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Principales estresores de la comunidad científica

Mundo/27-01-2020/Autor(a): José Antonio Peñas/Fuente: www.agenciasinc.es

Por: SINC

Estudios recientes han destapado altos riesgos de depresión y ansiedad para los investigadores, especialmente los doctorandos. Largas jornadas, escasez de plazas, un entorno hipercompetitivo y la sacralización de la vocación están detrás de la toxicidad del sistema.

Estudios recientes han destapado altos riesgos de depresión y ansiedad para los investigadores, especialmente los doctorandos. Largas jornadas, escasez de plazas, un entorno hipercompetitivo y la sacralización de la vocación están detrás de la toxicidad del sistema. / José Antonio Peñas, SINCJOSÉ ANTONIO PEÑAS, SINC
Fuente: https://www.agenciasinc.es/Multimedia/Infografias/Principales-estresores-de-la-comunidad-cientifica
Imagen: silviarita en Pixabay
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Entrevista a Eva Millet. Periodista y autora: La ansiedad en niños y adolescentes: «Los niños del siglo XXI no juegan, sus agendas de ministro no lo permiten»

Por: Èlia Pons

La periodista Eva Millet acaba de publicar el libro ‘Niños, adolescentes y ansiedad: ¿Un asunto de los hijos o de los padres?’, En el que hace una radiografía de cómo la ansiedad se manifiesta en los niños y jóvenes y destaca su relación con una crianza sobreprotectora.

Eva Millet es periodista y comenzó a escribir sobre educación en el momento en que se convirtió en madre. En 2016 publicó Hiperpaternidad, que es el término utilizado en Estados Unidos para definir una crianza intensiva y obsesiva basada en la sobreprotección de los hijos y la saturación de sus vidas con múltiples actividades. Más adelante, publicó Hiperniños: ¿hijos perfectos o hipohijos? (2018), donde analizaba el impacto de este tipo de crianza sobreprotectora en el desarrollo de los hijos. Ahora acaba de sacar Niños, adolescentes y ansiedad: ¿Un asunto de los hijos o de los padres? (Plataforma), libro en el que hace una radiografía de cómo la ansiedad se manifiesta en los niños y adolescentes y las causas que la pueden propiciar.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de doscientos setenta millones de personas en el mundo sufren trastornos de ansiedad. La misma organización calcula que entre un 10% y un 20% de niños y adolescentes en todo el mundo experimentan trastornos mentales, el más común es la ansiedad. Según Millet, se trata de un trastorno especialmente alimentado por las vidas frenéticas que llevan. Considera que la hiperpaternidad y la ansiedad van de la mano y, por ello, este último libro que publica supone, en cierto modo, el cierre de una trilogía.

Vivimos en un entorno ansioso. ¿Esto ha hecho aumentar la ansiedad?

La ansiedad es una emoción muy humana, primaria. Siempre ha estado allí. Hay dos corrientes, una que dice que ahora hay más ansiedad que nunca y otra que dice que siempre ha habido, pero que lo que pasa es que ahora se habla más, se diagnostica más y, en definitiva, hay más noción de la ansiedad. Yo creo que es una suma de las dos visiones, pero sí es cierto que hay un ingrediente fundamental que hace que haya más ansiedad, que es el ritmo frenético en el que vivimos. Este no parar, esta híper estimulación, genera mucha ansiedad.

En el libro explicas que la ansiedad, en cierto modo, puede ser positiva. ¿Cuándo esta «ansiedad aliada» se convierte en negativa y se debe tratar?

Bien llevada y en las dosis adecuadas, la ansiedad es importantísima. La necesitamos para alcanzar nuestros objetivos. Pero cuando se desborda te hace la vida imposible. El problema llega cuando no te deja vivir bien. Cuando se convierte en un obstáculo en tu vida y tú ya no funcionas. Puedes tener ansiedad una semana antes de los exámenes, pero cuando ya han pasado los exámenes y sigues sin dormir, con taquicardias, con sudores o dolor de estómago, entonces, esta ansiedad se debe empezar a tratar. La máxima expresión de la ansiedad ocurre cuando se produce un ataque de pánico, esto es un aviso de que algo no va bien.

¿Crees que la precariedad laboral también influye en la ansiedad?

Sí, la idea de que el mundo se acaba y que todo es muy difícil nos crea mucha ansiedad. Estamos en tiempos particularmente ansiógenos, y por este motivo es importante aprender a lidiar con esta ansiedad y tenerla a raya, así como poner en marcha herramientas para no caer en ella. Porque la ansiedad siempre está. Y, además, es muy subjetiva. Lo que a ti te puede crear ansiedad a mí me puede parecer algo sin importancia, y viceversa. Por tanto, no sólo influye el entorno, sino también las características de la persona y la educación que ha recibido. Es una emoción muy misteriosa, muy difícil de definir, es aquello de «no sé qué me pasa, pero no estoy bien». El miedo es causado por una cosa concreta, tangible. Pero, en cambio, la ansiedad es el miedo al miedo. Es mucho más abstracto.
Foto: Èlia Pons

En tus anteriores libros hablas de la hiperpaternidad, los padres que protegen demasiado a sus hijos. ¿Qué relación hay entre hiperpaternidad y ansiedad? ¿Un niño sobreprotegido tiene más posibilidades de tener un comportamiento ansioso?

Uno de los combustibles de la hiperpaternidad es la ansiedad. Esta idea de estar muy encima del niño para que no le pase nada y que triunfe y llegue donde yo quiero es un gran generador de ansiedad. Y esta ansiedad de las familias para que su hijo sea el mejor es transmitida a los hijos. Por un lado, se traduce en unas grandes expectativas. Si tus padres están súper pendientes de ti, lo dan todo y esperan mucho de ti, tienes un peso y una presión importante. Y todo ello genera inseguridad a los hijos. Por otro lado, tenemos el estilo de vida frenético que estos niños llevan, y que es una consecuencia de esta hiperpaternidad. Este no parar, haciendo muchas actividades extraescolares, genera estrés al niño. Porque no paran, igual que no paran los adultos. Los hay que están haciendo vidas de miniadultos y tienen una agenda de ministro. Si gestionar mi estrés ya me cuesta, imagínate un niño de seis años que está todo el día arriba y abajo. La tarea de los padres es criar personas bien educadas, pero si como padre quieres tener un Einstein, esto es imposible.

También es muy interesante ver cómo la ansiedad se está convirtiendo también en un signo de cierto status. En el mundo académico anglosajón, por ejemplo, un niño o adolescente con ansiedad tiene más tiempo para hacer un examen. Hay padres locos porque diagnostiquen a sus hijos con trastornos de ansiedad, porque así tienen ciertas ventajas. Es surrealista. La ansiedad se está convirtiendo en un «bien». Se está convirtiendo casi en un producto capitalista.

¿Cómo debería cambiar la educación que reciben los niños?

Como dice el pedagogo Gregorio Luri, todos los niños tienen derecho a tener unos padres relajados. Estamos en un momento muy ansioso, y lo que yo reivindico es que paremos un poquito, que esto no es una carrera de obstáculos, que la infancia es un momento casi sagrado de la vida de cada uno y que los niños tienen derecho a vivir como niños. Tienen derecho a tener tiempo para hacer las cosas que hacen los niños, como jugar. Jugar es importantísimo y los niños del siglo XXI, del primer mundo, no juegan. No tienen tiempo, sus agendas de ministros no lo permiten.

¿Cómo gestionar y prevenir la ansiedad en los niños y adolescentes? ¿Cuál debería ser el ambiente adecuado para que crezcan?

Hay varias formas. Dormir, por ejemplo, es una manera natural de pulsar el botón reset. También ayuda llevar una buena alimentación, ya que hay una vinculación entre lo que comemos y cómo funcionan nuestro cerebro y nuestras emociones. Y, sobre todo, llevar una vida más relajada, más en contacto con la naturaleza, con unos ‘tempos’ menos enloquecidos. También se puede hacer un trabajo desde las escuelas. Hay algunas que están incorporando la educación emocional, y es una buena manera de prevenir la ansiedad. Está muy bien que se eduque en las emociones, que se explique qué es la ansiedad, pero yo pienso que esto es un trabajo básicamente de las familias. Como familias debemos arriesgarnos a que nuestros hijos se equivoquen, que sufran un poquito de vez en cuando, y educarlos en la responsabilidad, que sepan que son responsables de sus actos. Nosotros hemos de soltar esta ansiedad que llevamos encima y que transmitimos a nuestros hijos. Como no nos repensamos el modelo actual, no vamos bien.

Foto: Èli Pons

A los niños habitualmente les cuesta más expresar lo que sienten y, por tanto, puede ser más difícil detectar la ansiedad. ¿Cuáles pueden ser las señales de alerta más habituales?

Si a los adultos ya nos cuesta explicar que tenemos ansiedad, para los niños es aún más difícil. No la saben expresar; entonces debemos estar alerta a una serie de síntomas como, por ejemplo, pequeñas enfermedades o molestias continuadas, como padecer dolor de estómago o dolor de cabeza constantemente. Cosas que no tienen una explicación médica clara, pero de la que los niños siempre se quejan. La reticencia de ir a lugares a los que les gustaba ir, por ejemplo, a la escuela o a una fiesta de cumpleaños, son pequeños signos de alerta que como padres debemos tener en cuenta. También el mutismo, dejar de hablar. Esto está relacionado con la fobia social, uno de los trastornos de ansiedad más comunes en los adolescentes. No dormir bien o tener muchos pesadillas también puede ser un síntoma. También puede ser la falta de apetito o, al revés, tener mucha hambre, las exageraciones. En los adolescentes los síntomas ya son más claros, son fobias específicas: tener mucho miedo a equivocarse, a hacer el ridículo… ya se manifiestan de una manera más madura. En definitiva, las señales de alerta pueden ser cualquier cosa que como padres detectamos que no se corresponden con cómo son nuestros hijos. Todo lo que nos haga formular la frase: «No reconozco mi hijo».

¿De qué manera las pantallas y las redes sociales influyen en la ansiedad de los jóvenes?

Las pantallas son grandes generadores de ansiedad. Por un lado, debido a su componente adictivo. Las redes sociales, los juegos de ordenador… están diseñados para enganchar, y cuando no puedes consultar el móvil o no puedes jugar a un juego porque no tienes batería, esto hace que se genere estrés y ansiedad. Hay esta parte puramente biológica, física, y luego está la parte que sobre todo afecta más a los adolescentes, que es la ansiedad por la necesidad de agradar, que te acepten, de no hacer el ridículo, de conseguir más likes. También existe la ansiedad que te provoca ver que los otros se están divirtiendo y tú no, que se lo están pasando mejor que tú. Y es todo mentira, pero claro, para llegar a esta conclusión debes tener una cierta madurez.

¿Qué papel juega la clase social?

Para escribir el libro hablé, por un lado, con adolescentes de una escuela de Barcelona para familias más bien acomodadas, y estaban todos poseídos por la ansiedad. Tenían mucha angustia a la hora de tomar decisiones, por miedo a equivocarse. A una chica con la que hablé, por ejemplo, elegir el tema del trabajo de investigación le provocaba una ansiedad brutal. Estos niños eran un reflejo muy claro de esta crianza fruto de la hiperpaternitat. Por otra parte, también hablé con unos adolescentes tutelados, y estos tenían una concepción muy diferente de la ansiedad. Muchos no sabían qué era exactamente. Pero esto no quiere decir que no tuvieran. De hecho, un entorno socioeconómico complicado genera más ansiedad. Lo que pasa es que esos chicos tenían tantas otras cosas por las que preocuparse, por ejemplo, qué harán cuando cumplan 18 años, que no se podían permitir tener ansiedad. Para ellos, la ansiedad era un lujo. En cambio, los niños de clases más acomodadas podían expresarse sin ningún problema. De hecho, era su principal problema, porque las otras necesidades ya las tienen cubiertas.

¿Es adecuado tratar la ansiedad infantil y juvenil con fármacos? ¿Cuál es el tratamiento más efectivo?

La terapia es mucho mejor que los fármacos, lo que pasa es que es más cara y más larga y, además, supone exponer a tu hijo. La manera más efectiva de superar la ansiedad es enfrentarte lo que te genera ansiedad y ver que eres capaz de superar este miedo al miedo. Las pastillas no se recomiendan para menores, pero se utilizan cada vez más. De hecho, según un estudio del Plan Nacional sobre Drogas de 2018, el ansiolítico es la primera droga de uso de los jóvenes españoles de 12 a 16 años, por encima del tabaco y el alcohol. Es decir, los jóvenes se han tomado antes un diazepam que una cerveza. Los ansiolíticos funcionan bien, actúan directamente sobre el sistema nervioso y te calman, pero son una ayuda puntual. Como tratamiento no es adecuado, es más recomendable hacer terapia, del tipo que sea. También hay ansiolíticos naturales. Por ejemplo, una chica con la que hablé me ​​dijo que cuando tuvo su primer ataque de pánico la ayudó más el abrazo de su madre que cualquier medicamento.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2020/01/22/la-ansiedad-en-ninos-y-adolescentes-los-ninos-del-siglo-xxi-no-juegan-sus-agendas-de-ministro-no-lo-permiten/

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México: ITAM, el lado oscuro de la excelencia

América del Norte/México/25-12-2019/Autor(a): y Fuente: www.jornada.com.mx

Por: La Jornada

La llegada del fundamentalismo de mercado a la cúspide del poder público en México vino acompañada por el meteórico ascenso de los egresados del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) como funcionarios de alto rango: de ocupar apenas 0.6 por ciento de los primeros puestos del gabinete de José López Portillo, las personas formadas en esta institución pasaron a suponer 23.3 por ciento de estos cargos en el gabinete calderonista. Aunque el regreso del PRI con Enrique Peña Nieto supuso una caída a 11.4 por ciento en esta cifra, la elitista universidad mantuvo su influencia en posiciones estratégicas: el gabinete inicial del mexiquense fue el primero de la historia mexicana en que tanto el secretario como los subsecretarios y el oficial mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público provenían del ITAM, erigido así en formador de cuadros por excelencia del neoliberalismo local.

Sin embargo, desde ayer la institución creada por y para los intereses de la cúpula empresarial, se encuentra en el centro de la atención pública, no por su capacidad para aupar a sus alumnos a posiciones de poder, sino por los daños que les inflige por medio de un modelo pedagógico basado en la sobrexplotación del tiempo y las capacidades de los alumnos. Según se ha revelado, la situación era conocida de tiempo atrás por la comunidad académica y estudiantil, pero las denuncias por la atrocidad de un sistema educativo basado en la sobrecarga intencional de trabajo, en la hipercompetencia entre los propios alumnos, en la humillación como método de apelar a la excelencia y en la exaltación del estrés como señal de compromiso, sólo consiguieron trascender el ámbito interno de la universidad tras el presunto suicidio de Fernanda Michua Gantus, estudiante de las licenciaturas de derecho y relaciones internacionales que se habría quitado la vida por las presiones a que se vio sometida en sus estudios.

De acuerdo con las denuncias vertidas en redes sociales por alumnos y ex alumnos del ITAM a raíz del trágico suceso, la muerte de Michua Gantus no sería un hecho aislado: además de una alta tasa de suicidios entre los estudiantes de la universidad, habría una constante sobremedicación con fármacos para potenciar el rendimiento, así como una preocupante incidencia de enfermedades mentales derivadas de lo anterior. De manera grave, se afirma que todo esto, así como una extendida cultura de violencia de género, es de total conocimiento de las autoridades universitarias, pero que éstas o bien lo silencian para proteger a la institución o bien lo defienden como parte de los requisitos de la excelencia que el ITAM pone en el centro de sus valores.

A reserva de lo que llegue a saberse sobre el caso particular de Fernanda Michua, su muerte y la reacción de sus compañeros –quienes han convocado a una huelga estudiantil para poner fin a los abusos de que son objeto– obligan a reflexionar sobre las terribles presiones a que se ven sometidos los jóvenes en una institución de este tipo: por una parte, son bombardeados con un discurso según el cual trabajar hasta la extenuación es la única manera de demostrar su valía, mientras por otra, se encuentran con las expectativas de unos padres que, en no pocos casos, han realizado enormes sacrificios para enviarlos a una de las escuelas más costosas del país. No queda sino preguntarse si la excelencia justifica la pérdida de la salud mental o, más aún, si quebrar física y emocionalmente a los jóvenes es el método idóneo para alcanzar tal excelencia.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2019/12/14/edito#.XfUWIOAyH_.whatsapp

Imagen: Лечение Наркомании en Pixabay

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Crisis en la docencia: ¿por qué los profesores están abandonando las aulas?

Por: Paulette Delgado

Debido a las malas condiciones de trabajo, cada vez es mayor el porcentaje de maestros que renuncian a nivel mundial.

La docencia está en crisis a nivel global. Cada vez son más los profesores que piensan en renunciar debido al estrés, mala paga, falta de respeto y carga laboral excesiva.

Frustrados por los bajos salarios, falta de respeto, fondos insuficientes, estrés, carga laboral excesiva y no sentirse valorados, la mitad de los maestros de escuelas públicas de Estados Unidos han considerado abandonar la profesión. Según un estudio de Phi Delta Kappa (PDK), los principales motivos de la deserción docente son: descontento con el manejo de la disciplina de su escuela (60 %); salario y pocos beneficios (22 %); estrés, agotamiento o presión (19 %); y la percepción de no sentirse respetados y valorados (10 %).

Además, los maestros sienten que tienen mucha presión por cumplir tanto objetivos ajenos a sus clases (como los exámenes estatales), como las expectativas de lo que los padres quieren que sus hijos aprendan. PDK menciona en la encuesta que los padres de familia piensan que las escuelas públicas deberían tener clases de educación cívica y ofrecer estudios bíblicos o meditación como asignaturas optativas. Estas exigencias aumentan las presión de los profesores.

Yahoo encuestó a más de 50 profesores estadounidenses para conocer qué los llevó a renunciar. Uno de ellos comentó que su trabajo dejó de ser enseñar, y se convirtió en impulsar los datos del rendimiento de sus alumnos. El exceso de trabajo también es un factor. “Trabajar 70 horas a la semana durante muchos años ha significado que mi salud y mi vida familiar han sufrido. Salgo antes de que el trabajo me mate”, comentó otro de los encuestados. El sentimiento es compartido, una maestra de español agregó que sus compañeros se sienten abrumados porque enseñar se ha convertido en una carga, “las cosas se han puesto muy mal” concluyó.

Es tanto el agotamiento y decepción en la profesión que, cuando se les preguntó si quisieran que sus hijos se convertirán en profesores, la mayoría de los padres respondieron que no. Joan Richardson, directora de la encuesta realizada por PDK, mencionó que “a medida que la profesión docente se ha vuelto mucho más difícil, hemos visto mucho menos interés por parte del público y de los maestros en alentar a otros a seguirlos en la profesión». Es tanto el agotamiento y la decepción en la profesión que, ellos mismos no quieren que sus hijos se dediquen a la enseñanza.

Según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, 2018 fue el año con más renuncias de maestros en los últimos 17 años (los datos comenzaron a registrarse en 2001). Aproximadamente un millón de trabajadores en educación pública dejaron sus puestos el año pasado. Lo más preocupante es que, si la tendencia persiste, este año los números serán peores.

Pero esta crisis no se limita a Estados Unidos, es un problema que ocurre a nivel global.

La crisis en Reino Unido

En los próximos cinco años, un 40 % de los docentes entrevistados por el Departamento de Educación del Reino Unido respondieron que no se ven trabajando como maestros. De los 8 600 entrevistados, la mayoría culparon la carga excesiva de trabajo y responsabilidad abrumadora como la principal motivo de su retiro.

Además, uno de cada cinco encuestados (cerca de 18 % de la muestra) no se ve enseñando en los próximos dos años. No son los únicos: dos quintas partes de los líderes escolares y personal de apoyo, además de docentes, desean renunciar en los próximos cinco años por razones muy similares a las de los docentes en Estados Unidos: cargas de trabajo fuera de control y responsabilidad excesiva.

Otra encuesta, esta realizada por la Unión Nacional de Educación (NEU), arrojó que 26 % de docentes encuestados con menos de cinco años de experiencia desean renunciar para 2024. ¿El motivo? El 62 % mencionaron como principal razón la carga del trabajo y 40 % el nivel de responsabilidad. En contraste, solo 15 % de los encuestados con menos de años de experiencia planean renunciar en 2024.

La crisis en Australia 

Los docentes australianos recién egresados entran al mundo laboral con altas ilusiones, sin embargo, entre 30 % y 50 % abandona la profesión durante los primeros cinco años, según una encuesta de Queensland College of Teachers.

Abandonan la profesión porque sienten que no tienen tiempo para nada debido a la carga de trabajo además de sufrir de estrés. Muchos dicen que se sienten presionados por cumplir con los requisitos del Programa Nacional de Evaluación – Alfabetización y aritmética (NAPLAN, por sus siglas en inglés) y que temen hablar de su estrés. Pero estos factores también afectan a otras áreas. Los directores también se ven gravemente afectados por el estrés. Las relaciones con los padres es uno de los problema más graves ya que los han llevado a renunciar por intimidación. Incluso, un 44 % de los directores han sido amenazados con el uso de violencia.

La crisis en Chile

Según el investigador Juan Pablo Valenzuela, del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile (CIAE), cerca del 40 % de los maestros abandonan las aulas en los primeros cinco años (incluyendo a aquellos que enseñan en escuelas privadas).

En su investigación, Valenzuela descubrió que de los profesores que comenzaron a trabajar en el año 2000, el 22 % había abandonado la profesión para 2002. Para 2009, el porcentaje de renuncias se elevó a 56 %. Y estas cifras sólo van en aumento: de los docentes que ingresaron en 2004 el 23 % ya había abandonado las aulas para 2006.De los que entraron en 2007, un tercio renunció para 2009. Esta situación se atribuye a las malas condiciones laborales y el agotamiento emocional.

Las crisis en Venezuela

Venezuela está pasando por una crisis política que ha llevado a una gran inestabilidad en todos los sectores del país. Afectando también a la educación y los docentes venezolanos. Desde 2017, al igual que en Chile, un 40 % de los profesores han abandonado la profesión. Algunos de los motivos incluyen los bajos salarios y pésimo estado de las aulas, además de otras malas condiciones laborales (como la falta de seguridad social, atención médica y seguro funerario).

Los bajos salarios y las malas condiciones laborales han obligado a cerca de un 50 % de maestros a migrar a otros países para poder continuar con la enseñanza, según  Raquel Figueroa, de la Unidad Democrática del Sector Educativo. Para remediar la crisis, el gobierno de Venezuela decidió abrir la convocatoria “docentes express” donde, después de cursos con un total de 450 horas, el alumno puede impartir clases, medida polémica que disgustó a muchos maestros.

La crisis en México 

A diferencia de los otros países mencionados, en México el problema no es que los maestros están renunciando; es que no habrá suficientes para el año 2023. De acuerdo con datos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, en 2018, 61 mil 376 docentes se pensionaron o desertaron. De estos, el 50 % daba clases en primaria y 41 % en secundaria. Para 2023, se predice que esta cifra aumente a 160 mil 166 docentes.

Según datos del reporte “Docentes en México” (2015), para el año 2023 las vacantes en nivel primaria serán cerca de 78 mil 823 y de secundaria de 52 mil 180. De ser así, habrá un  problema serio de déficit de maestros ya que, según el reporte, los egresados normalistas en los últimos años han sido cerca de 8 o 9 mil.

¿A qué se debe este déficit? La profesión docente está desprestigiada, por lo que muchos estudiantes no quieren ser seguir esa profesión. Una razón es la poca competitividad salarial, ya que los maestros ganan 83 % menos que otras ocupaciones por lo que no es una carrera atractiva para los jóvenes.

Si esta tendencia continúa, será difícil encontrar futuros maestros, afectando directamente a esta y las próximas generaciones ya que no recibirán la mejor educación por posible falta de personal, porque sus profesores están agotados o no tienen el apoyo para llevar a cabo su profesión.

Pero la crisis de la docencia se extiende a todo el mundo y la mayoría busca lo mismo: un salario competitivo, oportunidad de crecimiento personal, mejorar las condiciones laborales, menos exámenes estandarizados, apoyo en tema de salud mental (tanto para los estudiantes como para los mismos maestros), entre otros.

Karin Selchert, una profesora estadounidense que renunció para ser plomera (profesión donde ahora gana el doble), comentó a Yahoo: «la parte triste para mí como educadora es que estoy mirando a las personas que pueden hacer un cambio, y no lo están haciendo […] Esto nos afecta a todos. Si nuestros estudiantes no reciben una buena educación, ¿dónde van a terminar?”

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/crisis-docencia
Imagen: Gerd Altmann en Pixabay
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Los educadores también necesitan apoyo para controlar su estrés

Por: Paulette Delgado

Las instituciones se enfocan en el bienestar socioemocional de los estudiantes pero, ¿y el de los educadores?

Según un estudio de la fundación Robert Wood Johnson y la Universidad Estatal de Pennsylvania (Penn State), la docencia es una de las profesiones más estresantes en Estados Unidos. El estrés que sufren los profesionales de la enseñanza afecta su salud, compromiso, rendimiento y satisfacción, convirtiéndola en una de las profesiones con más alta rotación de la historia.

El bienestar mental de los educadores afecta profundamente en el de los alumnos sin embargo, aunque existen muchos programas para apoyar el bienestar mental de los alumnos, se descuida el del docente.

Cerca de un 46 % de los maestros reportan sentirse estresados diariamente durante el año escolar, teniendo un mayor nivel de estrés incluso, que los médicos (45 %). Esto afecta el amor por su trabajo ya que menos de un tercio de los maestros de nivel K-12 (primaria y secundaria) encuestados se sienten comprometidos con su trabajo. Según el mismo estudio, el desempeño empieza a disminuir durante los primeros años de enseñanza.

Otro estudio, este de la Universidad Federal do Rio Grande do Norte sobre los hábitos del sueño, reportó que 46 % de los maestros de bachillerato fueron diagnosticados con somnolencia diurna excesiva. Aunado a eso, el 51 % reportó mala calidad de sueño, afectando su desempeño y además impactando en los resultados de sus estudiantes.

En el caso de  maestros de primaria, un estudio demuestra que aquellos con mayor estrés y que demuestran síntomas de depresión, perjudican negativamente a sus alumnos porque crean un ambiente negativo y de bajo rendimiento en los estudiantes.

Cuando los docentes están muy estresados, sus alumnos presentan más dificultad en su ajuste social y rendimiento académico. De acuerdo a una encuesta de más de 78,106 estudiantes de 5to a 12vo grado, entre menos compromiso tengan los maestros, peor es el rendimiento académico de los alumnos.

Entre 1988 y 2008, el 41 % de los docentes abandonan la profesión según el Departamento de Educación de Estados Unidos. Aunque este número incluye a los jubilados, entre el 23 al 42 por ciento dejan de enseñar en los primeros cinco años.

Los efectos negativos de la rotación docente

Cuando los maestros rotan constantemente el rendimiento en matemáticas y en lenguaje disminuyó en los alumnos, especialmente para aquellos con bajas calificaciones en estas materias, según un estudio llevado a cabo en Nueva York.

La Comisión Nacional de Enseñanza y el Futuro de Estados Unidos estima que se pierde más de 7 mil millones de dólares cada año a causa de la rotación de maestros en escuelas públicas. Esto además incrementa la desigualdad en el acceso a la educación en escuelas de bajos ingresos porque pierden comunidad en las relaciones entre maestros, estudiantes y padres, resultando en un bajo rendimiento por parte de los alumnos.

Factores principales que contribuyen al estrés en la docencia

La organización en la escuela (liderazgo, clima y cultura laboral): una cultura laboral de apoyo, un buen liderazgo y un ambiente de colaboración brindan mayor satisfacción laboral entre los docentes. Cuando el maestro está insatisfecho con alguno de estos factores, aumenta el estrés del maestro. También las políticas federales y estatales escolares pueden aumentar o restar el estrés del maestro y su efectividad.

Demandas de trabajo: manejar un grupo grande de estudiantes, lidiar con alumnos conflictivos, atender a los padres de familia, especialmente aquellos difíciles, produce estrés crónico en los docentes. Lamentablemente, la mayoría de los programas de educación y desarrollo profesional no cuentan con programas que los preparan para enfrentar fuertes cargas laborales.

Recursos de trabajo: muchos docentes sienten que no tienen autonomía o poder de decisión en su trabajo. Y no es algo inusual. Según un estudio, comparado con otras profesiones, los docentes califican más bajo cuando se les preguntó si sentían que sus opiniones son tomadas en cuenta en el trabajo. Pero esto ha ido aumentando en los últimos años, pasó de un 18 % en 2004 a un 26 % en 2012. Para evitar la rotación docente se necesita garantizar que la voz del maestro sea escuchada al tomar decisiones institucionales.

Competencias sociales y emocionales (SEC por sus siglas en inglés): tener estas competencias es clave para influir positivamente en el alumno. A pesar de esto, son pocos los docentes que reciben capacitación en el área social y emocional. En Estados Unidos ya se han creado varios programas y políticas que buscan cambiar esta deficiencia ofreciendo tutoría e inducción a docentes, programas de bienestar y de atención o de manejo de estrés. Aquellos con altas SEC suelen tener mayor apoyo de sus directivos, satisfacción laboral y se sienten más realizados laboralmente.

Si un maestro no aprende a manejar su estrés, su institución también se ve afectada, impactando el rendimiento estudiantil. En contraste, si un docente tiene mejor control de sus emociones, refuerzan el comportamiento positivo del estudiante y los ayuda a manejar mejor sus propias emociones negativas. Es por eso que los profesionales de la enseñanza cuenten con programas de formación en estas habilidades.

Intervenciones para reducir el estrés

Según el estudio, Teacher Stress and Health, las intervenciones que se pueden llevar a cabo para ayudar a los maestros se dividen en tres grandes categorías:

  1. Organizacionales: aquellas cuyo enfoque es cambiar la cultura de la organización.

  2. Interfaz de organización individual: se refiere a incluir la construcción de relaciones y apoyo en el lugar de trabajo.

  3. Individuales: enseñar prácticas individuales para controlar el estrés.

El estudio también menciona otras políticas comprobadas para reducir el estrés de los maestros, mejorar su bienestar, ahorrar dinero institucional y mejorar el rendimiento académico de los alumnos. Algunas de estas políticas son:

Implementar programas de tutoría e inducción que pueden ayudar a mejorar la satisfacción del docente y su retención. Según investigaciones, los maestros que participan en este tipo de programas han proliferado. Los apoyos para nuevos maestros producen mayor satisfacción, compromiso, retención de docentes, mejores prácticas en el aula y mejores resultados de sus estudiantes.

Implementar programas de aprendizaje emocional (SEL), que también puede impactar a los alumnos. Según un estudio de 350 maestros de nivel K-5 en 27 escuelas en zonas urbanas de Estados Unidos, los docentes capacitados para implementar un programa basado en SEL reportaron una mayor eficacia para controlar a su grupo y un aumento en sus niveles de satisfacción personal.

En su punto más alto, el estrés puede afectar la salud física del docente por lo que es clave reducir el estrés, mejorar el bienestar y rendimiento de los docentes. Los datos muestran que han aumentado las escuelas que cuentan con programas de bienestar. En una escuela piloto, se llevó a cabo un programa de bienestar de 2011 a 2012 que incluyó planificación administrativa, campañas de cambios e incentivos. Más de la mitad de los participantes no sólo reportaron tener menos estrés pero también mejor salud. El 46 % de los docentes bajaron su índice de masa corporal, en el 34.7 % de ellos bajó su presión arterial sistólica, 65.6 % bajó la glucosa en sangre y 38.6 % vio un decrimento de sus niveles de colesterol.

Cada vez son más las escuelas que se preocupan por brindar apoyo socioemocional a los alumnos. Pero muchas veces, esa responsabilidad recae en los maestros quienes no suelen tener la preparación necesaria para lidiar con estas problemáticas, por lo que acaban ellos mismos emocionalmente agotados y estresados. Se vuelve una carga demasiado grande que muchas veces lleva a los docentes a desertar.

Al igual que las instituciones buscan cuidar el bienestar emocional de los alumnos, se debería cuidar el de los educadores ya que afecta directamente a su salud, la institución y el rendimiento de sus alumnos. Establecer los elementos para identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial, así como para promover un entorno organizacional favorable en los centros de trabajo son acciones necesarias.

Con eso en mente, en México se aprobó la Norma Oficial Mexicana (NOM) 035, cuyo objetivo es “implementar mantener y difundir en el centro de trabajo una política de prevención de riesgos psicosociales”. Entrará en vigor en octubre 2020, obligando a las empresas de todos los tamaños a prestar atención y atender factores de riesgo psicosociales y emocionales de sus empleados como el estrés, ansiedad y desequilibrio del sueño. La norma se enfocará en detectar fatiga por exceso de trabajo, un mal liderazgo, acoso laboral o violencia. En caso de no atender estos problemas, las empresas podrán ser sancionadas por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS).

Este tipo de propuestas son de suma importancia para prevenir problemas de salud de los profesionistas. Esperemos que esta norma impacte positivamente a los docentes y que se replique en el resto del mundo. ¿En tu institución educativa tienen algún tipo de programa de bienestar integral para el profesorado? Comparte tus experiencias en la sección de comentarios.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/salud-mental-docentes

Imagen: Robin Higgins en Pixabay

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Gregorio Luri: «La atención es el nuevo cociente intelectual del siglo XXI»

Por: abc.es

Más de 200 familias se acercaron al colegio CEU San Pablo Sanchinarro para escuchar al escritor Gregorio Luri, en un nuevo CEU talk del Colegio. En este espacio de reflexión Luri, doctor en Filosofía y licenciado en Ciencias de la Educación, habló sobre los problemas a los que se enfrentan las familias actuales a la hora de educar a sus hijos y cómo tenemos en nuestras manos recursos suficientes para vivir la experiencia de educar con tranquilidad, satisfacción y emoción.

Considerado uno de los mayores referentes de la educación en España, Gregorio Luri se siente más cómodo llamándose «maestro de escuela», y asegura que ante el futuro incierto que se presenta, los padres están más preocupados que nunca por sus hijos y por ello centran toda su atención en su educación. Gregorio Luri apela, en esta situación, al «sentido común». «No hay familias perfectas y pretender gestionar la vida de nuestros hijos de forma “pluscuamperfecta”, es someterlos a una exigencia injusta y a un estrés innecesario».

Habla incluso de una «neurosis de los padres jóvenes», y explica que ese sentido común al que apela consiste básicamente en que tengan confianza en sí mismos. «Es importante que sepan que van a tener ciertos fracasos, y que no es posible controlar todas las cosas humanas». Afirma Luri también que «nuestros hijos tienen derecho a tener un padres tranquilos e imperfectos», y defiende de manera sistemática la «imperfección sensata».

Educar sin esperar la respuesta exacta

«Nuestra casa es el único lugar en el que nos quieren incondicionalmente por el mero hecho de haber llegado; en la escuela no debemos querer a nuestros alumnos como les quieren los padres. El maestro es el amante celoso de lo mejor que puede ser un alumno». De hecho -añade- «estamos para hacer visible a nuestros alumnos lo mejor que pueden llegar a ser. Los padres somos extremadamente buenos, como nunca llegará a ser un profesor, para captar el estado de ánimo de nuestros hijos; y los profesores, por su parte, son mucho mejores para evaluar su comportamiento de forma objetiva. Podemos decir que “los maestros son los profesionales y los padres somos los aficionados».

Según Gregorio Luri, los padres tienen que educar sin esperar a tener la respuesta exacta. «Lo importante es no dramatizar esa duda». «Ser humano es precisamente actuar descubriendo con frecuencia que los resultados de tus acciones no eran los que habías previsto. Nos movemos en la incertidumbre, y esa es la grandeza; eso es ser humano y es lo que te permite la creatividad y la espontaneidad», explica.

El nuevo cociente intelectual del siglo XXI

Estamos rodeados de muchísima información y, según Gregorio Luri, para que esa información se pueda transformar en conocimiento hay que operar sobre ella, pero para operar sobre ella se necesitan dos cosas: «capacidad atencional e insistencia».

Por eso asegura que la atención es el nuevo cociente intelectual. «La capacidad de una persona para moverse de manera inteligente en la sociedad de la información va a depender de su capacidad atencional».

Insiste en que no somos conscientes de la importancia de educar la atención. «Todos los seres humanos nacemos con una atención débil. Nos distraemos con rapidez, pero es algo que se entrena. A los hijos se les puede, y se les debe, enseñar a mantener la atención», explica, y se puede educar con la música, las matemáticas, la oración o la lectura lenta por ejemplo.

Sabemos que todos nos distraemos pero, una persona atenta, es aquella que se da cuenta de que se ha distraído y vuelve a su objetivo de atención. «Sin atención no hay sentido común, y el sentido común es la solución para la educación».

Utilizar las palabras mágicas en familia

Durante ese CEU talk del Colegio CEU San Pablo Sanchinarro Gregorio Luri se refirió también a las nuevas tecnologías y su papel en la educación, lamentándose de que lo moderno ha ocupado el lugar que ocupada lo bueno. «Una escuela debe perseguir lo bueno esté donde esté, y si la nueva tecnología no encaja en nuestro proyecto, no tenemos por qué ir a por ella». Aunque reconoce que «sería absurdo no tener una relación normal con las nuevas tecnologías», afirma que «no hay métodos tecnológicos superiores a un maestro».

Luri se despidió con tres consejos para los padres: Intentar conseguir que las horas más relevantes del día no sean las más caóticas; el uso habitual de las palabras mágicas «que tienen efectos extraordinarios» en las relaciones personales (gracias, por favor, perdón, confío y tienes razón); y por último: más que hablar a nuestros hijos de lo que tienen que hacer, debemos enfocar su conducta desde una perspectiva familiar, o lo que es lo mismo, desde una voluntad de estilo familiar («esto los Fernández no lo hacemos», por ejemplo ).

Carlos Ortiz Sanchidrián, director del Colegio CEU San Pablo Sanchinarro, moderó esta entrevista en torno a las necesidades reales de los padres de hoy y las expectativas y emociones de los niños del siglo XXI, y explicó que los CEU talks son espacios de puesta en común, y reflexión «de la mano de los mejores expertos en educación y profesionales de éxito en una sociedad tan competitiva como la nuestra».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-gregorio-luri-atencion-nuevo-cociente-intelectual-siglo-201910240130_noticia.html

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Video: ¿Por qué desertan los alumnos universitarios y cómo impedirlo?

América del Norte/México/13-10-2019/Autora: Paulette Delgado/Fuente: observatorio.tec.mx

Por: Paulette Delgado

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La retención de alumnos es un tema apremiante en el mundo de la educación superior. Según una encuesta aplicada a presidentes universitarios en Estados Unidos, este tema es uno de los más preocupantes.

Y es un tema que afecta a todo el mundo, según New York Times cada uno de tres de los alumnos americanos desertan en el primer año y el 56 % de los que entran a una carrera no se gradúan. En México, según Expansión, el 49.7 % de los estudiantes desertan. Por su lado, El Espectador reporta que un 42 % de alumnos Colombianos tampoco terminan la carrera. Aún más preocupante son los resultados de una investigación del Banco Mundial donde calculan que sólo el 50 % de los alumnos que inician sus estudios superiores llegan a graduarse.

En una entrevista para El Observatorio y la Pontificia Universidad Católica del Perú, Luis Raúl Domínguez Blanco, director de Liderazgo y Promoción Estudiantil del Tecnológico de Monterrey, habló de este tema y sobre qué está haciendo el Tec de con su nuevo Modelo Educativo Tec21 para contrarrestar el problema.

Para empezar, es importante analizar las causas por las cuales los alumnos deciden no graduarse. Y aunque existen muchas razones, ya sea personales o un conjunto de diversos factores, según U-Planner la mayoría caen en uno de los siguientes ocho puntos.

Ocho razones por las cuales los alumnos no se gradúan

  1. Problemas financieros

    • Este es uno de los principales motivos de deserción estudiantil. En el caso de Estados Unidos, por ejemplo, este tema se vuelve más complicado debido a los préstamos, ya que se suma a una deuda estudiantil que los empuja a salir de las universidades. Y esto sucede porque muchas veces subestiman el costo de las universidades más allá de la matrícula (vivienda, alimentación, servicios, libros, etc.) y ya es demasiado tarde cuando se dan cuenta de que no pueden cubrir los costos.

  2. Mala preparación

    • Aunque parezca increíble, un grave problema que enfrentan los alumnos es la poca preparación que recibieron en la educación básica y de bachillerato, especialmente en temas de lenguaje y matemáticas. Aunado a eso, muchas veces los estudiantes no saben cómo manejar la carga de trabajo por lo que deciden abandonar sus estudios. Otro punto en el que los jóvenes no suelen estar preparados es el tema de la autonomía. En estos puntos, las universidades tienen mucho trabajo que hacer en entender y apoyar más a los estudiantes para que logren adaptarse a la vida universitaria.

  3. El estudiante no sabe si eligió la carrera correcta
    • Los profesores universitarios ven dos tendencias, o la especialización no cumplió con las expectativas del alumno o no fue lo que quería estudiar. Las ciencias sociales suelen ser las más afectadas en comparación con aquellas que tienen requisitos más específicos para entrar, como la carrera de medicina.

  4. Conflictos laborales o familiares
    • Según la Fundación Bill y Melinda Gates la principal razón por la cual estudiantes abandonaron sus estudios en 2009 fue por conflictos entre su escuela, trabajo y familia. Uno de cada tres encuestados mencionaron que les era muy complicado equilibrar el trabajo y la escuela.

  5. Reprobar materias
    • Cuando un estudiante repite clases básicas, se sienten muy abrumados al respecto, más al ver cómo se van atrasando. Además, emocionalmente, se vuelve muy pesado para los estudiantes ya que se estresan con la sobrecarga y sufren de agotamiento.

  6. Falta de apoyo de los maestros y consejeros
    • La experiencia que tienen los alumnos con los maestros puede hacer o deshacer su futuro ya que los puede motivar a seguir adelante o hacerlos renunciar por completo. Expertos opinan que la experiencia puede mejorar si se adopta un enfoque personalizado ya que ayuda a prevenir la insatisfacción.

  7. Mal ambiente escolar
    • Otra razón es simplemente el aburrimiento de los estudiantes, lo cual demuestra falta de participación de su parte. Según una encuesta de GradNation.org realizada en 2015, la segunda razón por la que los alumnos desertaron fue por aburrimiento y por sentir que a nadie le importa si asisten o no a clases. También mencionaron como motivo un mal ambiente escolar y problemas entre los maestros y la administración.

  8. Falta de apoyo 
    • Este problema, a diferencia de todos los anteriores, es un reflejo del mal manejo de la institución. Especialmente cuando un alumno sufre una combinación de los problemas anteriores y busca apoyo y no lo obtiene y es por eso que decide renunciar a sus estudios.

Que un alumno decida abandonar sus estudios nos impacta a todos, principalmente al alumno que pierde su inversión económica y de tiempo en sus estudios. Y no hay una salida fácil para resolver esta problemática global. Por su parte, el Tec de Monterrey, junto a su nuevo Modelo Educativo Tec21, está buscando cómo combatir esta problemática desde la raíz. Para descubrir más al respecto, escucha su entrevista donde habla el programa LiFE, cuyo propósito es mejorar la experiencia universitaria de los estudiantes.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/desercion-universitaria-como-impedirla

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