Ocho nuevos colegios de todo el país se integraron este año a la Red de Escuelas Líderes, que nació en 2008 para dar a conocer el trabajo de establecimientos que innovan con éxito en contextos vulnerables
Sur América/Chile/28.06.2016/Autor:Margherita Cordano/Fuente:http://www.economiaynegocios.cl/
Para aprender sobre el ciclo de carbono, los alumnos de 7° básico de la Escuela Básica G-33 de Talhuán, en la provincia de Ñuble, decidieron transformar su colegio. Tras entender que el proceso es clave para sostener vida en la Tierra, optaron por aportar con su grano de arena: recortaron restos de botellas plásticas y las convirtieron en maceteros que llenaron de plantas. También se preocuparon de recolectar desechos orgánicos, lo que les permite alimentar el invernadero que armaron.
En el proceso, los estudiantes repasaron sobre políticas públicas relacionadas con el medio ambiente en clases de Historia. En horas de Lenguaje aprovecharon para trabajar en un informe centrado en la importancia del reciclaje, texto que más tarde hicieron llegar a su alcaldesa.
«Cuando hicimos este proyecto no nos salimos del currículum. Teníamos un problema de basura, así que decidimos ligarlo con las ciencias. Esto derivó en una serie de investigaciones que terminaron complementándose», contó Lilian Muñoz, directora de este establecimiento de 75 alumnos ubicado a más de 20 kilómetros de Ninhue, en la Región del Biobío. Hasta el sector -continuó- no llega ni la locomoción colectiva, por lo que se hace difícil recibir la visita del camión de basura.
Su experiencia la contó durante un panel que formó parte del IX Seminario de la Red de Escuelas Líderes de Educación en Pobreza, evento que ayer reunió a cerca de 900 personas en el Centro de Extensión de la Universidad Católica. Hasta ahí llegaron directores, profesores y estudiantes de Pedagogía interesados en conocer más sobre las prácticas innovadoras que -así como la escuela de Talhuán- realizan los cien establecimientos que hoy forman parte de esta iniciativa. Desde sus inicios en 2008, el objetivo de la Red de Escuelas Líderes ha sido destacar la labor de instituciones que entregan educación de calidad en contextos vulnerables.
El proyecto lo impulsan Fundación Educacional Arauco, Fundación Minera Escondida, Fundación Chile y «El Mercurio». Con proyectos que fomentan desde los valores socioafectivos hasta la importancia de cuidar el patrimonio, este año fueron ocho las escuelas que se incorporaron a la red (ver página siguiente). Provienen de las comunas de San Pedro de Atacama, Coquimbo, Rengo, Peralillo, Chillán, Ránquil, Puyehue y Puente Alto, y presentan índices de vulnerabilidad que van del 70% al 94%.
Apropiarse del currículum:
El nuevo encuentro tuvo como principal expositor al estadounidense Robert Lenz, director del Buck Institute of Education y especialista en Aprendizaje Basado en Proyectos. Esta metodología propone que los profesores trabajen en forma multidisciplinaria y que los estudiantes se involucren más con aquello que aprenden: en vez de dedicarse a copiar lo que el maestro dicta, se incentiva que ellos mismos investiguen las distintas materias.
Ante el panorama de un mundo que cambia a pasos agigantados, donde es probable que las máquinas reemplacen muchas de las labores que hoy realizan humanos y en donde se vuelve imposible saber cuáles serán los trabajos del futuro, Lenz explicó que trabajar a partir de proyectos ayuda a desarrollar habilidades que serán primordiales.
Entre estas herramientas -que llamó fundamentales para el siglo XXI- destacan cuatro: la necesidad de aprender a comunicar ideas, de colaborar unos con otros, de potenciar la creatividad y de fomentar un pensamiento más crítico.
«Uno de los proyectos que incentivo es que los alumnos hagan documentales en torno a temas de Historia Universal. En ellos incluyen videos, fotografías y entrevistas que más tarde se presentan ante una audiencia masiva que involucra a las familias. Y eso tiene mucho de pensar de forma crítica: obliga a los jóvenes a definir qué cosas vale la pena destacar y qué tono le quieren dar a eso que muestran. Hay un diálogo, una síntesis y un proceso que los obliga a escuchar al otro para adaptar sus ideas hacia un mejor producto», explicó.
La idea de trabajar de forma colaborativa también fue rescatada por el director de «El Mercurio», Cristián Zegers. «El aprendizaje dentro de la flexibilidad nos acerca a un mundo nuevo. El mercado del trabajo va a ser distinto y, naturalmente, la calidad pedagógica para afrontar este mundo en mejores condiciones va a tener que ser mucho mejor que la actual», indicó a través de un video con que los socios de la iniciativa dieron la bienvenida a los nuevos integrantes de la red.
Este cambio no siempre es fácil de lograr en un país que privilegia las pruebas estandarizadas, cree César Mayolafquén, profesor de Historia del Liceo 1 Javiera Carrera y asistente al seminario. «En nuestro caso no solo los maestros tienen una mirada academicista, sino las mismas alumnas. Ellas exigen pruebas que miden cuánto memorizaron de un contenido, porque quieren sacar buen puntaje PSU».
Para Carmen Ortega, del colegio Tomás Lagos de Chillán, innovar en Chile también es complicado porque «en el caso de los establecimientos municipales se depende mucho de la voluntad del alcalde de turno. Muchos temen que por culpa de iniciativas como el aprender con proyectos -que son actividades que toman más tiempo en desarrollar- no se alcance a pasar toda la materia del currículum».
Al respecto, durante el panel de conversación, Alejandra Arratia, coordinadora de la Unidad de Currículum y Evaluación del Ministerio de Educación, contó que este actualmente trabaja en dotar al currículum nacional con una noción de aprendizajes más globales, más generales y relacionados con el sentido pedagógico de los objetivos (estando menos centrados en el detalle mismo). «La idea es promover procesos de apropiación curricular», explicó.
Dirigiéndose a los directores y profesores, agregó: «Los invitamos a tomar propiedad de las definiciones -en este caso del currículum- y trabajar con ellas, jugar flexiblemente. Si miramos el aprendizaje y tenemos la formación integral de nuestros estudiantes como principal referente, podemos poner todas las otras definiciones al servicio de eso. Como profesionales de la educación, siéntanse con las herramientas para poder trabajar flexiblemente el currículum».
«Desde la perspectiva curricular, tenemos conciencia de que muchas veces quizás hemos transmitido ciertos énfasis que no favorecen los procesos de flexibilización. Hoy estamos trabajando en cambiar eso.
Alejandra Arratia, coordinadora de la Unidad de Currículum y Evaluación del Ministerio de Educación».
Fuente: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=265920
Imagen: http://files.escuela-talhuan7.webnode.cl/200000345-72c0c73b9a/20151008_154430.jpg