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La educación que queremos: ¿Los androides llegaron ya? (¿Y llegaron bailando el chat chat chat?)

Por: Andrés García Barrios

En esta entrega de «La educación que queremos», Andrés García Barrios nos invita a pensar sobre las implicaciones de que los robots se humanicen.

Ludwig Wittgenstein, filósofo alemán, nos previene: Toda una mitología está contenida en nuestro lenguaje. Con frecuencia, el uso que hacemos de las palabras crea espejismos que nos hacen confundir realidad y delirio. Los docentes tienen la oportunidad de tomar conciencia de esta confusión y ayudar a sus estudiantes a transitar por esas mitologías, que en ocasiones son de verdad alucinantes.

Una de ellas, muy en boga, está presente en nuestras ideas sobre la inteligencia artificial y sobre sus alcances, sus retos y sus riesgos. Los docentes, repito, pueden capacitarse para enfrentar los laberintos conceptuales de sus estudiantes en torno a esas tecnologías. Tomemos por ejemplo dos de éstas, con las que hemos empezado a familiarizarnos: una es el ChatGPT, la otra son esas extraordinarias y sin duda seductoras máquinas de aspecto humano que hacen gestos y hablan cada vez mejor. Empecemos por comprender que esos dos nuevos tipos de robots nos engañan no sólo por su redacción casi humana, sus respuestas tan acordes con nuestras preguntas o sus rostros expresivos, que guiñan el ojo y nos sonríen; también lo hacen por la forma en que nos referimos a ellos: por ejemplo, decir que “los robots nos engañan” o “nos sonríen” (como hago yo aquí arriba) es atribuirles una voluntad que están muy lejos de tener, y sin embargo es muy probable que la mayoría de mis lectores hayan aceptado esas frases sin ningún inconveniente. Es un hecho que si describimos a un robot diciendo que sus sistemas le permiten estar atentopercibirdarse cuentaentendercomunicarse o expresar, nos será cada vez más difícil pensar en él como un objeto inerte, y nos dejaremos convencer de que muy pronto los seres humanos podremos crear máquinas sensibles y conscientes.

Los robots pertenecen, y probablemente siempre pertenecerán, al reino mineral, tanto como una piedra, un auto o la puerta de un elevador cuyos circuitos se bloquean a nuestro paso. Sin embargo, numerosos factores intervienen para que creamos que una máquina posee voluntad propia. Para empezar, los seres humanos somos propensos por instinto a identificar cierto tipo de movimientos como indicadores de que en ellos hay vida. De hecho, es posible que cierta fase “animista” del desarrollo lleve a los bebés a creer que todos los objetos están vivos, cosa que refrendamos los padres y madres cuando un pequeño se golpea con una puerta y exclamamos: “¡Fea puerta!” e incluso lo alentamos a que le devuelva el golpe. Esta fase seguramente se actualiza en la sorpresa que provocan las puertas de un elevador a quienes por primera vez las ven abrirse a su paso (creo que en realidad eso nos sigue ocurriendo a todos de manera inconsciente).  Como anécdota, estoy seguro de que la tía Pacecita, anciana que vivía asombrada por la forma en que su control remoto activaba la tele, luchaba cada día contra la certidumbre de que entre ambos aparatos había un extraño acuerdo.

Pero hay más. Según estudios recientes, una parte de nuestro equipamiento psíquico está destinada a identificar rasgos animales (ojos, caras, cuerpos) en medio de cualquier caos de formas, como el de las nubes o el tirol del techo. Al parecer se trata de estados de alerta instintiva desarrollados por nuestros ancestros para detectar la presencia de agresores ocultos en el entorno.

Añadamos también la empatía que todos sentimos hacia ciertas fisonomías, por ejemplo, el tierno rostro de algunos muñecos de peluche: sabemos que estos son objetos sin vida, y sin embargo, algo en nosotros no está muy convencido de ello (luchamos contra esa certidumbre, como la tía Pacecita). Peor aún, si esos rasgos enternecedores se acompañan de ciertas movimientos “expresivos”, nos será casi imposible negar que detrás de ellos hay una vida y quizás hasta una conciencia. La ilusión quedará consumada si el sujeto en cuestión (perdón, el objeto en cuestión) articula cierto discurso inteligible.

Claro, si a todo lo anterior añadimos nuestra fe casi supersticiosa en lo ilimitado de la ciencia, convertiremos esa ilusión momentánea en una apasionada convicción de que “los androides llegaron ya” (cosa no muy diferente a la vieja creencia de que “los marcianos llegaron ya”). En pocas palabras, volveremos a creer en cuentos de hadas. Y esto no lo digo yo, simplemente parafraseo al gran biólogo Thomas Huxley (amigo personal y principal defensor de Darwin), quien decía: “¿Cómo puede ser que una cosa tan notable como un estado de conciencia surja a consecuencia de una excitación de la materia inerte? Es algo tan inexplicable como la aparición del genio cuando Aladino frota la lámpara” (Huxley no hablaba de excitar materia inerte sino tejido cerebral).

***

No creer en cuentos de hadas no es fácil. Ahí está Pinocho, el muñeco de madera que adquiere un alma humana; ahí está la bellísima escena final de Inteligencia Artificial de Steven Spielberg, en la que unos robots místicos se encuentran con el niño robot protagonista; y está también la conmovedora secuencia de Blade Runner, en la versión de Ridley Scott de 1982, donde el replicante Roy Batty, a punto de desactivarse, llora bajo la lluvia con una paloma blanca en las manos: “He visto cosas que ustedes los humanos no podrían imaginar. Todo eso se perderá en el tiempo, igual que lágrimas bajo la lluvia. Es hora de morir”.

Los adoradores de esas secuencias no me bajarán de desalmado, de inhumano. Sin embargo, yo las adoro igual que ellos, aunque como alegorías de la vida humana, cosa muy diferente a darlas por ciertas y crear utopías o anti-utopías a partir de ellas (con robots que hacen feliz a la humanidad o la destruyen intencionalmente).

Pensemos un poco sobre lo que implica la idea de que los robots se humanicen. Antes que nada, debo aclarar que a mí, como a casi todos, me resulta enormemente seductora y tranquilizante la idea de que a través de la ciencia los humanos podamos dominar la materia al grado de crear seres a nuestra imagen y semejanza. Con tal dominio y autoconocimiento (“conocernos como si nosotros mismos nos hubiéramos creado”, diría la filósofa María Zambrano), sin duda estaríamos en la posibilidad de hacernos inmortales y de edificar realidades inimaginables, sin agotar nunca nuestro potencial creativo y viviendo en eterna armonía con el cosmos y con nosotros mismos. Confieso que si en ocasiones dirijo mi mirada hacia una espiritualidad que no cree que todo se resuelve en el mundo de la materia, no lo hago porque me guste renunciar a esta promesa de la ciencia y prefiera masoquistamente seguir creyendo en un más allá indemostrable. Juro que si supiera que toda la paz que entreveo en lo espiritual se consigue mediante el conocimiento racional y científico, no haría otra cosa que dedicarme por completo a éste y se me vería luchando junto con la comunidad científica para alcanzarlo, aun cuando no me tocara a mí ver su culminación y sólo estuviera trabajando en favor de las generaciones futuras.

Pero resulta que no se necesita reflexionar demasiado para comprender que la realidad no responde del todo a verdades demostrables y que algunos huecos de la ciencia nunca se podrán llenar, no por deficiencia del método científico ni por nuestra incapacidad para entenderlo todo, sino simplemente porque su existencia está envuelta en un misterio que es en sí mismo irresoluble.

Lo anterior se puede aclarar poniendo como ejemplo una de esas dramáticas incógnitas sin solución: la de la aparición de la conciencia. Para hablar de ella, Huxley utilizó la alegoría de la lámpara de Aladino que mencioné arriba, utilísima para empezar a decodificar esa mitología parcialmente instintiva que se oculta en nuestras palabras. Ahora, queriendo avanzar un poco, quiero proponer una segunda alegoría que trata el tema ya no como cuento de hadas sino como relato de ciencia ficción.

***

Imaginemos una supercomputadora construida con los materiales más innovadores del mundo; es majestuosa, veloz y extraordinariamente potente; tiene la capacidad de recibir toda la información que existe en este momento en el planeta, y de procesarla. No hay problema computacional que esta máquina no pueda resolver.

La computadora se encuentra en un cubículo especialmente diseñado para ella. Una mañana, la mujer que se encarga de su mantenimiento, abre la puerta y presencia una escena estremecedora: frente a la supercomputadora, sentado en una silla, hay una especie de ser humano cuyo cuerpo entero se extiende en difusas radiaciones hacia la máquina. La mujer permanece pasmada frente a él. Conforme pasan las horas, van llegando al lugar los operadores expertos, y así como llegan se quedan paralizados, expectantes, sin aliento.

Al día siguiente el lugar está lleno de investigadores especialistas (se ha pedido a la mujer de mantenimiento que abandone el área). Ahora el extraño ser frente a la máquina, se agita, gesticula y hace exclamaciones en armoniosa sintonía con ésta, como si sintiera y a veces presintiera lo que va apareciendo en sus tableros y pantallas.  Las hipótesis sobre su presencia no se han hecho esperar. La primera, y más obvia, es que todo esto es producto de un hackeo, que el extraño personaje es una especie de holograma controlado por alguien ajeno al sistema. Sin embargo, los rastreadores más hábiles no logran hallar la fuente. Después de varias noches de desvelo, esta hipótesis se exacerba: es un hackeo procedente de otra dimensión, idea acorde con las teorías de que nuestro universo es una especie de simulación digital.

Una noche, tres de los investigadores deciden seguir la charla en una cantina y al calor de las copas conciben la hilarante idea de que el extraño ser es un preso político de otra dimensión, que ha sido desterrado, o más bien, in-terrado (los tres expertos ríen cuando inventan esta palabra) en la máquina, a la que ahora está sujeto y de la que no puede escapar. Cuando al día siguiente, ya sobrios, cuentan a sus compañeros las locuras de la noche, no imaginan que detonarán un caos entre los presentes, ¿Y si en efecto el extraño operador es un ser de otra realidad, “caído” en ésta? Todos sus movimientos respaldarían tal idea: la manera en que se mueve, la forma en que todo su cuerpo está conectado a la máquina.

Varios expertos se lanzan a explorar la posibilidad de comunicarse con él a través de otras computadoras, y es así como creen descubrir que el extraño ser “piensa” y “siente” en relación con lo que pasa en la máquina y que es capaz de tomar decisiones adicionales a las de ésta, llevando las capacidades del equipo hacia nuevos confines. Entonces acuerdan plantearle la pregunta “¿Eres una simulación controlada desde otra dimensión o existes realmente? Al hacérsela, el Operador ─ahora le llaman así─ entra en una especie de pasmo y toda interacción con él se pierde. Pasan las horas. Eventualmente se registra actividad. Después de casi medio día, el Operador vuelve en sí con una especie de sobresalto: “Tal vez todos mis pensamientos están controlados desde otra dimensión, pero detrás de ellos hay algo de lo que no puedo dudar: que estoy pensando y que eso significa que existo”. La mayoría de los expertos se sorprende; concuerdan en que hay ahí un ser consciente. Sólo a algunos la respuesta les suena sospechosamente parecida al Pienso, luego existo de Descartes y aseguran que una máquina tan simple como el primitivo ChatGPT podría haber dado esa respuesta.

Las opiniones se dividen dramáticamente. Ahora muchos piensan que el extraño ser no tiene nada que ver con realidades externas sino que es sólo producto de la interacción de la materia, especie de proyección espontánea en la interfase del sistema operativo con los discos de memoria, loop virtual con que la máquina ha adquirido conciencia de sí misma. La hipótesis avanza: el Operador tiene en realidad escasa injerencia en los procesos del equipo, la mayoría de los cuales siguen siendo inconscientes. La hipótesis culmina: el Operador cree que gobierna a la máquina cuando en realidad es gobernado por ella; él se limita a testificar una mínima parte de lo que ocurre en ésta, como un títere que reproduce de forma limitada los movimientos muchísimo más complejos de su manipulador. Algunos proponen que deje de llamársele Operador y se le denomine Testigo u Observador.

Todo es polémica y agitación entre los expertos. Pero algo muy diferente ocurre en el comedor de mantenimiento. Sentada en una silla, la empleada que días atrás vio al Operador por primera vez, no recuerda otra cosa que la imagen que la asaltó al abrir la puerta. Para ella, el único misterio que le parece intrigante es la presencia misma de ese ser aparecido ahí. La verdad es que no sabe ni siquiera cómo formular la pregunta, no sabe si debería decir “¿Qué es?” o “¿quién es?”, “¿es, en realidad?”, “¿por qué?”, “¿para qué?” O simplemente dejar salir un grito. Sus compañeros la han visto sumergirse cada vez más en sí misma…

***

Fin del relato.

El enigma de la aparición de la conciencia ─no sólo en los humanos sino en todos los seres vivos que pudieran tenerla─ parece irresoluble, pero no por eso deja de convocarnos a enfrentarlo. Es sin duda uno de los puntos clave a tratar con nuestros estudiantes en la discusión sobre los límites de la inteligencia artificial y sobre su repercusión tanto en la vida cotidiana como en el devenir planetario. ¿Qué tanto creeremos cuando nos digan que un robot tiene respuestas propias a nuestras preguntas? ¿Nos indignaremos de que un país otorgue calidad de ciudadano a una máquina? El uso de alegorías como las que he planteado sirve para detonar preguntas. Relatos como el de la lámpara de Aladino planteado por Huxley, el mío sobre la supercomputadora o cualquier otro que el docente crea adecuado, puede abrir la discusión: algunos estudiantes negarán que la materia inerte puede hacer emanar de ella un ser consciente; otros afirmarán que llegaremos a conocer el cuerpo humano “como si nosotros mismos lo hubiéramos creado” y que podremos fabricar seres a nuestra imagen y semejanza; sobre esto último habrá quien diga que aún si ese conocimiento fuera posible, aun faltarían muchos, muchos años para llegar a él (tal vez tantos que al momento actual se le recordaría diciendo: “Había una vez…”).

A partir de esos planteamientos surgirán nuevas visiones y nuevas alegorías (un buen ejercicio será pedir a nuestros estudiantes que las elaboren). Nosotros, como docentes, planteemos el dilema y permitamos que las ideas fluyan. Dejemos cualquier conclusión como provisional, y disfrutemos viendo cómo algunos estudiantes se atreven por momentos a avanzar en el camino que plantean los otros. Construyamos con nuestro diálogo la educación que queremos.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/la-educacion-que-queremos-desaprender-lo-que-creemos-sobre-los-robots/

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España: Uno de cada diez alumnos de primaria sufre acoso escolar

Europa/España/05-05-2023/Autor: Alfonso Torices/Fuente: www.elcomercio.es

Estudiantes, familias y profesores ensalzan, no obstante, la convivencia diaria en los centros, que puntúan entre notable alto y sobresaliente.

Uno de cada diez alumnos de colegios de educación primaria asegura que sufre o ha sufrido acoso escolar. Así lo indica el primer chequeo sobre el clima general de convivencia en las aulas españolas impulsado por el Ministerio de Educación en muchos años, cuya publicación coincide con la consternación desatada por el suicidio de una víctima de esta lacra en Gijón.

Es un trabajo de más de 300 páginas dirigido por un equipo de expertos de la Universidad de Alcalá y confeccionado a partir de las respuestas de 37.333 ciudadanos representativos del país, el 70% estudiantes de primaria, el 20% padres de alumnos y el 10% restante profesores, directores y responsables de los equipos de orientación psicopedagógica de las escuelas.

Los estudiantes de 6 a 12 años que se consideran víctimas de acoso presencial en el aula son el 9,5%, una cantidad muy similar a los 9,2% que dicen haber recibido burlas, amenazas o persecuciones a través de su móvil. Porcentajes no excluyentes, con bastantes alumnos que han sido atacados por ambos canales.

El primer chequeo sobre la violencia en la escuela realizado por el Ministerio de Educación en años reclama acciones contundentes contra el acoso

Se trata de una proporción inferior (la mitad o la tercera parte) de la estimada por sondeos sobre este tipo de violencia realizados por las ONG de la infancia, pero es consecuente con otras respuestas al cuestionario del Ministerio de los diversos colectivos educativos.

El porcentaje de víctimas coincide con el poco más de 10,5% de alumnos que dice haber sido testigo del acoso a otros compañeros y es coherente con el 7,7% de padres que sabe o está convencido de que su hijo está siendo insultado, vejado o atacado por otros alumnos. La proporción tampoco desentona con el 4,5% de estudiantes de primaria que confiesa a los investigadores que, en alguna ocasión, ha acosado a alguno de sus compañeros.

Pese a que el porcentaje sea inferior al de otras estimaciones, los expertos subrayan que se trata de una cifra «suficientemente relevante» –equivaldría a unos 200.000 escolares acosados– como para que los centros «revisen» el abordaje que están dando a las situaciones de acoso y para «invitarles a seguir avanzando en una respuesta educativa más contundente, a través de medidas específicas». «Se debe conseguir institucionalizar programas y estructuras organizativas específicas que favorezcan la convivencia», recomiendan.

El informe concluye que el abuso sexual en la niñez es una «realidad invisibilizada» y que hay que formar a los profesores en su detección

El trabajo destaca el importante papel que deben jugar los profesores y el círculo más cercano de compañeros a la hora de minimizar o terminar con el acoso. Aunque uno de cada cuatro alumnos testigos del acoso o el ciberacoso no saben qué hacer o no hacen nada, el otro 75% sí que actúa. El 65% se lo cuenta a profesores, padres o amigos y casi un 10% se enfrenta al acosador.

Los investigadores se detienen en un punto que les preocupa especialmente. Cuando preguntan a los profesores por los casos de abuso sexual en la infancia la respuesta se puede resumir en que es «una realidad inexistente en los centros». Sin embargo, los expertos recuerdan que estudios monográficos realizados por ONG de referencia como Save the Children estiman que entre el 14% y el 28% de las niñas españolas de estas edades y entre el 4% y 12% de los niños sufren abusos sexuales, sobre todo a manos de su entorno más íntimo. Esto hace pensar, indican, que se está ante «una realidad muy invisibilizada» que «hace necesario formar al profesorado y a otros profesionales educativos en la detección del abuso sexual infantil».

Baja conflictividad

Las cifras de acoso desveladas por el estudio cuadran con el bajo grado de conflictividad que todos los coinciden que se vive en el día a día de sus centros. Si diez significa ausencia de problemas, directivos y profesores superan la nota de ocho y hasta los orientadores, los conocedores más directos del grado de acoso, dan 7,83. Alumnos y docentes relatan que los pocos problemas que hay son conflictos menores (perdidas de tiempo o interrupciones en el aula o faltas de respeto al profesor o a otro chico), con un mínimo de agresiones.

Todos los colectivos preguntados (alumnos, padres, profesores, directores y orientadores) coinciden en que en las escuelas predomina una convivencia muy positiva. Le dan una nota de notable alto o sobresaliente, con el 9,24 de los estudiantes al frente.

Están también de acuerdo en que las estructuras, condiciones y herramientas de sus centros para construir una buena convivencia funcionan bien –con un alto número de colegios que ya tiene programa de alumnos mediadores en conflictos–, aunque todos piden mejorar la detección de casos. Los sindicatos de profesores, por su parte, exigen más presupuestos y horas de dedicación para los recién creados coordinadores de bienestar, que deben ser el referente en los colegios contra el acoso escolar.

Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/sociedad/educacion/diez-alumnos-primaria-sufre-acoso-escolar-20230503003141-ntrc.html

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Libro(PDF): Pedagogías decoloniales y producción de subjetividad en la a trayectoria de Laura Manavella y Oscar Lupori

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital.

Con el orgullo de la belleza que deriva de una práctica en la que nos producimos en lo colectivo, presentamos estos materiales inéditos y sentidos que son palabras biopolíticas de Laura Manavella y Oscar Lupori. Estas piezas, como mosaicos multicolores, emanan de praxis sociopolítica cuya reflexividad incesante queda por veces suspendida para que siga resonando en cada subjetividad y en cada entramado colectivo que nos hospeda. Alojamos este arco iris de preguntas, de reflexiones, de poéticas en nuestro proyecto de investigación denominado “Cuerpos, territorios, resistencias y re-existencias. (Trans)Feminismos. Agendas geopolíticas y epistémicas desde Argentina”. Un proyecto local que se desenvuelve al interior de nuestra universidad pública. Como dispositivo pedagógico de co-investigación, se halla enredado a otro proyecto colectivo de carácter global, transfronterizo: el que se genera en nuestro Grupo de Trabajo de CLACSO “Prácticas emancipatorias y metodologías descolonizadoras transformadoras”.

De la Presentación

Autoría: Ruth Sosa. Sebastián Vera. [Coordinadoras/es]
Ruth Sosa. Sebastián Vera. Oscar Lupori. Laura Manavella. Antonela Di Bartolo. Cecilia Brixio. Gonzalo Ghio. Juan Rodríguez. Larisa Vilches. María Paula Arce. Mariela Carla Morandi. Martín Abraham. Mónica Castaño. Natalia Bentos. Pedro Ferretti. [Autoras/es de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO.

Año de publicación: 2023

País (es): Argentina.

ISBN: 978-987-813-487-1

Idioma: Español

Descarga: Pedagogías decoloniales y producción de subjetividad en la a trayectoria de Laura Manavella y Oscar Lupori

Fuente e Imagen: https://libreria.clacso.org/publicacion.php?p=2787&c=5

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Colombia: ¿Quiere estudiar universidad en España? Firmarán acuerdo que eliminaría requisito para lograrlo

América del Sur/Colombia/05-05-2023/Autora: Valeria Arias Suárez/Fuente: www.publimetro.co

Le contamos los detalles dados por la ministra de Educación, Aurora Vergara, sobre este nuevo convenio.

En las últimas horas se conoce una buena noticia para colombianos y colombianas que desean ir a estudiar a España, pues se firmaría un acuerdo que eliminaría un requisito que significaba un obstáculo importante para cumplir ese objetivo de educación superior en el exterior. También habría un cambio para la convalidación de títulos universitarios. Le contamos los detalles que entregó la ministra de Educación, Aurora Vergara.

Actualmente estudiar la universidad y otro tipo de carreras de educación superior en España solo es posible para personas que en Colombia han presentado la Prueba Saber Icfes y hagan un trámite de homologación de título de bachillerato. Sin embargo, este requisito cambiaría con un acuerdo anunciado por MinEducación.

Se trata de un convenio que sería firmado entre Colombia y España mediante un documento de entendimiento para eliminar la exigencia de la homologación del título de bachillerato a colombianos que quieran acceder a educación superior en España.

“Este acuerdo administrativo con España da la posibilidad que las personas que se hayan graduado de 11 y hayan presentado el Icfes, las Pruebas Saber, puedan venir a España y puedan acceder al sistema de educación superior sin tener que pasar por el proceso de homologación de estas pruebas”, señaló al respecto la ministra de Educación Vergara.

En este sentido, la ministra argumentó que es un hito importante y que el objetivo es lograr “ofrecerle a las familias esa posibilidad. Ambos países han trabajado de una manera muy rigurosa en los últimos meses para avanzar en el cierre de esta apuesta”.

De igual forma, la ministra se pronunció ante la demora en el trámite de la convalidación de títulos de educación superior y explicó que se están llevando a cabo mesas técnicas y que el ministro de universidades de España, Joan Subirats Humet, presentaría pronto ajustes a un decreto. Estos ajustes se concentrarían en que la convalidación se simplifique en tiempo y que “los colombianos que vengan a España una vez radiquen sus documentos puedan tener un plazo mucho menor al que ha existido”.

Fuente: https://www.publimetro.co/noticias/2023/05/02/quiere-estudiar-universidad-en-espana-firmaran-acuerdo-que-eliminaria-requisito-para-lograrlo/

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El 9,5 % del alumnado de primaria ha sido víctima de acoso escolar

Por:

El informe realizado por la Universidad de Alcalá de Henares y dirigido por Juan Carlos Torrego ha recogido información de más de 33.000 personas entre estudiantes, familias, equipos directivos, docentes y equipos de orientación escolar. Casi un 10 % del alumnado ha sufrido acoso por parte del 4,6 % de quienes reconocen haberlo realizado. Un 10.6 % de estudiantes dicen haber sido testigos.

El Estudio estatal sobre la convivencia en los centros de educación primaria es el primero de estos que se elabora desde el Observatorio Estatal de la Convivencia desde que este mismo organismos publicara, en 2010, un informe similar, dirigido por María Díaz-Aguado, y centrado en la etapa de secundaria. En esta ocasión, ha corrido a cargo de un grupo de investigadores dirigido por Juan Carlos Torrego Seijo, de la Universidad de Alcalá de Henares y que en la anterior etapa del Observatorio Estatal fue uno de sus integrantes.

Casi 400 páginas de estudio que ofrecen una enorme cantidad de información sobre cómo la comunidad educativa vive la convivencia escolar, el acoso y las diferentes relaciones que se establecen o deben establecerse entre sus miembros. De este maremágnum, destaca, efectivamente, una prevalencia de, 9,5 % de estudiantes que han sido víctimas de acoso y el 4,6 % de quienes han acosado a alguien en los últimos meses. Las cifras son prácticamente las mismas para el ciberacoso, sufrido por el 9,2 % y protagonizado por el 4,62 %. A esto se suma el 10,65 % de quienes dicen haber sido testigos de situaciones de acoso.

El informe atribuye la diferencia entre víctimas y victimarios “a la falta de reconocimiento de la responsabilidad por parte de los acosadores (…) y, por otro lado, a que un mismo alumno puede ser acosador/ciberacosador de más de un compañero”.

La muestra del estudio ha sido de 37.333 de quienes el 70 % corresponden a alumnos; el 19 % a familias; el 8% a profesorado; el 2 % equipos directivos, y 1 % estructuras de orientación. Un 58,12 % son mujeres y el 41,87 % varones.

Os dejamos aquí algunos gráficos para bucear en cómo se vive la convivencia en los centros de primaria según los datos que han recogido en la encuesta desde la Universidad de Alcalá de Henares y cuáles son las principales causas de los problemas que se dan.

Como puede verse en el gráfico, la convivencia parece no tener graves problemas en los centros. Los problemas más comunes y habituales tienen que ver con las molestias que generan los compañeros y que obligan a pedir ayuda y en menor medida, hablar en clase hasta el punto de interrumpir al docente en su explicación. Le siguen el uso de insultos y motes. También habría que atender a las peleas en clase y a las molestias de los compañeros.

Sin duda, destaca, en la columna de la derecha. Con una alta incidencia de la defensa pacífica ante los ataques de compañeros.

Las familias, por su parte, se muestran más benévolas en sus opiniones sobre lo que ocurre en los centros educativos en relación a la convivencia, ya sean interrupciones de la clase, el incumplimiento de las normas o con qué frecuencia se producen casos de ciberacoso o abuso sexual en el centro.

A pesar de que los problemas de convivencia más graves no parecen tener un enorme peso en la situación de niñas y niños, lo cierto es que hay un porcentaje más o menos relevante de alumnas y alumnos que se sienten víctimas de acoso. El 9,53 % así lo aseguran. Frente a este colectivo está el de quienes admiten haber acosado a alguien en su clase, una cifra de algo menos de la mitad, el 4,58 %. Desde el estudio se explica que esta diferencia entre ambas cifras puede deberse a que quienes acosan no tengan claro que lo hacen o que la misma persona bien pueda estar acosando a más de un compañero o compañera.

El estudio centra una parte de las pesquisas en las reacciones de las personas que presenciaron alguna agresión en el centro, ese 10,65 % del alumnado que fue testigo.
Además, se preguntó al alumnado, esta vez al conjunto, sobre sus reacciones en el caso de presenciar alguna situación de acoso.
También se ha preguntado al alumnado por sus reacciones en el caso de que fuera un adulto quien intentara hacerles daño.

Profesorado

También se ha preguntado al profesorado por los motivos de las dificultades de convivencia en los centros educativos desde su punto de vista. Aunque hay ítems que coinciden con los alumnos, también hay diferencias más o menos claras. Abajo aparecen dos gráficos que recogen los diferentes motivos de complicación de la convivencia y cuánto peso tienen según maestras y maestros.
El estudio también ofrece datos sobre la percepción de los equipos directivos y de las estructuras de orientación que ofrecen porcentajes bastante similares a los del profesorado.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2023/05/03/el-95-del-alumnado-de-primaria-ha-sido-victima-de-acoso-escolar/
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Racismo, ¿Dónde?

Pro: Tahira Vargas García 

La discriminación racial en nuestro país afecta notablemente la cohesión social y el clima democrático que debe prevalecer. Se violan los derechos de las personas según su color de la piel y se oculta.

El racismo está definido en términos antropológicos (Ferrer Guerra, 2008) como “cualquier actitud, manifestación de rechazo o agresión verbal, física, psicológica hacia una persona sustentada en el color de su piel y/o sus características físico-raciales”.

El racismo está muy interiorizado en nuestra cultura, afectando el modo en que las personas se relacionan donde el color de la piel provoca barreras y exclusión. Se asocia el color de la piel con cualidades personales, conducta y modelo de ser humano, “el negro no es gente”. Esta expresión muy presente en nuestra vida cotidiana se aplica tanto a la población dominicana de piel negra (que es la mayoría, aunque no lo reconoce), a la población dominicana de ascendencia haitiana como a las personas migrantes haitianas. En distintos estudios encontramos relatos de personas que hacen referencia a situaciones de discriminación racial vividas como las siguientes:

  • Discotecas y lugares nocturnos que no permiten la entrada a personas de piel negra y que disfrazan esta práctica racista con otras excusas. Esta practica es frecuente.
  • Prácticas policiales de persecución a jóvenes de piel negra en residenciales porque supuestamente parecen “delincuentes”. Se han producido casos de jóvenes que en su zona residencial caminan hacia su hogar y son detenidos por la policía para investigarlos “por sospechosos” porque son negros.
  • Centros educativos. En los centros educativos expulsan a jóvenes de ambos sexos que lleven trenzas o el pelo crespo al natural, considerados “peinados raros” y exhortan a las jóvenes a “desrizarse”.Situación que muestra una fuerte carga de discriminación hacia el pelo crespo en su forma natural, al que le llaman “pajón”.
  • En muchos restaurantes las personas negras son las últimas en atender (observaciones realizadas in locus) y tomarle la orden, o si están acompañadas de personas de piel blanca no le toman la orden de comida o bebida. Recientemente se publicó la situación vivida por el hijo de un pelotero en un restaurante de esta ciudad que refleja violaciones de derecho y prejuicios raciales.
  • Tiendas y plazas comerciales ubicadas en lugares de estratos medios-altos. En ciertas tiendas y plazas comerciales personas de piel negra han sido interrogadas por “sospechosas” y se duda de su poder adquisitivo.
  • En guaguas públicas que viajan hacia el interior del país o del interior hacia Santo Domingo, algunos chóferes desmontan a personas de piel negra por ser “prieto” con expresiones como “no quiero prietos en mi guagua”. En los diferentes chequeos militares que se encuentran desde provincias del Suroeste hacia Santo Domingo se tiende a sacar de las guaguas a toda persona que se “vea” como negra porque parecen haitianas, las humillan y le revisan su documentación.

La discriminación racial en nuestro país afecta notablemente la cohesión social y el clima democrático que debe prevalecer. Se violan los derechos de las personas según su color de la piel y se oculta.

Solo se puede erradicar el racismo si se asume en forma clara y transparente su existencia y se desarrollan políticas sociales y educativas dirigidas a su erradicación.

Las personas que más se perjudican de esta negación y ocultamiento de la discriminación racial somos todo el pueblo dominicano. Mientras exista racismo y discriminación no se puede lograr: relaciones de igualdad, armonía, confianza, democracia y sobre todo desarrollo humano.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/opinion/racismo-donde-9177498.html

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El nuevo año escolar empieza sin clases en Afganistán

Asia/Afganistán/24-03-2023/Autor(a) y Fuente: www.jornada.com.mx

Kabul. Las escuelas afganas reabrieron este martes para el nuevo curso escolar, pero debido a la falta de comunicación de las autoridades talibanas, los alumnos no acudieron a los establecimientos, que siguen estando prohibidos a las adolescentes, constataron periodistas de la AFP.

Las autoridades decidieron la reanudación el martes de las clases de primaria y secundaria pero no lo anunciaron públicamente, con lo que los alumnos no acudieron a las escuelas, constataron periodistas de la AFP tras visitar siete centros en Kabul.

«Nuestro director nos mandó una carta del ministerio de Educación, pero como no se hizo ningún anuncio público, ningún alumno vino», dijo a la AFP Mohammad Osman Atayi, profesor de un centro de secundaria en la capital.

El anuncio no supone ningún cambio para las chicas de entre 11 y 18 años, quienes tienen prohibido el acceso a la educación secundaria desde el regreso de los talibanes al poder en agosto de 2021.

Hubo un breve momento de esperanza para las cientos de miles de adolescentes afectadas el 23 de marzo de 2022, cuando las autoridades habían prometido reanudar las clases para mujeres, pero horas después se retractaron.

«Estoy deprimida y rota», explicó a la AFP Sadaf Haidari, de 15 años. «La educación es nuestro derecho fundamental. Tenemos que ir a la escuela (…) pero los talibanes nos quitaron todo».

Las autoridades aseguraron que la prohibición, que no afecta a la educación primaria, era temporal y que las clases se reanudarán una vez se defina un programa basado en los preceptos islámicos.

Sin embargo, algunos responsables talibanes afirman que los religiosos ultraconservadores que aconsejan al líder supremo Hibatullah Akhundzada son profundamente escépticos respecto a educar a las mujeres.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2023/03/21/mundo/el-nuevo-ano-escolar-empieza-sin-clases-en-afganistan/

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