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La violencia de género, con y sin pandemia

Por: La Jornada

En plena epidemia, cuando la vida cotidiana de millones de personas se ve prácticamente circunscrita sólo al ámbito familiar, la violencia en contra de las mujeres, lejos de disminuir, se ha intensificado en los días que van de confinamiento por el coronavirus. Bien mirado el dato, no resulta tan sorprendente si se toma en cuenta que una de las manifestaciones más comunes de la violencia de género tiene lugar precisamente dentro de la familia. En ese núcleo se juntan los factores sicológicos, siquiátricos, sociales y culturales que detonan el comportamiento agresivo que deriva en lesiones de todo tipo, y en casos extremos culmina con la muerte de las víctimas. Extremos, pero no por ello inusuales: el hecho de que en los tres primeros meses del año, incluido el periodo de emergencia sanitaria, se hayan registrado en el país casi mil asesinatos de mujeres (la cifra más alta desde 2015, cuando se empezaron a elaborar estadísticas sobre el tema) indica que la curva de esta forma de violencia mantiene su alarmante tendencia a crecer.

Desde hace al menos un decenio casi no hay día en que los medios no informen de abusos y agresiones cometidas contra mujeres, ya sea en sus entornos familiares o en otros escenarios. En este periodo, algunos expertos en ciencias del comportamiento han llegado a conclusiones tales como que la violencia de género en el hogar no se puede atribuir a desórdenes síquicos ni patologías individuales de los agresores, ni tampoco a factores derivados del medio externo o de la estructura socioeconómica, dado que –dicen– las agresiones se producen en todos los estratos sociales.

Acerca de este punto, sin embargo, no hay coincidencias. Algunos funcionarios han declarado recientemente que el confinamiento obligado por el Covid-19 favorece, con sus tensiones, la violencia intrafamiliar, basándose en que desde que inició la cuarentena los porcentajes de denuncias por agresión y maltrato se han incrementado, alcanzando otro indeseable récord desde que se contabilizan dichas denuncias. Además, ni siquiera se dispone de datos confiables sobre el número real de mujeres agredidas: una agencia de investigaciones y estadísticas sostiene que la cantidad de denunciantes de hechos violentos sólo representan 11 por ciento del universo de afectadas.

Estos números fortalecerían la hipótesis de que el aumento de la violencia de género se debe, por lo menos en parte, a la situación de estrés e incertidumbre que provoca el aislamiento familiar debido a la emergencia sanitaria. Pero tampoco sobre esto hay opiniones coincidentes. Hay diferencia entre las llamadas por violencia y las denuncias ante el Ministerio Público, y como estas últimas no se han incrementado de manera tan dramática como aquéllas no es fácil tener un dato numéricamente confiable de cuántas son las mujeres víctimas de violencia.

Como sea, la información disponible indica que el número de víctimas es inadmisible, incluso cuando una sola constituiría una tragedia. Si se suman la figura de los homicidios dolosos y la de feminicidio, y se le agrega la enorme cantidad de casos en que las mujeres agredidas no pierden la vida, pero sufren distintos grados de lesiones, en su casa o fuera de ella, con o sin confinamiento, continúa siendo acuciante la necesidad de combatir con mayor eficacia el terrible problema que parece haber echado sus malas raíces en nuestra sociedad.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/04/26/opinion/002a1edi

Imagen: https://pixabay.com/photos/hand-silhouette-shape-horror-984170/

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La carta viral de un profesor a sus alumnos: «No os agobiéis. Es momento de aprender grandes lecciones, no matemáticas, física o literatura»

Por: ABC

Sergio Calleja, docente de filosofía, recuerda a sus estudiantes que lo están «haciendo muy bien». Y les recuerda que los profesores, por muchos deberes que manden, «no quiere decir que estemos enseñando, mucho menos significa que estemos educando»

Deberes, teletrabajo y niños está siendo la combinación explosiva desde que el coronavirus obligase a cerrar los colegios. Son muchos los hogares españoles que denuncian la carga lectiva ya que, aunque se intente que los alumnos lleven el mismo ritmo, las familias recuerdan a los docentes que es imposible. Avanzar o no en el temario, tener clase de todas las asignaturas (incluidas las extraescolares, como la natación), etc. sumado a las situaciones personales de cada casa (niños con TDAH, familias numerosas…), está generando un estrés adicional en los progenitores, que no dudan en desahogarse en los grupos de WhatsApp de padres del colegio.

Si se decreta o no el aprobado general y la promoción automática de curso está por verse. Pero cada vez son más voces las que recuerdan que estamos en una situación excepcional que requiere de medidas excepcionales y donde el aprendizaje tradicional debe quedar en un segundo plano para dar protagonismo a otras enseñanzas derivadas de esta situación.

En esta línea se sitúa Sergio Calleja, profesor de filosofía, que ha escrito en su blog una carta a sus alumnos para manifestarles su admiración. «Lo estás haciendo muy bien», asegura el profesor, que recuerda a sus alumnos que no se agobien con la lista de tareas que les manda el colegio. «Esta lista no es ahora lo más importante. Aceptad cada uno vuestra situación y sacad lo mejor de vosotros mismos como en tantas ocasiones os he visto hacer», les dice.

Esta es la carta íntegra del docente:

«Querido alumno adolescente:

No tengo que ser yo el que te diga que el confinamiento continúa y que parece que va para largo, ya lo sabes y ya lo sufres. Para nadie es fácil y sé que para ti menos. Cuando se tiene la vida en los labios, cuando se tienen tantas ganas de volar, cuando soñabas con ese viaje con todos tus compañeros, cuando se estrena la libertad cada día y cuando se desean vivir experiencias cada noche, estar encerrado en casa no es fácil. Solo te puedo decir que lo estás haciendo muy bien. Realmente bien.

Cuando cada día os oigo en la pantalla del ordenador, cuando recibo vuestras reflexiones sobre la libertad y cuando cumplís en la entrega de todo lo que los profesores proponemos solo puedo sentir orgullo de vosotros. Sí, no sé si alguien te lo está diciendo, si te sirve te lo digo yo: lo estás haciendo muy bien.

Entendiste muy pronto el mensaje repetido de que no estábamos de vacaciones y que las clases continuaban con normalidad, es verdad, pero que no te engañen, esto no es normal. Las clases no continúan con normalidad, que los profesores te mandemos una lista interminable de tareas (sé que te está resultando agobiante) no quiere decir que estemos enseñando, mucho menos significa que estemos educando. Sé que las circunstancias de cada uno de vosotros son muy diferentes, vuestro acceso a la tecnología, vuestras situaciones familiares, vuestros hogares… no os agobiéis, esta lista de tareas no es ahora lo más importante. Aceptad cada uno vuestra situación y sacad lo mejor de vosotros mismos como en tantas ocasiones os he visto hacer.

Es un tiempo privilegiado para aprender, no precisamente matemáticas, física, literatura o latín sino para aprender grandes lecciones importantes que, tal vez, pasan desapercibidas en las clases presenciales por el agobio del «temario oficial». Es un tiempo privilegiado para educar la paciencia, sé que te cuesta mucho; admirar la solidaridad del ser humano, todo el mundo está sacando lo mejor de sí mismo y esta me parece la mejor orientación académico-profesional que puedes recibir; entender la verdadera libertad; vivir con menos cosas; pensar mucho; entender lo importante que son las clases, quién te iba a decir a ti que estabas deseando volver al instinto del que tantas veces dijiste que te querías ir y no volver; entender y valorar la utilidad de las redes sociales como herramienta de relación y aprendizaje, no olvides que somos relación… seguro que tú puedes continuar esta lista de aprendizajes.

Los balcones se han convertido en escenarios improvisados para el mundo donde se aplaude, se canta, se recita, se interpreta música, se homenajea, se vibra…y ahí también estás tú. Las calles se llenan de aplausos y ruido de sirenas que emocionan. ¿No te parece esto una lección magistral?

Al final ha tenido que ser un virus y no un filósofo, como yo pensaba, quien nos remueve la conciencia y nos enseñe qué es la vida, su significado más profundo y su verdadera esencia. Cuando salgamos de nuestras casas, que hoy son más que nunca nuestras «cavernas», será otra la realidad que nos encontremos, más verdadera, más humana, más real, más viva. De esta saldremos siendo mejores, sabiendo qué es el bien, la belleza y la verdad.

Un abrazo. Habrá primavera.

Sergio Calleja«.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-coronavirus-carta-viral-profesor-alumnos-no-agobieis-momento-aprender-grandes-lecciones-no-matematicas-fisica-o-literatura-202004070149_noticia.html

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Cómo evitar el aislamiento y soledad durante el distanciamiento social

Por: Paulette Delgado

Es justo en estos momentos donde necesitamos fortalecer más que nunca las conexiones humanas, aunque no sean cara a cara.

El COVID-19, enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, no sólo está amenazando la salud física y la vida de muchas personas, también nos está afectando en el campo emocional. Con su llegada, son cada vez más los países que sugieren (o imponen, en algunos casos) a su población el distanciamiento social como medida preventiva para evitar el contagio. Aunque esta medida nos ayuda a disminuir la posibilidad de extender la propagación de este virus, puede provocar soledad y aislamiento, poniendo en riesgo nuestra salud mental.

Es justo en estos momentos donde necesitamos fortalecer más que nunca las conexiones humanas, aunque no sean cara a cara. Elizabeth Dorrance Hall, directora del Laboratorio de Comunicación y Relaciones Familiares, señala que la ventaja es que ahora estamos más equipados que nunca para mantener relaciones sociales a distancia, ya que la tecnología ayuda a las personas a mantenerse cercanas incluso en épocas de distanciamiento físico.

Para no perder la comunicación entre la familia y los amigos, la Dra. Dorrance recomienda las videollamadas ya que son una gran herramienta para mantenernos conectados y sentirnos cercanos a pesar del distanciamiento ya que el video nos permite poder ver los comportamientos no verbales de la otra persona, gestos que por chat o mensaje de voz no se podrían percibir. Las videollamadas también nos ayudan a entender mejor el estado de ánimo de la otra persona y establecer una comunicación más clara y efectiva. Aspectos como el tono de voz, gestos peculiares, expresiones y mirada, son varios de los elementos que ayudan a tener una mejor conexión más cercana con otros, que por mensaje de texto no podríamos tener.

Además de las videollamadas, la Dra. Dorrance comparte los siguientes consejos para evitar sentirse solos durante la cuarentena:

  • Hablarle a algún amigo o familiar con el que se compartan gustos similares y ver una serie o película al mismo tiempo. Al final, pueden platicar e intercambiar puntos de vista sobre lo que vieron y hacer sugerencias y recomendaciones para ver la próxima ocasión.

  • En caso de tener una pareja a distancia, planear citas o comidas de manera virtual. Planear el menú, abrir una botella de vino y verse por videollamada ayudará a sentirse más conectados, a pesar de la distancia.

  • Unirse a comunidades en línea con personas que comparten gustos similares. Facebook cuenta con muchos grupos diferentes para todo tipo de intereses, así como páginas de internet especializadas desde fanáticos de un grupo musical hasta grupos de entusiastas del cine, fotografía o la repostería.

  • Aprovecha la cuarentena para aprender algo nuevo e invita a alguien para que te acompañe, ya sea tu pareja, hijos o algún amigo. Aprender a tejer o a tocar un instrumento puede ser un excelente momento para conectar con otros.

  • Debido a la cuarentena se están popularizando plataformas de videollamadas como Zoom o House Party, que permiten hacer videollamadas en grupo e incluso jugar a algún juego juntos. También es una gran herramienta para entretener a los niños, pueden conectarlos con algún amigo o familiar para que les cuente un cuento, les enseñe algún truco de magia o simplemente para platicar.

A pesar de que la tecnología nos puede ayudar a mantener la comunicación con seres queridos en tiempos de distanciamiento social, la incertidumbre y ansiedad que provoca el aislamiento prolongado, puede deteriorar y tensar  las relaciones familiares de aquellos que viven la cuarentena en familia, señala la Dra. Dorrance. Es por eso que a continuación, compartimos algunos consejos para mantener sanas relaciones familiares y de amistad.

Cinco estrategias para mantener relaciones de calidad en tiempos de distanciamiento social: 

  1. Positividad: Debido al constante bombardeo de malas noticias sobre el COVID-19, interacciones alegres nos ayudan a animar al otro, por lo que ser positivos es más importante que nunca.

  2. Apertura: Ser abierto con los demás, discutir sobre la manera en que estamos afrontando la situación y cómo nos sentimos. Esto también aplica en la manera en que nos revelamos ante el otro y la reacción que tenemos al escuchar de manera activa. Esto se demuestra por medio del contacto visual, uso de afirmaciones no verbales o mostrar interés en lo que los otros tienen que aportar.

  3. Garantías: Muchas veces garantizamos que nuestros seres queridos saben lo que significan para nosotros, por lo que damos por sentado esa relación y no expresamos nuestros sentimientos. En esta época de aislamiento social es clave tomarse el tiempo para externar lo mucho que valoramos a la otra persona, aunque se trate de tus hijos, pareja o familiares que ves todos los días.

  4. Tareas: Una relación, ya sea amorosa o de amistad, involucra a dos o más personas, por lo que debemos compartir la responsabilidad de mantener la conexión. Para mejorar la comunicación, podemos asignar tareas o actividades para continuar la relación. Por ejemplo, quién hablará, a qué hora y por qué plataforma. Hacer esto, dice la Dra. Dorrance, produce mayor satisfacción ya que se evita el sentimiento que uno hace más que el otro. Que una de las dos partes haga más esfuerzos por mantener la comunicación puede llevar a conflictos donde una de las dos partes no se sienten valorados o se sientan culpables de no aportar mucho a la relación. Otra manera es compartir el trabajo de planear actividades que pueden hacer juntos, ya sea juegos de mesa en línea o planear actividades para cuando acabe el aislamiento.

  5. Redes: Este apartado involucra mantener las conexiones con amigos y colegas o incluso, crear nuevas conexiones, ya sea por videollamada, mensaje privado o grupal, así como también conectar a otras personas con intereses en común. Por ejemplo, conectar a un amigo que nunca ha hecho trabajo remoto con otro que tiene experiencia trabajando desde casa, para que lo apoye y guíe en su adaptación.

¿Qué actividades estás haciendo para mantener la comunicación con tus seres queridos? ¿De qué manera están evitando sentirse solos o aislados? Comparte tus tips para mantenerse positivos en tiempos de distanciamiento social.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/distanciamiento-social-covid19

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Salud Mental: el verdadero reto del trabajo a distancia

Por: Sofía García-Bullé

La contingencia no solo se trata de detectar y atacar los aspectos que afectan nuestra salud física, la mental también importa.

Cuando pensamos en la eventualidad de trabajar desde casa, las primeras dificultades que consideramos son las técnicas, si tenemos los recursos tecnológicos para realizar teletrabajo; luego las logísticas, si podemos organizar el tiempo y las tareas para cumplir los objetivos, luego tal vez pensamos en los retos que implicaría trabajar en equipo con personas en otras locaciones y cómo lidiar el teletrabajo cuando tenemos roomates o familiares en casa.

Pero usualmente, cuando nos preguntamos cómo y cuándo el teletrabajo puede afectar nuestra salud mental, es porque ya lo hizo. La primera regla para la auto-conservación durante una situación de aislamiento, es mantenerse ocupado. Aquellos con la posibilidad de realizar sus labores desde la comodidad de sus casas ya tienen ese objetivo cubierto, pero a largo plazo, ¿será suficiente?

Los efectos psicológicos de trabajar en casa durante una cuarentena van más allá de una facilidad mayor para distraerse y la necesidad de cambiar de hábitos para cumplir las metas laborales. Entre las consecuencias de trabajar en un ambiente de aislamiento están: un sentimiento de soledad, estrés y ansiedad. Todos estos son elementos que pueden afectar la productividad de cualquiera a la larga, por no decir su salud mental.

Si estás en casa y ya comenzaste a experimentar algunos de estos efectos, te compartimos algunos consejos para mitigarlos.

1. Establece límites claros entre el tiempo dedicado al trabajo y el tiempo personal

Esta es una de las medidas más básicas para asegurar una jornada laboral eficiente, aún fuera de una situación de contingencia. El trabajo a distancia ofrece la oportunidad de ser más flexible con tus horarios, en algunos casos te da completa libertad para trazarlos, esto es una ventaja, y un problema. El 42% de los profesionales del sector público en Reino Unido han usado una instancia de flexibilidad sobre sus horas de trabajo. En Estados Unidos, 57% de la compañías ofrecen horas flexibles. A pesar de estas ventajas, la mayoría está trabajando más horas. Esto es porque la gente tiene la tendencia de trabajar más tiempo cuando se les permite flexibilidad en su horario, a diferencia de cuando no tienen la opción. El peligro de no monitorear las horas de trabajo aumenta cuando se tiene total autonomía sobre el horario laboral y se trabaja desde casa.

Establecer un horario definido y respetarlo ayuda a marcar los límites del recurso que representa nuestro tiempo como profesionales. Entender este tiempo como un recurso limitado y no como una manera de probar nuestra entrega al trabajo o de distraernos de una situación de aislamiento, es crucial para mantenernos concentrados y productivos dentro del horario laboral, así como relajados y con menos estrés fuera del mismo.

2. El trabajo en equipo no es solo “trabajo”

El trabajo a distancia por elección no es lo mismo que el que se hace en casa ante la contingencia de una crisis de salud. La mayoría de los artículos que aconsejan cómo ser más productivo trabajando desde casa coinciden en una indicación: salir de casa. En el necesario estado de cuarentena no podemos hacer eso, sin arriesgarnos a favorecer el avance de la pandemia. En parte, uno de los aspectos más pesados del aislamiento es la imposibilidad de procurar contacto humano presencial, especialmente cuando las interacciones laborales durante el trabajo a distancia se vuelven más concisas y transaccionales. Podemos enviarnos correos o hacer juntas en línea, pero ya no se da esa pausa para el café o esa comida en grupo.

“Cuando nos comunicamos con la gente, cara a cara, esto puede ayudar a hacernos más resistentes a los efectos del estrés a largo plazo”.

Hacerlo personal también es parte del trabajo, si procuramos un tiempo en la oficina para socializar y empatizar con nuestros compañeros. La socialización es algo que también podríamos seguir haciendo en línea en los momentos que tomamos nuestras pausas o descansos. Un sistema de soporte es crucial para mantenerse saludable y concentrado, atributos necesarios para realizar un buen trabajo, sin importar en qué ramo se labore. La comunicación es la base, y gracias a la tecnología digital, esta puede ser visual sin la necesidad de ser presencial.

“Cuando nos comunicamos con la gente, cara a cara, esto puede ayudar a hacernos más resistentes a los efectos del estrés a largo plazo”, señala la Dra. Maria Cohut, en un artículo para Medical News Today. Cohut sostiene que apelar a nuestra naturaleza social, es la mejor forma de lidiar con los aspectos psicológicos negativos de aspectos como el estrés laboral y el envejecimiento. Muchos profesionales trabajando en casa están pasando por las mismas experiencias debido al aislamiento, la comunicación personal y empática con ellos es tan importante como la laboral para mantener un nivel adecuado de salud mental, a pesar del encierro.

3. Rutina y self-care: lo más básico

La incertidumbre ante una contingencia por crisis sanitaria es uno de los aspectos más complicados de procesar a nivel emocional para todos. El aislamiento no solo nos adormece, sino que vuelve más difícil encontrar los reforzamientos positivos consecuentes de la interacción social. Haciendo más fácil la llegada de problemas como la ansiedad y la depresión. La situación se agrava cuando estamos ante una fase de cuarentena, en la que no hay un tiempo definido de encierro, y generar mecanismos que nos ayuden a adaptarnos se vuelve más difícil.

“Frecuentemente, si tienes un periodo definido de tiempo en el que te vas a aislar, a la gente le va bien, hasta la mitad del mismo”, explica Lawrence Palinkas, investigador de adaptación psicosocial a ambientes extremos para la Universidad del Sur de California. “Luego experimentan decepción. Pero cuando estás en una situación como la que tenemos ahora, en la que no estas seguro cuánto te pedirán mantener esa distancia social, esto también produce ansiedad”, agrega el especialista, generando la pregunta base: ¿cómo hacer frente a esta ansiedad?

La Dra. Maurya Glaude, profesora asociada en la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, EE. UU., recomienda centrarse en situaciones que se puedan controlar, como la ejecución de una agenda creada para cumplir con las tareas laborales y realizar tareas de cuidado personal. Este ejercicio nos ayudará no solamente a organizar nuestro tiempo, sino a concentrarnos en lo que nos es importante y está dentro de nuestras posibilidades. Cosas tan simples como programar el despertador, delimitar metas de trabajo, además del tiempo para obtenerlas, cocinar en casa, hacer ejercicio, dedicar un momento determinado del día para revisar objetivos con el equipo de trabajo y otro para ayudar a los hijos con su tarea, forman parte de un sistema de acciones hacia el cuidado de la  salud física, mental y emocional que necesitamos para vivir bien y trabajar, aún en tiempos de crisis.

Estas medidas en conjunto son tan importantes como revisar que tengamos los recursos técnicos y la estructura logística para trabajar a distancia. El bienestar personal es un recurso tan importante como los anteriores, es necesario cuidarlo hoy, y lo será también en un futuro próximo en el que no haya contingencia que observar.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/teletrabajo-bienestar

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Inteligencia emocional en tiempos de pandemia

Por: Paulette Delgado

Ante la incertidumbre que crea el nuevo coronavirus (COVID-19), la inteligencia emocional se vuelve clave para mantener la calma.

Tony Schwartz, dueño de The Energy Project y Emily Pines, directora gerente de desarrollo de contenido de la misma consultora, aseguran que las emociones negativas como el estrés, la fatiga, y el pánico pueden ser tan contagiosas como el nuevo coronavirus. Ellos explican que el ser humano cuenta con dos maneras de reaccionar: la infantil y la adulta. La parte infantil es aquella que es más indefensa y vulnerable, (una persona abrumada, por ejemplo), mientras que la adulta es aquella persona que mantiene la calma ante este tipo de situaciones, para poder tranquilizar a la parte infantil.

De acuerdo con Schartz y Pines, la clave para que la parte adulta pueda calmar a la infantil se encuentra en la inteligencia emocional. En situaciones atípicas o extremas que estamos experimentando todos ante la pandemia del coronavirus, es necesario aprender a saber cómo actuar ante la incertidumbre para no dejarse llevar por noticias falsas o el pánico. Tony y Emily describen esta etapa como de “supervivencia” y puede ser peligrosa porque no ayuda a resolver problemas complejos ya que lleva al ser humano a ser reactivo, más que deliberador.

Una opción para evitar caer en el modo de supervivencia es nombrar nuestras emociones, ya que tenerlas embotelladas pueden llevarnos a explotar de manera negativa. Una vez que se expresan los sentimientos, se vuelve más sencillo controlar las emociones e irlos normalizando. Es decir, observar las emociones y nombrarlas dando lugar a la parte adulta, en lugar de ser manejadas por ellas.

Otro aspecto importante para sobrellevar esta crisis es tratar de mantener la calma y enfocarse en lo que sí podemos controlar.  Por ejemplo, abastecerse sin caer en compras de pánico, ya que esto puede ayudarnos a sentirnos más tranquilos y en control. Yasmin Anwar, escribe en Futurity que además de estar abastecido, enfocarse en actividades que se pueden hacer en el hogar como la jardinería o manualidades, ayudan controlar la ansiedad. La cuarentena es buen momento para aprender algo nuevo o realizar actividades pendientes como practicar un instrumento, terminar un libro o empezar un blog. Esto te ayudará a sentirte más en control y aprovechar mejor el tiempo. Lo mejor es que es fácil encontrar tutoriales en internet sobre todo tipo de cosas desde clases de piano, yoga, o aprender a tejer. Si tienes hijos, estas actividades pueden servir además para conectar y crear nuevas actividades familiares.

Estar en contacto regular con familiares y amigos, en tiempos de distanciamiento social, es fundamental ya que no hacerlo puede llevarnos a sentirnos aislados. Actualmente existen muchas aplicaciones y herramientas para hacerlo, desde Facebook y WhatsApp, hasta Zoom, Skype o Slack. Por otro lado, The Guardian recomienda no estar constantemente revisando las noticias, en particular si esto detona emociones negativas o contribuye a estar en modo de supervivencia. La inteligencia emocional nos permite evitar creer lo que dicen noticias falsas y evita caer en estrés y pánico. Para evitar estos sentimientos, es necesario revisar siempre la fuente de la información, ¿es de algún experto científico o médico, un representante de gobierno o de “amigo de un amigo”?

Usemos Google con discreción al buscar síntomas y “soluciones” para el coronavirus, de esta manera evitaremos  autodiagnosticarnos y automedicarnos. En su lugar, Rhiannon Lucy Cosslett y Yasmin Anwar recomiendan meditar y hacer ejercicio, actividades que son sencillas de hacer en casa y nos ayudan a estar en mayor control de nuestras emociones.

En estos tiempos de incertidumbre, la mayoría de las personas estamos nerviosas, ansiosas, por lo que es importante practicar la empatía. El coronavirus y el distanciamiento social es algo que nos está afectando a todos de manera distinta, por lo que tener en cuenta que los demás pueden tomar esta situación de manera diferente puede ayudarnos a conectar mejor con los demás, ya sean nuestros compañeros de trabajo, amigos o familiares. También es importante recordar que cada persona maneja el estrés de manera distinta, tratar de entender al otro a través de la empatía, puede ayudarlos a manejar la situación mejor.

Por último, en estos momentos es importante aprender a mantener la calma. Actualmente la tecnología nos permite seguir conectados con el mundo exterior a pesar del  distanciamiento social. Además de que internet es una gran herramienta para buscar tutoriales de meditación, respiración y relajación que nos ayudarán a sentirnos menos abrumados. En estos momentos de constante cambio e incertidumbre es de suma importancia mantener la calma, practicar la empatía, y buscar la manera de que esta crisis afecte lo menos posible nuestro día a día. Es necesario buscar reducir los niveles de ansiedad y enfocarse en lo que es realmente importante: la salud.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/inteligencia-emocional-en-tiempos-de-pandemia

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España: Un ‘Facebook’ con IA para que los adolescentes usen las redes sociales de manera segura

Europa/España/15-03-2020/Autor(a) y Fuente: www.agenciasinc.es

Por: SINC

Una nueva red social, llamada PESEDIA, utiliza inteligencia artificial (IA) y juegos educativos para advertir a los adolescentes del alcance y los riesgos de la información que van a publicar en internet. Ha sido desarrollada por investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia.

PESEDIA se basa en técnicas de inteligencia artificial e incluye diferentes juegos educativos. Esta red social, desarrollada por investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) es capaz de advertir al usuario de forma muy gráfica sobre el alcance y riesgos de la información que va a publicar. Incluye también un analizador de contenido que detecta información sensible del usuario y es capaz de discernir sus sentimientos y nivel de estrés al escribir sus mensajes.

La red incluye un analizador de contenido que detecta información sensible y es capaz de discernir el nivel de estrés al escribir los mensajes

“Se trata de una red dirigida principalmente a adolescentes, ya que nuestro objetivo es que sirva como una plataforma educativa en el uso de las redes sociales. Hasta el momento, se ha utilizado ya en talleres de las cuatro últimas ediciones de l’Escola d’estiu de la UPV, con los niños y niñas de entre 11 y 14 años. Ahora bien, nuestro objetivo es poder trasladar la tecnología desarrollada a otras redes sociales para que pueda ser usada no solamente por adolescentes, sino por un público más general, que desee disponer de un agente personalizado asesor en privacidad”, destaca Estefanía Argente, investigadora de la UPV.

Para el desarrollo de PESEDIA, el equipo clasificó la sensibilidad de diferente información del usuario: edad, nombre, fecha de nacimiento, peso… y así hasta 74 variables distintas. Además, identificó aquellos factores más relevantes que hacen que un usuario acepte determinadas sugerencias mientras navega por la red social.

“También hemos desarrollado un módulo que permite analizar los datos de velocidad y forma de escritura de los usuarios cuando escriben mensajes en PESEDIA, información de la que se puede inferir los sentimientos y niveles de estrés del usuario”, explica Argente.

‘Paternalismo blando’ 

Con todo ello, los investigadores propusieron dos mecanismos de ‘paternalismo blando’ que ofrecen información al usuario sobre el riesgo para la privacidad de publicar un determinado contenido. Según la investigadora, esta idea consiste en mostrar mensajes al usuario, del tipo“El riesgo de privacidad de tu mensaje es alto; la publicación podrá ser vista por más de 1000 usuarios”, con el fin de tratar de influir en su decisión, pero sin limitarla.

Usa  también mecanismos de argumentación y persuasión para informar sobre el riesgo de privacidad de las publicaciones

Explica que han trabajado con lo que se denomina ‘empuje mediante imágenes’ mostrando, por ejemplo, las imágenes de perfil de algunos de los usuarios a los que podría llegar su mensaje, y con ‘empuje mediante números’ para indicar cantidades de usuarios a los que alcanzará la publicación.

“En este sentido –dice Argente– advertimos al usuario de que podría estar dando información de dónde está o a dónde va, y podemos darle más razones para ayudarle a decidir sobre si publicar o no el mensaje correspondiente, en función de la audiencia del mensaje, del contenido del mismo –si revela datos médicos, personales–, y a los posibles problemas sociales que pudiera ocasionar. Por ejemplo, si el mensaje implica a terceras personas que podrían verse afectadas”.

Referencia bibliográfica:

J.Alemany, E.del Val, J.Alberola, A.García-Fornes. “Enhancing the privacy risk awareness of teenagers in online social networks through soft-paternalism mechanisms”. International Journal of Human-Computer Studies. DOI:10.1016/j.ijhcs.2019.03.008

Fuente:

UPV
Fuente e Imagen: https://www.agenciasinc.es/Noticias/Un-Facebook-con-IA-para-que-los-adolescentes-usen-las-redes-sociales-de-manera-segura
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«Mindfulness»: la nueva espiritualidad capitalista

Por: Ronald Purser

La práctica de meditación conocida como mindfulness es la nueva espiritualidad capitalista. Fetichiza el presente, favorece el «momentismo», fomenta el olvido de la memoria histórica y apunta contra la imaginación utópica. Una nueva espiritualidad a la medida del mercado. Una nueva espiritualidad a imagen y semejanza de McDonald’s.

Según sus patrocinadores, estamos en medio de una «revolución de la conciencia». Jon Kabat-Zinn, recientemente apodado el «padre del mindfulness», llega a proclamar que estamos al borde de un renacimiento global, y que el mindfulness «puede ser realmente la única esperanza que la especie y el planeta tienen para sobrevivir los próximos doscientos años».

¿En serio? ¿Una revolución? ¿Un renacimiento global? ¿Qué es exactamente lo que ha sido volcado o transformado radicalmente para obtener un estatus tan grandioso?

La última vez que vi las noticias, Wall Street y las corporaciones seguían haciendo negocios como de costumbre, los intereses especiales y la corrupción política seguían sin control, y las escuelas públicas seguían sufriendo de falta de fondos y negligencia masiva. La concentración de la riqueza y la desigualdad se encuentra ahora en niveles sin precedentes. El encarcelamiento masivo y el hacinamiento en las cárceles se han convertido en una nueva plaga social, mientras que los disparos indiscriminados de la policía contra los afroamericanos y la demonización de los pobres siguen siendo moneda corriente. El imperialismo militarista de Estados Unidos continúa extendiéndose, y los desastres inminentes del calentamiento global ya se están mostrando de manera más evidente.

En este contexto, la arrogancia y la ingenuidad política de las porristas de la «revolución» consciente es asombrosa. Parecen tan enamorados de hacer el bien y de salvar al mundo que estos verdaderos creyentes, no importa cuán sinceros sean, sufren de una enorme ceguera. Parecen no tener en cuenta el hecho de que, con demasiada frecuencia, la atención se ha reducido a una técnica de autoayuda mercantil e instrumental que, sin saberlo, refuerza los imperativos neoliberales.

Para Kabat-Zinn y sus seguidores, los culpables de los problemas de una sociedad disfuncional son los individuos descerebrados y inadaptados, y no los marcos políticos y económicos en los que se ven obligados a actuar. Al transferir la carga de la responsabilidad de la gestión de su propio bienestar a los individuos, y al privatizar y patologizar el estrés, el orden neoliberal ha sido una bendición para la industria del mindfulness, que ahora se cotiza en 1.100 millones de dólares.

El mindfulness ha surgido como una nueva religión del «yo», libre de las cargas de la esfera pública. La revolución que proclama no ocurre en las calles o a través de la lucha colectiva y las protestas políticas o las manifestaciones no violentas, sino en las cabezas de individuos atomizados. Un mensaje recurrente es que el hecho de que no prestemos atención al momento presente -que nos perdamos en reflexiones mentales y en vagar por la mente- es la causa subyacente de nuestra insatisfacción y angustia.

Kabat-Zinn lleva esto un paso más allá. Afirma que nuestra «sociedad entera está sufriendo de un desorden de atención generalizado». Aparentemente, el estrés y el sufrimiento social no son el resultado de desigualdades masivas, prácticas empresariales nefastas o corrupción política, sino de una crisis dentro de nuestras cabezas, lo que él llama una «enfermedad del pensamiento».

En otras palabras, el capitalismo en sí mismo no es intrínsecamente problemático; más bien, el problema es la incapacidad de los individuos para ser conscientes y resistentes en una economía precaria e incierta. Y no es de extrañar que los mercaderes atentos tengan justo los bienes que necesitamos para ser capitalistas atentos y contentos.

El mindfulness, la psicología positiva, y la industria de la felicidad comparten un núcleo común en términos de despolitización del estrés. La ubicuidad de la retórica individualista del estrés -con su mensaje cultural subyacente de que el estrés es un hecho- debería hacernos sospechar. Como señala Mark Fisher en su libro Realismo capitalista, la privatización del estrés ha llevado a una «destrucción casi total del concepto de lo público».

El estrés, nos dicen los apologistas del mindfulness, es una influencia nociva que destroza nuestras mentes y cuerpos, y depende de nosotros como individuos el «estar atentos» y «ser conscientes». Es una proposición seductora que tiene potentes efectos de verdad. En primer lugar, estamos condicionados a aceptar el hecho de que hay una epidemia de estrés y que es simplemente una fatalidad de la era moderna.

Segundo, como el estrés es supuestamente omnipresente, es nuestra responsabilidad como sujetos estresados manejarlo, controlarlo y adaptarlo consciente y vigilantemente a los esclavos de una economía capitalista. La atención se centra en esta vulnerabilidad y, al menos en la superficie, aparece como una técnica benigna para el auto-empoderamiento.

Pero en su libro «Una nación bajo estrés»: El problema del Estrés como Concepto, Dana Becker señala que el concepto de estrés oscurece y oculta «los problemas sociales al individualizarlos de manera que perjudican más a aquellos que tienen menos que ganar con el status quo». De hecho, Becker ha acuñado el término estresismo para describir «la creencia actual de que las tensiones de la vida contemporánea son principalmente problemas del estilo de vida individual que deben resolverse mediante el control del estrés, en oposición a la creencia de que estas tensiones están vinculadas a las fuerzas sociales y necesitan resolverse principalmente mediante medios sociales y políticos».

Al ingerir de manera acrítica las premisas culturales del estresismo, el movimiento del mindfulness se ha promovido a sí mismo como un remedio científico. Pero el foco sigue estando puesto en el individuo que espera que sane la llamada «enfermedad del pensamiento» de la civilización moderna. Se nos dice que, al practicar el mindfulness, podemos cambiar hábilmente nuestro frenético «modo de hacer» a un «modo de ser» más armonioso, aprendiendo a soltar y a fluir en situaciones estresantes.

El mindfulness es la nueva inmunización, una vacuna mental que supuestamente puede ayudarnos a prosperar en medio del estrés de la vida moderna. Depende de nosotros convertirnos en lo que Tim Newton ha llamado individuos «en forma contra el estrés». El mindfulness se comercializa a menudo como una forma de mejorar nuestra productividad, una técnica útil para desarrollar la aptitud mental necesaria para que podamos convertirnos en trabajadores más productivos y eficaces. No es coincidencia que el lema de la aplicación de meditación más exitosa de mindfulness, Headspace, sea «una membresía de gimnasio para la mente».

La máxima de este movimiento es ‘vivir el presente’. Para los devotos conscientes, el cambio social y político depende de la fantasía de convertir a las masas distraídas para que sigan este consejo y vivan ‘conscientes’. El fetiche del presente auspiciado por el mindfulness es una práctica que cultiva la amnesia social, fomentando el olvido colectivo de la memoria histórica y, al mismo tiempo, excluyendo eficazmente la imaginación utópica.

Este momentismo actual aparece, al menos en la superficie, como un solvente terapéutico para todos nuestros problemas, haciendo más soportable nuestra situación actual. Pero esta capacidad de soportar el status quo equivale a un retiro permanente al refugio psíquico contra bombardeos de ahora, una especie de enterrar la cabeza en la arena, que actúa como un paliativo desinfectado para los sujetos neoliberales que han perdido la esperanza al pensar alternativas al capitalismo.

El movimiento mindfulness opera en resonancia con lo que Eric Cazdynen su libro, The Already Dead: The New Time of Politics, Culture and Illness, caracteriza como «la nueva crónica». Cazdyn explica que la nueva crónica «extiende el presente hacia el futuro, enterrando en el proceso la fuerza de lo terminal, haciendo que parezca que el presente nunca terminará». Solo tienes que estar en el momento presente y todo estará bien. Viviendo conscientemente, podemos continuar nuestras vidas aplazando, evadiendo y reprimiendo cualquier crisis en curso.

La falsa revolución de la conciencia proporciona una forma de enfrentar sin cesar los problemas del capitalismo refugiándose en la fragilidad del momento presente; la nueva crónica nos deja conscientes de mantener el statu quo. Se trata de un optimismo cruel que anima a conformarse con una pasividad política resignada. El mindfulness se convierte entonces en una forma de manejar, naturalizar y perdurar los sistemas tóxicos, en lugar de convertir el cambio personal en un cuestionamiento crítico de las condiciones históricas, culturales y políticas que son responsables del sufrimiento social.

Pero nada de esto significa que la conciencia debe ser prohibida, o que cualquiera que la encuentre útil sea engañado. Hay formas emergentes de conciencia social y cívica que evitan esta trampa. Estos métodos se están liberando del enfoque biomédico en la patología individual al integrar el activismo por la justicia social con la investigación contemplativa, cultivando el pensamiento crítico en lugar de la separación sin prejuicios.

Los innovadores en este campo están reescribiendo los planes de estudio de mindfulness mediante el empleo de pedagogías críticas y anti opresivas. Por ejemplo, Beth Berila ha desarrollado métodos de atención plena que ayudan a los practicantes a descubrir cómo han interiorizado la opresión, así como formas de desmantelar y desaprender el privilegio. Mushim Patricia Ikeda, junto con los maestros del Centro de Meditación de East Bay, ha desarrollado numerosos programas que conectan las preocupaciones por la justicia social con las enseñanzas budistas sobre la interdependencia, a fin de fomentar la solidaridad y el activismo comprometido con la causa. Y la Red de Mindfulness y Cambio Social del Reino Unido está experimentando con prácticas de mindfulness que abordan cuestiones sociales, políticas y ambientales.

Cuando reconocemos que el descontento, la ansiedad y el estrés no son solo culpa nuestra, sino que están relacionados con causas estructurales, la atención se convierte en combustible para encender la resistencia.

Este artículo es producto de la alianza entre Nueva Sociedad y Democracia Abierta. 

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