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El docente y su lenguaje.

Caso Escuela Básica Concentrada N 467. San Rafael de la Colonia.

Por: Dirvia Tahis Montilla Gómez.

El empleo de expresiones propias, frases y la poca atención en la pronunciación de las letras y vocales dentro su entorno social han generado en ellos limitantes comunicacionales, de igual forma, esto viene afectando su forma de escribir e incluso utiliza expresiones que no formar parte del lenguaje formal, en este sentido, la difusión de conocimiento de forma errónea propias de un emisor que proporciona un mensaje sin una codificación de forma correcta utilizando las técnicas adecuadas y formales del lenguaje. Convierte al docente un actor con debilidades que afecta esta intrínsecamente su desempeño en el espacio educativo.

Ante tal situación, es evidente proporcionar en ellos una acción que los sitúa en la competencia comunicativa del lenguaje oral y escrito, aunado a esto, se entiende como la capacidad de los hablantes no sólo para producir oraciones gramaticales bien formadas, sino la capacidad para comunicarse entre sí: se trata de la cabida de generar actos de habla con sentido dentro de determinadas situaciones reales. Sin embargo, la competencia lingüística es un saber universal, cuya capacidad está posibilitada por el hablante en el proceso de socialización.

ANALISIS DE LOS ELEMENTOS TEÓRICOS

La acción comunicativa no tiene como propósito un pensamiento único, sino que las convicciones compartidas vinculan a los participantes en términos de reciprocidad, en este sentido, Habermas (1993), se refiere a como “El concepto de acción comunicativa, fuerza u obliga a considerar a los actores como hablantes y oyentes que se refieren a algo en el mundo objetivo, en el mundo social y en el mundo subjetivo, y se entablan, recíprocamente a este respecto, pretensiones de validez que pueden ser aceptadas o ponerse en tela de juicio”(p.493). Para el autor citado sostiene a su vez que; el primer elemento el enunciado que hace es verdadero, como segundo se tiene la acción pretendida es correcta y por último la intención manifiesta del hablante es, en efecto, la que el hablante expresa. Aunado a esto, se apoya en la reciprocidad de la acción y su orientación al entendimiento. Es por ello que, en la acción comunicativa, ineludiblemente se llega a un saber común, fundado en ese acuerdo, aun cuando las conclusiones y decisiones a las que cada uno de los actores llegue sean diferentes.

Ahora bien, Echeverría (2003), cada vez que el hombre habla, declara algo, y lo sostiene a un punto tal que bien se puede decirse que hay un sólo acto lingüístico, la declaración, con cinco maneras de manifestarse: como declaración, juicio, afirmación, pedido y promesa que incluye la oferta. En consecuencia, el hecho de hablar en sí mismo, es más una posibilidad de acción que su certeza, y no necesariamente producirá un determinado efecto en el mundo, ya que éste para ocurrir dependerá, en principio, del contexto en el que ese hablar suceda y de quién sea el que hable e incluso podría no producir efecto alguno. Es por ello, que Stein (2007) “Una acción que, además de naturaleza informativa, tendría una naturaleza comunicativa, dado que el sentido que resulta de la interacción humana es lo que posibilita que en un momento determinado podamos hablar de comunicación” (p.62). Al respecto, la comprensión, de cada persona y la interpretación de lo que significa ser humano, lo concebimos en seres lingüísticos, donde las actividades giran en función del mismo; dicho de otro modo, el lenguaje nos permite intercambiar emociones a través de la comunicación; de tal manera, que pone como eje principal de estudio a las conversaciones, las cuales constituyen y establecen nuestra particular forma de ser.

En ese mismo contexto, el lenguaje es sobre otras cosas lo que hace de los seres humanos el tipo particular de seres que somos. Somos seres que vivimos en el lenguaje. Somos seres sociales. No hay lugar fuera del lenguaje desde el cual podamos observar nuestra existencia. El lenguaje es generativo, nos permite hablar «sobre» las cosas: hace que ellas sucedan. Por lo tanto, el lenguaje es acción, crea realidades. El idioma que hablemos, siempre ejecutamos el mismo número restringido de actos lingüísticos: los seres humanos, al hablar, hacemos declaraciones, afirmaciones, promesas, pedidos, ofertas. Estas acciones son universales. No sólo actuamos de acuerdo con cómo somos también somos según actuamos. La acción genera ser. Uno deviene de acuerdo con lo que hace.

Al respecto, los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él. Al decir lo que decimos, al decirlo de un modo y no de otro, o no diciendo cosa alguna, abrimos o cerramos posibilidades para nosotros mismos y, muchas veces, para otros. Cuando hablamos modelamos el futuro. A partir de lo que dijimos o se nos dijo, a partir de lo que callamos, a partir de lo que escuchamos o no escuchamos de otros, nuestra realidad futura se moldea en un sentido o en otro. Pero además de intervenir en la creación de futuro, los seres humanos modelamos nuestra identidad y la del mundo que vivimos a través del lenguaje.

Por otra parte, es de gran relevancia conocer y utilizar los actos lingüísticos para generar resultados, sea en sociedad o equipos de gestión, es decir, estos requieren de un marco o contexto de interrelación permanente, de dinamismo, ya que comprender cada acto lingüístico como un hecho aislado que genera un movimiento secuencial que solo ocurre al analizar el proceso. A su vez, este elemento es diferente de lo que pasa en el suceder, en esa dinámica en la que todo ocurre a espacios hasta llegar a ser simultáneos. De este modo, el pedir y el prometer como la acción estratégica que se utiliza en el lenguaje para establecer un vehículo que combine el abordaje del conocimiento académico con la praxis de una sociedad cada día más exigente en el entorno a sus demandas en búsqueda de obtención de respuestas en los compas del conocimiento.

Teoría de la Escritura

Para Mosterín (1993) expone que si queremos comunicarnos por escrito unos con otros, si queremos leer y escribir, hemos de aceptar todos el someternos a una normativa común, a una ortografía. Cualquier ortografía, por mala que sea, es preferible a la ausencia de norma común, pues la comunidad del código es una condición imprescindible de la comunicación. En este sentido, es necesario revisar el uso correcto de la escritura como pilar fundamental en el proceso de comunicación.

Ahora bien, sostiene Mosterín (ob.cit), el argumento de la necesidad y de la urgencia: como la ortografía no es perfecta, es necesaria su reforma, que es urgente por dos motivos. Primero, porque “la explosión demográfica del mundo hispanohablante plantea unos problemas pedagógicos-sociales tremendos, que esta reforma puede contribuir a solucionar.” (págs. 229-230). Y segundo, porque “El mundo hispanohablante tiene dos problemas de alfabetización: 1) lograr que la totalidad de la población aprenda a leer y escribir en el plazo más breve posible y con los medios más económicos posibles, y 2) lograr que la totalidad de la población escriba bien, prácticamente sin faltas, de modo que nadie tenga que sentirse inferior ni discriminado por el uso que haga de la escritura.” (pág. 230).

Al respecto, este aporte propuesto por el autor conlleva a empezar desde el docente en el sistema educativo venezolano. Sin embargo, sostiene que la autoridad entre ellos ante la propuestas reformistas de la Academia Argentina, de la de El Salvador y de la de Uruguay al II Congreso de Academias (Madrid, 1956); de la propuesta de la Academia Cubana al III Congreso de Academias (Bogotá, 1960); y de la propuesta de la Academia Filipina al IV Congreso de Academias (Buenos Aires, 1964). De este género son las palabras de J. Casares citadas por Mosterín (1993: 245): “no es lícito considerar como una invitación al desorden ortográfico el intento de señalar los defectos e incongruencias del sistema vigente, a fin de procurar una prudente revisión que lo haga más lógico y sencillo y, por tanto, más asequible a todo el mundo”. Pero de todos los argumentos de autoridad aducidos por Mosterín, el primero y más relevante es el de Andrés Bello “quien en 1823 propuso una reforma racional de la ortografía española, reforma que fue adoptada por el gobierno chileno, que había llamado a Bello para organizar la enseñanza en el país.” (pág. 238). En todo caso, conviene destacar cómo Mosterín sitúa este argumento con precisión calificándolo estrictamente cuando dice a continuación que “La ortografía reformada de Bello estuvo vigente en Chile entre

1844 y 1927, en que se volvió a la ortografía académica, a fin de restablecer la unidad de la ortografía española.” (pág. 238, el destacado en cursiva es nuestro).

En resumidas cuentas, Mosterín (ob.cit) en el cual su escudo argumental en el silogismo siguiente: “casi todas las escrituras actuales tendrán que ser sometidas más tarde o más temprano a una reforma ortográfica con criterios uniformes. Parece oportuno empezar por el español, pues su ortografía necesita ser reformada (por las mencionadas razones sociales, pedagógicas y comunicativas), pero esa reforma se presenta como especialmente fácil y factible en su caso, dado que su escritura no está tan alejada de la lengua como la escritura de otros idiomas de comparable importancia.”

En este orden de idea, para Martínez de Sousa citado por Alcoba (2006) en cual se suma a la propuesta de Mosterín, y recuerda sus principales argumentos y el sentido de la reforma: “Las razones que amparan una propuesta de simplificación y reforma de nuestro sistema ortográfico aparecen, pues, claras: a) introducir coherencia y lógica interna en el sistema; b) rescatar del analfabetismo, en corto tiempo y al menor coste posible, a los millones de hispanohablantes que aún no tienen acceso a los bienes de la cultura; c) facilitar la escritura, con la menor cantidad posible de faltas, a todos, cualquiera que sea su condición social.

En este sentido, la reforma de la ortografía debería consistir en lo siguiente: a) cada fonema (sonido) debe representarse con un grafema (letra) y sólo uno; b) todo grafema que no represente sonido debe desaparecer de la escritura; c) en la grafía de las palabras deben prevalecer el uso y el fonetismo sobre la etimología, especialmente cuando ésta no está bien establecida o se opone al genio del español. La mayor dificultad del escribiente actual radica precisamente en el hecho de que existe inadecuación entre lo pronunciado y lo escrito. Una vez acomodado lo uno a lo otro, el sistema ortográfico será coherente y habrán desaparecido muchas de las causas por las que se cometen faltas de ortografía incluso por personas formadas.”

Más recientemente, García citado por Alcoba (2006) se incorpora a la propuesta, con algunos ejemplos: “Cuando hace un par de años lanzó Gabriel García Márquez su heterodoxo y jocundo discurso contra la ortografía conservadora, no hablaba en el vacío, ni incurría en la mera boutade, como creyeron algunos. Pues esa reforma ortográfica espera al español, antes o después. Uno no cree que su prodigiosa unidad se base en la ortografía solamente; la cultura agraria y, como tal, arcaizante, en la que viven muchos millones de hispanohablantes, es responsable, al menos en igual medida, de la cohesión idiomática.

 Ahora bien, ante esta diversidad de argumentos, es opinable que la cohesión idiomática del español se deba a la cultura agraria en las que se encuentran sumergidos los pobladores en determinados regiones o espacios geográficos.

Para Alcoba (2006), la escritura es un problema fundamental de los seres humanos es por eso, que ocurre Principio Fonémico:

Este principio exige que haya una letra y sólo una para representar cada fonema de la lengua y que un fonema y sólo uno corresponda a cada letra. Dicho en otras palabras, a su vez postula una biyección (o correspondencia biunívoca) entre el conjunto de los fonemas y el de las letras de tal modo que a cada secuencia de fonemas corresponda unívocamente una secuencia de letras (lo que facilita al máximo la escritura) y a cada secuencia de letras corresponda unívocamente una secuencia de fonemas. (pág. 168).

A su vez este autor hace hincapié en las restricción transdialectal: en el cual distingue dos niveles de escritura: la escritura dialectal, que refleja exactamente la estructura fonémica del dialecto en cuestión, y la escritura oficial o estándar, que representa un compromiso entre todas las posibles escrituras dialectales. La escritura dialectal es perfectamente admisible en cartas, peticiones y otros escritos privados y su empleo no debiera ser considerado nunca como una falta. A su vez, la escritura oficial o estándar es la única que debiera emplearse en los documentos oficiales, en los diarios y revistas, en los libros y publicaciones de todo tipo, etc., así como en la enseñanza.

En este sentido, expone Alcoba (ob.cit) lo siguiente;

Una de las razones que pueden justificar que un hablante se desvíe del principio fonémico a la hora de escribir consiste en que el hablante esté dispuesto a complicarse ligeramente la vida (toda desviación del principio fonémico estricto es una complicación suplementaria) en aras de una más fácil, eficaz y barata intercomunicación entre todos los hablantes de los diversos dialectos de su lengua. A esto es a lo que llamamos la restricción transdialectal del principio fonémico. (págs. 174-175).

A su vez Alcoba (2006), brinda un bosquejo en la restricción morfémica: que

consiste en “el desviarse del principio fonémico para unificar la representación gráfica

del    mismo     morfema     está    justificado     en    algunos     casos     (como    los           morfemas

 gramaticales [moler / muelo, nadar / natación] más frecuentes) y es discutible o defendible en todos.” (pág. 181).

En este sentido, a continuación se muestran lo expuesto por el grupo foco.

HALLAZGO

Durante el desarrollo de la investigación los actores participantes enfrentan situaciones complejas como se mencionan a continuación;

Descripción

  • El docente emplea un lenguaje escrito emitiendo un mensaje no claro y preciso.

 Existe confusión a la hora de escribir de forma correcta una palabra.

 A su vez no utilizan la gramática para expresar de forma escrita y oral las

 ideas dentro de su jornada de trabajo, en tal sentido, ocasiona en los receptores una distorsión del mensaje.

Fuente: Montilla (2015).

NUDOS CRÍTICOS E INTERROGANTES

Ahora bien, la incógnita que se desea despejar es: ¿Cómo incide el lenguaje oral y escrito empleado por el docente en su sitio de trabajo?

CONTRIBUCCIONES A LOS CAMBIOS EN LA PRÁCTICA EDUCATIVA.

Descripción

Realizar  un  plan  de  acción  en  los  docentes  para  adiestrarlos  ante  las

diversas técnicas del uso correcto del lenguaje escrito.

Proporciona en los actores educativos el uso de palabras y expresiones de

  • forma correcta que garantice el ejercicio durante el proceso de enseñanza – aprendizaje.
  • Una entidad cuyos docentes manejen las técnicas adecuadas de la comunicación escrita.

Fuente: Montilla (2015).

CONTRIBUCIONES AL DEBATE EN LAS CIENCIAS EDUCATIVAS

Un docente capaz de utilizar el lenguaje oral y escrito dentro de su contexto sin alterar su significado estableciendo el uso comunicacional para alcanzar el éxito dentro y fuera de la institución. En este sentido, Echeverría (2003) que el acto lingüístico básico es la declaración, y todo es una declaración. Hablar es declarar. Cada vez que el hombre habla, declara algo, y lo sostiene a un punto tal que bien puede decirse que hay un sólo acto lingüístico, la declaración, con cinco maneras de manifestarse: como declaración, como juicio, como afirmación, como pedido y como promesa que incluye la oferta. En consecuencia, el hecho de hablar en sí mismo, es más una posibilidad de acción que su certeza, y no necesariamente producirá un determinado efecto en el mundo, ya que éste para ocurrir dependerá, en principio, del contexto en el que ese hablar suceda y de quién sea el que hable. Incluso podría no producir efecto alguno.

En resumidas cuentas, la intención de cada persona al momento de emitir un mensaje y la interpretación por parte del receptor nos conlleva a reflejarnos como seres lingüísticos, por lo tanto, el lenguaje nos permite intercambiar emociones a través de la comunicación oral o escrita, es nuestro deber emplear el uso correcto de las expresiones para establecer un mensaje claro y preciso.

Referencias

Alcoba, S. (2006): “Ortografía y DRAE. Algunos hitos en la fijación léxica y ortográfica de las palabras”, en Español Actual. En prensa disponible en es http://www.ucm.es/info/especulo/numero34/refoorto.html

Habermas, J. (1993). Teoría de la Acción Comunicativa. Tomo 1. Buenos Aires: Editorial Taurus

Habermas, J (2002). Teoría de la acción comunicativa. Tomo I. México, Editorial Taurus: páginas 187-188.

Méndez, A (2015). Proyecto de Tesis Doctoral la Acción comunicativa en la Extensión Universitaria, Caracas – Venezuela.

Montilla, D (2015).  Proyecto de Tesis Doctoral El Director en la Gestión Escolar, Caracas – Venezuela.

Montilla, D (2010). Acciones gerenciales dirigidas a los directivos para la optimización del proceso organizativo en las escuelas bolivarianas del sector nº 4   municipio Guanare, estado portuguesa Venezuela.

Morales, O (2002). El proceso de lectura desde la perspectiva de los lectores. proyecto de investigación por el Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico (CDCHT) de la Universidad de Los Andes

Vergara, L. (2011). Habermas y la Teoría de la Acción Comunicativa, Primera Revista Electrónica en América Latina Especializada en Comunicación www.razonypalabra.org.mx

Imagen: https://manuelreyesweb.files.wordpress.com/2016/06/luis-miguel2.jpg?w=648

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Teach students academic writing or endanger degree completion: study

Estados Unidos / 10 de noviembre de 2016 / Por: John Elmes / Fuente: https://www.timeshighereducation.com

Universities should make it a priority to equip graduate students with academic writing skills or they run the risk of greater numbers failing to complete master’s courses and PhDs, according to the author of new research.

In her co-authored paper “Graduate students as academic writers: writing anxiety, self-efficacy and emotional intelligence”, Margarita Huerta, assistant professor of educational and clinical studies at the University of Nevada, Las Vegas (UNLV), found that lack of “self-efficacy” (belief in one’s capability to write in a given situation) was a significant reason for writing anxiety among students studying for a master’s or doctoral degree.

The researchers conclude that it is in universities’ “best interest” that students are given tools to allow them to “successfully communicate ideas and innovation in writing”. Professor Huerta told Times Higher Education that degree completion rates could fall if these issues were not addressed.

“Most graduate student writers come into academia without the knowledge and skills of how to handle large, complex academic writing projects; therefore, lowering their self-efficacy,” she said. “The consequences are potentially slower graduation rates, larger numbers of incomplete degrees and non-published theses/dissertations.”

The growing expectation for students to have “journal article publications prior to graduation” was increasing the pressure on graduate writers, she added.

The research, published in the Higher Education Research & Development journal, looked at 174 students participating in Promoting Outstanding Writing for Excellence in Research (POWER) programmes, created by UNLV in 2007 to provide emotional and instrumental support for graduate students who wish to improve their academic writing.

While the researchers noted that the study was not “generalizable to all graduate students in higher education”, the findings “contribute to the limited research on graduate students and academic writing and can inform present practitioners and future researches in varied settings”.

The paper also found that “females exhibited higher writing anxiety”, which Professor Huerta suggested could be linked to wider gender inequality in higher education. She added that it was «concerning that even in the presence of self-efficacy, writing anxiety was still present for female graduate students».

Elsewhere, the study found that students for whom English was not their first language had “statistically significant higher writing anxiety and lower self-efficacy compared to native English speakers”.

“International students also showed statistically significant lower self-efficacy than students who reported not to be international,” it states.

Professor Huerta said universities believe that they are supporting international students by providing “editing services” or English language courses, but warned that there was “a lot more” to mastering academic writing than a command of English.

“Writing ‘correct’ English is merely one piece of the bigger puzzle of supporting graduate students’ academic writing,” she said. “Schools/HE sectors should not assume all non-native English speakers’ writing skills are necessarily lower than native speakers’ writing skills.

“While some may struggle with writing skills, many may have very strong writing skills. Non-native English speakers may just have more writing anxiety because of lack of initial confidence and other external/cultural factors.”

Universities should therefore look to improve self-efficacy among all their graduate students by teaching “self-management skills related to piecing together academic writing projects”.

“This is why peer-led writing support services hold tremendous potential if implemented well within university structures,” she said.

john.elmes@tesglobal.com

Fuente noticia: https://www.timeshighereducation.com/news/teach-students-academic-writing-or-endanger-degree-completion-study

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Tíbet presenta nuevo software de escritura de lengua tibetana

Asía/06 de Noviembre 2016/Fuente y Autor: xinhuanet

Un nuevo software de escritura en lengua tibetana ha sido presentado hoy jueves en la región autónoma del Tíbet, en el suroeste de China.

El programa informático ha sido desarrollado por un laboratorio de habla e idiomas de la Universidad del Tíbet. Con tecnología de reconocimiento de habla y escritura a mano de la lengua tibetana, el software ofrece métodos de escritura en la computadora más cómodos y precisos.

El programa puede reconocer y producir tibetano estándar de manera instantánea con una tasa de precisión del 97 por ciento.

De acuerdo con Losang Ganden, profesor de la Universidad del Tíbet, a diferencia de los softwares de escritura tradicionales, éste ha mejorado en gran medida la eficiencia a la hora de trabajar y estudiar.

Además del programa de escritura, el laboratorio también ha desarrollado otro software relacionado con el idioma tibetano, incluido uno de traducción del tibetano y el chino mandarín.

Según el profesor Ngodrup, director del laboratorio, ellos pueden ofrecer servicios de tecnología de habla tibetana y esperan cooperar con empresarios para impulsar la innovación en tecnología referente a la lengua tibetana.

Fuente de la noticia: http://spanish.xinhuanet.com/2016-11/03/c_135803653.htm

Fuente de la imagen: http://p1.img.cctvpic.com/photoworkspace/contentimg/2014/08/08/2014080811424873751.jpg

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Un dictado por día: alarmada por el retraso educativo, Francia vuelve a viejos métodos

Francia/03 de Octubre de 2016/El Mundo

En los programas escolares de 2016 se reintroduce también el cálculo mental y la lectura en voz alta, largo tiempo denostados por las «nuevas pedagogías». Siete virtudes de «la dictée».

El dictado era una tradición en Francia, casi un hobby nacional, al punto que uno de los programas televisivos de mayor audiencia en los años 80-90 consistía en competencias ortográficas a través de dictados…

Pero todo eso fue progresivamente dejado de lado en los últimos 30 años, en nombre de teorías pedagógicas que consideran que la corrección ortográfica es un vejamen a la persona, un freno a la creatividad o incluso un atentado contra la libre expresión. Que el silabeo, la memorización y la lectura en voz alta eran antiguallas que debían ser dejadas de lado, no sólo por tediosas y desmovilizadoras, sino también en nombre del dogma que sostiene que el alumno tiene mucho más que enseñarle al maestro que a la inversa.

Hoy, ante la constatación de los resultados catastróficos producidos por esos cambios y la evidencia de que la pérdida de calidad de la educación parece no tener freno, las autoridades educativas empiezan a apelar a lo que alguna vez colocó a la instrucción pública francesa entre las más eficientes del mundo.

Lo curioso es que, hace pocos meses, la joven ministra socialista de Educación, Najat Vallaud-Belkacem, había presentado una reforma de los programas escolares de primaria y colegio (hasta los 15 años), que había despertado el rechazo de autoridades educativas, docentes y políticos, por estar basada en el mismo credo pedagógico que tanto daño viene causando. Evidentemente los descontentos fueron oídos, y ahora la ministra, dejando de lado sus veleidades modernizantes, anuncia en cambio que, entre otras cosas, habrá un dictado diario en todas las escuelas.

La marcha atrás es radical, respecto de una pedagogía que abominaba de las calificaciones y pruebas –otras tantas fuentes de frustración infantil a evitar, según ciertos expertos-, considerando que un dictado diario equivale en la práctica casi a una evaluación cotidiana del progreso de los alumnos en lengua escrita.

Hace ya décadas que en Francia se vienen escuchando advertencias sobre el pésimo desempeño de los niños en escritura. «El nivel se ha derrumbado en estos últimos treinta años. Pensábamos que la cosa se había estabilizado, pero no ha sido así. Los franceses dominaban el 51% de las reglas gramaticales de base en 2010, hoy ese porcentaje descendió al 45 por ciento. Seis puntos menos en apenas cinco años», dijo el especialista Pascal Hostachy, citado por el diario italiano.

Al hacer el anuncio, la ministra Vallaud-Belkacem dijo que el sistema anunciado «permitirá garantizar una base sólida para todos los estudiantes y esto pasa necesariamente a través de un aprendizaje diario, que incluye un dictado; hoy lo esencial es el dominio de la lengua».

Las reacciones al anuncio van desde el rechazo de algunos sindicatos docentes que adscriben al modernismo pedagógico hasta una cautelosa aprobación por parte de quienes hace tiempo lo cuestionan pero se preguntan si con este anuncio basta para devolverle a la educación francesa su antiguo esplendor.

«Un dictado es sólo una forma de evaluación; hay que enseñar de modo sistemático la gramática y la ortografía», sostiene por ejemplo Jean-Paul Brighelli, maestro y autor de varios ensayos críticos sobre la actual pedagogía.

Convocados por el canal BFM TV para comentar el anuncio, el citado Brighelli y Iannis Roder, profesor de Historia y Geografía en liceos y autor de Pizarrón negro. La derrota de la Escuela, coincidieron en el negro diagnóstico de la situación.

«Si la ministra hoy se siente obligada a decir ‘vamos a hacer un dictado’, ‘vamos a hacer cálculo mental’ es porque ya no se hacía y eso es preocupante –dijo Iannis Roder-. En mis clases, en secundario, algunos alumnos padecen de graves problemas de expresión escrita y, apenas se trata de calcular algo, el reflejo es sacar la maquinita. La ortografía de los estudiantes universitarios es desastrosa. Entonces hay que volver a los fundamentos. La constatación en el terreno es alarmante. Si hacer un dictado por día va a bastar, no lo sé. En todo caso no se puede entender el mundo, leer, si no se tienen esas bases».

Brighelli sostiene que ya está comprobado «científicamente» que para aprender a leer y escribir el método alfa-silábico, el deletreo, es el mejor. «Pero no escuché a la ministra decir que lo va a promover contra el método ideográfico (global) impuesto en nombre de los imperativos ideológicos. Los alumnos ignoran la ortografía porque hace 15 años que no se les enseña», afirma.

«Recuerdo a un inspector que en un curso con alumnos de 13 años, les dijo a los docentes: ‘por la ortografía no se preocupen, aprenderán después’. Es aberrante, es delirante», acota Roder.

En la nueva versión de la reforma, se pone el acento en las muchas ocasiones que tendrán los escolares de escribir, al punto que se volverá una práctica diaria. Y se insiste sobre «la regularidad de los ejercicios». Al mejor estilo de la buena vieja escuela.

Sin embargo, algunos sindicatos docentes critican lo que consideran una concesión a lo reaccionario, algocontrario a la libertad pedagógica de los docentes, según consigna el diario Le Monde, citando la crítica de Sébastien Sihr, secretario general del SNUipp-FSU, primer sindicato de maestros primarios: «Se habla de refundación de la escuela y todo se resume en un dictado por día».

 

Para qué sirve un dictado

Lista –parcial- de algunas de las virtudes de este método.

1-Permite evaluar la ortografía, la fijación y dominio de nuevas reglas

2-Si el dictado no incluye la puntuación, y el alumno debe deducirla, constituye un entrenamiento ideal para conocer la función de la coma, el punto, el punto y coma, etcétera. Entrena el oído en la entonación, de la cual se deduce la puntuación.

3-Mejora la atención, ya que hay que seguir el hilo de de la lectura para poder escribir todo

4-Ayuda a la comprensión de texto, ya que no se puede escribir correctamente lo que no se entiende

5-Ayuda a escribir a un ritmo cada vez más rápido

6-Entrena al futuro estudiante secundario y universitario en la toma de apuntes

7-Es un método de evaluación que le permite al maestro verificar progresos e identificar problemas

Fuente: http://www.tiemposur.com.ar/nota/117462-un-dictado-por-dia-alarmada-por-el-retraso-educativo-francia-vuelve-a-viejos-metodos

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Película: Diarios de la calle

Diarios de la calle está inspirada en una historia real, la de la profesora de un instituto, Erin Gruwell y en los diarios de un grupo de adolescentes «Los escritores de la libertad», de Long Beach, California, Estados Unidos, tras los disturbios de 1992 por conflictos interraciales. Está ambientada en los alrededores del Instituto Wilson Classical en Long Beach, a mediados de los 90 y expone la fuerza creativa y didáctica de una mujer, que deja sus prejuicios y técnicas tradicionales para ejercer su tarea con grupo de adolescentes marginales.

Fuente: http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/temasdiariosdelacalle.htm

 

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El reconocernos como forma de aprender.

Desde donde estoy, en mi recorrido vital, logro identificar algunas escenas cotidianas que me permitieron afianzar formas experimentales de aprendizaje. Sin lugar a dudas, todas ellas vienen marcadas de una manera decisiva por la figura de mi madre, pues compartía con ella el diario convivir y la observaba curioseando todo cuanto estaba a su alrededor.

Cuando mi hermano mayor tenía un par de años, ella decidió aventurarse en un curso de repostería. Aprendió en El Vigía, estado Mérida, a comienzos de los 70 la repostería de las grandes y pomposas tortas de pastillaje, y tortas rellenas. Las mujeres de la época aprendían algo que se llamaba «economía doméstica» donde se les mostraba cómo manejar los exquisitos secretos de la administración del hogar o, lo que traduje muchos años después, a cómo mantenerse ocupadas con los oficios del hogar y rendir el dinero que ingresaba. Ella, además de hacer su curso de economía doméstica, cuyas notas me leía con embeleso luego de mis 10 años de edad, hizo este curso de repostería.

Hay una hermosa foto del día de su grado, en la cual mi padre carga en brazos a mi hermano y ella luce un espectaular vestido color salmón acompañado de uno de esos peinados que sólo podían llevarse puestos con el orgullo de un logro alcanzado. De esa foto no sé qué me atrapa más: pensar cómo construyó el peinado, o ver la alegría en sus ojos.

Aunque aprendió a hacer el pastillaje y lo hacía de un modo realmente excepcional, comenzó a experimentar con texturas y técnicas de modo que pudiera construir un trabajo único y, al mismo tiempo, mucho más preciado para sus clientes. Debo decir que durante varios años, sus clientes fuimos nosotros mismos en casa, pues sus habilidades para la repostería no se convirtieron en nuestro sustento familiar hasta un par de años antes que falleciera mi papá, cuando yo tenía 13 años.

Entre la finalización de su curso de repostería tradicional, sus experimentos y el momento en que se convirtió en la fuente de ingreso familiar que garantizó una vida cómoda para ella y sus dos hijos, decidió aprender a pintar. Su aprendizaje en distintas técnicas de pintura, desde cerámica hasta tela pasando por tarjetería y óleo, fue convirtiéndose en pilar de lo que sería una práctica única en repostería que le garantizaría, por parte de sus futuros clientes, incluso, tristeza al momento de consumir sus tortas. La cual me hizo aprender a mi por la observación … y la experimentación.

Mi madre, que aprendió repostería básica y luego a pintar con distintas técnicas, creó un modo en el cual sus tortas eran esos cuadros que, estoy segura, siempre soñó con pintar y exponer ante otras personas. Cada figura o motivo que sus clientes escogían para decorarlas, era cuidadosamente realzados con su mano artística, pinceles y pinturas vegetales, dándole sombras y luces a placer y configurando una manera irrepetible de representar sus deseos.

Nadie le enseñó en un aula de clases a hacerlo así y, aunque creo que no hizo una relfexión consciente sobre su propia búsqueda artística, esta senda que ahora groseramente relato es para mi un recorrido rápido por su proceso de autoreconocimiento de su ser, en un entorno y momento en el cual no estaba permitido para las mujeres pensar más allá de las convenciones.

Lo primero que el ser humano experimenta (y lo que más rápido olvida también) es el ejercicio de su propio re-conocimiento. Creo que en ocasiones la educación formal coopta este propio mecanismo de autoretrato sensorial que ocurre de modo natural desde nuestro nacimiento. Nuestros modos formales de aprendizaje reservan la experimentación y la observación al ejercicio de las mal llamadas ciencias duras.

De bebés nos divertíamos saboreándonos cada parte de nuestro cuerpo, ahora de mayores muchos sólo sabemos criticarnos y reclamarnos por su apariencia. Cuando escribimos, unos comienzan por escribir mamá o papá y otros, otros se fijan en corregir errores ortográficos o tamaño e inclinación de la letra, y los que han logrado ausentarse de los ejercicios memorísticos de la escuela, escriben y nombran lo que les rodea.

Mi madre escapó en tercer grado de la escuela formal de su Machiques natal, para ponerse a trabajar junto con mi abuela. Mi abuela cosía por lo que aprendió viendo a otros, mi madre fue aprendiendo a desarrollar sus habilidades viendo a otros y explorándose a si misma. Nuestra hija mayor tuvo por primera frase “bola de pelo” que describía a su pequeño perro Moro y ella en un afán por demostrar cuánto sabía no articulaba palabras sueltas, ¡si no una frase completa! Aunque comenzó a escribir «BoadPo» y faltaban allí casi todas las consonantes que podían faltar, evocaba la textura de su amado compañero. Nuestro segundo hijo, apasionado con video juegos desde muy pequeño, comenzó a leer antes que escribir, cerca de los 4 años. Lo hizo casi por un proceso autodidacta pidiendo a su padre que consultara y le leyera trucos de sus juegos favoritos. Para él, sus primeros reconocimientos fueron “Mario” y “Luigi” en los resultados de la wikipedia. La pequeña Abril, nuestra tercera hija, creo que la bateó de homerun: su primer reconocimiento es a sí misma: “Abril” fue la primera palabra que aprendió a leer y a escribir de forma simultánea.

En los tres, con sus bemoles, ha coincidido un escape deliberado de los procesos formales de aprendizaje de la lectura y una búsqueda que incentivamos en ellos, como parte del rescate de una deuda que consideramos tuvo la escuela con nosotros como padres: el reconocernos aquí y ahora, es una forma única de ver al mundo, y aprender.

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El arte de escribir bien resiste en la India

India/18 agosto 2016/Fuente: ABC

Los calígrafos apuran sus últimos trazos en la parte antigua de Nueva Delhi, herederos de un oficio camino del olvido, pero el arte de escribir a mano de forma bonita se resiste a desaparecer en la India en la era de los ordenadores.

Aunque los pocos profesionales de la caligrafía que quedan están a punto de jubilarse aún queda quien se ha propuesto enseñar este arte milenario para que no se pierda en un país en el que aún pervive uno de los últimos periódicos que todavía se escribe a mano en todo el mundo.

Mohamad Ghalib es uno de los tres calígrafos que aún se sientan cada día frente a Jama Masjid, la gran mezquita de la capital india, en espera de alguno de los cada vez más escasos clientes.

Sentado con su carpeta de láminas de papel y la caja de latón que guarda tinteros y plumas de bambú en la alfombra de una librería especializada en urdu, lengua común de muchos musulmanes en la India, a sus 53 años sigue fiel a un oficio en el que empezó con 18.

“Esto está casi acabado. Las nuevas generaciones no lo aprenden. Quedan muy pocos a los que les interese. Es un trabajo difícil, que no se aprende fácilmente”, asegura a Efe mientras se esmera en sus trazos en negro y rojo sobre fondo blanco.

Ghalib recuerda los tiempos en que “no había ordenadores y se escribían libros y revistas a mano, en varios idiomas”, como el urdu o el hindi, una de las lenguas más extendidas en la India.

“El trabajo que queda ahora es escribir póster, poemas o invitaciones de boda. Desde que llegaron los ordenadores, ha bajado mucho”, sentencia.

El trajín cotidiano junto al oscuro callejón al que se asoma la librería no altera la concentración del calígrafo, al que solo le quedan otros dos colegas en la parte vieja de Nueva Delhi.

El de los “katib”, como se les conoce en la India, es un antiguo oficio que estuvo al servicio de reyes y hoy apenas da ya para vivir en la era de la informática.

Pero no todo está perdido en la India para la caligrafía, palabra tomada del griego para designar el arte de escribir con letra bonita y bien hecha, cuyos orígenes se remontan a los caracteres chinos más de 2.000 años antes de Cristo.

Harish Chander se propuso un día enseñar la técnica de escribir a mano bien y bonito en vista del escaso interés para evitar que muriera esta tradición milenaria y se convirtió en una especie de salvador de este arte.

La academia Caligrafía India que dirige ahora en Nueva Delhi enseña a “estudiantes, profesores y profesionales a aprender este arte”, explica a Efe ante un grupo de alumnos.

“Llevo en esto 35 años y espero que la gente lo aprenda e incluso haga de ello su profesión”, sentenció mientras guiaba la mano de una de sus discípulas con la pluma sobre un folio en blanco.

Otro de sus aprendices, el ingeniero informático Aman Dally, confiesa que se apuntó al curso “al ver todo el tiempo que pasa la gente frente al ordenador mientras este arte se está perdiendo”.

El también ingeniero Deva Samvedan dejó su profesión para unirse a Chander como su ayudante, al comprobar cómo “en la India ni se promocionaba ni se enseñaba adecuadamente hasta que él empezó a hacerlo”.

“Ves cómo la gente que viene escribe de forma muy pobre”, dice.

La escritura a mano está tan olvidada en el país asiático que incluso las plumas que utilizan, algunas de pavo real, tienen que comprarlas fuera del país a través de Internet.

“Hace falta promocionar la caligrafía, pero es algo que oficialmente no interesa, solo importa la tecnología”, lamenta.

Tampoco parece preocuparles demasiado el avance tecnológico en el diario The Musalman, fiel desde 1927 a su estilo hasta tal punto que está considerado uno de los últimos del mundo que todavía se escribe a mano.

“Tenemos tres calígrafos que así lo siguen haciendo”, explicó a Efe Syed Arifullah, editor de este periódico vespertino de cuatro páginas escrito en urdu con unos 21.000 suscriptores en la ciudad sureña de Chennai.

Afirma que “no cometen ningún error” aunque “les lleva unas dos horas cada página” antes de mandarla a la imprenta, algo que no parece importarle.

“Es la tradición de la familia y vamos a continuar haciéndolo así”, subrayó.

Fuente: http://www.abc.com.py/internacionales/el-arte-de-escribir-bien-resiste-en-la-india-1508337.html

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