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Educación, escolaridad y revoluciones industriales

Por: Luis Bonilla-Molina

  1. NUESTRA PERSPECTIVA PARA ENTENDER LO QUE OCURRE

Hay una abundante bibliografía que procura explicar las causas y sentido de eso que se ha denominado como “crisis educativa”. He insistido que la definición de “crisis” es una construcción que ha usado el neoliberalismo para justificar la vorágine de reformas y contrarreformas educativas que se han impuesto desde la década de los ochenta con el fin de destruir la escuela pública. Además, la noción de crisis de lo educativo intenta desviar la atención a lo escolar y educativo como si ello fuera una isla en sí misma, desconectada de las dinámicas sociales, económicas, políticas, culturales y tecnológicas. En otros casos lo educativo/escolar y las “crisis educativas” se presentan como temas nacionales, desconectados del sistema mundo capitalista y sus dinámicas.

Cuando se supera el temor a ser acusado de economicistas, muchos analistas le entran a lo económico, pero muchas veces se atascan en la dimensión meta ideológica del capital y no se adentran en las relaciones específicas del modo de producción con lo educativo. Ello adquiere dimensiones preocupantes cuando evidenciamos la desconexión existente en muchos análisis educativos, respecto a la relación de lo “pedagógico” con la aceleración de la innovación, su impacto en el modo de producción y acumulación, respecto a las dinámicas de enseñanza-aprendizaje.

Por ello, la perspectiva que asumo en mis trabajos valora de manera especial el impacto de la aceleración de la innovación científica-tecnológica en el modo de producción y acumulación capitalista, así como en las demandas que ello genera sobre lo educativo.  Por supuesto que esta no es una perspectiva neutra, tiene la objetividad de la lucha de clases y las resistencias anticapitalistas.

En consecuencia, consideramos de especial significación recuperar la tradición de estudios sobre la relación de la escuela con la fábrica, pero entendiendo que la propia fábrica está cambiando, está mutando. Las fábricas 4.0 comportan una redefinición de parámetros y exigencias sobre la escuela que no pueden ser comprendidos desde la lógica de la máquina educativa newtoniana. Por ello, considero que muchos de los análisis de lo educativo /escolar que descuidan esta realidad, corren el riesgo de hacer teoría mirando al retrovisor.

Desde la izquierda y las pedagogías críticas siempre tuvimos claridad sobre el carácter reproductor del sistema, asignado por el capitalismo a la escuela. Unos la vieron simplemente como un aparato ideológico del Estado, otros la entendimos como ello, pero también como un lugar de disputa, de resistencias, porque estaba constituida por seres humanos, en su inmensa mayoría explotados.

Defendimos a la escuela en su dimensión democratizadora del conocimiento que había sido apropiado durante siglos por los instalados en el poder. Defendimos la escuela porque abría la posibilidad que millones de trabajadores y sus familias comprendieran de manera científica al mundo, derrotando el oscurantismo de los dogmas religiosos. Defendimos la escuela porque era un espacio de encuentro, para la construcción de tejido social, para la formulación compartida de resistencias anticapitalistas.

Estábamos conscientes, en mayor o menor medida, que la escuela para el capitalismo no solo intentaba reproducir el performance de la fábrica con la carga de explotación, fragmentación y apropiación de la plusvalía, en ese caso ideológica, sino que también era otra máquina de control social. A esa máquina newtoniana educativa decidimos intentar aflojarle las tuercas, los tornillos, desarmarla andando, construyendo saber pedagógico emancipador, prácticas educativas liberadoras. Unas veces avanzamos, otras nos atascamos y en algunos casos incluso ajustamos la máquina de dominación con palabras radicales que se convertían en significantes vacíos, narrativas funcionales a la propia dominación.

Defendimos la escuela pública por sus posibilidades para construir educación popular, crítica, científica y alternativa. Hicimos de la disputa escolar una posibilidad para pensar otra escuela, en otro tipo de sociedad, que para nosotros es la socialista democrática. No fue nuestra intención defender a la máquina educativa newtoniana, lo que ocurre es que entramos en caos cuando esa máquina se convirtió en obsoleta para el capitalismo y comenzó a transformarse en una nueva máquina. Con el emerger de la tercera revolución industrial la escuela capitalista comenzó a mutar y la incomprensión estructural del cambio en curso, generó en algunos casos un pensamiento conservador de la izquierda pedagógica, que nos llevó a abrazarnos al viejo modelo como si fuera un salvavidas ante nuestra incapacidad de pensar lo alternativo en lo nuevo.

Y estábamos en desconcierto paradigmático funcional cuando se nos comenzó a anunciar y mostrar la nueva máquina educativa propio del capitalismo de la cuarta revolución industrial. Intentemos en consecuencia analizar la escuela y los sistemas escolares en relación con las revoluciones industriales y la aceleración de la innovación.

  1. PRIMERAS REVOLUCIONES INDUSTRIALES Y EDUCACIÓN

El capitalismo fabril significó un reordenamiento extraordinario de la economía, la cultura, las sociedades y en el plano educativo. En la larga transición del feudalismo al capitalismo la escuela adquirió un nuevo rostro, una nueva conceptualización. La ilustración y el desarrollo científico de los siglos XVIII y XIX permitieron el emerger de la primera y segunda revolución industrial, con impacto directo en la conformación e impulso del capitalismo industrial. El aprendizaje basado en la memoria ya no resultaba suficiente, se requería memoria + comprensión de su génesis y líneas de expansión, para seguir ampliando y especializando el conocimiento que requería en ese momento el capital y que demandaba la aceleración de la innovación tecnológica.

El capitalismo fabril estructuró los saberes conforme a su utilidad para mejorar, optimizar y potenciar, las máquinas sobre las cuales se estructuraba la producción y la sociedad. El capitalismo fortaleció la división del conocimiento en campos (Ciencias naturales, ciencias sociales, ciencias humanísticas, ciencias duras, filosofía) y estos a su vez en disciplinas. Los principios que orientaron esta estructuración fueron los prolegómenos de lo que hoy conocemos como la eficiencia y la eficacia del conocimiento. El capitalismo estructuró el mundo y sus instituciones a la imagen y semejanza de las maquinas que surgieron en la primera y segunda revolución industrial.

La lógica de la máquina newtoniana impregnó a la implementación de las pedagogías y la escuela, liceo y universidad. Mientras la enseñanza se fundamentó en la pedagogía vista como componentes ensamblables (didáctica, currículo, evaluación, planeación, gestión), el aprendizaje fue valorado como productos que se replicaban y evaluaban conforme a la lógica de producción de las mercancías generadas en las fábricas-escuelas. Los sistemas escolares se estructuraron a partir de las premisas de Comenio (maternal=preescolar, común=primaria, gimnasio=bachillerato y academia=universidad) y como segmentos de producción separados, pero ensamblables, estructurados según su complejidad (edad, desarrollo físico). La premisa de Comenio que señalaba que la educabilidad estaba en la naturaleza de los seres humanos se convirtió en el correaje de la lógica capitalista sobre la escuela.

La perspectiva de Comenio se fue enriqueciendo por otras propuestas, las cuales he trabajado en otros momentos. El conocimiento requería entonces memoriainformación, comprensión y manejo contextual de procesos mecánicos, abriendo la posibilidad para la experimentación y los desarrollos conceptuales que eran valorados bajo el prisma de la utilidad para el sistema, es decir para algunas de las maquinas del capitalismo económico, político, social, cultural y tecnológico.

La idea que para mejorar cada todo (máquina) había que perfeccionar las partes (ensamblables) y evolucionar al detalle los mecanismos (sistemas), facilitó la construcción de una epistemología disciplinar de la educación, de los procesos de enseñanza-aprendizaje, de los sistemas escolares.

Las dinámicas de las escuelas se estructuraron conforme a la mirada de la organización escolar de Comenio y la lógica disciplinar reforzó la idea de los nodos como materias. Las materias se dividían en objetivos secuenciales, a la usanza de una cadena de producción y, las evaluaciones cumplían la función de control en la producción de conocimientos (mercancías). La correlación de objetivos surgió como la expresión de especialización con complementariedad con otros conocimientos.

La formación docente se especializó al interior de los componentes de las pedagogías, surgiendo especialistas en cada una de las partes, a tal punto que al final apenas si conocían el todo; la idea era que, a los directores, supervisores y autoridades educativas en general, les correspondería coordinar el ensamblaje de los procesos.

Surgieron los especialistas en currículo, evaluación, planeación, didácticas, innovaciones, gestión del aula, gestión de plantel. El todo se fragmentó en las partes y la pedagogía dejó de comprenderse en su relación con el todo social. Pero esto era lo que necesitaba el capitalismo de la primera y segunda revolución industrial. En los preludios de la tercera revolución industrial, la especialización en pedagogía derivaría en autonomía de las partes de la máquina pedagógica (curriculum versus didácticas, evaluación versus gestión, etc.), sin que llegaran a ser nuevas máquinas, sino prototipos que competían entre sí.

  1. TERCERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL, ESCOLARIDAD Y EDUCACIONES

Las máquinas de la tercera revolución industrial (1961-2021/2025), no eran ya de ensamblaje y fricción, de movimiento, aceleración y resistencia, sino que funcionaban con circuitos e interconectividad, con impulsos y pulsos binarios. Las máquinas de este periodo se construían fusionando principios que antes habían sido estancos separados por las disciplinas. Los tornillos, poleas, engranajes eran cada vez menos, los rasgos de las máquinas del capitalismo de la tercera revolución industrial. Las máquinas sociales, culturales, económicas, políticas y tecnológicas que habían sido construidas bajo la lógica de la primera y segunda revolución industrial comenzaron a ver saltar por los aires sus tuercas (narrativas, imaginarios), ruedas (prácticas, protocolos) y ligamentos (instituciones).

La epistemología del capitalismo de la primera y segunda revolución industrial entró en una fase de mutación en la tercera revolución industrial, sin embargo, una parte importante de las resistencias anticapitalistas no pudieron ver esta “evolution” del capital y continuaron haciendo política para enfrentar a la vieja máquina; algo similar ocurrió con la izquierda pedagógica y un segmento significativo de las pedagogías críticas.

La tercera revolución industrial con el emerger de la lógica computacional construyó la sensación de caos en la enseñanza, el aprendizaje y el conocimiento. Para seguir avanzando en el desarrollo de las nuevas máquinas y del capitalismo en su conjunto, los estancos disciplinares resultaban obsoletos para el propio capital. Ya la máquina educativa newtoniana resultaba insuficiente para lo nuevo, orientado por los principios de la lógica binaria y la física cuántica.

Jóvenes, niños y niñas percibían mejor esa relación asincrónica, entre una máquina escolar newtoniana que se estaba desbaratando y nuevos funcionamientos de la máquina educativa capitalista de la tercera revolución industrial que comenzaba a mostrarse. Los adultos, los y las profes, educados en los centros de formación docente para enseñar y ver el aprendizaje conforme a la vieja máquina educativa, en muchos casos solo alcanzábamos a ver la posición de los más chicos como déficit de atención, problemas de sociabilidad y otras seudo denominaciones, cuando en realidad lo que estaba ocurriendo era que ellos estaban captando mucho mejor nuevos ritmos y características de la máquina educativa social, política, económica, cultural y tecnológica del capitalismo del siglo XXI; a estos chicos  les parecía (y parece), que cuando iban a la escuela estaban entrando a un museo.

La responsabilidad no era de los y las maestras(os), sino del centro capitalista que no terminaba de entender cómo podía formalizar, poner en marcha y controlar a las nuevas máquinas sociales que estaban surgiendo. Por ello, el periodo de los sesenta y parte de los setenta del siglo XX fue de inestabilidad, que se resuelve con apelaciones al autoritarismo o al dejar hacer. En educación esta inestabilidad se encubrió con la falsa etiqueta de “crisis educativa”.

Lo que si teníamos claros desde las pedagogías críticas era que había que transformar la escuela (aunque no terminábamos de saber cómo) para defender el derecho a la educación de todos y todas, especialmente de los más pobres y excluidos que estaban marginados del acceso a lo nuevo, a los “juguetes” y “artefactos” del mundo tecnológico de la tercera revolución industrial. La escuela, la escuela pública, era y es, donde se puede generar el encuentro humano más allá de la fragmentación y dominación de la sociedad de clases, para analizar, comprender, valorar y decidir sobre esa nueva vorágine tecnológica que no terminaba de llegar a casa, pero que está determinando al ser social.

Pero voluntad requiere de conocimiento científico y a decir verdad faltaron espacios y flexibilidad conceptual, paradigmática, para entender la complejidad de lo nuevo. Pero la incomprensión por parte de las resistencias anticapitalistas al respecto, no detenía la lucha de clases, ni dejaba de hacer sentir las nuevas formas de opresión.

Los campos experimentales de conocimientos vinculados al capitalismo de las décadas del setenta, ochenta y noventa del siglo XX, comenzaron a conformar equipos multidisciplinarios que abrieron paso al paradigma transdisciplinario. El problema fue que las máquinas-escuelasmáquinas-liceosmáquinas-universidades, nunca supieron por dónde comenzar a desandar el cambio. No entendían cuáles piezas había que cambiar, que elementos había que fusionar, que tenía que desaparecer y que había que crear, porque la auto imagen institucional sostenida por décadas era la de una máquina educativa newtoniana. Esto fue lo que se encubrió con la etiqueta de “crisis educativa”

Una morisqueta de este “debate-acción” hizo que, desde las disciplinas y las materias, se apelara al cliché de lo transdisciplinario, sin terminar de construir una máquina escolar transdisciplinaria. Pero la parálisis, el inmovilismo, no es el rasgo de la dominación, ni de la lucha de clases.

Fuimos tan “ingenuos” en la izquierda pedagógica que pretendimos apropiarnos de la transdisciplinariedad como propia, decir que ser transdisciplinario era una forma de resistir a la visión disciplinar del capitalismo, cuando en realidad nos estábamos refiriendo al capitalismo de la primera y segunda revolución industrial. No terminamos de entender que la transdisciplinariedad era ahora la mirada del capitalismo de la tercera revolución industrial, la perspectiva, la ontología de las nuevas máquinas. Entonces, ya no estábamos resistiendo con la simple apelación a la transdisciplinariedad porque el capitalismo había asimilado esta premisa para mejorar su funcionamiento estructural.

Las reformas educativas solo podían intentar limar superficialmente o pulir partes de la vieja máquina educativa newtoniana, pero eso sí, servían para destruir el concepto público de la educación, para “poner en evidencia” a los docentes y destruir la profesión docente, para abrir paso a la desinversión en materia educativa. Por ello, las reformas se convertían en lo táctico en contrarreformas que paleaban y hacían control de daños, mientras lo sustantivo de la transformación radical de los procesos de enseñanza-aprendizaje se colocaba en la externalidad de los sistemas escolares.

Desde la lógica del capital dos elementos fueron moldeando la ruta para construir hegemonía respecto a las supuestas dimensiones de la “crisis de los sistemas educativos”, la profesión docente y la escuela. Se procuraba instalar la idea en la ciudadanía que “algo andaba mal en lo educativo”, para crear las condiciones de posibilidad de diseño de otra escuela capitalista, abriéndole paso a los conceptos necesario para comprender y poner en funcionamiento a la nueva máquina educativa del capitalismo cognitivo de la tercera revolución industrial.

El primero, la construcción de cultura evaluativa y, el segundo, debates e iniciativas desde la externalidad escolar, desde los bordes institucionales para poner en evidencia el impacto del mundo digital en los procesos de enseñanza-aprendizaje y la precaria capacidad de la escuela pública, los centros de formación docente y los y las maestras(os) para adaptarse a los nuevo. Veamos cada uno de ellos.

Cultura Evaluativa

En 1973 el denominado “Informe Faure[1]” de la UNESCO señala que

“la revolución industrial, a medida que alcanza un número mayor de países, exige una expansión de la educación y lleva consigo la aparición del concepto de instrucción universal y obligatoria, históricamente unido al de sufragio universal” (p.58). Precisa este informe, que la educación “en términos presupuestarios ocupa el segundo de los gastos públicos mundiales, inmediatamente después de los gastos militares (p.60), a lo cual agregan, que a pesar de esto “la sociedad rechaza los productos de la educación…[ya que] mientras hasta el presente las sociedades en lenta evolución (excepto cortas fases de mutación) absorbían fácilmente y de buena gana los productos de la educación, o por lo menos se acomodaban a ellos, en la actualidad no ocurre otro tanto” (p.62).

Esta perspectiva del informe Faure induce a pensar la necesidad de comprobar la eficiencia de los costos educativos respecto a sus resultados, elemento que constituiría más adelante el lugar de enunciación de la cultura evaluativa. Señala el mencionado Informe, que se evidencian dos elementos causales del hecho que “la sociedad rechaza los productos de la educación”. Estos elementos, continúa el Informe Faure, muestran que la educación, en la tercera revolución industrial, no cumplía con dos aspectos que habían sido referentes básicos de su accionar a través del tiempo: a) la educación precede y, b) la educación prevé (pp.61-62).

De hecho, la educación había precedido el “desarrollo económico”[2] de las sociedades a partir de la revolución industrial (preciso de la primera y segunda revolución industrial), pero esta dinámica comienza a romperse con el desarrollo de la tercera revolución industrial, algo que el propio informe Faure no logra visualizar en toda su complejidad.

Por otra parte, señala dicho informe que “por primera vez en la historia la educación se emplea conscientemente en preparar a los hombres para tipos de sociedades que todavía no existen” (p.62), lo cual constituye una campanada de alerta respecto al desfase que se comienza a evidenciar entre el ayer y el hoy, entre el despegue de la tercera revolución industrial y lo que se enseña en escuelas, liceos y universidades propio de la primera y segunda revolución industrial-.

Los “tres fenómenos nuevos” enunciados en el Informe Faure (precede, prevé y la sociedad rechaza los productos de la educación) colocan en evidencia la inconsistencia de la relación entre aceleración de la innovación científico-tecnológica y educación en el marco del capitalismo de la tercera revolución industrial.

El desembarco de la globalización económica y la nueva mundialización cultural de la tercera revolución industrial incorporan con fuerza al léxico educativo la noción de exclusión como complemento a la idea de cobertura escolar. La idea de exclusión jugaría un rol central en las justificaciones para la instauración de la cultura evaluativa, en el marco de la reestructuración capitalista, uno de cuyos elementos dinamizadores era (y es) la aceleración de la innovación.

La reestructuración capitalista derivada del impacto de la tercera revolución industrial, la internacionalización del capital, es decir de la globalización, impulsan la crítica a los Estados Nacionales, su tamaño y el precario cumplimiento de las metas que se plantea el capital para las economías y sociedades nacionales. Este cuestionamiento culmina en los ochenta del siglo XX en propuestas de Reforma de los Estados Nacionales que se justifican por las llamadas crisis de eficacia y legitimidad de la acción pública (CEPAL, ILPES, BID, Banco Mundial, entre otros).

Argumentan las llamadas bancas de desarrollo y los organismos multilaterales del sistema de Naciones Unidas que la crisis es de eficacia porque las instituciones públicas no sirven para lo que están diseñadas y puestas en marcha y, de legitimidad, porque no expresan los intereses de los ciudadanos. En este último caso, la preocupación no es por la gente, sino porque las instituciones no sirven para crear el nuevo paradigma de disminución del gasto público y que cada quien “comience a gestionar” su vida; la legitimidad burguesa se vincula a la intención que los ciudadanos asuman una parte importante de los costos de la agenda social.

Estos señalamientos tienen un correlato en lo educativo, al señalar que la crisis de eficacia del Estado se expresa en crisis de calidad educativa (eficacia=calidad) y, la crisis de legitimidad en precaria pertinencia de la acción escolar (legitimidad=pertinencia educativa). La “crisis educativa” adquiere categorías fuerza que orientan el discurso neoliberal.

La calidad educativa pasa a ser un comodín que sirve para justificar cualquier crítica a la educación, mientras que la pertinencia profundiza el consenso social respecto a lo señalado por Faure (1973) que “la sociedad rechaza los productos de la educación”.

Para resolver los problemas de calidad y pertinencia educativa, el Banco Mundial, la OCDE, el BID, la CAF y la propia UNESCO comienzan a señalar con fuerza, en los ochenta, que es necesario evaluar los sistemas educativos y los aprendizajes. Mientras tanto, los centros capitalistas siguen sin definir claramente como quieren que funcionen y trabajen escuelas, liceos y universidades, eso sí propagan la idea que la educación gestionada por privados en mejor que la pública.

La globalización y la mundialización cultural demandaban la homogenización de la sociedad mundial y la estandarización de las políticas públicas. La cultura evaluativa se convierte en una herramienta fundamental para esos fines. En ese contexto UNESCO decide convocar a la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos: Satisfacción de las Necesidades Básicas de Aprendizaje[3], la cual se realizó en Jomtien, Tailandia 5 al 9 de marzo de 1990.

La Declaración Mundial sobre Educación Para Todos, que emana de esta conferencia, aprobada por 155 países, concluye que “el mudo está en vísperas de un nuevo siglo, cargado de promesas y de posibilidades. Hoy somos testigos de un auténtico progreso hacia la distensión pacífica y de una mayor cooperación entre las naciones. El volumen mismo de información existente en el mundo, mucho de ello útil para la supervivencia del hombre y para su bienestar elemental, es inmensamente mayor que el disponibles hace solo pocos años y su ritmo de crecimiento continúa acelerándose” (Jomtein, 1990).

La declaración de Jomtein coloca su preocupación sobre el impacto en lo educativo de la innovación y la aceleración de los descubrimientos. Educación para Todos (EPT) se plantea trabajar a nivel gubernamental y con la sociedad civil para evitar que se amplié el rezago de millones de niños, niñas y adolescentes y para mejorar los indicadores de cobertura de la educación básica a nivel planetario.

El paradigma de EPT es que si quedan niños, niñas y adolescentes fuera de la escuela no podrán comprender lo nuevo que está surgiendo, ni insertarse en el mundo, ampliando con ello la brecha de exclusión; la educación sigue jugando de esta perspectiva un papel igualador.  Sin embargo, también EPT surge como el enunciado que reúne el esfuerzo de estandarización y homogenización de las políticas educativas de la educación básica para procurar romper las desigualdades y exclusiones.

A mediados de la década de los noventa la UNESCO conforma una Comisión para elaborar el Informe Internacional sobre Educación para el Siglo XXI[4], constituida por Jacques Delors (presidente), Al Mufti Isao Amagi Roberto Carneiro Fay Chung Bronislaw Geremek William Gorham Aleksandra Kornhauser Michael Manley Marisela Padrón Quero Marie-Angélique Savané Karan Singh Rodolfo Stavenhagen Myong Won Suhr Zhou Nanzhao. Esta comisión presenta el texto denominado “La educación encierra un Tesoro”. El documento plantea un conjunto de temáticas[i], pero en este momento me centraré en destacar que el llamado Informe Delors ratifica que “las opciones educativas son opciones de sociedad. Como tales, exigen en todos los países un amplio debate público, basado en la exacta evaluación de los sistemas educativos” (p.38).

Delors y su equipo avanzan en definir lo que consideran son los pilares fundamentales de la educación para y del siglo XXI: Aprender a conocer (lo nuevo), Aprender a Hacer (lo que ahora se necesita), Aprender a vivir juntos (en un nuevo modelo societal) y Aprender a vivir con los demás (los diversos, los rezagados), es decir en la pertinencia con equidad. Para Delors ellos solo es posible alcanzarlo con cultura evaluativa en los sistemas escolares.

Discurso e institucionalización de la cultura evaluativa marchan juntas y comienzan a constituirse en el centro de debates globales. Los elementos que acompañan esta operación política de reingeniería planetaria de los sistemas educativos, son el discurso sobre la incapacidad de las escuelas, liceos y universidades para entender el impacto de la innovación, el cambio cultural de los más chicos y jóvenes, la onda transformadora del mundo digital en las aulas y las potencialidades de la educación virtual.

Una década después de Jomtein, en Dakar, abril de 2000, los países miembros se reúnen para monitorear EPT y trazar una estrategia de acompañamiento a los dos ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio) asociados a educación que construía Naciones Unidas. En Dakar se aprueba el llamado “Marco de Acción de Dakar: Educación para Todos: cumplir nuestros compromisos comunes (con los seis marcos de acción regionales)[5]”. Este Marco de acción menciona que “muchos países siguen teniendo dificultades para definir el sentido, la finalidad y el contenido de la educación básica en un mundo que cambia rápidamente, así como para evaluar los resultados y logros de la educación” (p.13).  En Dakar se reitera la mirada de EPT de incluir en las aulas, igualar en la comprensión de lo nuevo y evaluar lo que se hace en educación.

Mientras la ONU impulsa los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM,2000-2015) como esfuerzo planetario de homologación de prácticas y decisiones gubernamentales, EPT se constituye en el espacio que desarrolla las premisas de los Informes de Faure y Delors (que veremos más adelante) en materia educativa. Ambas iniciativas, ODM y EPT son esfuerzos estandarizadores de políticas públicas.

En la “Reunión de 2011 del Grupo de Alto Nivel sobre la EPT” la Directora General de la UNESCO Dra. Irina Bokova pidió actuar con más apremio para lograr los objetivos de la Educación para Todos, afirmando que “la educación necesita, por último, enfoques innovadores para responder a las exigencias complejas de la mundialización y aprovechar plenamente las posibilidades ofrecidas por las tecnologías de la comunicación y la información” (2011). UNESCO sigue construyendo discurso para abrir paso a la cultura digital en el aula.

Durante el Periodo de impulso de la EPT (1990-2015) mejoran sensiblemente los indicadores de cobertura y se consolida el paradigma de las competencias educativas, que no es otra cosa que tratar de adecuarse a lo que Faure consideraba como los fenómenos nuevos de la educación, la capacidad de preceder (al desarrollo económico y tecnológico) y de proveer (los profesionales requeridos).

Esta línea continuaría hasta el balance de cierre de EPT en Corea del Sur (2015). El documento de EPT (2015) precisa a que se refiere cuando se habla de competencias, ya que “en muchos idiomas existen términos diferentes para referirse a ello, pero allí precisan que las capacidades son innatas y las competencias se adquieren mediante la experiencia en contextos tanto escolares como no escolares.[6]” (p.129).

El recorrido previo a Incheon el discurso de las competencias se asocia a la rendición de cuentas, fortaleciendo la cultura evaluativa estandarizada, como lo expresa el texto de la Declaración de Lima[ii] (2014) en su numeral diecinueve al afirmar que “estamos determinados a establecer marcos de política que promuevan la rendición de   cuentas y la transparencia, y fortalezcan la participación de todos/as las y los actores involucrados (como las organizaciones de la sociedad civil, comunidades, familias, docentes / como, estudiantes y otros asociados  local) en todos los niveles del sistema   educativo”.

En Incheon Corea, durante el mes de mayo de 2015 se realiza el balance mundial final de Educación para Todos (EPT), con el propósito de revisar los logros desde Jomtein (1990), Dakar (2000), Jomtein (2011) hasta esa fecha y establecer metas futuras. La reunión de Incheon acuerda incorporar un objetivo educativo a los futuros objetivos de desarrollo de Naciones Unidas y su balance prospectivo se refleja en el documento titulado “Declaración de Incheon. Educación 2030: hacia una educación inclusiva y equitativa de calidad y un aprendizaje a lo largo de la vida para todos[7]”.

El numeral 9 de la Declaración de Incheon plantea “nos comprometemos con una educación de calidad y con la mejora de los resultados de aprendizaje, para lo cual es necesario fortalecer los insumos, los procesos y la evaluación de los resultados y los mecanismos para medir los progresos” (2015). Es decir, el encuentro de EPT con los ODS se da en continuidad con la línea de trabajo emprendida en los setenta y ochenta del siglo XX, de evaluación justificada en la calidad, a lo que se complementan las nociones de inclusión y equidad.

Ese mismo año, en Nueva York, en septiembre de 2015, con la aprobación de 193 países surgen los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el periodo 2015-2030. Los ODS son el consenso mundial para la orientación estratégica de las políticas públicas de los Estados nacionales, cuyo cumplimiento tiene impacto en los mecanismos de financiación internacional.  Los ODS y en especial el ODS4 parecieran estar en la línea de transferencia de la soberanía de lo nacional a lo supranacional, propia de las exigencias del modelo económico, político, social, cultural y tecnológico de la cuarta revolución industrial en proceso de desembarco.  Apropiación de la soberanía nacional algo que ya había postulado el primer Director General de la UNESCO, el señor Julian Huxley como tarea del organismo multilateral.

Dentro de los ODS se contempla el número cuatro, denominado calidad educativa, que establece las metas e indicadores consensuados, en la nueva fase de estandarización mundial de políticas educativas, vinculada a la evaluación de la calidad. De hecho, dentro de la instrumentación del ODS4 se contempla que durante el periodo de vigencia (2015-2030), todos los países deberán constituir organismos locales e independientes de evaluación de la calidad educativa.

Tres décadas atrás, en el marco de la toma de control de los capitales nacionales sobre las economías y burguesías locales de América Latina y el Caribe (ALC), la Socialdemocracia impulsa en la década de los ochenta del siglo XX dos candidaturas abiertamente neoliberales: Salinas de Gortari en México y Carlos Andrés Pérez (CAP) en Venezuela. A CAP la meta le sería esquiva, mientras que Gortari lograba allanar el camino. Salinas de Gortari construye las condiciones de posibilidad para que la UNESCO, en 1994 bajo el mandato de su sucesor Ernesto Zedillo, en la ciudad de Monterrey, México, constituyera el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa (LLECE).

El LLECE surge en 1994 con el auspicio y la bendición del neoliberalismo educativo. El LLECE-UNESCO escala la cultura evaluativa a otro nivel, dándole rango institucional, algo que desde los setenta se le venía planteando a los sistemas escolares en el mundo sin lograr mayores frutos.

El LLECE plantea como ruta para evaluar los sistemas educativos, la valoración de los aprendizajes; así surgen las pruebas PERCE[8] (1997), SERCE[9] (2004/2008), TERCE[10] (2015) y actualmente el ERCE[11] en dieciocho países de ALC. El LLECE le reporta a la dirección de estadísticas de la UNESCO, uno de los despachos en los cuales gravitaría como funcionario de este órgano multilateral el señor Andreas Schleicher.

En 1995, Schleicher quien para ese entonces formaba parte del equipo de Educación de la UNESCO, le plantea en una reunión en París a los representantes 28 países pertenecientes a la OCDE, la posibilidad de realizar “un examen global que permita comparar a nivel internacional el rendimiento de cada sistema educativo y establecer herramientas para su mejora” 2018 (El Confidencial[12]), sustentado en el hecho que la conformación del LLECE no había generado resistencias en gremios, sindicatos, intelectualidad ni en los gobiernos; es decir la hegemonía estaba madura para comenzar a dar frutos prácticos a escala planetaria.

Schleicher no logró conseguir apoyos inmediatos, pero tejió un vínculo nunca explicado entre la UNESCO y la OCDE, para el montaje de las pruebas PISA. En 2001 se conocería los resultados iniciales de la primera generación de pruebas PISA[13] (2001-2007) y posteriormente, el otrora funcionario de UNESCO, Andreas Schleicher comenzaría a dirigir personalmente (ya no a control remoto desde UNESCO), la segunda generación de las pruebas PISA (2008-2020).

La cultura evaluativa contaba ahora con instituciones, una regional el LLECE y otra mundial la OCDE-PISA, quienes bajo el pretexto de monitorear los aprendizajes y la calidad educativa refuerzan lo que Faure definía como “la sociedad rechaza los productos de la educación”. Estas instituciones tratan de construir la nueva máquina educativa de la tercera revolución industrial, a partir del desmontaje de la anterior, con las herramientas que provee la evaluación estandarizada.

En 2014 la UNESCO convoca a una Comisión Internacional que actualice los Informes Faure (1973) y Delors (1996), planteando los desafíos actuales de la Educación. Esta Comisión presentaría el documento “Replantear la Educación: ¿Hacia un bien común mundial?[iii]” Este informe implica un salto en la conceptualización de la estandarización de políticas educativas, la cultura evaluativa y gobernanza educativa supranacional y, que colocaría en relieve el “desfase cada vez mayor entre educación y empleo”, el papel de los “educadores en la sociedad del conocimiento” y “replantearía la educación para la ciudadanía en un mundo diverso e interconectado”. Este documento, estaría mucho más orientado al segundo de los elementos, el de la educación virtual como nuevo paradigma, por ello lo desarrollaremos más delante.

Los resultados de las pruebas del LLECE y PISA van desplazando el foco de la evaluación de los aprendizajes al de la evaluación de los docentes. Se va construyendo un imaginario que la educación tiene serios problemas de calidad y que los educadores tienen un gran peso en esta negativa realidad. Se comienza a plantear la necesidad ahora de evaluar a los docentes, algo que ya se venía haciendo en Chile y que extiende por todo el continente (México, Colombia, entre otros).

Resulta especialmente aleccionador el caso de México, en el cual la reforma del ex presidente Peña Nieto, intento desarrollar evaluaciones punitivas a los docentes a través del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (INEE). Algo que le resultó imposible de alcanzar por la resistencia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) de ese país.

Y en esa carrera llegamos a la crisis educativa, de perspectiva educativa, asociada a la pandemia del Coronavirus. La forma como se ha generado la suspensión de actividades presenciales en muchos países y la desorientación que ello ha causado no solo en el gremio educativo, sino en la población en general, ha contribuido a fortalecer la cultura evaluativa, en este caso sobre la capacidad de los docentes de prever y proveer (Faure, 1973).

La nueva máquina educativa de la tercera revolución industrial se abre paso con el paradigma de la educación virtual. La nueva máquina no es la educación virtual, sino que esta sirve para terminar de desajustar e iniciar la desinstalación de la máquina educativa newtoniana.

Educación virtual como el nuevo paradigma

Entre 1961 cuando se conoce Unimate y en el cual aparece la tercera generación de computadoras con la IBM 360, hasta la presentación en 1977 de la computadora personal Apple II, el epicentro de la innovación y el conocimiento se trasladan aceleradamente de eje.

La instalación de “Unimate”, el primer robot industrial colocado en General Motors de Ewing, permitiría vincular los campos de la informática y la robótica en los medios de producción. La computación de tercera generación y la robótica industrial posibilitaron el desarrollo de la tercera revolución industrial, al escalar la automatización y la incorporación de “mano de obra” no humana a los ciclos productivos.

En ese contexto es en el cual se generan el Informe Faure y los intentos por reducir la responsabilidad de los Estados nacionales, tema del cual ya hablamos en el anterior punto. Cuando Faure señala que “la sociedad rechaza los productos de la educación” está planteándose la inquietud sobre las pocas respuestas que las escuelas, liceos y universidades están dando respecto a lo nuevo, lo cual preocupa al capital. Los ministerios de educación responden con lentitud a las exigencias del mercado, pero no por ello dejan de desinvertir en la educación pública afectando con ello a los más pobres.

Pareciera que para los sistemas escolares el desembarco de la tercera revolución industrial fue un tema de artefactos y equipos, de innovaciones externas a su quehacer, no percibiendo el impacto de lo nuevo en las demandas que comenzaban a girar en torno a las instituciones educativas y, sobre todo como la escuela-máquina newtoniana perdía sentido ante la nueva realidad.

Al venir la escuela de una velocidad moderada en la percepción cotidiana de la aceleración de la innovación científico tecnológica, se pensaba que todas estas “novedades” impactarían a lo educativo décadas después, cuando los gobiernos tuvieran dinero para comprar los equipos con los cuales enseñar en las escuelas.

Las escuelas acostumbradas a “preceder” no entendieron que ahora estaban haciendo arqueología conceptual y paradigmática, y que este rol estaba siendo disputado por la creciente influencia de la mass media y por la construcción de una cultura del consumo de nuevas tecnologías.

El papel del complejo industrial cultural adquirió una relevancia de primer orden en la construcción de imaginarios, narrativas y perspectivas, de apropiación de lo emergente, tareas antes asignadas a las escuelas. A pesar de ello, contadas universidades de formación docente (inicial y continua) y centros de formación de formadores, incorporaron en su pensum el estudio de las mercancías del cine, la televisión, la música, el comic, la prensa en la construcción de conocimiento.

Los contados estudios sobre las mercancías del complejo industrial cultural eran análisis críticos de su rol, pero no terminaban de entender la disputa cognitiva, la tensión que esto generaban respecto a las instituciones educativas. La televisión a color, el emerger de la industria del video clip en los ochenta reafirmaron esta tendencia.

La aparición de las computadoras portátiles Epson HX-20 (1981), Osborne 1 (1981) y Microtor I (1985) dejaron claro que la informática y la computación iba a estar pronto al alcance de todos. Las críticas se multiplicaban sobre la incapacidad de las escuelas para desarrollar lo nuevo, mientras los centros de formación docente lo veían como una externalidad que no llegaría a las escuelas antes de jubilarse los actores de ese momento. Los gremios docentes comenzaron a desarrollar un discurso anti tecnología justificado en la imposibilidad de acceso a ella por las desigualdades sociales existentes, algo que, si bien era cierto, impedía pensar la dimensión pedagógica de lo que se venía.

La consola Nintendo 64 puso en contacto a millones de niños y jóvenes con el mundo digital, con la informática vinculada a la cotidianidad. Aunque no fue la primera consola de video juegos, al menos la más popular en América Latina y la que se popularizo en el lenguaje y ocasionalmente uso de los sectores populares.

Las escuelas vieron a los video juegos como distracción respecto al tiempo de aprendizaje en casa y, la formación docente no enseñó la lógica funcional de estas dinámicas, ni exploró la posibilidad de su uso con fines educativos. Fueron contados los estudios en este sentido, pero con un impacto limitado en la formación docente y la práctica cotidiana de los educadores.

La llegada del internet en la década de los noventa, el paso del sistema operativo MS-DOS (1985) a Windows 95, la popularización de las páginas web, implicaron un quiebre de diálogo generacional entre los llamados “nativos digitales” y sus predecesores “los inmigrantes digitales”, mucho más con los “analfabetos tecnológicos”.

Muy pocos ministerios de educación y gremios docentes trabajaron el impacto de los tecnológico en lo educativo más allá de la dotación como problema, parecieran que la ola de choque nunca iba a llegar o estaban a la espera de un modelo para copiar.

Precisamente las ONGs internacionales y las corporaciones informáticas como google o Microsoft vieron este hueco en el tablero y concentraron una parte importante de sus presupuestos al desarrollo de una nube educativa y miles de contenidos digitales asociados, así como programas de alfabetización digital; la neo privatización educativa estaba en marcha, ahora soportada por la disputa del espacio y contenidos digitales. Del otro lado, desde las resistencias anticapitalistas los esfuerzos por presentar alternativas para otro uso del mundo digital en el aula, en armonía con propuestas emancipadoras, eran prácticamente inexistente.

Las redes sociales, y su uso masivo, ya no solo por los jóvenes sino directamente por un 20% e indirectamente por un 80% de la población mundial, mostraba que la hegemonía de la era digital era ya un hecho concreto. A pesar de las posibilidades de uso de algunas de ellas para la construcción de resistencias sociales como lo han demostrado los neo zapatistas, el movimiento somos 132, la juventud de Chile, el movimiento 15M, las feministas y más recientemente los chalecos amarillos, la izquierda pedagógica guardo distancia respecto al “virus” de la educación digital en el aula.

Cuando voy a dar una conferencia en cualquier país o auditorio donde están los docentes hago una rápida encuesta visual y encuentro que por lo menos el 90% de ellos cuentan con un celular habilitado para el trabajo con redes sociales, videos, interactividad etc.  Pero, el problema es que no solo un importante grupo de ellos no saben explotar sus potencialidades, sino que muchos ni siquiera tienen la disposición a aprender, como si esto no les fuera a afectar.

A ello contribuye el trabajo gremial centrado en los económico, la estabilidad y carrera docente con un desdén por lo pedagógico alternativo. Ello se evidencia en las pocas publicaciones pedagógicas del movimiento magisterial anticapitalista o su bajo volumen de impresión, así como en las contadas páginas web gremiales dedicadas al debate pedagógico.

No existe cultura de la lectura digital de documentos y libros, pero tampoco se imprimen; el pragmatismo de las llamadas “capsulas de mensajes alternativos”, pretendiendo emular la lógica de los más jóvenes, esconde que se ha descuidado en la formación crítica de las nuevas generaciones de dirigentes gremiales y sindicales. Por supuesto ello tiene excepciones con esfuerzos como los que realiza CTERA en Argentina o FECODE en Colombia y ahora ASOPROF, sin embargo, en los últimos tiempos, con limitada cobertura.

Pero hubo algunas reacciones. En el año 1996, un conjunto de Rectores de universidades de América Latina y el Caribe, reunidos en la Habana, Cuba, generaron una declaración y convocatoria a una Conferencia Mundial de Educación Superior (CMES). La Declaración de la Habana expresó la preocupación de las autoridades universitarias sobre el impacto de lo tecnológico en el derecho a la educación. La virtualización surgía como una preocupación.

La convocatoria a la CMES plantea una ambiciosa agenda que contiene los siguientes puntos: 1 – Las exigencias del mundo del trabajo. 2 – La educación superior y el desarrollo sostenible. 3 – La contribución al desarrollo nacional y regional. 4 – La formación del personal de la educación superior: una misión permanente. 5 – La educación superior para una nueva sociedad: la visión estudiantil. 6 – De lo tradicional a lo virtual: las nuevas tecnologías de la información. 7 – La educación superior y la investigación: desafíos y oportunidades. 8 – La contribución de la educación superior al sistema educativo en su conjunto. 9 – Mujeres y educación superior: cuestiones y perspectivas. 10 – Promover una cultura de paz. ll – Movilizar el poder de la cultura. 12 – Autonomía, responsabilidades sociales y libertad académica.

El debate sobre virtualidad, mundo digital y aceleración de la innovación no fueron concluyentes y se mantuvieron en las Conferencias de Cartagena (2008) y Córdoba (2018). Lo que quedaba claro, era la distancia entre lo que discutíamos los universitarios y la demanda del entorno de la tercera revolución industrial y el curso hacia una cuarta revolución industrial.

La academia continuó siendo el refugio más importante para defender los grandes valores de la humanidad, la defensa de los derechos sociales entre ellos la educación y para la democratización del saber, pero ciertamente expresa hoy un déficit de actualización paradigmática.

En esa ruta UNESCO publicó dos textos que expresaban la presión del mercado y el modo de producción capitalista por el uso de la tecnología de punta en la educación. El primero de ellos, denominado “Directrices para las políticas de aprendizaje móvil[14]”(2013) y, el segundo, “El futuro del aprendizaje móvil: implicaciones para la planificación y formulación de políticas[15]”. Ambos documentos los analizaremos más en detalle más adelante, pero en este momento nos interesa destacarlos como antecedentes de la elaboración del “UNESCO Science report: Towards 2030[16]” donde se hace un inventario detallado de las capacidades institucionales existentes en el mundo en materia de investigación, arquitectura tecnológica e innovación.

Ese mismo año, se realiza en China una reunión para trabajar la convergencia del desarrollo científico, tecnológico y digital con el ODS4 recién aprobado por la ONU. De esa reunión emana la llamada “Declaración de Qingdao: Dieciséis oportunidades digitales, transformación de la educación[17]”(2015). Los asistentes elaboran una declaración, en cuyo numeral 3 de su preámbulo plantean que “inspirados en una visión humanista de la educación, fundamentada en derechos humanos y sociales de la justicia, y dado los notables avances en las TIC y la rápida expansión de Internet/conectividad, que tienen hoy de hecho al mundo cada vez más conectado, demandando conocimiento y la familiaridad sobre las TIC por parte de tienen niñas y niños, mujeres y hombres”, continúan con el numeral 4 señalando que “para lograr los objetivos de inclusión y equidad de la calidad de educación y de los aprendizajes para toda la vida como como meta 2030, las TIC – Incluyendo el aprendizaje móvil – deben ser aprovechadas para reforzar la educación”. Luego en su numeral siete introducen el concepto de “Recursos Educativos Abiertos (REA)” y soluciones abiertas, colocando la actualización en la externalidad de las escuelas, desestimando la capacidad endógena de desarrollo de habilidades docentes y de capacidades institucionales para enfrentar los desafíos de la aceleración de la innovación en la educación.  Este texto, constituye un marco conceptual para la privatización de la educación vinculada al desarrollo de las tecnologías de la comunicación.

En mayo de 2019, la Unesco convocó en Beijing, China, a la Conferencia internacional sobre la Inteligencia Artificial en la Educación, bajo el lema “Planificar la educación en la era de la IA: un paso más hacia adelante”, la cual tuvo como propósitos: a) debatir sobre las posibilidades de anticipar las competencias necesarias para vivir en la era de la Inteligencia Artificial (IA) y compartir las experiencias sobre el desarrollo de estas competencias, algo que debe permitir que las personas se adapten a una sociedad en la que la IA tenga su lugar; b) intercambiar sobre las tendencias más recientes de la IA y la manera en que ayudan a diseñar la educación y el aprendizaje; c) evaluar las lecciones sacadas a partir de las nuevas políticas y estrategias nacionales que permiten la utilización de la IA como instrumento para alcanzar el ODS 4; y d) reforzar la cooperación y las alianzas internacionales con el objetivo de promover una utilización equitativa, inclusiva y transparente de la IA en la educación.

De este evento emanó el llamado “Primer consenso sobre la inteligencia artificial y la educación” (2019). A diferencia de otros instrumentos emanados de conferencias mundiales, esta declaración es contundente y precisa al señalar la inminencia e impostergabilidad del cambio de 360º en espiral ascendente y concéntrica, que los reunidos “revisamos las tendencias recientes en la evolución de la IA y su profundo impacto en las sociedades humanas, las economías y el mercado laboral, así como en la educación y los sistemas de aprendizaje permanente. Examinamos las implicaciones de la IA para el futuro del trabajo y el desarrollo de habilidades y consideramos su potencial para remodelar las bases fundamentales de la educación, la enseñanza y el aprendizaje”, concluyendo que se debe tener “en cuenta la naturaleza multidisciplinaria de la IA y su impacto en los aprendizajes”. Es decir, mientras los sistemas educativos en el mundo están en caos por el uso de la virtualidad, el sistema en su conjunto requiere del uso educativo de la inteligencia artificial para seguir avanzando.

  1. LA TRANSICIÓN DE LO EDUCATIVO ENTRE LA TERCERA Y CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL 

La nueva máquina educativa capitalista de lógica difusa y convergencia caótica

Como lo hemos señalado anteriormente, el capitalismo estructuro a la sociedad y sus sistemas (incluido el educativo) mediante la lógica disciplinar y en analogía al funcionamiento de la maquina newtoniana (partes ensamblables, correajes, punto inicial, movimientos, resistencias, soluciones lineales y matriciales).

La pedagogía y la actividad del aula seguían esta lógica secuencial. Los saltos y lo no previsto, eran vistos como errores, no como muestras de crecimiento exponencial, de la nueva forma de construir y divulgar conocimiento. Cuando en el aula se producían brincos que rompían la secuencialidad (espacio) y temporalidad (tiempo) de las partes que ensamblaban el todo, el sistema intervenía con sus regímenes de vigilancia (administración curricular, cumpli-miento de objetivos, entre otros), castigo (calificaciones, cuadros de honor, bonificaciones, etc.) y separación (aprobados, en aprendizaje, reprobados, expulsados). La fábrica escolar era una réplica adornada de la máquina newtoniana capitalista.  Para cada una de las etapas de la vieja y nuevas máquinas educativas capitalistas correspondía un paradigma. Veamos un breve cuadro que nos muestra la síntesis paradigmática de lo que señalo:

           Cuadro 1. Paradigmas educativos por revoluciones industriales

Revolución Industrial Paradigma
Primera y Segunda Disciplinar
Tercera Atasco de la rigidez disciplinar y lo Transdisciplinario como apertura a los nuevos requerimientos
Transición entre tercera y cuarta revolución industrial La educación no sirve para lo que se necesita. Crisis educativa como síntesis de la transición
Cuarta Convergencia y fusión disciplinar en nuevos campos integrados del conocimiento. Ni lo disciplinar ni lo transdisciplinario interpretan la nueva estructura del conocimiento y los procesos de enseñanza-aprendizaje. La lógica difusa y el caos convergente y móvil, singular para cada espacio y tiempo, parecieran ser el corpus ontológico de lo nuevo que se comienza a mostrar

Los paradigmas nos llevan y se expresan en conceptos. Para el capitalismo industrial la escuela se asocia a la instrumentalización de la escolaridad y una parte importante de la educación. La escolaridad es la operacionalidad institucional del paradigma educativo del capitalismo, dirigida por ministerios de educación. Si revisamos la mayoría de leyes de educación nacionales y de marcos constitucionales encontramos que los elementos fuerza  a partir de los cuales se elabora el concepto de escuela en cada lugar es el resultante de la convergencia de tres grandes tareas que le son asignadas a la educación (escolar) y el plantel: la primera, construir ciudadanía para el modelo de gobernanza política imperante; segundo, el llamado desarrollo integral de la personalidad que no es otra cosa que habilitar al individuo para el modelo de consumo; y, tercero, para construir un piso mínimo de base que posibilite la expansión de la mentalidad mercantil del conocimiento, la ciencia y la tecnología, con la intención que el saber que se elabore sea pertinente y de calidad para el modo de producción capitalista de cada momento histórico.

Por ello, en la década de los setenta y ochenta se comenzó a decir que la crisis de la escuela era de calidad (eficacia) y pertinencia (legitimidad), como una forma de expresar que el modelo de ciudadanía, consumo y construcción del conocimiento estaba cambiando y los sistemas escolares no daban respuesta educativa a ello. Este déficit instaló la necesidad, el requerimiento de la cultura evaluativa que terminaba dando argumentos para impulsar cambios gatopardianos y, una carrera indetenible por reformas que no terminaban de explicitar que era lo que estructuralmente se debería modificar.

Esta dinámica instaló en el siglo XXI la noción de crisis educativa como seudo concepto que posibilitara el emerger de una nueva maquinaria educativa. Por supuesto, un seudo concepto como éste, suele ser difícil de traducir para un magisterio poco formado para vincular el pensamiento abstracto con la realidad concreta del aula. La crisis educativa como pseudo concepto expresaba el paradigma transicional entre tercera y cuarta revolución industrial.

El paradigma capitalista que comunica y construye hegemonía respecto a que “la educación no sirve para lo que se necesita”, fundamenta la elaboración de un pseudo concepto de “crisis educativa” que se expresa en distintas formas de déficits de calidad y pertinencia. Esta especie de trabalenguas construye “consenso social” respecto a que hay que cambiar radicalmente lo educativo, que hay que desmontar la máquina educativa newtoniana y poner en funcionamiento una nueva máquina escolar.

El concepto, o mejor dicho este pseudo concepto conduce a una lógica operacional. Esta acción táctica se expresa en dos niveles: desmontar lo viejo y armar lo nuevo. Pero como no se cuenta con un concepto, sino con un pseudo concepto resulta difícil elaborar y comunicar un manual de instrucciones. El desmontaje queda a medias y la posibilidad de armar se confunde con maquillaje de lo viejo. La idea de crisis educativa permanente conduce a pensar que hay que desmontar lo que tenemos y montar algo nuevo que no se tiene claro de que es lo que se trata.

Queda en evidencia el hilo conductor entre lo planteado por los Informe Faure (1973), Delors (1996) y la “Educación como bien público” (2015), respecto a la percepción social que la educación cada vez prevé menos (calidad) y tiene menor capacidad de proveer (pertinencia). Pero el pseudo concepto de “crisis educativa” expresa una decisión del capitalismo sistémico de buscar un nuevo modelo educativo y de escuela que le sea útil para el performance del modo de producción capitalista en transición entre la tercera y cuarta revolución industrial.

Preocupa que la carencia de un debate de este tipo puede encontrarnos sin herramientas teóricas y prácticas para evitar ser arrastrados al molino de una nueva lógica de funcionamiento escolar, sin posibilidades de emprender reales resistencias. En otro caso, la crítica a la vieja máquina educativa newtoniana sin precisión del horizonte de transformación del capitalismo, como lo he dicho antes, nos puede llevar a defender formas de opresión escolar del pasado ante la incomprensión de las nuevas opresiones y menos aún la ruta para construir alternativas.

Entonces intentemos pensar la estructura funcional que tendría la nueva máquina educativa capitalista, para tratar de anticipar sus expresiones en lo educativo y sus demandas para los procesos de enseñanza-aprendizaje, es decir para la docencia, la formación de formadores y las ciencias pedagógicas.

No le queremos hacer la tarea al capitalismo, sino comprender que procura hacer, para poder iluminar las resistencias anticapitalistas y fortalecer la construcción de una escuela pública, un proyecto de educación liberadora y un accionar de las pedagogías críticas en un contexto mundial de crecientes desigualdades y opresiones, en el marco de la aceleración de la innovación científico-tecnológica.

Ya hemos explicado la lógica de estructuras ensamblables y fijas de los sistemas escolares, como dinámicas que emulan la máquina educativa newtoniana obsoleta para la propia lógica reproductiva del capital en el siglo XXI. El problema reside en conocer la estructura de la mutación y estar dispuestos a recorrer el camino que nos muestra cómo eso se instrumenta en la maquinaria social, de los saberes y conocimientos, rompiendo con la forma de actuar que se instalaron con la primera y segunda revolución industrial.

Repasemos, en la primera y segunda revolución industrial, el desarrollo disciplinar fue útil para ir al detalle del conocimiento, desarrollar las ciencias y contribuir cada uno de estos campos a la aceleración del conocimiento. Todo el desarrollo disciplinar respecto a la aceleración de la innovación fue concebido como partes de un todo. Cada quien mejoraba lo mejor posible el diseño y funcionamiento de la pieza que le correspondía, para que la maquina en su conjunto mejorara su velocidad, producción y eficacia. Era la lógica disciplinar de los procesos de enseñanza-aprendizaje, enseñar por materias, por  estancos, era lo ideal, incluso para promover “vocaciones”.

En la tercera revolución industrial la informática no podía desarrollarse sola, sin la electrónica, la filosofía, el estudio de los componentes químicos y las cualidades físicas de los materiales, la comprensión de la cognición humana y su vínculo con la lógica binaria, sin las matemáticas y el cálculo cuántico. Luego los softwares demandarían manejo de todos los conocimientos. Pero allí, en un primer momento, aún prevalecían los equipos especializados por disciplinas, hasta que en un segundo momento los equipos de trabajo se hicieron transdisciplinarios para contribuir de manera más eficiente en cada segmento de los procesos de aceleración de la innovación.

Sin embargo, como lo hemos dicho, las universidades y la educación pensaron qué, para entender la realidad, ello ahora demandaba la mirada de distintas disciplinas, pero cada “una en su lado”. La idea de rompecabezas, de piezas de legos orientó esta mirada, que es solo un reacomodo de la lógica de la máquina newtoniana. Desde esa mirada, la realidad resultaba ser un producto conformado por la sumatoria de distintas piezas para componer el cuadro final.

Esto se expresó en la educación básica en las llamadas áreas de aprendizaje como “intento” fallido de superar las visiones disciplinares, las cuales, en términos prácticos, resultaban más en desarrollos para los chicos, que en enfoques de trabajo de los docentes. En las universidades lo transdisciplinario se vio expresado en las tesis de grado en “los marcos” (histórico, social, cultural, tecnológico, etc.), pero cada quien seguía siendo el gurú de una disciplina.

En la fase final de la tercera revolución industrial y la eclosión de la cuarta revolución industrial el funcionamiento y los procesos de su construcción cambiaron en el campo de la producción y construcción de conocimiento capitalista de vanguardia, si no veamos los manuales de funcionamiento gerencial de google, por ejemplo.

Los equipos de investigación y conducción de la innovación capitalista se conformaron con dinámicas transdisciplinarias, con manejo básico de distintos campos, quienes apelaban a pequeños grupos especializados para resolver problemas puntuales de la lógica convergente. Lo disciplinar se convirtió en auxiliar, en un tema subalterno a la conducción convergente del conocimiento. Pero la escuela, el liceo, la universidad, los ministerios de educación no se daban por enterados o el inmovilismo por temor a equivocarse los paralizaba. Eso confirmaba el pseudo concepto de “crisis educativa” como artífice de los intentos fallidos por cambiar.

El problema es que en la mayoría de los casos se pretendía hacer un cambio desde las propias estructuras que estaban obsoletas. Los sistemas educativos se resistían (en) a abrirle paso a esta nueva lógica porque ello implicará colocar la mesa en la cual estudiábamos y trabajábamos “patas arriba”.

Contados estudios abordaron la comprensión del problema a partir de los ciclos de las revoluciones industriales, su impacto en el modo de producción capitalista y la movilidad de demandas que ello generaba en los sistemas educativos. Por ello, nos parece útil la metáfora de máquina educativa newtoniana para comprender el atasco escolar y valorar el emerger de la nueva máquina en construcción.  Cada revolución industrial requería un nuevo tipo de máquina, pero la máquina educativa newtoniana se negó a transformarse.

Cuadro 2. Lógica de las máquinas educativas capitalistas

Revolución Industrial Tipo de maquinas
Primera y segunda Especializadas para cumplir de la mejor manera tareas precisas.
Tercera Máquinas que pueden servir para distintos campos de trabajo y sociedad. Demandan conocimientos de disciplinas en enfoques multidisciplinarios y transdisciplinarios, antes considerados erráticos
Transición entre la tercera y cuarta revolución industrial Integración de análisis de metadatos, inteligencia artificial y comportamiento social
Cuarta Maquinas que se adaptarán a todos los territorios y contextos guiadas por inteligencia artificial, análisis de meta datos, nanotecnología y que aprenden. Serán capaces de reconstruir sus partes y desarrollar nuevas. Su relación con el conocimiento humano será la innovación convergente y la anticipación de problemas multidisciplinarios algo que tiene los límites de la lógica binaria, de estructuras jerárquicas y comparada

La escuela/universidad como nueva máquina educativa capitalista

Si ni lo disciplinar ni lo transdisciplinario son el signo de la nueva máquina educativa capitalista, ¿cuál sería su formato? Me acerco al tema explorando escenarios y probabilidades, cuya concreción en la realidad dependerá del curso de las dinámicas económicas, sociales, políticas, culturales y tecnológicas. Tal vez el contorno de esta nueva máquina adquiera otras aristas o mi anticipación se quede corta en algunos aspectos, pero lo que si es cierto es que la crisis del Coronavirus puso en evidencia que el capitalismo ha decretado el ocaso de la vieja máquina educativa newtoniana.

La máquina educativa newtoniana construyó hegemonía sobre ciudadanía para el régimen de gobernabilidad imperante a nivel mundial y posibilitó la expansión global del consumo como práctica que constituye a la cotidianidad de la inmensa mayoría de la población. Esta misma máquina funcionó como un dispositivo ideológico y cultural de control, castigo, premio y de edificación del llamado horizonte de éxito personal. Pero también la máquina educativa newtoniana formó el personal y las mentalidades para sostener y ampliar el modo de producción capitalista.

Este modo de producción tiene como uno de sus soportes fundamentales la tecnología y el impulso de la aceleración de la innovación. En consecuencia, los aprendizajes de base, la formación de estructuras mentales para la aproximarse al saber científico, comunitario y ancestral, así como las rutinas y características de la construcción del conocimiento, tuvieron en el preescolar, escuela, liceo y universidad un nicho importante de reproducción y de ampliación cultural dominante.

La ciencia y la máquina educativa newtoniana del capitalismo de la primera y segunda revolución industrial fue disciplinar, mientras que el de la tercera fue transdisciplinar. La tercera revolución industrial puso en crisis a la vieja máquina educativa y comenzó a desmontarla, pero la brevedad de su ciclo antes del emerger de la cuarta revolución industrial no permitió darle forma estable y permanente a esa otra máquina.

Entre 1960 y 2020 la máquina educativa newtoniana del capitalismo de la tercera revolución industrial parecía un vehículo destartalado que requería rápido diagnóstico de un mecánico; el problema fue que los mecánicos sabían reparar lo viejo y las nuevas tareas asignadas al automóvil eran la causa del desbarajuste, entonces, cada vez más el carromato mostraba que ya había cumplido con su tarea. Era enigmático el diseño del nuevo coche, pues no se conocía ni se ofertaba en lugar alguno. El que no apareciera lo nuevo no significaba que lo viejo le servía a la lógica del capital.

Ya Adorno, Horkheimer y la “Escuela de Frankfurt habían advertido sobre el papel cada vez más relevante de la industria cultural en la construcción de hegemonía capitalista y la reproducción de sus modelos de enseñanza-aprendizaje. Con la tercera revolución industrial el complejo industrial cultural asumió un papel protagónico y de primer orden en la construcción de mentalidades a escala global.

La nueva ética, los comportamientos morales, las mutaciones del concepto “necesario” de ciudadanía, la ampliación del campo de consumo, fueron construyendo otra forma de educar a través de las mercancías de la industria cultural. La internet, redes sociales, la interactividad en línea, la big data y la inteligencia artificial fueron construyendo los rasgos de la nueva máquina educativa capitalista.  Era como en la metáfora de Cortázar, un modelo para armar, o mejor dicho que se estaba comenzando a constituir.

A pesar de esta nueva dinámica ¿Por qué en este largo periodo no se termina de desmontar la escuela, liceo, universidad de la primera y segunda revolución industrial? Porque a pesar de la obsolescencia de su rol para fortalecer la hegemonía capitalista en sus nuevas formas, las instituciones educativas seguían teniendo un papel muy importante en la contención de los y las niñas y los jóvenes.

Es decir, en la medida que el modelo de trabajo no terminaba de cambiar, la escuela era la institución más útil para la contención. Por ello, las reformas y contrarreformas resultaban ser solo parches, ideas a medio camino, que lo único que perseguían era construir la idea de “crisis educativa” que posibilitara lograr en algún momento el consenso social sobre el desmantelamiento del viejo aparato escolar. Este papel de contención social es lo que hasta ahora ha permitido la permanencia de la vieja máquina educativa newtoniana.

La vieja máquina educativa newtoniana es como un zombi que marcha según un patrón que no es necesariamente útil para los fines económicos, pero que tiene un rol en la contención social. Pero el cambio en el mundo del trabajo que acarreará la cuarta revolución industrial, plantea el desafío impostergable de constituir nuevas formas de contención.

En otros escritos he planteado que ese nuevo espacio de contención pareciera prefigurarse en “casa”, en un nuevo modelo de hogar, y en un cambio radical del performance conocido para la casa. La destrucción del mundo privado de la casa, la invasión de lo público, sirvieron de preparación para la relocalización del mundo del trabajo, sociabilidad, consumo, educación en casa. La crisis del Coronavirus ha servido de pretexto para realizar el primer ensayo global al respecto. Aunque en semanas o meses se vuelva a la “normalidad” de la escuela/universidad, ésta ya no volverá a ser lo misma.

En el periodo de transición entre la tercera y cuarta revolución industrial (2009-2025) el capitalismo ha comenzado a plantearse propuestas de modelos para sustituir la vieja máquina educativa newtoniana. Algunos de ellos son: a) educación como bien común (UNESCO, 2015) que intenta sostener el papel de contención de las instituciones educativas, trabajando las visiones de pertinencia y calidad que hemos analizado en otros textos; b) lógica mercantil de los sistemas de educación pública que abra la posibilidad de modelos de neo-privatización educativa; c) enseñanza en casa, ya que –señalan- no se justifica una inversión tan grande del presupuesto público en el sostenimiento de escuelas que no producen el conocimiento adecuado ni los valores de la élite gobernante (Betsy DeVos y la Administración Trump); d) el modelo de escuela a medio tiempo finlandesa; e) educación basada en el territorio resemantizando la noción de pertinencia. Desde este enfoque lo local se opone a lo global como resistencia a la invasión de lo tecnológico, una especie de pulsión de fuga ante la invasión en lo cotidiano de lo tecnológico y la aceleración de la innovación que genera incertidumbre ante lo nuevo que no se conoce.

Cada uno de estos arquetipos cuenta con defensores y detractores, pero ninguno ha construido hegemonía propia, sino que ha abonado a la noción de “crisis de la escuela/universidad” que alimenta el periodo de desmontaje de la vieja máquina educativa newtoniana.

Considero que la crisis educativa del Coronavirus ha desnudado las terribles y dramáticas inequidades, desigualdades del sistema capitalista, pero también ha puesto en evidencia que las instituciones educativas tienen una limitada o nula capacidad de prever y proveer (Faure, 1973) para situaciones contingentes como estas.

La contingencia será el signo de los nuevos tiempos, tanto por la aceleración de la innovación como por la puesta en marcha de un nuevo orden mundial que hará de las pandemias y crisis biológicas un tema cotidiano. La idea mundial que ha instalado la pandemia es que las escuelas, universidades, centros de formación de formadores y ministerios de educación pública no están preparados para situaciones como estas. Y ahí surgen las corporaciones mundiales de la informática, la conectividad, del complejo industrial cultural del siglo XXI a mostrar como el sector privado y no el público tiene respuestas.

Más del 90 por ciento de los contenidos educativos digitalizados están en manos del sector privado y han entrado de manera abrupta y rápida a resolver buena parte de la brecha de conocimiento e infraestructura de lo educativo público.  Con ello han acelerado el debate sobre la nueva máquina educativa capitalista.

Para que termine de perfilarse lo nuevo en materia de institucionalidad educativa, se debe producir el giro en espiral concéntrica ascendente, de ciento ochenta grados, en el mundo del trabajo y la producción.  Con el desembarco de la cuarta revolución industrial millones de seres humanos van a ampliar significativamente las ya dramáticas cifras del empleo informal y van a ser lanzados al trabajo en casa, en una nueva era de maquila de mercancías digitales en casa. Esto unido al modelo de apartheid social planetario apoyado en la tecnología que se comienza a ensayar con la crisis del Coronavirus van a obligar a pensar la educación desde la nueva lógica del capital.

La nueva máquina educativa capitalista de la transición a la cuarta revolución industrial tendrá un enorme componente digital, de eso que hoy se llama educación virtual pero que lo será realmente. Tendrá una perspectiva de profesionalidad inacabada alimentada por el paradigma de la educación durante toda la vida. La presencialidad tendrá una utilidad práctico-formativa, más que conceptual, mucho más de capacidad para trabajar con equipos y, de cumplimientos de tareas individuales de alta precisión.

Las disciplinas y la transdisciplinariedad cederán espacio al caos convergente de conocimientos, donde se hibriden conceptualmente y en la práctica actividades que hasta ahora pertenecen a campos separados de las ciencias. Lo nuevo dará cabida y estará abierto a otros campos, como un espacio interactivo y nunca cerrado.

La utilidad táctica, coyuntural de lo que se conoce y sabe hacer, será el motor de la formación inacabada y permanente de la nueva élite profesional. Un nuevo proletariado, no como trabajador en el sentido marxista, sino como excluido en la vieja noción de plebe, será el signo de las mayorías. La idea de éxito por el esfuerzo será la moral capitalista que alimente lo educativo, no la democratización ni la eliminación de las inequidades.

Pero esta idea estará tensionada y disputada por cada uno de los modelos que hoy se plantean como alternativos para salir de la “crisis educativa”. Lo que planteo es que, si bien el capitalismo está empujando hacia una esquina, el juego no está decidido y dependerá mucho de la correlación de fuerzas de la lucha de clases en los actuales momentos. También de la voluntad con conocimiento que desarrollen los pueblos acerca del futuro que nos espera si nos mantenemos pasivos.  Las cartas comienzan a estar echadas, cada clase social debe saber cómo jugarlas.

Notas finales

En ese contexto surge la emergencia mundial de la pandemia del Coronavirus. Los sistemas escolares nacionales se ven obligados a evaluar en horas, las posibilidades de desarrollar una propuesta de educación virtual, ante el cierre de las clases presenciales como parte del cerco epidemiológico. El balance es terrible, la mayoría de sistemas educativos no cuentan con la infraestructura parada abordar esta dinámica, las autoridades educativas no tienen experiencias al respecto y los docentes no han sido formados para ello. Las universidades y centros de formación docente han venido formando los últimos años mirando al retrovisor.

La educación virtual es vista como televisión educativa y los contenidos digitales como grabaciones en “video Tape”. Se mira a lo nuevo con lentes del pasado y esto tiene un impacto negativo en la posibilidad de desarrollar aprendizajes que empalmen con el capital cultural tecnológico de los más jóvenes y chicos.

El 19 de marzo la UNESCO expresa su preocupación por esta realidad y el hecho que como resultado de la pandemia del Coronavirus “más de 850 millones de niños y jóvenes -aproximadamente la mitad de la población estudiantil mundial- permanecen alejados de las escuelas y universidades, con cierres nacionales efectivos en 102 países y cierres locales en otros 11 (cifra actualizada el martes 17 a última hora). Esto representa más del doble en cuatro días del número de estudiantes a los que se les prohibió acudir a las instituciones educativas, y se espera que aumente aún más[18]”. Posteriormente, a finales de abril 2020 la UNESCO señalaría que 1730 millones de estudiantes están fuera de las escuelas, de los cuales 800 no tienen acceso a una computadora, es decir están fuera de realizar de manera efectiva el modelo de educación virtual en casa.

Estos 800 millones se suman a los 258 millones de niñas, niños y jóvenes que antes de la pandemia estaban fuera de las aulas. Por ello, el pretendido éxito del abordaje educativo en la pandemia lo que muestra es una insensibilidad grotesca con la abrupta suspensión escolar de millones de estudiantes. Port otra parte, aquellos que tienen oportunidad de contar con una computadora y conexión a internet se encuentran con el hecho que los ministerios de educación no cuentan con plataformas propias robustas que sustenten el modelo, mucho menos de contenido en la lógica real de educación virtual: imagen, sonido, brevedad de los mensajes con ideas fuerzas para enseñar a aprender a aprender, interactividad, posibilidades de editar los contenidos en tiempo real.

Esto lo provecha UNESCO la oportunidad para ofrecer alternativas de educación virtual, la mayoría proveniente del sector privado y de las grandes corporaciones del capital trasnacional. Algunas de las plataformas sugeridas por UNESCO son:  a) Sistemas de gestión de aprendizaje digital: Blackboard, CenturyTech, ClassDojo, Edmodo, Edraak, EkStep, Google Classroom,  Moodle, Nafham,  Schoology,  Seesaw,  Skooler,  Study Sapuri; b) Sistemas especialmente diseñados para teléfonos móviles:  Cell-Ed,  Eneza Education , Funzi,  KaiOS,  Ubongo,  Ustad Mobile; c) sistemas que proporcionan las llamadas funciones sólidas fuera de línea:  Can’t wait to Learn, Kolibri, Rumie, Ustad Mobile; d) plataformas de cursos abiertos para todos (MOOC):  Alison,  Coursera,  EdX, University of the People, Icourses, Future Learn, Canvas; e) contenidos de aprendizaje auto dirigido: Byju’s, Discovery Education, Geekie, Khan Academy,  KitKit School, LabXchange, Mindspark, Mosoteach, OneCourse,  Quizlet, Siyavula, YouTube; f) aplicaciones de lecturas móviles: African Storybook, Global Digital Library, Lezioni sul sofà, StoryWeaver, Worldreader; g) plataformas de colaboración con función comunicativa mediante videos en directo: Dingtalk, Lark, Hangouts Meet, Teams, Skype, Zoom; h) herramientas de elaboración de contenidos de aprendizaje digital:  Thinglink, Buncee, EdPuzzle, Kaltura, Nearpod, Pear Deck, Squigl. La UNESCO pone en evidencia la ignorancia supina de las autoridades educativas y los centros de formación docente en la materia; claro está estos últimos terminan culpando a los y las docentes de la desactualización que es su responsabilidad.

A nuestro juicio esto muestra el inicio de un proceso de neo privatización educativa que tendrá como epicentro el presupuesto destinado a la nómina docente. En un periodo de recesión económica mundial, las fuentes presupuestarias y financieras serán escasas y la idea de crisis educativa y la tensión entre educación presencial en la escuela versus educación virtual en casa serán usados para avanzar sobre lo “obsoleto” para el capital: los trabajadores de la educación

Por ello hemos venido diciendo que una turbulencia recorre los sistemas educativos del mundo, los gremios y sindicatos docentes y al magisterio. De la noche a la mañana se cambia el formato de los procesos de enseñanza-aprendizaje. La crisis del Coronavirus puso en evidencia la brecha paradigmática, de habilidades, infraestructura y financiamiento para desarrollar el mundo digital en el aula. Imaginen ustedes lo que implica esta nueva directriz en materia de inteligencia artificial.

No hay que ser muy “ilustrado” en el tema para darse cuenta que está en marcha una fragmentación educativa, es decir, una educación pre tecnológica, una educación que comienza a transitar el uso de la virtualidad y una educación de punta que se soporta en la inteligencia artificial.

Para quienes hablen que esto ocurrirá en un futuro lejano, déjeme decirles que la conferencia mundial realizada en Beijing mostró como la inteligencia artificial es parte de la cotidianidad en algunas universidades chinas.

Ello plantea nuevos desafíos teóricos para la izquierda pedagógica y para las pedagogías críticas. La máquina educativa newtoniana está saltando por los aires y quienes pensamos las alternativas tenemos que discutir y analizar este estallido

[1] https://fr.unesco.org/

[2] En este trabajo no voy a entrar al debate sobre el desarrollo, sus enfoque, modelos y paradigmas

[3] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000127583_spa

[4] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000109590_spa

[5] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000121147_spa

[6] http://www.educandoenigualdad.com/wp-content/uploads/2015/05/EPT2015.compressed.pdf

[7] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000233137_spa

[8] Primer Estudio Regional Comparativo sobre Calidad Educativa

[9] Segundo Estudio Regional Comparativo sobre Calidad Educativa

[10] Tercer Estudio Regional Comparativo sobre Calidad Educativa

[11] Estudio Regional Comparativo sobre Calidad Educativa

[12] https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-06-14/andreas-schleicher-pisa-exito-educativo-espana_1578377/

[13] Programme for International Student Assessment

[14] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000219662

[15] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000219637_spa

[16] https://en.unesco.org/unescosciencereport

[17] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000233352

[18] https://radiojgm.uchile.cl/unesco-aconseja-herramientas-digitales-para-clases-a-distancia/

[i] El marco prospectivo / Las tensiones que han de superarse / Pensar y editar nuestro futuro común / Implantar la educación durante toda la vida en el seno de la sociedad / Reconsiderar y unir las distintas etapas de la educación / Aplicar con éxito las estrategias de las reformas educativas / Extender la Cooperación Internacional en la aldea planetaria /

Un planeta Cada vez Más poblado/ Hacia Una mundialización de los Campos de Actividad Humana / La Comunicación universal / Las múltiplos caras de la interdependencia planetaria / Un Mundo Sujeto tiene muchos riesgos /Lo mundial y lo local / Comprender el mundo, Comprender al Otro / Pistas y Recomendaciones / El educación frente tiene la crisis de Vínculos sociales / La Educación y la Lucha contra las Exclusiones /  Educación y dinámica social: algunos principios de Acción / La Participación Democrática / Educación Cívica y Prácticas Ciudadanas / Sociedades de Ia Información y Sociedades Educativas:  Pistas y Recomendaciones / Un Crecimiento Económico mundial muy desigual / Demanda de una educación con fines económicos / Distribución desigual de los Recursos cognoscitivos / La Participación de la Mujer en la Educación, palanca esencial del desarrollo / Un cuestionamiento necesario: los daños causados por el progreso / Crecimiento económico y desarrollo humano / La educación para el desarrollo humano / Pistas y recomendaciones

Aprender a conocer / Aprender a Hacer / De la Noción de calificación a la de Competencia / La “desmaterialización” del Trabajo y las actividades de Servicios en el sector asalariado / El Trabajo en la Economía no estructurada/ Aprender a vivir juntos / Aprender a vivir con los demás / El Descubrimiento del Otro / Tender Hacia Objetivos comunes / Aprender a Ser / Pistas y Recomendaciones /

Un Imperativo Democrático / Una Educación pluridimensional / Tiempos Nuevos, ámbitos nuevos / La Educación en el centro mismo de la sociedad / Hacia sinergias Educativas / Pistas y recomendaciones

Un pasaporte para toda la vida: la educación básica / La educación de la primera infancia / Los niños con necesidades específicas / La educación básica y la alfabetización de adultos / Participación y responsabilidad de la colectividad / La Enseñanza secundaria, eje de Toda Una Vida / La Diversidad en la enseñanza secundaria / La Orientación profesional / Las Misiones Tradicionales y Nuevas de la enseñanza superior / Un Lugar en el que se aprende y Una fuente de saber /  La enseñanza superior y la Evolución del Mercado Laboral / La Universidad, espacio de cultura y de estudio abierto a todos / La enseñanza superior y la Cooperación Internacional / Un imperativo: Combatir el fracaso escolar / Reconocer las competencias adquiridas gracias a Nuevos modos de titulación Pistas hay Recomendaciones.

El personal docente en busca de Nuevas perspectivas / Una escuela abierta al mundo / Expectativas y responsabilidades / Enseñar: un arte y Una ciencia / La Calidad del personal docente / Aprender lo que habrá que Enseñar y cómo enseñarlo / El personal docente en Acción / La escuela y la colectividad / La Administración escolar / Hacer Participar los docentes en las Decisiones relativas a la Educación / Condiciones propicias para Una Enseñanza Eficaz / Pistas y Recomendaciones

El papel del Político: Tomar Decisiones en educación / Decisiones Educativas, Decisiones de sociedad / La demanda de educación / Evaluación y debate público / Posibilidades que ofrecen la innovación y la Descentralización / Asociar a los Diferentes agentes al Proyecto Educativo / Favorecer una Verdadera autonomía de los Establecimientos / Necesidad de Una Regulación general del Sistema /  Decisiones Económicas no financieras / El peso de las Limitaciones financieras / Orientaciones para el futuro adecuado / Utilizar los Medios que ofrece la sociedad de la Información / Repercusión de las Nuevas Tecnologías en la sociedad y la Educación / Un debate que concierne en gran Medida al futuro / Pistas y Recomendaciones

La Cooperación Internacional: educar en la aldea planetaria / Las mujeres y las muchachas: Una educación para la Igualdad / La Educación y el Desarrollo Social / Fomentar la conversión de Deudas en beneficio de la Educación / A favor de un observatorio de la UNESCO de las nuevas tecnologías de la información / De la asistencia a la colaboración en procura de la igualdad / Los científicos, la investigación y los intercambios internacionales / Una misión renovada para la UNESCO / Pistas y Recomendaciones

[ii] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000230628

[iii] 1) Desafíos y tensiones del desarrollo sostenible: una preocupación esencial / nuevos horizontes de conocimiento / estudiar alternativas 2) una visión humanista de la educación / lograr una educación más inclusiva / la transformación del panorama educativo / el papel de los educadores en la sociedad del conocimiento. 3) la formulación de políticas de la educación en un mundo complejo / el desfase cada vez mayor entre la educación y el empleo / reconocimiento y validación del aprendizaje en un mundo móvil / replantear la educación para la ciudadanía en un mundo diverso e interconectado / la gobernanza mundial de la educación y la formulación de políticas nacionales 4) ¿la educación un bien común? / el principio de la educación como un bien público bajo presión / la educación y el conocimiento como bienes comunes mundiales / consideraciones sobre el rumbo futuro

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«Estados Unidos tiene una tradición individualista… Es posible que allí se tomen las primeras decisiones de profundo calado ético y que dividirán a la humanidad»

Por: Carolina Robino y Ana Pais.

 

«De momento, a este país el virus lo ha afectado de forma menos agresiva que a otros. Las medidas de confinamiento son selectivas: se mantiene una parte de la actividad económica, como es el sector de la construcción, a la par que se instruye encarecidamente que no debe haber ralentización en toda empresa que no precise la presencia de los trabajadores. La limitación de movimientos sí es obligatoria por las noches».

El que habla es el destacado físico español José Ignacio Latorre, a quien la crisis global del coronavirus lo pilló recién instalado en Abu Dhabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos, a donde se trasladó desde Barcelona para dirigir un nuevo centro de investigación cuántica.

Latorre, uno de los científicos más reconocidos en su campo, es autor también de dos interesantes libros sobre el mundo en que vivimos.

En el primero, «Cuántica», explora las claves para entender esa fascinante parte de la ciencia y las transformaciones que derivan de ella y, en el segundo, «Ética para máquinas», hace un llamado urgente a reflexionar sobre cómo programaremos la inteligencia artificial para convivir con ella.

En este texto ahonda además en lo que somos como humanidad y hacia dónde queremos avanzar, dos temas que el coronavirus ha vuelto especialmente relevantes al enfrentarnos no solo a un enorme desafío médico, sino a grandes dilemas éticos.

José Ignacio Latorre recibiendo el premio de Investigación y Ciencia del periódico digital Merca2 en 2019.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionJosé Ignacio Latorre recibió el premio de Investigación y Ciencia del periódico digital Merca2 en 2019.

Pareciera que estamos atravesando por una crisis sin precedentes en el mundo moderno. ¿En qué se diferencia esta de otras que hemos vivido en el pasado?

La humanidad ha sufrido y superado crisis muy graves, terribles.

Las pandemias y las guerras han asolado la tierra numerosas veces, sin piedad.

Yo no quisiera estar viviendo la peste bubónica, las trincheras de la Primera Guerra Mundial, la viruela o bajo el sanguinario Pol Pot de Camboya.

La gran diferencia es que esta crisis nos afecta en primera persona, aquí y ahora; no se limita a una lectura en un libro de texto.

Una segunda gran diferencia es que vivimos un tiempo donde la tecnología hace posible que la mayoría de las personas (no todas) se quede en casa.

Y una tercera diferencia es que vemos que las sociedades más avanzadas han logrado mantener la cadena de suministros intacta, tanto comida, como electricidad o internet.

Hay muchísimas otras, porque nuestra sociedad ha evolucionado enormemente en tiempos recientes. Los referentes anteriores nos parecen irrelevantes, si no inútiles.

Trinchera durante la Primera Guerra Mundial.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionJosé Ignacio Latorre recuerda que la humanidad ya ha sufrido crisis «muy graves», como las trincheras de la Primera Guerra Mundial: «La gran diferencia es que esta crisis nos afecta en primera persona».

¿Cuáles crees que son los principales dilemas éticos que nos plantea?

Sigo defendiendo, como siempre repito, que el siglo XXI no va de guerras entre izquierdas y derechas, sino entre generaciones de jóvenes y viejos, y de la relación humano-máquina.

Esta crisis lo hace evidente.

Creo que ciertos países no van a ser solidarios con sus mayores. El bienestar de una mayoría se impondrá a la vida de una costosa minoría.

No deberíamos escandalizarnos, porque la humanidad ya ha tomado este mismo tipo de decisiones en otros contextos.

Compramos bienes a países donde no se respetan los derechos humanos, sencillamente porque son más baratos.

La expectativa de vida de un minero en Sudamérica, o la de una trabajadora en una fábrica de una ciudad china supercontaminada no es de 80 años, como la de otros trabajadores privilegiados.

Paciente de coronavirus.

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El coronavirus nos enfrenta a la tesitura de decidir cuánto vale la vida de un conciudadano».
José Ignacio Latorre
Físico cuántico español.

Conllevamos la doble moral sobre el valor de una vida humana sin problemas, en tanto que esas vidas estén lejos de nosotros.

No tenemos problemas morales al fabricar armamento que no sirve para defender a nuestro país, sino para alimentar guerras en África o en cualquier otro lugar.

Sin embargo, el coronavirus nos enfrenta a la tesitura de decidir cuánto vale la vida de un conciudadano.

Estados Unidos tiene una tradición individualista, lejos del contrato social europeo. Es posible que allí se tomen las primeras decisiones de profundo calado ético y que dividirán a la humanidad.

¿Cómo deberíamos enfrentarlos?

Yo no soy virólogo. Ellos son quienes deben responder a cómo se detiene físicamente la acción de un virus, pero el resto también hemos de contribuir, primero intentando entender y luego considerando las acciones correctas y su justa medida.

Me aplico la consigna e intento comprender mejor esta crisis.

Banderas estadounidenses.

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Estados Unidos tiene una tradición individualista (…) Es posible que allí se tomen las primeras decisiones de profundo calado ético y que dividirán a la humanidad».
José Ignacio Latorre
Físico cuántico español.

Entiendo que un coronavirus es un ente de unos 100-200 nanómetros de diámetro capaz de introducir su código a través de la membrana de las células. No hay medicamento que lo detenga, pero la evolución nos ha dado la capacidad de generar una respuesta inmune.

Ciertas personas la desarrollan rápidamente y casi no sufren las consecuencias del virus. Otras no lo logran y pueden fallecer.

El patógeno afecta de manera muy distinta a los jóvenes y los mayores.

También me parece entender que la tasa de mortalidad es todavía incierta, dado que las estadísticas (que sí entran plenamente en mi campo de trabajo) de diferentes países son dispares e inconsistentes. Los humanos ni siquiera hemos aprendido a contar bien cuando las emociones se involucran a este nivel.

Entiendo además que los humanos no guardamos información en nuestros genes de cómo luchar contra un virus específico para las siguientes generaciones. Cada humano debe luchar por su cuenta o debemos desarrollar vacunas. Y una vacuna eficaz puede llevar un año de investigación.

¿Cómo actuar?

La fase crítica para un humano que tiene dificultades para enfrentarse al virus pasa por episodios de insuficiencia respiratoria. Es terrible. La asistencia sanitaria profesional es esencial.

Para poder tratar a los pacientes difíciles se requiere un sistema sanitario potente y solidaridad entre afectados leves y críticos. Si el virus se expande siguiendo una exponencial, ningún sistema sanitario podrá atender a los infectados.

El confinamiento alivia el ritmo de contagio, pero no impedirá que gran parte de la población deba enfrentarse al virus en algún momento futuro. Pero sus consecuencias económicas pueden ser devastadoras para un gran número de personas.

Ayudante de la Cruz Roja.

Getty
Todo el mundo quiere una solución contundente y limpia, pero eso es imposible».
José Ignacio Latorre
Físico cuántico español.

Sin sueldo, la comida que llega a un hogar es insuficiente y mala. Eso también mata de forma diferida.

En cambio, el aislamiento y la reducción del desquiciado ritmo de nuestra sociedad puede tener algún elemento beneficioso.

Muchos padres y madres van a conocer de verdad a sus hijos e hijas, y viceversa. Quizás el fútbol no era tan importante. O sí, porque para algunos es simboliza la felicidad y libertad que hemos perdido.

Ahora tenemos el covid-19. Vendrán otros virus.

La misma selección natural que ha dado lugar a los seres humanos, no deja de hacer pruebas de variantes de virus hasta que una de ellas logra explotar una debilidad en nuestro cuerpo. La búsqueda ciega de combinaciones topa tarde o temprano con un ente de consecuencias devastadoras.

Si de mí dependiera, aplicaría el bisturí fino a la hora de imponer confinamiento. Son muchos los motivos.

El primero es que el aislamiento atenta contra una libertad fundamental. No acepto que en aras del beneficio común se utilice la geolocalización de los humanos. No dejemos que Orwell tenga razón.

En segundo lugar, muchos trabajos sí pueden realizarse presencialmente siguiendo las medidas de higiene correctas.

De hecho así ya sucede.

Nadie debe olvidar que funcionan supermercados, farmacias, el sistema eléctrico, todas las comunicaciones, las redes de suministro y un largo etcétera.

No es cierto que todo el mundo esté confinado. Prueba de que existen matices importantes en el control de una pandemia es la diferente forma de proceder de varios países.

Centro comercial abarrotado de gente en Londres.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionJosé Ignacio Latorre opina que el aislamiento y la reducción del «desquiciado ritmo de nuestra sociedad» puede tener algún elemento beneficioso.

En «Ética para máquinas« decías que «ya hay máquinas programadas para decidir sobre la vida y la muerte de los humanos». Ahora la falta de recursos y preparación para una pandemia con esta, nos tiene enfrentados a una interrogante similar ¿no?

Sí, pero es importante aclarar que la decisión algorítmica sigue siendo programada por un humano. No es correcto pensar que una máquina basada en la inteligencia artificial actual decide entre vida y muerte. Esa responsabilidad todavía recae sobre humanos.

El siguiente paso es hilar fino, como decía antes. Hay temor a pensar en detalle.

Todo el mundo quiere una solución contundente y limpia, pero eso es imposible. La complejidad de nuestra sociedad requiere de acciones con niveles de reflexión sofisticados.

Puedo imaginar un sinfín de situaciones en las que la solución más ética no coincide con el dictado de una norma única y generalizada.

Cuidar a desvalidos, a gente mayor tremendamente solitaria, debería prevalecer sobre cualquier ley de confinamiento.

Atención, existirán casos extremos de enfermedades más terribles que exigirían un aislamiento absoluto, que provocaría situaciones de una tristeza infinita.

Pero creo que el coronavirus no está en ese nivel. Es un virus que nos permite todavía atender a nuestros más necesitados como se merecen.

El gran ejemplo lo dan los profesionales del sistema sanitario, que sí trabajan, sí se exponen, sí asumen su responsabilidad de forma admirable.

Persona sin hogar.

Getty
El altruismo es evidente, pero el egoísmo también campa a sus anchas».
José Ignacio Latorre
Físico cuántico español.

¿Estamos cada individuo ante una nueva versión del histórico dilema del tranvía?

El dilema del tranvía (dejar morir a muchos sin intervenir -el tranvía arrolla muchos-; o asumir la responsabilidad de escoger a dedo la muerte de unos pocos: descarrilamos el tranvía y matamos a unos pocos) se da todos los días, sin que nos percatemos.

Antes hablaba de mineros cuyas vidas nos importan menos. Pero todo es más prosaico.

¿Cuándo se repara una vía de tren defectuosa que tarde o temprano provocará un accidente con personas fallecidas?

La respuesta depende del presupuesto, no del problema ético de saber que alguien morirá.

Una vez conocí a un asesor del gobierno británico sobre acciones políticas que implicasen pérdida de vidas humanas.

Me confesó, sin ningún pudor, que su gobierno actuaba cuando el coste para salvar una vida era inferior a unos 10.000 euros. Lo recuerdo bien.

Eso sí, la aparición de noticias y alarma social podía cambiar esa cifra. A una parte de los humanos, el mundo anglosajón nos parece a veces descarnado.

En el libro también planteas que la bondad debería ser ley para la inteligencia artificial. ¿Qué papel crees que juegan la bondad y la empatía en esta crisis?

Siento decir que creo que esta crisis nos enseña tanto lo buenas que pueden ser muchas personas, como lo pérfidas que pueden ser otras.

El altruismo es evidente, pero el egoísmo también campa a sus anchas: los delatores, los insolidarios, los scams económicos, las fake news, los que hackean el sistema en beneficio propio, y los variopintos políticos de terrible catadura moral.

Empresarios.

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En esta crisis deben escucharse especialmente las voces de virólogos, de agentes del sistema sanitario, pero también las advertencias de los empresarios».
José Ignacio Latorre
Físico cuántico español.

Una idea que me ronda la cabeza sin cesar es que el coronavirus está acelerando la transformación de nuestra sociedad.

Siempre dije que la segunda mitad del siglo XXI será para la ética, para la reflexión profunda sobre el sentido humano.

Antes hemos de pasar el sarampión que nos ha traído la tecnología avanzada.

Tal vez el coronavirus ha acelerado ese sarampión y la necesidad de ética se hará perentoria antes de lo que imaginaba.

Una pareja en un mirador en Seúl, capital de Corea del Sur.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionJosé Ignacio Latorre considera que el coronavirus está acelerando la transformación de nuestra sociedad.

Tú eres un gran defensor de la idea de que los científicos tengan un rol más protagónico en el manejo de las sociedades y los Estados. ¿Crees que en esta crisis lo han tenido? ¿Han estado los gobiernos a la altura?

Quisiera matizar que no creo que los científicos deban ser protagonistas. Creo que nadie debería.

Lo que siempre he defendido es que la voz de los científicos debería ser parte de los mecanismos de decisión, como la de los economistas, los artistas, los abogados o los trabajadores de cualquier empresa.

No creo que la endogamia de los círculos de decisión que hoy en día se da sea buena. La sociedad es diversa, su representación debe también serla.

También he defendido que los mecanismos de representación deben tener diferentes niveles de profundidad. Ciertas decisiones de sentido común son potestad del conjunto de la sociedad. Otras, más técnicas, requieren experiencia contrastada y voces calmadas.

Lejos del estrépito de los medios, la voz de científicos tiene un valor obvio.

Esta vez, dado que la crisis viene provocada por un virus, es obvio que deben escucharse especialmente las voces de virólogos, de agentes del sistema sanitario, y deben también ser atendidas las advertencias de los empresarios.

Mantener la ecuanimidad no es baladí, ni popular.

¿Qué puede aportar la metodología y el modo de pensar científicos a la gente que no se dedica a la ciencia en estos tiempos de miedo e incertidumbre?

Calma, razonamiento, respeto por el pensamiento ajeno, disciplina, avance tecnológico.

La ciencia es nuestro tesoro. Nos da saber, y nos da los instrumentos para generarlo y gestionarlo. Es cultura en esencia pura, es humanismo. Somos herederos tanto de Sófocles, como de Pitágoras.

La ciencia es humilde porque busca, yerra, corrige, vuelve a buscar en un camino lleno de pistas falsas.

Gente con mascarillas en Filipinas.

Getty
Convivir con la incertidumbre no es tan malo, es la esencia de la vida. Convivir con el miedo, sí es terrible. La ciencia nos libera del miedo».
José Ignacio Latorre
Físico cuántico español.

Mucha gente asocia ciencia a fotografías bellísimas de objetos desconocidos. Es el primer paso: el asombro.

Si ahonda, encontrará su intrínseca esencia: la duda y la búsqueda de la verdad.

El miedo es fruto de la falta de conocimiento y comprensión. La ciencia equipa a los individuos para enfrentarse a lo desconocido, pero no eliminará la incertidumbre.

Convivir con la incertidumbre no es tan malo, es la esencia de la vida. Convivir con el miedo, sí es terrible. La ciencia nos libera del miedo.

En esta crisis se ha escuchado poco sobre el papel que puede tener la inteligencia artificial para detener o ralentizar el contagio. ¿Qué está pasando en esa área?

El notable avance de cómputo en todo tipo de técnicas numéricas está siendo utilizado para comprender mejor las variantes del virus en superordenadores.

Sin embargo, estamos todavía lejos de tener un instrumento capaz de medirse con el colosal reto de computar la bioquímica con precisión. Espero que mis ojos vean avances inusitados en este área.

En primera persona lucho por construir los primeros pasos de un ordenador cuántico. Pero los tiempos de la ciencia son lentos. La completitud que requiere la ciencia es proporcional a sus consecuciones.

Es importante comprender que la inteligencia artificial tiene capacidades enormes, pero no omniscientes. Los grandes secretos del universo siguen lejos de nuestro alcance.

El camino que queda por recorrer en inteligencia artificial sigue siendo infinito.

Gente mayor con tapabocas en Londres.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionPara Latorre, cuidar a gente mayor tremendamente solitaria debería prevalecer sobre cualquier ley de confinamiento.

¿Crees que un virus diminuto paralizando a la humanidad entera es un golpe de humildad?

La arrogancia humana es un vestigio de la evolución y debería desaparecer con los siglos. Ya no litigamos a base de garrotazos, ni el más fuerte siempre tiene razón.

Una sociedad formada, bien educada, debe conocer los elementos básicos de la naturaleza y, en consecuencia, ser consciente de su propia fragilidad.

La humildad, no el sometimiento, es un signo de inteligencia.

Cualquier biólogo que haya lidiado con el fascinante funcionamiento del ADN, cualquier astrofísico que contempla una galaxia lejana, cualquier matemático que se enfrente a la conjetura de Golbach (demostrar que todo número par es suma de dos números primos), cualquier persona enfrentada a los hechos absolutos se devuelve a la humildad.

Familia copartiendo.

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Muchos padres y madres van a conocer de verdad a sus hijos e hijas, y viceversa».
José Ignacio Latorre
Físico cuántico español.

Cualquier persona que se haya medido contra un problema sofisticado conoce su limitaciones. No hay espacio para la arrogancia en la verdadera lucha intelectual.

¿De qué depende de que salga algo bueno o malo de toda esta crisis global?

En su conjunto la humanidad siempre aprende. Nos queda un saber distribuido que no se pierde.

A veces parece que repetimos nuestros errores, pero nuestra sabiduría colectiva aumenta sin cesar.

Siempre que lo digo, nadie me cree. Pero no lo duden, seremos más sabios.

Fuente de la entrevista: https://www.bbc.com/mundo/noticias-52091600

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Hiperrealidad: Docencia extendida

Por: Eduardo Hernández de la Rosa

 

Lejos de la condición fatalista para pensar a la hiperrealidad como una construcción ajena a nuestra realidad cotidiana es importante, reconocer que existen procesos paralelos que han impactado a muchas sociedades alrededor el mundo, claramente no se da igual para todos, lo que es una expresión natural de la globalización.

La hiperrealidad es un concepto trabajado por Jean Braudillard, refiriéndose a las realidades que pretenden ser realidad, pero no son realidad, sin embargo, nuestra postura respecto de este fenómeno es que al ser vivenciadas por algunos de nosotros es una realidad.

Existen saberes que nos dotan de horizontes de comprensión socio-cultural e histórica, estos horizontes nos han dotado de elementos que nos hacen pensar la realidad de una forma determinada, sin embargo, la realidad se ha encargado de mostrarnos que no todo encaja en nuestros marcos. La realidad está siendo de forma constante y le es imposible no ser. Esto es, si comprendemos que el ciberespacio esta construido por un conjunto de realidades que se pueden asemejar a la nuestra o no, con otras estéticas formas de sentir, de amar, de pensar, se interactuar y relacionarse, esto deberá considerarse también un aparato de realidad, mientras que lo realmente estamos observando es una realidad extendida.

Este preámbulo, nos permite tomar como punto de partida el papel de la docencia en el futuro próximo, precisamente aquí es importante reflexionar el futuro de la educación, aun cuando ésta siga teniendo como grandes urgencias la cobertura, equidad y acceso a la educación, el futuro deberá ser pensado. Desde una perspectiva básica, sencilla y limitada de experienciar un futuro de la educación, tratamos de proponer lo siguiente: El futuro tiene una docencia extendida.

Cuando hablamos de docencia extendida nos referimos a la necesidad que vivimos los docentes por acercarnos a nuevas formas de relación e interacción con nuestros estudiantes desde el espacio donde nos encontramos presentes. Desde esta perspectiva, cualquier espacio es formativo, cualquier espacio se convierte en un lugar idóneo para aprender. Sin duda alguna, de los cambios más significativos que ha traído la pandemia es pensar la educación desde contextos alternativos, desde dotar a los estudiantes de materiales en casa hasta pensar en la red como el medio más idóneo para continuar con la educación. Claramente cada uno de ellos conlleva un matiz distinto. Sin embargo, todos buscarán lo mismo, promover la educación aún pese a cualquier circunstancia.

Esta necesidad de promover la educación a costa de todo, quizá tenga su origen en la necesidad de pervivir como especie, sin embargo, también hemos sido testigos de las resistencias que ha traído este proceso, sin mencionar las desigualdades y por supuesto los límites, desafíos y condiciones con los que se ha hecho posible continuar la educación, un reto tanto para padres de familia como para docentes.

En el contexto universitario, muchas instituciones impulsaron el desarrollo de tecnologías de streaming para asegurar la conectividad “vis a vis” de sus profesores y estudiantes, sin que estos resultados tuvieran un efecto significativo, otras con mayor experiencia en procesos virtuales, implementaron diseños instruccionales sofisticados para promover el aprendizaje de los estudiantes a través de recursos como los Learning management system (LMS), uso de herramientas atractivas como la realidad aumentada y la inteligencia artificial, mientras tanto, otros más buscaron combinar estos procesos con la vinculación humanista del mindfulness. Por lo que los retos sin duda fueron desiguales. Pero entones ¿En qué va la docencia extendida? La docencia extendida es un ejercicio que los docentes de todo el globo identificaron como un proceso necesario frente a una contingencia y el aseguramiento de la continuidad educativa. De acuerdo al desarrollo tecnológico de cada institución o contexto, la docencia extendida pudo promover en los estudiantes acciones para tener acceso a recursos educativos. Por primera vez en la historia el ser humano echaba uso de toda su técnica para evitar que los estudiantes perdieran tiempo, claramente esto habla de la necesidad de continuar en un sistema social dinamizado por la economía del conocimiento.

Estos procesos de integración llevaron a desdibujar los límites entre la docencia presencial y la virtual, asegurando con ello la posibilidad de impactar de forma significativa en los estudiantes, por supuesto, los retos fueron evidentes, formación y habilitación de recursos humanos en el uso de tecnología en tres momentos: diseño, operación, comunicación y evaluación de los procesos educacionales existentes. Este ejercicio inversivo llevo a los docentes a generar estrategias que contribuyeran a extender sus efectos en todos los espacios posibles y desde una cantidad distinta de dispositivos empleados –por circunstancia- para el aprendizaje, esto fue desde Smartphone, laptop, tablets, smartwatch entre otros, siendo esta extensión no solo hacia los aspectos de hardware, sino también a los software, llegando a todas las redes conocidas por los estudiantes, las cuales también se convirtieron en laboratorios de aprendizaje.

Este ejercicio que acabamos de describir es lo que se denomina docencia extendida, un proceso pedagógico o andragógico que impacta en el quehacer cotidiano de los docentes haciendo uso de exopedagogías y exoandragogías que ayudarán al acompañamiento de nuestros estudiantes.

Sin duda alguna, pensar en la hiperrealidad también es pensar en todas las posibilidades existentes para promover en la educación cambios significativos, aquellos que nos ayuden a pensar en la relación estrecha que hay entre generaciones. En el cuadro 1, se puede observar el transitar de las nuevas generaciones y su relación con la educación, sin embargo, aun cuando el 2020 sea un parteaguas en la educación, es importante mencionar que nos acerca a comprender un verdadero salto en cuanto a tecnología se trata.

Cuadro 1. Generaciones
Generación Baby boomers Generación X Generación Y o Milenials Generación Z, Centenials o iGen Generación Alpha

 

Periodos 1940-1960 1961-1979 1980-2000 2001-2010 2011 en adelante
Características Educativas enseñanza-aprendizaje de manera

tradicional

Inician la vinculación con clases mixtas mediante el correo, radio y televisión Teleeducación Educación con realidad aumentada y activa Simbiosis con la tecnología
Icono Educativo Educación Tradicional y Conservadores Educación Pública y Radical y Liberal Educación Activa y No Educación Educación activa, Aprendizajes comunes Microlearning, edu-taiment or edublokcs y streaming
Fuente: Elaboración propia

La educación en tiempos de pandemia debe permitirnos ver que nos estancamos en la incorporación de tecnología, si bien las juventudes se adaptaron a los procesos de construcción de hiperrealidades que nos da el ciberespacio, la docencia genero una brecha bastante profunda. Por lo que la migración forzada que causo en muchas instituciones el pasar de educación presencial a virtual, fue un punto importante para hacer conscientes a las instituciones educativas sobre la relevancia de la educación virtual y sus oportunidades, aunque también de sus limitantes.

Pensar en la hiperrealidad, es decir en lo simultaneo de diversos mundos, es también pensar en la docencia y su capacidad de extenderse en pro de la pervivencia educativa. Queda mucho por reflexionar ¿Cómo construir docencias extendidas más adecuadas al contexto? ¿Cómo disminuir las brechas entre docentes extendidos y estudiantes? ¿Qué herramientas deberemos tener en cuenta para una docencia extendida? Por ahora, muchas instituciones tendrán que experimentar, otros buscaremos robustecer nuestras competencias digitales y construir rutas más efectivas lo cierto es que en este éxodo virtual, nuestro papel es ayudarnos mutuamente encontrando en el dialogo el mejor ingrediente para un laboratorio que construya otras alternativas para la educación.

Fuente: El autor escribe para OVE.

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China intensifica esfuerzos para desarrollo equilibrado de educación obligatoria

Asia/ China/ 19.05.2020/ Fuente: spanish.xinhuanet.com.

China ha intensificado los esfuerzos en la supervisión y el apoyo del sector educativo para garantizar el desarrollo equilibrado de la educación obligatoria en todo el país, informó hoy martes un funcionario del Ministerio de Educación en una conferencia de prensa.

Un total de siete regiones de nivel provincial y 69 áreas de nivel de distrito de China pasaron la evaluación nacional sobre el desarrollo equilibrado de la educación obligatoria en 2019, comunicó Tian Zuyin, director del departamento de inspección de educación del ministerio.

Tian agregó que hasta el momento 23 regiones de nivel provincial y más de 95 por ciento de las áreas de nivel de distrito de China han superado la mencionada evaluación.

El desarrollo equilibrado de la educación obligatoria se refiere en general a los esfuerzos para estrechar las brechas interregionales entre las zonas rurales y urbanas o entre escuelas en términos de las condiciones y calidad de la enseñanza.

Tian sostuvo que se han destinado 34.500 millones de yuanes (4.860 millones de dólares) a 69 distritos, con 307 escuelas recién construidas y más de 3.900 escuelas renovadas o ampliadas en los últimos años.

Además, las autoridades locales han establecido sistemas de asistencia financiera para estudiantes necesitados, para cubrir a aquellos proveniente de familias empobrecidas, a hijos de trabajadores migrantes, y a aquellos con discapacidades, con el objetivo de asegurar un acceso igualitario a la educación obligatoria, de acuerdo con Tian.

El Consejo de Estado emitió una guía sobre el desarrollo equilibrado de la educación obligatoria en 2012, en la que estableció las metas para el desarrollo al respecto.

Fuente de la noticia: http://spanish.xinhuanet.com/2020-05/19/c_139070123.htm

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Consejo de Educación de Argentina acuerda evaluación formativa

América del Sur/ Argentina/ 19.05.2020/ Fuente: www.telesurtv.net.Educ

 

Según el ministro de Educación de Argentina, Nicolás Trotta, en el contexto de la Covid-19 con relación al aspecto educativo «se profundizan las desigualdades ya que la realidad de cada hogar es muy distinta».

Los ministros de Educación de los distritos de Argentina decidieron que no habrá calificaciones númericas durante este periodo escolar, de modo que las evaluaciones solo serán formativas, considerando el contexto de excepcionalidad que ha generado la pandemia del nuevo coronavirus.

El Consejo Federal de la Educación (CFE), compuesto por los ministros de Educación de los distintos distritos argentinos y liderado por el  ministro en el área a nivel nacional, Nicolás Trotta, realizaron este viernes su primera asamblea virtual.

A través de la videoconferencia el CFE determinó que “la evaluación, durante este período, será de carácter formativo y tendrá por propósito retroalimentar el proceso de aprendizaje, adaptar contenidos y hacer devoluciones orientativas a las y los estudiantes y a las familias”.

Presidí la primera asamblea virtual del Consejo Federal de Educación donde resolvimos, de forma unánime, que las evaluaciones serán formativas: no habrá calificaciones numéricas en el marco de la pandemia.
Ver imagen en Twitter

Según Trotta, en el contexto de la pandemia de la Covid-19 con relación al aspecto educativo «se profundizan las desigualdades ya que la realidad de cada hogar es muy distinta en cada rincón del país».

Por lo que el ministro de Educación de la nación asegura que quienes conforman el sistema educativo argentino, están de acuerdo en que las condiciones que ha generado el impacto de la pandemia en el área de la enseñanza y el aprendizaje sugieren que es momento de evaluar, pero no de calificar.

Cabe destacar que el Ministerio de Educación argentino ante la cuarentena por la Covid-19 ideó su plataforma virtual Sigamos Educando, con acceso y navegación gratuitos, previendo para los que no pudieran acceder al sistema, una serie de cuadernillos, por niveles y modalidad que repartió en toda la nación, además de transmitir por TV nacional 14 horas de programación educativa y 7 horas de radiodifusión formativa.

Ahora, la CFE determinó que “no habrá calificaciones numéricas. La evaluación de los alumnos y alumnas en este período se centrará en el acompañamiento, seguimiento, registro y devolución a familias y estudiantes del proceso que está teniendo lugar”, refieren en un comunicado de prensa.

Por otro lado, en la asamblea virtual del referido Consejo, también se presentaron los criterios elaborados por la Secretaría de Evaluación e Información Educativa del Ministerio de Educación de Argentina que se aplicarán a partir del 26 de este mes en la Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica y cuyos resultados serán publicados en julio.

Fuente de la noticia: https://www.telesurtv.net/news/argentina-evaluacion-formativa-calificaciones-educacion-covid-20200515-0038.html

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Aproximaciones al paradigma del protagonismo de la niñez

                                                                                           Por Giovana Bendezú y Sebastian Soto-Lafoy.

 En el contexto actual de la cuarentena nacional obligatoria producto de la pandemia mundial del COVID-19, queremos aprovechar el uso masivo y preponderante de las redes sociales en la cotidianeidad, para visibilizar una temática que, dentro del campo de los movimientos y organizaciones sociales y populares, suele ser un tanto marginal, olvidada, o abarcada superficialmente. Esta es, el protagonismo de la niñez.

Aclaramos desde un principio que a través del presente escrito pretendemos realizar una mera aproximación introductoria al paradigma del protagonismo de la niñez, abarcándolo desde la propia experiencia militante desde la niñez de la autora de este escrito. A lo largo del texto se irán mencionando y/o esbozando algunos conceptos o temas relacionados a éste, pero que por razones de extensión no lo desarrollaremos aquí. Pretendemos hacerlo con mayor profundidad en otros escritos.

A grandes rasgos, el protagonismo de la niñez es un paradigma social y político el cual sostiene que los niños, niñas y adolescentes son sujetos sociales y políticos con derechos sociales, civiles y políticos de, entre otros, participar activamente en los distintos ámbitos de su vida cotidiana que les concierne (escuela, barrio, familia, trabajo) y transformar la realidad que lxs discrimina y oprime, en pos de una sociedad basada en el buen vivir. Este enfoque apunta a los derechos del niño y la niña, practicados por ellxs mismxs, dando cuenta de su capacidad real y concreta de acción y organización colectiva en los espacios sociales y comunitarios. Han sido los movimientos de niños, niñas y adolescentes trabajadorxs en Latinoamérica quienes han tomado como referente la promoción del protagonismo como una suerte de contra-discurso a la historia oficial de la niñez, que la ha comprendido desde la protección y control de parte del mundo adulto[1].

Asimismo, cuestionan profundamente las representaciones adultocéntricas que lxs ubican en tanto “menores de edad”, como sujetos pasivos, inocentes, a-críticos e incapaces, retirandolxs de la vida pública y política, relegándolxs a la esfera privada-familiar.  Esa concepción de la niñez corresponde a una idea hegemónica de concebirla. Es decir, “se trata de una cierta globalización de la imagen occidental y colonialista (eurocéntrica) de lxs niñxs, que supone que éstos son sujetos inocentes, frágiles, que deben realizar algunas acciones (jugar, ir a la escuela, no trabajar, estar exentos de preocupaciones), que se trasladan a todx niñx en tanto marco normativo prescriptivo que se impone, más allá de toda condición contextual. Una niñez universal, que no reconoce contradicciones con la realidad cotidiana de muchxs niñxs, especialmente de nuestra América Latina, que efectivamente deben trabajar, que juegan pero también tienen preocupaciones, que no siempre pueden ir a la escuela, entre otros” (Morales, y Magistris, 2018 , pág. 38).

El protagonismo de la niñez, en tanto teoría-praxis social y política, formulada y sistematizada, tiene sus orígenes en América Latina hace unos 50 años aproximadamente. Es decir, es bastante incipiente si se compara por ejemplo con el feminismo o el sindicalismo.

Durante el siglo pasado en la década de los 60-70´ se multiplicaron las luchas sociales y políticas –feminista, antirracista, diversidad sexual, ecologista, pacifista-contra el modelo capitalista, patriarcal y colonialista, ampliando la consciencia anticapitalista llevada a cabo históricamente por el movimiento de lxs trabajadorxs , visibilizando los distintos sistemas de opresión que se articulan con el capitalismo. En ese contexto, en América Latina surge lo que se conoce como la educación popular, una corriente política-pedagógica influenciada fuertemente tanto por experiencias políticas revolucionarias como la Revolución Cubana (1959), como por la Teología de la Liberación, la comunicación popular y la investigación-acción. Si bien la educación popular en tanto concepto ya tenía antecedentes políticos y pedagógicos desde diversos personajes como Simón Rodríguez, Che Guevara, José Carlos Mariátegui, quien es reconocido como el padre de la educación popular por sus planteamientos y acción pedagógica, es el pedagogo brasileño Paulo Freire.

En términos generales, Freire postula que la educación popular se caracteriza por plantearse como una pedagogía crítica que apuesta a la transformación social de la realidad desde la educación, a través de un proceso pedagógico crítico y reflexivo entre el educador y lxs educandxs. La circulación colectiva de la palabra facilita la (re)construcción simbólica de la realidad que los rodea. Todxs saben algo, todxs ignoran algo, es una de las premisas de Freire, con la cual permite sostener la idea de que en el proceso de enseñanza-aprendizaje no solo lxs educandxs aprenden del educador, sino que lxs educandxs pueden aprender de ellxs mismxs, y también el educador puede aprender de lxs educandxs. Se plantea de esta manera que el proceso pedagógico es siempre horizontal, mutuo, multidireccional y grupal. En esa línea, tal como lo plantea en su libro Pedagogía del Oprimido, en la educación bancaria el educador seria el poseedor absoluto del conocimiento, el cual lo transmite de manera unidireccional y lineal, mientras que lxs educandos serian ubicadxs como sujetos pasivxs receptorxs del conocimiento, el cual deben memorizar mecánicamente y replicarlo tal cual como lo enseñó el educador o educadora. Desde esta lógica pedagógica, según Freire, se genera un proceso de alienación, convirtiendo a lxs educandxs en sujetos pasivos, a-críticos, dóciles. Oprimidos. Por tanto, plantea como alternativa la educación como práctica de libertad, en la que a través de una praxis política-pedagógica (en la que se combinan acción y reflexión), lxs oprimidxs puedan concientizar de su posición de oprimidxs, y concretar una acción liberadora colectiva que les permita creer en sí mismxs, superando su complicidad con el régimen opresor, lo cual a su vez permita superar la contradicción de opresorxs-oprimidxs.

Anclados a los postulados de la educación popular, durante la década los 70-80´ aparece, por un lado, el primer referente intelectual del protagonismo de la niñez, el peruano Alejandro Cussianovich, y por otro lado, las primeras experiencias colectivas de niñeces protagónicas, de mano de las organizaciones de niños, niñas y adolescentes trabajadorxs en la región latinoamericana. Entre ellas encontramos: En Perú, El Movimiento de Adolescentes y Niños  Trabajadores Hijos de Obreros Cristianos (MANTHOC), Movimiento Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores Organizados del Perú  (MNNATSOP); en Bolivia, Unión de Niños y Adolescentes Trabajadores de Bolivia (UNATSBO); en Paraguay, Coordinación Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores (CONNATS); en Venezuela, Coordinación Regional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (CORENATS) ,entre otras, estas organizaciones mencionadas tienen una instancia de coordinación con una identidad regional, denominada Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (MOLACNATS). En esta oportunidad pondremos como ejemplo la dinámica de la participación protagónica de lxs niños en el MANTHOC[2], basada en la propia experiencia de la autora de este escrito.

Esta es una organización nacional con una trayectoria de 44 años en el Perú. Integra alrededor de 2.500 niños, niñas y adolescentes trabajadores (NNATs) en 10 regiones, con la finalidad de contribuir al protagonismo organizado de la niñez  para ejercer  sus derechos  y  así mejorar  su calidad de vida.  Realiza acciones educativas y organizativas para desarrollar y potencializar sus capacidades, para lo cual se organizan en pequeños grupos con el acompañamiento de un adultx (al que se le suele llamar colaborador/a) y suelen elegir a un represente en cada grupo de niñxs al que se lo llama delegadx.  Los veranos de cada año el MANTHOC realiza una Asamblea Nacional donde se juntan lxs delegadxs de cada región para charlar, fraternizar, jugar, bailar y también hacer un balance de las acciones que desarrollaron durante el año anterior .En esta asamblea se desarrolla una agenda nacional para los NNATs con temas ambientales, incidencia política, DD.HH. en especial de la infancia, entre otros. Se elige la Coordinación Nacional integrado por delegadxs y un colaborador que han sido elegidos mediante un proceso de elección con los criterios puestos por los propios NNATs.

Frente a los derechos del trabajo y la participación, los NNATs desarrollan los siguientes enfoques:

  1. Valoración Crítica del Trabajo de los Niños, Niñas y Adolescentes

Partimos de la definición del trabajo de lxs niñxs, como la actividad realizada por los niños, niñas y adolescentes, a través de la cual contribuyen a la satisfacción de las necesidades propias y de las familias. El trabajo forma parte del aprendizaje, socialización y el vínculo con la cultura.

Se apuesta porque estas labores sean asumidas acorde con el desarrollo físico, biológico y psicológico de los NNATs, y relacionadas a la realización y desarrollo personal – colectivo como es el ejemplo de lxs niñxs actores y actrices.  Así también consideramos el trabajo como un derecho humano, parte de nuestra cultura andina,  que ejercida en condiciones adecuadas permite desarrollar capacidades, habilidades que forman parte del proceso de socialización  y realización personal, de la misma forma se critica y denuncia las condiciones dañinas de explotación y abuso a otras actividades remunerativas que no son trabajo sino explotación y delito: trabajo en minerías, explotación sexual, trata de niñxs, comercialización de drogas. Frente a ello el MANTHOC propone alternativas de trabajo en condiciones dignas.

Se valora los aspectos positivos del trabajo en la vida de lxs NNATs, se apuesta por el reconocimiento y valoración de las capacidades organizativas y propositivas que lxs NNATs presentan en  búsqueda de un trabajo digno, sin explotación, con horarios adecuados, esfuerzo físico de acuerdo a la edad, habilidades y destrezas que contribuyan a su desarrollo integral.

Desde esta postura se asume el trabajo como un derecho humano, cuestionando profundamente las políticas y discursos de organismos internacionales como Unicef y la OIT, los cuales, desde una posición adultista, reniegan las propias voces de los niños, niñas y adolescentes trabajadorxs, quienes denuncian que el problema de fondo no es el hecho de trabajar, sino que como el sistema capitalista y las políticas neoliberales precarizan las condiciones laborales de la clase trabajadora. Esto sumado a que la realidad social y cultural de las niñeces latinoamericanas es distinta a la de las niñeces europeas, ya que las primeras muchas veces se ven en la necesidad de trabajar para aportar a la economía familiar, producto de los bajos salarios de sus padres, madres o cuidadorxs.

Protagonismo Organizado de lxs NNATs

El protagonismo infantil es el grado de autonomía, iniciativa y presencia organizada de los NNATs en la sociedad, como sujetos sociales con plenos derechos y capacidades para actuar y tomar decisiones, elaborando propuestas frente a las problemáticas sociales, políticas y económicas que viven día a día.

Los movimientos de NNATs en América Latina desafían el sistema adultocéntrico de la sociedad, el cual concibe que lxs niñxs no son capaces de formar un pensamiento crítico, cuestionar el sentido común y hacer propuestas frente a la problemática que los aqueja. Cuando nos referimos al sistema adultocéntrico no solo hablamos del adultx padre/madre de familia, sino también a los gobiernos en sus distintos niveles, programas/planes/leyes del gobierno, sistema de justicia penal de “menores”, sistema educativo e incluso el Sistema del Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

El protagonismo infantil es una de las respuestas frente al mundo adulto, donde se toma en cuenta el grado de autonomía, iniciativa, presencia individual y colectiva de lxs niñxs en la sociedad, como sujetos sociales con plenos derechos y capacidades para actuar y tomar decisiones, elaborando propuestas frente a su realidad  y no solo ser receptores de programas asistencialistas.

Los movimientos de NNATs a lo largo de su trayectoria han logrado conquistar espacios de participación en algunas municipalidades, que en algunas instancias aún son simbólicas, es un largo camino por recorrer, existe una frase que resume esto “No somos el problema, somos parte de la solución” es una de las tantas frases que lxs NNATs organizados dicen en sus marchas.

La que relata estos últimos párrafos fue una NNATs en su infancia y adolescencia que comenzó a trabajar a la edad de los ochos años junto con su madre en un negocio familiar en la ciudad de Lima, durante esos años conoció al MANTHOC al cual se incorporó hasta cumplir la mayoría de edad, asumió diversos cargos entre ellos el ser Delegada Nacional del MANTHOC cumpliendo su rol de  llevar la diversidad de voces y propuestas de sus demás compañerxs en instancias de poder como el Congreso del Perú, foros y eventos relacionados a la infancia en Latinoamérica y Europa.

Es importante resaltar el rol de lxs adultx en los movimientos sociales de la niñez trabajadora, el adultx, al que llamaremos “colaborador”, son voluntarixs con un profundo compromiso social que apuestan por la participación protagónica infantil. Para ello tienen instancias de formación e intercambio donde pueden debatir diferentes temáticas de la niñez, ellxs acompañan a pequeños grupos de NNATs en las regiones donde viven. Una de sus principales funciones es acompañar el proceso de participación de lxs niñxs sin influir en las decisiones ni tergiversar las conclusiones finales. Este acompañamiento es un proceso pedagógico de escucha y orientación. También cumplen otras funciones que es dar acompañamiento en las gestiones legales y burocráticas de los gobiernos regionales y de la nación. El acompañamiento atraviesa también otros sectores de la vida de lxs NNATs, como las familias haciendo visitas temporales entablando una relación amena y respetuosa con el círculo familiar del niñx, en las escuelas con visitas a los docentes y hacer el acompañamiento del rendimiento académico de lxs niñxs y las visitas al médico[3].

Cabe destacar que esta figura del ´adultx colaborador´ es original de los movimientos de NNATs. Quien cumpla ese rol no puede representar ni decidir por lxs niñxs y adolescentes. En ese sentido, además de novedoso, dista bastante del rol clásico que asumen lxs adultxs en otras organizaciones sociales que trabajan con niñeces, en las que predominan lógicas paternalistas de hablar en nombre de y representar a lxs niñxs, y que más allá de las buenas intenciones, se continúan perpetuando de esa manera prácticas adultistas de subordinación intergeneracional.

Nos parece fundamental  visibilizar el paradigma del protagonismo de la niñez en la medida que: 1) posibilita el cuestionamiento al modelo adultocéntrico, como causa originaria de la violencia estructural y sistémica hacia las niñeces y adolescencias, 2) da cuenta de las luchas colectivas de niñeces protagónicas organizadas en la región latinoamericana (en tanto experiencias políticas concretas), 3) replantea el lugar en la sociedad de los niños, niñas y adolescentes como sujetos sociales y políticos con el derecho a organizarse, protestar y luchar por sus derechos, sin que el mundo adulto los dirija ni imponga formas de organizarse (se autorepresentan); problematizando la configuración social de las relaciones intergeneracionales basadas en la subordinación, violencia y opresión.

 

 

[1] Cussiánovich, A (2010), Aprender la condición humana. Ensayos sobre pedagogía de la ternura. IFEJANT, Lima, 2da edición.

[2] Para mayor información de esta organización}buscar en su página web: www.manthoc.org.pe

[3] Bazán, Enrique Juan y Gonzales, Ángel.  Ser colaborador, Save the Children, enero 2016.

 

Fuente del artículo: Equipo de Ove

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Uruguay: Firman protocolo para reinicio de clases y maestros alertan dificultades para cumplir distanciamiento

América del Sur/ Uruguay/ 19.05.2020/ Fuente: www.elpais.com.uy.

A 48 horas de que el presidente Luis Lacalle Pou anuncie cómo se desarrollará el retorno a las clases presenciales, autoridades y sindicatos de la educación firmaron esta mañana un protocolo sanitario. Elbia Pereira, secretaria general de la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM), expresó a El País las dificultades que ven para cumplir el distanciamiento: «No entran 30 niños en ningún salón de ninguna escuela del país» con dos metros de distancia; «a lo sumo entrarán 10».

Durante la emergencia sanitaria ocasionada por el coronavirus hay docentes y funcionarios que vienen trabajando sin protocolo. «Esa situación y el regreso a clases presenciales hace que se firme», dijo. Pereira recordó que se trata de «un protocolo sanitario» y por lo tanto «no incluye condiciones o criterios para el regreso de las clases presenciales».

«Hay vacíos, vacíos y vacíos, lógicos, para una situación que no tiene precedentes», relató y señaló que «las escuelas no están pensadas para una pandemia». «Este protocolo no va a definir ni cómo ni cuándo, ni si empiezan los chiquitos primero y los más grandes después… De todo eso no hay nada definido, no en este protocolo si no en las autoridades educativas. Nada definido», sumó.

El protocolo, al que pudo acceder El País, establece medidas de aseo, uso de obligatorio de tapabocas para maestros y funcionarios y distancia física de dos metros (medio metro más que las escuelas rurales). La secretaria general de la FUM manifestó su preocupación en ese último aspecto. Dijo que «no entran 30 niños en ningún salón de ninguna escuela del país» con dos metros de distancia y que «a lo sumo entrarán 10».

«Si el MSP (Ministerio de Salud Pública) dice que la forma de prevenir estos contagios es manteniendo la distancia, no lo vamos a cuestionar. Solo vamos a decir que en las escuelas así como venían funcionando es imposible. Inclusive reduciendo el número de alumnos por clase, los niños no permanecen sentados por tres o cuatro horas. Hay que pensarlo con cabeza de funcionamiento de escuela y no con cabeza de funcionario», expresó.

Asimismo señaló que el protocolo no establece qué ocurrirá con los recreos ni materias como educación física donde los niños pueden entrar fácilmente en contacto. Tampoco define qué ocurrirá si existe un caso positivo de COVID-19.

En ese sentido, Pereira recordó: «Ya planteamos en Codicen, no para este protocolo porque este es sanitario, que inicial y especial deberían ser los últimos en retomar las actividades justamente por la imposibilidad del distanciamiento».

Fuente de la noticia: https://www.elpais.com.uy/informacion/educacion/firman-protocolo-sanitario-reinicio-clases-magisterio-alerta-dificultades-cumplir-distanciamiento.html

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