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¿Educar o escolarizar? Sus principales diferencias

Comparto este artículo de mi amigo-colega Carlos Calvo de Chile. Desde ABACOenRed nos identificamos mucho con lo que expresa, especialmente cuando nos referimos a:

Ya no ‘querer’ enseñar más, sino acompañar procesos de aprendizaje, aprendiendo (creando lo posible). Construir juntas/os (nuevos) escenarios propios (posibles), como autoras/es creadoras/es de lo posible, en vez de limitarnos a seguir ser actoras/es, tal vez claves o como protagonistas, de escenarios impuestos por otras/os, donde se califica o descalifica el desempeño.

Carta de Carlos Calvo

15 marzo 2016

Comienza así, estimada María Gabriela:

Quería tratar contigo las diferencias que existen, según entiendo, entre educar y escolarizar. Educar consiste en un proceso de creación de relaciones posibles; en tanto que escolarizar, o la educación que tiene lugar al interior de la escuela, estriba en el proceso de repetición de relaciones preestablecidas. La distinción es tan profunda como simple: el proceso educativo favorece la creación de relaciones inéditas; mientras que el proceso escolar estimula la repetición de relaciones creadas por otros.

Las relaciones educativas en un comienzo son solo relaciones posibles; no se pretende nada más, pues solo se trata de meras conjeturas. Por la misma razón, no interesa si son verdaderas o falsas, porque las han creado por el placer gratuito de ver qué sucede cuando se asocia una idea con otra. Las relaciones emergen desde el libre juego de causalidades, asociaciones o casualidades, temporalidades, etc. Por el contrario, las relaciones escolares son inducidas por el profesorado. Si el estudiante no logra seguir la argumentación del docente casi no le queda otra opción escolar que aprenderla de memoria y usarla en la prueba.

Ambos procesos coexisten en el aula. Mientras el alumno debe aprender lo que le enseña el profesor, ese estudiante puede estar en ese mismo momento creando otras explicaciones plausibles sobre el mismo tema, las que pueden ser contrarias o contradictorias con la respuesta enseñada en la sala de clase. Sin embargo, aquello no preocupa al educando, pues le atrae la mera sospecha de qué es lo que pasaría si su presunción fuera probable y se pudiera realizar.

La tensión entre ambos procesos —el educativo y el escolar— con frecuencia suscita diversos tipos de conflictos. En el aspecto formal, las relaciones escolares preestablecidas tienden a ser hegemónicas y definitivas, al menos en el nivel en que fueron enseñadas; mientas que en el contexto informal, las relaciones posibles siguen prosperando sin contrapeso. La fuerza de la escuela está en las calificaciones, la promoción y los distintos tipos de castigo. En el informal, la recompensa es sutil y se halla en el gozo que provoca la sorpresa de intuir que hay algo más que entusiasma para seguir develando lo que todavía está oculto.

El proceso educativo expresado a través de la creación de relaciones “posibles” continúa incrementando las conjeturas de manera aleatoria y con escaso control —racional— por parte del educando, pues ellas no son procesadas conscientemente, por lo que irrumpen sin previo aviso a la consciencia del educando. Son intuiciones, a veces claras, otras confusas; en ocasiones, sólo se atisba algo vago. En general, son etéreas: aparecen y desaparecen, como un fugaz centelleo. Si no se anotan las intuiciones se pierden y jamás nunca se vuelven a encontrar.

Una vez que ha conjeturado diferentes posibilidades, la misma curiosidad impele al educando a explorar cuál de esas eventualidades presenta algún indicio de lo que puede ocurrir. Se da cuenta porque ha reparado que en ella se conjugan diversas condiciones. De ese modo, avanza de lo posible a lo probable ponderando antecedentes, atributos y consecuencias factibles. El proceso se va complejizando sin límite cuando indaga cuál de todas las probabilidades tiene una chance más alta de acontecer. En la medida que sopesa las alternativas se acerca a lo que podría ser “realizable”.

Estos procesos ocurren sin distinción etaria: son iguales para los niños y los abuelos, para los profesores y los estudiantes, para la persona escolarizada y la analfabeta. A todos nos han ocurrido y nos siguen acompañando. Si se quisiera establecer una diferencia generacional diría que los niños continúan con el proceso creativo yendo de lo posible a lo probable y a lo realizable, mientras que los adultos tienden a abortarlo, excepto aquellos que se mantienen inquietos y alertas a los desafíos del mundo.

Todo esto que acontece naturalmente en los pequeños va siendo inhibido por la cultura escolar de manera implacable, salvo honrosas pero escasas excepciones. No obstante lo anterior, el profesorado puede evitarlo provocando en el estudiante experiencias que lo asombren con algún misterio y que lo entusiasmen por intentar develarlo, buscando regularidades e imaginando patrones. Sin embargo, debe estar alerta para no sucumbir a la tentación de la certidumbre y ayudar al estudiante con la respuesta y, de este modo, terminar con sus devaneos. Por el contrario, su rol consiste en ayudarle a construir criterios gracias a los cuales pueda organizar los datos de tal manera que los transforme en información relevante, así como para que descarte aquellos que no lo son y sólo perturban.

María Gabriela, ¿entiendes del mismo modo estos procesos diferenciados? ¿Cuál es, según tu acabada experiencia, el o los modos de incentivar mejor al alumnado en la búsqueda del conocimiento?

Fuente: http://e-pistolas.org/debate/educar-o-escolarizar-sus-principales-diferencias/

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Balance de medio tiempo

Balance de medio tiempo

No estamos frente a un gobierno que tenga razones fundadas para sostener expectativas de éxito o un discurso relativamente autocomplaciente. Más bien, por el contrario, el gobierno se halla a mitad de su periodo y parece encontrarse en una zona oscura porque (pudiera ser que) su ruta se ha extraviado.

José Joaquín Brunner, Publicado 16.03.2016 en Foro Líbero

Al cumplirse dos años del mandato de la Presidenta Bachelet, justo en la mitad del camino, hay motivos para sentirse desorientado. No puedo dejar de recordar los versos iniciales del Canto 1 del Infierno: “A mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba porque mi ruta había extraviado”.

Los medios de prensa, la radio y la TV dan cuenta de esa confusión y la multiplican. Véase, por ejemplo, la siguiente selección de titulares publicados durante los últimos días:

  • Balance de gobierno: “hemos convertido promesas en realidades”
  • Bachelet busca recobrar la popularidad perdida
  • Segundo año de mandato de Bachelet en Chile sin festejos
  • Bachelet, dos años de reformas y escándalos
  • Bachelet llega a la mitad de su segundo mandato con uno de sus índices más bajos de aprobación
  • Fundación Ciudadano Inteligente: Cumplimiento del programa llega a 25%
  • Oposición chilena descalifica primeros 2 años de presidenta Bachelet
  • Bachelet defiende logros de su mandato: Algunos interesadamente no quieren que se conozcan
  • Michelle Bachelet, en busca de la popularidad perdida

La pauta del gobierno durante esos días para inclinar la balanza de esos ambiguos balances en su favor, aparece claramente manifestada en las siguientes muestras tomadas verbatim de algunos de los medios informativos.

Primer caso. Desde la región de Antofagasta, la Presidenta Michelle Bachelet realizó un balance de la mitad de su mandato, donde –según ella– desde el gobierno se ha puesto “fuerza y corazón, no sin dificultades”. Bachelet indicó que “es comprensible que algunos logros de estos dos años se desconozcan, porque han sido muchos, la lista es larga. Vamos a trabajar para comunicar… pero tengo que decir que hay algunos que no quieren que se sepan”.

Segundo caso. La Mandataria destacó también la aprobación de reformas clave como la tributaria y educacional. “Ha valido la pena cada reforma que hemos estado dando. Porque la gente me lo dice… hay pájaros de mal agüero, pero nosotros tenemos confianza que vamos a cumplir”, enfatizó. “Nadie dijo que iba a ser fácil, nadie dijo que iba a ser miel sobre hojuelas. Pero vamos a seguir cumpliendo lo que Chile nos ha demandado. Hay cosas que hay que perfeccionar, pero en eso estamos trabajando”, dijo.

Tercer caso. El ministro vocero de La Moneda, Marcelo Díaz, resaltó los compromisos cumplidos de la administración como la reforma tributaria y la gratuidad en la educación. “Los compromisos están cambiando significativamente la vida de los chilenos. Es un gobierno que es capaz de impulsar transformaciones que prometimos a los chilenos y que por lo tanto esas promesas hoy día se están convirtiendo en realidad”, señaló. En esta línea, el secretario de Estado sostuvo que “el balance para nosotros está marcado con esta frase: hemos convertido promesas en realidades”.

Cuarto caso. Desde la sala de Prensa del Palacio de La Moneda, el vocero de Gobierno, Marcelo Díaz, realiza balance al cumplirse dos años del período de la Presidenta Michelle Bachelet. “[…] Estamos iniciando el tercer año de gobierno y quiero muy brevemente decirles que la mejor forma que tenemos de conmemorarlo es trabajando con mucho compromiso, consolidando lo que hemos hecho y avanzando en lo que falta por hacer”.

II

Tanta insistencia en logros, consolidación y su proyección, así como en el compromiso de cumplir lo que falta, chocan con las percepciones que transmite la opinión pública encuestada.

La más reciente encuesta CADEM, dada a conocer el lunes 13 de marzo, revela que la aprobación presidencial (“Independientemente de su posición política, ¿usted aprueba o desaprueba la forma como Michelle Bachelet está conduciendo su gobierno?”) que al inicio, el 13 de marzo de 2014 era 52% por la aprobación y 20% por la desaprobación, evolucionó a 33% y 58% respectivamente un año más tarde y ahora es de 23% aprueba versos 68% desaprueba. Esto es, una caída libre por la pendiente de la opinión pública encuestada, para terminar a mitad del camino con dos tercios del lado negativo y menos de un cuarto positivo.

La desaprobación del gabinete presidencial alcanzó a un 71% por ciento al final de la semana pasada, casi tan alta como la manifestada frente al anterior gabinete (de Peñailillo y Arenas) la semana anterior a su fin en mayo pasado.

La percepción de las reformas –que el gobierno autoevalúa tan positivamente– es de escaso entusiasmo entre la población encuestada. Están de acuerdo con la reforma tributaria un 24%, con la reforma educacional un 45% y con la reforma laboral un 24%. La lectura de otras encuestas distintas de la CADEM, revela que la percepción negativa se extiende a otras áreas claves de la gestión gubernamental como seguridad, salud, transporte y, en general, al comportamiento de las personas y las instituciones directivas del Estado y la sociedad, con pocas excepciones.

Preguntadas las personas si considerando todos los aspectos políticos, económicos y sociales creen que el país va por un buen camino o por un mal camino, la caída libre en el tiempo es aún más llamativa. En marzo de 2014, 78% respondía por buen camino y apenas 14% por mal camino, confirmando las ilusiones y expectativas que acompañaron a la elección de la actual Presidenta. Un año más tarde, las cifras correspondientes eran 39% y 47%. Y en marzo de 2016, la ecuación es 21% por buen camino y 64% por mal camino. La idea de que el país pudiera estar progresando ha caído por esa misma escalera de 52% a 28% a 13%, mientras que por la escalara ascendente de los que piensan que el país está estancado y retrocediendo, transitaba un 44% de los encuestados en 2014, un 70% en 2015 y un 84% la semana recién pasada.

Es decir, a la mitad del camino, para una significativa mayoría de la gente la ruta parece haberse extraviado.

El gobierno no lo estima así y cree, por el contrario, que la lista de sus logros es tan extensa que no resulta extraño que la población no alcance a reconocerlos, especialmente a la vista de los pájaros de mal agüero que solo ven malos caminos por delante y un país sin progresos.

¿A quién hemos de creer?

III

Por lo pronto, ni a los pájaros de mal agüero ni a quienes autoevalúan sus logros como interminables y atribuyen sus problemas a los media o a quienes adoptan una visión crítica que se aparta de las versiones oficiales.

Más bien, hemos de creer “en” y no “a”; en la deliberación pública, en los argumentos racionalmente expuestos, en el debate plural sobre la evidencia disponible, en la posibilidad de generar consensos interpretativos que articulen la diversidad de interpretaciones.

El gobierno sostiene su punto de vista sobre tres pilares argumentativos: (i) estaría cumpliendo con los compromisos de su Programa, (ii) confía en que las reformas adoptadas estarían cambiando estructuralmente o paradigmáticamente la economía y la sociedad chilenas, y (iii) espera que sus efectos serán beneficiosos para la gente y estarían desde ya siendo percibidos.

El primer argumento –del cumplimiento fiel– es altamente subjetivo y discutible. Si partimos del supuesto (razonable) de que las reformas se hallan contenidas en los correspondientes proyectos de ley enviados al Congreso, en cada caso, uno por uno, dichos proyectos han sido modificados en partes sustantivas durante la discusión y, por lo mismo, aprobados por la mayoría de la Nueva Mayoría (NM) y de la oposición. Incluso, como ocurrió con la reforma tributaria, ésta debió ser revisada y corregida a menos de un año de su aprobación.

En seguida, y más importante, parece una ingenuidad creer que las reformas pueden declararse cumplidas una vez que se han aprobado en el Congreso. En verdad, en ese momento están recién en condiciones de comenzar a implementarse. Y, en democracia, el destino de cada reforma se juega, efectivamente, hasta el último detalle, en su aplicación. Incluso, hemos visto reformas que una vez aprobadas en el Congreso, como la del fin del copago, el lucro y la selección académica, tienen un largo plazo de aplicación y ésta depende de múltiples reglamentos que tardan meses y a veces más de un año en dictarse.

Por último, no parece efectivo que se esté cumpliendo con el programa, incluso en materias esenciales para el gobierno como la gratuidad universal en la educación superior, pues hay metas que no podrán alcanzarse y cambios que quedarán a medio camino.

En cuanto a que las reformas adoptadas estarían cambiando estructuralmente o paradigmáticamente la economía y la sociedad chilenas no parece ser más que una consigna y manifestación de entusiasmo discursivo.

Para partir por lo más general, ¿acaso puede sostenerse seriamente que la administración Bachelet está llevando a cabo una revolución anticapitalista o de sustitución de dicho modo de producción o que está logrando instalar alguna versión (cualquiera) de algún socialismo del siglo XXI que ni siquiera parece nombrado en el Programa, o que está en la práctica definiendo “otro modelo” económico o echando las bases de un Estado de Bienestar en forma? Quienes así piensan son solo algunos trasnochados defensores del orden neoliberal autoritario en su expresión máxima de comienzos de los años 1980, o bien algunos voluntarioso, fogosos, jóvenes technopols o dirigentes optimistas cuya noción de cambio de paradigma o de revolución es sin duda una noción pop o una ironía posmoderna.

Tampoco aparecen reformas de tal envergadura o radicalidad en ninguno de los sectores donde el gobierno ha puesto su atención: educación, laboral, salud, provisional, tributario, constitucional. En efecto, en cada uno de los sectores mencionados, los cambios propuestos buscan o producen –más allá de toda retórica– un perfeccionamiento y (por ende) un potencial fortalecimiento de regímenes mixtos de provisión de servicios, o una mayor competencia en los mercados, o la creación de cuasi mercados, o comprometen al Estado en acciones más decisivas, y es de esperar más transparentes y eficientes, de mayor equidad. Incluso ahora último podemos descubrir cómo el discurso oficial busca combinar crecimiento y equidad “en la medida de lo posible”, aunque sin decirlo y haciendo de la necesidad, virtud.

Respecto de los cambios impulsados, el gobierno anuncia que sus efectos son beneficiosos para la gente, lo que desde ya estaría siendo percibido así por los beneficiados y la sociedad en general. Demás está decir –a la luz de las encuestas mencionadas más arriba– que la opinión pública ahí manifestada desmiente masivamente las expectativas oficiales en este punto. En seguida, el número de (posibles) beneficiados suele ser bastante menor que el computado por la administración, como ha ido quedando claro con la gratuidad universitaria; o bien el beneficio prometido es de baja intensidad de manera tal que no llega a producir realmente un cambio de posición en los (potenciales) beneficiados.

Mientras tanto, aquellos efectos de la acción (o inacción) gubernamental que la gente suele percibir con mayor fuerza –como ocurre con la atención de salud, el delito en las calles, el mediocre funcionamiento del transporte público de superficie, por ejemplo– pesan mucho más en el balance de costos y beneficios a nivel personal, transformándose en un mentís del discurso oficial.

Además, como muestran el ánimo de país estancado o en retroceso y la baja credibilidad y confianza en la conducción gubernamental, hay suficientes motivos para pensar que la gente está colectivamente mal dispuesta frente a sus gobernantes y élites en general, lo que resta también sustento al despliegue de un discurso afirmativo y autolaudatorio como el que proclama el gobierno.

La onda de escándalos que recorre nuestro escenario medial es un factor adicional de repliegue de la opinión pública encuestada que, al final del día, comienza a extender un velo de escepticismo sobre la clase política en general. Por último, las dudas respecto al futuro –si acaso la economía crecerá o no, si habrá más o menos oportunidades de empleo, si la educación de los hijos mejorará o no, si la atención de salud se acerca o aleja, si la clase media emergente retrocederá o no en los próximos dos años, si el Transantiago se recupera o no– todo eso agrega otro elemento a la falta de entusiasmo que la gente muestra frente la administración y que la lleva a evaluaciones repetidamente negativas desde hace 12 meses.

En suma, no estamos frente a un gobierno que tenga razones fundadas para sostener expectativas de éxito o un discurso relativamente autocomplaciente. Más bien, por el contrario, el gobierno se halla a mitad de su periodo y parece encontrarse en una zona oscura porque (pudiera ser que) su ruta se ha extraviado.

 

José Joaquín Brunner, Foro Líbero.

http://www.brunner.cl/?p=13903

 

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La educación en situaciones de emergencia

UNICEF / Marzo 2016/

La educación –un derecho fundamental de un niño– está en mayor riesgo durante las emergencias.

En la actualidad, los niños ocupan el epicentro de las situaciones de emergencia de todo el mundo. Casi 250 millones de ellos se ven perjudicados por conflictos, y millones más afrontan los riesgos derivados de las amenazas naturales y las epidemias de rápida propagación. UNICEF ha realizado un llamamiento de 2.800 millones de dólares destinados a atender a 43 millones de niños que se encuentran en situaciones de emergencia en todo el mundo. Una cuarta parte del llamamiento está dedicada a la educación.

La educación –un derecho fundamental de un niño– está en mayor riesgo durante las emergencias.

En la actualidad, los niños ocupan el epicentro de las situaciones de emergencia de todo el mundo. Casi 250 millones de ellos se ven perjudicados por conflictos, y millones más afrontan los riesgos derivados de las amenazas naturales y las epidemias de rápida propagación. UNICEF ha realizado un llamamiento de 2.800 millones de dólares destinados a atender a 43 millones de niños que se encuentran en situaciones de emergencia en todo el mundo. Una cuarta parte del llamamiento está dedicada a la educación.

Con el fin de proteger los beneficios de la educación y garantizar un progreso continuado, los niños, y especialmente las niñas, necesitan contar con un acceso permanente a una educación segura y de calidad. Varias estudiantes en una tienda de campaña que sirve temporalmente de clase en el campamento de Al-Takya Al-Kaznazaniya, establecido con la ayuda de UNICEF cerca de Bagdad, la capital.

En épocas de crisis, la educación es esencial durante las situaciones de emergencia. Rauaa, de 12 años, desplazada de Mosul junto a su familia hace más de un año, asiste al primer día de escuela en Harsham, el campamento de desplazados internos de Erbil, Iraq.

Los sirios afrontan la mayor crisis humanitaria del mundo. El futuro de toda una generación de niños y jóvenes –privados de educación– está cada vez más condicionado por la violencia. Fatima (de verde) y su familia escaparon a Homs cuando Palmyra, su ciudad de origen, se convirtió en zona de riesgo.

 Las crisis prolongadas que están viviendo algunos países siguen llevándose por delante cada vez más vidas y futuros de gente joven. Las escuelas mantienen a los niños a salvo y protegidos contra los riesgos. Varios estudiantes de tercer grado aprenden árabe en la escuela primaria de Yasin Bay, establecida con la ayuda de UNICEF en la ciudad de El Fasher, en Darfur del Norte, Sudán.

Millones de niños, incluidos los de la República Centroafricana, se ven implicados en conflictos violentos. Alison, una niña de 14 años que vive en Bangui, la capital, vive en un refugio provisional para desplazados internos. Su progreso en la escuela es bueno, pero le preocupa su futuro.

 La educación contribuye a que los niños recuperen la sensación de normalidad y las esperanzas de futuro en medio de la violencia, la inestabilidad y el desastre. Unos niños desplazados participan en una actividad organizada en un espacio seguro establecido con la ayuda de UNICEF en el campamento de Dalori, en la ciudad de Maiduguri, Estado de Borno.
La escolarización también proporciona a los niños las destrezas necesarias para construir vidas mejores, más seguras y más sanas para ellos, sus familias y sus comunidades. En el Estado de Palestina, unos estudiantes han recibido material escolar nuevo en la escuela Abdel Rahman Ben Ouf de la ciudad de Gaza, en la Franja de Gaza.
Las crisis de gran escala, como la del brote del virus del ébola en África Occidental, obligaron a por lo menos 5 millones de niños a dejar las escuelas durante meses. En Conakry, Guinea, el control de niños a la entrada de las escuelas forma parte de los nuevos protocolos de seguridad que se pusieron en práctica para reducir el riesgo de transmisión de ébola cuando se reabrieron las escuelas.
En Ucrania, donde los niños han sufrido los mayores efectos del permanente conflicto existente en el país, las condiciones meteorológicas extremas también constituyen una grave amenaza para su educación. Unos niños en la escuela del pueblo de Staromykhailovka, en el frente de batalla, en la región de Donetsk.
Cuando los niños regresan a la escuela, recuperan la oportunidad de lograr un futuro estable. “Es importante ir a la escuela, porque allí haces amigos y después te ayuda a encontrar trabajo”, asegura Michel Lerios, un niño de 13 años procedente de Tanauan, una ciudad de la provincia de Leyte que quedó devastada por el tifón Haiyan. En la actualidad, el niño asiste a clase en una tienda de campaña.

Algunos servicios indispensables, como la educación, ayudan a millones de niños afectados por el conflicto y la crisis a curarse y reponerse de las tremendas adversidades que tienen lugar durante las emergencias. Unas niñas de Tanauan juegan en su escuela, establecida con la ayuda de UNICEF. Las clases se dan en tiendas de campaña o en aulas provisionales o rehabilitadas.


Conozca más acerca del llamamiento de UNICEF para la Acción Humanitaria por la infancia.

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Lo trágico en la educación de hoy

 Jorge Díaz Piña 

ENCRUCIJADA1Aquel propósito de la Modernidad de propiciar una revolucionaria consistencia racional de las ideas-fuerza de la Ilustración (progreso, desarrollo, educabilidad, etcétera) a partir de una representación científica, tecnológica e ideológico-cultural que se correspondiera con «la realidad» (siempre resultante de una interpretación de esa presunta correspondencia entre la representación y lo real), y, por tanto, de un mayor afianzamiento de lo que se empezó a definir como «la verdad», ha devenido, debido a la revelación de la temporalidad inexorable que lo ha atravesado, en representaciones e ideas-fuerza muy precarias, contingentes y relativas (con el tiempo todo se revela o descubre).

 

Una temporalidad o historicidad que las ha vaciado de su referencia sólida como asideros firmes y esperanzadores, en tanto meta-relatos o grandes discursos (sobre todo de la fundamentación común de los discursos redentores del capitalismo y del socialismo), para guiarse en el mundo por parte de los hombres y mujeres, así como de las instituciones. Ese contexto se ha definido como de agotamiento y crisis de la Modernidad o trance epocal posmoderno (o Posmodernidad a secas). Una temporalidad que los ha socavado por su naturaleza no-lineal, su aprogresividad, su reflexividad y ausencia de finalidades o de teleología en un ambiente sociocultural que nos ha conducido al imperio de la incertidumbre, como bien lo ha señalado Edgar Morín en su formulación del pensamiento complejo, cuando no a la tragedia nostálgica por lo perdido e irrecuperable de un futuro prometido en el pasado tanto por los capitalistas como los socialistas, que se desentiende en este presente de las vanas retóricas esperanzadoras de recuperar lo perdido o disuelto, conllevando esto al escepticismo, a la incredulidad y al pesimismo colectivos.

Todo ello es mucho más trágico para una educación que se ha fundado en su función esperanzadora en la formación de los niños, adolescentes y jóvenes principalmente. Una educación que no ve compensado y realizado su esfuerzo por una mejor convivencia social ciudadana de quienes ha educado. Una educación que intenta formar a contracorriente de las fuerzas adversas que buscan imponerse de manera dominante en las sociedades ya que los niños, adolescentes y jóvenes la perciben como desfasada respecto de los entornos contraculturales e instrumentales que los envuelven y seducen, y que por ello registran y expresan pulsionalmente el deseo de no-saber ante los saberes escolares que les quieren imponer. Una educación que ha mermado sus energías formativas producto del desgaste cultural e institucional sufrido porque se sabe asediada y atacada por las dinámicas contrarias a su acción ético-política. Una educación que se sabe penetrada por las fuerzas opuestas personificadas en la incredulidad, el escepticismo y el pesimismo, y la rutina inercial de su entropía institucional, lo que la debilita mucho más a su interior. Una educación que con su aislado y débil discurso pedagógico redentor y accionar institucional disminuido, no puede contrarrestar la disolución de los metadiscursos de la Modernidad que la legitimaban.

Paradójicamente la educación se encuentra ante una sociedad que ya no refuerza su actuación porque las instituciones coeducativas como la familia, la crianza, los pares, los vecinos, la comunidad, la ciudad, las otras instituciones socializadoras (las de salud, las de vigilancia y control, etcétera), y otras, se han debilitado también por la fatiga y desgaste de los discursos que igualmente sustentaban respectivamente su función socializadora. Entre las instituciones coeducativas no incluimos a las mediáticas por la ambivalencia que las cruza actualmente: aún sigue vigente el debate mundial de si educan o deseducan con los discursos hipervisibilizadores que informan y cómo los informan. Mientras tanto actúan incidiendo sin mayores prevenciones y controles. 7326600-cruce-de-caminos-en-la-pradera-de-lavanda-y-con-arbol-solo

Tal vez lo que hemos planteado hasta ahora sobre lo trágico que anida en la educación pueda reinterpretarse desde lo divergente y complejo que acompaña a su incertidumbre actual. Desasistidos como estamos de las certezas incólumes que pretendió imponer hegemónicamente como imaginario la Modernidad, su pensamiento único, para acabar con la ambigüedad y contingencia de la realidad y que han desembocado en la actual y reconocida crisis de paradigmas teóricos o de las matrices epistémicas referenciales modernas en el campo del pensamiento y el conocimiento, la metáfora de la licuefacción de lo sólido moderno propuesta por Zigmunt Bauman («todo lo sólido de la Modernidad se ha hecho líquido»), puede ayudarnos a comprender prudentemente que la educación contemporánea también es líquida. Como componente decisivo de esa liquidez está la temporalidad disolutiva de las certezas que referimos, asimismo, la complejidad de lo real, la pluralidad, la diversidad, la transitoriedad, la incertidumbre, la finitud, los flujos, etcétera. Esa metáfora de lo líquido es más que suficiente por ahora, para quienes no estamos apremiados por encontrar respuestas instrumentales inmediatas que desembocan recurrentemente en presuntas nuevas sólidas ideas o principios en un tránsito histórico signado por la relatividad y transitoriedad, por cuanto aconseja más bien, buscar y propiciar en la educación perspectivas, y no principios sólidos, como la auto-referencialidad («nuestra referencia somos nosotros mismos que reivindicamos pensar rigurosamente fuera de toda referencialidad ajena o externa hegemónica o neocolonizadora») y la autopoiesis («nos emplazamos para recrearnos o regenerarnos socioculturalmente con base en nuestra autonomía o soberanía críticas») de todos y cada uno. Y de este modo poder reflexionar desde otros modos de pensar e interpretar aprehendiendo la liquidez y la ambivalencia de la sociedad para establecer sus nexos con lo trágico en la educación del presente con la finalidad también de reconocer lo que complementa divergentemente su tragedia.

Jorge Díaz Piña. Correo: diazjorge47@gmail.com

 

Fuentes de las imágenes:

a) http://www.mensajerodelapalabra.com/site/wp-content/uploads/ENCRUCIJADA1.jpg

b) http://us.123rf.com/450wm/lightwise/lightwise1203/lightwise120300074/12882208-preguntas-en-busca-de-soluciones-como-una-se-al-de-tr-fico-amarilla-con-una-flecha-en-forma-de-un-si.jpg?ver=6

c) https://gemmav58.files.wordpress.com/2013/03/7326600-cruce-de-caminos-en-la-pradera-de-lavanda-y-con-arbol-solo.jpg

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Mural de Monseñor Oscar Arnulfo Romero

Jesús y Oscar Romero en la Pascua Latinoamericana

Programa: “LLEGÓ LA HORA” de FUNDALATIN Nº 751. Sábado 26/03/2016 transmitido por Radio Nacional de Venezuela Canal Informativo, Dial 91.1 FM y 630 AM, los  sábados de 8.00 a 8.45 AM. Registro Productor Nacional Independiente No.11610.

El Domingo de Resurrección llega este 27.03.2016, en medio de una gran crisis de humanidad, en el marco de los 36 años de aquel 24 de marzo y de agonía de 1980, relatado sublimemente por el Obispo Pedro Casaldáliga en su poema San Romero de América Pastor y Martir. (Casaldáliga Pedro. Cantares de la Entera Libertad. IHCA. Managua, Nicaragua 1984).

Para los imperios de todos los tiempos el miedo en general y en especial el miedo a la muerte, resulta un factor fundamental en la expresión de su poder. En tiempo de Jesús, la crucifixión era una tortura seleccionada para exponer a los ejecutados para que sirva de escarmiento.

Según el relato bíblico, el temor se extendió entre los seguidores de Jesús. Pedro lo niega tres veces, la gran mayoría se dispersa. Algunas valerosas mujeres lo acompañan dolorosamente. Todo parece terminado. La esperanza en un futuro mejor, en una salvación, en una liberación de tantos males humanos, personales y sociales, se frustra.

El relato bíblico dice que en el calvario Jesús clama “Dios Mío, por qué me has abandonado” Y luego, “En Tus manos encomiendo mi Espíritu”. Pero, a pesar de esa aparente gran derrota, se produce un cambio profundo entre sus seguidores. El relato de la tumba vacía y las apariciones de Jesús Resucitado, a quien reconocen al compartir el pan, generan un impulso espiritual que transforma a los seguidores del movimiento de Jesús Liberador, de una aglomeración atemorizada y escondida, a una comunidad activa capaz de predicar la alegría de la buena noticia, del evangelio del Resucitado. Genera la fuerza espiritual capaz de vencer al mundo de opresión. Y demuestra que la muerte no tiene la última palabra.

Ese Espíritu Liberador es el que al inicialmente conservador obispo de El Salvador Oscar Arnulfo Romero lo convierte, a causa del martirio de su amigo sacerdote Rutilio Grande, en el gran profeta, canonizado por su pueblo, beatificado formalmente por el Papa Francisco en 2015 y quien enfrentando a los poderes opresores, afirmó: Si me matan, resucitaré en mi pueblo.

En momentos en que los pueblos de Nuestra América intenta mantener un camino liberador, los versos de Casaldáliga mantienen su vigencia: “Estamos otra vez en pie de testimonio San Romero de América, pastor y mártir nuestro. Romero de la paz casi imposible en esta tierra en guerra. Romero en flor morada de la esperanza incólume de todo el Continente. Romero de la Pascua Latinoamericana…Como un hermano herido por tanta muerte hermana, tu sabías llorar, sólo, en el Huerto. Sabías tener miedo, como un hombre en combate. Pero sabías dar a tu palabra, libre, su timbre de campana. Y supiste beber el doble cáliz, del Altar y del Pueblo.

Las comunidades ecuménicas de espiritualidad liberadora, en medio de las amenazas a sus caminos de construcción de sociedades más responsables con la gente y con la Madre Tierra, en función del buen vivir, en unidad en la diversidad, reciben esta Pascua Latinoamericana reafirmando, con el teólogo Jon Sobrino, que Jesús Liberador no vino a resignarse frente a la cruz, sino a bajar de la cruz a los pueblos crucificados. Aleluya.

Edit.751.ResurreccionJesusYRomero.26.03.2016

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Alemania: Los niños refugiados aprenden en la Escuela Waldorf

Ulm, Alemania/ Marzo 2016 /Autor: AMELIE Brosig/Fuente: swp.de

La Escuela Waldorf Ulm dio la bienvenida a ocho nuevos estudiantes. Los niños han huido con sus familias de diferentes países .En los primeros contactos con los niños deberían asistir y participar en la clase Schwellenangst con todos los niños, explica el director Günter Fröscher: «Todo el personal y yo estamos muy orgullosos de tener este situación, al menos por ahora.»

Tres músicos acompañaron a la pequeña celebración con música tradicional oriental. En medio de los estudiantes formaron un círculo, en la parte superior de los asientos hay un cartel que dice ¡Bienvenidos!».Pronto pasó la timidez inicial, especialmente en clase de recibimiento, cuando la maestra, Katja Schänzle, tomó la mano de un nuevo estudiante en el círculo. Las familias y los maestros registran todo firmemente en fotos y videos. «Queremos darle a la gente un hogar», dijo el profesor de Annette Hunscha de Cordero, visiblemente emocionado.

Estuvimos en la calzada romana donde nos pusimos de acuerdo rápidamente en crear una clase de recibimiento. Por último, muchas familias de refugiados viven en el vecindario. Ya hace meses esto se convirtió en un idea con el objetivo de preparar a los niños a las clases regulares e integrar de forma permanente y tan eficazmente como sea posible. El inicio de la clase ha tenido éxito.

Lo que preocupa a Fröscher, desde su perspectiva, es la falta de apoyo financiero del gobierno. La situación de los refugiados fue excluida en la discusión sobre el financiamiento de la escuela privada. La subvención prevista anteriormente no era suficiente para cubrir el costo.»Ahora, cuando se eligió al nuevo Parlamento, viene el siguiente seis meses nada» teme Fröscher: «Asumiremos las pérdidas, al menos en el primer año.» Como una escuela que no recibe financiamiento directo por el Estado, dependemos de las donaciones. Sin embargo, cada vez más disfruto de pequeñas cosas, como un sobre con 40 euros y una nota en el buzón: «Para su clase de bienvenida, de un residente local.»

Fuente noticia: http://www.swp.de/ulm/lokales/ulm_neu_ulm/Fluechtlingskinder-lernen-an-der-Waldorfschule;art1158544,3720762

Fuente de la imagen: Foto de Volkmar Könnek http://www.swp.de/ulm/lokales/ulm_neu_ulm/Fluechtlingskinder-lernen-an-der-Waldorfschule;art1158544,3720762

Socializado por: Carlos A. Bracho León. Docente e Investigador del Centro Internacional Miranda (Venezuela), del Núcleo Académico “Investigación sobre Transformaciones Sociales” Universidad Bolivariana de Venezuela

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EE.UU: Everyone loves the idea of preschool, so why don´t all our kids get to go to one?

What the studies say about early childhood education

MotherJones/04-03-2016/Por: Kristina Rizga

Resumen: Liberales de California y New York y conservadores de Oklahoma y
Florida apoyan la idea de una reforma educativa en la educación de la
primera infancia, así lo deja ver una encuesta realizada hace días, donde
se mostró que el 76 por ciento de los encuestados expreso estar de acuerdo
con gastar dinero federal para ampliar la educación pública de la primera
infancia. En el artículo David Kirp, uno de los principales expertos en
educación infantil y profesor de políticas públicas en la Universidad de
California-Berkeley, dijo que otorgar el acceso a los preescolares a los
niños más necesitados es una política que debe implementarse en el país,
debido a los beneficios que otorga a lo largo de la vida. Un estudio
realizado en la Universidad de California por dicho investigador, así lo
demuestra, en el que los niños que entran a los preescolares o reciben
educación en la primera infancia son mucho más propensos a tener mejores
calificaciones y resultados de exámenes y más probabilidades de ir a la
universidad. Otro estudio similar se inició en 1972, denominado Proyecto
Abecederian, dándose seguimiento a 111 recién nacidos en Carolina del Norte
hasta que éstos tuvieron los 35 años de edad; en este particular el
análisis lo propicio el economista Steve Barnett, quien calculo que cada $1
que el gobierno invierte en la educación de alta calidad puede llegar
ahorrar más de $7 más adelante al aumentar las tasas de graduación,
reducción de embarazos y la delincuencia. Por su parte, el profesor de
trabajo social de la Universidad de Columbia, Jane Waldfogel, evaluó
resultados de pruebas de 8000 estudiantes en los Estados Unidos y encontró
que había una enorme brecha en las habilidades de lectura en niños que
habían empezado la escuela a temprana edad antes de niños. Marjorie
Wechsler, otro investigador de educación de la primera infancia encontró
que los docentes de preescolar tienen estudios universitarios con
conocimientos especializados en el desarrollo del niño, utilizan el
currículo enfatizando más en el juego hacia la resolución de problemas y
saben cómo enseñar habilidades cognitivas, sociales, emocionales y físicas
en los niños. Sin embargo, pese a estos estudios, existe un grupo de
oponentes que apuntan a elementos que contravienen el impacto del
preescolar en la primera infancia, asociado a factores determinados por las
pruebas que miden las habilidades de alfabetización, lenguaje y
matemáticas, que en algunos estados como Tennessee no han dado buenos
resultados. No obstante, para los estados unidos la idea de destinar
recursos presupuestarios a la educación en la primera infancia responde a
estudiar las cifras de inversión, las cuales varían entre $8000 y $1000 por
estudiante, y en muchos casos responde a intereses de los gobernantes de
los estados.

It’s hard to think of another education reform idea that has garnered as
much support among advocates of various ideological stripes as early childhood education.
California and New York liberals support it, and so do conservatives in
Oklahoma and Florida. A 2015 national poll by First Five Years Fund showed that 76
percent of voters support the idea of spending federal money to expand
public preschool, and the new federal Every Student Succeeds Act includes more
funding for early childhood. Helping the idea along is decades of research
(which continues to pour in) that suggests effective preschools can benefit all
children, especially those from disadvantaged backgrounds. «We have better
evidence that preschool works and has long-term effects than we do for any
other social policy,» David L. Kirp, one of our country’s leading experts on early childhood education and a professor of public policy at the University of California-Berkeley, told *Mother Jones*.

But can we identify what a good preschool looks like and make that
accessible to the kids most in need? That topic has been debated fiercely
by parents, preschool advocates, and policymakers all over the country.
This week, early childhood education experts and city chiefs of preschools came
together in Sacramento, California, to talk about the latest research.
As presenter Abbie Lieberman, an early-education policy analyst at New
America, put it: «When we step into a preschool, how can we tell what is
actually learning through play and what is true chaos?»

What the Studies Say:

The growing pile of evidence on the long-term benefits of high-quality
preschool stretches all the way back to a 1961 Perry Preschool Study. Researchers at the High
Scope Educational Research Foundation decided to follow 123
three- and four-year-olds from public housing projects in Ypsilanti,
Michigan. Fifty-eight toddlers were randomly placed in a preschool class
for two years; 65 kids from the neighborhood were left without preschool.
Researchers then collected data on the students until they turned 40—an
astonishingly long time in education research. They found that the kids in
preschool were much more likely to have better grades and test scores and
more likely to go to college, earn a higher income, and own a house. In
fact, their income and other assets pushed them well above the poverty
line, as Kirp documents in his book, *The Sandbox Investment*.

A similar study started in 1972, the Abecederian Project.
It followed 111 infants in North Carolina until
they turned 35. The results were similar, piquing the interest of
economists. Steven Barnett , a professor of economics and the executive director of the National Institute
on Early Childhood Research, eventually calculated that every $1 the government invests in high-quality early
education can save more than $7 later on by boosting graduation rates,
reducing teen pregnancies, and even reducing crime. Such arguments about
long-term savings made preschool appealing to conservatives and big
philanthropists in the business world.

More recently, other scholars were able to show the disparities between
students who had some form of early childhood education and those who
didn’t. Jane Waldfogel , a professor of social work and public affairs at Columbia University and the
author of *Too Many Children Left Behind,* looked
at the test scores of 8,000 students in the United States and found there
was a huge gap in reading abilities before kids even arrived at first
grade. «If we are going to give teachers a fighting chance at narrowing our
achievement gaps later in school, our kids have to come in more equally
prepared,» Waldfogel told *Mother Jones*.

So What Does a Good Preschool Look Like?

Marjorie Wechsler, an early-childhood-education researcher at the Learning Policy Institute , recently
synthesized research from a number of preschool systems and identified 10 common foundational
building blocks among programs that demonstrated positive impacts on a
variety of measures. Wechsler, who presented her findings in Sacramento,
found that the best preschools have college-educated teachers with
specialized skills in child development; they also use curriculum that
emphasizes problem-solving rather than unstructured play or
«repeat-after-me» drills. Successful educators know how to teach cognitive,
social-emotional, and physical skills. Plus, high-quality preschools
support their teachers with experienced coaches, and classroom sizes don’t
get bigger than 10 kids for every teacher.

The Roadblocks:

While expanding preschool for low-income students might have garnered more
advocates than almost any other school reform idea in the country, there
are inevitable problems: Grover J. Whitehurst, a senior fellow at the
Brookings Institution, has pointed out that
studies like the Perry Preschool research have only looked at small school
programs that are difficult to replicate on a large scale. Other opponents
point to a recent large-scale study looking
at the impact of Tennessee’s state-funded preschool; the study found that
by second grade, students who attended preschool actually performed worse
on tests measuring literacy, language, and math skills. The researchers,
however, blamed in part repetitive, poorly structured teaching for these
results.

Steven Barnett, the director of the National Institute of Early Education
Research, argued in the *Hechinger Report* that
the Tennessee study mostly provides additional evidence that preschool on
the cheap doesn’t work. Perry and Abecedarian students had
highly trained and well-paid teachers, and these programs cost about $14,000 to
$20,000 per child in today’s dollars, compared with $4,611 that Tennessee
spends currently.

And unsurprisingly, the numbers and research bolster Barnett’s point: The
strongest preschools have been well funded—some estimates vary
between $8,000 and $10,000 per student. Barnett pointed to New Jersey,
Boston, and Tulsa, Oklahoma—places that spend energy and money on highly
trained teachers, coaching, and strong curriculum—as examples of where
governments are serving children well.

 

Image courtesy of the National Institute of Early Education Research

Is There Hope?

The dollar figures show the United States has a long way to go. While the
city of Boston spends $10,000 for each preschooler, in 2014 the average
expenditure, nationwide, was $4,125 of government spending per kid. That’s not much more
than the government was spending a decade earlier.

The good news is that after years of dismal cuts following the recession, a
movement to increase funding and enrollment for preschool is regaining its
momentum—driven mostly by local and state policymakers. What’s more, both
the federal Every Children Succeeds Act and California’s state budget
include more funding to increase the number of low-income kids in high-quality
preschools.

Getting the United States all the way to universal preschool, of course, is
a long road. The nation ranks 30th out of 44 for preschool enrollment among developed nations; 66 percent
of American four-year-olds went to preschool in 2012. Of those, only 13
percent of low-income children were enrolled in high-quality early
childhood programs, according to a study by RAND Corp.

«Six years ago, we started talking about what does quality look like? How
does it work?» Camille Maben, the executive director of First 5 California,
a state agency, said at the end of the Sacramento
gathering. «We know now that quality works in all kinds of different ways.
One size truly does not fit all. But when there are so many of us, changes
are like turning an elephant in the bathtub. It’s an enormous challenge.»

Fuente:
www.motherjones.com/politics/2016/03/preschool-early-childhood-education-
funding

 

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