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La covid-19, un nuevo reto para la Unión Africana

Por: Hedelberto López Blanch.

La Organización de la Unidad Africana (OUA), hoy Unidad Africana (UA) ha tenido que lidiar a lo largo de sus 57 años de fundación con numerosos escollos y dificultades que dejaron los siglos de colonialismo que padecieron sus naciones y ahora deberá enfrentar otro gran reto al extenderse por el continente la pandemia del nuevo coronavirus.

Datos oficiales indican que el Sars-Covid-2 ya ha contagiado a alrededor de 90 100 personas y provocado más de 3 000 muertes en 54 de sus 55 naciones.

Las cifras del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de África revelan que los países africanos más afectados son Sudáfrica con 14 735 casos confirmados, Egipto con 12 519, Marruecos con 7 441 y Argelia con 7 621.

Mientras en el mundo se ha expandido con gran rapidez la epidemia, en este continente el saldo es muy inferior a los primeros pronósticos a pesar de ser el segundo más poblado del orbe.

Los especialistas aseguran que los gobiernos han tomado medidas más rápido que el resto del planeta a lo que se une la experiencia que tienen por haber enfrentado otras enfermedades como la malaria, tuberculosis, cólera, VIH y ébola, además de tener la población más joven del mundo con promedio de 19,7 años lo que ha ayudado a que el saldo mortal no sea mayor en la región.

Resulta que la UA ha tenido un rol significativo en estos resultados pues a lo largo de estos años ha logrado con mayor o menor grado y con fuerzas propias trabajar por la integridad, el avance de sus afiliados, profundizar en la estabilidad y la paz en el continente.

Con una extensión de 30 221 000 kilómetros cuadrados, 1 300 millones de habitantes que hablan 2 000 lenguas diferentes, la Organización ha tenido progresos relevantes pese a los años de colonialismo, esclavitud, empobrecimiento, dilapidación de los recursos naturales por corporaciones transnacionales y millonarias ventas de armas a las partes en conflicto, entre otras adversidades.

Específicamente, el continente comenzó a liberarse a fines de la década de 1950 y principios de 1960, después de siglos de colonialismo donde primaron las luchas por las independencias nacionales, contra la esclavitud, el saqueo de los territorios y de sus riquezas.

El 25 de mayo de 1963, 31 líderes africanos se reunieron en Addis Abeba y firmaron la Carta de Principios de la OUA, después de un proceso en el que comenzaron a dejar a un lado las diferencias regionales e ideológicas que habían sembrado los colonialistas. Aun quedaban muchos desafíos como la liberación de otras naciones, la lucha contra la discriminación racial y contra el régimen del apartheid.

Analicemos que cuando aún se habla sobre África, muchas personas piensan en pobreza extrema, subdesarrollo, hambre, tráfico de personas o enfermedades. Esa imagen, aunque no es menos cierta porque cuenta con 38 países de los 50 menos desarrollados del mundo, se debe fundamentalmente a los largos siglos de colonialismo y de neocolonialismo.

Esto se ha debido primordialmente a que los medios de comunicación hegemónicos, pagados y controlados por las antiguas naciones colonizadoras y por grandes transnacionales que han saqueado el continente, solo hablan o escriben de África noticias o sucesos peyorativos sin exponer los avances sustanciales desarrollados en casi todas esas naciones.

No es menos cierto que el continente, pese a disponer de abundantes recursos naturales, no ha podido mejorar más la vida de sus ciudadanos porque gran parte de las ganancias se las llevan las compañías transnacionales y también por la incidencia de la corrupción en algunos gobiernos.

Otro factor que ha influido es que las estructuras económicas son altamente dependientes del exterior, mientras los programas de ajustes estructurales impuestos por Occidente para que puedan recibir inversiones, obligan a abrir sus mercados a productos de las naciones ricas, no subvencionar la producción local y pagar una deuda externa que colapsa a varios países.

No obstante, África fue la región que más rápido se recuperó de la recesión económica mundial de 2008. En los últimos 10 años el Producto Interno Bruto (PIB) global alcanzó 5,7 %, y antes de la pandemia varios organismos económicos estimaban que alcanzaría 2,6 billones de dólares en 2020.

El Banco Africano de Desarrollo (BAD) destacó que el número de personas de África que vive en pobreza extrema con menos de 1,25 dólares al día, se redujo del 33 % en 1992 a 22 % en 2019, entre los que destacan Argelia, Etiopía, República Democrática  del Congo, Costa de Marfil, Djibouti, Angola, Gabón, Senegal, Namibia y Guinea Ecuatorial.

En ese sentido, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres instó al mundo a solidarizarse con el continente para que la pandemia no revierta los logros obtenidos con tanto esfuerzo por los africanos.

Al aprobar en 2013 la llamada Agenda 2063, la UA se encuentra enfrascada en buscar avances más tangibles para que el continente alcance un crecimiento integrador con desarrollo sostenible y de bienestar para todos sus ciudadanos.

En el contexto pandémico que vive el planeta, resulta halagüeño citar al director de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África, Stephen Karingi, quien afirmó  al diario británico The Guardian: “se debe reconocer que las autoridades africanas han estado «haciendo mucho» para contener el brote”. La Unión Africana ha sido esencial en esta enorme tarea.

 

Fuente del artículo: https://rebelion.org/la-covid-19-un-nuevo-reto-para-la-union-africana/

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Coronavirus en la Argentina: diputados proponen una «tarifa social» de Internet para garantizar la educación a distancia

América del Sur/ Argentina/ 26.05.2020/ Fuente: www.lanacion.com.ar.

 

Un grupo de diputados del interbloque de Juntos por el Cambio impulsa un proyecto de ley para establecer una «tarifa social» de Internet y achicar así la brecha tecnológica en materia de acceso a la educación. La propuesta impulsa que se subsidie Internet tal como se subsidian la luz y el gas, reconocidos como servicios esenciales. Promueve también que se liberen datos en los teléfonos móviles con fines educativos.

«Más del 47% de los hogares con niños y adolescentes no cuentan con conexión a Internet. Nos preocupa la enorme desigualdad que existe en las aulas virtuales o para acceder a los contenidos», dijo el diputado nacional Marcelo Orrego, presidente del bloque Producción y Trabajo en la Cámara de Diputados e impulsor del proyecto, que cuenta con el apoyo de otros 13 legisladores del interbloque de Juntos por el Cambio.

«Hoy la señal debe ser considerada un servicio esencial», dijo Orrego. «Me llamaron profesores que se van durante horas a estaciones de servicio para poder captar señal de WiFi, dar clases o subir contenido a las plataformas», relató.

El retorno a las aulas no tiene fecha prevista. El jueves pasado, la Cámara de Diputados aprobó y envió al Senado el proyecto de ley que permite la educación a distancia de los menores de 18 años cuando exista una emergencia, tal como ocurre ahora con las restricciones impuestas por el aislamiento social, preventivo y obligatorio ante la pandemia del coronavirus.

El proyecto de Orrego propone que también sean reconocidos como un servicio esencial «los servicios de datos móviles» para garantizar el apoyo educativo, y que no se puedan gestionar cargos por la navegación, a través de teléfonos móviles, en páginas gubernamentales de dominio «.gov.ar» y «.gob.ar», para la realización de trámites (como por ejemplo, gestionar el permiso para circular), para la descarga y utilización de la aplicación CuidAR, y para la navegación por plataformas educativas «.edu.ar» y «uba.ar».

En marzo, el Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la Universidad Católica Argentina (UCA), presentó un informe que advirtió que «el déficit de acceso a la información en la infancia y adolescencia en tiempos de pandemia adquiere una relevancia mayúscula» y es determinante en términos de «desigualdad social». El informe destaca que hoy muchos niños y adolescentes acceden a la educación a través de una PC con conexión a internet desde su casa. «Los más aventajados de la sociedad tienen clases casi regularmente a través de plataformas donde se encuentran con sus docentes y compañeros de clase», dice, pero relata otras dos realidades: la de quienes tienen un acceso, pero limitado, y la de quienes directamente «no tienen PC en casa ni conexión adecuada para sostener este proceso de formación» en el hogar. Se trata de «una parte muy relevante» de la población -advierte el informe- porque 48,7% no tiene PC y 47,1% no tiene acceso a servicio de internet.

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“Ni sueño, ni vida”: La crisis de la pandemia para los indígenas, entre Colombia y Brasil

Por: telesurtv.

Dos líderes de los indígenas han muerto por la Covid-19 a cada lado de la frontera. El cacique de Manaos, MessíasKokama y el diputado Camilo Suárez, indígena Murui, exponen con el sacrificio de sus vidas, una crisis endémica, mucho más profunda que una “debilidad demográfica”entre Brasil y Colombia.

Dos líderes de los indígenas han muerto por la Covid-19 a cada lado de la frontera. El cacique de Manaos, MessíasKokama y el diputado Camilo Suárez, indígena Murui, exponen con el sacrificio de sus vidas, una crisis endémica, mucho más profunda que una “debilidad demográfica”entre Brasil y Colombia.

“La debilidad demográfica de los pueblos indígenas asentados en el departamento de Amazonas agrava el riesgo de extinción que enfrentan en medio de esta pandemia”: La frase fue expuesta por el Procurador General de Colombia, Fernando Carrillo, quien ha pedido urgentemente en Twitter, una mayor coordinación de Bogotá con el Perú y el Brasil.

En 1767 los portugueses fundaron el fuerte Tabatinga, para tomar posesión de la frontera de Brasil con Colombia, desde entonces se establece la barrera militar. Mucho ha llovido desde entonces, mientras nadie les pregunta a los indígenas, por qué para ellos no existen las fronteras.

Los indígenas ticuna han ocupado este escenario geográfico desde hace más de 2.000 años, lo que demuestra que el establecimiento de las fronteras entre los tres países, incluyendo al Perú, conforman imaginarios nacionales creados por intereses políticos.

“Los ticuna constituyen una población aproximada de 40.000 personas, de las cuales unas 26.000 viven en Brasil, 9.000 en Colombia y de 5.000 a 6.000 en Perú, de acuerdo con la investigadora del Museo Paraense, Claudia López Garcés.

¿Cuál es el origen de la “debilidad demográfica”?

“Le pedimos al Gobierno central que nos ayude con el tema de más médicos para el departamento de Amazonas, ayuda humanitaria, personal de salud, ventiladores mecánicos, camas, camillas”, dijo otra voz: el gobernador de Amazonas, Jesús Galindo. De los 79.000 habitantes que tiene Amazonas -precisa- 605 necesitarían de una unidad de cuidados intensivos en el caso de ser contagiados con Covid-19, pero actualmente solo existe una.

“Las acciones que ha manifestado el señor ministro de Salud, no llegan al departamento. Quiero decirle señor presidente que Amazonas es Colombia, por favor, la esperanza del mundo”, aseveró Camilo Suárez, diputado de Amazonas.

El indígena de Murui, hace días clamaba: “El Amazonas está en SOS y necesitamos de su ayuda. No estamos preparados para atender esta pandemia”. Suárez le había enviado al periodista Omer Sánchez, de la emisora Ondas del Amazonas, afiliada a RCN Radio, varios mensajes de Whatsapp, repudiando la falta de atención, por parte de los encargados de la salud pública del departamento.

Y “todos los que han muerto en casa, porque ese puto comité Covid-19 no sirve pa’ nada. Yo llevo seis días esperando que alguien de ese comité venga a tomarme la muestra y no llegan”, escribió el dirigente indígena.

Camilo Suárez agonizó a la espera sin asistencia médica, a consecuencia del virus y la desprotección sanitaria. Tampoco pudieron hacerle las pruebas diagnósticas de la Covid-19, dadas las insuficiencias del sistema de salud. El líder Murui fue víctima de las malas condiciones de vida de los amazonenses, que había denunciado consistentemente: falta de acceso a la salud y la educación, ambientes infrahumanos por carencia de agua potable en algunas regiones, entre otras.

El departamento de Amazonas solo cuenta con el Hospital de San Rafael y la clínica privada de Leticia, su capital. Entre ambas instituciones, cuentan con cinco camas de cuidados intermedios, cuatro camas para adultos y tres pediátricas. Se dice que hay ocho ventiladores y que no poseen insumos para enfrentar al virus.

Hasta el 20 de mayo de 2020, el coronavirus supera los 1.000 contagios y 35 fallecidos, entre los 49.000 pobladores de Leticia, el territorio con más casos por millón de habitantes de toda Colombia. Unos días antes, se conoció del primer contagio entre indígenas.

Colombia es una de las naciones con un mayor número de comunidades indígenas en Latinoamérica. En 2005, se contabilizó a casi 1.400.000 personas indígenas, 3,5 por ciento de la población del país. En las 102 comunidades indígenas colombianas, algunas auto aisladas, han visto morir a sus ancianos, la población más susceptible y clave para la supervivencia y memoria cultural.

“El abrazo de la serpiente”

La productora cinematográfica, Cristina Gallego, dice que allí donde filmaron, hay unas 80.000 personas que necesitan asistencia médica, de las cuales el 75 por ciento es indígena. Bien lo sabe ella, porque convivió con “el abuelo”, cuando fueron a rodar la película. Karamakate, fue elegido para representar a un hombre nativo y nómada que vive solo en la selva.

Pero el virus mató al abuelo. Como mismo nadie pudo salvarlo, tampoco hubo pruebas de confirmación de la enfermedad. El nativo, Antonio Bolívar, fue uno de los protagonistas de “El abrazo de la serpiente”.

Nominada al Oscar en 2016 como la mejor película de habla no inglesa, fue realizada en coproducción de Colombia, Venezuela y Argentina. Dirigida por el joven colombiano Ciro Guerra, fue filmada durante siete semanas en la selva de los departamentos de Guainía y Vaupés.

¿Aislados o atrapados?

“Solo cuando llegué a Vaupés, me enteré que la película fue grabada aquí, en las comunidades de Santa Marta, Puerto Golondrina, y otras zonas en el caño Cuduyarí, a veinte minutos de Mitú, navegando por el río Vaupés”, dice a Telesur la socióloga Jenn Romero, quien llegó en septiembre del año pasado para apoyar un proyecto de seguridad alimentaria en comunidades indígenas.

“Me encontré con pueblos y etnias, en un 90 por ciento indígenas, donde se hablan más de 24 lenguas nativas. A ésta zona, la he llamado la ‘Amazonía invisible’, porque para los colombianos y extranjeros, solo existe Leticia. Y no quiero ser sarcástica, pero donde estoy, hace apenas tres décadas, los hombres usaban ‘guayuco’ -taparrabos- y las mujeres andaban naturalmente en ‘tetas”.

“La entidad que me trajo y la gobernación del Departamento de Vaupés, nos dejaron terminar el trabajo y cerraron el municipio. Ahora no podemos salir, no tenemos cobertura médica y tampoco nos pagan por nuestros servicios. Ni a mí, ni a los indígenas de aquí, porque los dejaron sin trabajo y no reciben ayuda humanitaria. Se sostienen de su “chagra”.

“El hospitalito no puede atender a más de 10 personas a la vez. Desde hace una semana hay once contagios, pero creemos que nos mienten, no están haciendo las pruebas”.

“Aquí estamos en un toque de queda, mientras tanto el Gobierno de Colombia falla a favor de leyes, buscando aceptar medidas de extracción de petróleo en la zona”.

“Tampoco han enviado ayuda a los pobladores con que hacer frente a la pandemia- responde la socióloga a la entrevista- conocemos de una campaña de donación en el departamento, pero los recursos no se distribuyen a la gente. Los indígenas no tienen qué comer, ahora les suspendieron las ayudas del Programa de Alimentación Escolar. Muchos están aislados en sus chagras y comunidades, sin poder comprar lo que necesitan, ni alimentos, ni artículos de aseo. El mercado indígena no abre y se les tiene prohibido entrar al casco urbano”

“Donde estoy, el internet va y viene y la poca información que llega es para quienes estamos en las redes sociales -Facebook y Whatsapp- con un celular. Aquí no hay Wifi. Algunos se informan por la radio comunitaria. Son unas 35.000 personas que intentan reinventar su cotidianidad, pero es difícil en la selva. La realidad es que la educación occidental deja como lastre, que les enseñan la religión, pero no a trabajar la tierra, que es a donde tienen que mirar  y producir alimentos para sobrevivir. Será un largo proceso, en medio de una situación económica que siempre ha sido difícil para los indígenas”

“Los únicos que tienen estabilidad en los ingresos permanentes -precisa la socióloga Jenn Romero- son los comerciantes, los colonos provenientes de Medellín, Villavicencio y otras zonas del país. Son ‘los blancos’, nunca los indígenas, quienes manejan el dinero de la cooperación internacional y las regalías nacionales.Siempre a través de ONG y del gobierno departamental, donde tampoco hay indígenas”.

“Lo único que se hace presente es la malversación de fondos, ya que en plena contingencia, el Gobernador está siendo investigado por corrupción en la contratación de vuelos chárter con presuntas misiones médicas”.

“Las paisanas y los paisanos -concluye la investigadora- como se reconocen los ‘originarios’, caminan rápido y nadan bien. Comen lo que les da el monte, duermen en hamacas y tienen una contextura física para moverse con fluidez en un entorno, que para el resto de nosotros sería imposible. Ellos no dejarán morir a sus hermanos, así sean de Brasil. Porque del lado colombiano, apenas les toma dos minutos cruzar el río y ya están en la ribera brasileña. Una ‘frontera porosa’, donde los paisanos hablan español o portugués y la lengua de su etnia”

Sin embargo, el virus los ha dejado indefensos. Tanto es así, que algunos ancianos -los sabedores- de las comunidades, han querido quitarse la vida por no poder respirar, aún después de tomar su medicina natural, como desde hace tiempo, es la única que tienen.

La muerte los alcanza primero

Por más rápido que anden, el abrazo de la muerte alcanza primero a los indígenas. El cacique MessíasKokama, considerado el líder principal de Manaos, capital del estado brasileño de Amazonas, murió víctima del virus y su comunidad apenas pudo decirle adiós sin ceremonia.

“Perdimos a nuestro líder, un cacique que soñó el primer barrio indígena. Hoy nos deja un ejemplo de persistencia y un legado conquistado, con lucha y coraje ante los conflictos y obstáculos”, dijo la profesora Claudia Baré, también fundadora de esa comunidad, en el mayor centro urbano de la Amazonía.

La muerte del cacique se supone la primera en Manaos. Mientras, la Secretaría Especial de Salud Indígena del Ministerio de Salud, había reportado 277 casos confirmados y 19 muertes de indígenas en todo el país. En la capital del estado de Amazonas, ahora cuentan 37 contagios en nativos.

Y fue precisamente Manaos el detonante del sistema de salud brasileño ante la pandemia.“Ya no estamos en estado de emergencia, sino en absoluta calamidad”, dijo el alcalde Arthur Virgilio Neto. Por día se triplica el número de muertos. En esa ciudad de 2.1 millones de habitantes, durante el tercer mes del año, se registraron 2.435 funerales, unos 80 por día, o sea, más de tres muertos por hora.

Se estima que en Brasil, unas 900.000 personas viven en 305 tribus, aunque la mitad de los indígenas de Brasil están fuera de la Amazonia. El Gobierno ha reconocido 690 territorios para sus habitantes indígenas, que abarcan aproximadamente el 13 por ciento de la superficie del país.

Brasil con más de 300.000 casos de coronavirus a finales de mayo, es uno de los focos globales de la enfermedad. La zona más afectada es el estado de Sao Paulo, seguido de Río de Janeiro. En eso ya Brasil emula a los Estados Unidos. El gigante sudamericano es ahora -tristemente- el segundo a nivel mundial en la lista de contagios.

Dos exministros de Salud, Nelson Teich y Luiz Henrique Mandetta, dimitieron por discrepancias con Jair Bolsonaro en la gestión de la crisis sanitaria, mientras el jefe de Estado rechaza las medidas de aislamiento social por priorizar a la economía.

Desaparecería el patrimonio ancestral

Allá lejos de todo, a casi dos meses después de iniciado el autoaislamiento, los indígenas intentan sobrevivir internos en la selva, entre Brasil y Colombia.

Aun así, “hacia Vaupés -declara la socióloga, asentada en territorio indígena- esto será un etnocidio y terminaríamos perdiendo el privilegio de conocer estos pluriversos culturales, los pueblos: Majiñá, Macuna, Carapana, Itana, Desano, Tanimuca, Tuyuca, Letuama, Barasana, Tucano, Bará, Yuhup, Curripaco, Yeral, Piratapuyo, Guanano, Cubeo, Yurutí, Siriano, Tatuyo, de los cuales cada uno tiene su lengua propia. Nos perderemos de conocer familias multiétnicas, que solo tienen en común el español o el portugués. Desaparecería el patrimonio ancestral de políglotas que hablan hasta diez lenguas originarias, las chagras ya no serían las unidades productivas más importantes, para ayudar a nuevas formas de desarrollo y crecimiento productivo sostenible”.

Podría perderse eso que los une hasta hoy, la vida de los indígenas, testigos ancestrales de Suramérica. Lo que los asecha ahora es la muerte.

El protagonista de “El abrazo de la serpiente” en su personaje Karamatake-encargado de guiar a través de la selva al etnobotánico Richard Evans- quedó para siempre como el indígena que nos lleva en búsqueda de la milagrosa yakruna.

Antonio Bolívar, ya no espera en el corazón de la selva a que aparezca desde la sabiduría de sus Dioses, una planta sagrada o algo que estimule la capacidad de soñar -ni siquiera eso- porque a Karamatake, MessíasKokama y Camilo Suárez o a tantos indígenas a cada lado de la frontera, la enfermedad y el etnocidio, le arrebataron sus vidas y sus profundas conexiones espirituales con la tierra que los hacían soñar.

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Menos de la mitad de los profesores cree que escolares están aprendiendo en sus casas

Por: Carlos Said. 

Los 3,6 millones de escolares han estado fuera de las aulas más tiempo que las clases perdidas en 2019 y la reapertura de los colegios se ve cada vez más lejana. Ante esa incertidumbre, las actividades y clases a distancia serán la única alternativa por mucho tiempo más.

Pero ¿están siendo efectivas? Según la encuesta Docencia durante la crisis sanitaria, aplicada por académicos de la U. de La Frontera, U. Católica, U. Diego Portales y U. Católica de Valparaíso, junto a Summa (Laboratorio de Investigación e Innovación en Educación para América Latina y el Caribe, del BID), solo el 49% de los profesores cree que los escolares están aprendiendo durante la pandemia.

El sondeo tomó la opinión de 3.176 docentes, entre el 20 y 30 de abril, y revela que solo el 9% de los profesores cree que sus alumnos tienen hábitos de estudio y que el 75% piensa que los niños no tienen habilidades para usar aplicaciones de trabajo a distancia.

Además, solo el 37% de los maestros dice que sus alumnos tienen acceso a internet de manera constante, mientras que el 33% cree que los jóvenes tienen espacios físicos y recursos para estudiar en sus casas.

La directora del Observatorio de Prácticas Educativas Digitales (Oped) y académica de la Facultad de Educación de la UC, Magdalena Claro, participó en el estudio y dice que las cifras muestran que “hay que tener una mirada realista sobre lo que se puede hacer, porque las condiciones de los escolares son limitadas”.

Plantea que una buena solución para abordar el problema es la priorización curricular que está haciendo el Consejo Nacional de Educación, que reducirá los contenidos y objetivos a lograr este año. “Hay que buscar objetivos menos ambiciosos, mejorando las estrategias de apoyo y la capacitación a los docentes, con guías para organizar el trabajo remoto”, dice.

El director del Instituto de Informática Educativa de la U. de La Frontera, Enrique Hinostroza, advierte que es necesario abordar esta precariedad, “para no aumentar las brechas existentes” entre los escolares. “Hay que aprovechar la experiencia nacional e internacional, ya que muchos países enfrentan desafíos similares”, dice.

Y el director de Summa, Javier González, afirma que “el derecho a la educación de muchos estudiantes se está viendo vulnerado, dado el bajo acceso efectivo a internet, redes de apoyo y servicios sociales”.

El sondeo consigna que el 27% de los profesores está usando la plataforma online del Mineduc www.aprendoenlinea.mineduc.cl, y que el 30% utiliza Google Classroom. Respecto a lo mismo, solo un tercio de los maestros dice haber recibido apoyo en el uso de recursos digitales.

El subsecretario de Educación, Jorge Poblete, maneja cifras más alentadoras: asegura que la plataforma del Mineduc ha sido usada por 6,6 millones de usuarios y que 3 mil colegios tienen acceso a Google Classroom, y recuerda que el canal TV Educa Chile apoya esta labor. Además, afirma que “valoramos que cada establecimiento ocupe sus propias herramientas, sin embargo, llama la atención que teniendo textos escolares gratuitos de calidad no se utilicen sobre todo en los lugares con baja o escasa conectividad”, dice.

La brecha digital

Esta falta de conectividad también queda demostrada en la relación que tienen los profesores con sus alumnos. Según el sondeo el 62% de los docentes dice que se ha comunicado con los escolares, pero solo lo ha logrado con la mitad de ellos.

En el caso de los colegios particulares pagados, la comunicación entre profesores y alumnos se da casi exclusivamente por internet, mientras que en los municipales, el contacto es principalmente telefónico, lo que revela la brecha digital de los más vulnerables. Por eso, el principal método de trabajo de los profesores es el envío de guías (81%) y tareas (75%), mientras que las actividades interactivas son residuales: el 11% de los docentes organiza grupos de trabajo entre los niños y solo el 16% imparte clases online. Entre estos últimos, la enseñanza interactiva supera el 40% en los colegios particulares y cae al 15% entre las escuelas municipales.

“Se necesitan estrategias de trabajo remoto alternativas a internet, los docentes requieren más apoyo para ajustar la enseñanza y brindar acompañamiento”, al igual que los equipos directivos, plantea Ignacio Jara, director del Centro de Desarrollo Profesional Docente de la U. Diego Portales.

En la elaboración de la encuesta participaron el Instituto de Informática Educativa de la U. de La Frontera, el laboratorio de innovación Summa, el Observatorio de Prácticas Educativas Digitales de la U. Católica; el Centro de Desarrollo Profesional Docente de la U. Diego Portales y el Centro Costadigital de la U. Católica de Valparaíso.

Fuente del articulo: https://www.latercera.com/nacional/noticia/menos-de-la-mitad-de-los-profesores-cree-que-escolares-estan-aprendiendo-en-sus-casas/CSMS6XVAPRCILEYMKNSUDGNX3I/

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Bolivia: Maestros de la normal entran en huelga de hambre por despidos

América del Sur/ Bolivia/ 26.05.2020/ Fuente: elmundo.com.bo.

A las afueras de las instalaciones de la Dirección Departamental de Educación de Santa Cruz (DDE) un grupo de maestros de la Normal  instalaron una huelga de hambre como medida de protesta por haber sido despedidos de sus fuentes de trabajo.

La ejecutiva general de la Federación de Maestros Urbanos de Santa Cruz, Erika Brañez, informó que son más de 100 maestros que han sido despedidos de manera injustificable desde el Ministerio de Educación.

Indicó que el Ministerio de Educación está vulnerando el Decreto Supremo 4196 y 4199 que en marzo el Gobierno Nacional dictó, donde prohibió los despidos mientras dure la emergencia sanitaria por el covid-19.

“Informar a la población general que aquí están los colegas de la Normal, de el  Programa de Formación Complementaria para Maestras y Maestros en Ejercicio (Profocom), docentes del programa de la Unidad Especializada de Formación Continua (Unefco) que fueron despedidos de manera injustificada por el Ministerio de Educación”, manifestó.

Además dijo que esos docentes desde abril están sin cobrar sus sueldos y que con este mes sería dos meses sin salarios, tema preocupante para los afectados que en plena pandemia y cuarentena no tienen cómo mantener a sus familias, lamentó la ejecutiva.

Por ello, pidió al ministro de Educación, Víctor Hugo Cárdenas que cumpla el acuerdo con la Confederación de Maestros Urbanos de Bolivia, además que realice  la reincorporación inmediata de los profesionales al sistema educativo.

Aseguró que de la Normal de Santa Cruz son más de 100 maestros afectados  y a nivel nacional llegan a sumar 500 maestros con despidos injustificados.

“Nosotros de manera pacífica desde el martes hemos iniciado nuestra manifestación y protesta que por derecho tenemos los trabajadores y el día de hoy (ayer) se instaló la huelga de hambre porque queremos que el ministro de Educación nos escuche y se ponga en el lugar de los colegas que están sufriendo en estos días de pandemia, además que está prohibido el despido masivo de los trabajadores”, puntualizó Brañez.

Fuente de la noticia: https://elmundo.com.bo/2020/05/22/maestros-de-la-normal-entran-en-huelga-de-hambre-por-despidos/

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Panamá: Pandemia muestra las desigualdades del acceso a la educación virtual

Centro América/ Panamá/ 26.05.2020/ Fuente: m.panamaamerica.com.pa.

Ante el inesperado avance del COVID-19 y su contagio a nivel mundial, una de las primeras medidas recae directamente en los salones de clases. 

De un día para otro, los aproximadamente 800,000 estudiantes que hay en Panamá, según datos del Ministerio de Educación, se quedaban en casa.

Y junto a ese cerco educativo surgen dudas, y algunos miedos, sobre cómo dar respuesta a los alumnos y continuar con el proceso de enseñanza – aprendizaje sin su presencia en las aulas.

Resurge el uso de internet como alternativa en las plataformas virtuales a la educación presencial, anunciado por el Ministerio de Educación, credibilidad que durante muchos años se le ha negado como medio de formación pedagógica y tecnológica en el ámbito educativo y cuyo uso se debía limitar a escasas actividades en línea.

El campo del internet abre un sinfín de posibilidades para un desarrollo pleno del proceso educativo de los estudiantes, pero se logrará muy poco, ya que desde 1992 existe una ley 2, que dice en uno de sus artículos que debe enseñarse la informática como una asignatura y además el año pasado, 2019, se objetó la 749, que mejoraba la ley 2.

No se ha prestado atención a la asignatura de informática como materia en los planes de estudioNo existe.

En tales circunstancias del COVID-19, los docentes panameños iniciaron las primeras clases ‘online’, contando con su interés y su creatividad, queriendo hacer las cosas bien, a pesar de que nunca habían trabajado en la docencia con un entorno fuera del presencial.

Ante el cambio de paradigma, anunciado por el Ministerio de Educación, surgen nuevas dudas razonables donde lo académico pasa a un segundo plano y toma importancia las desigualdades que esta nueva crisis está provocando.

Cada centro educativo ha establecido su propio plan de actuación, y que limitan su proceso de adaptación.

Los centros educativos con más recursos logran adaptarse a la nueva crisis y mantener, aunque sea de una manera distinta a la habitual, un ritmo aparente de clases, tareas y exámenes, mientras otros esperan el retorno de clases presenciales, quedándose atrás.

Aparece la primera desigualdad que impide el avance de la misma manera y al mismo ritmo.

¿Qué van a hacer los estudiantes que no tienen acceso a plataformas en línea o internet?

Ante esta realidad, tienen un muro difícil de derribar porque si miramos la situación económica, tecnológica y características individuales, se hace imposible la educación virtual.

No sabemos con estadísticas exactas si los hogares panameños tienen acceso a internet, y se le priva a los más desfavorecidos poder continuar con el aprendizaje curricular.

A nivel tecnológico, no todos los hogares cuentan con computadoras adecuadas o suficientes (muchos tienen una para toda la familia, incluso ninguna), ni con equipos de impresión, escáneres para poder realizar todas las tareas que se pueden exigir.

Se agrava más aún donde no ha existido la enseñanza de la informática en las escuelas, con formación científica y tecnológica, y donde los padres no tienen experiencia alguna para ayudar en casa a sus hijos.

Hay que tener en cuenta que muchos docentes se han tenido que poner al día, en tiempo récord, en el manejo de herramientas educativas para la enseñanza virtual.

La brecha tecnológica se ha hecho más evidente que nunca.

Aun así, podemos encontrar una oportunidad para fomentar la tan deseada y necesaria competencia de aprender a aprender, de ser autónomos en sus tareas y de ser responsables de su propio proceso de aprendizaje.

Y después del virus, ¿qué?

A partir de ahora hay un cambio social y educativo mucho más profundo.

El mundo de la conectividad digital seguirá adquiriendo su posición para no irse de nuestras vidas.

La educación en línea no consiste en adaptar de forma improvisada el contenido educativo a plataformas virtuales para que los alumnos puedan enviar sus tareas y exámenes.

La enseñanza virtual requiere de un conjunto de diseños instruccionales, pedagógicos, de recursos tecnológicos para asegurar que el estudiante esté acompañado en todo su proceso de aprendizaje, que cuente con los apoyos adecuados, con la experiencia y preparación necesarias para ofrecerle recursos de calidad, trabajo en equipo entre docentes y estudiantes con un sólido modelo educativo y pedagógico para que cada familia acepte continuar con el aprendizaje en otro entorno educativo.

Fuente de la noticia: https://m.panamaamerica.com.pa/opinion/pandemia-muestra-las-desigualdades-del-acceso-la-educacion-virtual-1164098

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La vuelta a clases en Francia, entre la alegría del regreso y el miedo

Europa/ Francia/ 25.05.2020/ Por: Marianela Mayer / Fuente: www.telam.com.ar.

Tras dos meses de educación a distancia por el nuevo coronavirus, la vuelta a las clases presenciales la semana pasada estuvo marcada por la controversia en Francia, donde padres, alumnos y docentes manifestaron sentimientos encontrados por la reapertura de los establecimientos, en un país en el que la pandemia causó más de 144.000 infectados y 28.000 muertos.

Cuando el primer ministro francés, Édouard Philippe, anunció a finales de abril la reapertura de las escuelas como un «imperativo de justicia social» y «pedagógico» ante el Parlamento, los diputados opositores criticaron la medida por considerarla prematura y forzada.

Los legisladores rechazaron, sobre todo, que la reanudación de las clases sea «voluntaria» y no obligatoria, por dejar esa decisión «odiosa» y «angustiante» a los padres.

La medida iba también contra la opinión del Comité de Científicos y de la Federación de Médicos, que la veían como «un riesgo inútil», pero la Asociación Francesa de Pediatría la respaldaba por estimar que la Covid-19 afectaba poco a los niños y estos eran menos contagiosos que los adultos.

Es una vuelta complicada porque los maestros están divididos entre la alegría de reencontrar a sus alumnos y el hecho de volver en estas condiciones que nada tienen que ver con la escuela de antes

FRANCETTE POPINEAU, VOCERA DEL SINDICATO DOCENTE SNUIPP-FSU

El gobierno defendió la iniciativa como un «desafío prioritario» para reincorporar al sistema educativo a los alumnos «perdidos» por la educación a distancia y organizó reuniones con sindicatos, asociaciones de padres, autoridades locales y expertos para definir el regreso progresivo a las aulas.

El 11 de mayo fue el turno de reabrir las guarderías, jardines de infantes y escuelas primarias de todo el país, mientras que el pasado lunes se reanudaron los colegios secundarios, pero sólo para los alumnos de 11 a 13 años y en las zonas donde la circulación del virus era menor.

«Es una vuelta complicada porque los maestros están divididos entre la alegría de reencontrar a sus alumnos y el hecho de volver en estas condiciones que nada tienen que ver con la escuela de antes», afirmó Francette Popineau, vocera del sindicato docente SNUipp-FSU, el más importante del país.

Para Popineau, los educadores están «perturbados» porque en pos de la seguridad y la salud de los chicos «deben impedirles vivir su vida de niños».

Unos sentimientos experimentados por Laetitia Boute, maestra de primaria en una escuela de Boulogne-sur-Mer, en el norte del país, quien siente temor por la rigidez del protocolo sanitario y felicidad por reencontrar a sus alumnos, si bien de momento sólo cuatro de 27 volvieron al aula.

En su institución, ubicada en una zona desfavorecida de la ciudad, sólo el 15% del total de estudiantes retomaron las clases, mientras que en los barrios más acomodados la cifra asciende al 80%.

«El desconfinamiento ahondó las diferencias entre los medios sociales. Nosotros perdimos una decena de alumnos en estos dos meses», admitió la docente en diálogo con Télam.

Según explicó, muchos de los padres eligieron no mandar a sus hijos a clase por tres motivos: pueden cuidarlos en casa por no tener empleo, tienen mucho miedo al virus y, al final, la escuela no es algo prioritario para ellos.

«Pero los niños que volvieron están felices y para nada traumatizados por el protocolo», aseguró.

Una afirmación compartida por Claire y Francois, quienes decidieron enviar a sus tres hijos de vuelta al jardín porque sintieron que la anormalidad del aislamiento los afectaba.

«Los chicos volvieron re contentos. Nos compartieron más sobre el jardín que antes y notamos que les hace bien ir», señaló Francois.

Como las clases fueron divididas, los nenes van dos veces por semana, en vez de cuatro, pero la vuelta ayudó a esta familia de las afueras de Lyon, en el sudeste del país, a respirar un poco y reencontrar un equilibrio, precisaron.

Ambos se dijeron satisfechos con las medidas tomadas y los esfuerzos de los docentes por respetar las reglas sin sacrificar el contacto con los alumnos.

«No hay una paranoia al punto de no tocar más a los niños», contó Claire, quien, sin embargo, se vio afectada por una canción que le enseñaron a su hijo de tres años que dice que no deben tocar a los demás para protegerse.

«Me pareció triste, es un poco lo contrario de todo lo que queremos enseñarles», reconoció.

Los niños que volvieron están felices y para nada traumatizados por el protocolo

LAETITIA BOUTE, MAESTRA DE PRIMARIA

Las estrictas medidas sanitarias fueron justamente lo que empujó a los Tresserras, una familia que vive en una granja en el sudoeste del país, a no llevar a sus hijos de nuevo al jardín.

«El protocolo sanitario nos pareció demasiado restrictivo y, de momento, los chicos no tienen ganas de volver», explicó la madre.
Otros padres, en cambio, no tuvieron elección por tener que retomar sus trabajos.

Ese fue el caso de Lucie Bauster, profesora de biología en una secundaria bilingüe de los suburbios de Lyon, quien expresó su felicidad por volver a la enseñanza presencial, aunque no ocultó sus temores.

«Estamos tensos y, además, cansados porque estos últimos meses tuvimos el triple de trabajo», dijo en referencia a la educación a distancia.

En tanto, Isabel Nebreda, profesora de español en dos secundarias de las afueras de París, seguía con las clases telemáticas por encontrarse en una llamada zona roja, donde la reapertura de los colegios será decidida el próximo jueves en función de la evolución de la pandemia.

Consultados por el balance de estas dos semanas, desde el Ministerio de Educación optaron por la prudencia.
«Es una reapertura muy progresiva y aún esperamos las directivas que dará el gobierno la semana próxima para saber cómo continuar», concluyeron.

Fuente de la noticia: https://www.telam.com.ar/notas/202005/467274-vuelta-a-clases-francia-aislamiento-coronavirus.html

 

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