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Después de la carta de una madre que aconseja a sus hijos no ir a la Universidad: la otra carta

América del Sur/Argentina/07 de Agosto de 2016/Autora: Julia Peñalba/Fuente: Diario La Izquierda

Los últimos días se viralizó la carta de una madre estadounidense, en la cual les recomienda a sus hijos no ir a la universidad. La misma expresa que no deben realizar dichos estudios solo para cumplir con ciertas expectativas. Destaca como valores la espontaneidad, la pasión y la autoconfianza. He aquí la otra carta.

QUERIDOS HIJOS:

Hoy estuve leyendo una carta que se reprodujo en muchos medios, es de una madre hablando a los hijos. En ella, se hace referencia a la auto exigencia que la misma vivió a la hora de decidir culminar sus estudios universitarios. Los incentiva a ponerse otros desafíos y les explica el porqué.

Al leer esas líneas mis pensamientos volaron a ustedes. Sentí que mi carta, esa otra carta, sería diferente. Pensé profundamente qué les diría, y me volqué a escribirla, sin más.
Quiero contarles algo. Algo que van a conocer en el transcurso de sus vidas, que van a palpar. Lo vivirán en lo cotidiano. Si no es en carne propia, les pasará por sus narices, y tendrán que enfrentarlo, o darle la espalda, no hay más opción.

Vivimos en un mundo avasallado por intereses mezquinos. Hay muchos que viven a costillas de otros. La gran mayoría de las personas nos encontramos sobre explotadas, nuestro planeta mismo lo está. Y todo ello sucede para que unos pocos expandan sus riquezas y llenen sus bolsillos.

Millones de niños del mundo mueren de hambre o de enfermedades que podrían prevenirse si fuese ello una decisión política. Las mujeres somos lastimadas, relegadas, hiper consumidas. Distintas etnias son aniquiladas, expropiadas de las tierras que habitan, castigadas, por la necesidad de expansión y consumo del sistema que se impone mundialmente: el sistema capitalista.

La historia de la humanidad da cuenta de cómo ello fue creciendo hasta convertirse en una espiral peligrosa y repudiable, que avanza a pasos agigantados. Pero también nos cuenta como los pueblos, organizados, han combatido tan atroces y repudiables crímenes, logrando conquistas que dejan huellas y aprendizajes inquebrantables en esta clase explotada, para seguir avanzando en la liberación de la humanidad.

Hijos: en el marco de la lógica individualista que nos impregna van a intentar hacerles creer que son libres en función de acceder a ciertas elecciones.

Depende el lugar que ocupen en el escenario social, quizás hasta lleguen a hacer un viaje, cambiar de auto o comprar una casa, contar con diversas comodidades, acceder al disfrute del más bello paisaje y el mayor confort. Sin embargo, esa libertad no es tal. Las supuestas decisiones encubren muchas veces imposiciones (como la orientación sexual, el modo de formar una familia, etc.), y esconden tras de sí la razón capitalista fundamental: mientras todo esto sucede, tantos están destinados a trabajar solo para reproducirse, o simplemente morir en condiciones de miseria y pauperización. Aunque no las vean, las cadenas están, y son las del sistema, que nos hace esclavos.

Desconozco queridos hijos, cuál será su opción de vida. No podría ser imparcial a la hora de aconsejarlos al respecto, pues la elección militante es la opción que me embandera, por todo lo que les describo hasta aquí. Por ello, sea cual fuere su decisión, mi gran deseo radica en que no sean esquivos a esta realidad, que tengan la sensibilidad necesaria para acceder a ella, tomarla en sus manos, y desde la perspectiva que consideren luchen para transformarla, ya que entiendo que desconocerla y reproducirse en su cotidianeidad sin más los hará presos de esta opresión, y obligará al resto a seguir estándolo.

Ojalá en el camino generen relaciones profundas que los potencie. Que cada chispa de felicidad les de fuerzas para continuar, pese a las contingencias, buscando la alegría en el futuro.

Si eligen ir a la universidad, deben tener presente que no es una isla. En muchas ocasiones reproduce saberes que limitan la lucha de los explotados y la inhibe. Por eso, les será necesario tener una visión crítica, mediar los conceptos y saberes que incorporen con la vivencia cotidiana. Será un gran desafío que deberán atravesar para lograr un proceso de conocimiento que logre poner su especificidad profesional al servicio de una sociedad sin opresión y explotación.

Hijos queridos, ustedes no son de mi propiedad y pertenencia, son sujetos que están formando su moral y su perspectiva de vida, y yo me siento con el deber de acompañarlos en ello. No es mi preocupación si asistirán a la universidad, o si elegirán constituirse de otro modo. Son libres de apropiarse de la experiencia y salir al ruedo, sin que mi verdad les resulte acabada. En el rumbo hay piedras que harán que les cueste avanzar, y que es necesario sortear, pero estoy convencida, con todas mis contradicciones, de que si realmente toman conciencia de las miserias de este mundo y desean con pasión revolucionarlo, encontrarán en ello una meta para caminar a paso firme, con cabeza erguida.

Para finalizar, les deseo de corazón que amen la vida y la sostengan con pasión. Me apropio por ello de las palabras de un gran sujeto de quien tomar lecciones y se las entrego para que las abracen: “…Amar la vida con el afecto superficial del diletante, no es mucho mérito. Amar la vida con los ojos abiertos, con un sentido crítico cabal, sin ilusiones, sin adornos, tal como se nos aparece con lo que ofrece, esa es la proeza…” (Ver un gran sueño).

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Despues-de-la-carta-de-una-madre-que-aconseja-a-sus-hijos-no-ir-a-la-Universidad-la-otra-carta

 

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La subjetividad en la dominación y la emancipación contemporáneas

    Jorge Díaz Piña

          ¿Está vigente todavía la lucha por la emancipación?  Esta pregunta  parecerá impertinente a quienes dan por descontado la obviedad de la dominación y en consecuencia la lucha contra ella, pero no lo será cuando también se percaten de la magnitud de quienes siendo dominados no sean conscientes de ello, e incluso, se hayan convertido en sus propios dominadores y refuercen así los mecanismos  que bloquean la emancipación de ellos mismos y la de los demás.  ¿Qué ha pasado para que esto ocurra?

La respuesta a esa última pregunta pareciera radicar de manera general en el desarrollo de mayores y más efectivos mecanismos de dominación por parte del orden capitalista que los impone y legitima hegemónicamente, mecanismos tanto de fuerza y coacción como de alienación,  y, en los fracasos de implementación y consolidación de un orden social contrapuesto de liberación que, por tanto, han actuado  a favor del reforzamiento del orden capitalista dominante, y del surgimiento de una crisis de dirección o conducción de los movimientos emancipadores.

Siendo esto último, lo determinante en una actuación defensiva y postergadora de las fuerzas político-sociales que luchan contra la dominación capitalista y por la instauración de una sociedad liberada de la subordinación imperialista, la desigualdad e injusticia social, la explotación económica, la hegemonía ideológica, la dominación política, la indignificación étnica, la depredación ecológica, la violencia de género, la exclusión de la sexodiversidad, etcétera.

Entre las causas que destacan en la explicación de los fracasos de las fuerzas transformadoras se encuentra la incapacidad de replantearse su vínculo con los sectores sociales populares mayoritarios con base en comprender los nuevos condicionamientos que operan en la conformación de sus subjetividades, no tan solo ideológicas o representacionales,  y sus actuaciones o prácticas sociales.  En consecuencia, que les atan a la dominación capitalista con mayor profundidad que antes, y por consiguiente, formular políticas que dirigiéndose a esas nuevas subjetividades comprendidas, les articulen desde replanteamientos desalienantes y liberadores de las subjetivaciones dominantes, y que también desborden y superen los anacrónicos, dogmáticos y burocráticos planteos ideo-políticos-organizacionales. Así como las posturas reformistas y oportunistas por conciliadoras con los dominadores que entraban el avance de la transformación radical en el rediseño y las prácticas renovadoras que demandan pensar y actuar de otras maneras en todos los campos (económico, social, político, cultural, ecológico, etcétera) desde otras fundamentaciones epistemológicas, teóricas y metódicas que se deslinden de las racionalidades y lógicas que reproducen la dominación tanto del capitalismo como  del “socialismo” o capitalismo de estado, el socialismo realmente existente.

En la dirección de contribuir al despeje de otras trayectorias transformadoras, haremos un conjunto de reflexiones con el interés y el compromiso ético-político de contribuir a reconocer algunos efectos enajenantes  en las subjetividades dominadas por el capital y, a la vez, en las posibilidades de reconvertirlas a favor de los cambios revolucionarios que encierran los procesos de des-subjetivación y resubjetivación liberadores.  Esto lo llevaremos a cabo desde recuperaciones y reactualizaciones de contribuciones críticas desarrolladas principalmente por críticos anticapitalistas e investigadores militantes revolucionarios.

Respecto del desarrollo de mayores y más eficaces dispositivos de dominación capitalistas, hay que señalar que con el derrumbe de las Torres Gemelas en EE.UU. so pretexto de un ataque del “eje del mal sobre el país norteamericano”, se desplegó una masiva cruzada mediática planetaria de connotaciones cuasi-religiosas junto con una estrategia guerrerista hacia el oriente árabe principalmente ya que incluyó a todo pueblo o nación que interesadamente para la Casa Blanca y el Pentágono  pudieran ser señalados como terroristas o cómplices de terroristas, para ser atacados.  Esas acciones político-militares fueron justificadas ideológicamente bajo la noción manipuladora de la opinión pública estadounidense como “guerra preventiva”.  Y desde entonces todos los pueblos y movimientos que luchan contra la dominación imperialista estadounidense y la de sus aliados, fueron tachados de terroristas.  Ejerciendo para ello una política de Estado Imperial de Terror Mundial  que ha generado genocidios y crímenes de lesa humanidad a lo largo y ancho de los territorios señalados y atacados como terroristas.

Una política criminal que ha violentado todos los derechos humanos de los pueblos que sufrieron y sufren esa agresión,  pero que también va dirigida a amedrentar a todas las restantes naciones,  así como pueblos y movimientos político-sociales contestatarios de la dominación,  con la soterrada amenaza atemorizante de sufrir las mismos ataques si se posicionaran contra los intereses y la supremacía del imperio yanqui. Con base en esa política terrorista del Gobierno estadounidense, se ha instaurado un nuevo régimen amenazante, que incluye a un “nuevo orden o dispositivo informativo-comunicativo con forma de red tentacular” a nivel mundial controlado por él,  que es reafirmado cotidianamente por los distintos medios de difusión noticiosa, como han sido las reiteradas declaraciones amedrentadoras  difundidas internacionalmente de la Casa Blanca y del Pentágono a través de sus funcionarios, así como por la publicitación intimidatoria de las mismas acciones militares genocidas y criminales que se acometen.

Cuando resaltamos el efecto intimidatorio por amenazante de la potencial agresión  de los EE.UU. no nos referimos tan solo al efecto inhibitorio para disuadir las acciones de resistencia o confrontación con los intereses hegemónicos de los yanquis.  Con ello queremos aludir a las consecuencias de mayor calado en la conformación de las subjetividades de  hombres y mujeres por disolutivas del reconocimiento social entre semejantes y a la sustitución del deseo de libertad o emancipación por el de protección o seguridad, ante el riesgo inducido simbólica o semióticamente por medio de las redes significantes de ese  dispositivo tecno-info-comunicante: el temor global al otro y a lo otro, “el miedo es el contenido fundamental de la información que presentan las enormes        corporaciones de la comunicación… El miedo es la garantía final de las nuevas segmentaciones” (Hardt y Negri, 2002, p. 288).

La inducción del temor inicial al pueblo árabe por asociarlo a la personificación del terrorismo, se ha trasladado a todo aquel que no responda principalmente a la tipología fenotípica del blanco  estadounidense, como es caso de los latinoamericanos en EE.UU. que son denostados e indignificados por sus características fenotípicas, pero también ha sido extendida por asociación ideológica  a aquellos que no profesen su política fe en el capitalismo neoliberal y su expansionismo imperialista, contra los que se identifiquen con cualquiera otra concepción diferente, principalmente anticapitalista o libertaria.  Conllevando esto a que sus acólitos ejerzan entre sí y sobre los diferentes una panóptica vigilancia o persecución, (una vigilancia  que se complementa con la que realizan totalitariamente  los nodos contralores  de las conexiones de internet por medio de programas de intercepción de las comunicaciones como el PRISM y XKeyscore a nivel mundial por las agencias de espionaje y seguridad gringas como lo ha denunciado internacionalmente uno de sus ex-agentes  Edward Snowden), generando la desconfianza que impide un reconocimiento y asociación entre semejantes o iguales diferentes. Sennet (2011), a propósito de la tendencia neoliberal capitalista hacia el declive del hombre público, señaló respecto a la vigilancia entre sí que  “cuando cada uno tiene al otro bajo vigilancia, la sociabilidad decrece y el silencio constituye la única forma de protección” (p. 29), reduciendo a los individuos a una opresiva privacidad o intimidad.  Por efecto de imitación, propiciado por los medios de información y comunicación instrumentalizados para la dominación global (televisión, videos, cine, internet, etcétera), hombres y mujeres de otros pueblos y naciones sometidos al bombardeo cultural mediático alienante estadounidense, han asumido inconscientemente los patrones de comportamiento inducidos con respecto a tener temor del otro, impidiéndoles también reconocerse como iguales diferentes por distinciones étnicas, socioeconómicas, etcétera, ante sus connacionales o con los “extranjeros” con quienes tienen vecindad territorial, o con  los inmigrantes de naciones más lejanas.  Se exacerban las diferencias para impedir el reconocimiento entre los iguales diferentes. Asimismo, esta desconfianza se extiende hacia todos aquellos otros que fungen como líderes  sociales o grupos de vanguardia que convocan a asociarse para luchar por demandas o reivindicaciones comunitarias.

La disolución del vínculo cohesionador del reconocimiento en el otro se refuerza con la intensificación del individualismo, en tanto centración subjetiva del ego  asocial distorsionadora de la individuación social, y el narcisismo neoliberales asociado este al consumismo  fantasiosamente autosatisfactorio y auto-realizador  por la posesión egoísta y competitiva de mercancías de moda, o sus sucedáneos imitativos sustitutivos para los sectores populares que no pueden acceder al costo de esas mercancías, que induce el mercado y el marketing, y, en consecuencia, la sociedad se entiende como una yuxtaposición de individuos atomizados o aislados sin vínculos solidarios y agrupados en alguna forma de la vida social que no sea efímera u ocasional como las que caracteriza  la condición existencial posmoderna.  Además, la asocialidad del individualismo y del narcisismo neoliberales empujan más hacia la desconfianza en los otros, o en  la sociedad, provocando con ello el aumento de la oposición individuo-sociedad e individuo-estado por cuanto el individualista ve que su libertad es obstruida o reprimida,  al ser asumida neoliberalmente como capacidad de elegir o decidir sin limitaciones bajo el criterio tan solo de su autoridad, ya que es regulada por la libertad individualista de los demás, de la sociedad, así como por la normativa coexistencial y contractualista del Estado.

No obstante, esta oposición neoliberal individuo-sociedad-estado es burocráticamente administrada por el Estado neoliberal para evitar estallidos de conflictividad, por medio de la gestión científica y tecnológica de las conductas para producir una socialidad controlada desde la manipulación mediática de sus necesidades y deseos, esto es, de su subjetividad, a partir del ofrecimiento de modos de auto-realización alienantes, y de, por ejemplo, de terapias de autoayuda, de autocontrol, de autodominio, etcétera para atenuar las angustias y patologías que aquella conflictividad provoca colectiva e individualmente. Nada que envuelva definiciones o identificaciones sustanciales o fuertes, sino superficiales o de tipo ligth, es decir, en las que prevalezca la liviandad. Siendo estos controles flexibles y operantes bajo la seducción, como lo ha destacado Lipovetsky (2000).  Todo ello encubierto bajo la restricción o represión de que la crisis libertaria de la individuación, o incluso del individualismo neoliberal, pueda ser pensada en su desalienación o superada en otro contexto social  redefiniendo la relación individuo-sociedad-estado y replantee radicalmente la satisfacción de sus necesidades y deseos, una libertad-otra, o lo otro, lo diferente: una existencia subjetiva alternativa.

Pero si bien el capitalismo neoliberal y su expansionismo imperialista ha tratado de neutralizar las propias crisis y contradicciones que le son inherentes a nivel de sus repercusiones en la subjetividad de los individuos por vía de sus dispositivos alienantes señalados, ha utilizado además los errores, desaciertos y fracasos de las experiencias históricas de transformación social liberadoras de la nueva relación dialéctica entre individuación colectiva comunalizadora-socialidad autónoma consejista  empoderadora-poder obedencial al pueblo por el estado/partido, como contrarrestantes y bloqueadores de los deseos y necesidades liberadoras en los individuos que resienten la dominación en las sociedades capitalistas y las de su hegemonía imperialista, induciendo el temor a lo otro, la libertad-otra, a lo diferente: sociedades radicalmente alternativas.  Temor asociado no tan solo a las semióticas significantes, a las significaciones y representaciones,  sino primordialmente a las semióticas asignificantes o arepresentacionales.  

La subjetivación podemos definirla, en concordancia con  lo expuesto en los apartes anteriores, como el proceso de sujeción social de  individuación, o configuración  de los individuos como sujetos, mediante la actuación compleja de las semióticas   asignificantes y significantes sobre los cuerpos en el contexto histórico-social en que tenga lugar por mediación de experiencias con agentes, instituciones, máquinas, prácticas, etcétera.  Para efectos de nuestra reflexión, se puede señalar sucintamente con relación a la subjetivación  que ontológicamente se propicia preponderantemente la conformación alienante de los cuerpos individuados para actuar de conformidad con la dominación impuesta por medio de máquinas significantes, en el contexto capitalista neoliberal de una globalización de la experiencia subjetivadora prevalecientemente mediada o mediatizada tecnológicamente.

Guattari (1996) utiliza las categorías de semiótica asignificante y semiótica significante para tratar los componentes semióticos que contribuyen a producir la subjetividad, teniendo en cuenta la obra de Stern (2005), El mundo interpersonal del infante.  En esta obra, la subjetividad pre-verbal se expresa a través de semióticas simbólicas asignificantes en una relación problemática y complicada con la máquina social lingüística o semiótica significante.  Esa subjetividad pre-verbal, pre-cognitiva o pre-individual, que subyace a todos los modos de subjetivación, es encubierta e ignorada por la teoría lingüística y la filosofía analítica.  Antes de la adquisición del lenguaje, los niños y niñas construyen activamente formas de percibir, de expresarse y de experimentarse a sí mismos en el mundo por medio de una semiotización no verbal diversificada y diferenciada. La relación consigo mismo presupone un posicionamiento que es existencial o afectivo antes de ser linguistico o cognitivo, y que es el centro de la subjetividad. Más aún, es a partir de ese núcleo asignificante que podrá haber significación y lenguaje.  Este asunto tiene implicaciones importantes para nuestros planteos políticos ya que sobre esa subjetividad asignificadora que perdura a lo largo de la vida, actúan los llamados por Guattari (ob. cit.), servidores maquínicos capitalistas, entre éstos las TICs, que explotan los afectos, las percepciones,  los ritmos, los movimientos, las duraciones, las intensidades y otras semióticas asignificantes.  Actúan controlando y modulando los efectos de subjetivación y des-subjetivación.

Una estrategia para neutralizar, ordenar y normalizar o disciplinar la acción de las semióticas simbólicas y asignificantes que exceden las significaciones dominantes, consiste en jerarquizar estas últimas por medio de las máquinas semióticas significantes.  Hay que aclarar que la palabra “máquina” la usa Guattari como sinónimo de dispositivo para sugerir que los individuos sujetos a ella son una pieza funcional más de los maquinismos sociales;  sujetos de los cuales se sirven, por ejemplo, como usuarios. Hay máquinas económicas, políticas, estéticas, etcétera, en el contexto de una megamáquina social: el capitalismo.  En este sentido, Guattari refiere el significado que atribuyó Carlos Marx a la naturaleza maquínica del capitalismo al señalar  al capital fijo (la maquinaria) como la forma general del capital más adecuada a su funcionamiento.  De aquí que el capitalismo se pueda conceptualizar como una megamáquina de subjetivación bajo la diferencialidad principal que unos son subjetivados como sujetos de enunciación significante, los capitalistas, mientras los otros son sujetos de enunciado significado por aquellos. Las máquinas tecnológicas significantes, como las  TICs, son tan solo un caso del maquinismo.

Guattari (ob. cit.) al comparar la manera como la lingüística y el psicoanálisis asumen la relación entre las semióticas verbales y las no verbales plantea un problema político.  Ambos campos teórico-disciplinarios están cruzados o informados por un modelo fundado en la oposición entre, por un lado, los deseos, las pulsiones, instintos y espontaneidad y, por el otro, un mundo de orden social, de leyes simbólicas y de prohibiciones que expresan el lenguaje y las semióticas significantes.  Por consiguiente, un modelo semiótico-linguistico significante es en la realidad  un modelo político que  justifica su dominación sociocultural en la ordenación de la supuesta anarquía de las subjetividades asignificantes. La lógica capitalista dominante de la representación y el significado buscan neutralizar y reprimir todas las demás funciones semióticas de asignificación de las subjetividades, des-subjetivando y resubjetivando a los sujetos. Por ello, el interés en instituir o imponer una significación sentidizadora, como la informacional por medio de Internet, por ejemplo,  es una función política, porque una asunción o toma del significado implica una asunción o toma de poder.  Ni la significación, ni la representación, son independientes de la dominación social del capital, por el contrario, a través de ellas se instrumentaliza la sujeción de los cuerpos en las sociedades capitalistas.

               El uso de las semióticas significantes oculta discursivamente los modos de subjetivación  afectiva  que subyace a todas aquellas.  A pesar  de ese ocultamiento en los discursos empleados, es subrepticiamente usada para soportar y hacer eficaces las significaciones semióticas en su  incidencia  o manipulación de las subjetivaciones en los individuos respecto de la realidad con la que interactúan, por ejemplo, su apego o desapego respecto de valoraciones afectivas de los tipos de gobierno, instituciones políticas, prácticas socioeconómicas, etcétera.  La actuación de los signos linguisticos reproduce las representaciones y significados dominantes manipulando soterradamente  las restantes funciones semióticas, al hacer de mediación entre los sujetos y la designación  de la realidad social primordialmente y no únicamente, aprovechando que la accesibilidad interpretativa o comprensiva  de la realidad pasa necesariamente por su significación y su representación.  De esta manera la designación significante deviene en una forma o un modo de construir esa realidad y no tan solo de nombrarla sin implicaciones performativas en el plano político. En consecuencia, la significación, la representación y lo político se vinculan inextricablemente al articular el gobierno de los signos discursivos con el gobierno de los ámbitos públicos o de “ciudadanía”.

Guattari (1996), propone que en el capitalismo la producción de subjetividad, siendo esta su esencia neoliberal actual, se realiza de dos modos que se imbrican, los dispositivos de sujeción social o molar y los de servidumbre maquínica o molecular.  La sujeción social dota segmentándolas a las subjetividades de una identidad, un género, una profesión, una nacionalidad, etcétera, así como al individuarlos según las exigencias de poder les induce una conciencia, representaciones y comportamientos. No obstante, la construcción del sujeto individuado va paralela a otro proceso de subjetivación, el de servidumbre maquínica, que es diferente ya que procede des-subjetivando a la vez, desmantelando su conciencia y sus representaciones al actuar sobre sus planos pre-individual e infrasocial: afectos, sensaciones, deseos, reacciones, actitudes, etcétera, promoviéndolos como  componentes de una máquina, como elementos de input/output, como relés que permiten o no la circulación de la información y el establecimiento o interrupción  de la comunicación.

Aunque estas semióticas son asignificantes porque sus signos no significan, son activadoras o disparadoras de acciones y movimientos, como cuando una señal perceptiva activa o dispara la sensibilidad de una respuesta refleja sin saber su causa. En la servidumbre maquínica el cuerpo hace simbiosis alienante con la máquina, no hace diferencia entre lo humano y no humano, así como entre sujeto y objeto, se conciben ambos  como complementos de funciones y flujos situados al mismo nivel.  Las funciones, los órganos-piezas y las fuerzas de ambos se agencian entre sí, por ello juntos forman un agenciamiento capitalista. Sin embargo, indica Guattari (ob. cit.), este agenciamiento maquínico encierra  factores de auto-organización o feed-back y de auto-referencialidad que pueden expresar un reservorio de posibles, unas posibilidades enunciativas o de creación y re-creación “transmaquínicas”, de producción del acontecimiento, para actuar contra la misma alienación o dominación maquínica capitalista.  El acontecimiento aparece cuando surgen las dudas cuestionadoras o preguntas impugnadoras de la relación dominante.

Si la dominación bien sea del capitalismo neoliberal o del capitalismo de estado (“socialismo”) se afirma en las segmentaciones, separaciones  o sujeciones significantes molares verticales  en que fracciona subjetivamente a los individuos clasificándolos identitariamente, y en las asociadas afectaciones asignificantes moleculares inconscientes culturalmente o reactivas afectivamente, que por un lado, impiden el reconocimiento de unos con otros para vincularse o cohesionarse sólidamente, e inducen el temor a experimentar innovadora o recreadoramente de modo libertario con la construcción de otredades o alteridades societales  contextualizadas histórico-existencialmente diferentes o alternativas  a las capitalistas dominantes, hay que comprender los actuales conflictos  individuo-sociedad-estado de tipo neoliberal y los del “socialista” capitalismo de estado para redefinirlos o traducirlos revolucionariamente en una nueva trans-subjetividad surgida y expresada experiencialmente de modo trascendente con el otro o los otros y con la anticipación de ensayos con la libertad-otra,  en la individuación colectiva comunalizadora-socialidad consejista autónoma empoderadora-poder obedencial al pueblo por el estado-partido que garantice la prevención y contraloría social de potenciales  errores, distorsiones, traiciones y fracasos por su ocurrencia en  experiencias precedentes y actuales.

           Para ello hay que transversalizar semióticamente las segmentadas identificaciones molares o macropolíticas dominantes en los discursos ideológicos y prácticas político organizacionales (yo-otro, libertad interior-otredad libertaria, sentido común-sentido crítico, expertos-empíricos, intelectuales-masa, estado-sociedad, gobierno-pueblo, vanguardia-masas, partido-base, dirigentes-dirigidos, centralismo-democracia, obreros-campesinos, frente femenino-frente masculino, revolución-reforma, etcétera), por revoluciones moleculares o micropolíticas que enlacen como multitud las alteridades libertarias trans-subjetivamente redefiniéndolas en su junción transcompleja  e innovación permanente, configurándose en otros modos relacionales y de sensibilidad autocríticos, a fin de que no se conviertan en nuevos ejes molares reproductores de las dominaciones, sino opciones confiables esperanzadoras y posibles actuales y no virtuales, de múltiples  posibilidades de desarrollo subjetivador sustentador por anticipador y afirmante de la nueva sociedad emancipada.

Referencias

Hardt, M. y Negri, A.  (2002) Imperio. Paidós, Buenos Aires

Guattari, F.  (1996)  Caosmosis. Manantial, Buenos Aires

Lipovetsky, G.  (2000) La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo. Anagrama, Barcelona

Sennett, R.  (2011)  El declive del hombre público. Anagrama, Barcelona

Stern, D.  (2005) El mundo interpersonal del infante. Paidós, Buenos Aires

 

Fuente imagen: http://3.bp.blogspot.com/_8CEjp2bmRNk/SwlUMoj5S4I/AAAAAAAAAAo/ZdcxXdz8-rg/s1600/libertad.jpg

 

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Libro: La (Des)Educación

LA (DES)EDUCACION 

 

  • Autor:NOAM CHOMSKY
  • Editorial:PLANETA
  • Año:2012
  • Nº de páginas: 240 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788408006633

Sinopsis: A Noam Chomsky se le reconoce mundialmente como uno de los grandes intelectuales y educadores del siglo XX. Y, sin embargo, hasta ahora no se habían recogido en ningún libro sus escritos sobre la educación y la deseducación de los ciudadanos. En éste, el gran lingüista norteamericano critica duramente nuestro actual sistema de enseñanza. Frente a la idea de que en nuestras escuelas se enseñan los valores democráticos, lo que realmente existe es un modelo colonial de enseñanza diseñado primordialmente para formar profesores cuya dimensión intelectual quede devaluada y sea sustituida por un complejo de procedimientos y técnicas; un modelo que impide el pensamiento crítico e independiente, que no permite razonar sobre lo que se oculta tras las explicaciones y que, por ello mismo, fija estas explicaciones como las únicas posibles. Raras veces los profesores piden a los alumnos que analicen las estructuras políticas y sociales que informan sus vidas. Raramente se insta a los estudiantes a que descubran la verdad por sí mismos. En este libro, Chomsky nos proporciona excelentes herramientas para desmontar este tipo de enseñanza pensada para la domesticación de los ciudadanos: si los educadores rechazan el adiestramiento tecnocrático que les desintelectualiza para convertirse en intelectuales auténticos que denuncien la hipocresía, las injusticias sociales y la miseria humana, conseguirán que los estudiantes asuman el reto de ensanchar los horizontes de la democracia y de la ciudadanía y, junto a ellos, trabajarán para construir un mundo menos discriminatorio, más democrático, menos deshumanizado y más justo.

 

Fuente de la reseña: http://www.casadellibro.com/libro-la-deseducacion/9788408006633/1972666

Fuente de la imagen:http://image3.casadellibro.com/a/l/t0/33/9788408006633.jpg

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5 de Julio de 1811: Declaración de la Independencia de Venezuela

Venezuela/5 de julio de 2016/Fuente: noticias

En abril de 1810 despertaron los vientos de independencia en Venezuela tras la disolución de la Junta Suprema de España y la renuncia del Rey Fernando VII.

Un 5 de julio de 1811 una nación entera finalmente logró firmar el acta de Independencia del Reinado Español que sometió a Venezuela desde 1498, pero esta no fue una lucha de un día sino que fue antecedida por El 19 de abril de 1810.

En abril de 1810 despertaron los vientos de independencia en Venezuela luego de la disolución de la Junta Suprema de España y  la renuncia del Rey Fernando VII, se convocó un Cabildo extraordinario en la ciudad de Caracas donde Vicente Emparan, Capitán General de Venezuela fue destituido iniciando una ola independentista que sería imparable.

Más de un año más tarde Venezuela concretó su emancipación de las autoridades españolas y donde se formó lo que se conoce como la primera república pero la lucha continuaría hasta 1820 con la formación de La Gran Colombia, luego de varias batallas del lideradas por Simón Bolívar en territorio Nacional.

Sin embargo, a pesar del tiempo que conllevó lograr la independencia de Venezuela 1810 y 1811 fueron años trascendentales donde eventos como la revolución francesa inspiraron los aires para traer estos ideales al país.

El 3 de julio de 1810 se inició el debate en el Congreso, que culminó a comienzos de la tarde  del día 5 de julio cuando se procede a la votación donde fue aprobada la Independencia con 40 votos a favor.

En la misma tarde del 5 de julio el Congreso celebró otra sesión, en la que se acordó redactar un documento, en el que debían aparecer los motivos y causas que produjeron la Declaración de la Independencia, para ser aprobada el 7 de julio por todos los diputados.

Fuente: http://www.noticias.com.ve/5-julio-1811-declaracion-la-independencia-venezuela/

Imagen: http://www.noticias.com.ve/wp-content/uploads/2016/07/ACTA_independencia-700×467.jpg

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Calibán Y La Bruja: Mujeres Cuerpo Y Acumulación Originaria

Calibán Y La Bruja: Mujeres Cuerpo Y Acumulación Originaria

Reseña De Libro

Autora: Federici, Silvia

De la emancipación de la servidumbre a las herejías subversivas, un hilo rojo recorre la historia de la transición del feudalismo al capitalismo. Todavía hoy expurgado de la gran mayoría de los manuales de historia, la imposición de los poderes del Estado y el nacimiento de esa formación social que acabaría por tomar el nombre de capitalimo no se produjeron sin el recurso a la violencia extrema. La acumulación originaria exigió la derrota de los movimientos urbanos y campesinos, que normalmente bajo la forma de herejía religiosa reivindicaron y pusieron en práctica diversos experimentos de vida comunal y reparto de riqueza. Su aniquilación abrió el camino a la formación del Estado moderno, la expropiación y cercado de las tierras comunes, la conquista y el expolio de América, la apertura del comercio de esclavos a gran escala y una guerra contra las formas de vida y las culturas populares que tomó a las mujeres como su principal objetivo. Al analizar la quema de brujas, Federici no sólo desentraña uno de los episodios más inefables de la historia moderna, sino el corazón de una poderosa dinámica de expropiación social dirigida sobre el cuerpo, los saberes y la reproducción de las mujeres. Esta obra es también el registro de unas voces imprevistas (las de los subalternos: Calibán y la bruja) que todavía hoy resuenan con fuerza en las luchas que resisten a la continua actualización de la violencia originaria. Silvia Federici es profesora en la Hofstra University de Nueva York. Militante feminista desde 1960, fue una de las principales animadoras de los debates internacionales sobre la condición y la remuneración del trabajo doméstico. Durante la década de 1980 trabajó varios años como profesora en Nigeria, donde fue testigo de la nueva oleada de ataques contra los bienes comunes. Ambas trayectorias confluyen en esta obra.
Fuente: https://www.traficantes.net/libros/caliban-y-la-bruja

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Educación… ¿a punta de reglazos?

 Abelardo Carro Nava

Quienes tuvimos la fortuna de haber vivido en la década de los setenta, podremos traer a nuestra mente un sinfín de acontecimientos que marcaron esa época; sin embargo, algo que deseo rescatar en este momento, está relacionado con la emancipación de las ideas y la expresión de éstas en buena parte de los seres humanos de los países que conforman el mundo que conocemos.

Pues bien, una de esas expresiones, la música, cobró un auge importante, sobre todo a finales de la década señalada. Grupos de diverso género musical, se convirtieron en menudos héroes de una juventud que ansiaba libertad. Los excesos y las drogas circulaban al por mayor y cada uno de estos jóvenes, a su modo, deseaba escapar de una realidad que por años les había sido impuesta por una sociedad cuyas normas, rígidas y apegadas a ciertos valores morales y éticos, eran hasta cierto punto “normales” dadas las condiciones políticas, económicas, sociales y culturales que reinaban en la época.

Problemas sociales y sentimientos encontrados, se acompañaron con el compás de las notas que los músicos emitían. Recuerdo muy bien a una banda británica de rock progresivo, Pink Floyd era su nombre, y un misterio cada concierto. ¿Lo recuerda? Pues bien, dicho grupo lanzó a finales de los 70’s, un álbum doble cuyo título “The Wall” – el muro – se difundió rápidamente entre sus seguidores y escuchas, así como también, “Another brick in the wall” – otro ladrillo en el muro–, una canción compuesta en tres partes por Roger Waters. Todo un suceso musical, aunque debo reconocer que no fue de sus mejores éxitos.

Sin entrar a detalle en la descripción de esta canción, diré que en su segunda parte – ya que está compuesta de tres –, se aborda el tema de las normas tan estrictas que existían en la escuela en los 50’s. De hecho la película y video que también se elaboraron, muestra con claridad este hecho: un profesor que apunta de “reglazos” pretendía hacer que sus estudiantes aprendieran lo que a su juicio le parecía importante no obstante que éste sufría cierta agresión psicológica cuando llegaba a casa.

Las escenas magistralmente dirigidas – aunque a algunos no les agrade del todo –, muestra precisamente a la escuela como el centro a través del cual, la sociedad esperaba lograr las metas que se había fijado. La autoridad residía en el maestro y punto. Sin embargo, ¿qué pasó cuando los alumnos optaron por emanciparse? En las imágenes se muestra el caos, la violencia, el desorden, todo un cúmulo de sucesos que de cierta manera pueden entenderse, pero que bajo ningún pretexto pueden emplearse. En fin.

Traigo a coalición este breviario cultural para dar cuenta de lo siguiente:

En días pasados, el Secretario de Educación en nuestro país, ha hecho valer “su autoridad” de la forma menos esperada: “a punta de reglazos”. Como si en verdad los seres humanos no pensáramos ni entendiéramos cuando se nos habla.

Para el logro de tal propósito, ha utilizado a una de las Secretarías que, curiosamente, su finalidad estriba en “…elevar la calidad de la educación nacional por medio del reconocimiento e impulso de las profesionalización del magisterio… Mejorar las condiciones de vida, laborales y sociales de los docentes… Valorar la actividad docente fortaleciendo el aprecio por la función social del profesor…” ¿Qué pensaría Vasconcelos, Bodet o Sierra sobre ello?

No obstante que estos objetivos son claros, al parecer, Aurelio Nuño no los ha considerado como tal, porque en repetidas ocasiones, ha amedrentado al magisterio estigmatizando sobre todo al docente y lo que éste representa socialmente, cuando se supone tendría que hacer lo contrario.

De los exámenes, la forma en qué se dieron, los resultados que esperan darse a conocer en próximos días, mejor ni hablamos. Tal parecer que éstos se han convertido en mero “populismo y trampolín político” para un 2018 que se vislumbra, más que en verdaderos esfuerzos para hacer que la educación cambie. Y es que mire usted, si es que realmente pretende transformarse algo, debería comenzarse por la escuela, como organización, con las condiciones que permitan precisamente lograr eso, transformarlas en el más amplio sentido de la palabra.

Y es que la escuela como centro tal y como él lo ha propuesto, no es nada nuevo, aunque lo anuncie con bombos y platillos ante los medios de comunicación y redes sociales, no, nada de eso es nuevo

¿Estamos hablando de un “nuevo modelo educativo” cuyo origen se encuentra en dicha Secretaría?

Hace unos años Santos Guerra en su libro “Enseñar o el oficio de aprender: organización escolar y desarrollo profesional. Capítulo cinco: el archipiélago estratégico” daba cuenta de ello, lo cual me lleva a preguntar ¿si se hace necesaria o no la inclusión de expertos en el tema para desarrollar un modelo educativo acorde a las necesidades que el mismo entorno internacional y nacional impone? Desde luego, así como también, la participación de sus principales actores: los maestros, los alumnos y padres de familia.

No obstante lo anterior, los primeros han sido completamente olvidados, por no decir marginados. Y, lo que es peor aún, han sido estigmatizados, amedrentados, vapuleados y demás adjetivos que han sido repetidos por varios colegas, analistas e investigadores en la materia.

No, no se trata de una defensa a ultranza. Tengo claro que hay muchas cosas que deben mejorarse. Con el paso del tiempo el sistema educativo se ha conformado de esta manera –Carlos Ornelas sabe mejor de ello–, y los docentes, no han sido responsables de esto.

Que se entienda bien, el sistema está conformado por una serie de elementos que son fundamentales para su desarrollo, el maestro es uno de éstos y la escuela, ha sido el espacio donde puede lograrse el objetivo fundamental de la educación; pero cómo hacerlo si no hay las condiciones para ello.

Ya lo decía Santos Guerra: “…un contexto organizativo nefasto (rígido, empobrecido, conflictivizado, impermeable, balcanizado) hará difíciles las relaciones entre las personas y escasamente eficaz su esfuerzo para alcanzar los logros que se pretende conseguir… y, a su vez, unas condiciones organizativas favorables, una cultura enriquecida, unos medios abundantes ayudarán a crear y mantener un clima favorable y a conseguir unos resultados más satisfactorios” (Guerra, 2006).

Siempre he creído que los extremos son malos, ni tanto apapacho es bueno, ni tal rigidez es viable. Los seres humanos entendemos, la pedagogía habla de ello y las canciones… las canciones sueles ser una representación de lo que vivimos en cierto momento. Tiempo al tiempo.

 

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/educacion-a-punta-de-reglazos/

Fuente de la imagen:http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/01/thewall2-300×129.jpg

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Movimiento Pedagógico Latinoamericano, Cooperativismo y Emancipaciones

Pablo Imen[1]

El inicio del siglo XXI estuvo atravesado de contradicciones y batallas – como ocurre en todas las épocas- pero en el caso de América Latina insurgieron novedades impensadas apenas una década antes, cuando el neoliberal-conservadurismo se adueñaba de todo el planeta.

En 1989 un estallido popular en Venezuela – el Caracazo- ,ocurrido como protesta indignada por un paquetazo económico privatizador, de ajuste fiscal y de restricción de derechos constituyó el primer grito de rebeldía contra el modelo del llamado Consenso de Washington.

Posteriores batallas populares tuvieron como corolario un nuevo escenario regional: a partir del triunfo de Hugo Chávez Frías en 1998, los países de Nuestra América comenzaron a gestar gobiernos que, como nunca antes, se parecieron a sus pueblos: el Frente Amplio en Uruguay; Lula y su Partido de los Trabajadores en Brasil; Néstor Kirchner en Argentina; Evo Morales en Bolivia; Rafael Correa en Ecuador; Daniel Ortega en Nicaragua; Fernando Lugo en Paraguay; etc.

Venezuela y Argentina fueron desde entonces los principales (pero no exclusivos) motores para retomar el proyecto de Patria Grande defendido por nuestros primeros libertadores: Bolívar, San Martín, Belgrano, Monteagudo, Sucre, Manuelita Saenz, Bartolina Sisa, Juana Azurduy y los pueblos combatientes de Suramérica. Aquél sueño fue transitoriamente derrotado y vuelve a latir en este siglo XXI, doscientos años más tarde.

Hoy, con todas las tensiones, contradicciones y duras luchas entre lo viejo que no termina de morir y lo nuevo que no termina de nacer, la América Morena aparece como una de las alternativas civilizatorias al modelo de desarrollo capitalista neoliberal. Que las 85 fortunas individuales más ricas del mundo tengan una riqueza equivalente a la mitad de la Humanidad da cuenta de un orden social fundado en la injusticia. Que las potencias militares irrespeten el derecho internacional y violando los más elementales derechos invadan países, provoquen verdaderos genocidios y vuelvan a cometer una rapiña masiva de recursos naturales de los países invadidos es la expresión de la violencia que guía las relaciones internacionales.

América Latina y Caribe, declarada tierra de paz, está avanzando en una alternativa civilizatoria fundada en la expansión de los derechos humanos, en el cuidado de la naturaleza y en una creación llamada “el buen vivir” que tiene una lógica antagónica al objetivo de la acumulación a cualquier costo de ganancias siderales.

En esta lucha global sobre el sentido de la vida, la idea de Patria Grande tiene muchos desafíos por delante, y uno de ellos, el que nos involucra y nos interpela, es el de la educación. En otras palabras, ¿qué educación necesita América Latina en este arremolinado inicio del siglo XXI?

Sabemos que el neoliberal-conservadurismo tiene un proyecto pedagógico, que se descompone en varias líneas funcionales a la reproducción ampliada de las relaciones sociales aún vigentes. Por un lado, la noción tecnocrática de “calidad educativa” entendida como resultados de operativos estandarizados de evaluación. Por otro, la formación para el empleo – dotando de herramientas para la formación de un trabajador dócil y calificado- y con ello la construcción de un ciudadano conformista.  Tercero, la expansión de las fronteras de lo privado – como lo muestra el modelo chileno en su máxima expresión y masivamente rechazado en ese país por las mayorías populares.

¿Qué educación hay que pensar para una Latinoamérica libre, solidaria, igualitaria, democrática?

Una educación que forme seres humanos con “soberanía cognitiva” – capacidad de pensar con cabeza propia- y desarrollar todos los aspectos de su personalidad (el saber pensar, saber decir, saber sentir, saber hacer, saber convivir). También la formación en la cultura del trabajo liberador y de ciudadanos gobernantes.  Estos objetivos , políticos y pedagógicos, serán contribuciones fundamentales para la refundación de nuestras sociedades.

¿Cómo hacerlo? Hemos venido desplegando una serie de acciones en este sentido quienes integramos el Movimiento Pedagógico Latinoamericano, en este caso quienes provenimos del cooperativismo transformador que se expresa en el Centro Cultural de la Cooperación.

Primero (pero no por importancia), avanzamos en el estudio sistemático de los pedagogos y las pedagogías emancipadoras latinoamericanas, comenzando por Simón Rodríguez (maestro de Bolívar, entre muchas otras cosas) y José Martí (gran referente de la independencia cubana). Segundo, co-organizamos las Expediciones Pedagógicas en Argentina y Venezuela donde nos reconocimos y reconocimos a tantos maestros y maestras de Nuestra América intentando construir pedagogías liberadoras. Tercero, generamos propuestas de introducción del cooperativismo en las pedagogías realmente existentes, apuntando a realizar un aporte a la democratización de la vida en las aulas y las instituciones escolares. Impulsamos los Encuentros por una Pedagogía Emancipadora y en La Rioja fuimos protagonistas de la conformación de círculos pedagógicos, formas que asumió allí la construcción de Movimiento Pedagógico.

En suma, en este tiempo de profundas transformaciones, la educación tiene su palabra y su renovación liberadora será la obra de millones, maestros y maestras, estudiantes, comunidades, pueblos enteros que están convocados – desde la educación y desde la política-  a transitar el camino de nuestra segunda y definitiva Independencia.

 [1] Secretario de Investigaciones del CCC Flroeal Gorini, miembro del Movimiento Pedagógico Latinoamericano.

*Fuente de la imagen: http://revistaeducar.com.ar/2013/09/16/huellas-y-sentidos-en-la-construccion-del-movimiento-pedagogico-latinoamericano/

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