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Posiciones encontradas gobierno-gremio de maestros colombianos

América del Sur/Colombia/13 Mayo 2017/Fuente: Prensa Latina

En medio del paro iniciado por maestros colombianos, el gobierno y Federación de Trabajadores de la Educación (Fecode) anunciaron su disposición de retomar el dialogo, aunque ambos lados mantienen acusaciones que rechaza la otra parte.
El presidente Juan Manuel Santos deploró este jueves la huelga de maestros, al igual que su ministra de Educación, Yaneth Giha, con el alegato ambos de que la suspensión de las clases es injustificada.

El mandatario indicó que el apretón fiscal no permite ampliar beneficios económicos a ningún sector. ‘Hemos llegado a un punto en lo que se refiere a beneficios económicos donde no podemos ceder o no podemos darles lo que piden, porque simplemente no tenemos los recursos. Ojalá los tuviéramos’, aseveró.

Mientras tanto, la ministra del ramo comentó que seguirán trabajando para revisar el salario de los docentes, ya que son más las horas que deben trabajar. ‘Nosotros ya estamos listos para retomar las conversaciones; estamos listos para sentarnos’, apuntó Giha.

Por su lado, Carlos Rivas, presidente de Fecode, explicó al diario El Espectador que las razones de este paro se deben principalmente a la falta de acuerdos en torno a la implementación de la jornada única, así como a los viejos problemas en torno al servicio de salud para los maestros.

‘No hemos podido, por ejemplo, llegar a acuerdos en el número de estudiantes que debe tener cada docente. Mientras lo lógico es que cada profesor tenga hasta 15 alumnos, nosotros tenemos 35 o 45’, añadió el líder gremial.

Así solamente podemos cuidar a los alumnos, pero no enseñarles, afirmó, tras señalar que el gobierno tampoco entiende que la jornada única debe estar respaldada por alimentación, transporte, infraestructura, un porcentaje salarial adicional para los maestros, laboratorios, campos deportivos y salas de internet que faltan.

Estamos dispuestos a conversar, aseguró Rivas, quien recalcó que pueden reunirse con la ministra ‘cuando ella diga’, aunque aclaró que mantendrán el paro y la negociación se hará en medio del conflicto.

El titular de Fecode pidió asimismo que el Gobierno se presente a las conversaciones con propuestas concretas, pues no se sentarán de nuevo a la mesa para rediscutir lo que ya está discutido; eso no tiene sentido, manifestó Rivas.

La huelga magisterial involucra a más de 350 mil educadores en todos los departamentos del país, donde se suspendieron las clases de una matrícula de unos ocho millones de niños.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=85103&SEO=posiciones-encontradas-gobierno-gremio-de-maestros-colombianos
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“Para que la escuela pueda servir realmente a la sociedad debe estar protegida de los intereses corporativos que insisten en infiltrarla” Entrevista a Carlos Fernández Liria, Olga García Fernández y Enrique Galindo, autores de Escuela o barbarie (II)

Carlos Fernández Liria es profesor de filosofía en la UCM. Entre sus numerosos libros cabe citar En defensa del populismo (2015), Para qué servimos los filósofos (2012) y El orden de El Capital (2010, con Luis Alegre Zahonero. Olga García Fernández es profesora de enseñanza secundaria. Milita en las Marea por la Educación Pública de Toledo. Enrique Galindo Fernández es también profesor de enseñanza secundaria. Activista de la Marea Verde.

Nos centramos, en esta conversación, en algunas de las temáticas desarrolladas en su libro Escuela o barbarie. Entre el neoliberalismo salvaje y el delirio de la izquierda, publicado por Akal, Madrid, 2017.

***

Estábamos aquí. Habláis en vuestro libro de Daniel Noya, un ejemplo para la escuela pública afirmáis. ¿Quién es Daniel Noya?

Carlos.- Aparte de ser un gran poeta que vive y da clase de filosofía en el valle del Tiétar, es un hombre normal (lo que no es tan habitual), un hombre noble y honrado que lleva toda su vida dedicado a la enseñanza en el mundo rural. Le he citado en el libro como un ejemplo más de esos millares de profesores que aman su profesión, que han instruido a generaciones y generaciones de alumnos de una forma bella y desinteresada, muy por encima de sus obligaciones laborales. Son estos profesores, a los que yo calificaría de verdaderos héroes anónimos, los que han convertido la escuela pública en un milagro ilustrado de la humanidad. La propaganda neoliberal y el delirio izquierdista, en cambio, los denigran día a día, cada vez más, con calumnias lobotomizadas sobre el desempeño de su profesión, con controles delirantes que limitan su libertad de cátedra, llegando incluso a sugerir, desde no se sabe qué tribunas académicas de élite, que deben ser «enseñados a enseñar», vigilados y disciplinados para una continua innovación suicida, reciclados en entrenadores del gimnasio laboral que reclaman los mercados cada día de forma más imprevisible. Y este diagnóstico lo hacen tecnócratas que jamás han pisado un aula.

Para aclararnos de aquí en adelante. ¿De qué deberíamos hablar, de educación o de instrucción?

Olga.- De las dos. En el parágrafo titulado «Instrucción vs. Educación» lo explicamos. Instruir, en tanto que ejercicio de la filomatía (amor por aprender) es una dinámica en la que el profesor enseña conocimientos que le han sido costosos de aprender y en los que es experto. Y los enseña para que el alumno los haga propios a través de la reflexión y de la crítica, para que en esa dialéctica, realmente «piense por sí mismo». Esta forma de enseñar y aprender exige el reconocimiento de la diferencia entre el profesor y el alumno. Una diferencia «geométrica», entre el que posee el conocimiento y el que se hace con él. Y fundamentalmente exige «respeto»: del que aprende por el que sabe, por la pasión con la que lo enseña, y del que enseña por el que aprende, por la capacidad que tiene para ello. Ese respeto exige esa previa distancia, garantía del reconocimiento entre uno y otro a través de lo aprendido, y nunca a través de lo afectivo. Es esencial que esto quede claro: educar, en el sentido de acompañar (lo que hace el pedagogo), de identificarse afectivamente, es lo contrario que aportar herramientas al alumno para la crítica y la emancipación. Esto no significa dejar de lado la educación del corazón por la del intelecto, como decía Aristóteles en la Política, sino entender esa educación del corazón como respeto hacia una persona en formación, que aun está por ser adulto. La educación de lo afectivo es paidocentrismo, es educar en la consideración de que el alumno es un ente acabado como niño o adolescente, y no un ser humano emancipable en potencia.

Enrique.- Lo que intentamos es salir de la falsa polémica entre instrucción y educación que considera que la primera es algo así como rellenar las cabezas de los alumnos con contenidos que les son completamente ajenos. Hay que decir que la instrucción, que, como acaba de explicar Olga, entendemos como filomatía (término este que tomamos de la excelente tesis doctoral de José Sánchez Tortosa), es en sí misma educativa. A este respecto hay un dato que me parece significativo: la II República mantuvo el nombre de Ministerio de Instrucción Pública y fue el primer gobierno de Franco, en fecha tan temprana como 1938 el que lo cambió por Ministerio de Educación Nacional. Este cambio de nomenclatura no es inocente, pues implica privilegiar los elementos de guía y conducción, haciendo del pedagogo (conductor de niños) el preparador del terreno para el éxito del demagogo (conductor de pueblos o, en este caso concreto, Caudillo).

Carlos.- A veces hay que educar para poder instruir, pero la pretensión de hacer cargar a la escuela con todos callejones sin salida sociales es una barbaridad. La escuela no puede dar trabajo a los padres de los alumnos que están en paro, por ejemplo. En esta sociedad hay problemas gravísimos que tienen que ser resueltos políticamente. Y los profesores, que son los primeros en vivirlos cotidianamente, al convivir con alumnos de todas las edades a diario, se están comportando, en general, como verdaderos héroes, desplegando una generosidad de gran sensibilidad social. Pero en lugar de agradecimiento (que suelen tenerlo, en cambio, y muy sincero, por parte de los alumnos), se encuentran con que los poderes fácticos les responsabilizan por no lograr solucionar lo que esos mismos poderes deberían estar solucionando por otros vías. Los medios de comunicación, manejando además tópicos pedagógicos execrables, no han parado de difamar y calumniar, echando basura mediática sobre la profesión de profesor. De este modo, los profesores han perdido el prestigio y el respeto de la sociedad en general. Esto es un desastre de la civilización.

No parecéis muy entusiastas de la pedagogía. Pero personas muy entrañables y muy reconocidas en las tradiciones de izquierda e ilustradas fueron pedagogos. Pienso, por ejemplo, en Ferrer i Guàrdia o en Makarenko. ¿Dónde se ubican vuestras principales críticas a la Pedagogía?

Olga.- En primer lugar, en su autoproclamación de ciencia experta en el arte de enseñar a enseñar, cuando no tiene cuerpo teórico alguno. Postularse como la metaciencia que enseña cómo enseñar más allá de los contenidos específicos de cada disciplina es grotesco desde un punto de vista científico. Como mucho, la pedagogía es una técnica o conjunto de recomendaciones formales. En segundo lugar, precisamente, el discurso pedagógico moderno (de origen jesuita) es «forma vaciada de contenidos». Es lo que se denomina «formalismo pedagógico»: el progresivo vaciamiento de los contenidos en favor de sucesivas metodologías cuyo fin es, exclusivamente, el reajuste del aprendizaje en términos rentables, en la producción de determinado tipo de persona, del «hombre nuevo» necesario en cada momento. En tercer lugar, al formalismo pedagógico le acompaña como sustituto del conocimiento, el establecimiento del afecto, de lo emocional. El discurso actual de la pedagogía está transido de estructuras biensonantes y, por lo tanto, muy difíciles de desmontar como «democratizar la enseñanza», «educar en la autoestima y en lo emocional», «construir el propio aprendizaje», «iniciativa emprendedora»….. Es un lenguaje a favor de los intereses neoliberales que requieren un ciudadano adaptable a todo tipo de circunstancias. Por lo tanto, no se trata tan sólo de que, en origen, la Pedagogía se considere a sí misma indispensable para las disciplinas que sí son científicas, sino que en su labor de «tutela» desacredita la importancia de los conocimientos aportados por las mismas, promueve el vaciamiento de contenidos de la escuela frente a lo afectivo y obedece históricamente a los intereses y tendencias innovadoras de reforma de los «agentes sociales».

Enrique.- Fíjate que tanto Ferrer i Guàrdia como Makarenko son pedagogos en tanto que reflexionaban sobre su propia práctica como maestros; se enfrentaban directamente en su día a día con los problemas que surgían en sus escuelas y en el trato directo con los alumnos y a partir de ahí hacían una teorización, por así decir, enraizada en su propia praxis. Eso es enteramente diferente de erigirse en los detentadores de una presunta (e imposible) «ciencia de la educación» que exacerba el formalismo del que habla Olga. Las teorías pedagógicas se van alejando de la práctica concreta y de los contenidos concretos y se convierten en prescriptivas e invasivas del principio fundamental de la libertad de cátedra, además de puramente formales. Al concebirse como una ciencia positiva más pretende ocupar un lugar autónomo e independiente en la ciudad científica, pero eso la lleva al formalismo y este al delirio pedagogista del que hablábamos antes. Esto lo localizó muy bien Hannah Arendt en los años 50 del siglo pasado, cuando decía aquello de que bajo la influencia del pragmatismo y la psicología la pedagogía se separó de los contenidos a transmitir y con ello de las normas básicas de la sensatez. Por ello, nuestras críticas se centran en las pretensiones cientificistas de la Pedagogía, que terminan sirviendo a intereses espurios legitimándolos.

Carlos.- Por mucho que tengo fama de antipedagogo, yo no tengo nada contra la pedagogía. Siempre y cuando, por supuesto, sea cosa de profesores. Cuando los profesores reflexionan sobre su propia práctica docente tienen, sin duda, cosas importantísimas que decir, en el terreno de la didáctica y en el de la pedagogía. Yo sería partidario, incluso, de que se reservara una porción importante del tiempo de trabajo de los profesores para estas reflexiones. Pero lo que es un idea disparatada es instituir una carrera universitaria en la que se pretende enseñar como «enseñar a enseñar» a los profesores y eso, además, sin haber enseñado nunca. Yo no sé cómo puede parecer sensata una cosa así. Luego, ocurre lo que ocurre. Cada vez que hay que hacer un plan educativo o implementar un política para la enseñanza, se convoca a los «expertos en educación» en lugar de a los profesores. Hasta en Podemos ha pasado esto. Es así como el destino de la educación en este país ha quedado en manos de tecnócratas que jamás o apenas han pisado un aula, pero que se han pasado la vida elaborando libros blancos para los ministerios. Se trata, además, de una estafa que ha sido muy interesadamente ocultada. A los egresados de Ciencias de la Educación, hace ya décadas, se les regaló el CAP, un cursillo ignominioso del que jamás ningún profesor ha dicho nada bueno (quizás haya alguna excepción, vale). Ese cursillo jamás se evaluó, jamás se hicieron públicos los datos sobre su aceptación entre el profesorado que tenía obligatoriamente que pasar por él. Y luego, aprovechando el revuelo del Plan Bolonia, el CAP se transformó en un flamante Master de Formación del Profesorado, diez veces más caro y cinco veces más largo. Es curioso ver que, por ejemplo, el MFP de la UCM es el único máster sobre el que no hay manera de encontrar los datos de su autoevaluación, que son obligatorios. No sé cómo será en otros sitios, pero me temo que pasará algo parecido.

Se suele hablar de una educación, de una Universidad, de una escuela a favor de la sociedad. ¿Os parece razonable una finalidad formulada en estos términos?

Carlos.- En los tiempos de la lucha contra el Plan Bolonia, escribí, junto con mis alumnos, dos libros contra ese pernicioso lema: una escuela, una universidad, «al servicio de la sociedad». Decía Humboldt que en la enseñanza secundaria el profesor debe estar al servicio del alumno, y que en la enseñanza superior, en cambio, ambos dos, el profesor y el alumno, se deben a la verdad. Esto me parece una manera adecuada de plantear las cosas. Pero una Escuela o una Universidad al servicio de la sociedad es un lema envenenado, sobre todo si se trata de una sociedad tan mala como esta. En una sociedad en la que ni siquiera los parlamentos pueden nada contra la dictadura de los corporaciones económicas, poner la enseñanza al servicio de la sociedad es una estrategia suicida, que sólo sirve para acelerar el molino de la destrucción turbocapitalista que se avecina. Supongo que nadie aceptaría un lema que alentara poner el derecho al servicio de la sociedad. Porque no es el derecho el que debe estar al servicio de la sociedad, es la sociedad la que debe estar en «estado de derecho». ¿No es así? Pues lo mismo pasa respecto al uso teórico de la razón. No hay que considerar verdad lo que la sociedad opina a través de sus aparatos mediáticos e ideológicos, sino que la sociedad debe aprender a distinguir la verdad de la basura ideológica. Para eso se inventó la escuela pública. La sociedad no es quién para opinar sobre la verdad o la falsedad del teorema de Pitágoras. En resumen, bajo el lema «una enseñanza al servicio de la sociedad» lo que se esconde es el proyecto de poner las instituciones estatales al servicio de las necesidades mercantiles. Es un plan muy astuto para que las empresas puedan aspirar dinero público para sus propios negocios, logrando, para empezar, que todo un ejército de becarios trabaje para ellas sin pagarles nada, cobrando con el dinero estatal, es decir, con el dinero que pagan otros trabajadores con sus impuestos. En resumen, es el plan perfecto del neoliberalismo: que el sueldo de los trabajadores lo paguen otros trabajadores.

Olga.- La única posibilidad de que la escuela, en cualesquiera de sus niveles, pueda servir realmente a la sociedad, es si está protegida de los diferentes intereses corporativos que insisten en infiltrarla. Una escuela que sirva a la sociedad es aquella que, de alguna forma, está aislada de la misma, a la que no se exige que enseñe algo aplicable en términos de «impacto social», «trasferencia de activos» o rentabilidad económica. Es una escuela que forma ciudadanos «útiles» en el sentido ilustrado: personas instruidas en profundidad en el corpus teórico de la carrera elegida y aptas para el ejercicio de la ciudadanía; es decir, críticas con las instituciones.

¿Dónde creéis que es más clara y más enérgica la privatización de la escuela preuniversitaria?

Enrique.- Si te refieres a en qué comunidades autónomas se percibe más claramente creo que hay que decir que la Comunidad de Madrid es la campeona de la privatización con diferencia. Es el laboratorio privilegiado de este tipo de políticas. Aunque creo que en Cataluña o la Comunidad Valenciana (al menos hasta el cambio de gobierno) tampoco se han quedado mancos en ese sentido. En otro orden de cosas hay que atender también a dimensiones de la privatización que van más allá de favorecer descaradamente a la privada-concertada en detrimento de la pública, lo que llamaríamos privatización exógena. Los cambios, por ejemplo, que la LOMCE introduce en el modelo de gobierno y gestión de los centros públicos significan un tipo de privatización endógena, al implantar en los centros públicos los principios de la gestión empresarial con el objetivo de ponerlos a competir en el cuasi-mercado educativo que se está creando. Y esto es igual para todas las regiones. Si preguntamos por ese «dónde» en el terreno ideológico, la retórica de la igualdad de oportunidades (en vez de hablar, como se debería, de igualdad de derechos) y de la libertad de elección (o el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, cosa muy discutible tal y como se suele plantear), con su corolario de defensa del cheque escolar, son ejemplos de que la ideología privatizadora se ha naturalizado hasta convertirse en hegemónica.

Conviene preguntar lo mismo pensando en la Universidad pública.

Carlos.- Si entiendo la pregunta en el mismo sentido que ha respondido Enrique, hay que decir que es un fenómeno absolutamente global. Viajando a Colombia, a México, a Grecia, a Holanda, te das cuenta de que en todas partes se manejan los mismos tópicos, la misma jerga pedagógica, los mismos lemas. Los objetivos son los mismos en todas partes. Esto me ha sorprendido muchísimo. Parece una conspiración global. Me recuerda a los comienzos de la lucha contra el Plan Bolonia, cuando se trataba de luchar contra el Informe Bricall. En el año 2000, hubo unas manifestaciones multitudinarias contra un documento, el Informe Bricall, que ni siquiera había sido todavía publicado. El propio artífice del informe declaró su sorpresa porque se protestara tanto contra un texto que todavía no existía oficialmente. ¿Qué había pasado? Pues que una generación de estudiantes, entre los que se contaban, según recuerdo, Miguel Urban, Luis Alegre y algunos protagonistas más de Podemos, se habían encerrado en la Universidad para traducir del inglés las ponencias sobre educación de la última cumbre de la OMC, en Nueva Zelanda. Y antes de que se publicara el famoso «Informe», ellos ya sabían lo que iba a decir. Lo malo ha sido que esas directrices han sido un destino insoslayable a nivel mundial. Una verdadera apisonadora. Si no se hubiera presentado resistencia, sin duda que el resultado habría sido mucho peor. Pero, de todos modos, el destino ha sido el destino, no ha habido forma de pararlo. De un lado a otro del planeta, las autoridades académicas de derechas y de izquierdas se han plegado a los planes de la OMC.

Seguimos en breve.

Cuando quieras. Tomémonos un descanso.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=226467

Fuente de la Imagen: https://i.ytimg.com/vi/kZMrO3fR9ps/maxresdefault.jpg

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Aborda especialista situación de la educación cubana y dominicana

Centro América/República Dominicana/13 Mayo 2017/Fuente: Prensa Latina

La doctora en Ciencias Pedagógicas, María de los Ángeles Legañoa Ferrá, concluyó hoy un ciclo de conferencias sobre temas docentes con un análisis de la situación de la educación cubana y dominicana.

Sus disertaciones transcurrieron en la Universidad Tecnológica, la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, la Universidad Central del Este, en San Pedro de Macorís, y la sede de la Academia de Ciencias de la República Dominicana (ACRD).

En la Conferencia Magistral de anoche en la ACRD titulada ‘La educación en Cuba: logros y buenas prácticas; y una mirada a la problemática educativa dominicana’ acaparó la atención de los funcionarios, docentes, técnicos y maestros asistentes.

Evocó el concepto martiano de Educación, que es preparar al hombre para la vida, y explicó que si ese es el objetivo a seguir, los educadores necesitan prepararse continuamente y perfeccionarse cada vez más.

Recordó que, según la UNESCO, Cuba muy tempranamente cumplió con los objetivos del milenio, es el sexto país a nivel mundial en la preparación de la primera infancia y tiene un 100 por ciento de escolarización en los niveles primario y secundario.

El país dedica el 13 por ciento del Producto Interno Bruto a la Educación, que es gratuita desde pre escolar hasta la universidad, figura en los primeros lugares en exámenes internacionales y desarrolla una pedagogía centrada en el alumno, dijo.

Después de un recorrido por la historia de la educación cubana con significación en las transformaciones operadas a partir del triunfo de la Revolución en 1959, valoró la campaña de alfabetización, la nacionalización de la enseñanza y el perfeccionamiento progresivo de ese sector.

Luego hizo un análisis de la educación dominicana muy bien recibido por los presentes, donde abarcó cuestiones de formación, trabajo metodológico, selección, supervisión y acompañamiento de los docentes, organización escolar y nivel científico de los profesores, entre otras cuestiones.

Posteriormente, entrevistada por Prensa Latina, reveló que desde el año 2013 comenzó a laborar en un proyecto de colaboración entre la Universidad de Camagüey y la Universidad APEC en la formación de los docentes de ese alto centro de estudios dominicano.

Aquí trabajó en la capacitación de los docentes y en ese proyecto formó a 15 doctores, 130 master y capacitó a 400 profesores y laboró también con los maestros de las escuelas, en un programa de enseñanza de Matemáticas.

Ahí fue donde tuvimos las primeras percepciones, en los trabajos de las tesis de maestría y comenzamos a hacer las investigaciones de la problemática que había en las escuelas y en la universidad, en la enseñanza de la Matemática, y de ahí viene el conocimiento, explicó.

Posteriormente fui invitada a trabajar como consultora en el Ministerio de Educación, en la revisión curricular, en la modalidad en Arte y en la revisión de la modalidad de Educación Media General, explicó.

Esto me permitió acercarme a los problemas curriculares que hay en el país, estudiar cómo se comporta la formación de los maestros y también laboré en la capacitación de los técnicos docentes y valoré los problemas de formación de quienes dirigen a los educadores, añadió.

Ha sido un proceso de investigación y práctica, junto a las tesis de doctorado y maestrías que hemos dirigido en el país y es debido a eso que las opiniones sobre estos temas han resultado de mucho interés para los docentes dominicanos, apuntó.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=85151&SEO=aborda-especialista-situacion-de-la-educacion-cubana-y-dominicana

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Deshacer la telaraña del género: un reto en la mejora de la formación de maestros

Por: Isabel Carrillo Flores

En la formación de maestros se vive un exceso de tolerancia ante las desigualdades de género. Las ausencias en los planes de estudio de asignaturas y contenidos sobre igualdad y género se acompañan de otros problemas no resueltos.

El día 1 de mayo ha vuelto a poner de manifiesto que, si bien desde algunos sectores se anuncia una mejora económica, esta no traspasa el mundo del trabajo que continúa su tendencia de precariedad. Entre los grupos de personas en situación más precaria están las mujeres. La igualdad no es para ellas. Esta realidad se recordó el pasado 22 de marzo, cuando se celebró el décimo aniversario de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres. Algunas noticias valoraron que era poco lo que se podía celebrar respecto a la traducción práctica de la normativa y que el cambio no se ha producido.

Este es un hecho tangible en las universidades y en la formación de maestros, como se puso de relieve en el XXXV Seminario Interuniversitario de Teoría de la Educación sobre Democracia y la Educación en la Formación de Maestros, que dedicó una de las ponencias al género. En este espacio se expusieron los resultados de un estudio sobre 44 universidades españolas que imparten los grados de Educación Infantil y Educación Primaria, constatando una anecdótica presencia de contenidos sobre igualdad y género. Solo 11 universidades incorporan asignaturas con contenidos explícitos. En 9 de ellas la asignatura es obligatoria.

Si bien las universidades han ido desarrollando las unidades de igualdad y se han creado centros de estudio de mujeres y género y organizado grupos de investigación, el discurso de la igualdad no ha impregnado de forma plena ni las concepciones ni las prácticas docentes. La telaraña del género presente en las sociedades del mundo globalizado también adorna los centros universitarios y pasa que, tanto por lo que se hace como por lo que no se hace, se contribuye a reproducir una cultura arraigada en el binomio sexo-género que se opone al principio de justicia. No sirven las razones de las pedagogías de la igualdad y la diferencia, ni tampoco las de la propia normativa, por lo que los contenidos de la ley quedan en el papel y, ante el no cumplimiento, parece que no pasa nada, o más bien lo que pasa es una no reacción o reacción de tono bajo por parte de la propia comunidad universitaria reforzada por la permisividad política.

Las ausencias en los planes de estudio de asignaturas y contenidos sobre igualdad y género se acompañan de otros problemas no resueltos. Entre otros, la escasa inclusión de referencias bibliográficas de aportaciones de mujeres en asignaturas no específicas de género; la naturalización de la feminización del oficio de maestros, especialmente en infantil y primaria; la debilitación del análisis específico de las situaciones de desventaja que viven las mujeres a nivel global, como es el caso de una mayor negación del derecho a la educación de las niñas, o la perpetuación de una normativa de género que niega las identidades plurales. Estos hechos se acompañan y se refuerzan mediante los usos de un lenguaje que excluye la diferencia sexual. La consecuencia es que en la formación de maestros se vive un exceso de tolerancia ante las desigualdades de género.

No hay educación neutral. Las ausencias muestran vacíos que expresan lo que intencionalmente está y lo que también se procura que no esté. Ser conscientes del trasfondo ideológico abre la posibilidad de (re) pensar política y éticamente la formación universitaria de maestros, para que las personas que deciden caminar por la educación, y desarrollarse en el oficio de maestros, necesariamente tienen que vivir procesos formativos que muestren las partes visibles e invisibles de los impactos negativos de género, una realidad injusta que no es normal, ni natural, y resulta intolerable. Las desigualdades de género no son de segundo orden y no deberían quedar excluidas de la toma de decisiones política y pedagógica.

En esta orientación desde el Programa de Mejora e Innovación en la Formación de Maestros (MIF) el grupo de trabajo de Género ha elaborado el documento Relaciones de poder, violencias y otras formas de relación abusiva. La transversalidad del género que propone que en los grados de formación de maestros de infantil y primaria se revisen los fundamentos y orientaciones pedagógicas con el fin de adoptar un enfoque ético, de derechos humanos y de justicia social. Es una propuesta abierta y flexible que plantea definir en la formación cuatro bloques de contenidos referentes a dimensiones de la educación que se complementan entre sí.

  • La dimensión relacional de la educación, que se ocupa del significado de las relaciones educativas como relaciones de poder en una doble orientación. Por un lado, como relaciones que pueden ser abusivas y hacer uso de violencias. Por otra parte, como reconocimiento de que el poder no solo es lo que se nos impone, oprime y subordina, sino también lo que poseemos. Este poder, que muchas veces desconocemos, es expresión de apoderamiento que puede orientarse individual y colectivamente a la transformación de las desigualdades.
  • La dimensión de interrelación de las diferencias que supone corregir en los planes de estudio el hecho de hablar de la diferencia sexual sólo como un dato biológico fija, porque no lo es. Es necesaria una formación que explique como desde el momento de nacer este dato queda asociada a un género que prescribe como ser y como actuar, y como la diferencia sexual en interacción con otras prescripciones que imponen la clase, la etnia, la cultura, el edad, el territorio donde se vive, entre otros, obligan a adoptar identidades no libremente deseadas.
  • La dimensión política y ética de la educación es otro de los contenidos a incorporar en la formación, alejando, como ya se ha dicho, la sombra de las falsas neutralidades. El compromiso ético docente debe ser compromiso por la equidad y la responsabilidad individual y colectiva. En esta orientación el compromiso ético debe formar parte de un oficio que se impregna de los valores de los derechos humanos y contribuye a transformar las desigualdades, no a reproducirlas.
  • La dimensión práctica de la educación es el espacio de confluencia de los ejes anteriores. El objetivo es proyectar una formación en la acción compleja que no aísla las asignaturas en espacios impermeables a contenidos que se considera son ajenos, menores o no necesarios en la formación, como a menudo ocurre con los contenidos relativos a las teorías de género y los feminismos. En las transiciones de la teoría a la práctica y de la práctica a la teoría hay que abrir las fronteras disciplinarias para conformar pensamientos y acciones integradoras, y este proceso requiere un cambio en las concepciones sobre los principios organizadores del conocimiento que generan estas fronteras.

La igualdad tiene aún mucho camino por recorrer, también en la formación de maestros. No todo está dicho y está hecho para incorporar términos como coeducación, equidad, o inclusión -aunque este último término no es habitual en los discursos sobre diferencia sexual-.

El debate no está cerrado y se hace necesario reactivar espacios de reflexión compartida en las universidades y en las escuelas, en la formación inicial y en la formación permanente, durante el curso y en las escuelas de verano, que permitan mostrar aquellas partes no visibles del género que históricamente no han sido resueltas. En esta orientación, la reciente publicación Deshacer la telaraña del género desde la educación quiere contribuir al análisis crítico del juego de las apariencias de la igualdad formal. También quiere desvelar la toma de conciencia sobre el hecho de que las realidades no están determinadas y que hay que deshacer el entramado de las resistencias de género que se oponen a las transformaciones justas. Este es un reto irrenunciable para la mejora de la formación de maestros.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/12/deshacer-la-telarana-del-genero-un-reto-en-la-mejora-de-la-formacion-de-maestros/

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Evo Morales ratifica compromiso del gobierno con educación boliviana

América del Sur/Ecuador/13 Mayo 2017/Fuente: Prensa Latina

El presidente boliviano, Evo Morales, ratificó hoy el compromiso de su gobierno con el desarrollo de la educación al inaugurar una unidad docente en la ciudad de El Alto, aledaña a La Paz.
Durante la ceremonia, Morales destacó la necesidad de crear nuevos módulos educativos habilitados con laboratorios, talleres y salas de computación, a fin de contribuir al mejoramiento de la calidad de la enseñanza.

Bautizado con el nombre María Ayma Mamani -en honor a la madre de Morales- el inmueble demandó una inversión de más de un millón de dólares y beneficiará a mil 500 estudiantes.

En otro momento de su intervención, el jefe de Estado elogió los valores culturales de las familias indígenas y campesinas, y destacó su rol en el proceso de cambio de Bolivia iniciado hace más de una década.

Entre los logros del pueblo boliviano enumeró la nacionalización de los hidrocarburos y la recuperación de empresas estratégicas, lo que permitió obtener mayores ingresos y ponerlos en función de beneficiar los sectores más desfavorecidos del país.

Cuando nos unimos es posible resolver nuestras demandas, puntualizó el mandatario indígena luego de recordar que el pasado año Bolivia fue la primera nación de Suramérica en crecimiento económico.

Morales también aseguró que el país andino-amazónico tiene una de las tasas de desempleo más bajas de toda la región.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=85026&SEO=evo-morales-ratifica-compromiso-del-gobierno-con-educacion-boliviana
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La necesidad de ruptura en la escuela del futuro

Por: Asier Delgado

La institución escolar se enfrenta al desafío de reinventar objetivos, metodologías y miradas desde las que entender el mundo y a sí misma.

¿Qué te preocupa de la educación? Esta es la pregunta con la que se abrió, el pasado 26 de abril, la nueva sesión del ciclo Diálogos por la Educación”, organizado por la plataforma La Educación que nos une en el Ateneo de Madrid.

Un encuentro que pretendía, bajo el título “Saberes y otras formas de educar”, dar respuesta a qué saberes son necesarios hoy en la educación y cómo aprender y desaprender en la escuela.

En la mesa participaron Rafael Porlán, Catedrático de Didáctica de las Ciencias Experimentales y miembro de la Red IRES; Fernando Cembranos, psicólogo y sociólogo que trabaja en la cooperativa IC Iniciativas; José Ramón Gamo, especialista en neuropsiquiatría infantil, director pedagógico del centro de Atención a la Diversidad Educativa CADE y Marta Pascual, profesora de Formación Profesional y miembro de Ecologistas en Acción. Moderaba la mesa Raquel Ejerique, periodista de eldiario.es

Fernando Cembranos pondría su principal preocupación en la sumisión y ceguera que el sistema educativo genera ante la realidad que vivimos. “Hay un desplazamiento de mirar por la ventana a mirar por la pantalla”, aseguró, que provoca que “las páginas web, los contenidos audiovisuales o las redes sociales ocupen la escuela”.

De esta manera, se produce una invisibilización del territorio y se pone el foco en la tecnología.

Algo en lo que coincidiría Marta Pascual: “Dejar de mirar a la vida es una de las consecuencias de la hipervirtualización”. Para esta ecologista, además, se produce una colonización patriarcal de la vida escolar de manera que hay una mayor proporción de directores, o se olvida la historia de la infancia o se produce un vacía provocado por la desaparición de las mujeres.

José Ramón Gamo, por su parte, sitúa su principal preocupación en la desmotivación del profesorado ante el proceso de enseñanza-aprendizaje y su falta de confianza como agentes de transformación.

“Motivación, creatividad, curiosidad, interés… Tenemos un sistema que no favorece estas cuestiones”, aseguró, para, volviendo la mirada al uso de la tecnología, afirmar que “La tecnología no es relevante para un proceso de transformación. Es necesario conocer los dispositivos que procesan la información, pero no es un agente transformador”.

La necesidad de una transformación del sistema en la que Rafael Porlán también hizo hincapié. Una escuela que va a contracorriente de la hegemónica y sumisa; una escuela que debería basarse más en la liberación y el compromiso con un conocimiento diverso. “El conocimiento curricular lo único que hace es reproducir conocimiento disciplinar”.

Finalmente, Porlán afirmó que la escuela debería asumir el compromiso de un conocimiento diverso: “Con todo lo que ya sabemos de la escuela, del aprendizaje ¿Por qué la escuela no cambia? No hay cambios profundos y significativos. Hay un cambio superficial en el vocabulario, en la legislación, en la jerga política… Pero no hay una transformación del funcionamiento, gestión y participación de la escuela”.

Ante esta situación se trataba de responder a cómo hacemos posible los cambios en la escuela y ante la falta de voluntad desde las instituciones para hacerlo posible. Se afirmó la necesidad de “invertir la pirámide”, haciendo alusión a las palabras de Susan George.

Esta necesidad pasa por seguir construyendo espacios coordinados entre los diferentes agentes de la comunidad educativa: colectivos, plataformas, sindicatos, partidos y la ciudadanía en general que permitan generar cambios pedagógicos en la práctica educativa haciendo alusión a ejemplos como el de los Movimientos de transformación por la escuela pública en Andalucía o el de Redes por una nueva política educativa que ha generado el Documento de bases para una nueva ley de educación.

Una escuela más cercana al territorio en el que habita, que necesita además mejorar las condiciones de trabajo del personal docente, además de las prácticas pedagógicas. Una escuela, en palabras de Marta Pascual, que se pregunta cómo seguir vivos, que enfrenta verdades asumidas que vienen impuestas por el patriarcado en la que el feminismo se convierte en “una condición necesaria para la escuela para todos”.

Como señaló José Ramón Gamo “es necesaria la ruptura, y hoy no hay voluntad desde las instituciones”.

Finalmente, se hizo alusión a las diferentes plataformas que están trabajando experiencias de innovación y transformación en la escuela y que han generado documentos de referencia y reflexión para la práctica educativa como son las 99 preguntas y 99 experiencias para vivir en un mundo justo y sostenible elaborado por Ecologistas en Acción o La escuela que queremos de la Red IRES.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/11/la-necesidad-de-ruptura-en-la-escuela-del-futuro/

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Estados Unidos: Abuchean a la secretaria de Educación Betsy Devos en Bethune-Cookman, una universidad históricamente negra

América del  Norte/Estados Unidos/13 Mayo 2017/Fuente: BBC Mundo

Cuando se acercó al estrado para hablar, Betsy Devos, Secretaria de Educación Estados Unidos, se encontró con un público hostil.

Muchos de los estudiantes que celebraban su ceremonia de graduación de la Universidad Bethune-Cookman, en Daytona, Florida, le dieron la espalda y la abuchearon.

Así mostraron su desaprobación a las opiniones de Devos, criticada por su falta de experiencia y por su defensa de la educación privada en detrimento de la pública.

  • Betsy Devunos, la millonaria y «enemiga» de las escuelas públicas que es la nueva secretaria de Educación en Estados Unidos

Aunque luego ha intentado retractarse, Devos levantó la ira de la comunidad negra a finales de febrero al sostener en un comunicado que las universidades históricamente negras eran «pioneras de la libre elección de universidades».

La institución Bethune-Cookman, fundada por una defensora de los derechos civiles, se creó en un momento en que aún había esclavitud en Estados Unidos y la comunidad negra tenía muy pocas opciones no solo en educación.

La presencia de Devos en el acto de graduación había sido cuestionado previamente.

«Estoy agradecida por la oportunidad de hablar con ustedes. Y particularmente con aquellos que no estaban de acuerdo con que me invitaran a esta aquí», dijo la secretaria en su discurso.

«Uno de los sellos distintivos de la educación superior y de la democracia es la capacidad de conversar con quienes no estamos de acuerdo y aprender».

Fuente: http://www.bbc.com/mundo/media-39886146

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