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Entrevista a Marco Antonio Ávila, ministro de Educación de Chile: “Los rankings estresan al sistema educativo”

Por Gustavo Veiga

Marco Antonio Ávila es un profesor de castellano que conduce el Ministerio de Educación chileno desde el 11 de marzo pasado. En su lenguaje se detecta al docente que hay en él. Tiene una larga trayectoria pedagógica que lo respalda pese a su juventud. Con 44 años, nació en la primera etapa de la dictadura de Augusto Pinochet, obtuvo un Magíster en Innovación y Educación y se desempeñó en aulas de escuelas con serios problemas de vulnerabilidad. Pasó por Buenos Aires para asistir a la III Reunión de ministros de su área en la CELAC. De una entrevista que le concedió a PáginaI12 en el hotel donde estuvo alojado, se desprende el rumbo educativo que le dará a su cartera.

– ¿Cuál era el estado de la educación pública en su país cuando llegaron al gobierno con el presidente Gabriel Boric?

– Quisiera señalar que la educación pública en Chile es alrededor del 35 por ciento y el resto una educación particular subvencionada, financiada por el Estado también. El escenario con que nos encontramos hoy es bastante similar en todo el sistema por la cantidad de tiempo que los alumnos estuvieron afuera de las aulas a propósito del confinamiento por la Covid. Los profesores volvieron muy agotados, con mucho cansancio y probablemente porque en los dos años anteriores trabajaron intensamente de forma telemática. Eso hizo que repensáramos las formas en que se hace pedagogía a través de la pantalla y yo diría que además – y en eso hay una responsabilidad del gobierno anterior – porque no se preparó el aterrizaje de estos estudiantes y no se pensó un ingreso gradual, un número de horas acotado como se hace con el jardín de infantes, con la orientación de trabajar cuestiones de carácter socio-emocional o preguntarles a los chicos cómo habían vuelto, que les pasó en su experiencia durante la pandemia, si perdieron un familiar, elementos que no fueron considerados. Las clases volvieron el 2 de marzo y nosotros asumimos el gobierno el 11. Por lo tanto era muy difícil poder revertir cualquier medida.

– Por ejemplo, ¿cuál?

– Nos encontramos con un sistema que está de alguna manera altamente estresado. Y el segundo componente importante y que no es solo responsabilidad del gobierno anterior, sino una cuestión histórica: el deterioro de la infraestructura escolar en Chile. Que debe haberse agudizado por la falta de mantenimiento de los colegios durante estos dos años. Eso en algunos estudiantes es una causal de reivindicación y molestia, de paralización.

– ¿Y su gobierno qué empezó a hacer para revertir lo que describió?

– Nosotros creemos que hoy se deben entregar apoyos al sistema educativo. Hemos hecho una asignación de recursos para reparar infraestructura en cuestiones menores de habitabilidad. Diseñamos una política de apoyo a los profesoras y profesoras para trabajar temas de carácter socio-emocional y algunas herramientas para la recuperación de la lectoescritura, especialmente en niveles de la educación básica o primaria.

-¿Se apunta a modificar esa matriz de mayor oferta educativa que pasa por el sector privado y no por el público?

– Chile tiene una larga tradición mixta en donde probablemente algunas de las situaciones de privilegio podrían haberse dado antes de la ley de Inclusión, que es una ley muy importante de la presidenta Bachelet en su segundo gobierno. Eso cambió radicalmente, por lo tanto toda esta provisión que recibe recursos del Estado tiene prohibición de discriminar o de hacer procesos selectivos. Hoy día, ese 35 por ciento esperamos que siga creciendo y en ningún caso pensando en el deterioro de la educación privada, sino convirtiéndola en una oferta atractiva, valorada por las familias y que nos permita ir incorporándola por todo el país.

– ¿Hacia dónde va conceptualmente en materia educativa este gobierno que apenas lleva tres meses?

– Es parte central del programa del presidente Boric y de las tareas que a mí me tocan, impulsar el desarrollo de la educación pública y eso tiene un proceso de traspaso. La dictadura lo que hizo fue retirarle la educación al estado nacional y colocarla en los municipios que son gobiernos locales. Y lo que se está haciendo con la educación actual es sacársela a los municipios. Un ejercicio gradual porque hoy solo tenemos once servicios locales que es un modelo que se usa en muchos lugares, el de los distritos escolares, muy parecido a lo que hay en Canadá y otros países. Hoy tenemos solo 11 distritos escolares y de acá a 2027 vamos a instalar 70 distritos escolares.

– Usted mencionó en alguna entrevista que hay mucha presión sobre el sistema educativo y que había que descomprimirlo. ¿A qué se refería?

– El sistema educativo chileno tiene muchas cosas positivas que nosotros valoramos enormemente pero una de las más negativas y que está relacionada con un tipo de paradigma específico, se transformó en un sistema, como una cultura de la auditoría… digamos. Se está permanentemente demandando a la escuela y por ende al docente, y eso está muy en la línea de los enfoques de efectividad escolar que hay muchas veces en Estados Unidos donde existen mediciones estandarizadas, categorización de escuelas…

– ¿Qué sería una medición estandarizada, para que se entienda?

– La medición estandarizada para nosotros se llama SIMCE, el Sistema de Medición de la Calidad de la Educación. Esto provoca un frenesí por sacar buenos resultados porque permite después una categorización. Durante muchos años la prensa hacia rankings y cuando se publicaba esto en el diario de la tarde, salían los mejores y los peores colegios. Las escuelas públicas tenían peores resultados porque no seleccionan y atienden a toda la población, las escuelas subvencionadas muchas veces mejores resultados porque no solo cobraban y además tienen la posibilidad de seleccionar y obviamente las escuelas privadas los resultados superiores. Se daban rendiciones que estresaban al sistema educativo, se estrechaba el currículum donde parece que no hay arte, música ni deporte y solo hay lenguaje y matemática. Después de tres mediciones la escuela puede ser cerrada y eso claramente es muy extraño. Y no puede derivar en que el Estado cierre las escuelas, sino todo lo contrario.

-¿Cómo van a lograr ir hacia la aprobación de una ESI que su país hoy no tiene?

– Chile no tiene una educación sexual integral, lo que tiene es una política de afectividad sexual y género que es antigua y que lo que hizo fue orientar en términos muy generales qué es lo que pueden hacer los establecimientos.

– Hay un tema complejo en Chile que es la situación de los pueblos originarios. ¿Cómo es el acceso a la educación de ese sector de la sociedad?

– Chile tiene una importante tradición de valoración, al menos en el tema educativo, de los pueblos. Siempre ha existido. Y eso se ha ido formalizando en los últimos veinte años, y ha permitido que hoy tengamos diez pueblos reconocidos con toda su cultura. Nosotros en el sistema educativo hemos incorporado educadores tradicionales que tienen una validación desde el Estado para poder impartir clases de lengua y cultura en cada una de esas comunidades.

– El presidente Boric, la ministra Camila Vallejo y usted son emergentes de las luchas estudiantiles y ahora llegaron al gobierno. ¿Qué mensaje tiene para las generaciones que hoy ocupan su lugar en las movilizaciones?

– Nosotros como universitarios teníamos ya molestias de cómo se estaba llevando adelante la vuelta a la democracia y el poco cambio al modelo. Valoro muchísimo lo que hicimos pero creo que se podría haber hecho muchísimo más y desinstalar algunos cimientos del modelo instalado por la dictadura. Hasta que apareció este grupo de jóvenes en 2011, más jóvenes que nosotros y que nos devolvieron la esperanza. Por eso, yo siendo miembro de uno de los partidos del Frente Amplio, Revolución Democrática, creo que la principal enseñanza y el liderazgo del presidente Boric es la capacidad de entender que los momentos de la historia son únicos y que hay que disputar el poder y ganar la capacidad de influir en la vida de las personas. No ganábamos nada si nos quedábamos en la reivindicación callejera y en las marchas, porque debíamos organizarnos, constituir partidos, disputar el poder local para precisamente llegar a disputar el gobierno en algún momento y eso fue lo que hicimos. Por eso hoy la responsabilidad que tenemos es muy grande.

Página 12

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Subestimamos el impacto del cambio climático en la educación

Por: Irene Torres y Carole Faucher

No hay una vacuna o una mascarilla, o una medida igualmente concreta, para ayudar a los estudiantes a continuar su educación cuando las escuelas deben enfrentarse a la extraordinaria magnitud de los acontecimientos, debido al cambio climático. Revitalizar las visiones sobre la educación exige transgredir los límites tradicionales de la comprensión y la planificación educativa. ¿Los gobiernos y los actores clave en el ámbito de la educación a lo largo de América Latina y el Caribe están dispuestos a dar el paso adelante?

Además de arrasar con el ganado, los cultivos, las viviendas –en esencia, las fuentes de ingresos y las condiciones de bienestar de las personas–, los huracanes son especialmente crueles con la educación. Dañan y destruyen la infraestructura escolar, los equipos y el material didáctico, y las inundaciones y los desprendimientos de tierra que se producen impiden el acceso de profesores y alumnos a las escuelas. Tras el paso de los huracanes, las escuelas se utilizan a menudo como refugios, con lo que las clases se interrumpen aún más. Las cifras son escandalosas: en 2016, el huracán Matthew dañó 300 escuelas en Haití; en 2021, Eta e Iota afectaron a 76 escuelas en Nicaragua y 340 en Guatemala.

El cambio climático está causando fenómenos meteorológicos más frecuentes y graves, y 2022 no es una excepción. Como ejemplo, en 2020, la temporada de huracanes del Atlántico más activa de la que se tiene constancia, hubo 30 tormentas con nombre, incluidos 14 huracanes, de los cuales 7 se convirtieron en huracanes importantes. Las tormentas nunca vienen solas; ese mismo año coincidieron con el pico de la pandemia de COVID-19, que dejó a 170 millones de estudiantes sin uno de cada dos días efectivos de clase en más de dos años en la región. El impacto en la asistencia y, por tanto, en los logros de aprendizaje, no tiene precedentes, al igual que el aumento de las tasas de deserción. Se calcula que la pérdida equivale a 1,5 años de aprendizaje.

La repercusión del calor extremo en el desarrollo de los niños

También se espera que en América Latina y el Caribe siga habiendo fenómenos relacionados con el cambio climático lento, como el aumento de las temperaturas de la superficie y de los océanos, y de la frecuencia e intensidad de las olas de calor y las sequías. Sin embargo, los responsables de la toma de decisiones desconocen la repercusión del calor extremo en el desarrollo de los niños desde que están en el vientre materno y, durante los años escolares, en su capacidad de concentración en clase y en su bienestar general. Todo esto significa que completar la educación secundaria, un determinante clave de las oportunidades de vida, se ha vuelto más difícil.

Al mismo tiempo, debemos considerar que la escuela debe ser algo más que un lugar de aprendizaje: debe proporcionar un espacio para que los estudiantes desarrollen conexiones sociales y emocionales, tal y como se destaca en la recientemente publicada Evaluación Internacional de la Ciencia y la Educación Basada en la Evidencia (ISEE). Sin embargo, aunque este informe de la Unesco afirma que el cambio climático tiene el potencial de debilitar la cohesión e interacción social, no identifica explícitamente cómo. A la luz de esto, es crucial que todos concordemos en el hecho de que, sin infraestructura escolar o acceso físico a las escuelas, los estudiantes tienen menos oportunidades de crear las relaciones a través de las cuales puedan florecer.

Uno de los actos de resistencia más valientes en América Latina y el Caribe consistirá en proteger, cada vez más, el derecho de los estudiantes a permanecer físicamente en la escuela.

 

Lo relacionado con las Escuelas Promotoras de la Salud (EPS), de la Organización Mundial de la Salud (OMS), impulsó apropiadamente la noción de que la política y los programas educativos deben prestar atención al entorno físico de la escuela. Lamentablemente, el enfoque de las EPS nunca despegó, en realidad, en América Latina y el Caribe, a pesar de que en un alto porcentaje de escuelas el acceso a las necesidades más básicas, como el agua potable, el saneamiento y la higiene, sigue siendo extremadamente limitado.

Además, aunque las EPS proporcionan un enfoque teórico útil, su supuesto es que existe una infraestructura escolar (aunque sea básica) en la que un profesor solo o un equipo de directores, personal y profesores pueden trabajar para crear un sentido de comunidad y de empoderamiento para lograr cambios. Pero hay pocos indicios de que en la región se esté debatiendo al menos sobre cómo se percibe el futuro de las escuelas en la actual situación de emergencia por el cambio climático.

Como en una guerra, mientras la región sigue luchando por recuperarse de la pandemia de COVID-19, las carreteras, los caminos y las instalaciones escolares pequeñas y grandes seguirán siendo arrasados junto a los medios de subsistencia y las fuentes de ingresos. Después de ser testigos de cómo los gobiernos de América Latina y el Caribe tuvieron grandes dificultades para adaptarse al cambio durante la pandemia, por ejemplo, descuidaron la creación de otras opciones para el aprendizaje y la socialización, ¿cómo podemos esperar que los responsables políticos y de la toma de decisiones imaginen un futuro diferente y viable para las escuelas, que aborde seriamente la crisis del cambio climático que se desenvuelve ante nosotros?

Aunque las escuelas se enfrentan a diferentes obstáculos en la región, el cambio climático puede representar el mayor de ellos, al amenazar los fundamentos mismos de cómo pensamos que debería ser una escuela, una edificación que se encuentra en el corazón de una comunidad comprometida con las nuevas generaciones, aquella en la que los padres quieren que sus hijos estén seguros y sean felices. De hecho, uno de los actos de resistencia más valientes en América Latina y el Caribe consistirá en proteger, cada vez más, el derecho de los estudiantes a permanecer físicamente en la escuela.

No hay una vacuna o una mascarilla, o una medida igualmente concreta, para ayudar a los estudiantes a continuar su educación cuando las escuelas deben enfrentarse a la extraordinaria magnitud de los acontecimientos, debido al cambio climático. Revitalizar las visiones sobre la educación exige transgredir los límites tradicionales de la comprensión y la planificación educativa. ¿Los gobiernos y los actores clave en el ámbito de la educación a lo largo de América Latina y el Caribe están dispuestos a dar el paso adelante?

Subestimamos el impacto del cambio climático en la educación

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De la lucha por la tierra a los caracoles

Por: Luis Hernández Navarro

“Pasen a firmar los que no tengan miedo”, dijo el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, copiando las palabras de Emiliano Zapata, a 268 líderes rurales, entre los que se encontraban familiares del Caudillo del Sur. En Los Pinos, ante un cuadro del jefe del Ejército Libertador, los dirigentes de las centrales nacionales pasaron uno a uno a suscribir el Manifiesto Campesino, que avaló el fin del reparto agrario y la privatización del ejido. La fecha quedó registrada junto a la emboscada de la Hacienda de Chinameca: 1° de diciembre de 1991.

Antes de comenzar la ceremonia, unos cuantos representantes que se olieron de qué iba la encerrona, preguntaron dónde estaba el baño y pusieron pies en polvorosa para no sumarse al documento. Entre ellos estaba Pancho, un líder tseltal que llevaba años luchando por la tierra con sus compañeros de la selva Lacandona. Regresó a su región y no volvió a aparecer en la vida pública hasta mucho tiempo después del levantamiento zapatista.

El compromiso de los líderes de superar el reparto agrario convocando a un gran esfuerzo de conciliación entre los hombres del campo adquirido ese día, fue visto como una gran traición por cientos de miles de campesinos en todo el país, pero especialmente por los chiapanecos, que llevaban décadas luchado por tierra. Esa contrarreforma al artículo 27 constitucional nubló el horizonte indígena y animó a centenares de comunidades a tomar las armas.

En el libro Voces de la historia, los habitantes de Nuevo San Juan Chamula, Nuevo Huixtán y Nuevo Matzan, recuerdan su experiencia y las de sus abuelos en las fincas y pueblos, donde nacieron y se criaron aguantando el hambre, así como las razones que los llevaron a colonizar la Selva, para buscar dónde comer un poco mejor y dejar atrás el dolor de la pobreza y el puro sufrir.

Casi todos los que conocemos salen a la finca. Con nuestro trabajo se hicieron ricos los patrones, aunque nosotros seguimos igual en nuestra pobreza. Además del trabajo pesado tenemos más sufrimiento en la finca. Al patrón no le importa el trabajador. Quedamos con hambre. Maltrataban mucho los caporales: chicoteaban, golpeaban con ramas, con cincho, con la palma del machete, daban patadas; con cualquier cosa venía el castigo, explican. Por eso, en un moderno éxodo, marcharon a buscar una nueva vida en la selva.

La lucha por la tierra se generalizó en todo el estado durante las décadas de 1970 y 80. Los indígenas no sólo buscaban recuperar la que los finqueros se habían apropiado por medio del despojo violento. También la que habían ocupado en la selva para huir de la miseria. Un decreto presidencial de Luis Echeverría Álvarez, en 1971, otorgó la posesión de 614 mil hectáreas a 66 familias lacandonas, negándosela al resto de pobladores. En palabras de la Unión de Uniones, detrás del decreto estaban los intereses de Nacional Financiera, es decir, de la gran burguesía, que pretendía llevarse toda la madera de caoba y cedro contenida en las miles de hectáreas tituladas a favor del grupo lacandón.

El gobierno quiso reconcentrar a los otros indígenas (tseltales, tsotsiles, choles) y fijar los límites de la Comunidad Lacandona, por medio de la Brecha. Las comunidades resistieron poniendo el cuerpo por delante con la consigna de ¡no a la Brecha! En octubre de 1981, 2 mil campesinos de la selva marcharon y ocuparon la plaza de Tuxtla Gutiérrez. Caminaron días para llegar a un ve­hículo que los trasladara a la capital del estado. Años después, su lucha cosechó frutos. En 1989, Salinas de Gortari entregó la dotación a 26 colonias.

En entrevista con Roberto Garduño en La Jornada, el mayor Sergio, el Representante, rememoró esas faenas y cómo los habitantes de la región se vieron amenazados por las autoridades: “Con el decreto de 1972, el gobierno empezó a decir que nos íbamos a salir por las buenas y por las malas… pero no quisimos salir porque nuestros padres y nuestros abuelos buscaron este lugar para vivir y trabajar”.

En la selva, los rebeldes aprendieron a manejar el fusil para defenderse de las guardias blancas. Luego siguió la educación política e ideológica y el fortalecimiento de la organización comunal. Sergio recordó el caso de la venta del café como síntoma de la injusticia, porque los coyotes engañan y pagan precios de risa por el producto.

Los zapatistas –añadió– “empezamos a trabajar en nuestras comunidades casa por casa y barrio por barrio. Mucho tiempo luchamos de manera pacífica, pero nos ignoraban, por eso empezamos… pero no nos han dejado, nos han reprimido, por eso hemos tomado el fusil”.

A pesar de que se había izado la bandera blanca en el campo, la sublevación de 1994 permitió a campesinos e indígenas, zapatistas y no zapatistas, recuperar miles de hectáreas. En lugar de parcelarlas como hicieron otros, los rebeldes impulsaron en ellas proyectos de asociación colectiva para la producción agrícola y ganadera, que les han permitido controlar su vida y practicar el autogobierno. Estas experiencias son la base material sobre los que se erigen los caracoles, que este 9 de agosto cumplieron 19 años de vida.

El agravio de Carlos Salinas contra los pequeños productores rurales, cuando en Los Pinos llamó a los líderes a que pasaran a firmar sin miedo un acuerdo para cerrar la puerta a la vía campesina de desarrollo, fue respondida años después por el EZLN, descarrilando en los hechos el fin del reparto agrario.

Pero el rechazo fue aún más lejos. Sobre ese ¡no! inicial, los rebeldes pasaron a construir una sociedad que representa todo lo contrario de lo que el salinismo quiso impulsar. Esa sociedad alternativa ha tomado forma en los caracoles. En ellos se sintetiza tanto la historia profunda y subterránea de campesinos e indígenas por la tierra y la autonomía, como su disposición y potencia para construir un otro mundo.

Twitter: @lhan55

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2022/08/09/opinion/016a1pol

Imagen: https://www.jornada.com.mx/ultimas/politica/2020/10/05/delegaciones-del-ezln-viajaran-a-europa-en-2021-4925.html

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Deberes en verano, sí o no: el debate que nunca se va a acabar

Por: LAURA PERAITA

Varias expertas en educación exponen los pros y contras de realizar tareas escolares en vacaciones.

Cuando Eva Bailén era pequeña le encantaba estudiar y hacer deberes, ¡incluso en verano! Sin embargo, su apreciación sobre estas tareas cambió radicalmente al tener a sus tres hijos. «Me parecía absurdo que tuvieran que llegar de clase y seguir delante de los libros cuando era un suplicio para ellos y, más aún, que en verano les obligaran a hacer ejercicios aburridos y repetitivos carentes de creatividad que lo único que conseguían es que no tuvieran ganas de volver al colegio en septiembre».

Esta madre emprendió en 2015 una intensa campaña de recogida de firmas por la racionalización de los deberes escolares. Logró 200.000 adhesiones, al tiempo que avivó un debate que afecta a muchas familias. Hoy, Bailén es responsable de la Escuela de Familias del Observatorio de Educación de la Universidad Rey Juan Carlos y sigue pensando que no debería haber deberes en verano o, de serlo, que sean voluntarios. «Obligar a los niños a hacerlos es trasladar a las familias la responsabilidad de que los realicen. Hay muchos padres que para poder conciliar dejan a los niños con los abuelos, pero ellos no saben ayudar a los nietos, ni tienen por qué asumir ese rol».

Añade que «cuando los padres aún no están de vacaciones lo que menos les apetece al llegar de la oficina y tener un conflicto con los hijos que no tienen ganas de hacer deberes. Tampoco es justo que al estar los padres unos días de vacaciones, se tengan que llevar los libros a la playa para finalizarlas. Además, se suma la paradoja de que en el instituto ya no se les mandan tareas de verano a los alumnos, justo cuando ya son autónomos y saben organizar su tiempo sin tener a sus padres detrás».

Begoña Ladrón de Guevara, presidenta de Cofapa y profesora de Educación en la Universidad Villanueva, defiende la idoneidad de hacer deberes en verano de manera voluntaria y ajustados a la edades de los alumnos, pero disiente al considerar que «estas tareas deben realizarlas los hijos de forma autónoma, sin necesidad de tener a sus padres al lado. Lo que está claro es que si no se ha trabajado en esta autonomía durante el curso, no será posible que en verano los hagan ellos solos. Además, las vacaciones son muy largas y muchos progenitores agradecen que se les oriente desde las escuelas sobre este tipo de tareas para que sus hijos ocupen el tiempo en algo productivo que les beneficie en su desarrollo».

Aún así, Bailén añade que «las familias no deben hacerse cargo de las carencias del sistema educativo. Si los alumnos han aprendido bien no tienen por qué repasar en verano y si tienen que hacerlo es porque no se les ha trasladado correctamente el contenido».

En este aspecto, la presidenta de Cofapa apostilla que «los deberes no son para que aprendan más, sino para reforzar y fomentar la inquietud por el aprendizaje, para que investiguen sobre aquello que les guste y les ayude para el curso siguiente».

Ladrón de Guevara señala que en toda maleta «debería haber un libro, al igual que lo hay en la de muchos adultos, así como cuadernos para pintar o escribir redacciones de lo que ven —porque viajar es ya un aprendizaje—, o lo que les cuentan los abuelos cuando están con ellos. Las matemáticas también se pueden repasar viendo los tiques de la compra o calculando las medidas de ingredientes de recetas de cocina… En opinión de esta profesora, «el debate de deberes sí o deberes no, no se va a acabar nunca, solo se lograría calmar esta polémica si los padres pudieran elegir entre colegios que mandan o no estas tareas. Lo curioso es que lo que le va bien a un hijo igual al hermano no le va bien. hay que evaluar cada caso», concluye la presidenta de Cofapa.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/deberes-verano-debate-nunca-acabar-20220713163346-nt.html

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La educación ante una gran encrucijada

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

La no planificación o la mala planificación es una amenaza continua para el alcance de los aprendizajes en el aula. Este fue el aspecto de mayor relevancia en términos de la necesidad de su desarrollo que se puso en evidencia en la evaluación del desempeño.

La educación en nuestro país está en una encrucijada, por un lado, producto del impacto de la pandemia de la COVID-19 y sus secuelas, y por el otro, por su gestión tanto en el plano nacional como territorial. Estos son hechos pasados ya, que deben servir para aprender de ellos y, en lo posible, gestionarlos mejor.

La evidencia científica de los estudios en educación, tanto nacional como internacional, han puesto en evidencia factores claves para alcanzar una educación de calidad, es decir, una educación que efectivamente apueste por los aprendizajes de todos: estudiantes, maestros, gestores. Por un lado, se ha destacado el papel del liderazgo en los centros educativos como elemento articulador de un proyecto de centro comprometido con resultados, y por el otro, la importancia de la atención personalizada de cada estudiante por parte del docente.

Ambos factores, en el marco de la escuela, pueden ser útiles para generar procesos importantes que permitan el desarrollo de una cultura de calidad. Por supuesto, hay otros que articulados a estos dos primeros asegurarán que los mismos se cumplan en el sentido que en sí mismos tienen, me refiero al desarrollo efectivo de los equipos pedagógicos de los centros, los cuales deberán servir como espacios de revisión, análisis y desarrollo de la gestión profesional de los procesos de enseñanza y aprendizaje. En esta perspectiva, el trabajo colegiado entre los docentes deberá jugar un rol de importancia y relevancia. Otro aspecto por considerar es la figura de la coordinación pedagógica, es decir, el acompañamiento continuo del trabajo en el aula por parte de un colega-acompañante que retroalimente de forma continua los procesos que se desarrollan en el ánimo de incentivar las competencias que apunten por la mejora y, por el otro lado, que permita la superación de esquemas que, por el contrario, no son generadores de aprendizajes y deben ser superados.

La escuela y el aula son espacios dinámicos en que la acción reflexionada por parte de los actores, en el caso que nos ocupa principalmente, de los directivos y docentes, debe ir generando una cultura escolar centrada en resultados comprometidos con la calidad. La acción reflexionada para el desarrollo de una nueva acción enriquecida desde la perspectiva de sujetos que aprenden generará actitudes y comportamientos nuevos y distintos, que apostarán por la construcción de una nueva cultura escolar, que tanto hace falta en nuestra educación nacional. La Escuela de Directores por la Calidad Educativa (EDCE), fue un gran esfuerzo por alcanzar este propósito.

Reitero, en el país se cuenta con estudios que aportan evidencias científicas de estos procesos y que por una gestión que continuamente los ignora, no ha permitido los avances necesarios para alcanzar los logros de aprendizajes esperados.

Por otra parte, y es un ejemplo muy reciente de lo que antes hemos planteado, la evaluación del desempeño docente que se llevara a cabo en los años 2017-18, puso de relieve un conjunto de cosas que deben ser atendidos en la gestión docente de aula, de manera más precisa, la planificación del trabajo de aula tanto en su diseño como desarrollo; la creación de un clima de respeto y orden en el aula, como condición necesaria para asegurar los propósitos esperados; las habilidades para emplear los aciertos y errores en los procesos de aprendizaje con el fin de reforzar y mejorar los mismos; además, de la debida atención a la evaluación continua y efectiva que retroalimente los procesos y sus resultados.

Detengámonos en la planificación del trabajo de aula. No hay dudas que, si el docente no domina y cuente con esta herramienta didáctica, no puede asegurar la efectividad de su propio desempeño. Un proceso de gestión de aula no planificado o mal planificado no podrá asegurar altos logros de aprendizaje. La planificación no puede ser jamás una opción sino una condición fundamental de la gestión de los procesos de enseñanza. A nivel internacional se han desarrollado incluso facilidades en la web para que los docentes puedan hacer un uso efectivo de su diseño y desarrollo. En un taller sobre procesos de aula desarrollado por dos profesores finlandeses durante toda una semana, en el marco de uno de los congresos internacionales desarrollados por el IDEICE, esto quedó plasmado de manera inequívoca. La no planificación o la mala planificación es una amenaza continua para el alcance de los aprendizajes en el aula. Este fue el aspecto de mayor relevancia en términos de la necesidad de su desarrollo que se puso en evidencia en la evaluación del desempeño señalada anteriormente.

Las actuales autoridades de educación deben prestar atención especial a estos temas, como a otros que están en la palestra pública, todos los cuales fueron los que le dieron sentido al movimiento nacional por el 4% del PIB para la educación, según consigna la propia Ley General de Educación. Es necesario que el ministro de Educación, como conocedor muy bien de estos temas, abra su despacho a la reflexión con los sectores sociales que considere, bajo el supuesto de que el tema educativo desborda las estructuras mismas del Ministerio, haciendo todas las alianzas necesarias nacionales e internacionales para impulsar una educación de calidad.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/la-educacion-ante-una-gran-encrucijada-9091692.html

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El proyecto pedagógico del CAF

Por: Miguel Ángel Casillas

Acaba de morir El Chale, nuestro querido amigo Jorge Martínez Almaráz, fundador del Centro Activo Freire, una escuela activa, secundaria y bachillerato que funcionó en la Ciudad de México durante los años setenta, ochenta y noventa del siglo pasado. El Freire, como se le conocía coloquialmente fue una muy interesante propuesta educativa que renovó el sentido de la enseñanza media y media superior en México con un carácter libertario. Su proyecto pedagógico fue muy interesante e innovador, sin embargo ha sido poco reconocido por la investigación educativa.

Frente a la doctrinaria educación tradicional que se reproducía en las escuelas públicas y privadas, unas laicas y muchas de las otras de corte religioso, la educación activa se presentó en México como una realización de los ideales del 68, como una posibilidad de brindar experiencias educativas de alto contenido científico en un contexto riguroso de trabajo académico orientado por la libertad, el respeto intercultural, el juego, la risa y la solidaridad.

La escuela activa se fundamenta en la libertad y en el trabajo académico. Es un proceso que propicia en cada niño el desarrollo de sus capacidades personales al máximo, para integrarse a la sociedad y aportar sus conocimientos para transformarla. Hay un fuerte compromiso con la formación académica y con la formación de una moral laica, ciudadana, democrática y con compromiso social. Frente a la escuela memorista, autoritaria y vertical, en las escuelas activas se privilegia el trabajo práctico de los alumnos orientados por el maestro; al investigar y procesar la información construyen su conocimiento de modo autónomo. Se fomentan las relaciones horizontales y la construcción colectiva del conocimiento.

Ya había escuelas activas, sobre todo primarias, como la Bartolomé Cossío o el Decroly, además de alguna experiencias Montessori. Abrevaban de la escuela racionalista de Ferrer y Guardia, de las experiencias escolares desarrolladas durante la República Española, de Freinet, Piaget y otros renovadores de la enseñanza. El Freire, sin embargo, no sólo desarrolló una versión propia de la educación activa, sino fue capaz de recibir y dar cobijo a los hijos del exilio latinoamericano y caribeño, de prolongar una perspectiva materialista de la historia, de impulsar un riguroso modo científico de interpretar y explicar los fenómenos naturales y sociales, de integrar una valoración estética y artística a la formación de los jóvenes, de abrir un horizonte de desarrollo académico, artístico y social para sus cientos de egresados. Además de la experiencia escolar que se desarrollaba en su vida cotidiana, el Freire fue pionero en el desarrollo de las campañas de alfabetización que desarrollaron sus alumnos, en muchas comunidades de diferentes estados.

El Freire era una escuela privada y por eso podía ejercer ese enorme margen de libertad para desarrollar su proyecto educativo. Cumplía con creces con lo exigido por los inspectores de la SEP: sus alumnos tenían desempeños extraordinarios frente al examen de admisión de la UNAM y de otras universidades; su cuerpo de profesores estaba constituido en su mayoría por jóvenes universitarios, artistas y científicos; su control escolar era eficiente y casi familiar por el tamaño reducido de la escuela. Además, el proyecto académico se orientaba claramente hacia la izquierda, hacia la libertad y la autonomía de los estudiantes; era férreo el rigor académico pero la libertad de expresión era irrestricta; en la educación diaria poco importaba el adoctrinamiento frente al argumento y la libre confrontación de las ideas. Predominaba la confianza, la camaradería y la construcción colectiva del conocimiento. En el contexto anticuado y formalista de las relaciones educativas dominantes, en el Freire todos, de todas las edades y de todas las posiciones académicas o de autoridad se hablaban de tu.

El Chale supo articular un equipo directivo integrado principalemente por Margarita de Leonardo y por Aurelio Fernández, su cómplice y camarada del Partido Comunista Mexicano. La filosofía que los orientaba era ofecer un proyecto educativo para los adolescentes y los jóvenes que no existía en México, un proyecto inspirado en la pedagogía de la liberación de Paulo Freire, en una educación libertaria, comprometida con la sociedad y con su transformación democrática. A este grupo los unía la experiencia del 68 y del 10 de junio de 71, las ciencias sociales, la ilusión por cambiar el mundo. Formaban parte de un movimiento más amplio de artistas e intelectuales orientado a la renovación de la enseñanza en México, como el desarrollado por Don Pablo González Casanova en la UNAM con el CCH, la Universidad Abierta y la comisión de nuevos métodos; como el desarrollado para crear la UAM. Desde la tradición comunista compartían los ideales de la Central Nacional de Estudiantes Democráticos y su proyecto de transformación universitaria. Herederos del exilio español se inspiraban en el humanismo de Luis Vives, en Rousseau, en la escuela Freinet y los ideales de la escuela racionalista. A su alrededor sonaba el eco de Summerhill y otras experiencias de educación libre.

A lo largo de los años, formaron parte de la aventura del Freire un buen número de profesores que compartían ciertos rasgos: personas jóvenes (a veces muy jóvenes), de ambos sexos, pensamiento racional y científico, identificados con el laicismo. Muchos universitarios, artistas, científicos que integraban una comunidad que daba un seguimiento personalizado y puntual sobre el desempeño de cada alumno. El profesorado fomentaba relaciones y prácticas democráticas en el aula, era permanente la participación estudiantil.

En el contexto de la ciudad de México del fin de siglo, cuando los estudiantes de las escuelas secundarias oficiales usaban de modo obligatorio uniformes militares de color caqui, y los estudiantes de las escuelas privadas uniformes de corbata y chaleco, en el Freire había una irrestricta libertad sobre las fachas, los pelos y la vestimenta de los estudiantes; había un respetuoso trato sobre las diferencias sexuales, el color de la piel o el origen geográfico; se practicaba la educación sexual, no había bronca con el amor libre. El proyecto académico eso si, era inflexible ante las drogas, el conservadurismo y la intolerancia. El bachillerato, en lugar de reproducir los planes de estudio de la escuela preparatoria, adoptó los programas del CCH de la UNAM. En la vida diaria, particularmente el Chale hacía los días muy divertidos, cantaba, contaba chistes, se metía a cualquier salón, inventaba apodos a todo el mundo, platicaba anécdotas, se disfrazaba o usaba una peluca para recibir a los alumnos a las 7:30am. Practicaba la pedagogía de la alegría.

Los estudiantes eran hijos de funcionarios, políticos, artistas, académicos y científicos, dotados de un amplio capital cultural y con enormes potencialidades para al estudio; originarios de ambientes sociales liberales, progresistas y hasta revolucionarios. El Freire recibió a decenas de jóvenes de diferentes países de América Latina que venían con sus padres exiliados, huyendo de las dictaduras militares, proscritos en sus países; su experiencia intercultural enriqueció la vida escolar de todos los estudiantes. Todos se divertían en la escuela. En general, y muy asociado con su alto capital cultural, los estudiantes eran chicos aplicadísimos, con una enorme sensibilidad artística, con un amplio compromiso con la naturaleza y con la sociedad, comprometidos con sus estudios.

La distribución física del Freire tanto en Coyoacán como en La Florida, fue sobre antiguas casas habilitadas como escuela, donde las recámaras y estancias se convirtieron en salones, los patios en canchas y los jardines en espacios de convivencia. Frente a las escuelas tradicionales con decenas de alumnos en un salón, en el Freire los grupos eran pequeños, con máximo 20 alumnos, lo que favorecía un trato personalizado e intensas interacciones en la vida cotidiana. Un sitio emblemático fue el Limbo, donde se iban a alivianar aquellos muchachos que perdían el control durante las clases, o se peleaban con sus compañeros, o participaban de algún conflicto que les sacara del salón de clases. No era más que un pequeño jardín con una barda, a espaldas de la dirección, donde se sentaban los estudiantes y cuyo castigo era dejar de participar del trabajo con sus compañeros.

El Freire era una escuela meritocrática y competitiva, en el sentido de reconocer el mérito, la inteligencia o la sensibilidad artística extraordinarias. Se estimulaba el genio, la creatividad, la inventiva. Los alumnos más aplicados no sólo eran chicos con un fuerte liderazgo, sino también quienes más contribuían con las causas altruistas y solidarias. El más importante ejemplo fueron las campañas de alfabetización, a las que se accedía por mérito académico, para dedicar las vacaciones escolares a realizar una práctica de campo en comunidades rurales muy marginales para impulsar la alfabetización de sus integrantes, hombres y mujeres. Las campañas de alfabetización se preparaban a lo largo del año y cargados de emoción los estudiantes salían a comunidades a trabajar por la educación de campesinos y ejidatarios con quien es convivían durante varias semanas.

El proyecto académico y la experiencia escolar en el Freire fueron extraordinarios. Mucho tendríamos que aprender de esta experiencia histórica y revalorar la importancia de renovar las prácticas de enseñanza con un sentido progresista.

He seguido con atención los cientos de mensajes que se acumulan sobre la muerte de El Chale, en ellos predomina como denominador común la palabra gracias. En efecto, con su entusiasmo y con su risa contagió a cientos de amigos que lo quisimos; por su generosidad y su imaginación nos despedimos agradecidos.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-proyecto-pedagogico-del-caf/

Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2022/07/31/politica/fallece-jorge-martinez-almaraz-el-chale-academico-y-activista-del-68/

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Puerto Rico: Instituto de Cooperativismo UPR y la Liga de Cooperativas de PR unen esfuerzos para configurar plan educativo integrado

América Central/Puerto Rico/05-08-2022/Autor(a) y Fuente: www.metro.pr

Unen esfuerzos a favor de la educación profesional y configuran un plan educativo integrado.

El Instituto de Cooperativismo (ICOOP) del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico y la Liga de Cooperativas de Puerto Rico realizan una alianza estratégica para configurar un plan educativo integrado.

Según informó Pedro Santiago, coordinador del Programa de Extensión del ICOOP, ahora el personal de las cooperativas verá una oferta educativa más variada y, a su vez, atenderá las necesidades de formación de manera integrada. Mediante estos acuerdos ambas instituciones continuarán atendiendo al movimiento cooperativista, mientras, el Instituto se enfocará en los ofrecimientos académicos para el liderato de las cooperativas y la Liga en el liderato voluntariado.

“Esta alianza con la Liga de Cooperativas, para nosotros significa mucho. Por un lado, es el reconocimiento del trabajo que hemos venido realizando por décadas para las cooperativas, y, por el otro, se nos presenta como una oportunidad para potencial nuestro impacto, alcanzando un nivel que no sería imposible hacerlo trabajando de forma aislada”, indicó Santiago.

Por su parte, Dahlia Torres, directora del Centro Nacional de Servicios Educativos (CENASE) en la Liga de Cooperativas manifestó que “la Liga y el ICOOP son las principales opciones educativas con las que cuenta el movimiento cooperativista. Esta alianza, lo que hace es asegurar que nos complementamos, y que juntos podamos ofrecer una oferta educativa pertinente y abarcadora”.

Entre los aspectos que incluye la alianza están selección de temas, promoción en conjunto, coordinación de eventos de forma integrada y compartir recursos humanos, físicos y tecnológicos, entre otros.

Para obtener el listado de cursos ofrecidos por la Liga puede escribir a: dahlia@liga.coop. Mientras, los cursos del Instituto los puede acceder en el siguiente enlace: https://issuu.com/instituto.cooperativismo/docs/2022-agenda_agosto-diciembre.

Para más información pueden escribir al correo electrónico (instituto.cooperativismo@upr.edu) o comunicarse al 787-764-0000, extensión 87381.

Fuente e Imagen: https://www.metro.pr/noticias/2022/08/05/instituto-de-cooperativismo-upr-y-la-liga-de-cooperativas-de-pr-unen-esfuerzos-para-configurar-plan-educativo-integrado/

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