejo Topo, Público, El Periódico, eldebat.cat, eldiario.es, El diario de la educación, Docencia, Rebelion.org, Universidade y Sociedade (Brasil), Latin American Perspective (EEUU), y otras. Autora del libro "Qué pasa con la educación?" (Ed. Viejo Topo 2013) y coautora de varios libros, el último de ellos "Educación pública: de tod@s para tod@s". Coautora del documental

"Educar es la mejor forma de luchar&quot sobre la educación en el MST de Brasil. Colabora en el Máster "Cooperación y Desarrollo" de la UB. Cofundadora del SIEC (Seminario Itaca de Educación crítica). Además de todo es una incansable activista social en defensa de la educación pública y, está vinculada a varios movimientos sociales. Forma parte de Socialimo21, del Comité de apoyo al MST de Barcelona, del Grupo Promotor de la #ilpeducacio, del SIEC.(Seminari Ítaca d'Educació crítica).

El amigo Marc Casanova había insistido en que sería muy bueno que conociéramos a Rosa. Nos acercó algunos de sus textos, los cuales leímos entre compromisos y reuniones. Leer a Rosa es como dialogar con alguien a quien hemos conocido toda la vida; las coincidencias de perspectiva son enormes. Pero las tareas habían hecho esquivo el encuentro. Un proyecto editorial con los compañeros de Viento Sur y de la editorial Sylone hizo posible trabajar juntos, lo cual agradezco especialmente. Ahora, en el marco de construcción de un espacio de diálogo y encuentros entre dirigentes sindicales del magisterio, pedagogos críticos y educadores populares de nuestramérica + Cataluña ha hecho posible el que trabajemos juntes. Esta entrevista coloca de manifiesto el pensamiento contestatario de Rosa y estamos seguro que será de mucha utilidad para los lectores del portal OVE

 

Rosa, cuéntanos un poco tu historia de vida, ¿Cómo llegaste a la educación crítica, a la lucha gremial, a las pedagogías críticas?

Yo estudié Magisterio y después me licencié en Psicología, la Universidad de Barcelona. Los primeros 5 años trabajé en un Hospital psiquiátrico. Más tarde colaboré en una guardería y trabajé dos años en una escuela especial de minusválidos físicos (parálisis cerebral). Finalmente, hice oposiciones y entré como Profesora de Secundaria en un Instituto público de Formación Profesional, en el que trabajé más de 20 años y fui directora 4 de ellos.

El Instituto en el que trabajé estaba situado en un barrio popular con alumnado bastante marginal. Mi asignatura era Formación Humanística y ética.

Allí, junto a otros compañeros y compañeras tomamos conciencia de lo importante que era para aquel alumnado que comprendieran el funcionamiento económico y político en el que estaban viviendo y las causas de la desigualdad social. Y empezamos a enfocar las clases de historia y de ética desde una perspectiva crítica y emancipadora.

Trabajamos el tema de la economía, nociones de marxismo, anarquismo, el capitalismo y el neoliberalismo, las relaciones desiguales norte-sur, el imperialismo, las luchas obreras, los derechos laborales y sociales, la desigualdad de género, el racismo, el nazismo… Así como tratamos que el alumnado se auto-organizara con los Delegados de clase y las asambleas, tanto para tratar temas que a ellos les interesaba como para decidir cuestiones como las huelgas y protestas que se convocaban. Fue una experiencia muy enriquecedora y que me aportó muchas razones para defender una educación pública crítica y transformadora.

Posteriormente pasé a trabajar en el sindicato de enseñantes de Cataluña USTEC (Unión sindical de trabajadores/as de la educación de Cataluña), de la que era afiliada desde hacía más de 20 años. Este sindicato era, y continúa siendo, mayoritario en la educación pública en Cataluña y tiene como principio básico la defensa de la educación pública y de sus trabajadores y trabajadoras.

Al cabo unos años fui nombrada portavoz del sindicato, por lo que mi trabajo consistía en hablar con los medios de comunicación, ir a debates televisivos y radiofónicos, escribir artículos, hacer declaraciones, etc. Fueron unos años de mucha lucha, pues en Cataluña se discutió una nueva Ley de Educación (LEC), que se aprobó en 2009 con la oposición de la mayoría de la comunidad educativa. Tuvieron lugar cuatro huelgas generales de educación y grandes manifestaciones en contra de esta ley, que consolidaba los principios más neoliberales en educación: privatización, direcciones empresariales, precariedad laboral, destrucción de la gestión democrática de los centros, autonomía de centros y competitividad entre ellos… todo ello unido a los posteriores recortes (con la excusa de la crisis), fue uno de los ataques más virulentos contra la educación pública en Cataluña.

En estos años, participé también, en dos Foros Sociales de Porto Alegre y en los Foros Sociales Europeos de Atenas, París, Londres y Turquía. En ellos organizamos un grupo de personas vinculadas con la educación de diversos países de Europa con los que discutíamos y publicábamos artículos sobre como el neoliberalismo iba penetrando en la educación (entre ellos estaba Nico Hirtt, Richard Hatcher y otros).

Finalmente, mi vinculación con MST del Brasil, me dio la posibilidad de conocer sus prácticas educativas en acampamentos, asentamientos, así como en la Escuela Nacional Florestan Fernandez, con lo que aprendí mucho de los compañeros y compañeras del MST, de sus luchas y de su filosofía y práctica educativa (En 2011 realicé un documental sobre ello: https://www.youtube.com/watch?v=eoinvZ0X9yg  “Educar es la mejor forma de luchar”)

 

Para ti ¿Cuáles son los elementos relevantes de la crisis del sistema educativo español en general y el de Cataluña en particular? 

Primero, hablemos de la Escuela neoliberal: desde finales de los años 90 la política educativa a nivel internacional se ha redefinido en virtud de las necesidades del capitalismo en su versión neoliberal. En muchos países de la UE, incluyendo el nuestro, la política educativa oficial se ha modificado con el objetivo de responder a la sociedad de mercado y a las necesidades del mundo financiero. La educación, así entendida, pasa a estar al servicio de la economía en su doble vertiente: por un lado, debe ser “adaptada” a las necesidades de las empresas y del mundo laboral y, por otro, debe ser “rentable”, o sea gestionada con criterios empresariales y ser susceptible de negocio privado

Segundo, está el tema de la privatización y la doble red educativa:  la privatización es uno de los objetivos de este asalto neoliberal a la educación. Su objetivo es doble: por un lado, disminuir el presupuesto público y por otro abrir el mercado educativo. Nuestro país es un buen alumno en los dos aspectos. La disminución de los presupuestos dedicados a educación ha llegado a límites de vergüenza: España es el sexto país de la UE con el menor gasto público destinado a Educación del conjunto de la UE, un 4% del PIB (un 3,2 % en Cataluña), frente al 5 % de media europea, a años luz de Dinamarca (6,9 %), Suecia (6,6 %), Finlandia (6,2%) o Portugal (6%).

Junto a la disminución del presupuesto público avanza la privatización. En nuestro país, ello se concreta con el aumento de los centros privados subvencionados con dinero público, con la progresiva externalización de los servicios (educación infantil, comedor, transporte, limpieza, evaluación, nuevas tecnologías, etc.) que están ya en manos de empresas privadas, con el aumento de las tasas en las Universidades públicas y con la creación de las Universidades privadas.

En España, la escuela concertada acoge a cerca de un millón de alumnos y alumnas y emplea a 130.000 profesores en 3.500 centros, con un presupuesto de dinero público destinado en 2017 de 6.179 millones de euros, distribuidos de manera desigual en los distintos territorios. La mayoría de los centros están situados en comunidades de renta alta o tradición “ideológica” de escuela privada. En cifras globales, estos centros acogen a uno de cada cuatro estudiantes en la enseñanza obligatoria (el 30% del alumnado en todo el Estado, 40 % en Cataluña y 58 % en la ciudad de Barcelona), cifras superadas únicamente por Bélgica en el número de alumnos matriculados.

Es de destacar que el 64% de las escuelas concertadas son directamente propiedad de la Iglesia o instituciones ligadas a ella y que algunas de ellas segregan por sexo, argumentando, además, que su labor es de verdadera ayuda al Estado.

La subvención de centros privados con dinero público (conciertos educativos) tiene efectos negativos parael conjunto del sistema educativo. Son socialmente segregadores, en tanto estratifican los centros educativos según el nivel económico de las familias y según el origen cultural creando una gran “fractura social”. Son económicamente injustos, ya que con el dinero de todos y todas se pagan los privilegios de los más privilegiados. Son pedagógicamente negativos, ya que educar en la pluralidad, tanto ideológica como social,  está demostrado que aumenta la capacidad de aprendizaje y ayuda a socializar en valores comunes. Son también ideológicamente peligrosos, ya que dejamos la educación de casi la mitad de nuestros jóvenes, en manos de patronales religiosas, con valores conservadores y algunas claramente reaccionarias (como pueden ser las del Opus Dei).

Tercero está el tema del currículum: porque no se trata sólo privatizar, el modelo neoliberal necesita, además, controlar aquello que se enseña en las escuelas, y poner el currículum, la metodología y los valores al servicio de las necesidades del mundo financiero y empresarial.

Educación por competencias. Entre finales de 2007 y principios de 2008 comienza una reflexión sobre los «nuevos empleos» y las habilidades apropiadas para estos puestos de trabajo. Se trata de definir las «competencias» que los empresarios necesitan de sus trabajadores. Así aparecieron lo que se denomina «competencias básicas», que ya se están imponiendo como la «mejor forma de educar» dejando de lado los contenidos humanísticos, artísticos y filosóficos. Aparcando, de este modo, todo aprendizaje que vaya en el sentido de ampliar la cultura, estimular el espíritu crítico, fomentar la creatividad, el pensamiento libre, la capacidad de análisis de la realidad, la capacidad de transformar la sociedad…

Cuarto, las evaluaciones y el control: para imponer todo ello, han inventado otro mecanismo: la evaluación externa. Se trata de valorar el rendimiento educativo y comprobar los resultados de los alumnos en la adquisición de las Competencias básicas en diversos estudios y pruebas externas y, en especial, en los llamados informes PISA. Cuanto más se impone este sistema de medición, más se estrecha el cerco de lo que debe ser enseñado y aprendido, y más autonomía pierden los maestros. La libertad de cátedra es un fenómeno en peligro de extinción. Y la ideología que se transmite es la que conviene a los que detentan el poder.

Quinto, la gestión empresarial: otro de los mecanismos para poder implementar esta nueva tendencia neoliberal dentro de los centros educativos es la gestión de los centros públicos que cada vez es más autoritaria. Se debe reforzar la autoridad y las funciones de las direcciones para que puedan tomar decisiones en la gestión de los centros al margen del profesorado, de las asociaciones de padres y de los Consejos escolares. Es evidente que una gestión en la que las direcciones desempeñan funciones propias de la patronal (eligiendo al profesorado), supone avanzar hacia un modelo de gestión autoritaria que elimina la participación y la capacidad de decisión de la comunidad educativa y dificulta el trabajo en equipo que es, precisamente, la mejor garantía del buen funcionamiento de un centro educativo.

Sexto, todo el tema de la autonomía de los centros y los proyectos singulares: la autonomía de centro es otro de los nuevos «mantras» de la educación neoliberal con la que se pretende solucionar todos los problemas. De hecho, los centros educativos públicos siempre han gozado de una cierta autonomía, pero lo que ahora proponen nuestras administraciones educativas es muy distinto de lo que los centros necesitan e implica una nueva concepción de la educación pública, con consecuencias muy negativas. La más importante es el desmantelamiento del “sistema público” entendido como un todo, al pasar a considerar a cada uno de los centros educativos como una entidad independiente, con proyectos propios y bien diferenciados y en competencia unos con otros, lo cual implica la creación de centros públicos de distinta categoría. Un proceso que está aumentando la fragmentación social entre los centros públicos y que se suma a la ya existente entre públicos y privados concertados, imposibilitando, cada vez más, la igualdad de oportunidades que todo servicio público tiene la obligación de ofrecer.

Séptimo, la nueva innovación educativa: en realidad, la innovación (entendida como renovación pedagógica) dentro de los centros educativos ha existido siempre, entre otras cosas, porque constantemente hay cambios: el perfil del alumnado, el equipo directivo, las normativas, las nuevas tecnologías, los nuevos problemas, etcétera. Por lo tanto, siempre se ha de adaptar la tarea educativa a la realidad del aula. Pero el debate y las propuestas últimamente ya no salen de las aulas sino de organizaciones privadas, bancos y empresas, y se difunden en los medios de comunicación, en las charlas y las jornadas de formación.

La pregunta clave es: ¿estamos asistiendo a una verdadera “renovación pedagógica” que intenta mejorar la educación (pública) de nuestro país, o estamos disfrazando la innovación para implementar todo el decálogo neoliberal en educación?  ¿Estamos tratando de mejorar nuestras metodologías para dar una mejor, más global y más equitativa formación a nuestro alumnado, o estamos cambiando la educación actual para pasar a formar “futuros emprendedores de sí mismos “, para que todos nuestros jóvenes interioricen los principios de la sociedad neoliberal: individualismo, competitividad, libre mercado, con sus subsiguientes consecuencias: desigualdad, precariedad y pobreza?

Rosa ¿Cómo es la relación entre el gobierno y los gremios, especialmente con la USTEC-IAC?

Existe una relación administrativa, como manda la ley, en la que los asuntos relativos al profesorado deben discutirse con los sindicatos de la educación. Los resultados dependen, básicamente, de la correlación de fuerzas. Si hay mucha movilización es más fácil conseguir lo que propone nuestro sindicato, sino, normalmente no se logran los objetivos que USTEC se propone.

 

¿Consideras que la formación de los y las futuras maestras(os) se corresponde a las necesidades del país y los desafíos pedagógicos del siglo XXI? 

Según cual sea la concepción y los objetivos de la educación, la formación de los futuros maestros y maestras será de una forma u otra. Para mí, las necesidades del país y los desafíos pedagógicos del siglo 21 están íntimamente ligados a un cambio de rumbo en la sociedad. La educación, en tiempos de crisis, económica, social y ecológica, y con una sociedad cada vez más desigual e insolidaria, lo que se necesitaría es que la escuela tuviera una función emancipadora y de compensación de desigualdades. Esto implicaría que la formación del futuro profesorado se basara en contenidos, estrategias y metodologías encaminadas tanto a la emancipación personal de todos y cada uno de los alumnos y alumnas (cultura, valores, preparación intelectual y profesional) como a la mejora de sociedad (capacidad de analizar la sociedad y herramientas para mejorarla). Ello implicaría maestros y maestras bien formados desde la perspectiva intelectual, pedagógica, social y política, con capacidad de análisis y crítica, y con implicación social

Evidentemente no es ésta la dirección en la que se está formando a los futuros maestros y maestras.

 

¿Qué ha significado el Coronavirus en lo educativo? ¿Consideras que las medidas educativas tomadas en el marco de la pandemia afectan al derecho a la educación? 

La primera consecuencia ha sido el cierre de todos los centros educativos, desde el 14 de marzo. Ello ha significado un replanteamiento de lo que se debería hacer con la educación. Como no ha habido normas claras, cada centro y cada profesor/profesora ha desarrollado estrategias diferentes. Des de clase on-line, hasta sólo conversar y mantener el contacto con el alumnado. Una de las grandes dificultades es que un 30 % del alumnado no está en condiciones de seguir una educación on-line, o bien porque no tiene acceso a internet, no tiene los instrumentos para conectarse o no tiene unas condiciones de hábitat y familiares que se lo permitan. Esto ha hecho saltar todas las alarmas, ya que significaba aumentar la desigualdad educativa que existía antes de la pandemia.

En general, y nuestro sindicato así lo ha recomendado, la tesis más extendida es que no hay que dar contenidos nuevos, no se debe tampoco agobiar a los chicos y chicas ni a sus familias con demasiadas obligaciones escolares, y lo que sí es imprescindible es mantener el contacto (por teléfono, Tablet, video-conferencia, etc.) con todo el alumnado y dar soporte emocional, así como proponer actividades que refuercen sus conocimientos culturales, artísticos e intelectuales.

 

¿Cuáles consideras que son las propuestas más importantes para iniciar un proceso de transformación radical del sistema educativo?

Si queremos revertir esta situación y volver a conquistar el derecho a una educación que haga posible la equidad social y una formación humana, técnica y profesional para todos los futuros ciudadanos y ciudadanas, debemos actuar en diferentes frentes:

La lucha por los recursos y los presupuestos. Se trata de recuperar unos presupuestos que hagan posible un buen funcionamiento de los centros públicos y unas condiciones dignas para el trabajo docente, así como la revalorización de la escuela pública por encima la privada, con la desaparición progresiva de los conciertos educativos y la segregación que esta doble red implica.

La lucha por el cambio de las leyes y la orientación del sistema educativo. Es fundamental situar la reivindicación de un determinado modelo de educación pública dentro de las reivindicaciones más globales. Hay que dejar bien claro que no se trata solamente de la defensa de más recursos, sino también de la defensa de un modelo de educación que se aleje del paradigma neoliberal. No es suficiente con ganar la batalla de los recursos, es necesario también ganar la batalla de las ideas.

La lucha y organización dentro de los centros educativos. Dentro del centro es importante recuperar el funcionamiento democrático y participativo, con decisiones conjuntas, tanto a nivel pedagógico, organizativo como reivindicativo

Nunca debemos olvidar que la escuela es tanto un espacio de transmisión de la ideología dominante, como un espacio de resistencia y confrontación, y que este espacio permite al profesorado dejar de ser fieles servidores de los grupos dominantes y trabajar por valores, contenidos y objetivos alternativos.

La denuncia del discurso dominante y la concienciación de las consecuencias futuras. Es imprescindible extender un discurso contra hegemónico que desvele los objetivos ocultos detrás de las nuevas innovaciones. Hace falta mucha pedagogía y mucho debate en torno a las nuevas propuestas, tanto entre el profesorado, como en la comunidad educativa en general. Es preciso denunciar el papel de las empresas y los bancos en la educación, denunciar las consecuencias negativas de la privatización.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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OVE entrevista a Giovanni Beluche: pandemia del Covid 19 ha afectado el derecho a la educación en todos los niveles educativos

Entrevista hecha en exclusiva para OVE, por Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina

 

Conocimos al profesor Giovanni Beluche en el marco de las protestas estudiantiles que se generaron en el 2019 en Costa Rica. A partir de ese momento, desde OVE, le hemos pedimos frecuentemente información sobre la situación educativa en la nación Centroamericana. Siempre ha estado dispuesto a colaborar y agradecemos que lo hace de manera expedita, siendo una fuente seria, objetiva y confiable que posibilita contar con información veraz y oportuna para los lectores de nuestro portal.

El profesor Beluche es Doctor en Estudios de la Sociedad y la Cultura y M.Sc. en Sociología de la Universidad de Costa Rica, además Licenciado en Sociología y Profesor de Segunda Enseñanza, en la Universidad Nacional de Panamá. Su experiencia profesional se ha realizado en 13 países de América Latina y El Caribe, en las áreas de investigación, extensión, asistencia técnica, docencia, dirección de proyectos y consultorías diversas. Ha laborado con pueblos indígenas y originarios en México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Haití, Honduras, Ecuador, Bolivia, Perú y Paraguay. También ha laborado en programas de formación de maestros y maestras a nivel de grado y posgrado en universidades públicas y privadas. Sus dos libros más recientes son “Educación para el Buen Vivir. Saberes y sentires del pueblo Ngäbe” (autor) y “Masculinidades en la cultura del fútbol” (co autor). Coordina proyectos de Trabajo Comunal Universitario en la Sede Central de la Universidad Técnica Nacional de Costa Rica. Ha ejercido la docencia en la Maestría Centroamericana en Sociología, FLACSO Costa Rica, en la Escuela de Planificación y Promoción Social de la UNA (Costa Rica) y la Universidad de San Carlos de Guatemala. Es académico de la Universidad Nacional y la Universidad Técnica Nacional de ese país.

En el marco de la alianza estratégica entre el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) y el portal de los y las maestras OVE, Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina conversan con Giovanni Beluche, con la intención de pulsar su opinión sobre la coyuntura generada por la pandemia del COVID-19 y las perspectivas educativas de corto y mediano plazo. Estamos seguros que su contenido será útil para nuestros lectores y para las investigaciones que auspiciamos.

 

Profesor Giovanni, cuéntanos un poco tu historia de vida, ¿Cómo llegaste a la educación crítica y contestataria?

Primero expresar mi gratitud por tener la oportunidad de compartir mis ideas en un espacio donde tendré la oportunidad de ser leído por diversas personas que conviven en territorios hermanos; sobre todo en estos momentos que demandamos de encuentros y diálogos, aunque sea a la distancia física. 

Desde mi formación y ejercicio profesional siempre estuve vinculado con la educación popular, principalmente con grupos urbanos, rurales e indígenas en desventaja social en diferentes países de América Latina y El Caribe.

La transformación de esas realidades no se puede quedar en el terreno técnico, requiere que los pueblos pierdan la inocencia ideológica y política, se organicen para cambiar sus condiciones actuales mediante estrategias que trasciendan los proyectos productivos.

 

La sociología crítica y los estudios culturales son fundamentales para comprender la realidad y proponer su transformación, pero los cambios sociales serán posibles y duraderos si las comunidades y sectores sociales los encabezan de forma organizada, consciente, emancipada y valiente.

Para esto la educación popular es crucial, de ahí la pedagogía crítica y la vigencia del pensamiento de Freire (como educador latinoamericano), junto con las denominadas epistemologías del sur, los saberes campesinos, la educación para el Buen Vivir, la educación biocéntrica, la pedagogía de la pregunta, la pedagogía de la ternura, el significado de senti – pensar y corazonar, como expresiones de formas alternativas de construir la episteme y la acción político-educativa inteligente, para desaprender y aprender, lo que ha emanado de las experiencias de educación popular y vivencia de los pueblos.

Me atrevo a afirmar que estas expresiones de la pedagogía crítica y contestataria no sólo son nuestros puertos de salida y de llegada, también son nuestra carta de navegación en el maravilloso viaje de la educación. Como lo planteó Freire “La educación no cambia el mundo, pero cambia a las personas que van a cambiar el mundo”

 

Giovanni ¿Cuáles son los elementos más relevantes de la crisis educativa en Costa Rica?

Como sociólogo debo aclarar primero que vivimos en una sociedad que está en una profunda crisis, algunos de sus síntomas: desigualdad, injusticia, polarización social, maltrato a la madre tierra, infelicidad de las personas, exclusión, pobreza material, falta de legitimidad de la democracia liberal. Hemos perdido el sur, por consiguiente, el sistema educativo no está exento de esa situación.

Lo segundo fundamental es rememorar lo que a partir de la Reforma de Córdoba se plantea para las universidades del continente, donde se demanda una educación superior cercana a las aspiraciones de los pueblos (no de los grupos hegemónicos en el poder); es decir, una educación universitaria para mejorar la vida integral de los pueblos en el continente.

No parece haber dudas de que las universidades públicas del continente existen para mejorar la vida de las comunidades, desde el desarrollo de sus áreas sustantivas: investigación, docencia, extensión, acción social y producción. ¿Lo estamos logrando?, ¿estamos incidiendo estratégicamente de forma duradera?, ¿estamos alcanzando los impactos deseados?, ¿qué nos hace falta? Tenemos el deber de revisarnos a profundidad para lograr que nuestro quehacer contribuya a transformar el país, el continente y la sociedad en que vivimos.

Hay mucha presión por parte de los grupos de poder, para que las universidades se conviertan en centros de formación con tendencia tecnocrática utilitaria para los fines económicos. Pero el escenario global que tenemos actualmente nos indica que hoy, como siempre son esenciales los enfoques interdisciplinarios y el trabajo proactivo para salir de esta crisis que vivimos.

Para esta entrevista se me pidió que me concentrara en la educación universitaria, particularmente en las universidades públicas que en Costa Rica son cinco. Me referiré a aspectos generales y comunes de nuestras casas de estudios superiores. Previo a la pandemia del Covid 19 las Universidades públicas de Costa Rica ya corrían riesgos de entrar en situación crítica, debido a factores internos y externos. Sobre los efectos de la pandemia conversaremos más adelante.

Las razones exógenas tienen que ver con políticas fiscales restrictivas que buscan “controlar” los gastos de funcionamiento e inversión, al punto de irrespetar la autonomía universitaria. Entre sus efectos cabe decir que ponen en riesgo las becas estudiantiles, limitan la admisión de nuevos estudiantes, afectan los salarios docentes, el desarrollo de infraestructura, los fondos para investigación y extensión, cierre de oferta académica, reducción de grupos de estudiantes, etc.

Estas medidas restrictivas están acompañadas de una campaña sistemática de los grandes medios de comunicación, dirigida a generar en la opinión pública la idea de que los empleados estatales en general y las universidades en particular, son ineficientes y que las instituciones protegen vagos improductivos que el resto de la sociedad debe mantener. Esto contrasta con la escandalosa evasión fiscal, que casi es igual al déficit fiscal del país, protagonizada por grandes corporaciones nacionales y extranjeras según datos oficiales del Ministerio de Hacienda. Sobre esto último los medios de comunicación casi no dicen nada.

A lo interno de las Universidades públicas hay elementos críticos que deben corregirse y que están poniendo en riesgo la calidad de la formación profesional. Es relevante revisar constantemente el currículo de las diversas carreras para ver a qué modelo país y qué sociedad estamos aportando a construir desde nuestra oferta. Es necesario además revisar qué investigación se realiza, quién define las líneas de investigación y a qué-quiénes benefician esos estudios; de igual manera con las demás áreas sustantivas. La Reforma de Córdoba sigue teniendo un valor referencial que para algunas autoridades universitarias es apenas algo anecdótico.

Es importante además considerar que las universidades se han llenado de profesorado interino, sin estabilidad laboral, que trabaja a tiempo parcial, sin poder dedicarse de lleno al trabajo serio, riguroso y entregado que demanda la educación superior crítica; muchos con salarios bajos que apenas se compensan con pluses como las anualidades. En general, es personal académico que no hace vida universitaria, no va a las bibliotecas, no realiza investigación, mucho menos extensión y se limita a “dar clases” a cambio de un salario extra que le sirve para redondear sus ingresos familiares. Es urgente conformar sólidos equipos académicos, pero con humildad y sencillez para lograr las ideas de comuniversidad, es decir una organización viva, inteligente, sensible, proactiva, versátil y creíble para el pueblo.

Con una mayoría de personas académicas interinas de tiempo parcial, las posibilidades de desarrollo son muy limitadas para las Universidades. Su correlato es que una burocracia administrativa en la gestión superior y un puñado de docentes ganan salarios altísimos e injustificables en un país como Costa Rica. La inequidad es tal que algunas universidades hasta tercerizan servicios de limpieza y vigilancia, para reducir costos en los salarios más modestos, pero no ponen límites a los impresentables sueldos de un puñado de privilegiados. No niego que en este grupo de privilegio hay científicos y docentes de altísimo nivel y sumamente productivos, lo que señalo es lo insostenible e injusto de tal sistema de estratificación salarial y sus consecuencias para la academia.

Es urgente revisar el proceso de reclutamiento y selección en las universidades, ya que se requiere con urgencia personal universitario de alto nivel académico, con habilidades sociales para establecer una relacionalidad generadora de empatías y compromisos y con firme voluntad de generar trabajo cercano a las comunidades.

Sin ánimo de generalizar, en algunas universidades públicas hay unidades académicas donde el sistema de méritos ha dado paso a concursos amañados, en cuyos requisitos sólo les falta poner la talla de la camisa de quien será beneficiado o beneficiada con el proceso. Ojalá fuera para así reclutar los mejores cuadros y reforzar el equipo docente, desdichadamente muchas veces opera el amiguismo y un peligroso sistema de lealtades que va en detrimento de la calidad y la confianza del estudiantado. Es recomendable revisar todo el proceso y favorecer concursos por oposición, donde se mida de la manera más objetiva posible las calidades de las personas concursantes y así se otorguen los puntajes.

Otro factor clave a enfrentar es el inmediatismo prevaleciente en sectores influyentes, dentro y fuera de las universidades, que promueven que la formación sea técnica, por competencias y que responda a las demandas del mercado laboral, en contextos donde tales demandas no necesariamente son de carácter estratégico. Plantean que para competir con las universidades privadas hay que eliminar la formación humanística. Ya hay programas, principalmente de maestrías profesionales, autofinanciadas, con cursos de cuatrimestres y no semestrales.

Sigue siendo un desafío que la educación universitaria estimule el senti pensar, el humanismo científico, el compromiso ético con la construcción de sociedades caracterizadas por la equidad de género, la inclusión, el respeto a las diversidades, la justicia social y el cuido de la Madre Tierra. Una formación que complementa el conocimiento con los saberes ancestrales, donde la técnica sea herramienta de oportunidades, donde la economía esté al servicio de la gente y no la gente al servicio de la economía.

Necesitamos una educación superior que asuma el compromiso de forjar una ciudadanía capaz de pensar en un sentido de vida alternativo, donde la justicia social, la equidad, la igualdad de oportunidades y el bien común estén presentes en el pensar y caminar de nuestra vida en todo el continente.

 

Desde tu perspectiva ¿Responde la formación de los y las futuras maestres a los desafíos de la transformación social en el marco del siglo XXI?

En Costa Rica la formación de maestros y maestras se realiza desde universidades públicas y privadas, en niveles de grado, maestrías y doctorado. Determinar si su formación responde a los desafíos de transformación social del siglo XXI, implica primero la reflexión sobre los modelos de país y regionales a los que aspiramos como sociedades y los desafíos que eso conlleva. Y sobre esto no hay consensos.

La utopía de “otro mundo posible” parte del reconocimiento de que el curso actual de las cosas no es satisfactorio para muchos sectores sociales, para millones de personas que sucumben en condiciones de vida inhumanas.  El capitalismo, sobre todo su versión más deshumanizada que es el neoliberalismo, convierte a la naturaleza en mera proveedora de insumos y a la vida humana en aportadora de fuerza de trabajo, a ambas las destruye en favor de la acumulación de riquezas. Frente a esto no hay una propuesta monolítica, pero sí valiosas aproximaciones que aportan elementos ineludibles, para la transformación social en el marco del siglo XXI.

Cabe preguntarse si nuestras universidades están formando docentes con esa mirada crítica, al servicio de una educación liberadora del espíritu humano, que no sea correa de transmisión de la tecnocracia; que procure una formación que permita a nuestras juventudes insertarse en el mundo laboral, pero como sujetos de derechos y de responsabilidades. Veamos algunas pistas.

Es fundamental que el proceso de formación universitaria de educadores y educadoras revise si está logrando forjar mirada crítica para leer el mundo y luego darse a la tarea de pensar qué personas se están formando en el kínder, la escuela primaria, la educación secundaria; es decir a qué modelo país responden.

La formación de maestros y maestras debe dotarles de conocimiento, pensamiento y capacidades para diseñar-ajustar la currícula y así ejercer una educación intercultural, crítica, contextualizada y pertinente. Eso será posible si hay capacidad para entablar diálogos de saberes y sentires entre seres que se reconocen diversos: educadores, educandos, comunidades y autoridades.

Esa capacidad de escucha respetuosa, será la que posibilite determinar cuáles son desafíos de la transformación social en el marco del siglo XXI. De otro modo seguiremos tratando de imponer las agendas elaboradas desde las altas esferas educativas o desde nuestras propias nociones. Esta capacidad de diálogo social tiene que estimularse desde la academia formadora de docentes.

Necesitamos una educación liberadora, promotora de solidaridad social, eso implica formación política-ética de personas educadoras empoderadas, apuntadas con la pedagogía crítica, con una mirada holista que les hace conscientes de la necesidad de transformar tanto la escuela como la sociedad. Si la universidad no cree en ello y no practica la educación liberadora, no lo podrá transmitir a sus estudiantes. No alcanza con leer a Freire, Maturana y Vygotsky, hay que sentirlo y vivirlo.

Otro de los componentes centrales para que las personas educadoras puedan asumir los desafíos del siglo XXI, es su capacidad para realizar investigación, ojalá investigación – acción – participativa, inspirada en el planteamiento de Falds Borda. Es menester que los planes de estudio contemplen varios cursos de investigación y, por supuesto, que sean asumidos por personas y equipos académicos de experiencia demostrada en tal campo.

A pesar de que se reconoce la complejidad del mundo en siglo XXI, la formación universitaria sigue siendo atomizada y poco interdisciplinaria. Cuesta mucho que se constituyan equipos de trabajo para docencia, investigación y extensión conformados por profesionales de pedagogía, antropología, estudios culturales, sociología, historia, etc. En algunos priva un sentido corporativista que nada aporta en la formación de personas educadoras. Son muchos los desafíos y hay poca tolerancia al cambio y al pensamiento diverso.

Sería bastante largo referirse a tantos desafíos que ponen en cuestionamiento la formación de docentes, que puedan identificar, elaborar y educar en función de las necesidades y retos para la transformación social del siglo XXI.

 

¿Qué ha significado el Coronavirus para la educación? ¿Considera que el COVID-19 y las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

Tanto en las universidades privadas como en las públicas, la mayoría de las carreras universitarias fueron diseñadas para darse bajo la modalidad presencial. La emergencia obligó a transformar los cursos en virtuales, algunos se prestan con mayor facilidad y otros son más complicados. La pandemia del Covid 19 ha afectado el derecho a la educación en todos los niveles educativos, sobre todo por el limitado acceso a tecnologías de la información y la comunicación de amplios sectores sociales.

En las universidades privadas y en los programas de maestría de las U públicas, las limitaciones han sido menores, por la condición socioeconómica de las y los estudiantes, en su mayoría profesionales en ejercicio que tienen celulares, computadoras o tabletas, además de acceso a Internet. La mayor dificultad radica en la posibilidad de las y los estudiantes universitarios, provenientes de hogares en condiciones de pobreza material, para conectarse a las plataformas electrónicas ofrecidas por las universidades. Muchos estudiantes no tienen posibilidades de pagar el acceso a estos ambientes tecnológicos; otros trabajan en el comercio y empresas que pagan el salario mínimo. Entre los trabajadores y trabajadoras del campo normalmente ni salario mínimo reciben.

La crisis evidenció las desigualdades sociales de un país como Costa Rica, en un marco algo contradictorio. La cobertura y penetración de las universidades públicas en las comunidades y sectores en desventaja social es destacable, gracias a los sistemas de becas y a la presencia de sedes regionales en muchas zonas remotas. Sin embargo, la conectividad a la red y la tenencia de los equipos necesarios es limitada en tales sectores humildes, por lo que han quedado excluidos del derecho a la educación. Esto es un problema societal propio de las desigualdades sociales y los bajos ingresos de las familias, un efecto del modelo de acumulación vigente y no es responsabilidad exclusiva de las universidades públicas.

La emergencia del Covid 19 genera una obsesión por la virtualización de los cursos, como si hubiéramos entrado en una posmodernidad en la que el docente que no logre transformar sus cursos en virtuales, es un sujeto atado a la prehistoria. Desde la pedagogía crítica debemos alzar la voz, reivindicar que la formación demanda de una relacionalidad dialógica, un encuentro con los otros y las otras, desde una presencialidad que permite corporizar un pensamiento-acción pedagógica que cobra vida en la interacción de la clase universitaria. En el encuentro cálido, amoroso, respetuoso, combativo y dialógico que tiene su génesis en ese territorio desde donde debemos trabajar.

 

Amigo Giovanni ¿Cuáles pueden ser las alternativas para salir de la actual situación de crisis del sistema educativo?

Primero debo aclarar que esta reflexión la forjo a partir del corazonar que he podido construir gracias a la generosidad de decenas de educadores y educadoras del continente, con quienes he tenido la oportunidad de desaprender y aprender en el transcurso de estos años.

La crisis provocada por la pandemia es muy grave y muy profunda, sus efectos serán duraderos y se requerirá de esfuerzos inéditos para superarla. Hay que pensar para lo inmediato y para lo estratégico, comprendiendo que estamos en un punto de inflexión que bien pudiera ser una oportunidad para reconstruir el sistema educativo desde nuevas bases. No quiero detenerme mucho en lo inmediato, lo cual pasa por solventar las carencias mencionadas antes, relacionadas con la conectividad, facilitar computadoras y tarjetas de acceso a Internet. Cuando las autoridades sanitarias lo autoricen y guardando el distanciamiento, usando mascarillas y demás, habrá que habilitar planes remediales para compensar el tiempo de aislamiento. Pero ahora, la prioridad debe ser el cuido de la salud física y mental de las familias, lo que incluye la alimentación.

Podemos aprovechar el aislamiento social para avanzar algunas reflexiones sobre la necesaria transformación del sistema educativo, válidas desde antes de esta crisis y que nos ayudarían a salir fortalecidos. Algunos economistas dicen que la profundidad de esta crisis supera los efectos del llamado crack de 1929, superarla conlleva una alta dosis de colectivismo y menos individualismo. Desde la educación es la oportunidad para trascender los centros educativos y edificar comunidades educativas, en las que se articulan Estado, docentes, estudiantes y comunidades.

Lo antes dicho tiene varias implicaciones para la formación de maestras y maestros. Hay que superar la idea de que la cognición se limita a procesos racionales, entendiendo que las emociones, las percepciones y los pensamientos constituyen una ecuación que da lugar a la acción. Las y los educadores comprometidos con la creación de comunidades educativas son capaces de revisar las diferentes dimensiones del quehacer pedagógico, como la mediación, la evaluación, los materiales didácticos, los vínculos con las comunidades, etc.

La capacidad de diálogo sincero facilita alianzas con estudiantes, padres, madres, líderes comunales y demás fuerzas vivas presentes en el entorno. Se nutre del conocimiento del contexto que puede alcanzarse mediante la investigación – acción – participativa. La comunidad deja de verse como fuente de información y se constituye como actor en el devenir de su propio destino. Las maestras y maestros formados en la pedagogía crítica, son personas inspiradoras, orientan procesos, hacen propuestas, ayudan a dar forma a las ideas de las personas comuneras, enseñan a gestionar ante la institucionalidad y, principalmente, estimulan la auto organización comunitaria.

Las y los docentes formados en la pedagogía crítica, también enseñan con la desobediencia ética en su lucha contra un sistema burocrático que hegemoniza y les impide atender con seriedad, entrega y compromiso lo que demanda su pueblo, su país, el mundo.

La universidad debe proporcionarles la formación interdisciplinaria que necesitan para afrontar estos desafíos. No se trata de que las maestras y maestros tengan una formación enciclopédica, sino que tengan capacidad para dialogar con la realidad, con su pueblo y con profesionales de diversas disciplinas. Pero, no basta con la formación durante la carrera, la complejidad de los desafíos obliga a acceder a la formación continua, ofertada por las universidades y por el propio Ministerio de Educación Pública, que favorezca el intercambio de experiencias entre pares nacionales e internacionales.

Aspiramos a un sistema educativo que favorece la meta cognición y la producción social del conocimiento. Para lograrlo las y los docentes tienen que transferir paulatinamente la centralidad del trabajo en el aula hacia las y los estudiantes. Ir más allá del aula, conscientes de que la formación de la niñez y las juventudes oscila entre la escuela, las familias y las comunidades. Las personas docentes acompañan, facilitan, orientan, estudian, generan preguntas y escenarios de aprendizaje con profesionalismo y amorosidad. Así procuraremos que el sistema vaya alejándose de la estructura de asignaturas en favor de una concepción más holista, crítica, vivencial y significativa.

Pasar de centros educativos a comunidades educativas, escuelas de tiempo completo, abiertas para que las comunidades aprovechen en las noches o los fines de semana la inversión en infraestructura que se hizo con recursos públicos. Las maestras y maestros son agentes dinamizadores de nuevas relaciones sociales en las comunidades, eso consume tiempo y esfuerzos. No pueden seguir esclavizados con tanta labor burocrática, desgastante, informes, etc.

Las personas educadoras deben comprender que son fundamentales para construir un proyecto civilizatorio alternativo, por eso deben estudiar y exigir a las universidades donde se forman, el acompañamiento permanente para enarbolar el pensamiento y la acción crítica en su caminar.

Necesitamos dar vida a un proyecto sociopolítico pertinente para el logro de comunidades saludables, solidarias, críticas y colmadas de bienestar; las y los educadoras históricamente nos han inspirado como sociedad, basta conocer el caminar de Carmen Lira, Luisa Gonzáles, Omar Dengo y tantas otras en el caso costarricense y cientos más en nuestro continente. Pero no podemos dejar solos a las y los maestros en esa irrenunciable tarea, la educación es un deber de todas y todos; por eso tenemos que tener claridad ideológica, política y ética del trabajo que toca aportar para construir el mundo que merecemos vivir.

La realidad es desafiante, hay que atreverse a dar pequeños pasos con un destino claro, hacer que el mundo sea habitable, solidario, lleno de paz y en armonía con la Madre Tierra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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