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Educación: Adiós al 2020

 Juan Carlos Miranda Arroyo

Este año que concluye, hoy, se llevará el recuerdo de los días difíciles de la Epidemia-Pandemia del Coronavirus que generó la enfermedad Covid-19. El periodo en que la cuarentena se volvió cincuentena. Los días, las semanas y los meses, poco más de nueve, se han vuelto interminables. Los ritmos de la vida social se han alterado a grado tal que se han multiplicado las pérdidas de empleo, los cierres de empresas, de todos los tamaños y trayectorias. Año en que la vida se ha sacudido como producto de una crisis sanitaria prolongada.

Pero quizá lo que más llama la atención de este 2020 que se extingue, es la manera en que nuestras instituciones nacionales y locales fueron rebasadas por dicha crisis. La Pandemia de este 2020, nos dejó aprendizajes, pero también un sentimiento de tristeza por los más de 122 mil muertes que ha traído consigo, hasta el momento. La versión optimista de nuestra realidad tendería a decir que también se han registrado más de 990 mil personas recuperadas, después de cursar la nefasta enfermedad. Unas con el apoyo de las instituciones de salud. Otras con el apoyo solidario y cercano de las familias. Como quiera que sea, más de 122 mil personas fallecidas son muchas y cada una de ellas ha dejado una huella significativa para cada una de las familias que han sufrido su pérdida.

2020 ha sido el año en que las escuelas se detuvieron, en su formato presencial, y cuando han intentado continuar la marcha mediante un formato extraordinario, improvisado, a distancia (con y sin apoyo de las nuevas tecnologías de la información), en México y en el mundo, a causa de la Pandemia.

La relación escuela-familia se ha tensado hasta su máximo nivel o su máxima expresión, ello se ha dado en la medida en que el propio sistema educativo no contaba con dispositivos de emergencia para hacer frente a la crisis, ni tenía los protocolos pertinentes, que le dieran la flexibilidad (o la plasticidad, dirían los tecnicistas), que le permitiera adaptarse rápida y organizadamente a las condiciones impuestas por la crisis sanitaria.

Sin duda, la Pandemia puso al descubierto nuestras limitaciones institucionales. Sobre la marcha, el conjunto de instituciones, programas y proyectos que soportan al sistema educativo, por ejemplo, se tuvo que redefinir a través de un primer eje de conexión y operación: “Aprende en Casa I”, para concluir el último tercio del ciclo escolar 2019-2020. Luego vino el programa “Aprende en Casa II” para iniciar y dar continuidad al actual ciclo escolar 2020-2021. Ambos programas fueron montados sobre medios tecnológicos improvisados y a través de alianzas que terminaron por fortalecer a las corporaciones, nacionales y trasnacionales, de las comunicaciones y la información, pero que no fueron poderosamente atractivas ni efectivas para las y los estudiantes.

Las limitaciones institucionales, constituyen un hecho reconocido por las autoridades responsables de los sistemas de salud y de educación, tanto en el plano del gobierno federal como de los gobiernos de los estados. Sin embargo, aún no se hace un ejercicio profundo, amplio e integrado de autocrítica sobre los efectos de las estrategias puestas en marcha. ¿La sociedad debía ir atada a una cuerda, unida a los programas que sobre la marcha delimitaban las autoridades?

Al no contar con estrategias de participación y de respeto a las reglas mínimas de organización frente a la pandemia, por parte de las autoridades educativas, a la postre el resultado ha sido desastroso. Mientras los gobiernos hacen sus llamados a misa, en términos de procurar el confinamiento para controlar la transmisión de la enfermedad, la población desata las cuerdas que les habían sido impuestas sin su consulta ni su consentimiento. ¿La sociedad optó por romper filas? ¿La sociedad es desobediente y sus actos se deben leer sin ninguna responsabilidad de las autoridades civiles?

La estrategia oficial nuevamente tendió a circular “de arriba hacia abajo”, en forma vertical, sin matices de intermediación. La SEP de EMB, por ejemplo, perdió la oportunidad de convertir a los Consejos Técnicos Escolares (CTE) en Consejos de Emergencia y Atención Escolar, orientados a dar apoyos básicos (de salud, socioemocionales o para tender redes de distribución de materiales didácticos), así como para estrechar los vínculos entre la Escuela y la Familia.

El 2020 nos enseñó también que las autoridades educativas, federales y estatales, fueron incapaces de impulsar una cruzada nacional por la educación en situación de crisis sanitaria. Le apostaron más a la pasividad, pues pusieron a las niñas y los niños, así como a los y las jóvenes, frente a un aparato de televisión, como prioridad; o a sesionar de manera virtual a través de las plataformas electrónicas. ¿Acaso no era factible y más significativo, entregar miles o millones de libros a las familias y a sus integrantes? ¿No fue posible establecer un programa nacional de fomento a la lectura en los hogares, en vez de condicionarlos a usar diariamente un control remoto? ¿Dónde quedó la creatividad de las y los docentes durante el duro confinamiento? ¿Por qué no fueron consultad@s las maestras y los maestros para echar a andar un programa más amigable y de carácter cultural-educativo para apoyar de manera más sustantiva a nuestras jóvenes generaciones?

En fin, el año 2020 se convirtió, así, en el año en que las instituciones educativas nacionales perdieron la oportunidad, lamentablemente, de generar cambios significativos, “desde abajo”, es decir, desde las comunidades educativas, para innovar y para crear opciones pedagógicas propias, singulares, por zonas escolares, por escuelas, por materias o por asignaturas. No, nada de eso. Por el contrario, el lineamiento burocrático y “desde arriba” consistió en colocar a las y los estudiantes a jugar papeles pasivos, y al magisterio a esperar indicaciones centrales y, en el peor de los casos, a reportar las incidencias sobre las actividades a distancia (importan más las formas que los contenidos), y a dar mantenimiento acrítico a los sistemas de controles escolares. Lo administrativo por encima de lo académico. Ese fue el sello de la casa de la Nueva Fundación Escuela Azteca Mexicana.

Adiós al 2020 que nos trajo la mal llamada “nueva normalidad”, como si de lo que se tratara fuera salir de una “normalidad” para entrar a otra, igualmente estandarizada e impersonal. “Nueva normalidad” fue una expresión desafortunada que no pudo evadir la “nueva realidad”.

En un contexto de desnudos institucionales; con una carencia manifiesta y elocuente de creatividad por parte de las autoridades, así como por excesos en las prácticas burocráticas (centralismo y trayectorias verticales en el actuar) durante el ejercicio de las políticas públicas educativas durante la pandemia, le decimos adiós al 2020. Espero que los cambios anunciados, en la cima de la burocracia educativa, para el 2021 venidero, sean propicios para pensar y hacer las cosas de manera diferente.

jcmqro3@yahoo.com

Fuente: https://profelandia.com/educacion-adios-al-2020/

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Los beneficios de la educación presencial frente a la virtual

Por: Educación 3.0

Algunos factores de la educación presencial se pierden al trasladar las clases a un entorno virtual. Cristóbal Cobo, especialista en educación y tecnología y autor de ‘Acepto las Condiciones’, los explica.

niños en una clase presencial con mascarilla

Este curso la comunidad educativa se ha visto forzada a cambiar la forma en la que se imparte clase, ya sea online o de forma semipresencial. Pero, a pesar de que muchos se han adaptado a esta nueva realidad gracias a las nuevas tecnologías, la presencialidad sigue teniendo mayores beneficios para el alumnado y los docentes.

¿Cuáles son las fortalezas de la educación presencial que se dificultan en la educación virtual y a distancia? Y, ¿cómo abordar esos cambios para garantizar la calidad de la educación?

Educación presencial vs educación virtual

Un niño pequeño se distrae en una clase online - educación presencial

Primero, la educación presencial no es solamente para adquirir acceso a contenidos. Sino que es también un espacio donde hay innumerables oportunidades para desarrollar de manera permanente habilidades socioemocionales y adquirir valores para vivir en sociedad. Este ‘otro’ tipo de aprendizajes, tan importante como las asignaturas y contenidos de los planes curriculares, son más complejos de estimular en los entornos virtuales. No es que no se pueda, pero requerían esfuerzos adicionales.

Por otro lado, en los entornos virtuales es muy sencillo poner énfasis en los aspectos transaccionales. Es decir, es fácil usar el teléfono o un correo electrónico para enviar materiales o dar acceso a distintos recursos pero, la educación no es solo eso. También juega un papel central la motivación y la creación de vínculos estudiante-docente (ej. empatía, construcción de confianza para trabajar en equipo o saber combinar los aspectos cognitivos con los socioemocionales). Quienes están profundamente familiarizados con los entornos digitales logran de manera más efectiva sortear estas dificultades, pero este tránsito de lo presencial a lo remoto no es automático.

Otro factor a tener en cuenta de laeducación a distancia es que suele registrar índices más altos de deserción o abandono. Es clave, por tanto, generar y diseñar espacios dentro de la educación virtual y a distancia que no se limiten a la entrega de contenidos, sino que también ofrezcan mecanismos de seguimiento, acompañamiento y reforzamiento. Puede ser por parte del docente o un tutor auxiliar, sincrónico o asincrónico y puede hacerse a través de una videoconferencia o con una llamada telefónica. Pero, fundamentalmente, debe ser sistemático y formar parte de una estrategia pedagógica.

Priorización curricular

Las investigaciones que estamos realizando en este momento muestran que cuando los países transitan desde la educación presencial a la remota existe una clara tendencia a jerarquizar y priorizar aquellos contenidos y asignaturas consideradas centrales (lo mismo ocurre con las habilidades). De este modo, se busca focalizar aquellas asignaturas consideradas más críticas ya sea para las evaluaciones nacionales o bien que se consideren esenciales para la adquisición de futuros saberes.

Debemos recordar que no se puede enseñar igual que antes (donde uno habla y los demás escuchan). Cuando pasamos de la educación presencial a la virtual existe un reto importante en cuanto a poder ‘traducir’ las estrategias pedagógicas. El uso del tiempo, la gestión de la atención y la motivación, la meta-cognición (aprender a aprender) son retos que deben considerarse a la hora de planear los programas de enseñanza a distancia, y lo mismo ocurre con la formación de los docentes que requieren mucho más que habilidades instrumentales para enseñar a distancia.

La brecha digital desde una perspectiva más amplia

Para abordar una educación virtual y a distancia es fundamental que los países puedan impulsar y articular 6 ejes claves: nuevas pedagogías, formación docente, acceso a dispositivos, conectividad, plataformas y un diseño institucional diferente. Estos retos deben atenderse de manera simultánea. Esperar que un ministerio de educación pueda impulsar estos 6 ejes de cambios por sí solo es todo un reto. Esto tiene que ver con una teoría (o estrategia) del cambio y con la capacidad de consolidar alianzas.

Algo que esta pandemia ha puesto en evidencia es que las distinciones que teníamos hasta el 2019 entre la educación presencial y la virtual o a distancia son hoy menores. A nivel global, diferentes sistemas educativos han abierto las puertas a nuevos formatos de enseñanza, nuevas formas de conectar estudiantes y docentes y es poco probable que eso desaparezca cuando acabe esta crisis. Creemos que estas nuevas modalidades de enseñanza seguirán evolucionando y esperamos sirvan para ofrecer más oportunidades a quienes hoy no las tienen (por ejemplo, estudiantes con discapacidad, minorías lingüísticas o que viven en lugares remotos).
Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/beneficios-de-la-educacion-presencial/
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OVE entrevista a Cándido Chan Pech: “Una escuela sin uniformes, más divertida y más alegre”

Entrevista realizada por Luis Miguel Alvarado Dorry en exclusiva para Otras Voces en Educación.

Conocimos a Cándido Chan Pech hace un par de años en una de las clases del doctorado en Pedagogía Crítica y Educación Popular del en el Instituto McLaren de Pedagogía Crítica sede Tapachula, Chiapas, México. Una persona seria, algo reservado, pero con un espíritu crítico que contagia a cualquiera. Un pedagogo en toda la extensión de la palabra, con un gran ímpetu de enseñar y, a la vez, de aprender de les demás.

Nuestro amigo Cándido es Licenciado en Pedagogía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Tiene una Maestría en Educación y Diversidad Cultural por la Universidad Pedagógica Nacional; una Maestría en Pedagogía Crítica y Proyectos Educativos por el Instituto de Pedagogía Crítica Peter McLaren y Doctorado en Pedagogía Crítica y Educación Popular por el Instituto de Pedagogía Critica Peter McLaren.

Es profesor de tiempo completo en la Escuela de Humanidades C-IV de la Universidad Autónoma de Chiapas, profesor de medio tiempo en la Unidad 072 Tapachula de la Universidad Pedagógica Nacional y profesor de Licenciatura y posgrado de más de 20 años en programas de formación pedagógica.

Además, es Miembro del Colegiado de Investigación “Gobernanza y desarrollo social sostenible” adscrito al Centro de Investigación con Visión Mesoamérica, de la Universidad Autónoma de Chiapas. Responsable técnico de los proyectos de investigación de “Gobernanza y políticas migratorias” y “cotidianidad universitaria”. Ha publicado artículos científicos y de divulgación en revistas indexadas y arbitradas, es autor de varios capítulos en diversas publicaciones y fue primer director de la Escuela de Humanidades C-IV. Universidad Autónoma de Chiapas.

 

Amigo Cándido Chan, ¿cómo llegó a la educación crítica y contestataria y, a la lucha gremial y social? Cuéntenos un poco su historia de vida.

Agradezco el espacio para hablar sobre las posturas personales sobre la educación desde la mirada de la pedagogía crítica. Soy pedagogo egresado de la UNAM a principios de los noventas, una etapa interesante porque fue de efervescencia política, donde las y los estudiantes universitarios hicieron fuertes planteamientos al gobierno sobre cómo se estaban dando las políticas sobre educación. En esos años, la universidad vivía una época de deslegitimación por las elites políticas y empresariales del país, además que se habían apoderado grupos políticos supuestamente de izquierda que convirtieron en rehén de los espacios universitarios. Me tocó vivir como estudiante, el derrumbe del muro de Berlín, el desmantelamiento de la URSSS, así como el poderío que ensayó Estados Unidos en Kuwait y en Irak, me asombró de lo contradictorio que es este mundo. En esos años, se realizaron debates y planteamientos sobre las posibilidades de avanzar como universidad y eso fue una de las habilidades que aprendí, a saber, debatir. También en esos años, principios de los noventas, se vivieron los debates políticos sobre la modernización educativa, que más adelante se aterrizaron en el llamado Acuerdo Nacional para la modernización Educativa. A mi juicio, en términos pedagógicos fue un gran avance por la incorporación de la pedagogía constructivista como referente inmediato de la práctica docente.

Mi formación fue muy rica, tuve a maestros y maestras como Diaz Barriga, Ibarrola, Margarita Pansza, Guevara Niebla, entre otros. Me ayudaron a entender que la pedagogía no eran recetarios, ni el llenado de formatos, y que la instrumentalización didáctica era una habilidad creativa. Leí abrasivamente a Altusser, a Bourdieu y a Gramsci, lecturas que cambiaron mi existencia y me permitieron comprender de manera diferente la escuela. En las aulas universitarias me apropie de la didáctica crítica que en los años 80´s se fueron planteando en las universidades latinoamericanos.

Me tocaron maestros y maestras de formación del DIE CINVESTAV, cuyas investigaciones fueron etnografías del aula, leí a Elsie Rockwell y Justa Espeleta, Eduardo Weiss y Eduardo Remedí y me apropié de las ideas de Agnes Heller, George Luckas y Edmundo Husserl y los mencionó porque fueron los que me dieron referentes de mirar la pedagogía, que aún hoy después de casi treinta años me cuesta desprenderme, especialmente en el análisis etnográfico de la cotidianidad. Años después cuando leí a Peter Mclaren, me di cuenta de que su libro “la vida en las aulas” es totalmente etnográfico y me sentí identificado con él, porque devela la cotidianidad invisible, visualiza la dominación y violencia del poder hegemónico en las acciones triviales del salón de clases y espacios escolares.

Por azares del destino llegue a Tapachula, y me incorpore a la Unidad 072 de la UPN y posteriormente a la Escuela de Humanidades de la UNACH. En la UPN, fui maestro de la licenciatura en educación y prácticamente fui alumno porque aprendí de las lecturas del plan 94, las epistemologías de la transformación basadas en la Investigación acción, en la intervención educativa, en la resignificación de la práctica docente, leí ansiosamente a Carr y Kemmis, T.S. Elliot, Gimeno Sacristán quienes me dieron un “doctorado” no como título, sino por la trascendencia en la formación de mi persona. Pero una de las lecturas más determinantes fue la de Paulo Freire, especialmente cuando empecé a darme cuenta de mis vacíos teóricos y aunque estudie una maestría, sentía una ausencia conceptual para comprender la realidad de mi realidad cada vez más compleja.

Invitado por otros compañeros entramos al doctorado en el Instituto Mclaren, y fue allí donde algunas lagunas se vaciaron y se llenaron con nuevos saberes. Especialmente en la revisión del pensamiento latinoamericano, con las teorías de la descolonización, pero sobre todo en la revisión de los planeamientos de las pedagogías del sur y la pedagogía popular. Confieso que tuve que desaprender y que despedagogizar mis prácticas y al mismo tiempo reconocer que era un instrumento orgánico del pensamiento hegemónico, y que lo que había estudiado eran epistemes instrumentistas. Todas las maestras y los maestros del Instituto son buenos, pero fueron dos los que marcaron mi formación, el Dr. Quiroz y Marco Raúl; el primero fue mi asesor de tesis y una vida ejemplar de sencillez intelectual y una claridad de pensamiento y de vida; el segundo me asombró con las reflexiones de la educación popular y me impacto su preocupación por las epistemes comunitarias y su insistencia en la recuperación para sobrevivir a estas crisis que se avecina. La lectura del texto “la crisis civilizatoria” han definido mis preocupaciones que me he ubicado en el quehacer de fortalecer los procesos de educación comunitaria, a través de la intervención en espacios comunitarios de vulnerabilidad, de riesgo y en desventaja.

 

¿Cuáles considera que son los elementos más significativos de la crisis educativa en Chiapas, en México y en toda América Latina?

Creo que se requiere de un análisis, histórico-político de la educación desde la implementación del Acuerno Nacional de Modernización de 1992, hasta nuestros días con la llamada Nueva Escuela Mexicana. Y le llamaría histórico porque habría que establecer algunas fechas significativas, como la descentralización administrativa de la federación que terminó teniendo dos instancias de administración, que no se ha terminado de fusionar por los intereses y las características de cada gremio. Y política, porque francamente fue una estrategia del Estado para disminuir el poder del sindicato y etiquetar los presupuestos para cada estado y nivel sin tener la presión de un sindicato nacional. Las intenciones de agilizar la administración de los sistemas se agravaron aún más porque la atención se burocratizó, creando así cotos de poder burocrático estatales y regionales.

En lo pedagógico, muchas maestras y maestros no entendieron la incorporación del constructivismo y combinaron viejas prácticas con nuevos discursos, apoyados en los famosos talleres de actualización y se pervirtió el verdadero sentido de la carrera magisterial por una visión meritocrática por habilidades nada pedagógicas. Las crisis se han sentido al implementarse los nuevos planeamientos pedagógicos de la educación por competencias en los primeros diez años de este siglo, que involucraba una nueva lógica de entender la educación, el aprendizaje y por ende la enseñanza. Las maestras y los maestros endiosaron a Perronoud, a Zabalza, y a Tobón, y este último pego más duro porque garantizaba el éxito si seguían al pie de la letra sus formatos, tanto así que se desato una exigencia del formato de planeación, que los directivos exigían como muestra de la habilidad de planear. Muchas maestras y maestros no entendieron las competencias, aunque se declaraban partidarios acérrimos.

En los últimos tres años de la primera década, casi una tercera parte de maestras y maestros aprovecharon el cambio de la ley de pensión del ISSSTE para jubilarse, así se incorporaron cientos de jóvenes egresados de diversas universidades públicas y privadas, con una diversidad de perfiles afines y no, las cuales bajo mecanismos improvisados se incorporaron a las filas de maestras y maestros. Estos nuevos cuadros dieron mayor brío a las luchas magisteriales, posicionándose como las nuevas huestes de este movimiento social.

Otra crisis, es la implementación de las reformas educativas de los últimos años diez años, con el diseño de planes y programas que pretendieron alinear los niveles educativos a través de la obligatoriedad como un derecho a la educación lo que con el cambio del Artículo 3º. Constitucional. El absurdo de este razonamiento se fundamentó que considera que entre más se estira el nivel obligatorio de la escolaridad hacia abajo y hacia arriba garantizaba mayor calidad. En estos años se redefinió la calidad basada en estándares y en indicadores establecidos por la elite neoliberal y obviamente por los organismos financieros. La crisis más grave ha sido la agresión del estado al implementar unilateralmente la evaluación punitiva como mecanismo para recuperar la administración del sistema educativo. Dejando en claro que la preocupación era la cuestión laboral y no la educación, y mediante discursos argumentó que el problema de la educación era un problema laboral, soslayando el problema presupuestal y por ende pedagógico. Modificando arbitrariamente la Constitución Política, la Ley Federal de la Educación y la Ley Federal del Trabajo. A mitad de esta década, las luchas se polarizaron al grado de una tensión nacional entre las huestes magisteriales y los ideólogos del poder. La aprobación de la Reforma a un nivel de cámaras tanto federales como estatales, abrió una pugna que más bien fue una guerra por el poder por el control político del sistema educativo.

En Chiapas la lucha fue intensa y aguerrida y la convocatoria del sindicato fue tan fuerte que obligó al gobierno estatal a mantener constantemente negociaciones para mantener el equilibrio político. Aunque la lucha era sostener las condiciones laborales y no dejarlas al arbitrio de una evaluación punitiva, un sector importante propuso una forma diferente de entender la educación. En Michoacán, Oaxaca y Chiapas, plantearon un proyecto que pretendía incluir los planteamientos de la pedagogía crítica y revolucionaria. Aquí en Chiapas se le llamó Proyecto de Educación Alternativa y ha tenido poco eco por la escasa formación en pedagogía crítica.

En lo más encarnizada de la lucha, se dio el cambio de poderes y el cambio de partido en el poder. Y aunque parecía que los planteamientos sindicalistas habían triunfado, se enfrentaron a una lucha de argumentos, filosóficos, políticos y pedagógicos, que no supieron responder. Las leyes que derogaron la reforma se reconstruyeron en un lenguaje excesivamente incluyente que al mismo tiempo los excluyo, de igual manera se dieron en las leyes llamadas secundarias que regularon la operatividad de los mecanismos de dirigir el sistema educativo, que solo aplazó el debate a sectores más específicos y particulares del propio sistema.

Actualmente se encuentra en construcción el proyecto de la Nueva Escuela Mexicana, que pretende ser una propuesta construida en el dialogo y la colectividad por todos los sectores educativos. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones, la resistencia a participar ha sido una demostración del desgaste de las crisis anteriores y la falta de formación pedagógica para construir una buena propuesta.

 

Cuéntenos sobre ¿cómo ha sido su experiencia como docente de pedagogía en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) y en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN-Tapachula)?

A partir de la formación en el Mclaren, he encaminado mis esfuerzos pedagógicos a despertar conciencias en los microespacios. Actualmente estoy trabajando en una línea de investigación adscrita al Centro de Investigación con visión Mesoamérica, que pretende incidir en la gobernanza y las políticas de desarrollo sostenible, desde la pedagogía critica se pretende concientizar y sensibilizar a las comunidades sobre el empoderamiento comunitario para transformar realidades de pobreza a partir de concientización sobre educación para la salud, la ecopedagogía y la prevención de crisis humanitaria, esta última pretende “hacer entender” cuál es el causante de la pobreza a partir de la migración, la contaminación y los flagelos la drogadicción y muchos. Las complejas realidades de nuestras comunidades periféricas, que ni son rurales ni urbanas, y la intención de “hacer entender” va asociado a “empoderamiento comunitario” por lo que las metodologías de intervención son contextuales, culturales y económicas. La experiencia apenas empieza en una comunidad cerca del Puerto Chiapas, a través de un modelo desde la interculturalidad para empoderar a la comunidad.

Por otro lado, continúo trabajando sobre aspectos de la cotidianidad universitaria. En estos meses voy a publicar el libro “El arte de engañar al maestro, descotidianización y teatralización de la vida universitaria” y trata precisamente de hacer visible a través de una autoetnografía, las cotidianidades que las y los estudiantes viven para habitar la universidad, con el fin de lograr un título, condicionado por una presión social de familias, maestras y maestros, y sociedad. En tal objetivo despliegan artilugios y rituales de engaño, simulación y disfraz, que han convertido las aulas en escenarios de teatralización de las practicas simuladoras.

 

Querido amigo Chan, ¿la relación entre los gobiernos y los gremios en el estado de Chiapas y en el país es fluida? ¿Por qué?

En Chiapas la lucha gremial, ha tomado un matiz sui generis, en los últimos cinco años, el movimiento magisterial se convirtió en un movimiento social cuya fuerza se basó precisamente en la movilización masiva y su capacidad de paralizar las actividades productivas especialmente de las ciudades más importantes y en la toma de centros neurálgicos de comunicación. Las masas de maestras y maestros agrupados en dos sindicados, el “estatal” y el “federal”, en organizaciones al interior agrupadas en corrientes políticas con adhesiones a liderazgos regionales, con grupos de campesinos, de trabajadores y especialmente organizaciones estudiantiles de normalistas, se convirtieron en la principal fuerza de resistencia ante las políticas neoliberales de los gobiernos de los últimos años.

El movimiento aprovechó coyunturalmente dos acontecimientos para enarbolar la bandera de lucha social: primero, la implantación de una reforma educativa que vulnerabilizaba los derechos laborales de los trabajadores, considerando como elemento para ingresar y permanecer la evaluación como forma punitiva de control laboral, y en segundo; las políticas neoliberales que tenía como objetivo implícito privatizar los bienes de estructura y naturales del estado, y por ende la educación. Pero el gran problema fue la corrupción descarada y ofensiva con que se aplicaron. Los periodos que se iniciaron desde 2006 han sido los peores en términos de corrupción y robo descarado de los bienes del estado. Todo trámite implicaba soborno y acto de cohecho, además que la venta masiva de recursos naturales al capital privado extranjero. Ello ha provocado un descontento social que el movimiento magisterial logra canalizar y agrupar en torno a la representación gremial. El movimiento se atrincheró en la resistencia ante las políticas y se movilizó a sus bases como fuerzas gremiales y populares para demostrar al Estado, el poder de paralizar e incomunicar parcialmente el estado de Chiapas. Fueron años de lucha encarnizada y de movilizaciones de grandes contingentes obstruyendo la vida socioeconómica.

Sin embargo, la relación con el estado ha sido una especie de “amasiato”, toda vez que las negociaciones se dieron acompañadas de prebendas, privilegios de cúpulas y compadrazgos. Todos sabemos, que las plazas se vendieron, que las cadenas de cambios fueron favorecidas y que la participación en las movilizaciones fue la moneda de cambio para obtener beneficios. Los líderes sindicales se convirtieron en funcionarios del Estado en materia de educación y aunque parecía que eso cambiaría el rumbo de la educación, se convirtió en un escalafón de ascenso que reproducen y sostienen las políticas oficiales. La pertenencia e identidad al gremio fue producto de vejaciones y en acciones coercitivas lo que se ha convertido en una pertenencia obligada y no de concientización ideológica.

El gobierno del estado convirtió al movimiento magisterial como el termómetro de la inconformidad y tempero social de las políticas de privatización y por ello la conveniencia de su existencia. Se consintió en la participación del sindicato a las decisiones administrativas del sistema, con cierto poder de gestión de plazas, asignaciones y movilidad. Esto permitió al gobierno, controlar la indignación social y continuar con la devastadora desmantelación de los recursos naturales y económicos.

El cambio de régimen partidista y la abrogación de la reforma en sus leyes primeras, dejó al sindicato sin sus motivaciones principales de lucha. Aunque se tiene presencia en las cámaras estatales y federales no fue suficiente para aterrizar los planteamientos precisos en las leyes secundarias de las nuevas disposiciones normativas. En estos años, las manifestaciones continúan para conservar los logros obtenidos, especialmente las prestaciones extrasalariales, se ha convertido en un gremio defensor administrativo y no por reformas laborales. Pretendió iniciar una lucha para recuperar los espacios compartidos por las instancias de administración, pero poco a poco ha ido perdiendo su incidencia.

Una muestra de las repercusiones ha sido el bajo nivel adquisitivo del salario que posee la maestra y el maestro, cuyos niveles de vida, están creando una clase social más baja que la clase media.

La participación de las y los maestros durante estos años de lucha ha ido en detrimento de la formación pedagógica, y por ende la transformación se convirtió en un lema de movilización que de intención didáctica. Se ha planteado la creación de una educación alternativa, que ha dado ciertos atisbos de crítica, pero la mayoría la intuyen como una forma diferente de aterrizar el currículum prescrito y no el de crear una nueva escuela.

 

Como pedagogo crítico y formador de formadores, ¿considera que la formación inicial y continua de les docentes corresponde a las necesidades del país y los desafíos pedagógicos del siglo XXI? ¿Por qué? ¿Cuáles serían sus propuestas?

Para pensar una formación de acuerdo con nuestras realidades, en primer lugar, se tiene migrar en tanto que ello signifique abandonar la concepción de mundo y del sentido actual de ser docente. Se tiene que abandonar la formación basada en la instrumentalización de un currículum preescrito basado en estándares de calidad. Se debe abandonar la enajenación por la institución llamada escuela y sus dimensiones burocráticas que reducen el quehacer docente a un mero llenado de formatos, con contenidos inertes; se debe abandonar el oficio docente como operador de las liturgias y rituales escolares, que se recrean de manera cotidiana como se fuese el sentido de la educación. Se tiene que abandonar las practicas que tienen como objetivo evaluar, certificar y calificar.

En segundo, la formación debe cambiar la percepción de mundo y de sí mismo hacia la mística del sentido humano de educar, y no en el sentido institucional de certificar.  La formación de la maestra y maestro tiene que seguir una ruta diferente, que se ha reducido únicamente a asistir a una normal, obtener un título y una plaza como una cuestión meritocrática basada en la filosofía del esfuerzo que solo refuerza el pensamiento hegemónico y la desigualdad. La formación debe considerar lo que decía Freire, ser en lugar de tener, por el querer tener más que demerita al ser en su esencia.

En tercero, la formación tiene que recuperar la primacía del acto de educar, considerando que la escuela ha dejado de educar y se ha entretenido en certificar, por lo debería repensarse en espacios diferentes a la escuela tradicional, como lo planteaba Ivan Illich una escuela sin burocracia, o bien como lo plantea Habermas una escuela basada en la razón comunicativa, o una escuela decolonizada, donde el conocimiento sea la recuperación epistémica de la vida en comunidad y de nuestros contextos.

Considero que la movilización magisterial, como movimiento social contemporáneo, debe poseer un armazón ideológico estructural al estilo de los grandes planteamientos políticos, no quiere decir que no tengan una teoría acerca del mundo. Vale tomar los ejemplos de movimientos para darse cuenta fácilmente de la dificultad de este planteamiento. Los ecologistas, por ejemplo, desde hace ya largas décadas vienen construyendo una teoría política-ideológica (incluso científica) alternativa que sustente su estrategia de cambio social; lo mismo ocurre con el movimiento feminista, con los movimientos por los derechos humanos y con los de los pacifistas. Estos movimientos poseen una teoría, o principios ideológicos o interpretaciones del mundo, lo cual debe plantearse en una dualidad formativa político-pedagógico que supere lo ideológico-político. Por otro lado, los movimientos sociales se deben trasladar a otras dimensiones, que no solo implique las movilizaciones en masa, sobre todo en tiempos de pandemia, considerando que esto va para largo.

 

Cándido, ¿qué ha significado el confinamiento por el Coronavirus COVID-19 en lo educativo? ¿Considera que las medidas educativas tomadas en el contexto de la pandemia afectan al derecho a la educación? ¿Por qué?

Creo que esta pandemia, y el confinamiento ha desnudado al sistema educativo y la está despojando de su sacralidad intocable, hemos descubierto que la escuela hacia todo menos educar. Los rituales y liturgias cotidianas, así como los escenarios tradicionales de los supuestos espacios de aprendizaje, son solo esas formas de disfrazar el no-aprendizaje y la ausencia de educación. En defensa alguien puede decir que las y los estudiantes si aprendían y, este argumento, refuerza la tesis de que la educación se da incluso a pesar de la escuela. Esta pandemia, despojó a la educación de la trivialidad escolar y está poniendo en evidencia, lo que todos sabemos, que para educar no es necesario cuatro paredes, ni pasar lista, ni llevar uniforme, ni hacer los aburridos honores a la bandera.

El confinamiento está obligando a las familias a participar en el aprendizaje, a aprender a convivir en casa y a retomar el sentido ético del hogar como primer espacio de formación. Además de replantear a las y los maestros su papel como educadores y a colaborar con las familias porque finalmente son quienes acompañan con mayor cercanía. Exige una retroalimentación entre familias, estudiantes y, maestras y maestros, para resarcir el divorció entre ellos.

Considerando que la educación es un derecho consagrado en nuestra carta magna, además que es parte de nuestros ideales de sociedad, debemos ir pensando como cumplir con esa encomienda social, sin tener que estar supeditados al espacio escolar, sin la burocracia del sistema educativo y sin el sentido certificador del currículum prescripto. Las medidas tomadas son simplemente eso medidas, que es lo mínimo que se tiene que hacer para atender la emergencia. Sin embargo, tal medida, solo fue un paliativo y una reacción a una exigencia natural de la crisis sanitaria.

 

Desde las pedagogías críticas y educaciones populares, ¿Cuál es la radiografía de las sociedades en el confinamiento obligatorio y la ponderación de las virtualidades en la vida cotidiana?

La gran paradoja de este confinamiento es la migración digital, en el sentido de que estamos migrando aceleradamente a una virtualidad con múltiples posibilidades, pero paradójicamente sin el cuerpo. El confinamiento está corporizando el miedo, la ansiedad y el aislamiento está convirtiendo en nuevas formas de vivir con el cuerpo amordazado, pero con la mente y el pensamiento libre. La virtualidad inexplorada por las masas confinadas puede ser un mundo de dominación ideológica, que el pensamiento hegemónico disfraza con múltiples metáforas que van desde el lenguaje bélico hasta la sublimación del ansia de placer. No hay que olvidar que las tecnologías y las grandes plataformas no son nada gratis y que aparentemente en dicha generosidad otorgan acceso abierto, sin embargo, el capital que están acumulando son los datos de los usuarios que se venden a las grandes compañías de ventas. Hemos sabido, como las redes sociales acumulan datos de nuestra vida íntima cuyos algoritmos están convirtiéndolas en inteligencias artificiales que paulatinamente están controlando nuestras actitudes y pensamientos.

Además, aunque algunas aplicaciones son gratis, es una forma de engancharnos para comprar licencias y vendernos productos que paulatinamente están privatizando el acceso a la educación. Las tecnologías están diseñadas por las grandes empresas capitalistas y existe una falsa generosidad en su bondadosa disposición de uso. Un ejemplo es la dependencia de los streaming, que de manera continua está ofreciendo productos enajenantes de la vida, solo baste ver a los jóvenes, niños y adultos dependiendo de los like de Facebook, o de las series de Netflix, o la continuidad de los videos en youtube nunca hay un cese, el sentido entretener y continuar con la atención, está generando dependencia y esclavitud de la vida.

La Zoomatizacion del aula, es una clara evidencia, de que no sabemos utilizar los medios tecnológicos y que el tedio presente en las aulas se traslada a las casas con prácticas emuladoras del aula. Sinceramente nadie aprende así, lo que aprendieron es como simular frente a una pantalla y como llenar una serie de ejercicios sin ayuda de la y el maestro. Solo baste preguntar a cualquier niño si desea continuar con las clases virtuales; nadie ni las y los maestros, ya estresados quieren continuar así. Por más cursos y cursos que se ofrezcan, se vendan o se obliguen, las y los maestros no logran asumir la posibilidad de creatividad a través de los medios.

Tampoco hay que soslayar la escandalosa desigualdad de nuestros escenarios en el uso de la tecnología, puesto que el acceso es inequitativo y profundiza la disparidad del uso al derecho a la educación. Aparte del analfabetismo tecnológico, está el acceso, puesto que hay contextos donde aparte que no se tienen internet, no tienen un teléfono inteligente para acceder, menos una tableta o una computadora portátil.

La educación escolar debe mirar a la educación popular, educar mediante la escuela a la comunidad. Lo que muchos teóricos y pedagogos han propuesto, educar desde la escuela y para la comunidad. Por qué no iniciar el ejercicio y empezar por un ensayo, me parece un momento propicio para iniciar.

 

Estimado Cándido, finalmente, desde las pedagogías críticas y, a partir de sus experiencias docentes y sociales ¿cuáles serían algunas de las propuestas que considere importantes para iniciar un proceso de transformación radical del sistema educativo?

Creo que el momento es ideal para ir pensando en “otra escuela”, urge diseñar una escuela diferente, con otro formato, que se libere de la dependencia burocrática, administrativa y verticalidad, que abandone la calificación y la certificación. No podemos continuar con esta escuela en la que nadie cree, ni las propias maestras y maestros que mandan a sus hijas y/o hijos a las escuelas privadas, o que estudian maestrías y doctorados en escuelas patito para obtener solamente un título.

Debemos recuperar la autonomía del profesor que está supeditada a llenar formatos y a cumplimiento del deseo de los de “arriba”. Una escuela sin uniformes, (en el sentido de reconocer la heterogeneidad y la diversidad), más divertida y más alegre. Francesco Tonucci, nos da muchas pautas por donde iniciar la imaginación de “otra escuela”, habría que intentarlas, aunque muramos en el intento.

Tampoco podemos prescindir de la escuela, aunque los niños aprendan muy poco, ha sido un lugar de encuentro, un espacio de socialización, un lugar de humanización. Las niñas y niños extrañan la escuela, porque extrañan a sus amigas y/o amigos, porque extrañan la “paternidad” del maestro la “maternidad” de la maestra, y las formas de convivencia humana. Esta esencia es la que deberíamos recuperar en la “otra escuela” como posibilidad creadora de nuevos contextos de aprendizaje.

Por otro lado, propondría recuperar el sentido de “acompañamiento” como los actos de enseñanza. Tenemos que unirnos, maestras y maestros, familias, escuela y tecnología para acompañar a las y los estudiantes en su aprendizaje. Ese acompañamiento debería ser de ahora en adelante nuestra idea de educación, tenemos que formar a las familias y capacitar a las y los docentes en el uso de la tecnología para posibilitar el acompañamiento. La enseñanza directa tiene que ser soterrada y emplazarla por el acompañamiento humano. Recordemos los principios básicos del constructivismo: el aprendizaje se da cuando es acompañado, motivado e interesado por el conocimiento.

Muchas Gracias

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Apreciable Maestra Delfina

 Manuel Alberto Navarro Weckmann

Llega Usted a la Secretaría de Educación Pública en un momento complicado para el Magisterio Nacional. El cansancio es evidente, solo hace falta ver sus rostros para saber que es necesario hacer algo al respecto.

El estrés causado por la emergencia sanitaria y la eliminación tácita de los límites de los horarios, la carga de buscar incansablemente los medios para localizar a sus estudiantes, pero también el desgaste por las decenas de mensajes para responder a las dudas de estudiantes y familias sobre las actividades a desarrollar, amén de las incontables solicitudes de evidencias por parte de las autoridades para ver “como van” los aprendizajes.

Por ello, no deja de darme gusto sus antecedentes, egresada de una Institución tan respetable como la Universidad Pedagógica Nacional, el haber estado en grupo por más de 16 años, tuve el gusto de cursar al igual que Usted la Maestría en Administración de Instituciones Educativas en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey y creo que brinda por demás elementos para, acompañada de su experiencia en la Presidencia Municipal de Texcoco, así como tener la experiencia como Diputada y Senadora, desarrollar un trabajo que marque de manera importante la diferencia con sus antecesores.

Por favor no deje que la burocracia le nuble su perspectiva docente, sin duda alguna está Usted en un espacio privilegiado, en donde las políticas públicas entendidas como lo que un gobierno hace, pero sobre todo deja de hacer, pueden marcar la diferencia pensando precisamente en aquello que hace falta para que el magisterio vuelva a creer en el futuro de un país que ha emprendido reformas educativas más allá de lo que cualquier docente del mundo puede asimilar para llevar a su grupo.

Rodéese de personas de las cuales pueda no perder de vista el objetivo principal de una dependencia cuya esencia se encuentra en cada una de las aulas de las más de un cuarto de millón de escuelas en nuestro país, de las cuales casi la mitad no tienen una organización completa y que históricamente no se les ha visibilizado adecuadamente.

Si mi estimada Maestra Delfina, el reto no es menor y me parece que lo sabe. Su paso por este espacio tan privilegiado estará marcado por la manera en que pueda ver la educación desde ese escritorio. Salga, que no le platiquen, llévese ahí junto a Usted su cuaderno de planeaciones que más recuerde con cariño y recuerde con él a los casi dos millones de docentes que hay en nuestro país en todos los niveles, en escuelas públicas y privadas que estaremos atentos a esas decisiones que sin duda habrá de tomar.

Me parece que lo mejor que el magisterio podemos ofrecerle, es una crítica constructiva al trabajo de la Secretaría, porque solamente de esta manera, señalando lo que puede mejorarse, nuestras autoridades, de todos los niveles, tendrán la oportunidad de darse cuenta de muchas cosas que difícilmente, de otra manera podrían conocer. Éxito en su nueva encomienda, porque si le va bien a Usted, nos va bien a todo México.

Para mis amables lectores, que sea este 2021 un año lleno de paz, amor, armonía y mejores tiempos de este año que recién termina.

manuelnavarrow@gmail.com

https://manuelnavarrow.com

Fuente: https://profelandia.com/apreciable-maestra-delfina/

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Colombia: Así será el calendario de admisiones de la Universidad Nacional para 2021

América del Sur/Colombia/06-01-2021/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

La institución anunció que entre los cambios está la fecha de publicación de resultados del proceso de admisiones para el primer semestre de 2021, que serán el 23 de enero.

La Universidad Nacional anunció algunos ajustes en su calendario académico, el principal es la fecha de admisión que se modificó debido a la fecha de entrega del ICFES. La institución, por medio de un comunicado, explicó que los resultados del proceso de admisión para el primer semestre de 2021 se publicarían el 23 de enero.

La institución, además, explicó que por la situación sanitaria actual debido a la contingencia por el coronavirus, no se realizaría el tradicional examen de admisión para la selección de los estudiantes nuevos, sino los resultados de las pruebas Saber 11 son los que determinen si una persona alcanzó o no un cupo.

Para el segundo semestre, la Dirección Nacional de Admisiones, aseguró que el proceso de admisiones se realizará, de nuevo, a partir de los resultados de la prueba Saber 11. Esta decisión, añadió la entidad, se debe a la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus.

El proceso de inscripción será así: el estudiante diligenciar el número del Registro SNP (Servicio Nacional de Pruebas) y el número y tipo de documento con el que presentó la prueba Saber 11.

El examen debe haber sido presentada a partir de 2014-II. La universidad calculará el puntaje de admisión con el cual participará el aspirante a partir de los puntajes de las pruebas de Matemáticas, Lectura Crítica, Sociales y Ciudadanas y Ciencias Naturales de la prueba Saber 11.

La eterna tarea pendiente de la desigualdad

La entidad añadió que aún se mantendrán vigentes los cupos otorgados en casos especiales, como los asignados para las comunidades indígenas, afrocolombianas, palenqueras y raizales.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/asi-sera-el-calendario-de-admisiones-de-la-universidad-nacional-para-2021/

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Delfina Gómez: las falacias del optimismo y el pesimismo

 Rogelio Javier Alonso Ruiz

Cuenta Adolfo Gilly (1994, pp.190-191) que en 1914, cuando la fuerzas revolucionarias campesinas habían tomado la Ciudad de México, el general villista apodado “El Agachado” amenazó de muerte a un secretario del gobierno que el mismo villismo sostenía, el de la Convención Revolucionaria. El enojo del militar era hacia un licenciado que años antes había ofrecido defenderlo y sacarlo de la cárcel, pero finalmente desapareció con el pago que, por adelantado, había recibido del preso. Juan Banderas, el general encorvado, alegaba que independientemente de la recuperación de su dinero, no podía tolerar que un hombre tan inmoral ocupara un cargo como el que ostentaba su defraudador. Fue el mismo Pancho Villa quien personalmente recomendó al abogado dejar su puesto y abandonar la capital, advirtiendo que de no hacerlo se lo iban a “quebrar”. Esta sugerencia fue abrazada inmediatamente por el funcionario. Contrario a los deseos de “El Agachado”, el licenciado resultaría, a la postre, el secretario de Educación más reconocido en la Historia de México: José Vasconcelos.

Para 1914, parecería inesperado que aquel abogado fraudulento, que tuvo que salir huyendo temeroso de pagar con su vida las trampas de otros tiempos, terminaría convirtiéndose en el “Apóstol de la educación”: se le consideraría como una de las figuras educativas más relevantes, veneradas hasta por Enrique Krauze, a quienes muchos consideran ideólogo de los últimos gobiernos y ha puesto a Vasconcelos como uno de los referentes para medir el desempeño de la próxima secretaria de Educación. ¿Incurrió entonces “El Agachado” en una falacia? ¿Sus críticas hacia el personaje al cual quería quitar la vida nada tenían que ver con su desempeño en la función pública? En lógica, existe un tipo de razonamiento que se conoce como falacia de composición: transferir las propiedades de los elementos de un conjunto a un todo. Así pues, el general villista fincaba sus augurios en un episodio específico de la vida del secretario de Educación.

Aún sin haber tomado posesión del cargo, la llegada de Delfina Gómez a la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha desatado, como era de esperarse, una serie de opiniones favorables y desfavorables. Muchas de éstas pueden ser incluso catalogadas como falacias, al notarse que no existe una relación sólida entre las premisas y las conclusiones a las que se llegan. Se predicen los mejores o peores escenarios, en algunos casos como si se tuviera una bola de cristal, sin cuidar el sostén de tales augurios.

Uno de los argumentos más frecuentes es suponer que, por ser maestra, Delfina Gómez será una buena secretaria de Educación. Desafortunadamente, no necesariamente tiene que ser así. Es necesario dimensionar objetivamente la importancia del perfil de la nueva secretaria de Educación: haber ejercido la docencia es, hasta el momento, sólo una esperanza para que una perspectiva más realista y proveniente del interior de las aulas –y no sólo de las oficinas de gobierno– sea incorporada a las políticas educativas del país. Si la nueva secretaria tiene la capacidad para generar acciones acordes a sus orígenes sociales, académicos y laborales, su paso por el cargo debería suponer una experiencia favorable. Desde luego el pasado en la docencia es un componente atractivo, pero no se puede por eso soslayar otras capacidades de naturaleza política o administrativa igualmente importantes para un cargo de ese tipo. Hasta ahí, pues, por el momento, las razones del entusiasmo: una mera posibilidad que los mismos hechos futuros se encargarán de confirmar o descartar.

Muy cercano al razonamiento anterior surge una falacia que consiste en suponer que, también por tener a una maestra en el cargo, se vienen los mejores tiempos educativos. ¿Es acaso tan fácil resolver el problema educativo como poner a una maestra de secretaria? ¿Por qué no se nos había ocurrido antes? Debe añadirse con respecto a esta idea que el mejoramiento del complejo panorama educativo no puede fincarse en una sola persona, por más importante que sea el cargo que ocupa ésta. Se olvida en todo caso el hecho de que en el éxito educativo confluye el éxito de otras áreas de la vida pública. Aunque se tenga la mayor de las voluntades, ¿de qué sirve cuando otros actores, como el presidente de la República o los legisladores, proponen y aprueban, respectivamente, presupuestos que limitan la capacidad de acción en el campo educativo? ¿Podemos aspirar a mejores resultados educativos cuando prevalece el hambre, la pobreza y la desigualdad, generadas mayormente fuera del ámbito educativo? Es pues un error suponer la omnipotencia de una maestra secretaria de Educación.

Se ha dicho también que, por haber ejercido previamente un cargo de confianza por parte del presidente de la República o incluso por haber recibido su apoyo cuando fue candidata a gobernadora, la nueva secretaria se someterá ciegamente a los deseos de su jefe. Incluso, peyorativamente, hace algunos años el expresidente Felipe Calderón se burlaba del nombre de la maestra sugiriendo, en alusión a un delfín, un supuesto adiestramiento por parte del hoy presidente de México. Cabe matizar aquí: ¿no es hasta lógico que el jefe de un aparato de gobierno busque un mínimo de lealtad entre los funcionarios que designa? ¿Existe algún secretario de Estado que actúe con absoluta independencia del jefe del ejecutivo? Desde luego que Delfina Gómez responderá a los intereses del régimen que integra, tal como sus antecesores lo han hecho. Si será un títere o tendrá el valor para defender su perspectiva, está por verse.

Otro razonamiento que se ha mencionado es que, por las filiaciones políticas de la próxima secretaria, la gobernanza del sistema educativo estará en riesgo: se entregarán las riendas de la educación a corrientes sindicales perversas. No necesariamente el perfil político de la maestra asegura lo anterior. Desde luego es preocupante el guiño que Delfina Gómez, en las elecciones para gobernadora en que participó, recibió por parte de personajes ligados a un sindicalismo charro (la versión anterior al que actualmente ostenta el poder) que busca recobrar fuerza y ya hasta un partido político ha formado. Decía uno de estos personajes que el apoyo era “a cambio de nada”: ¿es esto posible en política? Sin embargo, habría que mirar el pasado y darse cuenta que incluso sin haber recibido muestras explícitas de afecto de los líderes magisteriales, sin ser militantes de corrientes sindicales, otros funcionarios le entregaron buena parte del control del sistema educativo al sindicato, en una simbiosis de acuerdo mutuo. ¿No fue, en el sexenio de Calderón, cuando se extralimitó el poder al SNTE que hasta se le entregó la Lotería Nacional a la lideresa magisterial?

Una última falacia, más ruin y despreciable, consiste en asegurar el fracaso de Delfina Gómez en su nueva tarea, dados sus orígenes sociales, académicos y laborales. No es necesario decir mucho para dar cuenta de la debilidad de este argumento: demuestra no sólo la escasa inteligencia de quienes lo vierten, sino también su clasismo. Algunos demeritan la importancia de una escuela formadora de docentes para enaltecer instituciones educativas de renombre internacional, cuando ya la Historia nos enseñó, en la Revolución, cómo generales militares sin formación, algunos semianalfabetas, hicieron pedazos a los militares de carrera, instruidos en las más prestigiosas escuelas europeas: la lucidez no se adquiere sólo a través de costosas colegiaturas en dólares.  Algunos otros, tácitamente, intentan negar que los alcances de la hija de un albañil puedan compararse con los de los miembros de la aristocracia: guardando las debidas proporciones, ¿qué pensaría de esto aquel indígena zapoteca que llegó a ser presidente?

Como se observa, el polarizado clima de la vida política del país ha hecho incurrir en juicios que deliberada, forzosa y artificialmente, apuntan hacia escenarios positivos o negativos. Ya no hay matices ni puntos medios. La mesura se ha perdido, pasando a echar las campanas al vuelo a la menor provocación, o a alertar de las peores catástrofes, haciendo muchas veces una tormenta en un vaso de agua. Ninguna de las dos posiciones contribuye a un debate pertinente. Por el momento, aunque parecería una obviedad tener que mencionarlo, no hay elementos para calificar a una secretaria de Educación que ni siquiera ha tomado el cargo. Habrá que ser críticos con su desempeño, alejados de filiaciones o antipatías que impidan ver con nitidez el fenómeno educativo. Hasta hoy, el anuncio de la nueva secretaria de Educación únicamente puede generar esperanzas, preocupaciones y conjeturas que sólo el tiempo se encargará de validar. Ojalá, por el bien de México, sea una excelente secretaria de Educación.

Twitter: @proferoger85

Facebook: El Profe Rogelio

Blog: http://proferogelio.blogspot.com/


REFERENCIAS

GILLY, ADOLFO (1994). La revolución interrumpida. México: Era.

Fuente e Imagen: https://profelandia.com/delfina-gomez-las-falacias-del-optimismo-y-el-pesimismo/

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Argentina: Por primera vez se incluye a todo el alumnado en las becas de la UNSJ

América del Sur/Argentina/05-01-2021/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Es con la incorporación del preuniversitario de Música que hasta este cambio no había sido contemplado.

Todo el alumnado de la Universidad Nacional de San Juan por primera vez será alcanzado por la nueva Ordenanza de Becas de Apoyo Económico para Estudiantes de esta casa de estudios, tras su reciente modificación aprobada por el Consejo Superior. Esto significa la incorporación de los alumnos del preuniversitario de la Escuela de Música, que hasta la derogación de la ordenanza de becas que regía y databa desde 1998, no habían sido contemplados y sólo estaba vigente para alumnos del Central Universitario, la Escuela de Comercio o la Industrial, además de los universitarios.

Tal como lo había adelantado este medio, esta es una de las reformas sustanciales de la Ordenanza de Becas, en un esquema que quedó definido como Beca Básica de $3.500 y Beca Completa de $4.800 (aquí se considera la prestación de servicios), además de la Beca Comedor que incluye almuerzo y cena o almuerzo o cena, según el caso. Antes de esta modificación el alumno accedía a las becas según una serie de categorías como transporte, fotocopias, prestación de servicio (sólo a partir de 2do año), comedor residencia y jardín materno infantil.

Las variables socioeconómicas y académicas mediante las que se evalúa y puntúa al estudiante aspirante a la beca también cambió. Lo que se aprobó fue la asignación de un puntaje máximo de 70 puntos en lo socioeconómico (ingreso familiar, vivienda, distancia, etc.) y 30 puntos en lo académico, relación que en la vieja ordenanza era de 60 y 40 puntos respectivamente. La nueva ponderación y su importancia, responde a la necesidad de acompañar al alumno en el actual contexto de dificultad y de allí a que dentro de las variables socioeconómicas se haya incorporado el acceso a la conectividad y la disposición de medios electrónicos.

El proyecto que fue tratado y que finalmente se aprobó por el Consejo Superior, fue presentado por la secretaria de Bienestar Universitario en conjunto con los secretarios de Asuntos Estudiantiles de las Facultades y personal de la Dirección de Servicio Social. La nueva reglamentación implicó uno de los debates más arduos en el 2020 por este cuerpo, puesto que significó la modificación de la Ordenanza de Becas 10/98 que tras 22 años de vigencia no había sido actualizada y por tanto fue el constante reclamo de los estudiantes.

Las modificaciones en la Ordenanza de Becas llega en el marco de la reactivación de una obra esperada como la del edificio de la Escuela de Música de esta universidad. Se definió su financiación entre la Nación y la Corporación Andina de Fomento (CAF), con un presupuesto que ronda los 117 millones de pesos y cuya construcción está prevista a partir de marzo 2021. El edificio tiene un 40% de avance, con parquización, iluminación exterior e infraestructura urbana exterior y se estima que su finalización se podrá concretar en un año, tiempo en el que los alumnos podrán retomar sus clases en las nuevas instalaciones.

Fuente: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Por-primera-vez-se-incluye-a-todo-el-alumnado-en-las-becas-de-la-UNSJ-20210102-0074.html

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