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Un siglo de Misiones Culturales

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

«Hablar de las Misiones Culturales es abrir un vínculo del presente hacia nuestras raíces…»

El 3 de octubre de 1921 con la visión del hasta entonces Rector de la Universidad Nacional, el Licenciado José Vasconcelos Calderón surge en México la Secretaría de Educación Pública con un proyecto completamente diferente, con el deseo de hacer realidad el sueño de la Revolución Mexicana y con un amplio bagaje de proyectos para llevar la educación y la justicia social a los rincones más escondidos de nuestro país.

Apenas un par de años después, en 1923, en el pueblo de Zacualtipán, Hidalgo, se instala la primera Misión Cultural, espacio desde donde posteriormente se habrían de multiplicar y extender a lo largo y ancho de toda la República Mexicana, cuyo proyecto central fue ampliamente avalado y respaldado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y ha sido responsable de alfabetizar a millones de personas a lo largo de su primer siglo de vida que se cumple en este año.

Hablar de las Misiones Culturales es abrir un vínculo del presente hacia nuestras raíces, hacia la esencia de lo que nos hemos planteado históricamente como reto, y desde donde aquel anhelo de equidad, transformación y desarrollo de los lugares más vulnerables sigue vigente a pesar de la lucha encarnizada del mundo globalizado que nos ha cubierto en cada espacio de la vida

Hoy en día es un proyecto que sigue operando, aunque con escasos recursos en la mayor parte del país, desde donde se desarrolla un cometido que tiene que ver con el desarrollo de los espacios rurales con mayor grado de vulnerabilidad, aun encabezando un esfuerzo por llevar educación y capacitación en donde se necesita en la actualidad.

La realidad actual, con los grandes avances científicos, industriales, tecnológicos y de gran transformación de la vida cotidiana, en muchas de las ocasiones nos confunde y nos hace olvidar que aun hoy en día una de cada dos personas en México vive en situación de carestía, realidad que la educación, sobre todo en educación básica convive de manera cercana día a día y en donde las Misiones Culturales son un espacio de construcción de una realidad que pareciera desaparecer a nuestros ojos.

A los habitantes atendidos en esas poblaciones se les ofrecen talleres sobre aspectos como Educación para la Salud; Computación; Carpintería; Pequeñas Industrias; Educación Familiar y Actividades Artísticas (música y danza folclórica) que permiten el desarrollo y crecimiento de las personas, de las familias y de la comunidad en su conjunto.

Por ello, representa un baluarte mal comprendido que debemos revalorizar y entender que su concepto está en su vocación de servicio, en su férreo acercamiento a la realidad más compleja de nuestro país y en emprender un rescate y ampliación del esfuerzo institucional que día a día hacen maestras y maestros muchas veces con las uñas para hacer realidad el derecho a la educación y a la igualdad en múltiples puntos de nuestro país, allá, invisibilizadas, justamente en donde no vemos y precisamente en donde más se necesita.

Fuente de la información: https://profelandia.com

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CII-OVE: Herramientas con IA que todo docente debe conocer

Luz Palomino/CII-OVE 

Aunque la Inteligencia Artificial ha vuelto a ponerse de moda en el entorno educativo con la irrupción de ChatGPT, es una tecnología que se utiliza desde hace años en forma de programas y aplicaciones que la incorporan para apoyar la labor docente y facilitar las tareas automáticas.

El mundo académico y la inteligencia artificial (IA) están cada vez más entrelazados y, a medida que la IA siga avanzando, es probable que los académicos continúen explorando su potencial o expresando su preocupación por los riesgos que conlleva.

El ChatGPT No es la única Inteligencia Artificial que esta revolucionando el mundo educativo. Te mostramos otras herramientas de IA que todo docente debe conocer.

Midjourney.com Crea imágenes a partir de peticiones textuales mas sorprendente y realista que hay ahora mismo

Synthesia Crea videos a partir de textos planos. Los videos pueden ser en hasta 120 idiomas diferentes.

AvatarAI Crea avatares fotorrealistas a partir de tus fotos

Copy.ai IA basada en ChatGPT disenada para ayudarte a crear todo tipo de textos

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Paraguay: Inversión en educación no es prioridad de Prieto, según análisis de ONG

Ciudad del Este. Agencia regional.

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Elena Simón: Desconexiones sin conexión

Hay varios fenómenos sociales -que no particularmente individuales o casuales-, que han emergido y están extendiéndose en los últimos tiempos y que, seguramente, tienen que ver con nuestras conexiones afectivas, comunitarias, familiares, amistosas. Los seres humanos somos seres conectados a unas formas de vida, a unos grupos familiares, a un territorio, a un grupo laboral o profesional, etc…

Durante la infancia y la adolescencia ensayamos estas funciones vitales y nos vamos conectando a destinos previstos o a proyectos personales por desarrollar. Casi siempre tienen que ver con modelos cercanos aderezados de otros que nos vienen vía productos culturales, fiestas, celebraciones, tradiciones.

Pero una característica nueva de la forma de vivir, sentir, pensar e incluso actuar en la actualidad, es que está desconectada de lo que nos precede, nos sustenta y nos sirve de guía y de base de sustentación. Creo que, en gran parte, esto ocurre por el enorme auge que ha tomado la anomia como marco referencial sin referencias. Anomia es (según el DLE) “trastorno del lenguaje que impide llamar a las cosas por su nombre” y “conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación”.

Bajo este paraguas anómico discurre gran parte de nuestras vidas, donde se han desdibujado y degradado muchos de los principios, fórmulas y objetivos de una óptima y positiva convivencia.

Las calles no deben ser el reino del más fuerte, los centros escolares territorios de competitividad y hegemonía, los hogares lugares de cohabitación sin convivencia efectiva, los lugares de trabajo puestos aislados sin verdadera comunicación, etc…

No siendo esto, estaríamos en conexión social y humana. Pero vemos que predominan ahora los mensajes mediáticos y en las redes, de personas singulares, especiales, que se diferencian de lo común y general, para elevarse por encima con un sentido enorme de exclusividad, que es lo que les concede el estatuto de triunfo o victoria. Actitudes antisociales, hechas de cachitos de particularidades salidas no se sabe de dónde. Lo contrario al sentido de ciudadanía, que contiene la idea incluyente de bien común, que me incluye a mí también, la idea de derecho y deber que viene a remplazar las de privilegio y discriminación, propias de sociedades autoritarias y excluyentes.

La cultura de las pantallas alimenta todas estas cuestiones que están regidas por la anomia: yo, en solitario, me fabrico un mundo sin normas que me molesten a mí, degrado las propuestas de bien común, invento lenguajes, situaciones, aventuras o sucesos deseados inventados. Cambio hasta mi rostro y mis gestos, hago una performance de cualquier necedad o tontuna. Sin necesidad de preparación. Si estoy al otro lado, me trago todo esto como promesa de éxito, porque sólo se traga el producto final, no el proceso.

La anomia y la carencia de conocimiento y experiencia de los procesos, está criando y educando seres humanos muy exigentes y demandantes, sin raíces, sin paciencia, sin voluntad, con caprichos y deseos irrefrenables, con la convicción de que son derechos de su persona, aunque colisionen con derechos de otras personas.

El problema más grave, a mi entender, es que todo esto es incompatible con los aprendizajes de todo tipo, que requieren de tiempo, método, repetición, voluntad, atención. Para llegar a conocer algo y manejarlo con destreza, hay que cumplir el paso por estos peldaños. Los niños, niñas y jóvenes pegados a las pantallas no pueden tener estas experiencias de aprendizaje. Les parece que todo es automático, les abona el narcisismo espontáneo, les presenta un mundo exógeno lleno de facilidades y resultados mágicos e inmediatos.

Difícil que estas generaciones encajen con la educación reglada o la educación familiar, que contienen necesariamente normas de funcionamiento, para que se sustenten con solvencia y dignidad. Si la mayor parte de niños, niñas y jóvenes exigen horarios a su medida para dormir, comer, salir, entrar, estar, colaborar,.., asignaturas atractivas y evaluaciones excepcionales (eso no me gusta), comidas y alimentos a la carta , estímulos continuos en sus aprendizajes para la vida, amistades virtuales, conexiones continuas que desconectan del entorno material, imágenes que lo explican todo en un instante, audiovisuales vertiginosos llenos de ruidos y efectos especiales donde no logras saber lo que ocurre, y modelos de influencers youtubers de los que no saben más que lo que presentan frente a la pantalla. Si la verdad vale menos que la mentira y un corte de pelo o un maquillaje cotiza en el mercado del éxito virtual y económico…. ¿cómo seguimos esperando que las niñas, niños y adolescentes puedan progresar en aprendizajes escolares o familiares?

Decimos que la escuela está obsoleta y en gran parte es verdad. Que en ella faltan recursos materiales y personal con buena formación para una profesión tan difícil. Que los métodos están anticuados. Que las administraciones educativas no tienen un interés especial en mejorar los planes de estudios, que las pedagogías quedan en los departamentos universitarios .

Todo eso es cierto y verdad. Pero quién educará a quienes educan?

Unas generaciones analógicas que tienen que educar a varias generaciones digitales lo tienen difícil, aunque siempre siempre creeremos que cuando se quiere se puede.

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Eugenio Freire de Anthology comparte su visión sobre la Universidad 2030 y la importancia de la innovación en la educación superior

El vicepresidente regional de Ventas de Anthology para América LatinaEugenio Freire Couselo, compartió con Virtual Educa Noticias la importancia de introducir herramientas que contribuyan a la innovación en las instituciones de educación superior.

“En Anthology creemos en la necesidad de proveer al sector de educación superior con las herramientas que apoyen las iniciativas estratégicas que cada universidad tenga. Las instituciones cuentan con su propia visión para ofrecer cursos en diferentes formatos y en diferentes modalidades de aprendizaje, lo que les permite tener un mayor alcance en todos los segmentos de la población estudiantil”, aseguró el directivo de Anthology.

Las herramientas que brinda Anthology permiten y ayudan a mejorar la inclusión educativa, tal es el caso Ally, que contribuye a mejorar la accesibilidad de los cursos no solo a los estudiantes que tienen alguna discapacidad, sino a todos por igual, por lo que la herramienta logra potenciar el estilo de aprendizaje de cada alumno, ya sea visual, verbal, auditivo o kinestésico.

“El diseño de las herramientas de Anthology permite que los estudiantes accedan desde cualquier dispositivo, a cualquier contenido y servicio en todo momento, de manera que se tenga inclusión y accesibilidad a la educación”, indicó Freire Couselo.

Las instituciones educativas tienen un papel muy importante en la innovación educativa, por lo que es cada vez más frecuente encontrarse con universidades que buscan innovar en sus programas, modalidades, formatos, procesos formativos, entre otros; “por ello, Anthology proporciona las herramientas necesarias para implementar el proceso de innovación en conjunto con las instituciones”.

Desafíos educativos

El ejecutivo de la edtech señala que en la actualidad existen diversos desafíos educativos en cada país, en los que intervienen factores como el económico, político y tecnológico, sin embargo, se ha identificado un común denominador en las instituciones educativas que es la demanda por la flexibilidad, por lo que para poder innovar requieren las herramientas tecnológicas que les permitan soportar de forma flexible las demandas y necesidades actuales.

“La innovación educativa permitirá construir sistemas educativos con un mayor alcance para su población estudiantil y potenciar metodologías de enseñanza que incluyan las tecnologías de la información, en beneficio de toda la comunidad universitaria”, afirmó Freire Couselo.

“La implementación de plataformas LMS es una necesidad para la educación tradicional y por supuesto para la virtual, ya que logra reunir elementos de la operación del día a día en un solo sistema”.

Todas las experiencias son importantes

En Anthology creen firmemente en la capacidad que pueden tener las instituciones a través de herramientas flexibles para lograr innovar en diferentes ámbitos del proceso educativo.

“Anthology ayuda a los estudiantes y a las instituciones educativas con el ecosistema de tecnología para la educación más grande de todo el mundo. Es por ello, que nuestro ecosistema completo de soluciones de tecnología para la educación abre un mundo de posibilidades para su institución y sus estudiantes, con el objetivo de que alumnos y educadores alcancen sus metas”, indicó el representante de la empresa.

En este sentido, Anthology ofrece una variedad de herramientas, como el sistema de gestión del aprendizaje (LMS), el sistema de información del estudiante (SIS) y el sistema de gestión de relaciones con el cliente (CRM), mismas que se complementan y enriquecen entre todas.

La educación cambió con la llegada de la pandemia y nos hizo darnos cuenta que la educación virtual era una alternativa válida, de modo que la adoptó como parte del proceso formativo.

Educación del futuro

Por último, el directivo de Anthology, señaló que “en los próximos años, se verán cambios en la educación debido al impacto del análisis de datos, la inteligencia artificial y el metaverso, de modo que es fundamental que las instituciones educativas entiendan que los habilitadores y sistemas tecnológicos van a cobrar un papel relevante en la transformación de la universidad tradicional, lo que Virtual Educa denominó Universidad 2030”.

La Universidad 2030 estará conformada por un amplio componente tecnológico, en razón de lo cual, los líderes de las instituciones de educación superior deben analizar, apropiarse y aplicar en su operación diaria para ser exitosas en el futuro.

Universidad 2030: fortalecimiento digital para la educación

Universidad 2030 es un espacio de cooperación multilateral internacional que promueve una educación superior hacia el año 2030 con visión al 2050. Con el objetivo de crear ecosistemas colaborativos para la conexión educativa con otras universidades, en donde cada una podrá exponer dentro de un repositorio digital sus propias potencialidades, y comprometerse con la innovación para la educación. Anthology es main sponsor de la iniciativa Universidad 2030.

La entrevista con Eugenio Freire Couselo anticipó algunas de las temáticas que Guillermo Maureira, SIS – Strategic Consulting de Anthology, tratará en su próxima conferencia ‘’Experiencias inteligentes: el siguiente paso para la Comunidad Educativa’’ en el Foro Universidad 2030 ‘Fortalecimiento digital para la educación: tendencias, estrategias y soluciones innovadoras’ que se desarrollará en Lima (Perú), el 19 y 20 de abril, con la organización de Virtual Educa y la Universidad Privada Peruano Alemana (UPAL). Los interesados en participar presencial o virtualmente pueden registrarse sin costo en virtualeduca.org/u2030/lima2023

Fuente: https://virtualeduca.org/mediacenter/eugenio-freire-de-anthology-comparte-su-vision-sobre-la-universidad-2030-y-la-importancia-de-la-innovacion-en-la-educacion-superior/
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ChatGPT y educación: ¿un nuevo enemigo o aliado de los profesores?

¿Cómo luchar contra una aplicación en apariencia indetectable que es capaz de generar, en menos de un minuto, una redacción de 600 palabras sobre la energía nuclear, las crisis migratorias del siglo XX o la desigualdad de género, y hacerlo además con un lenguaje completamente natural? La irrupción de la inteligencia artificial generativa en el ámbito educativo está dando sus primeros pasos y ya ha supuesto un auténtico vuelco en todo el mundo. Cuando, a finales de 2022, OpenAI lanzó el popular ChatGPT, un sistema de inteligencia artificial capaz de generar textos originales, contestar preguntas y resolver multitud de tareas, les bastó cinco días para superar el millón de usuarios, y los 100 millones en apenas dos meses. Ante el peligro de una herramienta que facilita el plagio y las trampas, las alarmas en escuelas y universidades no tardaron en sonar, hasta el punto de que ya son muchos los casos (el Estado de Nueva York y las escuelas de Seattle, en EE UU, y las universidades australianas son solo unos pocos ejemplos) en los que se optó rápidamente por prohibir su uso.

La pregunta, sin embargo, no es si este fenómeno puede contenerse, sino más bien de qué manera incorporar su uso de forma productiva: según una reciente encuesta de Impact Research, un tercio de los estudiantes estadounidenses de entre 12 y 17 años, y el 51 % de los docentes, utilizan ya esta herramienta (un porcentaje que llega al 69 % en el caso de los profesores latinos o negros), ya sea para planificar sus clases, encontrar actividades creativas o elaborar un conocimiento de base con el que empezar sus lecciones. Sus conclusiones no pueden ser mejores: el 89 % de los enseñantes y el 79 % de los alumnos que han usado ChatGPT piensan que el impacto ha sido francamente positivo. La ola es imparable: Microsoft ha anunciado ya la incorporación de su propia IA generativa, Copilot, al Office 365; y Standford ha lanzado Alpaca, una IA basada en el ChatGPT de código abierto. “Ni los estudiantes, ni los profesores ni los periodistas volverán a empezar algo con una página en blanco; se lo pedirán al ChatGPT”, aventura Guillem García Brustenga, experto del eLearning Innovation Center de la UOC.

Luchar contra el plagio

En lugar de entregar un texto copiado o memorizado de la Wikipedia, señala García, el profesor puede pedirles que hagan una infografía, que lo contextualicen con su realidad o que usen portafolios para documentar su proceso de aprendizaje, desde el momento en que no saben nada hasta el que saben mucho. “Paradójicamente, la incorporación de la IA a través de herramientas como ChatGPT nos va a obligar a reflexionar en profundidad sobre qué es lo que queremos hacer, cómo lo queremos hacer, cómo lo vamos a evaluar y qué tipo de competencias queremos cultivar”, sostiene Joaquín Rodríguez, director de Diseño, Innovación y Tecnologías para el Aprendizaje de la Institución Educativa SEK. Y es que, en lugar de intentar prohibir su uso, sugiere incorporarlo a la enseñanza como punto de partida de discusiones y debates en el aula: “Yo les pediría a los alumnos que la utilizaran y que le hicieran preguntas. Y toda esa información que nos da la IA la pondría después sobre la mesa en el aula, para someterla a escrutinio, debate y crítica por parte de los estudiantes. Que reflexionen sobre ella y aprendan a sintetizar su contenido, a profundizar y a contrastar las diferentes respuestas que obtengan… Deben estar seguros de sus aciertos, sus limitaciones y los sesgos que pueda tener”.

Ahí está, precisamente, uno de los mayores peligros de ChatGPT: la asunción de veracidad, porque nunca reconocerá que no está diciendo la verdad sobre algo. “Uno de los errores de ChatGPT es que tiene lo que se conoce como “alucinaciones”: tiene siempre pretensiones de verdad, por lo que, si no sabe algo, se lo inventa”, advierte Rodríguez. Por eso, desde el punto de vista pedagógico, recomienda preservar y reforzar competencias cognitivas fundamentales como, por ejemplo, la capacidad de verificación y de evaluación de cualquier enunciado que te de una inteligencia artificial; tener presente que la responsabilidad final sobre los dictámenes de una IA sigue siendo humana (se puede usar la IA en una consulta médica, pero la responsabilidad del diagnóstico recaerá siempre sobre el facultativo); y hacer un uso crítico, productivo y ético de las tecnologías.

Reinventar el papel del profesor

El vuelco que ha supuesto la llegada de la inteligencia artificial supone un reto ante el cual las instituciones educativas no pueden, ni deben, mirar hacia otro lado. “Una asunción más o menos acrítica de la tecnología, es decir, dejar que cada uno haga lo que le parezca, llevaría a un caos incontrolado. Por eso, es necesario aceptarlo meditadamente, que es la postura que nosotros, de momento, asumimos”, explica Rodríguez. Y eso pasa, necesariamente, por facilitar un cambio radical en el rol que el profesor tiene dentro del aula. “El papel del docente tendría que haber cambiado hace mucho tiempo. Cuando yo estudié, el profesor era quien tenía el conocimiento; yo iba a clase, él [o ella] me contaba cosas y luego me decía: “Ahora repítelo”. Pero eso ya no es así: cuando el conocimiento está en todas partes, no tiene sentido que yo vaya a clase solamente para escuchar a alguien que me lee lo que yo puedo buscar por mi cuenta”, afirma García.

Para el experto de la UOC, el rol del profesor tiene que ser el de “alguien que me ayude a interpretar esa información y a aprender con ella. En el mundo del ChatGPT, será lo mismo, y este docente que explicaba algo que él mismo había leído en un libro, tendrá que cambiar”. Y lo mismo sucede con la evaluación: en vez de pedir que los alumnos repitan lo que les han dicho, será necesario preguntar de otra forma, “hacer trabajos colaborativos o incluso pruebas orales que pueden realizarse de forma síncrona o asíncrona, en las que los estudiantes se graben respondiendo a una pregunta, razonando o explicando qué le ha preguntado al chat”, añade.

Mientras empresas como TurnItIn, especializadas precisamente en detectar el plagio en trabajos académicos, afirman estar trabajando ya en el desarrollo de una herramienta capaz de detectar el uso de IA generativas, los expertos se muestran escépticos: “Como mucho, podría analizar algo de ChatGPT y afirmar, con un 80 % de probabilidades, que es una IA. Pero yo no puedo suspender a nadie por esto. Además, si tú coges el texto de la IA, lo cambias y lo haces tuyo, eso ya no lo puede detectar nadie. Es un tema complejo”, sostiene García.

Desafíos en el mundo laboral

Si algo llevamos escuchando mucho tiempo es que la inteligencia artificial vendría para sustituir al ser humano en aquellas tareas y oficios más mecanizados. Sin embargo, las aplicaciones de IA generativas como ChatGPT o Copilot demuestran que tampoco permanecerán ajenas a las profesiones más creativas. “Son capaces de desarrollar (y ejecutar) código por sí mismas, y de desarrollar textos y novelas completas. Ya hay editoriales basadas en inteligencia artificial, o libros que se están subiendo a Amazon; y si tú les pides que te hagan un cuadro al estilo de Picasso o Monet, también lo harán. Por eso, una de las preguntas más importantes que se plantean ahora es la de qué competencias será necesario desarrollar”, plantea Rodríguez.

Ahora bien, ¿será capaz la IA de quitarnos puestos de trabajo? Para García Brustenga, no será exactamente así: “Yo creo que no es la inteligencia artificial la que nos quitará esos puestos; más bien serán los profesionales que sepan utilizar las inteligencias artificiales los que quitarán trabajo a aquellos que no las sepan usar. Ese es el verdadero tema. Por eso, tenemos que formar a los futuros profesionales a la vez que reciclarnos nosotros, para saber hacer uso de todas estas herramientas; y aun así, sufriremos por la velocidad del cambio. No será la tecnología por sí sola la que nos quite el trabajo”.

Fuente: https://elpais.com/economia/formacion/2023-03-30/chatgpt-y-educacion-un-nuevo-enemigo-o-aliado-de-los-profesores.html

 

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Olga Cantó y Libertad González: “No hacer nada contra la pobreza nos cuesta millones a toda la sociedad”. España

Docentes universitarias, economistas, investigadoras y líderes de amplios grupos académicos sobre pobreza, desigualdad y políticas públicas. Olga Cantó (1970) y Libertad González (1975) atienden a elDiario.es días después de presentar un innovador estudio coordinado por ambas sobre el coste económico de la pobreza infantil en España. Una injusticia social y una vulneración de derechos de los menores, reiteran ambas, pero también una ineficiencia económica que resta miles de millones a la economía cada año.

La pobreza infantil no solo lastra de manera injusta a quienes la sufren, explican las académicas, sino también al conjunto del país con trabajadores más precarios, más desempleo y mayores problemas de salud que atender, entre otras consecuencias. Poner esta factura en números, en una oferta pública para el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, con colaboración de la Fundación La Caixa, no solo es pionero en España sino que rompe con dogmas capitalistas del pasado.

En su estudio concluyen que la pobreza infantil no solo es injusta para quienes la padecen, sino que también es claramente ineficiente desde un punto de vista económico. Estiman que nos cuesta a todos unos 63.000 millones de euros al año.

Libertad González: Con los datos que se habían publicado hasta ahora sobre la incidencia de la pobreza parecía como si fuera un tema que importa solo a un segmento de la población, quienes la sufren. Y, si te convences de que es relativamente poca gente, aunque no lo es porque en España la incidencia es muy alta, puede parecer que afecta solo a una parte pequeña de la población. Aquí lo que intentamos era mostrar que no solo afecta a las personas que viven directamente en situaciones de pobreza, sino también a la prosperidad económica de toda la sociedad.
Lo hace través de distintos canales, como con impactos sobre la productividad, menor crecimiento económico y el nivel de desarrollo de la economía en su conjunto. Pero afecta también a la recaudación impositiva, al gasto sanitario, al gasto social… Toda la sociedad se puede beneficiar de reducir los niveles de pobreza infantil, porque es un coste para todos.

Una lectora nos destacaba que la pobreza es en sí una vulneración de derechos, a la que habría que combatir aunque costara dinero. ¿Por qué era importante medir esta ineficiencia económica?

Olga Cantó: Libertad ha tocado un punto clave, mostrar que la pobreza afecta a toda la sociedad, y añadiría aquí que estamos indagando en la conexión entre la desigualdad y la pobreza con la eficiencia económica que hasta principios de la segunda década de este siglo estaba muy escondida en el análisis económico. La desigualdad parecía como una especie de externalidad negativa de un sistema capitalista competitivo, donde se quiere llegar a la mayor eficiencia posible y la pobreza parecía que no afectaba a este resultado. Pero es que la pobreza sí que afecta a la eficiencia económica.

Los países que realmente consiguen desarrollar su sociedad son países que intentan, por supuesto, tener una producción más eficiente, pero a su vez tienen unas políticas que son inclusivas. Y lo vemos en esta línea que estamos explorando sobre desigualdad-pobreza-eficiencia, que era muy evidente desde hace ya mucho tiempo, pero los organismos económicos, como el Fondo Monetario Internacional y la OCDE, no lo ponían en el foco.

Los países que realmente consiguen desarrollar su sociedad son países que intentan, por supuesto, tener una producción más eficiente, pero a su vez tienen unas políticas que son inclusivas

Ese coste de la pobreza para toda la economía lo cifran en alrededor de unos “1.300 euros por persona al año” en España.

Olga Cantó: Es importante poner en el foco en el coste de no hacer nada, que es como invisible, la población no lo percibe. Y es muy importante. Pasó por ejemplo cuando de pronto se lanzó el cheque bebé en 2007. Hubo mucha discusión sobre si se debía dar prestaciones a los más ricos y nadie se había planteado que en el impuesto sobre la renta las familias más ricas ya tenían una desgravación por hijo y por lo tanto estaban recibiendo dinero del Estado. Pero era algo como escondido, que no se ve.

Creo que el coste de no hacer nada no se ve ¿y cuándo se ve? Cuando ya no hay remedio, se ve cuando ya esos niños han pasado mucho tiempo por debajo de ese umbral de la pobreza, cuando ya tienen muchas dificultades educativas, laborales,… Por ello también creo que este estudio es fundamental.

El Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil lanza la convocatoria pública para que se investigue cuál es el coste de la pobreza infantil, pero apenas había precedentes académicos. ¿Cómo lo abordaron?

Libertad González: Lo primero fue acotar el problema. Es una pregunta que se puede abordar desde distintas perspectivas, así que en mi equipo pensamos en cómo afecta la pobreza infantil a la vida de las personas, a corto, medio y largo plazo, que luego se vaya a traducir en un coste para la sociedad. Con lo que ya sabemos de otros países y del análisis empírico, decidimos acotar y centrarnos en dos áreas que nos parecían muy importantes.

Una, los efectos sobre el capital humano. Es decir, crecer en una situación de pobreza va a afectar a tu desempeño educativo, desarrollo cognitivo y luego más adelante al mercado de trabajo, en el acceso al empleo, su calidad, ingresos laborales. Esta gran pata afecta a la productividad, a los ingresos, a la recaudación impositiva y también indirectamente a algunas prestaciones sociales.

El segundo gran bloque analiza el impacto de crecer en la pobreza sobre el estado de salud. En concreto, nos centramos en dos áreas principales: la salud mental, por un lado, ya que está documentado que la pobreza está asociada con tasas de enfermedades mentales y de depresión más altas, y las consecuencias derivadas del sobrepeso y obesidad, también más elevadas.

Libertad González, profesora de Economía e investigadora en políticas públicas en la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona. Xavier Jubierre

Apuntaban en la presentación del estudio que el coste de la pobreza de 63.000 millones al año era un mínimo, porque hay más efectos sin incluir y distintos niveles de pobreza que pueden encarecer este resultado, ¿no?

Olga Cantó: Nuestro grupo se ocupó de caracterizar la pobreza para el equipo de Libertad. Y los resultados de coste que obtenemos realmente son un umbral inferior, porque hay cosas que no se han podido incorporar porque no hay datos. Sobre todo para conectar padres con hijos, que es muy difícil porque tenemos muy poca información longitudinal en España, mientras que hay otros países que lanzan análisis estadísticos de cohortes y pueden saber qué le ha pasado a esa cohorte desde que es pequeña hasta que es adulta. No se ha podido incluir por ejemplo una dimensión fundamental, que es el aumento de la cronicidad de la pobreza.

Libertad González: Vemos el efecto medio para todos los que han sido pobres en la infancia, pero para algunos de ellos la pobreza fue transitoria, con un efecto menor, mientras otros pasaron situaciones más persistentes de pobreza crónica y el efecto sería obviamente mayor.

Olga Cantó: Así que si añadiéramos esa dimensión de aumento de la cronicidad de la pobreza, esa herida probablemente sería más cara. La estimación realmente es como un mínimo, porque no tenemos otra información que creemos que empeoraría los resultados.

Su investigación es innovadora, con escasos referencias previas, alguno en Estados Unidos y Reino Unido. ¿Qué repercusión está teniendo?

Libertad González: Justo la OCDE en paralelo ha intentado hacer un estudio similar, para los 27 países de la Unión Europea. A la presentación de la investigación vino un representante de la OCDE para hablar de sus resultados y, aunque ellos no lo han podido hacer con tanto detalle como nosotros, sus resultados son de una magnitud similar al nuestro. Lo cual nos parece interesante porque son dos estudios independientes que concluyen cosas parecidas. Para el caso de España estiman que la pobreza infantil cuesta un 4,2% del PIB y a nosotros nos sale un 5,1%, porque medimos un poco diferente. Pero es relevante, porque tenemos dos estudios recientes en la misma dirección.

Olga Cantó: Eso también nos permite la comparación. Ahora puedes coger el informe de la OCDE y vemos que España está en la cola alta de coste de pobreza infantil. Eso ya te dice algunas cosas.

Vemos esa gran factura social que supone que millones de menores vivan por debajo del umbral en la pobreza. ¿Han estudiado qué medidas son más efectivas para reducirla?

Olga Cantó: Nos planteábamos inicialmente hacer esa extensión hacia las políticas, pero el informe empezó a ser realmente muy grande, haría falta otro documento completo para analizar esa parte. Pero sí indicamos que creemos que hay que extender las políticas, no solo a las monetarias, sino también a las educativas y sanitarias.

Por ejemplo, está aumentando la incidencia de la pobreza en 0-5 años, algo muy preocupante y sabemos que las políticas educativas de 0 a 3 años son muy preventivas. Hay mucha literatura que indica lo que realmente ayuda mucho para el desarrollo cerebral de los menores es tener una situación de suficientes recursos económicos cuando tienen esa edad, especialmente. La capacidad de llevarlos a una escuela desarrolla mucho más el cerebro de aquellos que vienen de familias con situaciones económicas difíciles, que de quienes vienen ya de una situación de ingresos mucho más estabilizada. Entonces, las políticas de 0 a 3, incluso de 0 a 6 años, hasta el primer año de primaria, son muy relevantes.

Pero también sabemos que el coste de un niño aumenta con la edad, el adolescente es más costoso que el menor en términos de ingresos, por lo que también habría que hacer políticas para ese grupo de 6 a 12 años particularmente. Pueden ser educativas, pero nos parece relevante que se simulen algún tipo de transferencias a esos grupos. La idea es que estaríamos ahorrando el gasto futuro, estaríamos gastando hoy para no gastar mañana.

El Gobierno ha desplegado una medida específica en este sentido, el ingreso mínimo vital (IMV) y el complemento de ayuda a la infancia, las ayudas entre 50 y 100 euros al mes por hijo.

Libertad González: En políticas públicas hay dos pilares. Por un lado, proponer cosas nuevas, pero también documentar los impactos de las políticas que ya se están implementando. Es muy interesante evaluar los impactos de políticas que se han aprobado desde 2019, como la subida del salario mínimo y sobre todo el ingreso mínimo vital, que se concretó en 2020 y tenemos que evaluarlo.

Aquí hay que mencionar la importancia de que se facilite el acceso a los investigadores a datos administrativos de prestaciones sociales, de la manera lo más urgente posible para que se pueda ir evaluando sobre la marcha, para poder ir reaccionando sobre lo que funciona y lo que no.

Mencionan el salario mínimo y también cómo ha cambiado la mirada sobre la desigualdad y la pobreza en la ciencia económica. ¿Se están desmontado ideas preconcebidas sobre medidas sociales, tradicionalmente más progresistas, que pueden hacerlas prosperar en gobiernos más conservadores?

Olga Cantó: Los académicos hacemos estudios y damos los resultados de impacto distributivo y sobre la eficiencia, por ejemplo. Y es el político que está votado por los ciudadanos el que ha de tomar la decisión respecto a qué quiere pesar más y qué peso le quiere dar a la equidad.

Lo que lo que subrayamos en este estudio es que la eficiencia económica se puede coordinar con la justicia social. Luego hay otra pregunta: ¿hasta dónde estarías dispuesto a reducir la eficiencia? Esa es la gran pregunta siempre. ¿Hasta dónde estás dispuesto a reducir la eficiencia para mejorar la equidad?

Libertad González: Pero es cierto que los economistas se han centrado, o nos hemos centrado, mucho en mirar los efectos sobre la eficiencia y sobre posibles destrucción de empleo, pero no han tenido tanto peso las investigaciones que hayan documentado el impacto que tiene el salario mínimo para producir la pobreza infantil, por ejemplo.

Hasta hace unos años, como apuntaban, en los que sí se están haciendo más estudios en este sentido.

Olga Cantó: En España en particular los estudios sobre desigualdad y pobreza no han sido suficientemente valorados por la academia. De hecho no hay muchas revistas que publiquen resultados sobre ello, está algo menos valorado. También hay pocos congresos donde haya sesiones sobre desigualdad y pobreza, es así. Esto ha traído que sea un área menos desarrollada.

Te vas al extranjero y ves la cantidad de sitios donde se trabaja ese tema y desde 2010 en adelante ha habido cada vez más trabajos sobre el impacto distributivo de las políticas, está muy presente ya en el ámbito europeo. Creo que hemos dado unos pasos de gigante en los últimos años, se está desarrollando mucho esa visión más heterogénea de las políticas públicas, que no inciden solo en el individuo medio, sino en muchos individuos con diferentes características.

En España los estudios sobre desigualdad y pobreza no han sido suficientemente valorados por la academia económica y esto ha traído que sea un área menos desarrollada

¿A qué adjudican ese aumento de las investigaciones sobre pobreza y desigualdad?

Olga Cantó: Esto es una creencia mía, no contrastada, pero creo que cuando hay movilidad social –y en España hubo mucha en las generaciones nacidas en los 70 y los 80– y hay personas de orígenes sociales bajos que tienen la oportunidad de estudiar y que pueden llegar a una educación superior, o incluso a tener becas para estudiar fuera de España, es obvio que pueden tener más interés en explicar esos temas. Mientras que en general, si uno viene de un entorno más rico, probablemente le pueda dar menos valor, lo cual no significa que no haya mucha gente de esos entornos que también sea consciente de estos problemas. Pero, en media, creo que sí sucede.

Hay ejemplos, por ejemplo, de economistas que han vivido una recesión, como le pasó a Keynes en su momento, y que estaba preocupado sobre por qué había esas colas de hambre en Nueva York o en Londres en los años 29 y 30. Se preocupó por eso y buscó un modelo de corto plazo para analizar la economía. Lo que has vivido influencia, creo.

En sus casos, ¿hay alguna vinculación con su trayectoria personal?

Libertad González: Yo nací en 1975 en Dos Hermanas, un pueblo de Sevilla que, digamos, no es la zona más próspera de España. Fui a un instituto público de mi pueblo y luego la Universidad Pública de Sevilla. Después estudié el doctorado en Economía en Estados Unidos gracias a una beca para hacer cursos de posgrado, un poco por casualidad, gracias a esa beca porque tenía buenas notas de la carrera. Pero no conocía a nadie que hubiera estudiado ni fuera de España, ni muchísimo menos en Estados Unidos. Esto me abrió completamente otro mundo, de ir de Dos Hermanas a Chicago.

Luego ya una vez que estuve un año en Estados Unidos, conseguí también una beca del Ministerio aquí en España que me permitió hacer el doctorado allí, que es carísimo, y a partir de ahí pues poder dedicarme a la investigación en los temas que me interesan, que son temas de tipo social. Pero eso es el resultado de que haya universidad pública en todas las provincias de Andalucía, que había becas para estudiar en la carrera y después para apoyar los estudios de posgrado.

Mi carrera es el resultado de que haya universidad pública en todas las provincias de Andalucía, de becas para la carrera y también para los estudios de posgrado

Olga Cantó: Yo soy medio andaluza, medio valenciana, porque mis padres son inmigrantes internos del país, como sucedió en tantos hogares. Mis abuelos tenían un nivel educativo muy bajo, por lo que fue un esfuerzo muy importante para ellos trasladarse, como hicieron todos los inmigrantes internos del país tanto en Cataluña como en Madrid.

También estudié en la Universidad Pública, en la de Alcalá de Henares (Madrid) y en el Erasmus, un esfuerzo para mis padres, fue donde vi el cartel para hacer la tesis en Florencia. Vi “economía laboral y desigualdad” y aquello me llamó mucho, porque yo vivía en Alcalá de Henares, una ciudad de aluvión, estilo lo que puede ser Hospitalet de Llobregat, en Barcelona. Me dieron la beca, me financiaron cuatro años y pico que tardé en terminar. Sin eso, no hubiera podido hacer la tesis en un instituto universitario europeo, ni vivir en Florencia. Así que también soy producto de las becas, como Libertad, y probablemente las dos cumplimos esa movilidad social de la que estábamos hablando al principio.

Son dos mujeres que lideran equipos de investigación, con autoridad dentro de sus ámbitos de estudio. ¿Cómo de frecuente es esto? ¿Qué dificultades específicas han afrontado como investigadoras por ser mujeres?

Libertad González: No siento que haya tenido muchos obstáculos particulares por el hecho de ser mujer, pero hay dos cosas que quiero mencionar. Por un lado, que por razones culturales, aunque también sistémicas, a veces nosotras mismas nos autolimitamos o somos menos ambiciosas de lo que podríamos ser. Por ejemplo, ahora mismo conseguí un proyecto bastante cuantioso del European Research Council y casi no lo pedí porque pensaba que era imposible, que no me lo iban a dar, que no daba la talla, me tuvieron que insistir en mi departamento. En cambio, para muchos hombres es más fácil lanzarse, atreverse y ser ambicioso.

La economista Libertad González, en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Xavier Jubierre

Lo segundo está relacionado con el tema familia y los hijos. Soy madre, tengo dos hijos y mi marido siempre ha sido maravilloso, pero escuché a una mujer economista decir: ‘Las mujeres lo mejor que podemos aspirar es una pareja que haga el 50%’. Es decir, que nuestra pareja va a hacer entre el cero y el 50%, pero la mayoría de mis compañeros tienen compañeras que llevan a todo el cuidado de los hijos, que dejan de trabajar o trabajan a tiempo parcial, que los han seguido de país a país,… Ellos tienen un apoyo en casa con el que nosotras no contamos.

También a veces el reto está los equipos de investigación y las universidades, ¿no?

Olga Cantó: Al principio cuando trabajé de regreso a España, en Vigo, tuve la gran suerte de que mis dos colaboradores que trabajaban en desigualdad y pobreza fueron muy equitativos conmigo, compartíamos los investigadores principales siempre, íbamos rotando y no había diferencias por hombres y mujeres. Pero esto no es lo común. Conozco bastantes casos de personas donde los hombres, a veces también las mujeres, se han resistido a que gente más joven, y sobre todo mujeres más jóvenes en particular, lideren los proyectos de investigación porque creen que lo debe liderar siempre el que ya lo ha hecho antes. Estas persistencias a las mujeres nos nos retrasan.

Luego en la práctica diaria, creo que nosotras tenemos una forma de trabajar y de funcionar mucho más horizontal y mucho menos jerárquica. Pero el sistema promociona lo jerárquico, porque cuanto más acumulas en una persona, más posibilidades de ganar. Es verdad que nos atrevemos menos, como dice Libertad, pero a la vez ellos acumulan más porque en gran medida se colocan en esa posición de liderazgo y no se mueven de ahí. Yo eso no lo he sufrido y por eso también he conseguido acreditarme como catedrática, sino no hubiera podido y tampoco estaría aquí.
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